Está en la página 1de 128

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

NÚCLEO UNIVERSITARIO
"DR. PEDRO RINCÓN GUTIÉRREZ"-TÁCHIRA
COORDINACIÓN DE POSTGRADO
ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO MERCANTIL
TÁCHIRA - VENEZUELA

Los criptoactivos como medio de pago en el cumplimiento de las


obligaciones mercantiles de la Sociedad Anónima: Traki S.A.

Trabajo Especial de Grado


Para optar al título de Especialista en Derecho Mercantil
Mención Sociedades

Autor: Abog. Anthony Louis Díaz Garavito


Tutor: Dr. Carlos Casanova

San Cristóbal, Marzo de 2022.


Universidad de los Andes
“Dr. Pedro Rincón Gutiérrez” – Táchira
Coordinación de Postgrado
Especialización en Derecho Mercantil

CARTA DE ACEPTACIÓN DEL TUTOR (CAT)

Por medio de la presente, yo CARLOS CASANOVA titular de la Cédula de Identidad Nº V-


4.095.872, de profesión: Abogado, desempeño labores en la Universidad de Los Andes “Dr.
Pedro Rincón Gutiérrez”-Táchira, y acepto ser el tutor del tesista: Abogado: ANTHONY
LOUIS DÍAZ GARAVITO, titular de la Cédula de Identidad: V-25809421 para la elaboración
de la tesis de grado intitulada: Los criptoactivos como medio de pago en el cumplimiento de
las obligaciones mercantiles de la Sociedad Anónima: Traki S.A., como requisito obligatorio
para obtener el título de especialista en derecho mercantil de la Universidad de los Andes “Dr.
Pedro Rincón Gutiérrez” - Táchira.

En San Cristóbal a los 09 días del mes de Marzo de 2022

________________________ ________________________

ABG. ANTHONY DÍAZ DR. CARLOS CASANOVA

C.I: 25809421 C.I: V- 4.095.872


Tabla de contenido

CARTA DE ACEPTACIÓN DEL TUTOR (CAT)..................................................................................2


RESUMEN.................................................................................................................................................4
INTRODUCCIÓN......................................................................................................................................5
CAPÍTULO I..............................................................................................................................................8
EL PROBLEMA........................................................................................................................................8
CAPITULO II...........................................................................................................................................17
MARCO TEORICO.................................................................................................................................17
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN.....................................................................................17
Bases Teóricas......................................................................................................................................26
Operacionalización de Variables......................................................................................................97
Bases legales........................................................................................................................................99
Definición de Términos Básicos.....................................................................................................101
CAPÍTULO III........................................................................................................................................105
MARCO METODOLÓGICO................................................................................................................105
Naturaleza de la investigación........................................................................................................105
Tipo o nivel de la investigación......................................................................................................108
Diseño de la investigación...............................................................................................................108
Procesamiento y análisis de datos................................................................................................110
CAPITULO IV........................................................................................................................................112
ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS....................................................................112
CAPÍTULO V.........................................................................................................................................115
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES...................................................................................115
Referencias bibliográficas, electrónicas y hemerográficas.....................................................118
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
NÚCLEO UNIVERSITARIO
"DR. PEDRO RINCÓN GUTIÉRREZ"-TÁCHIRA
COORDINACIÓN DE POSTGRADO
ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO MERCANTIL
TÁCHIRA - VENEZUELA

LOS CRIPTOACTIVOS COMO MEDIO DE PAGO EN EL CUMPLIMIENTO DE LAS


OBLIGACIONES MERCANTILES DE LA SOCIEDAD ANÓNIMA: TRAKI S.A.

Autor: Anthony Louis Díaz Garavito


Tutor: Carlos Casanova
Fecha: Marzo de 2022

RESUMEN

La presente investigación contiene un análisis jurídico crítico sobre los criptoactivos


como medio de pago en obligaciones mercantiles por parte de la sociedad anónima
Traki S.A. haciendo una revisión profunda del marco legislativo nacional y los criterios
doctrinales nacionales e internacionales relacionados con dicha tecnología,
conteniendo elementos novedosos como la cadena de bloques, y la contratación
inteligente o Smart Contract, así como la revisión teórica especifica relacionada con la
posibilidad jurídica de la realización de pagos en criptoactivos. Subsidiariamente se
realizó el análisis legal y doctrinario sobre las acciones judiciales y los medios
probatorios disponibles en caso de exigir el cumplimiento contractual o extracontractual
de obligaciones mercantiles pactados en criptoactivos, realizando un estudio
comparativo sobre las cuestiones preliminares requeridas para que la tecnología
blockchain en su representación de criptomoneda sea reconocida legalmente, entre
ellas la más importante, en su naturaleza jurídica y tipología contractual aplicable,
teniendo como resultado una perspectiva de déficit y/o vacío legal en la legislación
interna, en dicha materia, requiriéndose una regulación específica y altamente técnica
para la optimización y equilibrio en el área novedosa del pago en dichos activos
digitales. El análisis se realizó con la metodología del enfoque cualitativo, en un nivel
descriptivo, con diseño documental e instrumentos de recolección de información
propios del precitado enfoque como la entrevista semiestructurada, el análisis de
contenido, observación documental lectura evaluativa y la técnica del resumen.
Descriptores: Criptoactivos, Medio de pago, Obligación Mercantil, Sociedad Anónima,
Marco Legislativo, Regulación Procesal.

INTRODUCCIÓN

La presente investigación estudiará uno de los hitos tecnológicos que ha


generado una nueva forma de entender la economía y la regulación legal del dinero
como lo son los criptoactivos y su compleja estructura y composición que ha generado
un gran desafío para los sistemas legales en todo el mundo, en el presente estudio, se
investigó el panorama del derecho venezolano y el análisis profundo de su marco
legislativo interno, que ha intentado reglamentar la tecnología blockchain; en su forma
de criptoactivos en las obligaciones mercantiles de una empresa local determinada, por
lo tanto, se busca responder y servir de aporte teórico, principalmente a encontrar
respuesta sobre la posibilidad de que los criptoactivos sean una forma legítima de pago
y en consecuencia ser un medio eficaz de extinción de obligaciones contractuales y
extracontractuales, dicha inquietud investigativa responde al aumento significativo de
las transacciones por parte de las empresas en dichos activos digitales, siendo una
actividad que se desenvuelve al margen del derecho, en consecuencia, genera
desprotección a las partes involucradas.

Por otra parte, una de las causas principales de dicha labor investigativa es la
descomposición del sistema bancario tradicional o crisis financiera mundial que ha
generado nuevas formas de entender el dinero y el dinamismo digital, buscando formas
descentralizadas e independientes de hacer pagos con algo distinto al dinero
estatalmente controlado, en ello los criptoactivos tienen un papel fundamental y
protagónico, siendo uno de los temas de estudio más importante actualmente, en
consecuencia, el interés personal nace de estudiar dicha tecnología a través del prisma
jurídico, siendo las principales interrogantes de nivel legislativo y procesal, aplicadas
principalmente en el ámbito mercantil; generando inquietudes con respecto al
reconocimiento legal que puede tener actualmente los criptoactivos en Venezuela, y su
posibilidad de ser una forma de pago legítima.

El interés de seleccionar el tema de los criptoactivos radica en lo fascinante que


resulta dicha tecnología y sus posibles aportes que puede tener en el ámbito jurídico,
para el desarrollo y optimización de la justicia, contratación mercantil y beneficio de las
personas naturales y jurídicas involucradas, así como desmitificar las afirmaciones que
relacionan a las criptomonedas con usos delictivos y de eludir los controles de
legitimación de capitales, así como el intento de buscar la clarificación de las bases
legales y doctrinales que regulen y protejan a la sociedad mercantil seleccionada en la
presente investigación, en sus transacciones con criptomonedas.

En el ámbito profesional, resulta pertinente la investigación debido al aumento


exponencial de la adopción de la precitada forma de pago y sus consecuencias legales,
especialmente al ámbito mercantil, en que las sociedades mercantiles necesitan
seguridad jurídica con respecto a sus vínculos digitales, necesitando respuestas
jurídicas, por parte de sus asesores legales en materia de tecnología blockchain,
puesto que las transacciones en estos activos novedosos generan incertidumbre en la
mayoría de los casos, existiendo el riesgo de una pérdida patrimonial de las empresas,
a causa de un mal manejo en los pagos.

En el aspecto académico, la presente investigación será un aporte significativo al


entendimiento jurídico de los criptoactivos en Venezuela, en su estudio contractual y
extracontractual, y entender los elementos necesarios para que un pago en dicho
activo digital sea conforme a derecho, además de los aspectos procesales y
probatorios aplicables, en el momento de exigir judicialmente el cumplimiento de
obligaciones en criptoactivos, así como el desarrollo y fomento de una regulación
mercantil óptima y a la altura de la tecnología que compone los criptoactivos.

Personalmente, la decisión de investigar sobre criptoactivos, se debe al interés


personal del investigador en buscar respuestas en un terreno novedoso y lleno de
incertidumbres legales, intentando combinar los conocimientos personales sobre la
tecnología blockchain con los aspectos legales de los cuales el investigador se dedica
profesionalmente, y así generar aportes que sirvan para el desenvolvimiento mercantil
personal y en el ámbito jurídico, en aras de las sociedades mercantiles intervinientes.

Con respecto a los objetivos específicos, la principal búsqueda será en el


análisis profundo de la legislación nacional existente relacionada con los criptoactivos,
haciendo énfasis en la determinación de verificar si es una forma de pago válida, por lo
que se buscará la base legal correspondiente, ya que se considera un tema en el que
prevalece el vacío legal, y susceptible de que las partes que usen dichas formas de
pago, tengan incertidumbre e inseguridad al momento de pactar sus obligaciones en
dicha tecnología, así como los abusos por parte de los entes de investigación penal,
que tildan a los criptoactivos como una práctica ilegal. Por lo tanto, se intenta con la
presente investigación, encontrar la verdad relacionada al tema y desmentir dichas
afirmaciones, como un aporte subsidiario.

Por otra parte, debe buscarse la respuesta a interrogantes que se relacionan con
el objetivo principal, como lo es la determinación de las acciones procesales
disponibles al momento de exigir judicialmente una deuda en criptoactivos, o el
cumplimiento o resolución de un contrato en dicho activo criptográfico. Un punto de
suma importancia práctica, puesto que las partes intervinientes en un negocio jurídico
contractual o extracontractual, siempre recurrirán ante un posible desacuerdo, a la
resolución de conflictos judicial.

En este mismo orden, el tercer y último objetivo tratará de responder a las reglas
probatorias aplicables al contexto de los criptoactivos, resultando un tema novedoso,
que carece de regulación probatoria específica, por lo que se tratará de determinar los
medios de prueba existentes en la legislación procesal venezolana.

En consecuencia, el estudio será estrictamente documental , a través del


enfoque cualitativo que caracteriza a las investigaciones jurídicas, en un nivel
descriptivo, dónde las principales fuentes para la búsqueda de las respuestas a las
formulaciones planteadas será a través del análisis de la doctrina y legislación,
generando así los aportes, conclusiones y recomendaciones a que den lugar, en aras
de la empresa seleccionada para la investigación, en sentido concreto, y para el
desarrollo del área teórica e investigativa en materia de criptoactivos.
CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del problema.

La presente investigación tiene como finalidad central el análisis de los criptoactivos


como medio de pago en el cumplimiento de las obligaciones comerciales de la
Sociedad Anónima: Traki S.A. sede: 7ma Avenida, San Cristóbal, Estado Táchira; y su
regulación jurídica mercantil aplicable.

Los Criptoactivos y sus efectos en las tradicionales figuras y elementos societarios es


un hecho notorio que genera nuevas tendencias en el cumplimiento de las obligaciones
por parte de las sociedades mercantiles a nivel global, sobre todo en los tiempos
actuales donde se está sustituyendo cada vez el uso del dinero por decreto;
comúnmente llamado fiat, por parte de las personas en sus obligaciones civiles, así
como también por las sociedades mercantiles en sus obligaciones comerciales.

En Europa y Estados Unidos es cada vez más común que las sociedades mercantiles
permitan a los clientes cumplir sus obligaciones comerciales con criptoactivos. “Hasta
101 comercios de la Capital Española aceptan criptomonedas” (Bertran Bonás, 2021,
pág. 1), denotando la progresiva adaptación al uso de este medio de pago en las
compañías, convirtiéndose progresivamente en medio de pago común y legítimo.

En España, la Ley 11/2021, de Julio de 2021 detalla las obligaciones mercantiles y


tributarias relacionadas con estos activos. (Murgas , 2021) amplía:

Dicha ley incluye la obligación de las plataformas de wallet de


identificar a los clientes, el registro de sus transacciones y los activos
que tienen en cartera. También la obligación de los inversores de
declarar los criptoactivos que tienen en propiedad. (pág. 4).
La regulación sigue siendo insuficiente, dejando muchos elementos vacíos de
regulación, sobre todo en el ámbito de la protección al consumidor y usuario de
criptoactivos, en más de una década, el mercado de las criptodivisas ha vivido al
margen de la ley, puesto que nació como una alternativa descentralizada de activo
económico, evitando que las leyes sean una formar de cercar o restringir el campo de
las criptomonedas.

El uso de los criptoactivos como medio de pago está principalmente presente en el


comercio electrónico (E-commerce), algunos de los ejemplos más comunes son
agencias de viajes o tiendas virtuales, operaciones de trading, como las llevadas a
cabo en las plataformas Binance, Coinbase, Crypto.com, etc. No obstante, las figuras
societarias, empresas físicas con mas de dos socios, están usando transacciones
digitales con más regularidad, dejando la puerta abierta a nuevas tendencias legales,
dudas y lagunas jurídicas, en especial en el área mercantil, donde se prestará la
principal atención.

En Estados Unidos existen más de 2.300 empresas que aceptan Bitcoin, sin
incluir los cajeros automáticos de Bitcoin, “Un estudio reciente encontró que hasta el 40
% de los clientes que pagan con criptomonedas son nuevos clientes de la empresa y
los montos de sus compras son el doble que los usuarios de tarjeta de crédito”
(Forrester, 2020, págs. 23-26), siendo, en consecuencia, favorable en el sentido
económico, no obstante, surgen dudas sobre la forma del cumplimiento de dichas
obligaciones en caso de llevarse por la vía judicial, así como la determinación de los
derechos y obligaciones de las partes que usan este método de pago y el marco legal
mercantil que los amparan.

En América Latina, la adaptación del pago de las obligaciones mercantiles en


criptomoneda no es comparado con los países señalados anteriormente, su
adecuación ha sido ha sido más lenta, progresivamente han venido incluyendo estas
monedas en su entorno comercial, “países como Ecuador, Argentina, Brasil, se
escucha el manejo y el interés de agregar las divisas virtuales como una forma de
cumplimiento en sus obligaciones en los establecimientos comerciales” (Carrera ,
Loza , & Sánchez , 2020, pág. 10), lo que generaría efectos favorables para la
economía de la región y su desarrollo, así como la aplicación de métodos
vanguardistas, generando la actualización y competitividad de las Sociedades
Anónimas de América Latina.

El uso acelerado de los criptoactivos ha generado un vacío legal, demostrando


que la economía avanzó y el marco legal no le siguió el paso. Surgen muchos
problemas a nivel jurídico, como el desconocimiento legal que tienen las empresas
sobre sus mecanismos de operación, que tiene poco desarrollo legislativo, (Cano M. ,
2006) (como se citó en López, 2019), aunado a la desconfianza en los sistemas
tecnológicos y aquello que se encuentra en las plataformas digitales en cuanto a la
seguridad informática.

En Colombia, (González , Gutierrez, Harman , & Loaiza , 2020) en una investigación


periodística, afirmaron:

Actualmente no existe regulación respecto al uso o circulación de


criptomonedas, el Banco de la República y la superintendencia
financiera de Colombia se han pronunciado acerca de este tipo de
activos, advirtiendo que estos no constituyen moneda de curso legal,
en consecuencia, carecen de poder liberatorio ilimitado para la
extinción de obligaciones mercantiles y de cualquier índole, como
ocurre con el peso. (pág. 4).

El uso exponencial por parte de las empresas y particulares dejan dichas transacciones
al margen de la ley, sin posibilidad de garantías jurídicas y fundamentos para la
exigencia futura en caso de incumplimiento por una de las partes. No obstante:

En Septiembre de 2020, el estado colombiano autorizó un proyecto


piloto con el fin de propiciar un espacio de prueba (Sandbox) para que
las entidades vigiladas, en alianza con plataformas de intercambio de
criptoactivos constituidas en el país se postulen para probar
temporalmente en el espacio controlado, el manejo de operaciones de
cash in (depósito de recursos) y cash out (retiro de recursos).
(González , Gutierrez, Harman , & Loaiza , 2020, pág. 7)

La autorización de dicho proyecto, genera dudas en los empresas que realizan


transacciones con criptoactivos, puesto que una de las características principales de la
tecnología Blockchain es su descentralización, que se traduce en la independencia de
cualquier ente gubernamental y bancario; por lo tanto, el estado debe actuar como una
figura de supervisión ante posibles abusos e ilícitos en las operaciones, dejando intacta
la libertad y fluidez del ecosistema que impera en las transacciones.

En Brasil, los criptoactivos no están considerados en su marco regulatorio, no obstante,


deben ser declaradas en los impuestos, demostrando un reconocimiento preliminar o
tácito por parte del Estado sobre la existencia del uso de las criptomonedas a nivel
mercantil, (Aldana , 2021) sostiene, con relación a dicha reglamentación:

La falta de regulaciones específicas no impide que instituciones como


la comisión de Valores Inmobiliarios aprueben fondos cotizados en
Ether (ETH). También desde hace algunos años en Brasil se han
creado aplicaciones que permiten el intercambio de Tether (USDT) y el
real Brasileño en transacciones mercantiles. Así que el uso progresivo
de este tipo de criptoactivos seguramente va a incentivar un proyecto
de ley para regularlas. (pág. 6).
Los efectos de la aprobación de la criptodivisa Tether en el mercado de valores
inmobiliarios, será una acción vanguardista que convertirá a dicho país con la primera
bolsa en América Látina en permitir el uso del Ether (ETF) en sus transacciones,
generando intercambios regionales válidos y una plataforma global al servicio de las
empresas, además “inculcará los servicios de custodia institucional de Gemini de los
gemelos Winklevoss.” (Winklevoss, 2021), lo que provocaría presunciones suficientes
para dejar evidencia de las transacciones realizadas, acreditadas por dicha casa de
valores, no obstante, la regulación legislativa sigue teniendo vacío legal, que genera
inseguridad en la forma de proceder en exigencias contenciosas.

En Venezuela, la situación jurídica es distinta, aunque se reitera que el progreso


de la economía y los avances tecnológicos han avanzado más rápido que la regulación
jurídica, dejando vacíos legales preocupantes. Esto sucede principalmente por lo
novedoso y sin precedentes, como lo es la tecnología blockchain, en efecto,
(Lepervanche, 2018) explica un acercamiento de la naturaleza jurídica de los
criptoactivos :

Los criptoactivos tienen elementos que los relacionan, (como lo


es la tecnología blockchain , o su independencia de autoridad central),
pero también elementos que los diferencian entre sí, (como el fin o el
sustrato que caracteriza a un criptoactivo determinado). Esto conlleva a
que la determinación de las normas que rigen a los criptoactivos
termine estando condicionada, en ciertas jurisdicciones, a las
características de cada uno de los criptoactivos considerados
individualmente. Este enfoque ha sido asumido por la mayoría de los
países. (pág. 6-7).

La heterogeneidad de características de los criptoactivos, genera problemas


para una regulación jurídica determinada, que sirva como marco general, por lo que
cada caso debe ser considerado de forma individual para determinar las reglas
aplicables a cada criptoactivos en específico , “Venezuela ha asumido la posición de
una regulación especializada, enfocada en el criptoactivo mismo, escogiendo la
posición de calificar a los criptoactivos como un título valor ” (Lepervanche, 2018, pág.
7).

La regulación jurídica venezolana actual atinente a los criptoactivos y su


aplicación mercantil no es muy clara, además de la dudosa autoridad que ha decretado
dichas normas, siendo las mencionadas a continuación:

 El Decreto Nº 3.196, mediante el cual se autoriza la creación de la


Superintendencia de los Criptoactivos y Actividades Conexas Venezolana.
 Decreto Constituyente sobre Criptoactivos y Criptomoneda Soberana Petro,
emanado de la Asamblea Nacional Contituyente.
 Decreto Nº 3.355, mediante el cual se crea la Superintendencia de los
Criptoactivos y Actividades Conexas Venezolana (SUPCACVEN), como
servicio desconcentrado sin personalidad jurídica, administrado, supervisado
e integrado a la Vicepresidencia de la República Bolivariana de Venezuela,
con capacidad de gestión presupuestaria, administrativa y financiera sobre
los recursos que le correspondan (Presidencia de la República, 2018)
 Existen acuerdos municipales, como los celebrados en el Municipio Zamora,
Estado Miranda, para promover la minería digital y el pago de impuestos con
criptoactivos, algunas referencias en otros decretos de emergencia nacional;
temas aduanales, etc.

El propósito principal es analizar dicha legislación, para encontrar lo relacionado


en materia mercantil, aplicable al cumplimiento de obligaciones comerciales por parte
de una Sociedad Anónima determinada, en efecto, las principales interrogantes en
dicha cuestión determinada serían en primer término si ¿los criptoactivos son un medio
legítimo para el cumplimiento de obligaciones mercantiles de la Sociedad Mercantil
Traki S.A.?, lo que conlleva a otras dudas subsecuentes, porque en caso afirmativo de
la primera interrogante, surge la necesidad de responder cuál sería la regulación
legislativa aplicable referente al cumplimiento de dichas obligaciones mercantiles, así
como los recursos judiciales disponibles que tiene las partes intervinientes para
ejecutar dichas obligaciones, así como la forma especial de probar la existencia de una
transacción en criptoactivo.

Por estas razones, nace el propósito de investigar y analizar a través del estudio
legislativo la posibilidad de cumplir obligaciones mercantiles con criptoactivos por parte
de la sociedad anónima Traki S.A., su regulación mercantil específica aplicable,
además de determinar las acciones judiciales que puedan amparar a las partes
contratantes, en caso de controversias originadas con el pago de criptoactivos, y
describir los posibles medios probatorios admisibles para justificar y dejar verificado un
pago a través de dicha forma novedosa de pago. Principalmente, una de las principales
deficiencias en el conocimiento de este problema, es su falta de desarrollo legislativo,
como se explicó anteriormente, además de la renuencia de controlar a través de leyes
estatales el ecosistema de la tecnología Blockchain, con la principal premisa de evitar
todo control o dependencia gubernamental.

Formulación del problema

Para definir la finalidad concreta de la investigación y el problema específico a


estudiar, con el propósito de minimizar la distorsión y presentarlo de manera directa, es
conveniente formular las siguientes interrogantes que guiarán el estudio:

 ¿Son los criptoactivos un medio de pago legítimo para el cumplimiento de las


obligaciones mercantiles de la Sociedad Anónima Traki S.A.?
 ¿Cuál es el marco legislativo mercantil aplicable, referente al cumplimiento de
obligaciones comerciales con criptoactivos por parte de la Sociedad Anónima
Traki S.A.?
 ¿Qué acciones judiciales tienen las partes intervinientes para ejecutar
voluntaria o forzosamente la obligación mercantil pactada en criptoactivos, en
caso de retardo o incumplimiento contractual?
 ¿Qué medios probatorios establecidos en las leyes, son aplicables para
demostrar el pago de una obligación mercantil en criptoactivo por parte de la
Sociedad Anónima Traki S.A.?

Objetivos de la investigación

Objetivo general.

Analizar los criptoactivos como medio de pago para el cumplimiento de las


obligaciones mercantiles de la sociedad anónima Traki S.A.

Objetivos específicos

1- Determinar la regulación legislativa mercantil aplicable al cumplimiento de las


obligaciones comerciales con criptoactivos por parte de la Sociedad Anónima
Traki S.A.
2- Describir las acciones judiciales que tienen las partes contratantes para
ejecutar voluntaria o forzosamente la obligación mercantil pactada en
criptoactivos en caso de mora o incumplimiento contractual y
extracontractual.
3- Determinar los medios probatorios existentes para demostrar el pago de una
obligación mercantil en criptoactivos por parte de la Sociedad Anónima Traki
S.A.

Justificación
En la actualidad se realizan miles de transacciones en criptoactivos diariamente,
muchas de ellas tienen como partes intervinientes a una Sociedad Anónima o un
comercio legalmente establecido, todas estas negociaciones desamparadas y al
margen de protección jurídica, ocasionado por vacíos legales generadores de arreglos
extrajudiciales, muchas veces inseguros sin garantías, eludibles, en las que muchos
directores empresariales han sido víctimas de delitos informáticos y económicos.

Es conveniente el desarrollo de investigación en materia de criptoactivos o


tecnología blockchain, puesto que la tecnología está transformando la forma de hacer
los pagos generalmente, y en materia mercantil donde atañe al presente estudio, ya
que las grandes compañías anónimas están incorporando en sus sistemas
innovaciones tecnológicas que traen como consecuencia excelentes ventajas, pero
grandes riesgos, (Robles, 2020) describe este panorama:

La reserva federal de los Estados Unidos, al ser un referente


mundial acerca del sistema financiero actual y el desarrollo de la
tecnología financiera, así como sus riesgos y regulación para hacer un
análisis de lo que conlleva la entrada de nuevas tecnologías en el
sector financiero, en específico el surgimiento de las criptomonedas y
el desarrollo de las Fintech. (p. 114)

Las nuevas tecnologías disruptivas sugieren que los proveedores de servicios


financieros tradicionales deben renovarse, adaptarse o quedarse atrás, incluida la
forma en que pagamos.

La crisis bancaria ha generado también el surgimiento de la tecnología


blockchain, como la incapacidad de generar estabilidad financiera, en un sector
bancario que ha perdido la mayoría de su infraestructura y fuerza en Venezuela.

En el primer semestre del año 2019, el Banco Central de


Venezuela publicó cifras sobre la economía venezolana, entre ellos
resaltan la caída de la actividad económica , la inflación en donde en
una versión más actualizada, indicó una variación del nivel de precios
para el primer trimestre del presente año, además que las regulaciones
aplicadas sobre el sistema bancario se agudizaron, esta circunstancia
tuvo como consecuencia que las tasas de interés interbancarias y de
certificados de depósito incrementaran a niveles máximos. (Informe
financiero del Banco Provincial, 2019, p.9).
La progresiva erosión del sistema bancario tradicional y los riesgos que conlleva
a la ciudadanía la crisis bancaria ha impulsado al nacimiento de instrumentos
financieros descentralizados, efectivos, y libres de la corrupción gubernamental, por lo
tanto, los sectores de la economía, en especial las Sociedades Mercantiles, en general,
requieren investigaciones legales que den respuesta a las dudas e incertidumbres que
se presentan con el manejo de los criptoactivos, por lo que el presente estudio servirá
como aporte a la Sociedad Anónima Traki S.A. para describir y dar respuestas claras
atinente al uso de los criptoactivos como forma de extinción de las obligaciones
mercantiles y demás objetivos relacionados que se propone responder con este
estudio.

El estudio toma importancia además, por el desarrollo y aplicación de la


tecnología financiera (Fintech), “que tiene el potencial de transformar la manera en que
se entregan y diseñan los servicios financieros” (Robles, 2020, p.115). Incluyendo sus
procesos y subcategorías de pagos, compensación y liquidación. Dicho concepto está
ligado íntimamente con la tecnología Blockchain, y está siendo aplicado de forma cada
vez más expedita, no obstante la regulación jurídica ha estado guardando silencio.

Es así que la relevancia social de estudios legales en materia de criptoactivos es


alta, ya que beneficiarán no solo a las sociedades mercantiles y sectores financieros,
sino a la ciudadanía en general. Para la contribución en investigaciones que dan
respuesta a las cuestiones jurídicas más relevantes; con el propósito de buscar o
proponer un marco legal que busque solucionar los problemas que se presenten en el
uso de la tecnología blockchain y no como una regulación legal que restrinja
obstaculice o invalide el propósito original de los criptoactivos, que son la
descentralización, libertad y acceso universal.

Por otra parte, el modo en que beneficiará el estudio jurídico de los criptoactivos,
tendrá efectos beneficiosos con el principal problema presente en el uso de ésta
tecnología , y es el hecho de que una fracción no despreciable de la demanda de
criptomonedas se deriva de la actividad ilícita (Song, 2018, p. 123). Muchas de ellas
participan grandes corporaciones y sociedades mercantiles.
De alguna manera, el uso de las monedas digitales puede haver más facil las
actividades delictivas al no estar reguladas y supervisadas , pero eso no excluye que
también haya otras fuentes de financiamiento para las actividades delictivas , como el
dinero en efectivo. Y por otro lado, tampoco excluye que las monedas digitales sean
utilizadas únicamente para actividades delictivas. Los bancos centrales y las
autoridades regulatorias podrían enfrentar la situación, para el fortalecimiento de la
seguridad, para disminuir la vulnerabilidad de los ataques cibernéticos y al mismo
tiempo facilitar el cese de la actividad ilegal.

El estudio busca principalmente atender cuestiones de índole mercantil, sin


embargo, será un efecto adicional, al revisar e investigar legalmente el problema , la
realización de un aporte de relevancia práctica sobre la licitud del uso de los
criptoactivos y generar bases para colaborar con la eliminación de dichas prácticas, por
lo que será un estudio que genere nuevas inquietudes de investigación.

CAPITULO II

MARCO TEORICO

ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN.

En este apartado se presentarán investigaciones previas relacionadas con el


presente estudio; que sustentarán teóricamente la investigación, así como también se
desarrollarán los conceptos clave, que servirán para ampliar el horizonte del estudio y
servirán de guía investigativa y proveer un marco de referencia para interpretar los
resultados obtenidos.

La perspectiva teórica proporciona una visión sobre dónde se sitúa el


planteamiento propuesto dentro del campo de conocimiento en el cual nos
“moveremos”. En términos de Mertens (2010), señala cómo encaja la investigación en
el conjunto (big picture) de lo que se conoce sobre un tema o tópico estudiado.
Además, puede suministrar ideas nuevas y es útil para compartir los descubrimientos
recientes de otros investigadores. (Fernández , Baptista , & Hernández , 2014, p.60).

Según se ha citado, el presente capítulo cumplirá diversas funciones,


principalmente como destaca el autor, conocer los estudios que se han efectuado con
anterioridad, así como documentar la necesidad de realizar el estudio. La investigación
en materia mercantil respectiva a los criptoactivos es escaza, por lo tanto, la búsqueda
de literatura previa presentó dificultades, no obstante, los estudios encontrados tienen
rigor y calidad metodológica.

A nivel internacional tenemos los siguientes estudios:

(Arrieta de Isusi, 2019), La utilización de los Smart-Contracts en el contrato de


Compraventa Mercantil.

En este estudio se analizaron los principales aspectos de la compraventa


mercantil a través de smart contracts. Para ello, se llevó a cabo un análisis de los
mismos, de las ventajas e inconvenientes que tendría este tipo de contratación, así
como el encaje jurídico actual de la misma. Todo ello se realizó desde un punto de vista
jurídico, tanto a nivel nacional como internacional. En primer lugar, se explicó el marco
teórico en el que opera este tipo de contratación, analizando qué es el blockchain y, en
concreto, qué son los smart contracts, para posteriormente poder introducirnos en el
concreto mundo de la compraventa mercantil vía smart contracts. Posteriormente, en
virtud de la creciente globalización, se consideró de importancia extrapolar la
contratación mercantil vía smart contracts al ámbito internacional, y esto lo hicieron a
través del análisis del marco legal de la compraventa mercantil internacional,
protagonizado principalmente por los Incoterms, la Convención de Viena de
compraventa de mercaderías, de 1980 y la Ley Modelo de Uncitral sobre Comercio
electrónico.

