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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

Carrera de Diseño Industrial

ASIGNATURA
TRABAJO DE GRADO DE DISEÑO INDUSTRIAL

Director del proyecto:


D.I Martín Horacio Gómez

Desarrollado por:
Juan David Pineda y Nicolás Sánchez Osorio

Bogotá D.C.
“Allí el agua fresca rumorea por entre tallos verdes. Asombra todo el lugar la sombra de las rosas.
Y del temblor del follaje va descendiendo el sueño”.
Safo
Contenido

1.NOMBRE DEL PROYECTO.

2. TEMA DEL PROYECTO.

3.PLANTEAMIENTO DEL PROYECTO.

4.ANÁLISIS DE LA PROBLEMÁTICA.

5.JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO.

6. MARCO TEÓRICO.

7.PLANTEAMIENTO CONCEPTUAL.

8. OBJETIVOS.

9.LIMITES Y ALCANCES.

10.DETERMINANTES, CONDICIONANTES Y REQUERIMIENTOS.

11.ALTERNATIVAS.

12.PROPUESTA OBJETUAL

13.DESARROLLO DE PRODUCTO

14.COMPROBACIONES

15.FUENTES DE INFORMACIÓN

16.ANEXOS
MANIFIESTO

“Y deberás plantar
y ver así a la flor nacer”
L.A. Spinetta

Los vegetales estuvieron antes del inicio del ser humano y estarán después de él. En todas las
plantas hay una palabra interna, silenciosa, secreta y que está por encima del vocablo humano.
Esa es la palabra que quiere y debe encontrar el proyecto. Para encontrarla queremos que los
cubos grises y uniformados de Bogotá se llenen de macetas y huertas que, al alba y al ocaso,
reflejen en sus hojas verdes el arduo trabajo que se les ha dedicado.
Enseñar al mismo tiempo que se siembra nos compromete a resistir la hegemonía
agroindustrial que cada día arrasa con parte de la biodiversidad, pues creemos que ofrecerle a las
personas un sistema integrado de elementos (app – kit principiante) para iniciar sus huertas es un
acto simbólico de resistencia en el que el diseñador le da la oportunidad a otros de diseñar su
propio espacio vegetal. Esos otros u otras que vivimos en ciudades como Bogotá, sentimos que
debemos acercarnos a la naturaleza pero la ajetreada vida nos hace pensar que en el habitad
cotidiano no lo vamos a lograr; se tienen un par de plantas en casa pero sería mucho más bello
acompañarlas de otras que den frutos para el autoconsumo.
Es así como el enigma de la vida y su permanencia se reflejan en la siembra y la cosecha, pues
creemos que cada ser humano que se sume, y logre darle frutos a la tierra, de alguna manera está
cumpliendo con una responsabilidad comunal, la de regenerar la coexistencia entre los humanos
y la naturaleza.

1. Nombre del proyecto

Huerta Cachaca

2. Tema del proyecto

La agricultura urbana mediada por algunos principios agroecológicos para incentivar las huertas
domesticas en Bogotá y, así, reconstruir la conexión entre las personas, las plantas y la ciudad.

3. Planteamiento del proyecto


Diseñar una aplicación móvil y un conjunto de elementos de siembra que enseñe e incentive a
sembrar, cuidar y cosechar vegetales en viviendas urbanas de una manera correcta, utilizando los
conocimientos y las prácticas de la agroecología. Con esto, darles la oportunidad a los usuarios de
tener una relación más cercana con la tierra, sus alimentos y el medio ambiente sin salir de casa.

4. Análisis de la problemática

Pensar a Bogotá como una ciudad sostenible desde un punto de vista social y ambiental pareciese
casi utópico (si es que no lo es). En principio debemos observar la ciudad como todo un sistema
biodiverso que agrupa lo geográfico, lo ecosistémico y lo cultural (de la pava, Ortiz, 2018), de esta
manera podemos entender que cuando hablamos de diversidad en Bogotá nos referimos a lo que
van der Hammen y Andrade (2003) llaman EEP (Estructura Ecológica Principal),
compuesta por espacios “naturales y semi-naturales”1 tanto en el campo como en la ciudad,
estos interactúan constantemente con los habitantes y sus entornos habitables, asegurando
la “perpetuación de la vida” (van der Hammen y Andrade), en este caso, bogotana. Siendo
así, nos empezamos a preguntar ¿Cómo estamos habitando la tierra, y el propio espacio
donde vivimos? ¿Por qué medio llegamos a reconstruir, así sea en pequeña escala, un
hábitat ecológico? ¿Cuál es la importancia de vivir inmersos en eso que llaman
biodiversidad? ¿Quiénes están trabajando para restaurar y conservar el medio ambiente2 en
Bogotá? Preguntas y dudas que siguen expandiéndose pero que nos han llevado a explorar
alternativas de vida que intentan, de alguna manera, aferrarse a ese habitar una tierra en
este, nuestro tiempo, “en el que la manera de vivir moderno en la tierra es matándola,
odiándola, devastándola, cosificándola y mercantilizándola” (Noguera, 2018). Es allí, en
estas alternativas, donde nos encontramos con la agricultura urbana instaurada en la
epistemología agroecológica (en la cual nos detendremos más adelante) como recurso para
plantear un proyecto que nos ayude a nosotros y a los usuarios a recuperar ese ambiente
natural que se pierde poco a poco en la ciudad.
Al pensar en esta actividad, tan milenaria y arraigada a la esencia humana, nos percatamos

1
Páramos, humedales, cerros, espacios verdes urbanos (jardines y huertas), corredores ecológicos, rondas del río
Bogotá y sus afluentes.
2
“Si el ambiente es lo que emerge de la relación entre los ecosistemas y las culturas, el pensamiento ambiental se
ocupa de esas relaciones en su densidad, en su complejidad, en su ethos, sus estéticas, movimientos y
transformaciones” Noguera, 2018.
de una oportunidad para intervenir, desde el diseño, en la vida de aquellas personas que
tienen un interés en relacionarse nuevamente con la tierra por medio de la siembra y el
vínculo emocional que otorga el tener plantas en el hogar, pues muchas de estas personas,
sin las herramientas necesarias y algo confundidas para resolver ese cómo empezar a
sembrar y modificar su espacio, desisten de empezar a sembrar o, ya una vez inician sus
cultivos, los abandonan en un periodo de tiempo indeterminado; ya sea que mueren las
plantas, la falta de motivación, pocos resultados, mal manejo del cultivo u otros motivos,
muchas de esas personas que hoy intentan aportar algo en esa otra manera de habitar la
ciudad abandonan sus plantas y no queda más que unas macetas o un olvidado espacio en
algún lugar de su casa.

Además de esto, un estudio de la universidad Nacional (2008) ha demostrado que la


presencia de salinidad, concentración de metales pesados y cargas orgánicas contaminantes
en la tierra y el agua han aumentado afectando el crecimiento, la dinámica de nutrientes, la
productividad y calidad de los alimentos (en este estudio específicamente de brócoli, apio,
lechuga y repollo), tanto en plantas cultivadas en tierra madre como en macetas. Por otro
lado, también se ha hecho evidente que la agricultura afecta a la base de su propio futuro a
través de la degradación de la tierra, el exceso de extracción de agua, la reducción de la
diversidad genética, el uso de plaguicidas y herbicidas que “destruyen directamente muchos
insectos y plantas no deseadas, y reducen la disponibilidad de alimento para otros animales
y plantas” (Harrison, 2015). Todo esto nos lleva hacia un problema social de inseguridad
alimentaria, situación que a muchos nos ha venido afectando, pues al ver degradada la
posibilidad de acceder a alimentos de calidad que provean los nutrientes necesarios para el
ser humano, nos preguntamos ¿Cómo alimentarnos correctamente sin desconfiar de la
procedencia de los alimentos?
Por esto vemos en la agricultura urbana, mediada por la agroecología y el diseño, un
desgarramiento a ese profundo y problemático paisaje gris de Bogotá, en la medida que
más personas se incentiven a cultivar y aprender de la tierra, la problemática ambiental y
social que venimos mencionando podrá, de ser posible, empezar a tener huerteros urbanos
que se le enfrenten.
5. Justificación del proyecto
“Que la muerte me halle sembrando coles..., y yo tan indiferente a ella como a mi imperfecto jardín”.
M. Montaigne
Para darle cimientos a este proyecto sobre huertas urbanas es
importante repensar en las dinámicas insostenibles que
actualmente rigen la vida en una ciudad como Bogotá. Dinámicas
sociales y ambientales que se caracterizan por ir en una especie de
progresivo deterioro. En palabras de Guattari (1990) “Las redes de
parentescotienden a reducirse al mínimo, la vida doméstica está
gangrenada por el consumo «mass-mediático», la vida conyugal y
Gráfico 1: Supuesta cantidad de humanos en
Bogotá. (DANE)
familiar se encuentra a menudo «osificada» por una especie de
estandarización de los comportamientos” (p.9), la ciudad, entonces, se vuelve un lugar para que
sus habitantes, cansados del peso industrial a la que esta los lleva, busquen nuevas maneras de
modelar las condiciones de lo que existe a su alrededor. Para el presente proyecto hemos decidido
dividir en temáticas aquellos fenómenos por los cuales algunas personas deciden modificar sus
hábitos y el espacio donde viven, justificando el propósito del presente proyecto.

