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Camino independentista: El combate de Altos de Macuto, un itinerario de la vasta

Campaña de Carabobo, 1821.

Texto: Antonio José Delgado González / Iván López Calero

Entre el éxito dudoso de una campaña,


y el sacrificio cierto de nuestro ejército
por la peste y el hambre, no se puede vacilar.
Es, pues, de mi deber hacer la paz, o combatir.

Simón Bolívar.1

 Introducción.

Una tradición arraigada en la enseñanza de la historia de Venezuela, sobre todo,


en la Educación Primaria y Media, nos dice que, en la campaña de Carabobo de 1821,
se liberó el territorio venezolano, pero cuando nos detenemos a leer los documentos y
partes de guerra de 1821, encontramos que Venezuela y Nueva Granada, habían
manifestado su voluntad unionista con la formación de la República de Colombia. De
tal modo que, si nos atenemos a los papeles oficiales, que incluye a la Constitución de
Cúcuta del año 1821, el ejército que combatió en el campo de Carabobo, fue el ejército
colombiano, conformado por tropas neogranadinas y venezolanas, apoyadas por
legiones extranjeras comandadas por El Libertador Simón Bolívar, el hispano, el
colombiano, el caraqueño.
En la Batalla de Carabobo del 24 de junio de 1821, se hizo irreversible la
liberación de la Provincia de Caracas y el Departamento de Venezuela del dominio
español, con la reducción de la presencia española en territorio venezolano hasta su
expulsión definitiva en 1823. Antes y después de ese momento histórico, la mentalidad
de los líderes y combatientes se identificaba con el sentimiento americano, venezolano,
colombiano. Colombia era una vasta realidad territorial y algunos de los principales
miembros de la dirección política, la percibían como una unidad más allá de la alianza
militar que derrotó a las fuerzas españolas. Los colombianos tenían ante su vista, “…
una República naciente sobre una inmensa extensión de tierra, enriquecida con los más
preciosos dones de la benéfica Providencia: habitada por hombres que han preferido la
muerte á ignominiosa esclavitud…”2.
1
Simón Bolívar. Obras Completas, Vol. I, Oficio dirigido al Gral. Miguel de la Torre. Trujillo, 19 de
marzo de 1821, Documento 474, p. 454-455.
2
Correo del Orinoco Nº 114, Angostura: sábado 29 de septiembre de 1821.

1
En el mismo contexto de la Batalla de Carabobo de 1821, como vasta estrategia
militar, se llevó a cabo una importante operación de distracción o diversión encabezada
por el General José Francisco Bermúdez que tenía dos objetivos principales: La
conquista de Caracas y la división y desarticulación de las tropas realistas acantonadas
en el centro de la Provincia. El 14 de junio, diez días antes del enfrentamiento definitivo
en el campo valenciano, ocurrió en Altos de Macuto, en las cercanías del pueblo de
Santa Lucía3, un combate que contribuyó a la disgregación del ejército realista, a la
ocupación de Caracas y a la liberación del Valle del Tuy a favor de las armas
republicanas.
A partir de estas ideas, nos proponemos hacer ciertas valoraciones sobre el
significado de la marcha a Carabobo y su proyección en la conciencia histórica
nacional. Un debate que consideramos pertinente en el marco de la conmemoración del
Bicentenario de la Campaña de Carabobo y el combate final del 24 de junio de 1821.
Porque Carabobo la concibió El Libertador como una estrategia de largo plazo, que
aglutinó las fuerzas políticas y militares, en aras de la unidad americana prevista en la
Carta de Jamaica (1815), para garantizar la victoria republicana sobre España.
El ensayo está estructurado en cinco partes. En la primera, se expone la
importancia que revestía los diversos espacios geográficos de Venezuela en el contexto
del pensamiento estratégico del Libertador. Seguidamente, se valora la situación del
Valle del Tuy en el tiempo de la independencia resaltando algunos sucesos acaecidos en
el camino independentista; en la tercera parte, se revisa la situación de los ejércitos
patriota y realista en Venezuela a partir del 28 de abril hasta el 24 de junio de 1821, en
la que se establece una apreciación de la efectiva ejecución de los planes de Bolívar
sobre la marcha a Carabobo; como cuarto punto, se hace un abordaje de las acciones
bélicas ocurridas en el Valle del Tuy, con apoyo de fuentes acopiadas del Archivo del
Libertador y del Archivo del General Miguel de la Torre; en la quinta parte, esbozamos
una breve semblanza del General Felipe Macero, oficial español que participó en la
guerra de independencia a favor de las armas republicanas, y que tuvo una destacada
participación en las acciones del Tuy. Posteriormente, dedicó su vida a esta región en
materia económica, política y social.

 El contexto de la estrategia del Libertador en 1821.


3
Actual municipio Paz Castillo del Estado Bolivariano de Miranda.

2
Simón Bolívar, es alma e inspiración de centenares de escritos referentes a la
independencia de Venezuela y de Nuestramérica. Por ello, no es extraño que abunden
los escritos centrados en su figura, como vértice principal de toda la acción política y
militar de la independencia suramericana. Sin embargo, la historiografía que exaltó la
grandeza del prócer, terminó por opacar a otros hombres y mujeres que también
destacaron por su desprendimiento y gallardía en el contexto de la magna guerra. De
manera análoga, la geografía que visibilizó las grandes provincias capitales, desdeñó de
las pequeñas localidades, de las matrias. Alguno que otro pueblo, obligatoriamente era
referido por su innegable relevancia como campo de una gran contienda bélica.
Es necesario advertir que Bolívar intentó independizar a Venezuela del dominio
español, en al menos cuatro ocasiones. Desde Angostura cruzó los pantanosos llanos
venezolanos y las frías cumbres andinas; esta hazaña que tomó por sorpresa las
posiciones españolas en la Nueva Granada, culminó con la victoria de Boyacá (1819), la
rendición del Virreinato y la conquista de Bogotá. Seguidamente, El Libertador se
dirigió a Venezuela, con fines militares, al mismo tiempo, proponía proyectos
constitucionales para formar la gran República de Colombia y preparaba la Campaña
Libertadora del Sur del continente, en una demostración única de coherencia en su
pensamiento político y militar.
Desde 1818, el Libertador comprendió la importancia de cada espacio del
territorio venezolano y del continente suramericano, una importancia geoestratégica,
que debía tomar en cuenta en la lucha contra España, razón por la cual se informaba de
las condiciones y sucesos de los territorios constantemente. Bolívar no descuidó los
temas geopolíticos, económicos, sociales y militares, los atendía de manera diligente
diligente para alcanzar el objetivo. En la documentación de 1821, se observa esta
constante en el pensamiento bolivariano. Así lo leemos en una carta dirigida al coronel
Ambrosio Plaza desde Bogotá el 16 de enero de ese año, en la que expresa:
Desde el 5 del corriente llegue a esta capital (…) en mi marcha, pues entiéndete
con el vicepresidente para saber noticias de Cundinamarca y Quito. El general
Sucre ha ido a tomar el mando del ejército del Sur, porque el general Valdés no
ha hecho nada. Yo ya estoy restablecido de mis males, y marcho al Sur a tomar
medidas que salven aquel departamento de la anarquía y de la guerra, porque
todo él está animado de convulsiones patrióticas, y todo él se puede libertar con
la mayor facilidad. Yo estaré en Barínas en abril, y espero que para entrar
entonces todo, todo, todo estará al corriente para entrar en campaña, pues estoy

3
resuelto a terminar la guerra en Venezuela en este año, aventurándolo todo por
conseguirlo…4.

Bolívar aprovechó su permanencia en Bogotá y su investidura como presidente


de la República de Colombia, para encargar como vicepresidente del gobierno
colombiano a Francisco de Paula Santander. Con ese acto jurídico-político, el
Libertador delegó todas las tareas administrativas con completa autonomía de su cargo
como Presidente de la República en campaña y se dedicó a lo que él mejor sabía hacer,
comandar tropas; por otro lado, manifiestó su intención de pacificar la provincia de
Cundinamarca, “a tomar medidas que salven aquel departamento de la anarquía y de la
guerra, porque todo él está animado de convulsiones” 5, al final del párrafo, casi con la
certeza de un visionario, aseveró: “Yo estaré en Barínas en abril, y espero que para
entrar entonces todo, todo, todo estará al corriente para entrar en campaña” 6, en una
franca alusión a la Campaña de Carabobo que fraguaba a la par de la Campaña del Sur,
además de todas las acciones de carácter político que adelantaba para la consolidación
de la República de Colombia.
Para inicios del año 1821, el Libertador se encontraba intensamente activo:
gestionaba, planificaba y evaluaba la eficacia en el manejo de la estrategia militar y las
disposiciones políticas, al respecto, el historiador colombiano Indalecio Liévano
Aguirre, nos dice:
De este momento en adelante, ya nos es dable observar el funcionamiento, con
alto grado de eficacia, de esa organización militar que durante seis años había
constituido permanente preocupación del Libertador. Su estado mayor, su
secretaría y el Ministerio de Guerra en campaña, por conducto de centenares de
correos, regulaban con admirable precisión los movimientos de ejércitos
enteros, en un campo de operaciones que abarcaba medio continente. 7

Estas palabras de Liévano Aguirre, se pueden corroborar en la copiosa


correspondencia dirigida por Bolívar a Miguel de la Torre, en la cual trató los asuntos
diplomáticos y jurídicos post armisticios. También se puede verificar a través de los
documentos enviados a Francisco de Paula Santander, referidos a problemas
económicos, militares, logísticos y del desempeño y funcionamiento del congreso y la
primera magistratura de Colombia, así como de los planes militares para la liberación de
4
Simón Bolívar. Ob.cit.; Carta al coronel Ambrosio Plaza. Bogotá, 16 de enero de 1821. Documento 457,
pág. 524.
5
Ídem.
6
Ibídem.
7
Indalecio Liévano Aguirre. Bolívar. 2011, pág. 354.

