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“CURSO DE ESPECIALIZACION EN ORDEN

PÚBLICO Y SEGURIDAD CIUDADANA”

TRABAJO APLICATIVO

TEMA:
Lineamiento Sectorial Vecindario Seguro

DOCENTE:

Mayor PNP Huerta Coronel, Jorge Alberto

AUTOR(ES):
ST2 PNP Acuña Arce, Ana Lucia
ST3 PNP Mercado Oblitas, Robert
S1 PNP Ramos Ramírez, Karin
S1 PNP Mendoza Santos, Gladys
S2 PNP Serpa Saravia, Pamela
S2 PNP Palomino Silva, Daniel

LIMA – PERÚ
2022
DEDICATORIA

Las grandes batallas se ganan con las mejores


estrategias y planeamientos, lema que desde que
iniciamos nuestra etapa estudiantil, lo llevamos en
el pecho día a día, con mucho sacrificio, coraje
disciplina y honor, por lo tanto, dedico este gran
trabajo de investigación en primer lugar a nuestro
señor Dios, a mis padres, tíos, hermanos, primos y
a todas las personas que confiaron en mí, los
mismos que siempre me brindaron su apoyo
incondicional sin ningún prejuicio o estereotipo, sin
duda alguna ellos fueron testigos de mi gran avance
en esa etapa de mi vida.

ii
AGRADECIMIENTO

Agradecer a nuestro señor divino por


llevarnos por el camino de la sabiduría y
entusiasmo, encaminarnos con mucha bendición
al camino correcto. Agradecer inmensamente a
nuestro señor por el día a día, a vuestros padres
guiadores en el más alto nivel y vuestros
docentes que con mucho liderazgo y
compromiso llevaron a cabo una gran misión de
enseñarnos aprendizajes nuevos para ser
profesionales con vocación de servicio.

iii
Índice de contenido

Caratula Pág.

Dedicatoria ii

Agradecimiento iii

Índice de contenido iv

Resumen vii

Abstract viii

I. INTRODUCCIÓN 1

II. MARCO TEÓRICO 5

VI. ANALISIS 10

VII. CONCLUSIONES 11

REFERENCIAS 12

ANEXOS

iv
Resumen

El presente trabajo aplicativo se encargará de explicar de manera breve,


precisa y concisa, sobre los lineamientos sectorial vecindario seguro, Con la
finalidad de afianzar los lazos entre la sociedad civil organizada y las fuerzas del
orden, se realizó el “I Encuentro Nacional Virtual con las Juntas Vecinales
promovidas por la Policía Nacional del Perú - 2021”.

Asimismo, se realizó un encuentro nacional contó con la presencia del


ministro del Interior, José Elice, y el comandante general de la PNP, general de
Policía César Cervantes, quienes agradecieron la participación de las juntas
vecinales y reiteraron que sus miles de integrantes en todo el territorio peruano,
son fundamentales para garantizar una sociedad más segura.

Durante la actividad se incidió en la importancia del binomio policía-


comunidad para mejorar los estándares de seguridad y promover la convivencia
pacífica en los barrios del país, motivando en todo momento la participación activa
de la sociedad.

Los especialistas de la PNP instruyeron a los asistentes en la estrategia


policial Vecindario Seguro, que busca fortalecer la labor preventiva de las
comisarías mediante los patrullajes sectorizados, el acercamiento a la comunidad
y el trabajo coordinado con el serenazgo.

El general PNP Aldo Muñoz, director de Seguridad Ciudadana de la Policía


Nacional, realizó una disertación en la que destacó el papel de la policía
comunitaria, aquella que genera lazos cercanos con la población y gracias a la
alerta temprana, es vital para combatir la delincuencia común, así como la
violencia hacia la mujer.

Durante la reunión virtual también participaron los promotores y


coordinadores de las oficinas de Participación Ciudadana a escala nacional, los
miembros de la División de Policía Comunitaria, así como representantes de las
juntas vecinales de todas las regiones.
I. INTRODUCCIÓN

1.1 Realidad problemática.


En el ámbito mundial un problema social de gran trascendencia es el creciente
aumento de la violencia y la inseguridad ciudadana que afecta significativamente
la
vida de las personas, particularmente en los paises en desarrollo donde el
proceso de urbanización ha ido a la par con un incremento en los niveles o la
intensidad de actos de violencia, crimenes y contravenciones urbanas. El crimen y
la violencia afectan significativamente la calidad de vida, la habitabilidad y el
disfrute de los espacios públicos del ciudadano.

