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INSTITUTO NACIONAL DE ORTODONCIA E IMPLANTOLOGIA

Especialidad: Ortodoncia

Primer Semestre

Segunda Generación

Nombre del alumno: Soto Garibay Ebeleydy Katherine

Docente: C.D. Cesar Roberto Loyola Martínez

Módulo: Crecimiento Y Desarrollo Cráneo-Facial


Índice
Crecimiento y Desarrollo de Base de Cráneo……………..1
Base de Cráneo……………………………………………….1
Desarrollo de la base del cráneo…………………………....1
Mecanismos de crecimiento de las sincondrosis………….2
Crecimiento posnatal de la base de cráneo………………..3
Crecimiento y Desarrollo de Mandíbula…………………….5
Mandíbula ……………………………………………………..5
Desarrollo de la mandíbula…………………………………..5
Crecimiento posnatal de la mandíbula……………………...8
Bibliografía…………………………………………………….11
Crecimiento y Desarrollo de Base de Cráneo

Base de Cráneo
Desarrollo de la base del cráneo
La membrana ectomeníngea embrionaria que rodea al cerebro en desarrollo se
diferencia en la región de base del cráneo en varios elementos cartilaginosos pares
para formar el condrocráneo embrionario.
El primer esbozo cartilaginoso corresponde a los cartílagos paracordales y se forma
hacía la 6ª semana de gestación. Los esbozos cartilaginosos rodean el extremo
proximal de la notocorda y dan origen al hueso basioccipital. El desarrollo del
condrocráneo prosigue a continuación en sentido rostral hasta la cápsula ótica, que
formará la porción petrosa del hueso temporal, los cartílagos postesfenoidal,
preesfenoidal, aliesfenoidal y orbitoesfenoidal del hueso esfenoides, así como la
cápsula nasal y el mesetmoides, que formará el hueso etmoides, el cornete inferior
y el tabique nasal.
Hacia la 8ª semana de gestación, se forma la placa basal, la cual es una placa única
de cartílago hialino primario, que se forma cuando los elementos cartilaginosos
individuales se fusionan. Esta se extiende desde el agujero magno en sentido rostral
hasta la punta de la cavidad nasal (Imagen 1,2).

Imagen 1,2: Representación esquemática de la lámina basal cartilaginosa que


engloba el condrocráneo embrionario.
En la placa basal se forman más de 110 centros individuales de osificación,
comenzando en los cartílagos paracordales y continuando en sentido rostral a
través del complejo esfenoidal alrededor de las semanas 9-16, hasta la región
etmoidal, ya a las 36 semanas. A medida que estos centros de osificación surgen
en el condrocráneo, los segmentos de cartílago interpuestos forman sincondrosis.
Las principales sincondrosis de la base del cráneo son:
 Sincondrosis Esfenooccipital
 Sincondrosis Esfenoetmoidal

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El ala mayor del hueso esfenoides, la porción facial del etmoides y la porción
escamosa del hueso occipital se desarrollan y crecen por osificación
intramembranosa.

Mecanismos de crecimiento de las sincondrosis

Las sincondrosis de la base del cráneo (imagen 3) son articulaciones cartilaginosas


temporales localizadas entre huesos de origen y crecimiento endocondral, se
pueden considerar análogas a las placas de crecimiento epifisario de los huesos
largos; ambas proporcionan un mecanismo para el crecimiento endocondral rápido
y presentan capacidades para separar los tejidos. Durante el desarrollo, las
sincondrosis de la base del cráneo y las placas epifisarias de los huesos largos se
fusionan por sinostosis y se obliteran cuando el elemento esquelético alcanza su
tamaño y forma maduros.

Imagen 3: Crecimiento de la base del cráneo, representación de las sincondrosis.


Las sincondrosis de la base del cráneo y las placas de crecimiento epifisario derivan
del cartílago hialino primario, ambas se caracterizan por la presencia de condrocitos
primarios y se diferencian por que las sincondrosis son bipolares (tienen 2 placas
de crecimiento consecutivas con una región compartida de cartílago formada en el
centro y otra de hueso en cada extremo) y las placas de crecimiento son unipolares.
El crecimiento de los elementos esqueléticos derivados del cartílago es
relativamente resistente a los factores ambientales y está regulado en gran medida
por factores de crecimiento intrínsecos. Lo mismo sucede en las sincondrosis,
aunque su crecimiento y el de las epífisis puede verse muy afectado por factores
epigenéticos, así como por otras situaciones que afecten al crecimiento óseo.
Las células cartilaginosas presentes tanto en las placas de crecimiento epifisario
como en las sincondrosis de la base del cráneo se caracterizan por la secreción de
matriz extracelular, que separa a dichas células, hace que el cartílago sea muy
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denso y fuerte, pero también flexible en comparación con el hueso, actúa como
amortiguador de los condrocitos frente a las fuerzas mecánicas extrínsecas y frente
a muchas moléculas solubles.
Baume, definía las áreas de crecimiento cartilaginoso primario como centros de
crecimiento esquelético, los cuales tienen lo que se ha descrito como capacidades
de separar los tejidos, se considera a las sincondrosis de la base del cráneo como
centros de crecimiento debido a que presentan esta característica.
A diferencia de un centro de crecimiento, un sitio de crecimiento es un área de
crecimiento esquelético que aparece de forma secundaria y que crece de modo
compensador para desarrollarse y funcionar en una localización distinta, aunque
próxima; no tienen la capacidad de separar los tejidos, sino que responden con más
facilidad a factores extrínsecos a un área específica. Un ejemplo de un sitio de
crecimiento se encuentra en las suturas.
Crecimiento posnatal de la base de cráneo

