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Nacionalismo y vanguardia Entrevista con Pablo

Antonio Cuadra

Floriano Martins | | Fecha: 02-feb-02 | Hora de creación: 00:00:00 | Ultima modificación: 01:45:31

Presentamos una entrevista con el poeta católico nicaragüense Pablo Antonio


Cuadra (Managua, 1912-2002), quien murió de un paro respiratorio en su casa de
Colinas el 2 de enero pasado. Cuadra es autor de libros como El jaguar y la luna,
Tierra que habla y Siete árboles contra el atardecer. Esta entrevista, realizada por
Floriano Martins (Fortaleza, 1957), forma parte del libro Versos comunicantes, de
próxima aparición en editorial Alforja.

Iniciaremos nuestra conversación hablando sobre el movimiento


vanguardista de Nicaragua, del cual fuiste uno de sus fundadores.
¿Qué circunstancia rodeaba a la literatura nicaragüense al
surgimiento de los vanguardistas en 1928 y qué relaciones
existían con otros poetas centroamericanos?

No sé cuáles son los mecanismos de la intuición poética que, en


ciertos momentos generacionales, imponen el rechazo de lo anterior.
Éramos un grupo muy joven pero nos unió, ante todo, el oscuro
sentimiento —que Hermann Hesse evoca en Demián de que un
mundo terminaba y otro nuevo surgía en violento parto. El Modernismo
estaba agotado y nos sentíamos llamados a fundar algo nuevo y
distinto. No solamente la poesía: ¡Todo nuevo! ¡Nos abrimos a todas
las corrientes vertiginosas del momento! Desde el surrealismo hasta el
Dadá. Pero ese momento de apertura y cosmopolitismo coincidió, en
Nicaragua, con una intervención extranjera, de Estados Unidos, con la
protesta armada de Sandino y, como es natural, con su reflejo en
nuestro movimiento literario que se vio patrióticamente presionado a
crear una literatura, nueva, es cierto, pero defensiva y afirmativa de
nuestra identidad nacional. Por esta peculiaridad de fusionar
cosmopolitismo y nacionalismo de nuestra vanguardia, su mayor
similitud es con la Semana de Arte Moderno de Brasil (de los dos
Andrades y de “Claxon”) y su proclama de “volver a las raices”
brasileñas.
Fuimos más vocingleros y más unidos que los vanguardistas del resto
de Centroamérica, pero nos relacionamos con los mejores, publicamos
sus escritos y canjeamos publicaciones. Miguel Ángel Asturias, Raúl
Leiva, David Vela y César Brañas de Guatemala; Salarrué, Guerra
Trigueros y Hugo Lindo de El Salvador; García Monge y Eunice Odio
de Costa Rica, fueron —entre otros— los que mantuvieron más
estrechas relaciones con nosotros.

Tu ensayo “Introducción a la literatura nicaragüense” (1980)


cierra con una frase: “Una nueva épica abrió sus puertas”.
Evidentemente se refería a los acontecimientos de 1979. Pasados
estos años, ¿cómo analizas hoy lo que en ese entonces se
denominó Nueva Época? ¿Qué rumbo tomaría la literatura
nicaragüense a partir de aquello?

Todos esperábamos que se abriera una nueva época, pero solamente


se cerró la anterior. Parece que las grandes épocas creadoras no son
revolucionarias sino pre-revolucionarias. Fuimos como un hermoso y
caudaloso río que, de pronto, se sumergió en la frustración o en el
exilio. Yo espero que el fracaso obligue a rectificar y vuelva pronto a
aflorar la corriente perdida.

¿Crees con Octavio Paz que “historia y realidad social de una


época, es una proyección de su arte y su literatura”?

Voy a contarle una experiencia. Nuestra revolución se pudo hacer


porque iba adelante abriéndole camino una poesía y un canto. Luego
la revolución fue desviada alevosamente: de tales desvíos antipoéticos
está llena la prosa de la historia. Por eso Hispanoamérica hace su
historia dando bandazos entre la utopía y el exilio. Estoy de acuerdo
con Paz. “El lenguaje de cada época histórica —dice Oscar Milosz—
adquiere su forma y la determina gracias a la poesía. Es una
misteriosa relación que también Paz señaló al decir que no existiría
Grecia sin Homero, pero tampoco Homero sin Grecia. La poesía es la
fundadora de los arquetipos. En nuestra América es donde la lucha
mítica de la poesía contra la historia cuenta con un martirologio más
numeroso.
¿Es posible afianzar que en la línea de los poetas surgidos en
torno al Movimiento Vanguardista, Martínez Rivas es el que más
se destaca actualmente en Nicaragua?

Nicanor Parra, el chileno, y Carlos Martínez Rivas (con más poder


poético) son los que abren los nuevos caminos de la poesía
postnerudiana. Martínez Rivas es un peligroso nieto de Baudelaire que
acomete un poema como un crimen perfecto. Desgraciadamente su
hobby es tener al diablo encerrado en una botella.

En Notas críticas sobre poetas nicaragüenses te refieres a


Joaquín Pasos como un precursor de la anti-poesía de Nicanor
Parra. ¿Podrías ampliar un poco esto?

Los principales componentes de la anti-poesía (nombre muy siglo XX,


pero poco afortunado) los anticipa o están en germen, diez o quince
años antes en la poesía de Joaquín Pasos: la desacralización del “yo”,
el uso de la fealdad y de lo prosaico, la burla seria, etcétera.
Lo que se acentúa luego en Parra, y lo mismo en Martínez Rivas y en
Cardenal, es el nivel oscuro kafkiano de esos elementos como reflejo
de la condición desolada, del hombre después de la guerra y con la
amenaza nuclear.