La competitividad y el desarrollo económico se afectan cuando la inseguridad


ahuyenta a los inversionistas. La producción de bienes y servicios se carga con
sobrecostos generados por la violencia, estos generalmente se trasladan al
usuario y las personas de menores recursos suelen ser los más afectados. Los
altos índices de victimización delictiva afectan de forma adversa en el capital
social y humano.

Además de ocasionar traumas personales y familiares, sufrimiento, y deterioro del


capital social. La inseguridad puede afectar el intercambio económico, la provisión
de servicios públicos así como en la educación, incluso en la capacidad
gubernamental para crear o mantener infraestructura en su país. América Latina
ha sido afectada particularmente por la problemática señalada en el punto
anterior, las ciudades americanas sufren niveles elevados de violencia y
delincuencia. América Central registró una tasa de 28,5 homicidios por cada
100,000 habitantes, el Caribe y Sudamerica registraron respectivamente tasas de
16,9 y 20 homicidios por cada 100.000 habitantes, situándose por encima del
promedio mundial de 6,9 homicidios por 100.000 habitantes (Onudd 2011). La
victimización en América Latina es alta. En el año 2012, el 33% de los hogares de
la región fueron víctimas de actos de violencia y delincuencia (Latinobarómetro
2012).
En América Latina y América Central el crimen y la violencia ocasionan un alto
impacto económico. Llegando incluso a significar, según la metodología de
medición, más del 10% del PIB. En un reciente estudio realizado por el Banco
Mundial se estimaba que el costo total del delito y la violencia significaba aprox.
entre el 3,6% del PIB en Costa Rica y el 10,8% del PIB en El Salvador.

En el Perú, la principal preocupación de los ciudadanos es la inseguridad


ciudadana, esa sensación de temor a los lugares públicos incluso ha ocasionado
que la población opte por no salir de sus domicilios, y muchas veces busque
soluciones en la instalación de rejas, cerrando calles, contratando vigilantes
formales e informales, dejando de disfrutar libremente de sus libertades y
derechos reconocidos constitucionalmente.

La percepción de inseguridad en el Perú, desde el año 2011 está por encima del
85%, llegando en el año 2016 a superar el 90%, mientras la victimización
disminuyó de 40% a 30% entre los años 2011 y 2015 y actualmente se encuentra
en el 25.5% (INEI, 2017). Existiendo una aparente contradicción entre estos dos
indicadores, que muestran una alta percepción de inseguridad mientras la
victimización se reduce. Lo que desde ya justifica que el Estado busque una
urgente solución que calme el reclamo ciudadano.

La tasa de homicidios a nivel nacional subió de 5.4 a 7.2 homicidios por cada
100,000 habitantes entre los años 2011 y 2015 (Consejo Nacional de Política
Criminal, 2015). El incremento en esta tasa es poco significativo, considerándose
que el Perú tiene una de las tasas más bajas de América, donde el promedio
regional es 20 homicidios por 100,000 habitantes. No obstante, en varias
ciudades del interior, especialmente en la costa norte y en la región central, los
homicidios han aumentado por encima del promedio nacional y de la región, como
ejm. Barranca con 33.5% o Tumbes con 41.2% (Estrategia Multisectorial “Barrio
Seguro”
2016).

La percepción de inseguridad puede ser producto de la llamada “desorganización


social”, que afecta al ciudadano de manera directa y frecuente en forma de delitos
patrimoniales menores, accidentes de tránsito, violencia sexual en las calles,
entre otros (Mujica & Zevallos, 2016). En este sentido, según el 6to. Informe de
seguridad ciudadana semestre movil agosto 2017 – diciembre 2017 las denuncias
por delitos patrimoniales menores, especialmente robos de carteras, billeteras y
dinero superan el 70% de incidencia en el indicador Victimización.
A esto se suma la desconfianza hacia la policía, que supera el 70% a lo largo del
país (Conasec, 2015). La falta de respuesta de las autoridades responsables de
hacer cumplir la ley genera incertidumbre. En términos prácticos, la percepción de
inseguridad es una manifestación del miedo al ambiente por el que transitan los
ciudadanos de las urbes.

