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DISCURSO PARA EL PROFESOR MONTOYA

No hay otra persona que pueda describir mejor a un maestro que sus propios alumnos,
reciban todos ustedes el saludo cordial por parte de toda la comunidad educativa de la
I.E Antonio Raymondi, hoy, para todos nosotros es un día muy importante, recordamos
con mucha nostalgia la partida de una persona invaluable, se trata del maestro
Herique Montoya Paucar, lamentablemente la muerte es un proceso ineludible, ahora
él está en un lugar totalmente inhóspito, vio crecer a muchos estudiantes, siempre
infatigable, trabajando por nuestra IE
Para rendir tributo, en el primer aniversario de su muerte. Nos une en esta ceremonia el
agradecimiento a una vida ejemplar de un ser humano excepcional, genuino e inigualable.
Instructor magnífico, ciudadano ejemplar, sapiente, consejero prudente, que aquí estamos
todas y todos, absolutamente todas y todos, valorando con profundo respeto lo que usted
hizo, por su misión, por su lugar en el destino de nuestra I.E, por la educación, por la juventud,
por la democracia, por el espíritu incluyente en lo social, . En síntesis, estamos aquí para
rendirle tributo por lo que usted hizo con su vida, que seguirá siendo modelo por antonomasia
para generaciones futuras

Su vida nos coloca un parámetro de cotejo demasiado alto. El educador, ya lo dije, fue un ser
excepcional. Fue un hombre que vivió con profundidad y entrega al otro, en el más claro de los
sentidos. En ocasiones la naturaleza humana adolece de la dificultad de reconocer el logro
ajeno. Partiendo de que dicho proceder no es correcto, en esta ocasión, sin duda alguna, sin
titubeo, queremos afirmar que Enrique Montoya fue un hombre genial, eminente, inigualable,
íntegro, que pasó por la vida como si estuviere predestinado por la historia para realizar
labores magnánimas. Seguiremos reconociendo su obra, seguiremos agradecidos con lo que
fue y con lo que nos dejó. ¡Qué mejor oportunidad que la que ahora nos convoca para
recordar los principios que guían nuestra institución tan sólidamente defendidos por nuestro
Maestro inolvidable! educación para la libertad, creencia en la perfectibilidad humana,
inclusión social, combate a la corrupción, seguirán en nuestras mentes y en nuestro obrar y
actos. Vivimos con la convicción de que no estamos atávicamente destinados a vivir en la
violencia, en la corrupción, en la desigualdad. Por ello creemos en una Colombia viable y
creemos también en el proceso de paz y le auguramos sus mejores éxitos. Nuestra heredad
sagrada se conserva y se engrandece. No hemos desfallecido ni desfalleceremos en la
promoción de principios que nos unen y definen. Si bien nuestra marca está consolidada,
requiere permanentemente de su riego, y en eso estamos

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