El crecimiento posnatal global de la base del cráneo se relaciona directamente con


el crecimiento de las sincondrosis (Imagen 4). En la base del cráneo existen 3
sincondrosis principales relacionadas con el crecimiento que separan los huesos de
dichas suturas al nacer:
1. La sincondrosis interesfenoidal: Se fusiona en el momento del parto en los
seres humanos, por lo que no contribuye al crecimiento posnatal.
2. La sincondrosis esfenoetmoidal: Muestra su máxima actividad respecto al
crecimiento de la base del cráneo alrededor de los 7 años de edad, momento
en el que esta sincondrosis pierde su fenotipo cartilaginoso y se convierte en
una sutura. Una vez que se produce esta transición, el crecimiento de la
porción anterior de la base del cráneo está prácticamente completo y la pared
anterior de la silla turca, el ala mayor del esfenoides, la lámina cribosa y el
agujero ciego suelen usarse como referencias para el análisis de los
cefalogramas laterales seriados.
3. La sincondrosis esfenooccipital: Es más prominente durante el período de
crecimiento craneofacial activo alrededor de los 10-13 años de edad,
momento en el que comienza el cierre a nivel superior y prosigue a nivel
inferior alrededor de los 11-14 años en las mujeres, de los 13-16 años en los
varones y se fusiona poco después de la pubertad (imagen 5),
aproximadamente a los 16-17 años en las mujeres y a los 18-19 en varones.
Una vez que se produce la sinostosis; el crecimiento de la base del cráneo,
sobre todo en la dirección anteroposterior, prácticamente ha acabado.

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Imagen 4: Época de cierre de las sincondrosis sagitales de línea media de la
base craneal.

Entre el nacimiento y los 17 años de edad, la porción anterior de la base del cráneo
crece alrededor de un 36% (varones) a un 56% (mujeres) más que la porción
posterior y la mayoría de las diferencias se deben al crecimiento que se produce en
los primeros años. Es esencial comprender que la porción anterior crece más y
también es más madura que la porción posterior durante todo el crecimiento
posnatal. Es decir, a los 4, 5 años la porción anterior de la base del cráneo ha
alcanzado aproximadamente un 86-87% de su tamaño adulto, mientras que la
porción posterior sólo ha llegado al 80-83% de su tamaño adulto.

Imagen 5: Vista basal de una persona


joven donde se indica la sincondrosis
esfenooccipital.

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Crecimiento y Desarrollo de Mandíbula

Mandíbula
Desarrollo de la mandíbula
La mandíbula se desarrolla de forma bilateral en el interior de los procesos
mandibulares del primer arco branquial. Cada proceso mandibular contiene un
cartílago, una arteria, una vena y un nervio acompañantes (Imagen 6).

Imagen 6: representación de una mandíbula desarrollada

Hacia las 6 semanas de gestación, aparece un centro de osificación en la membrana


pericóndrica lateral al cartílago de Meckel. La osificación de la mandíbula tiene lugar
en la membrana lateral y adyacente al cartílago de Meckel y no en el interior, por lo
que crece por osificación intramembranosa y no por osificación endocondral
(imagen 7).

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Imagen 7: Dibujos de una mandíbula fetal con vistas laterales (arriba a la izquierda)
y medial (abajo a la izquierda).
La osificación intramembranosa del cuerpo de la mandíbula se produce en sentido
distal hacia la sínfisis mentoniana y en sentido proximal hasta la región del agujero
mandibular. El cartílago de Meckel (imagen 8) desaparece por completo hacia las
24 semanas de gestación y queda en forma de vestigio como ligamento
esfenomandibular denso, del que se desarrollan el martillo y el yunque.

