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EL DESIERTO DE LA CANDEL
400 REVISTA. DEL COLEGIO DEL ROSARIO
las virtudes del
Fuera de pléyade de misioneros y oradores escla ción del alma las mieles que acendran
s que entonces
recidos, que como aguerrido escuadrón de coraceros, soñado vergel de religiosos. Las lágrima
la tristeza Y el
desfiló entusiasta y alegre en tiempos pasados, a vista vertimos hondamente embargados por
ria, serán dis
de aquellos venerandos muros, a conquistar con la be dolor al dejar el santuario de la Candela
vincula al De
néfica arma del- evangelio las tribus salvajes de Casa culpadas por el amor sincero que nos
de Boabdil, al
nare· y demás lugares incultos, que despedazaban en sierto, como · 10 fueron igualmente las
de su palacio de
breves horas con el furor de un' clima indolente la vida perder para siempre el mágico edén
del hombre; fuera de esta constelación esplendente de la Alhambra.
cimos, tenemos además qué levantar la vista y detenerla LUIS ALBERTO CASTELLANOS, M. A.
para seguirla en su carrera por las serenas regiones del Colegial. •
cielo de la gloria humana, aquellos astros de primera
magnitud que más brillo han dado en los últimos tiem
pos a la orden de San Agustín y que bien quisieran
no ser observados de ese poderoso telescopio llamado
crítica! que nada deja pasar y todo lo escudriña y anota. VIDA DE PITÁGORAS
Fijemos los ojos en la altura ahora que esos mundos
están en la plenitud de la luz, llamémosles por sus I · Alseñor don Manuel D.
l nombres: el llustrísii;no Señor Casas, obispo de Casa Cristinides, presidente de
la Sociedad pitagórica de
nare, uno de los restauradores más celosos de este Nueva York.
convento, que el Reverendo Padre Bustamante de feliz
recÓÍ-dación, regaló a los religiosos, habiéndolo adqui ta, le debe
rido por compra en tiempo de la supresión de las co Grecia, que debe a Jonia su primer poe
la mism a costa del
munidades monásticas; el Señor Moreno, obispo de también sus primeros filósofos. En
nacieron Tales · y
Pasto, timbre y prez de la orden agustiniana, y el .Re Asia Menor donde nació Homero,
to; y, en una de
verendo Padre Favo, eximio orador sagrado, quien ha Anaximenes, Anaximandro y Herácli
cia como corona
trabajado con noble ahínco en las misiones' sin codi- esas islas colocadas por la Providen
tan mimada, nació
ciar otro premio que la gloria de Dios y el bien de las de perlas para adorno de esa isla
la humanidad antes
almas, son los que brillan con mayor intensidad de luz el más grande filósof(? que produjo
.
espiritual. de Sócrates, el samio Pitágoras
s propias
En fin, muchos otros podríamos- citar, mas por De la vida de Pitágoras y de las doctrina
Los antiguos historia
temor de hacern_os demasiado prolijos, renunciamos al del maestro, se sabe muy poco.
pitagórica más bien
placer de nombrarlos en nuestras páginas; bien saben dores griegos hablan de la sociedad
itos de Aris
ellos que en el hogar de nuestras simpatías ocupan que1 de su ilustre fundador, y en los escr
goras tan sólo dos o
puesto muy distinguido. Por lo que a nosotros res tóteles se halla mencionado Pitá
_pecta, de mil amores hubiéramos querido vivir en aquel tres veces. 2
. lugar de dicha inefable, para haber libado co� delecta-
•
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Es muy probable que nació Pitágoras en Samos; Según Porfirio (1), la madre de Pitágoras se lla
pero Aristóxenes (1), Teopompo (2) y Aristarco (3) lo maba Pitais, y era descendiente de Anceo, fundador de
hacen nacer en Lemnos, de una familia de origen tirio, la ciudad de Samas. No se sabe con certeza la fecha
como lo era la población de esa isla, hasta el tiempo exacta en que nació PiÚgoras. Según Le. Nauze, Pitá
en que fue ocupada por los atenienses. Obligada a ex goras habría nacido en el año 640, habría emprendido
patriarse, habría venido su familia a establecerse en sus viajes en 622, vuelto a Samas en 600, para trasla
Samas, que llegó a ser desde entone.es la patria adop darse casi inmediatamente a Italia, donde habría muerto
tiva de Pitágoras. Esta opinión, sin embargo, no halló en 550. Pero varios críticos, y entre ellos Fréret, pro
creencia entre los · antiguos, los cuales, casi unánime baron, con rigor matemático, que tales datos eran in- ·
.. mente, consideran a Samas como a la patria del filósofo. :__ · exactos, de suerte que se cree hoy que nació Pitágoras,
entre los años 580 y 576 antes de Jesucristo. Según
El padre de Pitágoras, Mamarco o Mnesarco, era
grabador según algunos, comerciante según otros. Piensa Eusebio (2), murió Pitágoras en el año 497 antes de
Chaignet (4) que pueden consiliarse las dos opiniones, Jesucristo. Si tenía entonces ochenta años de edad, como
y que Mamarco, siendo grabador de anillos de oro lo quiere Heráclides, había nacido en 577; si, como lo
{BmnuALÓy],ucpo�), !ndustria floreciente entre Jos anti pretenden otros escritores, vivió noventa afios, remon
guos, tenía con el Oriente y el Egipto un comercio taría la fecha de su nacimiento hasta el año de 587.
