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AUTOFAGIA

DEFINICIÓN
La autofagia es un proceso homeostático y de degradación celular en el cual una
porción del citosol y organelos son secuestrados en una vesícula simple o de doble
membrana y liberados en el interior de un organelo degradativo, vacuola/lisosoma, para
la ruptura y eventual reciclaje de las macromoléculas resultantes.

PAPEL EN LA DIFERENCIACIÓN TISULAR


La autofagia es elemental para la renovación celular y forma parte del proceso de
desarrollo y de la diferenciación celular en condiciones fisiológicas normales. Participa en
los procesos de diferenciación de las células maduras que forman parte de cada tejido
sano a partir de células madre indiferenciadas, así como en los de regeneración tisular y
de transformación adipocítica.
PAPEL EN LA PRODUCCIÓN ENERGÉTICA
Cuando se produce la autofagia, además de eliminarse partes de la célula que no
sirven o que resultan perjudiciales para su sana supervivencia, los desechos se
aprovechan como metabolitos para producir energía. Por esta razón, la señal de inicio de
autofagia no necesariamente es provista por daño intracelular. En condiciones de estrés
por falta de nutrientes u oxígeno, algunas células disparan el proceso de autofagia
sacrificando parte de sí mismas para producir energía y sobrevivir en condiciones
adversas.

PAPEL EN EL CÁNCER
La autofagia resulta clave en el control del desarrollo tumoral y puede
desempeñar un rol dual, favoreciendo tanto el crecimiento como la eliminación de las
células cancerígenas. El rol pro-tumoral se evidencia cuando los tumores en crecimiento
adquieren un tamaño considerable, dificultando la llegada de nutrientes y oxígeno al
interior de la masa tumoral mientras no se desarrolle el proceso angiogénico. También se
ha descripto que, dentro de la heterogeneidad de la población celular de un tumor, las
células madre tumorales serían las de mayores niveles de autofagia, imprescindible para
su autopreservación debido a que se desarrollan en nichos hipóxicos.

VIAS MOLÉCULARES DE PROCESOS AUTOFÁGICOS CLÁSICOS

Entre los principales eventos que una célula detecta para aumentar los niveles de
autofagia se encuentran el mal plegamiento de proteínas, organelas dañadas que
funcionan de modo anómalo o que aumentan su número de modo inadecuado, y una
carencia de nutrientes o hipoxia. La vía de señalización mTOR (mammalian target of
rapamycin) consta de dos ramas principales, cada una mediada por un mTOR. La vía
rapamicina-sensible mTOR1 controla varios caminos que, colectivamente, determinan la
masa o tamaño de la célula. La vía rapamicina-insensible mTOR2 controla la actina del
citoesqueleto y, por lo tanto, determina la forma de la célula. La vía mTOR1 es una de las
más importantes en el control de la autofagia, tiene un rol fundamental censando
carencia de nutrientes, hipoxia y balance metábólico.

El proceso de autofagia puede dividirse en fases: 1) nucleación, 2) elongación, 3)


formación del autofagosoma maduro, 4) fusión, 5) degradación, y 6) reciclaje (Fig. 2).

La fase de nucleación está regulada por el complejo mTORC1, un complejo formado por 5
proteínas: mTOR, Raptor (regulatory-associated protein of mTOR), mLST8 (proteína letal 8
de mamíferos con SEC13), PRAS 40 (substrato de 40 kDa de Akt rico en prolina) y DEPTOR,
cuya regulación depende de la relación AMP/ATP la cual, a su vez, está relacionada con el
estado nutricional y metabólico. Gran parte del proceso es mediado por las proteínas de
la familia ATG (proteínas iniciadoras de autofagia), las cuales se unen a las proteínas u
organelas dañadas, marcándolas para la formación de fagóforos (vesículas de doble
membrana que contienen el material a reciclar). Algunos miembros de la familia se unen
a los fagóforos, promoviendo su maduración y fusión con el lisosoma para formar el
autofagosoma. Esta fusión permite que las enzimas lisosomales se ocupen de la
degradación enzimática de los sustratos, cuyos productos (aminoácidos, lípidos) son luego
exportados al citoplasma para su reutilización.

