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fue el suceso que condujo al derrocamiento del regimen zarista imperial y a la instauracion preparada de
otro, leninista republicano
NICOLAS II
fue el ultimo emperador de rusia, quien gobernaba desde la muerte de su padre Alejandro III en 1894
hasta su abdicacion en 1917
NICOLAS II
perdio el favor del pueblo tras la matanza del Domingo Sangriento en 1905
fue asesinado en julio de 1918 es uno de los más recordados del siglo xx, ya que las autoridades
bolcheviques no se conformaron con matar al zar, sino que también asesinaron, y sin juicio previo, a la
zarina, Alejandra, a los cinco hijos del matrimonio incluido el heredero, el niño Alejandro, a varios de sus
sirvientes y a su médico
DOMINGO SANGRIENTO
Una masiva protesta de trabajadores contra sus malas condiciones de vida derivó en matanza porque el
ejército disparó contra la multitud; cien manifestantes murieron y varios centenares resultaron heridos.
Los hechos tuvieron lugar en la Plaza del Palacio de San Petersburgo
El prestigioso director Sergéi Eisenstein dedicó a su memoria la película El acorazado Potemkin (1925)
La Revolución rusa de 1917 tuvo como destacados escenarios las dos principales ciudades de Rusia, San
Petersburgo y Moscú En San Petersburgo hallarás las huellas de la revolución en el Palacio de Invierno,
antigua residencia de los zares y, entre febrero y octubre de 1917, del llamado Gobierno Provisional, La
conquista de este gigantesco palacio por los bolcheviques es el acto que da inicio a la revolución de
Octubre
La capital de la URSS fue, sin embargo, Moscú. Los bolcheviques se establecieron allí en marzo de 1918,
considerando que Moscú era un emplazamiento más adecuado para controlar un territorio tan vasto. La
Plaza Roja fue el escenario de los grandes desfiles militares y de las principales manifestaciones
populares durante el período soviético
El vecino Kremlin era (y es) el símbolo de poder. El Kremlin existía desde bastante antes de 1917: era un
conjunto de palacios, catedrales, monasterios y oficinas que acogió la poderosa burocracia soviética
hasta 1991
Lenin y Stalin, sin embargo, transformaron la arquitectura de esta formidable ciudadela, dinamitando
algunos edificios religiosos —inútiles para ellos, ya que la URSS era un Estado oficialmente ateo— y
construyendo en 1961 un gigantesco Palacio de Congresos, símbolo del poder comunista
Tras la caída del comunismo se reedificaron los edificios religiosos demolidos durante el período
soviético. El conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
El monumento más popular sigue siendo, con todo, el mausoleo de Lenin, que contiene los restos
embalsamados del padre de la Revolución rusa. Fue un monumento, ya que la viuda del líder, fallecido
en 1921, Nadezhda Krúpskaya, se opuso a la exposición pública del cadáver de su marido
Iosiv Stalin fue un gran modernizador de la URSS. Los pilares de la revolución serían la colectivización de
la tierra —aboliendo casi todos los restos de la propiedad privada— y la masiva industrialización de la
economía. En el curso del XIV Congreso del Partido Comunista (PCUS), Stalin indicó que su objetivo era
«transformar nuestro país de un país agrario en un país industrial, 6capaz de producir con sus propios
medios las máquinas y herramientas necesarias y añadió «en esto consiste la esencia, el fundamento de
nuestra línea general»
Precisamente La línea general sería el título de otra de las películas-propaganda de Eisenstein, estrenada
en 1929, también conocida como Lo viejo y lo nuevo. Dicho film animaba a los campesinos a superar los
cultos atávicos y los egoísmos particulares en nombre de los valores colectivos, la tecnología, la ciencia y
la igualdad entre hombres y mujeres
la URSS en los años treinta trajo consigo un extraordinario movimiento campo-ciudad y el espectacular
crecimiento de las urbes soviéticas: en tan solo trece años, entre 1926 y 1939, la población de las
ciudades de la URSS pasó de 18 millones de habitantes a casi 30; unas ochenta ciudades tenían más de
cien mil habitantes, un hecho sin precedentes en la historia de la civilización
Las huellas de esta transformación pueden encontrarse en la arquitectura industrial y urbana de la
antigua Unión Soviética: como ejemplos podemos citar los gigantescos complejos metalúrgicos de
Kuznetsk y de Zaporojstal (Volga), la central eléctrica de Dniepr,la acería de Zaporoye, el edificio de
viviendas Narkomfin [1] y el club obrero Rusakov, ambos en Moscú, la escuela Tkachei Ulisa en San
Petersburgo (antes Leningrado) o el sanatorio Voroshilov en el mar Negro
Stalin persiguió a quienes se oponían a su política de modernización con los métodos más sanguinarios.
Sus enemigos podían ser campesinos ricos o renuentes a la colectivización, burgueses, eclesiásticos e,
incluso, sus propios compañeros de partido si se mostraban críticos con la política oficial. Oponerse a los
planes de Stalin era sinónimo de destierro, de cárcel o de muerte
Los que lograban sobrevivir eran enviados al Gulag, acrónimo que significaba Dirección General de
Campos. Los gulags eran campos de trabajo donde los detenidos eran utilizados como mano de obra
esclava para construir carreteras, canales o puertos. Durante el «Gran Terror» (1935-1939) se calcula que
los gulags albergaron a 1,3 millones de presos, la mayoría de ellos por motivos políticos
El terror soviético es aún visible en las islas Solovkì (mar Báltico), donde se instaló uno de los campos de
presos más terribles, pero que hoy alberga un templo ortodoxo. Otro lugar que aún causa pavor a los
rusos es el edificio Lubianka, en Moscú, cuartel principal de la KGB, la organización encargada de
perseguir la disidencia (conocida también por otros nombres, como Checa, OGPU o NKVD). En sus
sótanos se practicaba todo tipo de torturas para forzar confesiones
Tras la caída del comunismo, el número de víctimas del terror de Stalin ha sido objeto de grandes
discusiones. El polémico Libro negro del comunismo habló de 20 millones de muertos, incluyendo en esa
cifra a los caídos en las guerras, víctimas de hambrunas, fusilados y fallecidos en presidio o como
consecuencia de trabajos forzados
El historiador Viktor Zemskov, del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias rusa, ha rebajado esa
cifra a 1,4 millones de víctimas, 800.000 de ellos fusilados y los otros 600.000 muertos en presidios.
El gobierno ruso ha rehabilitado judicialmente a las víctimas del estalinismo, pero no ha dictado medidas
para su reparación económica o la de sus herederos. Según la organización de derechos humanos
Memorial [3], unas 800.000 víctimas de la represión soviética, sobre todo en la época estalinista, aún
están con vida en Rusia, cifra que incluye a los niños que en su momento perdieron a sus padres