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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y


ADMINISTRATIVAS

CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Redacción y estilo periodístico

Análisis literario” Trópico de Cáncer” Henry Miller

ESTUDIANTE: RUBÉN DARÍO INGA

PERÍODO ACADÉMICO: ABRIL- AGOSTO


1. BIOGRAFÍA DEL AUTOR.

Henry Valentine Miller, controvertido novelista estadounidense, disidente, anarquista y


pacifista, uno de los talentos más destacados de la literatura norteamericana
contemporánea, autor de las conocidas novelas “Trópico de Cáncer” y “Trópico de
Capricornio”, nació el 26 de diciembre de 1891 en la ciudad de Nueva York.

Hijo de padres judíos, Henry Miller no tuvo unos estudios reglados. Su asistencia, en
1901, al City College sólo dura dos meses: lo abandona para emplearse en una fábrica de
cemento. Continuó alternando periodos de estudio con periodos de trabajo mientras
viajaba, de manera un tanto errática, por el sur de Estados Unidos. En 1914, vuelve a
Nueva York y se empieza a trabajar en la sastrería de su padre. No duraría mucho tiempo,
pues en 1923 realiza su primer viaje a Europa y en 1930 se instala en Francia, donde le
pilla el estallido de la II Guerra Mundial. Es en esa época cuando decide dedicarse de
lleno a la literatura, frecuentando los ambientes bohemios de París, pasando más hambre
que frío y durmiendo debajo de un puente.

Pero pronto la suerte le sonreiría. Empezó a trabajar como corrector en el Chicago Tribuna
y, en 1931, escribe “Trópico de Cáncer” que, gracias a su amiga y amante Anaïs Nin,
pudo ser publicado en 1934. Pero en su país (Estados Unidos), fue calificada de obscena
y pornográfica, lo que le costó un proceso judicial. No fue hasta 1961, que los
norteamericanos publicaron el libro, si bien ya se había leído pues el proceso le valió una
popularidad que hizo que el mercado negro se encargara de distribuir generosamente el
libro.

Continuará escribiendo novelas y en todas ellas trata sin tapujos, escenas de sexo
explícito, en todas estigmatiza de manera irónica pero letal, el puritanismo existente en la
sociedad americana y todas ellas fueron censuradas por obscenas en Estados Unidos. No
obstante, todas serían distribuidas del mismo modo que la primera. Esto contribuye a
fomentar su fama de escritor alternativo, inconformista, maestro de la revolución sexual
y enemigo de los valores puritanos y la hipocresía moral.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, y debido al éxito que ya empieza a cosechar, se


puede permitir trasladarse a vivir definitivamente a California. Sigue escribiendo una
literatura socialmente crítica y en 1964 tras tres años de litigios, consigue que la Corte
Suprema anule su proceso por escritor obsceno. Se levantó la prohibición sobre Trópico
de Cáncer y la obra de Miller pudo ser publicada y distribuida de manera normal en los
Estados Unidos.

Toda la fuerza que irradia la obra de Miller, se debe en parte, a que es autobiográfica y
vivencial, expresada en un tono crudo y sensual, mostrando una filosofía de la vida
absolutamente transgresora e irreverente.

Henry Miller murió el 7 de junio de 1980. Fue incinerado y sus restos esparcidos sobre el
Big Sur, zona de California situada entre Los Ángeles y San Francisco.

2. MARCO HISTÓRICO-LITERARIO DE LA OBRA.

Henry relata con sus propias maneras de ver las cosas, su estadía en París y la gente que
conoce. Lo relata de una manera muy explícita y sin censura.

Henry Miller escribió esta obra sin ninguna intención pretenciosa, de hecho, él mismo
aclara en el primer capítulo que su novela no se trata de un libro, sino de una farsa, pues
sólo pretende escribir sus vivencias y pensamientos sin censura alguna:

“Entonces, ¿éste? Este no es un libro. Es un libelo, una calumnia, una difamación.

