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Profesor: Bachiller:
MAQUIEL FEBRES
OJEDA CAMARIPANO
FRANCISCO ANTONIO
C.I. 30.153.350
Febrero, 2022
Bolívar en Perú
Bolívar en Perú
El 1 de septiembre de 1823, Simón Bolívar desembarcó en el puerto del
Callao en bergantín Chimborazo luego de que una comitiva enviada por el
Congreso de la República del Perú encabezada por José Faustino Sánchez
Carrión le enviará una invitación mientras estaba en Guayaquil, provincia cuya
anexión a la Gran Colombia. A dicho recibimiento asistió el presidente José
Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, y su gabinete ministerial en Pleno. Al
día siguiente de su llegada, el Congreso lo nombra “suprema autoridad” y poco
después le encarga la dirección de la lucha contra el ejército realista disponiendo
que el mismo Torre Tagle debiera rendirle cuentas de sus acciones.
La primera acción de Bolívar fue eliminar las fuerzas de José de la Riva
Agüero, quien fuera presidente del Perú antes que Torre Tagle y se oponía a la
llegada del Libertador en Trujillo. Riva Agüero fue apresado en noviembre de ese
año pero logró escapar y se fue a Inglaterra. Mientras tanto, el primer Congreso
Constituyente que estaba próximo a proclamar la primera Constitución política del
Perú emite una resolución señalando que entrarán en suspenso las disposiciones
de esa carta magna que sean contrarias a las disposiciones y deseos de Simón
Bolívar. La Constitución fue jurada el 11 de noviembre de ese año pero nunca
entró en vigencia.
Desde Pativilca, Bolívar empieza las acciones para aumentar el Ejército
Unido Libertador del Perú. Nombra como jefes principales del ejército unido a los
generales gran colombianos Sucre, Córdova y Lara. Ningún peruano formó parte
del estado mayor siendo que sólo el general José de La Mar estuvo a cargo de la
rama peruana del ejército. Ello se debía a que el Libertador no se sentía con
confianza suficiente, visto los acontecimientos ocurridos en el pasado reciente del
Perú.
Bolívar escribió instrucciones precisas sobre todo lo referido a las armas
del ejército, en sus cartas incluyó instrucciones desde cómo hacer las correas y
cómo herrar los caballos. Así ordenó que los jefes militares tomaran del norte
peruano los recursos necesarios, la mayoría fueron obtenidos por decretos de
guerra.
El ejército realista tenía el control de la sierra central y el sur del país
(actuales departamentos de Junín, Ayacucho, Cusco y Arequipa). Por su parte,
luego de la derrota de Riva Agüero, las fuerzas del ejército unificado tenían
posesión de la costa central y norte, y de la sierra norte (actuales departamentos
de Piura, La Libertad, Ancash, Lima y Cajamarca). Ante ello, siendo factible la
posibilidad de que Lima fuera invadida por fuerzas realistas (como en efecto lo fue
tras el motín del Callao), Bolívar decidió mudar su cuartel general al pueblo de
Pativilca, 200 kilómetros al norte de Lima.
Bolívar instruye a Torre Tagle que se acerque a los mandos españoles
acantonados en Jauja para lograr una negociación con la finalidad de ganar
tiempo para lograr aumentar su ejército y ser capaz de vencer al realista (que en el
manifiesto tras la batalla de Junín, Bolívar se jactaba de derrotar tras 14 años de
triunfos contra los independentistas). Torre Tagle cumple ese encargo pero,
paralelamente, es acusado por Bolívar de negociar con el Virrey La Serna la
expulsión del Libertador y obtener así la plenitud de su mandato.
El 5 de febrero de 1824, las tropas bolivarianas de las fortalezas del Callao
pertenecientes a la expedición libertadora, acaudilladas al mando de un sargento
de apellido Moyano, se levantan en motín del Callao argumentando falta de pago
a los soldados. Esa sublevación liberó a los presos españoles que estaban
recluidos en la Fortaleza del Real Felipe y les entregó las instalaciones y las
defensas del puerto. Las fuerzas realistas ocuparon Lima el 29 de febrero, para
más tarde replegar su fuerza principal a la sierra central y sostener una guarnición
en el Callao, cuyas defensas quedaron bajo el mando del militar español de José
Ramón Rodil, en las que se le refugiaron varias facciones patriotas, inclusive el
mismo Torre Tagle, y que se quedaría en la Fortaleza del Real Felipe, donde
murió al año siguiente en el sitio del Callao, confirmando con esta acción la
traición a Bolívar. (Pintura de José Gil de Castro)
Espada Sol del Perú El 10 de febrero de 1825, un año después de que el
Congreso entrara en receso, Bolívar lo convoca de nuevo. Este Congreso sesionó
por un mes antes de disolverse y dar por concluidas sus funciones el 10 de marzo.
