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¿Es la educación de Corea del Sur un modelo a seguir para el crecimiento social y económico

en la actualidad?

María Fernanda Llanos Chamorro


Economía de Corea
Magíster en Estudios Coreanos. Universidad Central de Chile

Cuando nos referimos al concepto de educación pensamos en múltiples factores que la definen y si
nos proyectamos, pensamos en los efectos que conlleva. Aníbal León (2007) señala que la
“educación busca la perfección y la seguridad del ser humano. Es una forma de ser libre. Así como
la verdad, la educación nos hace libres” (p.556). Frente a tal aseveración, es indispensable que cada
nación o comunidad se interese por ella y que busque la mejor forma de implementar políticas para
una educación de calidad. A la vez, desarrollar una educación de calidad, implica modificar
constantemente las medidas que se implementan para su mejora, puesto que ella está a disposición
de la comunidad en donde se efectúa. A partir de lo expuesto, el siguiente ensayo tiene como
finalidad analizar y criticar la educación de Corea del Sur, su crecimiento (o estancamiento) y su
impacto en dicha sociedad, puesto que tal como lo afirma Koh et al. (2010) la “educación repercute
en el desarrollo económico de forma directa —creando recursos humanos y acelerando el avance
tecnológico— e indirecta —contribuyendo a la creación de instituciones y al desarrollo social”
(p.292). Es por esto que Corea no se ha marginado de la inicial preocupación e implementación de
una formación para su sociedad. En definitiva, para realizar este análisis, se señalarán y comentarán
ciertos puntos que son necesarios abordar para comprender el modelo educativo coreano.

En primer lugar, es importante destacar la rápida cobertura educativa que existe hasta el día
de hoy en Corea del Sur. Según las estadísticas, al año 1959 la tasa de promoción de la educación
coreana llegó al 96%. Esto, debido a un plan que se puso en marcha en donde la educación sería
obligatoria (Koh et al., 2010, p.292). Este plan consistía en una ley que:

estableció un sistema unificado de estructura 6+3+3, que comprendía una educación


elemental gratuita de 6 años de duración, en la que los alumnos ingresaban a los 7 años de
edad, una educación secundaria inferior no obligatoria de 3 años de duración, una educación
secundaria superior de 3 años de duración, y 4 años de estudios universitarios (García &
Arechavaleta, 2011, p.207).
A partir de estas políticas, la tasa de analfabetismo se redujo casi al 100%. Uno de los motivos por
los cuales se implementaron estas estrategias, fue para que hubiese una mano de obra calificada que
hiciese surgir, ampliar o crecer de manera rápida la economía en el país, puesto que venían saliendo
de una guerra devastadora y necesitaban salir adelante. Objetivo que se logró y no solo eso, sino que
también impulsó a ciertos sectores de la comunidad a interesarse por su educación y por escalar
socialmente. A la vez y de manera paulatina, el interés que nació por la educación ayudó a iniciar
un proceso de democratización en Corea del Sur mediante la exigencia de beneficios, equidad social
y derechos laborales. Por lo tanto, esta es una característica importante a destacar en el ámbito
educacional, ya que el interés porque la población completa sea educada no radica solo en entregar
una formación de calidad, sino que también en que exista un progreso económico, social y político.

A partir de lo mencionado anteriormente, es notorio que el gobierno sabía que si querían una
nación próspera y llamativa, debían invertir en educación. Por lo tanto, la cobertura de ella era
indispensable. De esta forma, en poco tiempo lograron expandirse y educar a la mayor cantidad de
población. Hecho que claramente ha llamado la atención y se ha estudiado a lo largo del tiempo. Sin
embargo, hay varios puntos cuestionables al día de hoy, puesto que solo con expandir la educación
y hacerla accesible a toda la comunidad no indica que sea de calidad. Para ello se deben trabajar
muchísimos otros aspectos que no necesariamente han sido considerados por esta nación. Uno de
ellos es la accesibilidad a programas de calidad. Si bien, existen colegios públicos a los cuales
pueden acceder todos, la población coreana no está conforme con la calidad educativa entregada en
ellos y para poder suplir ese vacío, recurren a clases privadas (Koh et al., 2010, p.302) lo que provoca
dos efectos claramente identificados. Primero, sobrecarga en el estudio y segundo, se acentúa la
brecha socioeconómica, puesto que las familias con menos recursos no podrían acceder a los mejores
tutores privados. En este contexto, es importante destacar que se necesita hacer reformas educativas
para mejorar el método establecido en los colegios, ampliar y actualizar el currículo y de esta
manera, reducir la brecha entre quienes pueden y no pueden pagar tutores privados. Por otro lado y
de acuerdo con un estudio realizado por Jisoon Lee (2002), los alumnos pasan más de 10 horas al
día estudiando (p.7). Frente a tal aseveración ¿es posible que la educación surcoreana sea un ejemplo
para nosotros cuando en realidad no es el sistema, sino que la familia y los individuos quienes se
sacrifican por puntajes y calificaciones sobresalientes? ¿Cuál es la función que ejerce el Estado en
este proceso regulador? ¿Cuánto es lo que se invierte en políticas educativas? Siguiendo esta misma
línea, que se acceda a tutores privados y a horas extras de estudio para alcanzar los puntajes
esperados no es un motivo o un aspecto muy recomendable para imitar o ejecutar en los países en
donde los puntajes no son como los de esta nación. Por lo tanto, cualquier aseveración que se haga
estimulando a la población a seguir el modelo coreano es indudablemente cuestionable.