No es un libro en el sentido ordinario de la palabra. No, es un insulto prolongado, un

escupitajo a la cara del Arte, una patada en el culo a Dios, al Hombre, al Destino, al

Tiempo, al Amor, a la Belleza... a lo que os parezca”

Trópico de Cáncer, Miller, Henry, pág. 10

Miller llega procedente de Estados unidos al París de los años 30, como tantos otros
artistas, a comenzar su carrera como escritor. Su mujer, Mona, le envía dinero desde
Nueva York, pero no es suficiente para sobrevivir y tiene que buscar trabajo de lo que
sea: asistente personal, corrector en un periódico, profesor de inglés... y si no hay trabajo
recurrir a amigos y conocidos a quien sonsacar una invitación a comer o pedir unos sous.
Tales eran las privaciones por las que pasó. No fueron, ni para él ni para muchos otros,
unos comienzos fáciles.
Pero también había diversión, anécdotas con los amigos, con las mujeres, un mundo
estrafalario de extranjeros en París, todos desarraigados, buscando su lugar con
desesperación, con un futuro incierto por delante en una ciudad que quizá no era lo que
esperaban.

Y en esto consiste este libro, en gran medida autobiográfico, en hablar sobre esas personas
que conoció, los buenos y malos momentos, las anécdotas, las reflexiones sobre el mundo,
sobre París, la literatura, la Sociedad... variedad de temas que mirados por un prisma
mordaz revelan la idiosincrasia del autor, lo que piensa de cada cosa de la que habla, ya
sea París ( París es como una puta. Desde lejos parece cautivadora, no puedes esperar
hasta tenerla en los brazos y cinco minutos después te sientes vacío, asqueado de ti mismo.
Te sientes burlado.), Estados Unidos (América es la encarnación misma de la fatalidad.
Va a arrastrar al mundo entero hasta el abismo sin fondo.), la literatura (Hasta ahora, mi
idea, al colaborar conmigo mismo, ha sido abandonar el patrón oro de la literatura. En
pocas palabras, mi idea ha sido presentar una resurrección de las emociones, describir la
conducta de un ser humano en la estratosfera de las ideas, es decir, presa del delirio.) o la
Iglesia (Sabía que existía una cosa así, pero también sabes que hay mataderos, depósitos
de cadáveres y salas de disección. Instintivamente evitas semejantes lugares.)

En un universo masculino de putas, juergas, borracheras y enfermedades venéreas que es


el de Miller, nos muestra todo desde una óptica nihilista y algo misógina, donde las
mujeres son tratadas con la misma acidez que el resto de temas pero no se les dan más
concesiones que la de ser unos seres bastante desquiciados a los que usar para echar un
polvo y luego olvidarse, mientras los personajes masculinos, también bastante
desquiciados, parecen tener más crédito a sus ojos, al menos se acerca a ellos más
dispuesto a empatizar, tal vez porque se parecen bastante a él mismo.

Pero eso es Miller, lo que piensa sin tapujos y por su sinceridad, que a veces puede ser
deseo de provocación, se hace el relato interesante.

Su lenguaje es crudo, iconoclasta, agresivo, y es esta una de las razones por las que causó
tal conmoción en la puritana sociedad de su época (esta novela estuvo censurada en su
país hasta la década de los 60). El modo en que aborda las relaciones sexuales, aunque
muy controvertido, tuvo el benéfico efecto de romper tabúes y permitir que, a partir de
entonces, otros autores se permitieran tocar el tema de una manera más libre. En este y
en otros sentidos Miller fue un pionero y arrastró tras su estela a lo que se llamó la
generación beat además de ser una pieza clave del postmodernismo.

Dentro de su discurso hay un cambio de tono entre la narración de las anécdotas, con una
prosa sencilla y fluida, y la reflexión, con un lenguaje metafórico, complicado, erudito y,
ciertamente, brillante donde escribe un monólogo interior basándose en la técnica de flujo
de conciencia tan en boga en esos años.

Una galería de personajes pueblan esta memoria, la mayoría muy fugaces, desaparecen
del mismo modo que desaparecieron de la vida del autor. Sólo algunos permanecen a lo
largo del libro, los que se pueden llamar sus mejores amigos: Carl y Fillmore. Y Mona,
trasunto de su mujer June Mansfield, que posteriormente volvió a aparecer en su trilogía
llamada La crucifixión rosada.

No hay que dejar de conocer a Miller: sorprende, molesta, gusta, cautiva, en cualquier
caso, algo mueve en la conciencia de cada lector con su búsqueda de lo auténtico.

