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CATEDRA: GEOLOGIA DE VENEZUELA

PROFESOR: RAUL GARCIA JARPA

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Mapa de satélite de Venezuela.

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TEMA 1: RASGOS FISIOGRAFICOS Y GEOMORFOLOGICOS DE ALGUNAS
PROVINCIAS GEOLOGICAS VENEZOLANAS.

LAS CORDILLERAS VENEZOLANAS

El conjunto cordillerano de Venezuela está representado por dos sistemas distintos y


separados, tanto por su origen como por su posición geográfica y su conformación
geomorfológica; al occidente del país se desarrolla el Sistema Andino venezolano, parte
septentrional de la gigantesca cadena que bordea la costa del Pacífico de America del
Sur, mientras que en la parte septentrional de Venezuela se encuentra el Sistema
Montañoso de la Cordillera del Caribe, elemento fisiográfico relativamente aislado y
limitado al norte de Venezuela, el norte de Trinidad y el extremo noroccidental de
Colombia.
El Sistema Andino Venezolano comienza a diferenciarse en el nudo de
Pamplona, donde la Cordillera Oriental de Colombia se subdivide en dos ramales: uno
que continúa en dirección norte-noroeste y llega a la frontera colombo-venezolana donde
comienza la Sierra de Perijá y otro, que a partir del Páramo de Tamá cae en la depresión
o silla de Táchira y continúa hacia el noreste, para formar los Andes venezolanos o
Cordillera de Mérida.

LA SIERRA DE PERIJA.

Aproximadamente en el paralelo 9ºN, la cordillera Oriental de Colombia se


acoda y cambia su rumbo de N20ºW a N25ºE, dirección que se conserva en la Sierra de
Perijá, desde su comienzo en Venezuela hasta las planicies de La Goajira, por una
distancia aproximada de 250 km. La cresta de la Sierra de Perijá marca la frontera entre
Colombia y Venezuela y la extensión de esta subprovincia fisiográfica, dentro de
Venezuela, es de unos 7.500 km2.
Aproximadamente 100 km en dirección N25ºE a partir de su entrada en
territorio venezolano, la cadena montañosa presenta una depresión designada por
MILLER (1960) Desgarradura de Perijá, producida por la falla del mismo nombre y situada
en las cabeceras del río Tucuco, a la cota de 1.800 m s.n.m.. El segmento situado al sur
de esta depresión se conoce como la Sierra de Los Motilones y representa una cadena
simple, divisoria entre el valle del río César al oeste y la Cuenca del Lago de Maracaibo
hacia el este; las laderas de esta cadena por el lado venezolano son escarpadas y la
elevación de la divisoria se mantiene entre 2.200 y 2.600 m de altitud, con una
culminación de 3.750 m en el pico Tetaría.
Al norte de la desgarradura de Perijá la Sierra está formada por una serie de
filas paralelas de rumbo NNE. Su cresta constituye la Serranía de Valledupar que se
extiende al oeste de las cabeceras de los ríos Negro y Apón hasta las cabeceras más
elevadas del río Guasare; en este sector la culminación de la sierra está representada por
el Cerro Pintado con 3.600 m.s.n.m.. La parte septentrional de la sierra, al oeste y norte
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del río Guasare, se conoce como los Montes de Oca que termina en el Alto de El Cedro.
La Sierra de Perijá no ha sido cartografiada geológicamente en detalle,
principalmente por las dificultades de penetración; en los años 60 y 70 la Dirección de
Geología del M.E.M. adelantó importantes trabajos en este sentido, el resultado de
algunos de los cuales aparece en el Mapa Geológico Estructural de Venezuela (1976,
Escala 1:500.000). Se sabe, sin embargo, que en la Sierra de Perijá se encuentran rocas
metamórficas e ígneas posiblemente Paleozoicas o más antiguas y rocas no
metamorfizadas comprendidas entre el Paleozoico medio y el ciclo Terciario Superior,
marcando un lapso aproximado de 500 millones de años.

LOS ANDES VENEZOLANOS.