Las conclusiones del investigador relacionadas con nuestro estudio fue la


premisa de que actualmente, la manera más segura y efectiva de realizar pagos y
contrataciones en criptoactivos es a través del Smart-Contract, sin embargo, no se ha
alcanzado el suficiente grado de conocimiento sobre dicha tecnología para generar una
utilización masiva. Con respecto al pago en dichos contratos mercantiles, concluyó que
la utilidad del blockchain es máxima. Al no transferirse el dinero hasta que se produce
la entrega de la cosa, se consiguió que la compraventa mercantil no dependa solo de
una de las partes, dado que el comprador no tendrá que adelantar el dinero. Por su
parte, el vendedor, en cuanto ponga a disposición la cosa, recibirá de manera
automática el precio pactado. Con todo ello, no solo se evitaron problemas de impagos,
sino que consiguieron hacer, una vez más, el proceso de la compraventa lo más
objetivo posible, logrando una mayor seguridad en el tráfico.

Con respecto al ámbito procesal, sobre nuestra interrogante de las acciones que
tienen las partes en caso de controversias que sea necesario acudir a la vía
jurisdiccional, el investigador concluyó que el saneamiento por vicios tiene una gran
relevancia dentro de la compraventa mercantil. Dentro de los vicios aparentes, ofreció
dos alternativas: La primera consistió en establecer una garantía por la que, en caso de
existir dicho vicio y estar ambas partes de acuerdo, el comprador cobrará del vendedor
esta cantidad de dinero. El comprador deberá renunciar a su derecho a exigir esta
reparación. Sería una solución análoga a la rebaja de precio, pero articulada vía
conciliatoria. La segunda consistiría en establecer un corta fuegos por el que el
comprador, en caso de recibir la cosa y observar un vicio aparente, pueda ser capaz, o
bien de frenar la transacción para, a posteriori, poder decidir si resolver el contrato,
dejándolo en stand by, y no produciéndose la transferencia de dinero, o bien exigir el
cumplimiento, solo dando la orden de transferencia una vez haya recibido la cosa
pactada. Con todo ello, se conseguiría una vez más ahorrar costes judiciales y agilizar
el comercio. El principal problema que observó fue que, en estos casos, comprador y
vendedor han de estar de acuerdo en que el vicio existe. En caso de que no sea así,
estas soluciones no valdrían, teniendo que acudir a los tribunales.

En el caso de los vicios ocultos, dado que estos se manifiestan posteriormente,


el conjunto de ventajas que aporta el blokchain en este sentido es nula, debido a la
irreversibilidad de los Smart Contract. Por lo que concluyó que si bien es cierto que
esta forma de contratación soluciona muchas circunstancias en las que habría que
acudir a un juez, también lo es que en otras muchas no aportan una solución concreta,
no siendo útil la contratación a través de ellos en estos casos.

En el ámbito probatorio, en cuanto a la firma, mencionó la aplicabilidad de los


Incoterms, concluyó que esta ley posibilita el uso de medios electrónicos para la
misma, incluyendo de manera tácita en éstos los sistemas de reconocimiento de huella,
o la utilización de claves (private keys). Esta ley, en su artículo 17, permite la utilización
de mensajes de datos en lugar de los documentos de transporte requeridos por ley,
como bien propuso en el apartado de los Incoterms de su estudio. Con todo ello,
concluyó que, en la compraventa internacional, los Incoterms, a la hora de actualizarse,
han de tener en cuenta las nuevas tecnologías existentes. Por otra parte, consideró
que la Ley Modelo es aplicable sin ninguna duda a esta tecnología, puntualizando que
en ocasiones debería mencionar de manera expresa la posibilidad de su utilización
para no generar dudas.

El estudio precedente analizó la figura del Smart Contract, teniendo relevancia


práctica en los acuerdos realizados; donde el pago es en criptoactivos. El autor estudió
el uso de esta nueva figura contractual y su eficacia en el cumplimiento de las
obligaciones que derivan de aquella novedosa fuente contractual, guardando relación,
en consecuencia, con las preguntas de nuestra investigación, dando a conocer la forma
y la figura empleada; denominada (contrato inteligente), en el que podrá incluirse en
nuestro marco teórico, por ser una fuente viable para el nacimiento de obligaciones
mercantiles a través del pago en criptoactivos.

El segundo estudio a nivel internacional fue el de (Vergara Solís, 2017). Retos


para las autoridades reguladoras y de control frente a la utilización del bitcoin como
medio de pago electrónico.

Dicha investigación persiguió el objetivo fundamental de realizar un análisis


crítico de las monedas virtuales desde una perspectiva jurídica y regulatoria, se tomó
como referencia al Bitcoin, al día en que se concluyó esa investigación, alcanzó los 14
millardos de dólares y su precio sigue aumentando, todo lo cual la convierte en la
criptodivisa más popular y, por lo tanto, el paradigma o modelo obligado de estudio.
Una de las primeras conclusiones pertinentes del estudio para nuestra
investigación fue que en ninguno de los países consultados se encontró normativa o
decisiones judiciales que abonen a definir qué tipo de activo son las criptomonedas; los
muy escasos y hasta ahora poco fructíferos intentos regulatorios, han estado
orientados o bien a determinar qué cosa no es una moneda virtual o a equiparar su
tratamiento al de otros activos (instrumentos financieros, divisas, permuta,
commodities, etc.). Por lo que concluye que es de suma importancia definir la
naturaleza jurídica de las monedas virtuales. La definición del tipo de activo es
necesaria para que los usuarios sepan y comprendan las reglas que se aplican a las
operaciones que realizan con la moneda virtual.

Con respecto al tema de las acciones legales de las partes intervinientes en el


uso de los criptoactivos como medio de pago, el autor concluye que: Uno de los
derechos que generalmente se les reconoce a los adquirentes de bienes que tienen
defectos o vicios ocultos, es el reembolso del dinero o la reducción de su precio. Ya
que los pagos con monedas virtuales son irredimibles, es complicado cumplir con esta
garantía. La devolución de los bitcoins depende, por ende, en gran medida de la buena
voluntad del proveedor del bien o servicio defectuoso.

Adicionalmente, debe considerarse que como los bitcoins no están reconocidos


en ninguna legislación del mundo como dinero, no existe una garantía legal de
devolución de su valor nominal, Otro forma de proteger a los consumidores de esta
tecnología, es regulando la actividad de intercambio realizada por los exchanges o
casas de cambio a efectos de que adecuen sus procedimientos a las normas relativas
a la lucha contra el blanqueo de capitales y financiamiento del terrorismo, por lo tanto,
concluye que es necesario definir los mecanismos de regulación preventiva y
supervisión de las actividades empresariales con monedas virtuales, de modo que no
hayan vacíos legales que conviertan al bitcoin y monedas análogas, en el vehículo
idóneo para procurar la impunidad.

El tercer estudio internacional fue de (Zocaro, 2018) El marco regulatorio de las


criptomonedas en Argentina
la investigación describió el marco normativo de las operaciones con
criptomonedas en la Argentina, analizando todos los aspectos que aún se encuentran
sin regular y tratando de indagar en posibles soluciones en este sentido, teniendo
relación con nuestro primer objetivo específico, el investigador usó, entre otras
herramientas, de una breve comparativa con el encuadre jurídico-tributario en otros
países. El autor concluyó que la carencia de un correcto y completo marco normativo
de toda actividad vinculada con criptomonedas (desde la compraventa hasta su
tenencia y minería), representa un inconveniente para el estado y los organismos de
control, alega también que deberían tenerse en cuenta los potenciales efectos
negativos que podría ocasionar una alta presión jurídica sobre una actividad con
características altamente elusivas.

Asimismo, concluyó que hasta el momento de su investigación; no han existido


regulaciones impositivas claras que permitan una correcta forma de reglamentar los
actos jurídicos involucrados en la operatoria con criptomonedas, también podría
evaluarse la posibilidad de que, una vez que se cuente con un completo marco
normativo de la actividad, se establezca un régimen de tenencia de criptoactivos en
cabeza de los ciudadanos, lo que favorecería a la transparencia del mercado y a futuro
ayudaría al control y fiscalidad de la actividad.

A nivel nacional tenemos los siguientes estudios:

(León, Navarro , Sideregts, & Viloria, 2019) Análisis de la criptomoneda como aporte
del socio en la constitución de una sociedad anónima venezolana, investigación
realizada bajo la supervisión de la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín.

La investigación tuvo como objetivo analizar la criptomoneda como aporte del


socio en la constitución de una sociedad anónima venezolana, la cual se sustentó en la
normativa vigente de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999),
Decreto 3196 sobre creación del PETRO y la Superintendencia de los Criptoactivos y
actividades conexas Venezolana (2018), Código de Comercio (1932), entre otras y en
la doctrina de autores como: Núñez (1976), Morse (2017), entre otros. El tipo de
investigación fue documental. La población de estudio estuvo conformada por leyes y
doctrinas referentes a la materia.

La técnica de observación que se utilizó para esta investigación fue de carácter


documental, debido a que se efectuó una revisión y análisis de fuentes documentales y
bibliográficas. El instrumento consistió en una guía de observación documental. La
validez del contenido fue realizada por el Comité Académico de la Facultad de Ciencias
Políticas y Jurídicas de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín. Como
resultado se obtuvo que las Criptomonedas como forma de pago continúan
adentrándose con gran impacto económico el mundo comercial. No obstante, en lo
referente al aporte del socio dentro de una compañía anónima en Venezuela, no existe
regulación especial que determine el régimen aplicable o su procedencia ya que solo
se reconoce su uso en las disposiciones referentes al código civil venezolano.

Considerando que el aporte societario es una obligación mercantil, se pueden


subsumir los aportes investigativos del estudio y es viable de ser un antecedente. Los
resultados de dicha investigación que nos atañe, fueron en primer lugar que el Petro,
como medio de pago no está funcionando bajo los mismos parámetros que los demás
criptoactivos mundialmente, alegando que en Venezuela el funcionamiento de los
criptoactivos surgió con la creación del (Petro), sin embargo, existen un contraste con
los demás criptoactivos en el mundo, ya que estos se crearon con la intención de
constituir un medio de pago descentralizado, pudiendo usarse como dinero digital que
no está regulado por ningún tipo de gobierno, a través de la tecnología denominada
Blockchain, que genera para cada usuario una llave pública y una llave privada, para
que combinándolas, el usuario firme digitalmente sus transacciones.

Por otra parte, con respecto al marco legislativo aplicable, tuvieron como
resultado que el origen del reconocimiento legal viene dado desde la creación del
primer decreto que constituyó el Petro como criptomoneda, a través del cual inició su
aceptación comercial, sin embargo, a nivel global los criptoactivos no han sido
considerados como sistema seguro o predilecto, más sigue posicionándose de forma
rápida y concretamente en Venezuela el uso del Petro no se ha consolidado más allá
de los decretos y anuncios gubernamentales sobre su valor, sin embargo, su uso no es
frecuente ni recurrente en comercios comunes.

En el mismo orden de ideas, con relación a la procedencia del uso de


criptoactivos como forma de extinción de una obligación mercantil, sus resultados
fueron que la procedencia del uso de criptomoneda como forma de extinción de una
obligación mercantil, se obtuvo que la criptomoneda para ser admitida como medio de
pago, debe ser primeramente aceptada por la otra parte , lo cual no es aún común o
viable en Venezuela. Ahora bien, en el caso de la extinción de las obligaciones
mercantiles, debe entonces extinguirse a través de facturas, que ya las facturas
aceptadas es un medio de extinción y prueba del mismo, esto desde el reconocimiento
nacional del Petro como criptomoneda.

En lo que atañe al alcance de la criptomoneda como forma de pago en las


sociedades anónimas en Venezuela, depende del reconocimiento que se le dé, siendo
Venezuela, un país que las reconoce y admite desde la configuración del Petro, pero
que, a su vez bajo este criterio, no configura per se, las características de una
criptomoneda al no ser descentralizada, no obstante da alcance nacional e
internacional, para los países que reconocen tales monedas y configura un medio de
pago.
La segunda investigación nacional fue la de (Hernández Jaimes , 2019) El
criptoactivo venezolano Petro y su valoración como criptomoneda e instrumento
financiero, supervisado por la Universidad Valle del Momboy.

El objetivo del estudio fue analizar la funcionalidad, vigencia y repercusión del


criptoactivo Petro en el actual contexto venezolano y su proyección en el mundo
financiero, buscando evaluar si este criptoactivo venezolano representa a un
instrumento mercantil. El tipo de investigación fue documental, explicativo, ya que se
llevó a cabo una revisión sistemática, rigurosa y profunda de las fuentes documentales
existentes, impresas o digitales, con énfasis en las notas de prensa, opiniones y
análisis que especialistas en la materia han publicado al respecto. Concluyendo que el
Petro no representa un activo digital fuerte en la consumación de captación de
capitales como títulos de crédito, menos aún como herramienta de intercambio
comercial debido a su realidad técnica, financiera y jurídica.

Con respecto al estudio del marco legislativo aplicable a los criptoactivos


concluyó que son escasas las experiencias que evidencien la existencia de un cuerpo
legal que norme su creación, distribución y uso, básicamente los legisladores se han
comportado indiferentes frente a este tema, en el mejor de los casos algunos gobiernos
en forma tácita las aprueban y legalizan, otros las aceptan con ciertas restricciones, o
sencillamente las prohíben buscando proteger sus propias operaciones financieras y a
sus usuarios.

Entre las razones que expusieron para vetarla, se encuentran varias


explicaciones:
a) Su carácter de descentralización que la convierte en huérfana de entidad
financiera alguna, encontrándose sin respaldo, vigilancia y control por parte del Estado.
b) Su privacidad que alienta el anonimato de sus transacciones y la evasión de
impuestos y delitos informáticos.
c) Su capacidad para la recaudación ilegal de fondos que posibilita el blanqueo
de capitales.
d) Su volatilidad que genera incertidumbre por su eminente nivel de
especulación.
e) El alto consumo de recursos, que demanda un elevadísimo gasto de
electricidad.
f) Finalmente, su naturaleza competitiva frente al dinero fiduciario, o digital que
algunos sistemas financieros nacionales procuran implementar.

Por ende, diversos gobiernos han promulgado instrumentos legales para


controlar la circulación de criptomonedas no emitidas o reguladas por Estados,
tipificándolas de monedas ilícitas, prohibiendo su uso como método de pago y su
compra y venta como mercancía a través de entidades financieras oficiales, incluso
suspenden la importación de equipos de criptominería y de sus actividades conexas,
penalizando cualquier acción vinculante a las monedas virtuales, tal es el caso de
Bolivia, Ecuador, Brasil, Perú, China, Islandia, Rusia, Tailandia, Bangladesh, India o
Vietnam, por citar algunos. Bolivia por ejemplo, es el primer país latinoamericano en
expresar su rechazo al uso del Bitcoin, prohibiéndola legalmente en el 2014 y
estableciendo que cualquier transacción efectuada con criptomonedas será
considerada como ilegal

En otro orden de ideas, el investigador concluye que el criptoactivo Petro no


representa, ni representará un activo digital fuerte en la consumación de captación de
capitales nacionales y extranjeros como títulos de valor de crédito, menos aún, como
herramienta de intercambio comercial que logre instalarse como respaldo financiero de
la economía de la nación. Básicamente, el estado venezolano se ha orientado en la
dirección equivocada, propiciando un entorno desafiante y poco favorable que ha
limitado sus posibilidades.

El tercer estudio a nivel nacional fue el de (Cruz & Ramirez, 2019) El Dash
como medio electrónico de pago. Aspectos contractuales internos e internacionales.

La investigación estudió el uso de la criptomoneda Dash y planteó una serie de


reflexiones en cuanto a la naturaleza jurídica de dicha criptomoneda como medio
electrónico de pago, a las partes intervinientes en el proceso de pago y a la
internacionalidad de tales relaciones jurídicas, con las consecuentes interrogantes
referentes al derecho aplicable y a la jurisdicción correspondiente a las mismas.

Ahora bien, con respecto a la legislación aplicable, con la finalidad de estudiar


las relaciones jurídicas surgidas en torno al uso del Dash como medio electrónico de
pago, en primer lugar, fue necesario hacer una referencia a la base normativa que
permite la aceptación de las criptomonedas como medios de pago. En Venezuela, a
través de un estudio de la normativa vigente en materia de petro, se apreció la
admisibilidad de la existencia y potencial utilización de otras criptomonedas como
medios de almacenamiento de valor y pago de obligaciones pecuniarias.

Asimismo, de criterios atributivos de jurisdicción estudiados con respecto al


Código de Bustamante y a la Ley de Derecho Internacional Privado concluyeron que,
en caso de existir una relación no paritaria, los consumidores siempre conservarán la
opción de acudir a presentar su acción ante los Tribunales venezolanos. Por su parte,
la conclusión destacada en materia de derecho aplicable pone de relieve que, a pesar
de que la primacía de la autonomía de la voluntad de las partes es regla en la
generalidad de los casos, en el caso particular del Dash, ante la inexistencia de un
contrato celebrado entre Dash y las partes involucradas, toman relevancia los
diferentes tipos de elementos de conexión con los ordenamientos jurídicos a ser
tomados en cuenta para la determinación del derecho aplicable. Por supuesto que cada
caso variará dependiendo de la existencia de relaciones jurídicas paritarias o no
paritarias.

Bases Teóricas
Criptoactivos

En primer lugar, debe establecerse una aproximación conceptual sobre el


término clave de la investigación, como lo es el criptoactivo, puesto que debe
delimitarse su significado y naturaleza, para poder adoptarse como nueva forma de
pago en las transacciones societarias ( Arango, Barrera, Bernal, & Boada, 2020)
sostiene una definición:

Un criptoactivo es un medio digital de intercambio que utiliza


criptografía fuerte para asegurar las transacciones financieras,
controlar la creación de unidades adicionales y verificar la transferencia
de activos. Estas unidades digitales son susceptibles de ser usadas
como medio de pago en el intercambio de bienes y servicios, como
depósito de valor y como unidad de cuenta. Usualmente están
denominadas en su propia unidad de cuenta y son guardadas,
negociadas y transferidas electrónicamente. (p.10).
De acuerdo con el planteamiento anterior, los criptoactivos pueden ser
considerados medios de pago, en su rasgo único de un tipo de activo digital particular,
que cuenta con una tecnología de cadena de bloques, en la que una sociedad
mercantil, como Traki S.A. puede beneficiarse y optimizar sus transacciones, así como
brindar más efectividad y rentabilidad. Por otra parte (Ludeña, 2019) tiene una
aproximación conceptual diferente:

Un criptoactivo es un tipo de activo virtual, el cual tiene su origen


en la criptografía. Los diferentes criptoactivos poseen un determinado
valor de mercado, el cual nos permite, en caso de poseerlos, generar
ingresos al venderlos o al intercambiarlos por bienes o servicios. (p.12).

Puede observarse que dichos activos tienen un valor intrínseco, similar al dinero,
con la diferencia que la criptomoneda no fue emanada de un Estado soberano, por lo
que no entrarían en dicha la clasificación, sino en una denominación de activo no
financiero. Sobre este particular (Gaitán, 2019) comenta:

En términos conceptuales, como cualquier activo no financiero,


puede ser un medio de pago el cual se podría asimilar a una permuta,
siempre que sea aceptado por las partes que intervienen en la
transacción, por lo que podría usarse para obtener bienes y servicios,
que sirva como unidad de cuenta para un grupo de agentes, y que
logre “guardar” valor para su propietario. Para cumplir estos propósitos,
dicho activo debe ser fungible, divisible, durable, fácil de verificar, difícil
de falsificar, portable y fácil de transferir, y con un valor relativamente
estable frente a los bienes y servicios de la economía. (p.35).

En este orden de ideas, según la exposición previa, los criptoactivos serían


denominados activos no financieros, susceptibles de ser una forma de pago, con la
condición previa de ser aceptado por las sociedades mercantiles partes del contrato.
Así en esos términos, dicho activo sería emanado exclusivamente de la red, sin
intermediación de instituciones financieras, según el Servicio de Estudios Económicos
del Banco Bilbao Vizcaya Argentina-BBVA (2013:1), define la criptomoneda de la
siguiente manera: “Bitcoin es una moneda digital con la que se comercia de persona a
persona en Internet, no está respaldada por ningún gobierno, compañía privada o
materia prima”.
Para el sitio web Bitcoin (2018), el bitcoin es una criptomoneda que se basa en
la idea de que el dinero es un objeto, o cualquier tipo de registro, aceptado como forma
de pago de bienes y servicios, el pago de las deudas en un determinado país o un
contexto socio-económico” que busca no depender de banca central ni autoridades.

Dichos criptoactivos funcionan bajo la denominada Blockchain,


base de datos distribuida y conformada por cadenas en bloques, la cual
está diseñada para evitar su modificación, después de realizar la
publicación de un dato usando un sellado de tiempo confiable, el cual
es enlazado a uno de los bloques de la cadena. (Vergara Solís, 2017,
p.19).

“la combinación entre criptografía y moneda. Con el uso de las criptografías,


usamos la matemática avanzada para proporcionar mayor seguridad a nuestros
fondos, asegurándonos de que nadie más a excepción de nosotros mismos pueda
gastar nuestras criptomonedas” (Binance Academy, 2022, p.12) Así mismo, (Barroilhet,
2019) asevera: “Las criptomonedas son archivos, bits con datos, como los populares
PDF o MP3, que buscan cumplir todas las funciones que se le asignan al dinero
tradicional, pero usando internet como medio de transmisión.”(p.10).

( Philipp & Paech, 2016) definen los criptoactivos de la siguiente manera:

Cualquier activo financiero o tangible que sea representado


mediante un proceso de codificación en una base de datos
descentralizada, comúnmente conocida como tecnología de registro
distributivo o Distribute Ledger Technology (DLT)₁. Estos activos,
pueden conllevar una variedad de derechos y de ello dependerá su
clasificación. (p.30).

(Zetche & Dirk , 2020) sostienen una definición jurídica y económica clave:

Las criptomonedas no gozan de los atributos propios del dinero,


esto es, ser aceptado de manera general como un medio de pago,
servir como depósito de valor, fungir como unidad de cuenta y tener
poder liberatorio de obligaciones. Por esta razón, el banco central
colombiano no les ha otorgado la calificación de dinero o divisa, y en
consecuencia, los ha denominado genéricamente como criptoactivos.
(p.23).
De acuerdo al argumento anterior, los criptoactivos encajarían en una
clasificación nueva, carente de regulación jurídica, ya que la tecnología que está detrás
no ha sido analizada lo suficiente por parte de los legisladores mundiales, dicha
tecnología podría explicarse de la siguiente manera: “La blockchain o cadena de
bloques es un sistema de distribución de información que permite a todos los miembros
de red Bitcoin mantener un registro público e inmutable de las transacciones que se
realizan con la moneda virtual” (Gaitán, 2019, p.39).

(León, Navarro , Sideregts, & Viloria, 2019) concluyen de acuerdo al análisis de los
conceptos sobre el criptoactivo y su relación jurídica:

De los planteamientos doctrinarios, los investigadores infieren


que la criptomoneda es una tecnología que poco a poco se ha hecho
un lugar en el panorama mundial gracias a las ventajas que ofrece
frente a los sistemas financieros tradicionales. No obstante, con el
objetivo de adelantarse al mercado comercial es preciso analizar si la
misma puede utilizarse como mecanismo de aumento de capital de una
sociedad anónima así como sus fundamentos legales pero de
momento los resultados no han sido satisfactorios. (p.88).
En este sentido se comprende que la regulación legal sobre esta forma de pago
es incipiente, por lo que conllevaría a un vacío legal, que requiere la atención de los
legisladores, puesto que dicha forma de pago está siendo utilizada al margen de las
leyes, en consecuencia, las partes estarían desprotegidas.

Breve Reseña Histórica de los criptoactivos como forma de pago.

El primer registro de este concepto data de 1998 por Wei Dai en


la lista de correo electrónico "cypherpunks", donde propuso la idea de
un nuevo tipo de dinero que utilizara la criptografía para controlar su
creación y las transacciones, en lugar de que lo hiciera una autoridad
centralizada. (El Economista, 2017)
Wei Dai Argumentó que "una comunidad se define por la cooperación entre sus
miembros, y una cooperación eficiente implica un entorno de intercambio (moneda) y
un sistema de garantía de contratos”. (El Economista, 2017) Él propuso dos protocolos:

Uno similar al promovido por Bitcoin, que implicó la existencia


de una red indetectable, donde los pagadores y los beneficiarios de las
cantidades identificadas por un seudónimo digital, y los mensajes eran
cifrada” La teoría de Carl Menger (1994) viene en apoyo de las teorías
de Wei Dai y Satoshi Nakamoto (Wei, 2017,p.2).

(Smith, 2021) "a medida que avanza la cultura económica, uno o más objetos
abandonan la esfera de los bienes restantes (como medio de intercambio) y se
convierten en una moneda.” (p.46). (Mahmood, 2021) “El dinero no es una invención de
un Estado y no producto de actos legislativos. Ni las sanciones de las autoridades
políticas son necesarios para la existencia de dinero. Nadie los inventó.” ( Samuel,
2019) “Esta iniciativa de desarrollo tecnológico de los medios de pago estaría acorde
con la evolución tecnológica, la globalización y la necesaria rapidez de las
transacciones en nuestros días, y sería una evolución lógica del concepto de dinero.”
(p.14).

(Chaum, 1998) ofrece una investigación histórica pertinente al respecto:

En 1983, el criptógrafo estadounidense David Chaum concibió


un sistema criptográfico monetario electrónico llamado eCash. Más
tarde, en 1995, implementó DigiCash, que utilizaba la criptografía para
volver anónimas las transacciones de dinero, aunque con una emisión
y liquidación (pago) centralizado. Este sistema requería un software
para retirar dinero de un banco y designar claves cifradas específicas
antes de que puedan enviarse a un destinatario. Esto permitió que la
moneda digital no fuera rastreable por el banco emisor, el gobierno o
cualquier tercero. (p.20).

Puede inferirse que el propósito principal en la creación de dicha tecnología, fue


la de crear medios de pago más rápidos, seguros y libres de tasas, como una forma de
descentralizar las transacciones financieras, y emanciparse del monopolio bancario y
gubernamental.
“En 1996, la NSA, publicó una investigación titulada: How to make a Mint: the
Cryptography of Anonymous Electronic Cash. Esta investigación describía un sistema
de criptodivisa, publicada en una lista de correo del MIT.” (Law, Sabett, & Solinas ,
1996) Más tarde, en 1997 fue publicada en The American Law Review (Vol. 46). Estos
dos acontecimientos fueron un punto clave en el desarrollo de la creación de lo que
conocemos hoy como criptoactivos.

(Recoaro, 2021) en su investigación histórica y periodística afirma:

La primera criptomoneda que se creó fue Bitcoin, creada en


2009, por el desarrollador de pseudónimo Satoshi Nakamoto, el cual
usa el conjunto de funciones criptográficas SHA-2 (exactamente el
SHA-256) como su esquema PoW (prueba de trabajo). Posteriormente,
han aparecido otras criptomonedas, como Namecoin (un intento de
descentralizar el sistema de nombres de dominio DNS, lo que haría
muy difícil la censura de internet), Muchas otras criptomonedas han
sido creadas, aunque no todas han sido exitosas, en especial aquellas
que no han aportado ninguna innovación.(p.03).

“Desde su creación, las criptomonedas han ido ganando paulatinamente la


atención del público general y de los medios de comunicación. Desde 2011, el interés
ha aumentado rápidamente, en especial, durante el ascenso vertiginoso de Bitcoin, en
abril de 2013.” (Surowiecki, 2015,p.12).

(UK News, 2014) en un reporte investigativo sostuvo:

El 6 de agosto de 2014, Reino Unido anunció el lanzamiento de


una iniciativa para el estudio de las criptomonedas. En este estudio
debería figurar qué rol podría jugar este tipo de monedas en la
economía de Reino Unido, así como el análisis para determinar qué
regulaciones deberían ser consideradas.

(MercoPress, 2021) “En junio de 2021, El Salvador se convirtió en el primer país en


aceptar Bitcoin como licitación legal.” (p.13).

(MacKenzie, 2021) “En agosto de 2021, Cuba siguió a la resolución 215 para
aceptar Bitcoin como licitación legal, que evitará las sanciones de EE.UU.” (p.10).
En relación a los postulados anteriores, dichos hitos han sido los más
importantes desde el comienzo de la tecnología Blockchain, hasta la actualidad, siendo
importante para la investigación, conocer los cimientos históricos y entender el fin
primigenio de dicha forma de pago, por lo que puede concluirse que los criptoactivos
nacieron para optimizar y revolucionar las formas de pago en las sociedades
mercantiles en sentido general, y en la sociedad mercantil Traki S.A. en sentido
específico. Por lo que algunos Estados lo han visto como una amenaza, y han
adoptado medidas restrictivas:

El 21 de septiembre de 2021, China prohibió todo uso,


transacción, minado o negociación de las criptomonedas, con la
intención de evitar fugas de capital. Se convirtió así en el primer país
en condenar este mercado digital. A nivel bursátil, el Bitcoin y otras
criptomonedas cayeron en bolsa considerablemente tras la decisión de
Xi Jinping (Cano M. , 2021,p.03).

A modo de conlusión, un reporte especial llegó a la siguiente deducción:

Todo ello nos lleva a decir que las criptomonedas no son dinero,
no son divisa, son de momento un activo financiero negociado en
mercados no organizados. Es decir, que no está respaldado por un
regulador, no existen depósitos de garantía, no tiene una cámara de
compensación, ni de liquidación (El Economista, 2017,p.07).

Características de los Criptoactivos en su modalidad de pago.

Existen ciertos rasgos que identifican una transacción en Criptoactivos, que


pretende mejorar la forma de realizar las transacciones por parte de las sociedades
mercantiles, (García A. , 2018) explica las características de dicha forma de pago:

En los sistemas de criptomonedas, se garantiza la seguridad,


integridad y equilibrio de sus estados de cuentas (contabilidad) por
medio de una red estructurada de agentes (transferencia de archivo
segmentada o transferencia de archivo multifuente) que se verifican
(desconfían) mutuamente llamados mineros, que son, en su mayoría,
público en general y protegen activamente la red (el entramado) al
mantener una alta tasa de procesamiento de algoritmos, con la
finalidad de tener la oportunidad de recibir una pequeña propina, que
se reparte de manera aleatoria.(p.13).
Como puede observarse, el pago de criptoactivos está asegurada por una
compleja red de criptografía, segmentación, y verificación de pago, por parte de
personas objetivas que se encargan de proteger la cadena de bloques, en
consecuencia, se convierte en una forma de pago altamente segura y efectiva, en
comparación con los demás métodos de pago. (Morgan, 2019) defiende este sistema,
explicando su sistema de seguridad:

Romper la seguridad existente en una criptomoneda es


matemáticamente posible, pero el costo para lograrlo sería
inasumiblemente alto. Por ejemplo, un atacante que intentase quebrar
el sistema de prueba de trabajo de Bitcoin necesitaría una potencia
computacional mayor que el de todo el entramado (red-enjambre) de
todos los mineros del sistema, y, aun así, solo tendría una probabilidad
de éxito del 50% (n.º de ronda de autenticación), en otras palabras,
romper la seguridad de Bitcoin exigiría una capacidad superior a la de
empresas tecnológicas del tamaño de Google. (p.13).

En función de lo planteado, destruir la seguridad de la base o sistema que


protege una transacción en criptomonedas sería casi imposible, siendo ésta la razón
por la que las empresas globalmente están usando dicha forma de pago, ya que les
genera más rentabilidad y seguridad, sin embargo, en términos de seguridad jurídica, el
tema está poco claro. No obstante, la tecnología sigue su camino a pasos agigantados,
dejando atrás el progreso legal, así se plantea: “Está previsto que en el futuro la
computación cuántica pueda llegar a ser una realidad, lo que rompería el equilibrio en
caso de que los desarrolladores no pudieran implementar a tiempo el sistema para usar
algoritmos poscuánticos.” (Bitcoin Organization, 2020,p.65). En consecuencia, se
requiere con urgencia un desarrollo jurídico armónico, que pueda regular dichos
avances tecnológicos, para que su uso sea justo, equitativo y conforme a los derechos
humanos.