Medio ambiente

Conforme pasan los años se hace más evidente el problema ambiental que deteriora la tierra, y
con ella a sus habitantes; al aumentar la tasa de natalidad y, con esta, los niveles de consumo, se
hace cada vez más insostenible proveer a tantos humanos3, pues producir tal cantidad de
alimentos en los campos requiere de prácticas que poco a poco han ido deteriorando la calidad de
los suelos, las aguas, el aire y los mismos alimentos. En Bogotá un estudio realizado por McKinsey
Global Institute (2011), indica que en el año 2025 la ciudad de tendrá 9,6 millones de habitantes
y en aumento (¿acaso no llegamos ya a ese número con las crisis nacionales e internacionales?). A
esto lo acompaña las inaceptables formas en que las grandes industrias se han apoderado de los
campos para expandir monocultivos, hacer ganadería extensiva, borrar los saberes indígenas y

3
Y no olvidemos que, para el 2021, en Colombia, 2,4 millones de hogares comen menos de tres o incluso dos veces al
día. (Encuesta Pulso Social del Dane)
campesinos e implantar sus semillas metamorfoseadas que poco a poco acaban con la vida en los
suelos. Es por esto que implementar proyectos verdes en ciudades como Bogotá es una opción
viable para remediar, así sea poco, los deterioros que sufre el planeta, pues expandir los horizontes
de la agricultura e incentivar que más personas la empiecen a implementar llevaría, entre otras
cosas, a un aumento en el consumo de hortalizas de calidad (libres de químicos), a disminuir el
consumo de agua para producir alimentos a nivel industrial, a reducir la cantidad de residuos que
podrían llegar de manera innecesaria al relleno Doña Juana y reducir las islas de calor que cada día
aumentan con cada construcción (Dzib, González. 2018)

Social

Surge entonces un fenómeno social, preocupado y alterado por las formas hegemónicas que lo
obligan a consumir alimentos de dudosa procedencia y calidad 4. Personas que buscan habitar
otro mundo, otra vida, otras maneras de sentir y relacionarse con el entorno; que quieren escapar
de una sociedad desarraigada y des-terrada, dejar a un lado esa raza insensible y sin armonía, que
nos obliga a no pensar en las consecuencias de cada acto que tomamos en la vida y ha
desintegrado en partes desiguales la tierra – la naturaleza – la vida; humanos que queremos sentir,
nuevamente, las conexiones profundas de los hilos de la tierra.
Siendo así, muchas de esas personas han empezado a interesarse en conseguir sus alimentos
(vegetales) por medio de fuentes alternativas que garanticen las prácticas orgánicas (sin uso de
pesticidas y alejados de monocultivos) en los alimentos que ofrecen. Otros, impulsados muchas
veces por colectivos ecológicos5 de jóvenes y adultos preocupados por el impacto ambiental que
generan las actividades agropecuarias, además de la procedencia y calidad nutricional de sus
alimentos, deciden participar en huertos comunales o iniciar sus cultivos en casa. Junto a esto nos
percatamos de la iniciativa del Jardín Botánico de Bogotá de cumplir la expectativa de 20.000
huertas (Ramírez, 2021) (sumando las domésticas y comunales) en la ciudad; teniendo en cuenta

4
Podemos casi asegurar que, como en la industria de las carnes, existe toda una mafia que regula quienes, como y
cuando pueden cultivar, cosechar y vender las hortalizas que salen de los grandes monocultivos del país.
5
“La connotación de la ecología debe dejar de estar ligada a la imagen de una pequeña minoría de amantes de la
naturaleza o de especialistas titulados. La ecología cuestiona el conjunto de la subjetividad y de las formaciones de
poderes capitalísticos, los cuales no tienen ninguna garantía de continuar triunfando”. (Guattari, 1990)
que para agosto del 2020 se han registrado 424 huertas y 20.000 asistentes a los cursos sobre
agricultura urbana (Castiblanco, 2020) suponemos que hay un alto nivel de abandono tras salir
del curso y empezar la huerta por cuenta propia.

Viendo estas dos problemáticas que actualmente degradan la vida en los entornos urbanos y
rurales, se propone un proyecto en el cual las personas aprendan a tener sus propios cultivos
saludable en la ciudad sin un nivel de frustración tan alto. Al notar, con el apoyo de “Huerta
cachaca”, que sus hortalizas florecen bien y atendiendo a las condiciones particulares de cada
vivienda se logrará proliferar, durante el proceso, el consumo de hortalizas, aromáticas y frutas
autocultivadas en los bogotanos.

Junto a eso, compartimos la idea, originaria en el campesinado, de sembrar como acto de


resistencia dentro de la ciudad.

Advertencia

Cabe aclarar que nuestro proyecto no pretende ser una receta perfecta en la que todos los
cultivos van a crecer esplendorosos y fuertes, pues, antes que nada, es importante saber que la
agricultura no es de receta, es de observación, experimentación, educación, paciencia y, no
menos importante, amor.

6. Marco teórico

Aspectos conceptuales
Luego de un proceso de investigación se ha logrado ir estableciendo nuevas cuestiones respecto al
estudio y la práctica de la agricultura urbana. El desarrollo de este marco teórico abarca la revisión
de conceptos básicos que sostienen nuestro proyecto como lo son la agroecología urbana, las
huertas en Bogotá y la enseñanza de la agricultura. Siendo así, también presentamos un estado del
arte que, en un constante diálogo con estos conceptos, nos ubica dentro de un contexto histórico
y contemporáneo de los sistemas agrícolas en la ciudad, su enseñanza y el uso de herramientas
tecnológicas y análogas para mejorar algunas falencias.
Con esta investigación queremos construir nuevas relaciones entre el conocimiento existente y la
puesta en práctica de nuestra propuesta para seguir ampliando el inconcluso saber del trabajo y la
turbulente conexión con los suelos que nos otorgan la vida.

Agroecología Cachaca

Acuñamos el término agroecología6 en nuestro proyecto haciendo referencia a un enfoque


integrado que aplica en simultáneo conceptos, principios y tradiciones ecológicas al diseño y
la enseñanza de sistemas agrícolas en Bogotá. Con esto buscamos que las personas logren
cultivar y cosechar alimentos7 dentro de su espacio cotidiano sin recurrir a elementos que
perjudiquen el medio donde se da la vida y contribuyan a encarar la crisis ecológica y social
que actualmente vive Bogotá.

La Agroecología cuestiona los modelos de desarrollo económico y las formas culturales de


apropiación de la naturaleza (Arenas, 2018). No obstante, el trabajo de la tierra en Colombia ha
dejado de ser un asunto exclusivo del campo llegando a desarrollarse en distintas ciudades para
“renaturalizar el espacio social y ambiental por medio de reconstrucción de paisajes urbanos a
través de cambios intencionales en la biodiversidad y los servicios ecosistémicos” (Arenas. Pág.
47). De esta forma, la ciencia y el diseño se proyectan en los espacios para la construcción de un
ambiente ecológico dentro de las viviendas urbanas, es decir, ayudar a que cada usuario pueda
iniciar su huerta agroproductiva o comestible8.

Siendo así, tomamos para nuestro proyecto algunos de los principios que la agroecología ha
estudiado y practicado desde hace varios años: custodio de las semillas, el cuidado ecológico

6
“El término Agroecología, surge en la década de los años 70, posiblemente como síntesis del conocimiento
acumulado durante el presente siglo sobre el funcionamiento de los agroecosistemas, las consecuencias derivadas de
la aplicación de la llamada agricultura intensiva, con alto uso de insumos químicos y energía fósil, sobre el medio
ambiente, la salud humana y la sociedad, y las experiencias acumuladas por agricultores que desarrollaron sistemas
agrícolas en armonía con el medio ambiente”. (Andalucía Agroecológica, 2006)
7
Se incluyen las subcategorías: hortalizas y aromáticas que se adapten a las condiciones espacio temporales de
Bogotá.
8
“Modalidad de huerto urbano donde se combina la estética con la producción agroecológica. Incluye la
producción de vegetales comestibles y una amplia gama de especies destinadas a la medicina natural y ornamentales,
entre otros”. (Arenas. Pág. 48)
de las plantas, las condiciones de un suelo favorables, el control de plagas, el manejo de la
materia orgánica y el manejo del espacio disponible.

Custodios de semillas: Enseñar a los usuarios a


producir, conservar y seleccionar sus propias
semillas. Con esto se hace un acto de resistencia
frente al devastador negocio de multinacionales
como Bayer, se expande la importante labor de
resguardar semillas nativas y cada quien puede
tener sus semillas al alcance de la mano.

Cuidado ecológico de las plantas: Promover en los huerteros prácticas orgánicas a la hora de
empezar y mantener el huerto. Para esto es importante que el proyecto comunique de manera
adecuada las prácticas que requieren las huertas durante todos sus ciclos. Por ejemplo:
prevenciones, uso de agua lluvia, plantas que se adecuen bien a las condiciones espacio
temporales, protección contra heladas y buenas asociaciones.

Condiciones del suelo favorables: Es fundamental que las


personas conozcan las diferencias entre unos suelos y los otros,
pues de esto depende mucho que se fracase o no en un cultivo.
Con esto se puede tener una concepción clara de qué tipo de
sustrato usar para germinar semillas, trasplantar, aplicar a
macetas o mezclar con tierra madre y, así, aumentar la actividad
biótica de los futuros suelos a cultivar.

Control de plagas: Solucionar los problemas de insectos en las plantas con métodos ecológicos
como las trampas con feromonas, trampas cromáticas, de luz, plantas aromáticas que alejan
ciertos insectos, infusiones de ajo, ají o canela; junto a estos remedios aprender a buscar el origen
de esas “plagas” para modificar las condiciones del ambiente y evitar que siga sucediendo.
Manejo de la materia orgánica: Con esto queremos otorgarles la oportunidad a los usuarios de
experimentar ese proceso mágico de hacer sus propios abonos, enfocándonos en el compost, (que
es el que mejor se adecua a espacios domésticos como casas o apartamentos) para que cada quién
pueda usarlo en sus cultivos.

Manejo del espacio disponible: Adecuar un cultivo a las


condiciones espaciales y temporales de las viviendas bogotanas.
Con esto dar cuenta a las personas interesadas que es posible
adaptar una buena variedad de plantas a cualquier espacio, lo
importante es empezar a reconocer cuáles son esas plantas que
se acoplan a determinadas condiciones en Bogotá.

Se trata, por tanto, de una mirada holística entre el diseño, la


ecología urbana y la agricultura. Con la enseñanza de cada uno de estos sistemas pretendemos
aumentar las coberturas vegetales, potencializar la biodiversidad en las viviendas bogotanas,
transformar los residuos orgánicos, estimular la relación de las personas con la tierra y disminuir
los niveles de fracaso en algunos cultivadores. Todo esto con la ilusión de tener una ciudad más
verde y menos gris.