4
Venezuela y la incorporación del ejército colombiano a la independencia e integración
del continente suramericano. Sobre este particular, en una carta enviada al General José
de San Martín, remitida desde Tunja el 04 de febrero de 1821, expresó:
Regularizada la guerra bajo los principios más liberales y filantrópicos que
jamás se hayan visto proclamar por ningún pueblo, y habiéndose tratado con
una perfecta igualdad, podría decirse reconocida la soberanía e independencia
de Colombia. (…) Ligadas mutuamente entre sí todas las repúblicas que
combaten contra la España, por el pacto implícito y virtual de la identidad de
causa, principios e intereses, parece que nuestra conducta debe ser uniforme y
una misma. Nada puede pretender una contra otra, que no sea igualmente
perjudicial a ambas, y por sentido contrario, cuando exija a favor de ésta, debe
entenderse respecto de aquélla.8

Todas las órdenes emitidas en esos meses desde el estado mayor y la secretaría
del Libertador, enmarcadas en el plan estratégico, tenían como objetivo neutralizar los
esfuerzos de las fuerzas expedicionarias, comandadas por Miguel de la Torre, para
someter la provincia de Venezuela y la Nueva Granada. Ese plan maestro, se componía
de un ataque simultáneo contra las distintas posiciones controladas por el enemigo,
concentrándose principalmente en las del centro de Venezuela, específicamente,
Valencia, el Alto Llano y la Provincia de Caracas. A este tenor, El Libertador creó un
conjunto de estrategias de distracción (o diversiones) que revelan su conocimiento del
territorio y la importancia que le daba a cada uno de esos espacios de la geografía
venezolana.
Bolívar marchó con sus tropas, las divisiones de Sucre, Lara y Montilla. Desde
los Andes, se encaminaron por Trujillo hasta el alto Llano y de allí a Mijagual en
Barínas, donde pretendía establecer su cuartel general. En ese lugar, debían converger
las fuerzas de Urdaneta, Páez y Bermúdez; ordenó a José Antonio Páez y a Manuel
Cedeño avanzar desde los llanos bajos a reunirse con su ejército en Guanare; al Gral.
Rafael Urdaneta, comandante de las fuerzas de Occidente, constituidas principalmente
por los regimientos de Trujillo y Maracaibo, le dispuso marchar sobre Barquisimeto,
pues las hostilidades debían reanudarse el 28 de abril, además en oficio dirigido por
Pedro Briceño Méndez se le resaltó la importancia de esa operación, ya que era “…la
primera y fundamental para toda la campaña. Sin ella nada sólido pueden ejecutar los
otros cuerpos de ejercito por esta parte”9. A la división trujillana de Cruz Carrillo,
también mandó a movilizarse por Barquisimeto, Carora y tomar Puerto Cabello, de
8
Simón Bolívar. Ob.cit.; Carta al Exmo. señor Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de La
Plata, Tunja, 04 de febrero de 1821. Documento 465, págs. 532, 533.

5
manera que se le cortase el paso al enemigo a la hora de abastecerse o fugarse; mientras
que el Batallón de La Guardia, ubicado en Trujillo, debía unirse con el ejército de
Apure.
Por otra parte, al General Carlos Soublette se le comunicó colocar el ejército de
Oriente bajo el mando del Gral. José Francisco Bermúdez, quien tenía como objetivo
estratégico la conquista de Caracas, embestir cada posición enemiga de importancia en
su camino e infligir a estas el mayor daño posible y la extracción de sus recursos. En un
oficio firmado por Pedro Briceño Méndez, observamos:
Que V.E. sabe cuál es el primer objeto del ejército de Oriente. Todo debe
intentarse y emprenderse para lograr la ocupación de Caracas. Conseguido
esto, se apresurará V.E. por sacar de aquella ciudad todos los recursos que
tenga para continuar la guerra, reforzando el ejército con cuantos cuerpos
puedan formarse al momento, vistiéndolos y proporcionándoles toda especie de
socorros, de modo que se pongan en aptitud de seguir y terminar sus
operaciones con el mejor suceso, y atraer sobre esta división que debe fatigar e
inquietar al enemigo obligándolo a que destaque sobre esa parte una fuerte
división que deje expuesto el cuerpo principal del ejército español a ser
destruido inmediatamente por éstos, que lo observarán cuidadosamente y
aprovecharán la ocasión que se presente de batirlo con ventajas. 10

La operación militar conocida como Diversión de Bermúdez, dio los resultados


esperados, porque dividió y debilitó el grueso de las tropas realistas, y las atrajo hacia
las posiciones republicanas de Barlovento, el Valle del Tuy y Caracas. Bolívar
convencido del éxito de su plan, estaba resuelto a terminar la guerra en Venezuela. No
solo concibió la idea de dividir y debilitar las tropas enemigas, sino que en caso de que
el plan fuera develado por el adversario y se concentrase todo en un mismo lugar para
dar batalla, igual perdería gran parte de los pueblos y ciudades que aún conservaba. La
reacción realista resultó a la postre inútil y tardía.
Para el estratega republicano, cada región por las que ordenó marchar a su
ejército era vital, ya que constituían espacios donde suministraban al ejército enemigo
alimentos, tropas, auxilio foráneo de refuerzos y pertrechos (Puerto de La Guaira y
Puerto Cabello) o representaba la concentración del ejercicio del poder político
(Caracas).

9
Pedro Briceño Méndez. Oficio dirigido al señor general de división Rafel Urdaneta, Barinas 11 de abril
de 1821. Archivo del Libertador. O’L. Vol XVIII, primera parte, fº 168 y 169. Consultado en línea,
Documento 5489.
10
Pedro Briceño Méndez. Oficio dirigido al vicepresidente de Venezuela Carlos Soublette, Barinas 13 de
abril de 1821, Archivo del Libertador. O’L Vol. XVIII, primera parte, fº 177-178 y vto. Consultado en
línea, Documento 5508.

6
 EL valle del Tuy: en el contexto histórico del camino independentista.
El Valle del Tuy integraba una microrregión de la provincia de Caracas, cuya
dinámica geohistórica a principios del siglo XIX giraba en torno a la sociedad colonial
implantada, caracterizada por núcleos urbano-rurales de producción agrícola, pecuaria y
una rudimentaria industria artesanal, donde destacaban las haciendas cacaoteras,
cafetaleras, añileras y demás frutos, destinados al mercado caraqueño y a la exportación
atlántica. La provincia de Caracas, por mandato de su Constitución, firmada el 31 de
enero de 1812, estructuró su territorio en departamentos, cantones y distritos.
Quedó dividida en 5 jurisdicciones: Caracas, San Sebastián, los valles de
Aragua, Barquisimeto y San Carlos; en el artículo 7 de esa Constitución el
departamento Caracas comprendió 3 cantones: el del Tuy, cuya capital era Sabana de
Ocumare; el de Los Altos, que tuvo por capital a Petare y el de Caracas y sus costas
vecinas, con capital en la ciudad homónima.Aquel ordenamiento político-administrativo
y territorial quedó truncado por el estallido de la guerra de independencia y se debilitó
el marco administrativo de la tradicional provincia de Caracas.
Los negros esclavos y los peones libres constituían la mano de obra en los
labrantíos. Los caminos y desfiladeros del cantón, servían como garganta de paso y
comunicación entre los llanos guariqueños y la ciudad de Caracas, especialmente el
denominado camino de Los Pilones. Durante la cruenta guerra de independencia que se
libró en territorio venezolano entre 1812 y 1821, período de guerra a muerte, de acción
realista y reacción republicana, la economía de plantaciones del Valle del Tuy quedó
casi desarticulada en su totalidad como consecuencia de las incursiones militares de los
bandos en pugna.
Un ejemplo de esa violencia, la encarnó Francisco Rosete y sus tropas en los
meses de febrero y marzo de 1814. El jefe realista instigó con ofertas de libertad, la
rebelión de esclavos contra sus amos 11. Masacró gente blanca, mató a los peones que
salían al campo a trabajar y arrojó al río la producción de café, añil y azúcar que
encontraron lista para ser enviada a Caracas.
Las crueldades cometidas por el depredador Rosete en la Sabana de Ocumare,
era expresión de que la guerra en el Tuy y en toda la provincia de Caracas, había

11
Manuel Rodríguez Campos, “Venezuela República, los primeros pasos” en Revista Tierra Firme, p.
158.

7
tomado signos raciales. Allende, en los llanos guariqueños, Boves dio la orden de no
dejar un solo blanco vivo por dos razones: “…la primera, por tener destinado aquel
territorio para los pardos, y la segunda, para asegurar su retirada en caso de una
derrota, pues no se fiaba de los blancos cuya compañía le desagradó siempre…”12, pero
con los pardos compartía comida y se divertía.
El Tuy Medio era uno de los graneros de la capital y según testimonios de la
época, Rosete se proponía destruirlo como castigo a los hacendados partidarios de la
independencia13. Por el bando republicano salieron a su encuentro Juan Bautista
Arismendi y José Félix Ribas, quien con sus tropas logró repeler la embestida del
realista y lo puso en fuga.
Desde el punto de vista historiográfico, llama la atención la valoración que le dio
al suceso la Gazeta de Caracas, en ese instante, en manos patriotas, y el contraste con el
relato que años más tarde escribió el venezolano-realista José Domingo Díaz. El boletín
caraqueño elogiaba las virtudes y riqueza agrícola del Tuy; pero lamentaba el estado de
desolación y miseria en que se encontraba, tras el baño de sangre y los crímenes
perpetrados por el sanguinario Francisco Rosete14.
Por su parte, José Domingo Díaz, enemigo acérrimo de la independencia y
furibundo detractor del Libertador, en su obra Recuerdo de la rebelión de Caracas,
ignoró o dejó pasar bajo la mesa, la masacre ejecutada por los realistas en Ocumare,
pero no ahorró tinta cuando lanzó denuestos contra los patriotas:
En esta terrible situación, el brutal asesino Juan Bautista Arismendi, que la
mandaba como gobernador, reunió setecientos hombres de todas clases, avisó a
La Victoria a don José Félix Ribas y marchó para Ocumare. A los primeros
tiros huyó Arismendi, y pocos escaparon de tantos infelices como había llevado
al sacrificio.
Poco tiempo después, esto es el 24 de marzo, llegó Ribas a Caracas con
seiscientos de sus soldados; corrió al Tuy y deshizo nuestras tropas, mandadas
por un hombre incapaz de su mando15.