Asimismo, los medios de comunicación social agravan esa sensación de


inseguridad al darle tanta cobertura a noticias de crimen y violencia que antes
estaban recluidas en las secciones policiales, además de poner especial énfasis
en asuntos que generan alta sensibilidad social, como el sicariato y las
extorsiones.
Ante esta situación problemática la Policía Nacional del Perú ha implementado
una Estrategia Institucional denominada “Vecindario Seguro” contenida en el Plan
General de Seguridad Ciudadana por Objetivos Nº 006-2017- SUB
DG-PNP/UNIPLOPE, estableciendo el modelo de policía comunitaria, la cual se
está implementando a nivel Nacional y ha despertado expectativas en su
aplicación. Vecindario seguro es una estrategia operativa orientada a asegurar las
condiciones de seguridad y convivencia ciudadana, con la asignación de
responsabilidades en un área específica potencializando el conocimiento y
accionar policial, a través de un modelo integral de servicio de policía, que se
soporta en herramientas tecnológicas y de gestión enmarcadas en principios de
calidad.

El policía trabaja en la parte preventiva, donde se desarrollan actividades con la


comunidad, se identifican las causas y factores del origen de los delitos y las
contravenciones como por ejemplo violencia intrafamiliar. Una manera de prevenir
e iniciar con actividades con la comunidad es la visita puerta a puerta, con el fin
entregar información básica, hacerse conocer y entregar un stikers con un número
único de celular para que en el caso necesario se comuniquen, logrando una
comunicación personalizada, oportuna, ágil e inmediata. De igual forma se
encuentran acciones disuasivas donde el policía se ocupa de las actividades que
eviten acciones delictivas como por ejemplo las que se realizan por medio de la
mediación y por último acciones de reacción.
1.2.2 Trabajos previos nacionales
Salazar (2014), señaló en su investigación sobre: fundamentos políticos –
criminales de la seguridad ciudadana en los lineamientos del Estado Peruano,
para obtener el Grado Académico de Doctor en Derecho y Ciencia Política por la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que planteó como objetivo la
orientación de los fundamentos políticos – criminales de la seguridad ciudadana
aún carecen de un sentido integral para determinar una posición efectiva estatal
sobre aspectos cardinales de la delincuencia. La metodología utilizada es
deductiva-inductiva, el tipo de investigación es descriptivo, bibliográfico y de
campo.

Plantea como objetivo específico Establecer si la aplicación del concepto de


seguridad ciudadana en los lineamientos del Estado peruano indica de forma
concreta la singularidad, regulación, reproducción, transformación, interrelación,
historia de la delincuencia en el Perú articulados a un sistema fáctico, normativo y
axiológico. En su investigación Salazar llega a la conclusión de que es necesario
que exista una correcta sinergia entre los tres poderes del Estado (Ejecutivo,
legislativo y judicial) además del Ministerio Publico y la Policía Nacional; puesto
que este trabajo en conjunto garantiza la correcta administración de justicia y es
que partiendo de este punto se puede llegar a integrar el trabajo comunitario.

Salazar menciona que la capacidad de crear sentido colectivo desde las


instituciones del Estado hasta la comunidad ayudara a perfeccionar el trabajo de
seguridad ciudadana, ello creando confianza entre los que intervienen en el
proceso y mejorando la estadística de la participación ciudadana en estos
programas.
Mejía (2015), indicó en su investigación sobre: las estrategias municipales de
mitigación del problema público de la inseguridad ciudadana: un análisis de la
Gerencia de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad Metropolitana de Lima
entre
el 2010 y el 2014, para optar el grado de Magíster en Ciencia Política y Gobierno,
con mención en Gestión Pública y Políticas Públicas por la Pontificia Universidad
Católica del Perú, La hipótesis propuesta en esta investigación sostiene que, a
pesar de que la Municipalidad Metropolitana de Lima cuenta con una plataforma
para la generación de información en materia de crimen y seguridad, los recursos
que esta posee no solo son subempleados, sino que los criterios metodológicos
que han guiado la construcción de sus indicadores cuentan con severos
problemas de método y rigurosidad. Sumado a esto, la cadena de flujo de esta
información presenta una serie de deficiencias que impiden que ésta llegue de
manera oportuna a los principales actores intervinientes. Por último, señala que
existen problemas en la sistematización de los datos generados por estas
plataformas, lo cual impide que esta información sea un insumo contundente para
la creación de estrategias de acción por parte de la Municipalidad Metropolitana
de Lima, generando, en consecuencia, deficiencias en la orientación y efectividad
de las mismas.