Por otra parte, (Chaum, 1998) explica el impacto que tendrá la tecnología sobre
la forma que conocemos de hacer contratos y negocios:

Las criptomonedas hacen posible el llamado internet del valor,


también conocido por las siglas IoV (del inglés Internet of Value),
también llamado Internet del dinero: son aplicaciones de Internet que
permiten el intercambio de valor en forma de criptomonedas. Este valor
puede ser en forma de contratos, propiedad intelectual, acciones o
cualquier propiedad de algo con valor. Las cosas de valor ya se podían
intercambiar antes usando sistemas de pago como Paypal. (p.22).

El internet de valor, está transformando las formas de liberación de obligaciones


mercantiles, requiriendo un marco regulatorio acorde con dichos avances, sobre todo
en el ámbito procesal y probatorio, siendo dichos puntos clave en la protección de las
partes contratantes, así como en los objetivos específicos de la presente investigación,
(Law, Sabett, & Solinas , 1996), explican las diferencias entre pagar digitalmente, ya
regulado por la mayoría de las legislaciones mundiales, a pagar con criptoactivos:

Sin embargo, la diferencia entre pagar con algo como Paypal y


pagar con una criptomoneda consiste en que pagar con Paypal
requiere que el pago se haga a través de redes privadas como las de
las tarjetas de crédito y bancos, mientras que el pago usando
criptomonedas no tiene intermediarios. Va directamente del comprador
al vendedor. De esta forma, se tiene un sistema de transferencia
universal de valor, libre de intermediaciones. (p.11).

Según (MacKenzie, 2021) Este sistema:

 Reduce el coste de la transacción, ya que no hay intermediación.


 Reduce los tiempos. Aunque los pagos por Internet son rápidos, las
liquidaciones entre las partes llevan su tiempo y el vendedor recibe el
importe días después del pago. Con las criptomonedas, la demora es
del orden de minutos.
 Elimina la necesidad de usar agentes financieros para realizar
transacciones. (p.44).

(Moreno, 2021) “Además entre ellos, se destacan varios intercambios avanzados


que nos permiten registrarnos, colocar la información y comenzar a realizar
transacciones. Esto beneficia altamente a los usuarios que negocian con
criptomonedas.”(p.02).

(Dominique, 1997), explica las principales características de las criptomonedas:


 Emplean técnicas de cifrado o codificación (criptografía) que otorgan
tranquilidad a las partes involucradas durante la transferencia de
activos, dado que evitan la falsificación o duplicación de la moneda
digital.
 Son intercambiables al igual que las monedas tradicionales, ya que
se pueden cambiar por otras divisas.
 No necesitan intermediación alguna por parte de una entidad
bancaria o un tercero, el contacto es de persona a persona, por lo
que se evitan los costos que cobran las entidades financieras.
 Sus operaciones no requieren la declaración de identidad de ninguna
de las partes intervinientes.
 Las liquidaciones de su compraventa se resuelven en cuestión de
minutos. Si bien los pagos por internet en general son rápidos,
algunas transacciones online tradicionales pueden requerir un poco
más de tiempo. (p.66).

Clases de Criptoactivos en su forma de pago.

En Venezuela se usan diversos tipos de criptomonedas, siendo Binance la


plataforma principal, el Bitcoin, BNB, USDT, entre otros, son las más usadas por las
empresas para realizar sus contrataciones, (Ludeña, 2019) distingue:

Podemos diferenciar entre dos grandes grupos de criptoactivos:

Tokens: Están creados con el objetivo de intercambiarlos por


bienes y servicios. Una gran parte de las criptomonedas están dentro
de la categoría de tokens. Es el caso de BAT, su nombre proviene de
las siglas Basic Attention Token.

Criptomoneda: Una criptomoneda es una moneda digital que no


pertenece a ningún banco central. La minería de este tipo de divisas se
realiza a través de la verificación de transferencias de fondos y su
finalidad es realizar pagos en determinadas plataformas como si de
cualquier otra divisa se tratase. (p.13).

(Becker, 2018) hace una categorización más completa:

Criptomonedas: están pensadas como monedas de intercambio,


para enviar y recibir valor, para suplantar de alguna manera al dinero
tradicional que conocemos. Algunos ejemplos son: Bitcoin, Litecoin,
Dash y Bcash, entre otras.

Criptomonedas privadas: son similares al tipo anterior, pero


están enfocadas en resguardar la privacidad, en mantener el
anonimato. Por ejemplo: Zcash, Monero, PIVX y Navcoin.
Social: están pensadas como medios de remuneración en redes
sociales, de hecho su plataforma funciona como una red social basada
en Blockchain. Por ejemplo: Steem, Status y ReddCoin.

Desarrollo: son criptoactivos enfocados en ser aplicaciones que


funcionan sobre la base de redes blockchain. Por ejemplo: Ethereum,
Icon, EOS, Qtum, NEM, entre otros.

Almacenamiento: hay criptoactivos o tokens enfocados en


funcionar como formas de almacenamiento basado en Blockchain. Por
ejemplo: SIA, Filecoin y Storj.

Internet of Things: están pensadas para facilitar transacciones


de intercambio entre dispositivos que funcionan con tecnología IoT. Por
ejemplo: IOTA e IOT Chain.

ICO del inglés Initial Coin Offering (oferta inicial de dinero), es un


modelo de recaudación de dinero, en el que un grupo de personas que
inician un proyecto, buscan financiamiento mediante la generación y
venta de una criptomoneda particular. Cualquier persona alrededor del
mundo puede crear y/o participar en ICOs.

ITOs del inglés Initial Token Offering, es un modelo de


recaudación igual al anterior, pero en lugar de enfocarlo en la creación
de criptomonedas, se basa en tokens que no están pensados para su
uso como dinero.

DAICO, es un modelo de inversión creado por Vitalik Buterin, en


el que un grupo de accionistas que adquieren tokens o criptomonedas
para financiar a un grupo de proyecto, tienen derecho a voto y
participación en la toma de decisiones sobre la operación del mismo.
(p.02-06).

Según la página de economía (2018), “señala que cada vez son más los
nombres de las criptomonedas que se van creando. Aunque el bitcoin sea la más
famosa, existen muchas en el mercado de las divisas digitales.” las cuales son:

Bitcoin fue la primera moneda virtual y a través de la cual han


surgido muchas más que han acabado formando el mercado de las
criptodivisas. Es, sin duda, la moneda más conocida y ya la utilizan
muchas personas en el mundo para realizar sus operaciones
económicas. Además, ya son muchas las empresas que permiten el
pago de sus productos con esta moneda digital. (Bitcoin Organization,
2020).
Ethereum: Está considerada como la gran alternativa al Bitcoin
en el mercado de las monedas virtuales y muchos expertos ya
consideran que puede llegar a superarla en valor. (Ethereum, 2022)

Litecoin: Está considerado como el hermano pequeño del


Bitcoin, o como algunos expertos comparan "si el Bitcoin fuera el oro, el
Litecoin sería la plata". Esto se debe a que tiene un funcionamiento
igual que el Bitcoin, pero posee un límite de monedas mucho más alto,
situado en los millones de Litecoins. El Litecoin es una moneda más
utilizada por las personas que tienen menos experiencia en el mundo
de las criptomonedas, debido a que su funcionamiento es más sencillo.
(Litecoin Organization, 2022).

Ripple: Está considerada la moneda de los bancos. Aunque


muchos piensen que las criptomonedas están creadas para
desbancarlos, parece que este dinero virtual también puede tener
grandes ventajas para las entidades bancarias. Esto se debe a que
gracias a esta moneda, los bancos se saltan los controles fronterizos
existentes y, además, pueden realizar sus operaciones sin ningún tipo
de comisión nacional. De esta forma, les resulta más barato y
aumentan la velocidad de transacciones, ya que se realizan casi de
forma instantánea. (Ripple, 2022)

Dogecoin: Es una moneda virtual que se ha postulado en varias


ocasiones como la criptomoneda que mayor número de transacciones
registra cada día. Esto no significa que sea la que más dinero mueva,
ya que su cotización es muy baja. (Dogecoin , 2022)

Dash: Es una criptomoneda renombrada que antes se le


conocía como Darkcoin. Una de las cualidades por las que se hizo
famosa esta moneda virtual, fue la introducción del anonimato en las
transacciones realizadas por los usuarios. (Dash, 2022)

Monero: A diferencia de otras criptomonedas, Monero se


caracteriza por utilizar el protocolo CryptoNote y ofrece algunas
mejores frente a la popular moneda, llamada Bitcoin. Este protocolo
permite el uso de la GPU y de la CPU del ordenador para minar
monedas, cosa que es imposible de conseguir con el Bitcoin. (Monero,
2022)

Petro: Aunque las monedas nacen como sistemas


descentralizados para escapar del control del gobierno y
organizaciones económicas internacionales, empiezan a surgir las
primeras gubernamentales. Este es el caso del Petro, la primera
criptomoneda lanzada por el Gobierno de Venezuela. Esta
criptomoneda se apoya en el petróleo para determinar su precio y se
utiliza a modo de financiación para el desarrollo del país. Por si fuera
poco, también se creará el Petro Oro, en este caso, una criptomoneda
apoyada en el valor del oro. (Petro, 2022).

Es decir que dependiendo de las criptomonedas a las que se haga referencia, se


estará hablando de bitcoins con un valor más alto o más bajo, la sociedad mercantil
Traki S.A. ha usado varias de las mencionadas criptomonedas en sus transacciones
financieras, pero que entre todas mueven una gran capitalización de millones de
dólares en todo el mundo. Por ello, es necesario conocerlas cuánto antes los diferentes
tipos de criptomonedas como las que se acabaron de mencionar.

Naturaleza Jurídica de los Criptoactivos como elemento esencial para la


extinción de obligaciones mercantiles.

El primer requisito para ubicar legalmente un acto jurídico, o un fenómeno, es


determinar su naturaleza, con el fin de delimitarlo y aplicar la regulación pertinente, en
este caso, el tema de la tecnología blockchain ha dado origen a un debate, (Vergara
Solís, 2017) justifica la importancia de encontrar la naturaleza jurídica de los
criptoactivos:

Definir qué tipo de activo son las monedas virtuales no es un


mero capricho académico, sino una necesidad que, por el momento,
debido a la marginalidad de uso en el comercio, no se sienta urgente;
sin embargo, la falta de regulación de un mercado emergente va en
detrimento con la seguridad jurídica, frente a posibles conflictos que se
ocasionen en la práctica. (p.33).

Resulta claro, que la falta de determinación en la naturaleza jurídica, conlleva a


una imposibilidad en hallar una regulación jurídica ajustada, trayendo como
consecuencia el uso de los criptoactivos carentes de regulación legal, clandestino, al
margen del derecho, siendo su uso arriesgado, sin posibilidad de protección para las
empresas que contratan con este activo digital. Según la calificación, relacionada con la
naturaleza jurídica, la Corte Suprema de Nueva Zelanda asevera:

Las criptomonedas son una especie de propiedad intangible. Se


llega a esta conclusión como resultado de la combinación de tres
factores diferentes: el registro de clave pública de cada moneda, la
clave privada adjunta a ésta última y la generación de una nueva clave
privada tras la transferencia de la correspondiente moneda. Estos
últimos dos aspectos proveen el control y la estabilidad necesarias para
su posesión y la creación de un mercado de monedas
(AR/JUR/10093/2020., 2020).

Por lo tanto, ésta primera aproximación argumenta que los criptoactivos son un
bien intangible, pudiendo coincidir con los precedentes doctrinarios del derecho
venezolano, relativo a la clasificación de las cosas, siendo pues el criptoactivo una cosa
incorporal, es decir, “las que solo pueden ser percibidas por el intelecto, siendo
susceptibles de protección jurídica” (Gorrondona J. , 2015,p.15-16). Sin embargo, en
las relaciones comerciales, sigue habiendo muchas dudas, que necesitan una
determinación más concreta. En este sentido, (Castillejo, 2019) asumiendo una postura
que califica de pragmática, sostiene:

Los bitcoins (y demás criptomonedas) como “cosas” al entender


que no debe darse relevancia a la corporeidad sino a la
“perceptibilidad”, sosteniendo que la materialidad de un objeto estará
dada por su perceptibilidad. Por ello, considera que la relación entre un
individuo y un bitcoin es propia de los derechos reales, que su
intercambio es una permuta y que la propiedad no recae sobre “el
saldo” sino sobre la clave privada.(p.245).

En esta perspectiva más clara, se delimitan los criptoactivos como cosas


inmateriales, incorpóreas, que deben regularse, en sus transacciones financieras y
comerciales, a través de la figura del derecho civil, denominada permuta,
entendiéndose ésta, en su definición estrictamente legal, según el código civil
venezolano en su artículo 1558 como, “…La permuta es un contrato por el cual cada
una de las partes se obliga a dar una cosa para obtener otra por ella…”, en este
sentido, el contrato correspondiente, para que el criptoactivo tenga validez jurídica en
un vínculo societario, donde una de las partes sea la empresa objeto de la presente
investigación, debe ser el contrato de permuta, no obstante, deben analizarse más
posturas que contrasten y llegar a la mejor solución.

(Giuria, 2020) justifica la importancia de establecer la naturaleza


jurídica de los criptoactivos, en efecto, comenta:
La característica principal de las criptomonedas, es que son
aceptadas por un conjunto de individuos como medio de pago, por
ende, se recomienda tomar en cuenta que las monedas virtuales
deberían ser consideradas un activo intangible de carácter virtual. He
podido inferir que, al determinar la naturaleza jurídica de las monedas
virtuales podríamos también conocer las causas y efectos jurídicos que
se generan por una correcta regulación. (p.34).

(Denoya, 2019) en su investigación del derecho comparado y Argentina sobre la


naturaleza jurídica de los criptoactivos concluye:

Entonces en la actualidad podríamos clasificar la naturaleza


jurídica del Bitcoin como un bien inmaterial susceptible de valor, al cual
le son aplicables las normas del Código Civil y Comercial de la Nación,
aunque en realidad lo que tiene valor de una billetera Bitcoin es la clave
o llave privada que controla el envío de fondos de la misma. Lo que
sería interesante podría ser propiciar una reforma legal para
categorizar al Bitcoin como lo hace Japón. Este país asiático a partir
del 1 de abril de 2017, categoriza a Bitcoin como medio de pago de
aceptación voluntaria.(p.16).

Puede observarse que varios autores están de acuerdo en clasificar los


criptoactivos como cosas inmateriales, que pueden regularse con las normas
existentes, sin embargo, dado a su importancia respecto a la llave privada que controla
los fondos, es menester un marco legal específico, que llene todas las características
técnicas, “Para determinar la naturaleza jurídica de las criptomonedas, es necesario
reconocer que las mismas son un instrumento que cumple una función económica
claramente delimitada, que es susceptible de ser valorada, es decir son un activo.”
(Denoya, 2019,p.13).

De acuerdo con el Marco Conceptual de las Normas


Internacionales de Información Financiera (NIIF), un activo es: “un
recurso controlado por la entidad como resultado de sucesos pasados,
del que la entidad espera obtener, en el futuro, beneficios económicos”
(Contabilidad, 2010).

En este sentido, el Grupo de Acción Financiera Internacional;


FATF, por sus siglas en inglés, se ha referido a las criptomonedas
como activos virtuales (virtual asset); es decir, como unas
representaciones de valor diferentes al dinero fiat, que pueden ser
transferidas por un medio digital y que son usadas como un medio de
pago, unidad de cuenta y depósito de valor. Por ello FATF recomienda
referirse a este tipo instrumentos como criptoactivos (FAFT,2018).

La noción de activos digitales (digital assets), es un concepto


amplio que incluye los datos, información y propiedad intelectual,
almacenada o transmitida a través de dispositivos.

Una suerte de categoría intermedia entre bien inmaterial


susceptible de valor y la categoría de dinero de curso legal. Sería
probable en Argentina dada la cantidad de startups que ya existen en
nuestro ámbito, una regulación similar para fomentarlas, ya que este es
un nuevo tren de desarrollo mundial, asimilable a una nueva revolución
industrial que Argentina no debe dejar pasar de largo y del cual
podemos sacar partido. (p.14).

En relación con las ideas anteriores, ya los criptoactivos no solo serían cosas
intangibles, sino activos virtuales, que deben diferenciarse del dinero propiamente
dicho, dado que no emanan de una institución estatal, en consecuencia, carecería de
poder liberatorio de obligaciones mercantiles, puesto que el dinero es la forma principal
de extinguir obligaciones contractuales, salvo que las partes acuerden pagar con otro
bien distinto al dinero. (Bolotaeva, , Stepanova, , & Alekseeva, 2019):

Al abordar la definición de la naturaleza jurídica de los


criptoactivos, el operador legal se enfrenta necesariamente al dilema
de equipararlos a las figuras ya existentes (dinero fiat, divisa, valor,
commodity, intangible, entre otros) o asumir la difícil tarea de reconocer
en ellos un nuevo objeto de regulación con una naturaleza jurídica
particular basado en su funcionalidad económica, lo cual permitiría
crear una legislación que se adaptara a las necesidades de dicha
naturaleza. (p.03).

En relación a la problemática expuesta, el tema no ha sido solucionado


totalmente, existiendo dilemas sobre encuadrar o delimitar los criptoactivos en
clasificaciones existentes o la necesidad de crear una nueva naturaleza jurídica que
pueda satisfacer todos los elementos que integran la tecnología que está detrás de los
criptoactivos. (Lepervanche, 2018) en este sentido argumenta:

En su mayoría, los Estados han asumido la posición de que la


naturaleza jurídica de los criptoactivos dependerá de las características
propias de cada uno de ellas, determinando que, en algunos casos,
pueden calificar como títulos valores, sometidos a las normas
aplicables al mercado de capitales. En Venezuela, algunos
criptoactivos podrían calificar como títulos valores; pero, dada la
naturaleza de las normas que regulan el mercado de capitales, no
necesariamente las mismas les resultarían aplicables. (p.35).

En efecto, si bien existe una gran cantidad de criptomonedas, no quiere decir


que tengan mecanismos diferentes, todas comparten las características comunes,
como el sistema de blockchain, descentralización, anonimato, criptografía, por lo que
puede ser regulado bajo una norma común, que regule toda clase de criptomoneda.

Por otra parte, a título ilustrativo, diversos países ya han comenzado a


pronunciarse con respecto a la naturaleza jurídica y un marco legal, (Shearman &
Sterling., 2018) Analizando el derecho comparado, Estados Unidos ha planteado
respecto a la naturaleza jurídica, sosteniendo:

En principio, las monedas virtuales, incluidas las


criptomonedas, son commodities, según han señalado autoridades
regulatorias y jurisdiccionales; ahora bien, en ciertas circunstancias,
específicamente dependiendo de las características de un criptoactivo
en particular, el mismo puede calificar como un security (título valor).En
un caso emblemático decidido por la SEC el año pasado, dicho
organismo determinó que un token denominado DAO, que
mencionamos al referirnos a la blockchain Ethereum, constituía un
contrato de inversión, en los términos de la legislación y jurisprudencia
americana, ya que cumplía con el test de Howey. (p.09).

Por otro lado, en el panorama de Canadá, el planteamiento de acuerdo a la


naturaleza jurídica ha sido según (Canadian Securities Administrators (CSA)., 17):

Aun cuando haya una nueva tecnología involucrada y lo que se


venda sea denominado “moneda/token”, puede ocurrir que,
dependiendo de las características propias del caso, siga calificando
como título valor, específicamente como un contrato de inversión, para
lo cual aplican los requisitos del test de Howey. (p.02).

(Lepervanche, 2018) comenta al respecto de la posición tomada por Canadá:

Las criptomonedas diseñadas para ser usadas exclusivamente


como medio de pago o intercambio, no limitadas a un asunto en
particular y que no están controladas por una entidad centralizada, no
calificarán como títulos valores; y, en el mismo sentido, las
criptomonedas que representan un derecho a un bien o servicio,
adquiridas solo para fines de consumo, no serán consideradas títulos
valores. (p.10).

Según el argumento anterior, como el objetivo principal es determinar si los


criptoactivos pueden ser métodos de pago jurídicamente validos en las relaciones
mercantiles, debe desecharse la postura de Estados Unidos y Canadá, puesto que se
está tratando de una actividad distinta, ya que, en este caso investigativo, se están
usando las criptomonedas como un bien, para fines de liberación de obligaciones
contractuales. Por otra parte, El estado de Israel ha establecido lo siguiente con
respecto al tema (Israel Securities Authority. , 2019):

Por una parte, como regla general, si las criptomonedas


confieren derechos similares a los títulos valores tradicionales, como
las acciones u obligaciones, califican de títulos valores; asimismo, si las
criptomonedas fueron adquiridas para fines de inversión, por ejemplo,
porque no pueden ser usadas una vez emitidas o porque pueden ser
transadas en un mercado secundario, también califican como títulos
valores. (p.12).

La posición de Suiza por su parte, estableció una clasificación de


los criptoactivos de acuerdo a su naturaleza (FINMA, 2020):

(i) tokens de pago, que son sinónimos de criptomonedas,


estando destinados a la adquisición de bienes o servicios;

(ii) tokens de utilidad, que están destinados a proporcionar


acceso a cierta aplicación o servicio; y

(iii) tokens de activos, que representan activos tales como


créditos monetarios o derechos sobre el patrimonio de sociedades.

Dentro de esta clasificación, la primera y tercera son susceptibles de tener valor


en la investigación, pudiendo clasificar a los criptoactivos que buscan extinguir una
obligación mercantil, como token de pago. (Lepervanche, 2018) comenta sobre la
clasificación efectuada por Suiza que: “agrega la autoridad que esta clasificación no es
mutuamente excluyente, es decir, que los requerimientos son acumulativos por lo cual
un mismo criptoactivo puede clasificar dentro de varias categorías.” (p.11).
Tomando en cuenta lo anterior, la autoridad suiza señaló
(FINMA, 2020):

(i) los tokens de pago no clasificarán de títulos valores;

(ii) los tokens de utilidad tampoco serán tratados como títulos


valores, salvo que medie un propósito de inversión;

(iii) los tokens de activos sí calificarán como títulos valores.

(Lepervanche, 2018) analizando los criterios y posturas de los países, en relación


con la naturaleza jurídica de los criptoactivos concluye:

Entonces, el concepto de criptoactivo, en la legislación de otros


países, parece calificar, dependiendo del caso, como título valor. En
otros casos, parece quedar fuera del ámbito del derecho que regula el
mercado de valores. Adicionalmente, es importante señalar que
ninguna jurisdicción asume la posición de que se trata de moneda, en
el sentido de dinero, porque carece de la imposición del Estado, que
caracteriza al dinero fiat. Esta posición podría evolucionar de una
manera distinta. (p.12).

Resulta claro que todos los países que han intentado hallar una clasificación y
naturaleza jurídica para los criptoactivos están de acuerdo que no pueden considerarse
dinero, porque carece de una raíz estatal, con respecto a la posición de Venezuela
atinente al tema, (Lepervanche, 2018) afirma:

En nuestra opinión, los criptoactivos no gozan de las


características propias del dinero. Pero, además, desde el punto de
vista estrictamente legal, los criptoactivos no pueden calificar como
moneda o dinero porque la única moneda de curso legal en Venezuela
es el bolívar, tal como lo disponen el artículo 318 de la Constitución
Nacional y el artículo 106 de la Ley del Banco Central de Venezuela, al
indicar que el bolívar es “la unidad monetaria de la República
Bolivariana de Venezuela”. (p.12).

Por lo tanto, en un contrato mercantil, no puede establecerse como dinero, un


pacto que verse sobre criptoactivos, debe hallarse una figura distinta, “en conclusión,
ni desde el punto de vista material, ni desde el punto de vista estrictamente legal, los
criptoactivos pueden calificar en este momento como moneda en Venezuela.
Nuevamente, lo anterior podría cambiar dependiendo de la regulación futura.”
(Lepervanche, 2018,p.13). Con respecto a una nueva clasificación comenta el autor,
que es un activo virtual:

Así las cosas, el petro, como criptoactivo, no debe ser calificada


como una unidad monetaria. Es simplemente un activo de naturaleza
virtual. Su emisión está centralizada por la Superintendencia de
Criptomonedas y Actividades Conexas, la cual es una entidad
inhabilitada “de pleno derecho” para emitir especies monetarias por
mandato del artículo 107 de la Ley Orgánica del Banco Central de
Venezuela. (Gibbs, 2019,p.200).

Siendo las cosas así, el hecho de buscar una regulación por un ente
centralizado, quebraría la característica principal de la tecnología blockchain y
criptomonedas, es decir, su descentralización, por lo que resulta contraproducente la
postura nacional. Con respecto a la moneda creada por el gobierno venezolano (Gibbs,
2019) comenta:

El Petro es un tipo de activo virtual (criptoactivo) al que se le


asigna el papel de medio de pago, que está sujeto a una autoridad
centralizada que tiene el control de su emisión, y cuyo valor se expresa
en el equivalente en un barril de petróleo de la cesta OPEP. Sirve como
una herramienta para lograr intercambios al valor de mercado del
criptoactivo por el equivalente en otra criptomoneda o en Bolívares, o
por una moneda fiduciaria, a través de transacciones que se realizan a
través de casas virtuales (Casa de Intercambio) y sistemas codificados
de seguridad. (p.33).

Por otra parte (Lepervanche, 2018) sostiene respecto a la regulación


venezolana:

No pretendemos hacer un análisis exhaustivo de la definición,


características y regulación de los títulos valores, sino dar al lector
elementos suficientes para entender si los criptoactivos pueden
calificar, conforme al derecho venezolano, como títulos de crédito, en
general, y, en particular, como valores sometidos al control de la
Superintendencia Nacional de Valores (SUNAVAL).(p.14).

Analizando en detalle la posición de considerar los criptoactivos como valores de


crédito, es menester analizar doctrinariamente lo que se entiende de dicha figura,
(Morles, 2017) define al respecto:
Nos valdremos de una definición proporcionada por la doctrina
española al referirse a los títulos de crédito, que indica que se trata de
una serie de documentos que, teniendo contenido, forma, orígenes y
caracteres distintos, tienen un común denominador que es la
incorporación de una promesa unilateral de realizar una prestación
específica a favor del tenedor del documento de que se trate. Un
asunto importante es que dichos “documentos” pueden ser
desmaterializados, representándose a través de anotaciones en
cuenta.(p.7-8).

Tomando esto como base, debe analizarse el concepto de acuerdo con la noción
de mercado de valores. Debe señalarse que, el legislador nacional no definió el término
título valor en el contexto general; pero sí definió el término “valor” en el contexto del
mercado de capitales y de las regulaciones aplicables al mismo. Así podrá analizarse,
primero, en la Ley de Mercado de Capitales, ya derogada; y, luego, en la Ley de
Mercado de Valores, vigente. “En el primer caso, el legislador señaló que se
entenderían por valores, a los efectos de la ley, (i) las acciones, (ii) las obligaciones y
(iii) “…demás valores emitidos en masa que posean iguales características y otorguen
los mismos derechos dentro de su clase”. (Lepervanche, 2018,p.14).

En el segundo caso, la ley definió valor como “…los


instrumentos financieros que representen derechos de propiedad o de
crédito, sobre el capital de una sociedad mercantil, emitidos a corto,
mediano o largo plazo, en masa, que posean iguales características y
otorguen los mismos derechos dentro de su clase”. (Lepervanche,
2018,p.14).

Señalamos que las características de los criptoactivos,


expresadas en el whitepaper correspondiente, varían de caso en caso.
Por ejemplo, puede tratarse instrumentos que dan acceso a una
determinada red que presta servicios, puede tratarse simplemente de
un mecanismo de intercambio, puede tratarse de una suerte de
esquema de inversión, etc. Ahora bien, parece haber una característica
común: Que los emisores siempre asumen algún tipo de compromiso
con el público, es decir, formulan promesas unilaterales. (Lepervanche,
2018,p.15).

Siendo las cosas así, En el caso que atañe a la investigación, los criptoactivos
serán instrumentos de pago, (Lepervanche, 2018) explica lo anterior, dando unos
ejemplos:
En el caso del DAO, el ser tenedor de tokens daba ciertos
derechos de voto en un proyecto común de inversión y derechos de
retorno de inversión a los tenedores.

En el caso del petro, el Estado asumió la obligación de


“respaldo” en petróleo, y su aceptación como medio de pago de
obligaciones debidas al estado venezolano.(p.17).

“En el caso del TKY, los promotores se comprometen a facilitar el pago de


ciertos servicios de identificación a ser prestados dentro de un esquema mayor, que
denominan THEKEY Ecosystem.” (Thekey, 2018)

Otro ejemplo en el cual los promotores se obligan a garantizar


que el token funcione como un mecanismo de pago de ciertos servicios
es HNV, pero este caso hay una promesa adicional: Si el ICO del HNV
recoge más de 1.500 bitcoins, los tenedores tendrán sus HNVs
respaldados por una inversión en ciertas facturas a descuento, para
esperar un rendimiento acorde al riesgo. (Hive Project Whitepaper,
2018,p.22).

(Lepervanche, 2018):

Pareciera que sólo los tokens que califican como token de


activos (aquéllos que tienen una obligación sustancial patrimonial)
podrían englobarse dentro de estas características. Lo que nos lleva a
enfocar la situación de criptoactivos “distintos de los token de activos”
desde dos perspectivas distintas: La primera, desde la perspectiva del
mercado de capitales, calificando a los tokens como una nueva
categoría de títulos valores que representan derechos distintos a los
tradicionales, a saber: el exigir obligaciones de hacer (que varían de
caso en caso).(p.17).

“La segunda perspectiva, que vendría marcada por el ejemplo de


las legislaciones y reguladores extranjeros, sería calificar los
criptoactivos “distintos a los tokens de activos” como commodities. Me
inclino más por esta segunda opción.” (Lepervanche, 2018,p.17).

De acuerdo a los planteamientos anteriores, puede deducirse, siendo una


postura subjetiva del investigador, que los criptoactivos pueden encuadrarse, mientras
no exista un marco legal oficial, como activos virtuales, incorporales, que pueden
regularse bajo las reglas de la permuta y demás directrices que establezcan las partes
aplicando la costumbre mercantil y la autonomía de la voluntad. Sin embargo, el tema
debe ser abordado con ayuda de un equipo multidisciplinario, debido a la complejidad
del tema, como lo advierte (Aristizábal, 2021) ”Como puede observarse, encasillar a las
criptomonedas en una categoría legal específica, siempre soluciona un problema
particular, pero genera nuevos cuestionamientos por su incompatibilidad con las
dinámicas de otras instituciones jurídicas o normativas contables.” (p.12).

Tipología contractual aplicable a los criptoactivos.

(Vergara Solís, 2017), plantea el dilema de una posible tipología en su investigación,


tanto en el enfoque de considerar los pagos en criptoactivos como una compraventa o
una permuta, así lo plantea, refiriendose primeramente a la compraventa:

El sentido común nos impulsa a contestar que sí, no obstante,


previo a adoptar una postura definitiva, analicemos cuáles son los
elementos de este contrato, acorde a lo previsto en el artículo 1732 del
Código Civil ecuatoriano: Compraventa es un contrato en que una de
las partes se obliga a dar una cosa, y la otra a pagarla en dinero. El
que contrae la obligación de dar la cosa se llama vendedor, y el que
contrae la de pagar el dinero, comprador. El dinero que el comprador
se obliga a dar por la cosa vendida se llama precio. (p.37).