Los Andes venezolanos también conocidos como Cordillera de Mérida,


comienzan al suroeste en la depresión de Táchira y terminan al noreste en la depresión
de Barquisimeto, con una longitud aproximada de 425 km y una anchura promedio de 80
km, formando una efectiva divisoria de aguas entre la cuenca hidrográfica del
Apure-Orinoco al sur y la del Lago de Maracaibo-Mar Caribe al norte.
Geomorfológicamente Los Andes venezolanos representan un levantamiento
topográfico-tectónico cuya culminación se encuentra en la Sierra Nevada de Mérida. Esta
culminación destaca topográficamente por la presencia del Pico Bolívar con 5.007 m de
altitud, rodeado por seis gigantes más, cuya altura varía entre 4.942 m (Pico Humboldt) y
4.654 m (El Toro) y geológicamente porque en ella afloran las formaciones más antiguas,
de edad posiblemente Pre-Cámbrica ( 650 millones de años). El anticlinorio andino
presenta en sus extremos dos declives opuestos, donde se encuentran abundantes rocas
Mesozoicas (100-200 millones de años).
Los Andes Venezolanos comienzan propiamente en el páramo de Tamá
(3.329 m) cerca de la frontera colombiana; en la depresión de Táchira promedian alturas
de 1.000 m que ascienden a 3.000 y 4.000 m en los páramos de El Zumbador y El
Batallón. En este último páramo se inicia una profunda hendidura axial, geológicamente
conectada con un sistema de fallas longitudinales y geográficamente marcada por los
valles de los ríos Mocotíes y Chama, que se prolonga al noreste unos 170 km hasta el
páramo de Mucuchíes y subdivide la cadena andina en dos cordilleras situadas
respectivamente al noroeste y al sureste de la hendidura, que solo vuelven a juntarse en
el nudo de Mucuchíes.
La cordillera septentrional culmina en el páramo de La Negra, Macizo de
Tovar y Sierra del Norte o Macizo de La Culata, donde alcanza su máxima altura en el
páramo de Piedras Blancas (4.762 m). Este ramal septentrional está cortado cerca de
Estanques por el cañón del Chama, donde este río tuerce su curso hacia el norte para
verter sus aguas en el Lago de Maracaibo.
El ramal meridional comprende los páramos de Las Tapias, Río Negro y El
Molino, la Sierra Nevada de Mérida y la Sierra de Santo Domingo. En él se encuentran los
picos más altos de toda la cordillera, mencionados anteriormente. Como se ha indicado,
los dos ramales o cordilleras se unen en el nudo de Mucuchíes, donde se encuentran

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cambios fisiográficos que modifican el aspecto del sector oriental andino. En el páramo de
Mucuchíes nace el río Motatan que sigue un curso norte-noreste, no alineado con el curso
del río Chama y también determinado por una falla longitudinal; el curso del Motatan y su
paralelo el río Momboy pasan a limitar por el este el Macizo de La Culata, que va
descendiendo en altura y pierde su expresión fisiográfica cerca de Escuque. En el lado
sur nace el río Santo Domingo bordeando por el noroeste a la sierra del mismo nombre
hasta la altura de La Mitisús, donde el río cambia su dirección hacia el sureste.
De la parte central del nudo de Mucuchíes se desprende hacia el noreste la
Cordillera de Trujillo, limitada al norte por el valle del río Motatán y al sur por el curso alto
de los ríos Santo Domingo, Burate, Boconó, Río Negro y Tocuyo; incluye alturas como la
Teta de Niquitao con 4.006 m de altitud y se prolonga hacia el noreste a través de los
páramos de Cendé (3.652 m) y Los Nepes (3.130 m) al oeste de la carretera Humocaro
Bajo-Barbacoas, para descender a la planicie de Lara en el curso medio del río Tocuyo.
El ramal meridional continúa hacia el noreste pasado el río Santo Domingo y
al sureste del curso alto de los ríos mencionados hasta la Sierra de Portuguesa, en la cual
se encuentra la convergencia del Sistema Andino con la Serranía del Interior del Sistema
Central.

LAS TERRAZAS ANDINAS.

Un accidente fisiográfico interesante son las terrazas formadas por los


grandes ríos andinos, no sólo porque muchas de ellas son asiento de importantes
ciudades como Valera, Mérida, y otras poblaciones menores, sino porque el suelo de tales
terrazas es terreno de cultivo, no sujeto a la grave erosión de las laderas. Bajo un punto
de vista paisajista es también interesante contemplar la pincelada verde de los
cañamelares de una terraza bien cultivada contra el fondo de aridez de una ladera
erosionada.
Como se ha indicado, las terrazas y otros planos o semiplanos cuaternarios
de naturaleza similar ocurren en los valles de los grandes ríos como el Motatán, el
Chama, Santo Domingo, Uribante, etc. a niveles muy distintos. Algunas de ellas son
verdaderas terrazas fluviales marginales en cuya génesis tuvieron importancia los
abanicos aluviales originados al pie de las antiguas laderas; otras proceden del
represamiento de las aguas a la entrada de cañones estrechos y presentan sedimentación
lacustre.
Una región interesante para observar esta formación de terrazas es el valle
del Motatán en la región de Valera. Desde la terraza del aeropuerto puede observarse un
nivel inferior donde se asienta la ciudad de Valera y un nivel más bajo, topográficamente
subdivisible en dos, que llega a la ciudad de Motatán; al bajar del aeropuerto a la ciudad
es visible la composición heterogénea, conglomerática, gruesa, de esas terrazas;
siguiendo la carretera hacia el páramo de Mucuchíes se encuentran otros niveles de
terrazas, entre ellas la espectacular Mesa de Esnujaque.
En el valle del Chama se encuentra la terraza de Mérida, cortada al sureste
por el cañón del Chama, en la cual se asienta la capital del Estado y su aeropuerto; la

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visión de la terraza de Mérida es especialmente espectacular desde la cabina del
teleférico del Pico Espejo. A niveles inferiores se encuentran las terrazas formadas por
abanicos aluviales de la población de Lagunillas; en el valle del Uribante la población de
Pregonero se asienta sobre una terraza formada cerca de la confluencia de este río con el
Guaraque.
Otras terrazas caracterizan el piedemonte de Barinas en el bajo curso del río
Santo Domingo y un sistema distinto caracteriza el piedemonte de la parte sureste de la
Cuenca del Lago de Maracaibo, pero estos rasgos fisiográficos no tienen la especta-
cularidad de las terrazas andinas.

