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Recorrido histórico general del

cooperativismo

Recorrido histórico general del cooperativismo


El cooperativismo es un movimiento social que se inició a comienzos del siglo XIX
constituyendo una nueva forma de práctica de la cooperación humana,
pretendiendo dar una alternativa de organización a fuerzas productivas que no
fueran dominadas por el capital.

El origen de las cooperativas se encuentra


ligado a la aparición de conglomerados de
obreros fabriles, los cuales buscaban:

Responder a sus Dar una nueva significación


carencias a las relaciones de trabajo
inmediatas. humano.

En principio, sus carencias determinaron una organización para el acceso al consumo,


luego para poner en sus manos el poder sobre la producción, derivando a procesos de
acceso a medios financieros y organización de la producción rural.

A partir de los aportes teóricos que forjaron la doctrina del cooperativismo y de sus
métodos de operación universales, se desató el proceso de estructuración de sistemas
especiales que abordaban organizadamente diversas facetas de la vida de las
comunidades.

A continuación, se presentan las cinco variantes que universalizaron el cooperativismo:

Cooperativas de consumo

Su impulso se dio a partir del éxito de la Sociedad de Pioneros de Rochdale


(Inglaterra), haciendo posible que en 20 años (para 1863) ya existieran más de 500
cooperativas de este tipo.
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cooperativismo

En 1852 se dieron las condiciones legales para


ampliar extensamente el cooperativismo de
consumo, eliminando los intermediarios
mayoristas.

Este movimiento giró alrededor de la Sociedad Mayorista (CWS), la cual distribuye


artículos a las cooperativas de menudeo y a su vez, controla fábricas, talleres y
granjas.

En Inglaterra, por todo el siglo XX, el modelo se complementó con entidades de


cobertura nacional, tales como:

Banco Periódicos Sistema de


cooperativo auditoría

Unidades económicas
Instituciones
ubicadas en otras áreas
educativas Imprentas
productivas

Este sistema se expandió después de relaciones políticas y comerciales


su consolidación en Inglaterra y bajo generadas por Inglaterra, sobre todo en los
la influencia de los dirigentes de este llamados "dominios británicos" (India,
país, alcanzando cobertura en toda Indonesia, Australia y Nueva Zelanda).
Europa Occidental.
Luego, con la intervención de inmigrantes
Su expansión hacia otros continentes europeos, se hizo presente en el Cono Sur
dependió de la influencia de las de Suramérica y en Norteamérica.
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Cooperativas de crédito

A mediados del siglo XIX se iniciaron una serie de experimentos de organización


cooperativa en Alemania, que dieron origen a lo que hoy se reconoce como el
sistema de cooperativas de crédito.

Sus métodos fueron aceptados en toda Europa y América del Norte. Por entonces,
entre obreros y artesanos se formaron cajas de ahorro y asociaciones de diverso tipo.

Pronto se creó una cooperativa de crédito para formar capitales colectivos mediante
los aportes individuales de los miembros y el establecimiento del método de
responsabilidad solidaria.

De este modo, la acumulación económica en la cooperativa se lograba a través de


depósitos mensuales de los socios, deducidos de sus sueldos.

Años más tarde, bajo la orientación de


Wilhelm Raiffeisen

Wilhelm Raiffeisen (1818-1888) se dieron


experimentaciones de este tipo en el
mundo rural, básicamente para eliminar el
poder de la usura y contribuir al desarrollo
de mejores condiciones de vida para los
campesinos bajo principios de ayuda mutua,
capitalización constante y responsabilidad
solidaria e ilimitada.

Los sistemas experimentados en Alemania fueron adoptados en otros países


europeos y posteriormente, introducidos a otros continentes.

En América, iniciando por Canadá, se hicieron adaptaciones al modo de vida


norteamericano, conduciendo a la aparición de un poderoso movimiento en todo el
territorio.
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cooperativismo

En Latinoamérica, el cooperativismo de
ahorro y crédito se desarrolló a partir de dos
tendencias principales: la primera, alrededor
del proceso de inmigración europea y la
segunda, a través de la influencia de la iglesia
católica.

Cooperativas de producción

Fue primeramente en Francia (durante la cuarta década del siglo XIX) que se
formaron organizaciones cooperativas en donde los trabajadores eran sus
propietarios y laboraban bajo sus propias normas, diseñando y distribuyendo sus
propios productos.

En 1868 se difundió la propuesta de producir


cooperativamente en comunas urbanas y se dio un
importante auge de organización de cooperativas a
partir de los sindicatos obreros, con el objeto de que
se hiciesen cargo de la producción.

Muchas experiencias se forjaron desde entonces para:

La fabricación de material Artículos de consumo


eléctrico y metalúrgico. familiar o industrial.

Luego, en Italia tuvo un peso importante este sistema en el ramo


de la construcción y las artesanías.

Y al final de la Guerra Civil Española, en la región vasca, se


adaptaron estas propuestas como la mejor manera de
reconstruir la economía, la cultura y la dignidad.

Se dio origen al experimento cooperativo de Mondragón que,


finalizado el siglo XX, se convirtió en el más claro ejemplo de
organización cooperativizada de la producción. Este es un
sistema que mantiene importancia en casi todo el mundo como
método de producción autónoma por parte de los mismos
trabajadores.
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Cooperativas agrícolas

Los precursores del cooperativismo siempre expresaron la idea de impulsar colonias


agrícolas para continuar avanzando en hacer realidad la transformación social.
Horace Plunkett

Primero fue en la propia Inglaterra


cuando Horace Plunkett (en 1894)
fundó la Sociedad Irlandesa de
Organización Agrícola.

Después, bajo la influencia del cooperativismo de crédito alemán se fueron


especializando actividades en la producción, aprovisionamiento y comercialización
rural, sistema que se concentró principalmente en Francia, Países Bajos y la región
Escandinavia.

El movimiento se extendió a toda Europa, Norteamérica y Oceanía, con algunas


expresiones en los demás continentes.

La función de estas cooperativas es la de suministrar insumos agrícolas,


comercializar los productos agropecuarios y administrar los servicios comunales.

Colectivización para la vida

Los originales sistemas del cooperativismo lograron una especie de simbiosis a través
de las denominadas "granjas colectivas".
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En ellas se integran el acceso al consumo, la producción, la comercialización y las


actividades financieras. Los ejemplos más conocidos son el koljós y el kibbutz.

Koljós
Forjado en la Unión Soviética sobre la
base de las ancestrales formas de
organización comunal, es una granja
de propiedad colectiva de los
aldeanos administrada por un
comité nombrado por ellos mismos,
produciendo para el Estado y
repartiendo excedentes anuales
entre sus miembros.
Kibbutz
Este se da por efecto del movimiento
migratorio de judíos europeos hacia
los territorios que hoy constituye
Israel: hacia finales de la Segunda
Guerra Mundial habían constituido
cerca de 110 granjas diseminadas en
todo el territorio y terminado el siglo
XX se contaban 270 granjas colectivas,
las cuales aportaban el 70 % del PIB
agroindustrial de ese país.

Otra experiencia de colectivización es la de los ejidos mexicanos, en donde adelantan


obras comunales mediante métodos colectivos. También en Italia se formaron
granjas de este tipo, impulsadas directamente por las grandes confederaciones
cooperativas.

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