En este orden de ideas, no sería posible encuadrar un contrato mercantil que


verse su forma de liberación con criptoactivos como compraventa, ya que según las
conclusiones anteriores, relativas a la naturaleza jurídica, un criptoactivo no puede
considerarse dinero. (Vergara Solís, 2017) explica que la compraventa tiene dicha
característica principal:

Los elementos reales de la compraventa son el precio y cosa. El


precio debe ser cierto (determinado o determinable), justo (debe haber
cierta equivalencia entre el valor de la cosa vendida y el precio) y en
dinero. El precio en dinero implica que debe ser pagado con moneda
que tiene poder liberatorio, en nuestro caso el dólar de los Estados
Unidos de América.(p.37).

Por lo tanto, como los criptoactivos no tienen los elementos que caracterizan al
dinero, empezando con la necesidad de que surga de un estado soberano, debe
encontrarse otra figura contractual.
El bien materia del contrato debe ser pagado con moneda
nacional, categoría en la que, por cierto, no cabe el bitcoin. No
cambiaría en nada la situación en el evento que los contratantes pacten
la compraventa con divisa. Las criptodivisas, en definitiva, carecen de
jurisdicción. En función de lo dicho, por cuanto el bitcoin no es dinero
“ni moneda”, los pagos que se realicen empleándolo no constituyen
compraventa. (Vergara Solís, 2017,p.37).

Si las transacciones que se realizan con bitcoin no son compraventas, ¿serán


acaso permutas?

El artículo 1837 del Código Civil ecuatoriano, estipula que


“permuta o cambio es un contrato en que las partes se obligan
mutuamente a dar una especie o cuerpo cierto por otro.”. El objeto de
la permuta es un cuerpo cierto, es decir una cosa individualizada de tal
manera que resulte imposible confundirla con otra. (Vergara Solís,
2017,p.37).

Asimismo, la regulación venezolana establece de manera similar al contrato de


permuta, siendo este el contrato más aproximado a poder regular y reglamentar las
relaciones contractuales donde el medio de pago sea un criptoactivo. (Vergara Solís,
2017) concluye:

Si para nuestro Derecho Civil las monedas virtuales no son


cosas (pues no son corporales, ni incorporales), mal haríamos en
concluir que la adquisición de un bien, utilizando como medio de pago
monedas virtuales, es una permuta; y aunque partamos del supuesto
nunca consentido de que el bitcoin es una cosa para nuestro derecho,
no podría afirmarse que el activo digital antes referido constituye una
especie o cuerpo cierto.

El bitcoin, al ser una forma de dinero privado en el sentido


técnico de la expresión, tiene que tener ciertos atributos que le
permitan cumplir sus funciones económicas. Dos de aquellos atributos
es que pueda ser fácilmente reemplazable por otras unidades de la
misma denominación (fungible); y, puede fraccionarse en unidades
más pequeñas (divisible). Sucede igual que con el dinero fíat: un billete,
aunque se encuentre individualizado por su número de serie, presta la
misma función económica que otro del mismo valor nominal. (Vergara
Solís, 2017,p.38).

En conclusión, para la doctrina mayoritaria, los criptoactivos si pueden


denominarse como cosas incorporales, debe estudiarse si dichas cosas pueden ser
objeto de una permuta, analizando los argumentos precedentes de la investigación, la
respuesta es afirmativa.

Derechos de las partes contratantes en caso de incumplimiento ante el


pago en criptoactivos.

No es tarea sencilla equiparar los estatutos de derechos del consumidor a las


transacciones comerciales que se realizan con las monedas virtuales. El simple hecho
de que numerosas operaciones se realizan de manera descentralizada por Internet,
constituye, por sí solo, un obstáculo para determinar la jurisdicción aplicable. Así como
las complicaciones en el momento de probar las transacciones en criptoactivos, y su
inmutablidad, por lo que dificulta reintegrar las criptomonedas entregadas por una de
las partes contratantes, en caso de incumplimiento.

Uno de los derechos que generalmente se les reconoce a los


adquirentes de bienes que tienen defectos o vicios ocultos, es el
reembolso del dinero o la reducción de su precio. Ya que los pagos con
monedas virtuales son irredimibles, es complicado cumplir con esta
garantía. La devolución de los bitcoins depende, por ende, en gran
medida de la buena voluntad del proveedor del bien o servicio
defectuoso.

Adicionalmente, debe considerarse que como los bitcoins no


están reconocidos en ninguna legislación del mundo como dinero, no
existe una garantía legal de devolución de su valor nominal.
(Larraechea & Orhanovic, 2020,p.22).

Como se observa, surgen complicaciones al momento de exigir el reintegro de


los criptoactivos en caso de complicaciones o incumplimientos contractuales, no existe
regulación legal ni acciones procesales especiales que encuadren para la protección de
los derechos de las partes contratantes en caso de problemas en la negociación,
quedando la vía extrajudicial y los medios alternativos de resolución conflictos los
recursos aplicables. Instituciones financieras se han expresado al respecto:

El Banco Central de Francia, en un informe publicado en el


2013, titulado “Los peligros asociados con el desarrollo de las monedas
virtuales: el ejemplo del bitcoin”, advierte, precisamente, que si bien las
criptomonedas fungen como una moneda alternativa que cumple con
las funciones tradicionales del dinero, no ofrece ninguna garantía de
reembolso, por cuanto no se encuentra reconocida.

Otra forma de proteger a los consumidores de esta tecnología,


es regulando la actividad de intercambio realizada por los exchanges o
casas de cambio a efectos de que adecúen sus procedimientos a las
normas relativas a la lucha contra el blanqueo de capitales y
financiamiento del terrorismo. En Francia, por ejemplo, la Autorité de
Controle Prudenntiel et de Resolución autoriza la operación y controla
la actividad de los exchanges. ( Auer & Claessens, 2020).

De acuerdo a las premisas anteriores, es menester aplicar clausulas arbitrales


que puedan garantizar los derechos de las partes en caso de incumplimiento o
resolución contractual, puesto que el desarrollo legislativo con respecto al tema es
incipiente y no ampara procesalmente esta novedosa forma de pago.

Criptoactivos como forma de pago y sus aproximaciones de regulación


legal.

(Vergara Solís, 2017), explica la complejidad de crear un marco regulatorio para los
criptoactivos, dada sus características que impiden centralizar o restringir un
mecanismo que está hecho para no permitirlo:

Debido a que Bitcoin es un medio de pago electrónico


descentralizado basado en criptografía, que funciona bajo el formato de
una red peer-to-peer (sin una autoridad central que emita la moneda o
de un tercero de confianza que verifique y autorice los pagos realizados
con ella), no reside en algún lugar específico y, por lo tanto, ante un
eventual conflicto legal a su uso en el comercio, resultaría bastante
complejo determinar cuáles son las reglas aplicables para fijar la
jurisdicción y competencia por razón de territorio, del juez natural de la
causa.

Además, por la ausencia de una autoridad central que brinde


servicios de compensación y liquidación, los usuarios pueden operar la
red sin revelar su identidad, lo que ofrece innumerables oportunidades
para realizar actividades criminales, como la evasión de impuestos y el
lavado de dinero. (p.58).
De acuerdo a los argumentos precedentes, las características de la tecnología
blockchain obstaculizan la facilidad de encontrar soluciones legislativas pertinentes que
no contraríen los principios fundamentales que rigen la tecnología blockchain, porque el
derecho debe brindar fundamentalmente seguridad jurídica y protección procesal a las
partes que hacen negociaciones con criptoactivos y de ningún modo centralizar o
restringir las operaciones. ( Auer & Claessens, 2020) sostiene sobre la influencia
indirecta que tienen actualmente las autoridades reguladoras sobre los criptoactivos:

Criptomonedas como el Bitcoin han sido objeto de gran atención


por las exageradas fluctuaciones de sus precios, pero también son
motivo de preocupación para las autoridades reguladoras. aunque a
menudo se cree que las criptomonedas operan fuera del alcance de la
regulación nacional, en realidad sus valoraciones, volúmenes de
transacciones y bases de usuarios reaccionan intensamente a las
noticias sobreiniciativas de las autoridades reguladoras. (p.02).

Como puede observarse, no es preciso concluir que los criptoactivos están fuera
del alcance de la influencia de las regulaciones jurídicas, puesto que su carácter
fluctuante incide en depreciar su valor intrinseco cuando un país determinado prohibe
sus transacciones, por ejemplo, en Venezuela se pretende crear organismos
reguladores de los criptoactivos (Lepervanche, 2018) comenta al respecto:

La creación de la SUPCACVEN fue autorizada en diciembre de


2017 por el Decreto Nº 3.196. Adicionalmente, dicho decreto señalaba
como su objeto el establecer las condiciones regulatorias aplicables a
la compra y venta de activos financieros; aplicación, uso y desarrollo de
las tecnologías Blockchain; minería; y desarrollo de nuevas
criptomonedas; dentro de las normas del Código Civil. (p.19).

Por otra parte, no todo es negativo, ya que Bitcoin, y los demás criptoactivos
también proporcionan una serie de beneficios a sus usuarios, como:

1) la posibilidad de transferir fondos a través de fronteras,


virtualmente sin ningún costo, lo que constituye una oportunidad
insuperable para brindar servicios de remesas, más eficientes, rápidos
y baratos.

2) un nuevo esquema de contabilidad pública de transacciones,


que tiene la potencialidad de modificar la forma en que se realizan
muchos negocios entre desconocidos, sin la necesidad de utilizar a un
intermediario de confianza .

3) un universo apenas explorado de alternativas para la


inclusión financiera. (Vergara Solís, 2017,p.58).

En efecto, dichos elementos pueden transformar y revolucionar la manera de


hacer contrataciones entre las sociedades mercantiles, optimizando los elementos ya
existentes y creando nuevas formas de acelerar y hacer más segura la transacción, sin
embargo, existen brechas que requieren ser atentidas, “al día de hoy países como
Estados Unidos exigen a los usuarios de esta tecnología el acatamiento de políticas
que conozca a su cliente para evitar el lavado de activos.” (Vergara Solís, 2017,p.59).
Este tipo de decisiones regulatorias han sido aplaudidas por unos por considerarlas
necesarias y rechazadas por otros, en razón de que:

“1) imponen condiciones onerosas a los operadores de Bitcoin, que constituyen


barreras de entrada para las empresas startups que se manejan desde el ciberespacio.

2) son de difícil cumplimiento para los comercios pequeños que la aceptan en


micropagos.” (Vergara Solís, 2017,p.59).

(Vergara Solís, 2017) sostiene una problemática en el encuentro de un marco


regulatorio para los criptoactivos:

Situaciones como la expuesta dejan en evidencia un problema


de fondo: la mayoría de normativa regulatoria está definida por el
objeto de interés (dimensión vertical), lo que contrasta poderosamente
con los efectos transversales de las innovaciones tecnológicas
(dimensión horizontal); por ello, el desafío de las autoridades
reguladoras es, en primer lugar, entender el fenómeno en toda su
magnitud, mediante un enfoque omnicomprensivo y multidisciplinario,
para que, producto de aquel profundo análisis, se construyan normas
que regulen situaciones y actividades precisas, con el objeto de evitar
el estancamiento innovador de esta tecnología sin parangón. (p.60).

Evidentemente, la regulación de dicha innovación tecnológica requiere un


análisis interdisciplinario profundo, dada la diversidad de elementos que implica la
tecnología blockchain, como el ámbito informático, económico, filosófico, legal. Los
criptoactivos son únicos en la historia financiera, siendo el principal reto para los
legisladores encontrar un marco jurídico que beneficie y no obstaculice. (Lepervanche,
2018) comenta sobre el intento de regulación por parte del estado venezolano :

El Decreto 3.355 y el Decreto Constituyente además de crear


formalmente la SUPCACVEN regulan temas sustantivos de los
criptoactivos, tanto implícita como explícitamente. Dos temas son
particularmente relevantes: En primer lugar, el establecimiento de
restricciones y controles para el desarrollo de actividades con
criptoactivos; y, segundo, la promoción de los criptoactivos como
medios de pago. (p.19).
Por el momento, no solo es conveniente sino necesario que la
comunidad internacional llegue a consensos sobre algunos aspectos
críticos relacionados con la utilización de las monedas virtuales en el
comercio electrónico, como es el caso de:
1) definir la naturaleza jurídica del activo, con el objeto de
proteger a sus consumidores.
2) definir qué tratamiento tributario debe dársele a las
transacciones en las que se emplea la criptodivisa como medio de
pago.
3) definir los mecanismos de regulación preventiva y supervisión
de las actividades empresariales con monedas virtuales .
4) replantear los estatutos penales en función de las nuevas
realidades, de modo que no hayan vacíos legales que conviertan al
bitcoin y monedas análogas, en el vehículo idóneo para procurar la
impunidad. (Vergara Solís, 2017,p.62).
En este sentido se comprende que las regulaciones nacionales han tocado
temas selectos, como la forma de pago que atañe para la presente investigación, sin
embargo, las directrices no establecen acciones concretas que protejan a las partes
contratantes que usen los criptoactivos como forma de pago, así como la forma
contractual que debe utilizarse para ello, y diversas dudas de carácter procesal,
tributario y registral, considerando además el carácter multinacional que caracteriza la
tecnología blockchain, debe buscarse una regulación armónica para todos los países,
como ocurre en el derecho marítimo.

“Para evitar conflictos de competencia o contradicciones


irresolubles entre jurisdicciones, es indispensable homogeneizar el
tratamiento regulatorio, tanto más cuanto por tratarse de una tecnología
descentralizada basada en el Internet, no conoce de límites
territoriales.” (Vergara Solís, 2017,p.64).
Por su parte, es importante destacar el carácter múltiple que puede tener los
criptoactivos, no solo como forma de pago, para tener en cuenta su complejidad en la
regulación:

Pensar que el Bitcoin es solamente una moneda de emisión


descentralizada es un error imperdonable para la gente informada,
pues en realidad, se trata de una aplicación disruptiva que podría ser
utilizada para transmitir todo tipo información y valores, sin
intermediarios, gracias al blockchain. Lo que sucede es que, por el
momento, la primera aplicación exitosa de la cadena de bloques es la
moneda virtual. (Vergara Solís, 2017,p. 59).

( Auer & Claessens, 2020) explica la influencia que ha tenido de manera indirecta las
actuaciones de los estados y legislaciones en la estabilidad de los criptoactivos:

Nuestro análisis nos permite constatar que, pese a que las


criptomonedas no necesitan la intermediación de ninguna persona
jurídica y carecen de fronteras, las iniciativas de los organismos
reguladores y las noticias sobre posibles medidas en este ámbito
pueden tener una notable repercusión en los mercados de estos
activos,al menos en lo que respecta a sus valoraciones y volúmenes de
transacciones. Esto parece indicar que, en el momento actual, las
autoridades de todo el mundo tienen cierto margen de maniobra para
lograr que la regulación cumpla su cometido con eficacia. (p.15).
Resulta claro que la influencia de las decisiones estatales tiene repercusión en
dicha tecnología, haciendo eco en la regulación jurídica y su importancia, para que las
sociedades mercantiles tengan confianza en adoptar dicha forma de pago y exista
seguridad jurídica para las partes involucradas. El caso del estado venezolano es un
intento precipitado para regular dicha materia que requiere un análisis más profundo y
delicado, al respecto (Lepervanche, 2018) amplía:

El Ejecutivo y la Asamblea Nacional Constituyente han dictado


normativa específicamente aplicable a los criptoactivos, que la
excluyen del ámbito del derecho mercantil y del mercado de capitales,
pero dicha normativa es tanto insuficiente como inconstitucional.
Proponemos una regulación dual de los criptoactivos, a través
de la intervención de la Superintendencia Nacional de Valores y del
Banco Central de Venezuela. Finalmente, respecto del petro,
denominado por el Ejecutivo, “criptomoneda”, concluimos que se trata
de una emisión de deuda soberana garantizada, que viola la
Constitución y la ley por la falta de aprobación por la Asamblea
Nacional, y por comprometer bienes públicos. (p.01).

Criptoactivos como forma de cumplimiento en las obligaciones


mercantiles.

Como puede deducirse a través de la regulación por parte del Estado


Venezolano, los pagos en criptoactivos son fomentados, en consecuencia susceptibles
de ser una forma de cumplimiento en las obligaciones mercantles, siendo cualquiera de
las manifestaciones que deriven de la tecnología blockchain en sus instrumentos de
consumo, siendo el bitcoin el más usado, (Carrera, Loza, & Sánchez , 2020) explica:

En el estudio se observó que a pesar de que existen más de mil


quinientas criptomonedas en el mercado digital, el Bitcoin es la moneda
más sólida y la más escuchada, esto producto de que fue la primera en
crearse y por la cual se rigen todas las demás por lo que puede
considerarse que Bitcoin es la criptomoneda más importante del mundo
digital y es la que se ha venido aceptando en los establecimientos
comerciales como forma de pago debido al valor que ésta representa
en el ámbito digital.(p.221).
En efecto, Bitcoin es la criptomoneda más utilizada en transacciones entre
empresas, además de ser la criptomoneda con más valor, es la más reconocida
legislativamente, no obstante, toda criptomoneda puede servir de forma de pago válida.

También se observó que cada día son más los países que se
suman al uso de Bitcoin como forma de pagos en locales comerciales,
a pesar de que en los países desarrollados como Japón y Estados
Unidos es donde los pagos con criptomonedas son más frecuentes, la
revolución de la era de las monedas digitales viene abarcando cada
vez más terreno tocando a su paso a países de Latinoamérica quienes
ya son protagonistas del uso de este tipo de divisa para pagos en
establecimientos comerciales.(Carrera, Loza, & Sánchez , 2020,p.220).
En Venezuela, los usuarios usan en sus cumplimientos contractuales cualquiera
de dichas monedas, no teniendo problemática por desconocimiento de una u otra
criptomoneda.

En medio del auge de las criptomonedas, no es raro


encontrarnos con diferentes dudas y preguntas sobre el alcance de los
usos que tiene esta moneda virtual; hasta el punto de preguntarnos si
es posible llevar a cabo operaciones mercantiles, como lo puede ser la
constitución de sociedades con criptomonedas. (Soengas, 2021,p.07).
Como se observa, son muchas las dudas que aún existen con respecto al
proceso de las negociaciones contractuales, donde la forma de pago sea en
criptoactivos, sobretodo en el área procesal y probatoria. En el caso colombiano, la
superintendencia financiera (SFC) en la revista (Ambito Jurídico, 2020) aclaró:

Si una sociedad comercial colombiana realiza operaciones


mercantiles o actos de comercio con criptomonedas, criptoactivos o
monedas virtuales será el juez de conocimiento quien deberá juzgar y
definir si existe o no objeto ilícito, en los términos del artículo 1519 del
Código Civil, según el cual hay objeto ilícito en todo lo que contraviene
al derecho público de la Nación.(p.02).
“El régimen jurídico colombiano actual, si bien no prohíbe su
comercialización,no permite que Bitcoin y las criptomonedas en
general, sean consideradas como dinero ni divisa extranjera en
Colombia.” (Gámez, 2020. p,213).
Es por eso que, quedará al criterio de juéz, a través de su interpretación de las
normas existentes en Venezuela, sobre su decisión al darle reconocimiento a los pagos
realizados por alguna de las partes con criptoactivos, teniendo la responsabilidad de
analizar la doctrina y jurisprudencia comparada que explique la mejor forma de tratar
los temas relativos a la tecnología blockchain. (Jiménez M. , 2018) explica con relación
a este punto:

No existe consenso sobre el tratamiento jurídico que debería


tener su uso en los diferentes mercados. De ahí la importancia de
involucrarnos en su acontecer como hito histórico y cambio de
paradigma en la teoría monetaria, que involucra al derecho de las
obligaciones, como soporte jurídico de las relaciones de intercambio
mercantil.
Podríamos afirmar que una criptomenda es una unidad digital
creada para ser utilizada como medio de pago en el intercambio de
bienes y servicios; cuya naturaleza se caracteriza por ser un intangible
electrónico soportado en la denominada tecnología de: registro
descentralizado encriptado (distributed ledger technology, DLT), o
blockchain.(p.04).
Por lo tanto, siendo una forma única y sin precedentes, el derecho debe
adaptarse en su teoría de las obligaciones, para hallar una regulación ajustada a las
criptomonedas, sin embargo, (Jiménez M. , 2018) aclara un inconveniente sobre el
punto comentado anteriormente:

El elemento constitutivo de la obligación dineraria es la


prestación que existe para una de las partes de dar-entregar las
unidades monetarias pactadas . Sin embargo, para que el elemento
objetivo de la obligación dineraria se considere como dinero o moneda,
es necesario que sea la del curso legal definido por un Estado
soberano.(p.05).
Sobre este punto, los criptoactivos no deberán tener el tratamiento que se le da
al dinero, siendo un bien con características únicas, es deber de los legisladores
plantear una nueva fígura legal que reconozca las transacciones y su valor legal y
contractual. (Gámez, 2020) concluye:

Entregar y deber criptomonedas no es lo mismo que entregar o


deber dinero. Si en una compraventa se pacta el precio en
criptomonedas, como el precio debe expresarse en dinero, el contrato
se transformará en permuta, y cabe preguntar: ¿un arrendamiento con
canon pagado en criptomonedas seguiría siendo arrendamiento?; ¿una
agencia comercial remunerada con criptomonedas seguirá siendo
agencia comercial?; ¿quién asume el riesgo de tipo de cambio? ¿es
posible cobrar intereses en criptomonedas?; ¿el régimen de interés de
las criptomonedas es el mismo del dinero?; ¿pueden entregarse
criptomonedas como salario?; ¿cómo se ejecuta una obligación de dar
criptomonedas? (p.214).
Dentro de este marco, los legisladores deben establecer las figuras
contractuales más adecuadas para los criptoactivos, en primer término, el investigador
del presente estudio argumenta que mientras exista silencio por parte de la legislación,
el contrato de permuta es el adecuado para realizar transacciones en dicho activo
digital, por las razones expuestas en el subtítulo correspondiente. (Jiménez M. , 2018)
comenta sobre este punto:
De ahí que, tanto las características físicas y funcionales que
definen la moneda, lo son en la medida en que sean reconocidas por el
derecho de un Estado soberano. Por ejemplo, cuando se utilizan
activos de diversa naturaleza como instrumentos de cambio que
cumplen características funcionales similares a la moneda fiduciaria. En
este caso, aquellos no adquieren por esta simple razón de coincidencia
funcional, dicho estatus. Para ello es necesario su reconocimiento
jurídico como moneda de curso legal, de lo contrario serían
considerados como sustitutos funcionales no monetarios, v. gr., las
criptomonedas.(p.07).
Por consiguiente, al ser el criptoactivo una forma indefinida legalmente de pago,
deberá tener su figura contractual correspondiente, siendo la principal fuente de las
obligaciones, teniendo un tratamiento especial ad hoc. (Dubois, 2021) considera que
los criptoactivos pueden figurar como una forma de pago en especie:

Las criptomonedas no son viables como aportes en dinero, por


no ser dinero, en tanto no son moneda de curso legal al no haber sido
emitidas por el Banco Central conforme con normas constitucionales y
legales. Distinta es la situación si analizamos los aportes en especie, o
sea, los bienes no dinerarios, sean cosas u objetos inmateriales
susceptibles de valor económico.(p.04).
Ahora bien, dentro de las características funcionales que se le atribuyen a las
criptomonedas como activos de intercambio comercial, sobresalen las siguientes:

1- Medio de intercambio y pago: las criptomonedas al igual que


el dinero fiduciario son utilizadas para la adquisición de bienes o
servicios. Pero su valor intrínseco depende de la oferta y la demanda,
que determinan su precio en unidades monetarias de una divisa fuerte,
como dólar estadounidense o yenes. (Jiménez, 2018,p.08).
Por consiguiente se podría afirmar que el valor de los bienes y
servicios que se intercambian por criptomonedas, siguen estando
fijados en dinero fiduciario; es decir, el valor de intercambio dependerá
del resultado comparativo, del valor de los bienes o servicios, versus, el
valor de las criptomonedas, ambos extremos tasados en dinero
fiduciario. (Jiménez, 2018,p.08).
2- Depósito de valor: al igual que con el dinero fiduciario,
quienes interactúan en el sistema económico podrían pretender con la
acumulación de criptomonedas, conservar y aumentar sus riquezas.
Sin embargo, para el caso de las monedas fiduciarias, los Estados con
el fin de lograr estabilidad económica y otros fines constitucionales,
diseñan su política económica en materia cambiaria, monetaria y fiscal,
con el objetivo de controlar la inflación y el poder adquisitivo del dinero
fiduciario. (Donneys, Rivera, & Tarapues, 2010,p.149-163).
Bajo estos argumentos, los criptoactivos tienen una íntima relación con el dinero
fiduciario, siendo la variable que le da su valor total, sus fluctuaciones derivan de
mucha factores, sin embargo, no pueden ser considerados por sí mismo como dinero.

Por el contrario, el valor real de las criptomonedas depende


como se mencionó líneas arriba, de la oferta y demanda que sobre
ellas ejerce el mercado. Lo anterior teniendo en cuenta que su proceso
de emisión u oferta es decreciente y acotado, es decir, que el número
de unidades siempre será limitado, lo cual implica la alta volatilidad en
su precio, una vez logrados los estándares de seguridad en sus
protocolos de emisión, validación y transabilidad. (Jiménez, 2018,p.10).
De ahí que se genere la confianza en quienes transitan el
camino del comercio electrónico, demandando cada vez más estos
activos que por naturaleza son limitados, creando una valoración
insostenible de su precio, sin la posibilidad de adopción de políticas
económicas para la corrección del mercado, como sí ocurre con el
dinero fiduciario. (Jiménez, 2018,p.11).
Por lo tanto, las partes contratantes tienen el deber de considerar el elemento
fluctuante que caracteriza a los criptoactivos, siendo un punto de riesgo para el
acreedor, debido a que en el transcurso de la negociación, se sufran cambios y
depreciaciones considerables del valor del activo digital que se halla adoptado,
debiendo buscar formas de subsanar esos acontecimientos, puesto que como se
mencionó anteriormente surge la duda si los criptoactivos generan intereses.

En consecuencia las criptomonedas cumplen una función


sustituta del dinero fiduciario ya que en la práctica son utilizadas como
instrumento de valoración e intercambio de bienes y servicios. Pero al
carecer de la naturaleza jurídica del elemento objetivo de la obligación
dineraria -dinero fiduciario- definido por el curso legal establecido por
un Estado para su política monetaria, no es posible considerar dichas
relaciones de intercambio, así como cualquier otra obligación donde
una de las partes o más estén en la obligación de dar-entregar
criptomonedas como instrumento de cambio, una obligación dineraria.
(Jiménez, 2018,p.12).
Así mismo, no se podría confundir, por el hecho de su naturaleza
de intangible electrónico, a las criptomonedas y demás monedas
virtuales, incluyendo: cupones digitales; millas redimibles; minutos al
aire de telefonía móvil; monedas emitidas por plataformas de juego,
entre otras, con el dinero electrónico, (e-money) representación digital
del dinero fiduciario de curso legal (Banco de la República Colombia,
2017)
Los supuestos anteriores sostienen que no puede darse el mismo tratamiento a
los criptoactivos que se le otorga al dinero fiduciario, teniendo este punto mucha
relevacnia al momento de exigir el pago en dicho activo especial, cada legislación ha
intentado buscar soluciones justas, En España, considerando a las criptomonedas
como un bien mueble digital, no fungible y de propiedad privada (arts. 335, 337 y 345,
CC) “un notario autorizó una escritura y el Registro Mercantil procedió a la inscripción
de una sociedad de responsabilidadlimitada con aporte exclusivo de bitcoins.” (Gomá,
2020,p.10).

A esos fines, el escribano dejo constancia que:


1. Recibió la declaración de la fecha de adquisición por el
aportante de parte de un tercero
2. Verificó que en la dirección de bitcoin suministrada por el
aportante aparecen registrada la cantidad de bitcoins que aporta,
mediante constatación en la web (blockchain) de su clave pública y de
su saldo;
3. Verificó que el valor de mercado de las criptomonedas según
cotización de una Exchange (también por internet), supera almonto del
capital aportado, agregando impresiones de pantalla a su escritura.
4. Tomó nota de la transferencia material de la “clave privada” de
manos del aportante a manos de la sociedad en el mismoacto, lo que
hizo constar en la escritura;
5. Constató que la clave privada aportada se correspondiera a
esa clave pública mediante un procedimiento de firma digital que
realizó con un operador de la escribanía al terminar la escritura y por
acta complementaria. (Gomá, 2020)
Este hecho, sostiene una regulación novedosa considerando a los criptoactivos
como un bien mueble digital, infungible y de propiedad privada, pudiendo ser objeto de
ser una efectiva forma de extinción de obligaciones mercantiles. España ha reconocido
expresamente los criptoactivos como formas legítimas de contraer obligaciones
mercantiles (Soengas, 2021):

Las criptomonedas (como es el caso del bitcoin, etherum, entre


otras), como otros activos no monetarios, pueden ser perfectamente
empleadas a la hora de constituir una sociedad. De hecho, la
legislación actual contempla mecanismos para que a la hora de llevar
operaciones societarias, se puedan usar otros elementos susceptibles
de ser valorables. (p.06).
La legislación se refiere a estos activos valorables que no son
dinero cómo aportaciones no dinerarias, estando sujetos a una serie de
requisitos particulares y especiales que determina la ley. Para ser más
exactos, el bitcoin es considerado como un bien digital, susceptible de
valoración y, por lo tanto, válido para usarlo y entenderlo como una
aportación no dineraria. (Soengas, 2021,p.08).

Bajo estos supuestos, la condición principal para que los criptoactivos se


consideren formas legales de extinción en las obligaciones mercantiles es que su
tratamiento sea distinto al que se establece para el pago en dinero fiduciario, siendo
este primero un aporte no dinerario, con requerimientos especiales, (Corsunsky &
Moré, 2021) detectan un inconveniente al momento de considerar estos activos
digitales como forma de pago :

El problema que aflora aquí es que, ante la falta de regulación


de las criptomonedas, actualmente no pueden ser jurídicamente
consideradas como un medio de pago, a pesar de que, precisamente,
se usen para ello en la realidad económica. Es por este motivo que
tanto notarios como registradoras han permitido y confirmado la
constitución de sociedades de capital con criptomonedas como el
Bitcoin, pero siendo consideradas estas aportaciones como no
dinerarias.(p.02).
Como se analiza, el principal problema al momento de contratar y establecer el
pago en criptoactivos, será su vacío legal existente en la mayoría de los Estados,
surgiendo inseguridad jurídica para las partes contratantes, teniendo principal
relevancia los medios alternativos de resolución de conflictos, puesto que a nivel
judicial la parte interesada deberá fundamentar su pretensión de que se le pague en
criptoactivos bajo las leyes vigentes, no teniendo mucho desarrollo legal. Por esta
razón. Los aportes o pago en criptoactivos deberán considerarse como aportes no
dinerarios, (Corrales, 2021) sostiene:

Entonces, si consideramos que las criptomonedas no son


monedas en los términos que hemos esbozado, debemos
necesariamente entender que se tratan de bienes digitales, o cuanto
menos intangibles; y, por lo tanto, se debe revisar si dicha aportación
cumple con los requisitos de las aportaciones no dinerarias (bienes –
derechos); que, de acuerdo con la doctrina mayoritaria, son:
Describir la aportación (la criptomoneda).
Acreditar la propiedad del aportante y transmitirla a la sociedad.
Atribuirle un valor.(p.13).
En este sentido, para la doctrina española, los criptoactivos encajarían en la
calificación de aportes no dinerarios, y se regirá por las reglas que regulen esta forma
de aporte o pago, mientras que el estado regule específicamente esta nueva tecnología
(Corrales, 2021) explica:

Así, sería necesario presentar un informe o peritaje de


valoración realizado por un experto independiente, para que refleje en
la realidad, el valor en una moneda de curso legal que tienen las
criptomonedas al momento de la valuación. Esa valuación será como
una fotografía del valor de la criptomoneda al momento de ser
valorada, lo que mitigará la volatilidad de su precio, previa aceptación
de los socios de dicho valor. La idea es que se pueda asignar una
numeración a las acciones o cuotas que se trate y que se entregan
como contrapartida a la aportación, que servirá para determinar la
responsabilidad y la participación del socio que las aporta, por el valor
asignado.(p.15).
Resulta claro, que deberán realizarse exámenes y elaborar informes
multidisciplinarios para verificar el valor real del criptoactivo, así como sus
implicaciones financieras, contables y mercantiles. Debiendo respetarse lo establecido
en la ley mercantil sobre los aportes no dinerarios:

El Código de Comercio en su artículo 18, incisos 8 y 9, señala


que deberá consignarse en la escritura pública de constitución, lo
siguiente: “8) Monto del capital social …”; y, “9) Expresión del aporte de
cada socio en dinero, en bienes o en otros valores. Cuando se aporten
valores que no sean dinero, deberá dárseles y consignarse la
estimación correspondiente”. (Corrales, 2021,p.16).
(Corrales, 2021)

Si bien el inciso 8 no causa ningún problema; si debemos revisar


con cuidado el inciso 9 ya que nos da un margen para interpretar y
responder a la interrogante que nos planteábamos al inicio. Este inciso
señala la posibilidad de que el aporte de cada socio pueda ser “en
otros valores”, donde perfectamente podríamos incluir a las
criptomonedas. Continúa diciendo que, cuando estemos ante ese
escenario, deberá consignarse una estimación que corresponda,
debiendo interpretarse que dicha estimación será en una moneda de
curso legal.
En consecuencia, al no existir una norma expresa que lo
prohíba, en aplicación de la autonomía de la voluntad, considero que
podría constituirse una sociedad mercantil utilizando criptomonedas
como capital social, respetando los procedimientos establecidos en el
Código de Comercio mencionados en este artículo. (p.18).
Como resultado del análisis realizado por (Jiménez M. , 2018) “sería válido
plantearnos algunas hipótesis sobre la naturaleza extintiva y alcance liberatorio de las
criptomonedas en los negocios jurídicos que impliquen una obligación de intercambio
de bienes o servicios.”(p.11).

