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El gran absurdo del ateísmo

Article · January 2021

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Felipe Mujica Johnson


Universidad Autónoma De Chile
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Ensayos de Filosofía
ANOTACIÓN

El gran absurdo del ateísmo

Felipe Nicolás Mújica Johnson


Doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Universidad
Politécnica de Madrid

TEMAS
ateísmo · Unamuno

"Lo sabe todo,


absolutamente todo.
Figúrense lo tonto que será."
Miguel de Unamuno

Inspirado en la sabia frase de Unamuno, en este ensayo


defenderé la siguiente tesis: una persona atea es alguien que cree saber
absolutamente todo, una persona sumida en la estupidez, el absurdo o
el error. Sobre aquella idea, he de comenzar aclarando que en ningún
momento se ha dicho sumida "absolutamente", de modo que por ningún
motivo se afirma que las personas ateas no tienen inteligencia. Esa
sería una interpretación errada de la tesis aportada. Por supuesto que
existe gente atea con mucha inteligencia, pero lo que se plantea es que,
independiente de aquello, toda la gente atea tiene también una cuota o
un nivel de estupidez o falta de inteligencia. Sobre todo, en su veredicto
existencialista que realiza sobre Dios o una inteligencia suprema. Por lo
que a eso se refiere la tesis con la palabra "sumida".
Ahora bien, ¿por qué?, o, en otras palabras, ¿qué es lo que
justifica mi afirmación? La respuesta sería la misma que en algún
momento vislumbró Unamuno y tantos otros intelectuales, la cual dice
que es imposible que el ser humano sepa absolutamente todo sobre la
existencia. Por lo menos, con el panorama existencial que conocemos
hasta la actualidad. Dicho sea de paso, hemos de saber que la gente
atea, para negar razonablemente la existencia de Dios, ha de demostrar
que sabe todo sobre la existencia. De lo contrario, estaría negando parte
de la existencia sin siquiera tener claridad de ella. O sea, sería un
charlatán que anda rechazando ideas, cerrando caminos intelectuales,
sin tener suficiente conocimiento de ellos.

Alguien podría alegar que las personas creyentes hacen lo mismo


que los ateos, es decir, que afirman ideas, como la de Dios, sin tener
absoluto conocimiento de la existencia. Esto sería falso, ya que los
ateos basan su creencia en una negación y no en una afirmación como
los creyentes. En este sentido, no es lo mismo afirmar algo que negar
algo. Cuando se afirma se abre un camino intelectual y no es necesario
tener absoluto conocimiento de todo lo que involucra la afirmación. La
afirmación sobre la existencia de Dios sería una hipótesis, de modo que
corresponde a una posible verdad que, evidentemente, no puede tener
un carácter absoluto hasta que sea comprobada. De hecho, esto mismo
sería lo que justifica la fe de los creyentes. Por otro lado, el ateísmo,
niega absolutamente aquella hipótesis sin tener conocimientos
absolutos de la existencia, lo cual es absurdo, ya que se cierran a una
posible verdad sin tener mayores fundamentos para ello. Pero, claro,
las personas ateas más convencidas de su posición han de creer que
sí tienen claridad absoluta del mundo y sus misterios. De lo contrario,
no hay otra justificación para erigir una negación de tal calibre. Al no
haber otra justificación y, a su vez, considerar dicha justificación, he de
convenir que es un posicionamiento tonto, estúpido, malamente
orgulloso y errado.

Publicado 16 enero 2021

Ensayos de Filosofía
ISSN 2444-2879
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