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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado

Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores


Liderazgo de Enfermería en el Cuidado
Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Tirso Duran Badillo


Luis Carlos Cortez González
Diana Berenice Cortes Montelongo
Aurora Félix Alemán
(Coordinadores)

Red de Enfermería en Salud del Adulto Mayor México


Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar
de las Personas Adultas Mayores
Tirso Duran Badillo
Luis Carlos Cortez González
Diana Berenice Cortes Montelongo
Aurora Félix Alemán
(coordinadores)

Primera edición: febrero, 2022

D.R. © Ediciones La Biblioteca, S.A. de C.V.


Azcapotzalco la Villa No. 1151
Colonia San Bartolo Atepehuacán
C.P. 07730, México, CDMX.
Tel. 55-6235-0157 y 55-3233-6910
Email: contacto@labiblioteca.com.mx

ISBN: 978-607-8733-65-1

Diseño tipográfico: Fernando Bouzas Suárez

Diseño de portada: Mariana Gurrola

Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del


contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización
expresa y por escrito de los editores, en términos de lo así previsto por la
Ley Federal de Derechos de Autor y, en su caso, por los tratados inter-
nacionales aplicables.

Impreso y encuadernado en México


Printed and bound in México
Índice

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Capítulo 1. Gestión de enfermería en el binomio cuidador
y persona cuidada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Denisse Parra-Giordano
Capítulo 2. Biomarcadores asociados a escalas de medición . . . . . . 23
Sandra Cecilia Esparza González
Capítulo 3. Inclusión digital en personas mayores . . . . . . . . . . . 29
Luis Antonio Rendon Torres
Capítulo 4. Abordaje multidisciplinario del síndrome de fragilidad
en el adulto mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Jack Roberto Silva Fhon, Alice Regina Felipe Silva,
Mariane Thais Pecchi Leite, Francine Golghetto Casemiro,
Marcela Cristina Resende, Paola Aniceto, Rosalina Aparecida
Partezani Rodrigues
Capítulo 5. Análisis del Concepto Gerotrascendencia y su
Importancia para el Cuidado de Enfermería en el Adulto Mayor . . . . 49
Francisco Javier Arroyo Cruz, María de Jesús Jiménez-González
Capítulo 6. Cuidado domiciliario en la promoción de la salud en
una familia de adultos mayores: aplicación del proceso enfermero . . . 61
Natividad Del Carmen López López, Debora Cante Hernández,
María Verónica De Los Ángeles Pacheco Chan,
Josué Arturo Medina Fernández
Capítulo 7. Reflexología para la disminución del dolor del adulto
mayor según la Teoría del Cuidado Humano Transpersonal:
una sustracción teórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Elisa Rosas-Cervantes, María de Jesús Jiménez-González,
Raúl Fernando Guerrero-Castañeda
Capítulo 8. Nivel de ansiedad en adultos mayores en tiempo
de COVID-19 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Fernanda Sierra de Alba, María Magdalena Lozano Zúñiga
Ma. de Jesús Ruiz-Recéndiz, Emma Flores Mendoza
Capítulo 9. Fragilidad y calidad de vida en las personas mayores
en Saltillo, Coahuila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
José Luis Nuncio Domínguez, Dulce Elena Torres Valdés
Reyna Yadith Jalomo Reyes, María Ascención Tello García
Capítulo 10. Perdidas dentales y calidad de vida relacionada
con la salud oral en adultos mayores . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Isaí Arturo Medina Fernández, Perla Polanco Tinal
Daniel Sifuentes Leura, Sandra Cecilia Esparza González
Capítulo 11. Relación de marcha y equilibrio del adulto mayor
con su estilo de vida en el primer nivel de atención . . . . . . . . . 109
Epifania Galindo Reyes, Gudelia Nájera Gutiérrez
María Claudia Morales Rodríguez, Brenda Reséndiz Maldonado
Capítulo 12. Nivel de conocimiento sobre prevención
de pie diabético en adultos mayores . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Lisette García Muñoz, Brenda Daniela Quiroz Oropeza
Ana Celia Anguiano Morán, María Magdalena Lozano Zúñiga
Capítulo 13. Creencias de diabetes en adultos mayores
con diabetes tipo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Patricia Enedina Miranda-Felix, Felix Gerardo Buichia Sombra,
Iris Rocío Aguiar Bernal, Liliana Estefanía Ramírez Jaime
Capítulo 14. Relación entre automanejo y conocimiento
en adultos mayores con diabetes mellitus tipo 2 . . . . . . . . . . . 135
Patricia Torres-Arreguin, Jesús Alejandro Guerra Ordoñez
Tirso Duran-Badillo, Hermelinda Ávila Alpirez
Capítulo 15. Nivel de riesgo cardiovascular en Adultos Mayores
con Diabetes Mellitus tipo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
Maria Gicela Pérez Hernández, Raymundo Velasco Rodríguez
Capítulo 16. Ansiedad, soledad y depresión en personas mayores
relacionadas con tiempo de uso de dispositivo móvil . . . . . . . . . 153
Luis Rendón-Torres, Carolina Benavides-Guerrero
Marissa Michelle Díaz Dávila, Karla Iris Cuevas Martínez
Capítulo 17. Relación entre el nivel de confort y la continuidad
de la información en personas adultas mayores programadas
a cateterismo cardíaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Ana Amelia Soto Carrasco, María Claudia Morales Rodríguez
Gudelia Nájera Gutiérrez, Rosa María Teresa Tlalpan Hernández
Capítulo 18. Funcionamiento familiar y calidad de vida en
adultos mayores con dependencia funcional . . . . . . . . . . . . . 169
Mayra Alejandra Mireles Alonso, Tirso Duran-Badillo
Juana María Ruiz Cerino, Xochitl Pérez Zúñiga
Capítulo 19. Aceptación tecnológica y estereotipos sobre las
tecnologías de la información y comunicación de adultos mayores . . 177
Odalys Cristell Gomez Dominguez, Carolina Ramírez Izaguirre
Carmelo Espinosa Medrano, Gerardo Zúñiga Llanas
Capítulo 20. Sobrecarga, funcionamiento familiar y apoyo social
del cuidador informal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Claudia Verónica Lara Vásquez, Vanessa Araceli Patiño Valdés
José Luis Nuncio Domínguez, Luis Carlos Cortez González
Capítulo 21. Competencias, autoeficacia para el cuidado
y automanejo de la salud del cuidador informal . . . . . . . . . . . 193
Vanessa Araceli Patiño-Valdés, Claudia Verónica Lara-Vásquez
Diana Berenice Cortes-Montelongo, Ana Laura Carrillo Cervantes
Capítulo 22. Prevalencia del síndrome de sobrecarga y características
sociodemográficas del Cuidador Primario de Adultos Mayores . . . . 203
Cynthia Rendón Sauz, Patricia Escobar Montoya
Karla Liliana Guerrero Meraz, Juan De Dios Zavala Rubio
Capítulo 23. Perfil del cuidador familiar de adultos mayores
con enfermedad crónica: caso Saltillo, Coahuila . . . . . . . . . . . 209
Ana Laura Carrillo Cervantes, Isaí Arturo Medina-Fernández
Reyna Torres-Obregón, María Magdalena Delabra Salinas
Coordinadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
Colaboradores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
Prefacio

El notable incremento de la población adulta mayor ha ocasionado que los


profesionales de enfermería fortalezcan su liderazgo en el cuidado multidis-
ciplinar de las personas adultas mayores; por lo que es preciso analizar las
perspectivas y trabajo conjunto. Por esta razón, los Grupos de Estudiantes de
Enfermería para el Fomento del Envejecimiento Saludable (GREEFES) de
la Unidad Académica Multidisciplinaria Matamoros (UAMM) perteneciente
a la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), de la Facultad de Enfer-
mería Dr. Santiago Valdés Galindo de la Universidad Autónoma de Coahuila
(UAdeC), de la Facultad de Enfermería de la Benemérita Universidad Au-
tónoma de Puebla, de la Facultad de Enfermería de la UAT-Nuevo Laredo,
Unidad Académica Multidisciplinaria Mante de la UAT y del Campus Cela-
ya-Salvatierra de la División de Ciencias de la Salud e ingenierías de la Uni-
versidad de Guanajuato, en coordinación con la Red de Enfermería en Salud
del Adulto Mayor (Red ESAM-México) y el Cuerpo Académico “Cuidado
para el Envejecimiento Activo y Saludable” de la Facultad de Enfermería Dr.
Santiago Valdés Galindo de la UAdeC realizó el 2º Congreso Internacional en
Modalidad Virtual “Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar
de las Personas Adultas Mayores” el 11 y 12 de noviembre del 2021.
El objetivo del congreso fue analizar, retroalimentar y actualizar las ten-
dencias sobre el cuidado multidisciplinar de las personas adultas mayores,
así como, compartir conocimiento generado mediante el método científico
que fundamente el cuidado de las personas adultas mayores y sus cuidado-
res. En el congreso participaron autoridades científicas y expertos en ge-
rontogeriatría, de Brasil, Chile, Perú y México. Los primeros tres capítulos
de esta obra son autoría de los ponentes participantes en el congreso, los
siguientes veinte capítulos son trabajos inéditos que fueron presentados los
días del evento en modalidad cartel.
Para poder incluirse como capítulos de libro, inicialmente se publicó una
convocatoria para propuestas de trabajos inéditos, se hizo un análisis de las
propuestas y todas se sometieron a evaluación doble ciego por integrantes
del Cuerpo Académico “Cuidado para el Envejecimiento Activo y Saluda-
ble” de la Facultad de Enfermería Dr. Santiago Valdés Galindo de la UAdeC
quienes emitieron un dictamen de aceptación, aceptación condicionada o
rechazo. Los autores con propuestas con aceptación condicionada tuvieron
la posibilidad de atender las observaciones y presentar nuevamente su escri-
to, finalmente con una segunda evaluación se determinó su aceptación o re-
chazo. Finalmente, la obra completa se sometió a evaluación por el Comité

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

de Ética en Investigación de la Facultad de Enfermería Dr. Santiago Valdés


Galindo de la UAdeC y del comité editorial, quienes emitieron un dictamen
de aprobación para la publicación.
Con este libro se contribuye en el conocimiento científico para la com-
prensión y fundamento de fenómenos relacionados con el envejecimiento,
lo que permite avanzar en la ciencia para el desarrollo de intervenciones
centradas en el mejoramiento de la calidad de vida a través del fomento del
envejecimiento saludable.

Dr. Tirso Duran Badillo

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Capítulo 1.
Gestión de enfermería en el binomio
cuidador y persona cuidada
Denisse Parra-Giordano (drparra@uchile.cl)

Bases disciplinares de Enfermería

Las personas han necesitado cuidado desde que han existido, ya fuera en
grupos familiares adentro de una caverna huyendo del peligro de fuerzas
desconocidas para ellos o en pleno siglo XXI en un contexto tecnológico
ante la propagación del Coronavirus. De esta forma, quienes se dedicaron al
cuidado fueron especializándose a través del paso de los años según fueran
las exigencias de cada época y cultura, llegando a conformarse la profesión
de Enfermería como es conocida en estos días (Parra Giordano, & Andres
Felli, 2013).
Así, por un lado, Enfermería es enseñada en las universidades a nivel
mundial con lineamientos en común que se reconocen a esta profesión.
Pero por otro, desde mediados del siglo XX comienza el desarrollo teórico
de la que le permite convertirse en Ciencia y Disciplina también. En este
contexto, las Enfermeras y los Enfermeros poseen un sólido cuerpo de co-
nocimientos propios para desarrollar todos los procesos de trabajo en los
cuales se desenvuelve (Alfaro-LeFevre, 2021).
Al respecto en 1978 Barbara Carper plantea los “Patrones fundamentales
del conocimiento de enfermería”, estos cuatro elementos son inherentes a
la práctica de Enfermería en todos los ámbitos; desarrollando siempre el
patrón Empírico, Estético, Ético y el Conocimiento Personal. Es crítico
detenerse en este último, el principal para la autora, debido a lo vital para
la aplicación del cuidado tener clara mis propias convicciones, capacidades,
fortalezas y debilidades para trabajar sobre ellas, creciendo profesional y
personalmente (Carper, 1978; Escobar-Castellanos & Sanhueza-Alvarado,
2018).
Ante el avance de los años, y cambios en la concepción de Enfermería
frente a los hechos políticos en el mundo, en 1995 White adiciona el quinto
patrón fundamental llamado Socio Político o Político Social. El cual permi-
te avanzar como profesión y disciplina desde la construcción política, otor-
gando la posibilidad de dar beneficios a la sociedad (Fernández et al., 2022).
Finalmente, en 1999, se incluye el sexto patrón denominado “Emancipa-
torio” por Chinn y Krammer. Este pretende ser capaz de comprender a las

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

personas al cuidado como miembros de una colectividad sistémica, siendo la


única forma de lograr estilos de vida o conductas saludables por medio del em-
poderamiento de los individuos y un proceso transformador de las estructuras
actuales. En estas condiciones Enfermería ve a la sociedad desde una perspectiva
crítica que precisa dar poder sobre los problemas que le aquejan para tener un
real impacto en la salud de la población (Carper, 1978).
En el camino del desarrollo disciplinar, Jean Fawcett en 1996 organizó
las diferentes ideas o conceptualizaciones existentes y planteó la “Estructura
del Conocimiento”. De esta forma, como una pirámide invertida, el Me-
taparadigma es el concepto mayor que identifica el objeto principal de la
disciplina. En Enfermería este se construye por cuatro conceptos: Persona,
Salud, Entorno y Enfermería (Fawcett, 1996).
Así, cada vez que existe una teorización de Enfermería se deben definir
estos cuatro conceptos. Aquí es donde se debe realizar el primer análisis de
frente a los patrones del conocimiento, es decir, como enfermeras y enfer-
meros lo primero a tener claro es cuál es la definición que cada uno le da a
Persona, Salud, Entorno y Enfermería. Y después cada uno puede basarse
en las filosofías, modelos y teorías correspondientes conforme al área de
desempeño o cuidado a prestar desde la profesión (Fawcett, 1996).
Figura N°1: Estructura del Conocimiento

Fuente: Confección autora (Fawcett, 1996).

Siguiendo la estructura entregada, las Filosofías son definiciones de los concep-


tos del metaparadigma, englobando la propuesta ontológica, epistemológica y
ética, que comprende el sistema de creencias y valores de la profesión e invita a
reflexionar en la forma de pensar sobre los fenómenos (Fawcett, 1996)”.
Los Modelos Conceptuales son aquellos que entregan un marco distin-
tivo de referencia, de los conceptos, definiciones, proposiciones y objetos
específicos de la disciplina. Brindan diferentes formas de pensamientos y de
abordar los planteamientos del metaparadigma (Fawcett, 1996).

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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Asimismo, las Teorías estudian una condición delimitada de la realidad,


relacionada con el cuidado de Enfermería, proponen acciones que guían
el quehacer. Varían en nivel de abstracción y alcance siendo clasificadas en
Gran Teoría, Teoría de Mediano rango y micro teorías. Las Grandes Teorías
(macro teoría) se refieren a áreas amplias de la disciplina, naturaleza, misión
y metas de enfermería; clasifican las necesidades, interacción y de resulta-
dos. Las Teorías de Mediano rango o rango medio describen fenómenos
específicos, reflejan los componentes del quehacer. Por último, las Teorías
Prácticas o Microteorías su esencia y meta a alcanzar son las intervenciones
del cuidado de enfermería en un ámbito concreto, brindan especificidad
para dar utilidad en la práctica y en la investigación (Fawcett, 1996).
En este punto, es vital tener claro cuáles son las concepciones propias del
metaparadigma, y los patrones del conocimiento. Asimismo, conocer dife-
rentes filosofías / modelos / teorías de enfermería para ser capaz de elegir
cuál ocupar desde nuestro propio prisma de desarrollar el cuidado.
En complemento a lo anterior, primeramente en los años 50 se describe
la herramienta fundamental de Enfermería que es el Proceso de Enfermería,
el cual ha sido mejorado a través de los años desde tres etapas hasta cinco en
la actualidad (Alfaro-LeFevre Rosalinda, 2014; Caballero, Becerra, Ibarra,
2010; NANDA International, 2021; Tellez, 2012).
Estas dos herramientas se aplican en conjunto para otorgar cuidados de
calidad a las personas a nuestro cargo. De esta forma, el desarrollo del pro-
ceso de enfermería se realiza con el respaldo de una filosofía/modelo/teoría
de enfermería. Así, conforme al cuidado a realizar a lo largo de la vida y las
condiciones propias de la persona y familia se elige la mejor base disciplinar
para entregar los mejores cuidados al alcance.
Figura N°2: Proceso de Enfermería

Fuente: (NANDA International, 2021).

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

En consecuencia, Enfermería al desarrollarse en sus cinco dominios


profesionales evalúa (o valora como se llamaba anteriormente esta etapa)
conforme a una base disciplinar y aplica el raciocinio crítico de la profesión
para analizar la información y priorizar el diagnóstico para intervenir según
sea necesario desde la asistencia, educación, gestión, investigación o parti-
cipación política.

Teoría del Confort

En el año 1994 Katharine Kolcaba plantea que el confort o comodidad es


una experiencia inmediata y holística que vivencian las personas por medio
de fortalecerse gracias a la satisfacción del confort. Respecto a los pilares del
metaparadigma, salud es la conceptualización del funcionamiento integral
hecha por cada persona, familia o comunidad; los individuos son las recep-
toras del cuidado a nivel personal, familiar y comunitario; el entorno son
todos los aspectos que rodean a la persona y pueden intervenir para mejorar
el confort; y el cuidado de Enfermería incluye la valoración de las necesida-
des y diseño de las intervenciones de comodidad para satisfacerlas (Kolcaba,
2001; Kolcaba, 1994).
Se plantean tres tipos de necesidades del confort (Kolcaba, 2001; Kol-
caba, 1994):
• Alivio: es el estado donde se ve cumplida una necesidad específica,
logrando satisfacerla, es el alivio de los malestares.
• Tranquilidad: se refiere a la calma o satisfacción de la persona en forma
integral (mente y cuerpo).
• Trascendencia: es la fase superior donde la persona está por encima de
sus problemas o dolor. Siendo capaz de ser independiente a sus nece-
sidades y se enfoca en las medidas de comodidad que lo fortalecen y
engrandecen.
Los cuales se desarrollan en los contextos (Kolcaba, 2001; Kolcaba, 1994):
• Físico: se refiere a las sensaciones corporales.
• Psicoespiritual: considera la consciencia interna de cada persona.
• Social: son las relaciones interpersonales, familiares y sociales.
• Ambiental: es el entorno y las condiciones e influencias externas.

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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Evaluación integral

Para lograr una intervención holística en Enfermería en las personas a car-


go, es importante complementar la teoría disciplinar con la perspectiva fa-
miliar (Dois Castellón, & Montero Ossandón, 2012; Parra-Giordano et al.,
2017, 2020). Considerando:
Tareas básicas de la familia:
• Conservación física.
• Distribución de recursos.
• División del trabajo.
• Socialización de sus miembros.
• Interacción del orden.
• Expansión y reducción.
• Ubicación de los miembros de la familia en el núcleo social mayor.
• Mantenimiento de la motivación y la moral.
Cuadro 1: Etapa del desarrollo individual según Erikson
de cada miembro de la familia.

Fuente: Adaptado de (Dois Castellón & Montero Ossandón, 2012).

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Instrumentos de valoración individual conforme a edad.

• Instrumentos de valoración familiar.


• Genograma estructural, APGAR familiar, círculo familiar, ecomapa,
Cuadro 2: Etapa del desarrollo o ciclo familiar

Fuente: Adaptado de (Dois Castellón A. & Montero Ossandón L., 2012).

Desarrollo de un caso

Para fijar los contenidos teóricos es preciso su aplicación. Por lo cual, se pre-
senta un caso ficticio que permita utilizar los tópicos previamente expuestos.

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Caso:

Alberta de 40 años casada con Mauricio de 45 años vive con sus hijos Carlos
de 16, Augusta de 13 y Beatriz de 11 años. Trabaja de cajera en un super-
mercado con turnos y su esposo es contador en un banco hace más de 20
años. Si bien los últimos años han sido complejos como familia al entrar en
la etapa de hijos adolescentes, han sabido tener una comunicación fluida con
sus hijos y límites claros en los horarios de la casa. No obstante, Alberta ha
asumido la mayoría de las labores del hogar, así como las compras, prepara-
ción de las comidas, entre otras.
Elvira madre de Alberta hace un mes sufrió un infarto cerebral que-
dando con una parálisis faciobraquiocrural imposibilitándola de vivir sola
y levantarse por lo cual, se fue a vivir a casa de su hija. Esta situación ha
traído mayor sobrecarga a Alberta que ahora, además, debe hacerse cargo
de su madre pues sus hijos están en periodo de cierre de año y no pueden
apoyarla. Ella menciona debilidad para hacer las cosas de su diario vivir, y
falta de interés en las actividades que le gustan. También cuenta que sin
ánimos en general porque cada vez que trata de conversar con Mauricio él
le refiere que está cansado con la jornada laboral, terminan discutiendo, ella
no tiene con quien hablar sobre lo que le pasa y ha tenido que aprender
cómo tratar a su madre puesto que no conoce nada de cuidados de personas
con estas necesidades.
Vinieron del Centro de Salud Familiar a visitar a su madre para evaluarla
y le aplicaron la prueba Zarit (+) a Alberta.
Evaluación:

Problemas y Recursos, Familiares y personales:


• Crisis familiar.
• Enfermedad grave de un miembro de la familia.
• Llegada de un nuevo integrante.
• Alteración en la comunicación sistema marital.
• Disminución y falta de ánimo de la madre.
• Déficit de conocimientos sobre el cuidado.
• Apoyo del Centro de Salud Familiar.
• Desequilibrio en la distribución de las tareas familiares.
Teoría del Confort y evaluación integral:

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

• Alberta precisa encontrar Alivio en primera instancia, se encuentra en la


necesidad de satisfacción de requisitos básicos en el área física y ambiental.
• De esta forma, al alcanzar el alivio en el mediano plazo comenzar a
desarrollar la satisfacción integral para la tranquilidad y al largo plazo
la trascendencia.
• Está en la etapa del desarrollo individual de Adulto medio según Eri-
kson junto a Mauricio. Los dos hijos mayores son adolescentes, hija
menor escolar y doña Elvira persona mayor. La fase del adulto medio se
caracteriza por la generatividad cuando el individuo puede preocuparse
por otros y ser feliz, si esto no se produce podría caer en el estanca-
miento (Dois Castellón A. & Montero Ossandón L., 2012).
• La familia está en Etapa de Familia con hijos adolescentes.
• Tareas básicas de la familia.
• Instrumentos de valoración: Test de Zarit (+).
• Físico: se refiere a las sensaciones corporales.
• Psicoespiritual: considera la consciencia interna de cada persona.
• Social: son las relaciones interpersonales, familiares y sociales.

Diagnósticos:

1. Afrontamiento ineficaz crisis familiar normativa: enfermedad de la


abuela R/C enfermedad grave de la abuela, falta de herramientas
comunicacionales, déficit de conocimiento del rol de cuidadora M/P
desequilibrio en la distribución de las tareas de cuidado, domésticas
y de crianza.
2. Alteración del estado anímico de la cuidadora R/C sobrecarga de
actividades relacionadas con el cuidado, falta de expresión de senti-
mientos, desconocimiento de técnicas de cuidado M/P test de Zarit
(+), verbalización de astenia y falta de interés en realizar actividades.
Planificación y ejecución:
• Objetivos corto plazo:
• Conocer y sensibilizar frente al rol del cuidador.
• Objetivos a mediano plazo:
• Implementar asignación de tareas del cuidado (redistribución
otras).
• Objetivos a largo plazo:
• Afrontamiento eficaz de la crisis familiar normativa frente a la en-
fermedad de un miembro de la familia.

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Actividades: (Butcher et al., 2018)

• Establecer la relación terapéutica.


• Dar a conocer las crisis normativas de la vida, etapas de la familia, sus
tareas y como cada integrante contribuye al funcionamiento familiar.
• Dar espacios para expresión de sentimientos, remarcar la importancia
de comunicarse como familia.
• Educar frente a rol del cuidador, importancia de división de tareas y
apoyo desde el centro de salud.
• Derivar a psicología o terapia familiar, según corresponda.
• Promover el compromiso / firma de acuerdos en la familia.

Evaluaciones (Moorhead et al., 2018)

• Indicador de evaluación corto plazo: Verbalización sobre la importancia


del equilibrio en la distribución de las tareas de cuidado, domésticas y
crianza. Compromisos por parte de los integrantes de la familia en la
implementación de redistribución de labores. Durante la atención.
• Indicador de evaluación mediano plazo: Verbalización sobre la una nue-
va distribución de las tareas consensuadas. Compromiso por parte de
los integrantes de la familia de mantener una repartición de labores
conforme a posibilidades. En tres meses.
• Indicador de evaluación a largo plazo: Verbalización sobre la manten-
ción de la nueva distribución de las tareas consensuadas. Compromiso
por parte de los integrantes de la familia de conversar y readaptar la
repartición de labores frente a nuevas situaciones. En seis meses.

Consideraciones finales

La Enfermería es una ciencia y disciplina con sus propias bases teóricas.


Es necesario implementar las diferentes herramientas que Enfermería ha
desarrollado a través de su crecimiento como profesión.
Se plantea la aplicación del Proceso de Enfermería para todas las áreas
de trabajo de la disciplina, realizando la evaluación (valoración previamente)
con la utilización de filosofía/modelo/teoría de Enfermería para determinar
el abordaje conforme al juicio critico profesional. Así, completar las otras
etapas otorgando cuidados integrales de calidad en el contexto social que
cada persona, familia y comunidad necesita; a través del consenso con la
población a cargo.

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Es fundamental el reconocimiento de las Enfermeras y los Enfermeros


de la enorme riqueza disciplinar en que se cimentan los cuidados de Enfer-
mería; y la necesidad que estos sean implementados en todo el quehacer que
se desempeña desde la profesión.

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21
Capítulo 2.
Biomarcadores asociados
a escalas de medición
Sandra Cecilia Esparza González (sandraesparzagonzal@uadec.edu.mx)

Introducción

Los instrumentos de lápiz y papel son ampliamente utilizados en enferme-


ría, con ellos podemos identificar condiciones que experimentan las perso-
nas en su vida diaria, tales como estrés, ansiedad, calidad de vida, depresión
entre otros.
Los transtornos conductuales (estrés, ansiedad y depresión), presentan
cambios biológicos principalmente a nivel de sistema nervioso central, y se
ven reflejados en la comunicación entre las neuronas, dándonos la posibi-
lidad de identificarlos ya que pueden también afectar vía sistémica y poder
incluir intervenciones que puedan combatir estas alteraciones.
Los neurotransmisores como la serotonina, dopamina y noradrenalina
son los que principalmente se han asociado a estos de ánimo. A continua-
ción, describiremos estudios realizados en el Departamento de Posgrado de
la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Coahuila relacio-
nados con ésta línea de investigación.

Desarrollo

Enfermería es un área de Ciencias de la Salud que concibe a la persona


como un todo integrando la parte humanista y desde una perspectiva holís-
tica. Los instrumentos de lápiz y papel son muy utilizados para identificar
condiciones que la persona vive y mediante una serie de preguntas se puede
integrar con precisión la información, la desventaja es que en ocasiones son
largos causando aburrimiento o cansancio en los sujetos de estudio y con
ello metiendo un sesgo en las investigaciones. Por esta razón, éstas escalas
son validadas por investigadores y organismos internacionales que certifi-
quen la exactitud para su empleo y que aseguren una consistencia interna y
externa a su aplicación.
Así mismo, una forma de apoyar los resultados obtenidos por dichas
escalas es a través de la implementación de análisis con biomarcadores aso-
ciados a las patologías a evaluar y diagnosticar, con la finalidad de poder
atender estas condiciones con administración farmacológica. Un biomar-

23
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

cador es un evento que se produce en un sistema biológico y se interpreta


como indicador del estado de salud, de la esperanza de vida o del riesgo de
enfermedad. Suelen clasificarse en biomarcadores de: exposición, efecto y
de susceptibilidad (Arango, et al, 2012). La sangre, orina y saliva son de los
fluidos biológicos más utilizados a lo largo de varios siglos para el análisis de
biomarcadores los cuales son de fácil obtención y análisis.
Para poder relacionar los marcadores biológicos se ha empleado la Teoría
de Sor Calista Roy que explica el Modelo de Adaptación mediante 4 modos:
a. Modo Fisiológico, el cual está relacionado con los procesos físicos
y químicos que participan en la función y en las actividades de los
organismos vivos.
b. Modo de adaptación del autoconcepto; este modo se centra, en par-
ticular, en los aspectos psicológicos y espirituales del sistema hu-
mano.
c. Modo de adaptación de función de rol; es uno de los dos modos de
adaptación social, y se centra en el papel que tiene la persona en la
sociedad.
d. Modo de adaptación de la interdependencia; este se centra en las
relaciones cercanas de las personas (ya sea como individuos o como
parte de un colectivo) y en su finalidad, estructura y desarrollo.
El modo fisiologico es el que se ha empleado para tratar de integrar la infor-
mación de los biomarcadores en relación con la adaptación y a la conducta
adoptada como depresión, ansiedad (Díaz et al, 2002).

Depresión

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2012) define a la depresión


como un trastorno mental común que se presenta con bajo ánimo, perdida
de interés o placer, energía disminuida, sentimientos de culpa o baja autoes-
tima, alteraciones de sueño o apetito, y mala concentración.
La depresión en el Adulto Mayor (AM) no es una parte natural del en-
vejecimiento; ésta condición debe ser diagnosticada y se puede revertir con
el tratamiento adecuado, ya que de no ser así la depresión puede provocar
un deterioro físico, cognitivo y social. La depresión ha sido como una de
las enfermedades catalogada como la pandemia del siglo XX, elevando sus
recursos e insumos para brindar la atención paliativa a dicha enfermedad,
(Kurlowics y Greenberg, 2010).

24
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Las estadísticas indican que la depresión tiene una prevalencia del


16.5% en mayores de 60 años en la comunidad y con un 29% en la atención
primaria, sin embargo menos de la mitad de los pacientes con depresión son
identificados. Una de las razones, es que no se ha creado suficiente concien-
cia del impacto de la enfermedad en esta población y no se tienen claros
los factores de riesgo y signos tempranos de este padecimiento (Steffens et
al., 2009).
Diferentes factores de riesgo se han asociado a la depresión en el AM
entre ellos el mal funcionamiento de los neurotransmisores como son: do-
pamina, noradrenalina y serotonina. La serotonina es un neurotransmisor
el cual es sintetizado a partir del aminoácido triptófano, haciendo con ello
que la molécula sea hidrofílica e incapaz de pasar a través de la membrana
celular o barrera hematoencefálica. Esta propiedad hace que la serotonina
sea incapaz de difundirse hacia las neuronas una vez que haya sido liberada
necesitando con ello un mecanismo de trasporte específico para ser removi-
da en el espacio sináptico. Sin embargo, esta misma serotonina también es
producida por las plaquetas y se ha identificado que este neurotrasmisor es
el mismo tanto en Sistema Nervioso Central como en sistema circulatorio
dentro de las plaquetas (Berger et al,2009).
Diversas escalas han sido empleadas para identificar síntomas depresivos,
es así que tenemos GDS, CEDS-D, DSM IV, entre otros. En la actualidad
ya se ha demostrado que la versión GDS 15 es más corta pero tan eficiente
como la GDS 30. Revisiones comparando la sensibilidad y confiabilidad de
estas escalas para identificar síntomas depresivos en el AM han demostrado
que los instrumentos GDS (versión corta y larga) y el CESD-20 pueden ser
aplicables en la población adulta mayor con una confiabilidad, sensibilidad
y especificidad alta, siendo congruentes y precisos en la medición del sín-
drome depresivo (Hernández,2017).
En el Departamento de Posgrado de Enfermería se realizó una investiga-
ción en la cual tuvo como objetivo correlacionar la presencia de serotonina
en plasma con los instrumentos de lápiz y papel en la detección de síntomas
depresivos de 85 AM. Los resultados de la investigación indicaron que el
(40%) de los AM tienen síntomas depresivos y de éstos, hay una marcada
diferencia entre la incidencia de mujeres y hombres esto se relaciona con
lo descrito por la WFMH, (2012) en donde se describe que los trastornos
depresivos se presentan principalmente en mujeres en comparación con los
hombres.
Otros factores de riesgo que se encontraron en la investigación fueron
las variables de ocupación y tener o no alguna enfermedad se correlaciona
con síntomas depresivos; acorde a lo reportado por Chávez, (2013) en donde

25
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

el origen de la sintomatología depresiva puede derivar de múltiples factores


biológicos, y perdidas en general (cónyuge, amistades y trabajo). Al analizar
los resultados de la concentración de serotonina en plasma se observó que
los niveles de serotonina guardan relación con los puntajes que se obtenga
con el instrumento del CES-D 20, es decir si un AM presenta niveles bajos
de serotonina en plasma, los puntajes en el CES-D 20 son más altos en
comparación con el resto de los AM (Trujillo et al,2021)

Ansiedad

La Sociedad Americana de Psiquiatría ha determinado que la ansiedad es


caracterizada por el exceso de preocupación al menos durante los últimos 6
meses con frecuencia relacionado a las actividades diarias como la salud, las
relaciones personales, el trabajo y las finanzas (Spielberger, 2013). Existen
diferentes instrumentos de medición con los cuales se identifica la ansie-
dad como State-Trait Anxiety Inventory (STAI), Beck Anxiety Inventory
(BAI), y Hospital Anxiety y Depression Scale-Anxiety (HADS-A) (Julian,
2011).
En esta línea de pensamiento, los cuidadores informales (CI) de perso-
nas adultas mayores (PAM) con demencia, quienes tienden a emplear gran
parte de su tiempo en el cuidado de los pacientes, generan diversos cambios
en su cotidianidad que varían según el curso de la enfermedad y los enfrenta
al riesgo de que también ellos experimenten deterioro de su estado físico y
emocional (Neupane, 2016).
Diversos estudios han demostrado las consecuencias negativas que la
experiencia de otorgar cuidados permanentes y prolongados tiene sobre el
estado de salud de los CI, resaltando, entre otros efectos habituales, ba-
jos niveles de bienestar y problemas físicos asociados al estrés, así como el
desarrollo de síntomas de ansiedad y depresión (Crespo, Fernández 2015).
Diversas investigaciones han documentado los mecanismos biológicos que
detonan la ansiedad que están asociados a biomarcadores como cortisol,
serotonina, noradrenalina, colesterol entre otros (Alambayan, 2020). La
investigación de desarrollada en el Departamento de Posgrado, se trató
de encontrar alternaciones tanto biológicas (química sanguínea, biometría
hemática, cortisol, serotonina en plasma) como psicológicas (depresión y
ansiedad) medias mediante escalas de medición: CESD-30 e Inventarios de
Ansiedad (IDARE; Spielberg & Díaz Guerrero, 2002).
La población fue integrada por 60 mujeres que fueron divididas en dos
grupos. Las CI de AM con demencia G1 (n=30) y del grupo pareado mu-
jeres pares que no son CI G2 (n=30). En las variables sociodemográficas

26
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

(edad, escolaridad, número de hijos, estado civil, ingresos y ocupación) no


se identificó ninguna diferencia significativa entre los grupos comprobando
la paridad de los mismos. En las condiciones de salud donde se reportaron
comorbilidades como diabetes, hipertensión arterial, problemas de tiroides
y menopausia no se encontraron diferencias significativas entre los grupos.
Con respecto a las variables de química sanguínea y biometría hemática,
se encontró que el grupo de cuidadores tiene niveles bajos de leucocitos
comparado con el grupo control, causando un grado de inmunosupresión
en las cuidadoras. Así mismo, en los análisis de colesterol se observó que
el grupo de cuidadoras tiene niveles altos a comparación del grupo control,
este aumento es importante ya que el colesterol es el elemento base para
formar el cortisol la cual es la hormona que regula la respuesta al estrés esta
se encuentra activada por los factores estresantes continuos del hecho de ser
CI. En cuanto a la evaluación de la salud emocional, los puntajes crudos de
los instrumentos utilizados para medir ansiedad y depresión no muestran
diferencias significativas, puede deberse a que el tiempo de ser cuidador fue
relativamente reciente menos de 3 años por lo cual aún no experimentan la
sobrecarga.

Conclusiones

Los instrumentos de medición son una herramienta importante para iden-


tificar alternaciones conductuales las cuales son el reflejo de cambios bioló-
gicos los cuales pueden ser monitoreados a través de la medición de biomar-
cadores. Estos hallazgos son importantes puesto que se puede recomendar
un tratamiento farmacológico para combatir las patologías.

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28
Capítulo 3.
Inclusión digital en personas mayores
Luis Antonio Rendon Torres (lrendon@docentes.uat.edu.mx)

Introducción

Los cambios de la sociedad dirigidos a la tecnología son constantes, provo-


cando que personas que se encuentran alejados de la tecnología o que no
cuenten con ella se encuentren en un rezago social. Es así como la población
susceptible a esta innovación tecnológica son las personas mayores, que no
pueden mantenerse al margen del cambio social y tecnológico, provocando
un nuevo desafío para el personal de enfermería y de salud.
En la actualidad los cambios que se han producido por la contingencia
de la COVID-19 que al cabo de esta enfermedad que afectado a la gran
mayoría de la población mundialmente, ha llevado al personal de salud y
la población con la necesidad de actualizarse en términos de cuidados y
prevención de las enfermedades a través de los recursos tecnológicos, ya
que estando en esta situación de pandemia, los profesionales de salud no
pueden dejar de atender a la población en estos momentos de necesidad.
Sin embargo, el reto es claro, utilizar las metodologías que tienen a su
alcance para procurar continuar con el proceso del paciente con la máxima
normalidad posible.
Es así que el desarrollo tecnológico ha provocado una adaptación en la
atención en los servicios de salud, en donde la herramienta que se utiliza
para poder acceder al paciente es el dispositivo móvil, conocido como salud
móvil o m-salud (uso de dispositivos móviles en el área de la salud), otor-
gando una atención a través de la enseñanza, entrenamiento, promoción
para la salud (Kampmeijer, Pavlova,Tambor, Colinowska & Groot, 2016).
Debido a que la tecnología se transforma y mejora día a día, se debe
actualizar y sintetizar la información con respecto a las aplicaciones de salud
móvil. En este sentido las personas mayores con la intención de utilizar
m-salud para mejorar su vida pueden recibir una influencia a partir de las
actualizaciones y cambios en este tipo de tecnologías (Padial, Pinzon, Espi-
nosa, Kalache & Garrido, 2020).
En los últimos años en los países más desarrollados a nivel mundial las
estadísticas muestran un aumento en el uso de tecnologías, en cuanto a
Estados Unidos un 64% de personas mayores son usuarios de internet, por
otro lado, en Alemania se registró la cifra de 29.6% de personas mayores

29
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

que tienen internet móvil, con respecto a Francia el porcentaje es de 48% y


por último en el Reino Unido tiene una cifra de 41% de usuarios en inter-
net y el 45% ha usado teléfono inteligente (PEW Research Center, 2019).
En relación con nivel nacional, México ha tenido un incremento en el
uso de la tecnología, según la Institución Nacional de Estadísticas y Geo-
grafía (INEGI, 2019). EL 71.3 millones pertenece a usuarios de internet
y el 17.4 millones cuenta con conexión de este servicio en casa. El INEGI
(2019) registró una disminución de 45.4%, por lo contrario, en el 2016 el
porcentaje fue de 45.6% que disponen de una computadora en el hogar.
Con respecto al número total de usuarios que cuentan con un celular inte-
ligente creció de 60.6 millones de personas de 2016 a 2017. Por otro lado,
el 96.9% utiliza el internet para obtener información, el 91.4% lo usa para
entretenimiento, para comunicarse fue de 90.0%, el 78.1% es para acceder a
contenidos audiovisuales, el 76.6% para acceder a redes sociales, 49.4% para
leer periódicos o revistas, 28.6% para interactuar con el gobierno, 16.6%
para ordenar o comprar productos y el 12.9 para operaciones bancarias.
Con relación a Tamaulipas según el INEGI (2019), el porcentaje de uso
de tecnología en personas mayores está en primer lugar el manejo de telé-
fono inteligente con una proporción de 84.19% de usuarios, en cuanto al
internet tiene un alcance medio de 39.19%.por otra parte se muestra poco
manejo de computadora de 18.8%. Con respecto a nivel local se registró
una cifra de 81.81% de personas mayores que usan el teléfono celular, sin
embargo, el internet sostiene un nivel medio de 37.73%, así mismo se ob-
serva un poco uso de 22.05% en la utilización de computadora, por lo cual
la población mayor tiene una disminución en el uso de tecnologías.
Con lo anterior mencionado, si puede observar el aumento en el uso de
dispositivos móviles, aunque los mismos son considerados como exclusivos
para la población joven y activa en la sociedad, las personas mayores tie-
nen el interés de integrarse y reducir la brecha digital entre generaciones;
involucrándose en el uso continuo al buscar información como noticias,
actividades de interés y salud, además de hacer uso de aplicaciones para el
control y cuidado de su salud (Ali, Shakir & Aslam, 2019). Por lo general,
las personas mayores que logran dominar el uso del dispositivo móvil y el
internet pueden disfrutar de un bienestar psicológico y lograr una mejora su
rol familiar e incluso ante la sociedad.
Además, el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INA-
PAM, 2020), por la actual pandemia (COVID-19), sugiere que el adulto
mayor haga uso de las nuevas tecnologías para estar en contacto permanente
con la sociedad, ya que al ser al ser considerados población vulnerable se le

30
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

ha limitado la interacción cara a cara y distanciamiento a lo que ha llevado


al aislamiento social (Brooke & Clark, 2020).
Por otra parte, en la perspectiva de la persona mayor, ellos consideran
que el sostener la vanguardia en los cambios tecnológicos es conveniente
para su vida, ya que al estar socialmente activó se siente útil, al mismo
tiempo manifiesta bienestar personal y la satisfacción en la participación
de las actividades sociales. Por otro lado, el manejo de las tecnologías desa-
rrolla la estimulación de procesos cognitivos, utilizándose como alternativa
para el tratamiento de procesos de deterioro, donde el uso de programas
computacionales se hace con el fin de prevenir, mantener e intervenir el
funcionamiento cognitivo en este grupo poblacional.
Además, el uso de la tecnología como los dispositivos móviles puede
llevar a la cercanía digital con su familia, amigos y personal de salud, en
cualquier momento y lugar, y la multifuncionalidad de un recurso como
este podría llevar a la persona mayor al uso de buscadores digitales que
le proveerán información para la salud, así como el uso de aplicaciones
que propician la comunicación digital con otras personas, promoviendo la
actividad social, motivándolos a tener un mejor desempeño y autocuidado
en las actividades de la vida diaria, promoción y control de salud, ya que
involucran la independencia y autonomía (Sevilla, Salgado & Osuna, 2015).
También se ha demostrado que al usar la Tecnología de la información
y comunicación (TICS) ayuda a superar la soledad y el aislamiento social y
de sus familiares ya que al estar conectados aumenta la comunicación social
y fomenta las relaciones intergeneracionales, además se descubren intereses
comunes con sus familiares más jóvenes permitiéndoles pasar más tiempo
con ellos (Chopik, 2016).
Es así como, las personas mayores, es un grupo que debe hacer frente
al proceso tecnológico, sin embargo, diversos factores como la falta de co-
nocimiento sobre el uso del dispositivo, la falta de motivación, la percep-
ción de utilidad, la falta de apoyo para usarlo, dificultad para el manejo del
dispositivo, conlleva a una clasificación de personas adultas con miedo a la
tecnología (Berkowsky et al., 2017; Kampmeijer et al, 2016) que limitan
la integración y uso de tecnología. La OMS (2015), sugiere empoderar al
adulto mayor para que logre adaptarse y enfrentar los cambios sociales, se
debe considerar la percepción de utilidad, uso que hacen de los dispositivos
en su vida diaria, la experiencia, y conocimiento hacia estos dispositivos
(Czaja, Charness & Rogers, 2019).
Por otra parte, las personas mayores hacen poco uso de las aplicaciones
dirigidas a m-salud de los dispositivos móviles, ya que se ha encontrado
dentro de la literatura diversas barreras que pudieran estar influyendo en la

31
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

incorporación de la tecnología en su vida diaria como son, la economía ya


que las nuevas tecnologías pueden resultar costosas, la falta de conocimien-
to sobre la practicidad y diferentes utilidades y la idea preconcebida de ser
dispositivos demasiados complejos o complicados que han generado miedo,
estrés y ansiedad en su uso (Son, Oh, Kim, 2020).
Sin embargo un estudio al intervenir sobre la educación del uso y mane-
jo de las apps y dispositivos móviles logro que el 77% de las personas mayo-
res lograran efectivamente el uso de las mismas, por lo tanto es importante
incluir un proceso de enseñanza antes de cualquier intervención para reducir
barreras e incrementar las percepciones positivas sobre las aplicaciones de m
salud, lo que pudiere facilitar el monitoreo, el uso, la participación en acti-
vidades para la mejora de la salud y la generación de interés (Battle, Massip,
Nadal, Fuentes, Ortega, 2020).
El interés para aprender a utilizar los dispositivos móviles está presente,
pero es necesario resaltar que la prioridad que tiene la persona mayor es
mantener contacto con sus familiares por medio de mensajes, llamadas.
Enfocar su uso y el interés en las aplicaciones de m-salud, es misión del
proveedor de salud, con el fin de ser el puente para la inclusión social y
digital, ya que la comunicación de las personas mayores está limitada en el
uso de las tecnologías, la convivencia con sus familiares y su entorno social,
porque no cuentan con las aptitudes de uso de las tecnologías, sintiéndose
intimidados al rechazo de la sociedad por acercarse a saber más sobre el
uso de estas nuevas tecnologías convirtiendo esto en una barrera de como
relacionarse con la sociedad.

Conclusión

Hoy en día las personas mayores se han convertido en analfabetas digita-


les ya que no cuentan con los conocimientos tecnológicos necesarios para
enfrentar al mundo actual, asimismo se deben desarrollar estrategias de en-
señanza para que puedan tener acceso al conocimiento y al uso de las tec-
nologías, así puedan dominar distintas herramientas tecnológicas. Puesto
que para ellos es importante estar a la vanguardia de los cambios, ya que
los mantiene activos y se sienten aceptados por la sociedad a la pertenecen,
por lo tanto, esto manifiestan bienestar personal y la satisfacción de realizar
actividades sociales.
Por otro lado, la persona mayor desea obtener el aprendizaje del uso de
tecnologías para comunicarse con la sociedad y su entorno, pero también
para sentirse dentro del círculo familiar del cual se es apartado por no contar
con el conocimiento necesario para estar en contacto con ellos a través de

32
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

las tecnologías. En resumen, quieren estar al margen de lo que sucede en el


mundo y así estar actualizados de lo acontece día a día en la sociedad al igual
de lo que pasa con sus familiares, por ende, se deben de incluir y brindar el
conocimiento que ellos requieren para estar comunicados y sentirse acepta-
dos por la sociedad a la que pertenecen.
Por otra parte, La percepción positiva respecto al uso de m-salud es
uno de tantos factores que se requieren y pueden ayudar a llevar a cabo una
intervención de salud efectiva utilizando dispositivos tecnológicos, ya que la
persona mayor siente la confianza y apoyo del personal de salud, para poder
ejercer efectivamente su autocuidado y lograr concientizar en su estado de
salud. Así que tomar en cuenta manuales personalizados de fácil manejo, en
el diseño de protocolos de m-salud, podrían evitar percepciones negativas
como el miedo y estrés de uso, ya que ayudarían a otorgar las habilidades
digitales y con ello seguridad.
Las necesidades de salud en los adultos mayores serán enfocadas a trata-
mientos y el control de problemáticas que involucran dependencia y rezago
social (Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores [INAPAM],
2015; OMS, 2018). Por lo tanto, es indispensable utilizar y adaptarse a
nuevas estrategias para mejorar la salud y funcionalidad del adulto mayor,
en las que se involucre participación social y seguridad en el proceso del
envejecimiento (OMS, 2018).
Para finalizar, es recomendable seguir profundizando sobre la temática y
realizar estudios experimentales donde se incluya a la persona mayor con el
uso de las diversas tecnologías no solo en dispositivos móviles, ya que den-
tro del mercado se cuenta con diversos aparatos electrónicos que pudieran
facilitar y llevar a la independencia de la persona, tales son los asistentes
virtuales como Alexa.