En primer lugar podríamos señalar que las criptomonedas al no


tener vocación como elemento objetivo de una obligación dineraria, su
naturaleza sería de género. Lo que es igual en la práctica; al
intercambio de un activo genérico, sustitutivo del dinero -
criptomonedas- , por otros activos de género o especie. Por lo tanto,
dicha transacción, no podría catalogarse para ninguna de las partes,
como una obligación dineraria. (Jiménez, 2018,p.14).
“En segundo lugar, cuando la prestación de una de las partes es dar-entregar
una cantidad de unidades de criptomonedas, aquellas quedarían expuestas a las
vicisitudes y riesgos propios de su mercado” (Jiménez M. , 2018) , pensemos por
ejemplo:

1. Quien está obligado a dar-entregar una cantidad específica de


criptomonedas puede tener una afectación patrimonial en la medida del
aumento de su precio. Caso en el cual terminaría pagando un mayor
valor por los bienes o servicios valorados en criptomonedas.
2. Quien está obligado a recibirlas puede tener una afectación
patrimonial con ocasión de una baja en su precio. En este caso
terminaría recibiendo un menor valor del esperado. (Jiménez,
2018,p.15).
Como puede observarse, son estos puntos los que las partes deben considerar
detenidamente al momento de pactar como forma de pago dichos activos digitales,
puesto que conlleva un riesgo considerable debido a la fluctuación de su valor
intrínseco, debiendo la legislación regular ese punto para que las partes no se vean
afectadas en sus retribuciones.

Lo interesante del anterior planteamiento es que en ambos


casos, la obligación, una vez acordado el intercambio del género de las
criptomonedas por los bienes y servicios, sería perfectamente válido en
términos jurídicos. No obstante esta operación tendría un desequilibrio
de tipo económico que las partes estarían obligadas a soportar.
(Jiménez M. , 2018)
En cuarto lugar, las criptomonedas tampoco podrían ser objeto
del régimen de los intereses propio de las obligaciones dinerarias; por
cuanto su función de protección al acreedor frente al riesgo que le
representa su deudor, y las fluctuaciones del poder adquisitivo del
dinero , no son predicables de otro tipo de activos diferentes a la
moneda fiduciaria. (Jiménez M. , 2018)
Con respecto a este punto, resulta claro que la figura de los intereses no
proceden en materia de cirptoactivos, ya que dicho mecanismo sólo es viable en
obligaciones dinerarias, teniendo que hallarse una forma alternativa de protección ante
las fluctuaciones que sufre este tipo de activo digital. Siendo el criterio del investigador
de la presente tesis, tratar de contratar en criptoactivos fuertes y estables, como los
denominados stable coins.

Con todo, lo anterior no imposibilita que en los negocios jurídicos


donde se pacten obligaciones de dar-entregar criptomonedas; se
estipulen intereses, toda vez el artículo 2230 del C.C., así lo establece,
tratándose del contrato de mutuo de cosas fungibles (diferentes del
dinero). Creeríamos entonces que dentro los contratos de préstamo de
consumo de cosas fungibles cabrían las criptomonedas como objetos
de dicha naturaleza. (Jiménez M. , 2018)
Analizando este punto, la doctrina y legislación colombiana dan la posibilidad de
estipular intereses en este tipo de obligaciones contractuales, dando una garantía a las
partes en sus pagos.

En quinto lugar, al no ser las criptomonedas una forma de dinero


fiduciario, tampoco le cabrían los principios: nominalista y valorista
propios de las obligaciones dinerarias y de valor respectivamente; los
cuales soportan teóricamente, a nuestro juicio, la política monetaria y
cambiaria de un Estado. (Jiménez M. , 2018)
Este punto da una desventaja a las partes contratantes, puesto que aún no se ha
desarrrollado un mecanismo o sistema robusto que vele por los intereses de la partes
intervinientes y sobre la tecnología blockchain, dado su carácter descentralizado e
independiente de legislaciones.

En sexto lugar podríamos afirmar que sí existe una obligación


dineraria cuando realizamos una compraventa de criptomonedas. En
esta hipótesis al intercambiar un número de unidades de dinero
fiduciario por su equivalente en unidades de criptomonedas, se
perfecciona dicho contrato en los términos establecidos por las partes.
(Jiménez M. , 2018)
A simple vista, en el anterior supuesto, podríamos afirmar que
existe una obligación dineraria para el comprador de pagar el precio, lo
cual es cierto, pero si analizamos detenidamente cuál es el instrumento
de cambio con poder liberatorio, podemos ver también que es el dinero
fiduciario. Por el contrario, la obligación que nace para el vendedor de
entregar una cantidad de unidades de criptomonedas, es una
obligación de género de naturaleza digital. (Jiménez, 2018,p.17).

En estos términos se fundamenta que existe una íntima relación entre la


regulación doctrinal del dinero fiduciario y lo que se hace en la práctica al momento de
extinguir obligaciones mercantiles en criptoactivos, siendo importante, al momento de
establecer las directrices específicas para este género digital, puesto que sus
elementos específicos e innovadores requieren una reglamentación acorde a su
complejidad. (Jiménez M. , 2018) describe :

En definitiva, es necesario, para que una criptomoneda sea


considerada jurídicamente como dinero fiduciario (electrónico), y por lo
tanto, elemento objetivo de la obligación dineraria, una de las
siguientes condiciones: (i) que la criptomoneda sea emitida y regulada
por el derecho de un Estado o; (ii) que la criptomoneda emitida y
regulada por un Estado, sea reconocida por otros Estados no emisores.
En el primer caso, se consolidaría en estricto sentido el curso legal del
dinero, y en el segundo, se legitimaria como divisa; y con ello el
cumplimento de los supuestos establecidos en el artículo 874, del
C.Co., respecto del dinero como instrumento ilimitado de poder
liberatorio de las obligaciones dinerarias.(p.18).
En este sentido, parece concluir que el Petro puede ser considerado y regulado
bajo las reglas existentes con respecto al pago en dinero fiduciario, ya que fue emitida
y es regulada de manera centralizada, siendo ésta su principal crítica, por el estado
venezolano, no obstante, con respecto a la segunda condición, no tiene reconocimiento
por los demás estados, no tiene reconocimiento internacional. Siendo imposible
considerarla como divisa, pero si como dinero de curso legal, aunque existe mucho
debate con respecto a este último punto. (Lepervanche, 2018) expone al respecto:

El Decreto Constituyente impone en su artículo 9 una obligación


adicional, ya no en cabeza de los particulares, sino en cabeza del
Estado, a saber: la obligación de promover, proteger y garantizar el uso
de los criptoactivos en general (y no sólo el petro) como medio de pago
de obligaciones, tanto en el sector público como en el sector privado.
Vale mencionar dos asuntos:
Primero, que el Decreto Constituyente establece esta obligación
tanto respecto de Venezuela como del exterior, pero difícilmente puede
el Estado venezola no “garantizar” que los criptoactivos serán
aceptados como medio de pago en instituciones privadas o públicas
extranjeras. Esto constituye una norma de aplicación extraterritorial,
pero, sobre todo, una norma de imposible aplicación práctica.
Segundo, también resulta difícil entender, en el contexto de la
limitación establecida en el artículo 318 de la Constitución y 106 de la
Ley del Banco Central de Venezuela, que ordena la utilización del
bolívar como moneda de curso legal, cómo el Estado venezolano
garantizará que el sector privado utilice y reciba criptoactivos como
medios de pago. Como indicamos, las referidas normas impiden que el
Estado pretenda imponer la utilización de criptoactivos como medio de
pago obligatorio.(p.24).
Puede observarse, haciendo un análisis personal de los anteriores argumentos
que no resulta vinculante la orden del estado venezolano de exigir el reconocimiento
del petro por parte de otros países, siendo también inviable la obligatoriedad de aceptar
dicho criptoactivo como forma exclusiva de pago, por lo demás, dicho instrumento
legislativo fue emanado de un órgano que no tiene competencia para crear leyes,
haciendolo teóricamente nulo.

Resumiendo, conforme a la regulación actual, por una parte, las


actividades relacionadas directamente con o conexas a criptoactivos
están sujetas a ciertas restricciones y controles; y, por la otra, el Estado
venezolano se obliga a promover la aceptación de criptoactivos como
medios de pago en el sector público y, en teoría, también en el sector
privado. En cualquier caso, estas regulaciones que, a nuestro juicio,
son tanto deficientes como insuficientes, son también inconstitucionales
(Lepervanche, 2018,p.25)
En efecto, el intento de regulación estatal deja muchos vacíos aún, y no llena
todos los elementos que debería tener una ley que pretenda regular los criptoactivos y
la compleja tecnología Blockchain, “En este caso, es particularmente importante tomar
en cuenta la esencia progresista y el factor tecnológico involucrado en el tema, que son
asuntos fundamentales para atender la regulación.” (Lepervanche, 2018,p.27).

En palabras de Anat Guetta, Directora de la Israel Securities Authority: “La


relevancia de un regulador estribará en su habilidad para encontrar un balance entre
los distintos avances tecnológicos que trae el progreso, y el mandato para el cual fue
establecido el regulador”. (Israel Securities Authority. , 2019)

Consideramos que es obligación del regulador venezolano lograr


ese balance entre el desarrollo tecnológico y la finalidad de su
mandato, que podríamos equiparar a la protección de los
inversionistas. Creemos que, en este contexto, el regulador francés
buscó entender de los actores del sector su opinión respecto de la
mejor forma de atender la regulación, mediante la consulta formulada al
público, referida más atrás. (Lepervanche, 2018,p.29).
Se analiza que la legislación que pretenda regular estos hechos tecnológicos
debe tener un balance entre el propósito original de la tecnología blockchain y la
necesidad de controlar o regular las operaciones en dichos activos. (Authorité des
Marches Financiers., 2020):

El regulador planteó tres opciones: Primero, regular los


criptoactivos a través de las regulaciones vigentes, sin introducir
cambios legislativos; segundo, extender el ámbito de aplicación de la
legislación actual para tratar los ICOs como ofertas públicas de valores;
o, tercero, proponer una legislación ad hoc que se adapte a los ICOs.
(p.02).

“La mayoría de los participantes prefirieron una regulación ad-hoc especialmente


establecida para el caso de las ICOs; sin embargo, como era de esperarse, también
opinaron que debía ser voluntaria y no compulsiva.” (Authorité des Marches
Financiers., 2018).
(Lepervanche, 2018):

Nosotros pensamos que debe haber regulación específica,


diseñada especialmente para los criptoactivos, pero creemos que
puede establecer un tratamiento dual y una supervisión también dual.
Nos explicamos: Consideramos que sería importante establecer
un enfoque similar al enfoque de ciertas jurisdicciones citadas, donde
los criptoactivos que tengan un componente de título valor (usando la
calificación suiza, los llamados tokens de activos) sean regulados por la
autoridad que regula el mercado de valores; mientras que el resto de
los criptoactivos sea objeto de control por otro organismo.(p.33).
En estos términos, considera el investigador de este estudio que los criptoactivos
deben tener una regulación especialísima y novedosa, sobre su forma de pago,
acciones judiciales y sus medios de prueba específicos, dado el complejo carácter que
tiene y sus elementos informáticos, como lo es la tecnología blockchain.

En los Estados Unidos, por ejemplo, tal regulación recaería


indirectamente en la CFTC (que regula ciertos temas de commodities).
Pero pensamos que quizás es mejor darle esa facultad de
control al Banco Central de Venezuela, como parece ser el control en el
caso de España, como se evidencia de la declaración conjunta
nombrada precedentemente, emitida por el Banco de España y la
Comisión Nacional de Mercado de Valores españoles. Proponemos lo
anterior con base en las facultades que el Banco Central de Venezuela
ostenta en relación con el manejo del oro, commodity por excelencia,
contenidas la Ley del Banco Central de Venezuela, en el artículo 7,
numeral 12, que le faculta para regular operaciones en el mercado de
oro. (Lepervanche, 2018,p.34).
En este sentido la anterior autora aconseja que la competencia en la regulación
legal de los criptoactivos en cuanto a su manejo financiero debe recaer sobre el Banco
Central, por ser el ente preparado en dichos temas, no obstante, considera el
investigador del presente estudio que también debe recaer el manejo en organismos
especializados en tecnología blockchain.

Bajo este esquema dual proponemos, por una parte, que la


SUNAVAL, con base en la facultad establecida en el artículo 46 de la
Ley del Mercado de Valores, que le permite determinar cuáles valores
están sometidos a su control, establezca que ciertos criptoactivos, que
cumplan con los parámetros determinados por la SUNAVAL, serán
valores sujetos a su control y regulación, y que se dicte normativa que
tome en cuenta las particularidades del mercado de criptoactivos,
incluyendo las de índole tecnológico, que distinguen a las ICOs de las
emisiones de valores tradicionales. (Lepervanche, 2018,p.35).
En efecto, surge la necesidad de crear un marco normativo ad hoc, sobretodo en
materia de la teoría de las obligaciones que abarque estas nuevas características
tecnológicas, para que impulse los beneficios y deshabilite los riesgos que conlleva
dicha tecnología. (Lepervanche, 2018) comenta:

La regulación actual del mercado de valores no parece


adaptarse a la realidad de los criptoactivos. A continuación algunas
ideas sobre este punto: Primero, la regulación de la Ley de Mercado de
Valores está diseñada para atender una emisión de valores por una
compañía, no por un ente descentralizado. Segundo, la ley está
enfocada en títulos valores que están relacionados con los activos del
emisor, con su valor intrínseco, con su capacidad de pago o con
activos del emisor. Esto no es el caso de las criptomonedas o tokens
de pago que tienen características más parecidas a las monedas o,
inclusive, a commodities. (p.36).
Caso distinto es el de los tokens de activos. Conforme a la
calificación planteada por Suiza. Tercero, resulta difícil en la práctica
aplicar las regulaciones existentes en el mercado de capitales al caso
de los criptoactivos. Entonces, pensamos que sería necesario adaptar
las regulaciones del mercado de capitales a la situación específica de
los criptoactivos que califiquen como tokens de activos. (Lepervanche,
2018,p.37).
En estos terminos, debe tenerse en cuenta las particulariades de los
criptoactivos, por lo que las regulaciones existentes serán insuficientes y se requiere
llenar este vacío, con el fin de que los negocios jurídicos mercantiles puedan tener
proteccioón adecuada y ser legitimamente el criptoactivo una forma de pago plena en
las obligaciones contraidas, “Por otra parte, proponemos que el Banco Central tenga
un competencia de regulación residual, dando a los criptoactivos que la SUNAVAL no
estime valores, trato de commodities, y regulándolos en consecuencia.” (Lepervanche,
2018)

(Lepervanche, 2018):

Inicialmente nos habíamos planteado que toda la regulación


fuera dictada y toda la supervisión estuviera a cargo de la SUNAVAL;
sin embargo, consideramos que quizás sería conveniente aprovechar
la experticia del Banco Central de Venezuela para el caso de los
criptoactivos distintos a los tokens de activos.
Con este enfoque podría salvaguardarse la protección de los
inversionistas, que en este momento están prácticamente
desprotegidos, garantizando el aprovechamiento de las ventajas del
desarrollo tecnológico.(p.37).
Ahora bien, lo anterior tiene como base la situación actual de los
criptoactivos, pero estos elementos están en constante evolución, por
lo cual la propuesta aquí formulada podría cambiar si hubiera cambios
sustanciales o elementos nuevos en las características propias de los
mismos. (Lepervanche, 2018,p.38).
Considerando este punto, es verídico el cambio constante que tiene la
tecnología blockchain, siendo más dinámica que cualquier regulación jurídica, por
ende, se requiere una supervisión y asesoramiento por parte de expertos en tecnología
blockchain, para desarrollar un marco legislativo optimo y que pueda servir de apoyo al
progreso que traen los criptoactivos en las obligaciones mercantiles.

Pago en criptoactivos en materia societaria y sus aproximaciones


procesales.

Como se ha mencionado anteriormente, en Venezuela rigen dos instrumentos


legales que se relacionan con el objetivo de la investigación, como son el Código de
Comercio y el Código de Procedimiento Civil, el primero comenzó a regir desde el
diecinueve de Diciembre de 1919, y el segundo el 16 de Marzo de 1987, siendo por lo
tanto instrumentos legales que necesitan reformarse, para cubrir los nuevos cambios
tecnológicos que están surgiendo y tienen repercusiones directas con el Derecho
Mercantil, en este caso específico, la tecnología blockchain, los pago en criptoactivos
realizados por sociedades mercantiles.

Este apartado se enfocará en el análisis de dichas leyes y determinar las


soluciones vigentes en materia judicial, en relación con el objetivo específico de la
presente investigación, como lo es, determinar las acciones judiciales que pueden
tejerger a las partes contratantes que hayan pagado en criptoactivos sus
correspondientes obligaciones mercantiles.

En primer lugar, se debe analizar el desarrollo doctrinario comparado en relación


con este punto, (Melo, 2019) expone sobre los criptoactivos y su regimen probatorio:

La Blockchain, por proporcionar un registro que puede o no ser


presentado en forma física, tal cual un libro empresarial, es capaz de
ser considerado como un medio de prueba, ya que su contenido
representa un hecho o acto que ocurrió en una determinada fecha y
hora.
Comprendido que el registro en Blockchain puede ser
considerado medio de prueba, resta analizar la posibilidad de calificarlo
o no como documento. La Blockchain no posee la representación del
hecho en litigio, como es el caso de la prueba documental, tampoco
tiene la declaración de voluntad humana prevista para la prueba en
documento. (p.14).
Necesitamos destacar que no existe la posibilidad de que la
Blockchain sea considerada un documento electrónico, teniendo en
vista que la diferencia básica entre éste y el documento común es la
sistemática para la formación de la prueba, aunque ambos busquen
expresar un pensamiento humano o un hecho.
Se ve que la atipicidad de la Blockchain está relacionada con la
forma en que se oferta un resultado al proceso, no siendo posible
ninguna analogía a otra especie típica. Es una fuente de prueba
completamente genuina. Y más, en cuanto medio, la autenticidad del
registro del contenido en la tecnología puede ser comprobada mediante
un sistema único, sin previsión legal, comportándose como un nuevo
mecanismo de extracción de la información para los destinatarios de la
prueba. (Melo, 2019,p.15).

(Melo, 2019):

Se nota que la Blockchain, a pesar de la similitud, no puede


ser confundida con el documento o el documento electrónico, pues no
se encuadra en algunos de los elementos y características esenciales
de éstos. La Blockchain no es una cosa, porque no materializa
objetivamente hechos ocurridos. Tan sólo es obra de la actividad
humana de forma indirecta, tal y cual es la relación humana en la
fabricación de una hoja y asumir que lo que venga a ser escrito en ese
papel es fruto de la actividad de esa persona que desarrolló su
materialización.
Por lo tanto, la Blockchain es fuente de prueba y debe ser
recibida como una prueba atípica, pues no hay forma de considerarla
integrante de cualquiera de las especies de pruebas reconocidas por el
ordenamiento jurídico brasileño. (p.20).

El Código de Comercio Venezolano (1919) como fuente de regulaciones entre


los actos de comercio y sus disputas, lo asevera específicamente en su artículo 1090
ejusdem, estableciendo: “….Corresponde a la jurisdicción comercial: 1º De toda
controversia sobre actos de comercio entre toda especie de persona…” induciendo
entonces, que cualquier controversia que surga entre sociedades mercantiles con el
pago de criptocativos, su régimen probatorio y ejecución forzosa será competentes
dichos tribunales. Ahora bien, con respecto a las preguntas de la presente
investigación, sobre las acciones judiciales que pueden solicitarse para hacer cumplir el
pago de criptoactivos al deudor, así como los medios probatorios que puede hacer
valer el acreedor, para demostrar dicha transacción, el marco legislativo venezolano no
está preparado para dicha novedad. (Pérez & Pabón, 2019):

la propuesta de la investigación consiste en que los operadores


jurisdiccionales produzcan tal prueba como una cadena de mensajes
de datos en donde cada bloque se verifica por medio de la función
hash. Esta última es un compendio alfanumérico de caracteres
irrepetibles entre archivos distintos. Cada copia autentica y original
posee exactamente el mismo código.
No obstante, tal situación es distante de la realidad. Los diversos
estamentos del aparato jurisdiccional aún están en proceso de
modernización, por lo que no toda la rama cuenta con los equipos
tecnológicos necesarios para realizar tal verificación. Por otra parte, los
funcionarios públicos son, en su mayoría, legos del conocimiento
informático, o sólo poseen los conocimientos en cómputo básico, por lo
que les será imposible hacer un análisis detallado de la función hash en
la red disruptiva.(p.14).
Es decir que tal propuesta sólo se materializará en un término
lejano, en donde los entes respondan a la actualidad tecnológica, y
acoplen la sistematización de la virtualidad en los procedimientos. los
saberes informáticos del juzgador son insuficientes; no le es posible
identificar materialmente los criterios de la cadena de custodia
(accesibilidad, integridad y conservación) ni la autenticidad (o firma) de
la transacción. Este es el campo de los expertos en el cómputo.
Estos forenses aportarán al togado los elementos necesarios
para examinar los criterios de validez jurídica y eficacia probatoria de la
partícula informática de la blockchain. Con ello evidenciará la existencia
de la transacción inmaterial e indagará sobre su contenido virtual, a
expensas de la traducción binaria que realice el dictamen; a fin de
valorar la información mediante la sana crítica aplicada a los núcleos
epistemológicos de la pericia y no del documento. (Pérez & Pabón,
2019,p.17).
En términos generales, la únicas vías que pueden intentarse para hacer cumplir
el cumplimiento de una obligación pactada en criptoactivos, serían los procedimientos
especiales establecidos en el Código de Procedimiento Civil Venezolano, dada la
supletoriedad que le da el Código de Comercio a dicha norma. En efecto, los juicios
ejecutivos, el procedimiento por intimación, puede utilizarse para hacer cumplir una
obligación en criptoactivos. El artículo 640 ejusdem, establece: “… Cuando la
pretensión del demandante persiga el pago de una suma líquida y exigible de dinero o
la entrega de cantidad cierta de cosas fungibles o de una cosa mueble determinada, el
juez, a solicitud del demandante, decretará la intimación del deudor, para que pague o
entregue la cosa dentro de diez (10) días apercibiendose de ejecución…”

En efecto, dada la novedad de la materia y su casi inexistente regulación, el


único elemento probatorio que serviría de título para demostrar la transacción en
criptoactivos, sería el documento privado, donde se señale todos los elementos
técnicos de las traspasos de la wallet, con sus coordenadas, fecha, elementos de
identificación, dado su anonimato y descentralización, la única forma de obligar al
deudor, es que acepte y preste su consentimiento, declarando la autoría y su
compromiso de responder por el cumplimiento de esa transacción para con el deudor,
plasmando su firma y huella. Siendo esta la forma de obligar al autor de la transacción,
puesto que demostrar la transacción por sí misma, requeriría una formación avanzada
en tecnología blockchain por parte de los funcionarios judiciales. (Ferrero, 2020):

las monedas virtuales han sido creadas justamente para que no


se pueda regular sobre ellas. No hay una entidad central que las emita
ni las respalde. No creemos que haya sido la intención de los
creadores del bitcoin (o creador si es el enigmático Satoshi) crear un
medio de cambio anónimo para lavar dinero o ayudar a las
organizaciones criminales, sino más bien para no depender de los
bancos centrales (más sobre el tema en el white paper original de
bitcoin). Sin embargo, el efecto es similar, no se puede regular el
corazón mismo de la moneda, sino que se puede regular a sus actores
(p.13-15).

En este mismo sentido, una acción disponible puede ser el cumplimiento


contractual, siendo necesario un contrato previo, que se haya estipulado el precio o las
obligaciones del deudor en criptoactivos, teniendo el acreedor dos opciones, el
cumplimiento forzoso o la resolución contractual, establecido expresamente en el
artículo 1167 del código civil venezolano (1987) que dicta: “…En el contrato bilateral, si
una de las partes no ejecuta su obligación, la otra puede a su elección reclamar
judicialmente la ejecución del contrato o la resolución del mismo…” quedando a criterio
del juzgador, valorar las pruebas conforme a los principios de libertad probatoria y la
sana critica, siendo los smart contracts y la tecnología blockchain, un medio probatorio
novedoso sin regulación jurídica específica.

Pago en criptoactivos y su régimen probatorio.

El código de Procedimiento Civil Venezolano en su artículo 395, primer aparte,


deja una ventana abierta, en la que puede aprovecharse para intentar probar los pagos
en criptoactivos, estableciendo: “…Son medios de prueba admisibles en juicio aquellos
que determine el código civil, el presente código y otras leyes de la República…
Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de prueba no prohibido
expresamente por la ley, y que consideren conducente a la demostración de sus
pretensiones…” Dicha disposición alude al principio de libertad probatoria, pudiendo
encajar en lo que se denomina procesalmente, prueba innominada.

(Rengel Romberg, 2017):

Los llamados medios de prueba innominados, o el numerus


apertus , son igualmente admisibles, los que las partes propongan
siempre que no afecten a la moral ni a las buenas costumbres y fueren
conducentes al esclarecimiento de la verdad.
Especialmente, en materia de prueba, se considera pacífica en
la jurisprudencia de los países de constituciones escritas, que no puede
considerarse justo el proceso en el cual, por cualquier razón y de
cualquier modo, las partes sean privadas por el legislador de la
posibilidad de probar los hechos en los cuales se fundamenta la
pretensión”. (p.334-339).
Ante la generalidad y amplitud con que está consagrada la
libertad de medios probatorios en el nuevo código, que admite
“cualquier otro medio de prueba no prohibido expresamente en la ley”,
la regla de interpretación debe ser la amplia y analógica, más conforme
con la intención del legislador y con la filosofía que informa al nuevo
sistema, pues de lo contrario, podría resultar violado el derecho de
defensa y limitado injustamente el contradictorio, con la consiguiente
nulidad de lo actuado.
En esta materia, la ley se vale del interés de las partes y del
conocimiento que ellas tienen de las circunstancias del caso, para
permitirles elegir el medio, resultando así estos medios innominados,
medianamente legales a causa de la legitimación que concede la ley a
las partes para su elección, salvo aquellos expresamente prohibidos
por la ley. (Rengel Romberg, 2017,p.343).

Por otra parte, una forma alterna de probar una obligación en criptoactivos,
podría ser a través del régimen de los instrumentos privados, que contenga dicha
obligación, con la firma, huella del deudor y testigos. En efecto, el artículo 1363 del
código civil establece: “…El instrumento privado reconocido o tenido legalmente por
reconocido, tiene entre las partes y respecto de terceros, la misma fuerza probatoria
que el instrumento público, en lo que se refiere al hecho material de las declaraciones,
hace fe, hasta prueba en contrario de la verdad de esas declaraciones…” Quedando a
criterio del juez, la evaluación de las pruebas nominadas como innominadas que traten
de probar el pago en criptoactivos.

La Sana Crítica es un sistema de valoración de prueba libre,


pues el juzgador no está supeditado a normas rígidas que le señalen el
alcance que debe reconocerse a aquéllas; es el conjunto de reglas
establecidas para orientar la objetividad y la actividad intelectual en la
apreciación de éstas, y una fórmula de valoración en la que se
interrelacionan las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y
las máximas de la experiencia, las cuales influyen de igual forma en la
autoridad como fundamento de la razón, el Juez apreciará la prueba de
acuerdo a las reglas de la Sana Crítica. (Cusi , 2018,p.14) .

Analizando la explicación anterior, queda a criterio del juez examinar cada uno
de los elementos de convicción, bajo dicho principio, así como la solicitud de expertos y
peritos que dominen los temas de la tecnología blockchain, para el esclarecimiento de
la autenticidad en la transacción, la revisión de los elementos informáticos, para
determinar la obligatoriedad del deudor.

Contrato y Obligación Mercantil, Criptoactivos como forma de extinción.

La sociedad mercantil objeto de estudio de la presente investigación,


denominada Traki S.A., deberá acogerse a los medios o fuentes de obligaciones
establecidos en la legislación venezolana, siendo el contrato, el principal medio de
pactar y dejar constancia de las obligaciones mercantiles, (Attarda, 2014) explica:
:
Un contrato mercantil o contrato comercial, es un negocio
jurídico bilateral que tiene naturaleza jurídico-mercantil. En general,
para que un contrato sea calificado de mercantil, debe referirse sobre
actos de comercio, definidos según la legislación aplicable.

Un negocio jurídico puede ser considerado acto de comercio,


según el ordenamiento jurídico de que se trate, en función de la
condición de las partes que intervienen en él (si son comerciantes), en
función de su objeto (si tiene un objeto que la legislación comercial
reputa con ese carácter), o en función de los dos criterios tomados
conjuntamente. (p.19).

Con respecto a este punto, una contratación en criptoactivos puede denominarse


una contrato comercial si una de las partes es denominado comerciante o se trate de
un acto de comercio per se, como lo exige el código de comercio venezolano, siendo
ésta su principal diferenciación con los contratos civiles, como lo aclara (Attarda, 2014):

La legislación aplicable a los contratos mercantiles ofrece


diferencias con respecto a la legislación civil común, debido a que
busca adaptarse a las necesidades del tráfico mercantil, el cual
necesita soluciones distintas (normalmente más ágiles y rápidas) que el
ámbito civil.(p.39).
Por otra parte (Gutiérrez, 1997) toca el punto clave, sobre el pago, que en el
caso de investigación se realizará con criptoactivos, siendo una forma novedosa,
carente de desarrollo doctrinario, dicho autor expresa:

La obligación es un vínculo jurídico por el cual una persona


llamada deudor se constituye en la necesidad de dar, hacer o no hacer
alguna cosa en beneficio de otra persona llamada acreedor.

El pago de las obligaciones mercantiles debe hacerse en el


tiempo designado en el contrato; en los contratos mercantiles no se
reconocen en términos de gracia o cortesía. Al pagar una obligación
mercantil de dar, debe entregarse la cosa convenida. (p.03-07).

