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UNIVERSIDAD SAN SEBASTIÁN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
TRABAJO SOCIAL ADVANCE
SEDE DE LA PATAGONIA.

TRABAJO SOCIAL FAMILIAR EN EL PROCESO DE

REPARACIÓN DE VÍCTIMAS DE ABUSO SEXUAL INFANTIL EN

CHILE

Profesor Ph.D Cristian Gallardo Meza

Estudiante (s): Mirtha Bobadilla Sánchez


Katherine Pérez Mardones
Natalia Torres Marchant

Puerto Montt, Enero 2022.

1
TABLA DE CONTENIDOS.

INTRODUCCIÓN 3

CAPÍTULO I 4

ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN 4

1.1 Problema 4

1.2 Justificación 9

1.3 Preguntas y supuestos de investigación 13

1.4 Objetivos 13

CAPÍTULO II 15

MARCO TEÓRICO 15

2.1 Abuso Sexual Infantil 15

2.2 Familia 20

2.3 Proceso de Reparación 22

2.4 Trabajo Social Familiar 24

CAPÍTULO III 25

MARCO METODOLÓGICO 25

3.1 Paradigma y Metodología 25

3.2 Diseño de Investigación 28

3.3 Población y Muestra 29

3.3.1 Criterios de inclusión y exclusión de la muestra 31

3.4 Consideraciones éticas 32

3.5 Técnicas de recogida de información 35

3.6 Métodos de análisis de información 36

BIBLIOGRAFÍA 39
INTRODUCCIÓN

Desde los albores de la profesión y hasta el día de hoy, el Trabajo Social ha


estado asociado a las familias y sus problemáticas, pero no es posible
desconocer el hecho de que las familias se conforman de personas y que el ser
humano, por esencia, es complejo y esa complejidad se articula en diversos
planos, pero, así como las personas son complejas, la sociedad, también lo es y
por consecuencia, las problemáticas que se generan en la sociedad y que
involucran a las personas, mantienen esa complejidad.

Teniendo en cuenta que la familia es relevante para la sociedad por ser


considerada como el núcleo fundamental de la misma, no se puede pretender
abordar las complejas problemáticas que les afectan bajo, el sesgo de una sola
disciplina es necesaria la mirada interdisciplinaria a fin de analizar y actuar
desde las distintas visiones que cada profesión puede ofrecer y en este sentido,
el Trabajo Social Familiar tiene una ventaja, puesto que una de sus
características es que en la intervención, tiene la posibilidad de buscar
coincidencias interdisciplinarias.

Una de las problemáticas que evidencian la necesidad de la


interdisciplinariedad, se da en torno al abuso sexual infantil, donde las familias
que lo vivencian se ven afectadas de distintas formas, necesitando a lo menos,
una visión jurídica, psicológica y social, para un abordaje integral, puesto que
como se plantea desde el enfoque sistémico, la problemática en sí no solo
afecta al individuo, sino que también a su entorno y viceversa, no obstante a
ello, la tendencia en el proceso de reparación de las víctimas de abuso sexual
infantil, es centrarse en ellas, lo que no requiere crítica, sin embargo se pasa a
segundo plano al entorno más cercano, la familia.

3
CAPITULO I.

ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN.

1.1. Problema.

Dentro de los delitos y vulneraciones que afectan a niños y niñas, el Abuso


Sexual Infantil es uno de los más complejos, llegando a ser considerado, como
una de las formas más graves de violencia contra la infancia.

Es relevante comprender que el Abuso Sexual Infantil, es una problemática que


no discrimina, no distingue raza, etnias, sexo, género ni nivel socioeconómico, y
afecta directamente a los más pequeños e indefensos de la sociedad, siendo
ésta una de las razones por la que se considera un tema de preocupación
mundial.

En este orden de ideas, la Convención sobre los Derechos del Niño en su


artículo 19 señala

1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas,


administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras
el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante
legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.

2. Esas medidas de protección deberían comprender, según


corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de
programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia necesaria al
niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de prevención
y para la identificación, notificación, remisión a una institución,

4
investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes
descritos de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención
judicial. (UNICEF, 1989, p.9)

Es importante recalcar que los Estados partes no solo deben preocuparse de


proteger a los niños y niñas de este tipo de vulneraciones y adoptar medidas
para prevenirlas; sino que también deben investigar e intervenir judicialmente
en los casos que corresponda, siendo responsables de establecer mecanismos
que permitan brindar ayuda cuando se requiera y no solamente a los niños y
niñas, sino que también a quienes cuidan de ellos, debiendo hacer seguimiento
de los casos que así lo requieran.

Chile se encuentra suscrito a la convención antes mencionada desde el 26 de


enero de 1990, por lo que debe hacerse responsable de adoptar las medidas
necesarias que permitan garantizar lo que ahí se expone.

De esta manera, en la legislación chilena los delitos sexuales se encuentran


contemplados y tipificados en el Código Penal, Libro II, Título VII “Crímenes y
delitos contra el orden de las familias, contra la moralidad pública y contra la
integridad sexual”, desde el Artículo 361 en adelante, refiriéndose
específicamente al abuso sexual en el Artículo 366, mientras que el Artículo 366
bis., especifica una pena diferente para quienes comentan el delito con una
persona menor de 14 años. Se hace presente que el Código Penal no se refiere
al delito como “Abuso Sexual”, sino que el término “acción sexual”,
explicándose en el Artículo 366 ter., lo que se debe entender por éste,
señalando

Para los efectos de los tres artículos anteriores, se entenderá por acción
sexual cualquier acto de significación sexual y de relevancia realizado
mediante contacto corporal con la víctima, o que haya afectado los

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genitales, el ano o la boca de la víctima, aun cuando no hubiere contacto
corporal con ella. (Ministerio de Justicia, 1874)

Por otra parte, al hablar de Abuso Sexual Infantil, es necesario precisar que, si
bien, los niños y niñas son las víctimas directas, no son los únicos afectados;
este delito, de una forma u otra, también agravia a quienes los rodean que
generalmente, corresponde a la familia.

En la literatura sobre temáticas de familia, se plantea que además de la


importancia biológica, relacionada con la reproducción humana, cumple otras
importantes funciones, considerándola como formadora de la identidad
personal, como una significativa y evidente base emocional que les permite a
las personas crecer, desarrollarse y construir su identidad, y además, como un
importante agente socializador que actúa como mediador entre los individuos y
la sociedad, llegando incluso, a ser considerada por algunos autores, como el
núcleo básico de la socialización primaria.

Lo anterior, dice relación con lo planteado por Valdés (2007), al señalar que

La familia se constituye para la mayor parte de las personas, en la más


importante red de apoyo social para las diversas transiciones vitales que
han de realizar durante su vida: búsqueda de pareja, trabajo, vivienda,
nuevas relaciones sociales, jubilación, vejez, etc.; así como para las
crisis impredecibles que se presentan a lo largo de la vida: divorcio,
muerte de un familiar y desempleo por sólo mencionar algunas. (p.15)

Las crisis impredecibles, también llamadas crisis no normativas, dicen relación


con ciertas situaciones o acontecimientos, que no forman parte del ciclo vital de
la familia y que por ende, son imprevistas y tienden a generar un desequilibrio
en el sistema familiar que se puede llegar problematizar gravemente si no
tienen las herramientas o capacidades para enfrentar la crisis.