Su prosa es un grito, un aullido, una verdad que le duele en la conciencia y necesita decir
al mundo:

Puede que estemos condenados, que no haya esperanza para nosotros, para ninguno de
nosotros, pero, si es así, ¡lancemos un último alarido agónico, espeluznante, un chillido
de desafío, un grito de guerra! ¡Al diablo las lamentaciones! ¡Al diablo las elegías y las
endechas! ¡Al diablo las biografías y las historias, las bibliotecas y los museos! Que los
muertos se coman a los muertos. Bailemos los vivos en el borde del cráter, bailemos una
última danza agónica. Pero, ¡una danza auténtica!

CRONOLOGÍA.

4. SINÓPSIS DE LA OBRA.

Esta obra narra las peripecias de un álter ego del autor en París en los años previos a la
Segunda Guerra Mundial. El equilibrio entre las peripecias de una vida bohemia (marcada
por las experiencias sexuales y el desenfreno etílico) y las reflexiones acerca de la
situación del ser humano individual en un mundo en crisis es uno de los aspectos que lo
convirtió inmediatamente en una de las novelas más apreciadas por la crítica literaria de
su época, y el hecho de que en Estados Unidos fuera prohibida por lo explícita que era en
el relato de las relaciones sexuales hizo que también muy pronto surgiera un vivo interés
entre los lectores.

5. ARGUMENTO.

-1.-Cuenta Miller, su segundo año en Paris totalmente bancarrota viviendo con su


compañero de departamento Boris y Sylvester

2.-Miller y la esposa de Sylvester, Tania, tienen ciertos coqueteos y encuentros casi


sexuales.

3.-Miller se va al sur de Paris a caminar y se encuentra con un ruso que estaba descargando
comida en un restaurante. El ruso salva a Miller de la desnutrición por una semana,
haciéndole un trato que él le pagaba con comida y techo a Miller , a cambio de que Miller
le enseñara inglés.

4.-Miller al terminar la semana se escapa, ya que las condiciones en que vivía bajo el
techo del ruso y su familia, eran denigrantes, aún más que su vida en el departamento con
sus compañeros.

5.-Miller conoce a una prostituta, llamada Germaine.

6.-Miller se enamora de Germaine.

7.-Después de varios encuentros gratuitos con ella, se da cuenta de que ella solo era una
prostituta, y no una belleza.

8.-Miller comienza a relatar sobre como era su vida en Nueva York antes de irse a Paris.

9.-Vivía con un hindú que vivía de la compra y venta de joyería, le iba bien pero hubo un
punto en que le empezó a ir pésimo.

10.-El amigo hindú con el que vivía, tiene un invitado joven, Kepi, de la religión Ghandi,
no tenía mucho dinero pero le pide a Miller que si lo podía llevar a una casa de citas.

11.- Al llegar a la casa de citas, Kepi escoge una y Miller es forzado a escoger otra.

12.-Kepi, después de su encuentro sexual con la prostituta, defeca en el lavabo de su


cuarto.
13.-La madame de la casa lo nota y hace un escándalo, pero al ver que Kepi está al borde
de llorar la señora se tranquiliza, y los convence de que compren champagne para las
chicas, como un tipo recompensa del daño hecho por parte de Kepi.

14.-Pasa el tiempo y Miller habla sobre la mudanza de su amigo Van Norden, como pasa
de un departamento cómodo a un edificio donde vivía Mauppassant, cosa que enorgullece
a Van Norden.

15.-Van Norden y Miller contratan a una prostituto por 15 francos (que obviamente Van
Norden los paga). La escena es un poco trágica, que ninguno de los tres tienen apetito;
Van Norden quiere sacar provecho de sus 15 francos a como diera lugar, la prostituta
quiere irse con el dinero, y Miller solo se queda observando, dándose cuenta de la soledad
y tristeza con la que vive: los humanos no somos esclavos del deseo, tenemos guerras
interiores todos.

16.-Miller cuenta como es ser un chulo; ser mantenido por una prostituta y no tener que
hacer nada; y como eso lo satisface para sobrevivir.

17.-Carl, otro amigo chulo de Miller, comienza a escribirse con una mujer casada en sus
cincuentas durante seis meses, Carl le cuenta a ella sobre Miller también, y parece que
también le gusta a ella.

18.-Despues de seis meses, Miller deja a Carl en la supuesta residencia de la mujer casada
para que al fin se conozcan ellos, al cerrar las puertas no supo más por ese día.

19.-Carl, al día siguiente, por fin le cuenta a Miller su encuentro con la mujer, y este le
dice que no fue nada grandioso, que solo tuvieron sexo sin pasión y que ya no la quiere
volver a ver ya que la mujer comenzó hablarle sobre el amor y viajar juntos o incluso
vivir juntos. Así que Carl, supuestamente, le menciona a la mujer a Miller como otra
opción.