considerable de oro y de piedras preciosas. Y esto Remontaría más lejos todavía si diéramos fe a las aser
explicaría los viajes que tanto él como su ilustre hijo ciones de Jámblico (3), Tzetzes (4), y de varios otros,
tuvieron que emprender, pues, según una tradición asaz que lo hacen vivir 100, 104, y aun 117 años.
general, habría visitado Pitágoras no solamente el Egipto Como todos los griegos, fue' nutrido Pitágoras desde
sino también el Oriente, Babilonia y las Indias. su infancia de poesía y de música. Uno de sus maes
tros fue un tal Hermodamas o Leodamas, más bien
conocido con el nombre de Creófilo, y descendiente de lerio Máximo nos lo muestran en Egipto y en Persia;
.
ese Creófilo de Samos que había tenido de huésped al Estrabón y Justino, en Egipto y en Babilonia; Antifón,
mismo Homero.
. Ese venerable anciano fue sin duda el en su Biografía de Los hombres ilustres, en Egipto, Cal·
que inspiró a su joven discípulo el amor del gran líri- dea y Persia; Alejandro Polihistor (1), en sus Comen
co; y, durante toda su vida, halló Pitágoras supremo tarios sobre Pitágoras, quiere que haya oído a los
deleite en cantar los versos homéricos al sonido de druidas de Galia y a· los bramines de India. El alemán
la lira. Gladisch nos afirma por fin que la filosofía pitagórica
Tuvo también de maestro a Ferécides, quien lo es idéntica con la filosofía rrfor¡il de los chinos, y de
inició en las disciplinas filosóficas. Ese Ferécides, con allí saca la conclusión que Pitágoras visitó al Imperio·
temporáneo de Tales, parece haber sido el primer iiló Celeste y quizá recibió su filosofía de los labios del
sofo griego que se atrevió a exponer su doctrina sin mismo Kung-fu-tse.
el auxilio de la poesía. En una · obra obscura,. de la En su famosa obra sobre la filosofía de los grie
cual nos quedan tan sólo algunos fragmentos, había gos, Eduardo Zeller, no solamente pone. en duda la
desarrollado un sistema cosmogónico en que se esfor verdad de tales peregrinaciones, sino que, ya que no
zaba en separar los principios materiales del universo, se pueden probar con rÍgor matemático, las rechaza en
y en distinguirlos del poder inteligente y divino que absoluto. Quizás en esta ocasión, lo mismo que en otras.
los reduce al orden. Varios escritores consideran a muchas, se halla la verdad en el término medio. Sería
Ferécides como al primer filósofo. que haya enseñado sin duda temerario el transformar a Pitágoras en dis
la inmortalidad del alma: Pherccydes Syrius, dice Cice cípulo de Confucio, pero no lo sería menos el querer
rón, primum dixit animas hominum esse sempitemos (1). encerrarle, como a Kant, por ochenta años en su ciu
Pero no quedó satisfecho Pitágoras con los maes- dad natal. Tan numerosos eran• entonces los viajes de
- tros que había tenido en Samos. Una tradición bastante Jonia a Egipto, tan unánime el consenso de los anti
acreditada quiere que haya ido a Mileto, y que hay� guos en mostrarnos a Pitágoras en la tierra de los
oído allí al famoso Anaximandro, quien, primero eritre Faraones, que, de este viaje a lo menos, nos parece
los griegos, enseñó a sus conciud.adanos la existencia imposible dudar. Según Porfirio y Diógenes, el tirano
de un principio supremo que no era ninguno de los Polícrates, que entonces reinaba en Samos, le dio, es
seres materiales que los rodeaban. Puede que haya crita de su propio puño, una carta de recomendación
germinado entonces en la mente del joven filósofo la para Amasis, rey de Egipto.