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Cuando uno de los integrantes de la familia es víctima de Abuso Sexual Infantil,
el sistema familiar completo entra en desajuste debido a la crisis que se genera
y en muchas ocasiones, no cuentan con las herramientas y/o habilidades
necesarias para enfrentarse a este tipo de situaciones y se hace indispensable
la ayuda externa, puesto que de no mediar intervención, el sistema familiar
puede terminar por romperse. Ahora bien, si a la situación anterior, además se
le suma el hecho de que el agresor también es parte de la familia, por lógica, la
crisis y sus posibles efectos aumentan, y por lo tanto también lo hace la
necesidad de intervención, teniendo en cuenta que, en los casos donde el
agresor es intrafamiliar, las posibilidades de que se produzca una homeostasis
familiar como respuesta a la necesidad que tiene el sistema de mantener el
equilibrio, o lo que pueda aparentar un equilibrio, y que por lo tanto, la agresión
no se denuncie y pase a formar parte de lo que se conoce como “cifra negra”.

El abuso sexual infantil, como fenómeno, provoca en la víctima importantes y


perdurables efectos a corto y largo plazo, y lejos de poder establecer que se
tratan de hechos aislados, efectuados por desconocidos, este delito ocurre en
mayor proporción en el ámbito intrafamiliar, “El abuso sexual intrafamiliar se
configura como un problema de considerables proporciones no sólo en términos
epidemiológicos sino también por las consecuencias psicológicas y sociales que
trae consigo para la víctima y su familia”. (Marín et al., 2012, p.8)

En relación con lo anterior y a fin de hacer más tangible la magnitud de esta


problemática en Chile, resulta necesario exponer algunas cifras.

Conforme a lo señalado en el informe institucional de la Policía de


Investigaciones de Chile para la Comisión de Seguridad Ciudadana de la
Honorable Cámara de Diputadas y Diputados, en virtud al Boletín N°13.688-25
del Proyecto de Ley, que “Modifica diversos cuerpos legales para mejorar las
garantías procesales, proteger los derechos de las víctimas de los delitos
sexuales, y evitar su revictimización”, durante el año 2019, a nivel nacional, se

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recibió un total de 7.027 denuncias por delitos sexuales, de las cuales, 3.554,
correspondiente al 50,6% del total, indica como víctima a niños, niñas y
adolescentes (NNA). Resulta además, relevante de destacar, que del total de
3.554 denuncias cursadas por delitos sexuales donde las víctimas son niños,
niñas y adolescentes, 2.632 que representa el 74,1% del total, fueron por el
delito de Abuso Sexual. (Policía de investigaciones de Chile, 2020)

De lo descrito en los párrafos anteriores, se desprende la necesidad del


proceso de reparación en casos de abuso sexual infantil, donde además de
considerar a la víctima, se debe incluir a la familia por ser un pilar fundamental
en la vida y desarrollo de un niño, teniendo presente que es una posibilidad
latente, que la familia se separe si no logra superar la crisis y por ende se le
debe contemplar en el proceso, tomando en cuenta las necesidades
individuales y familiares, puesto que el ser humano es complejo y desde esa
complejidad, no es posible abordar esta problemática bajo la perspectiva de una
sola profesión, sino que debe ser mirada desde la transdisciplinariedad, donde
el Trabajo Social, desde sus herramientas específicas de intervención familiar,
aporta a la generación, fortalecimiento y mantención de los vínculos
protectores, buscando potenciar las capacidades y fortalezas de las familias,
haciéndolas partícipes en toda la intervención y en la propia resolución de sus
problemáticas, propiciando instancias favoreciendo la relación de las familias
con sus redes, contribuyendo así, con la misión que tiene el Estado de proteger
al núcleo fundamental de la sociedad.

Como se dijo en un principio, el abuso sexual infantil no solamente afecta a


quien vive la conducta abusiva propiamente tal, sino que también a todo su
entorno, de ahí que se desprende la importancia de efectuar un abordaje
integral y multidisciplinario, considerando a todo quien se vea afectado por este
tipo de situaciones, no solo a la víctima, sino que también a su familia, por
medio de un abordaje jurídico y psicosocial, donde la relevancia no es la mirada
de solamente una profesión, como el común podría pensar y relacionar con las

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atenciones psicológicas para la víctima, sino que con un énfasis en la
intervención social a nivel familiar en el proceso de reparación.

Es así, que esta investigación centra su atención a nivel familiar, en todo lo que
contempla un proceso de reparación en casos de Abuso Sexual Infantil, por
cuanto generalmente, se apunta como principal foco de atención a la víctima,
pero su familia y entorno más cercano queda en segundo plano, pese a ser
víctimas indirectas de la misma situación, siendo esta una de las razones por
las cuales se pretende, con esta investigación, beneficiar a todas las familias en
las cuales existen o han existido víctimas de abuso sexual infantil, en todo lo
que conlleva el proceso de reparación, así como aportar información respecto a
la necesidad de la intervención social familiar en el proceso de reparación de
niños y niñas víctimas de abuso sexual en Chile.

1.2. Justificación.

Para llegar al proceso de reparación debido a un episodio de abuso sexual


infantil, la develación o revelación del hecho es el punto de partida.

“La develación podría definirse como el proceso en que se rompe con el silencio
propio de la dinámica de la agresión sexual y otros toman conocimiento sobre la
existencia de una transgresión, independiente si ésta conlleva una acción
judicial”. (Fundación Amparo y Justicia, 2018, p.5)

Quién toma conocimiento de esta situación tiene dos caminos a seguir,


denunciar el hecho o bien callarlo, es así como, las reacciones de la familia ante
esta revelación son un factor importante para la víctima. Cuando la familia
demuestra credibilidad a lo que el niño o niña dice y adopta estrategias para
protegerlo, éste se siente fortalecido y tiene mayores recursos para enfrentar la
experiencia abusiva. Sin embargo, cuando la reacción de la familia es negativa

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y no ofrece apoyo social y emocional, la víctima se encuentra en una situación
de vulnerabilidad.

Es en este contexto que surge la importancia de esta investigación, por cuanto,


cuando la familia toma conocimiento de que uno de sus miembros, en este caso
los más indefensos, fueron víctimas de este tipo de vulneración, sea o no el
autor, miembro de la familia o un cercano a esta, se produce un quiebre, un
impacto directo al sistema familiar que va más allá del niño o niña víctima, los
padres o adultos responsables pueden incluso llegar a sentirse culpables por no
haberse dado cuenta antes de lo que estaba pasando o por no haberlos podido
proteger, pero también hay situaciones donde esta develación produce
desconcierto y temor por lo que esta situación trae consigo, sobre todo en lo
que dice relación con la posibilidad del rompimiento de algunos vínculos
familiares, lo que puede llegar a crear un entorno en el que la denuncia del
hecho, ni siquiera se considere y se perciba como aversivo para el
funcionamiento familiar.

En consecuencia de lo anterior y considerando que la mayoría de los casos de


abuso sexual infantil ocurren en el ámbito familiar o en el círculo cercano de las
familias, es posible de asociar con una disfunción del sistema familiar, que
incluso puede involucrar una temática transgeneracional, lo que demuestra que
la intervención de todo el sistema es razonable, no solamente con el niño o niña
víctima.