20.-Van Norden, le cuenta a Miller que Carl le conto otra historia completamente
diferente; que fue muy romántico el encuentro y que desparramaron pasión.

21.-Miller conoce a la mejor amiga de Van Norden, Bessie; mujer bisexual, que critica a
Van Norden sobre cómo saber nada sobre pasión ni satisfacción al tener relaciones
sexuales. A pesar de que Van Norde y Bessie no tienen nada, Miller piensa que están
hechos uno para el otro, pero que aún no se han dado cuenta.
22.-El asocial, Peckover, superior de trabajo de Miller en el departamento de correcciones
ortográficas, muere a causa de una caída fatal en el vacío de un elevador. Miller cuenta
como nunca fue querido ni notado por los superiores, pero le parece increíblemente
hipócrita como todos los directores de la editorial comenzaron a hablar de Peckover como
si haya sido amado y admirado por todos, incluso, le hicieron una ceremonia muy
emocional con arreglos hermosos.

23.-Miller consigue el puesto que tenía Peckover.

24.-Pasa más tiempo aun y Miller ya lleva 6 meses viviendo solo, sin compañeros y un
poco más estable con su miserable sueldo.

25.-Boris, uno de sus antiguos compañeros de cuarto, le escribe una carta a Miller,
diciendo que sentía a Miller bajo su piel desde aquella noche (no mencionada) Boris toco
a Miller.

26.-La carta de Boris desconcierta a Miller, haciéndolo recordar sobre Mona, su esposa.
Recuerda como fue vivir con ella y sus sentimientos profundos hacia ella, y como lo
destrozó cuando ella partió un tren fuera de la vida de Miller.

27.-Tras sus pensamientos sobre Mona, y como lo abandono a causa de su estilo de vida
tan miserable, llega a la conclusión de que ya no es ni estadounidense, ni Neoyorkino y
menos aún europeo, ya no siente lealtad hacia ningún país, ni odios, ni responsabilidades,
ni preocupaciones. Se considera ahora ¨neutral¨.

28.-En un momento cuando iba de regreso en taxi de una noche de fiesta con Van Norden
y la mujer de Sylvester (ex-compañero de cuarto que le daba comodidad a Miller al
principio del libro) que lo mantuvo durante ese día, describe el espíritu de Paris como si
fuese a través de los ojos de un taxista: Era su Paris; no importaba que fuera pobre, Paris
estaba lleno de ellos, pero aun así le da la impresión de que se sienten en casa como l se
siente, afirmando que eso es lo que distingue a Paris de las demás metrópolis: no sentirse
como un vagabundo

29.-Repentinamente, tras haber filosofado sobre las calles de Paris, comienza a describir
Nueva York, teniendo una sensación muy distinta a la de Paris; diciendo que hasta el más
importante y rico se puede sentir insignificante en esa gran ciudad.

30.-En las calles comienza a notar carteles y muchos avisos sobre cómo estaba
predominando el cáncer y la sífilis en Paris, cosa que lo aterroriza.
31.-Sin aviso alguno, Miller es despedido a causa de recorte de personal, como
consecuencia tuvo que salirse del hotel donde se hospedaba y comenzar de nueva a
holgazanear por las calles, durmiendo en bancas.

32.-Comienza a hacer amigos los cuales antes evitaba, para así poder sacarles comida.

33.-Miller habla sobre como la condición humana es una combinación de lo físico a lo


espiritual.

6. LOS PERSONAJES.

*Protagonista: Henry Miller

*Antagonista: la situación social y moral de la época.

Henry. - personaje de los años 30 de parís es un artista sin sentimientos, frio apagado que
camina por las calles de del submundo de Paris.

Dada que es un auto relato Henry Miller es el personaje principal.