Más precisamente, bajo las señales de estrés mencionadas, se activan una serie de
proteínas reguladoras de la autofagia como mTORC1, además de otras quinasas como
AMPK (proteína quinasa dependiente de adenosina monofosfato) y PKA (proteína quinasa
A) que, a su vez, regulan la actividad del complejo quinasa-quinasa ULK, compuesto por
ULK1/2, FIP200 y otras ATGs. En la iniciación del proceso, primero la quinasa ULK1 activa
por fosforilación a la proteína Beclin1 (también conocida como ATG6) que forma parte del
complejo iniciador de la nucleación del fagóforo.
Posteriormente, se genera PIP3, esencial para el reclutamiento de otras proteínas
ATGs sobre las dobles membranas que provienen del retículo endoplásmico, el complejo
de Golgi y las mitocondrias. La expansión de la doble membrana lipídica para la posterior
formación del autofagosoma se produce por la interacción del fagóforo con el complejo
proteico ATG5/ATG12. La conjugación de este dímero requiere la acción enzimática de
ATG7 y ATG1059. Finalmente, la unión de ATG16 al complejo ATG5/ATG12 produce su
multimerización y formación del complejo que permite la inserción de la forma II de
LC3, también conocida como ATG8 en la membrana del fagóforo. La proteína LC3 se
sinteriza como pro-LC3, la cual es seccionada por ATG4, generando la forma activa LC3-I
en el citosol. Posteriormente, al LC3-I se incorporan lípidos por la acción de ATG7 y ATG3
que catalizan su unión a los residuos de fosfatidiletanolamina presentes en la membrana
del fagóforo. La unión de LC3-II al fagóforo se requiere para el cierre de la vesícula luego
de la captación de los sustratos a procesar y así dar origen al autofagosoma. Una vez
formado, el complejo ATG5/ATG12/ATG16 y el LC3-II37se libera para formar el
autofagosoma desnudo. Cuando éste se fusiona con los lisosomas por acción de Rab7,
Lamp1 y Lamp2, se forma el autofagolisosoma.
MECANISMOS DE PRESENTACIÓN CRUZADA DE ANTÍGENOS

Algunas células dendríticas tienen la capacidad de capturar e ingerir células


infectadas por virus o células tumorales, y presentar los antígenos víricos o tumorales a
linfocitos T CD8+ vírgenes. En esta vía, los antígenos ingeridos se transportan desde las
vesículas al citosol, desde donde los péptidos entran en la vía de la clase I. La mayoría de
las proteínas ingeridas no entran en la vía citosólica de la clase I de presentación del
antígeno. Esta permisividad respecto al tráfico de proteínas procedentes de vesículas
endosómicas hasta el citosol es exclusiva de las células dendríticas. Al mismo tiempo, las
células dendríticas pueden presentar péptidos asociados a la clase II del MHC generados
en las vesículas a los linfodtos T CD4+ cooperadores, que son, a menudo, necesarios para
inducir respuestas plenas de linfocitos CD8 +, este proceso se llama presentación cruzada
o cebado cruzado, para indicar que un tipo de célula (la célula dendrítica) puede
presentar antígenos de otra célula (la célula infectada por virus o tumoral) y cebar o
activar linfocitos T específicos frente a esos antígenos.
Aunque pueda parecer que el proceso de presentación cruzada rompe la regla de
que los antígenos ingeridos se presentan unidos a moléculas de la clase II del MHC, en
esta situación los antígenos ingeridos se degradan en los proteasomas y entran en la vía
de la clase I. La presentación cruzada implica la fusión de los fagosomas que contienen los
antígenos ingeridos con el RE. Las proteínas ingeridas se transportan entonces desde el RE
hasta el citosol por medio de vías poco definidas que probablemente participan en la
presentación de proteínas degradadas en el RE. Las proteínas que se interiorizaron
inicialmente en el fagosoma son transportadas, por tanto, al compartimento (el citosol)
donde se produce normalmente la proteólisis para la vía de la clase I. Estas proteínas
fagocitadas sufren así una degradación proteosómica, y los péptidos derivados de ellas
son transportados por el TAP de nuevo al RE, donde se ensamblan con moléculas recién
sintetizadas de la clase I del MHC, en la vía tradicional de la clase I.

CÉLULAS DENDRÍTICAS HUMANAS ESPECIALIZADAS EN PRESENTACIÓN CRUZADA

Durante su vida, las CD pueden existir en dos etapas discretas: inmaduras y


maduras. En general, se considera que las CD inmaduras son mejores en la endocitosis y
el procesamiento de proteínas, y su función principal es tomar muestras de antígeno en la
circulación y los tejidos periféricos. El reconocimiento del antígeno por parte de los
receptores de reconocimiento de patrones (PRR), como los receptores tipo Toll (TLR), da
como resultado la maduración de las CD. Las DC maduras resultantes pueden migrar a los
órganos linfoides, donde pueden activar las CD8 específicas de antígeno.+Linfocitos T por
presentación cruzada. Las células dendríticas se pueden clasificar en subconjuntos en
función de su origen y capacidad de cebado cruzado.

