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Historia del cooperativismo en República Dominicana

En nuestro país la idea del cooperativismo comenzó a mediados de 1946, y


estuvo a cargo de sacerdotes de la orden Scarboro, organizándose la
primera cooperativa de ahorros y crédito en Manoguayabo por el padre
Alfonso Chafe, luego el también padre Santiago Walsh, párroco de
Bayaguána, organizó otra cooperativa.

Pabre Pablo Steele, fundador Cooperativismo en RD


La orden de los padres Scarboros observó la necesidad de
traer a una persona técnicamente formada en asuntos
cooperativos e hicieron del conocimiento de sus
superiores en Canadá, quienes no vacilaron en la decisión
a tomar, enviando al Reverendo Pablo Steele a San
Francisco de Macorís, quien desde su llegada fue
encargado de la parroquia de la Villa de Boyá y a la vez se encargaba de
elaborar los planes para la promoción de cooperativas, a nivel de todo el
país.

En 1945, se inicio una cooperativa de ahorro y crédito en Boyá, otra en el


poblado de Monte Plata y para Noviembre de ese mismo año se organizó la
primera cooperativa de consumo en la ciudad Capital, la cooperativa San
Juan Bosco, bajo las orientaciones del Reverendo Juan Balliri y del Dr.
Alfonso Rochoc, la cual más tarde se convierte en ahorro y crédito. Esta
primera parte del cooperativismo dominicano culmina con la organización
de la Federación de Cooperativas de Ahorro y Crédito (FEDOCOOP) el
primero de Agosto del 1949 (está actualmente en la sede en la 16 de
Agosto No. 35 del sector San Carlos).

En Asamblea celebrada precisamente, en el Salón Parroquial de la Iglesia


San Juan Bosco, con la asistencia de 25 delegados de 8 cooperativas, desde
ese momento el movimiento cooperativo dominicano se expandió por todo
el país. Ese proceso de crecimiento fue cercenado por la Tiranía Trujillista
que produjo un forzado receso por el notable crecimiento económico y
social del cooperativismo nacional.
Con la desaparición de la Tiranía Trujillista se inicia el período fértil o de
auge del cooperativismo dominicano con el reagrupamiento del nivel
primario y Rehabilitación de la Federación Dominicana de cooperativas de
Ahorro y Crédito (FEDOCOOP), que se había constituido en 1949.

Es de esa manera y dentro del contexto de las nuevas condiciones que se


obtiene un creciente desarrollo del movimiento y en pocos años el sector
cooperativo cuenta con la legislación que crea el IDECOOP, el 25 de
Octubre del 1963, mediante la Ley 31, y también la Ley 127 de Enero de
1964, que regula las actividades de las cooperativas.

HISTORIA DEL COOPERATIVISMO


1. 1.       HISTORIA DEL COOPERATIVISMO
1. Génesis del cooperativismo 
Desde el comienzo de la humanidad el hombre ha tenido la necesidad de
interrelacionarse con los de su misma especie, en las comunidades
primitivas cooperaban entre sí en las actividades básicas como la caza, la
pesca y la recolección.

A medida que la sociedad fue desarrollándose se incrementó las formas de


cooperación entre sus miembros, los babilonios se organizaron para la
explotación común de la tierra, los griegos y romanos crearon entre ellos
sociedades funerarias y de seguros, entre otros.

La época de la revolución industrial ocurrida en Europa durante los siglos


1750 a 1850 marcó una pauta impresionante para el movimiento 
cooperativo, en Inglaterra muchos trabajadores de la época no siempre
recibían su salario en dinero, sino en especie, de mala calidad, pesa
equivocada y precios muy altos y si recibían el salario en dinero, por ser
este demasiado bajo, obligada a los trabajadores a someterse a los tenderos
que por concederles crédito exigían un valor mayor por la mercancía de
esta manera, los trabajadores pensaron que uniendo sus esfuerzos podrían
convertirse en sus propios proveedores, originándose así la idea de las
cooperativas de consumo.

