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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Defensa

Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana


(UNEFA)

Extensión – Guacara

Guacara, Edo – Carabobo

Unidad 1:

Simón Bolívar en Perú y Bolivia, nombramiento de dictador a Simón Bolívar

Profesor: José Sabino Alumno:

Asignatura: Cátedra Bolivariana II Jeykel Infante

CI 27.927.489

Ing. En sistemas

6¿ Semestre

Martes, 4 de agosto de 2020


1. Presencia de Simón bolívar en Perú

En el año 1823, el libertador Simón Bolívar llegó a tierras peruanas, desembarcando en el


puerto del Callao. Desde aquel momento, el Congreso lo nombró "Suprema Autoridad" y
le encargó la lucha contra las fuerzas realistas. El libertador Simón Bolívar llegó el 01 de
septiembre de 1823 al puerto del Callao. El Congreso de la República lo nombró "suprema
autoridad" y después le encargó la lucha contra el ejército realista.

Lo primero que hizo Bolívar fue eliminar al ejército de José de la Riva Agüero, quien era
presidente del Perú en esa época y opositor a la llegada del Libertador al país. Bolívar
instruye a Torre Tagle que se acerque a los mandos españoles acantonados en Jauja para
lograr una negociación con la finalidad de ganar tiempo para lograr aumentar su ejército y
ser capaz de vencer al realista (que en el manifiesto tras la batalla de Junín, Bolívar se
jactaba de derrotar tras 14 años de triunfos contra los independentistas). Torre Tagle
cumple ese encargo pero, paralelamente, es acusado por Bolívar de negociar con el virrey
La Serna la expulsión del Libertador y obtener así la plenitud de su mandato.

Las fuerzas realistas ocuparon Lima el 29 de febrero, para más tarde replegar su fuerza
principal a la sierra central y sostener una guarnición en el Callao, cuyas defensas
quedaron bajo el mando del militar español de José Ramón Rodil, en las que se le
refugiaron varias facciones patriotas, inclusive el mismo Torre Tagle que se quedaría en la
Fortaleza del Real Felipe donde murió al año siguiente en el sitio del Callao.

Ante la falta de respuesta del presidente Torre Tagle, el Congreso lo depone el 10 de


febrero y entrega a Bolívar todo el poder político y militar. Acto seguido, el Congreso se
autoinmola y entra en receso hasta que el Libertador lo convoque. Bolívar se convirtió en
la única y máxima autoridad en el Perú, nombrando como único ministro general a José
Faustino Sánchez Carrión. Bolívar nombrado jefe supremo, volvió a Pativilca y ordenó el
repliegue generalizado del ejército unido a Trujillo y Huamachuco.
2. Creación de Bolivia

El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre y Casimiro Olañeta, abogado de


Chuquisaca y sobrino del mencionado general, convocaron a todas las provincias alto
peruanas para reunirse en un congreso que debía decidir el destino de la nación. Pero, el
destino de la nueva república estaba sujeto a tres posibilidades que se abrían en el seno
de la asamblea, proseguir la unidad con Buenos Aires, incorporándose al conjunto de las
Provincias Unidas, mantener la adhesión al Perú reconociendo las medidas de
incorporación dictadas por el virrey Abascal como resultado de la revolución del 16 de
julio de 1809 en La Paz, o sostener con decisión la independencia absoluta del Alto Perú,
no sólo con relación a España, sino también con referencia al Provincias Unidas del Río de
la Plata y al Perú. Tanto como el gobierno de Buenos Aires y el Perú admitían esta tercera
alternativa, en cambio, Bolívar, si bien no desautorizó públicamente a Sucre le reprochó
en carta privada esta iniciativa, pues entendía que alentar en ese momento un acto de
soberanía de esa naturaleza, conspiraba contra los intereses de la Gran Colombia, ya que
el territorio de la Real Audiencia de Quito podría pretender el mismo trato que la de
Charcas. El Congreso General Constituyente de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo
de 1825, declaró que «aunque las cuatro provincias del Alto Perú, han pertenecido
siempre a este Estado, es la voluntad del congreso general constituyente, que ellas
queden en plena libertad para disponer de su suerte, según crean convenir a sus intereses
y a su felicidad», despejando el camino a la independencia alto peruana.