Como se observa, el pago puede hacerse en expecie o en equivalente, siendo la


legislación civil conservadora, sin que se haya hecho mención hasta la fecha de
realizada esta investigación, sobre la tecnología blockchain y su posibilidad de ser el
pago en criptoactivos una forma legitima de extinción de obligaciones mercantiles,

Ya clara su viabilidad como objeto de diversos contratos, otro


punto neurálgico se encuentra detrás de estas criptomonedas: su
tecnología. La tecnología de registro distribuido (DLT), popularmente
conocida como blockchain, representa retos adicionales para la
contratación. Esta puede entenderse, grosso modo, como una base de
datos. La particularidad de ella es que está distribuida en varios
participantes o “nodos”.

A diferencia de las demás bases de datos, donde un


intermediario valida la información que allí se deposita, aquí todos los
participantes registran y validan cada movimiento. Un punto
fundamental es que esos movimientos, o transacciones, se incorporan
en enlaces de bloques, lo que hace que sean inmutables una vez allí
registrados. Lo anterior implica que una vez algo ingresa al sistema,
quedará un registro permanente sin posibilidad de ser manipulado.
(García & Mosquera , 2019,p.07-09).

La estructura de una transacción en criptoactivos, tiene un sistema de cadenas


de bloques complejo y seguro, que registra el pago sin poder manipularse o cambiarse,
siendo esto, la principal ventaja de dicha forma de pago.
Cabe resaltar, al margen de los detalles técnicos, que la
promesa de esta tecnología para el derecho de los contratos es la
posibilidad de crear contratos inteligentes: contratos que una vez
perfectos se ejecuten a sí mismos. Es decir, código que reduce la
incertidumbre de cumplimiento entre la etapa de perfeccionamiento y
aquella de ejecución. Son muchas las preguntas que aquí surgen:
¿sólo es posible celebrar contratos cuyo objeto sea un activo intangible
asociado a esta tecnología?, ¿son realmente inmutables los acuerdos
de voluntades allí alcanzados?, ¿cómo pueden los jueces pronunciarse
con respecto a esta modalidad de contratación? (García & Mosquera ,
2019,p.10).

Las dudas que surgen al respecto son muchas, siendo el tema de la tecnología
blockchain y criptoactivos una forma de pago novedosa, que aún carece de regulación
jurídica apropiada, que pueda brindar a la sociedad mercantil Traki S.A., seguridad
jurídica y confianza, para la adopción de dicha forma de pago, además de vacío
procesal que enfrentará el poder judicial, para resolver una demanda por concepto de
criptoactivos. (García & Mosquera , 2019) sostiene:

Las criptomonedas y la tecnología que las hace posibles están


creando escenarios sui generis que requieren de una reflexión
normativa en materia de contratación. Es fundamental que abogados
unan esfuerzos con profesionales de otras áreas del conocimiento para
dimensionar el verdadero alcance de estos avances tecnológicos y
poder reaccionar de forma adecuada. El derecho no debe llegar tarde a
lugares donde se necesita, en especial cuando puede estar en juego la
seguridad jurídica. Claro está, si la conclusión es que en efecto se
necesita su intervención. (p.13).

El Código Civil venezolano vigente en su artículo 1282 dispone: “Las


obligaciones se extinguen por los medios a que se refiere este Capítulo y por los
demás que establezca la Ley” es necesario entonces, determinar si los criptoactivos
pueden ser una forma de extinción válida, los modos de extinción de las obligaciones,
a saber, el pago que incluye el pago con subrogación, la novación, la remisión de
deuda, la compensación, la confusión y la pérdida de la cosa debida. Específicamente
dicha forma de extinción encuadraría en el pago, sin embargo, resulta necesario
analizar la naturaleza de dicha forma de extinción e inducir la posibilidad de que pueda
usarse algo distinto al dinero fiduciario. (Moisset, 1994):
El pago es un acto jurídico bilateral, cuando para efectuarlo
resulta necesaria la colaboración del acreedor, pues excepcionalmente
el Juez suple a éste. Sin embargo, no siempre el pago precisa de la
intervención el acreedor, pues ello sería confundir el pago con la
prueba de éste. Y así por ejemplo, en materia de obligación negativa
bien pudiera mediar un pago independientemente de la colaboración o
voluntad del acreedor, que el deudor pudiera probar por cualquier
medio de prueba distinto al típico recibo o finiquito, lo que haría dudar
del carácter bilateral del pago. De allí que autores como Acedo Penco
apuntan a considerar el pago como un acto jurídico voluntario del
deudor. (p.210-217).

Bajo el argumento precedente, ¿qué medio de prueba puede consignar el


acreedor de una deuda en criptoactivos?, el pago en dicha tecnología no necesitará de
la anuencia del deudor, sino que se ejecutará automáticamente, cuando el sistema
verifique el cumplimiento de la otra parte, sin embargo las partes deben sujetarse a lo
que establece el ordenamiento jurídico venezolano, relacionado con el pago, como
forma de extinción de obligaciones mercantiles, existen ciertas condiciones o requisitos
que deben darse para que un pago sea exigible, según directrices legales y
doctrinarias, a saber:

Una obligación válida preexistente.

“El pago presupone una obligación no afectada de nulidad. Wayar alude a este
punto causa-fuente o hecho generador, pues o se concibe el pago sin una obligación
preexistente. Pues cuando ella no existe el pago es nulo” (Wayar, 2002,p.266).

La intención de pagar o de extinguir la obligación.

Se le denomina “animus solvendi”. Sobre la intención de pagar,


se indica que además del elemento material, el pago precisa de un
elemento intencional. Tal aspecto lo asocia Wayar a la causa-fin que es
la finalidad de extinguir el vínculo; el ánimo de querer realizar el pago.
Pero aclara que finalidad y ánimo no deben ser asimilados. (Rodríguez,
2002,p.147).

Los sujetos del pago.

Son dos:
Solvens quien paga aunque no sea deudor y accipiens que recibe pago aunque
no sea acreedor.

“Objeto del pago, cosa o conducta (prestación) que se ha comprometido deudor


a realizar o a omitir.” (Camacho, 1992)

“Tiempo y lugar es incluida por algunos autores.” (Lagrange, 2012).

Como puede observarse, un vínculo jurídico en criptoactivos deben sujetarse a


los elementos legales que regulan el pago, para que tenga validez jurídica, siendo el
punto novedoso el objeto que será establecido como precio, los criptoactivos, siendo un
reto en materia probatoria, (Domínguez Gillén, 2015) resalta:
La prueba del pago le corresponde al deudor, y por tal debe
exigir el instrumento como prueba que acredite el mismo. Recordemos
el citado 1354 del CC a propósito de la prueba de las obligaciones:
“Quien pida la ejecución de una obligación deberá probarla y quien
pretenda haber sido libertado de ella debe probar el pago o el hecho
que ha producido la extinción de la obligación”. En sentido semejante
se aprecia el artículo 506 del CPC:

Son admisibles todos los medios de prueba, aunque la prueba


por excelencia es el recibo firmado por el acreedor. La carga de la
prueba de la obligación pesa sobre el acreedor pero sobre el deudor
pesa la carga de la prueba del pago. El pago constituye un hecho
extintivo positivo de la obligación. Debe el deudor exigir recibo de
finiquito y es una de las obligaciones o deberes del acreedor
entregarlo. (p.363).

Se deduce entonces, que aplicaría lo mismo respecto a las obligaciones


comerciales donde se establezca como forma de pago el criptoactivo, siendo el recibo
firmado por el deudor, plena prueba de liberación, no obstante, quedan múltiples
dudas, dado el carácter compleja de una transacción que use tecnología blockchain.

Refiere Mélich que no existe disposición que estipule recibo de


la prueba de obligación de hacer, pero debe reputarse al acreedor
incurso en incumplimiento de sus obligaciones en violación del principio
de la buena fe, que impone el artículo 1160 del CC. Lo mismo vale
obviamente para las obligaciones negativas en las que el acreedor
debe suministrar el correspondiente recibo de pago. (Orsini,
2012,p.368).
El recibo es el modo ordinario de la prueba del pago sin
perjuicio de que se pueda probar por cualquier medio admitido en
derecho. El recibo es el documento por medio del cual el destinatario
del pago reconoce que el cumplimiento ha tenido lugar.
En el pago se distinguen efectos ordinarios y extraordinarios.
Entre los ordinarios se ubica que el pago total obviamente extingue la
obligación y el pago parcial extingue la deuda solo por parte
correspondiente. Algunos incluyen en los efectos extraordinarios del
pago el pago con subrogación.

En relación con este tema, siendo el pago en criptoactivos una forma totalmente
digital, que implica un complejo entramado de cadenas de bloques, se requeriría una
experticia por parte de técnicos certificados en tecnología blockchain, para demostrar el
pago realizado por una empresa determinada, en este caso Traki S.A., no obstante,
dichas directrices deben acogerse a los requisitos que establece la legislación
venezolana actual:

Requisitos

La imputación de pagos precisa como requisitos de procedencia:

– Existencia de dos o más obligaciones entre un solo deudor y un solo

acreedor.

– Que se trate de obligaciones homogéneas. Deben ser de la misma naturaleza


(CC, 1302), de lo contrario no procede la figura. “El requisito principal para que
funcione la llamada «imputación» del pago es que existan varias relaciones obligatorias
que tengan prestaciones de la misma naturaleza; el caso más frecuente es el de las
obligaciones de dar sumas de dinero, pero también podría presentarse en las
obligaciones de dar cantidades de cosas” (Domínguez Gillén, 2015,p.377).

– Que haya un pago parcial en relación a lo que se debe.

– Que las partes no hayan convenido en preferir el pago de una obligación

en relación al pago de otra obligación.


Smart Contracts como fuente de obligaciones mercantiles pactadas en
Criptoactivos.

El desarrollo de las obligaciones y su posibilidad de ejecución forsoza, ha tenido


como requisito sine qua non, una fuente propia que sirva de fundamento y prueba de lo
que se pretende exigir. Dicha prueba en los tiempos actuales, ha sido el contrato
escrito, no obstante, en muchos países desarrollados se está usando el contrato
electrónico, en Venezuela aún no es generalizado, mucho menos el Smart Contract,
que tiene un desarrollo histórico prematuro, pero que es clave en lo que se refiere a las
relaciones jurídicas que versen sobre Criptoactivos, es grosso modo, el contrato
primigenio en lo relativo a la tecnología Blockchain.

En las décadas de 1970 y 1980 un movimiento informático se


propuso implantar los mecanismos de mercado como las subastas o
las ventas al campo de la informática. Mientras tanto la criptografia de
clave pública revolucionó en aquel entonces lo que era posible en
cuanto a seguridad en la red.
El término "smart contracts" fue acuñado por el informático Nick
Szabo, probablemente alrededor de 1993, para enfatizar el objetivo de
llevar lo que el llamaba las prácticas "altamente evolucionadas" de la
ley de contratos y las prácticas comerciales relacionadas hacia el
diseño de protocolos de comercio electrónico entre extraños en
internet. (Szabo, 2019,p.30-33).
Evidentemente, la pretensión principal del abogado e informático Szabo, fue
llevar las relaciones jurídicas contractuales, de tradición escrita, a un nivel informático
que pudiera evolucionar y mejorar dichos vinculos, con el fin de optimizar lo bueno y
minimizar, las falencias que conllevava contratar de manera escrita, que es lo que tiene
de positivo la tecnología Blockchain, en el espacio de las relaciones comerciales. Este
avance es clave en el campo mercantil, específicamente en las relaciones societarias.

Szabo, inspirado por investigadores como David Chaum,


también creía que la especificación a través de una lógica clara, y una
verificación o ejecución a través de protocolos criptográficos y otros
mecanismos de seguridad digital, podrían constituir una mejora
importante sobre los contratos legales tradicionales.
Mark Miller y otros han subrayado la utilización de otro tipo de
seguridad como base de los contratos inteligentes, a diferencia de
Chaum y otros investigadores en criptografía financiera los cuales
ponen énfasis en utilizar protocolos criptográficos avanzados para
mejorar la seguridad y la privacidad del dinero digital, la firma de
contratos, las subastas y otros mecanismos comerciales. (Szabo,
2019,p.34).
De esta manera, en el caso de una contratación en criptoactivos por parte de la
sociedad mercantil Traki S.A., quisiera dejar prueba de ello, en primer lugar apelaría a
los métodos tradicionales de contratación, que sería el documento privado, puesto que
auténtico, tendría obstáculos en cuanto a la formalización, por los vacíos legales que
existen en cuanto el tema en cuestión, puediendo el notario negar la autenticación de
dicho documento, alegando que no existe fundamento legal para contratar en
criptoactivos, siendo en parte verdadero, porque ya el estado venezolano ha dictado
directrices al respecto.

El desarrollo de los Smart Contracts ha sido progresivo, existen muchas dudas e


incertidumbre, para que los estados comienzen a adoptar esta nueva tecnología en las
relaciones jurídicas públicas y privadas, (Szabo, 2019) explica el desarrollo de muchas
empresas digitales alrededor del mundo para mejorar el desempèño de los contratos
inteligentes:

La mayoría de los anteriormente citados ejemplos, tienen,


probablemente líneas de desarrollo independientes, y de hecho
muchos defensores ven los contratos inteligentes como el resultado
inevitable de muchos esfuerzos independientes para mejorar las
operaciones en varias industrias que utilizan la tecnología digital.
Actualmente, varios lenguajes formales se han desarrollado,
especificado o propuesto para especificar las cláusulas contractuales
de este tipo de contratos. El IEEE tiene dos grupos de trabajo
especializados en contratos digitales, los cuales promueven que esta
investigación continúe en el futuro. (p.34).
Ahora bien, es necesario acotar que ya han sido adoptados dichos mecanismos
de contratación inteligente, sobretodo en el punto que nos atañe, en materia de
criptoactivos, (Ugarte, 2019):

Antes de la aparición de la cadena de bloques no existía ninguna


plataforma que pudiera hacer realidad los contratos inteligentes, por lo
que solo estaba definida conceptualmente. Bitcoin en sí misma es un
ejemplo de un contrato inteligente, donde las reglas de juego están
codificadas y aceptadas por sus participantes. Ethereum entre otras
plataformas, permite crear contratos inteligentes Turing completos
(significa que cualquier programa que se pueda crear en un
computador estándar, es también posible de ser programado aquí) y
almacenar el código fuente en su cadena de bloques.
Es posible crear una infinidad de programas que serán
ejecutados en cada computador de la red y que tendrán todos los
beneficios de la tecnología Blockchain. Aparece la idea de crear
distintos programas basados en la tecnología de cadena de bloques
dando lugar a una nueva descentralizada Internet llena de aplicaciones
descentralizadas. La cadena de bloque asegura que todas las
transacciones son verificadas por múltiples participantes, y sólo
transacciones que siguen las reglas del contrato inteligente serán
confirmadas. (p.06-08).
En relación a la idea anterior, las criptomonedas más importantes, como lo son
Bitcoin y Ethereum, han adoptado dicha forma de contratación, beneficiando a muchas
sociedades mercantiles, que han trabajado y cerrado negociaciones seguras y
efectivas. Dando como benefcio principal que las transacciones serán verificadas y
confirmadas por múltiples usuarios de manera objetiva.

En febrero de 2021 el Consejo General de la Abogacía Española


en colaboración con la empresa CTI soluciones s.l. y Caixabank
lanzaron una plataforma de contratación digital asociada y
condicionada a un evento de pago para facilitar los acuerdos judiciales
y extrajudiciales entre letrados. Dicha plataforma permite formalizar y
dejar firmado un contrato entre ambas partes y condicionar su eficacia
a que se haga un ingreso bancario en la cuenta asociada a dicho
contrato. La iniciativa fue desarrollada en base a la idea del abogado
español José Enrique Rodríguez Zarza. (Europa Press, 2021).

Resulta claro que en Europa se está adoptando en el área jurídica,


específicamente en el derecho mercantil y societario la contratación inteligente de
manera progresiva, dando resultados positivos para las partes intervinientes. Sirviendo
de precedente para que las legislaciones Latinoamericanas y de Venezuela en sentido
estricto, desarrollen marcos legales que regulen y beneficien a las empresas.

A título ilustrativo, se presentará una definición concreta de lo que se entiende


por Smart Contract, o contrato inteligente:
Los contratos inteligentes son simplemente programas
almacenados en una cadena de bloques que se ejecutan cuando se
cumplen condiciones predeterminadas. Por lo general, se utilizan para
automatizar la ejecución de un acuerdo para que todos los
participantes puedan estar seguros de inmediato del resultado, sin la
participación de ningún intermediario ni pérdida de tiempo. También
pueden automatizar un flujo de trabajo, activando la siguiente acción
cuando se cumplan las condiciones. (IBM, 2020).

En relación a la idea anterior (León A. , 2019) define:

Los denominados “smarts contracts” son un nuevo tipo


contractual o son una alternativa para obtener el cumplimiento de una
obligación de forma más rápida o diferente, tema de suma importancia,
ya que, algunos autores han revivido incluso el debate de la crisis del
contrato, al considerar los “smarts contracts” un contrato que
sobrepasa en muchos casos los límites legales y de la autonomía de la
voluntad. (p.04).
Visto de esta forma, el desarrollo de los contratos inteligentes supone una
revolución en la forma de llevar los acuerdos entre las sociedades mercantiles,
pudiendo decirse que revoluciona el concepto y forma tradicional de “contrato”,
llegando a percibirse una crisis legal, que precede a todo avance tecnológico,social y
cultural, históricamente hablando. A su vez, la empresa International Business
Machines asevera que los smart contracts, tiene mecanismos de clausulas que se
ejecutarán sólo si las partes han cumplido con lo establecido en ellos:

Dentro de un contrato inteligente, puede haber tantas


estipulaciones como sea necesario para satisfacer a los participantes
de que la tarea se completará satisfactoriamente. Para establecer los
términos, los participantes deben determinar cómo se representan las
transacciones y sus datos en la cadena de bloques, acordar las reglas
“si/cuándo… entonces…” que rigen esas transacciones, explorar todas
las posibles excepciones y definir un marco para resolver disputas. .
Luego, un desarrollador puede programar el contrato inteligente,
aunque cada vez más, las organizaciones que usan blockchain para
negocios proporcionan plantillas, interfaces web y otras herramientas
en línea para simplificar la estructuración de contratos inteligentes.
(IBM, 2020).
Por otra parte, es necesario, título ilustrativo presentar los beneficios que
conlleva la utilización de los smart contracts en el área del derecho mercantil y
societario:

Velocidad, eficiencia y precisión


Una vez que se cumple una condición, el contrato se ejecuta
inmediatamente. Debido a que los contratos inteligentes son digitales y
están automatizados, no hay papeleo que procesar ni tiempo dedicado
a conciliar errores que a menudo resultan de completar documentos
manualmente.
Confianza y transparencia
Debido a que no hay terceros involucrados y los registros
cifrados de transacciones se comparten entre los participantes, no hay
necesidad de cuestionar si la información se ha alterado para beneficio
personal.
Seguridad
Los registros de transacciones de Blockchain están encriptados,
lo que los hace muy difíciles de piratear. Además, debido a que cada
registro está conectado a los registros anteriores y posteriores en un
libro mayor distribuido, los piratas informáticos tendrían que alterar toda
la cadena para cambiar un solo registro.
Ahorros
Los contratos inteligentes eliminan la necesidad de
intermediarios para manejar transacciones y, por extensión, sus
demoras y tarifas asociadas. (IBM, 2020)
A modo de ejemplificar el uso del smart contract, puede servir este caso
hipotético:
Digamos que usted quiere apostar 2500 euros (o su
correspondiente porcentaje en bitcoin) a que la Real Sociedad va a
ganar, mientras que su amigo está apostando la misma cantidad a que
el Atlético de Madrid ganará el partido. El primer paso es que usted y
su amigo coloquen los bitcoin en una cuenta neutral controlada por un
contrato inteligente. Cuando el juego haya terminado y el contrato
inteligente sea capaz de verificar a través de un sitio de noticias quién
ganó, el contrato inteligente depositaría automáticamente los euros o
bitcoins en la cuenta del acertante. (Koonce, 2016)
Cabe considerar, por otra parte, este ejemplo más relevante en el ámbito
mercantil, una empresa dedicada al arte, realiza una venta, con la ayuda del smart
contract:
Supongamos que quiero vender una producción de arte digital a
un coleccionista. El precio de la compra se acuerda realizarlo en
cuotas. El esquema de pago es introducido en un contrato inteligente y,
cuando los plazos se cumplen, los pagos pasan a mi cuenta. Después
de cierta cantidad de pagos satisfechos, la propia producción digital
pasa al coleccionista (hay una transferencias del activo digital). ¿Por
qué usar un contrato inteligente y no por ejemplo que el coleccionista
haga pagos automáticos desde su banco y que un sistema transfiera la
producción digital cuando en mi cuenta se reciban los ingresos? La
diferencia es que sin contratos inteligentes cada parte realiza
transacciones independientes. (Koonce, 2016)
En este sentido se comprende la principal característica de una contratación
inteligente, y es la seguridad que sostiene la cadena de bloques, y su verificación de
las condiciones que se estipularon en el contrato.

En nuestro caso el coleccionista puede llamar a su banco para


cancelar los pagos. Yo siempre puedo cambiar mi sistema para que la
transferencia de la producción digital no ocurra. Para evitar estas
posibilidades en el mundo real es necesario establecer un contrato
legal en el que nos comprometamos a cumplir nuestra parte del trato.
Si uno de los dos falla en sus compromisos el contrato legal nos dará
derecho para ejecutar las disposiciones contractuales en un juicio.
(Koonce, 2016)
Por lo tanto, la principal ventaja del smart contract, en comparación con la forma
tradicional es la autoejecutabilidad del primero, por parte de un sistema tecnológico
objetivo, que no ejecutará la obligación hasta que la otra parte cumpla con lo
estipulado. Así lo explica (Koonce, 2016):

Sin embargo no se puede físicamente parar el que una de las


partes se eche atrás, Mientras que en un contrato inteligente
idealmente tanto el activo digital a ser transferido como la
moneda/activo usado para el pago viven en el sistema. El contrato en
sí es una transacción autoejecutada entre partes, disparada por
eventos que determinan de forma definitiva para que sucedan o no.
Múltiples partes colaboran para crear una grabación de sonido.
Están el compositor de la música, un letrista, músicos, cantantes,
productores y otros. Las partes que hacen la creación pueden embeber
los términos de licenciamiento en un contrato inteligente, y cuando un
consumidor compra la música, las regalías pueden fluir inmediatamente
a cada una de las partes participantes. No se necesitan intermediarios
para procesar las transacciones, o distribuir el contenido. Este tipo de
sistemas permite un flujo más transparente de regalías con menos
intermediarios entre los derechos de autor de los propietarios/artistas y
los consumidores. Imogen Heap y Ujo están trabajando en un sistema
de este tipo. (p.15).
Cabe resaltar, por su parte, el mecanismo que está detrás de dicha tecnología,
que puede ayudar a las sociedades mercantiles, específicamente Traki S.A. para
adoptarlo y beneficiarse de dicha tecnología:

La infraestructura de los contratos inteligentes pueden ser


implementados por registros de recursos replicados y la ejecución de
los contratos puede llevarse a cabo usando Árboles Merkle los cuales
funcionan mediante funciones hash criptográficas y la replicación de
tolerancia a fallos bizantinos los cuales son una generalización del
problema de los dos generales. Cada nodo en la red p2p actúa como
un registro de propiedad y de fideicomiso o garantía, ejecutando los
cambios de los titulares del contrato y comprobando automáticamente
las reglas que impone la transacción, y comprueba también el mismo
trabajo de los otros nodos. (Hodson, 2014)
En relación con este tema, se toca el punto de las formas de garantizar el
cumplimiento de un contrato, En este punto, tradicionalmente en el derecho
venezolano, dada su tradición con el derecho romano, “existen tres tipos de garantías
legales, la primera es personal, siendo ésta la fianza, y dos reales, la prenda e
hipoteca” (Gorrondona, 2017,p.17), no obstante, el smart contract tiene dentro de su
mecanismo tecnológico propio, en sus registros y nodos p2p, las garantías necesarias
para asegurar el cumplimiento de las obligaciones contraídas por la sociedad mercantil.

Alguna de sus manifestaciones, se encuentran en la adopción de este


mecanismo en empresas vanguardistas:

Criptomonedas como Bitcoin tienen implementado casos


especiales para esos registros o nodos, donde la propiedad y el núcleo
de la transacción es el dinero. Bitcoin y muchos de sus derivados
contienen mecanismos más generalizados para título de propiedad y
ejecución de contratos. El mantenimiento de código es una parte muy
importante y latente del protocolo de Bitcoin, basado en replicación
Bizantina (Sistema de prueba de trabajo) probabilística y anónima. Una
de las propuestas para usar Bitcoin como registros de replicación y
ejecución de contratos es la denominada "monedas coloreadas".
Algunos ejemplos de aplicaciones que usan este tipo de ejecución de
contratos pueden ser Ripple, Mastercoin, Ethereum y RSK. (Hodson,
2014)
Las aplicaciones pueden incluir instrumentos financieros como pueden ser las
acciones, los bonos, la compraventa mercantil, préstamos comerciales y otros
elementos financieros donde los nodos pueden supervisar los eventos en los que se
condicionaron las reglas del smart contract asociado.

Por otra parte, es necesario acotar el desarrollo legal que se la ha dado a este
tipo contractual novedoso, así lo explica (Larraechea & Orhanovic, 2020):

Los denominados “smart contracts” son una innovación


tecnológica que, valiéndose de la tecnología Blockchain, permite
realizar transacciones de forma segura, expedita y casi sin riesgo de
incumplimientos contractuales. Sin embargo, no está del todo claro si
estos instrumentos constituyen jurídicamente “contratos”, y si, por
consiguiente, han de aplicarle todas las normas y estructuras propias
de un contrato.
Por consiguiente, somos de aquellos que sostienen que un
smart contract es un contrato en el sentido jurídico, y que las partes
cumplirán según lo pactado en él. Como ya expusimos, una vez
válidamente ingresado el smart contract a la plataforma de Blockchain,
este será inmutable. En efecto, el bloque y su contenido queda
encriptado y almacenado en la red de tal forma que no sería posible su
modificación por la mera voluntad de las partes, sino que requeriría del
ya mencionado proceso de Hard Fork, requiriendo la coordinación con
miners y otros actores. (p.16).
De este modo, el smart contract entraría en la clasificación de los contratos
innominados actualmente en la legislación venezolana, no obstante es necesario una
regulación más específica, dado el carácter único de esta nueva herramienta
tecnológica.

Como sabemos, la regla general en materia contractual es que


las partes de cualquier convención pueden, de mutuo acuerdo,
modificar sus términos o bien dejarla sin efecto. El no poder hacerlo en
el caso de los smart contracts (salvo en caso de Hard Fork) genera una
contradicción al principio básico de la contratación tradicional. Es tan
fuerte la vinculación a la “ley del contrato” en los smart contracts que,
aun existiendo acuerdo entre las partes, el contrato sería complejo de
modificar o terminar. (Larraechea & Orhanovic, 2020,p.117).
Sucede pues, un punto importante con respecto a la contratación inteligente, que
no podrán las partes hacer alteraciones de ninguna indole, dada la inmutabilidad que
conlleva esta forma de contratación, ni podrán solicitar la resolución contractual, siendo
este rasgo, un punto negativo, puesto que contradice la autonomía de la voluntad de
las partes y la libertad contractual.

Una forma en que los expertos han previsto modificar, resciliar o


terminar un smart contract, es que las mismas partes desplieguen un
nuevo código en la plataforma por el cual se obliguen a realizar las
nuevas prestaciones acordadas. Así, a modo de ejemplo, en una
compraventa de activos digitales, el comprador devolvería el activo y el
vendedor el precio correspondiente. Esta solución al problema no es
tan alejada del derecho contractual; de hecho, parte de la doctrina
plantea que la institución de la resciliación precisamente implica la
celebración de una convención en “sentido inverso” del acto o contrato
que se está resciliando. (Larraechea & Orhanovic, 2020,p.118).

Con respecto a la cita anterior, dicha alternativa, brinda una solución a este
punto en concreto, para que los principios contractuales estén en armonía con el
mecanismo del smart contract, sin embargo, se requiere de un análisis profundo de
especialistas tecnológicos y legales que planteen soluciones más estructuradas y
concretas.

Habiendo dilucidado la naturaleza jurídica de la contratación inteligente,


procederemos a contextualizarla dentro de la clasificación de los contratos contenida
en nuestro Código Civil. Así, un contrato inteligente puede ser unilateral o bilateral,
gratuito u oneroso, y principal o accesorio.

(Calderas , 2020):

Los contratos inteligentes tienen tres (3) elementos adicionales


al que tiene un contrato ordinario o tradicional:
1). La transacción debe implicar más que sólo la transferencia
de dinero, como por ejemplo un bien, un servicio a otra persona o
empresa mediante el cual te pagará un valor.
2). Deben existir al menos dos partes en un contrato, este
elemento es común
3). La ejecución del contrato no requiere de una participación
humana directa luego de que el contrato inteligente se haya hecho
parte de las cadenas de bloques. Por este último elemento es que
dichos contratos son realmente inteligentes.
Es decir, al estar estructurado el contrato inteligente con sus
cláusulas y condiciones, y cumpliendo con los elementos arriba
descritos, una vez acordado por las partes, se encriptará en el
Blockchain de la plataforma deseada y será automáticamente
ejecutado el cumplimiento del contrato, basándose por supuesto en lo
establecido previamente, sin que se involucren terceros. (p.130).

Es conveniente acotar los signos que comparten similitud con el contrato


tradicional o escrito, como lo es la pluralidad de partes, y el objeto o precio,
contrastando solamente la característica innovadora de la ejecutabilidad automatica,
que tiene una ventaja revolucionaria, tecnológicamente hablando. Por otra parte, ya se
está implementando avances tecnológico para que puedan intervenir bienes muebles o
inmuebles en los contratos tecnológicos. (Cosentino, Martínez, & Vecchio, 2017)
exponen al respecto:

Las transacciones financieras atadas a una propiedad o bien


mueble o inmueble, es un elemento que requiere ser incorporado en
los contratos inteligentes en un futuro no muy lejano, a través de lo que
se denomina como el Internet de las Cosas (Internet of Things- IoT),
por medio de ello, podría un arrendador, por ejemplo, como cláusula
preestablecida, bloquear algún servicio o habitación de la casa hasta
tanto no cumpla el arrendatario con su parte del pago. Esto por su
puesto con una tecnología avanzada aplicada al bien que se encuentra
como objeto principal del contrato, en este caso una casa o
apartamento arrendado.
El internet de las cosas o Internet of Things (IoT), se refiere a
conectar los objetos a lo digital, como los sensores de movimientos o
sensores de sonidos para encender las luces o los equipos electrónicos
de una casa. Es todo un mundo innovador que los contratos
inteligentes quieren integrar y encriptarlo en el Blockchain. (p.33-38).

“Para el año 2022 se estima un aumento de más de 50.000 millones de


dispositivos conectados, gracias al desarrollo y aplicación incalculable del Internet de
las cosas o Internet of Things (IoT)” (Grijalva, 2019,p.131). siendo ineludible el impacto
que tendrá en el derecho, y específicamente en la posibilidad de admitir los pagos en
criptoactivos, “el internet ha sido la red que permite la comunicación entre seres
humanos, únicamente, pero ahora llega el internet de las cosas que puede conectar no
sólo a los seres humanos sino a las cosas entre sí, las cosas se comunicarán con las
cosas para facilitar la vida utilizando la tecnología.” (Oppenheimer, 2022)

El creador del internet de las cosas, Kevin Ashton, señala que el


Internet of Things (IoT) es aquello que unirá, como su nombre lo indica,
al internet con las cosas, saber a través de ello dónde están los objetos
y si alguno de nuestros bienes, electrodomésticos o aparatos necesita
algo o está a punto de sufrir daños, para poder luego de ese aviso
repararlos, el fin de ello es transferir al mundo real todo el poder que
tiene el internet, para lograr la administración de las cosas que
poseemos. (Ambito Jurídico, 2020).
De este modo, el internet de las cosas tendrá un impacto considerable en el
campo del derecho, sobretodo en la forma de contratación mercantil, puediendo
integrarse no solo dinero, sino los bienes muebles o inmuebles que sean objeto de la
relación contractual. Debe entonces armonizarse el avance informático con las
directrices legales, en materia contractual.