Por otra parte, el desempleo y las gravosas condiciones del trabajo cuando
se conseguía, movieron a otros grupos de trabajadores a organizarse en
cooperativas de producción y trabajo, que hoy se denominan trabajo
asociado.
Una de las primeras experiencias cooperativas data de 1844, cuando en
Inglaterra, en la ciudad de Rochadle, dedicada por mucho tiempo a la
industria textil, se presentaron algunos inconvenientes para los
trabajadores, por lo cual algunos de ellos pensaron que debían agruparse y
se constituyeron en una organización para el suministro de artículos de
primera necesidad.

Para llegar a ese objetivo debieron antes, con gran esfuerzo de su parte,
ahorrar cada uno en la medida de sus capacidades, logrando así reunir un
pequeño capital de 28 libras esterlinas, una por cada uno de los socios. Con
ese exiguo patrimonio, fundaron una sociedad denominada “De los Probos
Pioneros de Rochadle”.

La mayoría de estos hombres eran tejedores y en el grupo figuraban


algunos más ilustrados que habían tenido participación en otras
organizaciones de beneficio común.

Llegamos así al 21 de diciembre de 1844, donde se originan las


cooperativas de consumo, con la apertura de un pequeño almacén en la
Callejuela del Sapo, en Gran Bretaña, el cual fue creciendo e incluyendo a
personas de las localidades aledañas, basándose en los siguientes
principios:

 Igualdad de sexos entre los miembros.


 La venta de las provisiones justa en peso y medida.
 La participación de un miembro un voto.
 El reparto de los beneficios dependiendo de la cantidad de compras
hechas por los miembros individuales.
Simultáneamente surgen otras experiencias en Francia, España y otros
países europeos. Entre los primeros grandes pensadores del cooperativismo
se encuentran Robert Owen, Charles Fourier y Friedrich Wilhelm
Raiffeisen, respectivamente, inglés, francés y alemán, los que hicieron una
crítica en la que proponían que la solución de problemas sociales se puede
lograr a través de la cooperación entre los individuos

Surge en Alemania las cooperativas de Crédito, bajo la inspiración de


Federico Guillermo Raiffeisen, orientado hacia los campesinos y más tarde,
las cooperativas para el aprovisionamiento de insumos y para la
comercialización de los productos agrícolas.

Así mismo, se iniciaba el movimiento de los llamados Bancos Populares, o


sea, las cooperativas de Ahorro y Crédito, orientadas principalmente para
servir a los artesanos y pequeños industriales de las ciudades, con la
dirección de Hernán Shulze-Delitzsch.

En Francia prosperaban las cooperativas de producción y trabajo, con


ejemplos tan conocidos como el “familisterio”.

En los países escandinavos se desarrollaba además de estas formas de


cooperativismo de consumo, surgió el cooperativismo de vivienda y el de
seguros cooperativos.

En España, y algunas de sus características son igualmente aplicables en


Portugal, el cooperativismo de consumo, que aparece a fines del siglo
pasado, tiene dos orientaciones: en el norte, principalmente en Cataluña, se
desarrollan las cooperativas de consumo; en el centro y otras provincias el
auge mayor corresponde a las cooperativas del campo.

Llega a América del Norte durante los últimos años del siglo XIX y los
primeros del pasado el cooperativismo. El periodista canadiense Alfonso
Desjardins (1860-1937) trajo a su país la idea de las cooperativas de ahorro
y crédito, organizaciones que de pronto se extendieron también a los
estados unidos, principalmente debido a la acción de Eduardo A. Filene
(1860-1937) y de Roy F. Bergengren y alcanzan un desarrollo
verdaderamente sorprendente.

Otros inmigrantes europeos trajeron a América del Norte las demás formas
de cooperación. En Canadá y los Estados Unidos tomaron gran incremento
las cooperativas agrícolas.

El llamado Movimiento Cooperativo de Antigonish, orientado por la


universidad de San Francisco Javier, Nueva Escocia, tuvo una gran
influencia en la transformación de las provincias marítimas de Canadá.

Es importante poner de presente que las cooperativas, en su proceso de


desarrollo, casi desde el inicio del movimiento cooperativo, establecieron
diversas formas de integración y fue así como en 1895 se organizó en
Europa la Alianza Cooperativa Internacional ACI.