Ore (2015), indicó en la Investigación La policía comunitaria como estrategia para


la disminución de los índices delictivos: el caso emblemático del cerro El Pino,
para optar el grado de Magíster en Ciencia Política y Gobierno con mención en
Políticas Públicas y Gestión Pública por la Pontificia Universidad Católica del Perú
tiene como objeto de estudio un caso de buenas prácticas, que se ejecutó
mediante la implementación de un plan estratégico de intervención en el cerro “El
Pino”, señalando que ese plan logró excelentes resultados en la disminución del
índice delictivo en esa jurisdicción. Como conclusión Ore menciona que el factor
que hizo que el caso de "El Pino" resultara de manera tan positiva fue el trabajo
conjunto entre la Policía Nacional y los pobladores del asentamiento humano,
puesto que se reforzaron los servicios policiales en dicha zona; de la misma
manera se instalaron puestos de auxilio rápido, lo cual hizo más sencillo el
proceso de denuncias; se conformaron juntas vecinales promovidas por la PNP
en busca de prevenir los delitos y recuperar espacios públicos, trabajando con
niños y jóvenes en riesgo de caer en la delincuencia.

Guillen (2016), señala en su investigación Estrategia de acercamiento y


promoción de la cultura de paz en el proceso de pacificación del Alto Huallaga
durante el año 2012, para optar el grado de Magíster en Ciencia Política y
Gobierno con mención en Políticas Públicas y Gestión Pública por la Pontificia
Universidad Católica del Perú, que presenta tres secciones. La primera menciona
la parte metodológica y la forma cómo se investigó, los elementos teóricos del
tema y el estado de la cuestión. La segunda expone los hallazgos del trabajo de
campo, y el procesamiento y análisis de los datos, la tercera describe el contexto
del proceso de pacificación en el Alto Huallaga antes del 2012, las estrategias de
acercamiento a la comunidad y promoción de la cultura de paz aplicadas durante
el 2012 – año en el que se logró desarticular a la organización terrorista “Sendero
Luminoso” en la zona del Huallaga – y los factores que permitieron que la Policía
Nacional del Perú implemente dichas estrategias. Guillen concluye que las
estrategias tomadas para acercarse a la comunidad y para fomentar y promover
la paz, las cuales fueron realizadas por el frente policial en el Huallaga, han
generado un impacto positivo; ello puesto que promover la paz genera un gran
valor público que ayuda a impedir el reflote de la violencia que trae consigo el
terrorismo, de la misma manera atrae las inversiones y el desarrollo económico a
una zona que fue muy golpeada por la violencia. La alianza entre la institución
policial y la comunidad en el Huallaga genera una mejor calidad de vida.

Arellano (2014), señala en su investigación titulada El efecto de la intervención de


la dirección ejecutiva de seguridad ciudadana en la opinión de los residentes del
distrito de Villa María del Triunfo. Para optar el grado académico de Magister en
Ciencias de la Educación con mención en Docencia Universitaria, que se plantea
la interrogante de cuál es el efecto que genera la intervención de la Dirección de
Seguridad Ciudadana en opinión de los vecinos del distrito de Villa María del
Triunfo, para obtener una respuesta se administró a los vecinos de la
urbanización San Gabriel una encuesta de diseño correlacional con respecto al
trabajo de la dirección de seguridad ciudadana en el distrito. Como resultado
Arellano pudo concluir que si bien existe una relación muy marcada entre la
intervención de la Dirección Ejecutiva de Seguridad Ciudadana, la percepción de
reducción de la delincuencia y la aceptación por parte de la comunidad, el autor
recomienda que se realice trabajos aún más coordinados entre las instituciones
del Estado y los municipios para así sensibilizar a la sociedad con respecto a la
necesidad de prevenir la violencia y la delincuencia.

DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA


2.1 Construcción y redacción formal del problema

El problema que afronta el presente Proyecto de Innovación es el mejoramiento


del Plan Vecindario Seguro, identificando los factores que dificultan su desarrollo,
para plantear soluciones, en particular en su componente de patrullaje por
sectores, en el marco de la filosofía de policía comunitaria. Plantea fortalecer su
diseño e implementación mediante un fuerte componente de desarrollo de una
planificación de sectores y áreas, un clima organizacional de excelencia y el
incremento de recursos logísticos necesarios.

2.2 Conceptos claves presentes en el problema


a) Seguridad ciudadana
La Organización de Estados Americanos (OEA), presentó un informe sobre
seguridad ciudadana y los derechos humanos en diciembre del 2009. En este
documento se hace referencia, que todavía en los Estados la seguridad
ciudadana está a cargo de las fuerzas policiales, con la represión y castigo a
quienes cometen los delitos, dentro del marco legal y los derechos humanos.
Luego hace recomendaciones puntuales, que la seguridad ciudadana no sólo
debería ser la lucha contra la delincuencia, sino deben crearse espacios propicios
para una convivencia pacífica. Finalmente postula que la seguridad ciudadana
debe considerar el desarrollo de la prevención y control de las acciones que
generan inseguridad y violencia en vez de utilizar la represión.
El concepto de seguridad ciudadana para (Escobar 2004), manifestó que la
seguridad ciudadana debe comprender todos los derechos humanos, de
naturaleza civil, social, política, cultural, económica, comunicacional.

