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MINISTERIO DE DAMAS, DEC Y AÑOS DORADOS

CICLO JUNIO: VIVIENDO COMO ÉL DIJO


TEMA: ENSEÑANDO COMO ÉL DIJO

OBSERVACIÓN (anexo cuadro gráfico)

Cuando hablamos de generación podemos definirla como un grupo de


personas nacidas en un lapso de aproximadamente veinte años, y que se
enfrenta a momentos históricos similares o a los mismos acontecimientos
importantes en un periodo de tiempo determinado.

Descubre a que generación perteneces según tu fecha de nacimiento

Generación silenciosa: nacidos entre 1930-1948. Recoge a aquellos que


vivieron tras la Segunda Guerra Mundial. Son personas muy austeras y
trabajadoras que han sido educadas en la cultura del esfuerzo y el sacrificio, y
que han conocido una vida mucho más dura.

Baby boom: nacidos entre 1949-1968. Es la generación más numerosa.


Fueron los primeros en vivir en paz y en un período de bonanza tras la
postguerra.

Generación X (1969-1980): nacidos entre 1969 -1980. Vivieron el esplendor del


consumismo y la obsesión por el triunfo a toda costa.

Millennials: nacidos entre 1981 y 1993 o 1996. Es la primera generación que


puede considerarse global. Han crecido con los inicios de la digitalización y su
acceso al mercado laboral estuvo marcado por la crisis económica.

Generación Z: nacidos entre 1994 y 2010. Son más emprendedores que


los millennials. Aprenden rápido y de forma autodidacta; esto los convierte en
unos jóvenes mucho más irreverentes.

Pregunte a las asistentes si lograron identificar a que generación pertenecen. y


que aspectos relevantes de su generación han influenciado su forma de ser y
de ver la vida.

VINCULACIÓN

Proyecte el siguiente video y socialice con las damas sobre la enseñanza de


éste. Lléveles a comprender que lo que hoy sembramos en nuestros hijos, será
lo que ellos sembraran en los suyos.

https://www.youtube.com/watch?v=jjGg7rZxTR8
CONCIENTIZACIÓN

INTRODUCCIÓN

“Solo depende de nosotros vivir a la altura del legado que se nos dejó y dejar
un legado digno de nuestros hijos para que ellos vivan sabiamente.” Christine
Gregoire.

El impacto que una mujer genera en su familia, esposo, hijos, nietos, amigos y
discípulos es muy importante, y puede inclusive determinar cómo vivirán sus
futuras generaciones. Por ello es indispensable que meditemos sobre nuestros
caminos y nos preguntes lo siguiente:

 ¿Qué herencia estoy entregando a mí descendencia?

1. El TEMOR DE DIOS ES MI LEGADO

La palabra legado proviene del latín “legatus” y significa o hace referencia a la


idea de delegar, de pasar una idea o capacidad a otra persona. Se define
también como aquello que una persona deja en herencia a las próximas
generaciones.

En Moisés encontramos un verdadero ejemplo de lo que significado dejar un


legado. Un hombre que enseñaba a su pueblo los mandamientos y estatutos
de Dios; formó a un legatario, su discípulo Josué, quien recibió la posta, desde
el momento en que él partiría a la presencia de Dios. Siempre evidenció una
constante preocupación, no solo por aquellos que estaban a su lado en ese
momento, también por aquellos a quienes nunca conocería, pero que ya los
concebía en su mente y corazón. Su deseo era que el nombre del Señor fuera
exaltado y conocido de generación en generación.

“Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro
Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la
cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios,
guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú,
tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días
sean prolongados. Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para
que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te
ha dicho Jehová el Dios de tus padres.” Deuteronomio 6:1-3

2. EL LEGADO SE PERPETÚA CON JOSUÉ

“Después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, el SEÑOR habló a Josué, hijo de


Nun y ayudante de Moisés. Le dijo: «Mi siervo Moisés ha muerto. Por lo tanto, ha
llegado el momento de que guíes a este pueblo, a los israelitas, a cruzar el río Jordán
y a entrar en la tierra que les doy. Te prometo a ti lo mismo que le prometí a Moisés:
“Dondequiera que pongan los pies los israelitas, estarán pisando la tierra que les he
dado:” Josué 1:1-3 NTV

Moisés formó a Josué como su legatario, y al partir el Señor mismo le habla a


Josué y le dice que ha llegado el momento de que guíe al pueblo a cruzar el río
Jordán y a entrar en la tierra prometida. Cuando el legado es sólido éste
permanecerá, aunque quién lo imparte ya no esté; y eso es lo que vemos en la
vida de estos siervos de Dios. Ahora era necesario asumir el liderazgo para
entrar y tomar posesión de la tierra prometida, pero antes reúne a las tribus y
les recuerda que lo que deben hacer es temer a Dios y guardar sus
mandamientos para ser prosperados Josué 1:16-18.