Como lo establece el Código Civil Venezolano en los artículos 1141 y 1142 ,


todo contrato debe cumplir con una estructura y elementos para que dicho acto se
considere dentro del marco legal. Teniendo claro lo establecido en ley, el contrato debe
redactarse y establecer las cláusulas, términos, condiciones y sanciones que las partes
acuerden. Una vez cumplidos estos elementos legales, posteriormente para crear un
contrato inteligente se necesita lo siguiente:

1. Sujeto del contrato: El programa elegido debe tener acceso a


los bienes y/o servicios que se establecieron en el contrato para
bloquearlos o desbloquearlos automáticamente, si ese fuera el caso,
usando lo que se conoce como el internet de las cosas (IoT).
2. Firmas digitales: Las partes deben firmar el contrato a través
de sus claves privadas. Estas claves se generan al inicio de todo el
proceso antes de subir el contrato inteligente a la cadena de bloques.
3. Términos y condiciones: Los términos de un contrato
inteligente toman la forma de una secuencia exacta de operaciones, es
decir, las pautas o cláusulas se autoejecutarán según como se
establezca. Todos los participantes deben firmar estos términos.
4. Plataforma descentralizada: El contrato inteligente se
implementa en el Blockchain de una plataforma y se distribuye entre los
nodos de la misma. (Calderas , 2020)
En consecuencia, la característica principal es optimizar la forma de contratación
tradicional, para que las empresas tengan formas más efectivas y seguras de
contratación mercantil, reduciendo los riesgos y defectos del contrato escrito, y llevando
una ejecución automática por parte del sistema objetivo de la blockchain.

(Valencia, 2019) concluye que:

Los contratos inteligentes deben proporcionar a las partes


información clara, precisa, absoluta y comprensible en un lenguaje
natural sobre los procedimientos mediante los que se va a desarrollar
la ejecución automática de las prestaciones y su alcance patrimonial y
económico, a fin de evitar percepciones mentales erróneas o equivocas
que puedan generar disputas legales.
Cabe recordar que, una vez en la cadena de bloques o
Blockchain no podrá ser modificado el contenido del contrato y éste se
ejecutará de manera automática. (p.28).
Por supuesto que estas aseveraciones sirven de precaución a las partes que
adoptarán el smart contract, para analizar con detenimiento la estructura del contenido,
y evitar errores que puedan entorpecer la negociación, puesto que la modificación en
materia de smart contracts es dificil, a pesar de ello, están siendo adoptados cada vez
más:

Los contratos inteligentes sí se están siendo usados con mucha


frecuencia, a pesar de su poca regulación, lo cual sucede por lo
comentado anteriormente, las leyes no sólo en Venezuela sino a nivel
mundial, no llevan el mismo ritmo que la sociedad, en la mayoría de los
casos. La regulación de los contratos inteligentes será uno de los retos
más difíciles para los legisladores y creadores de normas en cada país,
debido a lo amplio, extenso y el área que inicialmente la comprende,
área informática o tecnológica.
Igualmente, ellos están siendo usados ya que es una manera
más efectiva, económica, rápida y segura para acordar una
negociación. La falta de regulación no significa que sea ilegal,
simplemente que la Ley no está acorde a las necesidades de la
sociedad, y precisa transformarse para adaptarse a la realidad. Es allí
donde el rol de los legisladores es de fundamental importancia.
(Calderas , 2020,p.25).

Como puede observarse, la falta de regulación legislativa no ha impedido el uso


paulatino del contrato inteligente, dado sus beneficios y efectividad, enfatizando que la
ausencia de leyes sobre el tema no lo hace una prática delictiva, sino que se está ante
un vacío legal, que requiere un esfuerzo por parte de un equipo multidisciplinario, para
la creación de marcos legales que cubran toda la problemática y procesos que implica
la tecnología blockchain y smart contract.

Con respecto a la validez jurídica, (Valencia, 2019) considera:


Los contratos inteligentes no cuentan con regulación expresa y
por ende se deben regir por la legislación aplicable a cualquier otro
contrato. Por consiguiente, en Venezuela el tema de los contratos
inteligentes aún sigue siendo una teoría, pero se pueden aplicar sin
inconveniente, inicialmente cumpliendo con la estructura legal básica
establecida para los contratos ordinarios, inmerso en un plano
tecnológico. (p.27).
Plantea (Rojas , 2022): “El arbitraje podría ser otra opción que se permita como
medio legal para estos contratos, en el cual las partes deciden y hacen uso de su libre
albedrío, rigiéndose por las condiciones establecidas en el contrato en sí.”(p.03).

A través de los contratos inteligentes los pagos son virtuales, que los hace una
forma novedosa para el ordenamiento jurídico venezolano, es decir con criptomoneda,
una forma de pago que tiene poco desarrollo legislativo, (Rangel , 2019) las define de
la siguiente manera:

Una criptomoneda es una moneda que usa tecnología


criptográfica, siguiendo protocolos específicos para realizar
transacciones que le son propias, aprovechadas entre pares o más, de
manera expedita y sin limitaciones territoriales entre ellas, originadas
por minería digital y almacenadas en billeteras digitales o wallets y
respaldadas por la confianza de las personas naturales o jurídicas de
derecho público o privado. (p.19).
El principal rasgo del smart contract, que aportará al progreso contractual para
las sociedades mercantiles, será el de la autoejecutabilidad, que transformará el modo
de celebrar los negocios jurídicos, sin embargo, debe analizarse a través de diálogos
entre especialistas legales y tecnológicos. (Riveros , 2020) explica este rasgo
tecnológico detalladamente:

Otro beneficio es que, estos contratos son programables se


ejecutan de manera automática, se autoejecutan luego de la
verificación de un hecho que anterior a ello ya estaba establecido en el
contrato subido a la cadena de bloques de una plataforma. Debido a
que este tipo de contratación se realiza con códigos informáticos y no
con letras sobre papel, no se puede volver atrás una vez se haya
ejecutado la cláusula dictada, evitando modificaciones voluntarias e
involunta ias por las partes o terceros, brindando mayor seguridad y
confianza al momento de dar cumplimiento a un hecho acordado.
El encriptado de estos contratos inteligentes hace imposible el
acceso para ser manipulados y permite por su ejecución automática
que cada parte cumpla con lo establecido en él sin excusas o prórrogas
no acordadas previamente. Igualmente, trabajaría a beneficio de
instancias judiciales y administrativas, facilitando el manejo y
cumplimiento de este trámite legal entre partes, todo lo contrario, a lo
que se cree de que eliminaría el ejercicio jurídico, nada más alejado de
la realidad. (p.17).
Como puede observarse, la tecnología blockchain tendrá un impacto favorable
en el desarrollo del derecho contractual y societario, puediendo optimizar la forma de
contratar por parte de la sociedad anónima Traki S.A., ya que sus pagos en
criptoactivos quedarían respaldados y seguros, sin necesidad de exigir la ejecución
manual, sino que dichos mecanismos tecnológicos harían todo el trabajo, aunado que
puede también, en caso de ser necesario, optarse por los medios alternativos de
resolución de conflictos, como el arbitraje, y en última instancia los medios clásicos de
resolución, es decir, el poder judicial, en la personificación de los tribunales
competentes, con un marco legislativo específico futuro. (Calderas , 2020) resume una
idea similar al respecto, “El fin de toda innovación jurídica es evolucionar ese mundo,
hacerlo más fuerte, accesible y fácil para quienes son los verdaderos protagonistas, la
sociedad, y llevar el ejercicio de la abogacía hacia el plano digital”.(p.137).

Varios autores han criticado este modo de contratación, puesto que hay dos
precedentes que demostraron la vulneravilidad del smart contract, sin embargo, toda
herramienta tecnológica debe pasar por un desarrollo paulatino y nunca pretender que
sea perfecto, toda herramienta tendrá sus rasgos débiles.

Las personas naturales y los representantes de las personas


jurídicas que pretendan realizar algún contrato bajo la modalidad y
estructura tecnológica de los denominados “smarts contracts” deberán
entender su funcionamiento y riesgos para evitar caer en situaciones
similares a las ya ocurridas en casos como el “PARITY” o el “DAO
A manera de conclusión, los contratos inteligentes funcionan
sobre estructuras tecnológicas con características propias para
celebrar negocios jurídicos generales o específicos, en otras palabras,
cualquier contrato típico o atípico podría ser inteligente si se realizará
por dicho medio, pero en todo caso no es un contrato ajeno a las
disposiciones que lo rigen, no se debe confundir la forma de su
cumplimiento con el contrato propiamente dicho, una compraventa
realizada de forma tradicional o bajo la modalidad “smart contract”
sigue siendo una compraventa, y se regirá bajo la normatividad. ”.
(León A. , 2019,p.06).
Operacionalización de Variables.
Cuadro 1.
Objetivo General: Analizar los criptoactivos como medio de pago para el cumplimiento de las obligaciones
mercantiles de la sociedad anónima Traki S.A.
Definición Operacional
Objetivos Específicos Variables Definición Conceptual
Dimensión Indicadores

-Determinar la regulación legislativa La regulación legislativa Son los instrumentos - Marco legal sobre
mercantil aplicable al cumplimiento mercantil aplicable al legislativos específicos que Criptoactivos.
de las obligaciones comerciales con cumplimiento de las regulen el proceso de
criptoactivos por parte de la obligaciones comerciales negociación contractual y Marco - Formas legales de
Sociedad Anónima Traki S.A. con criptoactivos. extracontractual de normativo y cumplimiento de
obligaciones mercantiles, obligaciones
pactadas en Criptoactivos, doctrinal mercantiles en
estableciendo su Criptoactivos.
procedimiento judicial
especial.
-Describir las acciones judiciales Las acciones judiciales Son aquellas acciones - Acciones
que tienen las partes contratantes existentes para hacer judiciales que amparen a judiciales
para ejecutar voluntaria o cumplir obligaciones las partes intervinientes en relacionadas con
forzosamente la obligación mercantil mercantiles pactadas en negociaciones Marco Criptoactivos.
pactada en criptoactivos en caso de Criptoactivos. contractuales o normativo y - Relaciones
mora o incumplimiento contractual y extracontractuales Contractuales y
extracontractual. establecidas en doctrinal. Extracontractuales
Criptoactivos en materia en Criptoactivos.
societaria. - Smart Contract.

-Determinar los medios probatorios Los medios de prueba Son aquellos medios
existentes para demostrar el pago existentes para demostrar probatorios nominados e - Régimen
de una obligación mercantil en el pago de obligaciones innominados que traten de probatorio de los
criptoactivos por parte de la mercantiles en probar el pago realizado en Marco Criptoactivos.
Sociedad Anónima Traki S.A. Criptoactivos. Criptoactivos por parte del
normativo y - Prueba
sujeto procesal que
corresponda la carga de la doctrinal innominada.
prueba, según las reglas
procesales respectivas.
Bases legales.

Legislación Nacional

Decreto constituyente sobre Criptoactivos y la Criptomoneda Soberana


Petro (2018)

Publicada en Gaceta Oficial No. 6.370 Extraordinaria de fecha 9 de Abril de


2018. Establece elementos pertinentes para la presente investigación.

Artículo 1. El objeto de este Decreto Constituyente es establecer las bases


fundamentales que permiten la creación, circulación uso e intercambio de criptoactivos,
por parte de las personas naturales y jurídicas, públicas y privadas, residentes o no en
el territorio de la República Bolivariana de Venezuela y en especial el Petro,
Criptomoneda venezolana, creada de manera soberana por el Ejecutivo Nacional, con
el firme propósito de avanzar, de forma armónica en el desarrollo económico y social
de la Nación, a través de su ofrecimiento como criptoactivo alternativo para el mundo,
dado su carácter de intercambiabilidad por bienes y servicios.

Artículo 9. El estado venezolano promoverá, protegerá y garantizará el uso de


las Criptomonedas como medios de pago en las instituciones pública, empresas
privadas, mixtas o conjuntas, dentro y fuera del territorio nacional.

Decreto No. 3.355, mediante el cual se crea la Superintendencia de


Criptoactivos de Venezuela y Actividades Conexas Venezolana (SUPCACVEN).

Artículo 3. Este Decreto Constituyente tiene como ámbito de aplicación los


bienes, servicios, valores o actividades relacionados con la constitución, emisión.
Organización, funcionamiento y uso de criptoactivos, dentro del territorio nacional, así
como la compra, venta, uso, distribución e intercambio de cualquier producto o servicio
derivado de ellos y demás actividades que le sean conexas.

Artículo 11. Corresponderá a la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y


Actividades Conexas (SUNACRIP):
7. Ejercer el control y fiscalización de las actividades de negociación, creación,
emisión, transferencia, comercialización e intercambio de criptoactivos que tengan
lugar en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela

13. Promover el uso y adopción de los criptoactivos y de las tecnologías de


cadena de bloques en el sector público, sector comunal y sector privado, como una
herramienta para facilitar los procesos, incrementar la eficiencia y reducir los costos,
entre otros aspectos.

Decreto No. 3.353 mediante el cual se autoriza la creación de una Empresa


del Estado, denominada Tesorería de Criptoactivos de Venezuela, S.A. (2018)

Publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No.


6.371 Extraordinario de esa misma fecha.

Artículo 2. La Sociedad Anónima TESORERIA DE CRIPTOACTIVOS DE


VENEZUELA, S.A. tendrá por objeto social la emisión, custodia, recaudación,
distribución de Criptoactivos, así como todas las actividades inherentes a la percepción
de ingresos, transferencias, realización de pagos, inversiones, administración de
fondos, gestión de criptoactivos e instrumentos negociables destinados a sostener su
valor, emisión y gestión de la infraestructura y el sistema de información de los
criptoactivos, monitorear digitalmente el cumplimiento de los contratos virtuales que
han de manejarse en la Cadena de Bloques (blockchain), incentivar la promoción del
equilibrio financiero a través de la colocación de los criptoactivos en el mercado, y en
general, la realización de todo tipo de actividades que tengan alguna relación con el
objeto principal de la sociedad sin limitaqción alguna, siempre y cuando sean de licito
comercio.

Decreto No. 25 en el marco del estado de Excepción y de Emergencia


Económica, mediante el cual se decreta la creación de las zonas petro.

Artículo 2. En las zonas económicas especiales referidas se incorporará el


potencial generador de toda la actividad de minería virtual vinculada a los criptoactivos,
como política de Estado del Ejecutivo Nacional, así como el uso y comercialización del
Petro y demás criptoactivos que se crearen como mecanismos de pago de bienes y
servicios, para fortalecer el desarrollo de la región. En razón de ello, la zona atenderá
los campos tecnológicos, informáticos y el desarrollo de tecnologías alternas para el
ahorro energético, haciendo uso de estrategias de complementariedad económica con
el apalancamiento de inversiones nacionales y extranjeras.

Artículo 3. A los fines del cumplimiento del objeto de la Zona económica


Especial se promoverá y facilitará la utilización del Petro y demás criptoactivos que
fuesen creados, en los diferentes estamentos comerciales e industriales, incluyendo el
pago por combustible, así mismo, se incorporará al Plan estratégico de Desarrollo
integral, de acuerdo con lo establecido en el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
de Regionalización Integral para el Desarrollo Socioproductivo de la Patria.

Definición de Términos Básicos.

Los principales términos relacionados con el tema objeto de la presente


investigación, que serán utilizados repetidamente a lo largo del presente trabajo y cuya
comprensión resulta indispensable son los siguientes:

Criptoactivo: se definen como una representación digital de valor no emitida ni


garantizada por un banco central ni por una autoridad pública, no necesariamente
asociados a una moneda de curso legal, que no tienen la consideración de moneda o
divisa, pero que son aceptados por personas físicas y jurídicas como medio que puede
transferirse, almacenarse o negociarse por medios electrónicos. (Caja de Ingenieros,
2020)

Tecnología Blockchain: Blockchain, o cadena de bloques, es un libro de


contabilidad digital distribuido que almacena datos de cualquier tipo. Una cadena de
bloques puede registrar información sobre transacciones de criptomonedas, propiedad
de NFT o contratos inteligentes DeFi. (LISA Institute, 2020)

Criptografía asimétrica: Esta metodología tiene como base la utilización de dos


claves diferentes, pero vinculadas matemáticamente entre sí, utilizadas para cifrar y
descifrar el mensaje. Una de ellas debe ser pública, propia de cada participante pero
puesta a disposición de cualquier usuario, sea participante en el intercambio de
información o no. La otra es una clave privada, también propia de cada uno de ellos,
pero que debe permanecer en secreto y nunca ser revelada.  (NIC, 2018)

Criptomoneda: Es un activo digital que emplea un cifrado criptográfico para


garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, y controlar la
creación de unidades adicionales. (Banco Santander, 2021)

Petro: El Petro es una divisa de Venezuela. Una CBDC, o divisa puramente


digital emitida por un banco central y que utiliza algunos aspectos de la tecnología
Blockchain. Se trata de la pionera en este sentido a nivel mundial cuya creación de
forma soberana ha puesto a Venezuela en el epicentro de la innovación en este tipo de
tecnología. (Bit2me, 2020)

Bitcoin: El bitcoin es una moneda virtual e intangible (criptodivisa) se caracteriza


por ser descentralizado, es decir, no está respaldado por ningún gobierno ni depende
de la confianza en un emisor central. Por el contrario, utiliza un sistema de prueba de
trabajo para impedir el doble gasto y alcanzar el consenso entre todos los nodos que
integran la red. De igual forma, las transacciones no necesitan de intermediarios y el
protocolo es código abierto. (El Economista, 2020)

NFT: Las siglas de NFT significan Non -Fungible Token, un token no fungible.
Los tokens son unidades de valor que se le asignan a un modelo de negocio, como por
ejemplo el de las criptomonedas. Y es que los NFT tienen una relación estrecha con las
criptomonedas, por lo menos tecnológicamente, aunque son opuestos, ya que un
Bitcoin es un bien fungible, y un NFT es un bien no fungible, pero en esencia, son como
las dos caras de una moneda tecnológica. (Fernández Y. , 2021)

Contrato: “Los contratos son aquellos negocios jurídicos donde las


declaraciones de voluntad libremente emitidas por las partes cumplen los presupuestos
de forma y fondo necesarios para la producción de un efecto jurídico, normalmente
patrimonial, reconocido por el Derecho.” (Wolters Kluwer, 2019)
Según el Código Civil venezolano: “el contrato es una convención entre dos o
más personas para constituir, reglar, transmitir, midificar o extinguir entre ellas un
vínculo jurídico.”

Contrato Inteligente (Smart Contract): un contrato inteligente hace referencia


a un contrato que se ejecuta por sí mismo sin que intermedien terceros y se escribe
como un programa informático en lugar de utilizar un documento impreso con lenguaje
legal. (BBVA, 2019)

Sociedad Mercantil: Es La reunión o unión de varias personas que ejercitan el


comercio con el fin de crear una sociedad mercantil legalizada, por la ley que las
represente, además sea dueña de su propio patrimonio, y les otorgue utilidades o
ganancias a dichos socios mientras vivan y después de su muerte a sus herederos).
(UNAM, 2019,p.01).

Obligación Mercantil: “La obligación mercantil es un vínculo jurídico por el cual


una persona llamada deudor se constituye en la necesidad de dar, hacer o no hacer
alguna cosa en beneficio de otra persona llamada acreedor”, (UNAM, 2019), con la
característica distintiva que alguna o ambas partes es comerciante o emana de actos
de comercio.

Pago en Especie: El pago en especie es una modalidad de pago. En esta, la


satisfacción de la deuda, o el pago a cambio del cual adquirimos un determinado bien o
servicio que demandamos, se hace mediante la entrega de otro bien o servicio, y no
mediante dinero en efectivo. (Enciclopedia Económica, 2021,p.12).

Dinero Fiduciario: El dinero fiduciario o dinero inorgánico es aquel que está


respaldado en la confianza de una sociedad. Dicho de otro modo, el dinero fiduciario,
no se basa en el valor de metales preciosos sino en la creencia general de que ese
dinero tiene valor. También se conoce como papel moneda o dinero inconvertible.
(Enciclopedia Económica, Criptomonedas., 2021, p. 02).

Vacío legal: Ausencia de normas positivas aplicables a relaciones o casos


jurídicos determinados, especialmente ante un planteamiento litigioso. (Cabanellas ,
1998)
Acción judicial innominada: Es aquella que no está regulada expresamente en
la ley procesal y no tiene reglas específicas aplicables, por lo que se deberán ventilar
por el procedimiento ordinario.

Prueba Innominada: Es aquel medio que no está establecido explicitamente en


la ley adjetiva, y se basa en el principio de libertad de los medios de prueba,
establecido en el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil: “…Pueden también
las partes valerse de cualquier otro medio de prueba no prohibido expresamente por la
ley y que consideren conducente a la demostración de sus pretensiones…”

Conciliación: Es una herramienta para solucionar conflictos que se basa en la


comunicación entre las partes y el intercambio de ideas para solucionar una diferencia.
En este proceso las partes son acompañadas por un tercero experto que se denomina
conciliador en Derecho. (Centro de Conciliación y Arbitraje., 2022).

Arbitraje: Es un mecanismo alternativo de solución de conflictos (MASC), de


rango constitucional, en el que un tercero imparcial y especializado, llamado árbitro,
actúa como juez en la solución de una controversia, emite una decisión denominada
laudo arbitral que tiene los mismos efectos legales de una sentencia judicial. (Centro de
Conciliación y Arbitraje., 2022).
CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

En este capítulo, se desarrollarán los lineamientos bajo los cuales se llevará a


cabo la metodología del trabajo de investigación. Es por ello que el autor del estudio
plantea un conjunto de títulos en los cuales se explicará tanto el diseño, como el nivel
del estudio desarrollado, además de ello, “señalará los pasos por los cuales se
encaminará el proceso de la recolección, interpretación del material encontrado, y la
redacción del trabajo” (Hernández Sampieri, Fernández, & Baptista, 2010, p. 15), por lo
tanto, es de carácter preeminente, ya que construirá el “puente”, entre la teoría y la
práctica de dicha teoría, esbozará el “cómo” de las interrogantes planteadas en el
planteamiento del problema.

Naturaleza de la investigación

Metodológicamente el trabajo que se proyecta responde al enfoque cualitativo


definida por (Milán, 2008) como:

Tienen como característica común referirse a sucesos complejos que tratan de


ser descritos en su totalidad, en su medio natural. No hay consecuentemente, una
abstracción de propiedades o variables para analizarlas mediante técnicas estadísticas
apropiadas para su descripción y la determinación de correlaciones. (pp.1-3)

De acuerdo con la definición anterior, enfatiza que la investigación cualitativa


analiza el medio natural con la menor intervención posible, analizando datos
descriptivos, “como el comportamiento observable de las personas, las palabras
escritas o dichas” (Taylor & Bogdan, 1984, p. 5), por lo cual, dicho método de
investigación está interesado principalmente por cuestiones o problemas sociales,
siendo pertinente para la investigación jurídica, como es en la presente investigación,
puesto que el estudio no se caracterizará por los datos, ya que estos pueden ser
cuantificados, sino que estará más orientado a su aspecto analítico que no es
matemático.

Adicionalmente, otro argumento justificativo para la utilización de este enfoque


investigativo, es según (Hernández Sampieri, Fernández, & Baptista, 2010, p. 45) “su
riqueza interpretativa y profundidad de significados”, siendo preeminente el análisis de
múltiples realidades subjetivas, teniendo pertinencia en la investigación de carácter
jurídico, específicamente en la rama mercantil, que “predomina la costumbre y
autonomía privada de las partes” (Arrubla Paucar, 2015, p. 18), por lo tanto, el
dinamismo y regulación de la economía y las relaciones sociales subyacentes,
requieren cierto proceso investigativo recurrente y sin secuencia lineal, que se adapte
al estudio de sus fenómenos socio-económicos dúctiles.

En este mismo orden y dirección, la temática del estudio siendo jurídica,


específicamente de la sub-rama del derecho mercantil y los Criptoactivos, y los
objetivos planteados, no siendo tan específicos, en los que prevalece la subjetividad, y
su principal interés es el análisis jurídico, económico y social, cabe destacar la
definición del enfoque cualitativo de (Deslauriers, 2004):

La investigación cualitativa no rechaza las cifras ni las estadísticas pero no les


concede simplemente el primer lugar; se concentra ante todo sobre el análisis de los
procesos sociales, sobre el sentido que las personas y los colectivos dan a la acción,
sobre la vida cotidiana, sobre la construcción de la realidad social. (p.6).

Como puede observarse, siendo el derecho una “ciencia social, que


clásicamente ha sido un instrumento de resolución de controversias, y en este carácter
radica toda la posibilidad que tiene de contribuir al cambio social ordenado y pacífico”
(Witker, 2014, p. 357), por lo tanto, de acuerdo con mi punto de vista, dicho enfoque
investigativo corresponde armónicamente con la temática y objetivos de la presente
investigación, que evaluará el entorno empresarial de una sociedad anónima,
evaluando el desarrollo natural de los sucesos sin manipulación ni estimulación de los
hechos.
De manera semejante, como argumento sobre la relación de la naturaleza de la
investigación con la temática y objetivos planteados, (Morles, Hernández & Rocco,
2017) afirman:

El Derecho Mercantil es una ciencia de observación, más que


ninguna otra disciplina jurídica. Su estudio debe estar precedido de una
investigación sobre la realidad de los fenómenos económicos, este
conocimiento del contenido sustancial de las normas jurídicas en otros
campos del Derecho es más o menos fácil, según las distintas ramas
del mismo, pero en el Derecho Mercantil es dificilísimo porque regula
actos y relaciones de índole tan especial, son tan poco conocidos por la
inmensa mayoría de las gentes, su tecnicismo tan complejo. (p. 93).
De acuerdo con lo expuesto, siendo la rama del Derecho Mercantil tan flexible y
multidisciplinaria, con su carácter histórico y “su variabilidad, condicionada por su
adaptación a las circunstancias económicas” (Sanchez Calero, 1984, p. 98), requiere
de un método investigativo que se fundamente en una perspectiva interpretativa, en las
que el investigador pueda inmiscuirse en las experiencias de los participantes, en las
que según (Hernández Sampieri, Fernández, & Baptista, 2010) “esté situada la
diversidad de ideologías y cualidades únicas de los individuos.” (p.10), en los que el
patrón económico y cultural sea el común denominador.

En ese mismo sentido, con respecto al problema de investigación y su


justificación, según el enfoque para el caso particular de esta investigación.
(Deslauriers, 2004) afirma:

Se ha insistido sobre la naturaleza linear de la investigación


tradicional, en donde cada etapa debe idealmente preceder a la otra y
completarse, antes de pasar a la siguiente. De otra manera avanza la
investigación cualitativa: sin caer en el relativismo absoluto, este tipo de
investigación es más bien circular y presenta una mayor flexibilidad. En
consecuencia, la definición de la pregunta de investigación no se
detiene de una vez por todas sino que se puede modificar poco a poco.
Cada etapa puede exigir una redefinición y una reconceptualización de
la pregunta. (p. 23).
De acuerdo con el planteamiento anterior, se puede afirmar, que el problema de
la presente investigación que estará orientado hacia la exploración y dirigido a las
experiencias de los participantes, como es el análisis de los criptoactivos como medio
de pago en las obligaciones mercantiles de la sociedad anónima Traki S.A. y sus
implicaciones legislativas y procesales, requiere una naturaleza investigativa que “apele
a la riqueza interpretativa, a la experiencia personal y a la personalidad misma del
investigador.” (Deslauriers, 2004, p. 25).

Tipo o nivel de la investigación.

Con respecto a este apartado, principalmente la investigación será de nivel


descriptivo; Ahora bien, con respecto al alcance descriptivo (Hernández Sampieri,
Fernández, & Baptista, 2010) afirman:

Los estudios descriptivos buscan especificar las propiedades, las


características y los perfiles de personas, grupos, comunidades,
procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un
análisis. Es decir, únicamente pretenden medir o recoger información
de manera independiente o conjunta sobre los conceptos o las
variables a las que se refieren, esto es, su objetivo no es indicar cómo
se relacionan éstas. (p. 80).
Con respecto al planteamiento anterior, puede sostenerse, que el tema de
investigación así como el objetivo general, además de los tres objetivos específicos se
adaptan de manera plausible al alcance descriptivo, que se limitarán al análisis,
identificación y descripción del fenómeno estudiado, por lo que se evaluará los ángulos
o dimensiones del problema planteado y del contexto, “En esta clase de estudios el
investigador debe ser capaz de definir, o al menos visualizar, qué se medirá (qué
conceptos, variables, componentes, etc.)” (Hernández Sampieri, Fernández, & Baptista,
2010, p. 80).

Diseño de la investigación.

En los marcos de las observaciones anteriores, puesto que la investigación es


netamente cualitativa, el diseño de investigación será documental.

Ante la situación planteada, conviene definir el tipo de investigación documental,


(Tancara , 1993) afirma:
Una serie de métodos y técnicas de búsqueda, procesamiento y
almacenamiento de la información contenida en los documentos, en primera instancia,
y la presentación sistemática, coherente y suficientemente argumentada de nueva
información en un documento científico, en segunda instancia. De este modo, no debe
entenderse ni agotarse la investigación documental como la simple búsqueda de
documentos relativos a un tema. (p. 94).

Según la consideración anterior, se hará uso de la investigación documental,


puesto que las investigaciones jurídicas requieren de la técnica de análisis de
contenido y triangulación o contraste de información, con la finalidad de análisis de
contenido, obtener diferentes perspectivas, contrastar los datos recolectados con otros
autores o con otros documentos, según los parámetros que tome el investigador
personalmente.

Técnicas e instrumentos de recolección de la información.

En este apartado, se explicarán las herramientas y técnicas utilizadas para dar


respuesta a las interrogantes planteadas en la investigación, (Hernández Sampieri,
Fernández, & Baptista, 2010) clasifican los principales métodos para recabar datos
cualitativos en: “la observación, la entrevista, los grupos de enfoque, la recolección de
documentos y materiales, y las historias de vida.” (p.406), en la presente investigación
se hará uso de la entrevista semi estructurada, de la organización empresarial “Traki
S.A.”, de cinco trabajadores especializados en el área legal y de criptoactivos de dicha
empresa, como fuente primaria, además del análisis de contenido, la observación
documental, la lectura evaluativa y la técnica del resumen.

En este mismo orden y dirección, es menester mencionar la entrevista, ésta se


define como una reunión para conversar e intercambiar información entre una persona
(el entrevistador) y otra (el entrevistado) u otras (entrevistados), a través de las
preguntas y respuestas, se logra una comunicación y la construcción conjunta de
significados respecto a una tema. (Janesick, 1998, p. 146).

Ante la situación planteada, (Krippendorf & Hernández, 2018) afirma que el


análisis de contenido es “una técnica de investigación para hacer inferencias válidas y
confiables de datos con respecto a su contexto”. (p.12) En cuanto a la observación
documental, para (Balestrini, 2002), esta se utiliza:

Como punto de partida en el análisis de las fuentes documentales, mediante una


lectura general de los textos, se iniciará la búsqueda y observación de los hechos
presentes en los materiales escritos consultados que son de interés para esta
investigación. (p. 52).

Por otro lado la lectura evaluativa se entenderá por (Balestrini, 2002) como
aquella lectura que:

Es esencialmente crítica, pues, no se trata sólo de comprender el pensamiento


de un autor, sino de valorarlo. En ese sentido, se puede decir que la lectura que se
realiza para la recolección de los datos tiene un carácter sumamente complejo, ya que
la misma constituye el nivel más difícil que puede alcanzarse en la actividad de leer.
(p.53).