En México, Ramos (2005), consideró un concepto clásico, de que la seguridad


ciudadana es la seguridad nacional, apoyada en el armamentismo y esto debe
pasar a la seguridad de las personas, basada en el desarrollo humano, una
concepción ciudadano – céntrica. Cuyos ámbitos son el político, social,
económico y ambiental.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2009 p 34-35), mencionó
que la seguridad ciudadana es aquella condición en que las personas se
encuentran libres de la violencia y amenazas por parte de terceros.
Entendiéndose como violencia el causar daño, doblegar la vulnerabilidad,
despojar del patrimonio personal o jurídico, utilizando la fuerza física o
psicológica. Y como consecuencia de estos actos se estaría incurriendo en
diversos tipos de delitos: contra el patrimonio (robo, hurto, estafa), el homicidio, la
agresión, la violación, el secuestro, la trata de personas. Adicionalmente los actos
de violencia están asociados a otras formas de delitos, donde existe
organizaciones que se dedican a violentar la tranquilidad ciudadana cuando el
crimen organizado actúa en la sociedad, con el tráfico de armas, el narcotráfico y
consecuentemente el lavado de activos, y la obtención ilícita de propiedades.

En Perú la definición de seguridad ciudadana, está contemplada en la ley 27933,


que en su artículo 2 dice: “…es la acción integrada que desarrolla el Estado, con
la colaboración de la ciudadanía, destinada a asegurar su convivencia pacífica, la
erradicación de la violencia y la utilización pacífica, la erradicación de la violencia
y la utilización pacífica de las vías y espacios públicos.

Del mismo modo, contribuir a la prevención de la comisión de delitos y faltas.”


INEI (2017), el índice de homicidios en nuestro país es baja en comparación con
otros países vecinos como El Salvador, Brasil, Colombia, Guatemala, México.
Este alto índice de criminalidad contribuye a generar inseguridad. Por cada
100,000 existen 12,5 homicidios, con la tendencia a seguir creciendo. La
percepción del ciudadano peruano en cuanto a este aspecto es que no existe una
seguridad y la desprotección está latente, la evidencia es que la delincuencia se
está incrementando y asumiendo nuevas formas de actuación.

b) Tasa de victimización
América Latina es la región del mundo con mayor índice de criminalidad, lo cual
genera una inseguridad en los ciudadanos. Se registra la mayor cantidad de
homicidios por cada 100,000 habitantes, en particular en ciudades como El
Salvador, Brasil, Colombia, Guatemala, México. Se registra que en el Perú hay
12,5 homicidios por cada 100,000. Esta cifra es menor que otros países, pero
tiende a crecer (INEI, 2017).

Por ello la población peruana demanda continuamente que no hay seguridad


ciudadana, pues las personas se sienten desprotegidas, porque la delincuencia se
ha ido incrementando y asumido nuevas formas. El incremento de la tasa de
delitos en América Latina, ha generado que los gobiernos incorporen este aspecto
como un tema central en sus agendas. Pero se evidencia que, este tema aún no
se ha resuelto eficazmente, pues es un tema que debe agendarse no a corto
plazo, sino a mediano o largo plazo, pues al ser complejo, abarca a toda la
población y afecta todos los problemas de ella. Por ello es importante tener una
política de seguridad ciudadana que apunte a la calidad de vida integral de los
ciudadanos.

c) Victimización
El concepto de victimización se hace presente a partir de la idea de víctima y de
victimario. La víctima es una persona que sufre el ataque o la desidia de otra
persona. La víctima puede ser una víctima del maltrato físico, del maltrato verbal,
del maltrato psicológico. En el ámbito de la seguridad, se considera como
“víctima” a la persona de 15 y más años de edad del área urbana que haya
sufrido al menos un hecho delictivo durante el periodo de referencia. Se considera
como hecho delictivo a todo evento que atenta contra la seguridad, vulnera los
derechos de la persona y conlleva al peligro, daño o riesgo como: robo o intento
de robo de dinero, cartera, celular; robo o intento de robo de vehículo automotor,
robo de autopartes, moto taxi, motocicleta, bicicleta, amenazas e intimidaciones,
maltrato físico y/o psicológico, ofensas sexuales, secuestro e intento de
secuestro, extorsión, estafa y robo de negocio. Ferraro y LaGrange (1987)
sostuvieron que “La victimización y las tasas de los distintos tipos de crímenes
suelen ser medidos de manera objetiva a través de información recogida en los
centros policiales o de manera subjetiva a través de la respuesta sobre la
experiencia directa o indirecta de los encuestados, donde lo directo hace alusión a
la victimización del propio encuestado, y lo indirecto a alguien de su entorno
social. En el caso del miedo al crimen este puede recogerse en base a encuestas
o entrevistas a profundidad. Debido a que el miedo al crimen es un concepto
latente, los investigadores han utilizado distintas formas de recoger información
de este tipo. En atención a esta práctica en las investigaciones en no pocos casos
se ha conseguido información pertinente.”