idea de ese maravilloso sistema idealístico que e�taba Fue al volver de sus p_eregrinaciones cuando Pitá /
• destinado a ejercer· tan poderosa influencia sobre el goras abrió en su patria una escuela conocida con el
pensamiento humano. nombre de Hemiciclo, en la que empezó a dar al pú-
Más tarde emprendió Pitágoras viajes más- impor
tantes. Si creemos a sus varios biógrafos, habría visi (l) Alejandro Polihistor, filósofo e historiador griego. Vivía
tado todo el mundo entonces conocido. Cicerón y Va- en Roma por el afio 80 antes de Jesucristo, donde fue conducido
en calidad de prisionero de guerra por Sila. Fue libertado por
(1) Tusc. 1, 16. Cornelio Léntulo, y adquirió gran renombre como erudito.
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quistado para siempre el poder supremo, pero su pres el golpe fatal. Piensan algunos que se dejó morir de
tigio fue momentáneo. Además de oponerse al gobierno hambre.
democrático, siempre popular entre los griegos, quiso No sabemos casi nada de la vida privada de Pitá
imponer a un pueblo amante de la libertad reglas de goras. Según Porfirio, se habría casado en Creta con
vida tan extrañas, que muy pronto no pudieron tole una hija de Pitanax, llamada Teana, famosa más tarde
rarse. Los crotoniatas ya no podían recoger lo que entre las mujeres pitagóricas. De esta unión habrían
había caído, el comer fríjoles les estaba prohibido, y nacido dos hijos, el uno llamado Telauges, que llegó
nadie podía dar golpes a un perro, en los ladridos del a ser maestro de Empédocles, el otro llamado Arim
1.:ual se reconocía la voz del fallecido amigo. nesto, que llegó a ser maestro de Demócrito; y una
Se cuenta que Pitágoras se valió de los medios hija -llamada MY)Ía, que fue esposa de Mitón.
más extravagantes para dar nuevo vigor a su debili Nueva York, mayo de 1917,
tada influencia. Según Hermipo, hizo divulgar entre el
JOSÉ LUIS PERRIER .
pueblo la noticia de su propia muerte; y, habiéndose Colegial honorario.
ocultado en un lugar conocido tan sólo de su madre,
recibía noticias diarias de lo que pasaba en Crotona.
G-uando pensó que había llegado el momento oportuno,
saliendo de su escondrijo, apareció en medio de sus LIBROS Y FOLLETOS
discípulos, pálido y enflaquecido, y les aseguró que
De vez en vez, queridos amigos •mí_ os me favore
volvía de los infiernos. No pudieron dudar de su pala
cen enviándome para que los lea, libros interesantes,
bra, pues les contaba con toda exactitud lo que había
cuya sana doctrina me pone en el trance de decir si
pasado en Crotona durante su ausencia, de modo que quiera 'dos palabras que expresen mi gratitud y la sa
otra vez lo proclamaron dios. tisfacción que experimento al recibirlos.
. Sea· o no un cuento esta narración de Hermipo, el Ha sido ayer cuando mi muy querido compañero•
hecho es que, hacia el <;lñO de 450 antes de Jesucrist�, de academia y de periodismo don José M. Pérez Sar
cuando se hallaban ya reunidos los pitagóricos más miento, hablándome del intenso desarrollo cultural de
notables en casa de Mitón, pegaron fuego a la casa la gran República de Colombia, a fa que amo porque
los partidarios de Cilóñ, y perecieron los últimos de deshizo la injusticia, que la posteridad cometió con el
fensores del pitagorismo, con la excepción de Arquipo navegante insigne que descubriera el nuevo mundo, y
' porque digna, serena y valiente, rememorando lejanas
Y de Lisis, que tuvieron la buena f9rtuna de escapar.
Según algunos, pereció allí el mismo Pitágoras, ani epopeyas de la raza hispana se ha atrevido a medirse
con el coloso que desgarró su nacionalidad, hablán
mando a sus discípulos hasta el supremo momento.
dome repito, de la copiosa cantidad de libros que se
Lo más probable, sin embargo, es que el fundador del
editan en su patria, puso en mis manos un libro don
pitagorismo no vio con sus propios ojos la ruina de su
de, un sacerdote modesto, pero de preclaro concepto
amada sociedad. Al desvanecerse su influencia en Cro en los países hispano-americanos, ha recopilado los
tona, se retiró a Metaponte, y murió allí, cerca de cinco sermones y discursos más escogidos pronunciados du
lustros antes de la catástrofe que dio a su obra mimada rante su laboriosa vida de más de medio siglo.