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34
Capítulo 4.
Abordaje multidisciplinario del síndrome
de fragilidad en el adulto mayor
Jack Roberto Silva Fhon (betofhon@usp.br)
Alice Regina Felipe Silva
Mariane Thais Pecchi Leite
Francine Golghetto Casemiro
Marcela Cristina Resende
Paola Aniceto
Rosalina Aparecida Partezani Rodrigues

Introducción

El aumento de la población adulta mayor ha ido en aumento y se acelerará


para las próximas décadas. Para el año de 2050, la Organización Mundial de
la Salud (OMS, 2018) estima el aumento de hasta dos billones de personas
con edad superior a 60 años, siendo que el 80% de estas vivirán en países en
desarrollo. Con los cambios demográficos y epidemiológicos, también hubo
un aumento de la prevalencia de las Enfermedades Crónicas No Transmi-
sibles (ECNT) que acompañan, en todos los casos, al proceso de envejeci-
miento. Estas enfermedades pueden favorecerla aparición del síndrome de
fragilidad en el adulto mayor que los puede hacer más dependiente necesi-
tando de cuidados (Sutlu, Yilmaz, & Mandiracioglu, 2020).
La fragilidad es definida como la disminución de la capacidad de reserva
homeostática del cuerpo y resistencia a los factores estresantes, que da lugar
a una disminución de múltiples sistemas fisiológicos, lo que provoca vul-
nerabilidad y un resultado clínico adverso en el adulto mayor (Fried et al.,
2001) y que envuelve además de los aspectos biológicos, los psicológicos y
sociales (Rockwood et al., 2000).
Expertos en geriatría definieron a la fragilidad como un síndrome mé-
dico con múltiples causas caracterizado por disminución de la fuerza, re-
sistencia y función fisiológica reducida que aumenta la vulnerabilidad de
un individuo a desarrollar una mayor dependencia y / o muerte (Morley et
al., 2013). Para la atención del adulto mayor considerado frágil se necesita
trabajo multidisciplinar. El término equipo multidisciplinario se utiliza para
referirse a un grupo de profesionales de dos o más disciplinas que trabajan
en un mismo proyecto, de forma independiente o en paralelo (McKay, Cri-
ppen, 2008).

35
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Existen elementos claves para el trabajo del equipo multidisciplinar


como: construcción de una acción colectiva que aborde la complejidad de
las necesidades del paciente y la dinámica de equipo que ayude a integrar la
perspectiva de cada profesional y en la que los miembros se respeten y con-
fíen entre sí (D’Amour et al., 2005). Con el aumento de la edad, aparición
de las enfermedades crónicas y de la fragilidad, es necesario que alguien
cuide de ese adulto mayor, siendo denominado como cuidador.
El cuidador es considerado responsable, familiar o no, de los cuida-
dos básicos de forma continua y/o regular (Souza, Hanus, Libera, Silva, &
Mangili, Simões, 2015). En el mundo, hay un número creciente de adultos
mayores que cuidan de otros adultos mayores (Oliveira, Souza, Luchesi,
Inouye, & Pavarini, 2017), que pueden sufrir de sobrecarga (Kobayasi, Ro-
drigues, Fhon, Silva, de Souza, & Chayamiti, 2019) y presentar algunos
problemas de salud.
El impacto del proceso del cuidado incluye aspectos físicos, psicológicos
o emocionales, sociales y económicos en la vida del cuidador (Bom, Bakx,
Shut, van Doorslaer, 2019). Cuando el cuidador presenta algún nivel de es-
trés, no cuenta con una red de soporte familiar adecuado, y si el adulto ma-
yor bajo su cuidado es muy dependiente, la sobrecarga es inevitable (Muniz,
Freitas, Oliveira, & Lacerda, 2016) y puede comprometer la salud de ambos.
La sobrecarga del cuidador se asocia a una serie de factores tal como fra-
gilidad y dependencia del adulto mayor, presencia de síntomas depresivos,
soledad (Santos-Orlandi et al., 2019) y ausencia de una red de apoyo social
(Kobayasi et al., 2019).
Analizar la sobrecarga en el adulto mayor que cuida de otro adulto ma-
yor y los factores asociados a esta condición es fundamental para diseñar un
plan de cuidados que incluya al equipo multidisciplinar y brinde una mejor
salud física y cognitiva, así como una mejor calidad de vida para todos los
adultos mayores involucrados, cuidador y paciente. También es importante
promover la conciencia de los familiares sobre la posibilidad de la sobre-
carga, ya que, si el responsable del cuidado también es un adulto mayor,
el desenlace de esta condición puede ser igualmente negativa para su salud
física y mental.
En ese sentido, el objetivo del estudio fue analizar la sobrecarga de adul-
tos mayores que cuidan de otros adultos mayores que son atendidos en el
Servicio de Atención Domiciliaria a lo largo de un año de seguimiento.

36
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Método

El estudio fue observacional, longitudinal y retrospectivo, realizado en el


Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) de una ciudad de São Paulo. El
SAD tiene como objetivo promover y proteger la salud de la familia, orien-
tar a la familia y/o cuidador, intensificar e instigar el avance de la responsa-
bilidad del familiar / cuidador por el autocuidado y ser una puerta de entra-
da entre la red de servicios de salud y la familia (Ministério da Saúde, 2016).
La recolección de datos fue realizada entre los meses de abril y julio de
2017 (Tiempo 1) y entre julio y octubre de 2018 (Tiempo 2). Para ello, el
SAD puso a disposición una base de datos de 600 pacientes, de todas las
edades.
Para participar del estudio era necesario cumplir con los siguientes cri-
terios de inclusión: para el Tiempo 1 (T1), ser atendido en el SAD, tener
60 años y más, de ambos sexos, tener cuidador y que tenga una edad ≥ 60 y
tener la capacidad de responder los diferentes instrumentos de evaluación.
En cuanto al cuidador, los criterios fueron: ≥ a 60 años, ambos sexos, con-
siderado el cuidador principal y, en el Tiempo 2 (T2), el paciente continúe
siendo atendido por el SAD, capacidad de responder las preguntas y ser el
mismo cuidador.
Del total de las informaciones en la base de datos, se identificó que 64
pacientes tenían cuidador y que este era otro adulto mayor. Sin embargo,
en el transcurso del seguimiento de un año, hubo 20 pérdidas, siendo 15
por muerte del paciente y cinco por no querer participar del estudio, tota-
lizando 44 pacientes adultos mayores con sus respectivos adultos mayores
cuidadores.
La recolección de las informaciones fue realizada por estudiantes de
pre-grado y pos-grado previamente capacitados por medio de entrevistas
realizadas en los domicilios de los pacientes, según disponibilidad. En am-
bos tiempos, se utilizaron los siguientes instrumentos para evaluar al adulto
mayor:
• Perfil sociodemográfico: identificar información como sexo (masculino
y femenino), edad (años cumplidos), estado civil (soltero, casado, viudo
y divorciado), educación (años de estudio), número de hijos, número de
personas que conviven con el paciente e ingresos mensuales del paciente
y de la familia.
• Enfermedades autorreferidas: identificadas por el autorrelato del cuida-
dor y del adulto mayor, además de corroboradas en la historia clínica.

37
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

• Mini Examen del Estado Mental: evalúa la función cognitiva. La pun-


tuación va de cero a 30, teniendo el punto de corte de 20 para analfabe-
tos, 24 para personas con estudios entre 1 y 4 años, 26,5 para aquellos
con estudios entre 5 y 8 años, 28 entre 9 y 11 años y 29 por encima de
11 años de estudios (Brucki, Nitrini, Caramelli, Bertolucci, & Okamo-
to, 2003).
• Índice de Katz: evalúa la capacidad para desarrollar las Actividades Bási-
cas de la Vida Diaria (ABVD) y validado para el Brasil. El índice puntúa
de cero, considerado totalmente independiente, a 6, con dependencia
total. Evalúa funciones como bañarse, vestirse, comer, usar el baño,
transferencia y continencia (Lino, Pereira, Camacho, Filho, & Buks-
man, 2008).
• Escala de Lawton y Brody: evalúa las Actividades Instrumentales de
la Vida Diaria (AIVD) y validado para el Brasil. Esta escala tiene una
puntuación de siete (nivel de dependencia más alto) a 21 puntos (inde-
pendencia completa), y categorizando al adulto mayor en dependencia
total, parcial e independencia (Santos, & Virtuoso, 2008).
Para el cuidador se aplicaron los siguientes instrumentos:
• Escala de Sobrecarga de Zarit: evalúa el impacto del cuidado en la salud
física y emocional, actividades sociales y condiciones económicas del
cuidador. Ha sido traducido y validado para Brasil y contiene 22 ítems.
La escala va de cero a 88 puntos, y cuanto mayor es la puntuación, ma-
yor es la sobrecarga percibida (Scazufca, 2002).
• Escala de Depresión Geriátrica: tiene como objetivo identificar sínto-
mas depresivos relacionados con eventos en los últimos 15 días. Ha sido
traducido y validado para el Brasil (Almeida, & Almeida, 1999), contie-
ne 15 preguntas dicotómicas y con punto de corte ≥5 como indicativo
de casos de probable presencia de síntomas depresivos.
• Escala de Fragilidad de Edmonton: desarrollada en Canadá, traducida y
validada para el Brasil, evalúa las dimensiones física, psicológica y social
de los adultos mayores. La escala tiene nueve dominios y la puntua-
ción varía de cero a 17 puntos, y la puntuación más alta indica el nivel
más alto de fragilidad (Fabricio-Wehbe, Schiaveto, Vendrusculo, Haas,
Dantas, & Rodrigues, 2009).
• Self-reporting Questionnaire (SRQ): desarrollado y validado para el
Brasil con el objetivo de detectar malestar emocional en la población
general, compuesto por 20 preguntas que componen la escala, con res-
puestas dicotómicas. Cuanto mayor sea la frecuencia de respuestas po-
sitivas, mayor será el nivel de estrés emocional. El punto de corte es de
8 puntos indicando estrés (Mari, & Williams, 1986).

38
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Los datos se analizaron mediante el programa SPPS v.25. Se utilizó la


estadística descriptiva para variables cualitativas, frecuencias y porcentajes,
y para las variables cuantitativas, medidas de dispersión (media y desviación
estándar). La prueba t se utilizó para comparar las medias entre T1 y T2 y
la prueba no paramétrica para muestras independientes. Las variables cate-
góricas, en T1 y T2, se analizaron mediante el Test de McNemar.
En la fase analítica se presentó la evaluación longitudinal (diferencias
entre T2 y T1) y se utilizó regresión lineal múltiple, siendo la sobrecarga la
variable dependiente. Todas las variables con más de dos categorías fueron
tratadas como indicadores (dummy) y el nivel de significancia adoptado fue
p≤0.05, con un intervalo de confianza del 95%. El estudio fue aprobado
por la Secretaria de Salud y por el Comité de Ética en Investigación de la
Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo,
respetando los preceptos de la Resolución No. 466/2012 del Consejo Na-
cional de Salud.

Resultados

Se encontró que la edad media de los adultos mayores fue de 79,05 años, la
mayoría era del sexo masculino y casados. En relación con los datos de los
cuidadores, la edad media fue de 69,05 años, la mayoría del sexo femenino,
casadas y viven con el adulto mayor. En la identificación del grado de paren-
tesco, predominó la categoría cónyuge (Tabla 1).
Tabla 1. Caracterización demográfica del adulto mayor
y del adulto mayor cuidador

Adulto Mayor Adulto Mayor Cuidador


Variable Categoría N (%) Media (=DE)* N (%) Media
(=DE)*
Masculino 28 (63.6) 5 (11.4)
Sexo
Femenino 16 (36.4) 39 (88.6)
60 – 79 22 (50.0) 79.05 (10.06) 41 (93.2) 69,05 (6.83)
Edad
80 y más 22 (50.0) 3 (6.8)
Casado/a 24 (54.5) 30 (68.2)
Viudo/a 14 (31.8) 2 (2.4)
Soltero/a 6 (13.6) 6 (13.6)
Estado civil
Divorciado/a 3 (6.8)
Otro 2 (4.5)
Separado/a 1 (2.3)
Escolaridad 7.89 (20.38) 6.68 (4.58)

39
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Adulto Mayor Adulto Mayor Cuidador


Variable Categoría N (%) Media (=DE)* N (%) Media
(=DE)*
Esposo/a 22 (50.0)
Hijo/a 14 (31.8)
Parentesco
Hermano/a 5 (11.4)
Otro familiar 3 (6.8)
Vive con el Si 40 (90.9)
adulto mayor No 4 (9.1)
Días de cuidado 5.00 (0.00)
Horas 21.93 (5.40)
de cuidado

En la evaluación clínica, la mayoría de los adultos mayores atendidos en el


SAD tenían menos o igual a cinco enfermedades (77.3%), con deterioro
cognitivo (77.3%), necesitaban ayuda para las AIVD (56.8%) y dependencia
para las ABVD (Tabla 2).
Tabla 2. Características clínicas del adulto mayor atendido
en el Servicio de Atención Domiciliaria.

Variable Categoría N % Media =DE*


≤5 34 77.3 3.75 2.82
Enfermedades autorreferidas
>5 10 22.7
Con deterioro 34 77.3
Estado cognitivo
Sin deterioro 10 22.7
Necesita de 25 56.8 10.68 3.99
Actividades instrumentales ayuda
Dependiente 19 43.2
Tomar baño 28 63.6 3.52 2.44
Vestirse 28 63.6
Actividades básicas Higiene personal 25 56.8
(dependencia) Transferencia 22 50.0
Continencia 29 63.6
Alimentarse 24 54.5

Al comparar las evaluaciones del adulto mayor considerado cuidador, en


ambos momentos, se identificó un aumento de fragilidad y de sobrecarga.
Además, hubo aumento del estrés, presencia de síntomas depresivos y de
dependencia para algunas ABVD. Sin embargo, hubo disminución del de-
terioro cognitivo en ambas evaluaciones (Tabla 3).

40
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Tabla 3. Comparación de evaluaciones en adultos mayores cuidadores de


adultos mayores en el Servicio de Atención Domiciliaria.
Tiempo 1 Tiempo 2
Variable Categoría n % Media (=DE)* n % Media (=DE)* p†
Fragilidad 4.59 (2.65) 5.34 (3.13) 0.044‡
Sobrecarga 29.45 (16.52) 37.41 (21.22) 0.004‡
Estado Sin deterioro 26 59.1 29 65.9 0.549
cognitivo Con deterioro 18 40.9 15 34.1
Independiente 33 75.0 20.39 (1.28) 33 75.0 20.07 (1.97) 1.000§
Actividades
Necesita de 11 25.0 11 25.0
instrumentales
ayuda
Continencia 6 13.6 0.14 (0.34) 17 38.6 0.59 (1.06) 0.007‡
Tomar baño - - 1 2.3
Actividades Vestirse - - 1 2.3
básicas Higiene per- - - 1 2.3
(dependencia) sonal
Transferencia - - 4 9.1
Alimentar-se - - 2 4.5
Sin estrés 33 75.0 31 70.5 0.754§
Estrés
Con estrés 11 25.0 13 29.5
Síntomas Sin síntomas 29 65.9 4.59 (3.36) 26 59.1 5.16 (3.24) 0.549§
depresivos Con síntomas 15 34.1 18 40.9
*DE: Desviación Estandar; †p: p valor; ‡Prueba t; §Prueba de McNemar

En el análisis final, las variables del adulto mayor como el aumento de la


edad, el número de enfermedades, la puntuación de las ABVD y la dismi-
nución de las AIVD fueron factores que aumentaron la puntuación de la
sobrecarga en el adulto mayor cuidador.
Asimismo, con las variables del adulto mayor cuidador que se asociaron
con el aumento de la sobrecarga fueron, ser mujer, presentar síntomas de-
presivos, dependencia para las ABVD, AIVD y fragilidad (Tabla 4).
Tabla 4. Factores asociados a la sobrecarga del adulto mayor cuidador de
otro adulto mayor atendido en el Servicio de Atención Domiciliaria.
Ribeirão Preto, SP, Brasil. 2017-2018

Sobrecarga (Tiempo 2 – Tiempo 1)


Variables B IC 95%* p†
Edad del adulto mayor 8.419 5.310 – 11.529 0.001
Total enfermedades del adulto mayor 0.454 0.098 – 0.809 0.020
Total Actividades instrumentales del adulto mayor -0.538 0.193 – 0.883 0.009
Total Actividades básicas del adulto mayor 0.866 0.430 – 1.302 0.003
Sexo del adulto mayor cuidador (femenino) 8.419 5.310 – 11.529 0.001
Síntomas depresivos
1° tercl 1
2° tercil -7.529 -9.883 - -5.174 <0.001
3° tercil 3.452 0.372 – 6.533 0.034

41
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Sobrecarga (Tiempo 2 – Tiempo 1)


Variables B IC 95%* p†
Actividades básicas del adulto mayor cuidador
1° decil 1
2° decil 3.579 0.879 – 6.279 0.018
Actividades instrumentales del adulto mayor cuidador
1° tercil 8.753 -9.926 – 27.432 0.349
2° tercil -2.571 -4.792 - -0.351 0.030
3° tercil 1
Fragilidad del adulto mayor cuidador
1° tercil 1
2° tercil -4.375 -6.672 - -2.077 0.003
3° tercil -5.149 -7.160 - -3.139 0.001

Discusión

Existe la necesidad de concienciar sobre la diversidad del conocimiento y


habilidades entre los diferentes integrantes del equipo multidisciplinario
siendo posible articular las acciones desarrolladas por los profesionales in-
teractuando entre sí, con compromiso ético, respeto por cada uno y con la
clientela, motivación, planificación, responsabilidad y, sobre todo, teniendo
los objetivos claros, que permitan la construcción de un cuidado común
(Francischini, Moura, & Chinellato, 2008).
En ese sentido, de los resultados presentados se identificó el predominio
de mujeres cuidadoras, casadas, esposas y que vivían con el adulto mayor,
similar resultado es observado en otros estudios (Almeida, Menezes, Frei-
tas, & Pedreira, 2018; Santos-Orlandi et al., 2019). La indicación de quién
atenderá al adulto mayor dependerá de diferentes factores como parentes-
co, género, convivencia y proximidad afectiva (Bell, Whitney, & Young,
2019), siendo el sexo el que condicione esta elección, mayoritariamente, el
femenino. Esta opción responde a una expectativa de la sociedad, donde
las mujeres asuman este rol, ya que el cuidado de la familia y del hogar son
atribuciones históricamente femeninas (Ferreira, Isaac, & Ximenes, 2018).
En el presente estudio, se encontró que la sobrecarga en el adulto mayor
cuidador aumenta a medida que aumenta la dependencia en las ABVD, las
AIVD y el número de enfermedades crónicas en el paciente. La población
adulta mayor puede presentar comorbilidades que comprometan las capa-
cidades físicas y mentales, que son necesarias para la realización de estas
actividades, requiriendo la ayuda del cuidador en diferentes momentos, in-
cluso para el cambio de posición, ayuda a la movilidad, baño e higiene y
alimentación (Faronbi, Faronbi, Ayamolowo, & Alaogun, 2019).

42
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Un estudio con 94 adultos mayores y sus respectivos cuidadores, los au-


tores identificaron que cada punto a más en las AIVD conduce a una reduc-
ción del 5.5% en la sobrecarga del cuidador, es decir, cuanto más autónomo
es el adulto mayor, menor será la sobrecarga del cuidador (Kobayasi et al.,
2019). Otro estudio mostró que el adulto mayor cuidador, cuando asume
varias responsabilidades superpuestas al cuidado y además el adulto mayor
presentar dependencia funcional, el adulto mayor cuidador suele presentar
sobrecarga física y emocional, lo que contribuye al desarrollo de enfermeda-
des cardíacas (50%) y metabólicas (35,7%) que potencian el deterioro de la
salud (Lopes, Oliveira, Stigger, & Lemos, 2020).
La presencia de comorbilidades durante el proceso de envejecimiento
compromete la calidad de vida debido al daño a la homeostasis corporal y
cambios en los parámetros fisiológicos normales, que pueden acelerar la
pérdida de la capacidad funcional y demandar más cuidados (Reed, 2019).
Además, los cuidadores de adultos mayores con enfermedades crónicas es-
tán más expuestos a la sobrecarga asociada a las diferentes actividades de
cuidado (Faronbi et al., 2019) y al propio entendimiento de la enfermedad
y la medicación.
Los resultados muestran una correlación entre la sobrecarga y la pre-
sencia de síntomas depresivos en el cuidador. La sobrecarga puede ocasio-
nar problemas como estrés emocional, ansiedad y depresión (Araújo, Jesus,
Araújo, & Ribeiro, 2017; Souza et al., 2015), como consecuencia de las
demandas de cuidado y el daño emocional derivado de la propia tarea del
cuidado. Este hecho es más evidente en el contexto familiar, en el que los
síntomas depresivos pueden intensificarse aún más (Rossetti, Terassi, Otta-
viani, Santos-Orlandi, Pavarini, & Zazzetta, 2018) debido a la preocupación
del estado de salud del paciente.
Los estudios brasileños sobre el tema también han identificado una
asociación entre sobrecarga y síntomas depresivos (Rossetti et al., 2018),
así como entre fragilidad y soledad en el adulto mayor cuidador de otros
adultos mayores. Además, los cuidadores con síntomas depresivos presen-
taron 242% más probabilidades de presentar fragilidad (Santos-Orlandi et
al., 2019).
Los resultados de la presente investigación también alertan sobre otro
problema: la sobrecarga resultante de la fragilidad de los propios cuidadores
a lo largo de los años. Un resultado similar se identificó en estudios que
mostraron esta correlación (Abreu, Tolson, Jackson, & Costa, 2020; de
Morais, Terassi, Inouye, Luchesi, & Pavarini, 2016; Ripoll et al., 2018).
Cuanto mayor es el nivel de fragilidad, mayor es la sobrecarga del cuidador

43
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

(Abreu et al., 2020). En los adultos mayores, la fragilidad puede desencade-


narse por la carga del cuidado (De Morais et al., 2016).
Por estas razones, es fundamental identificar la fragilidad en el adulto
mayor cuidador, ya que aquellos considerados frágiles presentan un peor
desempeño funcional en comparación con los no frágiles (Santos-Orlandi,
Brito, Ottaviani, Rosetti, Zazzetta, & Pavarini, 2017). Además, los cuida-
dores que presentan síntomas depresivos tienen más probabilidades de vol-
verse frágiles y pre-frágiles (Rosseti et al., 2018) y, con el avance de la edad,
más probabilidades de presentar estas condiciones, especialmente después
de los 80 años (Kojima, Taniguchi, Ilife, Urano, & Walters, 2019).
El riesgo de que el adulto mayor cuidador desarrolle fragilidad aumenta
debido al estrés crónico al que se ven sometidos durante el propio proceso
del cuidado. Esto puede contribuir al agotamiento físico y psicológico, en el
que las reservas fisiológicas de una persona que envejece serían insuficientes
para reducir este estrés (Alves, Flesch, Neri, & Batistoni, 2018).
En este estudio se pueden destacar algunas limitaciones, especialmente
la pérdida en la muestra a lo largo del tiempo, debido a las muertes de los
pacientes atendidos en el SAD. Además, no se puede generalizar los ha-
llazgos presentados a toda la población de adultos mayores cuidadores. Sin
embargo, el estudio identifica importantes aportes, ya que muestra que la
sobrecarga de estos cuidadores puede ser mayor debido al propio proceso de
cuidado y como consecuencia de su envejecimiento.
Identificar los factores asociados a la sobrecarga es fundamental para
planificar acciones preventivas por el equipo multidisciplinario de salud.
En este sentido, la fragilidad, agravada por la sobrecarga, puede perjudicar
la funcionalidad de ese cuidador y comprometer la calidad de la atención
brindada y de su propio autocuidado.

Conclusión

Este estudio se identificó que el sexo (femenino), el estado civil (casado), la


edad, la dependencia funcional, las enfermedades en los adultos mayores, la
presencia de síntomas depresivos y la fragilidad son factores asociados a la
sobrecarga de los cuidadores. Estos resultados demuestran la importancia
de un seguimiento multidisciplinario en el cuidado del adulto mayor, espe-
cialmente cuando el cuidador es otro adulto mayor.
La identificación temprana de esos factores puede prevenir resultados
negativos en la salud física y mental del cuidador, así como en la atención
brindada por él. Así, los planes de atención del equipo multidisciplinario de

44
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

salud deben estar enfocados en el binomio paciente-cuidador, con el obje-


tivo de promover una atención de calidad para ambos.

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Capítulo 5.
Análisis del Concepto Gerotrascendencia
y su Importancia para el Cuidado de
Enfermería en el Adulto Mayor
Francisco Javier Arroyo Cruz (fj.arroyocruz@ugto.mx)
María De Jesús Jiménez González

Introducción

Actualmente, la población del mundo entero envejece, gran parte de los


países del mundo experimentan un incremento en la cantidad y propor-
ción de adultos mayores. De acuerdo con estimaciones del informe de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2019), llamado “Perspectivas
de la población mundial, 2019”, en el año 2050, el 16% de la población
mundial, tendrá más de 65 años, en comparación con el año 2019, que la
cifra era aproximadamente del 9% de la población. En el año 2018, ocurrió
por primera vez en la historia que la cantidad de adultos mayores superara
el número de niños menores de 5 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018), menciona que el
tiempo de vida ha aumentado en todo el mundo, es decir, la mayor parte
de la población tiene ahora una esperanza de vida mayor a 60 años, este
aumento puede ser observado como un potencial conflicto, sin embargo,
también puede ofrecer oportunidades para los adultos mayores y para las
sociedades en conjunto. Esta población aporta de distintas formas en sus
contextos y comunidades; en los años de vida adicionales se pueden adquirir
nuevos conocimientos o se pueden emprender nuevas actividades, como
continuar con los estudios, iniciar una profesión nueva, incluso retomar
antiguas aficiones. Es importante mencionar que el alcance de estas oportu-
nidades depende de un factor muy importante que es la salud.
Cada persona es diferente, en el caso del adulto mayor, cada uno expe-
rimenta un tipo de vejez, es decir, las vivencias y experiencias que ha tenido
son únicas, entonces, si estas resultan satisfactorias, es porque hay grandes
experiencias vividas que han apoyado en este trayecto vital, por lo que es
posible conocerlas y comprenderlas desde distintas perspectivas, por lo que
en este escrito se propone el análisis del concepto gerotrascendencia desde
la perspectiva de la metodología de Walker y Avant, (2014, p.163). En la
teoría de la gerotrascendencia se menciona que las creencias conducen la
vida personal, interpersonal y cósmica del adulto mayor, también orientan

49
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

su sentido de pertenencia cuando entra en un plano cósmico que le permita


sentirse pleno y satisfecho (Castañeda y Guerrero, 2019, p. 2).

Importancia del Análisis del Concepto Gerotrascendencia

La persona gerotranscendente, atraviesa una redefinición de su persona y


de las relaciones que sostiene con su círculo, así mismo, una comprensión
diferente de las cuestiones existenciales fundamentales. El adulto mayor
cambia, por ejemplo, ocupa menos tiempo en sí mismo, al mismo tiempo
se vuelve más selectivo eligiendo actividades sociales o de otro tipo. Hay
un sentimiento de afinidad más grande hacia las anteriores generaciones
y disminuye el interés en una interacción superflua. La persona también
puede ir perdiendo interés por lo material y crear una necesidad más notoria
de meditación solitaria. La soledad positiva ahora es más importante en
este proceso. Todo esto en conjunto favorece el sentimiento de comunión
cósmica con el espíritu del universo y la redefinición del tiempo, espacio, la
vida y la muerte (Rajani, 2015, p. 1467).
En este sentido, la gerotranscendencia menciona con énfasis que la vejez
no debe ser considerada una mera continuación de los patrones de actividad
y valores de la edad mediana, sino al contrario, una transformación carac-
terizada por nuevas y distintas formas de comprender la vida, ocupaciones,
uno mismo y los demás (Jewell, 2014, p 114).

Objetivo

Analizar el concepto gerotrascendencia y su importancia para el cuidado de


enfermería en el adulto mayor.

Metodología

El concepto gerotrascendencia, se analiza de acuerdo con el método citado


por Walker y Avant, (2014) donde se menciona la importancia del análisis de
concepto como una vía necesaria para el desarrollo de la teoría en enferme-
ría, este análisis proporciona la oportunidad de abordar, explicar y describir
fenómenos de gran interés para la práctica de la disciplina de enfermería.
Es una estrategia sencilla a través de la cual se examinan las características y
los atributos que definen un concepto y, al mismo tiempo, permiten decidir
qué fenómeno es buen ejemplo de este y cuál no. Este proceso se compone
de 8 pasos; 1. Selección del concepto; 2. Determinación de los objetivos del

50
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

análisis; 3. Identificación de los usos del concepto; 4. Identificación de los


atributos; 5. Identificación del caso modelo. 6. Identificación de otros casos
(caso contrario); 7. Identificación de los antecedentes y consecuencias del
concepto; y, por último, 8. Definición de los indicadores empíricos (Walker
& Avant, 2014, p. 165). Se llevó a cabo la identificación de los elementos
del concepto mediante una revisión de la literatura existente y se realizó la
propuesta conceptual con base en la integración de dichos elementos.
La revisión de literatura se realizó en distintos recursos como: la teo-
ría de la Gerotrascendencia, Revistas científicas indexadas en bases de da-
tos: PUBMED, WEB OF SCIENCE, EBSCO, SCOPUS con descripto-
res: “Gerotrascendencencia”, “Enfermería” (español), “Gerotranscendence”
“Nursing”, (Inglés). Dentro de los criterios de inclusión se contemplaron
la presencia de los descriptores en los documentos (título, palabras clave,
desarrollo), se incluyeron artículos en español e inglés, artículos originales
y de revisión. Por otro lado, se excluyeron los artículos no disponibles en
texto completo, literatura gris, cartas a editores y, por último, artículos
ajenos a la temática.
De acuerdo con la teoría de la gerotrascendencia, este concepto puede
ser comprendido de la siguiente manera; Gero, hace referencia a “viejo”, y,
trascendencia significa “elevarse por encima de”. Según Tornstam (2005),
“Es un cambio en la metaperspectiva desde una visión materialista y racio-
nal del mundo a una más cósmica y trascendente, normalmente seguida de
un aumento en la satisfacción con la vida”.

Revisión de la Literatura

El concepto de la gerotrascendencia fue seleccionado por Tornstam, un so-


ciólogo sueco, él identificó que la mayoría de las transformaciones o crisis,
características de la adultez mayor que habían sido descritos por otros cien-
tíficos y teóricos implicaban diversas formas en las que las personas mayores
se abren paso o trascienden las crisis de desarrollo cuando se mueve en una
nueva etapa en la vida. Por lo tanto, el término gerotrascendencia es utili-
zado en un sentido simple y no en un sentido de religión o metafísico. El
término gerotrascendencia se ha usado para describir desde el proceso de
desarrollo como el final de la etapa de desarrollo (Wadensten, 2007, p. 291).
Tornstam aborda la vejez como el pico o máxima maduración humana,
donde la culminación favorable es la gerotrascendencia. Esto tiene una ca-
racterística principal, que es concluir con la existencia finita de uno solo y
unirse con un mundo mayor con respecto al pasado, presente y al futuro.
La sabiduría que se obtiene de la experiencia de la vida le permite al adulto

51
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

superar el declive físico y enriquecer las relaciones a través de uno mismo, el


prójimo y el cosmos (Greenberger, 2012).
La teoría de la gerotrascendencia menciona que el desarrollo del ser
humano es un proceso que se extiende hasta la vejez, es decir, cuando es
optimizado, este proceso concluye en una nueva y mejor perspectiva de la
persona. Sin embargo, este proceso de desarrollo a la gerotrascendencia po-
dría verse modificado, para bien o mal por las crisis de la vida y el dolor de la
persona, sin embargo, los distintos elementos de la cultura también pueden
facilitar o impedir este proceso. De forma similar, el clima de cuidado al
adulto mayor puede obstruir o acelerar dicho proceso. Esta visión introdu-
cida por la teoría de la gerotrascendencia podría tener varias consecuencias
para el trato y las acciones del personal hacia el adulto mayor, ya que ofrece
una nueva comprensión de cómo vivir en la etapa de la vejez (Wadensten &
Carlsson, 2003, p. 465).
Se ha pensado que la búsqueda de la gerotrascendencia en los adultos
mayores ayuda a facilitar el envejecimiento exitoso y así el crecimiento en
la etapa de la vejez. Aunque, hay pocos estudios transculturales con esta
perspectiva, lo que limita la capacidad de la teoría de la gerotrascenden-
cia para aplicarse en todo el mundo (Wang, 2011). La gerotrascendencia
es un cambio en la metaperspectiva de la edad adulta que permite a los
adultos mayores experimentar un envejecimiento exitoso, un crecimiento y
enriquecimiento tardío. Sin embargo, situaciones como la baja autoestima,
una enfermedad o un acontecimiento importante en la vida de la persona
pueden impedir que el adulto mayor alcance el estado de gerotrascendencia
(Hsieh & Wang, 2008, p. 40).
El adulto mayor que crece y avanza hacia la gerotrascendencia va a ir ex-
perimentando una redefinición de factores como el tiempo, el espacio y los
objetos o el entorno. Este proceso también se caracteriza por una comunión
con el espíritu del universo con una mayor preferencia hacia la meditación
en soledad. La persona que envejece se va volviendo más consciente del yo
superior y así busca una iluminación espiritual. El flujo total de la vida se va
convirtiendo en más significativo que el yo individual, ahora el miedo a la
muerte es menor y así, la afinidad con las generaciones anteriores, existentes
e inminentes es mayor (Rajani, 2015).

Conceptos relacionados

El vínculo que existe entre la gerotrascendencia y la disciplina de enfermería


es relativamente reciente, sin embargo, ciertos conceptos se relacionan con
la gerotrascendencia, de acuerdo con estos, el adulto mayor vive esta etapa

52
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

de la vida de mejor manera posible. Estos conceptos podrían tener distintas


explicaciones y connotaciones, algunas de estas percibidas como negativas
y/o positivas para la persona; estos términos presentan un grado de com-
plejidad para su conceptualización, esto depende de factores como las ideas,
creencias y expectativas del individuo, familia y la sociedad, así como del
paradigma científico en el que se posiciona cada persona.
• Espiritualidad: Este concepto está involucrado con la gerotrascendencia
como elemento. El adulto mayor necesita buscar algo más allá, sin la
necesidad de darle un nombre específico como Dios o, de fiarse por
completo en la sabiduría. La espiritualidad se considera una búsqueda
interna y observación de lo que rodea a cada individuo.
• Envejecimiento saludable: Este concepto se logra junto con la gerotras-
cendencia, ya que ambos conceptos buscan la calidad de vida indepen-
diente de los adultos mayores.
• Bienestar: Este se alcanza cuando se logra la gerootrascendencia, es
decir, cuando el adulto mayor trasciende y se logra conectar consigo
mismo, de esta manera la persona mayor puede manifestar que siente
plenitud.
• Intervención enfermera: Son aquellas acciones que realiza enfermería,
directamente como recurso que ayuda a trascender al adulto mayor.
• Factores moderadores y mediadores: Se consideran todo aquello que
rodea al adulto mayor, como experiencias y/o motivaciones.
• Religión: Esta involucra la existencia de Dios, es decir, el carácter per-
sonal de la divinidad, también la existencia del alma en el ser humano
y la existencia de una vida después de la muerte.

Atributos del concepto

El concepto de la Gerotrascendencia involucra una transformación impor-


tante en la visión del adulto mayor, en esta los individuos logran experi-
mentar una redefinición exitosa de sí mismos y de la relación con las demás
personas, así como una distinta comprensión de cuestiones existenciales.
El concepto cuenta con características claves, estas incluyen el ser menos
auto ocupado y ser más selectivo en actividades sociales. Este cambio de la
persona se produce en tres dimensiones; la dimensión cósmica, la dimen-
sión del yo y las dimensiones de la relación social y personal (Tabla 1). Los
temas involucrados como la redefinición del tiempo, la conexión creada
con las generaciones anteriores, la disminución del miedo a la muerte, los
misterios en la vida y las fuentes trascendentales de felicidad en la gerotras-

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

cendencia están subsumidos bajo la dimensión cósmica. La dimensión del


yo incluye los temas de la confrontación con uno mismo, la disminución
del egocentrismo, la autotrascendencia y la integridad del ego. Por su parte
la dimensión de la relación social y personal menciona la importancia de
los contactos sociales durante las diferentes etapas de la vida (Rajani, 2015).
Tabla 1. Signos de gerotrascendencia

Nivel Signos
El nivel cósmico: En este nivel se producen cambios en la definición del tiempo y el
espacio. Por ejemplo, se produce una trascendencia de las fronteras
entre el pasado y el presente. Conexión con las generaciones anterio-
res. Aumento del apego. Se produce un cambio de la perspectiva de
enlace a la de cadena.
Vida y muerte. Desaparición del miedo a la muerte y nueva compren-
sión de la vida y la muerte. Misterio en la vida. Se acepta la dimensión
de misterio de la vida.
Tema de regocijo. De los grandes acontecimientos a las experiencias
sutiles; se materializa la alegría de experimentar el macrocosmos en
el microcosmos.
Nivel del yo La autoconfrontación. Se produce el descubrimiento de aspectos ocul-
tos del yo, tanto buenos como malos.
Disminución del egocentrismo. Se produce el alejamiento del yo del
centro del propio universo.
Desarrollo de la trascendencia del cuerpo. El cuidado del cuerpo con-
tinúa, pero el individuo no se obsesiona con él.
Autotrascendencia. Se produce un cambio del egoísmo al altruismo.
Redescubrimiento del niño interior. Retorno y transfiguración de la
infancia.
Ego-integridad. El individuo se da cuenta de que las piezas del rompe-
cabezas de la vida forman una totalidad.
Nivel de las relaciones Cambio de significado e importancia de las relaciones. Uno se vuelve
sociales e individua- más selectivo y menos interesado en las relaciones superficiales, mos-
les: trando una creciente necesidad de soledad.
Juego de roles. Se produce una comprensión de la diferencia entre
el yo y el papel, a veces con el impulso de abandonar los papeles. A
menudo se produce una nueva y reconfortante comprensión de la ne-
cesidad de los roles en la vida.
Inocencia emancipada. La adición de la inocencia a la madurez.
El ascetismo moderno. Se desarrolla una comprensión de la gravedad
petrificante de la riqueza y de la libertad del “ascetismo”.
Sabiduría cotidiana. Se discierne la dificultad de separar lo correcto de
lo incorrecto y se desarrolla una preferencia por retener los juicios y
los consejos. Se produce la trascendencia de la dualidad derecho-in-
correcto.
Fuente: Wadensten & Carlsson, 2003

Propuesta del concepto de gerotrascendencia

La gerotrascendencia implica la trascendencia del adulto mayor en tres ni-


veles antes mencionados. Existe una transformación en la visión del adulto

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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

mayor, en esta visión el individuo puede experimentar una redefinición de sí


mismo y de su relación con los demás, así como una nueva comprensión de
cuestiones existenciales, las características de la gerotrascendencia incluyen
que la persona se vuelva menos ocupada, más selectiva en las actividades
sociales y se produce un cambio importante que es de ser egoísta a ser
altruista. En este proceso se logra encontrar el sentido de la vida, también,
es cuando se asume la realidad y la aceptan las enfermedades o discapacida-
des, esto ayuda al adulto mayor a redefinir los objetivos en la vida, de esta
manera puede influenciar a otras personas con consejos, conocimientos,
experiencias, es decir, una reproducción social, aunque no tenga la misma
participación social, se enfoca en su desarrollo espiritual.

Construcción de casos

Caso modelo. El señor JF. es un adulto mayor, específicamente de 70 años,


él vive en casa con su pareja, durante su matrimonio tuvieron 2 hijos, un
hombre y una mujer, ahora ambos están casados y viven en estados di-
ferentes, el señor JF y su esposa trabajaron durante su vida, ahora viven
pensionados y viajan un par de veces al año, hace algún tiempo cuando dejó
el trabajo que desempeñó por tantos años, tuvo un momento difícil, sentía
tristeza y nostalgia por ya no hacer lo que le gustaba, entonces decidió volver
a escribir poemas en sus ratos libres, una experiencia que no practicaba des-
de su juventud. La mayor parte del tiempo la pareja está sola, disfrutando
de su compañía, ocasionalmente reciben la visita de sus hijos y aunque él no
profesa ninguna religión acompaña a su esposa en los rezos y porque esto
le produce bienestar. Él se siente contento porque ha logrado salir adelante
a pesar de las adversidades, se siente pleno con su vida y satisfecho por lo
que ha logrado.
Caso contrario. XS es una mujer viuda de 62 años, no tiene enfermeda-
des crónicas o malestares de importancia, se dedica al hogar en el que había
convivido con su pareja por muchos años. Hace un par de meses perdió a su
pareja, luego de afrontar un proceso patológico que lo llevó a la muerte en
un corto tiempo, esta situación representó un duro golpe para ella y afecto
su estado de ánimo y la convivencia social. Tiene dos hijos que la visitan
frecuentemente, pero a pesar de ello ella se siente envuelta en una soledad
acompañada y dolorosa, le es muy complejo disfrutar de la compañía de sus
hijos, lo que dificulta el sentimiento de plenitud.

55
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Consecuencias del concepto de gerotrascendencia en


enfermería y el adulto mayor

Los adultos mayores en la actualidad siguen siendo considerados un grupo


vulnerable para la sociedad, el proceso del envejecimiento humano se con-
sidera gradual y adaptativo, caracterizado específicamente por una disminu-
ción relativa de la respuesta de homeostasis (equilibrio que le permite al or-
ganismo mantener un funcionamiento adecuado), esto debido a los cambios
morfológicos, fisiológicos, bioquímicos y psicológicos, que son propiciados
por los cambios inherentes al avance de la edad y al desgaste que se acumula
ante los retos que enfrenta el organismo a lo largo de la historia del indivi-
duo en un ambiente determinado (Instituto Nacional de Geriatría, 2017).
Por lo anterior, es importante mencionar la existencia de una serie de
habilidades que resultan imprescindibles en el personal de enfermería en
su diario quehacer durante el cuidado del adulto mayor: el autocontrol, el
entusiasmo, la automotivación, la empatía, etc.; la presencia de estas facilita
alinear recursos anímicos que proporcionan mayor habilidad en la resolu-
ción de problemas, en el fomento de relaciones interpersonales armoniosas,
aumentando así las habilidades sociales, lo que ayuda a potenciar el rendi-
miento laboral y de esta manera generar defensas para la reacción positiva a
la tensión y al estrés de la persona (Izquierdo, 2015).
Argumentos como el anterior son respaldados por teorías de enferme-
ría, por ejemplo, la teoría de Jean Watson, quien refiere el objetivo de la
enfermería como facilitar la consecución por la persona de un mayor grado
de armonía entre mente, cuerpo y alma, que engendre procesos de auto-
conocimiento, respeto a uno mismo, autocuración y autocuidados.  Wat-
son  menciona que este objetivo se logra alcanzar a través del proceso de
asistencia de persona a persona y de las transacciones que dicho proceso
genera (Izquierdo, 2015).
Cuando se piensa en los adultos mayores, regularmente se piensa en
todas esas vidas con un pasado que necesita ser aceptado, un presente con el
que deben aprender a vivir y sobre todo, un futuro en el que, como todos
los seres humanos, se aspira a lograr el bienestar y la felicidad. Asimismo,
no se puede dejar de dar una mirada hacia el propio envejecimiento y sen-
tirse preocupado por el ahora de ellos y por el mañana de los que aún están
llegando a la etapa de la vejez (Leiton, 2016, p. 139).
Los adultos mayores que tienen opiniones más positivas sobre la muerte
y el morir, también tienen más probabilidades de experimentar la gerotras-
cendencia. Los resultados de estudios como el de (Jeong, el ál., 2020) otor-
gan a las enfermeras y otros profesionales de la salud nuevos conocimientos

56
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

y mejores perspectivas sobre los factores potencialmente relacionados con el


proceso de envejecimiento positivo.

Indicadores empíricos del concepto

Hay instrumentos que permiten acercarse al concepto de gerotrascendencia,


desde un enfoque cuantitativo a partir de datos cualitativos que permite es-
tudiar el nivel de gerotrascendencia, se ha usado y empleado por enfermeros
de forma amplia y en poblaciones de edad avanzada comúnmente. La Escala
de gerotrascendencia como una subescala del instrumento de envejecimien-
to exitoso. Es una escala de siete ítems, los cuales se miden a través de una
escala tipo Likert: (0) totalmente en desacuerdo a (4) totalmente de acuerdo
(Martina, et al., 2019).

Conclusión

El cuidado de enfermería y el tratamiento de la persona mayor pueden verse


afectados por distintos factores como; los conocimientos y opiniones que el
personal y la sociedad tienen sobre las implicaciones del envejecimiento. El
personal de enfermería brinda su cuidado sobre la base de conocimientos
teóricos o científicos, valores intrínsecos y habilidades en la práctica. Los
puntos de vista sobre el envejecimiento afectan la forma en cómo se dirige y
se trata a las personas mayores, así como a sus necesidades. La gran mayoría
de las teorías del envejecimiento, incluida la teoría de la gerotrascendencia,
mencionan o intentan mencionar los patrones de desarrollo del proceso de
envejecimiento, sin embargo, no hablan sobre cómo comportarse con las
personas mayores o cómo proporcionarles una buena atención. Por lo que
es complejo esperar que cada miembro del personal de salud sea capaz de
determinar cómo se aplica una teoría en la práctica. Por lo tanto, se conside-
ra importante la utilización de esta metodología para el análisis de conceptos
con la finalidad de mejorar los conocimientos de enfermería.

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59
Capítulo 6.
Cuidado domiciliario en la promoción de la
salud en una familia de adultos mayores:
aplicación del proceso enfermero
Natividad Del Carmen López López
Debora Cante Hernández
María Verónica De Los Ángeles Pacheco Chan
Josué Arturo Medina Fernández ( josue.medina@uqroo.edu.mx)

Introducción

La población de Adultos Mayores (AM) se ha incrementado en los últimos


años, este crecimiento continuará en las siguientes décadas, lo que favorece
un aumento en el número de enfermedades asociadas a la edad (S/N, 2019).
En México según los datos de la Encuesta intercensal 2015 (Instituto Na-
cional de Geografía y Estadística [INEGI], 2015) arrojan una estimación
de 12, 436,321 adultos mayores en el país de los cuales 46.2% corresponde
a hombres (5.8 millones) y el 53.8 restante a mujeres (6.7 millones). Asi-
mismo, se estima que para el año 2050 habrá en México 32.2 millones de
Personas adultas mayores (González, 2020).
En este contexto los adultos mayores serán la población que requieran
de manera significante los cuidados de enfermería. La atención de enferme-
ría se basa en el Proceso de atención de enfermería que es la aplicación del
método científico en la práctica asistencial que permite a los profesionales
de enfermería prestar cuidados, de una forma estructurada, homogénea,
lógica y sistemática (Vázquez & Muñoz, 2007). El profesional de enfer-
mería requiere realizar una valoración integrada de la persona objeto de los
cuidados, la valoración puede hacerse empleando diferentes herramientas,
una de estas herramientas son los Patrones funcionales de Marjory Gordon
que son una configuración de comportamientos, más o menos comunes a
todas las personas, que contribuyen a su salud, calidad de vida y al logro de
su potencial humano (Arribas et al, 2006).
Después de la valoración es necesario realizar una priorización de necesi-
dades según la pirámide de Maslow, en el entendido que una necesidad es el
mecanismo que incita a una persona a la acción, y que puede ser fisiológico o
psicológico. Maslow establece cinco niveles de necesidades representándolas
en una pirámide escalonada. Este determina el predominio de la necesidad
inferior sobre la superior, que implica mayores dificultades de satisfacción.

