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Angel Figueroa
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Frases que no tienen ningún apoyo bíblico
Esto significa que lo que Jehová Dios quería revelar esta en la Biblia. Hoy en día
Dios ni te dice Ni te revela… TODO esta en su palabra inspirada la Biblia.
responde esta pregunta en 2 corintios 4:4 al decir; “el dios de este sistema de
cosas ha segado las mentes de los incrédulos, para que no pase a ellos
la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que
es la imagen de Dios”. No hay duda que Satanás el Diablo es el dios de este
sistema de cosas e infunde ideas falsas para descarriar a la gente del conocimiento
de Dios y la Biblia.
Sigue tu corazón
Esta frase también es muy popular hoy día. Y solemos usarla mucho cuando damos
consejo a otras personas o cuando debemos tomar sabias decisiones. Esta Frase NO
la ensena la biblia. Mas bien la Biblia dice que el corazón es capaz de sentir amor y
compasión, también es traicionero y desesperado. Jeremías 17:9 dice “El corazón
es más traicionero que cualquier otra cosa y es desesperado. ¿Quién
puede conocerlo?”
Esta es la realidad, y se refleja en lo mucho que ha cambiado la moralidad de este
mundo, un hecho que predijo la Biblia en los siguientes términos: “Pero debes
saber que en los últimos días vendrán tiempos críticos y difíciles de
soportar. Porque la gente solo se amará a sí misma; serán amantes
del dinero, fanfarrones,* arrogantes, blasfemos, desobedientes a los
padres, desagradecidos y desleales, no tendrán cariño natural, no
estarán dispuestos a llegar a ningún acuerdo, serán calumniadores,
no tendrán autocontrol,* serán feroces, no amarán lo que es bueno,
serán traicioneros y testarudos, estarán llenos de orgullo, amarán los
placeres en vez de a Dios y aparentarán tener devoción a Dios,* pero
en realidad estarán negando el poder de esa devoción. Aléjate de ellos.
Según se menciona en 2 Timoteo 3:1-5.
En vista de la situación, ¿no deberíamos cuestionar a nuestro corazón en vez de
seguirlo ciegamente? Así es, la Biblia dice con toda sinceridad: “El que confía en
su propio corazón es estúpido”, o insensato (Proverbios 28:26).
Para que podamos seguir nuestro corazón este debe seguir principios morales o
éticos que se consideran necesarios y deseables. Algunos de ellos son el perdón, la
honradez, el amor, el respeto por la vida y la autodisciplina. Los valores influyen en
el comportamiento de las personas, en sus prioridades y relaciones, así como en la
guía moral que dan a sus hijos. Está demostrado que los valores bíblicos están
hechos a la medida del ser humano, de esta manera entonces podemos decir “sigue
a tu corazón”.
Primero que nada… la Biblia dice en Santiago 1:13 “Que nadie diga durante
una prueba: “Dios me está probando”. “Porque, con cosas malas,
nadie puede probar a Dios ni él prueba a nadie”
Por lo tanto Jehová y Jesús NO tenían como propósito que usted sufriera o pases
por situaciones angustiosas o mucho menos ver sufrir a un familiar con una
enfermedad y luego morir.
Segundo La biblia es muy Clara cuando dijo en 1 de Juan 5:19 lo siguiente
“Sabemos que nosotros provenimos de Dios, pero el mundo entero
está bajo el poder del Maligno (satanás el diablo)”
Si tomamos la decisión creer en la Biblia y aceptar que este mundo se encuentra
actualmente bajo el poder del diablo, las cosas empiezan a tener mucho más
sentido. Al ver las noticias o estudiar la historia y saber de masacres, abuso infantil
y guerras, comprendemos que ese NO era el Propósito de Dios, sino que es Satanás,
como gobernante de este mundo, el responsable de lo que sucede en la tierra.