Uno de los motivos por el cual los coreanos tienen en gran estima la educación e invierten
más del 15% de su salario en ella, es por el crecimiento o escala del estatus social que se relaciona
con esta. De hecho, los “alumnos coreanos, en su mayoría, aceptan este reto en su conocimiento de
la dependencia del estatus familiar de su esfuerzo educativo, y de que el estatus social en la sociedad
coreana actual, se adquiere, no se hereda, y se logra sólo mediante la educación” (García y
Arechavaleta, 2011, p.219). Ahora bien, este punto de vista no necesariamente se cumple, ya que el
tener un título universitario no asegura un trabajo estable en Corea del Sur. Al respecto, la tasa de
inactivos entre jóvenes de 15 a 29 años con educación superior al año 2004 alcanzaba casi el 25% y
esto, con el tiempo, genera pobreza e inestabilidad económica (Koh et al., 2010. P.303). Frente a
esta problemática, es posible discutir y evidenciar sus razones. Los jóvenes coreanos tienen un
ímpetu por educarse, puesto que así podrán acceder a trabajo en grandes y renombradas empresas.
Sin embargo, es necesario pensar en los cupos que hay en las universidades y posteriormente en los
puestos de trabajo. La gran cantidad de egresados de carreras universitarias produce un efecto
embudo y, por lo tanto, la competitividad crece aún más. Por otra parte, la selección de los egresados
se limita a verificar el tipo de universidad y calificaciones. Es decir, que un alumno egresado ingrese
al trabajo esperado va a depender de la universidad en donde estudió y, probablemente, de su
desempeño en esta. En consecuencia, educarse y aspirar a un trabajo dentro de Corea del Sur está
supeditado a una gran competitividad y, a la vez, a grandes tasas de desempleo.

Si bien es cierto, la pobreza ha disminuido de manera rápida y el PIB per cápita al año 2016
fue de 27.539 USD (The Academy of Korean Studies, 2017, p.11). A la vez, la economía coreana
se posiciona en una de las primeras en el mundo. En “2015, Corea del Sur fue el quinto exportador
y el noveno importador más grande del mundo” (The Academy of Korean Studies, 2017, p.40), por
lo cual nos imaginamos que es una nación ideal o con grandes beneficios. Sin embargo, los costos
que ha tenido que pagar la sociedad coreana para llegar a tales números han sido abrumadores. Uno
de los aspectos que se puede destacar referente a este tema es el nivel de estrés y las altas tasas de
suicidio. El año 2012, Corea del sur registró 17.908 suicidios (Organización Panamericana de la
Salud, 2014, p.86) y entre el 2009 y el 2014, 878 estudiantes se han quitado la vida (Espinosa, 2017).
Respecto a esto, algunos autores señalan que el sistema educativo bloquea la creatividad y la
innovación de los estudiantes (Espinosa, 2017). Los estudiantes coreanos pasan horas frente a
cuadernos y libros, pero con ello, no desarrollan un pensamiento crítico y creativo, más bien, utilizan
la memorización y la sistematización para obtener los resultados esperados. En consecuencia, no
podemos señalar que la educación sea integral y de calidad porque ¿Qué tipo de futuros
profesionales se está intentando formar? ¿Qué capacidades extras tendrán estos profesionales? ¿Es
un sistema de selección que trabaja con base a la oferta y demanda? Tal como se ha dicho, los
alumnos pasan más de 10 horas preparándose para el examen o prueba que deberán rendir para
acceder a la universidad. Es decir, el tiempo dedicado a la entretención es prácticamente nula. Sin
embargo, esto no quiere decir que el aprendizaje de los estudiantes sea más efectivo o evidencie
mejores resultados. Para ejemplificar esto, en Finlandia los alumnos destinan 651 horas anuales para
su estudio-aprendizaje, puesto que ellos afirman que lo que importa es la calidad del tiempo
empleado y la realización de descansos fundamentales, en contraposición con un sistema basado en
el trabajo arduo con respecto a la memorización que los limita y no se desarrolla un pensamiento
crítico, sino que solo un traspaso de conocimiento (Moreno, 2018, p.26-27). De acuerdo a lo
señalado, se evidencia que el pasar largas horas estudiando, no necesariamente es la base o el método
más eficiente para obtener los resultados deseados, ya que Finlandia se posiciona dentro de los 10
países con mejor educación y con un sistema totalmente opuesto al de Corea del Sur. En esta línea,
es más recomendable seguir este ejemplo al de Corea, en donde la calidad de vida, estrés y suicidio
dejan bastante que desear. Una dificultad que se puede presentar en seguir el modelo finlandés son
los recursos económicos destinados a esta materia. Finlandia contribuye con un 7.17% de su PIB en
educación (Moreno, p.26), por otro lado, Corea del Sur destina el 4,5% (García y Arechavaleta,
p.205), porcentaje considerablemente menor al del país en cuestión. Ahora bien, el aumento en el
porcentaje que se destine en educación para su mejora conllevará a mejorar la calidad de vida y
reducir costos en otros aspectos. La población estará más satisfecha y la calidad de vida mejorará.