61
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

De acuerdo con esta estructura, las necesidades identificadas por Maslow


son las fisiológicas, las de seguridad, las sociales, las de reconocimiento, y
las de auto superación (Maslow, 2005). Esta metodología permite a los en-
fermeros priorizar las necesidades de atención de la persona bajo su cuidado
y diseñar un plan de cuidados con la taxonomía NANDA, NOC y NIC.
Partiendo de lo anterior, la población de adultos mayores tiende a au-
mentar y con ellos también las problemáticas de salud, es por ello que, la
Universidad de Quintana Roo a través del Programa de Atención Primaria
en Salud de la licenciatura en enfermería brinda cuidados domiciliarios a
población de todas las edades incluidos los adultos mayores. En el marco
del modelo educativo con enfoque por competencias socioformativas, im-
plementa estrategias educativas con problemas reales en entornos reales,
los alumnos de diferentes grados de la licenciatura en enfermería realizan
prácticas comunitarias con el objetivo de implementar intervenciones de
enfermería de promoción en salud. A continuación, se presenta el caso de
una familia integrada por dos adultos mayores que recibieron intervenciones
de enfermería en su domicilio.

Metodología

Se utilizó la guía de valoración de Marjory Gordon, constituida por 11


patrones funcionales para la etapa de valoración, sin embargo, al tratarse de
adultos mayores se apoyó en conjunto a la valoración geriátrica que brinda
componentes más profundos para esta etapa de la vida.
Se solicitó autorización de la familia mediante el consentimiento infor-
mado para poder consultar sus datos personales, así como para la recolec-
ción de información en el expediente clínico en línea: posteriormente para
el diagnóstico se consultó la Clasificación Norteamericana de diagnósticos
enfermeros/ North American Nursing Diagnosis Association (NANDA)
(Diagnósticos enfermeros: definiciones y clasificación 2018-2020, 2018) ;
así como la Clasificación de los resultado de enfermería/ Nursing Outcomes
Classification (NOC) (Moorhead,S., Swanson, E., Johnson, M. & Maas,
2019) para los resultados, y por último, para la planificación y ejecución se
consultó la Clasificación de Intervenciones de Enfermería/ Nursing Inter-
ventions Classification (NIC) (Butcher et al, 2019).
Para las intervenciones de enfermería en la familia se aplicaron cinco
visitas domiciliaras, en la primera visita se leyó y firmó el consentimiento
informado y se aplicó una cédula de micro diagnóstico. En la segunda visita,
se valoró a la familia con base en los patrones de salud funcional de Marjory
Gordon; en la tercera visita se inició la ejecución de las actividades (inter-

62
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

venciones de enfermería), para llevar a cabo la intervención NIC: Identificar


déficit físico del paciente que pueden aumentar la posibilidad de caídas en
un ambiente dado, por lo que se aplicó la prueba cronometrada de levántate
y anda, teniendo una puntuación de 11-13 puntos (Podsiadlo & Richardson,
1991). En la cuarta y quinta visita se aplicaron actividades de promoción
con base de la NIC que permitió mejorar los resultados del riesgo de caídas.

Presentación del caso

Como resultado de la aplicación de la cédula se obtuvo que son dos adultos


mayores de género hombre y mujer con edades de 65 y 70 años de edad,
con más de 30 años de matrimonio. El AM menciona padecer hipertensión
arterial, epilepsia y párkinson, con antecedente de hernias vertebrales; con
respecto a la AM tiene limitaciones en la funcionalidad al caminar debido
a problemas de la rodilla que la llevó a tener una caída. Se encontró con un
riesgo de caídas de 20 y 23 puntos.
Se evaluó las características del hogar, observándose que la casa tiene
techo de concreto y paredes de block, cuenta con dos cuartos, un baño y un
comedor, el agua que consumen es purificada, cuentan con energía eléctrica
y utilizan gas para cocinar. La vivienda no presentó focos de alerta para la
propagación y nacimiento de vectores, las ventanas y puertas tienen malla
mosquitera. Ambos contaban con la cartilla de vacunación conforme a su
edad pero al señor le faltó la aplicación de un biológico (anti- influenza) y
la señora tiene actualizada la citología cervical y mastografía.

Valoración focalizada de enfermería mediante los patrones


funcionales de M. Gordon

Posterior al realizar la valoración de patrones funcionales se observó que se


encuentra alterados la percepción manejo de la salud, nutricional metabóli-
co y actividad ejercicio. Los resultados de los patrones funcionales permi-
tieron realizar la jerarquización de necesidades por Maslow.
Percepción manejo de la salud

La familia de AM comenta tener un estado de salud “malo”, sin embargo,


refieren que asisten periódicamente al médico. Cuentan con sus cartillas de
salud, pero tienen el esquema de vacunación incompleto. Practican medidas
de higiene adecuadas, y ambos mencionan haber tenido ingresos hospitala-
rios. Ambos padecen hipertensión arterial; él epilepsia y párkinson y la se-

63
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

ñora sufrió un accidente en su baño, se resbaló y a causa del golpe le cuesta


trasladarse por lo que debe ser intervenida quirúrgicamente de una rodilla.
Ambos se consideran independientes económicamente, ya que no cuentan
con el apoyo de sus hijos.
Nutricional metabólico

Refieren realizar de 2 a 3 comidas diarias lo cual se ajusta a sus bajos in-


gresos diarios. Por indicaciones médicas la señora debe perder al menos 10
kilos de peso para poder ser intervenida quirúrgicamente de una rodilla.
Ambos mencionan no consumir suplementos alimenticios y consumen de
1.5 a 2 litros de agua.
Actividad ejercicio

Refieren realizar solamente aquellas actividades físicas que no les causen


dolor. Ella refiere que su estado de salud se ha deteriorado a causa de reque-
rir su cirugía, lo que le ha dificultado su traslado; además menciona sentir
dolor y molestias.
Él, estuvo hospitalizado durante 15 días debido a que presentó dos her-
nias en la columna, sin embargo, no pudo ser intervenido quirúrgicamente.
Presenta dolor y molestias por el problema de su columna, refiere que se
siente con las fuerzas y energía suficiente para afrontar sus actividades del
día, sigue manteniendo su grado de independencia para su autocuidado.

Resultados

Ejecución y evaluación del Plan de cuidados familiar


Con base a los resultados de la priorización por Maslow se eligió el diag-
nóstico de riesgo de caídas con taxonomía NANDA, con dos indicadores
NOC y seis intervenciones NIC (Ver tabla 1).
Como parte de la intervención de la NIC que aborda el riesgo de caídas y
para activarlos físicamente se brindó educación, apoyados con la proyección
de dos videos sobre como caminar correctamente. Se les invitó a repetir
los ejercicios proyectados para afinar la coordinación y la movilidad, estos
ejercicios los realizaron participantes e interventores.

64
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Tabla 1. Plan de cuidados familiar


Dominio 11: Seguridad/ pro- Resultados Indicador Escala de Puntuación
tección (NOC) medición Diana
Clase 2: Lesión física
Conocimien- 182811. 1.- Ninguno. Mantener
Diagnósticos de Enfermería to: prevención Descripción 2.- Escaso. a: 4
(NANDA) de caídas. de ejercicios 3.- Moderado. Aumentar a: 9
(1828) para reducir 4.-Sustancial.
el riesgo de 5.- Extenso.
caídas.
Etiqueta: Riesgo de caídas.
182817.
Descripción
de como
Factor relacionado: deambular
Edad igual o superior a 65 de manera
años. segura.
Consumo de hipnóticos.
Dificultades auditivas.
Insomnio.
Intervenciones (NIC): Prevención de caídas.
• Identificar déficit físico del paciente que pueden aumentar la posibilidad de caídas en un am-
biente dado (se aplica la escala cronometrada de levántate y anda).
• Identificar conductas y factores que afectan al riesgo de caídas.
• Identificar las características del ambiente que puedan aumentar las posibilidades de caídas
(suelos resbaladizos y escaleras sin barandillas).
• Educar a los miembros de la familia sobre los factores de riesgo que contribuyen a las caídas
y como disminuir dichos riesgos.
• Ayudar a la familia a identificar los peligros del hogar y a modificarlos.
• Colocar antiderrapantes que minimicen el riesgo de caídas.
Fuente: Datos de patrones funcionales afectados con taxonomía NANDA, NOC y NIC. Elaboración
Propia 2020.

Por otra parte, con el fin de cumplir con la intervención NIC: Identificar las
características del ambiente que puedan aumentar las posibilidades de caídas
(suelos resbaladizos y escaleras sin barandillas), se implementó una sesión
educativa, teniendo como estrategia didáctica el juego de la ruleta de falso
o verdadero, los participantes pudieron identificar los espacios que pueden
ser seguros y los que pueden ser peligrosos y de riesgo de caídas. Como re-
sultado los participantes lograron identificar los riesgos en el ambiente que
favorecen las caídas, como fue escalón en la entrada de la puerta principal,
área de lavado con piso liso, baño con losa y
Posteriormente, se abordaron las intervenciones NIC: Identificación de
conductas y factores que afectan al riesgo de caídas y educar a los miembros
de la familia sobre los factores de riesgo que contribuyen a las caídas y como
disminuir dichos riesgos. Este fue abordado por medio de una presentación
digital, en donde se expusieron la manera de prevenir los factores modifi-
cables, seguida con una rutina de ejercicios que les permitieran mejorar la
coordinación y la movilidad. Para complementar esta actividad se les entre-

65
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

gó un cartel con la rutina de ejercicios de manera gráfica paso a paso, por lo


que se adquieren conocimientos de inadecuados a adecuados con base a la
medición exprofeso realizado presesión y postsesión.
En la última visita las intervenciones NIC que se abordaron fueron:
Ayudar a la familia a identificar los peligros del hogar y a modificarlos y
colocar antiderrapantes que minimicen el riesgo de caídas. Con la actividad
“Identificando los peligros del hogar” los participantes colocaron letreros
con avisos de advertencias en los lugares de su vivienda y patio que favore-
cen las caídas. A su vez se colocaron carpetas antiderrapantes dentro de su
hogar dónde el piso era más resbaloso como la entrada del baño, la cocina
y el área de lavado.
En esta visita se evaluó a los participantes mediante dos dinámicas, la
primera fue la explicación acerca de la importancia de hacer ejercicios de
coordinación y movilidad, así como mostrar la rutina que están implemen-
tando, se comprobó que efectivamente hacen los ejercicios, que saben la
rutina y la importancia de hacerlo, concluyendo satisfactoriamente el check
list como evaluación de aprendizaje. En la segunda dinámica consistió en
que cada participante compartiera su experiencia con lo aprendido, el se-
ñor mencionó que tiene más precaución al bajar o subir de la banqueta y
que practica el movimiento de la marcha correcta. Por su parte la señora
comentó que ha notado que el dolor en las articulaciones ha disminuido
desde que hace los ejercicios, lo que le permite moverse con más facilidad
sintiéndose más segura al caminar, encontrándose en su post evaluación una
puntuación diana de 6.
Finalmente, con el objetivo de evaluar la movilidad básica, sus probables
trastornos de la marcha y balance persistentes se les aplicó la “prueba crono-
metrada de levántate y anda”, la cual es una prueba auxiliar en el diagnóstico
de trastornos de la marcha y el balance, y su asociación con un riesgo de
caídas determinado16. El resultado fue de 11-13 segundos clasificado en
discapacidad leve de la movilidad, lo que significa que aún deben continuar
con la rutina de ejercicios para mantener y/o mejorar la movilidad y fuerza
musculoesquelética, que a su vez contribuya a disminuir el riesgo de caídas.
Se obtuvo una puntuación diana de 3 previa visita, alcanzando en total una
puntuación diana de 9 posterior a la visita domiciliaria, por lo que el resul-
tado de la NOC cumplió con el plan de cuidados.

Discusión

En las personas de mayor edad las caídas frecuentemente producen lesiones,


pérdida de la independencia y se asocian con enfermedad y muerte prema-

66
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

tura (Howe et al, 2018). Se han identificado numerosos factores de riesgo


que propician las caídas y se resumen como factores intrínsecos, extrínsecos
y situacionales (Chalapud, L.& Escobar, A.. (2017).
Los adultos mayores inactivos pierden capacidad fundamentalmente en
cuatro áreas, que son esenciales para conservar la salud y su autonomía
como son: la resistencia, el fortalecimiento, el equilibrio y la flexibilidad
(Sociedad española de gerontología y geriatría, 2006).
Se encontró una mejora de la puntuación diana de 3 a 9 en el riesgo de
caída en una familia de adultos mayores. Estos datos son similares a dos
artículos de Brasil, donde aumentó al menos tres puntos en su riesgo de
caídas.
Esto nos indica que se puede aumentar la seguridad y reducir el miedo
a caer de los adultos mayores mediante un programa de atención primaria
domiciliaria para realizar correctamente y con seguridad las actividades de
la vida diaria, a través de ejercicios para mejorar la resistencia, la fuerza, la
coordinación, el equilibrio y la marcha (Meléndez et al, 2014).
Lo que confirma que los ejercicios adecuados ayudan al adulto mayor a
prevenir caídas como es el caso presentado en este trabajo. Se deben evitar
los suelos resbaladizos, luz inadecuada, alfombras, muebles inestables Pfort-
mueller, Lindner & Exadaktylos, 2014). Los muebles deben ser estables y
los asientos deben llevar brazos. Los baños deben tener el espacio suficiente
y deben tener barras para una mayor seguridad (Hille & Fauerbach, 2014).
La intervención de enfermería incluyó la identificación de factores de riesgo,
aunque se aplicó solo a una familia de adultos mayores, habría que incluir a
un grupo mayor para validar la eficacia de las intervenciones de enfermería.

Conclusiones

Educar al adulto mayor para cuidar su salud en su propio domicilio permite


al profesional de enfermería aplicar el plan de cuidado para mejorar los
resultados esperados, por lo que esta familia se vio beneficiado sin salir de
casa.
Las intervenciones se realizaron conforme a lo planteado en el plan de
cuidados de enfermería, los adultos mayores participaron activamente, lo
que favoreció que se alcanzara la puntuación propuesta en el plan de cuida-
dos que fue mantener en 3 y aumentar a 9. Hace falta darles seguimiento
a las intervenciones y formalizar la intervención mediante otro diseño de
investigación y ampliar a un grupo más grande de participantes.

67
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

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69
Capítulo 7.
Reflexología para la disminución del
dolor del adulto mayor según la Teoría
del Cuidado Humano Transpersonal: una
sustracción teórica
Elisa Rosas-Cervantes (e.rosascervantes@ugto.mx)
María de Jesús Jiménez-González
Raúl Fernando Guerrero-Castañeda

Introducción

El envejecimiento poblacional es inminente tanto en México como en todo


el mundo y, como tal, representa retos sociales y sanitarios para garantizar
un envejecimiento saludable (Salinas, De la Cruz, & Manrrique, 2020); se-
gún datos del Censo de Población y Vivienda 2020, el 12% de la población
mexicana son personas de 60 años o más, lo que representa poco más de 15
millones de adultos mayores (INEGI, 2021).
Lo anterior es algo positivo considerando que la población cada vez vive
más años, no obstante, no es garantía de calidad, sobre todo tomando en
cuenta que el envejecimiento poblacional en México se ha desarrollado en
una realidad socioeconómica frágil, distribuida inequitativamente, donde
los adultos mayores resultan ser los que más incurren en gasto de bolsillo
para solventar necesidades de salud (Salinas, De la Cruz, & Manrrique,
2020; Salinas, Carrillo, Pérez, & García, 2020).
Los individuos que viven con enfermedades no transmisibles represen-
tan un mayor gasto sanitario; aunque el envejecimiento no es sinónimo de
enfermedad, el simple hecho de envejecer ya genera una mayor demanda de
servicios de salud (Salinas, Carrillo, Pérez, & García, 2020), sin mencionar
que a medida que la edad avanza, las probabilidades de padecer enferme-
dades no transmisibles también incrementan. Se estima que las principales
causas de enfermedad en este grupo etario a nivel mundial corresponden en
un 30.3% a enfermedades del corazón, 15.1% algún tipo de cáncer, 9.5%
enfermedades pulmonares crónicas, 7.5% enfermedades musculo esqueléti-
cas y 6.6% trastornos mentales y enfermedades del sistema nervioso; todas
ellas frecuentemente causantes de algún tipo de dolor (Dirección de Ense-
ñanza y Divulgación del Instituto Nacional de Geriatría, 2019).

71
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

El dolor se define según la Asociación Internacional para el Estudio del


Dolor (IASP por sus siglas en inglés) como una “experiencia sensorial y
emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial” apren-
dida a través las experiencias de vida e influenciada por factores biológicos,
psicológicos y sociales (International Association for Study of Pain, 2017);
en los adultos mayores es un síntoma desagradable muy común, aunque no
es una característica del envejecimiento. No obstante, el deterioro de las
funciones fisiológicas aunado a la presencia de multimorbilidades predis-
pone en mayor medida a los adultos mayores a esta experiencia en com-
paración con las poblaciones más jóvenes; se estima que el 35-48% de los
adultos mayores que viven en comunidad experimenta dolor a diario, incre-
mentándose hasta un 85% durante la institucionalización (Andrés, Acuña,
& Olivares, 2014).
A pesar de ser un síntoma muy frecuente, que disminuye considerable-
mente la calidad de vida y da origen otras comorbilidades como trastorno
del sueño, depresión, inmunosupresión y aislamiento social (García, 2017),
la realidad es que los tratamientos son deficientes; el abordaje del dolor
puede llevarse a cabo mediante métodos farmacológicos o no farmacológicos
(Andrés, Acuña, & Olivares, 2014).
La reflexología podal es una terapia no farmacológica con efectos po-
sitivos en la disminución del estrés, mejora la circulación, libera toxinas,
estimula el potencial curativo y regula la energía corporal cuyas alteraciones
frecuentemente se manifiestan en forma de dolor crónico como fibromial-
gia, artritis y colitis; consiste en la aplicación sistemática de presión en las
plantas de los pies, estimulando puntos reflejos que representan organos o
tejidos del cuerpo (Voner, 2014).
La Teoría del Cuidado Humano Transpersonal, desarrollada entre 1975
y 1979 por Jean Watson, es una visión contemporánea de la enfermería
como una disciplina con valores, conocimientos y prácticas propias guiados
por la ética y una misión social (Smith & Parker, 2015), la cual se enfoca en
el componente humano del cuidado y se expande más allá del mundo físico
hacia lo subjetivo, intersubjetivo, el yo interno y todo aquello que otorga
significado a la experiencia del cuidado única de cada individuo (Fawcett,
Contemporary Nursing Knowledge. Analysis and Evaluation of Nursing
Models and Theories, 2005).
El presente artículo es una sustracción teórica de la Teoría del Cui-
dado Humano Transpersonal de Jean Watson para orientar la práctica de
enfermería en la disminución del dolor en el adulto mayor a través de la
reflexología podal.

72
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Objetivo

Realizar una sustracción teórica de la Teoría del Cuidado Humano Trans-


personal para orientar la práctica de enfermería en la disminución del dolor
en el adulto mayor a través de la reflexología podal.

Metodología

Estudio metodológico de sustracción teórica de acuerdo a la técnica de Ja-


cqueline Fawcett que considera cinco pasos; 1. Identificación de conceptos,
2. Clasificación de conceptos de la teoría de rango medio, 3. Identificación y
clasificación de las proposiciones, 4. Orden jerárquico de las proposiciones
y 5. Construcción de diagramas (Fawcett, 1999).

Resultados

1. Identificación de conceptos.

Los conceptos que componen la teoría son cuatro; dos unidimensionales


(momento de cuidado y conciencia de cuidado) y dos multidimensionales
(relación de cuidado transpersonal y procesos caritas) (Fawcett, Contempo-
rary Nursing Knowledge. Analysis and Evaluation of Nursing Models and
Theories, 2005) los cuales se definen a continuación:
• Momento de cuidado: Punto focal en espacio y tiempo donde tiene
lugar la experiencia de cuidado; es el momento de estar juntos de la
enfermera y el ser cuidado que incluye acción y participación por ambas
partes.
• Conciencia de cuidado: Intencionalidad y conciencia que se le impreg-
na al cuidado; genera una conexión entre el cuidador y el ser cuidado
en un nivel energético universal más elevado.
• Relación de cuidado transpersonal: Comportamientos científicos,
profesionales, éticos y estéticos de dar y recibir entre dos personas, que
permiten el contacto con el mundo subjetivo de los participantes. Se
conforma de tres dimensiones:
• Ser: Unidad transpersonal de mente, cuerpo y espíritu; un yo y un
espíritu encarnado.

73
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

• Campo fenomenal: Realidad subjetiva de la persona que deter-


mina la percepción y respuestas en determinadas situaciones de la
realidad.
• Intersubjetividad: Relación humano-humano en que el cuidador y
el ser cuidado comparten su campo fenomenal.
• Procesos caritas: Aspectos de la enfermería potencialmente terapéuti-
cos en el proceso de sanación. Son 10:
1. Práctica de la amorosa bondad y de la ecuanimidad dentro del
contexto de la conciencia del cuidado.
2. Estar auténticamente presente y permitir y mantener un sistema
de creencias profundo; apoyar el mundo subjetivo de uno mis-
mo y de aquel de quien se debe cuidar.
3. El cultivo de las propias prácticas espirituales y del yo transper-
sonal más allá del ego y la apertura a los demás con sensibilidad
y compasión.
4. Desarrollar y mantener una auténtica relación de cuidado de
apoyo-confianza.
5. Estar presente y apoyar la expresión de sentimientos positivos y
negativos como conexión con el espíritu más profundo de uno
mismo de aquel de quien se debe cuidar.
6. Uso creativo de las propias y de todas las vías de conocimiento,
como parte del proceso de cuidado; participar en el arte de las
prácticas de curación-cuidado.
7. Participar en una experiencia auténtica de enseñanza-aprendi-
zaje que asista a la unidad del ser-significado, intentando man-
tenerse dentro del marco de referencia de otros.
8. Crear un entorno de curación a todos los niveles (físico, no fí-
sico, ambiental de energía y de conciencia), buscando que lo sa-
ludable, la belleza, el confort, la dignidad y la paz se potencien.
9. Ayudar con las necesidades básicas, con una conciencia de cui-
dado deliberada, administrando cuidados humanos esenciales
que potencien la alineación de la mente-cuerpo-espíritu, salud
y unidad del ser en todos los aspectos del cuidado permitiendo
a la espiritualidad emerger.
10. Abrirse y atender a las dimensiones espiritual-misteriosa y exis-
tencial de la propia vida-muerte; cuidar el alma de uno mismo
y de quien debe recibir el cuidado.

74
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Para fines de análisis del fenómeno de interés se tomó en cuenta el


concepto de relación de cuidado transpersonal, así como el sexto y octavo
proceso caritas, sin descartar que todos los conceptos se encuentran íntima-
mente relacionados entre si. Por lo tanto, se considera que el dolor con sus
determinantes biopsicosociales debe abordarse desde todos los niveles (físi-
co, no físico, ambiental de energía y de conciencia) a través del uso creativo
de todas las vías del conocimiento y de la reflexología podal como práctica
de curación-cuidado, entablando una relación de cuidado transpersonal en-
tre el cuidador y el ser cuidado.
En base a lo anteriormente mencionado, se define el concepto de “Dis-
minución del dolor en el adulto mayor mediante la reflexología podal dentro
del Modelo del Campo Ambiental Caritas” como el alivio parcial o total de
la experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular
real o potencial, aprendida a través las experiencias de vida e influenciada
por factores biológicos, psicológicos y sociales desde todos los niveles (físi-
co, no físico, ambiental de enfergía y de conciencia) a través del uso creativo
de todas las vías del conocimiento y de la reflexología podal como práctica
de curación-cuidado, entablando una relación de cuidado transpersonal en-
tre la enfermera y el adulto mayor.
2. Clasificación de los conceptos de la teoría de rango medio.
De acuerdo con la clasificación de Kaplan y tomando en cuenta la sub-
jetividad y complejidad de los conceptos de la Teoría del Cuidado Humano
Transpersonal, todos se clasifican como no observacionales, a excepción de
los procesos caritas que representan la parte operacional de la teoría y pue-
den ser indirectamente observados en el cuidado transpersonal percibido.
Específicamente, el concepto de “Disminución del dolor en el adulto
mayor mediante la reflexología podal dentro del Modelo del Campo Am-
biental Caritas” se clasifica como observable indirecto pues será medido
a través los cambios en el nivel del dolor (Brief Pain Inventory) previo y
posterior a la implementación de la reflexología podal en conjunto con la
percepción de los adultos mayores del cuidado humanizado recibido (Ins-
trumento Percepción del Cuidado Humanizado en Pacientes Hospitaliza-
dos) (Hermosilla, Mendoza, & Contreras, 2016; Sousa, Marques, Severino,
Pozo, & José, 2017).
3. Identificación y clasificación de las proposiciones.

La teoría cuenta con proposiciones muy generales que abordan dos o más
conceptos a la vez, sin embargo, se clasifican como no relacionales pues no

75
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

indican una dirección o fuerza de la relación entre los conceptos. Las propo-
siciones que retoman los conceptos de interés para el fenómeno en cuestión
son (Fawcett, 2005):
• El cuidado transpersonal es la plena puesta en práctica de los diez pro-
cesos caritas en una transacción persona-persona en un momento de
cuidado específico; que, en términos del fenómeno, se traduce en “el
cuidado transpersonal es la plena puesta en práctica de los diez procesos
caritas destacando el octavo que invita a crear un entorno de curación
del dolor a todos los niveles (físico, no físico, ambiental de energía
y de conciencia), buscando que lo saludable, la belleza, el confort, la
dignidad y la paz se potencien; y el sexto referente al uso creativo de las
propias y de todas las vías de conocimiento, como parte del proceso de
cuidado, participar en el arte de las prácticas de curación-cuidado como
la reflexología podal; en una transacción enfermera-adulto mayor en un
momento de cuidado específico”.
• Cuando tiene lugar una relación de cuidado transpersonal con concien-
cia de cuidado, la enfermera entra en el espacio vital o campo fenome-
nal de la persona y puede detectar la condición del ser (espíritu o alma),
empatiza con esta condición y responde de tal forma que la persona ex-
perimenta un alivio de sentimientos, pensamientos y tensiones; siendo
la segunda proposición de estudio “cuando tiene lugar una relación de
cuidado transpersonal con conciencia de cuidado, la enfermera entra en
el espacio vital o campo fenomenal del adulto mayor y puede detectar
la el origen y significado de la experiencia dolorosa, empatiza con esta
condición y responde con la implementación de la reflexología podal
como práctica de curación-cuidado, de tal forma que el adulto mayor
experimenta un alivio parcial o total del dolor”.

4. Orden jerárquico de las proposiciones:

El orden jerárquico que siguen las proposiciones es de tipo inductivo pues


en conjunto se construye un fin único que es alcanzar el cuidado humano
transpersonal. Las proposiciones de estudio comparten este orden jerárqui-
co pues, al poner en práctica los procesos caritas (específicamente el octavo y
sexto) y establecer una relación de cuidado transpersonal con conciencia de
cuidado, la enfermera identifica el dolor del adulto mayor desde la raíz, en
todos los niveles (físico, no físico, ambiental de enfergía y de conciencia) y,
mediante la implementación de la reflexología podal, logra una dismunción
total o parcial de la experiencia dolorosa y la sensación de bienestar que
trasciende el nivel físico.

76
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

5. Construcción de diagramas:

A partir de los conceptos originales, relación de cuidado transpersonal y


procesos caritas, se deriva un concepto “Disminución del dolor en el adulto
mayor mediante la reflexología podal dentro del Modelo del Campo Am-
biental Caritas”. La estructura empírica de este concepto se propone que sea
a través los cambios en el nivel del dolor mediante el Brief Pain Inventory
en conjunto con la percepción de los adultos mayores del cuidado humani-
zado recibido con el Instrumento Percepción del Cuidado Humanizado en
Pacientes Hospitalizados (Diagrama 1).
Diagrama 1. Sustracción teórica

Fuente: Rosas, Jiménez, & Guerrero, 2021.

Discusión

La implementación de esta teoría de situación específica para la dismi-


nución del dolor en adultos mayores derivada de la Teoría del Cuidado
Humano Tranpersonal de Jean Watson es una oportunidad para expandir
el campo de acción de la enfermería y potenciar los ya conocidos beneficios
de la reflexología podal.
Artioli, Tavares y Bertolini en su revisión de la literatura titulada “Foot
reflexology in painful conditions: systematic review” reportan una disminución
del dolor efectiva mediante la implementación de reflexología podal en pa-
cientes con dolor neuromusculoesquelético, artritis reumatoide, migraña

77
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

y dolor agudo secundario a intervenciones quirúrgicas o trabajo de parto


(Artioli, Tavares, & Bertolini, 2021).
Por su parte, la Teoría del Cuidado Humano Transpersonal afirma que
el tratamiento del dolor y el sufrimiento humano tiene una fuerte influencia
intersubjetiva ya que se ve afectado por las experiencias de vida, el sistema
de creencias propio y el sigificado que cada persona otorga a la experiencia
dolorosa; por consiguiente, la disminución del dolor puede alcanzarse desde
la apreciación, respeto y reconocimiento de la enfermera sobre el significado
de lo espiritual y cultural del dolor y el sufrimiento del ser cuidado (Watson,
2008).
De esta forma, combinar los beneficios de la reflexología podal a la luz
de la Teoría del Cuidado Humano Transpersonal para el tratamiento del
dolor en adultos mayores promete una experiencia de cuidado en todos los
niveles distinta al cuidado convencional con resultados satisfactorios en la
disminución parcial o total del dolor independientemente de su origen.

Conclusiones

El dolor es un síntoma desagradable recurrente en los adultos mayores


frecuentemente infratratado; ante esta situación y dada la riqueza de las
experiencias de vida de esta población, es común que recurran a terapias
complementarias para el alivio del dolor a las cuales incluso pueden llegar a
tener mas fé o confianza en comparación con un tratamiento farmacológico.
Abordar el dolor desde todas sus aristas, no solamente biológicas, si no
también psicológicas, espirituales y energéticas como lo propone la Teo-
ría del Cuidado Humano Transpersonal, podría ser la clave para disminuir
parcial o totalmente el dolor durante el envejecimiento y garantizar el esta-
blecimiento de relaciones de cuidado transpersonales entre la enfermera y
el adulto mayor, transformando completamente la experiencia del cuidado.

Referencias
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tercera edad. Revista Médica Las Condes, 25(4), 674-686.
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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

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79
Capítulo 8.
Nivel de ansiedad en adultos mayores en
tiempo de COVID-19
Fernanda Sierra de Alba
María Magdalena Lozano Zúñiga (maria.lozano@umich.mx)
María de Jesús Ruiz-Recéndiz
Emma Flores Mendoza

Introducción

El siglo XXI se ha caracterizado desde sus inicios por una problemática de


salud que ha afectado al mundo y la presencia de una enfermedad infeccio-
sa con las características de la pandemia de Coronavirus (COVID-19) es
una condición de elevado estrés psicosocial que favorece efectos adversos
en el estado anímico de las personas y que supera al impacto psicológi-
co de los sucesos vitales habituales, ya que a las características propias de
la enfermedad, se asocian las condiciones debidas al aislamiento social, la
incertidumbre por el desconocimiento del comportamiento y tratamiento
de la enfermedad y la exposición a información por parte de los medios de
comunicación (Rodríguez, 2020).
Ahora bien, los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden
causar enfermedades tanto en animales como en humanos; en humanos se
sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir
desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome
respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo
severo (SRAS) (Naciones Unidas, 2020). El virus SARS-CoV-2 produce
síntomas similares a los de la gripe, entre los que se incluyen fiebre, tos,
disnea, mialgia y fatiga. También se ha observado la pérdida súbita del olfato
y el gusto. ​En casos graves se caracteriza por producir neumonía, síndrome
de dificultad respiratoria aguda, sepsis y choque séptico que conduce a al-
rededor del 3% de los infectados a la muerte, aunque la tasa de mortalidad
se encuentra en 4.48 % y sigue ascendiendo (Organización Panamericana
de la Salud [OPS], 2020)
La rápida expansión de la enfermedad hizo que la Organización Mun-
dial de la Salud, el 30 de enero de 2020, la declarara una emergencia sanita-
ria de preocupación internacional, basándose en el impacto que el virus po-
dría tener en países subdesarrollados con menos infraestructuras sanitarias
y la reconociera como una pandemia el 11 de marzo del mismo año (OPS,

81
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

2020). Ahora bien, las implicaciones que el virus tuvo no se mantuvieron en


aspectos pandémicos de encierro, sino que, a su vez, las nuevas realidades de
trabajo, el desempleo temporal y la falta de contacto con familiares amigos
y colegas provocaron un desarrollo continuo de temor ante la incertidumbre
de la enfermedad o las repercusiones laborales y familiares considerándose
un potencial catalizador para el desarrollo de trastornos mentales o emocio-
nales (Organización Mundial de la Salud, 2021).
Las personas mayores son más vulnerables al COVID-19 porque poseen
un sistema inmune más débil y en muchos casos presentan una o varias
enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión, afecciones cardiovas-
culares y pulmonares (EPOC), por lo que su capacidad para responder a las
infecciones es menor (OPS, 2020). Ahora bien, de acuerdo a la evolución
pandémica, al acceso a la información mediante investigaciones, y el cono-
cimiento empírico diario han presentado la información necesaria para des-
cubrir entonces que este virus no afecta de la misma manera a la población
mundial. Como ya comentábamos, el virus vulnera mayormente a la pobla-
ción adulta mayor, sin embargo, el estatus socioeconómico, el sexo y el nivel
educativo fungen como factores de riesgo de suma relevancia (Gobierno de
España. Ministerio de Ciencia e Innovación, 2020).
A su vez, las variables que ponen en riesgo a esta población se encuen-
tran la fragilidad y vulnerabilidad, pero también la mayor dependencia que
se presenta en un sector más amplio de los adultos mayores, del mismo
modo, condiciones de salud como problemas cardiovasculares, enferme-
dades respiratorias, insuficiencia renal crónica, hipertensión arterial o dia-
betes. El organismo va sufriendo desgastes, y este incremento de riesgo,
genera a su vez, nerviosismos que desencadenan trastornos psicológicos que
van adquiriendo mayor gravedad. También, es un hecho comprobable que
los adultos mayores residen en su mayoría solos, razón que podría generar
un aislamiento radical en relación a familiares y amigos (Callís, Guarton,
Cruz, De Armas, 2021).
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud estimó que en 2015
la ansiedad afectó a 264 millones de personas en el mundo, con una propor-
ción de 3.6%, que aumenta hasta 7.7% en mujeres que habitan la región
de las Américas, con 3.6% en hombres (OPS, 2020). Todos los individuos
experimentan ansiedad en alguna etapa de su vida; ésta se caracteriza por
una sensación de opresión difusa, desagradable y vaga, que se manifiesta por
la incapacidad de estar sentado o de pie durante un tiempo ya menudo se
acompaña de síntomas vegetativos como como cefalea, diaforesis, taquicar-
dia, opresión torácica, malestar epigástrico e inquietud. En una condición
clínica normal, es una señal de alerta que advierte de un peligro inminente

82
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

y permite al individuo tomar medidas para afrontar dicha amenaza (Cardo-


na-Arias, Pérez-Restrepo, Rivera-Ocampo y Gómez-Martínez, 2015).
Es entonces, que las condiciones presentadas alrededor de un confina-
miento provocaron que las personas adultas mayores reestructuraran tam-
bién su vida, alrededor de altas posibilidades de riesgo para contagiarse.
Callís, Guarton, Cruz y Armas (2021) en su investigación sobre manifesta-
ciones psicológicas en adultos mayores durante la pandemia, descubrieron
que el 61.7% presentaron un nivel leve de ansiedad mientras que un 12.4%
fue un nivel severo. Por otro lado, también existen estudios que encontra-
ron un aumento en el nivel de ansiedad en relación a un antes y un después
del estado de emergencia, yendo de un 2.64% a un 3.64% aunado a un de-
crecimiento en la satisfacción con la salud de un 3.6 a un 2.52 y la voluntad
de vivir de un 4.32 a un 3.68% (Caycho, Barboza, Ventura y Cabrera, 2021).
De ahí que, la Organización Mundial de la Salud (2021) ofreció algu-
nos consejos o consideraciones a seguir de manera que resulten útiles a la
población para disminuir los malestares psicológicos que podrían generar-
se. En primera instancia, señalan la importancia de mantenerse informado
haciendo caso a consejos y recomendaciones hechas por profesionales, de
modo tal, que las fuentes sean confiables. Aunado a este punto, también su-
gieren un equilibrio, es decir, que se propone mantenerse informados, pero
no saturarse de información, de modo tal que la frecuencia de consumo
reduzca y con ella, la preocupación o tención. A su vez, sugieren mantener
las rutinas que sea posible mantener y diseñar nuevas en las que no se des-
cuide la higiene, se coma saludable, se desarrollen actividades, se duerma lo
necesario y se procure hacer cosas que se disfruten.
El COVID 19 está provocando que los adultos mayores se sientan pri-
vados de la capacidad de vivir independientemente por dificultad de movi-
lidad, fragilidad u otros problemas mentales o físicos; además la cuarentena
incrementa la sensación de sentirse aislado, con posibilidad de problemas
psicológicos y mentales, principalmente por el distanciamiento entre las
personas, ausencia de comunicación interpersonal, dolor por muerte de un
ser querido y descenso del nivel socio económico por la coyuntura social,
laboral y/o jubilación o discapacidad (Huarcaya, 2020). Es entonces, que
el contacto social vía telefónica o cibernética cobra muchísima relevancia,
sobre todo, en el contacto con los adultos mayores que podrían presentar
mayores dificultades al momento de trasladarse o tener contacto físico cer-
cano con personas. De ahí, entonces, se desprende una importante función
para las personas que utilizan redes sociales con mayor regularidad y es la
de difundir información verídica, así como mensajes positivos que no hieran
susceptibilidades (Organización Mundial de la Salud, 2021).

83
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

A su vez, recomendaciones específicas que se presentan para la pobla-


ción adulta mayor son la de mantener contacto regular, realizar ejercicios
sencillos que frecuenten la movilidad y fortalecimiento del cuerpo. Auna-
do a esto, el pedir ayuda sobre la actualización en el quehacer en caso de
emergencia como solicitar taxis, comida o atención médica. Por lo que, el
acompañamiento, ya fuese este virtual o físico tiene un peso gigante (Orga-
nización Mundial de la Salud, 2021). Durante la pandemia por COVID-19,
las personas han experimentado diversas reacciones ante la muerte de co-
nocidos, amigos o familiares. En ese sentido, cabe señalar que, aunque la
conceptualización de muerte es abstracta y tiene múltiples acepciones, su
comprensión depende de muchos factores; así mismo, el concepto de muer-
te que poseen las personas es relativo y temporal y varía con el desarrollo del
individuo, durante las diferentes etapas de la vida (Lynch, Gloria y Oddone,
2017).
Ahora bien, debido al reajuste contextual político, social, laboral y psi-
cológico se incrustado en la comunidad tanto científica como popular el tér-
mino nueva normalidad que refiere a ese periodo de transición que requiere
de una adaptación a los cambios. Para ello, González, Agüero, Mazatán
y Guerrero (2021) proponen herramientas disciplinarias como el Modelo
de la Marea para la recuperación en la salud mental; este modelo, aborda
principalmente cómo la enfermería puede ayudar en cubrir necesidades de
salud mental en un sentido de afrontamiento inicial para la búsqueda de
soluciones. Es decir, el papel de las enfermeras es el de facilitar herramientas
o información para la solución de inconvenientes.
A su vez, retomar diversos modelos o teorías podría facilitar el traba-
jo con adultos mayores para su reincorporación al mundo interactivo. Por
ejemplo, la teoría psicodinámica de Peplau consiste en entender la propia
conducta para ayudar a otras personas a identificar dificultades de modo que
se les oriente a identificar quién puede apoyarles explotando sus herramien-
tas y resolviendo cualquier suceso que pueda generarles algún percance.
Sin embargo, también es necesario darle peso a teorías que retomen la
fenomenología y existencialismo como determinantes de la salud física y
mental como lo hace la teoría de la enfermería humanística de Paterson y
Zderad que enfatiza la relación que se establece entre las profesionales de la
enfermería y los pacientes (Galvis, 2015).
Sin embargo, la nueva normalidad trae consigo nuevos paradigmas de
salud que no se relacionan únicamente a infecciones o pandemias, sino
que involucra la salud global, los modelos biológicos y el desarrollo econó-
mico, geopolítico, medioambientales, educativos y laborales en relación a
los avances tecnológicos y de salud. Además, la nueva realidad abre nuevas

84
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

posibilidades de identificación de personas más vulnerables al desarrollo


de enfermedades como lo puede ser la COVID-19 y sus desencadenantes
a nivel sistemático (Zerón, 2021). En consecuencia, es necesario, que las
adaptaciones se lleven a cabo de forma interdisciplinar, de modo que tanto
enfermeras como doctoras, psicólogas e investigadoras se involucren en pro
del bienestar de la población, sobre todo de poblaciones vulnerables como
los adultos mayores (Martínez, Martínez, González, 2020).
Por lo anteriormente mencionado, resulta que la muerte en tiempos de
pandemia por COVID-19, es el pensamiento que más atormenta, provocan-
do angustia y ansiedad. Nadie se siente bien, delante de personas contagia-
das por este virus o en riesgo de morir a causa de complicaciones a su salud;
tal vez porque la muerte de otros nos hace pensar en nuestra propia muerte
(Becerra-Canales y Becerra-Huamán, 2020). En ese sentido, las predomi-
nancias de malestares psicológicos están en la ansiedad, la irritabilidad, de-
presión y estrés y a pesar de su importancia clínica, existen deficiencias en
el abordaje sobre la ansiedad en la pandemia por la COVID-19 ya que las
condiciones sociales limitan el estudio. Por lo tanto, el estudio tuvo como
objetivo determinar el nivel de ansiedad en tiempos de COVID-19 en adul-
tos mayores que radican en una comunidad rural de Morelia, Michoacán.

Metodología

Enfoque y diseño. El estudio fue de tipo cuantitativo con un corte transversal


y diseño descriptivo.
Muestra y muestreo. La muestra fue no probabilística de 160 adultos
mayores de entre 60 y 65 años de una localidad rural de Morelia, Michoacán
seleccionados con un muestreo a conveniencia.
Límites de tiempo y espacio. La investigación se llevó a cabo en la loca-
lidad rural San José de las Torres ubicada al norte de la ciudad de Morelia,
Michoacán durante el año 2020.
Instrumento. Se utilizó el instrumento CAS (Coronavirus Anxiety Scale
por sus siglas en inglés) elaborado por Lee (2020). Es un instrumento de
cribado de salud mental de auto informe para evaluar la ansiedad disfuncio-
nal asociada a la crisis por coronavirus que consta de cinco ítems y utiliza
una escala de respuesta tipo Likert de cinco puntos de 0 (nada) a 4 (casi to-
dos los días). El puntaje va de 0 a 20, donde ≥9 indica una probable ansiedad
disfuncional relacionada con el coronavirus; para fines de esta investigación
se clasificó la ansiedad por coronavirus en mínimo (0 – 4), leve (5 – 9),
moderado (10 – 14) y severo (15 – 20) atendiendo a los puntos de corte pro-
puestos por González-Rivera, Rosario-Rodríguez y Cruz-Santos (2020). El

85
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

instrumento ha demostrado tener adecuados índices de fiabilidad (α>.90).


Además, se elaboró una cédula de colecta de datos para identificar las varia-
bles scoiodemográficas edad, sexo, estado civil, escolaridad y trabajo.
Procedimiento. Se elaboró el protocolo de investigación que fue apro-
bado por el Comité de Ética en Investigación (CEI/FacEnf/012/2021) y el
Comité de Investigación (SA-CI-012-2021) de la Facultad de Enfermería de
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Los investigadores
se dirigieron con el encargado de la comunidad y solicitaron la autorización
para realizar la investigación. Se acordaron los horarios en que se acudiría a
los domicilios de los participantes o a la iglesia de la localidad. Una vez con
los adultos mayores se les explicó el objetivo de la investigación, se solicitó
la firma en la hoja de consentimiento informado y se realizó el llenado de
la cédula con apoyo del investigador, quien leía las preguntas a los partici-
pantes que lo solicitaban. Al concluir se agradecía a los participantes. El in-
vestigador realizó una base en el programa estadístico SPSS versión 25 para
capturar los datos, verificar datos perdidos o anómalos; en seguida efectuó
el análisis estadístico para obtener los resultados.
Análisis estadístico. Se empleó estadística descriptiva, con frecuencias y
proporciones para las variables cualitativas. Para identificar las diferencias de
la ansiedad por coronavirus con las variables sociodemográficas se utilizaron
las pruebas no paramétricas U de Mann-Whitney y H de Kruskal-Wallis.
Consideraciones éticas y legales. Esta investigación se consideró sin riesgo
para los participantes; se obtuvo aprobación de los Comités de la institución
educativa y autorización del responsable de la comunidad; se respetó el de-
recho a la retractación de los participantes de acuerdo con el Reglamento de
la Ley General de Salud de Materia de Investigación para la Salud (2014).

Resultados

En esta investigación la mayoría de los participantes de la localidad de San


José de las Torres fueron adultos mayores de 60 a 65 años (53.1%), mujeres
(61.9%), no trabajan (78.8%), son casados (73.8%) y con nivel de estudios
de primaria (60.6%) (Tabla 1). Respecto a la ansiedad por coronavirus, 70%
presentaron ansiedad leve y 30% ansiedad moderada con un promedio de
ansiedad por coronavirus de 8.53 (DE=1.43). En cuanto a las diferencias de
la ansiedad por coronavirus con las variables sociodemográficas, se encontró
diferencia estadísticamente significativa con la variable trabajo, con mayor
ansiedad en los adultos mayores que no trabajan (Mdn=9.00) (U=1654.00,
p=0.35). No hubo diferencias en las variables edad, sexo, estado civil y es-
colaridad.

86
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Tabla 1. Datos sociodemográficos de los participantes.