3. CUANDO MUERE EL LEGADO

“Josué despidió al pueblo de Israel, y cada uno fue y tomó posesión de su


heredad.  Y mientras vivió Josué, y los ancianos que le sobrevivieron y que
habían visto las obras del Señor en favor de Israel, todo el pueblo sirvió al
Señor.    Y Josué hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez
años” Jueces 2:6-8

“Y murió también toda esa generación, y se reunió con sus antepasados.


Después de ellos vino otra generación que no conocía al Señor, ni sabía lo que
el Señor había hecho por Israel.” Jueces 2:10

En Jueces encontramos cómo el pueblo sirvió y amó al Señor todo el tiempo


que vivió Josué, pero después de su muerte y la de todos los líderes de la
época, el pueblo se apartó de Dios.

Qué importante preguntarnos ¿qué pasó con esta nueva generación? ¿Cómo
sucedió que no conocieran a Dios? Podríamos pensar que el legado pasó de
Moisés a Josué, y de Josué a los líderes del pueblo, pero ellos no lo
transmitieron a sus hijos, no les formaron para que a su vez formaran a su
descendencia.

No conocer a Dios, sería decir que nunca escucharon hablar de su nombre,


nadie les enseñó ni les mostró el camino; no les hablaron de sus grandes
maravillas, desconocían su historia y cómo habían llegado hasta allí, no hubo
nadie que fuera luz, guía. Nadie quiso pagar el precio de formar y conducirles
en el camino de la vida y la verdad.

En Josué 2:11-12 vemos cómo la consecuencia de no conocer a Dios, es


adorar a falsos dioses, cayendo en la idolatría que al final trae como
consecuencia que Dios se aparte de nuestras vidas. Fueron entregados,
robados, vendidos a sus enemigos viviendo en total aflicción.

Por ello, es vital que como mujeres que entendamos el rol en nuestras familias,
y renunciemos a tener una visión cortoplacista. No podemos conformarnos con
buscar a Dios de manera individual; es necesario pedirle a Él que nos use
como instrumentos de su amor para conquistar los corazones de las personas
que amamos, entendiendo que amarle, buscarle, conocerle, creerle y
obedecerle es el único camino para que nos vaya bien a nosotras y a nuestra
descendencia.

Aplicación Teoterápica

“Me digo: «El SEÑOR es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en él!”


Lamentaciones 3:24 NTV
Cuando una mujer comprende en su corazón que el Señor es su herencia, le
amará y vivirá con gratitud, reconociendo siempre su obra de restauración en
ella, y por eso tomará la decisión de presentarlo a su familia, de llevarlos a
conocerlo, pero sobre todo de mostrarlo con su forma de vivir. La intercesión
debe convertirse en nuestro estilo de vida, hasta que veamos cómo en su
tiempo ellos decidan amar a Dios. Necesitamos estar dispuestas a pagar el
precio de formarlos, corregirlos en amor y sembrar en sus corazones el temor a
Dios, como la más preciada herencia que les podemos entregar.

DETERMINACIÓN

 ¿Cómo puedo impactar positivamente a mis generaciones futuras?


 ¿Cómo debo tomar mis decisiones de hoy?
 ¿A que hábitos, costumbres y ataduras generacionales necesitamos
renunciar hoy?

CONSAGRACIÓN (Mi compromiso)

Llevar a las asistentes a que en oración escriban una lista con aquellos
compromisos respecto a las decisiones que hoy deciden tomar para guiar a
su familia, amigos y discípulos a conocer a Dios

REPRODUCCIÓN (Intercesión)
Desafiar a las mujeres a agendar un día de la semana donde
intercederán d por aquellos miembros de su familia que aun no conocen al
Señor.

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