d) Percepción de inseguridad
La Comisión Internacional de Derechos Humanos, en el 2009 manifestó que en
todos los países existe una incesante preocupación por el incremento de la
delincuencia. En el caso específico del Perú existe una información realizada por
LAPOP en el 2012, donde afirma que el desplazamiento de los problemas
económicos ha sido por el incremento del problema de la inseguridad y
victimización a niveles muy altos.
En una encuesta del 2013, realzada por la organización Lima Cómo Vamos,
encontró que el 80% de los encuestados limeños manifestaron que la afectación
de la calidad de vida se debe porque el principal problema de la ciudad es la
delincuencia.
Para (Costa y Romero en el 2010), la inseguridad ciudadana, se ha convertido un
tema eje de investigación, que se hace necesario, por los problemas que sufre la
ciudad de Lima. Además afirmó que inseguridad se puede medir a través de tres
consideraciones: la primera se refiere a la percepción de inseguridad, la segunda
se refiere a la victimización y la tercera consideración de medición es la
prevención de la inseguridad y amenaza por medio de los recursos institucionales.

Según la encuesta nacional realizada por el INEI (2016), a una población mayores
a 15 años de ambos géneros, en las zonas urbanas, los resultados reflejaron que,
la percepción de la inseguridad se incrementó del 2014 al 2015 de 85.8% al
88.4% respectivamente. También se encontró que las personas con mayor
percepción de inseguridad está en el rango de edades de 30 a 44 años con un
90.5%. De acuerdo al grado de instrucción, el 91.6% de los encuestados con
estudios superiores manifestaron su alta percepción de inseguridad. Estos valores
nos muestra que la percepción alta de inseguridad, lo cual acarrea en la población
el temor de ser víctimas de algún hecho delictivo en los próximos meses.

2.4.1. Institucionalidad a cargo del problema


La Policía Nacional del Perú, amparada en su finalidad fundamental, incluida en el
Art. 166 de la Constitución Política del Perú, es la entidad encargada del orden
interno y orden público.

La PNP ha sufrido cambios estructurales de consideración en su estructura, y al


mismo tiempo en su afán de brindar el mejor servicio y colmar las expectativas de
la población, ha implementado algunas políticas especialmente con miras a lograr
la cercanía a la población, considerando su participación como un hecho de gran
importancia en la seguridad ciudadana contra la delincuencia. Para ello la
institución implemento programas preventivos de acercamiento a la ciudadanía y
planes operativos, como patrullajes, operativos y de lucha contra la delincuencia y
otros de acuerdo al siguiente detalle.

El año 1997 se creó la Dirección de Participación Ciudadana, disponiendo la


creación de las Oficinas de Participación Ciudadana en todas las comisarías a
nivel nacional, estando éstas a cargo de la operativización de dicho programa en
coordinación con la Dirección de Seguridad Ciudadana de la PNP.

También se crearon los programas preventivos de Club de Menores, la Policía


Escolar, las Brigadas de Autoprotección Escolar, las Patrullas Juveniles, la Red
de Cooperantes y finalmente las Juntas Vecinales
El 15 de octubre de 2015 se puso en ejecución el Plan de Operaciones N° 305, de
la Región Policial Lima, que planteó la SEGURIDAD CIUDADANA POR
SECTORES el 2015, para ejecutar operaciones policiales permanentes de
prevención e investigación, mediante el acercamiento a la comunidad e
implementación del sistema de patrullaje sectorizado, para restablecer la
confianza ciudadana.

El Plan Piloto comprendió únicamente a las Comisarías PNP ubicadas en los


distritos de Chorrillos, San Miguel y la Comisaría PNP de San Cayetano-El
Agustino, a partir del 16 de octubre de 2015. Estamos presentando un distrito
piloto.
En el mes marzo del 2017 el comando institucional dispuso poner en ejecución el
Plan General de Operaciones Seguridad Ciudadana por Objetivos Vecindario
Seguro N°006-2017-SUB DG PNP/UNIPLOPE.