Datos Sociodemográficos % Datos Sociodemográficos %
Sexo Estado Civil
Hombres 38.1% Casados 73.8%
Mujeres 61.9% Solteros 26.2%
Trabajo Escolaridad
No trabaja 78.8% Primaria 60.6%
Trabaja 21.2% Otra 39.4%

Discusión

En esta investigación se identificó que siete de cada diez adultos mayores re-
firieron ansiedad leve por coronavirus, datos que son semejantes a lo repor-
tado en Puerto Rico (González-Rivera et al, 2020), aunque la investigación
no fue dirigida de manera exclusiva a los adultos mayores ni tampoco se
colectaron los datos en la etapa de aislamiento por la primera ola de la en-
fermedad; los resultados difieren con lo reportado en España en la primera
fase de la pandemia, donde la población adulta mayor presentó ansiedad
moderada (Ozamiz-Etxebarria, Dosil-Santamaria, Picaza-Gorrochategu e
Idoiaga-Mondragon, 2020).
Otros resultados no encontraron diferencias en adultos y adultos ma-
yores (Prieto-Molinari et al, 2020) aunque sí muestran menor nivel de an-
siedad; sin embargo, aún con cinco de cada 10 que presentan ansiedad, las
personas resaltan que “existe incomodidad de los participantes con respecto
a entrar o salir de un lugar lleno de gente” (Prieto-Molinari et al, 2020). En
este estudio se encontraron diferencias de la ansiedad por coronavirus con
mayor ansiedad en los adultos mayores que no trabajan lo que concuerda
con Prieto-Molinari et al (2020), quien reportó diferencias entre personas
que trabajan o estudian de manera presencial frente a aquellas que no lo
hacen, y, por lo tanto, el aislamiento sí influye en los síntomas de ansiedad
de adultos mayores.

Conclusiones

Los adultos mayores por su condición y edad son un grupo vulnerable y


están expuestos a desarrollar la sintomatología grave en el caso de infectarse
con COVID19, por ello las medidas preventivas y de restricción indican que
mantengan cuarentena obligatoria, así mismo son la población que está bajo
mayor presión en cuanto al cuidado e incluso esta situación de la pandemia

87
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

COVID-19 ocasiona que las personas se dejen influenciar por prejuicios


hacia esta población.
Existe evidencia en investigaciones realizadas en varias partes del mundo
que ponen de manifiesto la ansiedad en los adultos mayores en el contexto
de COVID-19, según estas investigaciones se relacionan con la preocupa-
ción, la soledad, el aislamiento y se incrementa ante la presencia de trastor-
nos psiquiátricos y enfermedades crónicas.

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90
Capítulo 9.
Fragilidad y calidad de vida en las personas
mayores en Saltillo, Coahuila
José Luis Nuncio Domínguez (nuncio_j@uadec.edu.mx)
Dulce Elena Torres Valdés
Reyna Yadith Jalomo Reyes
María Ascención Tello García

Introducción

Debido al aumento significativo de la población adulta mayor a nivel mun-


dial y los cambios propios en esta etapa de la vida, se hace necesario conocer
la importancia que tienen las redes de apoyo en las personas de la tercera
edad para llevar un envejecimiento adecuado y lograr una calidad de vida
satisfactoria; ya que el envejecer, incluye cambios significativos en el indi-
viduo que deben ser tratados adecuadamente. Según el informe anual de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo son 29 los países
que pasan la media de los 80 años. Sin embargo, el aumento de la esperanza
de vida no ha significado más años de vida sin discapacidad, sobre todo si
se considera que en la etapa de vida adulta es cuando más ocurren cambios
propios del envejecimiento, además de la presencia de enfermedades cróni-
cas degenerativas, carencias económicas y de soporte social, estrés por jubi-
lación, pérdida del estatus y pérdida de los seres queridos, así como soledad
y aislamiento; estas son situaciones que repercuten en la calidad de vida del
adulto mayor (OMS, 2019).
La OMS define como persona mayor a toda persona mayor de 60 años
en países en vías de desarrollo; las personas mayores se encuentran en una
etapa del desarrollo considerada como un proceso multidimensional, ya
que, posee una influencia en la persona, en su núcleo familiar y, por lo
tanto, en su entorno en general. Actualmente, con el paso de los años, la
población del adulto mayor ha ido aumentando considerablemente. Según
la OMS, se estima que, en el 2050, las personas mayores de 60 años llegarán
a los 2000 millones, lo que representaría el 22% de la tasa a nivel mundial.
Dicho fenómeno del envejecimiento implica un cambio en la estructura
de las naciones que se ve reflejado en un continuo y acelerado proceso de
envejecimiento poblacional. El incremento en la esperanza de vida, la re-
ducción de la mortalidad y los avances en materia de salud impactan en una

91
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

mayor longevidad que exige tomar una serie de medidas a fin de lograr un
envejecimiento sano y de calidad.
La calidad de vida es un concepto multidimensional que está influen-
ciado por variables socioeconómicas, estilos de vida, condiciones físicas y
de salud, vivienda, satisfacción personal y entorno social en el que el adulto
mayor se desenvuelve. La calidad de vida se define como un estado de bien-
estar físico, social, emocional, espiritual, intelectual y ocupacional que le
permite al individuo satisfacer apropiadamente sus necesidades individuales
y colectivas; la satisfacción de las necesidades condiciona la calidad de vida.
Estas necesidades son entendidas como actividades de vida que las personas
tienen que realizar cotidianamente, en las que influyen factores biológicos,
psicológicos, socioculturales, ambientales y político-económicos (Flores
Herrera, 2018).
El envejecimiento no es sinónimo de enfermedad, existen adultos ma-
yores que viven muchos de años libres de comorbilidades, independientes,
satisfechos y adaptados socialmente. Esto último se conoce como enveje-
cimiento exitoso. Fragilidad ha variado a lo largo del tiempo y fue con-
ceptualizado como: riesgo de “romperse”, aumento del riesgo de morir,
susceptibilidad inusual de enfermar, pérdida de la fuerza y la resistencia.
Los fenotipos más comúnmente relacionados incluyen: debilidad muscular,
fragilidad ósea, desnutrición, riesgo de caídas, vulnerabilidad al traumatis-
mo, vulnerabilidad a infecciones, alto riesgo de confusión, presión arterial
inestable y disminución de las capacidades (Legna Marian Santa Cruz Her-
nández, 2020).
Uno de los mayores problemas de la población envejecida es la condi-
ción clínica de fragilidad, considerada como una consecuencia del deterioro
debido a la edad y que puede llevar a la vulnerabilidad de sufrir cambios de
salud repentinos por eventos estresantes menores. Se estima que una cuarta
parte de las personas mayores de 85 años son frágiles y presentan un mayor
riesgo de caídas, discapacidad, necesidad de cuidados y muerte. El estado
frágil se ha asociado al género femenino, vivir solo, menor educación, de-
pendencia funcional y a un mayor número de condiciones crónicas. En este
sentido, surge la necesidad de un enfoque integral y multidisciplinario con
el objetivo de prevenir la fragilidad mejorando la calidad de vida de las per-
sonas mayores (Rosalina Aparecida Partezani Rodríguez, 2018).
La OMS describe una estrecha relación entre las funciones físicas con el
nivel de autonomía y de participación social en la comunidad, un ambiente
familiar de afecto, cariño y atención es favorable para la salud, mejorando de
esta forma su calidad de vida; por lo anteriormente mencionado el propó-

92
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

sito del presente estudio es conocer la relación que presentan las personas
mayores de la fragilidad y la calidad de vida.

Objetivo General

Conocer la relación que existe entre el nivel de fragilidad y la calidad de vida


de las personas mayores de tres centros de salud en la ciudad de Saltillo,
Coahuila.

Objetivos Específicos

1. Describir los datos sociodemográficos de las personas mayores.


2. Conocer el nivel de fragilidad de las personas mayores.
3. Identificar el nivel de calidad de vida de las personas mayores
4. Comprobar si existe relación entre la fragilidad y la calidad de vida
de las personas mayores.

Metodología

El diseño de investigación fue de tipo descriptivo correlacional, debido a


que se describió las variables de estudio y se relacionaron estadísticamente
para su análisis. La población estuvo conformada por personas adultas ma-
yores de 3 centro comunitarios donde se encontraban los sujetos de estudio,
el muestreo fue no probabilístico por conveniencia y la muestra final fue de
126 adultos mayores.
Los criterios de inclusión fueron personas adultas mayores de
60 años, que desearon participar en el estudio. Los criterios de exclusión
personas que presentaban alguna discapacidad para el habla, con deterioro
cognitivo grave y las personas que no desearon firmar el consentimiento in-
formado. Los criterios de eliminación fueron adultos mayores que desearon
abandonar la encuesta.
Para el presente estudio se utilizó tres apartados, el primero la cedula de
datos personales, posterior se utilizó la escala de Frail para medir fragilidad
en las personas mayores y por último se utilizó el Whoqol-Bref de la OMS
para medir la calidad de vida. En primer lugar, se utilizó la cedula de datos
Personales y de Salud (CDPS) que consta de 15 preguntas, seis interrogan-
tes para la variable sociodemográfica y el resto corresponden al apartado de
salud. Las variables sociodemográficas son: sexo, edad, estado civil, escola-
ridad, ingreso mensual y ocupación actual; cinco preguntas relacionadas a

93
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

la vivienda y convivencia, el resto de las cuestiones corresponden a los datos


de salud, la presencia o ausencia de morbilidad, el servicio de salud con el
que cuenta y la percepción del estado de salud en general.
La escala de Frail (Morley, Malmstrom, & Miller, 2012), de fácil apli-
cación, compuesta por cinco ítems (fatigabilidad, resistencia, deambulación,
comorbilidad y pérdida de peso) en la que cada respuesta afirmativa es valo-
rada con 1 punto, se considera fragilidad puntuaciones ≥ a 3 y pre - fragili-
dad 1 o 2 puntos, y sin fragilidad o robusto 0 puntos. 
Para medir la Calidad de Vida se utilizó el WHOQOL-BREF en su
versión de la adaptación transcultural y española abreviada. El instrumen-
to creado por el grupo de Calidad de Vida de la OMS, validado en varios
idiomas por el grupo WHOQOL y la validación al castellano (Skevington,
Lotfy & O’Connell, 2004; Lucas, 1998). Las dos primeras preguntas co-
rresponden a la calidad de vida en general y percepción del estado de salud
en general con puntuación de 1 a 5. Las preguntas de la 3 a la 26 corres-
ponden a los cuatro dominios: Salud Física: 3, 4, 10, 15, 16, 17 y 18 con
puntaje crudo mínimo de 7 y máximo de 35. Aspectos Psicológicos: 5, 6, 7,
11, 19 y 26 con puntaje crudo mínimo de 5 y máximo de 30. Relaciones So-
ciales: 20, 21 y 22 con puntaje crudo mínimo de 3 y máximo de 15. Medio
Ambiente: 8, 9, 12, 13, 14, 23, 24 y 25 con puntaje crudo mínimo de 8 y
máximo de 40. Las puntuaciones crudas de los 4 dominios se ponderan en
una escala de 0 a 100. Las preguntas se califican otorgando un puntaje de 1
a 5, las preguntas 3 y 4 que pertenecen a Salud Física y 26 que pertenece a
Aspectos Psicológicos tienen un puntaje de orden inverso.
El presente estudio se apegó al reglamento de la Ley General de Salud
en materia de Investigación para la Salud, en el que se establece el desarro-
llo de investigación. Debido a que esta investigación es sin riesgo de daño
a la población y de acuerdo con los criterios de inclusión ya expuestos este
estudio se desarrolló conforme a los siguientes artículos.
En el cual se tomó en consideración lo escrito en el titulo primero,
Capitulo Único, Artículo 2° y 3° donde se establece que en cualquier inves-
tigación se debe llevar a cabo el cumplimiento de la ley general de salud en
lo referente a la investigación para la salud en los sectores públicos, social y
privado. Se consideró lo que declara el titulo segundo, Capítulo I, Artículo
13° en el cual se estipula que en toda investigación en la que el ser humano
sea sujeto de estudio, deberán prevalecer el criterio de respeto a su dignidad
y la protección de sus derechos y bienestar. Por lo que se respetara la deci-
sión del adulto mayor a participar o no en la investigación. Por lo tanto, se
obedeció lo estipulado en el Artículo 18°, donde se declara, que el investi-
gador principal suspenderá la investigación de inmediato, al advertir algún

94
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

riesgo o daño a la salud del sujeto. Así mismo, será suspendida de inmediato
cuando el sujeto de investigación así lo manifestará.
El presente estudio fue revisado y aprobado por la coordinación del de-
partamento de posgrado de la Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Valdés
Galindo” de la Universidad Autónoma de Coahuila, posterior se acudió a
los dos centros de salud y al DIF Estatal de Saltillo, Coahuila. Se invitó a las
personas adultas mayores para participar en el estudio.
Una vez que las personas adultas mayores aceptaron participar, se le
entrega el consentimiento informado por escrito para su firma y se aplicó
los siguientes instrumentos: cedula de datos personales, escala de Frail y el
instrumento Whoqol-Bref de calidad de vida.
Los datos fueron procesados mediante el paquete estadístico para cien-
cias sociales IBM Statistics SPSS versión 23 y Microsoft Office 2019. Se uti-
lizó estadística descriptiva e inferencial para las variables de estudio sociode-
mográficas, se manejó la prueba de la normalidad de Kolmogorov-Sminrov
para identificar la normalidad de los datos y posterior se utilizó Spearman
para correlacionar las variables de estudio.

Resultados

A continuación, se presentan los resultados de las 126 personas adultas


mayores que participaron en el presente estudio. El promedio de edad fue
de 69.5 años (DE. 7.6), con un mínimo de 60 y un máximo de 91 años. De
las variables sociodemográficas de las personas mayores el 60.3% (f. 76) es
femenino, 39.7% (f. 50) masculino, 44.4% (f. 56) son casados y un 32.5%
(f. 41) se encuentran viudos. En cuanto a la educación se encontró que un
23.8% (f. 30) cuentan con nivel de secundaria y un 20.6% (f. 26) con nivel
bachillerato/técnico, el 32.5% (f. 41) se dedica al hogar y un 28.6% (f. 36)
se dedican a un trabajo informal, el promedio de ingreso mensual es de $0
a $2500 x mes con un 44.4% (f. 56). El 81.0% (f. 102) de los participantes
indicó poseer algún tipo de enfermedad, la prevalencia fue diabetes mellitus
(f. 34), hipertensión arterial sistémica (f. 33) y tan solo el 19% (f. 24) no
cuenta con ninguna enfermedad. El 81.7% (f. 103) cuenta con IMSS.
En cuanto a la fragilidad de las personas mayores predomino el nivel
frágil con un 54.8% (f. 69), un 34.9% (f. 44) se encuentran en un nivel de
pre - fragilidad y solo el 10.3% (f. 13) de los adultos mayores están en un
nivel sin fragilidad.
En los dominios de calidad de vida de las personas mayores se muestra
que la media total de calidad de vida es de 59.55 (DE. 15.51) y se puede
inferir que es buena debido a que el promedio aceptable de la calidad de vida

95
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

es mayor a 50, obteniendo el menor puntaje el dominio de salud física con


una media de 54.74 (DE. 19.78) y con mayor puntaje el dominio aspectos
psicológicos con una media de 64.29 (DE. 16.14).
Al realizar la correlación bivariada de Spearman, se observa que los re-
sultados revelaron un valor significativo, existe una relación en las personas
mayores entre la fragilidad y calidad de vida, mostrando que a mayor fragi-
lidad menor será su calidad de vida (rs= -.795 p=.00).

Discusión

En el presente estudio se muestra la prevalencia de la fragilidad en las per-


sonas mayores datos que se asemejan en lo reportado por Mesa et al. (2020)
y Zamudio-Rodríguez et al. (2017), esto hace evidente que este grupo po-
blacional presenta limitaciones físicas conforme avanza la edad, la perdida
de fuerza muscular aunado a las enfermedades crónicas aumenta la vulnera-
bilidad de presentar dependencia funcional.
Por su parte, Linares (2018) cita que la fragilidad constituye un proble-
ma de salud que repercute no solo a las personas mayores, sino también a
las personas que lo rodean afectando las esferas económicas, psicológicas y
sociales, que repercuten en la calidad de vida de las personas que padecen
este síndrome geriátrico.
En cuanto a la calidad de vida reportada se muestra que las personas
mayores perciben su calidad de vida como aceptable, la dimensión que se
encuentra en mejores condiciones es los aspectos psicológicos seguido por
las relaciones sociales; Fusté (2018) refiere que las personas que presentan
buenas redes de apoyo social y que se encuentran en convivencia armónica,
presentan mejores condiciones físicas, mentales y emocionales en compa-
ración con aquellas personas mayores que viven solas, el que las personas
mayores se sientan en sociedad contribuye a disminuir sus niveles de estrés
y ansiedad.
El dominio que se encuentra más afectado es el de salud física, la inde-
pendencia funcional se ha asociado directamente con el bienestar emocio-
nal, Rodríguez Díaz (2016) menciona que la independencia funcional ayuda
a mejorar la calidad de vida en la vejez, cuando se conserva las funciones
cognitivas, físicas y sociales aumenta el bienestar en este grupo etario. Por
su parte Martínez Aranda (2018) cita que el tener las capacidades funcio-
nales en óptimas condiciones debe de ser una prioridad para las personas
mayores y que cuando existan limitaciones, estas deben de minimizar dichas
limitaciones y fortalecer la independencia para disfrutar las capacidades que
aun preservan. Mezadri et al. (2016) y Merellano (2017) mencionan que la

96
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

actividad y el ejercicio mejoran las actividades básicas de la vida diaria y la


calidad de vida de las personas mayores.
Los resultados mostraron una relación negativa entre la fragilidad y la
calidad de vida, lo que indica que a medida que aumenta la fragilidad, la calidad
de vida de las personas mayores tiende a disminuir. Guzmán Valle, A., &
Roso Tarazona, K. D. (2021) y Jasso, Gómez y Barrera (2017) aluden que
la mala calidad de vida se relaciona con la disminución de las capacidades
físicas, ya que la dependencia incrementa la sensación que es una carga para
la familia lo que refleja las limitaciones para realizar sus actividades básicas
de la vida diaria afectando de esta manera su situación emocional. Se ha
demostrado que las personas que reportan una mejor calidad de vida son
precisamente las que no presentan fragilidad ya que muchas de las personas
mayores refieren que la convivencia y las relaciones sociales son importantes
para mantener su bienestar físico y mental ya que encuentran satisfacción
en la vida.
Duque-Fernández, Ornelas Contreras y Benavides Pando (2021), Nun-
cio (2021), García González y Froment, (2018), Muñoz et. al (2015), hacen
referencia que las personas mayores con actividades físicas favorables tienen
una mejor percepción de la calidad de vida en comparación con aquellas
personas que presentan alguna limitación para realizar sus actividades de la
vida diaria. La independencia funcional es un pilar fundamenta para mejorar
el bienestar de las personas mayores.

Conclusiones

El envejecimiento de las personas mayores debe ser considerado como un


proceso natural e individual ya que cada persona mayor presenta el enve-
jecimiento de forma diferente. La prevalencia de las afecciones crónicas
prevalece en este grupo etario por lo que es necesario identificar el curso
de las enfermedades crónicas, puesto que la salud de las personas mayores
dependerá en gran medida a sus condiciones biológicas.
En el presente estudio se encontró una alta prevalencia de fragilidad
seguido por personas mayores pre-frágiles, es necesario que las personas
mayores aumenten la fuerza y la resistencia ya que esto favorece que las
personas frágiles eviten la dependencia funcional, se puede inferir que la
fragilidad es considerada como un estado de pre-discapacidad o de riesgo
de presentar limitaciones funcionales. La fragilidad produce alteraciones
múltiples en los sistemas interrelacionados que modifica la adaptación del
organismo a eventos adverso de la salud de los individuos.

97
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

En lo que se refiere a la calidad de vida de las personas mayores se ha


encontrado que los aspectos psicológicos y las relaciones sociales represen-
tan un soporte básico para mejorar o mantener la percepción aceptable de
su calidad de vida. Por otra parte, se demuestra que cuando las limitaciones
físicas se encuentran mermadas su calidad de vida tiende a disminuir por lo
que es necesario contribuir a las personas mayores a mejorar su indepen-
dencia funciona y esto a su vez disminuirá el estrés y la ansiedad que puedan
llegar a presentar debido a sus condiciones de salud.
Cuando se ha detectado a una persona mayore con fragilidad se puede
prevenir la discapacidad y se puede aumentar o mantener el grado de auto-
nomía, con esto cada persona mayor disminuye el riesgo de padecer depen-
dencia funcional y mejora su calidad de vida y su bienestar.

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99
Capítulo 10.
Perdidas dentales y calidad
de vida relacionada con la salud oral
en adultos mayores
Isaí Arturo Medina Fernández
Perla Polanco Tinal (perlapolanco.t@hotmail.com)
Daniel Sifuentes Leura
Sandra Cecilia Esparza González

Introducción

El proceso de envejecimiento poblacional o envejecimiento demográfico es


una de las características más destacadas en los últimos años. Este fenóme-
no ha ocasionado cambios poblacionales, incrementándose el número de
adultos mayores (AM) y disminuyendo la tasa de fecundidad y mortalidad
en general (Huenchuan, 2018).
De acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población
(CONAPO), para el año 2030, el porcentaje de adultos mayores será de 20.4
millones. En este sentido se espera que la demanda de servicios de salud
debido a patologías asociadas al envejecimiento vaya en aumento (Instituto
Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2016).
No obstante, el envejecimiento se caracteriza por la acumulación gra-
dual, durante toda la vida, de daños moleculares y celulares, lo que produce
un deterioro generalizado y progresivo de muchas funciones del cuerpo, así
mismo aumenta la vulnerabilidad a factores del entorno y mayor riesgo de
enfermedad, como es el caso de las enfermedades bucales, en su mayoría son
irreversibles y su efecto se acumula a lo largo de la vida, de tal forma que
los daños tienden a ser mayores en la población adulta mayor (Secretaria
de Salud, 2015).
El padecimiento bucal con mayor frecuencia en el adulto mayor es la
perdida de los órganos dentarios, se presenta en un 90% de los adultos ma-
yores en México y su principal causa de este padecimiento es la enfermedad
periodontal (Carvajal, 2016; Dhama et al., 2017; Instituto Mexicano del
Seguro Social, 2012).
No obstante, la falta de piezas dentales no solo ocasiona problemas y
limitaciones a nivel físico, sino también a nivel psicológico, afecta el au-
toestima, comunicación con otras personas, debido a alteraciones en la fo-
nética, puede ocasionar incluso aislamiento social y depresión debido a un

101
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

sentimiento de vergüenza por la apariencia física a causa de la ausencia de


dientes, situaciones que llevan a un empobrecimiento en la calidad de vida
del adulto mayor, específicamente relacionada con la salud oral (CVRSO),
la cual es aquella que el individuo valora y refleja su estado de satisfacción a
nivel fisiológico, emocional y social (Schwartzmann, 2003).
De igual forma se ha demostrado que los impactos orales, afectan la
calidad de vida de la población adulta mayor, principalmente a través de la
dificultad para masticar, deglución y comunicación verbal (Dhama et al.,
2017). La pérdida de dientes tiene un impacto negativo en la calidad de vida
y el bienestar de los AM, los individuos con un mal estado de dentición
tienen más probabilidad de sufrir una mala percepción de salud que los que
tienen buena salud bucal (Rouxel et al., 2017).
Si bien es cierto que existe un gran número de adultos mayores con pro-
blemas bucales, entre ellos la caída de dientes, que en consecuencia afecta
en el nivel de calidad de vida del adulto mayor respecto a su salud oral, es
por ello que este estudio debe ser base para futuras investigaciones que
se enfoquen en la prevención, evitando complicaciones posteriores para la
salud en general y contribuyendo a la reducción de la vulnerabilidad de este
grupo (Giraldo, 2016; Instituto Nacional de Salud Pública, 2015).
Los estudios mencionados anteriormente han sido realizados por profe-
sionales formados en el campo de la estomatología, nutrición o medicina, y
con muy poca o casi nula participación de los profesionales de enfermería,
siendo este un punto a reforzar y de gran oportunidad para la realización
de estudios en el área de la salud bucal abordados desde una perspectiva
del cuidado enfermero, brindando así, una verdadera atención holística e
integral.

Objetivos

Determinar la relación de las perdidas dentales con la calidad de vida rela-


cionada con la salud oral en adultos mayores de Saltillo, Coahuila

Metodología

El diseño del estudio fue descriptivo correlacional, ya que se analizó la re-


lación de la perdida dental con la calidad de vida. Un estudio correlacional
tiene como propósito conocer la relación que existe entre dos o más con-
ceptos o variables.

102
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

La población de interés estuvo conformada por personas adultas ma-


yores de seis grupos del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayo-
res (INAPAM) de Saltillo, Coahuila. El muestreo fue no probabilístico a
conveniencia, cumpliendo con los criterios de inclusión. El tamaño de la
muestra fue de 116 adultos mayores que cumplieron con todos los criterios
mencionados.
Se incluyó a personas a partir de 60 años de edad con al menos una
perdida dental. Se excluyó a las personas con datos de deterioro cognitivo
con una puntuación menor a 7 en el test de Pfeiffer y los que no aceptaron
colaborar con la revisión dental. Se eliminó a los participantes que no fir-
maron el consentimiento informado.
Para este estudio se utilizó una cedula de datos sociodemográficos y
clínicos, la cual contiene el número de folio del participante, nombre, edad,
sexo, comorbilidades, escolaridad, estado civil, número de visitas al dentista
en un año.
Por otra parte, para evaluar la calidad de vida será con el instrumento
Oral Health Impact Profile OHIP-EE-14 (alfa de Cronbach de 0.91), la
cual señala las situaciones relacionadas con la dentadura afectan positiva o
negativamente las funciones psicológicas, biológicas y sociales de las perso-
nas. Se evalúa mediante 14 ítems, en escala tipo Likert, cuyas opciones de
respuesta van de 0= nunca, 1= casi nunca, 2= algunas veces, 3=frecuente-
mente y 4= casi siempre, los cuales hacen referencia a 7 dimensiones, limi-
tación funcional, dolor, incomodidad e inhabilidad psicológica, inhabilidad
física e incapacidad. Así mismo los resultados del instrumento señala que a
mayor puntaje, más alto el impacto negativo en la percepción de la calidad
de vida relacionada con la salud oral ( Utsma et al, 2016).
Para la valoración de la cavidad bucal, se usará una odontograma donde
se indicará el número de piezas dentales, adicionalmente las piezas prótesis,
cariadas y obturadas. Este es un instrumento de valoración clínica utilizado
ampliamente en el ámbito dental, ayuda a plasmar el estado general de la
boca, las piezas en las que hay que actuar, el tratamiento del paciente, segui-
miento y operaciones anteriores, con el fin de no sesgar resultados se solicitó
el apoyo de un médico cirujano odontólogo con especialidad en endodoncia.
Los datos fueron procesados electrónicamente con el programa Statis-
cal Package for the Social Sciencies (SPSS), versión 22 para Windows. Se
utilizó estadística descriptiva e inferencial, el análisis descriptivo se realizó
a través de frecuencias, proporciones, medidas de tendencia central y des-
viación estándar. Se evaluó si existía normalidad en las variables a través de
la prueba Kolmogorov-Smirnov (K-S) con corrección de Lilliefors encon-

103
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

trándose una distribución no normal (p<.05). Dado el resultado anterior se


utilizó el coeficiente de correlación de Spearman.
El presente estudio se apegó a lo dispuesto en la Ley General de Salud
y NOM 012-SSA3-2012 en materia de Investigación para la Salud, el cual
establece que en la investigación deberán prevalecer el criterio del respeto a
su dignidad y la protección de sus derechos y bienestar, lo anterior se realizó
aplicando consentimiento informado.

Resultado

La población de estudio estuvo conformada por 116 adultos mayores, el


promedio de edad fue de 72 años, con un mínimo de 60 años y un máximo
de 92. En su mayoría del estudio estuvo constituido por mujeres con un
87.9%, con escolaridad primaria en su mayora con un 46.6% y viudos con
un 49.1%, así mismo el 27.6% padece de diabetes y el 51.7% hipertensión
arterial sistemática.
En cuanto a la perdida dental se obtuvo una media de 15 dientes perdi-
dos, un valor mínimo de 1 y un máximo de 28; presentando de 1 a 9 dientes
perdidos el 35.3%, 10 a 20 dientes el 31.1% y el 33.6% de los adultos
mayores habían perdido de 21 a 28 dientes, aunado a lo anterior se identi-
ficó que el 18.1% de los adultos mayores habían perdido todos los dientes
(endentulismo).
Por otro lado, los datos sobre la calidad de vida relacionada con la salud
oral, el puntaje de la calidad de vida de vida relacionada con la salud oral
oscilo entre 0 y 56, con una media de 26.47(DE= 16.83). El 45.7% de la
población estuvo por debajo de la media y el 54.3% por arriba de la media,
tomando en cuenta que a mayor puntuación menor calidad de vida.
No obstante, las subescalas indicaron que la limitación funcional obtuvo
una media de 4.75(DE=2.68), dolor físico x=3.28 (DE2.69), disconfort psi-
cológico x=4.42 (DE=3.05), incapacidad física con una x= 3.80(DE=3.03),
incapacidad psicológica con una x= 3.81(DE=3.08), incapacidad social con
una x= 3.08 (DE=2.87) y desventaja con una x= 3.31(DE=2.66). La dimen-
sión más afecta fue la limitación funcional y la menos afectada la incapaci-
dad social.
Por otra parte, para dar respuesta al objetivo general se realizó la relación
entre la perdida dental con la calidad de vida relacionada con la salud. De
acuerdo a esto, se puede observar que la edad tuvo una correlación positiva
con la perdida dental (rs=.451; p<.001), es decir a mayor edad, mayor per-
dida dentaria. Así mismo se encontró que la CVRSO tuvo una correlación

104
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

significativa con las perdidas dentales (rs=.287; p<.01), a mayor número de


piezas dentarias perdidas, mayor impacto negativo en la CVRSO.
De igual manera se encontró que a mayor perdida dental, aumenta la
limitación funcional, disconfort físico, incapacidad física, incapacidad psi-
cología e incapacidad social (p<.05)

Discusión

El propósito de esta investigación fue determinar la relación entre la per-


dida dental y la calidad de vida relacionada con la salud oral . Acorde a los
resultados sociodemográficos, se encontró que la mayoría refirió padecer
hipertensión arterial (51.7%), este resultado coincide con reportados por
la ENSANUT (2016) y Salazar et. al (2016), donde se muestra que la pre-
valencia de HTA es de 56% en el grupo de 60-69 años, 66.3% en el grupo
de 70-79 años y de 59.4% en los mayores de 80 años. En el adulto mayor
la hipertensión arterial constituye la primera causa de consulta ambulatoria,
debido a que es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en este
grupo de edad (Campos, Hernández, Pedroza, Medina, & Barquera, 2018;
Salazar, Rotta, & Otiniano, 2016).
En la relación a la cantidad de dientes perdidos, se obtuvo una media de
15 dientes ausentes, siendo 21 adultos mayores con edentulismo (18.1%).
Estos datos son similares a los reportados por Luengas et al (2015), don-
de la perdida dental alcanzada en los adultos mayores fue de 17.4 dientes
perdidos en mayores de 80 años, y de 15 en el grupo de hasta 64 años de
edad. Sin embargo, el porcentaje de edentulismo fue mucho menor en esta
investigación con 7.53%, esto puede estar relacionado a que la población de
estudio fueron personas que tenían a su disposición una cobertura odon-
tológica (menor número de habitantes, mayor porcentaje de odontólogos y
bajo porcentaje de población sin derecho habiencia a instituciones públicas
y privadas) y con niveles socioeconómicos por arriba de la población mues-
tra para este estudio (Luengas et al, 2015).
En relación con la calidad de vida relacionada con la salud oral, medido
mediante el instrumento OHIP-EE-14, se obtuvo una media de 26.47. me-
dia fueron mayores a los presentados por Utsman y colaboradores (2016)
donde se obtuvo una media de 11.4 en la puntuación total, y el disconfort
psicológico, dolor físico e incapacidad psicológica fueron las dimensiones
más afectadas (Utsman, Padilla, & Rodríguez, 2016). Este resultado en la
media, puede deberse a que el grado máximo de estudios de la población
se ubicó en una educación universitaria y con tratamientos odontológicos
de seguimiento, a comparación de la población de estudio de esta investi-

105
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

gación, que la mayor parte se concentró entre la educación primaria y sin


educación básica.
Así pues, los adultos mayores que tuvieron mayor cantidad de dien-
tes perdidos presentaron puntajes más altos en el OHIP-EE-14, indicando
mala calidad de vida (p<.01). Semejante a lo que reporta Fuente et. al (2010)
donde hubo correlación entre el índice OHIP-EE-14 y la cantidad de dien-
tes perdidos (p<.001), existiendo mayores problemas y molestias al comer,
dolor bucal e interrupción de la alimentación. Lo mismo sucede con los
estudios realizados por Ortiz (2014) y Padilla (2017) donde hubo una corre-
lación positiva entre la calidad de vida relacionada con la salud y la perdida
de dientes (p<.001), siendo más marcado en los grupos con menos de 20
dientes y en los mayores de 80 años (Ortiz & Altamirano, 2014; Padilla,
Saucedo, Ponce, & González, 2017).

Conclusión

Los resultados de este estudio indican que la mayoría de la población tuvo


una pérdida de entre 1 a 9 dientes, y un poco menos de la cuarta parte tuvo
ausencia de la totalidad de los dientes (estado edéntulo), concentrándose la
edad entre los 64 y 79 años. Así mismo, se encontró que, a mayor pérdida
de dientes, mayor calidad de vida relacionada con la salud oral.
Estos resultados pueden servir de base para intervenciones multidiscipli-
narias en salud que prevengan las enfermedades bucales mediante acciones
para la protección en salud en el endentulismo, enfermedad periodontal,
control de factores que ponen en riesgo la salud bucal, es así que enfermería
podría participar en la educación para la salud con el fin de mejorar la cali-
dad de vida en la salud oral.

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108
Capítulo 11.
Relación de Marcha y Equilibrio del Adulto
Mayor con su Estilo de Vida en el Primer
Nivel de Atención
Epifania Galindo Reyes (epygalindo81@gmail.com)
Gudelia Nájera Gutiérrez
María Claudia Morales Rodríguez
Brenda Reséndiz Maldonado

Introducción

El envejecimiento poblacional es un fenómeno demográfico que aumenta


de manera rápida en comparación con otros grupos de edad, afecta a cues-
tiones sociales, sanitarias, políticas y económicas, sus principales causas son
el incremento en la esperanza de vida y la disminución de la natalidad; se
estima que a nivel mundial entre los años 2015 al 2050 el porcentaje de
los habitantes mayores de 60 años pasará del 12% al 22% de la población
(Organización Mundial de la Salud [OMS], 2021).
Este problema no es diferente en Latinoamérica, por ejemplo, en Méxi-
co se prevé que para el año 2030, la población mayor de 60 años será de más
de 20,014,853 adultos mayores (AM), que conformarán el 14.6% de los
habitantes y para el año 2050 se estima que los AM integrarán el 27.7% de
la población mexicana (Secretaría de Desarrollo Social [SEDESOL], 2017).
El envejecimiento no es sinónimo de enfermedad o discapacidad; sin
embargo, se presentan múltiples cambios, tanto fisiológicos, psicológicos
como sociales (Roca, 2016); desde el punto de vista biológico, es la con-
secuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y
celulares a lo largo del tiempo, que aumentan el riesgo de enfermedad y
un descenso de sus capacidades mentales y físicas (OMS, 2021; Rico, Oliva
y Vega, 2018). Por lo que los AM suelen ser un grupo etario vulnerable
para presentar complicaciones de salud como la presencia de caídas, que
representan la segunda causa de muerte de los AM (Instituto Nacional de
Geriatría [INGER], 2016) y otros más sobreviven con daños físicos y psico-
lógicos, temporales o permanentes (Secretaría de Salud [SS], 2016).
Las principales causas de caídas se deben a factores extrínsecos como
ambientes desconocidos, calzado inadecuado y escasa iluminación y a facto-
res intrínsecos que obedecen a los cambios propios de la edad, pobre estado
de salud, trastornos emocionales, efectos de medicación y alteraciones de

109
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

la Marcha y Equilibrio (Calero, López, Ortega y Cruz, 2016); esta última,


es la consecuencia de una disminución de la función sensorial, cognitiva
y neuromuscular (Riaño, Moreno, Echeverría, Rangel y Sánchez, 2018; y
Pérez et al., 2018). Se estima que aproximadamente el 20% de los AM
tiene problemas del equilibrio y condiciona que uno de cada tres AM que
viven en la comunidad, sufran una caída al año, originando lesiones graves
(Corcuera et al., 2019).
Por consiguiente, los problemas en la Marcha y Equilibrio que afectan
la autonomía e independencia entre otros factores personales y sociocul-
turales de los AM condicionan su Estilo de Vida, concepto definido por la
OMS (1998), “como una forma general de vida basada en la interacción en-
tre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales
de conducta determinados por características personales y factores sociocul-
turales”. Es aquí donde cobra importancia el uso de modelos teóricos como
el Modelo de Promoción de la Salud (MPS) propuesto por la Dra. Nola
J. Pender (Murdaugh, Pender, y Parson, 2019), herramienta investigativa
que permite la valoración del Estilo de Vida en dimensiones como respon-
sabilidad de la salud, actividad física, nutrición, relaciones interpersonales,
crecimiento espiritual y tratamiento del estrés.
Esta teórica afirma que las personas interactúan con el entorno teniendo
en cuenta toda su complejidad biopsicosocial, transformando progresiva-
mente el entorno y siendo transformados a lo largo del tiempo (Murdaugh,
Pender, y Parson, 2019). Proceso de interacción en el cual pueden contri-
buir factores personales como la Marcha y Equilibrio con el Estilo de Vida
como resultado conductual de los AM.
Mediante la revisión de la literatura se encontró que diversos inves-
tigadores han indagado sobre los AM en torno a la Marcha y Equilibrio
como una forma de identificar riesgo de caídas, e identificaron la relación
con otras variables como la edad, la presencia de enfermedades, no así con
el Estilo de Vida, ya que las investigaciones hasta ahora publicadas, no han
clarificado la relación entre la Marcha y Equilibrio con el Estilo de Vida;
por lo cual se plantea el siguiente objetivo del estudio.

Objetivo

Describir la relación de Marcha y Equilibrio con el Estilo de Vida de los


Adultos Mayores que asistieron a la consulta externa de medicina familiar
de un Hospital de Chiautla de Tapia (Puebla).

110
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Metodología

El estudio fue descriptivo, correlacional, transversal (Fresno, 2019; y Grove


y Gray, 2018). En una muestra de 40 AM de ambos sexos que asistieron
consulta externa de medicina familiar de un Hospital de Chiautla de Tapia.
Se excluyeron AM que presentaron un puntaje menor a 13 en la escala
Mini Mental Status Examination (MMSE) Modificado. Los instrumentos
para la recolección de los datos fueron: Cédula de datos personales, Escala
de Tinetti, Perfil del Estilo de vida Promotor de Salud (PEPS ll) y la escala
Mini Mental Status Examination (MMSE) modificado. Procedimiento: se
solicitó autorización a la Secretaría de Investigación y Estudios de Posgrado
de la Facultad de Enfermería de la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla, así como en el Hospital de Chiautla de Tapia, donde se dieron a co-
nocer los objetivos de dicha investigación, se acondicionó el área física con
mobiliario necesario para realizar las valoraciones de Marcha y Equilibrio
(iluminación, sillas, mesa, reloj), y las encuestas sobre el Estilo de Vida,
posteriormente se realizó la invitación a los AM a participar en la investi-
gación. Para la recolección de datos se inició con la autorización voluntaria
de los AM y firma del consentimiento informado, previa explicación de
éste; la aplicación de las escalas de valoración fue bajo el siguiente orden; de
manera inicial, se aplicó la escala de valoración mini mental a fin de verificar
los criterios de inclusión, seguida de la cédula de datos personales, la escala
PEPS II y por último se realizó la valoración de la Marcha y Equilibrio con
la escala de Tinetti. El tiempo estimado para la entrevista y valoraciones
fue de 30 minutos. En la ética del estudio, la investigación estuvo apegada
a los principios de bioética (de no maleficencia, beneficencia, autonomía y
justicia); así como lo establecido en la Ley General de Salud (SS, 2014). Los
datos fueron procesados con el programa SPSS versión 22 para Windows, se
utilizó alfa de Cronbach para corroborar la confiabilidad de los instrumen-
tos, Shapiro Wilk como prueba de normalidad, el coeficiente de correlación
de Pearson, así como regresión lineal simple.

Resultados

De los AM que participaron en el estudio el 50% de fueron hombres, la


edad promedio de los AM fue de 67.08 ± 6.32 años, el 65.0% tenían una
pareja y convivían con ella, la mayoría de ellos tenía una formación básica
(Primaria y secundaria), sólo un 12.5% se reportó como desempleado, la
mayoría refirió ocupación en labores del hogar y otras actividades fuera

111
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

del hogar, así mismo, la mayoría contaba con ingresos, el 50.0% estaban
afiliados a instituciones de salud de régimen obligatorio, el 72.5% padecían
una al menos una enfermedad crónica y el 30.0% de los AM participantes
presentó al menos una caída en los últimos 6 meses.
El puntaje promedio para la Marcha y Equilibrio fue de 17.5 ±3.6, un
rango con valor mínimo de 9 y máximo de 25; el 50.0% tuvo puntuación
menor a 19, que, de acuerdo con la clasificación para identificar riesgo de
caídas, calificaron con alto riesgo.
En el Estilo de Vida de los AM, se obtuvo una media de 130.70 ±19.93,
un rango con valor mínimo de 81 y máximo de 161. Sólo el 20% reportó
un Estilo de Vida saludable y el 72.5% reportaron un Estilo de Vida mode-
radamente saludable; las dimensiones de crecimiento espiritual y nutrición
fueron las más fortalecidas, mientras que la actividad física fue la de menor
puntuación.
Se pudo determinar que los instrumentos utilizados en la presente in-
vestigación fueron confiables con un alfa de Cronbach reportado para la
escala PEPS II de .88 y la Escala de Tinetti con .78. De acuerdo con la
prueba de normalidad de Shapiro-Wilk, con p >.05, se observó que los
datos provenían de una distribución normal para ambas escalas.
Se identificó con r de Pearson que existe una correlación positiva mo-
derada, r (39) = .520 y p = .001, entre las variables de Marcha y Equilibrio
con el Estilo de Vida del AM, la cual fue estadísticamente significativa (p.
<05), así mismo existieron correlaciones entre Marcha y Equilibrio del AM
con cada dimensión del Estilo de Vida, las cuales fueron estadísticamente
significativas con las dimensiones de nutrición, actividad física, crecimiento
espiritual, manejo del estrés y relaciones interpersonales, no así la dimen-
sión de responsabilidad en salud. En el análisis de regresión lineal simple
se corroboró el grado de correlación entre las variables, se obtuvo un r2 =
0.2704. por lo tanto, la Marcha y Equilibrio de los AM, explicaron en un
27% su Estilo de Vida.

Discusión

El estudio tuvo como objetivo Describir la relación de Marcha y Equilibrio


con el Estilo de Vida de los Adultos Mayores que asistieron a la consulta
externa de medicina familiar de un Hospital de Chiautla de Tapia, Puebla.
Desde la perspectiva teórica Modelo de Promoción de la Salud propuesto
por la Dra. Nola Pender (Murdaugh et al., 2019)
Los principales hallazgos encontrados entre los AM fueron la presencia
de alteraciones de la Marcha y Equilibrio, así como la presencia de Enfer-

112
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

medades crónicas no transmisibles (ECNT) resultados que coinciden con lo


hallado por Corcuera et al. (2019) y con Pérez et al. (2018).
Con el presente estudio se pudo identificar que las alteraciones de Mar-
cha y Equilibrio pueden ocurrir en una fase temprana o tardía de la vejez,
estos resultados difieren con lo hallado por Riaño et al. (2018), quienes
identificaron que la mayor edad está relacionada con el riesgo de caídas.
Sin embargo, se pudo identificar la presencia de otros factores personales
como la presencia de enfermedades como la DT2 y HAS, ingesta habitual
de fármacos y antecedente de caídas previas, que de acuerdo con Corcuera
et al. (2019), la DT2 origina, como fatiga, sensación de hormigueo en los
pies, visión borrosa, cambios en el metabolismo y una de las complicacio-
nes comunes es la neuropatía diabética, originando una disminución de la
fuerza muscular y por consiguiente cambios en la Marcha y Equilibrio; por
otro lado, la ingesta habitual de medicamentos, también provoca trastornos
en la Marcha y Equilibrio entre los AM, debido a que el tratamiento de
las comorbilidades principalmente de DT2 e HAS requieren de más de un
fármaco que provocan efectos adversos por ejemplo el síncope provocado
por antihipertensivos.
También, se observó que la mayoría de los AM reportaron un Estilo de
Vida moderadamente saludable y sólo un 20% un Estilo de Vida saludable,
la dimensión de nutrición y crecimiento espiritual fueron las más fortaleci-
das, seguidas de las dimensiones de responsabilidad en salud y relaciones in-
terpersonales; estos resultados son similares con los obtenidos por Barrón,
Rodríguez y Chavarría (2017), quienes identificaron que los AM mantienen
un Estilo de Vida bueno y muy bueno; estos hallazgos se explican debido a
la que la mayoría de los AM padece al menos una enfermedad crónica que
de alguna manera implica cambios en su Estilo de Vida principalmente en
las dimensiones de responsabilidad en salud y nutrición.
De acuerdo con Viladrosa, Casanova, Ghiorghies y Jurschika (2017), la
práctica de actividad física ha sido descrita como un factor de protección
contra el riesgo de caídas con mejoras en los trastornos de la Marcha y
Equilibrio entre los AM, sin embargo, en el presente estudio se identificó
que la dimensión de actividad física fue la menos fortalecida, datos que
coindicen con los resultados obtenidos por Henrique, Ferreira, De Souza y
Da Silva (2016); de esta manera, se observa que los AM tienen un mal ape-
go a la práctica de actividad física, a pesar de los beneficios que ésta ofrece.
La correlación entre Marcha y Equilibrio del AM con el Estilo de Vida
fue estadísticamente significativa, resultado que coincide con el Modelo de
Promoción de la Salud que explica que factores personales biológicos como
la Marcha y Equilibrio influyen en el resultado conductual: Estilo de Vida.

113
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Conclusión

Las alteraciones de la Marcha y Equilibrio están presentes en la mayoría de


los AM y representan una condición de riesgo de presentar caídas y com-
plicaciones a su salud, así mismo determina su Estilo de Vida de manera
significativa, de tal forma que, a mayor alteración en la Marcha y Equilibrio,
menor puntuación en el Estilo de Vida; los AM tienden a llevar una alimen-
tación saludable y están apegados a la espiritualidad, así mismo muestran un
deficiente apego a la práctica de actividad física.

Referencias

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115
Capítulo 12.
Nivel de conocimiento sobre prevención
de pie diabético en adultos mayores
Lisette García Muñoz (1705060h@umich.mx)
Brenda Daniela Quiroz Oropeza
Ana Celia Anguiano Morán
María Magdalena Lozano Zúñiga

Introducción

La diabetes mellitus (DM) es un padecimiento crónico que está afectando


a nivel mundial a la población desde edades muy tempranas, convirtiéndose
en un problema de salud pública con alto índice de morbilidad y mortalidad.
Se estima que en la actualidad el número de personas con este padecimien-
to se aproxima a 382 millones, con una proyección al 2035 que duplica el
número de casos (Naranjo, 2019). La diabetes es una de las enfermedades
crónicas más graves caracterizada por generar complicaciones delicadas ta-
les como daño renal, retinopatía y entre las más comunes el pie diabético,
complicación que genera grandes costos, con gran merma de la calidad de
vida de las personas que la padecen (Rivera, 2013).
Entre las complicaciones más temibles que se pueden presentar en esta
población se encuentra el Pie Diabético (PD), el pie del paciente diabéti-
co es muy sensible a todas formas de traumatismos (Álvarez, 2018). Los
cuidados que se brinden a las personas que viven con diabetes mellitus
deben prestar especial atención en el cuidado de los pies, esto debido a la
neuropatía diabética que puede llegar a desarrollarse y con ello la pérdida de
sensibilidad, lo que hace propenso a los pacientes al desarrollo de úlceras y
lesiones en la planta de los pies, que lleva a una complicación mayor como
la amputación por presentar gangrena debido a la oclusión de las arterias.
Es frecuente que las lesiones trascurran sin dolor, debido a lo cual se suele
agravar la lesión (Grijalba, Pérez, Salazar & Restrepo, 2018).
La hiperglicemia mantenida, conlleva una serie de complicaciones en
la persona diabética, entre las más comunes se encuentra el pie diabético,
trastorno clínico en el que se presenta una disminución de la irrigación san-
guínea a consecuencia de una lesión en el pie (Couselo-Fernández, Rum-
bo-Prieto 2018), complicación que representa una de las causas de mayor
morbilidad e incapacidad en las personas con Diabetes Mellitus. Se estima
que la DM incrementa el riesgo de amputación de miembros inferiores,

117
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

considerándose que entre el 5 al 15% de los pacientes padecerán una am-


putación (Castillo, 2019).
El conocimiento de los mismos en la atención primaria asociadas a las
medidas de prevención colaborará en la disminución de este flagelo que
aqueja a millones en la actualidad. Se han intensificado los sistemas de pre-
vención de la enfermedad basados en la implementación de las estrategias
de atención primaria en salud, teniendo en cuenta que el incremento de los
costos se eleva más del 50% para los profesionales del área y las institucio-
nes de salud (Solano, 2019).