De esta forma, comprendiendo y teniendo presente que esta problemática no


solamente afecta al niño o niña víctima, sino que también a su familia y entorno,
es que cobra vital relevancia el abordaje multidisciplinario en el proceso de
reparación, si bien en el área terapéutica, el rol del profesional de la psicología
es uno de los ejes principales, su foco de atención es la víctima, pero la familia
queda rezagada de este proceso y no se puede pretender que el niño o niña
víctima tenga una efectiva reparación psicológica si su familia y entorno siguen

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dañados, por lo que la disciplina del Trabajo Social, puntualmente con las
familias, es fundamental, ya que es la profesión que tiene la experticia en el
trabajo cara a cara con las familias, la profesión que desde sus inicios visita el
domicilio donde residen estas, que puede incluso ser considerado como el lugar
más íntimo que posee este núcleo fundamental. Así también, el Trabajo Social
desde la praxis, tiene la experticia en la articulación de redes entre los sistemas,
como las familias, su contexto y redes de apoyo, además trabaja, como parte
de la intervención, en los vínculos familiares y en el fortalecimiento de los
factores protectores que las familias posean, lo que ayuda a prevenir la
reiteración y/o reproducción de situaciones abusivas.

Las modalidades de intervención que el trabajo social conoce y aplica


permiten generar cambios estables en el tiempo y otorgar relevancia
aquellos aspectos que no son considerados por otras áreas tales como las
dinámicas familiares los estilos relacionales el contexto sociocultural entre
otros lo que innegablemente requiere claridad y solidez teórica que
permitan acompañar los procesos de manera estratégica ampliando la
mirada de lo que es considerado solo terapéutico. (Díaz y Jara, 2005,
p.171)

La intervención social familiar, permite redirigir el foco de atención, incluyendo,


con énfasis, la importancia que tiene para el niño o niña, el apoyo incondicional
de sus padres, adulto significativo y/o familia y así poder aminorar las
consecuencias que se derivan de esta problemática, fortaleciendo y generando
mecanismos de protección para la víctima, y para lograr esto es necesario
contar con figuras significativas capaces de brindarles lo que necesitan.

Es por esto que, la presente investigación procura aportar elementos que


apoyen la apuesta por un abordaje integral en el proceso de reparación desde
la transdisciplinariedad, puesto que, de lograr esta implementación en todos los
procesos de reparación, con un abordaje que equipare en igualdad de

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condiciones, la intervención psicológica con el foco en la víctima, como la
intervención del Trabajo Social en la familia, trascendería en la sociedad de
forma positiva, puesto que las familias que deban recurrir a un proceso de
reparación, recibirán una atención que aborde la problemática en su totalidad
en la misma instancia, con un proceso multidisciplinario y no con la mirada
fraccionada por área de competencia y/o profesión.

Asimismo, esta investigación pretende demostrar que en el proceso de


reparación del abuso sexual infantil el abordaje desde la psicología es
relevante, pero así también lo es desde el Trabajo Social, ya que desde esta
profesión se puede ayudar a restaurar y reparar todos los factores contextuales
relacionados con el niño o niña víctima, donde éste se desenvuelve, así como
también, ayudar a que ellos puedan tener una familia que potencie los factores
protectores que les permitan su pleno desarrollo y bienestar. Si no se apunta a
un abordaje transdisciplinar en el proceso de reparación, esta problemática
traerá otras subyacentes que afectarán a la sociedad toda y al núcleo
fundamental de ésta, la familia.

Por otra parte, con los resultados de esta investigación, se espera beneficiar a
todos los profesionales que se relacionan e intervienen en el proceso de
reparación, principalmente a los del área de la Psicología y del Trabajo Social,
impulsando la toma de conciencia de que el trabajo reparador con la familia es
igual de importante que el trabajo psicológico que se hace con y para el niño o
niña víctima de abuso sexual infantil, puesto que desde los enfoques teóricos
asociados, no solamente se tiene que abordar el aspecto psicológico de la
víctima ya que ésta, se apoya en todo sentido, en sus figuras significativas que
generalmente son miembros de su familia.

Por último, es posible señalar que la investigación en sí es importante,


particularmente para la profesión del Trabajo Social porque pretende demostrar
que, si bien, la reparación en estos casos es un proceso relevante para el

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normal desarrollo de las víctimas, éste debe ser integral y que la intervención
social en la familia de niños o niñas víctimas de abuso sexual infantil es igual de
relevante que la intervención psicológica que se realiza con el propio afectado,
por ende, se espera que sus resultados también lo sean.

1.3. Pregunta y supuestos de investigación.

Pregunta de investigación.

 ¿Cuál es la importancia de considerar la intervención del Trabajo Social


familiar en los procesos de reparación de víctimas de abuso sexual
infantil en Chile?

Supuestos de investigación.

 El Trabajo Social familiar es importante para el proceso de reparación de


víctimas de abuso sexual infantil, por cuanto brinda una mirada holística
al proceso, permitiendo un abordaje integral de la temática y contemplar
a la familia en su totalidad, entendiéndola como uno de los pilares
fundamentales en la vida de un niño o niña.

 El Trabajo Social, desde sus herramientas específicas de intervención


familiar, aporta a la generación, fortalecimiento y mantención de los
vínculos protectores en el ámbito familiar de las víctimas de abuso sexual
infantil, los que son fundamentales para el desarrollo de los niños y
niñas.

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1.4. Objetivos.

Objetivo general.

Analizar la importancia de considerar la intervención del Trabajo Social familiar


en los procesos de reparación de víctimas de abuso sexual infantil en Chile.

Objetivos específicos.

 Comprender las consecuencias del proceso abusivo desde una


perspectiva ecosistémica.
 Explicar el proceso de reparación de víctimas de abuso sexual infantil en
Chile.
 Describir el rol de la familia en el proceso de reparación de víctimas de
abuso sexual infantil.
 Describir la función del Trabajo Social en las dimensiones de Caso y
Familia.
 Describir el rol del Trabajador Social en el proceso de reparación de
víctimas de abuso sexual infantil en Chile.

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CAPÍTULO II.

MARCO TEÓRICO.

2.1. Abuso Sexual Infantil.

El abuso sexual infantil, es considerado como una de las más graves formas de
maltrato contra la infancia, sin embargo no existe un consenso respecto de su
definición exacta, no obstante a ello, una de las definiciones más reconocidas
internacionalmente es la que hace el National Center of Child Abuse and
Neglect (1978, como se citó en Marín et al., 2012) y lo define como:

Contactos e interacciones entre un niño o niña y una persona adulta


cuando ésta usa al niño o niña para estimularse sexualmente a sí mismo,
al niño o niña o a otra persona. El abuso sexual puede ser también
cometido por una persona menor de 18 años cuando ésta es
significativamente mayor que el niño o niña (víctima) o cuando está en
una posición de poder o control sobre otro. (p.5)

Lo que plantea la definición anterior es posible de ser complementado y para


ello, es importante considerar el aporte que hace Kempe (1978, como se citó en
Barudy 1998), quien define el abuso sexual infantil como:

La implicación de un niño o de un adolescente menor en actividades


sexuales ejercidas por los adultos y que buscan principalmente la
satisfacción de éstos, siendo los menores de edad inmaduros y
dependientes y por tanto incapaces de comprender el sentido radical de
estas actividades ni por tanto de dar su consentimiento real. Estas
actividades son inapropiadas a su edad y a su nivel de desarrollo
psicosexual y son impuestas bajo presión -por la violencia o la

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seducción- y transgreden tabúes sociales en lo que concierne a los roles
familiares. (p.161)

El abuso sexual intrafamiliar es un proceso progresivo, que se genera en un


contexto donde el agresor y la víctima tienen una cercanía afectiva, puesto que
en este tipo específico de abuso, el agresor es uno de integrantes de la misma
familia, que aprovechando su rol y/o poder, manipula a la víctima, lo que lo
pervierte las relaciones familiares. (Barudy, 1998).