Huertas en Bogotá
Desde hace varios años la ciudad ha empezado a
compartir las distintas visiones que algunas personas
tienen sobre el construir y dedicarle tiempo de vida a
una huerta. En “La huerta soñada” de María Clara
van der Hammen, nos percatamos de como
estudiantes, campesinos, cultivadores agroecológicos,
personas que hasta hora inician una huerta idealizan
Pimentones germinando en bolsas de leche
este espacio donde convergen lo social y lo natural. La fotografía de los autores
Huerta, dentro de un espacio tan caótico como Bogotá, es “concebida como un lugar que va más
allá de un mero espacio para producir. Una dimensión espiritual atraviesa este lugar,
convirtiéndolo en conexión con la tierra, con la vida, con los elementos fundamentales agua,
tierra, aire y fuego, y con los fenómenos astronómicos”. (P. 45) Es así como la huerta da sentido a
la diversidad que explora la agroecología, buscando un espacio en cada vivienda para que
distintas plantas compartan entre ellas y su cultivador o cultivadora.

La huerta brinda un espacio donde se integra, dentro de cada vivienda, cuerpo, mente y espíritu;
cada uno va aprendiendo al observar el comportamiento de las semillas, las plantas y los ciclos
que en estas se evidencian. Al estar enlazada con la ancestralidad no pretende taparse los ojos y
mirar una sola forma de realizarla, por el contrario, estos conocimientos tradicionales se
entremezclan con desarrollos tecnológicos (Hammen, 2018) para ampliar las posibilidades de
aprender a tener un huerto en casa. De esta manera, nuestro proyecto pretende explorar formas
pedagógicas donde se apoye la construcción de cada huerta desde el uso de recursos virtuales y
análogos, que permitan adquirir los conocimientos para no desistir en el diseño de las huertas
Bogotanas y, así, cada uno de los usuarios puede verse beneficiado no solo de su cosecha sino del
cambio fundamental en su vida y en la del medio ambiente.

Estado del arte

¿Cómo se ha enseñado a cultivar en el mundo?

La agricultura es una actividad humana, que, aproximadamente,


germinó en el 11.000 antes de la era común, cuando los humanos
empezaron a manipular y alterar la vida de algunas especies
vegetales y animales. “Desde la salida hasta la puesta del sol los
humanos sembraban semillas, regaban plantas, arrancaban malas
hiervas del suelo y conducían a los carneros a mejores pastos. Estas
tareas, pensaban, les proporcionaría más frutos, granos y carne”.
Noah 2017 (p. 95). Siendo una actividad tan milenaria es posible
Ilustración de la Primer nueva
corónica – Felipe Guaman Poma
que haya posibilitado la vida misma en lo que llamamos hoy ciudades, pues la historia ha
mostrado que la ciudad ha estado estrechamente relacionada con la agricultura. En esa transición
de recolectores – cazadores a agricultores se dan las grandes civilizaciones del pasado (Sumeria,
Egipto, China, India, Incas, Mayas, etc.). Para que esta pudiese reproducirse hasta hoy debieron
inventarse métodos y prácticas de enseñanza que fuesen pasando de una generación a otra;
aquellas enseñanzas, posiblemente, se basaban en la palabra, la práctica y la observación. De
aquellos lejanos tiempos nos quedan poco más que pinturas, esculturas, recuerdos y algunos
textos9.
Muchos siglos pasarán y con estos vendrán la homogenización de las técnicas de cultivo
influenciadas por el mundo europeo y su proceso de colonización10 (Tellez, 2016).
Por otro lado, aunque esta actividad se vinculó a la transformación de espacios naturales (y luego
artificiales, en las ciudades), su evolución también permite perfeccionar herramientas, tecnificar
los cultivos y llevar las enseñanzas del campo a laboratorios y fabricas donde grandes maquinas
remplazaran el conocimiento tradicional. Siendo así, dice Julio Luelmo (1975), la agricultura va a
tener dos grandes revoluciones más: la primera en el s. XVIII caracterizada por la intensificación
de cultivos y la tecnificación del trabajo, se empieza a enseñar sistemas como el de rotación de
cuatro hojas Norfolk, inventado en Inglaterra; la segunda se puede identificar en el paso de los
cultivos familiares (huertas domesticas) a cultivos de gran escala (lo que conocemos como
monocultivos) y en el avance científico de Estados unidos, desarrollando grandes maquinarias
que cultivase para grandes mazas, a principios del siglo XX. Esta unión entre ciencia y
agricultura abre el camino para la producción de fertilizantes, insecticidas, herbicidas y demás
productos químicos que poco a poco van a ir deteriorando la fertilidad de los suelos y olvidando
los conocimientos tradicionales de la agricultura en interés de aumentar rápidamente la
9
Como dato curioso sobre la enseñanza en tiempos antiguos citamos este fragmento bíblico: “(…) ¿Acaso cada día
era el arador para sembrar, / abre y rompe su terreno? / Luego que ha igualado su superficie, ¿no esparce la neguilla, y
desparrama el comino, / y pone trigo, cebada y espelta, cada cosa en su tablar? (…) Porque no con el trillo es trillada la
neguilla, ni se hace girar rueda de carreta sobre el comino; sino que con el bastón es apaleada la neguilla, y el comino
con la vara. ¿Se tritura el grano? No. No se le trilla indefinidamente; se hace girar la rueda de la carreta, y se le
limpia, pero sin triturarlo. Isaías 28, 23-29.
10
¿Cuántas técnicas y enseñanzas agrícolas no hubiesen podido intercambiar de manera pacífica con los antiguos
pobladores de América si el encuentro no fuese envuelto en violencia?
producción11 (Luelmo, 1975). Pero aún después de estos avances la presencia de casas con
huertos urbanos siguió siendo frecuente (Vargas, Rivas & Herrera. 2020, p.2). Pues la necesidad
de cultivar alimentos nunca ha cesado ni cesará en cuanto el ser humano siga necesitando de ellos
para existir. Sin embargo, tras el auge de las fábricas y las industrias (S.XVIII), “el proceso de
industrialización impuso la ruptura de la ciudad organicista donde se combinaban usos en el
suelo urbano y se mantenía una cierta continuidad e integración con los ecosistemas próximos”
(Vargas, Rivas & Herrera. 2020 p. 3).

Cabe mencionar que, para los años 20, surge una interesante y mística concepción de la
agricultura en oposición a la vertiente hegemónica instaurada por Estados unidos e Inglaterra. El
filósofo austriaco Rudolf Steiner, dentro de su legado intelectual basado en la antroposofía,12
propone la “agricultura biodinámica”, una posible prefiguración de lo que años más tarde se va a
denominar Agroecología. Steiner, por medio de talleres, prácticas y conferencias con agricultores
y allegados a su círculo intelectual desarrolló un método en el que se excluía radicalmente la
producción de alimentos con materiales químicos y nocivos para el suelo y la salud (Pfeiffer).
Cómo ya los antiguos lo descubrieron, dictó en sus conferencias la importancia del compostaje,
el humus, y el cuidado de las semillas naturales (para esa época se estaban danto las primeras
muestras de modificación genética de algunas semillas).

La enseñanza de la huerta en la ciudad


Aunque las ciudades se fueron desprendiendo de los ecosistemas cultivables, siempre han
permanecido pequeñas áreas que son cultivadas por necesidad o preferencia de cada sociedad. En
Estados Unidos, por ejemplo, “los primeros huertos surgen concretamente en la ciudad de
Detroit en 1894 como respuesta a la depresión económica de 1880, son los denominados
“Pingree Potato Parchs” (“Parcelas de patatas”), medida a la que se recurrirá posteriormente en la
Gran Depresión de 1929 con los denominados “Relief Gardens” o “Huertos de emergencia”

Y aún así, como hoy, muchas personas seguían sin tener alimentos en sus casas.
11

12
“es un sendero de conocimiento que quisiera conducir lo espiritual en el hombre a lo espiritual en el universo.
Pueden ser antropósofos quienes sienten determinadas cuestiones sobre la esencia del hombre y del mundo como
una necesidad tan vital como la que se siente cuando tenemos hambre y sed”
(Morán, 2010). Muchos campesinos, no solo en el norte del planeta, también en el sur, empiezan
a ser remplazados por maquinas, migrando a las ciudades en busca de empleo en las grandes
fábricas; instaurados en las ciudades con sus familias empiezan a diseñar sus propias huertas, así
logran disminuir costos y reiterar los conocimientos del campo con vecinos e hijos. En Colombia,
por ejemplo, a lo largo de todo el sigo XX muchos campesinos e indígenas, repletos de
conocimientos agrícolas, deben migrar de sus tierras a causa de la guerra, al llegar a las ciudades
una manera de alimentar a su gente es poner en práctica aquellos saberes que sus antiguos
ancestros les dejaron, construyendo huertas en medio y a la periferia de las ciudades.
Otro periodo del siglo XX en el que aparecen las huertas urbanas es el de las guerras. Debido a la
falta de medios para la alimentación se introducen procesos de aprendizaje en los ciudadanos para
abastecerse y, a su vez, fomentar la colaboración en el mantenimiento de la guerra. Se aprobaron
diversos decretos para preservar y construir huertos urbanos. En estados unidos, por ejemplo, se
impulsaron tres programas: la campaña de huertos para a libertad, los huertos escolares y las
huertas de mujeres, que, como dice Moran (2010) de estas últimas, “se trasladaron a los campos
de cultivo, vivían en casas y tiendas de campaña, y aparte de las labores agrícolas en los campos
realizaban actividades de formación y comunicación” (que incluían la edición de un boletín
donde se fomentaba e instruía a las más jóvenes en los procesos de la huerta). Otro fenómeno
interesante que se da en esos momentos es la creación de programas de radio y documentales
formativos, en “los que se explica cómo preparar los terrenos y cultivar, cómo alimentar a cerdos
o gallinas con restos de la cocina, o las mejores recetas para aprovechar al máximo los alimentos”
(Moran, pág. 102); incluso se utilizan personajes animados y comics (como el pato Donald y
Superman) donde los personajes enseñan y fomentan la agricultura en los niños. Podemos
destacar como se aprovecharon las nuevas tecnologías y los medios de comunicación de la
época para enseñar y mejorar las técnicas agrícolas de aquellos tiempos; ¿se basaban en prácticas
orgánicas, como las instauradas por Steiner, o la mayoría utilizaba fuentes químicas
proporcionadas por los gobiernos de la guerra? Posiblemente ambos principios fueron utilizados,
pero, con el fin de la guerra, los huertos urbanos pasaron a un lado y el cemento cubrió los
paisajes vegetales.
Los caminos del retorno
En el siglo XXI la agricultura urbana se ha expandido de múltiples maneras, existen programas e
investigaciones de grandes organizaciones (como la FAO de Naciones unidas) que resalta la
potencialidad social de cultivar alimentos en la ciudad. Las huertas empiezan a ser herramientas
de apoyo para la soberanía alimentaria, la generación de empleo, la mejora de la calidad de vida, la
educación ambiental, las relaciones sociales, la transformación social y la regeneración urbana.
Muchos colectivos, basados en los principios de la agroecología y la contracultura de los años
60’s, donde se fomenta la reeducación de los campesinos y demás agricultores, empiezan a crear
talleres, folletos o infografías para retornar a los saberes ancestrales del cuidado y manejo de los
suelos, y empezar a aplicar estos conocimientos en los cultivos familiares.
Algunas de estas estrategias pedagógicas han ido evolucionando con el desarrollo de nuevas
tecnologías; los talleres y folletos ahora se pueden consultar en videos o blogs en internet que
facilitan, en algunas personas, la creación de sus propias huertas. En el anexo “Estado del arte –
referentes de enseñanza” analizamos algunas de estas soluciones que actualmente están
disponibles para las personas interesadas:

Anexo #1: Estado del arte – referentes de enseñanza


Nos percatamos de que los distintos métodos de enseñanza que actualmente se ofrecen a las
personas interesadas en cultivar o iniciar una huerta se dividen en métodos convencionales
(talleres y/o cartillas) y métodos virtuales o audiovisuales (apps, webs y/o videos). De cada uno se
pueden rescatar algunas acciones que, a nuestro juicio, pueden complementar nuestro proyecto
en la medida que facilitan el proceso de cultivar. Sin embargo, explorando las posibilidades que
puede brindarnos la tecnología dentro del proyecto, exploramos algunos aspectos técnicos que, al
ser incorporados en la aplicación y los recursos par cultivar, pueden llegar a resolver algunas
falencias más en el ciclo de vida de los cultivos.

Aspectos técnicos
Para un mejor funcionamiento de la aplicación vamos a aprovechar los recursos que actualmente
nos ofrecen ciertas tecnologías digitales instaladas en los celulares y tabletas que se encuentran en
el mercado.

Referente técnico - Plantix

A. Una de estas es la cámara trasera. Esta es de gran importancia ya que


permite ejecutar dos actividades que facilitan el aprendizaje y el buen
acompañamiento en el proceso de cada planta. La primera es el escaneo de
las plantas, aprovechando los softwares ya desarrollados por algunas
compañías, vamos a incorporar distintas opciones que facilitarán el
desarrollo de las plantas. Tomando algunos referentes como Plantix13, la
app tendrá incorporado una detección instantánea de enfermedades por
plagas o deficiencias nutricionales junto a los consejos para su debido
tratamiento. El algoritmo identificará las tonalidades de las hojas, tallo y
frutos para entregarle al usuario una respuesta acorde a la dificultad en la
que se encuentran sus plantas. La segunda es determinar, por medio de una fotografía, la
cantidad de espacio disponible que tiene cada usuario, con esto hacer una recomendación de
las plantas que mejor se adaptan al espacio de cada quien (no se tiene que seguir estrictamente esa
recomendación, es para hacer una idea general de como ubicar los cultivos de forma correcta y
beneficiosa entre ellos).

13
Aplicación que permite determinar qué tipo de enfermedad sufre una planta con tomarle una foto.
Otra de las funciones que incorporamos en el desarrollo de la aplicación es el uso del gps
(Sistema de Posicionamiento Global) que tienen los dispositivos. Con esto pretendemos
caracterizar el lugar donde cada usuario escoge tener sus cultivos, y, así, determinar algunas
condiciones climáticas que pueden llegar a afectar el buen desarrollo de las plantas como lo son
temperatura, humedad, corrientes de viento y probabilidad de lluvias. Aprovechando esta
funcionalidad se puede llevar un mejor manejo de cada cultivo, pues es de suma importancia
reconocer que no todas las plantas se adaptan a las condiciones espaciales y temporales del lugar
donde se vive.

Por otro lado, aprovechando el calendario de los dispositivos, se tendrá la


posibilidad de recibir alertas diarias y/o semanales de distintos aspectos
fundamentales en la vida y el desarrollo de cada planta (germinado,
trasplante, riego, fertilización, prevención, recomendaciones según las fases
lunares), por medio de notificaciones dentro y fuera de la app, así como con
wadgets en el dispositivo.

Ejemplo de alertas en B. Diseño y desarrollo de un landing page con información básica acerca
pantalla de inicio
de la agroecología, las posibilidades que puede brindar la huerta cachaca,
como acceder a la app y, en esta, comprar los elementos para sembrar en casa.

C. Diseño de algunos elementos básicos para trabajar la tierra e iniciar un huerto como lo son
macetas y recipiente que contenga semillas para ser enterrado. Estas macetas serán realizadas con
botellas plásticas en desuso y retazos de cualquier tipo de tela absorbente. El diseño de las macetas
puede variar según el tamaño y el tipo de recipiente que se utilice. Puede que el recipiente interior
encaje en el exterior y no sea necesario elementos externos para la unión; en el caso contrario con
ayuda de palillos (en semilleros) y palos de comida china (en macetas grandes) se debe perforar los
lados de las macetas y unirlas con estos elementos.
7. Planteamiento conceptual

Propósito: Incentivar (aumentar y/ o mejorar) el cultivo de vegetales en Bogotá con los


conocimientos y métodos de la agroecología.

8. Objetivos

General

Desarrollar un sistema integrado de elementos que enseñe y acompañe a las personas a cultivar
hortalizas en espacios domésticos de la ciudad, bajo algunos principios de la agroecología.

Específicos

-Elaborar el mapa de navegación de la app junto al diagrama de flujo de las primeras rutas de
navegación de la app.
- Diseñar el look and feel del nivel botánico de la app “Huerta cachaca”
-Construir los semilleros y las macetas lunares donde se sembrarán las plantas.

9. Límites y alcances.

Alcances
-Enseñar a cultivar con algunos principios de la agroecología Urbana

-Simulador en prototipo de la app para probar interfaz e interacción con los usuarios.

-Prototipos funcionales de las macetas lunares y marcadores de cada planta.

-Identidad de marca en landing page.

-Desarrollo del look and feel del nivel “Botánico” de la app.

Límites
-Creación de marca.

-Tiempo:
Selección determinada de vegetales para desarrollar en la app.
Desarrollo del primer nivel (botánico) y planteamiento de los demás niveles (jardinero,
agricultor)
-Recursos económicos:
Desarrollo de app (programación). Inversión inicial
Diseño de macetas de gran tamaño

-Condiciones espacio temporales de Bogotá que condicionan el tipo de plantas para cultivar.
-Los usuarios deben tener celular o tablet.

10. Determinantes, condicionantes y requerimientos.

Condicionantes:
DECRETO 1974 DE 2019

DECRETA:
Artículo 1°. Adición al Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo de Planeación
Nacional. El presente Decreto adiciona la Sección 12 al Capítulo 1 del Título2 de la Parte 2 del Libro 2 del Decreto
1082 de 2015, Decreto Único Reglamentario del Sector Administrativo de Planeación Nacional, que tendrá el
siguiente texto:

“SECCIÓN 12
IMPLEMENTACIÓN DE ASOCIACIONES PÚBLICO PRIVADAS DE TECNOLOGÍAS DE LA
INFORMACIÓN Y LAS COMUNICACIONES

Artículo 2.2.2.1.12.1. Objeto. La presente sección reglamenta las condiciones para la celebración de contratos de
Asociaciones Público Privadas (APP) relacionados con Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
Artículo 2.2.2.1.12.2. Ámbito de aplicación. La presente sección, aplica a las entidades
estatales que desarrollen proyectos bajo el esquema de APP, previsto por la Ley 1508 de 2012,
para el sector de redes y servicios de telecomunicaciones.
Artículo 2.2.2.1.12.6. Condiciones para la presentación de iniciativas privadas. Los particulares interesados
en estructurar proyectos de Asociación Público Privada de iniciativa privada en el sector de Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones deberán tener en cuenta que no podrán presentar iniciativas privadas que versen
sobre contratos ya adjudicados o en ejecución, o cuando la entidad estatal haya adelantado la estructuración del
proyecto. De presentarse dicha propuesta, no será tomada en cuenta para su evaluación.
Artículo 2.2.2.1.12.10. Tratamiento de información. En los contratos de Asociaciones Público Privadas de
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que involucren la captura, procesamiento y aprovechamiento
de datos, deberán incorporarse las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de todas las exigencias legales y
reglamentarias de tratamiento de datos e información, incluyendo el protocolo que será definido por el Ministerio de
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, dentro de los cuatro (4) meses siguientes a la expedición del
presente Decreto, para la entrega de la información a la finalización del contrato y la estipulación expresa de la
extinción del derecho de explotación de los datos por parte del contratista, si hubiere lugar a ello.

- Permisos de ubicación, cámara y clima dentro de la interfaz en dispositivos móviles.


Requerimientos:

-Un glosario de plantas actualizado para cada tiempo climático de la ciudad.


-Diseño y correlación entre el producto (macetas lunares) y la App. Las macetas deben tener cada
una su código QR para identificar cada fase lunar desde la cámara y profundizar en el
conocimiento.
-La app no debe superar los 100 megas de almacenamiento en los dispositivos móviles.
-Los materiales utilizados para los productos físicos (macetas y semilleros) deben cumplir con el
concepto del proyecto, la agroecología. Por esto se deben escoger recipientes plásticos en desuso o
próximo a ser desechados.
-Construir un lenguaje gráfico amigable, principalmente para usuarios jóvenes (sin descartar
otras edades), que permita un mayor número de descargas y un uso continuado de los productos.
-Cada maceta debe contar con un tamaño determinado, adecuado y variable para los distintos
tipos de plantas que se quieran cultivar en las casas.