Es la versión de la historia contada por vencedores y vencidos. Porque hay que


recordar que, en la alternancia de sucesivas victorias y derrotas, la opinión en la Gazeta
cambiaba de acuerdo al bando que controlara el poder político en toda la provincia.

12
José Gil Fortoul, Historia constitucional de Venezuela, vol. I. p. 370.
13
Manuel Rodríguez Campos, Ob. cit., p. 162.
14
Ver Gazeta de Caracas, reproducción facsimilar Biblioteca ANH, 1983.
15
José Domingo Díaz, Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, p. 138.

8
Siguiendo con los hechos de 1814, en un documento fechado en mayo de ese año, se
aprecia una breve exposición del alzamiento de los esclavos:
…Todas las esclavitudes de los Echesurias fueron sublevadas. Se han
presentado algunos. La del C, Joaquín Arestigueta asesinado en la iglesia de
Ocumare por Rosete, también fue sublevada (…) La esclavitud del Presbítero
Mateo Monasterio fue obligada a tomar las armas…16

Cuando los esclavos se sublevaron en el Tuy, en los alrededores de Guarenas o


Guatire, no se contenían con quemar las haciendas, no se contentaban con quemar las
casas, no les bastaba con matar al amo y violar a la mujer, ni con matar a los hijos.
Mataban hasta los caballos, las reses, cortaban los árboles, es decir, destruían todo lo
que les recordaba su condición17. El levantamiento de esclavos y el desplazamiento de la
mano de obra, provocó una seria destrucción de las unidades de producción que
repercutió inevitablemente en la economía del Valle del Tuy, en el desabastecimiento de
mercaderías hacia el mercado caraqueño y una reducción en el comercio exterior.
Sin duda alguna, los cantones agrícolas del Tuy (Santa Lucía y Sabana de
Ocumare), así como sus áreas de influencia, tenían una importancia geoestratégica. De
la estabilidad política local y regional, dependía no solo la estabilidad económica de
toda la provincia, sino también el suministro de alimentos, víveres y frutos para los
habitantes de la capital y el sostenimiento de las tropas. Esa situación la comprendía
muy bien el mando realista acantonado en Caracas. En mayo de 1815, el Capitán
General ordenó la recopilación de víveres necesarios para las tropas expedicionarias que
estaban por llegar a La Guaira y Caracas:
…es necesario que Vuestra Señoría se sirva darnos ordenes (sic) a los Tenientes
de Justicia Mayores de Santa Lucia, Sabana de Ocumare, Valle de San Antonio,
Cúa, San Pedro, La Victoria, El Consejo, Petare, Guarenas, Guatire y Valles de
Barlovento a fin de que por su parte agiten y ansíen cuanto sea posible la
remisión de granos, legumbres y demás que haya en sus respectivos
reservorios18.

Bolívar también comprendió la importancia geoestratégica del Valle del Tuy, sus
recursos y su cercanía a Caracas. En una comunicación con Pedro Zaraza, fechada el 19
de febrero de 1818, le hizo referencia al coronel Rafael López, jefe realista del ejército

16
Gaceta de Caracas, Ob, cit.,
17
German Carrera Damas, Una nación llamada Venezuela, p. 55.
18
“Orden del Señor Capitán General sobre la recopilación de víveres necesarios para las tropas que están
por llegar. Fechado en Caracas, 5 de mayo de 1815”, Archivo General de la Nación, La Colonia,
Gobernación y Capitanía General, legajo N° 06 12 0001, Año 1815, Folio 74, Documento 40. (En
adelante AGN-C).

9
de Morillo, que había sido derrotado en los llanos. Al parecer, el coronel López decidió
huir hacia Caracas por el camino de Los Pilones para escapar de la persecución. El
Libertador, que suponía la lenta marcha del enemigo por el gran número de pertrechos,
heridos, el desgaste y cansancio de sus tropas, ordenó a Zaraza destinar una partida al
mando de un buen oficial para:
…molestarle mucho en la retirada, y apresarle todos los cansados y algunos
equipajes. Envíe, pues, V.S. inmediatamente un cuerpo volante que ejecute esta
operación, y que recorriendo continuamente aquellas inmediaciones, intercepte
las comunicaciones con los Valles del Tuy y sabana de Ocumare, impida la
introducción de ganados y bestias, indague por medio de espías la situación,
movimientos e intentos del enemigo en Caracas, y procure poner en
insurrección los Valles del Tuy y Orituco, dirigiéndoles las proclamas que con
este objeto y para que V.S. las publique y circule, le incluyo… 19.

Al cabo de un mes, el 14 de marzo de 1818, Bolívar en una proclama dirigida a


los habitantes de los Valles del Tuy, convidaba a todos los hombres a tomar las armas a
favor de la República. El llamado era extensivo a los antiguos esclavos:
Artículo 1º Todos los habitantes hábiles para tomar las armas se reunirán en los
pueblos de su jurisdicción trayendo consigo sus armas y sus bestias, o
presentando las que tengan para el servicio de la República.
Artículo 2ºAbolida la esclavitud en Venezuela, todos los hombres que antes eran
esclavos se presentarán al servicio para defender su libertad.
Artículo 3º Los que sepan dónde existan bienes del enemigo los denunciarán
para su captura20.

En ese documento, Bolívar tuvo como propósito sumar la mayor cantidad de


hombres armados y disponer de la mayor cuantía de recursos posibles destinados a la
guerra y al sustento de las tropas. Esos recursos incluían los bienes capturados y
secuestrados al enemigo, como lo indicó en el bando. En cuanto a la libertad de los
esclavos, el asunto lució quimérico. Si bien el decreto antiesclavista pareció un
planteamiento sincero por parte del Libertador, en la práctica resultó infructuoso,
porque la sociedad colonial implantada que devino en crisis, era una sociedad
monárquica, jerárquica, esclavista y discriminatoria.

Días antes del combate definitivo de Carabobo, los comandantes realistas


mostraron preocupación por la estabilidad del Valle del Tuy. Noticias o rumores de la
posible entrada del jefe republicano Pedro Zaraza con sus tropas en Ocumare, provocó
19
Documento 2689. Oficio de Bolívar para el General de Brigada Pedro Zaraza, [En línea] [Fecha de
consulta: [22 de abr. de 21] Disponible en: http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/inicio.php
20
Documento 2765. Bando de Bolívar a los habitantes de los Valles del Tuy (...), [En línea] [Fecha de
consulta: 22 de abr. de 21] Disponible en: http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/inicio.php

10
el movimiento de Morales hacia Petare21. El 1 de junio de 1821, José Pereira solicitaba
con urgencia el envío de todo el tercer Batallón del Rey apostado en Caracas y La
Guaira, para frenar a los 600 patriotas de infantería y caballería, que se dirigían hacia
Caucagua a reunirse con el General Bermúdez, llevando consigo bestias y ganado que
encontraban sobre la marcha y pueblos22. La desesperación se apoderaba de los realistas,
que se quejaban por no contar con el apoyo de los pueblos y reclamaban al encargado de
Hacienda Pública en Caracas, el auxilio con los víveres que necesitaban para la
subsistencia de esa tropa23.
Pero la guerra no solo trajo consigo ruina física, política, desolación y muerte,
sino que, una vez superada la confrontación bélica, sobrevino un proceso de
restauración republicana en los aspectos político-administrativo y territorial, que muy
bien puede ser descrito como una continuidad del primer intento de organización
provincial iniciado con la Constitución de Caracas en 1812. Tenemos entonces, que a
los pocos meses del triunfo de las armas del ejército colombiano en Carabobo y la
consolidación de la República de Colombia, se llevó a cabo una nueva división
territorial. La Ley del 2 de octubre de 1821 organizó el territorio en departamentos, los
departamentos en provincias; las provincias en cantones y los cantones en parroquias.
La misma ley reconocía 7 departamentos, de ellos sólo 3 en el ámbito venezolano.
Esto influyó negativamente en la Provincia de Caracas y su capital, al sufrir
disminuciones y subdivisiones. Por la ley del 25 de junio de 1824, se introdujeron
cambios al crearse nuevas entidades que se segregaron del departamento de Venezuela,
formándose el nuevo departamento de Apure con las provincias de Apure y Barinas. El
nuevo departamento de Venezuela, se redujo a las provincias de Caracas y Carabobo,
separada esta última del espacio provincial caraqueño, la provincia de Caracas quedó
disminuida y dividida en 12 cantones: Caracas, La Guaira, Caucagua, Río Chico,
21
Ramón Correa. Carta de Correa a La Torre participándole haber llegado a Caracas y le da noticias de
las actividades de ciertos jefes. Caracas, 29 de mayo de 1821, en: Archivo General de la Nación.
Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 24, Folio
34, p.56.
22
José Pereira. Oficio del Sr. Pereira al Capitán General, desde Guarenas, pidiéndole el envío con
urgencia del tercer Batallón del Rey. Guarenas, 1 de junio de 1821, en: Archivo General de la Nación.
Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 27, Folio
37, p.62.
23
Miguel de La Torre. Oficio del General en Jefe al Comandante del 2.° Batallón de Valencey
ordenándole oficio al encargado de Hacienda Pública en Caracas para que auxilie a la tropa que se
encuentra en Camatagua, Orituco y Ocumare. Carabobo, 7 de junio de 1821, en: Archivo General de la
Nación. Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 62,
Folio 75, p.107.