Tercero debemos tener una manera de pensar como la de Pablo y Timoteo cuando
le escribieron a la congregación de Filipos. Filipenses 4:11-13 dice: “No digo esto
porque esté pasando necesidad, pues he aprendido a estar contento
sean cuales sean mis circunstancias. Sé vivir con poco y sé vivir con
mucho. En todo y en cualquier circunstancia he aprendido el secreto
de estar satisfecho y de pasar hambre, de tener mucho y de no tener
nada. Tengo fuerzas para todo gracias a aquel que me da poder”.
¿Cómo protegernos de la influencia del Diablo? Con todo, no hay por qué vivir con
miedo a Satanás y los demonios, pues la Biblia nos enseña a combatir su influencia.
He aquí cómo:
1. Aprender cuáles son los “designios”, o estrategias, del Diablo a fin de no caer
en sus trampas (2 Corintios 2: 11).
2. Estudiar la Biblia y poner por obra sus enseñanzas. Si nos regimos por los
principios bíblicos, estaremos protegidos contra la influencia demoníaca
(Efesios 6: 11-18).
testificar. Así, pues, el apóstol Pablo escribió en Romanos 16:1: “Les recomiendo
a Febe nuestra hermana, que es ministra de la congregación que está
en Cencrea, para que ustedes la reciban con gusto en el Señor de una
manera digna de los santos, y para que le presten ayuda en cualquier
asunto en que los necesite, porque ella misma también demostró ser
defensora de muchos, sí, de mí mismo.” Obviamente Pablo se refiere a algo
más que simplemente servicio en sentido físico. Es a algo que tiene que ver con la
palabra hablada, el ministerio cristiano. Sin embargo, ella no había sido nombrada
sierva ministerial, pues Jehová Dios no hizo provisión por medio de Pablo para que
las mujeres sirvieran en tal puesto.
De nuevo, cuando Pablo escribió a la congregación cristiana de Filipos, se refirió a
Evodia y Síntique como “mujeres que se han esforzado lado a lado conmigo en las
buenas nuevas [evidentemente predicando y enseñando las buenas nuevas del
reino de Dios] junto con Clemente, así como también con los demás de mis
colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.”—Fili. 4:2, 3.
Además, no se debe pasar por alto a Priscila, la esposa de Aquila. A ella se le
menciona repetidamente, muchas veces hasta antes que a su esposo. (Hecho. 18:2,
18, 26; Romano. 16:3; 1 Corintio. 16:19; 2 Tim. 4:19) Cuando el elocuente Apolos
llegó a Éfeso y quedó manifiesto que necesitaba más instrucción, ‘Priscila y Aquila
lo llevaron a su hogar y entre ambos le expusieron con mayor exactitud la palabra
de Dios.’—Hecho. 18:26.
rescatador es necesario. Pero la salvación por medio de él solo viene a los que se
amoldan a las condiciones sobre las cuales se ofrece. Algunas de esas condiciones
son: La persona tiene que conocer a Jehová y tener fe en él, aceptar su Palabra,
reconocer la operación de su espíritu, arrepentirse y bautizarse. —Hebreos. 11:6;
Mat. 28:19; Hechos. 3:18.
Así es que, una vez que se halla en el camino de la salvación, esfuércese para
permanecer en él. No se puede merecer o ganar la salvación por medio de obras; lo
que se necesita es la fe. (Romano. 3:10-12; Gálatas. 3:11) Pero sí es preciso ejercer
la fe mediante obras prácticas que den prueba de ella. (Sant. 2:14-17, 26) Eso es lo
que hicieron los apóstoles. Ellos dieron énfasis especialmente a la obra de
predicación que Jesús mandó que hicieran los cristianos. Comprendieron, como
tenemos que comprenderlo nosotros, que más bien que meramente darle la
salvación a cualquiera que diga que lo ha aceptado a Él, Jesús “vino a ser
responsable por la salvación eterna para todos los que le obedecen.”—
Hebreos. 5:9.