Determinantes

-Cada uno de los niveles se construye de tal manera que se puedan diferenciar uno del otro de
manera visual.
-Ayudas de multimedia en todo momento. En cada fase de las plantas la app tendrá contenido
audiovisual para enseñar al usuario a construir su huerta paso a paso.
-Fuera de la app el usuario podrá acceder a la información de su huerta con alertas, notificaciones
y wadgets para recordar en todo momento el buen cuidado de las plantas.
-Los materiales de los objetos físicos deben resistir las condiciones climáticas y no afectar el
desarrollo de las plantas.
11. Alternativas

Las alternativas de nuestro proyecto se dividen en dos:

a. La app, permite a los usuarios saber cómo, dónde y cuándo comenzar a cultivar o cuidar un
huerto orgánico en casa. Por medio de una información visual clara, sencilla y directa, diseñamos
una app que informe y sirva como un recurso valioso para la construcción próspera de una
huerta orgánica desde cero y acompañe a los usuarios durante todos los procesos de la siembra.
B. Maceta lunar y utorregable, bajo el mismo concepto agroecológico (utilizando materiales
reciclados, fáciles de conseguir y con una tecnología sencilla y útil para quien desee cultivar), las
macetas darán un hogar a cada planta e irán mostrándole al usuario que hacer en cada fase lunar
durante cada mes.

11.1 - Bocetos y modelos básicos


Durante el proceso de diseño se fueron definiendo y descartando ciertas propuestas que
aportaron poco a poco en la construcción de los distintos componentes que planteamos en el
proyecto. En las siguientes páginas abordaremos estas primeras aproximaciones, cómo nos
brindaron soporte en el desarrollo de la app y los objetos y algunas primeras impresiones de los
usuarios.
APP:
En un primer momento del proyecto, como se puede ver en las imágenes de arriba, bocetamos a
mano unos posibles pantallazos de lo que sería la app Huerta cachaca. En estas primeras
aproximaciones concretamos un primer acercamiento al logo (que en su diseño final rescató
mucho de este a lápiz), el primer pantallazo que abordaría al usuario, el cómo iniciar una huerta
en algún espacio de la ciudad y algunas características de las plantas.
En esta fase veíamos la app en relación a otras ya existentes, nos fuimos dando cuenta que, junto
al hecho de plantar en casa, nuestra app debía no solo tener información para los cultivos sino ser
un acompañante, casi un maestro-agricultor digital, que estuviese en todos los momentos de los
cultivos. Por otro lado, se había contemplado la idea de plantar en la ciudad (el espacio urbano)
como otra opción para el proyecto, pero tras investigar y avanzar en los detalles descartamos esta
opción para centrarnos en la enseñanza de huertas dentro de las viviendas.
Estos bocetos ayudaron para plantearnos las preguntas iniciales con las que el usuario iba a
definir el lugar de cultivo y qué tanta experiencia tiene; la paleta de colores para el modelo digital
y algunas funciones que la diferenciaran de las demás apps.
Tomando algunas características de ese primero boceto a mano fuimos avanzando en el
desarrollo visual de la app pero, aún, con un enfoque hacia la navegación del usuario (aún no se
concretaba del todo una misma línea gráfica acorde con lo urbano).
Lo primero fue diseñar un modelo digital que permitiera comprobar la navegación y la
interacción con el usuario. Los pantallazos anteriores14 , aunque ya fueron estableciendo una
mirada del diseño visual de la aplicación, se usaron principalmente para entrar en relación con los
usuarios. Con la ayuda de Marvel establecimos unas primeras tareas que fueron realizadas en
distintos contextos (este punto se ampliará en el numeral 14. Comprobaciones).
En este modelo ya se hace uso de una paleta de colores específica (amarillo, rojo y verde), unas
primeras preguntas que establecen el nivel en el que quedará el usuario (para este caso el
Botánico), y algunos botones que le permitan a los usuarios hacer una navegación por la app.
Nos percatamos que las preguntas iniciales y la navegación por la aplicación fueron agradables y
fáciles para la mayoría de las personas; sin embargo, la parte visual no comunicaba de manera
concreta la parte conceptual de nuestro proyecto (agroecología urbana) y algunas acciones no
fueron ejecutadas con la facilidad que esperábamos, por eso tomamos nota de algunas
sugerencias que, en el modelo final, se vieron reflejadas.

14
En el Anexo “Prototipado #1- app” se pueden mirar más a profundidad estos primeros diseños digitales de la app.
Este primer prototipo, presentado para el segundo corte del semestre, nos abrió el camino para
explorar una nueva imagen gráfica que consolidara las plantas en unión con la ciudad. Así como
empezar a profundizar en los logros del nivel botánico que ayudarán al principiante a iniciar su
huerta.

Objetos – Concepto de maceta:

Investigando y profundizando aún más en el desarrollo conceptual de la agroecología urbana,


tomamos la decisión de incorporar unos elementos de cultivo que faciliten los primeros pasos en
la creación de las huertas. Este, en un principio, se contempló como una serie de objetos
(macetas, palas, rastrillos, semilleros) que el usuario tenía que comprar para iniciarse en la
enseñanza de la app. Se realizaron varios modelos, con marcadas diferencias, que sirvieron para ir
construyendo la idea conceptual de un modelo final. En todos los casos se pensó en reducir el
tiempo de riego por parte del usuario y un menor uso de agua.

A continuación, mostramos estos primeros prototipos15.

Este primer modelo de maceta agroecológica se realizó


con una botella de gaseosa plástica de 1,5 litros. Se hizo un
corte poco uniforme en la mitad y se hicieron los agujeros de
drenaje en la mitad del recipiente, junto con el orificio en
la tapa para atravesar un retazo de tela que funcionaría,
por medio de capilaridad, como un hidratante para las
raíces de la planta tomando el agua almacenada en el
recipiente inferior.
Este concepto de maceta fue el que dio origen al modelo final, pues a lo largo de
las semanas se desarrolló mucho más a fondo la idea de darle otro uso a recipientes plásticos y

15
En el anexo “Propuesta inicial de maceta” se puede ver más de estos modelos básicos de maceta.
facilitar el riego de las plantas. Sin embargo, descartamos este primer modelo debido al mal uso de
los colores y sus malos acabados.

En un segundo modelo se diseñó una maceta que, compuesta en una sola


pieza, almacenara agua en el interior y, por medio de unos orificios, las
raíces fueran tomando agua conforme lo necesitasen. El material de la
parte exterior sería traslucido para poder ver que tanta agua va tomando y
necesitando cada planta.

Este modelo presentó varias desventajas, entre estas su alto coste


económico para ser producido y el uso de materiales que se distancian del
concepto agroecológico que guía nuestro proyecto. Por otro lado, rescatamos de este modelo el
hecho de poder ser ubicada en las barandas del balcón y la posibilidad de observar el nivel del
agua en el recipiente.
Para un acorde desarrollo de las macetas este tipo de recipiente fue descartado. Sin embargo, esa
idea de observar el nivel de agua y, así, no dejar la planta deshidratada, siguió adelanta y se aplicó
en modelos posteriores.

Un tercer modelo fue desarrollado, de igual manera que el primero, con


botellas plásticas de gaseosa. Una de sus diferencias es que se usó la base de dos
botellas de distinto tamaño y no una sola botella divida en dos. En este
modelo se avanzó en el mejoramiento de los acabados
(logrados con calor en el borde de cada recipiente) y una
capa de pintura mucho mejor, acorde a la gama de
colores usadas en la gráfica del proyecto.
En el recipiente exterior se dejó una franja traslucida (del color
original de la botella) para estar al tanto de la cantidad de agua
almacenada en este. Así mismo aplicamos un mismo recurso en la botella
interior, que fue dejar un circulo para observar el estado de las raíces y, en dado caso, reconocer
alguna enfermedad de la planta por medio de estas. Por otro lado, para lograr unir y estabilizar
estos dos recipientes se usaron dos palillos que, atravesados en la parte lateral, unían las botellas
creando una única maceta.
El principio de capilaridad se aplicó de la misma manera: perforando el recipiente más pequeño y
atravesando por estos orificios dos tiras de tela absorbente que hidratarían la planta.

Aunque la propuesta final no se distancia mucho de esta, la dejamos a un lado al querer explorar
otro tipo de recipientes (distintos a la tradicional botella plástica) e intentar, visualmente
hablando, demostrar mucho más la relación con la ciudad y los fenómenos de la naturaleza. En
las demás exploraciones (ya de la propuesta final) se mantendrá un similar pero diferenciado
diseño con este modelo.

12. Propuesta objetual.

APP – Huerta cachaca


El diseño de una app que acompañe, notifique, planifique y establezca el cómo, cuándo y
dónde cultivar vegetales en un entorno urbano como Bogotá fue avanzando con la idea de
cumplir estos aspectos al mismo tiempo que la imagen gráfica de la app dialogaba con lo urbano
y natural. Escogimos una app ya que actualmente, gran parte de los ciudadanos tienen acceso a
dispositivos móviles como celulares o tablet´s, y al usarlos cotidianamente y tenerlos al alcance de
la mano van a poder conocer constantemente el estado de sus huertas. La app permite desarrollar
gran parte de los conceptos básicos que deben aprender y profundizar las personas que quieren
tener cultivos orgánicos.
Acompaña: Posibilidad de reportar algún problema con las plantas. Ir mostrando en tiempo real
un aproximado de cómo deben ir tus plantas. Video explicativo en cada etapa.
Notifica: La app tendrá la posibilidad de instalar Widgets en la pantalla de inicio y notificar
dentro y fuera de la app.
Planifica: Planear el cultivo y sus cuidados acorde al calendario; agregar las plantas a “mi
huerta” de manera personalizada (según el nivel).
Cómo, cuándo y dónde: Información precisa para empezar y cuidar cada cultivo, junto con un
acceso a productos para tener buenos cultivos.

Pantallazos de la app Huerta cachaca

Maceta - semillero lunar y autorregable

Se presentan dos objetos fundamentales para el crecimiento de las plantas en los entornos
urbanos: semilleros y macetas. Al momento de empezar un huerto en ambientes urbanos el uso
de macetas ayuda a tener un mejor manejo del espacio y a controlar de mejor manera cada una de
las plantas.
Luego de experimentar y probar con varios recipientes decidimos usar copas recicladas de
plástico para los semilleros y recipientes de helado y/o malteada para las macetas de tamaño
mediano. Con esto tenemos un mayor control en la primera fase de vida de las plantas,
adecuamos un buen lugar al momento de trasplantarla, le damos un segundo a uso a objetos que
seguramente irían a un basurero y, junto a esto, se aplicó un concepto lunar a cada maceta y
semillero para que los usuarios aprendan a establecer diferentes acciones según las fases en las que
se encuentre la luna. El usuario irá rotando la maceta para observar qué hacer con cada luna.