Objetivos

General

Determinar el nivel de conocimiento sobre la prevención del pie diabético


en adultos mayores de 60 a 80 años.
Específicos

• Caracterizar a la población de acuerdo a las variables sociodemográficas.


• Identificar el nivel de conocimiento para prevenir el pie diabético.
• Identificar el conocimiento en cuanto a higiene y cuidado de los pies
para prevenir el pie diabético.

Metodología

Estudio cuantitativo, descriptivo, transversal, prospectivo realizado en el


periodo de agosto 2020 a mayo 2021. Se desarrolló con la participación
de los adultos mayores con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1 y tipo
2 que residen en una comunidad de Morelia, Michoacán. Se establecieron
criterios de exclusión:
• Adultos mayores de 60 a 80 años de edad con diagnóstico de diabetes
mellitus que presentaran algún deterioro cognitivo o neurológico.
• Adultos mayores de 60 a 80 años de edad con diabetes mellitus que no
desearan participar en el estudio
El universo de estudio fue de 50 adultos mayores constituyendo la muestra
con 42 personas que cumplían los criterios de inclusión establecidos, tales
como ser adultos mayores de 60 a 80 años con diagnóstico de diabetes melli-

118
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

tus además de aquellos que presentan algún riesgo de padecer pie diabético.
El muestreo fue de tipo no probabilístico con una selección a conveniencia
de los investigadores.
La principal variable de estudio fue el nivel de conocimientos sobre el
cuidado del pie diabético para prevenirlo. El instrumento aplicado fue el
cuestionario de Guía de Práctica Clínica diagnóstico IMSS718-14. Instru-
mento con validez interna de Alpha de crombach de .818. El cuestionario
consta de 2 partes, la primera con datos sociodemográficos y antecedentes
personales y la segunda parte estando enfocada al área de prevención y pro-
moción. Se tienen un total de 25 preguntas, 2 preguntas relacionadas con
aseo, 2 preguntas relacionadas con su estado, 2 preguntas relacionadas con
hidratación de la piel, 2 preguntas relacionadas con el corte de uña, 4 sobre
el examen de pie, 2 sobre medias y calcetines, 4 sobre calzado y 2 sobre
equilibrio térmico. Se le dará un valor de 1 punto a las respuestas verdaderas
y un valor de 0 puntos a las respuestas falsas. La puntuación más alta será
de 20 puntos y se considerará como un nivel de conocimiento satisfactorio
(16 ítems), aquellos que su calificación sea menos al 80% (15 ítems) se
considerará un nivel de conocimiento no satisfactorio.
Para analizar la información y alcanzar los objetivos planteados en la
presente investigación se utilizó estadística descriptiva con la que se plas-
maron frecuencias y porcentajes respecto a las variables sociodemográficas
reportando las medidas de tendencia central (media, mediana y moda) y de
dispersión para el caso de las variables cuantitativas, considerando reportar
frecuencias para las variables cualitativas. Así como el análisis de las varia-
bles se estudió a través de tablas cruzadas para conocer la correlación entre
las variables.
La investigación se desarrolló respetando los principios éticos estable-
cidos en la Ley General de Salud en materia de investigación, así como los
principios establecidos en la Declaración de Helsinki. A todos los partici-
pantes se les informo verbalmente acerca del proyecto y se les dio a firma el
consentimiento informado, en el que se les explico sus datos serían tratados
bajo la confidencialidad y que podían retirarse del estudio en el momento
que lo desearán.

Resultados

Se encuestaron 42 adultos mayores, encontrándose una mayor proporción


de mujeres con un 57.1%, en donde el 35.7% fueron casados y el 35.7%
cuentan con un grado de estudios hasta nivel primaria. En relación a iden-
tificar el nivel de conocimiento para prevenir el pie diabético el 50.0% de

119
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

la población refiere que deben revisar los pies en búsqueda de lesiones de


forma diaria, mientras que el 11.9% de la población manifiestan que no es
necesario revisar los pies en búsqueda de lesiones.
En el análisis para identificar el conocimiento en cuanto a la higiene y
calzado para prevenir el pie diabético de acuerdo a las estadísticas obtenidas
el 61,9% de la población lava sus pies todos los días con jabón suave y lim-
piando entre los dedos, el 83.3% de la población pide ayuda a otras personas
cuando se les dificulta cortar las uñas o no pueden realizarlo por sí solos, el
76.2% refieren cortar las uñas de forma horizontal, no muy cortas, con 1
mm de espacio libre y liman las puntas para que no se les entierren, y por
último el 47.6% de las personas refieren ponerse crema hidratante todos los
días en las noches o después del lavado de los pies.
De acuerdo a la determinación del nivel de conocimiento sobre la pre-
vención de pie diabético en adultos mayores de 60 a 80 años se demuestra
que el 59,9% de la población tiene un conocimiento satisfactorio, mientras
el 40,5% tienen un nivel de conocimiento no satisfactorio.

Discusión

En relación a los hallazgos de la presente investigación en contraste con


los referidos por otros autores se encontró diferencia con lo reportado por
Durán (2020) en la que predominó el género masculino con un 77.3%,
mientras que existe similitud con los reportados por Pereira (2015) donde
reporta un 75% del género femenino que coincide con el presente proyecto
el cual arrojó un 57.1% del género femenino.
En relación al grado de preparación académica el 54.8% de los partici-
pantes contaban con estudios medio-superiores en adelante y en otros casos
se llegaba al extremo de que el 54.55% de su muestra solo tenía estudios
medio-superior para abajo y sus resultados en el conocimiento de factores
de riesgo que estos poseían no fue muy alentador.
En el presente estudio el 59.9% de los adultos mayores con diabetes
tiene un conocimiento satisfactorio sobre los cuidados adecuados que de-
ben tener para prevenir una complicación de pie diabético a diferencia de lo
reportado por Durán (2020) en el que solo el 34.7% de la población de su
estudio tuvo conocimientos buenos. Pereira (2015) demuestra en su estudio
que el 52,3% de la población realiza el corte adecuado de las uñas, mientras
que en el presente estudio el 76.2% de la población refirieron realizar el
corte de las uñas de manera horizontal con 1 mm de espacio libre y liman
las puntas.

120
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

En relación al conocimiento en cuanto a medidas preventivas en el pre-


sente estudio el 81% de la población utiliza zapato de material de cuero con
suelo antideslizante y punta ancha mientras que Pereira reporta que el 9.1%
de su muestra hace uso adecuado de prendas y calzado.
Por último, se resalta una diferencia de gran relevancia entre los resulta-
dos de Pereira (2015) y la presente investigación en cuanto al conocimiento
de la higiene e hidratación de los pies en la que se reporta que el 11.4% de
las personas aplican una adecuada higiene e hidratación del pie, en contraste
al 61.9% de la población de esta investigación se demuestra que realizan el
lavado correcto de los pies todos los días con jabón suave y limpiando entre
los dedos.

Conclusiones

Al analizar los diversos resultados de la investigación se puede hacer re-


flexión respecto, a que la promoción a la salud y la prevención de complica-
ciones en personas adultas mayores que viven con diabetes ha dado buenos
resultados al encontrar un cuidado adecuado de los pies y con ello prevenir
el pie diabético; encontrando con ello que la participación del personal de
enfermería es fundamental en la capacitación de las personas demostrán-
dose que es posible mantener cuidados adecuados que prevengan posibles
complicaciones.
Los adultos mayores en su generalidad tienen un nivel de conocimiento
satisfactorio sobre la prevención del pie diabético, mismo que demuestra al
tener una buena higiene y cuidado en sus pies, ya que cortan las uñas de
manera adecuada y los secan después del baño, revisan sus pies de forma
diaria en busca de lesiones o alguna anormalidad. También se demostró
que las personas cambian de zapatos en cuanto les comienzan a lastimar o
cuando éstos ya no cubren sus necesidades.
Existe un mayor cuidado por parte del sexo femenino en comparación
del masculino, así como también que la mayoría de estas personas son ca-
sadas, así mismo se encontró que la escolaridad con mayor prevalencia fue
primaria.
Sugerencias

• Promover la participación de los adultos mayores cuando haya campa-


ñas de prevención para así aumentar sus niveles de conocimiento.
• Motivar a las personas para que lleven una buena higiene en su persona
haciendo énfasis en el cuidado de sus pies.

121
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

• Aplicar test en las clínicas de la comunidad mínimo 2 veces al año para


detectar si los adultos mayores están realizando sus cuidados de forma
adecuada.
• Indagar a profundidad en las personas que residan en Morelia Michoa-
cán las cuales tengan un alto riesgo de padecer pie diabético.

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123
Capítulo 13.
Creencias de diabetes en adultos mayores
con diabetes tipo 2
Patricia Enedina Miranda-Felix
Felix Gerardo Buichia Sombra (buichiasombraf@uas.edu.mx)
Iris Rocío Aguiar Bernal
Liliana Estefanía Ramírez Jaime

Introducción

El envejecimiento de la población en los países desarrollados y en vías de


desarrollo, ha causado entre otros fenómenos una repercusión en la produc-
ción de las enfermedades Crónicas No Transmisibles como la Diabetes Tipo
2 (DT2) (Naranjo Hernández., & Concepción-Pacheco, 2016). La diabetes
es una enfermedad sistémica, crónico-degenerativa, de carácter heterogé-
neo, con grados variables de predisposición hereditaria y con participación
de diversos factores biológicos, ambientales, psicológicos, sociales y cultu-
rales (Secretaria de Salud, 2018). Esta enfermedad comprende un grupo de
trastornos metabólicos que comparten el fenotipo común de la hipergluce-
mia, se han definido distintos tipos de diabetes, siendo los más comunes:
Diabetes tipo 1, DT2 y diabetes gestacional (Powers, 2012).
La fisiopatología de la DT2 implica anomalías en múltiples órganos y
sistemas, entre ellos, células alfa y beta pancreáticas, tejido adiposo, mús-
culo esquelético, hígado, riñón, sistema gastrointestinal y nervioso central,
las cuales participan en el desarrollo y la progresión de la enfermedad (De-
fronzo, Ferrannini, Alberti & Zimmet 2015). La DT2 aparece como resul-
tado de deficiencia en la secreción de insulina, presencia de resistencia a la
insulina o ambas; esta condición provoca alteraciones en el metabolismo de
carbohidratos, grasas y proteínas, las cuales se relacionan a la sintomatología
y pueden conducir a diversos trastornos incluyendo miocardiopatías, tras-
tornos cerebrovasculares, angiopatías o neuropatías periféricas, nefropatías
y retinopatías, las cuales son más frecuentes en Adultos Mayores (OMS,
2016).
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS,
2020) entre 2015 y 2050, el porcentaje de los habitantes del planeta mayores
de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%. Además, el 80% de
las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos, entre los
que se encuentra México, siendo este un factor de riesgo y control deficiente

125
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

para DT2. Aunado a estos cambios demográficos, la DT2 afecta de forma


exponencial a este grupo poblacional, su elevada prevalencia, complicacio-
nes y tasa alta de mortalidad, la han convertido en un reto importante para
los sistemas de salud.
Según datos de la Federación Internacional de la Diabetes (IDF por sus
siglas en inglés, 2019) 1 de cada 11 adultos de 20 a 79 años tiene diabetes
(463 millones de personas) de las cuales 136 millones tienen más de 65
años. Este panorama no es diferente en México, de acuerdo con la Encuesta
Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018) en la diabetes por diag-
nóstico médico previo en adultos fue de 10.3%, siendo mayor en mujeres
(11.4%) que en hombres (9.1%) y mayor a la reportada por la misma en-
cuesta en 2012 (9.2, 9.7 y 8.6%, respectivamente).
Cabe destacar que en hombres y mujeres se observó un incremento de
la prevalencia de diabetes conforme aumenta la edad, siendo el grupo de
60 años y más el de la mayor prevalencia en los hombres y en las mujeres.
En lo que respecta al tratamiento destaca que, el 86.9% de los adultos con
diagnóstico médico previo de diabetes en el país, siguen algún tratamien-
to farmacológico, siendo los hipoglucemiantes orales los más frecuentes
(67.1%) (ENSANUT, 2018). Dado que la DT2 requiere de tratamiento
continuo y de por vida, se deben incluir en el plan de seguimiento la acti-
vidad física, alimentación saludable y adherencia al tratamiento, principal-
mente. En este proceso se deben contemplar los factores socioculturales,
que permitan explicar y comprender desde una perspectiva social, variables
como las creencias de diabetes.
El estudio de las creencias sobre la enfermedad, inició a partir de la
preocupación por explicar por qué las personas no adoptaban conductas
preventivas de salud, y utilizaron modelos conductistas y sociales para tratar
de explicar este fenómeno (Beck, 1974; Rosenstock, 1974); las creencias
corresponden a un factor cultural y hacen referencia a un proceso cognitivo
que determina en el individuo la forma de ser en el mundo, el modo en
que evalúa las situaciones y a los otros, así como la manera en que interac-
túa ante una situación específica. En este sentido, los pacientes que creen
que una conducta saludable específica puede prevenir la enfermedad o si se
está enfermo, la creencia de que una conducta específica puede aumentar
la probabilidad de recuperar la salud (Maiman & Becker, 1974). La per-
cepción del control de la diabetes es considerada como una creencia de la
enfermedad, que se encuentra influenciada por aspectos individuales, fami-
liares, cultural, por experiencias pasadas, creencias de la salud en general y
compresión del problema de salud (Al-Amer et al., 2019).

126
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

En estudios previos sobre creencias en diabetes tipo 2, se ha encontrado


que creencias sobre la DT2 influyeron significativamente en su adheren-
cia a las pruebas de glucosa en sangre, la dieta, el cuidado de los pies y
la medicación, además se ha reportado que las mujeres, las personas con
mayor edad, menor nivel educativo, menor ingreso económico y mayores
complicaciones tienen baja percepción de control de la DT2 (Albargawi,
Snethen, Al Gannass, y Kelber, 2017; Tang y Gao, 2019). En enfermería,
es importante considerar las creencias como un factor que podría ser una
barrera para el control de la enfermedad. En este contexto, el objetivo de
este estudio fue describir las creencias sobre la diabetes en adultos mayores
con diabetes tipo 2.

Metodología

El diseño del presente estudio fue descriptivo, transversal (Grove, Gray y


Burns, 2015). La población estuvo constituida por 122 adultos mayores con
diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 pertenecientes a los Municipios de
Ahome y Fuerte, Sinaloa, México. Los participantes fueron reclutados en
tres centros de salud rurales dispersos de los municipios antes mencionados,
se utilizó un muestreo aleatorio a través del registro de adultos mayores con
DT2 que acuden a control a los centros de salud. Los criterios de inclusión
considerados fueron; la edad de igual o mayor a 60 años y el diagnóstico de
diabetes mellitus de mínimo un año, se excluyeron adultos mayores con dé-
ficit visual y auditivo, con dificultad para la lectura y escritura, con deterioro
cognitivo o demencias, así mismo se eliminaron los cuestionarios que no
fueron respondidos en su totalidad. En apoyo a la recolección de datos se
aplicó una cédula de datos personales para conocer las características indivi-
duales de los participantes en la que se incluyeron datos sociodemográficos;
edad, sexo, estado civil, religión, años de educación formal, ocupación, años
de diagnóstico de DT2.
Para fines de este estudio se aplicó la Escala de Creencias de Pacientes
con Diabetes (ECPD) instrumento originalmente en inglés, elaborado por
Given, Given, Gallin y Condon (1983), adaptada por Brown (2002) hacía
adultos México-americanos con DT2. El instrumento contempla 25 reac-
tivos en escala de Likert de 5 a 1: 5= muy de acuerdo, 4= de acuerdo, 3=
indeciso, 2= en desacuerdo y 1= muy en desacuerdo, divididos en cinco
subescalas: control de la diabetes percibido, por el reactivo 1; barreras per-
cibidas, para los reactivos 2, 3, 4, 5 y 6; apoyo social percibido para la dieta,
con los reactivos 7, 8 y 9; Impacto del trabajo en el tratamiento, con los

127
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

reactivos 10, 11, 12, 13 y 14 y beneficios percibidos del tratamiento con los
reactivos 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24 y 25.
Las puntuaciones por subescalas se clasificaron de la siguiente manera;
barreras percibidas (rango de puntuación total de 5 a 25, con puntuaciones
más altas que indican barreras percibidas más altas), apoyo social percibido
para la dieta (rango de puntuación total de 3 a 15, con puntuaciones más
altas que indican un mayor apoyo social percibido para la dieta), impacto
del trabajo en el tratamiento (rango de puntuación total de 5 a 25, con
puntuaciones más altas que indican un mayor impacto percibido del trabajo
en la terapia de diabetes) y beneficios percibidos del tratamiento (rango de
puntuación total de 11 a 55, con puntuaciones más altas que indican be-
neficios percibidos más altos del tratamiento) incluyendo un elemento que
representa el control de la diabetes percibido (rango de puntuación total
de 1 a 5, con puntuaciones más altas que indican un mayor control de la
diabetes). La consistencia interna reportada en población mexicoamericana
por subescalas va de .65 a .90. Un ejemplo del instrumento es la pregunta a
medir número 1 “Mi diabetes está bien controlada”,
Previo a la recolección de datos, se sometió a aprobación por el Comité
de Ética en Investigación de la Facultad de Enfermería Mochis de la Uni-
versidad Autónoma de Sinaloa, posteriormente se solicitó la autorización
formal a las autoridades de la jurisdicción sanitaria número 1 de los Mochis,
Sinaloa, México. Asimismo, a los directores de los centros de salud disper-
sos donde realizó la recolección de datos. Una vez autorizada la investigación
por ambas partes, se solicitó a los encargados de los programas de diabetes
la lista de registro de pacientes en control para realizar la selección aleatoria
de los participantes, posterior a ello, se abordó a los pacientes en la sala de
espera para su consulta en donde se les invitó a participar y se les explicó en
qué consiste la investigación, verificando que se cumplieran los criterios de
inclusión y exclusión previamente establecidos.
Cumplido lo anterior se le invitó a pasar a un cubículo de la institución,
se previó que fuese un lugar cómodo, privado y con mobiliario adecuado
para aplicar los instrumentos relacionados con el estudio, ahí se realizó
entrega de la carta de consentimiento informado, el cual fue firmada por el
participante y se procedió a la aplicación de instrumentos de medición, para
lo cual se estimó un tiempo de llenado aproximado de 10 minutos. Cabe
resaltar que aquellos pacientes que no asistieron a las citas se acudieron al
domicilio del participante, cuyas direcciones fueron proporcionadas por los
profesionales encargados de los centros de salud. Una vez recolectados los
datos se anexaron a un folder manila para proteger la confidencialidad del

128
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

participante. Por último, se les agradeció por su tiempo y colaboración en


la investigación.
Para el procesamiento de los datos se utilizó el paquete estadístico Sta-
tistical Pac-kageforthe Social Sciences (SPSS) versión 25.0 para Windows.
Se determinó la consistencia interna de los instrumentos mediante el Co-
eficiente Alpha de Cronbach, el instrumento de forma general obtuvo una
confiabilidad baja aceptable (= 0.69). Además, se aplicaron pruebas esta-
dísticas descriptivas a través de frecuencias, proporciones, medidas de ten-
dencia central y de variabilidad, esto para describir las características de la
población del estudio y las variables utilizadas.

Resultados

Con respecto a las características socio-demográficas de la población, pre-


dominó el sexo femenino con un 68.9% así como el rango de edad de 60
a 65 años con el 90% de los participantes, con relación a la ocupación el
55.7% de los adultos mayores de la muestra se dedica al hogar, el 11.5%
recibe pensión 32.8% es empleado. Por sexo, el 39.5% de los hombres se
encuentran pensionado y el 60% aún se encuentra activo laboralmente, en
el caso de las mujeres el 79.8% se dedican al hogar y el 20% refiere estar
empleada, un hallazgo relevante en este estudio es que los adultos mayores
mujeres no cuentan con ninguna pensión, situación que pudiera su calidad
de vida en su proceso de envejecimiento.
Respecto a la escolaridad el 69.7% de los adultos mayores refieren haber
cursado la primaria, el 17.2% no haber cursado ningún año de escolaridad.
Por sexo los adultos mayores hombres (81.6%) presentan mayor grado de
escolaridad comparado con las mujeres. Esto pudiera ser por las condiciones
de desigualdad de género, donde el hombre es el proveedor y la mujer es
la que se dedica al hogar. En relación al estado civil el 55% de los adultos
mayores se encontraban casados y el 5.7% viudo. De acuerdo a los años de
diagnóstico el 52% mencionaron que tenían más de 10 años de diagnóstico
de DT2 siendo mayor la población de mujeres.
De acuerdo al control glucémico en mayor proporción los adultos ma-
yores (77%) refirieron tener un buen control de su diabetes al expresar
estar muy de acuerdo cuando se les hizo la pregunta “Mi diabetes está bien
controlada” y el 13.9% refiere un descontrol. Respecto a las puntuaciones
de la subescala de barreras percibidas el 76% de los adultos mayores expresa
alta percepción de barreras las cuales hacen referencia a lo difícil que les han
sido los cambios de hábitos para seguir la dieta y cumplir con el medica-
mento que la enfermedad le demanda.

129
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

En relación con el apoyo social el 93.4% de los adultos mayores indican


alta percepción de apoyo social, es decir consideran que pueden contar con
su familia y otras personas cuando necesiten ayuda para cumplir con su tra-
tamiento. En cuanto a la subescala de impacto del trabajo en el tratamiento
el 58% de los adultos mayores obtuvieron puntuaciones en nivel medio del
impacto del trabajo en el tratamiento, esto pudiera interpretarse que no
consideran que el trabajo pudiera modificar el tratamiento debido a que las
preguntas en esa subescala se refieren a “Si cambiara de “trabajo” sería más
fácil seguir mi dieta y medicamento” “Me cansa tanto mi trabajo que es
difícil seguir mi dieta y medicamento”. El alto puntaje pudiera ser atribuido
a que un alto porcentaje de la población son pensionados por lo que no
consideran ningún impacto del trabajo en su tratamiento.
De acuerdo con la subescala de beneficios percibidos del tratamiento el
100% de los adultos mayores muestran altos puntajes. Cabe resaltar que las
preguntas que responden a esta subescala hacen referencia a; las creencias
que los medicamentos y dieta ayudaran a mantener el control su diabetes.
Los adultos mayores reconocen los beneficios que tienen al cumplir con la
dieta y el medicamento.

Discusión

El objetivo del presente estudio fue describir las creencias de diabetes tipo
2 en adultos mayores, en lo que respecta a las características sociodemográ-
ficas de los participantes, se encontró que el perfil de los adultos mayores
estudiados los posiciona en grupo de vulnerabilidad, expuestos al desarrollo
de complicaciones atribuidas a dificultades para cubrir necesidades básicas,
entre las que se encuentra la alimentación y atención a la salud (Juárez-Ra-
mírez, 2014).
Asimismo, se han identificado factores de riesgo que hacen más vulne-
rables a los adultos mayores son: vivir en regiones deprimidas económica,
social y geográficamente apartadas, no contar con el acompañamiento de
una persona para su cuidado y tener hipertensión arterial, variables que se
deben tener en cuenta en la prestación de los servicios de salud y en la asig-
nación de recursos para la protección de un grupo poblacional que necesita
que se rompa la cadena de la inequidad y la desigualdad social (Guerrero
y Yépez, 2015). Posiblemente los factores mencionados aumenten el riesgo
de no tener control metabólico y la presencia de otras variables el nivel de
deterioro cognoscitivo y el estado funcional, impactan en los resultados de
salud del adulto mayor (Galván, Álvarez, & Gómez, 2019).

130
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Los hallazgos de este estudio respecto a creencias de control de la DT2


sugieren que los adultos mayores perciben en su mayoría control de su en-
fermedad, en este sentido esta creencia podría favorecer el desarrollo de ac-
tividades de cuidado de la salud y prevenir complicaciones de la enfermedad,
lo cual podría explicarse a partir del supuesto de que, cuando el individuo
percibe controlada su enfermedad, desarrolla actividades para su cuidado.
Por el contrario, cuando las personas perciben sus enfermedades como no
controlables y amenazantes, las personas evitarán cumplir con su autocuida-
do (Brown et al., 2000; Kugbey et al., 2017; Shiyanbola et al., 2018).
En conclusión, los adultos mayores en su mayoría perciben control de la
DT2, presentan puntajes altos de barreras percibidas, apoyo social percibido
para la dieta alto y tienen una perciben alta de los beneficios del tratamien-
to. Lo anterior permite identificar la importancia de conocer estas percep-
ciones al proponer intervenciones de enfermería en los diversos niveles de
atención a la salud que atienden a adultos mayores con DT2, que permitan
mejorar la adherencia al tratamiento y brindar un seguimiento integral al
adulto mayor y su cuidador primario.
En lo que respecta a las limitaciones del estudio, se puede mencionar
que, no se utilizó un marcador bioquímico como glucosa plasmática en
ayuno o hemoglobina glucosilada para identificar el grado de control de
la enfermedad. Se recomienda para futuros estudios incluir la variable au-
tocuidado y control glucémico que permita establecer la relación entre las
creencias de diabetes sobre el control glucémico.

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133
Capítulo 14.
Relación entre Automanejo y
Conocimiento en adultos mayores con
diabetes mellitus tipo 2
Patricia Torres-Arreguin (toap70@live.com.mx)
Jesús Alejandro Guerra Ordoñez
Tirso Duran-Badillo
Hermelinda Ávila Alpirez

Introducción

La diabetes mellitus (DM) se considera en la actualidad un grave problema


de salud a nivel mundial. Se ha manifestado en los últimos tiempos un
incremento notable tanto de su incidencia, como de su prevalencia. Así,
la cifra de 108 millones de personas con DM que existía en 1980 ascendió
hasta 422 millones en 2014; es decir, casi 4 veces más, y se determina que
cerca de 40 % de este aumento se debe al crecimiento y envejecimiento de la
población. La mayoría de las personas con DM en países en vías de desarro-
llo se encuentran en el rango etario de 45 a 64 años, y en los desarrollados,
en el de 65 años y más. En general, a nivel mundial, 20 % de los adultos
mayores presentan DM. (Yanes, et al. 2018).
Los adultos mayores con DM conforman un conjunto especial de mor-
bilidad entre las personas con esta condición, dado que estos presentan
características particulares, las cuales se relacionan tanto con la DM, como
con la edad avanzada, lo que determina su heterogeneidad grupal. Así, pue-
den encontrarse en estos una DM con un largo tiempo de evolución y com-
plicaciones crónicas, otras enfermedades crónicas, uso de medicamentos
hiperglucemiantes y polimedicación, deterioro funcional físico y cognitivo,
discapacidades, depresión y disminución de la calidad y la expectativa de
vida. En estas personas se encuentran con mayor frecuencia la retinopatía
diabética, la nefropatía diabética en estadios avanzados, el infarto del mio-
cardio y la amputación de miembro inferior, los cuales condicionan, entre
otros elementos, que exista un mayor índice de hospitalización. Esto con-
lleva a la necesidad de individualizar los objetivos y el acceso terapéuticos de
la DM, que debe ser transdisciplinario (Yanes et al. 2018)
La educación aplicada a una enfermedad crónica como la diabetes, fa-
cilita a la persona diabética y su familia el aprendizaje de habilidades y
conocimientos necesarios para asumir una actitud positiva frente a su en-

135
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

fermedad, potencia elecciones responsables para que asuman acciones de


autocuidado, así como el apoyo necesario para que puedan formar parte
activa del tratamiento; de manera que se logre prevenir, retrasar o disminuir
la probabilidad de desarrollar complicaciones que generan tanto impacto en
las esferas sociales, psicológicas y económicas de las personas afectadas y sus
familias, (Ulloa et al. 2017).
Algunos estudios señalan que determinadas complicaciones relaciona-
das con la diabetes pueden ser prevenibles; del mismo modo, la información
y educación permanente a la población podría redundar en estilos de vida
saludables que reduzcan los factores de riesgo y por ende la morbilidad y
la mortalidad asociada con este padecimiento, por ende, reduce los costos
en atención médica, en el estado de Tamaulipas México; el primer lugar
lo ocupa la diabetes, seguida de la cardiopatía isquémica, la hipertensión
arterial y el cáncer (Salazar, et al. 2018).
La DM2 es hoy en día un problema creciente de salud que ocasiona
cambios y complicaciones en la vida del paciente adulto mayor, se ha de-
mostrado que mediante un conjunto de cambio de aptitudes se logra que las
personas conduzcan adecuadamente las enfermedades y mejoren su salud,
esto implica un trabajo conjunto de la persona con su familia, y personal
de salud. Por tanto, se hace necesario el desarrollo de investigaciones que
indaguen en el automanejo y conocimiento que presentan estos pacientes
en función del posterior desarrollo de programas de intervención que pro-
muevan el automanejo adecuado de la enfermedad.
El conocimiento y el automanejo que tienen los adultos mayores acerca
de la diabetes mellitus tipo 2, es de suma importancia ya que el conocimien-
to de la enfermedad puede influir en acciones de automanejo que ayudan
aprevenir futuras complicaciones y con ello una calidad de vida saludable.
Con base a lo anteriormente expuesto, el resultado de esta investigación
permitirá al personal de sector salud a tener los elementos de juicio para
un mayor conocimiento del problema y darse cuenta si el paciente está re-
cibiendo y comprendiendo la información, conocer si existen limitaciones
para tener un buen automanejo de su enfermedad y así poder formular pla-
nes y programas educativos de acuerdo con las necesidades de cada paciente
siempre orientados a cómo mejorar la calidad de vida del paciente con DM2.
El objetivo de esta investigación es determinar el grado de la relación
entre el automanejo y conocimiento en los adultos mayores con diabetes
mellitus tipo 2

136
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Metodología

Se realizo un estudio de tipo correlacional y transversal, dado que se realizó


la recolección de datos por medio de la aplicación de instrumentos de reco-
lección en un solo momento de la llamada por teléfono con el paciente, y
correlacional porque se buscó determinar el grado de la relación que existe
entre el automanejo y conocimiento que tienen los pacientes adultos ma-
yores de la Unidad de Especialidades Médicas en Enfermedades Crónicas
(UNEME EC) de H. Matamoros, Tamaulipas.
El muestreo fue no probabilístico por conveniencia. El total de la mues-
tra fue de 57 adultos mayores, pacientes activos diagnosticados con DM2,
que acuden a consulta médica de lunes a viernes en horario de 8:00 a 14:00
horas. Se consideraron pacientes adultos mayores de 60años y más.
Para obtener la información sobre el conocimiento de la diabetes melli-
tus se midió con el Diabetes Knowledge Test, el cual fue creado por Hess
y Davisen en la Universidad de Michigan en 1977, esta escala consta de 38
ítems, los cuales abarcan cuatro dimensiones de la enfermedad: conoci-
mientos básicos de la pregunta 1 a 6 y 35 a 38, donde se considera un nivel
de conocimiento alto con 10 puntos, un nivel de conocimiento medio con 9
puntos y un nivel de conocimiento bajo con menos de 9 puntos.
El instrumento que se utilizó para medir el automanejo fue diseñado
por Flinders University en mayo del año 2012, para identificar la efectividad
de un programa de automanejo en crónicos en usuarios del primer nivel de
atención. Partners in Health Scale, comprende 12 ítems con cuatro dimen-
siones, adherencia al tratamiento, conocimiento de la enfermedad, manejo
de los efectos secundarios y manejo de los signos y síntomas. La respuesta
de los 12 ítems del instrumento es en escala de 0 a 8 puntos donde más cerca
de 0 es menor automanejo y más cerca de 8 mejor automanejo.
La recolección de datos se realizó por medio de llamada telefónica, du-
rante las horas establecidas para consulta, acordados con los médicos y en-
fermeras de la consulta externa. Este estudio se apegó al Reglamento de la
Ley General de Salud en materia de la investigación para la Salud (Secreta-
ría de Salud [SSA], 1987) bajo los lineamientos éticos, por lo que se contó
con la autorización de las autoridades correspondientes para el trabajo de
campo, se solicitó la firma del consentimiento informado y en todo mo-
mento se respetaron los derechos de las personas y se cuidó su integridad
física y emocional.
Los datos fueron procesados y analizados en el Paquete Estadístico
SPSS versión 22 para Windows, se utilizó estadística tanto descriptiva como
inferencial, para la respuesta al objetivo se realizó la prueba de Kolmogorov

137
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Smirnov, se optó por emplear la prueba de Correlación de Spearman consi-


derando los resultados de la prueba de normalidad.

Resultados

En relación con las características sociodemográficas de los 57 adultos ma-


yores que integraron la muestra, la media de edad oscilo entre 60 y 69 años
(M=62.81, DE=2.88). La mayoría de los adultos mayores corresponde al
género femenino (77.2%), el grado de instrucción predominante fue el de
primaria con 75.4%, el 64.9% manifestó dedicarse al hogar, mientras que,
por otro lado, el 50.9% manifestó tener factores de riesgo hipertensión
arterial (Tabla 1).
Respecto a la variable automanejo, se observó que los adultos mayores
obtuvieron una media de (ME=63.47 DE=9.83) con puntuaciones de entre
39 a 80. Posteriormente se categorizo la variable automanejo y se pudo ob-
servar que predomino el automanejo adecuado en el 70.2% de los adultos
mayores (Tabla 2).
Con respecto a la variable conocimiento, se observó que los participantes
obtuvieron una media de (ME=7.56 DE=4.68) con puntuaciones de entre
1 y 20. De igual manera con la variable anterior se realizó categorización
de la variable, y se puede constatar que el 100% de los adultos mayores se
encontraron en la categoría de bajo conocimiento.
Tabla 1. Descripción de datos demográficos y de riesgo

Variables f %
Sexo
Femenino 44 77.2
Masculino 13 22.8
Grado de Instrucción
Primaria 43 75.4
Secundaria 8 14.0
Preparatoria 3 5.3
Universidad 3 5.3
Ocupación
Trabaja 16 28.1
Jubilado 1 1.8
Se dedica al hogar 37 64.9
Desempleado 3 5.3
Factores de riesgo
Ninguno 17 29.8
Obesidad 1 1.8

138
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Variables f %
Hipertensión arterial 29 50.9
Factor hereditario 1 1.8
Obesidad e Hipertensión 9 15.8

Posteriormente, se realizó la prueba de normalidad con el estadístico Kol-


mogorov-Smirnov con corrección Lillierfors para determinar la naturaleza
de las variables y se obtuvo que tanto el conocimiento como el automanejo
no presentaron distribución normal en sus datos (Da= .165, gl=57, p=.001)
y (Da= .125, gl=57, p=.028), respectivamente.
Una vez obtenidos los resultados anteriores, se optó por usar el coefi-
ciente de correlación de Spearman, y los resultados indicaron que ausencia
de correlación entre el automanejo de la diabetes mellitus y el conocimiento
sobre la misma (rs=.214 p=.110).
Tabla 2. Nivel de automanejo de adultos mayores

f %
Automanejo regular 17 29.8
Automanejo adecuado 40 70.2

Discusión

El presente estudio se realizó con el objetivo de determinar la relación entre


el automanejo y conocimiento en adultos mayores con diabetes mellitus
tipo 2 que tienen los pacientes de la Unidad de Especialidades Médicas en
Enfermedades Crónicas (UNEME EC) de H. Matamoros, Tamaulipas.
De acuerdo con la correlación de las variables automanejo y conoci-
miento se pudo observar que no se encontró significancia estadística, esto
puede deberse a que el porcentaje de número de pacientes adultos mayores
encuestados que acuden a consulta médica es muy bajo, y puede deducirse
que tener un bajo nivel de conocimiento de la enfermedad, no implica que
tenga una buena práctica de automanejo de esta.
Al contrastar el resultado del presente estudio, con lo reportado por Eje-
gi, Ross y Naidoo (2016), se encontró que no existía asociación significativa
en cuanto a las variables sociodemográficas con el nivel de conocimiento
como el automanejo de la hipoglucemia en adultos mayores, en el cual se
utilizó un cuestionario diferente, lo cual en sí no es un indicador para inferir
que las relaciones se pueden dar en función del indicador empírico.
Por otro lado según los datos de Valencia (2011) concuerdan con el es-
tudio el presente estudio, dado que expresa que no hay asociación entre el

139
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

nivel de conocimiento sobre el autocuidado de la DM2 y el tiempo de la en-


fermedad en los adultos mayores, si bien el tiempo de la enfermedad no es
lo mismo que el conocimiento, es cierto que con el tiempo se aprende algo
acerca del padecimiento, por lo que en términos generales se puede decir
que el autocuidado en este caso no se ve asociado con tener la enfermedad
por un periodo prolongado.
Y, por último, cabe mencionar que el estudio realizado por Ghannadi
et al, (2016), demostró que, si existe una relación significativa entre el
conocimiento y la práctica de los pacientes con el autocuidado, el cual no
concuerda con el encontrado en el presente estudio, esto se puede deber
a que después de haber presentado una complicación diabética él adulto
mayor adquirió mayor conocimiento y automanejo de su enfermedad, ya
que el presente estudio se aplicó a adultos mayores que presentaban alguna
complicación de la diabetes.

Conclusiones

En conclusión, a este trabajo se puede mencionar lo siguiente, respecto a la


variable automanejo se encontró que la mayoría de los adultos mayores pre-
sentó automanejo adecuado, lo que se puede traducir en que estas personas
llevan a cabo los cuidados indicados por los profesionales de salud, lo que en
términos generales lo conduce a un estilo de vida más saludable.
Del mismo modo se concluye que el conocimiento de los adultos mayo-
res con diabetes mellitus tipo 2 respecto a su enfermedad en su totalidad es
bajo, debido a que la población de estudio no tiene conocimiento básico de
la enfermedad, glucosa en sangre, administración de insulina, hidratos de
carbono, intercambio de alimentos, esta falta de información ocasiona que
los casos vayan en aumento y por consecuencia complicaciones irreversibles
con gran afectación a la calidad de vida
Respecto a la relación planteada de las variables, se puede concluir que
los resultados indican que, no existe una correlación entre el automanejo y
el conocimiento de la Diabetes Mellitus, lo que indica que, aunque haya un
bajo conocimiento de la enfermedad existe un adecuado automanejo de la
misma, pero estos no estos fenómenos no se encuentran ligados.

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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

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141
Capítulo 15.
Nivel de riesgo cardiovascular en Adultos
Mayores con Diabetes Mellitus tipo 2
Maria Gicela Pérez Hernández (ggise_ph@ucol.mx)
Raymundo Velasco Rodríguez

Introducción

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)


en el año 2020 las tres principales causas de muerte en México fueron en
orden las enfermedades del corazón, Covid 19 y Diabetes Mellitus tipo 2
(INEGI, 2021). La Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) representa un elevado
riesgo a diversas complicaciones, que contribuyen al desarrollo de múltiples
afectaciones sistémicas y provocar un importarte deterioro a la calidad de
vida. Una de las complicaciones que con mayor frecuencia se presenta en
las personas con DM2 es la enfermedad cardiovascular (ECV) por lo que se
considera una de las principales causas de mortalidad entre quienes tienen
el diagnóstico de diabetes (Zhang et al., 2020).
El estado hiperglucémico crónico que se observa en la enfermedad de
DM2, se asocia a diversos factores tales como una mala elección de alimen-
tos, comorbilidad, polifarmacia, desconocimiento y falta de seguimiento
al tratamiento, el envejecimiento, entre otros (Adler, 2001). Esto puede
desencadenar una serie de modificaciones estructurales y funcionales dado
que la toxicidad de la glucosa persiste en diferentes células como resultado
de una respuesta inflamatoria que con el tiempo provoca daño en diversos
órganos del cuerpo favoreciendo diversas complicaciones (Giri et al., 2018).
Así mismo la OMS refiere que con el tiempo, la diabetes puede dañar el co-
razón, los vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios (Organización Mundial
de la Salud (OMS), 2016).
La DM2 es un factor de riesgo independiente para las enfermedades car-
diovasculares relacionadas con la aterosclerosis, un proceso que involucra la
capa íntima y se caracteriza por la acumulación de lípidos, la infiltración de
células inflamatorias, las células musculares lisas vasculares, migración y de-
sarrollo de células espumosas (Kozakova et al., 2016). El grado de hiperglu-
cemia se ha asociado a un mayor riesgo de complicaciones microvasculares,
neuropatía sensorial, infarto de miocardio, ictus, mortalidad macrovascular,
y todas las causas que producen mortalidad. El riesgo relativo de infarto
de miocardio parece aumentar con cualquier incremento de glucemia por

143
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

encima del rango normal, mientras que se cree que el riesgo de enfermedad
microvascular se presenta solo con concentraciones más extremas de gluce-
mia (Odum et al., 2018).
Considerando la variedad de factores de riesgo más la suma de los cam-
bios en el sistema cardiovascular determinadas por la edad, entre los que
se encuentran a la rigidez vascular, aumento del grosor de la pared del
ventrículo izquierdo entre otras (Strait et al., 2012), también se ha señalado
que el género femenino presenta mayor prevalencia de múltiples factores de
riesgo cardiovascular cuando tienen mayor edad (≥70 años) y que a su vez
el riesgo se observa incrementado si dicho paciente tiene un nivel educativo
bajo (Wakabayash, 2017).
Las personas que presentan dicho riesgo pueden experimentar diver-
sos síntomas físicos que incluyen fatiga, disnea o dolor torácico que afecta
su bienestar físico, emocional y social, deteriorando significativamente su
calidad de vida, al hacer modificaciones o bien ajustes a sus actividades
diarias que les permita mantener el riesgo controlado, con ello la familia
es el principal apoyo puesto que es posible la dinámica familiar o el rol
que desempeña la persona deberá asumirse por otro miembro, en tanto la
persona afectada de estabilice y/o controle para continuar con su vida diaria
sin correr el peligro máximo de complicar su estado actual de bienestar
(Chatzinikolaou et al., 2021).

Objetivos

General

Determinar el nivel de riesgo cardiovascular en adultos mayores con diabe-


tes mellitus tipo 2.
Específicos:

• Describir los factores de riesgo identificados en la población de estudio.


• Comparar el nivel de riesgo cardiovascular con base a género, glucemia
y presión sistólica.

Metodología

Diseño de tipo cuantitativo, descriptivo, trasversal. Se realizó entre los me-


ses de noviembre de 2019 a febrero 2020. El universo lo integraron 50 AM
con diagnóstico de DM2 adscritos al centro de convivencia, la muestra fue

144
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

de 36 AM calculada mediante una fórmula de proporciones para muestras


finitas, el muestreo fue aleatorio simple. Fueron incluidos AM que: *Tu-
vieran diagnóstico de DM2 sin importar que presentaran alguna comorbi-
lidad. *Que aceptaron participar mediante consentimiento informado. *Que
concluyeron todas las mediciones solicitadas. *Que pudieron subirse a una
báscula y mantenerse en equilibrio por sí mismas. El proyecto fue some-
tido a evaluación por el comité de ética de la Facultad de Enfermería de la
Universidad de Colima, por lo que una vez aprobado, se tuvo acercamiento
al DIF Estatal para realizar las gestiones correspondientes para el trabajo de
campo.
El protocolo fue expuesto a los AM y de aquellos que aceptaron partici-
par, firmaron la carta de consentimiento informado, asignándose un número
de ficha para preservar el anonimato de cada participante y el manejo de sus
datos con absoluta discreción. La información fue obtenida directamente de
las personas. Se empleó una ficha de identificación en la que se realizaron
todos los registros pertinentes que confieren a la edad, género, escolari-
dad, estado civil, comorbilidad, glucemia capilar en ayuno considerando las
metas básicas del tratamiento estipulados en la NOM-015-SSA2-2010 en
un rango de 70-130 mg/dl para aquellos casos controlados (NOM, 2010) ,
peso, talla, estado nutricional (considerándose los criterios estipulados por
la OMS) y de la presión arterial la clasificación de la presión arterial sistólica
y diastólica señalada en la NOM-030-SSA2-2009 (NOM, 2009).
Para la estimación del riesgo cardiovascular (CV) de una persona no es
posible realizarla sumando los factores de riesgo, dado su efecto multipli-
cativo. La herramienta más usada para evaluar el riesgo CV, es el uso de
tablas estimativas como la tabla de Framingham de riesgo cardiovascular,
que incluye datos de edad, sexo, hábito tabáquico, presencia o no de diabe-
tes, niveles de colesterol y de presión arterial, en la que se estima el riesgo
de acuerdo a los factores de riesgo cardiovascular presentes en el individuo
(Carvajal et al., 2017).
En el presente trabajo se empleó la tabla de predicción del riesgo AMR
B de la OMS/ISH, para los contextos en que NO se pudo medir el coleste-
rol sanguíneo. Riesgo de padecer un episodio cardiovascular, mortal o no,
en un periodo de 10 años, según el sexo, la edad, la presión arterial sistólica,
el consumo de tabaco y la presencia o ausencia de diabetes mellitus (Areiza
et al., 2018).
Una vez identificados los factores de riesgo dentro de la tabla, el riesgo
cardiovascular puede interpretarse de la siguiente manera: Riesgo < 10%
(bajo), riesgo 10%-< 20% (moderado), riesgo 20%-< 30% (alto), y Riesgo

145
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

≥ 30% (muy alto) de sufrir episodios cardiovasculares, o mortales (García,


2019).
Se realizó el análisis de los datos recabados al emplear estadística des-
criptiva como promedios y desviación estándar para las variables de razón;
así como frecuencias y porcentajes para las variables nominales. Se imple-
mentó estadística inferencial como Xi2 para identificar diferencias entre
género y riesgo cardiovascular.

Resultados

El 58% (n=21) lo integró el género femenino el restante 42% (n=15) el


género masculino. La edad promedio fue de 70± 7.6 años cumplidos. El
grado de estudio más frecuente fue “primaria” con 50%, el estado civil con
mayor porcentaje “casado” con el 64% (n=23), con relación a la presencia de
co-morbilidad, el 89% (n= 32) se identificó con una segunda enfermedad,
entre las que destaca la Hipertensión Arterial con 58% (n=21). El valor
promedio de glucemia fue de 213.02 mg/dL ± 75.9; el 81% de la población
se caracterizó como “no controlada”.
De acuerdo con los factores de riesgo identificados por el instrumento
empleado el 89% (n=32) nunca fumó, con relación al índice de masa cor-
poral (IMC) solo el 28% (n=10) se clasificó en estado nutricional “normal”,
el resto entre sobrepeso y obesidad (72%). Respecto a la presión arterial el
39% (n=14) se ubica en “fronteriza” y el 36% (n=13) en óptima. Respecto a
la distribución de la población según el riesgo cardiovascular el 39% se ubi-
có en riesgo bajo, el 58% en riesgo moderado, solo el 3% presentó riesgo
alto y ninguno en riesgo muy alto (Tabla 1).
Tabla 1. Factores de riesgo identificados en la población de estudio.