Otro aspecto importante que se debe mencionar es la equidad o desigualdad de género que
se presenta en la formación de profesionales en Corea. García y Arechavaleta (2011) mencionan
que, debido al influjo del legado del Confucianismo, la sociedad coreana es bastante patriarcal y que
esto contribuye a la desigualdad de género tanto en la economía como en la educación (p.216). De
hecho, muchos de las tareas que se le encomiendan a las mujeres están relacionadas con labores
domésticas y de cuidado de niños y ancianos (Valencia, 2010, p.94). En relación a ello, se destacan
los índices o porcentajes de educación elemental e intermedia de mujeres, pero en educación
secundaria y graduados de college y universidades disminuye considerablemente (véase tabla 1). Es
decir, las mujeres tienen un alto índice de estudio en grados elementales e intermedios, que coincide
con la ley que se implementó de educación básica obligatoria. Sin embargo, en grados superiores,
college u universidad, su porcentaje tiende a disminuir, puesto que el foco de la familia por la
educación femenina no es prevaleciente y a ella se le destinan otro tipo de tareas. Por lo tanto, esto
indica que en esta nación existe una desigualdad de género que no se ha intentado revertir o no se
han hecho modificaciones considerables para que el acceso a la educación en todos los niveles sea
equitativa en relación al género. En relación a ello, podríamos preguntarnos si esto no tiene que ver
con la calidad o tipo de educación a la cual están acostumbrados los coreanos. ¿No es parte de la
educación la temática relacionada con la equidad de género? ¿Qué se enseña respecto a esto en
Corea del Sur? ¿Qué políticas se podrían implementar para reestructurar o eliminar este sesgo? ¿Es
el legado del Confucianismo una piedra de tope para el desarrollo de la educación?

Tabla 1

Nota. Recuperado de Cortez Cortez, G. 2000. En Corea del Sur: La educación de los Recursos humanos.

Podemos señalar entonces que Corea del Sur se puede considerar como una nación con un
gran y rápido crecimiento económico y educativo. Sin embargo, este último ha quedado al descuido
por el Estado y entregando su responsabilidad a las familias e individuos. A partir de estas medidas,
es posible que la educación vaya en descenso si no se implementan reformas y recursos para
mantener a la sociedad satisfecha y saludable. A la vez y como se ha mencionado, la educación debe
estar al servicio de la población y sus demandas. Por otra parte, como ella está estrechamente
vinculada con el crecimiento económico del país, es necesario hacer modificaciones e incentivar a
los futuros estudiantes y profesionales en enfocarse en otro tipo de áreas que no necesariamente son
las más demandas al día de hoy, puesto que la concentración de profesionales en ciertos sectores
produce mucha competitividad y desempleo, asunto que no le conviene a la población ni al
crecimiento económico. A la vez, urge que se desarrollen otro tipo de estudios o campos de
desarrollo en beneficio de la economía, puesto que Corea depende de un limitado campo de
desarrollo, en donde la exportación de ciertos productos es lo que sustenta a esta nación. Sin
embargo, una vez que surjan nuevos países ofreciendo los mismos productos, se verá perjudicada
su posición y desarrollo. En este sentido, la innovación, creatividad y educación deben ser temas
que estén constantemente en la agenda social y se incentive para que la estabilidad económica
perdure. Es necesario también, que el pensamiento de utilizar la educación como un medio para
alcanzar objetivos económicos sea modificado a algo mucho más integral y social. Con esto no se
sataniza el hecho de querer una nación económicamente estable, sino el hecho de ver a la educación
como un medio y no como un fin en sí mismo. En conclusión, los efectos económicos que ha tenido
la nación de Corea del Sur se ha visto directamente relacionada con la implementación de una
educación accesible para todos en sus inicios. El gobierno se preocupó se hacer surgir el país a través
de la educación mediante la formación de trabajadores que servirían para producir lo que el gobierno
requería. Sin embargo, es ahí donde se puede destacar el problema que se vive al día de hoy. La
población coreana es reproductora de un conocimiento limitado a la demanda y no es creadora de
conocimiento relacionado a los intereses personales. Sus aspiraciones se definen por un grupo de
empresarios y políticos que mueven al país. Lo que conlleva a un estilo de vida agitado, estresante
e infeliz. En definitiva, la educación coreana debe reformularse con urgencia y solo así podría ser
un modelo a seguir para un país desarrollado de manera integral.
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