11
Sabana de Ocumare, La Victoria, Maracay, Cura, San Sebastián, Santa María de Ipire,
Chaguaramas y Calabozo; al poco tiempo se constituyeron nuevos cantones adscritos a
esta provincia de Caracas, como los de Petare, Orituco y Guarenas.

 La situación de los ejércitos en pugna, a partir del 28 abril de 1821.


La incorporación de Maracaibo, el 28 de enero de 1821, a la provincia de
Venezuela y por lo tanto a la naciente República de Colombia (La Grande), fracturó las
relaciones establecidas entre los realistas y los patriotas; dicho suceso, lo juzgó el
Mariscal de Campo Miguel de La Torre, como una fragante violación a los tratados
firmados en Trujillo entre los días 25 a 27 de noviembre de 1820; y así se lo hizo saber
en respuesta a un oficio del general Rafael Urdaneta en correspondencia dirigida desde
su cuartel de Caracas el 15 de febrero de 1821, en la cual acotaba que:
…Yo espero, pues, de la sinceridad de V.S., como una prueba que justifique la
conducta del gobierno de que depende, no disponga la ocupación de Maracaibo,
traspasando los límites acordados por los comisionados que al efecto se
nombraron; porque de ejecutarse la consideraré como una medida hostil que no
debo observar con indiferencia…24

El general Rafael Urdaneta, dirigió varios oficios a La Torre, en los que explicó
los acontecimientos de Maracaibo: que los patriotas nada tenían que ver con lo ocurrido,
y justificó su posterior accionar en nombre de la república de Colombia. Con el mismo
tenor, el Libertador apuntó algunas misivas al jefe español, en las que justificaba por
qué la república no consideraba el pronunciamiento independentista marabino, como
una violación al Armisticio de 1820; pero el jefe realista se mostró soberbio e inflexible
cuando el 21 de marzo respondió:
…en conformidad con el oficio de V.E., y en cumplimiento del artículo 12 del
tratado de armisticio que en él se cita, habiéndolo recibido el 19 del actual, las
operaciones militares comenzarán el 28 del próximo abril. (…) el mundo
juzgará sobre el origen de los males que van nuevamente a desolar estas
desgraciadas comarcas, y no hará pesar su tremenda responsabilidad sobre el
gobierno español.25

El Libertador, acusó recibo de este oficio desde Payara el 28 de marzo, donde


lamentó la confirmación del reinicio de las hostilidades, pero al mismo tiempo, refutó
las acusaciones que expuso Miguel de la Torre para justificar sus acciones, y dejar ante
24
Miguel de la Torre. Oficio dirigido al General Rafael Urdaneta, Cuartel General de Caracas, 15 de
febrero de 1821, en José Domingo Díaz. Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas, p. 213-214.
25
Ídem. Oficio dirigido al Excelentísimo Señor Simón Bolívar, Cuartel General de Caracas, 21 de marzo
de 1821, en José Domingo Díaz. Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas p. 216-217.

12
el mundo el juicio moral de que los sucesos de Maracaibo provocaron un hecho
abiertamente violatorio del Armisticio.

Bolívar, intuía que la intransigencia realista echaría por tierra el armisticio, por
tal razón, envió oficios de advertencia sobre el posible reinicio de la guerra a cada uno
de sus oficiales. Dispuso que todos los cuerpos de caballería que estaban en Trujillo
marcharan a Barínas y que el general Urdaneta se desplazase desde Maracaibo, con el
objeto de asegurar la provincia y organizar una expedición contra Coro, aún bajo
dominio realista, y luego, reunirse en el cuartel general de Mijagual. El cuadro de
movimientos en el occidente lo completaron las acciones de Cruz Carrillo sobre
Barquisimeto, de allí, a Nirgua hasta San Felipe. Allí creó un foco perturbador sobre
Valencia que atrajo la atención y el encuentro con tropas enemigas. Las tropas de
Manuel Cedeño y José Antonio Páez salieron desde el Apure hasta Mijagual. Por su
parte, el Libertador ya se encontraba en Barínas desde abril de 1821.
Iguales instrucciones dictaminó a Carlos Soublette para la marcha de los
patriotas orientales:
Que habiendo recibido el enemigo la intimación del rompimiento de
hostilidades el 19 de marzo, queda cumplido el plazo de 40 días el 27 del
corriente, y debe V.E. hacer mover el ejército el 28 sin falta, para aprovechar
los primeros momentos, que son sin duda los más favorables26.

Bolívar designó al general José Francisco Bermúdez para comandar las acciones
que tenían como objetivo primario generar una distracción 27 de todas las tropas a favor
del Rey español en la provincia de Caracas, que se centraba principalmente en
Barlovento, el Tuy, Caracas y los Valles de Aragua. El cuadro oriental se debía
completar con un desembarco de Juan Bautista Arismendi en La Guaira desde
Margarita, y una acción de ataque a las tropas realistas en Altagracia de Orituco y
pueblos cercanos conducida por el Generales Monagas y Pedro Zaraza.
Para abril de 1821 el total de las tropas patriotas ascendían a unos 10.000 28
efectivos aproximadamente, y el territorio ocupado por las tropas libertadoras se

26
Pedro Briceño Méndez. Oficio dirigido al vicepresidente de Venezuela Carlos Soublette, Barinas 13 de
abril de 1821, Archivo del Libertador. O’L Vol. XVIII, primera parte, fº 177-178 y vto. Consultado en
línea, Documento 5508.
27
N.A: A todo el conjunto de ataques y acciones realizadas por el General José Francisco Bermúdez
desde el 28 de abril hasta el 23 de junio de 1821, posteriormente se le ha dado el nombre de la Diversión
de Bermúdez.
28
Eleazar López Contreras. Bolívar Conductor de Tropas, 1971, p.165.

13
circunscribía a los limites demarcados en las negociaciones del armisticio de 1820, los
cuales correspondían en gran medida a todo el oriente (a excepción de Cumana que era
defendida por una guarnición realista), el sur de Venezuela, además de los llanos de
Apure y Barinas, quedaron fijados en el tratado de la forma siguiente:
El río Unare, remontándolo desde su embocadura al mar hasta donde recibe el
Guanape; las corrientes de éste subiendo hasta su origen; de aquí una línea
hasta el nacimiento del Manapire; las corrientes de éste hasta el Orinoco; la
ribera izquierda de éste hasta la confluencia del Apure; éste hasta donde recibe
al Santo Domingo; las aguas de éste hasta la ciudad de Barinas, de donde se
tirará una línea recta hasta Boconó de Trujillo; y de aquí la línea natural de
demarcación que divide la Provincia de Caracas del Departamento de Trujillo 29

El número de tropas del ejército expedicionario español comandado por Miguel


de La Torre en abril de 1821 ascendía a unos 13.50030 efectivos repartidos en las
diversas posiciones defendidas, su ocupación territorial se concentraba principalmente
en el centro-norte-costero y occidental de Venezuela específicamente en los territorios
de Barlovento, Caracas, La Guaira, El Valle del Tuy, Calabozo, llanos guariqueños, los
Valles de Aragua, Valencia, Puerto Cabello, Araure, San Carlos, Guanare, San Felipe,
Barquisimeto y Coro.

Territorios bajo control realista y patriota en Venezuela según el Tratado de Armisticio de


noviembre de 1820 (¿Fuente del mapa?)

En líneas generales, el desarrollo de las acciones a partir del 28 de abril, se


ejecutaron casi como el libertador las dispuso, pero también es razonable imaginar que

29
Tratado de Armisticio, Artículo 3, numeral 1º. Trujillo, 26 de noviembre de 1820. Consultado en Línea
en Biblioteca Virtual Universal. Abril de 2021. www.biblioteca.org.ar
30
Eleazar López Contreras. Ob.cit., p.166.

