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GUIA DE LECTURA

“EL MONTE DE LAS ÁNIMAS”, GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER


Esta obra habla de la leyenda que sobre los hechos que ocurrieron durante la Edad
Media (época de los Templarios) en el Monte de las Ánimas en el que se encuentra el
convento de San Juan del Duero en la provincia de Soria.
En El Monte de las Ánimas cuentan los hechos de una noche de invierno, pues refiere el
autor la aparición de las nieves del Moncayo y más concretamente en la celebración de
la festividad de Todos los Santos, aludiendo a escenarios reales vivibles en las
referencias que en el texto el autor refiere, al sonido del reloj de la Puerta del Postigo
que es una de las puertas de la ciudad amurallada de Soria, o en alusiones al puente que
da paso a la ciudad, sin pasar por alto la localización geográfica del escenario, pues el
monte Moncayo está situado en el límite de provincias entre Soria y Zaragoza.
Por tanto, la obra recoge espacios exteriores reales aunque también nos sitúa en espacios
interiores cuando se refiere a los aposentos de Beatriz durante la noche.
En cuanto a los personajes, estamos ante personajes reales. La leyenda se centra en
Alonso, hijo de los condes de Alcudiel y en Beatriz, hija de los condes de Borges, y de
igual forma refiere las figuras de los condes de Borges y condes de Alcudiel (padres de
los protagonistas) como personajes principales; y como personajes secundarios aparecen
los sirvientes que contaban las historias/leyendas de los acontecimientos de la noche de
las ánimas, los cazadores que participaron en la cacería, el rey, los nobles, los
templarios, las ánimas y los hidalgos.
Alonso aparece como un joven atento, inconsciente, temeroso, servil y muy enamorado
de su prima Beatriz, hija de los condes de Borges. El sentimiento de Alonso hacia
Beatriz le hace capaz de entregarse por cumplir con las peticiones de su amada,
superando sus temores o entregándose a sus miedos más profundos. Por el contrario,
Beatriz se presenta como una mujer de gran belleza, joven de cabellos oscuros, labios
finos y ojos azules que disfruta sometiendo y dominando a Alonso, y a la que le gusta
alcanzar todo cuanto se propone. También se nos presenta como una mujer
manipuladora, desdeñosa, incrédula y fuerte, que empieza a dudar y a creer en las
ánimas y fantasmas, cuando es consciente de su temor por la muerte de Alonso.
En cuanto a la estructura narrativa, el planteamiento se desarrolla durante la cacería en
el monte en el que aparecen Beatriz y Alonso. El nudo recoge la entrega de los
presentes y la posterior partida de Alonso al monte para buscar la banda de Beatriz, y el
desenlace refiere el hallazgo de la banda de Beatriz cubierte de sangre y la muerte de
Beatriz, tras descubrir que Alonso ha muerto a manos de los lobos tras cumplir sus
deseos.
Destaca la figura del narrador, como la voz que cuenta la historia dentro de la propia
historia, por lo que aparecen dos narradores, el primero de ellos es el propio autor
(Bécquer) cuando refiere en el texto “La noche de los difuntos me despertó a no sé qué
hora… me decidí a escribirla, como en efecto lo hice” (…). Para después, aparecer un
segundo narrador en tercera persona, que nos cuenta lo que ve, y lo que siente, y cómo
se sienten los personajes.
Así mismo, el autor utiliza recursos como el uso de interrogación (“¿Te acuerdas
cuando fuimos al templo a dar gracias a Dios?” , “Quieres aceptar el mío?”…),
exclamaciones “¡Se ha perdido!” “En el Monte de las Ánimas…!” o la propia
entonación, así como el uso de sinónimos y antónimos, repetición de palabras, uso de
campos semánticos o familias léxicas, sin pasar por alto la puesta en valor de gran
variedad de recursos literarios como:
▪ Elipsis: “sea de ello lo que quiera”
▪ Paralelismo: “–¡En el Monte de las Ánimas… en el Monte de las Ánimas!”
▪ Comparación: “¿Soy yo tan miedosa como esas pobres gentes, cuyo
corazón, (…)”
▪ Metáfora: “Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se
desboca y al que no sirve tirarle de la rienda”.
▪ Onomatopeya: “Bah”.
No debemos olvidar la presencia de elementos fantásticos en los que el autor se apoya
para crear un ambiente de misterio, miedo o terror o con los que rompe la normalidad de
la lo real y la leyenda. Así, Bécquer, alude a las ánimas o los fantasmas como elementos
fantásticos, pero también aparecen ruidos extraños como el de las pisadas, el crujido de
la madera, el azote de los vidrios del balcón, el agua que caía sin cesar, los ladridos de
los perros, … con la pretensión de sugestionar y crear sentimientos de miedo e
inquietud en el lector.
Como conclusión podemos decir que la obra de Bécquer responde a la temática propia
del romanticismo pues recoge emociones y sentimientos con marcadas alusiones a las
tradiciones con exaltación de la imaginación y la fantasía, tomando como eje temporal
la Edad Media, y el abordaje de temas como los mitos y leyendas, la religión, el amor y
el tratamiento de la muerte entre otros, como elementos de la literatura romántica
española.

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