Conforme a la información obtenida del 4° Estudio de Maltrato Infantil en Chile,


efectuado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF,
(2015), los agresores que comenten el delito de abuso sexual contra niños,
niñas y adolescentes, corresponden en un 75,1% a hombres, de los cuales, el
88,5% son conocidos por la víctima y el 50,4% son familiares de esta.

Es innegable que las cifras relacionadas al abuso sexual infantil, tanto a nivel
nacional como internacional, coinciden en que el porcentaje de agresores
conocidos, cercanos y/o familiares de las víctimas es bastante alto. Sin
embargo, esto se puede explicar a través de lo que postula Barudy (1998), al
señalar que la dinámica en torno al abuso sexual de niños, en especial, cuando
es intrafamiliar, se da de forma paulatina y en fases definidas, donde la primera
corresponde a la fase de seducción, donde básicamente el agresor busca ganar
o manipular la dependencia y confianza de la víctima, además de incitarla a
participar de instancias de connotación sexual mediante “regalos” o con la
propuesta de “un juego”, se puede entender en palabras simples como la etapa
de “pololeo” en una relación de pareja; luego se da la fase de la interacción
abusiva propiamente tal, que en general es evolutiva, va de a poco y de menos
a más, pero de forma casi simultánea se da la fase del secreto, que consiste en
lo que el autor nombra como “La ley del silencio”, donde el agresor, que por lo
general está consciente de que lo que hace es ilegal, utiliza diferente formas
para evitar que la víctima devele lo que está ocurriendo, utilizando amenazas,

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mentiras, culpando a la víctima o incluso usando el chantaje, diciendo cosas
como por ejemplo, “si cuentas nuestro secreto me voy a ir preso y no van a
tener plata para comer ni donde vivir”, “no te van a creer”, “si le cuentas a tu
mamá lo que hacemos, ella no te va a querer más”, “si cuentas esto no te voy a
poder dar más regalos/dulces/dinero”, por lo que la víctima finalmente cae en
esta dinámica y no tiene más alternativa que adaptarse a esta situación e
incluso hay casos donde los otros familiares, no agresores, por diferentes
circunstancias, hacen vista gorda a situaciones que pueden ser claros indicios
de que se está dando algún tipo de conducta abusiva. Posteriormente se da la
fase de divulgación, que puede ser accidental, en el caso de que un tercero
sorprenda la conducta abusiva en el momento en que ésta está ocurriendo o
premeditada, que se da cuando la propia víctima relata lo que está viviendo,
fase que claramente produce un desequilibrio en el sistema familiar.
Finalmente, el autor plantea que la quinta fase es la fase represiva, donde la
familia en el afán de volver a su equilibrio intenta minimizar los efectos que la
denuncia, en caso de haberla hecho, ocasionó y que puede llegar incluso a
provocar la retractación de la víctima.

Esta secuencia, brevemente descrita, es expresada por Baita y Moreno (2015)


al señalar que

Es a lo largo de este proceso de vinculación entre el ofensor y el niño


que las conductas abusivas se irán desplegando desde formas de menor
intimidad a conductas más intrusivas…. Para que esta progresión se dé
sin sobresaltos, el ofensor sexual recurrirá a una serie de mecanismos
que oscilarán entre la persuasión y diversas formas de coerción, que le
permitirán ir evaluando qué posibilidades reales tiene de progresar en el
acceso a la intimidad del niño. (p.58)

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Por otra parte, es importante entender que el abuso sexual infantil, como
problemática, con seguridad va a afectar al sistema familiar, de una forma u
otra, sea o no sea el agresor uno de sus miembros y esto se puede explicar
desde la perspectiva teórica que ofrece el modelo sistémico, resultando
relevante, lo que al tenor, sostienen Peroni y Patro, (2012) al señalar que

El enfoque sistémico es una perspectiva teórica que permite comprender


y explicar los comportamientos de las personas, no a partir de sus
características individuales, sino en función de las relaciones que esas
personas establecen con sus contextos más próximos. El significado de
los diferentes fenómenos y problemas se busca en los contextos donde
estos se producen y en las relaciones que cada individuo establece con
esos contextos. (p.24)

En términos generales, el modelo sistémico busca dar explicaciones a los


principios sobre la organización de ciertos fenómenos, se centra en que las
personas somos organismos vivos que se enmarcan en una serie de sistemas
relacionados unos con otros. En este sentido, la familia también se constituye
un sistema y dicho modelo se instaura como una alternativa de trabajo dinámico
ya que permite analizar las interacciones, los roles, las normas, la tipología, las
vinculaciones, entre otros. Por lo tanto, toda realidad desde este enfoque se
entiende como un conjunto de sistemas, y es así como se podría entender a la
familia como un sistema, sin embargo, se puede hablar de que interactúa con
otros sistemas como lo es el sistema educativo, el sistema social, político,
cultural, entre otros.

Se sostiene que las personas forman parte de un sistema que valga la


redundancia es la familia, pero también son parte de otros sistemas, es por
esto, que no podemos desarticular lo que vive la familia de lo que está viviendo
cada uno de sus integrantes, pues el comportamiento disfuncional de una
persona es concebido como una perturbación del sistema, es decir, como

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pueden afectar ciertas situaciones que vive una persona y como afecta al resto
de su sistema.

Por otra parte, y de forma complementaria, este fenómeno puede ser entendido
bajo el modelo ecológico ya que, amplía el modelo sistémico, al considerar
diferentes niveles para el análisis de diversas problemáticas, puesto que se
basa en el desarrollo de las personas a través de distintos ambientes en los que
se mueven, es decir, la información que nos entrega este enfoque dice relación
con la influencia que tiene el ambiente en el desarrollo social, moral, cognitivo o
relacional de las personas. Consecuentemente, no es conveniente separar lo
que le sucede a una persona en relación con los otros sistemas con los cuales
se relaciona porque de alguna u otra manera los distintos sistemas en donde
nos desenvolvemos se pueden constituir desde factores protectores a factores
de riesgo.

Cabe señalar que, todo lo que las personas desarrollan de cierta forma está en
constante vinculación con lo que sucede en el entorno, en este sentido, se
establece que este ambiente está regulado o establecido a partir de los
siguientes niveles: Microsistema, Mesosistema, Exosistema y Macrosistema, de
esta forma el enfoque ecológico presta principal relación al sistema familiar y
como dicho sistema se vincula con otros, entonces se analizan las
problemáticas que se puedan generar ya sea en términos de adaptabilidad o de
la relación de equilibrio que se pueda generar de las familias con la relación
entre pares, entre los distintos sistemas asociados a las distintas instituciones, a
los patrones culturales, a las normas y a la política social que regula, y pone
énfasis en como esas interacciones pueden desencadenar ciertas
problemáticas. Desde allí se desglosa lo que señala Peroni y Patro, (2012)

Desde esta perspectiva, no se considerará jamás a una persona o a un


sistema como único responsable del abuso o maltrato, lo cual no quiere
decir que todos tengan la misma responsabilidad. Se entiende, así, a la

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violencia que surge en la familia como el resultado no solo de una falla
individual o de una disfunción grave del sistema familiar donde se
produce, sino también del sistema institucional y social que la rodea.
Para su aparición y mantenimiento se conjugan múltiples factores
(bagaje individual, características e historia personal de cada adulto,
relaciones y modos de comunicación en la familia y de esta con el
entorno, características socioculturales y socioeconómicas del entorno),
pero no como una simple relación causa-efecto (p.26)

2.2. Familia

La concepción tradicional de lo que es una familia ha evolucionado con el paso


del tiempo y actualmente existe una multiplicidad de definiciones como tipos de
familia, pero independiente de esto, sigue siendo considerada,
internacionalmente, como parte fundamental de la sociedad, tal y como se
indica en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), que en su
Artículo 16°, inciso tercero, señala que “La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado”.

