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Ante El Incremento de La Criminalidad en Nuestro País
Ante El Incremento de La Criminalidad en Nuestro País
de iglesias de distintas sectas, las cuales están presentes en los más recónditos
barrios y campiñas.
Para la exposición de este tema nos basaremos en los estudios realizados por dos
reconocida autoridad, los resultados de sus indagatorias y las conclusiones a que llega
de gran autoridad.
Como base documental me apoyaré, además, en el re-examen que de este tema llevó a
Criminología. Ellos serán la fuente para exponer los fundamentos factuales, empíricos y
estadísticos que muestran que no hay una necesaria relación entre los principios
religiosos y la conducta moral de un sujeto, ni a la inversa: del ateismo filosófico con la
inmoralidad o la moralidad.
criminalidad entre los ateos es inferior a las que acontecen en los religiosos”, pues para
que convierte a los ateos en una elite social, por lo general menos proclive al crimen.
fuerza de la religión, es donde yo vería las causas principales del aumento espantoso de
la delincuencia”; y a Graus, quien afirma que “el creciente alejamiento de Dios, que
penetra una y otra vez en las capas sociales más vastas, y las opiniones totalmente
El Dr. Leoncio Ramos nos advierte que: “ante estas afirmaciones cualquiera se
declararía rendido, y diría que esas opiniones son la expresión de la verdad más pura”.
Y de inmediato se hace a sí mismo la pregunta siguiente: “¿Cuales son las pruebas que
menos pruebas que sean contundentes”. Que lo único que se ofrece es la siguiente
afirmación o argumento que dice: “si aumenta la criminalidad y eso mismo sucede con
la irreligión, existe por tanto una relación causal entre ambos fenómenos”.
Sin embargo, el mismo profesor Ramos refuta, enfatizando que: “Este argumento no
“No hay que negar que no sólo la religión frena la delincuencia; sino que también —nos
recalca él— la frenan la moral individual y social, las que contribuyen en gran parte, en
como en ateos, o permitirla en ambos, aunque los unos cometan mayor cantidad de
delitos que los otros. Consideramos que todo depende en una gran parte de otros
factores, de los cuales muchas veces son culpables muchos de aquellos que pregonan la
fe y la religión”.
En la obra de Leoncio Ramos podemos leer que: “en algunos países, siendo Holanda
uno de estos países, el cual nos puede ofrecer valiosos datos estadísticos que confirman
la especie”. El Dr. Américo Herasme nos dice por su parte que “de la obra del citado
autor dominicano, hemos sacado datos que demuestran que durante fechas distintas, la
total de los ateos de dicho país; en 1920 a 533,000, número equivalente a un 144%.
proporciones: en 1901, la cifra ascendió solo a un 26.7% por cada 10,000 habitantes del
país; mientras que en 1928, aumentó, no por causa de la irreligiosidad, sino por causa de
la guerra”.
Y agrega estos otros razonamientos: “En la Edad Media no se conocía el ateísmo, sin
embargo, la delincuencia era muy conocida”. Además dice, que: “se ha comprobado,
que a principios del siglo XIX, en Inglaterra hubo un gran aumento de la criminalidad, y
sin embargo es indudable que allí en esa época no hubo ningún crecimiento de la
Otros criminólogos han llegado a conclusiones semejantes: “Enrico Feri, entre 700
asesinos investigados, solo halló uno que era ateo; Havelock Ellis afirma que en las
prisiones es cosa muy rara hallar libres pensadores; J. W. Horsley, capellán de Prisiones
Por su parte, el Dr. Leoncio Ramos nos ofrece datos estadísticos extranjeros, extraídos
de cuadros que, según él, figuran en las páginas 202 y 203 de una obra de Bonger.
Expresa que en los citados cuadros se nota que por cada 100 delincuentes ateos
condenados, existía una proporción de 252 israelitas (judíos), 366 protestantes y 494
católicos, todos ellos deducidos de un número total de 126 condenados. Además dice,
que según Bonger estas cifras han sido confirmadas en investigaciones criminológicas
católicos
y delincuentes que los ateos. No. La conclusión lógica y racional es que la religión no es
criminal; y aún más: que en la mayoría de los casos es lo inverso, como lo demuestra la
ejemplar vida del profesor Juan Bosch, José Ingenieros, Charlie Darwin, entre
¿Por cuales motivos los ateos no son más proclives al delito que los cristianos?
Las explicaciones ofrecidas por Bonger, avaladas por el Dr. Leoncio Ramos y el Dr.
Américo Herasme Medina son las siguientes: Bonger dice, que “las razones son
tener o no tener fe”; que “los no religiosos salen, por regla general, de las filas de los
También agrega que ninguno de estos grupos son susceptibles a la influencia de las
ideas delictivas, y además tienen un mayor dominio sobre sí mismo; que “estos
carácter, y lo que puede manifestarse mediante el hecho de romper con cualquier tipo de
influencias de poder tan poderosas, como aquellas que disponen las iglesias”. Y termina
Quiero, de mi parte, enfatizar que aquellos religiosos que asumen con fe sus creencias
recompensa por Dios de una futura vida en el paraíso, pueden encontrar en esa honesta
actitud ante la vida, la fuerza moral que le pone limitación a sus actos. Que sea por el
temor a ser quemado y torturado en el infierno; o porque aspiren a la ilusión del cielo
prometido, un paradisíaco lugar, donde no tendrán que trabajar, comerán maná cada vez
que quieran, escucharán trompetas celestiales, podrán volar con alas como los ángeles,
la mayoría de las personas que normalmente quieren prolongar su vida más allá de su
muerte. Y además, como dice Juan Luis Guerra, no habrá hospitales, no es reprochable.
Pero hay que admitir, como lo demuestran los hechos, que también quienes asumen el
concepción filosófica del deber, del respeto al ser humano como una responsabilidad
incorruptible fuerza de una moral sin dogma, como nos enseñó el insigne maestro
argentino José Ingenieros, y lo han exhibido con mucho orgullo ateos como Protágoras,
Carlos Marx, Ludwig Feuerbach, Charlie Chaplin, Juan Bosch, José Ingenieros, entre
otros, han servido de ejemplo y paradigma en sus vidas privada y pública. Para poder
seguridad en sí mismo, que solo alcanza un grupo pequeño, una elite intelectual. Solo
un minúsculo grupo de hombres superiores en todos los tiempos, alcanza una moral que
críticamente.
De ahí que la mayoría de la población se refugia en la fe religiosa, que tiene sus raíces
que Carl Jung ha denominado Arquetipos, estructura psíquica donde se mantienen como
inconsciente, los iniciales temores y angustia heredados desde los primeros antepasados
hacia lo desconocido y hacia la muerte. Estos arquetipos inconscientes tienen mayor
facilidad de instalarse en los seres humanos más ignorantes, temerosos, débiles o que
como ideología desde pequeño a todos los miembros de la sociedad, como parte de la
abusivo que tiene la educación religiosa en las escuelas es que los niños, vulnerables
criaturas, son utilizados como el material lábil sobre el cual se les moldean las creencias
religiosas abusivamente, sin tener el infante la capacidad crítica aún de escoger sus
creencias, cosa que solo pueden realizar los adultos educados e informados.
El papel liberador de ese moldeamiento injusto de la conciencia del niño es la razón por
la cual Juan Bosch, y otros, les atribuyen una función profundamente moral al laicismo,