EL SISTEMA MONTAÑOSO DE LA CORDILLERA DEL CARIBE

El Sistema Montañoso de la Cordillera del Caribe en su sentido más amplio


se extiende desde la depresión de Barquisimeto al oeste hasta el extremo oriental de la
península de Paria en el este. Puede subdividirse en dos sectores separados por aguas
del mar Caribe entre Cabo Codera y el golfo de Carenero al este y el golfo de Barcelona y
la Punta Barrigón en Araya al este. Partes de este sistema son la mayoría de las islas
venezolanas y la península de Paraguaná.
El sector occidental, corrientemente designado como Sistema Orográfico
Central, está integrado por dos elementos tectónicos y fisiográficos distintos marcados por
una hendidura axial que sigue el curso de la falla de La Victoria, fisiograficamente
representada por el curso superior del río Tinaco, la depresión del Lago de Valencia y el
curso medio del río Tuy. Al norte de la depresión se encuentra la Cordillera de la Costa y
al sur la Serranía del Interior Central, que se extiende hasta el piedemonte que separa
dicha serranía de la Provincia de Los Llanos.
El sector oriental presenta igualmente una hendidura axial marcada en la
parte occidental por el angosto golfo de Cariaco y las lagunas Buena Vista y Campoma y
al este por las zonas bajas y pantanosas del caño Turépano y la costa norte del golfo de
Paria. Al norte de la hendidura se levanta la serranía del litoral oriental, o Cordillera de
Araya-Paria y al sur la Serranía del Interior Oriental.

PROVINCIA DE LOS LLANOS

Los llanos venezolanos con una extensión aproximada de 260.000 km2, son
parte de una provincia fisiográfica mucho mayor que se extiende hacia el suroeste a
Colombia y Brasil. Los llanos se caracterizan por su bajo relieve, en promedio 150
m.s.n.m. y están formados por sedimentos blandos de edades jóvenes, Terciario Superior
y Cuaternario, depositados en una cuenca extensa progresivamente rellenada y
finalmente levantada suavemente, en la cual la erosión ha progresado poco.
Aproximadamente en la zona axial de esta cuenca y cerca del Meridiano 68E
se levanta un pequeño complejo aislado conocido como los cerros de El Baúl, donde
afloran rocas metamórficas e ígneas de edad Paleozoico y Mesozoico inferior. Dado su
caracter geológico y fisiográfico distinto, este macizo ígneo-metamórfico debería ser

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segregado de la provincia fisiográfica de Los Llanos, pero por su pequeña extensión y
relieve relativamente bajo, suele retenerse dentro de ella. Geológicamente sin embargo el
levantamiento de El Baúl suele considerarse como elemento de separación entre las
cuencas de Barinas-Apure al oeste y de Venezuela Oriental situada hacia el este.
La gran provincia fisiográfica de Los Llanos puede subdividirse en tres
subprovincias distintas: llanos occidentales, llanos centrales y llanos orientales.

PROVINCIA DE GUAYANA

Esta provincia fisiográfica, que con una extensión aproximada de 425.000


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km constituye casi el 50% del territorio venezolano, está limitada al norte por el curso del
río Orinoco, al oeste por la frontera de Colombia formada por el curso del citado Orinoco
entre las desembocaduras del Meta y del Guaviare y parcialmente por el curso de los ríos
Atabapo, Guainía y Negro hasta la población de San Simón de Cocuy y al sur por las
fronteras con Brasil y Guyana. Está formada en gran parte por rocas muy antiguas de
edad precámbrica entre las cuales se encuentran las mas viejas conocidas en Venezuela
(3.400 millones de años).
Fundamentalmente pueden distinguirse en ella tres provincias fisiográficas
bien diferenciadas y susceptibles a su vez de subdivisiones menores. Estas subprovincias
son: las planicies que bordean por el sur y el este el curso del Orinoco; las zonas donde
afloran rocas metasedimentarias de distinto grado e ígneas metamorfizadas asociadas
con ellas y regiones caracterizadas por altas planicies o "tepuis" que presentan
metamorfismo muy bajo o inexistente y se conservan en posición sub-horizontal.
En su larga historia geológica la Guayana venezolana ha sufrido
prolongados y activos períodos de erosión, de tal forma que en la parte oriental del Estado
Bolívar -hoyas de los ríos Caroní y Cuyuní- es posible reconocer cuatro niveles
erosionales, cada uno de los cuales representa la culminación de un ciclo de
peniplanación.

BIBLIOGRAFIA.

GONZALEZ DE JUANA, C., JUANA ITURRALDE DE A. y XAVIER PICARD C. Geología


de Venezuela y de sus cuencas petrolíferas. Tomo I, Ediciones FONINVES, Caracas
1980.

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