14
cada movimiento tomó su propia dinámica. Así las cosas, Urdaneta enfermó en el
camino y la conducción de su tropa la asumió el coronel Antonio Rangel. Bolívar que
pretendió inicialmente usar Mijagual para el establecimiento de su Cuartel General y
como consecuencia de los éxitos del avance patriota, pudo fijar su cuartel en Guanare y
luego en San Carlos; a su vez, el accionar de Bermúdez en el centro hizo de su
movimiento el más efectivo de la campaña, pues no solo logró entretener y destrozar
gran parte de las tropas enemigas del centro, sino que además, Miguel de la Torre
ordenó a Francisco Tomás Morales desplegar tropas de los llanos centrales sobre
Caracas y La Guaira para contrarrestar el avance de Bermúdez a Valencia, y de esa
manera, unirse al grueso del ejército libertador.
Una vez ocupado San Carlos, Simón Bolívar informó a José Antonio Páez y
Manuel Cedeño, para concentrarse en el cuartel general de esa ciudad. Por su parte,
Miguel de la Torre, concibió un plan de ataque directo a las tropas republicanas, con
apoyo de Morales y 1000 hombres del batallón 2º de Valencey. Dicho plan se frustró
por la desmembración de ese cuerpo de combate para contener a Bermúdez en Caracas
y un posible ataque de Páez en las márgenes del Apure. De acuerdo a información falsa
que se hizo circular, los realistas esperaban un ataque de Páez con sus tropas a través de
los llanos, y por todos los medios buscaban saber dónde se encontraba. Pero el Centauro
de los Llanos se encaminaba hacia Mijagual en Barínas y luego a San Carlos según las
instrucciones dadas por el Libertador.
Al general José Francisco Bermúdez, comandante del ejército de Oriente 31,
correspondió la responsabilidad de las maniobras militares sobre la provincia de
Caracas en el desarrollo de la Campaña de Carabobo, su principal objetivo, como se dijo
anteriormente, era distraer y atraer sobre sí las tropas monárquicas de la región, acción
que disminuyó el grueso del ejercito realista en las afueras de Valencia32. Al reiniciarse
las hostilidades y con las orientaciones del Libertador33, salió Bermúdez con algo más
31
Héctor Bencomo Barrios. Los Héroes de Carabobo, 2004, p.40.
32
En oficio enviado por Pedro Briceño Méndez al General José Francisco Bermúdez desde el cuartel de
Chitagá el 16 de febrero de 1821, por orden del libertador se le ordenaba que: “…Con este motivo se
recomienda a V.S. lo que se le dijo antes de celebrarse el armisticio con respecto a sus operaciones, que
deben extenderse a ocupar todo el país posible después de libertar a Caracas, distrayendo y llamando
vivamente la atención del enemigo sin aventurarse nunca a una batalla en que no tenga V.S. la
probabilidad de alcanzar el suceso.” Archivo del Libertador. O’L Vol. XVIII, primera parte, Fº 75 y vto.
Consultado en línea, DOCUMENTO 5337.
33
Pedro Briceño Méndez. Oficio dirigido al vicepresidente de Venezuela Carlos Soublette, Barinas, 13 de
abril de 1821. “…y debe V.E. hacer mover el ejército el 28 sin falta, para aprovechar los primeros
momentos, que son sin duda los más favorables…” Archivo del Libertador. O’L Vol. XVIII, primera

15
de 1200 hombres el 28 de abril desde Boca de Uchire en dirección a Caracas, entre sus
oficiales se contaba al coronel Francisco Vicente Parejo como Jefe del Estado Mayor
del Ejercito de Oriente, posteriormente, se le unió el Coronel Felipe Macero quien desde
1820, operaba como jefe de operaciones en Barlovento, la serranía del interior y el Valle
del Tuy34.
Bermúdez se movió rápidamente contra el enemigo. Utilizó el elemento sorpresa
en sus ataques, con lo cual logró capturar posiciones importantes, desalojó las escasas
tropas realistas que se encontraban en los pueblos barloventeños. El 8 de mayo tomó
Tacarigua de la Laguna y el mismo día expulsó de El Guapo a 500 hombres del Batallón
Hostalrich al mando del coronel realista José Isturiz, para el 11 de mayo entró sin
oposición alguna a Caucagua. Ese mismo día derrotó en el caserío de Chuspita a 470
hombres perteneciente a los restos del batallón Hostalrich de Tacarigua que se unieron a
una columna comandada por el General Bernardo Ferrón; para el 12 de mayo trabó un
feroz combate por 3 horas en el Trapiche de El Rodeo en Guatire donde venció al
general Ramón Correa.
El 14 de mayo, a las 5 de la tarde. Entró Bermúdez a Caracas y dio por cumplido
lo ordenado por el Libertador 35. Así lo comunicó Carlos Soublette en carta al Correo del
Orinoco escrita el 17 de mayo y publicada en número extraordinario el 31 de mayo, en
el que se lee:
el esforzado General Bermúdez por marchas rápidas y bien dirigidas, en que
superó quantos obstáculos y resistencia le opuso el enemigo, había avanzado el
14 hasta el pueblo de Guarenas, y que el 15 entraria en Caracas. (…) se
recibieron ayer à las 11 de la mañana otros despachos de S.E. dese Uchire en
data del 18, avisando que efectivamente había sido ocupada aquella capital el
mismo día 14 à las 5 de la tarde.36

En ese número del correo del Orinoco, se dieron detalles por primera vez al
público del avance de Bermúdez sobre Caracas y las acciones ocurridas en Barlovento y
El Rodeo, tras información suministrada por el coronel José Vicente Parejo y el general
Carlos Soublette. Bermúdez se detuvo en Caracas solo para reabastecerse, reforzó su
ejército con 800 hombres de Caracas e inmediatamente emprendió marcha tras Ramón
parte, fº 177-178 y vto. Consultado en línea, Documento 5508.
34
Héctor Bencomo Barrios. Ob.cit., p.120.
35
Pedro Briceño Méndez. Ob.cit., Documento 5508. “Que contando S.E. con que se moverán todas esas
tropas el día señalado arriba, calcula que para el 15 de mayo a más tardar, debe haber libertado a
Caracas o estar en sus inmediaciones amenazándola…”.
36
Correo Extraordinario del Orinoco, Ocupación de caracas por las armas de Colombia, jueves 31 de
mayo de 1821, p.01.

16
Correa quien huyó de Caracas a La Victoria, en esa población Bermúdez lo enfrentó el
18 de mayo y lo derrotó vergonzosamente37.
El 19 de mayo Miguel de la Torre se encontraba en Araure. Enterado de los
sucesos de Barlovento y de Caracas y ante el avance de Bermúdez por la retaguardia,
ofició a Ramón Correa para que el “Brigadier Don Francisco Tomás Morales tome el
mando de las tropas que V. S. tiene a sus órdenes y las que se reunan por la disposición
sufrida en los Valles de Barlovento.” 38. En este sentido, ordenó el movimiento de
Morales sobre el Valle de Aragua, quien se movió desde Calabozo con los Batallones
Burgos y Segundo del Rey. Bermúdez avisado de los movimientos de Morales,
emprendió la retirada desde La Victoria hasta Laguneta del Consejo sin presentar
combate alguno, no obstante, perpetró ataques de atracción sobre las fuerzas realistas,
pues su objetivo principal era alejar al enemigo de Valencia hasta consumar su
desmembramiento.
Los patriotas se fortalecieron en el sitio de El Márquez, entre Las Lajas y Las
Cocuizas cerca de los Teques. Allí sufrieron ataques por parte del Brigadier español el
24 de mayo. Embestida repelida efectivamente por los republicanos, pero debido a la
carencia de municiones, Bermúdez se retiró a Caracas y junto a Carlos Soublette tomó
la vía hacia Guatire. Los republicanos consolidaron sus posiciones en El Rodeo, donde
recibieron el refuerzo de 500 hombres de parte del coronel Felipe Macero, 300 que
aportó Juan Bautista Arismendi y 300 que trajo el coronel Francisco Avendaño.
Resumiendo, Bermúdez cumplió con efectividad las órdenes de Bolívar: ocupó
Caracas en la fecha prevista, avanzó hasta La Victoria, distrajo la atención del Mariscal
La Torre sobre el ejército libertador y su intención de atacarlo frontalmente tal como lo
tenía planeado, aunado a ello, la decisión de enviar el Batallón 2º de Valencey para
recuperar la capital al mando de Francisco Tomás Morales, significó una disminución
significativa de las huestes realistas en el Guárico, que se tornó favorable a los
republicanos.

 El combate de Altos de Macuto, un itinerario de la vasta Campaña de Carabobo,


junio de 1821.
37
Correo del Orinoco. Documentos oficiales sobre la Campaña del Exercito de Oriente, sábado 16 de
junio de 1821, número 107, p.01-02.
38
Miguel de La Torre. Oficio del General en jefe al Capitán General, ordenándole entregue el mando de
las tropas al Brigadier Morales, en Archivo General de la Nación. Carabobo desde la perspectiva
española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 13, Folio 22, p.42.

17
Para el 31 de mayo de 1821, los bandos en pugna se encontraron nuevamente en
El Rodeo39. Allí, las tropas de Bermúdez resistieron los ataques de los realistas
comandados por José Pereira, quien llegó a Guarenas el 29 de mayo y estableció su
comando. Así lo describe un oficio enviado por el general Ramón Correa a Miguel de
La Torre, desde Caracas el 30 de mayo:
Pereira persigue la retirada de Bermúdez, ayer cerca de noche le alcanzó en El
Rodeo, le mató diez hombres y le hizo cinco prisioneros, veremos si hoy lo
vuelve a alcanzar que lo dificulto a pesar de la rápida marcha de su tropa. 40

El 31 de mayo había transcurrido un mes y tres días de marchas y


contramarchas, en las que los dos ejércitos vieron mermadas sus fuerzas y sus recursos:
escaseaban las municiones, los alimentos y los brazos para el combate. Motivos por lo
cual ambos comandantes enviaron comisiones en busca de lo necesario para el
sostenimiento de sus tropas.
De este modo, el Valle del Tuy se convirtió nuevamente en la fuente proveedora
de esos recursos; el 29 de mayo, Bermúdez giró instrucciones al coronel Felipe Macero
y sus hombres de confianza con el objetivo de proveerse los enseres necesarios en el
valle tuyero. Por otro lado, el 1 de junio, el jefe realista José Pereira, desde su cuartel en
Guarenas, notificaba a Miguel de la Torre lo siguiente:
El Comandante de la Columna de los Valles de Ocumare, Don Lucas González,
avisa de Santa Lucía con fecha de ayer que los enemigos en número de 600 de
Infantería y Caballería, se habían puesto en retirada para Caucagua a unirse
con Bermúdez, llevándose bestias y ganado que encontraron sobre la marcha y
pueblos y sólo la precipitación con que nuestras tropas los perseguían les obligó
a abandonar cerca de 100 reses41.

