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Dios piensa en nosotros

¿Realmente piensa Dios en ti? y ¿Qué tan seguro estás de que te encuentras en
el pensamiento de Dios? ¿Se acuerda Dios de nosotros?

Cuantas personas en el mundo se sienten solas y desamparadas; muchos son los


que dicen: nadie piensa en mí y nadie se acuerda de mí; e incluso, de cierto hay
personas solas y olvidadas, ya sea por sus familiares, por sus amigos y demás; y
es precisamente a esas personas a quien va dirigido este mensaje.

También quiero hablarte a ti que conoces a Dios y careces de la seguridad de que


Dios piensa en ti y te lleva en su mente.

En este mensaje echaremos rápidamente un vistazo a tres textos Bíblicos que se


convertirán en la mejor evidencia de que Dios piensa en nosotros.

El primer texto lo encontramos en el Salmo 40:17-18 dice:


Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

Existen dos situaciones o momentos en la vida en donde resulta fácil pensar que
Dios se ha olvidado de nosotros.

La primera situación son las aflicciones.

Lo segundo es la angustia.

Cuando nos encontramos afligidos y angustiados, se nubla nuestro corazón,


pensamos que todo está en contra nuestra y peor aún, creemos que Dios se ha
olvidado de nosotros; pero este texto dice claramente que en medio de la angustia
y en medio de las aflicciones el Señor se acuerda de nosotros.

Dice el texto además: mi ayuda eres Tú y mi libertador; no te tardes oh Dios.

Es curioso, pero en los momentos de la vida en donde pensamos que Dios se ha


olvidado de nosotros y que ya Él no piensa en nosotros, es donde debiéramos de
aferrarnos más y más a la Palabra de Dios y creer en la promesa que el Señor nos
ha dicho de que Él estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.

El segundo texto que se convertirá en una evidencia Bíblica para nosotros acerca
de que Dios piensa en nosotros y se acuerda de nosotros, lo encontramos en el
Salmo 136:23 el texto dice:
Él es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, porque para siempre es su misericordia;

Abatimiento, es el estado de una persona que ha perdido la fuerza física o moral,


que ha perdido la energía o el ánimo.
El texto que acabamos de leer nos dice de manera precisa, que Dios en medio de
nuestro abatimiento se acuerda de nosotros; en otras palabras, cuando hemos
perdido la fuerza espiritual, la fuerza moral y aún la fuerza física; debemos
siempre tener la plena seguridad de que aun en medio de la peor crisis y situación,
Dios se acuerda de nosotros porque Él es misericordioso y compasivo.

La tercera evidencia Bíblica acerca de que Dios se acuerda de nosotros la


encontramos en el libro de Isaías 49:13-15 presta mucha atención, dice la Palabra
de Dios:
Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a
su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.
49:14 Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.
49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella,
yo nunca me olvidaré de ti.

No hay mayor motivo para alegrarse y cantar alabanzas a Dios, que el saber que
Dios piensa y se acuerda de nosotros; pero en muchas ocasiones las aflicciones,
la angustia y el abatimiento nos lleva a poner en duda esta gran verdad.

En el versículo 14 del pasaje que acabamos de leer, se hallan las palabras de


muchos de nosotros.

El texto dice: Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.

Hoy quiero decirte: Dios no te ha olvidado y tampoco nos abandonará. Si Dios se


olvidara de nosotros estaría yendo en contra de lo que es Él y de lo que Él nos ha
prometido.

El versículo 15 dice: acaso se olvidará la mujer de lo que dio a luz? Una madre no
puede perder el interés por el hijo de sus entrañas; pues es parte de ella.

Por más que llegase el caso de que una mujer desnaturalizada se olvide de su
hijo, Dios nunca se olvidará de nosotros.

La Palabra de Dios nos enseña, que el Señor tiene contado cada cabello de
nuestra cabeza; también dice que él nos tiene en sus manos siempre.
Dice el Señor Jesús que él cuida y sostiene a los suyos.

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