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Repartido N°2: ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO FILOSOFÍA

La palabra filosofía proviene del griego y está compuesto por dos raíces: Filo del término griego fileo o phileo que
significa “amor”, “aspiración”, “simpatía” y Sofía o sophia que significa “sabiduría”.
El término puede interpretarse como “amor a la sabiduría” es decir: “aspiración, búsqueda de la sabiduría”, lo que se
diferencia de un estado de “posesión de la sabiduría”, que como es obvio, terminaría con la búsqueda y la aspiración.

ACLARACIÓN DE CONCEPTOS

Fileo: cuya traducción es AMOR debe entenderse como sinónimo de deseo. ¿Qué es lo que se desea? Lo que no se
tiene y se quiere obtener. ¿Entonces si quiero obtenerlo qué hago? Lo busco hasta encontrarlo. ¿Y cuando lo
encuentro, lo sigo buscando?. Obviamente que no tiene sentido seguir buscando algo que ya encontré o que ya tengo.
Por lo tanto el amor hace referencia al deseo de tener aquello que no tengo. Y como no lo tengo y lo deseo, lo busco.-
Desde esta perspectiva es que decimos que la filosofía es una actividad de búsqueda.-

¿Qué es lo que busca? Busca obtener la sabiduría. ¿Qué es la sabiduría?

Sophia: cuya traducción es SABIDURÍA. Este término se diferencia de CONOCER y de SABER.

CONOCER: hace referencia al conjunto de información o conocimientos teóricos de los cuales tenemos garantía de su
certeza. (Por eso se diferencia de “creer” o “creencia”)

SABER: Etimológicamente deriva del latín “sapere” que significa “ejercer el sentido del gusto”, “tener tal o cual
sabor; en este sentido el término se relaciona con “saborear”, “degustar” que a su vez podemos diferenciar
de “tragar”. Muchas veces, para hablar de lo que sabemos decimos “me tragué todo”, y generalmente
queremos indicar memorización mecánica sin tiempo para saber qué es lo que “tragamos”. El filósofo
Ortega y Gasset interpreta que debió ser el “anciano del grupo” el experto en distinguir sabores; por lo tanto el
considerado sabio.-

Desde esta perspectiva “saber” supone más que conocer. Saber es saborear. Por ejemplo, puedo conocer las
propiedades de una manzana pero la “sé” solamente cuando la tengo en mi boca.

SABIDURÍA: apunta una práctica sabia de vida, cuidadosa y reflexiva tanto en el plano teórico como en el plano
práctico del hacer. (entonces incluye el conocer, el saber y la reflexión)

Vemos, pues, que la palabra sabiduría tiene relación con el verbo saborear que es degustar, a diferencia de tragar. La
sabiduría implica esta posesión de saber ver las cosas, detenerse en ellas en lugar de pasarlas rápidamente. La
sabiduría no es un objeto que alguien posea y nos lo pueda entregar, o que se encuentre escondido en algún lugar. Es
uno movimiento de construcción del saber desde el deseo que provoca la búsqueda, ya que nos pone ante la conciencia
de nuestra carencia. Porque nos damos cuenta de que no sabemos deseamos saber, porque nos damos cuenta que lo
que creíamos saber, no lo sabíamos por nosotros mismos buscamos saber.

REFLEXIÓN: Deriva del latín “fléctere” que significa doblar, la definición nos dice que: “es una vuelta sobre sí del
pensamiento que se “dobla” a sí mismo para pensarse”. Entonces reflexionar quiere decir mirarse a sí mismo en un
gesto de flexión, en un movimiento sobre uno mismo, un repliegue interior en el que uno se pone frente a sí mismo
para observar sus ideas, opiniones, pensamientos.- Si reflexionamos sobre el sentido de la vida, por ejemplo, el
ejercicio consistirá en percibir qué es lo que pensamos nosotros mismo sobre él. Y es por eso que la reflexión implica
siempre el cuestionamiento: ¿qué pienso qué es la vida?¿en qué creo que consiste la existencia?

La actitud filosófica, entonces es una actitud de búsqueda: cuyo objetivo es la sabiduría.

RESUMIENDO:
Entonces el sentido etimológico, se refiere a la inquietud que nos lleva a buscar la verdad. Deseamos saber
porque reconocemos que no sabemos, porque nos damos cuenta de que las cosas no siempre son como parecen ser o
como creemos que son, o como deberían ser. Podemos decir que la filosofía da origen de este modo a la búsqueda de
una fundamentación teórica en sí misma, más allá de las creencias.

La filosofía como deseo de sabiduría es la actividad a través de la cual conocemos reflexivamente la verdad.- Por eso
se la define como búsqueda de la verdad (develamiento). Ser hombre es estar abierto a esa búsqueda ineludiblemente,
es una actitud fundamental de nosotros mismos.

Enfrentarnos a esta experiencia es lo que nos inquieta. Si no hubiera inquietud, si no fuese una necesidad humana
intentar comprender el para qué del mundo, de la vida, de la muerte, el sentido de la historia, el significado del
conocimiento humano, no haríamos filosofía, no intentaríamos responder, porque no tendríamos preguntas.

ORIGEN DEL TÉRMINO “FILÓSOFO”

Cuenta Cicerón en su obra “Cuestiones Tusculanas” que habiendo llegado Pitágoras a Flío capital de
Fliasia (región griega del Peloponeso entre la Argólida, la Arcadia y la Scionia) y habiendo discutido allí
sabiamente con Leonte, príncipe de los fliasios, admirado éste de su mucho saber preguntóle a que ciencia
especialmente se dedicaba, puesto que veía que las dominaba todas; a lo cual respondió Pitágoras que él
no sabía ninguna ciencia y que no era ningún sabio (sofo) sino un filo-sofo (un amante, un pretendiente de
la sabiduría).-

Bibliografía:

 Bertollini, Quintela, Langón: “Materiales para la construcción de cursos de filosofía.


Imprenta Equs.- Setiembre 1994
 Di Sanza, Fernández, La Porta: “Filosofía”. Ediciones Santillana. Bs.As. 2001

Filosofía y Crítica de los Saberes


Prof. Rosana Murialdo
Curso 2022

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