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Santa Teresa de Jesús (Gotarrendura, Ávila, 1515 - Alba de Tormes, 1582)

Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada. Nació el 28 de marzo de 1515 en Ávila. Fue la
primera de los 8 hijos de Alonso Sánchez de cepeda, descendiente adinerado de una familia
judía conversa, y de su segunda mujer, Beatriz Dávila y Ahumada.

Aprendió a leer -raro para una mujer de su época- y fue una ávida lectora de los libros de
santos, novelas de caballería y romanceros. Dicen que fue una niña de viva imaginación, bonita
y presumida, que gozaba de la soledad y rezaba en su cuarto ante un cuadro de el Salvador

A lo largo de su vida dejó una obra literaria importante, llegando a escribir 437 episodios,
obras místicas y numerosos poemas, cantares y villancicos. La mayor parte de su obra es fruto
de la obediencia a sus superiores que creían oportuno que dejará constancia de sus
experiencias y enseñanzas. Destacan 4 grandes libros: Vida, Moradas, Camino de perfección y
Fundaciones.

La Inquisición vigiló muy de cerca sus escritos. Los guardianes de la fe ortodoxa denunciaron
sus libros como ‘herejías de luterana’.

A los 7 años decidió escaparse de su casa junto a su hermano Rodrigo para viajar a tierras de
infieles-tierras habitadas por musulmanes-. Querían sufrir el martirio, pero les encontraron
muy rápido y les obligaron a volver.

En 1527 falleció su madre y Teresa, que solo tenía 13 años, se refugió en los libros y sus
oraciones.

Cuando tenía 15 años, su padre la envió a estudiar al convento de las agustinas de Ávila. Al
año tuvo que volver a casa al caer gravemente enferma con problemas de corazón y desmayos
continuos. Durante su convalecencia decidió ser monja pese a la oposición de su padre. El 3
de noviembre de 1532 tomó los hábitos en el convento carmelita de la Encarnación de Ávila.

Nuevamente cayó enferma y tuvo que regresar a casa donde los médicos la daban por muerta
-llegó a estar 4 días inconsciente-. Sobrevivió pero quedó paralítica durante casi dos años. A
mediados de 1539 se curó, según ella por intermediación de San José. Volvió al convento
aunque su salud quedaría ya para siempre muy débil. Tardó en valerse por sí misma alrededor
de tres años.

En 1544, año que murió su padre, tuvo la primera aparición de Cristo mientras rezaba. Teresa
tenía entonces 39 años y llevaba 19 como religiosa. Fue entonces cuando empezó a evitar las
visitas y se sumió en una vida de oración y penitencia constante. Comenzó a tener
manifestaciones de Dios mediante visiones y comunicaciones interiores. Pasaba de los
cuarenta y tres años cuando por vez primera vivió un éxtasis. Sus visiones intelectuales se
sucedieron sin interrupción durante dos años y medios Varios testigos contemplaron como
levitaba sobre el suelo en algunos de estos éxtasis. A día de hoy la ciencia no es capaz de
explicar estos fenómenos de levitación.

Tanto Teresa de Jesús, como sus seguidoras adictas a la reforma de Teresa, dormían sobre un
jergón de paja; llevaban sandalias de cuero o madera; consagraban ocho meses del año a los
rigores del ayuno y se abstenían por completo de comer carne.

Impulsora de la reforma de la orden carmelita. En 1560, disgustada por la indisciplina de las


carmelitas, decidió con el apoyo del Papa reforma la congregación para volver a la auténtica
clausura, a una vida de pobreza y austeridad absoluta. Con el dinero de familiares y amigos,
como la duquesa de Alba, y el apoyo de San Juan de la Cruz, reformador de la orden masculina,
se creó la primera comunidad de las Carmelitas Descalzas de San José. Viajó sin descanso y
llegó a fundar 17 conventos por toda España

A estos conventos se suma el primer convento del Carmelo masculino que fundó San Juan de
la Cruz en Duruelo en e1567. Santa Teresa conoció a San Juan en Medina del Campo cuando
ella tenía 52 años y él 24. Fue ahí cuando ella le convenció para unirse a la reforma.

Fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622 y nombrada
primera mujer Doctora de la Iglesia Católica por Pablo VI en 1970. Logró los títulos de patrona
de los escritores españoles, capitana de los reino de España y doctora por la Universidad de
Salamanca. Murió sin haber publicado ninguna de sus obras, sin fundar ningún convento en
Madrid y sin haber conseguido separar la orden de descalzados de la de calzados.

San Maximiliano Kolbe (Rajmund Kolbe; Zdunska Wola, 1894 - Auschwitz, 1941)
Franciscano polaco. Dedicado al periodismo católico, fue arrestado por la Gestapo en 1941, y
se ofreció para morir en lugar de un compatriota polaco, casado y padre de familia, que había
sido condenado al búnker del hambre.

Cursó estudios de filosofía en la Universidad Georgiana de Roma, por la que se graduó en


1915, y de teología en la Facultad de Teología de San Buenaventura de la misma ciudad, que
terminaría en 1919. Durante esa etapa de formación en la capital italiana creó, por sugerencia
del rector Esteban Igundi, la Milicia de la Inmaculada junto con otros de sus compañero s.
Fundada en 1917, la agrupación se extendería posteriormente por todo el mundo.

Investido sacerdote en 1918, de regreso a Polonia impartió clases de teología hasta que en
1922 inició su apostolado mariano con la revista Rycerz Niepokalanej, primero en Cracovia,
posteriormente en Grodno (1923) y, desde 1927, en la Ciudad de la Inmaculada, que el propio
Kolbe fundó a cuarenta kilómetros de Varsovia. En 1930 viajó a Japón, donde fundaría, en la
región de Nagasaki, la segunda Ciudad o Jardín de la Inmaculada. Editó además una revista
mariana en lengua nipona. Proyectó crear nuevas misiones marianas en Corea, China e India,
pero diversas dificultades se lo impidieron.

De vuelta a su país, fue otra vez el superior de la Casa de la Inmaculada y cobró gran
popularidad. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Polonia fue
deportado dos veces a Alemania por los nazis. En 1941 fue confinado en el campo de
concentración de Auschwitz, tristemente célebre por sus horrores.

En el campo de Auschwitz se ofreció voluntariamente para cumplir el suplicio impuesto a un


padre de familia, que había sido condenado a morir de hambre. Cuando un oficial nazi le
preguntó por qué lo hacía, Kolbe contestó: "porque soy un sacerdote católico". Kolbe murió
de inanición en su celda, convertida hoy en lugar de peregrinación, y su ejemplar sacrificio se
divulgó por todo el mundo. Fue beatificado por Pablo VI en 1971 y canonizado por Juan
Pablo II en 1982.

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