Imagen 8: representación del cartílago de Meckel que desaparece hacia las 24


semanas de gestación.
Hacia las 10 semanas de gestación, la apófisis condílea aparece como un blastema
cartilaginoso separado y se extiende desde la rama proximal al agujero mandibular
y asciende para articularse con la porción escamosa del hueso temporal en
desarrollo. La articulación entre el cartílago condíleo y la porción escamosa del
hueso temporal se materializa en la articulación temporomandibular hacia las 12
semanas de gestación.
El cartílago del cóndilo mandibular es denominado cartílago secundario debido a
que surge de forma secundaria (Imagen 9). Es un tipo específico de tejido
esquelético; se forma en áreas de compresiones y tensiones precoces en el interior
de los huesos intramembranosos, así como en zonas de rápido crecimiento y
desarrollo del hueso. Se puede encontrar este cartílago (secundario) en áreas de
suturas que se caracterizan por un crecimiento óseo intramembranoso muy rápido
y por soportar una carga biomecánica asociada con la separación y flexión en las
superficies articulares.

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Imagen 9: Sección histológica frontal de un feto humano. El hueso que constituye el
cuerpo y la rama de la mandíbula se origina en la rama lateral del cartílago de
Meckel. La membrana perióstica que envuelve la mandíbula da origen de forma
secundaria al cartílago del cóndilo mandibular.
Al nacer, las dos mitades de la mandíbula están separadas en la línea media por
una articulación fibrosa (la sínfisis mentoniana), que se fusionará hacia el primer
año de vida. Cada mitad se caracteriza por tener:
1. Cóndilo: Que se articula con el hueso temporal para construir la ATM.
2. Rama: Que se extiende en sentido casi vertical e inferior desde la ATM y
donde se insertan los músculos de la masticación.
3. El cuerpo: Que se extiende en sentido casi horizontal-anterior y constituye la
base para la arcada dental mandibular, además de albergar el fascículo
neurovascular alveolar inferior.
El cóndilo mandibular está estrechamente relacionado con la función articular de la
ATM y los movimientos de la mandíbula. El cartílago condíleo también desempeña
un papel significativo en el crecimiento mandibular. La variación de la función de la
ATM tiene muchas probabilidades de afectar a su crecimiento y su forma. La región
goniaca de la mandíbula, se relaciona con la función del complejo muscular
macetero y pterigoideo medial, mientras que la apófisis coronoides se relaciona
sobre todo con el músculo temporal. La variación del crecimiento y la forma de cada
una de estas regiones se deben en gran parte a la función de los músculos
masticadores. La apófisis alveolar proporciona el soporte a la dentición. Por último,

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el cuerpo de la mandíbula que se extiende desde el agujero mandibular hasta la
apófisis mentoniana, proporciona el soporte y la conexión estructural entre los
diversos componentes funcionales de la mandíbula.
Crecimiento posnatal de la mandíbula
Al nacer, la rama de la mandíbula es bastante corta, respecto al cuerpo mandibular.
Durante el desarrollo posnatal, la rama se vuelve mucho más prominente, sobre
todo en altura, pero también en anchura. Al mismo tiempo, el cuerpo aumenta de
longitud, lo que proporciona el espacio suficiente para el desarrollo y la erupción de
la dentición mandibular. Estos cambios se asocian a una reducción del ángulo
goniaco entre la rama y el cuerpo, así como a un incremento del ángulo entre los
dos cuerpos.
La mandíbula presenta el máximo potencial de crecimiento posnatal de cualquiera
de los componentes del complejo craneofacial. Los cambios de crecimiento están
relacionados con los procesos funcionales que implican a la mandíbula, incluida la
apófisis gonial, la apófisis coronoides y las inserciones óseas de los músculos
suprahioideos, que son los sitios principales de remodelación posnatal. Aunque se
suele asumir que el crecimiento condíleo es el sitio principal de crecimiento de la
mandíbula.
Cuando se visualiza en proyección lateral, todo el borde posteroinferior y superior
de la rama, incluido el cóndilo son zonas de depósito óseo durante el periodo de
crecimiento activo. Los bordes anterior e inferior de la rama de la mandíbula son
zonas de reabsorción. La reabsorción ósea continúa a lo largo del borde anterior de
la rama, lo que da lugar a un cuerpo más largo y a un aumento del espacio para el
desarrollo y erupción de la dentición mandibular (Imagen 10).

Imagen 10:
Remodelación
mandibular (los tamaños
de las flechas indican la
cantidad relativa de
cambio, mientras que las
flechas claras y oscuras
indican la reabsorción y
aposición
respectivamente).