Variables Frecuencia %
Tabaquismo
Fumador 4 11
No fumador 32 89
IMC
Mal nutrición 0 0
Normal 10 28
Sobrepeso 14 39
Obesidad 12 33
Presión arterial
Optima 13 36
Normal 4 11

146
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Variables Frecuencia %
Fronteriza 14 39
Hipertensión 1 5 14

Se comparó el riesgo cardiovascular respecto al género mostrando una ten-


dencia igual en el riesgo moderado con un 60% cada uno. El 52% de las
mujeres registró una presión arterial sistólica “optima”, mientras que el
valor de presión sistólica en hombres se mantuvo en “fronteriza”. Así mis-
mo la mayoría tanto hombres como mujeres presentó una glucemia “no
controlada” (hombres 73% - mujeres 86%; Tabla 2).
Tabla 2. Distribución de la frecuencia por género de riesgo cardiovascular,
presión arterial y glucemia
Femenino Masculino
Riesgo cardiovascular
Riesgo bajo 40% 33%
Riesgo moderado 60% 60%
Riesgo alto 0% 7%
Riesgo muy alto 0% 0%
Presión Arterial Sistólica
Óptima 52% 13%
Normal 10% 13 %
Fronteriza 24% 60%
HTA1 14% 14%
Glucemia Capilar
Controlado 14% 27%
No controlado 86% 73 %

Se realizó un análisis con la prueba Xi2 para identificar diferencias de riesgo


cardiovascular respecto a género con relación al riesgo bajo y moderado,
obteniéndose un valor de p no significativo (Tabla 3).
Tabla 3. Asociación entre género y nivel de riesgo cardiovascular

Riesgo cardiovascular Hombres Mujeres p*

<10% (Riesgo bajo) 5 (5.4) 9(8.1)


10% - <20% (Riesgo moderado) 9(8.1) 12(12.2) 0.6

*Calculado mediante chi2

Discusión

En consideración a las características de la población que contribuyen a al


riesgo cardiovascular evaluado, el consumo de tabaco fue menor en relación
a los que nunca en su vida fumaron. La nicotina produce un incremento en
la concentración de trombina y fibrinógenos lo que favorece la presencia de

147
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

la formación de trombos plaquetarios intravasculares por lo que se vuelve


un factor predisponente para la incidencia de infarto del miocardio o formas
severas de anginas de pecho (Fernández-González et al., 2018). De esta
manera al evitar el humo del tabaco los beneficios se dirigen a mejorar la
salud cardiovascular.
Más de la mitad de adultos mayores tuvieron un estado nutricional de
sobrepeso y obesidad. En un estudio de 2018 reportaron una asociación sig-
nificativa a medida que aumenta la grasa visceral, circunferencia de cintura
e índice de masa corporal, incrementa el riesgo cardiovascular (Kai-Ting et
al., 2018). El envejecimiento influye en algunos cambios considerables de
la composición corporal, como lo es la disminución de la masa muscular,
aumento de la masa grasa lo que puede predisponer a condiciones cardio-
vasculares de riesgo (Fan et al., 2016).
Así mismo el valor de glucemia capilar fue identificado como “no con-
trolado”, es decir los valores de glucemia fueron superiores a 70-130 mg/
dl. Los pacientes con porcentaje de HbA1c más alto (glicemias superiores
al rango normal) presentaron un riesgo significativamente mayor para hos-
pitalización por enfermedad cardiovascular en algún momento de su vida en
comparación con que aquellos que presentaron valores controlados (Yokote
et al., 2021). Reducir los niveles de glucosa en sangre produce beneficios en
salud cardiovascular, mismos que pueden observarse tras un año de estabili-
dad de la misma por lo que es necesario un seguimiento completo al adulto
mayor para el manejo de otros elementos que puedan afectar su control
metabólico y con ello la exposición a otros factores de riesgo (McGovern,
2017).
Respecto al nivel de riesgo cardiovascular en el presente estudio se en-
contró que predomina el riesgo moderado en contraste con el estudio de
Sánchez et al., (2015) quienes encontraron en una población de adultos
mayores con promedio de edad de 61 años, que el 64,4 % se clasificó con
riesgo cardiovascular bajo. El riesgo cardiovascular puede incrementar con-
forme avanza la edad, sin embargo, esta condición puede ser más vulnerable
en presencia de factores adicionales como son la fragilidad, la obesidad y
la diabetes (Rodgers et al., 2019). Estas condiciones presentes en nuestra
muestra como el hecho de tener diagnóstico de diabetes y otros como co-
morbilidad a la hipertensión, así mismo situándose en estados nutricionales
como sobrepeso y obesidad.
La población de estudio fueron pacientes con diabetes tipo 2, en los que
además se identificó a la Hipertensión Arterial (HTA) como comorbilidad
en aproximadamente la mitad de ellos. En ambos géneros la mayoría de su
población presentó riesgo moderado, similar al reportado por Sergi et al.

148
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

(2015) donde encontraron que los adultos mayores con “pre fragilidad” es
decir, con condiciones que pueden incrementar su exposición al riesgo pero
que estas pueden ser revertidas. El análisis no mostró diferencias signifi-
cativas referente al riesgo cardiovascular y al género puesto que presentan
características que los pueden mantener en el mismo estado de vulnerabili-
dad, de esta manera la diabetes predispone al riesgo cardiovascular, median-
te la activación avanzada del receptor del producto final glucosilado dado
que puede acelerar la formación de la placa aterosclerótica y producir un
incremento en el engrosamiento íntimo-medial y la rigidez arterial; por lo
que los valores fluctuantes de glucosa pueden promover el estrés oxidativo
y la activación de la proteína quinasa C y provocar fibrosis y disfunción del
endotelio (Galbete et al., 2019).

Conclusión

El estudio identificó diversas características que inciden en el riesgo cardio-


vascular registrado y que sin lugar a dudas el control glucémico deficiente,
más la presencia de alguna comorbilidad y la edad propiamente los predis-
pone a una de las principales causas de morbilidad y muerte y morbilidad en
esta etapa de la vida, por lo que es importante su atención. Se recomienda
dar seguimiento para el fomento al apego del tratamiento mediante la pro-
moción para la salud buscando la educación en el paciente con el fin de que
sea consciente del riesgo y participe activamente en el control y manejo de
este para contribuir a la prevención cardiovascular al mejorar la calidad de
vida de este segmento creciente de población.

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

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152
Capítulo 16.
Ansiedad, soledad y depresión en personas
mayores relacionadas con tiempo de uso
de dispositivo móvil
Luis Rendón-Torres (lrendon@docentes.uat.edu.mx)
Carolina Benavides-Guerrero
Marissa Michelle Díaz Dávila
Karla Iris Cuevas Martínez

Introducción

Con el aumento de la esperanza de vida y el crecimiento del uso de dis-


positivos móviles las personas mayores tienen la necesidad de aumentar y
mejorar el manejo de las TIC, esto con el objetivo de mejorar su desarrollo
individual y social y así optimizar su calidad de vida desde el punto de vista
técnico, económico, salud y cultural.
Cómo usuarios de las tecnologías de la información y la comunicación,
los adultos mayores tienen necesidades y demandas similares a las de las
personas de otras edades, es decir requieren tecnología útil, funcional, fácil
de manejar y significativa con el fin de reducir el tiempo de enseñanza del
funcionamiento del dispositivo y mejorar el desarrollo individual del adulto
para prevenir problemas psicológicos como ansiedad, soledad y depresión
(Arango, Sepúlveda, & Garrido, 2018)
En la actualidad, aunque se piense lo contrario las personas mayores se
han integrados fuertemente a las tecnologías. Según el Pew Research Center
(2017) en los EEUU, en el 2013 solo 23% de las personas mayores conta-
ban con un celular, en la actualidad casi se alcanza el 50 %.
En México, conforme a la INEGI (2018) tan solo el 14.6% de personas
mayores cuenta con un dispositivo móvil, la disminución de porcentaje en
México se presenta por diferentes causas, una de ellas es la falta de recursos
económicos, otra es que la persona mayor dice no necesitar el dispositivo
móvil, aparte de que no se cuenta con servicio en su localidad y las perso-
nas mayores también comentan que por motivos de seguridad prefieren no
llevar consigo mismo un teléfono móvil.
En cuanto a el estado de Tamaulipas, las cifras mejoran, ya que incre-
mentan en el uso del dispositivo móvil al 84.19% de la población de las
personas mayores. En Nuevo Laredo las cifras se mantienen en un 81.81%.

153
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Así que el aumento del uso de tecnología va progresivamente en la


persona mayor, pero esto no sugiere que sepan utilizarlo en su totalidad, se
ha comprobado que a mayor interacción a las nuevas tecnologías es menor
el riesgo de aislamiento social que presentaran las personas mayores, la
frecuencia de utilizar los dispositivos móviles tiene una gran influencia en
cuanto en la socialización, pero muchos de las personas mayores presentan
dificultades para utilizar las nuevas tecnologías por lo cual requieren de la
ayuda de otras personas además de que algunos no cuentan con los servicios
de internet (Chopik, 2016).
Así mismo se demostró que las personas refirieren que al saber cómo
manejar las nuevas tecnologías se sienten con más confianza, les permite
tener un deseo de superación y ya no se sienten que forman parte de un ais-
lamiento tecnológico que puede repercutir en el aspecto psicológico como
soledad, ansiedad y depresión (Duran, 2017).
La carencia de interacción social puede llevar a situaciones de sentimien-
tos de soledad, además una persona mayor que haya dejado de ser activa y
que se encuentre aislada socialmente acabara por sufrir en la mayoría de los
casos un deterioro funcional y físico, manifestando en última instancia por
el deterioro cognitivo y de la salud en general (Quintero, Villamil, Henao
& Cardona, 2018).
Es por eso importante observar las nuevas interacciones sociales que
la sociedad esta presentando con la inclusión de los dispositivos móviles,
es posible que aquellas personas mayores que están inmersas en un mayor
tiempo en las nuevas tecnologías y plataformas de interacción social pre-
sente mejores mecanismos para responder en contra de los sentimientos de
soledad.
Por lo que el presente estudio pretende indagar como el tiempo de
duración en el dispositivo móvil afecta a la persona mayor en su compor-
tamiento social y si la falta del uso de este puede crear problemáticas como
ansiedad, soledad y depresión que los aíslan de involucrarse en la sociedad.

Objetivos

Evaluar la relación entre ansiedad, soledad y depresión con el tiempo de uso


del dispositivo móvil en personas mayores de 55 años o más.

154
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Metodología

El estudio fue de corte transversal, con diseño correlacional. La población


estuvo formada por personas mayores de 55 años o más, que estuvieran
orientados en espacio, tiempo y persona en caso de no cumplir con los
requisitos se excluyeron de la investigación. Para este estudio se obtuvo
una población de 38,887 personas mayores de Nuevo Laredo Tamaulipas,
el cálculo del tamaño de la muestra se realizó mediante la formula muestral
usando estos parámetros: un nivel de confianza de 95% y un error de 9%
dando como resultado 124 personas. Se utilizo un muestreo de tipo no
probabilístico por conveniencia.
Para este estudio se excluyeron personas mayores que no contaran con
dispositivos móviles e internet ya que queremos saber cuánto tiempo pasan
en el móvil y que aplicaciones suelen usar más. Además, se excluyeron per-
sonas mayores que estuvieran bajo tratamiento farmacológico que pudieran
afectar el juicio (por ejemplo, neurolépticos y antidepresivos), así mismo
aquellos con diagnostico medico de demencia senil y/o tipo Alzheimer.
Para la medición de las variables se utilizó una Cedula de Datos So-
ciodemográficos y Clínicas, Escala de Yesavage, Escala de Soledad de Jong
Gierveld e Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), además para poder medir
el tiempo de uso del dispositivo móvil se utilizó el Analizador de Uso para
obtener los resultados correspondientes a esta variable.
En primera parte se utilizó el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI),
fue creado en 1995 por el autor Aaron T. Beck y Robert A. Steer con el
objetivo de evaluar la gravedad de la sintomatología ansiosa. El BAI es un
instrumento de autoinforme de 21 ítems que cuenta con una confiabilidad
de 0.91 en población general mexicana. Cada ítem del BAI recoge un sínto-
ma de ansiedad y para cada uno de ellos la persona debe valorar el grado en
que se ha visto afectado por el mismo durante la última semana, utilizando
para ello una escala tipo Likert de cuatro puntos que va desde 0 (Nada en
absoluto) hasta 3 (Gravemente, casi no podía soportarlo). Cada ítem se va-
lora de 0 a 3 puntos en función de la respuesta dada por el individuo y, tras
sumar directamente la puntuación de cada ítem, se obtiene una puntuación
total que varía de 0 a 63. Los puntos de corte sugeridos para interpretar
el resultado obtenido son los siguientes: 00–21 pts- Ansiedad muy baja,
22–35 pts- Ansiedad moderada, más de 36 ps- Ansiedad severa.
Por otra parte, se utilizó la Escala de soledad de Jong Gierveld median-
te el modelo de Rash, creada por Jong Gierveld en 1987, que tiene como
propósito medir el grado de soledad que experimenta una persona en una
dimensión básica, no obstante, sus ítems tienen en cuenta la distensión

155
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

hecha por Weiss (1973) sobre la soledad emocional y social. Consta de


11 ítems con respuestas dicotómicas que constan de 3 categorías (1=No,
2= Más o menos, 3= Sí), seis ítems formulados negativamente miden la
soledad emocional derivada del abandono o ausencia de personas queridas y
los otros cinco ítems miden la integración social (soledad social) producida
por el deseo de contar con alguien en caso de necesidad, cuenta con una
confiabilidad de 0.86 en población peruana. Los autores recomiendan que,
para el cálculo de la puntuación de soledad, consignando un punto a las
respuestas “más o menos” o “no” de los ítems1,4,7,8 y 10, mientras que los
ítems restantes se consigna un punto si se responde “más o menos” o “sí”.
Es así como la escala oscila entre 0 (ausencia de soledad) hasta 11(soledad
máxima), resultado de sumar el número de respuestas afirmativas o negati-
vas entre los ítems.
Por último, se utilizó la Escala de Yesavage para depresión geriátrica,
creada por Sheik y Jerome A. Yesavage (1986), que tiene como objetivo
explorar únicamente síntomas cognitivos de un episodio depresivo mayor.
Este instrumento consta de 15 ítems con un patrón de respuestas dicotó-
mico (sí o no), que investigan los síntomas presentados en los últimos 15
días, en cual se otorga un punto en cada respuesta subjetiva de un episodio
depresivo. Para la interpretación de ellos resultados obtenidos se muestra
de esta manera: 0-4 pts normal, 5-8 pts síntomas leves, 9-10 pts síntomas
depresivos moderados, 12-15 síntomas depresivos graves. Tiene una confia-
bilidad de población mexicana de 0.82.
Para medir el tiempo de uso del dispositivo móvil se optó por utilizar el
Analizador de Uso para medir el tiempo en que usan las siguientes aplica-
ciones: Facebook, Messenger, Teléfono, Mensaje, WhatsApp, Instagram,
Tik Tok, YouTube, Zoom, Skype. El cual tiene como respuestas abiertas
para responder libremente el resultado obtenido de acuerdo con el Anali-
zador de Uso.
Para poder explicarles cómo se descargaba y que paso tendrían que rea-
lizar para poder obtener los resultados que deseábamos, se realizó un cartel
digital en el cual se les informo como se utilizaba la aplicación y que proce-
dimientos tendrían que realizar y que opciones seleccionar para saber cuánto
tiempo utilizan las aplicaciones en una semana.
La presente investigación se basó en el Reglamento de la Ley General
de Salud en Materia de Investigación para la Salud (1987). Por lo cual se
apegó a lo establecido en diferentes artículos que lo comprenden. Se solicitó
una aprobación de la Comisión de Investigación y Ética de la Facultad de
Enfermería de la Universidad Autónoma de Tamaulipas

156
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Resultados

De acuerdo con los datos sociodemográficos de la población, resultados


muestran que el porcentaje más alto de sexo fueron las mujeres (54.2%) ,
en cuanto al estado civil dominan los que están casados con el 58.3%,así
como en cuanto a la ocupación el 70.8% si trabaja, se observó que el tipo de
trabajo predominante es en cuestión al hogar con un 16.7% y finalmente en
relación a la complicación del uso del dispositivo móvil el 83.3% respondió
que no se le complicaba y solo un 16.7% si se le complica en cuestión de
“moverles a las aplicaciones” ( 8.3%). Por otra parte, se observó una media
de edad de 58.82 años (DE= 7), una media de años de estudios es de 13.96
años (DE=4.288) y finalmente la media a la dedicación de uso al móvil en
horas por semana es de 6.92 (DE=9.546).
De acuerdo con los resultados, la media de uso del dispositivo móvil en
general es de 43.92 hrs/semana (DE= 30.97). En cuanto a cada aplicación
la media de uso de Facebook es de 11.13 hrs/semana (DE=9.88), Mess-
enger es de 5.08 hrs/semana (DE=5.91), Teléfono es de 8.38 hrs/semana
(DE=10.69), Mensajes es de 3.25 hrs/semana (DE=4.79), WhatsApp es de
8.29 hrs/semana (DE=7.53), Instagram es de 0.42 hrs/semana (DE=.830),
TikTok es de 1.21 hrs/semana (DE=2.39), YouTube es de 5.17 hrs/semana
(DE= 8.32), Zoom es de 0.96 hrs/semana (DE= 2.34) y Skype es de 0.04
hrs/semana (DE= .204).
De acuerdo con los resultados se observa que no hay relación estadísti-
camente significativa en general con el tiempo de uso de dispositivo móvil
con la ansiedad, soledad y depresión, sin embargo, si se encontró que existe
una relación negativa estadísticamente significativa de fuerza aceptable en el
tiempo de uso de las aplicaciones YouTube (rs= -.433, p= .035) y Zoom (rs=
-.574, p= .003) con la soledad, lo que indica que a mayor uso de YouTube y
Zoom menor soledad. En cuanto a la ansiedad no hay relación estadística-
mente significativa con Facebook (rs= .199, p = .351) y Messenger (rs= -.060,
p= .780), así como la depresión.

Discusión

A continuación, se discuten en esta sección los resultados obtenidos, en


relación con los objetivos de investigación planteados. El objetivo general
de este estudio fue evaluar la relación entre ansiedad, soledad y depresión
con el tiempo de uso del dispositivo móvil en personas mayores de 55 años

157
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

o más, mientras que los objetivos específicos implicaban examinar el tiempo


de uso del dispositivo móvil en personas mayores de 55 años o más,
De acuerdo al primer objetivo propuesto se relaciona a la ansiedad, so-
ledad y depresión con el tiempo de uso del dispositivo móvil, con respecto
a esto se encontró que no hay relación significativa entre el tiempo de uso
de dispositivo móvil con la ansiedad y la depresión, pero si hay relación
significativa entre la soledad y tiempo de uso del dispositivo móvil, esto
puede indicar que las personas de 55 años y más que sufren de síntomas
soledad utilizan más frecuentemente el dispositivo móvil esto probablemen-
te se deba a qué las personas buscan en el dispositivo móvil una forma de
entretenimiento y de comunicación.
Actualmente los cambios generacionales han llevado a un nuevo meca-
nismo de socialización, donde la tecnología juega un papel crucial, es por
eso por lo que la persona mayor que llega a utilizar el teléfono móvil puede
obtener provecho de él. Es posible que aplicaciones como Zoom que per-
miten la comunicación a través de videollamadas puedan ser una manera de
“contacto virtual” y ayude a los sentimientos de soledad, pero falta mas en
indagar en esa temática.
Sobre el tiempo de uso de dispositivo móvil en general en las personas
mayores de 55 años se encontró que las personas mayores de 55 años pasan
alrededor de 6 horas diarias utilizando el dispositivo móvil en su mayoría en
aplicaciones de redes sociales, de comunicación y de entretenimiento. Esto
difiere con lo mostrado por el Pew Research Center, quienes encontraron
que los adultos mayores que poseen un móvil pasan alrededor de 3 horas
diarias utilizando el móvil en su mayoría para comunicarse y visitar redes
sociales.

Conclusiones

La investigación arrojó como resultados que el tiempo de uso del dispositi-


vo móvil en las personas mayores de 55 años cada vez aumenta, utilizándolo
con el fin de obtener en el un medio de entretenimiento, pero sobre todo
de comunicación, ya que en su mayoría quienes más recurren al uso del dis-
positivo móvil son aquellas personas que sufren de síntomas de soledad. Por
lo que resulta importante incitar a los familiares a convivir el mayor tiempo
posible con los adultos mayores para así reducir los sentimientos de soledad.
Ya que se ha demostrado en el pasado que a mayor actividad de interac-
ción social menor el riesgo de aislamiento social, por ende, la frecuencia de
comunicación que tengan vía dispositivo móvil tiene una gran significancia
en la socialización del adulto mayor, es importante el uso de este como el

158
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

medio de interacción social más en épocas actuales de pandemia. Es así


como se recomienda que se les ayude a adquirir destreza y confianza nece-
saria para mantener una comunicación frecuente por medio de llamadas y
crear programas a fines a la inclusión digital en las personas mayores.

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159
Capítulo 17.
Relación entre el nivel de confort y
la continuidad de la información en
personas adultas mayores programadas a
cateterismo cardíaco
Ana Amelia Soto Carrasco
María Claudia Morales Rodríguez (teziu6833@gmail.com)
Gudelia Nájera Gutiérrez
Rosa María Teresa Tlalpan Hernández

Introducción

Las personas adultas mayores (PAM) son un grupo etario que va en aumen-
to. De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), hasta el 2018 en esta zona vivían 76.3 millones de PAM, lo que
representaba el 12% de la población de esta región (CEPAL, 2018). En
México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reportó
15.4 millones de PAM (INEGI, 2019).
El informe de Estadísticas Sanitarias Mundiales (Organización Mundial
de la Salud [OMS], 2017; Organización Panamericana de la Salud [OPS)],
2017; y Consejo Nacional de Población [CONAPO], 2017), reportó que
las principales causas de morbilidad y mortalidad en PAM, son por En-
fermedades No Transmisibles (ENT); como primera causa y las de mayor
carga económica (OPS, 2017), las enfermedades cardiovasculares y dentro
de éstas, la Cardiopatía Isquémica (CI) es la más frecuente.
La CI se considera una patología con un alto índice de morbilidad y
mortalidad a nivel mundial; su principal causa es la aterosclerosis coronaria,
vinculada a factores de riesgo cardiovascular como edad, sexo, hipertensión
arterial (HTA), diabetes tipo 2 (DT2), tabaquismo y dislipidemia, a lo que
se añade la presencia de obesidad, síndrome metabólico y/o inactividad físi-
ca (Alcalá, Maicas, Hernández y Rodríguez, 2017).
El estudio de primera o segunda elección (dependiendo de las condicio-
nes de la persona adulta mayor) es el cateterismo cardíaco izquierdo diag-
nóstico, angiografía coronaria, arteriografía coronaria o coronariografía.
Las PAM que han sido hospitalizadas por enfermedades isquémicas del
corazón pueden enfrentar un proceso complejo en su salud, que se trans-
mite en distrés y vulnerabilidad, factores que pueden desencadenar un mal

161
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

pronóstico para su recuperación (Martínez, Gómez, Abu, Calderón y Vidán,


2017).
Esta situación permite suponer cuidados específicos (emocionales-tera-
péuticos-hemodinámicos-educación para la salud) que requieren las PAM
antes, durante y después de una coronariografía o Intervención Coronaria
Percutánea (ICP) (Espelosín, Jimeno, Artazcoz, Martín y Soria, 2006); que
puede brindarse por medio de la Continuidad de Cuidados (CC).
La teoría del confort de la Dra. Katharine Kolcaba (1994) centra su es-
tudio científico propiamente en el confort e indica que éste tiene un vínculo
estrechamente relacionado con la profesión del cuidado (Enfermería). La
CC, ha sido definida de varias formas; sin embargo, su meta es la recupera-
ción y el mantenimiento de la salud, para lograrlo se distinguen tres tipos
de CC: Continuidad de la Información (CIn), Continuidad de la Relación
(CR) y Continuidad de la Gestión (CG), y es la primera, fuente directa de
conocimientos del paciente y de los proveedores de salud no sólo de la con-
dición clínica, sino también de la conjugación de todos los elementos que
rodean e influyen en el receptor de cuidados (Haggerty et al., 2003).

Objetivo

Determinar la relación entre el nivel de Confort y de Continuidad de la


Información en PAM programadas a cateterismo cardíaco.

Metodología

Estudio correlacional y transversal. Se incluyeron hombres y mujeres, de


60 años o más, que se encontraban en el servicio de hemodinamia de un
hospital gubernamental de la Ciudad de Puebla, México y que estaban pro-
gramadas a cateterismo cardiaco. La presente investigación se llevó a cabo
de acuerdo con las disposiciones del Reglamento de la Ley General de Salud
en Materia de Investigación para la Salud (Secretaría de Salud, 2014). Las
PAM que aceptaron participar, firmaron un consentimiento informado. Se
excluyeron a las PAM a las que se les realizó un cateterismo cardíaco por
causas diferentes a la enfermedad arterial coronaria o con angiografía co-
ronaria previa, que su condición clínica no lo permitiera (infarto al mio-
cardio en fase aguda, con dolor torácico subesternal opresivo o ventilación
mecánica invasiva), con un nivel cognitivo inferior a lo establecido en el
Mini Mental State Examination (23 puntos o menos) (Folstein, Folstein,
McHugh, 1975) o que no aceptaran participar en el estudio.

162
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

El muestreo fue no probabilístico, el tamaño de la muestra se determinó


mediante análisis de potencia para correlación bivariada, con magnitud del
efecto de 0.30, poder de .90 y α = 0.05, con lo que se obtuvo un total de
113 adultos mayores.
Para valorar el nivel de consciencia de la persona adulta mayor, se em-
pleó la Escala de Coma de Glasgow Modificada (Elsevier, 2017, y Muñana
y Ramírez, 2014), la cual evalúa dos aspectos: el estado de alerta y cognitivo,
y contempla tres subescalas: apertura ocular, respuesta verbal y respuesta
motora.
En cuanto a la recolección de datos sociodemográficos, se utilizó una
cédula de factores sociodemográficos de PAM programadas a cateterismo
cardíaco conformada por nueve elementos: diagnóstico médico de ingreso;
sexo, edad, estado civil, religión, nivel de escolaridad, seguridad social, pro-
cedencia y tiempo del padecimiento.
Referente a la medición de las necesidades de cuidados, se utilizó el
Cuestionario General del Confort (Kolcaba, 1992), estructurado por 48
ítems con opciones de respuesta en una escala tipo Likert, que va de 1 a 4,
donde 1 es “Totalmente en desacuerdo”, 2 “En desacuerdo”, 3 “De acuerdo”
y 4 “Totalmente de acuerdo”. El valor mínimo a obtener es de 48 puntos, y
el máximo de 192, donde el nivel de Confort bajo corresponde a 48; medio
bajo de 49 a 96, medio alto de 97 a 144 y alto de 145 a 192.
Para la continuidad de la información, se empleó el Instrumento Nivel
de Conocimientos en Pacientes Adultos de Hospitalización (Rocha, Lozano
y Romero, 2017) modificado para el presente estudio, bajo autorización de
los autores. Contempla cinco apartados con un total de 31 ítems y opcio-
nes de respuesta dicotómicas, politómicas y abiertas. Para la calificación del
instrumento todas las respuestas “si” o abiertas que hayan sido contestadas
equivalen a 2 puntos; para las respuestas “no” o aquellas abiertas que no
fueron contestadas por no saber que responder, no tiene puntaje, a excep-
ción del bloque de respuestas en la pregunta 14, todo vale 9 puntos, por
lo que sólo pueden contestar hasta 9 afirmaciones (debido a que la opción
de retirar esmalte de uñas o retirar maquillaje, sólo se realiza generalmente
en mujeres), por lo tanto, suman 69 puntos totales. Para la clasificación
del Nivel de Conocimiento “Excelente a Malo” es de la siguiente forma:
Excelente: 69 (para mujeres) y 67 (para hombres), Bueno: 48 – 66 puntos,
Regular: 28 – 47 puntos, Malo: 0 – 27 puntos.
Los resultados derivados del estudio fueron procesados en una base de
datos a través del paquete estadístico SPSS versión 25. Para realizar el aná-
lisis descriptivo se emplearon medidas de tendencia central (media y desvia-
ción estándar) así como frecuencias y porcentajes; al no existir normalidad

163
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

de los datos, se empleó estadística inferencial no paramétrica (coeficiente de


correlación de Rho de Spearman).

Resultados

En relación con los factores sociodemográficos se obtuvieron los siguientes


resultados: edad promedio de 72.1 años (DE=7.7) con valor máximo de 91
y mínimo de 60, el 54% de los participantes eran mujeres, la mayoría de los
participantes estaban casados (66.4%), el 11.5% eran viudos, el 6.2% vivían
en unión libre y sólo el 2.7% eran solteros. Respecto al diagnóstico mé-
dico de ingreso, el 54% tenían cardiopatía isquémica, el 24.8% síndrome
coronario agudo sin elevación del segmento ST, el 15% síndrome coronario
agudo con elevación del segmento ST y el 6.2% angina estable.
En cuanto a los años de escolaridad la media fue de 14.2 años (DE=3.4),
mientras que el 16.8% no habían acudido a la escuela, en relación a la
religión que profesaban el 83.2% eran católicas. En relación al periodo de
inicio del padecimiento, el 39.8% respondió que de 2 a 11 meses previos
al estudio.
Asimismo, respecto al nivel de Confort de las PAM, se obtuvo una
x=91.7, DE=29.9, valor mínimo de 33 y máximo de 149, por lo que el nivel
de Confort se situó en un nivel medio bajo, connotado en su mayoría por
mujeres.
Para la continuidad de cuidados de la información se obtuvo una x=de
32.1, DE=19.7, valor mínimo de 1 y máximo de 69. Por lo que el nivel
general fue regular, identificado principalmente en hombres.
Para determinar la relación entre el nivel de confort y la continuidad
de la información en PAM programadas a cateterismo cardíaco; se aplicó
el coeficiente de correlación de Rho de Spearman, el cual determinó una
magnitud positiva, tamaño de efecto alto, valor de rs= .716 y con una sig-
nificancia estadística de p = .001. Posteriormente se ajustó un modelo de
regresión lineal simple y se obtuvo un valor de R2 ajustada = 0.518, donde la
varianza explicada fue del 51.8% de la continuidad de la información sobre
el Confort, por lo que se sustenta que el recibir una oportuna continuidad
de la información aumenta el nivel de confort.

Discusión

En relación a los factores sociodemográficos, en cuanto a la edad, prevale-


cieron las PAM septuagenarias mujeres. Respecto al estado civil, la mayoría

164
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

era casado y católicos. Con relación a su formación académica, gran parte


de las PAM realizaron una carrera técnica. Si bien, las PAM fueron ingre-
sadas en su mayoría por cardiopatía isquémica, este escenario contrasta con
lo señalado por otros autores, quienes tuvieron una admisión superior por
síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST.
En relación al nivel de confort de las PAM programadas a cateterismo
cardíaco, se determinó un nivel medio bajo; lo que difiere con otros autores
quienes obtuvieron niveles altos de confort para los tipos psicoespiritual y
físico. Esto puede deberse a que, una vez ingresada la persona adulta mayor
a hemodinamia, prevalece la disrupción de comunicación paciente-familia,
además de que se encuentran en un ambiente para muchos hostil.
Respecto a la continuidad de la información, se encontró que fue regu-
lar, panorama que ha sido comprobado por Mahgoub, Mohamed, Moham-
med, Abdel-Aziz y Kishk (2013), quienes obtuvieron cambios positivos en
el nivel de conocimientos, lo que permitió un empoderamiento del entorno
y de la propia situación cuando se le da la información necesaria al paciente
frente a la realización de una angiografía coronaria.
Parece ser que entre más información tenga la persona adulta mayor, su
nivel de confort aumentará, lo que le permite vivir la experiencia de forma
más consciente, informada y tranquila. Esto puede dar pauta a la impor-
tancia de brindar continuidad de cuidados y confort en esta población; por
lo que se coincide con Chen, Tu y Chen (2017), quienes mencionan que
cuando las PAM reciben continuidad de cuidados su tranquilidad mejora.
La correlación significativa, sustenta que el nivel de confort de la per-
sona adulta mayor, se relaciona con su nivel de continuidad de informa-
ción. Como se mencionó anteriormente, Mahgoub et al. (2013) encon-
traron cambios positivos en el nivel de conocimientos pre y post de una
intervención coronaria percutánea, sin embargo, la población se enfocó en
adultos con criterios de exclusión muy selectivos (que tuvieran hipertensión
arterial sistémica, dolor de espalda crónico, patología inguinal, tiempos de
coagulación alterados y/o complicaciones durante la angiografía coronaria
y/o angioplastia). Situación que no es compatible con las características y
condiciones reales que viven las PAM, debido a que una de las comorbili-
dades asociadas a las enfermedades cardiovasculares, específicamente de la
cardiopatía isquémica es la hipertensión arterial sistémica, además de que el
dolor de espalda crónico es frecuente en esta población y usualmente se opta
por realizar el cateterismo cardíaco vía radial, por las ventajas que supone
para la persona adulta mayor.
Respecto al Confort, acompañamiento a la persona adulta mayor por al-
gún familiar durante su estancia, autores como Ponte y Silva (2017) y Ponte,

165
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Silva, Aragâo, Guedes y Zagonel (2012) demostraron que cuidar del confort
físico y psicoespiritual es vital para enfrentar experiencias que puedan gene-
rar estrés en los pacientes ante un infarto agudo de miocardio, sin embargo,
fue explorado solamente en mujeres jóvenes en un servicio hospitalario en
donde el acompañamiento familiar es limitado.

Conclusión

Esta investigación relacionó la continuidad de la información y el confort


en PAM programadas a cateterismo cardíaco, se identificó una correlación
positiva entre las dos variables, sustentando que, si la persona adulta mayor
programada a cateterismo cardíaco recibe una oportuna continuidad de la
información, entonces su nivel de Confort aumentará.
Se sugiere la realización de réplicas a través de estudios longitudinales
con grupos numerosos, multicéntricos y/o ensayos clínicos aleatorizados
en contextos públicos y privados, urbanos y rurales, que puedan ayudar a
comprender la interacción de las variables, así como de la importancia de la
continuidad de la información y el confort en PAM, bajo las mismas con-
diciones, retomando a la teoría del confort en sus diferentes dimensiones.

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168
Capítulo 18.
Funcionamiento familiar y calidad
de vida en adultos mayores con
dependencia funcional
Mayra Alejandra Mireles Alonso (mayra.mireles@docentes.uat.edu.mx)
Tirso Duran Badillo
Juana María Ruiz Cerino
Xochitl Pérez Zúñiga

Introducción

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2018) el mundo en-


frenta cambios muy singulares, uno de ellos es el aumento en la población
de adultos mayores, ya que cada día más personas envejecen y rebasan la
frontera cronológica conocida, esperando que en los próximos cincuenta
años el mundo cuadriplique su población de adultos mayores. No obstante,
vivir más años no significa vivir con autonomía, la etapa de vida adulta ma-
yor, es en la que se presenta acentuación de enfermedades crónicas, cuyas
comorbilidades aunado a los cambios que ocurren con el envejecimiento,
ocasionan deterioro de la funcionalidad finalizando en dependencia.
La dependencia funcional es aquella condición de imposibilidad debida
a un deterioro físico y/o cognitivo (Cerquera, Uribe, Matajira & Correa,
2017) y la cual cobra importancia, al asociarse con factores como los cam-
bios demográficos y sociales que implican un impacto emocional que puede
producir consecuencias en las relaciones y estructuras familiares, sobre todo
en aquellas en las que al menos uno de los integrantes resulta ser un adulto
mayor dependiente.
El envejecimiento puede definirse como un deterioro funcional progre-
sivo y generalizado que ocasiona una pérdida de la respuesta de adaptación
a la agresión y un aumento del riesgo de enfermedades asociadas a la edad,
existe una necesidad apremiante de implementar estrategias a nivel de cada
país para contribuir a una atención del adulto mayor de manera integral
y colectiva que permita que el envejecimiento se convierta en un proceso
normal e inclusivo con el menor número de discapacidades posibles (Esme-
raldas, Falcones, Vásquez & Solórzano, 2019).
El proceso de envejecimiento no solo incluye los cambios biológicos que
surgen en el organismo; es importante considerar la repercusión psicológica
que implica el convertirse en una persona adulto mayor, así como los cam-

169
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

bios ocurridos a nivel social ya que esta etapa representa un nuevo reto en
la vida al cambiar muchos de los roles y la forma particular de relacionarse
(OMS, 2018). En consecuencia, la familia y la sociedad ejercen una pode-
rosa influencia en el proceso de envejecimiento por lo que el cumplimiento
de las satisfacciones de los deseos y aspiraciones del adulto mayor favorece
su estabilidad física y psicológica (Esmeraldas, Falcones, Vásquez & Solór-
zano, 2019).
La familia es el principal grupo en el que impactan las necesidades de
cuidado para el adulto mayor, lo que genera en la familia cambios signifi-
cativos de sus hábitos, que incluso afectan la estructura del hogar (Flores,
Rivas & Seguel, 2012) que puede conducir a disfuncionalidad familiar. Al-
gunos estudios como el de Mar-García et al. (2017) indican que los adul-
tos mayores con presencia de enfermedades crónico degenerativas o alguna
disminución en su capacidad física tienen una baja percepción de la fun-
cionalidad familiar. En consecuencia, vivir en un entorno inadaptado, con
carencias y disfuncional puede ocasionar alteraciones en la calidad de vida
del adulto mayor.
Algunas investigaciones centran su interés en analizar factores asociados
a la disminución de la calidad de vida de los adultos mayores, encontrando
que la percepción que tiene el adulto mayor sobre su calidad de vida está
influenciada por la salud física, psíquica, el nivel de dependencia y las rela-
ciones sociales (Loredo-Figueroa, Gallegos-Torres, Xeque-Morales, Palo-
mé-Vega & Juárez-Lira, 2016) incluida la familia.
Por otra parte, Flores-Herrera et al. (2018) encontraron que un 45.5%
de adultos mayores tienen una percepción de calidad de vida deficiente, el
44.4% aceptable y solamente el 10.1 % alta en relación con su contexto fa-
miliar. De acuerdo a Cerquera, Uribe, Matajira y Correa (2017) los adultos
mayores valoran su calidad de vida en términos de funcionalidad y se asegu-
ra que contar con una situación de dependencia, se percibe como un efecto
negativo que trae repercusiones sobre el adulto mayor; dejan en claro que a
pesar de encontrar asociación entre variables como la dependencia funcional
y la calidad de vida del adulto mayor, es necesario realizar un mayor número
de investigaciones que permitan estimar de mejor manera la relación entre
ellas y ampliar el conocimiento en este campo.
Por tanto, el objetivo de este estudio fue determinar la relación entre
funcionamiento familiar y calidad de vida en adultos mayores con depen-
dencia funcional.

170
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Metodología

Estudio correlacional en una población de adultos mayores que son atendi-


dos en el centro comunitario “Las Culturas” de la Jurisdicción Sanitaria No.
III, en la Cd de H. Matamoros, Tamaulipas. La muestra se constituyó por
72 adultos mayores, identificados mediante un muestreo por conveniencia,
con algún nivel de dependencia funcional; 18.1% (f=13) con dependencia
severa, 34.7% (f=25) con dependencia moderada y 47.2% (f=34) con depen-
dencia escasa. Los criterios de inclusión fueron: de 60 años o más, algún
nivel de dependencia (medida con el índice de Barthel, orientados en tiem-
po, espacio y persona (corroborado al preguntar fecha, lugar de residencia y
su nombre completo) y que el adulto mayor cohabite con su familia por lo
menos en los últimos seis meses.
En la recolección de datos se utilizó una cédula de datos personales que
incluyó: género, edad, estado civil, escolaridad y religión. Se aplicó el test de
APGAR para medir el funcionamiento familiar, contiene cinco preguntas,
cada respuesta tiene un puntaje que va entre los 0 y 4 puntos, de acuerdo a
la siguiente calificación: 0: Nunca,1: Casi nunca, 2: Algunas veces, 3: Casi
siempre y 4: Siempre. Los puntajes de calificación APGAR se establecen
con base al grado de satisfacción en cada uno de los componentes básicos de
la función familiar, los niveles de 0-3 indican baja satisfacción de la función
familiar, de 4-6 como media satisfacción de la función familiar y de 7-l0
como alta satisfacción de la función familiar, siguiendo la propuesta origi-
nal de Smilkstein. La consistencia interna del instrumento tiene un alfa de
Cronbach de 0.770 (Gómez y Ponce, 2010).
Para medir la calidad de vida fue utilizada la escala WHOQOL-BREF
de la Organización Mundial de la Salud, compuesta por 26 ítems, las dos
primeras preguntas son independientes e indagan la percepción general del
individuo sobre la calidad de vida y su salud respectivamente, las 24 res-
tantes evalúan cuatro dimensiones específicas de la Calidad de Vida: Física
(ítem 3, 4, 10, 15, 16, 17 y 18), Psicológica (ítem 5, 6, 7, 11, 19 y 26), Social
(ítem 20, 21 y 22) y Ambiental (ítem 8, 9, 12, 13, 14, 23, 24 y 25).
Cada pregunta se valora en una escala de 1 a 5, mientras más alta sea
la puntuación asignada, más alta será la calidad de vida. Se invierten los
puntajes de los ítems negativos (3, 4 y 26) y los puntajes totales obtenidos
se convierten en una escala de 0 a 100 para poder establecer comparaciones
entre los dominios, ya que éstos están compuestos por un número desigual
de reactivos. Para la puntuación de la percepción de la calidad de vida y la
salud de los adultos mayores, se clasificó en deficiente cuando la puntuación
se encontró entre 0 y 2.99, aceptable de 3 a 3.99 y alta entre 4 y 5 (Castillo

171
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

et al., 2008). El alfa de cronbach para cada dimensión es de: Físico 0.82,
Psicológico 0.81, Mental 0.80 y Social 0.68 (Skevington, Lotfy & O’Con-
nell, 2004).
El estudio se apegó a las disposiciones reglamentadas para investigación
en México, para el trabajo de campo se solicitó autorización de las autori-
dades correspondientes y de un comité de investigación y ética (autorización
090), además, se contó con el consentimiento informado de los sujetos
de estudio. Los datos se procesaron y analizaron en el paquete estadístico
SPSS versión 20, se aplicaron pruebas de estadística descriptiva para carac-
terización de los sujetos, la prueba de Kolmogorov Smirnov con Corrección
de Lillefors con la que se determinó emplear la prueba de correlación de
Spearman.

Resultados

La edad promedio de los sujetos fue de 74.63 (DE=8.06) y escolaridad de


3.15 (DE=2.69) años. El 70.8% (f=51) mujeres, el 54.2% (f=39) refirió vivir
con su pareja marital. Respecto a la religión, refirieron que el 54.2% (f=39)
practican religión católica, 15.3% (f=11) cristiana, 8.3% (f=6) Testigo de
Jehová, 2.8 (f=2) bautista, 1.4% (f=1) pentecostés, 4.2% (f=3) otra religión
y el 13.9% (f=10) ninguna en particular.
En la evaluación del funcionamiento familiar el 84.7% (f=61) tuvo una
alta satisfacción, el 8.3% (f=6) mediana satisfacción y el 6.9% (f=5) baja
satisfacción. El 41.7% (f=30) refirió una percepción alta de la calidad de
vida, el 47.2% (f=34) aceptable y el 11.1% (f=8) deficiente. El 31.9% (f=23)
tiene una alta percepción de su salud global, el 50% (f=36) aceptable y el
18.1% (f=13) deficiente.
En la tabla 1 se observa que las dimensiones de la calidad de vida con
medias mas altas estuvieron en la salud psicológica y social con un prome-
dio de 61.631 y 55.902 respectivamente.
Tabla 1. Descriptivos de las variables de estudio

Variable Min Max Media DE


Función familiar 0 10 8.23 2.31
Percepción de calidad de vida 2 5 3.36 .75
Percepción de salud 2 5 3.18 .77
Calidad de vida Física 14.29 85.71 51.43 14.96
Calidad de vida Psicológica 33.33 91.67 61.63 13.02
Calidad de vida Social 0 100 55.90 18.89
Calidad de vida Ambiental 15.63 93.75 52.60 14.36

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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Con la prueba de Correlación de Spearman se encontró relación esta-


dísticamente significativa entre el funcionamiento familiar y la dimensión
psicológica (p=.012) y ambiental (p=.001) de la calidad de vida (Tabla 2).
Tabla 2. Correlación de Spearman entre el funcionamiento familiar y la
calidad de vida de los adultos mayores con dependencia funcional

Funcionamiento familiar
rs p
Percepción de calidad de vida .219 .065
Percepción de salud .073 .544
Calidad de vida Física .101 .400
Calidad de vida Psicológica .293 .012
Calidad de vida Social .175 .142
Calidad de vida Ambiental .390 .001

Discusión

El objetivo de este trabajo fue determinar la relación entre funcionamiento


familiar y calidad de vida en adultos mayores con dependencia funcional, los
resultados de este estudio arrojaron que existe relación entre funcionamien-
to familiar y las dimensiones psicológica y ambiental de la calidad de vida,
muy similar a lo encontrado por Escalona y Ruiz (2016) quienes reportaron
que a mayor funcionamiento familiar mayor calidad de vida; lo cual refleja
que cuando adulto mayor con dependencia funcional, dentro del núcleo fa-
miliar se siente querido e importante y apoyado por personas cercanas a él,
puede afrontar las situaciones que se le presenten en cuanto a salud física y
psicológica de una manera más positiva, lo que eleva su autoestima y de no
ser así su estado de ánimo puede alterarse, agravar su estado de salud y así
mismo alterar su calidad de vida.
Lo descrito es evidente, al analizar el funcionamiento familiar, en este
estudio casi la totalidad de los adultos mayores refirieron sentirse altamente
satisfechos con la función familiar; estos resultados difieren del estudio de
Mar et al. (2017), en el cual más de la mitad percibieron disfunción fami-
liar. Esta diferencia puede deberse a las particularidades de la muestra de
este autor ya que los adultos mayores presentaban enfermedades crónico
degenerativas (diabetes mellitus, hipertensión y cáncer). Por el contrario,
Carrazco y Tene (2015) reportaron un poco más de la mitad de adultos
mayores sin disfunción familiar.
La función familiar repercute en la calidad de vida de las personas
adultas mayores, sobre todo cuando estas sufren algún nivel de dependen-

173
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

cia, ya que en nuestro contexto es la familia la principal fuente de apoyo


y quienes asumen el cuidado de este grupo poblacional. Al respecto, se
observó que la mayoría percibe adecuadamente su estado de salud y calidad
de vida global, similar a lo reportado por Valdez y Álvarez (2018); no obs-
tante, el resultado difiere de lo reportado por Flores et al. (2018) quienes
reportaron que en su estudio se observó mayor percepción de la satisfacción
de salud y calidad de vida global en nivel deficiente, así mismo, encontraron
menor calidad de vida en todas las dimensiones.