Ahí dispuso ejecutar, a nivel nacional, operaciones policiales permanentes por


objetivos, de vigilancia, prevención e investigación, mediante la implementación
de la estrategia de “Seguridad Ciudadana por Objetivos”, optimizando el servicio
policial con la finalidad de reducir los índices de victimización, la percepción de
inseguridad, recuperar la confianza y credibilidad en la Policía Nacional del Perú,
mejorando la calidad de vida de la población.

Los gobiernos locales, entre ellos el del distrito de San Miguel, participan en forma
activa a través del patrullaje integrado, uso de video cámaras en los distintos
puntos estratégicos, coordinando ´permanentemente con los comisarios de San
Miguel y Maranga.

Interviene el Ministerio Público, a través de los fiscales cumpliendo su misión,


quienes se muestran en todo momento transparente poniendo empeño en la
formulación de la documentación correspondiente en caso de intervenciones
comunes o en flagrante delito, en donde se detiene a la persona para las
investigaciones correspondiente.
También el Comité Distrital de Seguridad Ciudadana del distrito de San Miguel, al
que asisten en forma regular las comisarías de San Miguel y Maranga, con la
finalidad de realizar actividades dentro del cumplimiento de sus funciones.

La DIVPOL OESTE está al mando de las comisarías de San Miguel y Maranga en


el distrito en mención, que cumplen diversas funciones dentro de sus
competencias, de acuerdo al siguiente detalle:
1. Departamentos administrativos;
2. Departamento de seguridad;
3. Departamento de Prevención (patrullaje motorizado y a pie);
4. Departamento de Seguridad Ciudadana (Juntas Vecinales, brigadas de
autoprotección escolar, club de menores, colibrí, entre otros);
5. Departamento de investigaciones (delitos y faltas, investigación de accidentes
de tránsito y violencia familiar).

Dentro de las funciones a cumplir, en especial la de prevención, en estas


comisarías se ha puesto en ejecución el Plan Vecindario Seguro, el mismo que se
realiza por sectores y cuadrantes con patrullaje motorizado y a pie, con una
filosofía de policía comunitario, en donde el personal realiza el contacto con el
ciudadano brindando la confianza correspondiente en cada sector o cuadrante,
teniendo un coordinador que es el responsable.

También cuentan las comisarías con apoyo de la División de Emergencia


(DIVEME), Escuadrón Verde y Los Halcones. El comisario organiza y coordina
con el Gerente de Seguridad Ciudadana del distrito, para el patrullaje integrado de
acuerdo a la situación de riesgo existente en su jurisdicción, siendo este
responsable de la jurisdicción. Para el cumplimiento de sus funciones las
comisarías de San Miguel y Maranga cuentan con el personal policial total de 231
efectivos, siendo 139 de San Miguel y 92 de Maranga. El per capita de policías
por habitantes del distrito es bajo respecto a otros distritos de la capital.

El enfoque del nuevo planteamiento de Vecindario Seguro es el de la Policía


Comunitaria. La visión institucional en este nuevo milenio implica reposicionar a la
PNP, lo que supone la capacitación permanente a nuestros efectivos policiales a
fin de potenciar capacidades, filosofía de trabajo y competitividad profesional con
una visión progresista de trabajar desde una actitud positiva como líderes de la
Seguridad Ciudadana.

Estas buenas prácticas nos permiten fortalecer la cohesión social con la


comunidad, a través de la aplicación del patrullaje motorizado y a pie y la
utilización de herramientas de la gestión moderna (uso de herramientas modernas
para la seguridad ciudadana). El patrullaje y la vigilancia como prevención lógica
primordial del trabajo tanto de la policía, es complementada por la policía
comunitaria, cuando empieza por plantear los factores de riesgo o las condiciones
que puedan favorecer la probabilidad de que una persona pueda ser agresor o
víctima.

Los factores de riesgos más comunes son la deserción escolar, violencia familiar,
el desempleo, el alcoholismo, la drogadicción, así como la carencia de programas
sociales para el deporte y la recreación.

Por lo tanto, se hace imperativo, trabajar la prevención con los protagonistas tanto
agresores y las víctimas, con el propósito de cambiar las conductas personales y
las acciones del entorno comunitario, según como lo afirmaron (World Health
Organization, (OMS) 2010), citado en el Peruano 2917. En tal sentido surge una
estrategia para la prevención integral multisectorial, que supone una coordinación
y un consenso entre las instancias gubernamentales, llamada “Barrio Seguro”.
Que además implica el involucramiento de la comunidad organizada, quienes
legitiman y dan sostenibilidad transparentando las acciones del gobierno en
asuntos de seguridad ciudadana.