A Owen siguieron el inglés William King y el francés Charles Fourier quienes


también defendieron la creación de organizaciones de base asociativa haciendo
importantes mejoras al incipiente esquema cooperativo, en áreas como la
democratización, la asociación y el derecho al trabajo.  
Fourier proponía un sistema económico-social basado en pequeñas
comunidades agrícolas (falansterios) sin espíritu de lucro y orientadas a la
generación de empleo. King, por su parte, fue precursor de las primeras
cooperativas de consumo en las cuales los obreros asociados adquirían los
artículos básicos para su sobrevivencia. En 1827 fundó en Bringhton The Co-
perative Trading Association que sirvió de inspiración para que, al finalizar la
década, existieran cerca de 300 cooperativas similares. 

Es esencial subrayar que King fundó, en 1828, el primer medio de


comunicación cooperativo. Era una revista llamada “The Co-perator” que, si
bien tuvo corta vida, parece que su influencia fue muy grande. 

  Podemos situar el primer logro decisivo del cooperativismo en 1844 cuando


28 obreros fundaron en Rochadle (Inglaterra) una cooperativa textil de
consumo liderada por Carlos Howart. Esta experiencia logró importantes
resultados como fuente de motivación para iniciativas análogas (Instituto
Nacional de Fomento Cooperativo, 1978), pues sentó las bases del
cooperativismo actual: distribución equitativa de beneficios, acceso a la
educación, igualdad de derechos, un voto por asociado y la no discriminación
por edad, sexo, profesión, etc. Por eso a Rochdale se le conoce como la cuna
del cooperativismo mundial.

Desde entonces el sector empezó a crecer teniendo presencia hoy día en


prácticamente todas las naciones del planeta. Al interior de Latinoamérica, las
cooperativas pioneras nacieron en México y en Argentina. Fue en 1873 que el
Círculo Obrero de México estableció la primera. Seis años después, en 1879,
se fundó en la Argentina la cooperativa “El progreso agrario”.

Teóricos como Raiffeisen, Schulze-Delitzsch, Gide y Fauquet han contribuido


a dotar al movimiento de prácticas, principios y valores universales, hasta
llegar a los ratificados por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) [1][1] en
1995.
1. Pensadores Cooperativos 
Como punto de partida de una visión histórica de la cooperación, es preciso
reconocer a los precursores de esta ideología, es decir, aquellas personas que a
partir del siglo XVII tanto en las ideas como en las obras, empiezan a precisar
las características del sistema cooperativo. Entre los más notables de estos
precursores se menciona los siguientes: Peter Cornelius Plockboy; publicó en
1659 el ensayo que comprendía su doctrina y Jhon Bellers (1654-1725), quien
en 1695 hizo una exposición sobre doctrinas en el trabajo titulado:
“Proposiciones para la Creación de una Asociación de Trabajo de Todas
las Industrias Útiles en la Agricultura” el médico William King (1786-1865), y
el comerciante Michel Derrion (1802-1850), precursor del cooperativismo
de consumo, Felipe Bauchez (1796-1565) y Luis Blanc(1812-1882),
precursores del cooperativismo de producción.
En esta fase precursora del cooperativismo, es necesario destacar de manera
especial a dos destacados ideólogos: Roberto Owen (1771-1858) y Carlos
Fourier (1772-1837). Owen el autodidacta, industrial afortunado desde muy
joven, innovador en técnica y sistemas sociales, en el furor de la revolución 
industrial, intentó llevar a la práctica sus ideas organizando las colonias de
New Lanark, en su propio país, Inglaterra y la de Nueva Armonía en Estados
Unidos(Indiana), la bolsa de trabajo y la instituciones sindicales de alcance
nacional. Fourier, francés, el de la concepciones geniales y ambiciosas,
rayanas en el desequilibrio, escritor prolijo y confuso a veces, llevó una vida
cómoda y no consiguió llevar a cabo aquellos frutos de
su pensamiento inquieto y profético.
1. Aportes de los Utopistas del Cooperativismo
Al interior de todo sistema socio económico, basado en la ayuda mutua y la
solidaridad, ha sido una constante la Educación, permitiendo con ello, la
formación de la doctrina y la ideología de la cooperación, transformándola con
el paso de los años en un principio Fundamental.

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que desde los Pioneros de Rochadle
(1848), cuando se constituyó como primer Núcleo Educativo, se comenzó a
vislumbrar la educación, como un principio fundamental para las
organizaciones de ayuda mutua y Solidaridad.