En el oficio Pereira reveló que los pueblos del Tuy proveían, hombres armas y
alimentos para las fuerzas republicanas. En el mismo documento, el comandante realista
también advertía sobre la necesidad de movilizar al tercer Batallón del Rey:

39
Feliciano Montenegro Colón. Geografía General para el uso de la juventud de Venezuela. 1837, p.355.
40
Ramón Correa. Carta de Correa a La Torre comunicándole ser conveniente la venida de la Guarnición
de Cumaná a La Guaira, le da noticias del movimiento de Pereira y Morales. Caracas, 30 de mayo de
1821, en: Archivo General de la Nación. Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su
estudio 1821. Tomo I, Documento 25, Folio 35, p.58.
41
José Pereira. Oficio del Sr. Pereira al Capitán General, desde Guarenas, pidiéndole el envío con
urgencia del tercer Batallón del Rey, Guarenas 01 de junio de 1821, en: Archivo General de la Nación.
Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 27, Folio
37, p.62.

18
…y para salir del paso necesito con urgencia a todo el tercer Batallón del Rey
que guarnece la Capital y Guaira, quien volverá, a ocupar sus puntos,
concluidas las primeras operaciones, de otra suerte estoy imposibilitado de
emprender movimiento alguno…42.

La múltiple documentación enviada por Pereira en la que solicitaba el apoyo del


tercer Batallón del Rey, dispuesto en La Guaira y Caracas bajo las órdenes de Ramón
Correa, daba cuenta de las dificultades que atravesaban los realistas. Así se lo hizo saber
a La Torre:

…apriete a don Ramón Correa para que mande el tercer Batallón del Rey. Antes
que los contrarios organicen parte del bochinche que recogieron en los pueblos.
De Ocumare salieron los rebeldes con 400 hombres habiendo llegado allí de
Orituco con 160 de Caballería y 50 de Infantería, el resto se les reunió en Santa
Lucía se le incorporaron 200 hombres, los pueblos respiran todos malas ideas y
si no les damos pronto un buen golpe se incrementan en fuerzas y opinión.
La falta de recursos que aquí hay me va a obligar a mudar de posición si el
Señor Capitán General no me auxilia43.

Pereira ordenó el mismo 1 de junio al coronel Ramón Aboy y al teniente coronel


Lucas González, situar sus tropas en el Tuy, específicamente, en las inmediaciones de
Santa Lucía44, para proveerse de recursos y corroborar la información acerca del
alzamiento y avance de hombres provistos de ganado y demás recursos, que venían
desde Santa Teresa, Yare y Ocumare. Pereira conocía la proximidad geográfica entre
Santa Lucía y Guatire, y pretendía prevenir alguna sorpresa por parte del enemigo. Sin
embargo, visiblemente desmoralizado por la falta de apoyo y recursos, el 3 de junio
escribió una carta a Miguel de La Torre en la que expresó:
Estoy consumido con los enemigos al frente, y sin poderlos batir por no haber
llegado el tercer Batallón del Rey que con urgencia tengo pedido al Señor
Capitán General y cuando venga este recurso puede que sirva sólo para
comprometerse, pues los contrarios están fortificando todas sus posiciones en
términos que va a costar mucha sangre.
Sin auxilios de boca para la tropa ni dinero que dice el Señor Correa, nadie lo
tiene, me veo en la más triste situación sin poder tomar partido por no exponer
la Capital, a un suceso desgraciado estas consideraciones redundan en
perjuicio del soldado que escaso de alimento lo hace con niñerías que le
acarrean enfermedades (…) Tenga V. la bondad de sacarme de aquí y que otro
con más robustez mande estas operaciones que yo no puedo seguir porque no
alcanzo los milagros de este tiempo que sólo están reservados para otros. 45

42
Ídem.
43
Ibídem., Documento 28, folio 38, p.63.
44
Ibídem., Documento 29, folio 39, p.64.
45
Ibídem., Documento 35, folios 47-48, p.73-74

19
Como consecuencia de esa carta, el 4 de junio el General Miguel de la Torre
delegó el mando del Tercer Batallón del Rey al coronel José Pereira y su traslado
inmediato hasta Guarenas. Empero, La Torre también resolvió enviar la Compañía del
Hostalrich comandada por Ramón Aboy hacia Valencia, que dejó practicamente a
Pereira en la misma situación, pues con ese movimiento se debilitaron las posiciones
realistas en el Valle del Tuy.
Los días siguientes transcurrieron con noticias acerca de los nuevos
combatientes que se sumaban al ejército libertador, en tanto que, las ideas republicanas
se difundían por todos los pueblos tuyeros. Se avistaron columnas de personas que
caminaban extraviados a través de la serranía del interior con destino a Caucagua y a
Orituco, con la intención de sumarse a las filas de Bermúdez en Guatire o a las de
Zaraza que operaba en los llanos centrales. Esas marchas se mantuvieron durante los
primeros días de junio, favorecieron al bando patriota y debilitaron aún más a los
realistas.
El 4 de junio se produjo una pequeña refriega en Aragüita, en la que el Sargento
Felipe García, de las milicias de Santa Lucía, al mando de una columna realista
compuesta por 22 hombres, enfrentó exitosamente a 100 combatientes republicanos
jefaturados por Felipe Meneses, que se dispersaron facilmente del lugar después de la
derrota. Esta acción reveló las incursiones de los patriotas sobre Santa Lucía y alertó a
los monárquistas. El día 7 de junio ocurrió un enfrentamiento en la desembocadura de la
Quebrada de Siquire, donde el coronel Ramón Aboy al frente de las compañías realistas
de Tácata y Santa Lucía dispersaron a 50 hombres. Aboy en un oficio remitido a
Pereira, detalló lo sucedido:

Sólo la segunda Compañía que llegó primero al sitio del ataque aunque su
fuerza es sólo a 30 hombres fue suficiente para desalojarlos de su posición a
los pocos tiros y perseguirlos más de un cuarto de legua; el subteniente don
Camilo Gómez que iba mandando la Compañía ya por la noche, ya porque un
prisionero que se cogió le dijo se hallaban en la pulpería de Siquire 200
hombres y 300 en Agua Amarilla ha resuelto retroceder al paraje que yo le
había señalado.
Según la declaración del prisionero asciende la fuerza enemiga a 500 hombres
y que su intención es atacarme al amanecer del día de mañana por lo que
considero urgente mande V. S. alguna fuerza por el Camino Real de ese a este
punto a salir a Pichado en donde en caso de adelantar los rebeldes hacia este
punto es fácil caerles por la retaguardia, pues yo pienso defenderme a toda

20
costa y si logro la más leve ventaja sobre ellos, cuente V. S. con que serán
batidos.46

Como resultado de este altercado y avisado del movimiento de los patriotas,


Ramón Aboy al mando de 280 infantes y 20 caballos47 se quedó en el sitio de El Rincón,
cerca de la hacienda Las Adjuntas, entre Santa Lucía y el caserío de Siquire. Esa misma
noche, ubicó en cada lado del camino que conduce a Siquire a las compañías Primera de
Milicias de Ocumare y Tácata.
Efectivamente, al día siguiente, cerca de las 10 de la mañana, 400 infantes y 130
hombres a caballo, comandados por el coronel Felipe Macero atacaron a los realistas 48.
Macero y su hueste, embistió contra las posiciones enemigas situadas en el camino,
logró desalojarlos y tomó posesión de las mismas; Aboy salió al paso con una parte de
la tercera compañía de Hostalrich capitaneada por el teniente Antonio García Liñan,
reunió al resto de las milicias de Ocumare y Tácata que habían huido del ataque patriota
y les ordenó enfrentar nuevamente a los republicanos. Realizó dos cargas que frenaron
el avance de Macero; en medio de estas primeras arremetidas Aboy recibió dos disparos
en la pierna derecha, una de las balas le destrozó gran parte de la rodilla, pero el coronel
Aboy continuó en la lucha49.
En ese momento crucial, los realistas reforzados por una tercera fuerza, atacaron
y desbarataron las posiciones republicanas de Macero. Ramón Aboy se dio cuenta que
las tropas patriotas flaqueaban en la posición y se abalanzó por el centro, atacó
directamente con los restos de las Compañías del Tercero Hostalrich, Segunda de
Ocumare y las de Santa Lucía y Yare50. Empleó una feroz carga a la Bayoneta y en ese
momento se inclinó la balanza a favor de los realistas. Las tropas de la republica
abandonaban sus posiciones y se retiraron por el camino a Siquire; el coronel español
los persiguió hasta el caserío de Siquire. Eran la 1 de la tarde, cuando abandonó la

46
Ramón Aboy. Oficio del comandante de la Columna del Sur, Aboy a Pereira pidiéndole envíe alguna
fuerza por el Camino Real para ir a Pichado para caerle por la retaguardia al enemigo, Campamento del
Rincón, 7 de junio de 1821, en: Archivo General de la Nación. Carabobo desde la perspectiva española.
Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 66, Folios 80-81, p.114.
47
Ibídem., Documento 68, Folio 86, p.118.
48
Ídem.
49
Ramón Aboy. Segunda comandancia General de vanguardia, en: Gaceta de Caracas Nº 45, Fº 197,
miércoles 13 de junio de 1821, p. 1
50
Ídem.

