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La dimensión histórica de la asociatividad: integración

de agrupamientos humanos organizados

La dimensión histórica de la asociatividad:


integración de agrupamientos humanos organizados

Los agrupamientos humanos se definen en


torno a normas o pautas que dan sentido a la
organización para la producción, de esta
manera, la cooperación asume la forma de
asociación, conformando diferentes tipos de
unidades económicas.

Los componentes que llegan a caracterizar la


formación de los grupos humanos, así como su
particular constitución como asociaciones, se
identifican primeramente en diferentes
mecanismos de organización primitiva, los que
han sido más estudiados son la fratría griega y
la curia romana.

En el caso de la antigua Grecia, las fratrías se unieron en


tribus (reunión de varias fratrías emparentadas) y estas, a su
vez, en confederaciones que dieron origen a la ciudad antigua.

Sin embargo, en la medida en que se expandía esta forma de


organización, se instituían formas de dominación, por lo que
pronto se iniciaron las resistencias a través de nuevas
estructuras de sociabilidad.

Más tarde, durante los comienzos de la Edad Media


(hacia finales del siglo VII), proveniente de la cultura
sajona, se instauraron los agrupamientos con la función
de cuidarse unos a otros.

Desde entonces, se empezaron a establecer en Europa


nuevas formas de organización o guildas, denominados
posteriormente gremios de artesanos y comerciantes.
La dimensión histórica de la asociatividad: integración
de agrupamientos humanos organizados

La desviación de los objetivos iniciales de los


gremios comunales, producida por nuevas
relaciones de dominación, dio origen a otras formas
de agrupamiento.

No obstante, en todas estas asociaciones se aprecia


una relación histórica entre los antiguos gremios
comunales y las nuevas organizaciones surgidas en
las revoluciones liberales.

De entre estas nuevas organizaciones destacan:

Montepíos

Los objetivos iniciales de los gremios de artesanos se redirigieron hacia la defensa de


intereses comerciales y lucrativos, y en respuesta, los sectores sociales más
desfavorecidos constituyeron otras formas de agrupamiento, sobre todo al sur de
Europa, inicialmente llamados cofradías y luego montepíos.

Se constituían mediante la entrega de


aportes individuales representados en
dinero con el objetivo de socorrer a los
huérfanos y a las viudas, o de colaborar con
sus miembros en los casos de enfermedad,
invalidez o muerte. A finales del siglo XVIII
se implantaron en América.

En unos países adquirieron la


denominación de cajas de socorro y
seguros, o cajas de enfermedad y
fallecimiento; en otros llegaron a
denominarse sociedades de socorro
mutuo.

En algunos lugares los montepíos tendieron hacia las actividades comerciales y


originaron las empresas de seguros; en otros, unidos a los movimientos de respuesta
popular en contra de los flagelos del desarrollo capitalista, se establecieron entre los
sectores más deprimidos de la sociedad.
La dimensión histórica de la asociatividad: integración
de agrupamientos humanos organizados

Comunas religiosas

Durante los primeros siglos de


formación del modo de producción
capitalista se popularizaron
propuestas que prometían una
sociedad humana ideal.

Por entonces, se
emprendieron los procesos
de colonización en América
y este fue el destino de
numerosos grupos
religiosos exilados de
Inglaterra, Alemania o los
Países Bajos.
Ellos formaron comunas por todo el
territorio norteamericano y hacia el
sur del continente, combinando las
ideas de los utopistas con el
pensamiento cristiano.

Muchas comunas religiosas perduraron e imprimieron entre sus adeptos un estilo de


vida diferente, en ellas se unían las posesiones y se vivía comunalmente.

Las asociaciones de socorro mutuo

Los grupos sociales más oprimidos buscaron nuevos instrumentos organizativos


para la solidaridad.

Una de las respuestas fue su reencuentro con la antigua tradición solidaria, presente
en la memoria colectiva, surgiendo las asociaciones de socorro mutuo o
mutualidades para otorgar protección a sus miembros.
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de agrupamientos humanos organizados

Prosperaron principalmente entre los artesanos que ejecutaban oficios no muy


afectados por la industrialización, desarrollando acciones defensivas de gremio y de
protección social para las familias.
A comienzos del siglo XIX se establecieron Sociedades filantrópicas
en Francia sociedades de nuevo tipo que Cajas de ahorros mutuos
recogieron el pensamiento de Cajas de previsión
reformadores sociales de la época, como: Sociedades de fraternidad

Este mecanismo fue adoptado también por obreros y artesanos en Inglaterra,


Portugal, Países Bajos y España.

La organización sindical

El trabajo asalariado y la clase obrera son el resultado


final del desenvolvimiento de la Revolución Industrial.

Los trabajadores de las más variadas industrias


debieron adelantar diferentes formas de respuesta
ante la explotación del trabajo y al deterioro de sus
condiciones de vida.

En principio fue una acción espontánea mediante la destrucción


de los medios de producción; luego la resistencia se produjo a
través de las mutualidades y las cooperativas.

Al mismo tiempo, bajo la influencia de las ideas políticas de


comienzos del siglo XIX, se originó el movimiento obrero y una de
sus instituciones básicas: el sindicato.

El movimiento obrero-sindical estableció formas de organización


sobre la base de unos principios clásicos que le han dado
coherencia y permanencia.

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