La cooperación moderna, especialmente la cooperación industrial


(Cooperativas de trabajo Asociado), la cual propone transformar la
organización económica de la sociedad para establecer un régimen basado
sobre las asociaciones de carácter económico al servicio de los intereses de
los trabajadores, tiene como fundamento doctrinal a los utopistas que después
de la segunda mitad del siglo XV, y hasta mediados del siglo XVII, escribieron
algunas novelas sociales en las cuales se hablaba de futuras organizaciones
sociales constituidas racionalmente y desprovistas de los defectos de la
sociedad actual.

Así es como se conocieron Utopías de Tomás Moro (1478-1535), y la Ciudad


del sol de Tomás Campanella (1568 – 1639).

Estas Utopías pueden considerarse, por algunos, como elementos de partida, y


como el inicio de las concepciones cooperativas, que podemos encontrar entre
los pensadores de la época moderna y cuyo dominio exploraron
minuciosamente los primeros. Con algunas interpretaciones de estas
concepciones que se intuyen por las ideologías principalmente religiosas, de
estos utopistas, podemos percibir en sus obras la aspiración de organizar la
sociedad en una forma que asegure, la paz, la justicia y el orden económico,
por procedimientos de propiedad comunitaria y de trabajo colectivo.

1. El Cooperativismo en el Mundo
Desde su nacimiento con los Pioneros de Rochadle, el movimiento cooperativo
no ha cesado de crecer en todo el mundo. Hoy, los miembros de cooperativas
en todo el planeta superan los 800 millones.

En 1994 la ONU estimó que el sustento diario de más de 3.000 millones de


personas (la mitad de la población mundial) era asegurado o facilitado por
empresas cooperativas.

Importantes sectores de población son miembros de cooperativas en todo


el mundo
 En Argentina existen más de 18.000 cooperativas que reúnen a una cifra
superior a los 9 millones de miembros
 En Bélgica existían unas 30.000 cooperativas en 2001
 En Canadá una de cada 3 personas es miembro de una cooperativa. Solo el
movimiento Desjardins en Quebec reúne a más de 5 millones de socios.
 En Colombia y Costa Rica un 10% de la población es miembro de
cooperativas.
 En los Estados Unidos un 25% de su población es miembro de una
cooperativa
 En India los miembros de cooperativas superan los 240 millones de personas
 En Japón una de cada 3 familias es cooperativista.
 En Kenya una de cada 5 personas es socia de una cooperativa
 En Singapur los cooperativistas son 1.400.000, lo que representa una tercera
parte de su población