Macetas y semilleros en contexto

13. DESARROLLO DE PRODUCTO

Conceptual

Nuestro proyecto hace un llamado y una reflexión a la responsabilidad ambiental. Un llamado


que, poco a poco, forja el ideal de habitar la ciudad en relación y dialogo con la naturaleza. Pues
creemos que enseñar a sembrar es un acto de reexistencia que desgarra las cadenas que sujetan a
las personas en la ciudad. Al cosechar nuestros propios alimentos damos un mensaje desde la
economía a las malas políticas que cubren el desastre ambiental.
Siendo así, en los últimos meses hemos ido llenando de color la Huerta cachaca mientras esta nos
hace conocer nuevos horizontes de la agroecología para cambiar nuestra vida y la de los demás.
Cultivando y enseñando a cultivar nos cultivamos.

¿Cómo lo hacemos?

La app huerta cachaca da la posibilidad de aportar al medio ambiente, desde casa y al alcance de
la mano, mediante la enseñanza agroecológica del cultivo de hortalizas, aromáticas y frutas que
se adapten a los climas de la ciudad. Cada uno de los logros que irán superando los usuarios
tienen una relación directa con los principios de la agroecología ya mencionados.

Las macetas de huerta cachaca están pensadas para que el usuario de la ciudad aprenda a
sembrar, trasplantar, podar y cosechar sus alimentos siguiendo las diferentes fases de la luna.
Estas macetas, al igual que la enseñanza que otorga la app, se diseñan bajo los principios de la
agroecología. En este caso se reutilizan recipientes plásticos y retazos de tela usada para
elaborarlas. Junto a esto, las macetas cuentan con una tecnología sencilla y útil (capilaridad) que
disminuye la cantidad de agua desperdiciada al regarlas y ahorran tiempo a los usuarios, pues la
planta irá tomando el agua que necesite del recipiente exterior.

Los semilleros de Huerta cachaca se diseñan y se enseñan a diseñar reutilizando recipientes


pequeños (como copas plásticas), telas absorbentes y palillos. Como la mayoría de plantas del
clima bogotano germinan con mayor éxito en luna creciente esta va ir pintada o impresa en el
semillero. Junto a esto, e igual que en las demás macetas lunares, el sistema de riego funciona por
capilaridad (la tela absorbente irá hidratando la plántula conforme esta lo necesite).
Formal16

Nuestra propuesta gráfica desarrolla a fondo el primer nivel de la app (botánico) y deja un esbozo
de los demás (Jardinero, Agricultor). Partiendo de ilustraciones con colores, sombras y brillos
planos, formas curvas, líneas gruesas y no uniformes se fueron consolidando en cada uno de los
pantallazos que harán parte de la app y de la parte visual (la
luna) de las macetas.

Amarillo, rojo y verde son los tres colores principales que


destacan en el logo y a lo largo de toda la línea gráfica del
proyecto.
El amarillo, como los rayos del sol que dan vida a lo
conocido. Con este color evidenciamos nuestro vínculo con
Bogotá, con el sol, que precisamente permite que existan las plantas, y, con las personas, pues
muchos dicen ver en el amarillo una calidez para la vida y los cultivos.
El Verde se desliza a lo largo de nuestro proyecto para representar la vitalidad y las plantas sanas
que queremos todos tengan en sus viviendas. Junto a esto, es el color que contrasta con el gris
ladrillo que inunda casi toda la ciudad, y logra recordarnos que existe una naturaleza que nos
otorga vida.
El rojo, otro vínculo con lo Bogotano, lo vemos como la expresión del ser humano (bandera
Whipala), la libertad de decidir la manera de alimentarnos y la fuerza energética que queremos
compartir con todos aquellos que siembran en casa.

Por otro lado, está la circularidad que representa todo el proyecto; pues vemos en el círculo la
base formal de la app y las macetas. En él vemos reflejado los ciclos de la naturaleza; las plantas
que habitan la tierra en constantes fases circulares; y la luna, espejo circular del sol, que acompaña
la vida de las plantas en sus regenerativas etapas.

16
Revisar anexos: Manual de imagen y look and feel
La luna en la app Maceta lunar

Usabilidad

La app, una vez descargada en los dispositivos móviles, solicita contestar unas preguntas para
definir el nivel del nuevo usuario. Para esta fase del proyecto se desarrolló el primer nivel
(Botánico) y el cultivo en un balcón:
Al responder las preguntas la app va a determinar el nivel del usuario y explicará cada uno de sus
logros.

Una vez el usuario se familiariza con el nivel Botánico, ya puede adquirir o hacer sus propias
herramientas para empezar a cultivar en casa.

Al adquirir o hacer sus utensilios el usuario ya empezará a cultivar y organizar la huerta con ayuda
de la app. Desde escoger las plantas que más se adapten a su espacio hasta ayuda audiovisual en
cada una de las fases el usuario va a estar acompañado por Huerta cachaca.
A continuación, mostramos el diagrama de flujo de algunas actividades que se realizan en la app:
Por otro lado, está el uso de las macetas que se divide en dos momentos:
1. Aquel usuario que, con ayuda de videos instructivos, fabrica sus propias macetas

Con las imágenes de la luna ya diseñadas y listas para imprimir, el usuario arma sus macetas con
los recipientes que encuentre en casa u algún lugar de reciclaje.

2. Ya con las macetas compradas o hechas se conecta con la app y se empieza a sembrar (ver
anexos – secuencia de uso macetas)
Gestión

En Huerta Cachaca definimos que este proyecto debe tener unas alianzas estratégicas para la
implementación del mismo, es por esto que dentro de nuestro gran planteamiento de modelo de
negocio no solo definimos todas las actividades claves que se deben tener en cuenta para que
nuestro proyecto se consolide sino todos los socios claves y los recursos claves necesarios para que
el objetivo principal de nuestro proyecto se vea reforzado y ampliamente apoyado por entidades
y organizaciones que conozcan el mercado y que estén en busca de un proyecto que les ayude a
reforzar los impactos sociales y ambientales en común

Es por esto que consideramos que nuestros socios claves depende de fundaciones que estén
interesadas en apoyarnos tanto económicamente como en estrategias para que el proyecto se
vincule en la sociedad y que con ayuda de ellos podamos hacer de la agroecología urbana un
movimiento cultural importante, son de las bases más importantes del mismo ya que estas
organizaciones ya conocen los mercados ya se han relacionado más con las personas que desean
conocer más de agroecología y tienen caminos muchos más fáciles para llegar a más personas.

Dentro de los recursos clave se encuentra el económico en el cual se llega en busca de patrocinios
de fundaciones que deseen apropiar a huerta cachaca como parte de sus estrategias y pilares
dentro de la fundación y que dentro del mismo círculo del negocio se logren conectar
fundaciones, usuarios y emprendedores generando realmente una conexión y relaciones en torno
a la naturaleza.

Es de gran importancia para Huerta cachaca fortalecer las relaciones con los clientes, que el
trabajo y la unión entre los socios, las actividades y los recursos nos proporcionen data y
estrategias que logren llevar al proyecto a ser reconocido dentro de la ciudad y pueda adaptarse
incluso a más ciudades, La fuerza de lo anteriormente mencionado va a llevar que nuestros
clientes logren encontrarnos no solo a través de nuestra página web sino de nuestras redes sociales
para así llegar a consolidar comunidades y procesos de creación colectiva a través de la
agroecología.

14.COMPROBACIONES

Se realizaron varios tipos de comprobaciones con los posibles usuarios de los productos que
diseñó el proyecto. Partimos de una etnografía, para pasar a encuestas y finalizar con test de
usabilidad. A continuación, presentamos los resultados:

“Etnografía rápida en Colina”

Diario y ficha de campo

Nombre: Proyecto “Huerta cachaca” – Juan David Pineda, Nicolás Sánchez


Lugar, fecha y tiempo: Huerta colina, 13 de agosto de 2021, 90 minutos

DESCRIPCIÓN DEL CONTEXTO GENERAL DE OBSERVACIÓN (lugar,


tiempo, participantes, actividades, etc.)

Observación participante realizada el día 13 de agosto del 2021, entre las 10:30am y las 12pm.
La actividad fue realizada en la huerta de colina, ubicada en el bosque de Santa Helena
(actualmente en peligro de ser talado para construir una
avenida). Consistió en hacer un recorrido por la huerta,
observar quienes se acercaban a detallarla, conversar con ellos
(si lo permitían) y esperar sí alguien del colectivo, que
usualmente vienen a trabajar en ella, llegaba y podíamos
dialogar.

Durante el tiempo que estuve allí varias personas se


acercaron a la huerta. Algunos solo miraban de pasada y otro
se quedaban un rato observándola, con aquellos que se
quedaron observándola, que fueron dos personas, conversé
un rato. A las 11:30, aproximadamente, frente a la huerta, el colectivo entre raíces llegó al árbol
que esta unos pasos más hacia el occidente, iban a practicar telas, me acerqué y converse un rato
con cuatro de ellas, pues ese colectivo, entro otros cuantos, son los encargados de convocar y
trabajar en la huerta. Tras conversar y observarlos en su actividad me retiré del lugar.

“DIARIO DE CAMPO” - DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS CENTRALES - LO QUE


ACONTECE

Un día nublado, 10:30 am. En el bosque hay pocas personas, las que logro observar están con sus
mascotas caminando a lo largo del pasto. Llegué con mi perro hasta la zona donde está ubicada la
huerta y observé que tienen sembrado tomates, maíz, hierva
buena, cebolla, lechuga, zanahoria, arvejas y papa (cada una
marcada con pequeñas tablas pintadas); junto a la huerta hay
un cajón de compost y una lombricomposta donde se
procesan residuos orgánicos que trae la comunidad y, junto a
estas, un letrero grande que dice “riégame antes de las 9am o
después de las 3pm”. Tras observar me senté en una pequeña
montaña junto a la huerta y esperé a que se acercaran algunas
personas y ver su interacción y, si lo permitían, conversar un
poco.