De igual forma, la Constitución Política de La República de Chile (1980)


establece en su artículo 1º inciso segundo, que “La familia es el núcleo
fundamental de la sociedad”, además de indicar en párrafos posteriores, que es
deber del Estado protegerla y propender a su fortalecimiento.

Si bien, este cuerpo legal no define el concepto de familia, es imprescindible


hacer presente que le otorga un valor bastante significativo al señalarla como el
núcleo fundamental de la sociedad, es decir como la base, la materia prima de
nuestra sociedad, por lo que no es posible desconocer la magnitud de la
relevancia que tiene este grupo de personas llamado familia y más aún, si se
considera que, desde la mirada del enfoque ecosistémico, la familia influye en la

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sociedad y viceversa, así como también lo hace con cada uno de sus miembros
y a la vez, cada individuo también influye en su familia.

Debido a lo antes expuesto, debemos entender que no existe un único modelo


de familia y su definición no debe restringirse a la pareja y los hijos, es así como
existen variadas definiciones de este concepto, y en este tenor Gemetro et al.
(2011) señala:

Cuando hablamos de familia no nos estamos refiriendo a un vínculo


necesariamente biológico o legal. Nos referimos a vínculos de cuidados,
atención y afecto en el que crecen y se desarrollan todas las personas
independientemente de la orientación sexual o la identidad de género de
sus integrantes. (p.7)

Es relevante entender, que cuando una familia se ve enfrentada a una situación


de abuso sexual infantil, se produce una crisis que claramente afecta el normal
funcionamiento del sistema, sin embargo, existen ciertas características físicas,
conductuales y sociales, que pueden mejorar o empeorar la situación.

Este conjunto de características se clasifica en lo que se conoce como Factores


de riesgo y Factores protectores.

Los Factores de Riesgo son aquellos aspectos del niño y la familia, que en
conjunto con las particularidades del acontecimiento, pueden contribuir a que
las probabilidades de que el niño afectado sufra algún tipo de daño aumenten,
al igual que aumenten las probabilidades de que ese daño, sea severo.

Por otra parte, los Factores Protectores, incluyen las características del niño y la
familia, pero también considera la presencia de los recursos que el sistema
tiene disponibles, tanto a nivel social y educacional, que contribuyen a que las

21
posibilidades de enfrentar la crisis sean mayores permitiendo que la
probabilidad de daño disminuya o incluso, no exista.

2.3. Proceso de Reparación

Cuando se escucha la palabra reparación, es normal asociar el concepto a algo


dañado o roto, lo que no está lejos de lo que el abuso sexual infantil provoca en
las víctimas y sus familias.

Es en este orden de ideas, que resulta interesante indicar lo que Rosentreter,


(2013) en base de los planteamientos de Dussich (2008) señala como definición
del proceso de reparación o asistencia reparatoria, indicando que se entiende
“como el conjunto de servicios ofrecidos a las víctimas en respuesta a su
victimización, con la intención de aliviar el sufrimiento y facilitar la recuperación”.
(p.52)

En Chile, existen diferentes instituciones y programas que trabajan la


reparación en situaciones de abuso sexual y otros delitos, siendo estas de
orden público y privado, sin embargo, y pese a la envergadura de la
problemática, no todas las familias afectadas por el abuso sexual infantil
acceden a un proceso de reparación, ya sea porque no cumplen con los
requisitos de ingreso para los programas estatales, o bien, porque desconocen
la existencia de instituciones privadas.

En el sector público, se encuentran los Programas de Protección Especializada


en Maltrato y Abuso Sexual Infantil, PRM, que son ejecutados por distintos
organismos colaboradores acreditados de la red SENAME.

Conforme a la información que presenta el Catastro de la Oferta Programática


de la red SENAME, el PRM “Es un programa de intervención psicoterapéutica y
social orientado a generar procesos de reparación del daño en niños, niñas y

22
adolescentes que ha sufrido maltrato físico o psicológico grave, constitutivo de
delito y/o agresión sexual infantil" (SENAME., 2021)

Sin embargo, es importante mencionar que, conforme a lo que se señala en las


orientaciones técnicas del programa, la forma de acceder a este requiere de
una derivación formal desde los Tribunales de Justicia o Fiscalías,
especificando que la forma es la siguiente:

a) Por derivación del Tribunal de Familia, que es el órgano judicial


competente para conocer de las medidas proteccionales y/o cautelares.

b) Por derivación del Ministerio Público, por vía directa o por intermedio
del Tribunal de Familia. Si es por vía directa de la Fiscalía se debe
solicitar la medida proteccional, en forma posterior al Tribunal de Familia
correspondiente.

c) Excepcionalmente se abre la posibilidad que desde las Direcciones


Regionales y red de SENAME, prioritariamente centros residenciales,
bajo el enfoque de circuito de protección especializada, previa denuncia
en Fiscalía, ingrese al proyecto algún niño, niña o adolescente, víctima
de abuso sexual y/o maltrato grave, con la obligación posterior de
solicitar la medida de protección pertinente en Tribunal de Familia
correspondiente, que formalice el desarrollo de la intervención dentro de
un contexto judicial.

d) En el caso de VIF, si es constitutivo de delito, eventualmente, puede


derivar el Juzgado de Garantía y/o Ministerio Público. Con relación a
maltrato psicológico puede derivar Tribunal de Familia o dirección
regional de SENAME, previo requerimiento a Tribunales de Familia.
(SENAME, 2019, p.11)

23
Respecto de estos programas es relevante señalar que, el hecho de que alguna
de las instituciones correspondientes haga la derivación formal, no
necesariamente significa que la atención, y por ende, la intervención se vaya a
realizar de manera expedita, ya que existen listas de espera para el ingreso que
son considerables.

Conforme a nota técnica del Observatorio para la Confianza, desde el mes de


marzo a junio del año 2020, los niños, niñas y adolescentes en lista de espera
sin ingresos formales a los PRM llegaba a un total de 2.616. (Observatorio para
la Confianza, s.f.)

2.4. Trabajo Social Familiar

Los Trabajadores Sociales, desde el surgimiento de la profesión bajo la mirada


paramédica y/o parajurídica, y hasta los días de hoy, son conocidos por ser
quienes realizan la “visita domiciliaria”, por ello en algún momento de la historia
se les conocía a quienes ejercían esta profesión como “visitadoras”, lo que
permite aseverar que la profesión desde sus inicios tiene una relación directa
con las familias y esto le otorga a la profesión, un lugar preferente en lo que se
refiere a la temática por existir un compromiso fundacional.