Conclusiones

Se observo que el funcionamiento familiar está relacionado con la calidad


de vida en las dimensiones psicológica y ambiental de los adultos mayores
con dependencia funcional; además se evidenció que estos adultos mayores
tienen una percepción alta de la función familiar, de su percepción de salud
y en general de la calidad de vida. Estos hallazgos muestran que en la po-
blación adulta mayor con dependencia funcional es importante considerar el
contexto familiar para fortalecer la calidad de vida psicológica y ambiental,
quehacer que debe ocupar a los profesionales de enfermería desde el primer
nivel de atención.

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175
Capítulo 19.
Aceptación tecnológica y estereotipos
sobre las tecnologías de la información y
comunicación de adultos mayores
Odalys Cristell Gomez Dominguez
Carolina Ramírez Izaguirre (caizaguirre@docentes.uat.edu.mx)
Carmelo Espinosa Medrano
Gerardo Zúñiga Llanas

Introducción

Las tecnologías de comunicación móvil han pasado por un aumento en su


uso en nivel mundial y nacional. En tan solo 10 años más del 50% de la po-
blación mundial tiene en su poder teléfonos móviles y conexión a internet,
esto ha mejorado constantemente al crear nuevas funciones y aplicaciones a
estos dispositivos. En la actualidad, el uso de estas tecnologías permite rea-
lizar diferentes tipos de tareas de manera sencilla y económica desde cual-
quier lugar y en cualquier hora (Moreno, 2016). Las personas mayores se
encuentran incluidos en una sociedad de tecnología y por lo tanto en mayor
o menor grado no pueden excluir la misma de sus vidas. Existen tipos de
tecnologías las “cotidianas” (teléfonos, celulares) y también las “sofisticadas”
como las computadoras que son más complejas en su uso (Klein, 2017).
Las personas mayores no logran entender los avances que existen de
la tecnología en la actualidad y esto provoca que busquen ayuda cuando
obtienen un nuevo dispositivo por primera vez. Una afirmación de adultos
mayores entre los 65 años fue “Cuando obtengo un nuevo dispositivo elec-
trónico, generalmente necesito que alguien más lo instale o me muestre
cómo usarlo”, esto lo llegan a percibir como dependencia logrando que no
estén dispuestos a prender a usar dispositivos tecnológicos y proyectando
sobre sí mismo estereotipos y prejuicios ya que estos han estado presentes
durante la mayor parte de su vida, de modo que podría actuar de forma ne-
gativa para su adaptación a las nuevas tecnologías (Todd, 2018).
La habilidad para el uso de las tecnologías para la información y comu-
nicación (TIC´s) es considerada cada vez más como un requisito esencial en
los adultos mayores en lo que actualmente se le denomina como “la era di-
gital”. En la actualidad, las personas longevas han incrementado en su vida
cotidiana el uso de las nuevas tecnologías, este tipo de actividades constituye
una vía para la estimulación de los procesos cognitivos durante esta etapa

177
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

de la vida. Las nuevas tecnologías tienen como objetivo principal facilitar


la participación social y la actividad en ellos, la motivación para implicarse
en este desafío reside en el placer y satisfacción que facilita el proceso de
aprendizaje, lo que genera un disfrute al crecimiento y desarrollo personal
(Velis, Viteri, Terranova & Terranova, 2018).
Sin embargo, existe un indicio de edadismo y tratamiento peyorativo en
este tipo de enfoques, debido a que no todos los adultos mayores parecen
ser objetos activos de la intervención tecnológica. Los comentarios críticos
que van en contra de estas actitudes sugieren entender a esta población
como individuos que tienen la capacidad crítica de usar o rechazar la tecno-
logía dentro de sus vidas, en lugar de visualizarlos como víctimas inocentes
de la falta de habilidades tecnológicas o para evitar ser clasificados como
tecnológicamente rezagados (Castleton, 2021).
Es importante observar la interacción entre las personas mayores con la
tecnología, es posible que aquellos adultos mayores que utilizan la tecno-
logía presenten mejores mecanismos para responder en contra de los este-
reotipos negativos sobre el uso de las TIC´s. Por lo que el presente estudio
pretende encontrar como los estereotipos negativos influyen en el uso de la
tecnología.

Objetivos

Identificar la relación de la aceptación tecnológica con los estereotipos ne-


gativos sobre las tecnologías de la información y la comunicación en adultos
mayores de Nuevo Laredo, Tamaulipas
1. Relacionar los años de escolaridad con la aceptación tecnológica y
estereotipos negativos sobre las tecnologías de la información y la
comunicación, en adultos mayores de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
2. Relacionar los años cumplidos con la aceptación tecnológica y es-
tereotipos negativos sobre las tecnologías de la información y la
comunicación, en adultos mayores de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Metodología

El estudio fue de corte transversal, con diseño descriptivo correlacional. La


población estuvo conformada por adultos mayores de 60 años de manera
virtual, que estuvieran orientados en espacio, tiempo y persona, además de-
berá tener acceso a un aparato electrónico (computadora, celular o Tablet),
al no cumplir con los requisitos se excluyeron de la investigación. Además,

178
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

se excluyeron personas mayores que estuvieran bajo tratamiento farmaco-


lógico que pudieran afectar el juicio (por ejemplo, neurolépticos y antide-
presivos), así mismo aquellos con diagnostico medico de demencia senil
y/o tipo Alzheimer. Para este estudio se obtuvo una población de 33,000
personas mayores de Nuevo Laredo Tamaulipas, el cálculo del tamaño de la
muestra se realizó mediante la formula muestral usando estos parámetros:
un nivel de confianza de 95% y un error de 9% dando como resultado 50
personas. Se utilizo un muestreo de tipo no probabilístico por conveniencia.
Para la medición de las variables se utilizó una Cedula de Datos Socio-
demográficos para recabar la información personal de los participantes., el
Modelo de Aceptación Tecnológica (TAM) y la Evaluación de la amenaza
del estereotipo.
En primera parte se utilizó el Modelo de Aceptación Tecnológica (TAM)
conformado por dos subescalas (uso percibido y utilidad percibida). Fue de-
sarrollada por Davis en 1989 con el objetivo de evaluar la facilidad y utilidad
de uso con la tecnología como el uso de la computadora, Tablet y/o celular,
respectivamente. Cada una de las subescalas están conformadas por 6 ítems
de respuesta tipo Likert. El instrumento fue adaptado para referirse al uso
de la tecnología en la vida de los adultos mayores.
La puntuación en ambas escalas es la misma, además cada pregunta
contiene 7 respuestas, donde la primera respuesta tiene 1 de valor, la se-
gunda respuesta tiene un valor de 2, la tercera repuesta tiene un valor de 3,
mientras que en la cuarta respuesta tiene un valor de 4, la quinta respuesta
tiene un valor de 5, la sexta respuesta tiene un valor de 6 y la última opción
tiene un valor de 7. Para es te estudio el Alpha de Cronbach de la utili-
dad percibida fue de 0.93 y de la facilidad de uso percibida de 0.96, estas
subescalas son utilizadas para identificar que es mejor o frecuente el uso de
la tecnología, donde el menor valor que es 6 tiene como significado menor
o menos frecuente el uso de la tecnología, mientras que el valor máximo
es 42, esto quiere decir que el adulto mayor utiliza con mayor frecuencia la
tecnología y es percibida con mayor facilidad para interactuar.
Por otra parte, para medir la variable estereotipos negativos sobre las
tecnologías se utilizó la evaluación de la amenaza del estereotipo, fue creada
por Steele y Aronson en 1995 y fue adaptada por Marx y Goff en el 2005.
Tiene por objetivo evaluar la amenaza de los estereotipos en la comunidad
de los adultos mayores en el dominio informático. Es conforma por tres
ítems “Me preocupa que mi capacidad para utilizar de buena manera la
tecnología se ve afectada por mi edad”, “Me preocupa que la gente atribuya
mi mal desempeño usando la tecnología, a mi edad”, “Siento que algunas
personas piensan que soy menos capaz de utilizar la tecnología debido a mi

179
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

edad”. Cada ítem cuenta con 5 puntos de respuesta 1= Muy en desacuerdo/


5= totalmente de acuerdo. Es preciso
mencionar que esta escala cuenta con el contenido psicométrico ideal
para su implementación en población adulta mayor mexicana y que ha re-
portado un Alfa de Cronbach 0.80.
Para llevar a cabo la recolección de datos se llevó a cabo una publicidad
en las redes sociales y se elaboró un cuestionario que se aplicó mediante
la plataforma Microsoft Forms, se agregó un Consentimiento Informado.
Además, se informo acerca de la confidencialidad de los datos proporciona-
dos, reiterando su derecho a no participar o suspender el llenado de los ins-
trumentos en el momento que lo decidieran. Se utilizó estadística des-
criptiva e inferencial, La estadística descriptiva se empleó para analizar los
datos sociodemográficos. Para el objetivo general y los objetivos específicos
se utilizó la estadística inferencia, a través del Coeficiente de Correlación
de Spearman y para el procesamiento de los datos del presente estudio se
utilizó el programa  Statistical  Package  for the Social Sciences (SPSS)®
versión 20.0.
Para las consideraciones éticas la investigación estuvo apegada en varios
artículos que conforman el Reglamento de la Ley General de Salud en Ma-
teria de Investigación para la Salud (SSA,1987). Se solicitó una aprobación
de la Comisión de Investigación y Ética de la Facultad de Enfermería de la
Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Resultados

En el siguiente apartado se muestran los resultados de la investigación,


estadística descriptiva y por último estadística inferencial. De acuerdo con
los datos sociodemográficos, muestran que el porcentaje más alto de sexo
fueron las mujeres (70%), en cuanto al estado civil el 48% están casados.
Los resultados encontrados en la escolaridad máxima es primaria inconclusa
y secundaria concluida con un 22% en cada uno.
El primer objetivo específico (relacionar los años de escolaridad y Uti-
lidad Percibida sobre las TIC´s), se encontró una relación significativa y
positiva, de intensidad moderada, entre los años de estudio y utilidad per-
cibida (rs =.441, p=.001), esto indica que, a mayor nivel educativo, mayor es
la utilidad percibida”.
De igual manera al relacionar los años de escolaridad y Facilidad de uso
sobre las TIC´s, se encontró una relación significativa y positiva, de fuerza
aceptable, entre años de estudio y facilidad de uso percibido (r =.494, p =

180
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

.001), esto indica que a mayor nivel educativo mayor facilidad de uso per-
cibida”.
Por último, esta “relacionar los años de escolaridad y estereotipos ne-
gativos sobre las TIC´s”, no se encontró una relación significativa entre los
años de estudio y los estereotipos negativos sobre las tecnologías de la infor-
mación y la comunicación (rs = -.075, p = .603), es decir que no existe una
relación entre los años de escolaridad y los estereotipos negativos que tiene
el Adulto Mayor sobre las tecnologías de la información y la comunicación.
Para responder el segundo objetivo específico “relacionar los años cum-
plidos y la Utilidad Percibida sobre las TIC´s”, se encontró una relación sig-
nificativa y negativa (r =-.338 p = .016), esto indica que a mayor edad menor
utilidad percibida. Y por consecuente en la relación de los años cumplidos y
Facilidad de uso sobre las TIC´s, se encontró una relación significativa y ne-
gativa (r =-.339 p = .016), es decir que a mayor edad menor facilidad de uso
percibido. Y en relación en los años cumplidos y los estereotipos negativos
sobre las TIC´s, se encontró que no existe una relación significativamente,
pero muestra tendencias a serlo (r =-.269 p = .059), esto quiere decir que
entre más años cumplidos son mayor los estereotipos negativos que tiene el
Adulto Mayor sobre las tecnologías de la información y la comunicación”.
Por último, de acuerdo con el objetivo general que consistió en identi-
ficar la relación de la aceptación tecnológica con los estereotipos negativos
sobre las tecnologías de la información y la comunicación en adultos ma-
yores de Nuevo Laredo, Tamaulipas, no se encontró relación significativa
entre los estereotipos negativos y las variables de utilidad percibida (rs =
.210, p =.144) y facilidad de uso (rs = -.008, p =.957). Por otra parte, sí se
encontró una relación significativamente positiva de elevada intensidad en-
tre la utilidad percibida y facilidad de uso (rs=.642, p≤.001) indicando que a
mayor facilidad de uso percibida mayor utilidad percibida.

Discusión

A continuación, se discuten en esta sección los resultados obtenidos, en


relación con el objetivo general de la investigación.
El primer objetivo específico del presente estudio fue “relacionar los
años de escolaridad con la aceptación de las tecnologías y estereotipos ne-
gativos sobre las TIC´s”, se obtuvo como resultado que los adultos mayores
que tienen mayor nivel educativo tienen mayor aceptación ante la utilidad
y facilidad del uso de las TIC´s, esto concuerda con el estudio realizado por
Lasagni, et. al. (2012) que tuvieron como resultado que los adultos mayores
que tienen mayor escolaridad presentan menor incidencia de estereotipos

181
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

negativos sobre el uso de las TIC´s. Es decir, a mayor nivel educativo existen
menos estereotipos negativos sobre la tecnología.
En el segundo objetivo específico “relacionar los años cumplidos con la
aceptación tecnológica y estereotipos negativos sobre las TIC´s”, se obtuvo
como resultado que los adultos mayores que tienen más años cumplidos
son mayores los estereotipos negativos que tiene el Adulto Mayor sobre
las TIC´s, esto coincide con lo establecido en la investigación realizado por
Blanco, Cárdenas y Cutiño en el 2014 que tuvieron como resultado que los
adultos mayores con más edad utilizan las TIC´s con un nivel de uso medio.
Es decir, a mayor edad cumplida existe menor uso de las TIC´s debido al
aumento de los estereotipos negativos sobre la tecnología.
El objetivo general de este estudio fue “identificar los estereotipos nega-
tivos sobre las TIC´s” y se obtuvo como resultado que los adultos mayores
tienen estereotipos negativos sobre las TIC´s, esto concuerda con el estudio
realizado por Peral, Arenas y Villarejo (2015b) que tuvieron como resultado
que los adultos mayores más jóvenes se sienten con menos miedo, más con-
fiados y audaces en el uso de las TIC´s. Es decir, entre mayor edad existen
más estereotipos negativos sobre la tecnología.

Conclusión

Como conclusión la investigación arrojó como resultados que la edad y los


años de escolaridad se relacionan con la habilidad del uso de la tecnología,
en comparación a las personas mayores que tienen menos años de esco-
laridad. De igual manera, los años del adulto mayor se relacionan con la
habilidad del uso de la tecnología, ya que entre más avanzada sea la edad es
menor la habilidad.

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183
Capítulo 20.
Sobrecarga, funcionamiento familiar y
apoyo social del cuidador informal
Claudia Verónica Lara Vásquez (veronica_lara@uadec.edu.mx)
Vanessa Araceli Patiño Valdés
José Luis Nuncio Domínguez
Luis Carlos Cortez González

Introducción

La población de personas adultas mayores (PAM) en México crece a un


ritmo más acelerado que el resto de la población. En el 2015 según las
Naciones Unidas, este grupo llegó a los 12 millones de personas, represen-
tando el 10% de la población total, y para el 2050 se espera un incremento
de 1.3% a 5% en el grupo de 80 años y más (Naciones Unidas, 2017). A
nivel mundial se espera que en los próximos 40 años la población de PAM
alcance un 22% (Beard et al., 2012).
Este envejecimiento poblacional y la transición epidemiológica han ge-
nerado retos en materia de salud. Uno de estos retos es que las personas
adultas mayores puedan acceder a servicios adecuados, que permitan atender
los cambios derivados del incremento de la prevalencia de los problemas de
salud que son generados por la discapacidad y dependencia. Este reto se
hace aún mayor en los países de ingresos medios y bajos, donde no cuen-
tan con un sistema público de atención a la dependencia y sus necesidades
(López-Ortega y Aranco, 2019).
El aumento de la edad trae consigo un elevado riesgo de contraer al-
guna enfermedad y una disminución en las capacidades físicas y mentales,
provocando así un aumento en la probabilidad de que las PAM se vuelvan
dependientes (Gázquez, Pérez, Mercader y Molero, 2011; Segovia y Torres,
2011). La Organización Mundial para la Salud en el 2015 reporta, que más
del 40% de las PAM no pueden realizar una o más de las actividades de la
vida diaria, lo cual constituye un serio problema de salud en México (Orga-
nización Mundial de la Salud [OMS], 2015).
Esta situación ha originado que las PAM requieran la ayuda de un cui-
dador (Anjos et al., 2015). Este cuidador llamado también cuidador infor-
mal (CI) es por lo general un miembro de la familia y asume la responsabi-
lidad total del cuidado de forma continua y/o regular (Adelman, Tmanova,
Delgado, Dion y Lachs, 2014). En la mayoría de los casos estos CI son

185
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

personas sin formación profesional y si remuneración. Desempeñar este rol


genera sentimientos de impotencia, depresión, ansiedad, así como proble-
mas físicos y sociofamiliares, ocasionando una sobrecarga relacionada con
el cuidado que brinda (Baptista et al., 2012; Kobayasi et al., 2019; Souza et
al., 2015).
Las diferentes situaciones por las que pasan las PAM y sus CI, im-
pactan en la armonía de las relaciones familiares, sobre todo el equilibrio
con los más jóvenes afectando el funcionamiento familiar (Geib, 2012). La
funcionalidad familiar según Chagoya L. viene dada por la forma en que
las familias enfrentan sus crisis y se define como el conjunto de relaciones
interpersonales que se generan en el interior de las familias, concediéndole
identidad propia y le confieren identidad propia (Ares-Muzio, 2007; Cha-
goya, 1980).
En el cuidado de las PAM dependientes deben involucrarse las familias,
la comunidad en la que vive y las instituciones con quien se vincula (Araújo,
Jesus, Araújo y Ribeiro, 2017; Rabelo y Neri, 2015). El apoyo familiar y la
convivencia se perciben como factores primordiales para un envejecimiento
activo y pueden ser estimulados mediante la participación de las personas
mayores en la vida diaria (Campos, Ferreira y Vargas, 2017).
El apoyo social puede definirse como la disponibilidad de una persona,
familiar o grupo de personas en quien un individuo puede confiar y, a su
vez, esa persona, familiar o grupo puede preocuparse, valorar y amar al in-
dividuo en cuestión. El apoyo social en los cuidadores se puede medir por
el apoyo social percibido y el apoyo social recibido. El apoyo social percibido
se refiere a la disponibilidad de ayuda cuando se necesita (Gottlieb y Bergen,
2010).
La percepción positiva del apoyo social desempeña un papel importante
en la situación emocional de los CI, este podría disminuir el impacto de los
factores estresantes en la situación emocional del cuidador (Chai, Maha-
devan, Ng, Chan, y Md Dai, 2018; Cohen, Gottlieb y Underwood, 2000;
Cohen y Wills 1985).
Tener en cuenta este contexto de dependencia, sobrecarga, función fa-
miliar y apoyo social permite comprender cómo planificar la atención do-
miciliaria.
Por lo cual, los objetivos planteados para este trabajo son los siguientes:
1. Describir la sobrecarga del cuidador informal de personas adultas
mayores con enfermedades crónicas.
2. Describir el funcionamiento familiar y las redes de apoyo del cui-
dador informal de personas adultas mayores con enfermedades cró-
nicas.

186
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

3. Describir la relación que existe entre la sobrecarga y el funciona-


miento familiar y las redes de apoyo del cuidador informal de per-
sonas adultas mayores con enfermedades crónicas.

Metodología

Se realizó un estudio descriptivo transversal (Hernández-Sampieri, Fer-


nández-Collado y Baptista-Lucio, 2014) en el cual se incluyeron 120 CI
de PAM con enfermedades crónicas residentes de la ciudad de Saltillo,
Coahuila seleccionadas por conveniencia que reunían los criterios de in-
clusión: estar a cargo de los cuidados de la PAM o familiar en condiciones
crónicas con niveles de dependencia, no recibir ningún pago económico por
los cuidados brindados.
Se utilizó una cédula de datos sociodemográficos, la sobrecarga del cui-
dador se evaluó con el instrumento Zarit (Martín et al., 1996), que mide
carga de las funciones que desempeñan los cuidadores informales a partir
de la identificación de sentimientos desarrollados en el proceso del cuidar.
El cuestionario se compone de 22 ítems tipo Likert, con opciones de res-
puesta: nunca, rara vez, algunas veces, bastantes veces y siempre. Se evalúa a
través de la sumatoria de los ítems con rango entre 22 y 110, donde a mayor
puntuación, mayor nivel de carga en el cuidador.
La funcionalidad familiar se midió con el APGAR familiar (Suarez-Cu-
ba, 2014). El instrumento consta de 5 preguntas en una escala tipo Likert
de 0 a 4. Su alfa de Cronbach fue de 0.80. La interpretación del instrumento
es a mayor puntaje, mejor percepción de funcionalidad familiar en 4 catego-
rías diferentes: de 17 a 20 puntos es un funcionamiento normal, de 13 a 16
disfunción leve, de 10 a 12 disfunción moderada y de 0 a 9 una disfunción
severa.
El apoyo social fue medido con el cuestionario de Apoyo Social Funcio-
nal Duke-UNC-11 (Bellon-Saameno, Delgado-Sánchez, Luna-del-Casti-
llo, y Lardelli-Claret, 1996). Este instrumento consta de 11 reactivos que
permiten conocer, junto al apoyo total percibido, dos dimensiones de apoyo
social: confidencial y afectiva.
La dimensión confidencial se refiere a las percepciones del grado en que
la persona recibe información y consejos o permite compartir inquietudes
(ítems: 2, 3, 5, 9 y 11; la dimensión afectiva a las demostraciones de cari-
ño, estima y simpatía (ítems: 1, 4, 6, 7, 8 y 10). Este instrumento utiliza
una escala tipo Likert, con puntuaciones que van desde 1= mucho menos
de lo que deseo a 5= tanto como deseo; el puntaje puede oscilar entre 11
y 55 puntos. Se considera buen apoyo social a puntajes iguales o mayores

187
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

a 33. El apoyo confidencial se valora a través de 5 reactivos y puntuación


total máxima de 25. Se considera apoyo confidencial bueno si se obtiene un
puntaje igual o mayor a 18 en este apartado. El apoyo afectivo se valora a
través de 6 reactivos con puntuación total máxima de 30. Si se obtiene más
de 18 puntos se considera buen apoyo afectivo. Los coeficientes de alfa de
Cronbach reportados son de 0.91, 0.86 y 0.87 para la escala total; subescalas
apoyo confidencial y apoyo efectivo respectivamente (Bellon-Saameno et al.,
1996).
Para la realización de este trabajo se apoyó en el reglamento de la Ley
General de Salud en materia de Investigación para la Salud, así como en la
declaración de Helsinki.

Resultados

La edad promedio de los cuidadores informales fue de 57.1 años (DE. 15.3
años) con una edad mínima de 17 y un máximo de 93 años.
En cuanto a las variables sociodemográficas se encuentra que el sexo de
los cuidadores informales es femenino en el 76.7% (f. 92) y 23.3% mascu-
lino, casado(a)/Unión libre 65% (f. 78), soltero(a) 14.2% (f. 17), divorcia-
do/a 16.7% (f. 20) y viudo(a) 4.2% (f. 5). En cuanto a la escolaridad de los
cuidadores informales se muestra que el 41.7% (f. 50) son profesionistas.
Se logra observar que el 90.8% (f. 109) de los cuidadores informales no
presentan sobrecarga, por el contrario, el 5.8% presentó sobrecarga intensa
(f. 7). En cuanto al funcionamiento familiar recibido se muestra que el
59.2% (f. 71) presentan apoyo normal, el 28.3% (f. 34) existe disfunción
leve, el 5% (f. 6) disfunción moderada y el 7.5% (f. 9) disfunción severa.
El nivel de apoyo social de los cuidadores informales manifiesta que
tienen apoyo regular en el 43.3% (f. 52), 30.8% (f. 37) y el 25.8% (f. 31)
cuenta con apoyo aceptable.
Se observa una correlación de la sobrecarga del cuidador informal con
el Apgar familiar (rs -.297 p= .00) y con las redes de apoyo social (rs -.245
p= .00) y las redes de apoyo social con el Apgar familiar (rs .595 p= .00), lo
cual nos permite inferir que a medida que disminuye el apoyo familiar y las
redes de apoyo social, aumenta la sobrecarga del cuidador informal y que
cuando existe mayor apoyo familiar las redes de apoyo social aumentaran.

Discusión

Con relación a los resultados encontrados en el análisis de los datos socio-


demográfico de los cuidadores informales valorados; la mayoría son del sexo

188
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

femenino y en un estado civil casados / unión libre similar a diversos estu-


dios internacionales como en el de Silva, et al. (2017). Donde mencionan
que esta situación puede estar ligada al papel sociocultural de la mujer en
la sociedad, debido a que la responsabilidad del cuidado de los hijos la hace
más preparada para desempeñar el rol de cuidador, dado que el hombre
suele mantenerse en la disposición de proveedor financiero de la familia. La
mujer asume el rol de cuidadora, además de desempeñar los roles de madre,
hija, esposa y trabajadora; al mismo tiempo del cuidado que brindan a las
PAM siguen realizando trabajo remunerado y tareas domésticas; adaptando
el trabajo a la actividad del cuidar en lo que se contra poner a lo reportado
por Carrillo, et al. (2015), en donde se marca que la mayoría de los cuida-
dores informales aparte de ser mujeres se dedican exclusivamente a las tareas
del hogar; cada vez se encuentra en un mundo global donde tanto hombres
como mujeres se ven en la necesidad de salir a trabajar para dar el soporte
económico que la familia requiere.
Los CI cuentan con edad promedio de 57.1 años (DE. 15.3 años) y un
grado académico de nivel superior; representando su capacidad para des-
empeñar las actividades del cuidar efectivamente a la PAM con enfermedad
crónica, datos que concuerdan con el estudio realizado por Cardona Aran-
go, (2011) que reporta una edad mayor de 50 años y más, lo que origina
una doble carga, su propia condición y la del mayor cuidado, sin embargo,
difiere con los datos encontrados por Pablo y cols. (2016) donde se encontró
que el grado académico obtenido por los cuidadores era educación básica en
su mayoría y predominan las amas de casa, junto a variedad de resultados
obtenidos por otros investigadores (Penagos, 2019; Salazar, et al, 2019)
donde se destacó un grado académico que oscila entre los niveles de técnico
y secundaria.
Respecto a la sobrecarga presente en los CI se encontró “no sobrecarga”
en los participantes en discrepancia con lo encontrado en los estudios reali-
zados por Flores, Rivas y Seguel (2012), donde los cuidadores familiares de
adultos mayores con dependencia severa presentan una intensa sobrecarga;
dichas diferencias podría ser por que los cuidadores informales mostraron
tener declinación en sus capacidades funcionales y dificultad en su propia
autonomía que les dificultan realizar sus actividades básicas de la vida dia-
ria. Por su parte Silva et al. (2017) encontraron una sobrecarga de leve a
moderada en el cuidador informal de las PAM, la sobrecarga del cuidador
informal aumenta a medida que sus propias condiciones físicas y de salud
se vean afectadas.
Salazar et al. (2019) y Fajardo y Montalvo (2019) reportaron que la per-
cepción del apoyo familiar de los cuidadores informales obtenida muestra

189
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

variaciones de moderada a normal en el apoyo familiar recibido; cifras que


concuerdan con el presente estudio, donde la funcionalidad normal prevale-
ce en los cuidadores informales, el apoyo familiar ocupa un rol fundamental
en el bienestar de las personas, teniendo en cuenta que la gestión se centra
en brindar apoyo y soporte social en circunstancias adversas de la vida.
La percepción del apoyo social por parte de los cuidadores informales
juega un papel importante y los resultados de este estudio concuerdan con
lo encontrado por Rivas-Diez (2013), donde explica que las mujeres de la
población en general perciben un mayor apoyo social y menor sobrecarga.
Además, Casanova-Rodas et al., 2014 encontraron puntajes altos en la per-
cepción de apoyo por parte de cuidadores.
Se muestra una correlación de la sobrecarga del cuidador informal con
el Apgar familiar y con las redes de apoyo social y las redes de apoyo social
con el Apgar familiar, Moral-Fernández et al., (2018), encontraron que el
apoyo social percibido tiene relación con la carga subjetiva presenta puntajes
negativos. Se puede deducir que el apoyo social que perciben los cuidadores
informales, necesitan de apoyo que pueda aminorar el deterioro que puedan
llegar a presentar durante el proceso del cuidado, dadas las características
del cuidador, quien no cuenta con experiencia previa o capacitación para el
cuidado de un adulto mayor, el aprendizaje del cuidado lo va experimentan-
do durante el proceso del cuidado, adquiriendo habilidades y destrezas para
atender las necesidades individuales de las PAM; el apoyo social permitirá
al cuidador informal autocuidarse y atender sus propias necesidades, dando
como consecuencia menor sobrecarga al cuidar.
Pablo et al. (2016). Muestra en sus resultados que los cuidadores infor-
males no presentaron sobrecarga siempre y cuando su función familiar sea
normal y a su vez se relaciona con la calidad de vida del cuidador informal.
Cuando no se conoce sobre las condiciones de vida de los cuidadores infor-
males, estos se pueden convertir en personas en situación de riesgo debido
a que su dinámica del rol cuidador centran su atención en la persona que
cuidan, desatendiendo su propio estado de salud, volviéndose vulnerable
a padecer afecciones físicas, psicológicas y emocionales que deterioran su
calidad de vida.

Conclusión

Los resultados mostraron una correlación significativa entre la carga de


cuidado y la puntuación total del funcionamiento familiar. Por lo tanto, es
necesario tomar medidas para reducir la carga de cuidado de los cuidadores

190
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

a través de programas de educación y apoyo y mejorar el funcionamiento


familiar y la calidad de vida.

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192
Capítulo 21.
Competencias, autoeficacia para el
cuidado y automanejo de la salud del
cuidador informal
Vanessa Araceli Patiño Valdés (vpatinovaldes@uadec.edu.mx)
Claudia Verónica Lara Vásquez
Diana Berenice Cortes-Montelongo
Ana Laura Carrillo Cervantes

Introducción

Debido al aumento de la población adulta mayor y la transición epidemio-


lógica a nivel mundial se ha observado un aumento en las enfermedades
crónico-degenerativas, avances en la ciencia y la tecnología se han aplicado a
mejorar la calidad de vida de la población y han influido en que las personas
vivan más, pero el bienestar de las personas adultas mayores (PAM) se ve
deficiente debido a las limitaciones y comorbilidades propias del envejeci-
miento dicha situación implica la necesidad de disponer de cuidados por
parte de un Cuidador Informal (CI) que apoye en las actividades de la vida
diaria (Cuevas-Cancino et al., 2019).
Los CI suelen presentar un sin número de necesidades que en su mayo-
ría no suelen ser satisfechas (Villarreal-Reyna, Dimmitt y Salazar-González,
2016), realizan sus funciones con escasos conocimientos y habilidades y las
actividades que realizan suelen ser muy estresantes lo que conlleva a que
presenten problemas de salud, altos niveles de sobrecarga, estrés, depresión
y aislamiento social (Villarreal-Reyna, Cruz-Quevedo, Vicente-Ruiz y Sala-
zar-González, 2017).
Las dificultades que los CI experimentan para otorgar cuidado a las
PAM dependientes y para autocuidarse es un asunto emergente que re-
quiere ser atendido de manera prioritaria, considerando que cada vez habrá
más PAM que requieran de ser cuidados y cada vez menos CI que lo hagan
(Huenchuan y Rodríguez, 2015), dentro de estas dificultades se encuentra
las competencias para el cuidado, es parte de las características fundamenta-
les que requiere el cuidador para la atención de las PAM. Entendiendo por
competencias del cuidado como la capacidad, habilidad y preparación que
con las que se cuenta para ejercer la labor del cuidado (Carrillo et al., 2015).
Cada vez es más necesaria la capacitación del CI, debido a que se re-
quiere de conocimientos específicos para administración de medicamentos,

193
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

realizar curaciones, rehabilitaciones, cambios de apósitos o vendajes, uso de


equipo, etc., esto provoca en los cuidadores temor de cometer errores en la
ejecución de la actividad y dañar a la PAM (Villarreal-Reyna et al, 2017).
Las competencias que debe adquirir el CI están relacionadas con la
personalidad, valores, actitudes, aptitudes, empatía, su historia personal,
situación familiar, experiencia, formación y motivación, al igual que la com-
prensión y el manejo adecuados de las circunstancias y el contexto de la
persona cuidada, lo que influye considerablemente en la calidad y eficacia de
los cuidados prestados a la persona enferma (Hannelore, 1993).
De acuerdo con la perspectiva que el CI tenga acerca de su actitud para
ofrecer un apropiado cuidado y la aptitud con la PAM se ve reflejada su
autoeficacia que se plasma dentro de sus creencias, prácticas, pensamientos
y apreciación que describe el CI teniendo pensamientos concernientes al
cuidado como: el deber de elaborarlo, la carencia de requerimientos econó-
micos, etc. (Pardo, Cárdenas, Cruz, Venega y Magaña, 2014). Esto quiere
decir que el cuidador debe sentirse autoeficaz para brindar un cuidado y
manejar de esta forma la aparición de repercusiones en su salud (Penagos y
Vargas-Escobar, 2020)
Al enfocar su atención en el cuidado de la PAM deja de lado el auto-
manejo de su salud. El CI debe de estar encaminado en tareas y actividades
que debe emprender para vivir adecuadamente a su situación actual de su
propia salud. Estas tareas incluyen ganar confianza para lidiar con el manejo
médico, el manejo de funciones y el manejo emocional (Adams, Greiner
y Corrigan, 2004; Bonal-Ruiz, López-Vásquez, Vargas, Meoño-Martín y
Brañas-Coelho, 2017).
El CI al estar consciente de las actividades que puede realizar mejora su
automanejo de su salud garantizando una buena adaptación a su situación
específica logrando así, una mejora en su calidad de vida, además que las re-
percusiones también se orientan de manera positiva para que la PAM reciba
una mejor calidad en el cuidado (Bonal-Ruiz et al., 2017).
De acuerdo con la naturaleza del fenómeno se tienen como objetivo:
Analizar las competencias, la autoeficacia y el automanejo de cuidadores
informales de personas adultas mayores con enfermedades crónicas.
Objetivos específicos:
1. Describir las competencias del cuidador informal de personas adul-
tas mayores con enfermedades crónicas.
2. Describir el nivel de autoeficacia del cuidador informal al realizar
el cuidado en personas adultas mayores con enfermedades crónicas
3. Describir el automanejo de su salud en el cuidador informal de
personas adultas mayores con enfermedades crónicas.

194
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Metodología

Se realizó un estudio descriptivo transversal el cual consiste en especificar


las propiedades y características importantes del fenómeno de estudio, deta-
llando como son y su manifestación, se pretende medir y recoger informa-
ción de manera independiente y en un solo momento (Hernández, Baptista
y Fernández, 2010).
Se incluyeron a todos aquellos cuidadores informales a cargo de una
PAM en condiciones de cronicidad con niveles de dependencia, que no
recibieran remuneración económica por ejercer el cuidado.
El muestreo fue no probabilístico por conveniencia, teniendo una mues-
tra total de 120 CI residentes en la ciudad de Saltillo, Coahuila. Con la
autorización del Comité de Ética, el Comité de Investigación de la Facultad
de Enfermería, además de directivos del Centro de Salud seleccionado, se
inició el proceso de recolección de datos, explicando de forma detallada el
procedimiento a realizar, una vez que se contó con la firma del consenti-
miento informado, se aplicó la batería de instrumentos.
Para valorar las características sociodemográficas de los participantes se
desarrolló una cedula de datos con información como la edad, sexo, grado
de escolaridad, ocupación, estado civil, parentesco con la persona que cuida
y enfermedad que padece la persona que cuida.
Para evaluar las competencias del cuidador se utilizó el instrumento
“CUIDAR” (Carrillo-González, Sánchez-Herrera y Vargas-Rosero, 2016).
El instrumento está formado por 20 ítems, las cuales se agrupan en dimen-
siones: Conocimiento, Unicidad, Instrumental, Disfrutar, Anticipación y
Relación Social. Conocimiento: Nociones e ideas respecto a la enferme-
dad, las terapéuticas farmacológicas y no farmacológicas, las indicaciones
especiales de la terapéutica, el manejo de dispositivos y equipos durante el
egreso; conocimiento de las actividades a realizar propias de la cotidianidad
tales como baño, vestido, alimentación, deambulación, entre otras.
Unicidad: Características tanto internas como de personalidad, base
fundamental para que se afronte de una u otra forma la enfermedad crónica
y el rol como persona enferma o cuidador. Herramientas con las que se
cuenta para hacer frente a problemas, retos y desafíos, así como mecanis-
mos de afrontamiento para superar los de la mejor manera. Instrumental:
Habilidades y destrezas para realizar las labores de cuidado, que incluyen la
administración de medicamentos, satisfacción de necesidades básicas de la
vida diaria como alimentación, eliminación, deambulación, baño y vestido,
entre otras.

195
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Disfrutar: Grado de bienestar que se tiene para comprender cómo se


asume la responsabilidad del cuidado en casa. Se indagan aspectos básicos
de la vida cotidiana, así como la satisfacción personal relacionada con la
calidad de vida percibida. Anticipación: Nociones e ideas que se tienen,
pensando en anticiparse a todas aquellas necesidades que pueda presentar
la persona con enfermedad crónica en un futuro, la planeación ante la ocu-
rrencia de un evento inesperado, la preparación para un examen y la iden-
tificación de riesgos, entre otros. Relación social: Relaciones sociales y las
redes de apoyo primarias y secundarias que se tienen. Se constituyen como
factores que favorecen el fortalecimiento de la labor de cuidado.
Cada ítem tiene cuatro opciones de respuesta tipo Likert: 0 (casi nunca
o nunca), 1 pocas veces, 2 (muchas veces) y 3 (casi siempre o siempre). Se
ha reportado una confiabilidad en alfa de Cronbach de 0.92, una validez
de contenido con claridad de 0.57, coherencia de 0.66, relevancia de 0.66 y
suficiencia 0.61.
La autoeficacia para cuidar se valoró con la Escala de Autoeficacia para
el Cuidado (Steffen, McKibbin, Zeiss, Gallagher-Thompson y Bandura,
2002), adaptada al español denominándola Escala Revisada de Autoeficacia
para el Cuidado (Márquez-González, Losada, López y Peñacoba, 2009).
Esta escala se conforma de 15 preguntas respecto a la autoeficacia para el
cuidado del cuidador las cuales se dividen en tres subescalas (de 5 preguntas
cada una) que evalúan tres dimensiones de la autoeficacia: a) autocuidado y
obtención de respiro (1, 2, 3, 4 y 5), b) respuesta a conductas disruptivas (6,
7, 8, 9 y 10), y c) control de pensamientos molestos (11, 12, 13, 14 y 15).
Los cuidadores califican sus respuestas de 0 (no puede hacerlo en absolu-
to) a 100 (seguro de que puede hacerlo) según el grado de capacidad que
creen tener para realizar las diferentes actividades del cuidado, obteniendo
un puntaje máximo de 500 puntos por dimensión. Se considera alta o baja
autoeficacia de cada cuidador si su puntaje está por sobre o bajo la media
obtenida. En población española, se analizó la confiabilidad de esta escala en
un grupo de 180 cuidadores por medio de la consistencia interna, utilizando
el coeficiente de confiabilidad alfa de Cronbach, obteniendo un 0.86, 0.79 y
0.82 para cada subescala.
Para evaluar automanejo de la enfermedad se utilizó el Partners in Heal-
th Scale o compañeros en Salud en su versión adaptada (Peñarrieta et al.,
2014) con un alfa de Cronbach de 0,8. El instrumento consta de 12 pregun-
tas en una escala de Likert de 0 a 8. La interpretación del instrumento es a
mayor puntaje mejor automanejo.

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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Resultados

La mayoría de los CI son del sexo femenino 76.7% con una media de
edad de 57 años, con escolaridad universitaria 41.7%, 41.7% mencionan
ser empleados y 65% estar en unión libre o casados. Los CI participantes
reportan que en promedio han cuidado de su familiar PAM en condición
de cronicidad 34 meses, destaca que, al menos un CI, ha cuidado hasta 240
meses, y con un apoyo promedio de 4 días a la semana aproximadamente 5
horas al día.
Los resultados muestran en el primer apartado de competencias que los
CI cuentan con un alto nivel de conocimiento (71.7%) para desempeñar
actividades que van desde la noción de la enfermedad que tiene el PAM, el
tratamiento farmacológico y no farmacológico a utilizar, hasta lo cotidiano
como lo es baño, vestido y alimentación.
En el apartado dos “unicidad” nos da como resultado un alto nivel re-
lacionado con las bases para afrontar los problemas que implica del rol de
cuidador. Instrumental, corresponde a las habilidades, destrezas y compe-
tencias para realizar las labores de cuidado un 80 % tienen un desempeño
alto en este apartado.
El 66.7% de los CI afirman que disfrutan su vida diaria, 77.5% se an-
ticipa a las necesidades y tiene una planeación diariamente, 83.3% refiere
tener relaciones sociales y apoyo por parte de ellas para sobrellevar el día a
día. La autoeficacia para el cuidado se refiere a la perspectiva que tiene el
CI acerca de la capacidad que se tiene para cuidar a la PAM, los resultados
muestran que 59.2% perciben tener un nivel alto de eficacia en el cuidado.
Concordando con los tres aspectos en los que se divide el instrumento:
pensamientos molestos 50 43.5% de los CI son capaces de controlar sus
emociones ante los factores que pueden llegar a alterar el cuidado y el trato
para el PAM; respuesta disruptiva 70.5% con un desempeño alto al igual
que alto nivel de auto cuidado y obtención de respiro es decir tienen un
espacio para sí mismos dentro de su rol de cuidador 90%.
De acuerdo con el automanejo un 59.2% tiene un nivel alto para con-
trolar su salud, a niveles más específicos se encontró que los CI tienden a
tener una adherencia media (48.3%), es decir tienden a estar atentos a su
tratamiento indicado, así como evaluar su salud y poner en acuerdo con el
personal que le brinda atención para mejorar la experiencia.
En el nivel manejo de síntomas 62.5% de los CI cuentan con un nivel
alto para conocer, evaluar y tratar los síntomas correspondientes a su pade-
cimiento, así como efectos secundarios del tratamiento. Los participantes
muestran al igual un alto nivel en conocimientos (59.2%) acerca de su en-

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Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

fermedad mencionan saber de qué consta su enfermedad, su tratamiento y


el estado de salud en el que se encuentran

Discusión

De acuerdo a los resultados encontrados en el aspecto sociodemográfico de


los cuidadores informales predominó el sexo y el estado civil casados / unión
libre similar a lo reportado por Silva, González, Mas, Márquez y Partezani
(2017) el cuidado está estrechamente relacionado al papel sociocultural de
la mujer en la sociedad, debido a que la responsabilidad del cuidado de los
hijos la hace más preparada para desempeñar ese rol, dado que el hombre
suele mantenerse en la disposición de proveedor financiero de la familia.
Así, la mujer asume el rol de cuidadora, además de desempeñar los roles
de madre, hija, esposa y trabajadora, al tiempo brindan cuidado a las PAM
siguen realizando trabajo remunerado y tareas domésticas; adaptando el tra-
bajo a la actividad del cuidar en lo que se contrapone a estudios relacionados
en donde se marca que la mayoría de los cuidadores informales aparte de ser
mujeres se dedican exclusivamente a las tareas del hogar (Carrillo, Barreto,
Arboleda, Gutiérrez, Gregoria y Ortiz, 2015).
Para evaluar las competencias del cuidador se utilizó el instrumento
“CUIDAR”, desarrollado por Carrillo et al (2016). Dentro del cual se ob-
tuvieron resultados favorables en su totalidad y en todas sus dimensiones
al igual que el estudio de Aldona, Barrera, Rodríguez, Gómez y Carrillo
(2016) en donde estudiaron cuidadores de pacientes con enfermedad renal
crónica con hemodiálisis en el hogar; en la dimensión de conocimiento,
nociones e ideas respecto a la enfermedad, las indicaciones especiales de la
terapéutica, conocimiento de las actividades a realizar propias de la cotidia-
nidad tales como baño, vestido, alimentación, deambulación, entre otras.
Carreño y Arias (2015) donde valoraron cuidadores de niños con cáncer
obtuvieron es la presente dimensión valoraciones de nivel medio similar a
lo reportado en este estudio.
La dimensión de unicidad: herramientas con las que se cuenta para hacer
frente a problemas, retos y desafíos, así como mecanismos de afrontamiento
para superar los de la mejor manera Fajardo y Montalvo (2019) estudiaron
cuidadores de pacientes que recibían tratamientos de quimioterapias y el
estudio de Carreño y Arias (2015) reportan puntajes medios. El apartado de
instrumental que son las habilidades y destrezas para realizar las labores de
cuidado, que incluyen la administración de medicamentos, satisfacción de
necesidades básicas de la vida diaria; Carreño y Arias (2015), Aldana et al

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Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

(2016) y Carrillo et al (2015) se contraponen obteniendo valoración media


en los resultados.
En la dimensión de disfrutar que habla sobre el grado de bienestar que
se tiene para comprender cómo se asume la responsabilidad del cuidado en
casa se indagan aspectos básicos de la vida cotidiana, así como la satisfacción
personal relacionada con la calidad de vida percibida en la mayoría de los
estudios relacionados presentaron cifras altas a diferencia de Carrillo et al
(2015) que mostraron puntajes medios. La Anticipación, que son nociones
e ideas que se tienen, pensando en anticiparse a todas aquellas necesidades
que pueda presentar la persona con enfermedad crónica en un futuro, la
planeación ante la ocurrencia de un evento inesperado, la preparación para
un examen y la identificación de riesgos, entre otros. En este sentido se
obtuvieron puntajes alto a excepción de Carreño y Arias (2016).
En cuanto a relación social que son las relaciones sociales y las redes de
apoyo primarias y secundarias que se tienen. Se constituyen como factores
que favorecen el fortalecimiento de la labor de cuidado. Carreño y Arias
(2016) reporta puntaje medio; la competencia de cuidar en el hogar es su-
perior en los cuidadores familiares (CF) que, en los receptores del cuidado,
sin embargo, es preciso recordar que ser CF afecta a lo largo del tiempo la
salud de las personas que ejercen este rol (Carrillo et al, 2015).
Con respecto a la autoeficacia para el cuidado; según el grado de capa-
cidad que creen tener para realizar las diferentes actividades del cuidado los
participantes obtuvieron un grado alto en general y en sus dimensiones al
igual que en el estudio realizado por Penagos (2019); se encontró un grado
de autoeficacia para el cuidado bajo en cuidadores de pacientes con insufi-
ciencia cardiaca (Pablo et al. 2016). Se ha demostrado la existencia de una
asociación entre sobrecarga y autoeficacia, donde se confirman altos nive-
les de autoeficacia asociados con la disminución de sobrecarga percibida al
mismo tiempo, se ha visto una relación positiva con la salud física y mental
(Pablo et al, 2016).
De acuerdo al automanejo, en este estudio se obtuvo un al alto puntaje
a nivel global como en las dimensiones de conocimientos de la enfermedad
junto a manejo de signos y síntomas. En la dimensión de adherencia, esto
es adherencia al comportamiento de sus citas médicas, tratamiento médico,
empatía en la comunicación con el personal de salud entre otras, Velázquez
et al (2018) obtuvo un nivel medio de puntuación.
Los cuidadores frecuentemente ven afectado su estado de salud y su
bienestar debido a la situación de estrés, de no sentirse capaz de afrontar la
situación y porque cuidar implica realizar tareas complejas que exigen un
gran esfuerzo físico, también los cuidadores dejan de preocuparse de ellos

199
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

mismos, situando en último lugar sus propias necesidades, lo que provoca


disminución de la adherencia a los tratamientos médicos y estilos de vida
poco saludables (Flores et al, 2012).