A eso de las 10:50 se acercó una mujer y se quedó mirando un momento la huerta, me acerqué, la
saludé y le pregunté –“¿Tú colaboraste en la construcción del huerto o la paca digestora?” ella
respondió “no, pero me parece una buena iniciativa para aprovechar el espacio del parque y, así,
evitar que construyan la tal avenida esa” – dijo ella, luego quise preguntarle si conocía algo sobre
la agricultura urbana o si cultivaba en su casa, a lo que respondió que no y se excusó porque debía
encontrarse con alguien y tenía que seguir su camino. Seguí observando y esperando si otras
personas se acercaban, a los 10 o 15 minutos un hombre y una mujer de unos 24 o 25 años
llegaron a la huerta y empezaron a hablar de como habían crecido ciertas plantas, pues señalaban
hacia la huerta y mostraban felicidad; mi perro fue hacia ellos y aproveché para saludarlos y
preguntarles si habían ayudado a construir la huerta o habían trabajado en ella, –“No pudimos
estar cuando la construyeron, pero hemos ayudado algunos domingos a trasplantar algunos
plantines, y hace como un mes ayudamos a construir el cajón de lombricultivo, ese de
allí”- dijo la chica señalándome el cajón donde están las lombrices produciendo abono orgánico,
les pregunté si para eso se reunían en grupo o eran aportes individuales de quien quisiera ayudar,
ella me contó que un colectivo llamado “Entre raíces” convoca generalmente los fines de semana
para ayudar en la huerta y asistir a talleres de aprendizaje sobre cultivar en la ciudad. Al
escuchar eso les dije si entonces conocían algo sobre la agricultura urbana y el movimiento
agroecológico que está creciendo en la ciudad, se miraron por unos segundos y la chica,
nuevamente, me respondió: “no mucho, pero desde hace un mes largo que hemos ayudado acá
en esta huerta y en los talleres si nos han mencionado que en toda la ciudad existen un buen
número de huertas, supongo que eso se relaciona con la agricultura urbana, no? y sobre la otra
palabra no sé muy bien, pero creo haberla escuchado en la actividad para hacer el
lombricultivo”, el compañero de ella intervino y nos contó que un amigo de él había estado
haciendo un voluntariado hace unos meses en una finca cerca de Manizales y al regresar le habló
sobre ese tema, y que lo que recuerda es que la agroecología se refiere al trabajo de la tierra
sin utilizar agroquímicos y aprovechando todos los recursos que la misma naturaleza les
brindaba, así como escuelas de aprendizaje donde varias personas se reunían a dialogar
sobre la importancia de cultivar sus propios alimentos y reconectarse con la naturaleza, en
eso la chica interrumpió y dijo que sí, recordándole que cuando estaban trasplantando los plantines
una de las chicas de “Xiegua”17 dijo algo sobre la agroecología. Antes de seguir la conversación me
preguntaron el porqué de mi interés, y les comenté que actualmente me encontraba realizando un
trabajo de grado sobre el tema, teniendo por ahora la iniciativa de desarrollar una app para enseñar y
apoyar a las personas a hacer sus propias huertas con métodos agroecológicos. “Que interesante” –
dijo el chico – “algo así nos hubiese podido ayudar cuando intentamos germinar unas semillas
de tomate para traer acá y solo una, como de 15, nos germinó, pero al poco tiempo de salir

17
“Xiegua” es un colectivo de personas que actualmente se dedican a enseñar, impulsar y trabajar en todo lo
relacionado con huertas urbanas. Según pude averiguar actualmente están muy dedicados a una huerta ubicada en
cedritos y, en menor medida, a la huerta de colina.
murió”, les dije que yo en mi casa tengo una pequeña huerta y al principio también me había
sucedido lo mismo, y no solo de tomate sino de pimentones y cebollas, me germinaban algunas pero
al poco tiempo se morían; luego les pregunté si tenían huertos en el lugar donde viven pero me
dijeron que no, la chica dijo tener solo un pequeño balcón y no creía que algo pudiese crecer
bien allí, y el compañero dijo tener una terraza amplia pero no había pensado en cultivar por su
cuenta, aunque tras los últimos talleres en la huerta estaba pensando pedirle ayuda a una de las
muchachas que siempre hace las actividades e iniciar a cultivar algo; “de eso se trata” –dije yo- de
llenar la ciudad y los espacios cuadrados en que vivimos de cultivos que hagan más verde esta ciudad”.
Miraron su celular y al ver la hora, deduzco yo, me dijeron que tenían que irse, pero que en un
momento algunas de las personas del colectivo iban a hacer telas en un árbol cercano y, quizás, ellas
podrían darme más información. Les agradecí por conversar y les pregunté sus nombres y si podía
tomarles una foto “Juliana y Sergio y preferimos que no, no nos gustan las fotos”- dijeron- y nos
despedimos.
11:25 am: Caminé hacia el punto que me habían indicado, aún no veía a nadie así que di una
vuelta con mi perro mientras llegaba la gente. Al volver hacia el árbol, grande, alto y de ramas
gruesas como para resistir varios humanos, vi que un hombre y tres mujeres jóvenes, máximo
podían tener 28 años, ya estaban amarrando las telas y preparándose para practicar un rato. Al
acercarme a ellos les pregunté si eran del colectivo “entre raíces”, contestaron afirmativamente y
accedieron a hablar un rato sobre la huerta. Les ayudé a colocar una pancarta que decía “Entre
raíces” mientras se terminaban de organizar y amarrar las telas. Nos sentamos en unas rocas que
rodean al árbol y les conté que estaba haciendo un proyecto sobre huertas urbanas en Bogotá y
que me gustaría saber un poco sobre la huerta que, según me dijeron, ellos ayudaron a planificar
y construir. “claro que si amigo” – dijo una de ellas – “la huerta la empezamos a planificar hace
unos seis o siete meses buscando alternativas para detener la destrucción del bosque y
generar espacios colectivos de enseñanza con la comunidad de Colina, Mazuren y demás
barrios de por acá. Ya para empezar a trabajarle nos pusimos en contacto con unos amigos que
tienen un colectivo llamado “Xiegua” dedicado a las huertas urbanas, el compostaje, las
lombrices y bueno, todo lo que implica ese asunto de la agricultura urbana y la
agroecología18; nos reunimos, charlamos y quedamos de convocar a la gente para ver cuántos se
animaban a ayudar e ir pensando donde hacerla, buscar los recursos y definir fechas de inicio. Ya
luego hicimos un primer taller pedagógico con la gente; los de Xiegua les explicaron
algunas cosas básicas, repartieron semillas para que cada uno pusiera a germinar,
pidieron reunir algunas cosas entre todos y convocamos para principios de marzo para
empezar a preparar la tierra y adaptar el espacio. Lo primero fue preparar el terreno,
calculamos el espacio y empezamos a cavar para sacar las piedras grandes y mezclar la
tierra con compost que traían algunas personas y el humus que entre todos habíamos logrado
comprar”. La chica recibió una llamada y le dijo a los demás que me siguieran contando, otra de
ellas tomó la palabra: “bueno, luego de eso se volvió a convocar a los 8 o 15 días ya con los
plantines que algunos del grupo habíamos logrado germinar o conseguir en algún vivero,
se hizo la jornada de trasplante y ubicamos las plantas de tal manera que se pudiesen
beneficiar unas de las otras. Y ya, hemos logrado cosechar en este tiempo lechugas,
zanahorias, papa, tomatesCherry y algunas hiervas aromáticasque nos han servido para
hacer almuerzos comunitarios acá en el bosque y repartir entre los que apoyamos. Ah bueno, y
también hemos intercambiado semillascon otros
colectivos huerteros para ir creando nuestro propio banco
de semillas”. Mientras terminaba de tomar nota de eso
último, les pregunté sobre las cajas con desechos
orgánicos, si era compost o lombrices u otro tipo de
abono; la chica que me habló al principio volvió pero
continuó hablando su amiga –“es una lombricomposta y
una compostera, esas si fueron hechas en unos talleres que
convocaron los de Xiegua pero nosotros no pudimos
asistir, sé que entre varios trajeron algunos residuos

18
Al mencionar el termino es posible que haga referencia al cultivo de una variedad de vegetales en un mismo espacio
sin el uso de fertilizantes químicos, por el contrario utilizando los abonos que ella misma menciona. Además es
importante reconocer que se hace una diferencia entre “agricultura urbana” y “agroecología”.
orgánicos de sus casas, otros las tablas y las herramientas y como en junio o julio ya las tenían
armadas, pero es lindo lo que ellos hacen porque luego de trabajar se reúnen un rato y
dialogan sobre los huertos, algunos que quieren empezar en casa piden consejos y bueno
todo eso, en nuestro Instagram debe haber unas publicaciones sobre eso, puedes revisar y quizás
te sirva de algo” – dijo-. Ya habían llegado otras 6 o 7 personas y se sentaron alrededor, supuse
que pronto tendrían que irse a las telas así que les pregunté que creían que era lo más difícil de
iniciar una huerta y sí habían considerado cultivar plantas nativas de Bogotá en la huerta o en sus
casas, “yo creo que” – dijo el hombre – “lo más complicado al iniciar es encontrar y saber
como germinar semillas, así como el uso de una buena tierra; yo en mi casa tengo cultivados
unos ajos y unas cebollas en baldes de pintura, al principio con semillas no lo logré, luego lo
hice con los bulbos que uno corta y me fue mejor, en este momento las cebollas ya casi están
listas para cosechar, pero plantas nativas de acá, la verdad no sé bien cuales son” – luego su
amiga dijo “lo de las semillas también me parece muy importante, pero conocer los
tamaños de las macetas y los cuidados de las plantas cuando apenas están naciendo es en
lo que más yo fallé cuando intenté tener una huerta en mi casa”, la otra respondió que no
tenía huerta, así que no sabia mucho del tema pero que con lo poco que había visto en las
actividades ella pensaba que conocer los nutrientes que alimentan y protegen a la planta se
podían tener buenas plantas en cualquier lugar y sobre las plantas de acá dijo que debería uno
saberlo, pero no tenía idea; la otra chica, que casi nunca habló, dijo que en su casa tenía desde
hace un año un pequeño cultivo en macetas, que empezó con hiervas aromáticas y ahora
tiene zanahorias, pimentones, y lechugas, para ella lo más complicado fue conseguir buenas
semillas y obtener buenas cosechas, pues nos contó que al principio los frutos se le dañaban
antes de cosechar o las aromáticas florecían por no podarlas y dejarlas mucho al sol, pero poco a
poco, con ayuda de amigas y YouTube ha mejorado sus resultados en el pequeño huerto que
tiene; la otra se había alejado para saludar otra gente que había llegado y al volver respondió que
no sabía nada de las plantas de Bogotá, pero en su apartamento tenía hiervas aromáticas:
menta, hierva buena, albahaca, cilantro, romero, caléndula, romero y perejil, todo en
unas jardineras sin uso que encontró en su conjunto, también había intentado tener
unos tomates pero una plaga se los dañó y prefirió seguir solo con las aromáticas. Ya para
despedirse me dijeron que los siguiera en Instagram, y cualquier cosa les podía escribir por allí,
darme un poco más de información y que estuviese pendiente de cuando fueran a trabajar en la
huerta para que fuese a aprender.

