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Marcelo Gebhardt –
Cuadro verídico
En el marco de las normas contables profesionales, la RT 16 de la FACPCE y sus
modificatorias, expresan que los estados contables, en los cuales se vuelca la información contable,
deben presentar descripciones y mediciones que guarden una correspondencia razonable con los
fenómenos que pretenden describir, por lo cual no deben estar afectados por errores u omisiones
importantes, ni por deformaciones dirigidas a beneficiar los intereses particulares del emisor o de otras
personas.
Allí se aclara que aunque la búsqueda de aproximación a la realidad es imperativa, es normal
que la información contable sea inexacta, debido a que la identificación de las operaciones y otros
hechos que los sistemas contables deben medir no está exenta de dificultades y además un número
importante de acontecimientos y circunstancias (como por ejem`plo la cobrabilidad de los créditos, la
vida útil probable de los bienes de uso o el costo de satisfacer reclamos por garantías posventa)
involucran incertidumbres sobre hechos futuros, las cuales obligan a efectuar estimaciones.
La partida doble
Al hacerse referencia a la individualización de las cuentas deudoras y acreedoras el nuevo
código está adhiriendo al método contable universalmente conocido como “partida doble” por el cual
las anotaciones referidas a cada hecho se efectúan en no menos de dos cuentas y los saldos de las
cuentas empleadas deben balancearse, es decir que su suma debe dar cero.
Documentación respaldatoria
Se consagra que todo asiento debe ser respaldado por la documentación respectiva que avale el
mismo, y que debe encontrarse accesible para su compulsa, por lo cual debe ser archivada
metódicamente.
No obstante la claridad de la normativa, en doctrina se ha planteado la discusión referente a si es
necesario o no, que los asientos contables sean respaldados con los comprobantes respectivos para
otorgarles eficacia probatoria. Así por un lado se encuentran quienes entienden que la eficacia
probatoria de los libros se encuentra en ellos mismos y de exigirse inflexiblemente el respaldo
documental tornaría ociosa la prueba de libros; en las antípocas se afirma que los registros contables
por si solos carecen de valor si carecen de respaldo, ya que entre otras razones han sido llevados por el
dueño de los libros, sin intervención de la contraparte, lo cual permitiría preconstruir pruebas
(Rouillon).
La jurisprudencia mayoritaria de nuestros tribunales se ha inclinado por sostener que el valor
probatorio de los libros de comercio está condicionado, a la existencia de respaldo documental, postura
con la que concordamos.
Individualización
Se indica que la misma consiste en anotar, en el primer folio, nota fechada y firmada de su
destino, del número de ejemplar, del nombre de su titular y del número de folios que contiene, para su
correcta identificación.
Si bien la previsión solo hace referencia a la individualización de los libros, dejando sin
mención la foliatura de los mismos que se hacía en el Código de Comercio, cuyo fin es evitar la
alteración del orden cronológico de los registros, estimamos que, más allá de la omisión, la obligación
de foliar los libros se mantiene vigente, para evitar modificaciones en aquellos que sean llevados
manualmente. Empero, eventualmente podría suprimirse la foliatura cuando se utilice un sistema
informático, que para ello tendrá sus propios sistemas de resguardo.
Registro Público
La mentada individualización será realizada por el Registro Público de la jurisdicción
respectiva. Al respecto se prevé que el citado órgano deberá confeccionar un registro de consulta
pública sobre los libros rubricados y autorizaciones concedidas.
Libros indispensables
Conforme el art. 322 CCyC son registros indispensables, a) diario; b) inventario y balances; c)
aquellos que corresponden a una adecuada integración de un sistema de contabilidad y que exige la
importancia y la naturaleza de las actividades a desarrollar; d) los que en forma especial impone este
Código u otras leyes.
El libro Inventario
El inventario puede ser definido como el recuento de todos los activos y pasivos que forman
parte del patrimonio, con su respectiva valoración y se realiza por períodos, mientras el balance es un
estado de la contabilidad que resume en un momento dado, los saldos de las diferentes cuentas de la
empresa. Constituye un registro cronológico del conjunto de bienes y derechos de propiedad del sujeto
que lleva la contabilidad, con una adecuada descripción e individualización que permite conocer en
forma “estática” la situación patrimonial, evolución, fondos y resultados.
En el CCyC no se prevé expresamente el contenido de este libro, a diferencia, del Libro Diario,
no obstante su contenido surge de otras disposiciones del mismo. Así debe transcribirse el inventario
inicial y los Estados Contables que se vayan realizando, conforme manda el art. 326, como también las
autorizaciones que se obtengan para la sustitución de libros por los llamados medios mecánicos o
alguna de sus formalidades y/o conservación de la documentación respectiva, conforme art. 329 CCyC.
El Libro Diario
El art. 327 CCyC prevé que en el Diario se deben registrar todas las operaciones relativas a la
actividad de la persona que tienen efecto sobre el patrimonio, individualmente o en registros resumidos
que cubran períodos de duración no superiores al mes. Estos resúmenes deben surgir de anotaciones
detalladas practicadas en subdiarios, los que deben ser llevados en las formas y condiciones
establecidas en los artículos 323, 324 y 325. El registro o Libro Caja y todo otro diario auxiliar que
forma parte del sistema de registraciones contables integra el Diario y deben cumplirse las
formalidades establecidas para el mismo.
Este libro es el más importante de todo sistema contable y columna vertebral del mismo por
cuanto en él se deben asentar la totalidad de las operaciones comerciales y cambiarias realizadas,
registradas por su orden, requisito éste que impide su modificación a posteriori y que en definitiva
permite dotar a tales registraciones de su convicción probatoria.
Se ha eliminado la obligación de efectuar las registraciones día por día que preveía el Código de
Comercio, con lo cual el libro Diario deja de ser en los hechos diario. No obstante la posibilidad de
efectuar registraciones por períodos mas extensos se limita a efectuar asientos globales por períodos no
mayores al mes, es decir que éste es el período máximo que pueden abarcar. Para esos supuestos se
dispone que deben llevarse libros auxiliares, de donde saldrá detallada la información que luego se
volcará al Diario; estos libros serán parte del sistema contable y deben cumplir con los demás recaudos
exigidos para los libros indispensables; sin embargo debe quedar claro que el sólo hecho de llevar estos
libros no se suple a los libros indispensables, en este caso el Diario.
En estos supuestos el sistema funciona básicamente del siguiente modo: cada operación se
registra en libros auxiliares (o planillas –por ejemplo de Caja- y luego en aquellos libros) para luego
anotar en el libro Diario el asiento global resumen de las partidas de esa planilla o registro auxiliar.
Texto elaborado sobre la base del capítulo 4 del libro “Elementos de Derecho Económico Empresarial”, Erreius
2019.