Pincus y Minahan (1981, como se citó en Aylwin y Solar, 2002) señalan que el
“trabajo social familiar puede ser definido en términos generales como la
intervención profesional cuyo objetivo son las interacciones conflictivas entre las
familias y a su medio social”. (p.74)

De esta forma, es posible señalar que el Trabajo Social, al efectuar una


intervención familiar, busca atender los problemas que afectan al grupo familiar
y que busca generar un proceso de relación de ayuda que requiere potenciar y
activar tanto los recursos de las personas como los de la familia y redes
sociales, siendo sus características principales, identificar las fortalezas y las

24
potencialidades que presentan las familias y trabajar para acompañarlas y para
darles soporte en las dificultades, con miras a mejorar y enriquecer la calidad de
vida de sus integrantes.

CAPÍTULO III.

MARCO METODOLÓGICO.

3.1. Paradigma y Metodología

“Todos los hombres por naturaleza desean saber”. (Aristóteles, trad. en 1994)

El sentido común es una de las primeras formas de conocer y es parte del


conocimiento que se denomina ordinario o común, caracterizado por ser
espontáneo, convencional y encontrarse asociado a la experiencia como una de
sus fuentes principales, por lo que resulta necesario explicitar que no todo
conocimiento es científico y es de esta manera que el hombre en su afán por
conocer y explicar la realidad en la que está inserto ha construido a lo largo de
la historia diferentes conjuntos de ideas, creencias y/o perspectivas que
persiguen este fin y así poder explicar la realidad. Estos conjuntos son los que
se conocen como paradigmas, debiendo considerar que no son universales y
que es el investigador el que debe posicionarse desde una de estas
perspectivas para poder explicar la realidad específica que estudia y guiar su
investigación.

En la investigación científica los diferentes paradigmas han influido a lo largo de


los años, como así lo señala Ramos (2015) tomándose de las palabras de
Medina (2000) al indicar que

Desde la época griega han existido dos interpretaciones, las cuales se


han basado en la perspectiva física y espiritual, en el dualismo mente y

25
cuerpo, lo eterno y lo infinito; posturas que han interpretado, desde su
criterio, a la naturaleza humana, y como es lógico, han generado su
influencia en la concepción de la investigación científica, proyectando la
dicotomía de métodos cualitativos y cuantitativos. (p.10)

Esta investigación se ha sustentado desde el paradigma que es conocido como


interpretativo o humanista, puesto que “la perspectiva interpretativa ve la
necesidad de comprender las situaciones particulares por medio de los
pormenores de la vida práctica, además de considerar qué significados
adquieren para las personas los acontecimientos” (Vidal, 2013, p.104)

En este orden de ideas, el presente estudio pretende realizar una interpretación


de la realidad social frente al fenómeno del abuso sexual infantil y todo el
proceso de reparación que se le asocia, de igual forma, los resultados que se
obtengan, no pretenden ser generalizados, dado que corresponden a una
realidad particular que es aquella que está descrita en el problema y abordada
en los objetivos.

Por otra parte, la metodología en la que se desarrolla esta investigación es de


carácter mixta con tendencia cualitativa, teniendo en consideración que, en
términos bastantes generales, la metodología mixta agrupa a la cualitativa y a la
cuantitativa y como señalan Hernández-Sampieri y Mendoza (2018) “la meta de
la investigación mixta no es reemplazar a la investigación cuantitativa ni a la
investigación cualitativa, sino utilizar las fortalezas de ambos tipos de
indagación, combinándolas y tratando de minimizar sus debilidades
potenciales”. (p.610)

Se le atribuye este carácter, por cuanto se utilizan datos duros o numéricos,


como también información derivada de la interpretación de la realidad que
hacen los diversos autores sobre la temática en cuestión, es decir se utiliza más
de un procedimiento para el estudio propiamente tal y por sobre todo, para el

26
análisis de la información sobre el mismo fenómeno a lo largo de la
investigación, lo que permite “proveer al estudio de un contexto interpretativo
más completo, profundo y amplio, pero al mismo tiempo generalizable y con
validez externa” (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018, p.617)

Respecto del énfasis cualitativo, primero es relevante señalar que su filosofía


radica en la fenomenología, que básicamente plantea que el conocimiento
científico no se puede desligar de la vida cotidiana, la interacción comunicativa
y el lenguaje común, de ahí que su finalidad sea “Describir, comprender e
interpretar los fenómenos, a través de las percepciones y significados
producidos por las experiencias de los participantes.” (Hernández et al., 2014,
p.11), además, esta investigación se ampara bajo el paradigma interpretativo o
humanista al utilizar documentos donde el carácter cualitativo tiene una potente
presencia en la cimentación de los antecedentes de investigación.

Respecto de lo anterior, es relevante lo que plantea Hernández et al. (2014) al


señalar que

Existen varias realidades subjetivas construidas en la investigación, las


cuales varían en su forma y contenido entre individuos, grupos y culturas.
Por ello, el investigador cualitativo parte de la premisa de que el mundo
social es “relativo” y sólo puede ser entendido desde el punto de vista de
los actores estudiados. (p.10)

Por otra parte, es necesario hacer presente que los documentos y textos que
forman parte de la muestra son estudios que se enmarcan en lo cualitativo, pero
también se incluyen antecedentes relevantes que tienen el carácter cuantitativo,
asimismo, forman parte de ésta, estudios teóricos que cumplen las mismas
características ya descritas, de ahí, que la presente investigación sea
considerada mixta con tendencia cualitativa, favoreciendo así el análisis de la
información.

27
En consecuencia con lo anterior, es relevante señalar que el fenómeno objeto
de estudio de este trabajo, es bastante complejo en todos sus aspectos y en
todo lo que involucra, por lo que, con la finalidad de guiar la investigación, se
posiciona bajo el alero teórico del modelo ecosistémico, el que permite una
comprensión de la compleja y permanente interacción de las personas con sus
ambientes más o menos inmediatos, donde se integran la estructura y las
dinámicas de las redes sociales y las transacciones de apoyo que se generan
en éstas, agregando que un cambio en una parte del sistema afecta al resto.

3.2. Diseño de Investigación

La presente investigación corresponde al tipo monográfico documental, de


diseño no experimental con aplicación transversal del tipo analítico, conforme a
lo que se fundamenta a continuación.

Al referir que corresponde al tipo monográfico documental, es necesario


entender que “La monografía, es un texto académico producto de una
investigación documental, que se utiliza en el ámbito educativo con la finalidad
de dar cuenta sobre el estado de conocimiento de una temática específica”
(Corona, 2015), de esta forma, mediante la búsqueda, recuperación, lectura,
análisis e interpretación de diversos documentos relativos al tema objeto de
estudio, se ha construido esta investigación.

Por otra parte, es no experimental, por cuanto las investigaciones de este tipo
como plantea Hernández et al. (2014), corresponden a “Estudios que se
realizan sin la manipulación deliberada de variables y en los que sólo se
observan los fenómenos en su ambiente natural para analizarlos”, por lo que
teniendo en cuenta que el objetivo de la presente investigación es analizar la
importancia de considerar la intervención del Trabajo Social familiar en los
procesos de reparación de víctimas de abuso sexual infantil en Chile, a través

28
de un estudio documental, lo que implica analizar documentos que ya existen y
por ende, impide la manipulación de las variables.

En consecuencia con lo anterior y conforme a la dimensión temporal de la


presente investigación, es de aplicación transversal ya que la recogida de
información se hará en una única vez y no involucra un seguimiento.