Las cooperativas tienen un peso significativo en las economías nacionales


 En Bélgica las cooperativas farmacéuticas tienen una participación en el
mercado, de 19.5%
 En Brasil las cooperativas producen el 72% del trigo, el 43% de la soja, 39%
de la leche, 38% del algodón, 21% del café y 16% del país y sus exportaciones
son superiores a los 1.300 millones de dólares
 En Bolivia una sola cooperativa de ahorro y crédito maneja alrededor de la
cuarta parte de los ahorros nacionales.
 En Colombia las cooperativas de salud atienden a un 25% de la población del
país. En Corea las cooperativas agrícolas reúnen a más de 2 millones de
productores rurales (un 90% del total) y facturan anualmente una cifra superior
a los 11.000 millones de dólares. Adicionalmente las cooperativas pesqueras
coreanas tienen una participación en el mercado de un 71%
 En Chipre las cooperativas representan el 30% del sector bancario y son
responsables de la comercialización del 35% de su producción agropecuaria
 En Eslovenia las cooperativas agrícolas son responsables del 72% de la
producción lechera, 79% de la ganadera, 45% de la de trigo y 77% de la de
patatas.
 En Estados Unidos existen más de 30 cooperativas con una facturación anual
superior a los 1.000 millones de dólares. Además, un 30% de la producción
agrícola nacional es comercialzada a través de más de 3.400 cooperativas
activas en todo el país. En Finlandia las cooperativas son responsables de la
producción de un 74% de los alimentos, un 96% de los lácteos, un 50% de la
producción de huevos, 34% de la producción forestal y manejan un 34% de los
depósitos en el sistema financiero. En Hungría las cooperativas de consumo
fueron responsables del 14.4% de las ventas minoristas de artículos generales
y de alimentos durante 2004
 En Japón las un 91% de los productores agropecuarios son socios de
cooperativas que en conjunto facturan anualmente una cifra superior a los
90.000 millones de dólares
 En Kenya las cooperativas tienen una participación del 45% en el PBI del país
y gestionan el 31% de los depósitos y ahorros nacionales. Además producen
un 70% del café, un 76% de los productos lácteos y un 95% del algodón.
 En Kuwait las cooperativas de consumo manejan el 80% del comercio
minorista del país
 En Letonia las cooperativas tienen una participación del 12.3% en el sector de
la industria alimenticia
 En Moldavia las cooperativas de consumo son responsables del 6.8% del
comercio minorista
 En Noruega las cooperativas producen el 99% de la lecha y derivados, las
cooperativas de consumo manejan el 25% del mercado, las pesqueras son
responsables del 8.7% de las exportaciones nacionales y las forestales tienen
una participación del 76% en el sector. Uno de cada 3 habitantes del país es
miembro de una cooperativa
 En Polonia las cooperativas producen el 75% de la leche y derivados
 En el Reino Unido la mayor agencia de viajes independiente es una
cooperativa
 En Singapur las cooperativas de consumo tienen una participación del 55% en
el sector de supermercados y facturan una cifra superior a los 700 millones de
dólares anuales
 En Suecia las cooperativas de consumo tienen una participación de 17.5% en
su mercado
 En Uruguay las cooperativas producen el 90% de la leche y sus derivados, el
34% de la miel y el 60% del trigo nacional
 En Vietnam la actividad de las cooperativas representa un 8.6% al Producto
Bruto Interno.

Las cooperativas crean y mantienen empleos en todo el planeta


 Las cooperativas dan empleo a más de 100 millones de personas en todo el
mundo, lo que representa un 20% de lo que aportan las empresas
multinacionales en esta materia.
 Sólo en Europa los bancos cooperativos emplean a más de 700.000 personas
 En Canadá las cooperativas dan empleo a más de 160.000 personas
 En Colombia una cooperativa de salud es la segunda empresa en el ranking
nacional de generación de empleo
 En Eslovaquia las cooperativas emplean a más de 75.000 personas
 En Francia 21.000 cooperativas dan empleo a más de de 700.000 personas
 En Kenya las cooperativas emplean a más de 250.000 personas
 En Uruguay las cooperativas dan empleo directo o indirecto a más de 40.000
personas, cifra equivalente a casi un 3% de la población económicamente
activa en el país.

1. El Cooperativismo en Colombia
Las ideas de los precursores y el interés de otros políticos y estadistas tuvieron
su culminación cuando el Congreso de 1931 aprobó la primera Ley
cooperativa – la número 134 de ese año – en cuya preparación participaron
juristas conocedores del sistema.

A partir de la década de los treinta el desarrollo del cooperativismo se fue


incrementando satisfactoriamente. De acuerdo con datos estadísticos en 1933
existían 4 cooperativas cuyos asociados eran 1807; para 1962el número de
estas entidades llegaba a 759 con cercad de 450.000. Asociados.

En Colombia, aunque su proceso aún no ha adquirido las magnitudes de otros


países, existen cooperativas que están pisando con fuerza en sectores como la
salud, la agricultura, los seguros, la industria, el mercado masivo de productos
de la canasta familiar, las actividades de intermediación financiera y los
servicios funerarios. Actualmente existen más de 2800 organizaciones activas,
2.2 millones de asociados y activos que superan los 5.2 billones de pesos.

“La crisis del sector en la década de los 90 quedó superada. Ahora el


cooperativismo sigue demostrando con creces su ascenso económico y social”.

Hoy el sector cooperativo financiero agrupa a 740.000 asociados y cuenta con


activos superiores a 2,4 billones de pesos.

Durante el año 2000 el sector solidario registró excedentes brutos cercanos a


los 214.000 millones de pesos y la mayoría de entidades cooperativas
crecieron en activos entre el 12% y el 25%.

Este marco histórico del cooperativismo se hizo con base al documento.

Historia del Movimiento Cooperativo escrito por el Doctor. Carlos Uribe


garzón.

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