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Contexto histórico
En la Conferencia de Yalta los líderes de los aliados habían acordado que un tribunal
internacional juzgaría a los principales jerarcas nazis, a quienes se responsabilizó por el
desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial y por los crímenes de guerra
cometidos durante el conflicto. Esta resolución fue confirmada en la Conferencia de
Potsdam, que se realizó en julio de 1945.
Tras el fin de la guerra, la devastación era tan grande y los crímenes de guerra que iban
saliendo a la luz tan atroces que los aliados confirmaron la determinación de que era
necesario imponer castigos ejemplares a los responsables del exterminio de millones de
seres humanos.
El 8 de agosto de 1945, representantes de los Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la
Unión Soviética firmaron la Carta de Londres, un documento que fijó los principios y
procedimientos por los cuales se regirían los juicios de Núremberg.
¿POR QUÉ LOS JUICIOS DE NÚREMBERG SIGUEN SIENDO RELEVANTES A DÍA DE HOY?
Los juicios de Núremberg fueron efectivamente el comienzo del Derecho Penal
Internacional, una especialidad que aún hoy podemos considerar que se encuentra en su
fase inicial de desarrollo. Significa que tanto personas concretas como organizaciones
pueden ser consideradas culpables por algunos de los crímenes más difícilmente
imaginables.
Durante la Guerra Fría no se produjo ningún otro avance en el campo del derecho
internacional penal, excepto el enjuiciamiento en Israel de Adolf Eichmann. Pero las cosas
cambiaron con el retorno de los campos de concentración en Europa en la Antigua
República de Yugoslavia. En 1993, se estableció el Tribunal Penal Internacional para la
Antigua Yugoslavia para responder por las atrocidades masivas que estaban teniendo
lugar en ese momento en los Balcanes. Tras el genocidio de Ruanda en 1994, también se
estableció el Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
Cuando la ONU adoptó el Convenio del Genocidio el 9 de diciembre de 1948, también
invitó a la Comisión Internacional de Derecho a estudiar la posibilidad de establecer un
tribunal encargado de juzgar a las personas acusadas de genocidio y otros crímenes
internacionales.
Este tribunal no se creó hasta el 17 de julio de 1998, cuando el Estatuto de Roma
estableció la creación de la Corte penal Internacional. Este tribunal se encarga de juzgar
los “más graves crímenes internacionales”. Los juicios de Núremberg fueron el primer
paso de un camino todavía largo para alcanzar la justicia global.