Sucre, un tanto molesto por el reproche que le hacía Bolívar, después de demostrar sus
razones, anunció que obedecería lo mandado, pero que también abandonaría el país,
porque lo que se le ordenaba no compartía con su criterio, más al contrario, chocaba con
su conciencia y comprometía la fe de su palabra. Convocada nuevamente la Asamblea
Deliberante en Chuquisaca, el 9 de julio de 1825, y concluida se determinó la completa
independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana, por soberana de sus hijos.
Finalmente, el presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión,
redactó el Acta de la Independencia que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en honor a la
Batalla de Junín ganada por Bolívar. Por lo que la independencia de la República de Bolivia
fue proclamada definitivamente el 6 de agosto de 1825 en un Congreso celebrado en
Chuquisaca.
El 18 de mayo de 1826 Bolívar firmó en Lima un decreto de reconocimiento de la
independencia de Bolivia por parte del Perú. Mediante un decreto la Asamblea determinó
que el nuevo estado llevaría el nombre de «República Bolívar», en homenaje al Libertador,
designado «Padre de la República». Se le concede también el supremo poder ejecutivo en
forma vitalicia, con los honores de Protector y Presidente. Bolívar agradeció estos
honores, pero declinó la aceptación del cargo, designando al general Antonio José de
Sucre.

Pasado un tiempo se volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado


potosino llamado Manuel Martin Cruz, dijo que al igual que «de Rómulo viene Roma», «de
Bolívar vendrá Bolivia». Bolívar al enterarse de esta noticia se sintió halagado por la joven
nación. Bolívar hasta ese momento no aceptaba de buen grado la independencia de
Bolivia, debido a que le preocupaba su futuro, debido a que Bolivia se encuentra en el
centro de Suramérica, y esto según Bolívar supondría que sería una nación acosada y que
afrontaría futuras guerras, cuestiones que se cumplieron. Bolívar deseaba que Bolivia
formara parte de otra nación, preferentemente Perú, pero lo que le convenció
profundamente fue la actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La
Paz hubo una manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió cuando el
Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta expresión tan
ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien llamó su «hija predilecta» a la nueva
Nación.

3. Decisión de nombrar dictador a Simón Bolívar

Cuando la noticia del fracaso de la convención llegó a Bogotá, fue convocada una
asamblea de notables para decidir los destinos de la nación. En junio de 1828 la asamblea,
controlada por los bolivarianos, concedió poderes dictatoriales a Bolívar.

Una vez asumido el poder, Páez recibió amplios poderes en Venezuela por su promesa de
respaldo incondicional a Bolívar, la Vicepresidencia fu suprimida de un plumazo, y
empezaron a aparecer los decretos que garantizarían la resolución de los más urgentes
problemas nacionales. Se permitió la reapertura de los monasterios suprimidos, se
elevaron los aranceles de las importaciones, se otorgaron privilegios especiales al ejército
y se reimplantó el tributo indígena. Ya antes de asumir la dictadura, el Congreso por
recomendación de Bolívar, había restituido el impuesto colonial de la alcabala. Sin
embargo, una de las reformas que el dictador se negó a derogar fue la ley de manumisión
de 1821, aún bajo la presión de numerosos propietarios de minas y plantaciones. En su
reacción contra las medidas de los años inmediatamente posteriores a la Independencia,
podemos ver la tendencia generalizada de los gobernantes latinoamericanos del
momento, que pretendían moderar las ambiciones de cambio, en su intento por rebajar
las tensiones políticas.

A pesar de la escasa represión, los partidarios santanderistas empezaron a conspirar para


derrocar la dictadura y un grupo de jóvenes exaltados intentó asesinar a Bolívar el 25 de
septiembre de 1828. La dictadura se endureció después del atentado. Catorce supuestos
conspiradores fueron ejecutados, y Santander y muchos amigos fueron deportados como
medida preventiva. Aun así, la avalancha represiva no logró terminar con la oposición a la
dictadura. En octubre estalló una revuelta en el Cauca, encabezada por José María
Obando y José Hilario López, que no logró ni siquiera a amenazar al gobierno, pero obtuvo
el control de la otrora región realista de Pasto. Otro levantamiento que fue fácilmente
controlado se presentó en Antioquia en septiembre de 1929. Poco tiempo después tuvo
lugar un golpe mucho más fuerte, esta vez, a finales del año, Páez se convirtió en cabeza
de un movimiento separatista.

Animados por las noticias procedentes de Venezuela, los seguidores de Santander


volvieron a movilizarse, pero su verdadero retorno a la vida política ocurrió cuando en
marzo de 1830, Bolívar desgastado por sus luchas y enfermo se alejó de la presidencia
rumbo a su exilio voluntario en Europa. Infortunadamente, no alcanzó a realizarlo, pues
murió en Santa Marta el 17 de diciembre.

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