7. TEMAS Y PROBLEMÁTICA DE LA OBRA.

El tema que trata el autor son:

Sociales

Artísticos

Filosóficos

Si el libro se afronta en el estado de ánimo adecuado, es incluso posible que acabe


convirtiéndose para el angustiado en una especie de guía espiritual de andar por casa.
Miller nunca va a actuar como un poeta maldito que se regocija en el sufrimiento, sino
que su empatía va a consistir en una sincera y reconfortante palmada en el hombro. Te va
a contar su experiencia y te va demostrar que todo tiene su lado positivo, y todo ello
mientras te anima a gastarte tus últimas monedas en algo de alcohol, en un filete con
buena guarnición o en lo que más te apetezca en cada momento —ya veremos cómo
pagamos el desayuno de mañana: en el fondo, desayunar es lo de menos—. Puede que no
te haga reír tanto como Bukowski o Céline ni te obligue a reflexionar con la intensidad
de Proust; pero no cabe duda de que te entenderá mejor que todos ellos juntos, porque
mientras escribió “Trópico de Cáncer” se encontraba exactamente como tú.

8. TIEMPO.

Tiempo de la Obra:

Miller cuenta sobre los 10 años que residió en Paris como escritor.

Cuenta sobre el antes y el después de llegar a Paris.

Tiempo Real:

Década de los treinta.

Tiempo cronológico: 10 años

Tiempo histórico: década de 1930

Tiempo ambiental: frio, lluvia

Tiempo gramatical: pasado

9. ESPACIO.

Las escenas se desarrollan en distintos puntos de la ciudad de París; calles habitaciones,


cafeterías. Etc. “Villa Borghese”

10. RECURSOS LITERARIOS.

*El texto carece de una estructura convencional

*Estructura textual: argumentativa, expositiva y explicativa.

*La narración es lineal.

*Exposición con un estilo introspectivo con una tendencia al erotismo y el nihilismo.

*La narración oscila entre algunos capítulos que respetan la narración tradicional y entre
reflexiones varias que se plasman a través del flujo de conciencia.

La novela está narrada en primera persona, es por esto que es el narrador es el personaje
(Miller).

En su mayoría, la novela está relatada basándose en monólogos interiores. El autor,


personaje principal, narra todo el libro con pocas intervenciones de diálogos.
11. FIGURAS LITERARIAS.

“Pero volviendo al olor de mantequilla rancia. También provoca sus buenas asociaciones.
Cuando pienso en esa mantequilla rancia, me veo de pie en u pequeño patio antiguo, muy
hediondo y lúgubre. Por las rendijas de los postigos extrañas figuras me espían: viejas
con chales, enanos, proxenetas con cara de rata, judíos encorvados, midinettes, idiotas
barbudos. Salen al patio tambaleándose para sacar agua o para limpiar los orinales. Un
día Eugene me pidió que le vaciara el orinal. Lo llevé hasta el rincón del patio. Había un
agujero en el suelo y papeles sucios tirados alrededor del agujero. Aquel pozo pequeño
estaba glutinoso de excrementos, que en inglés se llama mierda. Vacié el orinal y se oyó
un chapoteo y un gorgoteo inmundos seguidos de otro chapoteo inesperado. Cuando
volví, la sopa estaba servida. Durante toda la comida, estuve pensando en mi cepillo de
dientes: ya está un poco viejo y las cerdas se me quedan entre los dientes”.

• Si de vez en cuando encontramos páginas que explotan, páginas que hieren y


estigmatizan, que arrancan gemidos y lágrimas y maldiciones, sabed que proceden de un
hombre arrinconado, un hombre al que las únicas defensas que le quedan son sus palabras
y sus palabras son siempre más resistentes que el peso yacente y aplastante del mundo,
más resistentes que todos los potros y ruedas de tormento que los cobardes inventan para
machacar el milagro de la personalidad. Si algún hombre se atreviera alguna vez a
expresar todo lo que lleva en el corazón, a consignar lo que es realmente su experiencia,
lo que es verdaderamente su verdad, creo que entonces el mundo se haría añicos, que
volaría en pedazos, y ningún dios, ningún accidente, ninguna voluntad podría volver a
juntar los trozos, los átomos, los elementos indestructibles que han intervenido en la
construcción del mundo.

• El caos es la partitura en la que está escrita la realidad.

• Amo todo lo que fluye, todo lo que contiene el tiempo y el porvenir, que nos
devuelve al comienzo donde nunca hay fin.

• Me sentía libre y encadenado a un tiempo: cómo se siente uno justo antes de las
elecciones, cuando han nombrado candidatos a todos los granujas y te instan a votar al
hombre idóneo

• Mi deber era consolarla, así que me limité a colmarla de embustes.


• Cuanto más cobardes nos sentimos, más heroicamente nos comportamos.