Sobre la transformación de las causas a medios, se hace una lectura inversa de


cada causa, de la siguiente manera:
a) Sobre la baja cobertura de los programas sociales: el medio propuesto es la
coordinación multisectorial para integrar a la población de las zonas de riesgo en
los programas sociales del Estado.
b) Sobre la baja cobertura de los programas sociales de la PNP: el medio
propuesto es la ampliación del presupuesto y recursos para la extensión de
dichos programas sociales, en particular a las zonas de riesgo.

c) Sobre el acceso fácil a armas, el medio propuesto tiene que ver con el accionar
de la SUCAMEC, y una política que combine incentivos para entrega de armas sin
licencia, emisión rápida y cabal de licencias, y la requisa de las armas en venta
por canales informales y/o delictivos.

d) Sobre el Modelo Policial de acción ex post, en lo relacionado al patrullaje


fragmentado y débil y el objetivo de llegar luego del delito a la escena del mismo,
se propone el patrullaje sectorizado, integrado a otras entidades y con
responsabilidades por sectores y áreas.

e) Sobre el Modelo Policial de acción ex post, en lo relacionado a la no


focalización en las zonas de riesgo, se propone el Plan Sectorizado, direccionado
por el Mapa de Zonas Vulnerables.

f) Sobre el Modelo Policial de acción ex post, en lo relacionado a la baja eficacia


de las comisarías para dar solución a las denuncias, se propone un Plan de
Seguimiento con un mapa trazador que permita ubicar los atoros y dar
información oportuna a los vecinos.

g) Sobre el Modelo Policial de acción ex post, en lo relacionado a la cultura


policial refractaria a la comunidad, se propone darle relevancia al patrullaje a pie
con contacto cotidiano con el vecindario y la capacitación sociocultural.

ANALISIS
La diferencia entre el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana y el Plan de
Vecindario Seguro propuesto, radica en que el primero se enfoca a los resultados
de la intervención policial sobre los delitos los que se apoyan en la estructura
organizativa, los recursos logísticos existentes, mientras que el enfoque del nuevo
Plan de Vecindario Seguro, tiene carácter preventivo, que busaca la conformación
y mayor actuación de la policía comunitaria como agente de prevención que se
acerca a la comunidad, entabla relaciones de orientación y prevención de los
delitos con el apoyo de los demás sectores de la sociedad, como los municipios,
los comerciantes, la instituciones educativas, la iglesia entre otros.

Actualmente el Plan Vecindario Seguro ya se encuentra en ejecución a nivel


nacional desde el año 2018, dispuesto por el Comando Institucional de la PNP;
sin embargo el incremento de personal la implementación logística, capacitación,
cambio de actitud, liderazgo y otros, apoyo de los gobiernos locales, y en especial
la población, se encuentran siendo superados en forma paulatina y de acuerdo a
la capacidad de la Institución, para la situación actual de cada distrito, motivo por
el cual los resultados son heterogéneos, debiendo superarse lo logrado en la
medida que se va implementando y subsanando algunas deficiencias,
capacitando al personal entre otros, esperando tener mejores resultados y más
homogéneos a nivel nacional.

CONCLUSIONES

1.- La intervención policial en materia de seguridad ciudadana debe concentrarse


en corto y largo plazo el primero es la intervención en la represión y captura del
delincuente mientras la segunda está dirigido al cambio de la sociedad con los
programas sociales de la Policía Nacional. La intervención policial debe
transformase al modelo de patrullaje motorizado por sectores con la participación
ciudadana.

2.- La implementación del Plan Vecindario Seguro pasa por varias acciones y
etapas: sectorización de la jurisdicción, fortalecimiento del trabajo coordinado con
la autoridad local, participación de la ciudadanía, monitoreo del patrullaje policial,
mejoramiento del trato en las comisarías, fortalecimiento de las capacidades en
derechos humanos del agente policial, capacitación al cuerpo policial en sus
funciones, registro y atención oportuna de los casos presentados por las víctimas,
articular estrategias con la municipalidad para reducir la victimización.
3.- El Plan Vecindario Seguro es una estrategia de prevención más que de
represión, porque los actores de la seguridad recaen no solo en el efectivo
policial, sino en la participación de la comunidad organizada, además el gobierno
local, lo que generaría la policía comunitaria.

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