21
persecución a causa de las heridas sufridas; y en su lugar, destinó una partida para
continuar el rastreo contra los patriotas.
Después de tres horas de combate campal y dos de persecuciones, la victoria
favoreció a los realistas. Ramón Aboy presentó al día siguiente, un parte en el que
informó no solo de los muertos y prisioneros patriotas, sino también de los materiales y
pertrechos de guerra incautados51:

Estado que manifiesta los muertos y prisioneros que han tenido


los enemigos y los efectos de guerra que se le han apresado. Cuadro 1.
Muertos Prisioneros Fusiles Cartuchos Cajas de Guerra
40 14 60 2.000 2

Estado de los muertos heridos y dispersos que ha tenido la columna con expresión de las
Compañías de que han sido. Cuadro 2.
Compañías Muertos Heridos Dispersos
Tercera de Hostalrich 1 1 1
Primera de la Sabana de
1 3 --
Ocumare
Segunda Id. -- 1 --
Caballería Id. -- 1 --
Primera de Santa Lucía -- 2 --
Tácata 1 3 2
Total 3 11 3
Fuente de la tabla

51
Ramón Aboy. Oficio de Aboy a Pereira adjuntándole el estudio de prisioneros y pérdidas después de la
acción del día 8, Campamento de Monteros, 9 de junio de 1821, en: Archivo General de la Nación.
Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 67, Folios
82-85, pp. 115-116.

22
En el mismo oficio del día 9, Ramón Aboy, solicitaba el servicio del Teniente
Coronel Lucas González, quien se hallaba en Ocumare del Tuy, para comandar las
milicias de Santa Lucía. También expresó que, la derrota infligida a las tropas de
Macero le redujo la moral de tal forma que los hombres decidieron regresar a sus casas.
Así lo dejó plasmado:

Después de la rápida persecución que les hice he sido informado por varios
conductos que los enemigos no llevan reunidos de infantería, sino unos treinta
hombres y de éstos muchos sin fusiles de donde infiero que la columna enemiga
ha dejado de existir porque componiéndose la mayor parte de su fuerza de
vecinos de estos valles y de los de Orituco es de creer que escarmentados
desistan enteramente de sus errados proyectos y vuelvan a sus casas a disfrutar
de la comodidad que perdieron que es del modo que se han expresado muchos
en su fuga y como se deja ver por las direcciones que llevan. 52

Las afirmaciones de Aboy, más allá de su veracidad y exactitud, llegaron a oídos


de José Pereira, que creyó ver una luz de esperanza para derrotar al General Bermúdez.
Pereira concibió un plan de ataque en el que emplearía las compañías apostadas en
Santa Lucía contra los patriotas de El Rodeo por su flanco izquierdo, mientras él les
atacaría de frente53. Sin embargo, Carlos Soublette, enterado de los planes de Pereira,
envió el día 11 de junio una comunicación al general José Francisco Bermúdez, en la
que ordenaba atacar las posiciones realistas en Santa Lucia; entretanto, dejó al coronel
Juan Bautista Cova con 300 hombres en las posiciones de El Rodeo.
Al amanecer del día 13 de junio, el general Bermúdez salió por los caminos de la
Quebrada de Kempis rumbo al sitio de Agua Amarilla, lugar que había fijado para
reunirse con las fuerzas comandadas por el coronel Francisco Vicente Parejo, jefe del
Estado Mayor del Ejército de Oriente54. Desde Agua Amarilla, los dos jefes con sus
tropas se encaminaron hasta Santa Lucía y en horas de la tarde decidieron acampar en
las cercanías del pueblo. Esa misma noche, el comandante realista Lucas González
comunicó al coronel Pereira sobre un posible ataque de tropas republicanas. Pereira
decidió enviarle refuerzos y a las doce de la noche salió el Capitán José Rodríguez
Rubio al frente de la Compañía de Granaderos del Rey, la 2.ª de Hostalrich y 2.ª de

52
Ídem.
53
Rafael María Baralt. Resumen de la Historia de Venezuela, Tomo segundo, 1841, p.41.
54
Correo del Orinoco. Informe de Francisco Vicente Parejo al vicepresidente de Venezuela, Cuartel
general en el Alto de Macuto a 15 de junio de 1821. Número 109, sábado 07 de julio de 1821, p.2.

23
Valencey compuestos en total por 284 hombres, que se sumaron a 80 hombres con los
que contaba González55.
El día 14 de junio, en horas de la mañana, las fuerzas de Bermúdez y Parejo,
divisaron al enemigo ubicado en el Alto de Macuto, contiguo a la pequeña sabana del
mismo nombre, localizada entre el pueblo de Santa Lucía y la orilla izquierda del río
Guaire. Ese lugar fue señalado por la coyuntura como el escenario donde se desarrolló
uno de los combates más extensos y con más duración en el tiempo dentro de la llamada
diversión de Bermúdez.
Las acciones comenzaron a las 9 de la mañana, cuando las tropas republicanas
cruzaron el río Guaire ganando la orilla izquierda, avanzaron subiendo la pendiente
fangosa llena de gamelotes y caña amarga para alcanzar la pequeña sabana. En una
primera carga abrieron fuego sobre las tropas realistas, sin embargo, Lucas González y
su grupo de soldados que dominaban la posición les rechazó con una gran carga de
disparos casi a Boca de Jarro, que mató al menos 60 hombres e hizo que el resto
regresara a la orilla del río a refugiarse del intenso fuego realista.
Una hora después los republicanos recibieron refuerzos de un grupo de soldados
que cruzaron el río y reagrupados nuevamente arremetieron ferozmente. Se trabó un
combate obstinado entre ambas partes, unos por conquistar la sabana y los otros por
contenerlos en el río, tras casi una hora de lucha los realistas enviaron a la compañía de
Granaderos del Rey y rechazaron por segunda vez a los feroces guerreros de Bermúdez.
Al calor de ese combate, cayeron muertos el comandante Lucas González, el capitán
Ambrosio Hernández y más de 20 hombres. Cuando las tropas realistas se enteraron de
la muerte de su comandante, cerca de 50 hombres abandonaron el lugar y se dispersaron
hacia los montes56.
Asumió el mando de las tropas monárquicas el capitán José Rodríguez Rubio,
quien además de contener la dispersión de sus soldados, logró resistir en sus posiciones.
Con la tercera, carga, los repúblicos lograron subir hasta el campo de Macuto, y las
acciones se alternaron con avances y retrocesos desde la sabana al río, y viceversa, con
55
José Rodríguez Rubio. Oficio del General La Torre al Secretario de Estado y del Despacho Universal
de la Guerra, con anexo, en el que le da parte de la acción dada en el sitio de El Rincón por una columna
de 300 hombres contra 800 disidentes, El Valle 16 de junio de 1821, en: Archivo General de la Nación.
Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento 114, Folios
184-187, p.207.
56
Ídem.

24
los mismos resultados casi invariablemente. La cuarta y quinta carga duró hasta las
cuatro de la tarde, momento en que Bermúdez y Parejo, luego de haber estudiado bien el
territorio, decidieron atacar media hora después. Embistieron con tal fuerza sobre el
flanco izquierdo de los enemigos, que estos abandonaron el combate y huyeron con
destino a Caracas. El informe presentado por el coronel Parejo a Carlos Soublette
indicaba:
… fue derrotado completamente, dejando en el campo sesenta y tres muertos y
setenta y cinco heridos, de estos un oficial y seis de aquellos, incluso el Teniente
Coronel D. Lucas González que mandaba las tropas enemigas. Se tomaron 315
fusiles, 7 cajas de guerra, y algunas municiones; y se hicieron algunos
prisioneros. (…) El Cadáver del Teniente Coronel D. Lucas González se
trasladó a la iglesia de Santa Lucía donde ha sido sepultado: los demás que de
una y otra parte murieron fueron quemados, y á los heridos enemigos se les ha
dado la hospitalidad correspondiente conforme a la regularización de la
guerra.57

Al saber la noticia de la derrota y muerte de González en Santa Lucía, el 16 de


junio, José Pereira se movilizó hasta Petare y acantonó allí el grueso de sus tropas. Se
encaminó hacia Caracas a reunirse con el capitán general Antonio Tovar, y luego a
Santa Lucía o al lugar donde estuviese Bermúdez para detenerle. Tovar se comprometió
con el apoyo de una fuerza de vigilancia en la cuesta de la Ahuyama, entre Baruta y
Mariches. Al mismo tiempo, Pereira partió a Petare en busca de su tropa. En la mañana
del 17 de junio se encontraba la Quebrada de Caisa, cerca de Santa Lucía donde escribió
una carta al Capitán Tovar:
…a las 11 del 18 me encontré con la avanzada enemiga a media legua de
Soapire después de un corto tiroteo se cogió un prisionero por quien fui
informado venía el General Bermúdez buscándome y por la parte de Ocumare
iba Torralba en combinación con trescientos caballos que habían llegado del
llano al pueblo de Charallave58.

A su vez, Tovar en distintos oficios le comunicó que algunas partidas entraron a


Chacao y que por los lados de Baruta y Petare otras fuerzas republicanas, sin saber su
número exacto, hicieron lo mismo con el fin de tomar Caracas. Pereira decidió regresar
sin hacer frente a Bermúdez, entre tanto, el jefe oriental tomaba Petare el 19 de junio en
la noche sin mayores esfuerzos.

57
Correo del Orinoco, Ob.cit., p.2.
58
José Pereira. Oficio de Pereira al General en Jefe dándole cuenta de la refriega sostenida en Chacao y
de otros movimientos cercanos a Caracas, Cuartel de Petare 19 de junio de 1821, en: Archivo General de
la Nación. Carabobo desde la perspectiva española. Fuentes para su estudio 1821. Tomo I, Documento
89, Folios 131-133, p.158-160.