Les pregunté sus nombres - “Valeria, Gina, Paola y Santiago” - dijeron, yo les dije el mío y se
despidieron para empezar la actividad, me quedé un rato viéndolos y me marché.

FICHA DE CAMPO

RELEVANCIA DEL ASPECTO O TEMA CON EL OBJETO DE INVESTIGACIÓN

En el dialogo con las diferentes personas pude notar que hay un interés en la gente joven por
conocer y trabajar en huertas, esto, posiblemente, porque la huerta se construye entorno a
actividades culturales y artísticas, en el bosque constantemente hay cuenteros, telas, teatro,
talleres de lectura y escritura, dando la posibilidad a los jóvenes que asisten a estos eventos de
acercarse e

interesarse por la agricultura llenándose las manos de tierra para darle vida a espacios sin uso.
Siendo así, es posible hipotetizar que una herramienta móvil sería de gran ayuda a estos jóvenes
que contantemente están interactuando con sus móviles. El trabajo en la huerta tiene, además,
un valor simbólico muy importante para la gente que poco a poco va trabajando en ella, genera
compromiso, dialogo e integración entre las personas y las plantas, así como punto
influenciador para que cada uno empiece a cultivar e investigar sobre el tema.

EXTRACTOS MÁS RELEVANTES TOMADOS DEL DIARIO DE CAMPO

- Muchas de las personas que participan en huertas comunitarias, sin ser expertos en el tema,
despiertan un interés por iniciar un cultivo en sus casas.

- Preparar el suelo y hacer abonos orgánicos es la base fundamental para iniciar un cultivo.

- Las hiervas aromáticas son muy escogidas a la hora de iniciar un huerto.


- No es necesario una gran inversión económica para empezar una huerta.

- La primera etapa de vida de una panta (germinar y trasplantar) suelen ser los puntos críticos al
iniciar un cultivo.

¿QUÉ NUEVAS PREGUNTAS SURGEN PARA NUTRIR EL ANÁLISIS?

¿Por qué muchos bogotanos se interesan poco en conocer las hortalizas nativas de la ciudad?
¿Cuáles son las plantas más comunes en las huertas que actualmente funcionan en Bogotá?
(tanto huertas comunales como domesticas) ¿Por qué hay tanta frustración en el primer ciclo de
vida de las plantas? ¿Cómo reducir el índice de frustración en la primera etapa de cultivo? ¿Por
qué muchas personas aplican los métodos agroecológicos sin saber que lo hacen? ¿Para qué hacer
cultivos orgánicos en la ciudad? ¿Por qué una huerta puede evitar que construyan una avenida en
un corredor ecológico? ¿Existe una relación entre el arte y las huertas?

ANÁLISIS

- En las actividades entorno a la huerta de Colina se aplican los métodos y las prácticas de la
agroecología, algunos conocen el termino, pero no son conscientes de que están cultivando bajo
las enseñanzas orgánicas de este mismo. Sería importante que las personas reconozcan el
significado de lo que hacen.

- Las actividades culturales realizadas por algunos colectivos (teatro, telas, almuerzos
comunitarios, talleres de lectura y escritura) han ido enganchando a algunas personas al trabajo
de la huerta, y al ir trabajando y aprendiendo de ésta se han empezado a trasladar los cultivos a las
casas de cada uno.

- Al revisar las redes sociales de “entre raíces” y “Xiegua” notamos que la mayoría de miembros
son jóvenes entre los 20 y 30 años. Posiblemente esto se deba a que quienes organizan son
jóvenes, tienen tiempo libre los fines de semana para reunirse, dialogar y trabajar en la huerta.
Además, se genera un movimiento social en defensa del territorio que atrae a estas personas y
descubren en la siembra una forma de resistencia.
- De las personas con las que se realizó un diálogo la mayoría coincidía en que al iniciar una
huerta el germinar las semillas y hacer que los brotes se desarrollen bien es lo más complicado. Al
tener una herramienta (app) a la mano para evitar los errores más comunes es posible que el nivel
de frustración disminuya en quienes inician un cultivo.

- En la huerta de colina se fertilizó la tierra de manera orgánica (por medio de compost y humus),
siguiendo los principios de la agroecología (sin que todos lo supieran) generando un inconsciente
colectivo por el aprovechamiento de los residuos que, posiblemente, se quiera seguir
reproduciendo los cultivos de cada persona. Esto hace que el consumo de productos
agroindustriales (fertilizantes, pesticidas, etc.) disminuya.

- De las seis personas con las que hablé tres tienen huertas en su casa o algún tipo de cultivo y una,
al participar en las jornadas de apoyo en la Huerta de colina, ha despertado un interés por
aprovechar el espacio de su casa e iniciar a cultivar. De estas tres todas cultivan en macetas tipo
jardinera, redonda o aprovechando recipientes usados como baldes de pintura.

Huerta colina
Usabilidad

Test para comprobar la interfaz de la app

Tras realizar este primer test de usabilidad de la app se realizaron cambios pertinentes para
resolver algunas falencias que los usuarios encontraron. Entre esas estaban: hacer más entendible
las primeras preguntas, aclarar que significa estar en nivel Botánico, otorgarle un color a cada
nivel y mejorar el diseño visual de la app.

Encuesta sobre la navegación en la app


Análisis:

•Los gráficos utilizados si se relacionan con el contexto de la App


• Desde el inicio de la App se debe tener un corto resumen de los beneficios de esta
• La información presentada en la interfaz es clara sin embargo requiere de apoyo audiovisual
para complementar acerca del tema
• Se debe realizar explicación de los logros y los pasos de la aplicación además de aclarar como el
sistema de comprobación de las tareas a ejecutar
• Se debe complementar el prototipado de algunas funciones y completar pasos dentro de la
interfaz
Conclusiones:
• La Aplicación genera confianza y es de fácil navegación para los usuarios
• Los usuarios se notan interesados por aprender sobre el tema de la siembra en Bogotá

Conclusiones del proyecto


- El diseño de la app Huerta Cachaca se consolida gracias a un constante diálogo con los
posibles usuarios, las plantas y la investigación. Al reunir estos tres elementos se logra
profundizar detalladamente en ese primer nivel que acompaña a las personas inexpertas
en el tema de cultivos.

- Cultivar, al igual que diseñar, es un proceso creativo que no se detiene al cosechar. Se


debe seguir explorando más a fondo en las propuestas agroecológicas para hacer de la app
y las macetas aún más interconectadas con lo urbano y lo natural

- Los ciclos lunares fueron fundamentales para construir las macetas que, al final, son el
nuevo hogar de las plantas que crecerán en las viviendas de Bogotá; al observar la luna y
sus cambios se fue modificando el proyecto para darle a los usuarios una razón más de
retornar a lo natural.
-
15.FUENTES DE INFORMACIÓN.

- Castiblanco C. (2020). Huertas urbanas: iniciativas ciudadanas sostenibles en medio de


la pandemia. Recuperado el 22 de agosto de 2021, de: https://bogota.gov.co/mi-
ciudad/ambiente/huertas-urbanas-para-empoderar-sociedades-en-tiempos-de-covid-19

- Guattari, F. (1990). Las Tres Ecologías. Valencia: Pre-textos

- Harrison, P. 2015. Agricultura mundial hacia los años 2015 – 2030. FAO recuperado de
http://www.fao.org/3/y3557s/y3557s00.htm#TopOfPage
- Larrubia Vargas, R., Natera Rivas, J. J., & Carruana Herrera, D. (2020). Los huertos
urbanos como estrategia de transición urbana hacia la sostenibilidad en la ciudad de
Málaga. Boletín De La Asociación De Geógrafos Españoles, (86).

- Luelmo, j. (1975). Historia de la agricultura en Europa y América. Madrid España:


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- -McKinsey Global Institute. (2011). Building globally competitive cities: The key to
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- Andalucía Agroecológica, S.L. (2006). Manual básico de agroecología Recuperado de:


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- Morán Alonso, N. (2010). Agricultura urbana: un aporte a la rehabilitación integral.


Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, 111, 99-111.
- Ramírez, L. (2021) ¿Dónde buscar asesoría para la elaboración de una huerta urbana en
Bogotá? Recuperado de: https://bogota.gov.co/mi-ciudad/ambiente/huertas-urbanas-
asesoria-y-capacitacion-del-jardin-botanico-foto

- - Revista Flora Capital N°14, 2018 Edición Agroecología en Bogotá Región

- Sevilla, E. 2006. De la Sociología Rural a la Agroecología (Vol. 1). Barcelona: Icaria


Editorial.
- Tellez Sierra, S (2016). Cultivando nuevos territorios: una propuesta pedagogica enfocada
en la agricultura urbana. (trabajo para obtener el título de licenciada en educación).
Universidad Pedagógica Nacional

- Van der Hammen, T. y G. Andrade. (2003). Estructura ecológica principal de Colombia.


Primera aproximación. Bogotá: Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios
Ambientales (IDEAM).
16.ANEXOS

Prototipo #1 - app
Propuesta inicial de maceta

Manual de imagen
Secuencia de uso maceas

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