Muchos estudios se dedican a caracterizar la capacidad de varios subconjuntos de


DC para presentar de forma cruzada a CD8+ linfocitos T en ratones y humanos mediante,
por ejemplo, el uso de secuenciación de ARN y rastreo de linaje, debido a la alta
expresión de los genes de la vía MHC-I, las cDC1 se consideran las células de presentación
cruzada más eficientes en humanos.

En las CD, la presentación cruzada de antígenos puede ser el resultado de dos vías
celulares distintas: la vía citosólica y vacuolar

En la vía citosólica, las proteínas se transportan primero desde la luz del


compartimento endosomal al citosol para su degradación por el proteasoma.
Posteriormente, los péptidos derivados pueden procesarse a través de la vía de
presentación del MHC-I. Los péptidos se reubican a través del transportador asociado con
la presentación de antígenos (TAP) en el retículo endoplásmico (ER), donde son
procesados por las aminopeptidasas del ER, o devueltos a los endosomas que contienen
antígenos para ser procesados por la aminopeptidasa regulada por insulina. La carga de
péptidos en MHC-I ocurre dentro de estos compartimentos. La otra vía principal de
presentación cruzada es la vía vacuolar, donde las proteínas son procesadas por
proteasas endosómicas/lisosomales, como la catepsina S, y cargadas en MHC-I dentro de
los compartimentos endosómicos/lisosomales.

PRESENTACIÓN CRUZADA DE ANTÍGENOS POR MACRÓFAGOS

Muchos tipos de macrófagos parecen capaces de la presentación cruzada de antígenos


con una eficiencia similar, o incluso mejor, que las DC. Además, los macrófagos parecen emplear
principalmente la vía vacuolar de presentación cruzada. Especialmente, las capacidades de
presentación cruzada de los macrófagos en el bazo, el hígado y los ganglios linfáticos podrían ser
fisiológicamente relevantes, porque tienen fácil acceso a los antígenos transmitidos por la sangre,
mientras que para las DC, este acceso podría estar restringido. Sin embargo, el papel de los
macrófagos en la activación de los linfocitos T CD8 debe investigarse más a fondo, porque los
macrófagos podrían no activar el CD8+.

Los roles y las vías celulares de la presentación cruzada de macrófagos son en su mayoría
desconocidos. Una razón importante de esto es que el aislamiento de los tipos de macrófagos
específicos es un desafío técnico porque los marcadores de superficie se superponen, lo que da
como resultado la contaminación con otros tipos de células, y se pueden aislar cantidades bajas
de macrófagos primarios. Además, los disponibles en vivo la investigación sobre la presentación
cruzada por macrófagos se centra casi exclusivamente en el efecto de las estrategias de
vacunación, como los liposomas que encapsulan el antígeno, donde CD8+, los marcadores de
activación y/o proliferación de linfocitos T se utilizan como las únicas medidas de presentación
cruzada. Aunque la activación y proliferación de linfocitos TCD8 dependen de la presentación
cruzada, también dependen de otros factores como la coestimulación por citocinas (p. ej., IL-12) y
receptores coestimuladores (p. ej., CD80, CD86) . Esta coestimulación generalmente está más
presente en las CD que en los macrófagos, y está particularmente ausente en los macrófagos
antiinflamatorios activados alternativamente. El uso de la activación de células T como única
lectura podría dar lugar a que se pasen por alto las capacidades de presentación cruzada en los
tipos de macrófagos que no proporcionan coestimulación, mientras que esto podría tener
funciones importantes, por ejemplo, en el mantenimiento y/o restauración de la tolerancia
inmunológica.
BIBLIOGRAFÍA
 Beth Levine, Guido Kroemer. Biological Functions of Autophagy Genes: A Disease
Perspective. Cell 176, January 10, 2019. Elsevier Inc.
 Kaizuka T, Morishita H, Hama Y, et al. An autophagic flux probe that releases an
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epithelial-mesenchymal transitioned tumor cells and cancer stem-like cells. Mol
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 Ana García Aguilar. TESIS DOCTORAL Mecanismos moleculares de regulación de la
vía mTORC1/p70S6K, autofagia y mitofagia: papel de TSC2. Madrid, 2017.
 Muntjewerff EM, Meesters LD y van den Bogaart G (2020) Presentación cruzada de
antígenos por macrófagos. Frente. inmunol. 11:1276. doi: 10.3389/fimmu.2020.01276.

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