• No debes tomarte a ti mismo demasiado en serio

• No puedo dejar de pensar en mí mismo. No es que me considere tan


importante...sencillamente, no puedo pensar en otra cosa.

12. VOCABULARIO.

Culmen. - Punto más alto de una cosa

Embustes. - Mentira, enredo

Granujas. - Joven vagabundo, pillo

Tamiz, - Cedazo muy tupido

13. COMENTARIOS.

En Trópico de Cáncer, Henry Miller nos traslada al París de los años 30. Él emigró allí
desde su país natal, Estados Unidos y, mediante un álter ego suyo, nos cuenta sus
experiencias en este ambiente bohemio.

Ante todo, he de advertir que es un libro muy cargado de escenas sexuales (por eso fue
prohibido en su época en Estados Unidos). Aunque la obra no se centra en explicar los
encuentros sexuales de Miller, sí que hay muchos pasajes dedicados a estos.

Básicamente, la novela, mezcla de ficción y autobiografía, narra cómo Henry Miller


malvivía como escritor en París, las desventuras que sufrió y las penurias por las que tuvo
que pasar. Es una obra intimista, pues el autor expresa a cada momento sus impresiones
acerca de lo que ocurre, pero también es una reflexión acerca del ser humano y sus más
bajas pasiones. En ocasiones, la novela puede llegar a ser algo desconcertante, pero no
por eso deja de ser una obra de lectura imprescindible.

Lo que más me ha gustado de Miller es su estilo, esa forma de decir las cosas sin pelos
en la lengua, lo que le costó la censura en su momento. Creo que es un autor al que no
siempre se ha valorado como se merece y al que debería darse más importancia, entre
otras cosas porque fue uno de los precursores de la llamada generación beat (a la que
pertenecen autores como William Burroughs, Jack Kerouac o Allen Ginsberg).

No sé si Trópico de Cáncer es realmente la obra más adecuada para iniciarse en la prosa


de Henry Miller, pero a mí me ha gustado por todo lo referido anteriormente.
Ese «Henry» obsceno y narcisista, despectivo del mundo, solícito sólo con su falo y sus
tripas, tiene; ante todo, una verba inconfundible, una rabelesiana vitalidad para transmutar
en arte lo vulgar y lo sucio, para espiritualizar con su gran vozarrón poético las funciones
fisiológicas, la mezquindad, lo sórdido, para dar una dignidad estética a la grosería. Lo
más notable en él no es la desenvoltura y naturalidad con que describe la vida sexual o
fantasea sobre ella, llegando a unos extremos de impudor sin precedentes en la literatura
moderna, sino su actitud moral. ¿Sería más justo, tal vez, hablar de amoralidad? No lo
creo. Porque, aunque el comportamiento del narrador y sus opiniones desafíen la moral
establecida —las morales establecidas, más bien—, sería injusto hablar en su caso de
indiferencia sobre este tema. Su manera de actuar y de pensar es coherente: su desprecio
de las convenciones sociales responde a una convicción profunda, a una cierta visión del
hombre, de la sociedad y de la cultura, que, aunque de manera confusa, se va
transparentando a lo largo del libro.

Se podría definir como la moral de un anarquista romántico en rebelión contra la sociedad


industrializada y moderna en la que vislumbra una amenaza para la soberanía individual.
Las imprecaciones contra el «progreso» y la robotización de la humanidad —lo que, en
un libro posterior, Miller llamaría «la pesadilla refrigerada»— no son muy distintas de
las que, por esos mismos años, lanzaban Louis-Ferdinand Céline, en libros también llenos
de injurias contra la inhumanidad de la vida moderna, o Ezra Pound, para quien la
sociedad «mercantil» significaba el fin de la cultura. Céline y Pound —como Drieu La
Rochelle y Robert Brasillach— creían que esto implicaba decadencia, una desviación de
ciertos patrones ejemplares alcanzados por el Occidente en ciertos momentos del pasado
(Roma, la Edad Media, el Renacimiento). Ese pasadísimo reaccionario los echó en brazos
del fascismo. En el caso de Miller no ocurrió así porque el rechazo frontal de la sociedad
moderna él no lo hace en nombre de una civilización ideal, extinta o inventada, sino del
individuo, cuyos derechos, caprichos, sueños e instintos son para Miller inalienables y
preciosos valores en vías de extinción que deben ser reivindicados a voz en cuello antes
de que los rodillos implacables de la modernidad acaben con ellos.

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