Por último, es necesario indicar que si bien es de corte transversal, conforme a


lo indicado en el párrafo que precede, será además analítico, puesto que
pretende estudiar cada uno de los componentes que conforman el fenómeno
objeto de estudio para una mayor comprensión global, basándose en una
compilación de documentos que forman parte de estudios reales y
comprobables, donde incluso se aplicaron instrumentos con alto grado de
validez y confiabilidad para obtener sus resultados y todo esto, permite un
proceso de retroalimentación para poder cambiar lo que se tiene por verdadero
a partir de evidencias que puedan así establecerlo y una evaluación de los
procesos de recogida de información, permitiendo lograr conclusiones lo más
concretas y veraces posibles, todo en directa relación con el objetivo general de
la presente investigación.

3.3. Población y Muestra

Al referirse al concepto de población en el contexto de una investigación, es


necesario comprenderlo como la totalidad, en este caso, de los documentos
relacionados con las variables del estudio y con los cuales se pretende hacer
inferencias en torno al tema. Al respecto, Arias (2012) señala que

La población, o en términos más precisos población objetivo, es un


conjunto finito o infinito de elementos con características comunes para
los cuales serán extensivas las conclusiones de la investigación. Ésta
queda delimitada por el problema y por los objetivos del estudio. (p.81).

29
Por otra parte, se debe considerar que en muchos casos resulta utópico pensar
en la posibilidad de estudiar y/o analizar a la totalidad de la población objetivo,
más aún cuando se trata de un estudio relacionado al ámbito social; sin
embargo, tal y como postula Ander-Egg (1995) “para realizar una investigación
social, no necesariamente hay que estudiar la totalidad de una población; basta
con elegir una muestra representativa de la misma” (p.178), por lo que es
necesario tener presente que para este contexto, la muestra se debe entender
como una porción o subconjunto de la población. Es así que, reforzando esta
idea, el mismo autor define el concepto como “parte o fracción representativa de
un conjunto de una población, universo o colectivo, que ha sido obtenida con el
fin de investigar cierta características [sic] del mismo” (Ander-Egg, 1995, p.179).

De lo expuesto en el párrafo que precede, es relevante destacar que Ander-Egg


postula explícitamente que la muestra debe ser representativa, lo que en
palabras simples se puede explicar como la necesidad de que este subconjunto
de la población, reúna ciertas singularidades que la reflejen lo más fielmente
posible, por lo que para comprender un poco más este concepto, es oportuno
mencionar a Arias (2012), por cuanto señala que “una muestra representativa
es aquella que por su tamaño y características similares a las del conjunto,
permite hacer inferencias o generalizar los resultados al resto de la población
con un margen de error conocido” (p.83)

En consecuencia con lo anterior y teniendo en consideración que la cantidad de


documentos relacionados con el tema central de esta investigación es bastante
amplia, a fin de poder discriminar que documentos son susceptibles de ser
utilizados como parte de la muestra, se establecieron algunos criterios de
inclusión y exclusión que permitirán el desarrollo de este trabajo.

30
3.3.1. Criterios de inclusión y exclusión de la muestra

Inclusión.
● Se considerarán tratados internacionales, ratificados por Chile,
que dicten relación con el tema central de este estudio.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos publicados
entre los años 2005 y 2021.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos de estudios
realizados y publicados en países de América, con énfasis en los de
América Latina.
● Se considerarán todo tipo de escritos, documentos y/o artículos
relacionados al tema investigado, cuya génesis sea de carácter teórico
y/o empírico.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos publicados
respecto a las consecuencias legales del delito de abuso sexual y las
establecidas en las leyes y Código Penal chileno.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos publicados
por la red Sename y la Unicef.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos publicados,
cuyos autores se encuentren vinculados a disciplinas policiales y
criminológicas, fenomenológicas, investigativas y relacionados a las
ciencias sociales que aporten a la investigación.
● Se considerarán tesis y tesinas publicadas en América Latina,
relativas al tema en cuestión.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos relacionados
con el abuso sexual infantil en Chile y programas, tanto públicos como
privados, atingentes a esta temática en todas sus aristas.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos publicados,
que dicten relación con el proceso de reparación en los casos de abuso
sexual infantil.

31
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos publicados
sobre el abuso sexual infantil y la familia.
● Se considerarán documentos y/o artículos científicos que traten la
disciplina del Trabajo Social y el rol del profesional en el contexto del
abuso sexual infantil.
● Se considerará toda la información y/o documentación solicitada
por las autoras a través del Portal de Transparencia a diferentes
instituciones públicas de Chile.
● Se considerarán libros publicados en América Latina que traten las
temáticas de abuso sexual infantil, familia, reparación y Trabajo Social
por separado y/o en conjunto.

Exclusión
● No se considerarán documentos y/o artículos publicados en bases de
datos que no sean confiables y válidas.
● No se considerarán documentos y artículos científicos publicados
antes del año 2005.
● No se considerarán documentos y/o artículos publicados sobre
estudios del abuso sexual infantil, su fenomenología y/o dinámica,
que se hayan realizado con población que no resida en el continente
americano.
● No se considerarán documentos y/o artículos que se relacionen con
normas y/o leyes sobre el abuso sexual infantil de países distintos a
Chile.
● No se considerarán documentos y/o artículos que estén fuera del
rango etario que abarca el abuso sexual infantil.

3.4. Consideraciones Éticas

Toda investigación, por regla general y normativas relacionadas, debe tener en


consideración diversos aspectos éticos que se deben resguardar. Si bien, una

32
investigación monográfica, donde se utilizan fuentes de información
secundarias para su análisis, no tiene las mismas implicancias que una de tipo
empírica, no significa que no hayan aspectos éticos a tener en cuenta y sobre
todo porque en este tipo de estudio, la ética dice directa relación con temas de
validez del proceso investigativo y de la propia construcción de la investigación,
por lo que se debe considerar todo lo relacionado con el comportamiento ético
de los investigadores, como las consecuencias que pudiese tener el estudio
para quienes participan en él o usen la información resultante del proceso.

En consecuencia con lo anterior, esta investigación no está exenta y se regirá


en primer lugar, por todas las disposiciones legales vigentes en Chile que dicten
relación con los procesos de investigación, así como también, en conformidad a
los lineamientos expuestos en la Política de Investigación de la Universidad San
Sebastián, que al respecto señala

La investigación en la Universidad San Sebastián considera los principios


éticos y morales que inspira el Humanismo Cristiano tanto en la creación
y transferencia de los resultados como también en la articulación del
proceso formativo de pre y postgrado con la sociedad. Es así como, la
Universidad San Sebastián, adscribe la Declaración de Singapur sobre
integridad, cumplimiento de normas, métodos de investigación,
documentación de la investigación, resultados de la investigación, autoría
y reconocimiento en las publicaciones, y otras detalladas en el
reglamento correspondiente. (Política de Investigación Universidad San
Sebastián, 2020, p.6)

Por lo anterior y en virtud a lo estipulado en la Declaración de Singapur,


elaborada en el marco de la Segunda Conferencia Mundial sobre Integridad en
la Investigación, que se realizó en el año 2010 en la ciudad del mismo nombre
que la Declaración, este estudio velará por el cumplimiento de los principios de,
honestidad en todos los aspectos de la investigación, responsabilidad en la

33
ejecución de la investigación, cortesía profesional e imparcialidad en las
relaciones laborales y buena gestión de la investigación en nombre de otros.
(Segunda Conferencia Mundial sobre Integridad en la Investigación, 2010)

A fin de cumplir con los principios ya mencionados y conforme a lo que se


señala en esta Declaración, las investigadoras se harán responsables de la
honradez del presente estudio; conocerán y cumplirán las normas y políticas
nacionales relacionadas con la investigación; aplicarán el método más
adecuado para la investigación, basando sus conclusiones en un análisis crítico
de la evidencia que obtengan e informarán sus resultados e interpretaciones de
manera completa y objetiva; mantendrán una documentación clara y precisa de
toda la investigación, de manera que otros puedan verificar y reproducir el
trabajo; compartirán datos y resultados de forma abierta y sin demora, apenas
hayan establecido la prioridad sobre su uso y la propiedad sobre ellos; por otra
parte asumirán la responsabilidad por sus contribuciones a todas las
publicaciones, solicitudes de financiamiento, informes y otras formas de
representar la investigación, figurando en la lista de autores todos aquellos que
cumplan con los criterios aplicables de autoría, y sólo ellos; mencionarán en las
publicaciones, los nombres y funciones de aquellas personas que hubieran
hecho aportes significativos a esta investigación, incluyendo redactores,
patrocinadores y otros que no cumplan con los criterios de autoría.