Conclusión

Se consideran los CI capaces de resolver problemas ante las demandas del


cuidado, presentan mayor seguridad para anticiparse a riesgo potenciales
relacionados al cuidado. El autocuidado de los CI es adecuado en el manejo
de los síntomas y el conocimiento de su propia enfermedad, aunque no
presentan un apego al tratamiento.
Los cuidadores perciben un alto nivel de eficacia en el cuidado, puesto
que son capaces de controlar las emociones en los factores que alteran el
cuidado en las PAM, esto puede deberse a que los cuidadores presentan
espacios para si mismos que alternan con su rol del cuidado. El automanejo
del cuidado de la salud de los CI, presentan un alto nivel para controlar su
salud, presentan adherencia media a su tratamiento y ponen atención en el
manejo de los signos y síntomas correspondientes a su padecimiento.

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202
Capítulo 22.
Prevalencia del síndrome de sobrecarga
y características sociodemográficas del
Cuidador Primario de Adultos Mayores
Cynthia Rendón Sauz (rendonsauzcynthia@gmail.com)
Patricia Escobar Montoya
Karla Liliana Guerrero Meraz
Juan De Dios Zavala Rubio

Introducción

Con el aumento de las expectativas de vida existe un incremento en la pro-


babilidad de desarrollar múltiples enfermedades un ejemplo de esto son las
enfermedades crónicas no transmisibles, de hecho, pueden presentarse dos
o más y su prevalencia aumenta con el paso del tiempo (Midão, 2018).
Ortiz-Mallasen (2020) refiere que la mayoría de las personas requerirán
algún tipo de cuidado después de los 65 años, la mayoría de los adultos
mayores tratan de lidiar con sus cuidados sin necesidad de ayuda ya sea de
cuidadores formales o de personas relacionadas con la familia, pero confor-
me se va envejeciendo las circunstancias pueden cambiar y dificultar el au-
tocuidado. Definen como cuidador a la persona que proporciona apoyo a las
personas adultas como adultas mayores en las actividades básicas avanzadas
e instrumentales de la vida diaria (Bom, 2019). Muchos individuos pueden
proveer cuidado para un miembro de la familia, amigo o vecino, el realizar
este cuidado puede ser altamente demandante y puede verse reflejado en las
afectaciones a la salud (Alves, 2019).
Se les denomina cuidadores informales a los proveedores de cuidado los
cuales se caracterizan por tener algún tipo de vínculo con el paciente y por
no recibir alguna remuneración por su labor, generalmente son miembros
de la familia, amigos o vecinos (Wolff, 2018). Una mayor longevidad, la dis-
minución de la fertilidad y el aumento de la participación de las mujeres en
la fuerza laboral son posibles amenazas para la disponibilidad de cuidadores
informales no remunerados para el creciente número de adultos mayores
(Lopez García P, 2016) .
Estadísticamente hablando, el 68% puede padecer el síndrome de Bur-
nout o Colapso del Cuidador, además de que el 75% de éstos no reciben
ningún tipo de terapia que los ayude a manejar sus problemas (Gérain,
2021). Se denomina síndrome de estrés del cuidador a la condición carac-

203
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

terizada por el cansancio tanto físico como mental y emocional, esto como
resultado de la falta de atención a sus propias necesidades por estar enfoca-
dos en la persona a la que brinda el cuidado (Wang, 2019).
Como recordamos la sobrecarga del cuidador es una situación que nos
atañe, la cual ha sido evaluada por diversas escalas en los últimos años, y
aplicada de diversas maneras con el objetivo de descubrir que tanto carga el
cuidador, se desarrollan en base a experiencias de psicólogos y de especialis-
tas en cuidados y geriatría (Bermejo, 2017).
Dentro de las escalas para evaluar la sobrecarga del cuidador primario,
nos encontramos con la escala de Zarit, la cual fue creada en el año de 1980
por Steven H.  Zarity. Esta escala abarca de una forma más amplia todas
las dimensiones que posee este fenómeno como son por ejemplo las redes
de apoyo, la capacidad de autocuidado, calidad de vida y competencias para
el afrontamiento de las problemáticas conductuales y clínicas que tiene el
paciente (Albarracín Rodríguez, 2016).

Objetivo

Identificar la prevalencia del síndrome de sobrecarga y las características


sociodemográficas del Cuidador Primario en Adultos Mayores en la UMF
N°9 de El Higo, Veracruz.

Material y Métodos

Estudio Prospectivo, descriptivo, transversal y observacional. Pacientes ma-


yores de 60 años adscritos a la Unidad, derivados de la consulta de me-
dicina familiar, ambos sexos, que cuenten con cuidador, se recabó datos
sociodemográficos y presencia de comorbilidades; se aplicó Escala de Zarit
(sobrecarga del cuidador) la cual fue creada en el año de 1980 por Steven
H. Zarity, traducida a varios idiomas, consta de 22 ítems, cada elemento
está valorado en una escala de 5 puntos, las opciones de respuestas se mar-
can desde el 0 (nunca) al 4 (casi siempre), clasifica la sobrecarga con los
siguientes puntajes: ausencia de sobrecarga menor a 46, sobrecarga leve de
47-55 y sobrecarga intensa mayor a 56. Abarca de una forma más amplia
todas las dimensiones que posee este fenómeno como las redes de apoyo,
la capacidad de autocuidado, calidad de vida y competencias para el afron-
tamiento de las problemáticas conductuales y clínicas que tiene el paciente.
Tipo de muestreo: conveniencia, debido a que no todos los adultos ma-
yores cuentan con un cuidador, otorgando facilidad de acceso, la disponi-

204
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

bilidad de las personas de formar parte de la muestra, en un intervalo de


tiempo corto. n=100. Este trabajo fue sometido y aprobado por los comités
CLIS 2801 y CEI 28018-HGR6, obteniendo el registro R-2021-2801-030,
considerando los aspectos éticos de la declaración de Helsinki, en el informe
de Belmont y el Código de Nuremberg así como los aspectos señalados en
la Ley General de Salud y el Reglamento de la Ley General de Salud en
materia de investigación para la salud considerándolo como una investiga-
ción de riesgo mínimo. Análisis estadístico y procesamiento de los datos: Se
realizaron medidas de tendencia central, se utilizó paquete estadístico IBM
SPSS V.20 para Windows.

Resultados

Se evaluaron 100 cuidadores de adultos mayores en donde 1:4 cuidadores


presento sobrecarga destacando el sexo femenino con 84% (n=84) y mascu-
lino 16% (n=16); edad promedio 31años de edad (±13.98). De acuerdo a la
Escala de Zarit, existió sobrecarga en el cuidador primario del 24% (n=24),
el 35% (n=35) tienen un grado escolar licenciatura y posgrado. Dentro de
las características de los pacientes cuidados fueron: edad promedio 73.69
años (± 8.99), mayor prevalencia en sexo femenino 61% (n=61) y comor-
bilidad más frecuente en la población fue Hipertensión Arterial con 84%
(n=84).

Discusión

Cabada Ramos en el 2017 evaluó la sobrecarga del cuidador en familiares de


pacientes geriátricos atendidos en un hospital de segundo nivel en Guadala-
jara, Jalisco y México, se encontró que de 170 cuidadores la media de edad
fue de 50 años, contrario a este estudio la media de edad fue de 31 años esto
se puede relacionar debido a la situación geográfica de El Higo, es una zona
económicamente activa.
(Ortiz-Mallasén, 2020) En su estudio: Evaluación de la efectividad de
un programa de intervención en cuidadores no profesionales, en España
evaluó que la mayoría de los cuidadores eran del sexo femenino con un
77.7% similar en este estudio encontrando que el 84% sexo femenino, esto
se puede relacionar ya que la población que mayormente acude a la atención
médica, así como dentro de los cuidadores informarles a nivel global.
Lemus Fajardo en el 2018 en Cuba con base a la escala de Zarit, se en-
contró que, de 360 cuidadores, el 73,6% cuenta con sobrecarga, discrepan-

205
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

do este estudio donde solo 24% lo padece, pudiera explicarse por el distinto
desarrollo económico y socio cultural en ambos países.

Conclusiones

Dado el amplio acuerdo sobre los desafíos que enfrentan los cuidadores de
personas AM, es imperativo contar con modelos prácticos de prestación
de servicios que sirvan de apoyo en la mejora de su cuidado, toda vez que
la prevalencia de sobrecarga del cuidador estuvo presente en 1 de cada 4
cuidadores
Dentro de las características asociadas a la sobrecarga, es el grado acadé-
mico y el sexo femenino.

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207
Capítulo 23.
Perfil del cuidador familiar de adultos
mayores con enfermedad crónica:
caso Saltillo, Coahuila
Ana Laura Carrillo Cervantes
Isaí Arturo Medina-Fernández (isai-medina@uadec.edu.mx)
Reyna Torres-Obregón
María Magdalena Delabra Salinas

Introducción

La Organización Mundial de la Salud en el 2015, refiere que las enferme-


dades crónicas no transmisibles (ECNT) provocan la muerte a cerca de 41
millones de personas cada año, lo cual equivale a un 71% de las muertes que
se producen a nivel mundial (Organización Mundial de la Salud [OMS],
2021). Así mismo, son la principal causa de muerte para las personas adultas
mayores (PAM) En el continente americano son responsables de siete de
diez muertes entre las personas de 70 y más (Instituto Nacional de Geriatría
[INGER], 2019).
En México, la presencia de ECNT se constituyen como uno de los
principales retos que enfrenta el sector salud debido al gran número de
casos afectados, su creciente contribución a la mortalidad general, el hecho
de que son la causa más frecuente de incapacidad prematura, así como la
complejidad y costo elevado de su tratamiento (Barba, 2018). Las ECNT
con mayor prevalencia son el síndrome metabólico, sobrepeso y obesidad
e hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad,
cáncer, hipertensión arterial, enfermedades respiratorias, dislipidemias y
diabetes (Secretaría de Salud [SS], 2018).
Las ECNT pueden tener como consecuencias discapacidades, las cuales
van disminuyendo la capacidad de las PAM para cuidarse a sí mismos (Grau,
2016). El 27% de los PAM tiene algún tipo de discapacidad; casi 60% pa-
decen una discapacidad permanente. Así mismo, la discapacidad contribuye
significativamente a una serie de trastornos que implican pérdidas de años
de vida saludable (INGER; 2019).
No obstante, dentro de las enfermedades crónicas, destacan las incapaci-
tantes, las cuales son consideradas aquellas que provocan el deterioro físico
y/o cognitivo progresivo de la persona que la sufre, convirtiéndose progre-
sivamente en una persona con una dependencia en las actividades básicas

209
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

y/o de la vida diaria para poder realizar su autocuidado, requiriendo de un


cuidador (Mercado & Condesa, 2018).
Alrededor de 27% de las PAM tienen alguna dificultad para realizar
actividades de autocuidado entre las que destacan el caminar, vestirse, ba-
ñarse o levantarse de la cama. Esto hace que requieran de una persona que
les ayude o realice las actividades por ellos. El INGER refiere que el 27.8%
de las mujeres y 22.5% de los hombres requirieron de algún apoyo por
parte de un miembro del hogar aumentando esta dependencia con la edad
(INGER, 2016).
Es así como surge la figura del cuidador familiar, también conocido
como cuidador informal, reconocidos como las personas que brindan cuida-
do pero que no disponen de una capacitación previa, no son remunerados,
tienen un alto grado de compromiso y son caracterizados por el afecto y
una atención sin límites de horarios, fungiendo, generalmente en dicho rol
los familiares, amigos e incluso vecinos de la persona que requiere cuidados
(Instituto Nacional de las personas Mayores [INAPAM]; 2020).
El cuidado otorgado por un Cuidador informal (CI) en el hogar es re-
conocido como trabajo no remunerado en salud (TNRS), el cual en el año
2014 representó el 19.3% del PIB de salud nacional (INGER, 2016). Au-
nado a esto, en México, más de un tercio de la población señala que el
cuidado de las PM debe estar a cargo de la familia. De forma que, más de
55 millones de mexicanos reportan dedicar tiempo al cuidado de otros in-
tegrantes del hogar, donde el 80% tienen un parentesco cercano a la PAM,
destacando que el 52% son esposas o hijas (Instituto Nacional de las Mu-
jeres [INMujeres], 2015).
Lo anterior demuestra la relevancia de conocer cuáles son las caracte-
rísticas sociodemográficas de las personas que brindan cuidado a PAM con
ECNT en la región sureste del estado de Coahuila, permitiendo así plantear
el objetivo de la presente investigación el cual es “describir las característi-
cas sociodemográficas de los cuidadores informales de adultos mayores con
enfermedad crónica de Saltillo, Coahuila”.

Metodología

Estudio de abordaje cuantitativo de diseño descriptivo de corte transversal


(Grove & Gray, 2019). Este tipo de diseño permitió describir las caracte-
rísticas sociodemográficas de los cuidadores informales de adultos mayores
con ECNT. Se encuestaron a 178 CI de adultos mayores durante los me-
ses de enero a julio del 2021. El tamaño de la muestra fue adecuado para
el propósito del estudio considerando un cálculo de tamaño de muestra a

210
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

través del programa G-Power 3.1.9.7 con los parámetros de ingreso: t-test,
medias con diferencia de constantes, tamaño del efecto 0.3, probabilidad de
error tipo 1 de 0.05, poder (1 beta) 0.95, se obtuvo un tamaño de muestra
de 122 CI.
El muestreo fue no probabilístico por conveniencia. Se seleccionaron CI
mayores de edad, que tuvieran más de 3 meses otorgando el cuidado, que
aceptaran participar en el proyecto a través de la firma del consentimiento
informado y se eliminaron aquellos que obtuvieron 4 errores o más en el
test mental de Pfeifer SPMSQ.
Para la medición de las variables del estudio se aplicó la encuesta de
caracterización de la diada (GCPC-UN-D), conformada por 23 ítems en
los que se identifican características sociodemográficas del cuidador y de la
persona enferma, tiempo que lleva como cuidador, las horas diarias dedica-
das a cuidar, si es único cuidador y la satisfacción con el apoyo recibido. La
escala fue elaborada por el Grupo de Investigación Cuidado de Enfermería
al Paciente Crónico de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional
de Colombia. La escala presentó una comprensibilidad del 95% y una vali-
dez aparente del 100% en un estudio en Colombia (Chaparro et al., 2014).
Esta investigación contó con la aprobación del comité de ética e inves-
tigaciones de una Universidad Pública del Noreste de México (CBFEU-
SUADEC-IEM7). Además, se consideró lo establecido en la Ley General
de Salud en Materia de Investigación (SS, 1987). Todos los participantes
firmaron consentimiento informando
Se empleó estadística descriptiva a través de la obtención de frecuencias
y porcentajes, medidas de tendencia central como son la media, mediana,
desviación estándar e intervalos de confianza al 95%.

Resultados

Se encuestaron 178 CI con una edad media de 46 (DE= 13) donde el valor
mínimo fue de 18 años y el máximo de 74 años, con un tiempo estimado
de cuidado que va desde tres meses hasta 30 años, en su mayoría muje-
res, casadas, que se encargan del hogar, con escolaridad baja y que cuida a
mamá/papá.
Con respecto a quien recibe los cuidados, la edad media es de 72 años
(DE=8), con una edad mínima de 60 años y máxima de 99, en su mayoría
mujeres, casadas, que se encargan del hogar, con escolaridad baja y con una
percepción de sobrecarga entre moderada y alta (107 personas).

211
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Tabla 1. Variables sociodemográficas de cuidadores informales

Características del cuidador informal f %


Sexo
Mujer 139 78.1
Hombre 39 21.9
Estado civil
Casado 78 43.8
Soltero 42 23.6
Unión libre 31 17.4
Separado 16 9.0
Viudo 11 6.2
Ocupación
Hogar 85 47.8
Empleado 47 26.4
Trabajo indep. 25 14.0
Otro 13 7.3
Estudiante 8 4.5
Escolaridad
Primaria 64 35.9
Secundaria 20 11.3
Nivel medio superior 65 35.6
Superior 29 16.3
Persona a quien cuida
Mamá/papá 82 46.1
Esposo(a) 32 18.0
Hijo (a) 20 11.2
Amigo (a) 19 10.7
Abuelo (a) 18 10.1
Vecino (a) 7 3.9
Fuente: elaboración propia. n=187; %=porcentaje

Por último, se encontró que también los CI presentan algún tipo de de-
pendencia a la hora de realizar algunas actividades, destacando la ayuda en
la eliminación seguida de la movilidad e incluso ayuda para mantener sus
relaciones con las personas que los rodean.
Tabla 2. Nivel de dependencia del cuidador informal

No necesita ayuda Necesita ayuda Siempre necesita ayuda


frecuentemente
f % f % f %
Eliminación 128 71.9 45 25.3 5 2.8
Movilidad 134 75.3 40 22.5 4 2.2
Relaciones 145 145.5 32 18.0 1 0.6
Sociales
Fuente: elaboración propia. n=187.

212
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Discusión

Los resultados de la caracterización de los CI coinciden con lo descrito en la


literatura, puesto que el rol de cuidadores lo asumen en su mayoría mujeres
(Benítez & Carreño, 2015; Ramírez-Perdomo, 2017; Perdomo-Romero &
Ramírez-Perdomo, 2017; Torres-Pinto et al., 2017) cuya edad se encontró
por encima de 33 años (media 46), lo cual las convierte en un grupo vulne-
rable ya que asumen diferentes roles durante esta etapa de su vida.
Lo anterior es porque el cuidado siempre se ha relacionado con la mujer
y aunque existen posibilidades reales de que un hombre sea un cuidador
principal, en su mayoría de las ocasiones se elige a una mujer, ya que el
cuidado lo establecen como un rol totalmente naturalizado y una obligación
moral en este género (Jiménez & Moya, 2018).
Respecto al estado civil se encontró que en su mayoría son casadas y cui-
dan a papá o mamá, lo cual coincide con lo reportado por Cantillo-Medina
et al. (2018) y con Moratto et al.(2015) los cuales hablan de que las familias
pasan por diversas etapas del ciclo de la vida cambiando de esta forma las
dinámicas familiares hasta llegar a las etapas de la disolución donde los hijos
se encargan del cuidado de los padres.
En cuanto al tiempo de brindar el cuidado se encontró que va desde los
3 meses hasta los 30 años, el tiempo de brindar el cuidado va favoreciendo
el vínculo con la persona que cuida obtenido de esta forma lo que Chaparro
(2011) menciona como consciencia en el cuidado.
No obstante, las tareas del cuidador prevalecientes fue apoyo en la eli-
minación y movilidad, estos resultados fueron similares a lo referido por
Medina et al (2021) y Cruz-Rivas y Ostiguín (2011), los cuales señalan las
responsabilidades del cuidado, participar en la toma de decisiones conjuntas
y brindar cuidados a su paciente, sin embargo, el primer punto se ve afec-
tado por enfocar toda su energía en las demás actividades que satisfagan
las necesidades de la otra persona, limitando la capacidad de autocuidado y
pudiendo traer consecuencias a su salud (Medina et al., 2021).

Conclusión

El perfil del cuidador familiar de adultos mayores con condición crónica en


la muestra de Saltillo, Coahuila, se identificó que en su mayoría son muje-
res, amas de casa, con nivel de estudios de primaria y que cuidan a sus pa-
dres, así mismo el cuidado más prevaleciente es en eliminación y movilidad.

213
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Estos resultados señalan la necesidad de establecer futuras interven-


ciones de enfermería y desarrollar más investigaciones relacionadas con el
impacto del cuidado adultos mayores con enfermedad crónica en la salud
integral de los cuidadores.

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org/articulo.oa?id=343851211008

216
Coordinadores

Duran Badillo Tirso

Doctor en Metodología de la Enseñanza. Profesor de Tiempo Completo


en la Unidad Académica Multidisciplinaria Matamoros. Universidad Au-
tónoma de Tamaulipas. Colaborador del Cuerpo Académico Salud y Com-
portamiento Humano. Miembro de la Red ESAM-México. Fundador y
Coordinador General de los Grupos de Estudiantes de Enfermería para el
Fomento del Envejecimiento Saludable. Perfil deseable PRODEP. Sistema
Nacional de Investigadores Nivel I. Capítulo 14 y 18.

Cortez González Luis Carlos

Doctor en Ciencias de Enfermería. Máster en Atención de Enfermería al


Adulto Mayor. Licenciado en Enfermería. Profesor de Tiempo Completo
de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Perfil Deseable PRODEP. Candidato a Investigador del Sistema Nacional
de Investigadores. Miembro de la Red ESAM México. Líder Académico
GREEFES. Integrante del cuerpo académico cuidado para el envejecimiento
activo y saludable. Capítulo 20.

Cortes Montelongo Diana Berenice

Doctora en Ciencias de Enfermería. Profesor de Tiempo Completo Univer-


sidad Autónoma de Coahuila, Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Valdés
Galindo”, Miembro del SNI nivel Candidato, Miembro Red ESAM México.
Miembro del CAEC Cuidado para el envejecimiento activo y saludable Perfil
PRODEP deseable. Capítulo 21.

Félix Alemán Aurora

Doctora en Enfermería y Cultura de los Cuidados. Profesora jubilada de


la Unidad Académica Multidisciplinaria Matamoros. Universidad Autó-
noma de Tamaulipas. Miembro de la Red Internacional ESAM y Miem-
bro fundador de la Red ESAM-México. Coordinadora General de la Red
ESAM-México. Fundadora del Grupo de Estudiantes de Enfermería para el
Fomento del Envejecimiento Saludable.

217
Colaboradores

Aguiar Bernal Iris Rocío

Maestra en Ciencias de Enfermería por Universidad Autónoma de Sinaloa de


la Facultad de Enfermería Mochis, Programa avalado por el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Licenciada en Biología por el Instituto
Tecnológico de Los Mochis, Sinaloa, México. Becaria CONACYT. Participa-
ción en proyectos de investigación relacionado con los Estados Crónicos y En-
tornos Biopsicosocial, en estudios de Diabetes Tipo 2. Capítulo 13.

Anguiano Morán Ana Celia

Doctora en Ciencias de la Educación. Profesora de Tiempo Completo de


la Facultad de Enfermería de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo (UMSNH). Integrante del CA Promoción de la Salud. Miembro
de la Red ESAM. Perfil deseable PRODEP. Capítulo 12.

Aniceto Paola

Bachiller en Enfermería por la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de


la Universidad de São Paulo, RP, Brasil. Capítulo 4.

Arroyo Cruz Francisco Javier

Estudiante del Doctorado en Ciencias de Enfermería de la Universidad de


Guanajuato, Campus Celaya-Salvatierra, División de Ciencias de la Salud
e Ingenierías. Miembro del  Grupo de Estudiantes de Enfermería para el
Fomento del Envejecimiento Saludable (GREEFES). Capítulo 5.

Ávila Alpirez Hermelinda

Doctora en Enfermería. Profesora de Tiempo Completo en la Unidad Aca-


démica Multidisciplinaria Matamoros de la Universidad Autónoma de Ta-
maulipas. Coordinadora de Investigación, líder del cuerpo académico salud
y comportamiento humanos. Miembro del sistema Nacional de investiga-
dores nivel I. Capítulo 14.

219
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Benavides Guerrero Carolina

Profesora de Tiempo Completo de la Universidad Autónoma de Tamau-


lipas. Doctorado en Ciencias de Enfermería. Miembro de la sociedad de
honor de enfermería Sigma Theta Tau, capítulo Tau Alpha y la Red de
Enfermería en Salud del Adulto Mayor- Red ESAM Nacional. Capítulo 16.

Buichia Sombra Felix Gerardo

Estudiante de Doctorado en Estudios Sociales, Universidad Autónoma In-


dígena de México, Maestro en Ciencias en Enfermería y Especialista en
Administración de Instituciones al Servicios de la Salud por la Universidad
Autónoma de Sinaloa. Profesor y Coordinador de Investigación y Posgra-
do de la Facultad de Enfermería Mochis. Investigador Asistente del Siste-
ma Sinaloense de Investigadores y Tecnólogos (SSIT). Miembro de Sigma
Theta Tau International, Honor Society of Nursing, Capítulo Tau Alpha.
Integrante de la Línea de investigación Estados Crónicos y Entorno Biopsi-
cosocial, con estudios de Diabetes Tipo 2 en población indígena. Capítulo
13.

Canté Hernández Debora

Maestra en Ciencias de la Enfermería, Enfermera Especialista en Oncología


y Licenciada en Enfermería. Profesora e Investigadora de Carrera de la Uni-
versidad de Quintana Roo y Enfermera asistencial en el Hospital General
de Chetumal en el servicio de hemato-oncología pediátrica desde 2010. Ha
publicado en las revistas de Salud de Quintana Roo y Centro Internacional
de Marketing Territorial para la Educación y el Desarrollo CIMTED. Ca-
pítulo 6.

Carrillo Cervantes Ana Laura

Doctora en Ciencias de Enfermería. Profesor de Tiempo Completo en la


Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Valdés Galindo” de la Universidad
Autónoma de Coahuila. Cuenta con el reconocimiento de perfil deseable
PRODEP. Integrante del Cuerpo Académico “Cuidado para el Envejeci-
miento Activo y Saludable”. Miembro de la red ESAM-México. Miembro
del Capítulo Tau Alpha, Sigma Theta Tau International. Docente asesor del
GREEFES Saltillo. Capítulo 21 y 23.

220
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Cuevas Martínez Karla Iris

Doctorado en Ciencias de Enfermería. Miembro de la sociedad de honor de


enfermería Sigma Theta Tau, capítulo Tau Alpha y la Red de Enfermería en
Salud del Adulto Mayor- Red ESAM Nacional. Profesor de Tiempo com-
pleto de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Capítulo 16.

Delabra Salinas María Magdalena

Doctora en Ciencias de Enfermería. Profesor de Tiempo Completo en la


Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Valdés Galindo” de la Universidad
Autónoma de Coahuila. Perfil Deseable PRODEP e integrante del Cuerpo
Académico “Cuidado para el envejecimiento activo y saludable”. Miembro
de la red ESAM-México y red CRONIFAM. Capítulo 23.

Diaz Dávila Marissa Michelle

Maestría en enfermería. Maestro de Horario libre de la Universidad Autó-


noma de Tamaulipas. Es miembro activo del grupo disciplinar en caminado
a Grupos Vulnerables. Miembro del comité Nacional de la Red ESAM.
Capítulo 16.

Escobar Montoya Patricia

Licenciada en enfermeria, enfermera Especialista en Medicina de Familia.


Capítulo 22.

Esparza González Sandra Cecila

Profesor de la Universidad Autónoma de Coahuila. Es Química Farmaco-


biologa con Maestría y Doctorado en Ciencias Morfológicas por la Univer-
sidad Autónoma de Nuevo León. Además de contar con un postdoctorado
en el departamento de Microbiología, Inmunología y Patología de la Uni-
versidad Estatal de Colorado, Fort Collins Colorado, USA. Es miembro
del Cuerpo Académico “Cuidado para el envejecimiento activo y saludable”.
Actualmente es Investigador Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigado-
res. Capítulo 2 y 10.

221
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Espinosa Medrano Carmelo

Pasante de Enfermería del Hospital General de Nuevo Laredo, Tamaulipas


y es miembro del grupo GREEFES. Capítulo 19.

Felipe Silva Alice Regina

Licenciada en Enfermería. Estudiante de maestría en el Programa de Aten-


ción de Salud del Adulto de la Escuela de Enfermería de la Universidad de
São Paulo, SP, Brasil. Participante del grupo de investigación Prática peda-
gógica no ensino superior de enfermagem e no cuidado à saúde do adulto e
idoso. Miembro de la Asociación Brasileña de Enfermería de la ciudad de
São Paulo. Capítulo 4.

Flores Mendoza Emma

Maestra en Enfermería. Profesor de la Facultad de Enfermería de la Uni-


versidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Colaboradora
del Cuerpo Académico Promoción de la Salud UMSNH-CA-208, LGAC
Cuidado y autocuidado integral del Adulto mayor. Miembro de la Red
ESAM-México. Capítulo 8.

Galindo Reyes Epifania

Maestra en enfermería, egresada en el año 2021 de Faculta de enfermería de


la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Adscrita al Hospital Rural
Número 87 Chiautla de Tapia del programa IMSS- Bienestar con categoría
de Enfermera General con 20 años de antigüedad, matricula 99220074,
actualmente asignada al servicio de urgencias e integrante de la Represen-
tación Sindical del Comité Local de Capacitación y Adiestramiento a partir
del 26 de marzo del 2020. Capítulo 11.

García Muñoz Lisette

Pasante de Licenciatura en Enfermería de Servicio Social de la Facultad de


Enfermería perteneciente a la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo (UMSNH). Capítulo 12.

222
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Golghetto Casemiro Francine

Magister en Enfermería. Estudiante de doctorado en el Programa de En-


fermería Fundamental de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la
Universidad de São Paulo, RP, Brasil. Participante del grupo de investiga-
ción Núcleo de Pesquisa em Geriatria e Gerontologia. Capítulo 4.

Gomez Dominguez Odalys Cristell

Pasante de Enfermería del Hospital General de Nuevo Laredo, Tamaulipas


y es miembro del grupo GREEFES. Capítulo 19.

Guerra Ordoñez Jesús Alejandro

Doctor en ciencias de enfermería. Profesor de tiempo completo e Investi-


gador de la Unidad Académica Multidisciplinaria Matamoros de la Univer-
sidad Autónoma de Tamaulipas. Miembro del sistema Nacional de investi-
gadores (SNI) nivel I. Perfil deseable PRODEP. Capítulo 14.

Guerrero-Castañeda Raúl Fernando

Licenciado en Enfermería. Maestro en Educación. Doctor en Ciencias de


Enfermería. Profesor de Tiempo Completo de la Universidad de Guanajua-
to. Miembro del Núcleo Académico del Doctorado en Ciencias de Enfer-
mería de la Universidad de Guanajuato. Presidente de la Academia Mexi-
cana de Fenomenología e Investigación Cualitativa en Enfermería y Salud
AC. Capítulo 7.

Guerrero Meraz Karla Liliana

Licenciada en enfermeria, enfermera Especialista en Medicina de Familia,


Integrante de consejo de salud del Higo, Veracruz. Capítulo 22.

Jalomo Reyes Reyna Yadith

Licenciada en Enfermería por la Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Val-


dés Galindo” de la Universidad Autónoma de Coahuila. Participación en

223
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

grupos de investigación de la Facultad de enfermería, Enfermera en Aten-


ción Domiciliaria. Capítulo 9.

Jiménez González María de Jesús

Doctora en Ciencias de la Enfermería. Profesor de tiempo completo del


Departamento de Enfermería Clínica, División de Ciencias de la Salud,
Campus Celaya Salvatierra, Universidad de Guanajuato. Responsable del
Cuerpo Académico “Cuidado al final de la vida”. Miembro de la Red de En-
fermería en Salud del Adulto Mayor (Red ESAM-México). Coordinadora
del Grupo de Estudiantes de Enfermería para el Fomento del Envejecimien-
to Saludable-Celaya (GREEFES). Miembro de la Red Multidisciplinaria
de Investigación para la Salud Integral (Red MISI). Integrante del Consejo
Mexicano de Certificación de Enfermería (COMCE, AC). Capítulo 5 y 7.

Lara Vásquez Claudia Verónica

Estudiante de posgrado en enfermería con acentuación al adulto mayor.


Miembro de GREEFES-Saltillo. Capítulo 20 y 21.

López López Natividad del Carmen

Maestra en educación y Licenciada en Enfermería. Es Profesora de asigna-


tura en la Universidad de Quintana Roo. Cuenta con certificado de calidad
con reconocimiento de idoneidad SEP/DGP/CP086/17 y certificado como
asesor de lactancia materna por Edutin Academy, Delawere E.U. Es inte-
grante de la Red ESAM, abordando líneas de investigación como “enferme-
ría y educación”. Capítulo 6.

María Magdalena Lozano Zúñiga

Doctora en Ciencias de Enfermería. Profesor de Tiempo completo en la


Facultad de Enfermería de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo (UMSNH). Integrante del Cuerpo Académico Promoción de la
Salud UMSNH-CA-208, LGAC Cuidado y autocuidado integral del Adul-
to mayor. Miembro fundador de la Red ESAM-México. Perfil deseable
PRODEP. Capítulo 8 y 12.

224
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Medina Fernández Isaí Arturo

Maestro en Enfermería con acentuación en atención al adulto mayor. Pro-


fesor de Tiempo Completo en la Facultad de Enfermería “Dr. Santiago
Valdés Galindo” de la Universidad Autónoma de Coahuila. Cuenta con
Perfil Deseable PRODEP y es integrante del Cuerpo Académico “Cuidado
para el envejecimiento activo y saludable”, así mismo es miembro de la red
ESAM-México y red CRONIFAM. Capítulo 10 y 23.

Medina Fernández Josué Arturo

Maestro en Enfermería y Licenciado en Enfermería. Profesor e Investiga-


dor de Carrera en la División de Ciencias de la Salud en la Universidad de
Quintana Roo. Integrante de la RED ESAM-México y RED CRONIFAM,
colaborador con el cuerpo académico “Cuidado para el envejecimiento acti-
vo y saludable” con la UADEC. Autor y coautor de varios productos cientí-
ficos relacionados a la conducta del cuidado de las enfermedades crónicas y
adulto mayor. Capítulo 6.

Miranda Félix Patricia Enedina

Doctora en Ciencias de Enfermería, Profesora Investigadora de tiempo


completo en la Facultad de Enfermería Mochis, Universidad Autónoma
de Sinaloa. Líder de la línea de investigación: Estados Crónicos y Entornos
Biopsicosocial, presidenta del comité de Ética de la Facultad de Enfermería
Mochis, miembro del Capítulo Tau Alpha, Sigma Theta Tau Internacional.
Miembro del Sistema Sinaloense de Investigadores y Tecnólogos (SSIT).
Miembro del sistema Nacional de Investigadores (SNI), candidato. Capítulo
13.

Mireles Alonso Mayra Alejandra

Maestría en Enfermería por la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Pro-


fesora de Tiempo Completo en la Unidad Académica Multidisciplinaria
Matamoros de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Capítulo 18.

225
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Morales Rodríguez María Claudia

Doctora en Ciencias de Enfermería. Profesora de Tiempo Completo en la


Facultad de Enfermería de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Coordinadora de Planeación. Responsable del Cuerpo Académico Interven-
ciones Educativas en Enfermería. Miembro de la Red ESAM-México. Per-
fil deseable PRODEP. Integrante del Padrón de Investigadores de la BUAP.
Capítulo 11 y 17.

Nájera Gutiérrez Gudelia

Doctora en Ciencias de la Enfermería. Profesor Investigador de Tiempo


Completo Asociado A en la Facultad de Enfermería de la Benemérita Uni-
versidad Autónoma de Puebla. Integrante del Cuerpo Académico de Inter-
venciones Educativas en Enfermería. Miembro de la Red ESAM-México.
Integrante del Consejo Académico de Posgrado. Perfil deseable PRODEP.
Integrante de Padrón de Investigadores de la BUAP. Capítulo 11 y 17.

Nuncio Domínguez José Luis

Maestro en Administración de la Atención de Enfermería, Profesor de


Tiempo Completo con Perfil Deseable PRODEP, Catedrático Investiga-
dor, Miembro del Cuerpo Académico de Administración en Servicios de
Enfermería y Salud, colaborador en el Cuerpo Académico Cuidado Integral
para la Atención al Adulto Mayor, Facultad de Enfermería “Dr. Santiago
Valdés Galindo” Universidad Autónoma de Coahuila. Estudiante de Docto-
rado en Ciencias Sociales con acentuación en grupos vulnerables, Facultad
de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Coahuila, Certificación
Nacional como Enfermero Docente por el Consejo Mexicano de Certifica-
ción de Enfermería, Miembro Red ESAM-México, Miembro del Colegio
de Actualización de Enfermería de Coahuila, Miembro del Capítulo Tau
Alpha, Sigma Theta Tau International. Capítulo 9 y 20.

Pacheco Chan María Verónica de los Ángeles

Maestra en Educación y Licenciada en Enfermería. Jubilada de Secretaria


de Salud, Profesora e Investigadora de Carrera en la Licenciatura en Enfer-
mería de la División de Ciencias de la salud. Integrante de la REDESAM,

226
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

abordando la línea de Investigación por el Cuerpo Académico: Enfermería,


Educación y Salud. Capítulo 6.

Parra Giordano Denisse

Doctora en Ciencias de la Salud, Magister Cuidados Paliativos y Manejo


del Dolor, Enfermera. Profesora Asociada Departamento de Enfermería
Universidad de Chile. Directora Revista Chilena de Enfermería. Conse-
jera electa Consejo de la Dirección de Igualdad de Género. Coordinadora
Red Internacional de Enfermería en Cuidados Paliativos (RienCupa), socia
fundadora Sociedad Científica de Enfermería Paliativa de Chile (SOCEP).
Integrante Asociación Red de Investigadoras (RedI) en Chile. Capítulo 1.

Partezani Rodrigues Rosalina Aparecida

Doctora en Enfermería. Profesora Titular del Departamento de Enfermería


Especializada de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la Universi-
dad de São Paulo, RP, Brasil. Especialista en Gerontología por la Sociedad
Brasileña de Geriatría y Gerontología. Coordinadora de la Red ESAM-Bra-
sil. Líder del grupo de investigación Núcleo de Pesquisa em Geriatria e
Gerontologia. Investigadora del Conselho Nacional de Desenvolvimento
Científico e Tecnológico nível 1. Capítulo 4.

Patiño Valdés Vanessa Araceli

Estudiante de posgrado en enfermería con acentuación al adulto mayor.


Miembro de GREEFES. Capítulo 20 y 21.

Pecchi Leite Mariane Thais

Licenciada en Enfermería. Estudiante de maestría en el Programa de En-


fermería Fundamental de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la
Universidad de São Paulo, RP, Brasil. Capítulo 4.

Pérez Hernández María Gicela

Maestra en Ciencias de Enfermería por la Universidad de Guanajuato, Mé-


xico. Profesor de tiempo completo de la Facultad de Enfermería Universi-

227
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

dad de Colima. Responsable del CA-84 Procesos Crónicos y Enfermería.


Miembro de la Red ESAM-México. Perfil deseable PRODEP. Capítulo 15.

Pérez Zúñiga Xochitl

Doctora en Metodología de la Enseñanza. Profesora de Tiempo Completo


en la Unidad Académica Multidisciplinaria Matamoros de la Universidad
Autónoma de Tamaulipas. Miembro de la Red ESAM México. Miembro
del Capítulo Tau Alpha, Sigma Theta Tau International. Perfil deseable
PRODEP. Sistema Nacional de Investigadores Nivel I. Capítulo 18.

Polanco Tinal Perla

Maestra en Enfermería con acentuación en atención al adulto mayor y Li-


cenciada en Enfermería por la Universidad Autónoma de Yucatán. Actual-
mente es Enfermería clínica en el Hospital General de la Ciudad del Car-
men, Campeche y Docente a nivel Licenciatura en Universidad del Valle de
Guerrero. Capítulo 10.

Quiroz Oropeza Brenda Daniela

Pasante de Licenciatura en Enfermería de Servicio Social de la Facultad de


Enfermería perteneciente a la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo (UMSNH). Capítulo 12.

Ramírez Izaguirre Carolina

Maestría en Enfermería y Maestría en Medicina Tradicional China. Cursa


un Doctorado en Salud Pública. Maestra de horario libre de la Universidad
Autónoma de Tamaulipas. Integrante del grupo disciplinar encaminado a
Grupos Vulnerables. Miembro de la Red de Enfermería de Salud del Adulto
Mayor- Red ESAM-México. Capítulo 19.

Ramírez Jaime Liliana Estefanía

Maestra en Ciencias de la Enfermería, Profesor de la Facultad de Enferme-


ría Mochis, Universidad Autónoma de Sinaloa, donde imparte cursos en
Licenciatura en Enfermería (Administración en los servicios en enfermería,

228
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Enfermería del Adulto Mayor, Salud Pública, Diseño de Proyectos Estra-


tégicos y Modelos Administrativos). Miembro del grupo de Investigación
Estados Crónicos y Entorno Bipsicosocial de la Facultad de Enfermería
Mochis. Capítulo 13.

Rendon Torres Luis Antonio

Doctorado en ciencias de enfermería. Certificación en enfermería geron-


tológica. Profesor de tiempo completo con perfil PRODEP. Universidad
Autónoma de Tamaulipas. Líder del grupo disciplinar encaminado a Gru-
pos Vulnerables. Miembro del comité Nacional e Internacional de la Red
ESAM. Capítulo 3 y 16.

Rendon Sauz Cinthya

Licenciada en enfermeria, enfermera Especialista en Medicina de Familia.


Capítulo 22.

Resende Marcela Cristina

Licenciada en Enfermería por la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto


de la Universidad de São Paulo, RP, Brasil. Participante del grupo de inves-
tigación Núcleo de Pesquisa em Geriatria e Gerontologia. Capítulo 4.

Reséndiz Maldonado Brenda

Maestra en Ciencias de Enfermería, docente de Tiempo Completo de la


Facultad de Enfermería en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Integrante del Cuerpo Académico Intervenciones Educativas en Enfermería
(BUAP-CA-311). Miembro de la Red ESAM-México. Mentor Respon-
sable en la Facultad de Enfermería desde 2014. Perfil deseable PRODEP.
Capítulo 11.

Rosas-Cervantes Elisa

Maestra en Ciencias de Enfermería por la Universidad de Guanajuato.


Estudiante del Programa de Doctorado en Ciencias de Enfermería. Uni-
versidad de Guanajuato Campus Celaya-Salvatierra. Enfermera asistencial

229
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado


(ISSSTE) Hospital General “C” Dr. Fernando Ocaranza, Hermosillo, So-
nora. Capítulo 7.

Ruíz Cerino Juana María

Doctora en Metodología de la Enseñanza. Adscripción: Unidad Académi-


ca Multidisciplinaria Matamoros, Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Profesor de Tiempo Completo, Per-fil Deseable del Programa para el De-
sarrollo Profesional Docente (PRODEP), Coordinadora del Laboratorio de
Enfermería, de la UAMM-UAT. Integrante del Cuerpo Académico Salud y
Comportamiento Humano con la línea de Investigación “Conductas Pro-
motoras de Salud y Atención a Grupos Vulnerables. Sistema Nacional de
Investigadores Nivel I. Capítulo 18.

Ruiz Recéndiz Ma. de Jesús

Doctora en Ciencias de Enfermería. Profesor e investigador de la Facultad


de Enfermería de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Integrante del Cuerpo Académico Cuidado Integral en Condiciones Cróni-
cas UMSNH - CA - 274. Miembro de la Red MISI Multidisciplinaria de
Investigación para la salud integral de la Universidad de Guanajuato. Perfil
Deseable PRODEP. Capítulo 8.

Sierra de Alba Fernanda

Licenciada en enfermería egresada de la Facultad de Enfermería de la Uni-


versidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Capítulo 8.

Sifuentes Leura Daniel

Doctor en Ciencias de la Enfermería. Profesor e investigador en la Facultad


de Enfermería Dr. Santiago Valdés Galindo de la Universidad Autónoma de
Coahuila y enfermero clínico en el Hospital General de Saltillo, Coahuila.
Es parte del cuerpo académico “Cuidado para el envejecimiento activo y
saludable” y miembro de la Red ESAM-México. Actualmente es candidato
al Sistema Nacional de Investigadores. Capítulo 10.

230
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Silva Fhon Jack Roberto

Post-doctor en Ciencias, Doctor en Ciencias. Profesor Doctor del Depar-


tamento Médico-Quirúrgico de la Escuela de Enfermería de la Universidad
de São Paulo, SP, Brasil. Coordinador de la Residencia en Enfermería en
Salud del Adulto y del Adulto mayor de la Escuela de Enfermería de la
Universidad de São Paulo. Especialista en Gerontología por la Sociedad
Brasileña de Geriatría y Gerontología. Líder del grupo de investigación Prá-
tica pedagógica no ensino superior de enfermagem e no cuidado à saúde
do adulto e idoso. Miembro adjunto del Centro Brasileño de Atención de
Salud Basada en Evidencia: JBI Evidence Center (JBI Brasil). Miembro de
la Red ESAM-Brasil. Miembro de la Asociación Brasileña de Enfermería
de la ciudad de São Paulo. Capítulo 4.

Soto Carrasco Ana Amelia

Enfermera. Maestra en Enfermería. Responsable del área de salud laboral


Grupo Consmex. Puebla, México. Capítulo 17.

Tello García María Ascensión

Profesor de Tiempo Completo con Perfil Deseable PRODEP, Catedrático


Investigador, colaborador en el cuerpo académico Cuidado Integral para la
Atención al Adulto Mayor, Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Valdés
Galindo” Universidad Autónoma de Coahuila. Miembro Red ESAM-Mé-
xico, Estudiante de Doctorado en Ciencias Sociales con acentuación en gru-
pos vulnerables, Facultad de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de
Coahuila, Miembro del Capítulo Tau Alpha, Sigma Theta Tau Internatio-
nal. Capítulo 9.

Tlalpan Hernández Rosa María Teresa

Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Enfermería de la Benemé-


rita Universidad Autónoma de Puebla, Integrante del Cuerpo Académico
Intervenciones Educativas en Enfermería, Miembro de la Red ESAM-Mé-
xico. Perfil deseable PRODEP. Capítulo 17.

231
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar de las Personas Adultas Mayores

Torres Arreguin Patricia

Maestra en enfermería. Profesora de horario libre en la Unidad Académica


Multidisciplinaria Matamoros de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Miembro de la Red ESAM-México Coordinadora de Formación Continua.
Profesora asesora del Grupo de Estudiantes de Enfermería para el Fomento
del Envejecimiento Saludable- Matamoros. Capítulo 14.

Torres Obregón Reyna

Doctora en Ciencias de Enfermería. Profesor de Tiempo Completo en la


Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Valdés Galindo” de la Universidad
Autónoma de Coahuila. Perfil Deseable PRODEP e integrante del Cuerpo
Académico “Cuidado para el envejecimiento activo y saludable”. Miembro
de la red ESAM-México y red CRONIFAM. Sistema Nacional de Investi-
gadores, nivel candidato. Capítulo 23.

Torres Valdés Dulce Elena

Licenciada en Enfermería por la Facultad de Enfermería “Dr. Santiago Val-


dés Galindo” de la Universidad Autónoma de Coahuila. Participación en
grupos de investigación de la Facultad de enfermería, enfermera industrial,
enfermera en Atención Domiciliaria. Capítulo 9.

Velasco Rodríguez Raymundo

Doctor en Ciencias Médicas por la Universidad de Colima, México. Profesor


Investigador Titular Asignado a la Facultad de Enfermería de la Universi-
dad de Colima donde desarrolla principalmente actividades de Investigación
y Docencia. Miembro titular del CA-84 Procesos Crónicos y Enfermería.
Perfil deseable PRODEP. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
nivel I de 2013 a 2015. Capítulo 15.

Zavala Rubio Juan de Dios

Doctorando en Ciencias de la Salud, Maestro en educación, Diplomado en


Medicina Geriátrica, Coordinador Clínico de Educación e Investigación en
Salud en IMSS. Capítulo 22.

232
Duran Badillo | Cortez González | Cortes Montelongo | Félix Alemán

Zúñiga Llanas Gerardo

Pasante de Enfermería del Hospital General de Nuevo Laredo, Tamaulipas


y es miembro del grupo GREEFES. Capítulo 19.

233
Liderazgo de Enfermería en el Cuidado Multidisciplinar
de las Personas Adultas Mayores

se terminó de imprimir en los talleres de Ediciones La Biblioteca, S.A. de C.V.,


ubicados en Azcapotzalco la Villa 1151, Colonia San Bartolo Atepehuacan,
Alcaldía Gustavo A. Madero, CDMX, C.P. 07730,
en marzo del 2022

Su edición consta de 1000 ejemplares.

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