Está en la página 1de 1

La última niebla 

(1934)

María Luisa Bombal tenía tan solo 23 años cuando escribió esta obra
que oscila entre lo real y lo onírico. En ella, la protagonista, casada con un
hombre al que no ama, fantasea con una posible relación imaginaria con un
hombre al que no ha conocido. Con maestría y originalidad, la autora chilena nos
muestra el mundo femenino desde otro punto de vista. Un espacio y un tiempo
diferentes gracias a una narración apasionada y apasionante que escapa
totalmente a la calificación de literatura femenina, advirtiendo la personalidad de la
mujer que escribe: una dama indomable, aunque algo «domesticada» por su
época. María Luisa Bombal fue la primera escritora hispanoamericana que se
atrevió a describir con este relato el acto sexual desde el punto de vista femenino.

 
La heroína romántica, imagen de la mujer en “La última niebla”

“La última niebla” nos relata la vida de una mujer que se casa con su primo,
Daniel, convirtiéndose en el segundo matrimonio de este. Viven en el campo y
reciben una visita de el primo de su esposo, Jaime,  su mujer, Reina, y
un amigo que resultó ser el amante de Reina. En esa situación nuestra
protagonista se da cuenta que tal vez con otro hombre pueda liberarse,
ya que vivía oprimida al modelo de la anterior mujer de su marido.
Una noche en un viaje a la ciudad ella decide caminar, recorre
muchas calles y avenidas hasta  que se encuentra con un hombre que la
lleva a su casa, desatándose una pasión instantánea. Luego de este
hecho e l l a v i v e s o ñ a n d o e n q u e s u h o m b r e v o l v e r á e i n c l u s o l o v e
u n a o d o s veces más, pero según sus declaraciones está siempre a su lado.
Finalmente siguiendo el ejemplo de Reina decide tratar de suicidarse, sin
los mejores resultados, aunque sirvió para que abriera los ojos respecto de su
modelo de vida actual, prefiriendo la muerte a la opresión. En la novela es
preponderante la imagen de la heroína romántica, como símbolo de libertad
considerando expuestas las ideas de la teoría del género, nos limitaremos a
enunciar una de sus características, la dimensión erótica, sin dejar de lado
las imágenes culturales de la mujer para comprobar nuestro supuesto.

También podría gustarte