Al evaluar los trabajos de otros, brindarán evaluaciones imparciales, rápidas y


rigurosas y respetarán la confidencialidad, de igual forma, revelarán cualquier
conflicto de interés, ya sea económico o de otra índole que pudiera
comprometer la confiabilidad del trabajo en propuestas de investigación,
publicaciones y comunicaciones públicas, así como en cualquier actividad de
evaluación.

Al participar en debates públicos acerca de la aplicación e importancia de los


resultados de la investigación, limitarán sus comentarios profesionales a las

34
áreas de especialización en las que son reconocidas y harán una clara
distinción entre los comentarios profesionales y las opiniones basadas en sus
visiones personales. Asimismo, deberán informar a las autoridades
correspondientes cualquier sospecha de conducta inapropiada en la
investigación, incluyendo fabricación física, falsificación, plagio u otras prácticas
irresponsables que comprometan su confiabilidad, como la negligencia, el
listado incorrecto de autores, la falta de información acerca de los datos
contradictorios o el uso de métodos analíticos engañosos.

Finalmente, las investigadoras reconocerán que tienen la obligación ética de


sopesar los beneficios sociales respecto de los riesgos inherentes a su trabajo.

De forma paralela a lo anterior, esta investigación se cimenta en los Principios


Éticos del Trabajo Social, con especial énfasis en la promoción de los Derechos
Humanos, situándose desde la Convención sobre los derechos del niño; en el
respeto de la confidencialidad y privacidad de las personas, ya que en caso de
tener acceso a datos personales y/o información que contenga estos datos o
datos institucionales, se deberán tomar todas las medidas tendientes a
resguardar este tipo de información y por último, en la integridad profesional,
teniendo en cuenta la responsabilidad que se tiene de la propia formación para
realizar un trabajo profesional al contar con los conocimientos técnicos
necesarios para dar cumplimiento adecuado a los objetivos.

3.5. Técnicas de recogida de información

Para recoger la información, la técnica que se utilizará será la búsqueda


documental en bases de datos, ya que permitirá la identificación, recogida y
análisis de documentos relacionados con el tema objeto de estudio, lo que será
provechoso para la investigación. Cabe hacer presente que, de esta manera, no
serán las personas, de manera directa, quienes entregarán la información, sino
que se obtendrá a través de trabajos ya sistematizados que tengan validez,

35
credibilidad y representatividad, para luego ser analizados y así poder dar
respuesta a la pregunta formulada, es decir, se utilizarán diferentes fuentes
secundarias para recolectar datos sobre las variables de interés, al alero del
trabajo intelectual, puesto que esa es la naturaleza de la búsqueda documental
o el análisis documental. Bajo esta lógica, Tancara (1993) define la
investigación documental como

Una serie de métodos y técnicas de búsqueda, procesamiento y


almacenamiento de la información contenida en los documentos, en
primera instancia, y la presentación sistemática, coherente y
suficientemente argumentada de nueva información en un documento
científico, en segunda instancia. De este modo, no debe entenderse ni
agotarse la investigación documental como la simple búsqueda de
documentos relativos a un tema. (p.94)

Por otra parte, las bases de datos para la búsqueda documental deben, sin
lugar a dudas, facilitar el almacenamiento sistemático de los datos, los cuales
debiesen estar estructurados de forma lógica, de manera tal que pongan al
alcance de los investigadores las información disponible y actualizada del tema
central de la investigación.

3.6. Metodología de análisis de información

Para el proceso de análisis de la información, se han considerado como


metodologías para la información cualitativa, los análisis de contenido y
categorial, y a su vez, para la información de carácter cuantitativa, la estadística
descriptiva.

El análisis de contenido se realiza mediante la interpretación de textos, ya sean


escritos, grabados, pintados, entre otros, lo que en definitiva, se traduce en

36
cualquier soporte donde puedan existir toda clase de registro de datos. En este
sentido Andréu (1960) señala que

El análisis de contenido se basa en la lectura (textual o visual) como


instrumento de recogida de información, lectura que a diferencia de la
lectura común debe realizarse siguiendo el método científico, es decir,
debe ser, sistemática, objetiva, replicable, y valida. En ese sentido es
semejante en su problemática y metodología, salvo algunas
características especificas, al de cualquier otra técnica de recolección de
datos de investigación social, observación, experimento, encuestas,
entrevistas, etc. No obstante, lo característico del análisis de contenido y
que le distingue de otras técnicas, es que se trata de una técnica que
combina intrínsecamente, y de ahí su complejidad, la observación y
producción de los datos, y la interpretación o análisis de los datos. (p. 2)

En consecuencia con lo anterior, es posible señalar que la importancia del


análisis de contenido, radica en que es un recurso que otorga la posibilidad de
investigar el mensaje que se encuentra en las comunicaciones. En este sentido,
Hostil y Stone (1969, como se citó en Andréu, 1960, p.3) señalan que “el
análisis de contenido es una técnica de investigación para formular inferencias
identificando de manera sistemática y objetiva ciertas características
específicas dentro de un texto”.

Por otra parte, el análisis categorial consiste en identificar las categorías que se
hallan en el proceso de decodificación de la información contendida en los
documentos que concierne al tema objeto de estudio de este trabajo. En este
sentido, la información se organiza y se descompone para entender los
conceptos que fueron delimitados en el marco teórico, por lo tanto, se podrá
saber la forma en la que se puede presentar el concepto en la vida de las
personas.

37
Finalmente, la estadística descriptiva, permite la exploración de datos
numéricos y/o relacionados a lo cuantificable, a fin de identificar características
mediante un número reducido de gráficos y/o números, es decir, confecciona un
resumen de información, donde los resultados proporcionados no pretenden ir
más allá del propio conjunto de datos para la obtención de conclusiones. Bajo
esta lógica, Faraldo y Pateiro (2013) señalan que

Las técnicas de estadística descriptiva permiten describir y analizar un


grupo dado de datos, sin extraer conclusiones (inferencias) sobre la
población a la que pertenecen. Se tendrá que recurrir a la inferencia
estadística, que es la parte de la Estadística que trata las condiciones
bajo las cuales las inferencias extraídas a partir de una muestra son
válidas, para extraer conclusiones sobre la población de interés. (p.2)

En relación con lo expuesto anteriormente, es dable mencionar que la


estadística descriptiva permitirá recolectar, sintetizar y categorizar un conjunto
de datos sobre el fenómeno estudiado de manera objetiva, sin que
necesariamente estos interfieran en los resultados.

38
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