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En el cuerpo de la mandíbula, las mayores modificaciones del crecimiento, son el
crecimiento por aposición del hueso alveolar asociado con el desarrollo y la erupción
de los dientes. La región cortical situada en el mentón, es el único lugar que
permanece estable durante el crecimiento posnatal, motivo por el cual es una
referencia útil para superponer las radiografías sucesivas. La cara inferior tiende a
ser un sitio donde predomina el depósito óseo, pero las cantidades de hueso
añadidas, son limitadas y variables.
El ensanchamiento del cuerpo de la mandíbula, se produce por depósito de hueso
a lo largo de la superficie bucal y por rotación transversal de los cuerpos derecho e
izquierdo. La expansión de la mandíbula también se debe al depósito de hueso, su
crecimiento en anchura de la cara superior de la rama; es un poco más complejo
debido a los incrementos considerables en altura que se producen.
Los mayores cambios del crecimiento mandibular, se producen también durante la
etapa de la lactancia, de modo que se observa un incremento de la longitud global
(condilion y gnation) de 15-18mm durante el primer año, con una reducción posterior
hasta un aumento de alrededor de 5mm durante el tercer año. Después de los
primeros años posnatales, el crecimiento del cóndilo y de la porción superior de la
rama se reduce de forma drástica y su orientación se modifica hacía una dirección
de predominio superior.
Hacía los 4, 5 años de edad, la altura de la rama ah alcanzado aproximadamente el
64% y 70% de su tamaño adulto. La longitud del cuerpo se aproxima mucho al
patrón de madurez de la altura craneofacial; durante el crecimiento posnatal
mantiene unas dimensiones más maduras que la altura de la rama. La longitud
mandibular total experimenta los mayores incrementos de longitud entre los 4 y 17
años de edad, seguida de la longitud del cuerpo y la altura de la rama.
Durante las fases posteriores de la infancia y la adolescencia, el cóndilo muestra un
crecimiento mucho mayor en su zona superior que en la posterior. Por cada
milímetro de crecimiento posterior, el crecimiento superior es de 8-9mm; por lo que
la mayor velocidad de crecimiento tiene lugar durante los primeros años de la
infancia y durante el brote de la adolescencia. La anchura mandibular sigue
aumentando durante estas etapas.
La mandíbula experimenta una considerable rotación vertical y, en menor grado
una rotación transversal, el patrón típico de rotación tiene un sentido anterior. Se
ha estimado que la velocidad de la rotación mandibular vertical es de 0, 4- 1, 3
grados/año, con una velocidad de rotación mucho mayor en la infancia que durante
la adolescencia. La rotación transversal también se relaciona con la edad, de modo
que se produce en mayor cuantía durante la infancia. Al nacer la mandíbula
masculina, es mucho mayor que la femenina; no hay diferencias en función del sexo
en cuanto a la rotación vertical en ninguna fase.
En resumen, la mandíbula aumenta de tamaño debido a la combinación de unos
procesos de proliferación y osificación del cartílago secundario en el cóndilo, así
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como a la formación diferencial y remodelación de hueso a lo largo de toda la
superficie de la mandíbula, pero sobre todo a lo largo de sus caras superior y
posterior, que es donde suceden las máximas modificaciones. Debido a que la
porción posterior de la mandíbula suele sufrir un desplazamiento inferior mayor que
la porción anterior, la mandíbula rota hacia adelante. El crecimiento de la mandíbula
se realiza en una dirección descendente y anterior respecto a al resto del cráneo.
En este patrón global, el crecimiento de la mandíbula sigue al del tercio medio facial.
A medida que este último se traslada en sentido anteroinferior, la mandíbula se
mantiene a la par de crecimiento normal de la cara. Debido a la geometría del
complejo craneofacial, para que el crecimiento coordinado de la mandíbula y la
relación de las arcadas oclusales asociadas sean normales, se requiere que la
velocidad y cuantía relativas de crecimiento del maxilar y de la mandíbula sean
diferentes (Imagen 10).

Imagen 11: Representación del crecimiento mandibular.

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Bibliografía
1. Grabel, T. et al., (2013). Ortodoncia principios y técnicas actuales.
Barcelona, España. Elsevier España.
2. Otaño, R., Otaño, G., Fernandez, R. ()
3. Sinelnikov, R. (1995). Atlas de Anatomía Humana. Moscu. Editorial MIR.
4. Fiorella, E. (2017, Octubre). Evaluación cefalométrica de la inclinación y
longitud de la base craneal anterior en pacientes entre 8 y 12 años
atendidos en el servicio de odontopediatría de la clínica de la UPCH entre
los años 2010- 2016. Tesis para obtener el título de especialista en
odontopediatría.
https://repositorio.upch.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12866/966/Evalu
acion_PinoGuerrero_Elizabeth.pdf?sequence=1&isAllowed=y
5. Sperber, G. (1989). Craniofacial Embriology. 4th edition. Wright. Great
Britain. People's medical publishing house .

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