Durante este periodo, el Congreso autorizó la salida de 6000 soldados peruanos a
la Gran Colombia, acordó la entrega de premios a los militares vencedores, y
emitió una resolución desentendiendose del futuro que escoja el Alto Perú. Para
ese mismo año, la municipalidad de Lima acuerda la entrega de la Espada del
Perú al Libertador y al gran Mariscal de Ayacucho con motivo de conmemorarse el
primer año de la gesta de Ayacucho.
Bolívar en Bolivia
El 6 de agosto de 1825, se convocó un congreso constituyente para crear
una nueva Carta Magna llamando a este nuevo país independiente Bolivia en
honor del aristócrata metamorfoseado el libertador Simón Bolívar. Desde el 12 de
agosto al 29 de diciembre de 1825 Bolívar llevó a Bolivia por el camino de la
democracia y la independencia y cuando él renunció, su compañero y héroe de
guerra, Antonio José de Sucre, continuó en la presidencia.
Sucre fue el gran artífice de esta creación basándose en el principio de la
autodeterminación de los pueblos. Bolívar escribió su Constitución y la llamó su
hija predilecta. El Alto Perú es un territorio que pertenece a dos naciones: una
parte a la Argentina y la otra al Perú. Sucre propone que se realice una Asamblea
en Chuquisaca a fin de que los pueblos decidan su propia suerte. A Bolívar no le
gustó la idea y se la criticó al Gran Mariscal. Pero, al final de cuentas, la Asamblea
se realizó sin problemas porque ni Lima ni Buenos Aires tenían objeciones
quehacer. La Asamblea de Chuquisaca determinó que el Alto Perú fuera
independiente y que de ese territorio se formará una nueva Nación con el nombre
de Bolívar, en su honor. ¡Sí que era un honor, y muy grande! Que una Nación
entera llevará su nombre, supera todas las ambiciones de Bolívar. Y Sucre, su
mejor amigo, era nombrado Presidente de Bolivia para toda la vida; pero su
carácter y su manera de pensar no le permitían aceptar sino por el espacio de dos
años. En Arequipa Bolívar da una serie de leyes en beneficio de los pobres
indígenas, así como en Chuquisaca se preocupar el establecimiento de escuelas
públicas, colegios y, en fin, de la instrucción en general. A la llegada al Cuzco, la
humilde gente riega de Flores las calles por donde pasa el caballo de Bolívar; “la
emoción era tan gran que ya me parecía estar otra vez en el delirio”. “Yo veía
premiados con creces los esfuerzos por libertar a los pueblos”
Aquí le ofrecieron una corona de oro, diamantes y perlas, la cual obsequió
a sucre; y las joyas que había recibido las regaló a sus edecanes. Lo que más le
emocionó a Bolívar fue lo más sencillo. Nunca había oído Palabras tan bellas y
espontáneas como las que dijera en el pequeño pueblo indígena de Pucará uno
de sus moradores, José Domingo Choquehuanca. Cuando entró a este pueblito, el
2 de agosto de 1825, el orador le recibió así: “Quiso Dios de salvajes hacer un
Imperio, y creó a Manco Capac; pecó su raza y mandó a Pizarro. Después de tres
siglos de expiación ha tenido piedad de la América, y os ha enviado a vos. Sois,
pues, hombre de un designio Providencial. Nada de lo hecho antes que vos se
parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda imitarnos, será preciso
que haya un mundo por libertar. Habéis fundado varias Repúblicas que, en el
inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra grandeza a donde
ninguno ha llegado. Vuestra fama crecerá, así como aumenta el tiempo con el
transcurso de los siglos, y así como crece la sombra cuando el sol declina”.
Palabras tan hermosas no podían brotar sino del corazón de un hombre noble,
sencillo. Dijo el Libertador Simón Bolívar. Acciones de gobierno de Bolívar. En el
proyecto de constitución presentado al Congreso de Bolivia, El Libertador propone
la adopción de principios e instituciones de gobierno ya expuestos por él en su
discurso de Angostura. En algunos casos modifica la estructura organizativa del
poder público y le atribuye funciones diferentes del esquema tradicional. Pero
mantiene sus puntos de vista de que el régimen que se establezca sea sencillo y
fuerte y garantice la estabilidad de las instituciones. El Libertador insiste, además
en la abolición de la esclavitud y el establecimiento de la libertad de cultos.
El salón donde fue celebrada dicha convención recibe el nombre de Salón
Bolívar y reposan allí una espada del Libertador, juntos con los originales
“Protocolos del Istmo”, primeros acuerdos firmados por los ministros
plenipotenciarios que asistieron a esta reunión.
Al congreso hicieron acto de presencia dos representantes por cada país
concurrente: la Gran Colombia (que abarca los actuales estados de Colombia,
Venezuela, Ecuador y Panamá), México, Perú y las Provincias Unidas del Centro
de América (que comprendía las actuales repúblicas de Guatemala, El Salvador,
Honduras, Nicaragua y Costa Rica). Bolivia y Estados Unidos no llegaron a
tiempo. Las Provincias Unidas del Río de la Plata y Chile no mostraron interés.
Paraguay no fue invitado. El Imperio del Brasil tampoco mostró interés. Gran
Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.