25
El combate de Macuto en Santa Lucía, marcó un duro golpe para los realistas,
que una vez derrotados, dejaron al Valle del Tuy bajo control de las fuerzas
republicanas. De esta manera, perdieron uno de los graneros y puntos de abastecimiento
donde existían los recursos de boca y hombres 59 imprescindibles para la guerra. La
profusa correspondencia realista lamentaba la pérdida del Valle del Tuy, no solo por la
riqueza territorial agrícola que albergaba, sino también por los distintos caminos que
comunicaban a Caracas con los llanos centrales.
La importancia del Combate de Macuto y la consecuente victoria militar
republicana, estriba en que coadyuvó en la efectividad del plan ideado por el Libertador,
eficazmente ejecutado por Bermúdez a través de la estrategia de diversión, que tenía
como objetivo principal la conquista de Caracas, obtenida el 14 de mayo; también
durante las operaciones militares se logró dividir, alejar y disminuir las fuerzas realistas
del centro del país, acción que allanó el camino para la avanzada de Bolívar y Páez
junto a sus tropas desde San Carlos hasta el campo de Carabobo.

 Comentarios finales.
Al combate de Carabobo del 24 de junio de 1821, no se llegó por casualidad. Fue
una marcha planificada, resultado del movimiento estratégico del ejército liderado por
Simón Bolívar. Todos convergieron desde el Occidente con los batallones de la Guardia
desde Barinas, los Andes y Maracaibo. Una de Oriente, con el intrépido Bermúdez,
sobre la costa y los valles del Tuy que tenía por objetivo la conquista de Caracas, en una
importante diversión que dividió a las fuerzas españolas y que el 14 de mayo, logró el
efecto buscado por el Libertador en su plan.
Las gentes de Coro, Maracaibo y los Andes, marcharon con Urdaneta hacia
Carora y Barquisimeto, de Trujillo y Carache vino la gente de Cruz Carrillo. Con
Bolívar vinieron los veteranos de Boyacá y los oficiales del Estado Mayor. Y con Páez
pareció moverse con lentitud esplendorosa la vida de los llanos, con jinetes, manadas de
reses y caballos. Vinieron también mujeres. Las guerreras que acompañaban al marido,
que asaban la carne, que curaban las heridas y que también caían en combate peleando

59
Ídem.

26
junto al soldado60. En Carabobo se selló con sangre, plomo y fuego el Acta del
Congreso de 1811 y diez años de cruenta guerra. Una guerra que devastó el territorio,
que arruinó la economía y los recursos.
Diez días antes del 24 de junio de 1821, se libró en tierras de Santa Lucía en el
actual estado Miranda el combate de Altos de Macuto, una de las acciones bélicas de la
Campaña de Carabobo más extensas en términos temporales: comenzó a las 9 de la
mañana y terminó cerca de las 5 de la tarde. Ocho horas de pugilato armado, que derivó
en el triunfo del bando patriota sobre las fuerzas defensoras de la Monarquía. Al frente
de las tropas patriotas estaba el intrépido general José Francisco Bermúdez,
acompañado del jefe de estado mayor el coronel Francisco Vicente Parejo, participaron
además el teniente coronel Carlos Núñez comandante del Batallón Cazadores Ligeros
del Orinoco, los capitanes Francisco Carrera, Pedro Muguerza, Alejandro Blanco y
Lorenzo Giménez, el teniente Luis Castillo y los subtenientes Rosario Rodríguez, y
Francisco Gómez; Por el bando realista comandaban el Teniente Coronel Lucas
González, además de los capitanes José salgado, José Rodríguez Rubio, Blas Rodríguez
Ojeda, Ramón Aponte del Rey, los tenientes Manuel Iglesias, Francisco Vallejos e
Ilarión Enar.
Desde el punto de vista documental, el informe entregado por el coronel patriota
Francisco Vicente Parejo no dio detalles del número de las fuerzas que a favor de la
república participaron en la refriega. En el mismo documento se indica que el enemigo
recibió un refuerzo de quinientos hombres los cuales se sumaron a los 80 hombres ya
presentes en Santa Lucía bajo el mando del comandante González, lo cual nos permite
suponer una fuerza cercana a los 600 hombres; sin embargo, los informes realistas se
empeñan en señalar que solo recibieron 284 hombres y que estos se sumaron a 80 que
estaban en Santa Lucía para un total de 364 soldados. Los documentos realistas son
reiterativos al fijar que las tropas comandadas por Bermúdez ascendieron
aproximadamente a unos 1000 hombres en total, compuestos por 800 o 900 infantes y
100 a caballo.
El combate se desarrolló entre la Sabana de Macuto y la orilla izquierda del río
Guaire, con seis cargas realizadas por los independentistas sobre las posiciones de los
monarquistas, quienes controlaban el Alto de Macuto, es decir, ocupaban las mejores

60
Arturo Uslar Pietri, Ob. cit., pp. 100-101.

27
posiciones. Estos últimos fueron atacados insistentemente por los patriotas por todos sus
frentes, hasta que la acción se definió con una gran carga sobre el flanco izquierdo del
enemigo, que no pudo resistir y ya mermado en sus fuerzas y muertos gran parte de su
oficialidad, entre ellos, el comandante Lucas González, se pusieron en fuga entre los
montes con destino a Caracas, por los caminos de Caisa, Soapire y Urapal.
Con la victoria de Altos de Macuto se asestó un duro golpe a los realistas, porque
se les arrebató definitivamente el control de los Valle del Tuy, un territorio dotado de
riqueza agrícola y pecuaria, con la que se abastecía el mercado de Caracas y se obtenía
recursos para el sostenimiento de las tropas acantonadas en toda la región central de
Venezuela. La derrota militar del bando realista repercutió en el decaimiento moral, ante
la pérdida de vidas de numerosos oficiales y soldados defensores del Rey español.
Cuando el camino llegó de Altos de Macuto a Carabobo, iba Bolívar
acompañado de Páez, Sucre, Plaza, Cedeño, adelante y obligaba mucho. Hoy lo
tenemos en nuestro ayer y la obligación no ha hecho sino crecer. Carabobo es lección y
legado de Unión latinoamericana. Altos de Macuto es itinerario en ese camino
independentista.

Doscientos años después, es necesario profundizar en la obtención de materiales


que permitan una explicación más exhaustiva de lo acaecido en el Combate de Altos de
Macuto, como parte de la vasta Campaña de Carabobo, en la comprensión de lo
alcanzado y de esta forma ampliar el análisis e interpretación de lo sucedido ese 14 de
junio de 1821, en aras de contribuir en la ampliación de la historia del valle del Tuy y
por tanto de Venezuela.

Bibliografía citada.
I.- Fuentes Primarias
1.- Archivo General de la nación.
1.1.- Archivo del Libertador.
-. Pedro Briceño Méndez. Oficio dirigido al señor general de división Rafel Urdaneta,
Barinas 11 de abril de 1821. Archivo del Libertador. O’L. Vol XVIII, primera parte, fº
168 y 169. Consultado en línea, documento 5489.
-. Pedro Briceño Méndez. Oficio dirigido al vicepresidente de Venezuela Carlos
Soublette, Barinas 13 de abril de 1821, Archivo del Libertador. O’L Vol. XVIII,
primera parte, fº 177-178 y vto. Consultado en línea, documento 5508.

28
-. Pedro Briceño Méndez. Oficio para el coronel Felipe Macero, por el cual le ordena
que persiga las partidas en los Valles del Tuy de los cuales ha sido nombrado
Comandante General, Caracas 5 de julio de 1821, Consultado en línea, documento
5832.
-. Pedro Briceño Méndez al General José Francisco Bermúdez desde el cuartel de
Chitagá el 16 de febrero de 1821. Consultado en línea, documento 5337.

II.- Fuentes Secundarias

-. ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (compilador). Carabobo desde la


perspectiva española. Caracas, Ministerio del Poder Popular para la Cultura,
Vol. I, 2020, 306 pp.
-. BARALT, Rafael María. Resumen de la Historia de Venezuela. Paris, Imprenta de H
Fournier y Compañía, Tomo segundo, 1841, 571 pp.
-. BENCOMO Barrios, Héctor. Los héroes de Carabobo. Caracas, Ediciones de la
Presidencia de la República, 2004, 251 pp.
-. BOLÍVAR, Simón. Obras completas. Caracas, Librería Piñango, Vol. I, 990 pp.
-. CARRERA Damas, Germán. Una nación llamada Venezuela. Caracas, Monte Ávila
Editores, (5ta edición), 2006, 220 pp.
-. CORREO DEL ORINOCO 1818 – 1822. Compendio Facsimilar. Caracas, Centro
Nacional de Historia, 2018.
-. DÍAZ, José Domingo. Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, Caracas, Fundación
Biblioteca Ayacucho, 2012, 363 pp.
-. GACETA DE CARACAS. 2 de agosto de 1820 a 3 enero de 1822. Caracas,
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Tomo IX, 1985.
-. GIL Fortoul, José. Historia Constitucional de Venezuela. México, Editorial Cumbre,
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-. IRWIN, Domingo. Relaciones civiles-militares en Venezuela 1830-1910 (Una visión
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-. LIÉVANO Aguirre, Indalecio. Bolívar. Caracas, Fundación editorial el perro y la
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-. LÓPEZ Contreras, Eleazar. Bolívar conductor de tropas. Caracas, Biblioteca de
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-. MONTENEGRO Colón, Feliciano. Geografía General para el uso de la juventud de
Venezuela. Caracas, Imprenta de Antonio Damirón, 1837, 680 pp.

29
-. RODRÍGUEZ Campos, Manuel. Venezuela República. Los primeros pasos. En:
Revista Tierra Firme Nº 6, abril-junio, Caracas, 1984, 286 pp.
-. USLAR Pietri, Arturo. Bolívar hoy. Caracas, Monte Ávila Editores, 1983, 144 pp.

III.- Fuentes electrónicas

-. MOLINA Castro, Diógenes. Crisis colonial y guerra de independencia en los Valles


del Tuy, Provincia de Caracas (La otra libertad). Disponible en:
http://servicio.bc.uc.ve/postgrado/mañongo36/art01.pdf

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