En ese mismo sentido, (Krippendorf & Hernández, 2018) señalan que “el
resumen es una técnica fundamental en toda investigación” (p.65). Y según (Balestrini,
2002) estará entendido como “la exposición condensada de un escrito en el cual se
refleja fielmente las ideas expresada en el texto original, su extensión es variable, pues
puede referirse desde un párrafo hasta un libro”. (p. 119). Se utilizaron fichas de trabajo
con el fin de facilitar el empleo de la información, logrando así una clasificación más
idónea del material encontrado para el desarrollo de los objetivos, lo que le permitió al
autor extraer las fuentes consultadas, pudiéndose utilizar adicionalmente entre otras, la
técnica del subrayado.

Procesamiento y análisis de datos.

Con respecto a este apartado, serán varios los factores objeto de observación en
la organización empresarial seleccionada para responder a las interrogantes de la
investigación, específicamente, con la orientación de (Lofland, 2005), los elementos
más relevantes serán: “ambiente físico, actividades (acciones) individuales y colectivas,
artefactos que utilizan los participantes y funciones que cubren, hechos relevantes.”(p.
114).

En este mismo orden y dirección, respecto al formato de observación, a


diferencia de la observación cuantitativa, donde se usan formatos estandarizados, en
contraste, la observación cualitativa en la inmersión inicial, (Campoy & Gómez, 2009)
explican:

Uno de los aspectos más resaltantes de la investigación a proyectarse, será la


clasificación de la información, ésta se realizará tomando en cuenta las preguntas de la
investigación, aspectos centrales de la demostración, para el logro de los objetivos.
Como se dijo anteriormente se partirá de la lectura evaluativa, del resumen lógico y
fichas de trabajo. Los datos serán clasificados en conjuntos parciales y subordinados,
de acuerdo con la relación lógica que exista entre ellos, en tal sentido y como se afirmó
con anterioridad, la investigación tendrá ciertas características¸ las cuales se realizará a
través del enfoque cualitativo.

En cuanto al análisis en general, será entendido según la definición de


(Krippendorf & Hernández, 2018) como:

Un proceso mediante el cual, usando un conjunto de informaciones pertinentes


como elementos de juicio, raciocinio con la finalidad de descubrir causas, efectos,
cualidades, motivos, posibilidades, riesgos, etc., como base para la acción o para el
conocimiento de una situación. (p. 87).

El análisis de la información se realizará por ende siguiendo un conjunto de


pasos coordinados y ordenados, con el fin de interpretar jurídicamente los textos
encontrados de una manera eficaz, y así conseguir la finalidad buscada y dar
respuestas a las distintas interrogantes plasmadas con anterioridad, teniendo como
objetivo analizar los criptoactivos como medio de pago para el cumplimiento de las
obligaciones mercantiles de la sociedad anónima Traki S.A.

Ahora bien, el autor de la presente investigación realizó un conjunto de pasos


señalados a continuación:
En primer lugar, la selección y delimitación del problema: en ésta etapa de la
investigación, se realizará la escogencia del tema a estudiar, señalando en como inicio
los aspectos ideales en los cuales se debe desarrollar, para luego señalar lo que se
está desarrollando en la actualidad social; pasando a plantear un conjunto de
interrogantes las cuales dieron origen a los objetivos de la investigación, tanto el
general como los específicos; teniendo como título del estudio: Analizar los
criptoactivos como medio de pago para el cumplimiento de las obligaciones mercantiles
de la sociedad anónima Traki S.A.

En segundo lugar, la revisión de la bibliografía: El autor en ésta etapa realizó las


acciones tendientes a la revisión doctrinal y legal de toda aquella información y datos
que pudo recopilar en el tiempo estipulado para ello, utilizando así las diferentes
técnicas de recolección de datos ya señaladas con anterioridad. Finalmente, los datos
encontrados deberán estar organizados de manera correcta realizado por el autor del
estudio con el objeto de clasificarlos para cada objetivo previsto en la introducción del
estudio.

En tercer lugar, se realizará el análisis e interpretación de la información: en ésta


fase se aplicarán los elementos de la interpretación como el elemento literal,
sistemático, histórico, lógico, sociológico, y la vocación de vigencia del régimen jurídico
mercantil que reglamentan el uso de los criptoactivos como medio de pago en las
sociedad mercantil Traki S.A.

CAPITULO IV

ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS.

En este capítulo se presentan los resultados de la investigación, obtenidos


mediante el procesamiento, análisis e interpretación de los datos obtenidos, arrojados
de las bases teóricas estudiadas, dichos resultados fueron recabados mediante la
utilización de instrumentos propios de la investigación documental, como la lectura
evaluativa, observación documental y la técnica del resumen, que permitieron darle
respuestas a los objetivos y variables planteadas en esta investigación.

El análisis cualitativo que se presenta a continuación se realiza de acuerdo a la


relación existente entre los objetivos y variables de la presente investigación.

Con respecto al objetivo general, a partir de los hallazgos encontrados, se


acepta la hipótesis alternativa general que establece y afirma a los criptoactivos como
una forma legítima de pago y capaz de extinguir obligaciones mercantiles de la
empresa específica seleccionada, denominada Traki S.A. Dichos pagos con
reconocimiento legal y doctrinal.

Estos resultados guardan relación con lo que sostiene la legislación venezolana


relacionada con los criptoactivos, específicamente en el Decreto constituyente sobre
Criptoactivos y la Criptomoneda Soberana Petro (2018), en el artículo 9: “….. El estado
venezolano promoverá, protegerá y garantizará el uso de las Criptomonedas como
medios de pago en las instituciones públicas, empresas privadas, mixtas o conjuntas,
dentro y fuera del territorio nacional...”, ello es acorde con lo que en este estudio se
halla.

En este mismo sentido, los resultados se asemejan con los obtenidos por
(Lepervanche, 2018): “proponiendo, además de las directrices del ejecutivo nacional,
una regulación dual, a través de dos instituciones financieras competentes en temas de
criptoactivos”.

Pero, en lo que no concuerda el estudio son con las conclusiones de (Vergara


Solís, 2017) “afirmando que se evidencia un problema de fondo: la mayoría de
normativas regulatorias están definidas por el objeto de interés (dimensión vertical), lo
que contrasta poderosamente con los efectos transversales de las innovaciones
tecnológicas (dimensión horizontal)” por lo tanto, no será posible una regulación de alto
nivel, sin antes entender y abordar el tema de manera multidisciplinar.

En relación con el primer objetivo específico, a partir de los hallazgos


descubiertos, raíz de las bases teóricas, se acepta la hipótesis que establece que
existe legislación aplicable al cumplimiento de las obligaciones comerciales con
criptoactivos por parte de la Sociedad Anónima Traki S.A., con la característica de
carencia en muchos elementos necesarios de reglamentación, así como a la carencia
de técnica legislativa de alto nivel, que requiere el tema de los criptoactivos.

Estos resultados se relacionan con lo que sostienen (Lepervanche, 2018) “que


señalan que si bien se decretó la normativa relacionada con criptoactivos dictada por la
asamblea contituyente, ésta insuficiente e inconstitucional, ello es acorde con lo que
este estudio se halla.

En cuanto al segundo objetivo específico, que es describir las acciones judiciales


que tienen las partes contratantes para ejecutar voluntaria o forzosamente la obligación
mercantil pactada en criptoactivos en caso de mora o incumplimiento contractual y
extracontractual. A partir de los hallazgos encontrados, aceptamos la hipótesis
alternativa general de que no existen acciones judiciales especiales que tutelen el
cumplimiento o resolución de pagos en criptoactivos, no obstante el procedimiento de
reconocimiento de contenido y firma y la vía ejecutiva podrían suplantar dicho vacío
procesal, mientras que se legisle específicamente.

Dichos resultados no concuerdan con lo expuesto por (Pérez & Pabón, 2019,). “
sostiendo que el aparato jurisdiccional aún está en proceso de modernización, por lo
que no toda la rama cuenta con los equipos tecnológicos necesarios para realizar tal
verificación. Por otra parte, los funcionarios públicos son, en su mayoría, legos del
conocimiento informático, o sólo poseen los conocimientos en cómputo básico, por lo
que les será imposible hacer un análisis detallado de la función de la tecnología
blockchain y la variante en criptomonedas. En este estudio no se encuentran estos
resultados.

Por otra parte, con respecto al tercer y último objetivo, que es determinar los
medios probatorios existentes para demostrar el pago de una obligación mercantil en
criptoactivos por parte de la Sociedad Anónima Traki S.A., a partir del análisis
documental y legal, se acepta la hipótesis que establece que debe fundamentarse la
prueba del pago en criptoactivos principalmente sobre el principio de la libertad
probatoria, supletoriamente puede usarse la prueba de reconocimiento de documento
privado, en el que se demuestre el nacimiento de dichas obligaciones mercantiles,
además de que se puede usar la experticia por parte de personal capacitado en
tecnología blockchain, todo lo demás debe encuadrarse en las denominadas pruebas
innominadas.

Estos resultados guardan relación con lo que sostienen (Rengel Romberg, 2017)
con respecto a las pruebas innominadas, concluyendo que “los llamados medios de
prueba innominados, o el numerus apertus , son igualmente admisibles, los que las
partes propongan siempre que no afecten a la moral ni a las buenas costumbres y
fueren conducentes al esclarecimiento de la verdad.”

Sin embargo, dichos resultados no concuerdan con los resultados de (Cusi ,


2018). Que sostiene debe tenerse sumo cuidado al momento de analizar las
transacciones en criptoactivos, siempre teniendo el juez como principio la sana crítica,
pues el juzgador no está supeditado a normas rígidas que le señalen el alcance que
debe reconocerse a aquéllas; es el conjunto de reglas establecidas para orientar la
objetividad y la actividad intelectual en la apreciación de éstas, y una fórmula de
valoración en la que se interrelacionan las reglas de la lógica, los conocimientos
científicos y las máximas de la experiencia.

CAPÍTULO V

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

1. En el desarrollo de la presente investigación se realizó un análisis doctrinal y


legal sobre los criptoactivos como medio de pago para extinguir obligaciones
mercantiles por parte de una sociedad anónima específica, en este caso, Traki
S.A. Teniendo como primera conclusión que los criptoactivos son un medio de
pago legítimo en venezuela, ya que existe basamento legal que lo acredita, pese
a su insuficiencia en otros elementos subsidiarios que implica dicha premisa y la
dudosa constitucionalidad del órgano en el cuál emanó dicha legislación, puesto
que el poder legislativo, a través de la asamblea nacional, es el órgano
competente para legislar.
2. Referente al marco legal existente en materia de criptoactivos, se concluye que
es un marco legislativo insuficiente, puesto que deja muchos elementos fuera de
regulación, otorgando competencia a organismos que no son especializados en
criptoactivos, así como el silencio en materia procesal y probatoria. Por lo tanto,
el marco legislativo venezolano carece de nivel técnico, siendo la tecnología
blockchain un tema riguroso, que necesita un análisis multidisciplinario de alto
nivel, para poder desarrollar una reglamentación que no sea obstaculo y genere
soluciones, así como enaltecer los beneficios de la precitada tecnología.

3. Con respecto a la descripción de las acciones judiciales específicas existentes


en las leyes adjetivas venezolanas para el cumplimiento de obligaciones
pactadas en criptoactivos, se concluye que si bien no existen acciones
específicas para abordar dicha situación, supletoriamente pueden usarse el
procedimiento de reconocimiento de documento privado en el cual esté pactado
por escrito la obligación mercantil pactada en criptoactivos, así como seguir el
cumplimiento por el procedimieno especial de la vía ejecutiva y la intimación,
cuando existan las pruebas necesarias para admitirse, siendo la prueba
documental por excelencia.

4. En relación con la determinación de los medios probatorios existentes que


pueden servir para probar una obligación mercantil que deba liberarse en
criptoactivos, se concluye que el marco legislativo venezolano no establece un
régimen probatorio específico sobre dicha materia, no obstante, mientras se
regule en un futuro, supletoriamente pueden establecerse las fuentes y medios
probatorios denominados por la doctrina como pruebas innominadas,
fundamentado en el principio procesal de la libertad probatoria, ya que la
tecnología que está detrás de los criptoactivos requieren una verficiación técnica
de alta complejidad, por lo que además puede utilizarse el medio probatorio
existente de la experticia, por parte de un ingeniero en informática que se
especialice en temas de tecnología blockchain. Por otra parte, si las partes
establecieron un contrato privado dónde se demuestre que el deudor se obligó a
pagar en criptoactivos, el medio probatorio sería el reconocimiento de dicho
documento a nivel judicial.

5. Una de las primeras recomendaciones es la creación de un marco legislativo


más riguroso, que abarque todos los elementos que componen la tecnología
blockchain y los criptoactivos, tanto a nivel sustantivo como adjetivo, contractual
y extracontractual, debiendo tener el análisis y las recomendaciones de un
equipo multidisciplinario pleno, dónde se llegue al mejor acuerdo entre las
ciencias intervinientes, preeminetemente la ciencia jurídica y computacional.
Además de que dicha legislación emane de un órgano legítimo, que en el caso
venezolano, debe ser a través del poder legislativo en la figura de la asamblea
nacional.

6. Como segunda recomendación, es menester la creación de organismos


especializados que sirvan de orientadores y entes útiles para la resolución de
conflictos, concilicación y arbitrajes en materia de criptoactivos. Así como un
órgano que ayude a implementar la contratación inteligente o smart contract,
como fuente especial y específica en materia de criptoactivos.

7. Por otra parte, es recomendable la fomentación del uso del smart contract como
medio idóneo para la contratación en criptoactivos, por lo cuál se requiere el
estudio de dicho contrato por parte del estado, en su poder legislativo para la
concientización de dicha herramienta novedosa y su implementación legal.
Referencias bibliográficas, electrónicas y hemerográficas

Arango, C., Barrera, M., Bernal, J., & Boada, A. (2020). Criptoactivos. Banco de la
República de Colombia, 10.
Auer, R., & Claessens, S. (2020). Regulación de las criptomonedas: evaluación de
reacciones del mercado. BIS, 2.
Philipp, L., & Paech, W. (2016). The International Law of Crypto-Asset Settlement -
Functional Analysis and Draft Legal Principles. UNIDROIT,, 30-33.
Samuel, G. (2019). Criptomoneda: guía para principiantes para saber invertir en Litecoi,
Bitcoin y Ethereum. Primera Edición.
Aldana , A. (06 de Octubre de 2021). Alan Aldana & Abogados. Obtenido de
https://aldanayabogados.com/regulacion-criptomonedas-experiencias-en-el-
mundo/#:~:text=En%20el%20caso%20de%20Venezuela,como%20sistema
%20de%20registro%20digital.
Ambito Jurídico. (2020). Criptomonedas no se pueden aportar como especie en
sociedades comerciales colombianas. Ambito Jurídico, 10.
AR/JUR/10093/2020., Fallo del 8-4-2020, (Corte Suprema de Nueva Zelanda 15 de
Mayo de 2020).
Aristizábal, Á. (2021). Naturaleza jurídica de las criptomonedas a la luz de los
pronunciamientos de soft law en Colombia. Revista Jurídica Piélagus, 12.
Arrieta de Isusi, G. (2019). La utilización de los Smart Contract en el contrato de
Compraventa Mercantil. Madrid: Universidad Pontificia Comillas.
Attarda, S. (2014). Contratos Mercantiles. España: Temis.
Authorité des Marches Financiers. (22 de Febrero de 2018). www.amf-france.org.
Authorité des Marches Financiers. (2020). The AMF public consultation on Initial Coin
Offerings . Paris: UNICORN.
Balestrini, M. (2002). Cómo se elabora el proyecto de investigación. Caracas: BL
consultores.
Banco de la República Colombia. (17 de Octubre de 2017). Banco de la República.
Obtenido de www.banrep.gov
Barroilhet, A. (2019). Criptomonedas, economía y derecho. Revista chilena de derecho
y tecnología, 10.
Becker, J. (20 de Marzo de 2018). Blockchain & Criptomonedas. Obtenido de
https://platzi.com/clases/1317-inversion-criptomonedas/12113-categorias-de-
criptoactivos-y-icos/
Bertran Bonás, L. (01 de Marzo de 2021). Comercios de Madrid y Barcelona que
aceptan bitcoin. La Vanguardia.
Binance Academy. (02 de 13 de 2022). Binance Academy. Obtenido de
https://academy.binance.com/es/start-here
Bitcoin Organization. (15 de Febrero de 2020). Bitcoin.org. Obtenido de
https://bitcoin.org/es/faq#seguridad
Bolotaeva, , O., Stepanova, , A., & Alekseeva, .. (17 de Marzo de 2019). www.doi.org.
Obtenido de https://doi.org/10.1088/1755-1315/272/3/032166
Calderas , H. (2020). Contrato Inteligente: medio contractual encriptado . Propiedad
Intelectual, 130.
Camacho, G. (1992). El pago. Mérida: Consejo de Publicaciones ULA.
Campoy , T., & Gómez, E. (2009). Técnicas e instrumentos cualitativos de recogida de
datos. Boston: McGraw Hill.
Canadian Securities Administrators (CSA). (2020 de 01 de 17). www.osc.gov.on.ca.
Obtenido de
http://www.osc.gov.on.ca/en/SecuritiesLaw_csa_20170824_cryptocurrency-
offerings.htm#N_1_1_1_1_
Cano, M. (2006). La economía colombiana en el contexto mundial. Principales
elementos de la apertura económica y la globalización. Revista científica de la
Universidad de Tolima.
Cano, M. (25 de Septiembre de 2021). Por primera vez, China prohíbe todas las
transacciones de criptomonedas. France 24, pág. 3.
Carrera , J. S., Loza , A. G., & Sánchez , J. C. (2020). El uso de las criptomonedas
como nueva forma de pago en la economía mundial. Revista Científica
FIPCAEC, 10.
Carrera, J., Loza, A., & Sánchez , J. (2020). El uso de las criptomonedas como nueva
forma de pago en la economía mundial. FIPCAEC (Nº 19), 221.
Castillejo, A. (2019). Bitcoin y el derecho de propiedad:¿cosa o bien material?”.
RCCyC, 245.
Chaum, D. (1998). Blind signatures for untraceable payments. Santa Barbara :
University of California .
Corrales, W. (2021). ¿Es posible constituir una sociedad mercantil, con criptomonedas?
Delfino.
Corsunsky , & Moré. (2021). Las Criptomonedas (Bitcoin) y las sociedades de capital.
Lawyers, 02.
Cosentino, J., Martínez, E., & Vecchio, R. (2017). Internet de las Cosas (IoT). V
Jornada de Investigación y Extensión, 33-38.
Cruz , A., & Ramirez, P. (2019). El Dash como medio electrónico de pago. Aspectos
contractuales internos e internacionales. Caracas: Universidad Central de
Venezuela.
Cusi , J. (2018). La Sana Crítica del Juez "como método de aplicación en los procesos
contra la violencia a las mujeres". Revista Federal de Derecho Nº 3, 14.
Dash. (3 de Marzo de 2022). Dash. Obtenido de https://www.dash.org/es/
Denoya, P. D. (2019). Las criptomonedas y su naturaleza jurídica en el derecho
comparado y Argentina. Desarrollo Regional, 14.
Deslauriers, J.-P. (2004). Investigación Cualitativa, Guía práctica. Pereira: Papiro.
Dogecoin . (03 de Marzo de 2022). Dogecoin. Obtenido de https://dogecoin.com/
Domínguez Gillén, M. (2015). Modos de Extinción de las Obligaciones, el pago o
cumplimiento. Caracas: UCV.
Dominique, N. (1997). La conquista del ciberespacio. Barcelona: Andrés Bello
Española.
Donneys, O., Rivera, C., & Tarapues, E. (2010). Teoría Monetaria y Bancaria. Bogotá:
Ecoe Ediciones.
Dubois, E. (2021). Derecho societario y criptomonedas (exigencias legales para su
aportación y contabilización. Doctrina Societaria y Concursal ERREPAR (DSCE),
04.
El Economista. (25 de 06 de 2017). JP Morgan tasa el bitcoin en 23.000 dólares y
detecta un nuevo foco de debilidad para la criptomonedas. El economista, pág.
02.
Enciclopedia Económica. (2021). Criptomonedas. Estados Unidos: Litres.
Ethereum. (03 de 03 de 2022). Ethereum. Obtenido de https://ethereum.org/es/
Europa Press. (03 de Febrero de 2021). ABC. Obtenido de abc.es/sociedad/abci-
abogacía-espanola-lanza-primera-plataforma-mundial-contratación-digital-y-
pagos-online-202102031636_video.html
Fernández , C., Baptista , P., & Hernández , R. (2014). Metodología de la Investigación.
México: Mcgraw-Hill.
Ferrero, M. (2020). Regulación legal de las monedas virtuales en Argentina. Erreius,
12-14.
FINMA. (19 de Junio de 2020). www.iosco.org. Obtenido de
http://www.iosco.org/library/ico-statements/Switzerland%20-%20FINMA%20-
%20ICO%20Guidelines.pdf
Forrester, B. (2020). Forrester Study Shows Accepting Crypto Attracts New Costumers
& Boosts AOV. Forrester, 23-26.
Gaitán, G. (2019). Criptoactivos. Consejo Técnico de la Contaduría Pública, 5.
Gámez, A. (2020). Obligaciones de dinero, intereses y operaciones en criptomonedas.
Bogotá: Temis.
García , A. (2018). Qué es Blockchain. Toda la Información Sobre la Cadena de
Bloques. Blockchain Research, 23.
García, L., & Mosquera , R. (2019). Bitcoin en los contratos privados. Semillero de
Derecho Contractual Francesco Galgano, 07-09.
Gibbs, D. (2019). La regulación de la criptomoneda en Venezuela. UCAB, 204.
Giuria, J. (2020). Naturaleza jurídica de las criptomonedas y sus consecuencias
tributarias en el Perú. Lima, Perú: Universidad César Vallejo.
Gomá, I. (20 de Febrero de 2020). www.hayderecho.com. Obtenido de
https://hayderecho.com/2014/06/09/se-puede-constituir-una-sociedad-con-
bitcoins/
González , D., Gutierrez, M., Harman , D., & Loaiza , C. (28 de Octubre de 2020).
Garrigues digital. Obtenido de https://www.garrigues.com/es_ES/garrigues-
digital/criptomonedas-incipiente-regulacion-abre-paso-latinoamerica
Gorrondona, J. (2015). Derecho Civil II (Cosas, Bienes y Derechos Reales). Caracas:
Universidad Católica Andrés Bello.
Gorrondona, J. (2017). Derecho Civil IV: Contratos y Garantías. Caracas: abediciones.
Grijalva, R. (2019). Qué es el internet de las cosas. Enlaces , 12.
Gutiérrez, A. (1997). , Introducción al Derecho Mercantil. México: Mc Graw Hill.
Guzmán, J. (12 de Agosto de 2019). Técnicas de Investigación de Campo: Unidades
de Apoyo para el Aprendizaje. Obtenido de Lifeder:
https://www.lifeder.com/investigacion-de-campo/
Hernández Jaimes , J. (2019). El criptoactivo venezolano Petro y su valoración como
criptomoneda e instrumento financiero. Mérida: Economía XLIV.
Hernández Sampieri, R., Fernández, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de la
Investigación. México D.F: McGraw-Hill.
Hive Project Whitepaper. (14 de Mayo de 2018). www.hiveproject.net. Obtenido de
https://www.hive-project.net/whitepapers/Hive_Project_Whitepaper.pdf
Hodson, H. (2014). Bitcoin moves beyond mere money. New Scientist., 12-19.
IBM. (12 de Octubre de 2020). IBM. Obtenido de https://www.ibm.com/topics/smart-
contracts
(2019). Informe financiero del Banco Provincial. Caracas: BBVA.
Israel Securities Authority. . (20 de Enero de 2019). www.iosco.org. Obtenido de
https://www.iosco.org/library/ico-statements/Israel%20-%20ISA%20-%20Interim
%20Report%20on%20Examination%20and%20Regulation%20of%20ICOs%20-
%20Press%20Release%20-%20with%20Link%20to%20(Hebrew)%20Report.pdf
Jiménez, M. (2018). LA OBLIGACIÓN DINERARIA Y LAS CRIPTOMONEDAS COMO
INSTRUMENTO SUSTITUTIVO DE PAGO. Universidad Externado, 04.
Jiménez, R. (1998). Metodología de la investigación, Elementos básicos para la
investigación clínica. La Habana: Editorial Ciencias Médicas.
Koonce, L. (2016). Let's Disintermediate all the lawyers: Smart Contracts on the
Blockchain . Medium, 12-15.
Krippendorf, L., & Hernández, B. (13 de Abril de 2018). metodologia sde investigacion.
Obtenido de http://metodologiasdeinvestigacion.blogspot.com/2012/07/40-tipos-
de-investigacion.html
Lagrange, E. (2012). Apuntes de Obligaciones. Caracas: UCAB.
Larraechea, J., & Orhanovic, E. (2020). Smart Contracts, origen, aplicación y
principales desafíos en el derecho contractual chileno. Pontificia Universidad
Católica de Chile, 135.
Law, L., Sabett, S., & Solinas , J. (1996). How to make a mint: The cryptography of
anonymous Electronic cash. . American University Law Review, 24.
León, A. (2019). Del contrato clásico al contrato inteligente "Smart Contract" nuevo tipo
contractual o mecanismo de cumplimiento de obligaciones. Universidad
Externado, 14-17.
León, J., Navarro , D., Sideregts, A., & Viloria, R. (2019). Análisis de la Criptomoneda
como aporte del socio en la Constitución de una Sociedad Anónima Venezolana.
Maracaibo: Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín.
Lepervanche, L. (2018). Consideraciones jurídicas sobre criptoactivos y petros. Revista
venezolana de Derecho Mercantil, 6.
Litecoin Organization. (03 de Marzo de 2022). Litecoin. Obtenido de
https://litecoin.org/es/
Lofland, J. (2005). Analyzing Social Settings: A Guide to Qualitative Observation and
Analysis. Wadsworth Publishing: Belmont.
Ludeña, J. (2019). Criptoactivos. Enciclopedia de Economía, 04-05.
MacKenzie, S. (27 de Agosto de 2021). Cuba's central bank now recognizes
cryptocurrencies such as bitcoin. pág. 15.
Mahmood, H. (2021). Evaluation of some Banks, E-Wallets and Visa/Master card
Issuers. Lulu Press Inc.
Melo, L. (2019). Régimen jurídico de blockchain: una prueba atípica. Revista de
Bioética y Derecho Nº 46, 13.
MercoPress. (26 de Octubre de 2021). Bitcoin legal tender in El Salvador, first country
ever. . pág. 14.
Milán, T. (13 de Abril de 2008). Método investigación. Obtenido de
https://metodoinvestigacion.wordpress.com/2008/02/29/investigacion-cualitativa/
Moisset, D. (1994). Codificacion civil y derecho comparado. Zavaila: Astrea.
Monero. (3 de Marzo de 2022). Monero. Obtenido de https://www.getmonero.org/
Moreno, P. (22 de Octubre de 2021). ¿Qué se entiende por una criptomoneda estable?
Estrella digital, pág. 02.
Morgan, J. (22 de 10 de 2019). Criptomonedas. Obtenido de
https://criptomoneda.ninja/riesgos-bitcoin-seguro/#modificar-blockchain
Morles, A. (2017). Curso de Derecho Mercantil Tomo III "Los Títulos Valores". Caracas:
Universidad Católica Andrés Bello.
Morles, Hernández, A., & Rocco, A. (2017). Curso de Derecho Mercantil. Caracas:
abediciones.
Murgas , C. (24 de Diciembre de 2021). Forbes. Obtenido de
https://forbes.es/criptomonedas/131837/las-leyes-con-las-que-los-paises-
intentan-cercar-el-campo-de-las-criptomonedas/
Oppenheimer, A. (28 de 02 de 2022). Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/
Orsini, M. (2012). El pago. Caracas: Ediciones Paredes.
Pérez, K., & Pabón, A. (2019). Aspectos probatorios de la blockchain y el smart
contract desde la perspectiva jurídica colombiana de la prueba electrónica.
Universidad Libre de Colombia, 14.
Petro. (3 de Marzo de 2022). Petro. Obtenido de https://www.petro.gob.ve/es/
Presidencia de la República. (09 de Abril de 2018). Decreto Nº 3.355, mediante el cual
se crea la Superintendencia de los Criptoactivos y Actividades Conexas
Venezolana (SUPCACVEN). Caracas: Gaceta Oficial 6.371.
Rangel , L. (2019). Aproximaciones jurídicas al marco regulatorio de las criptomonedas.
Editor-Autor, 19.
Recoaro, N. (10 de Septiembre de 2021). La historia de las criptomonedas. La Nación,
pág. 03.
Rengel Romberg, A. (2017). Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano. Caracas:
Ediciones Paredes.
Ripple. (03 de Marzo de 2022). Ripple. Obtenido de https://ripple.com/
Riveros , F. (2020). La regulación de contratos inteligentes. LexLatin, 06.
Robles, L. (2020). Surgimiento de las criptomonedas, Contexto monetario y enfoques. .
El semestre de las especializaciones, 114.
Rodríguez, F. (2002). Introducción al Derecho de Obligaciones. Mérida: Ventana Legal.
Rojas , E. (02 de Marzo de 2022). ¿Qué son los smart contracts o contratos
inteligentes? Obtenido de https://es.cointelegraph.com/explained/what-is-a-
smart-contract; visto el 01/09/2020.
Shearman & Sterling. (12 de Abril de 2018). www.Shearman.com. Obtenido de
https://www.shearman.com/perspectives/2018/04/regulators-clarify-virtual-
currency-regulation-murky
Smith, J. (2021). Criptomonedas. Boston: Litres.
Soengas, J. (2021). Constitución de sociedades con criptomonedas. Letslaw, 06.
Song, H. (2018). Cryptocurrencies: looking beyond the the hype. Annual Economic
Report , 123.
Surowiecki, J. (2015). Cryptocurrency. MIT Technology Review.
Szabo, N. (2019). Formalizing and Securing Relationships on Public Networks.
Washington University, 30-33.
Tancara , C. (Diciembre de 1993). La investigación documental. Obtenido de
Scielo.org: http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0040-
29151993000100008
Thekey, A. (04 de Junio de 2018). www.thekey.vip. Obtenido de
https://www.thekey.vip/#/WhitepaperDownload
Ugarte, H. (2019). Cadenas de bloques, descentralización y contratos inteligentes .
LinkedIN , 06-07.
UK News. (10 de Noviembre de 2014). Uk launches initiative to explore potential of
virtual currencies . pág. 10.
Valencia, J. (2019). Contratos Inteligentes. Revista de Investigación en Tecnologías de
la Información., 15-17.
Vergara Solís, M. (2017). Retos para las autoridades reguladoras y de control frente a
la utilización del bitcoin como medio de pago electrónico . Quito: Universidad
Andina Simón Bolivar.
Wayar, E. (2002). Derecho Civil Obligaciones. Madrid : DePalma .
Wei, D. (14 de Septiembre de 2017). Gwern.net. Obtenido de
https://www.gwern.net/docs/bitcoin/2008-nakamoto
Winklevoss, N. (19 de Julio de 2021). Ether EFT Obtiene la aprobación del regulador
Brasileño de valores. Obtenido de https://crypto-hoy.com/ethereum-eth/ether-eft-
obtiene-la-aprobacion-del-regulador-brasileno-de-valores/
Zetche, A., & Dirk , P. (2020). The Markets in Crypto-Assets Regulation (MICA) and the
EU Digital Finance Strategy. Instituto Bancario Europeo No 77 , 23.
Zocaro, M. (2018). El marco regulatorio de las criptomonedas en Argentina. Buenos
Aires: Centro de estudios de Administración tributaria, Universidad de Buenos
Aires.

También podría gustarte