Una situación que, por inevitable, se ha repetido siempre: No sólo


tu poesía, sino la de todos los integrantes del movimiento de
vanguardia consiguió escapar a la fiebre política, al cáncer de un
patriotismo rancio, de un didactismo sutil e inexpresivo.
¿Fundamentalmente a qué atribuirías tal hecho?

Creo que el hecho de coincidir la necesidad de crear una literatura


nacional con la irresistible atracción cosmopolita de las vanguardias:
eso nos permitió un equilibrio entre la tentación de la caverna y la de
lontananza. Añadiría otro gran peso en la balanza: a pesar de nuestros
ataques, éramos herederos de Darío, de su lección antiprovinciana de
universalidad. Y otra importante ayuda: la ironía, ese alejamiento del
poeta del poema que permite el humor. No en balde nuestra
generación tuvo un genial maestro que cantó por todos nosotros
Drummond de Andrade: ¡Carlitos Chaplin!

¿Por qué afirmas que lo “americano no puede expresar lo indio


que lleva dentro de sí a no ser recurriendo a la aventura
lingüística y onírica del surrealismo”?

Nuestro pasado occidental, Siglo de Oro, Medía, Roma, Grecia se nos


comunica por la escritura. (Grecia nos habla desde la raíz de nuestras
palabras.) El indio perdió ese puente. Tikal (nuestra Atenas maya) es
nuestra Atenas muda: no nos habla por lengua o escritura, sino, como
el amor: por silencios. El indio que llevamos dentro lo llevamos
dormido. Se necesita un lenguaje onírico, un lenguaje cuyas
asociaciones y metáforas se salten lo racional, se salten el puente
caído de la lengua y nos comunique con ese mundo aborigen que está
todavía vivo.

¿En qué sentido afirmas que Rubén Darío es el único gran


renacentista americano?

No el único sino el último. El broche de oro. Él termina y con él acaba


la tradición renacentista con sus cánones de belleza que identificaban
belleza natural y belleza artística. Pero es también quien coloca una
carga de dinamita de “estética acrática” —de rebelión contra la
anquilosis mental, contra el cliché verbal y el “molde único”—, carga
que vuela al dique y abre las nuevas libertades: las cinco muchachas
de Las señoritas de Avignon de Picasso, Egipto, Grecia, Roma, Asia,
África, la vanguardia es el resultado de esa inundación de estilos y
edades y concepciones de lo bello. Es la entrada violenta de lo
“moderno”.
Ya se ha dicho que ni poesía expresa lo que Darío dejó en
silencio. ¿Concordás además con tan acentuada influencia de
Darío en tu obra poética?

Me halaga, pero lo creo exagerado. El silencio de un poeta es inefable.


¡Mucho más el de Rubén Darío! Posiblemente los poetas de América
que le sucedieron no hemos hecho otra cosa que escribir lo que soñó
y no escribió Darío. Influye en mí como maestro: lo que trato de
aprender de él es su oficio. El antidariísmo inicial de la vanguardia fue
fecundo: nos permitió alejarnos de Rubén para no imitarlo, pero sin
perderlo de vista para poder continuarlo.

¿Asentirías con el poeta y crítico español José María Valverde al


apuntar en tu poesía aquello que él llama “americanismo cristiano
“?

También el americanismo de Vallejo es profundamente cristiano, a


pesar de que se afilió al Partido Comunista. Luis Alberto Cabrales, mi
compañero de vanguardia, lo llama “marxista transido de Dios” y la
caridad de Vallejo tiene expresiones sólo comparables con las de San
Pablo. Pero sí; estoy de acuerdo con Valverde. Lo cristiano afecta a lo
americano suavemente, pero definitivamente. Le da al hombre amor
para la vida y esperanza para la muerte. Pero sin beligerancia. Cada
día más desnudos. La situación de un cristiano ante un no cristiano es
la situación de un mendigo que dice a otro mendigo dónde encontrar
de comer. Un gran poeta católico de ustedes —Jorge de Lima— decía
en un poema que él tenía en sus dos manos las dos hermanas de
Betania: “la que escribe, la que trabaja, la que propaga la palabra
(Marta)y la silenciosa que sostiene tu frente fatigada (María).Valverde
me concede también esas dos manos: la americana, que es la que
escribe en lucha con la historia, la mano de la acción de la palabra
contra el tiempo. Y la cristiana, que es la que sostiene mi frente en la
contemplación.
Ya en 1959 se hablaba de una: “épica desmitologizada” como
gran meta de tu poesía. ¿La consideras plenamente cumplida?
¿Cantos de Cifar y de la mar dulce y “El tiburón” serían los
mejores ejemplos de esta épica desmitologizada?

Una de las maneras de abordar el mito en nuestro tiempo es


desmitificándolo. El mundo no puede subsistir sin mitos, pero cada
época crea sus propias atmósferas míticas que se gastan, como se
gastan las palabras y las monedas por el uso. Entonces hay que
desnudar el mito de sus adherencias históricas: en Cantos de Cifar yo
quería dar con Ulises antes de Homero. El marinero que le mete a su
mujer el cuento de los cerdos. El marinero común y corriente de
nuestro Gran Lago de Nicaragua. ¡Y devolverle a la épica su humildad
primera! “El tiburón” no es fruto del mismo proceso. En mi luna de
miel, bañándome en el Gran Lago con mi esposa, nos atacó un tiburón
del que logramos escapar, pero pude ver sus ojos muy de cerca y me
pareció que había descubierto la mirada del mal: un odio frío, la
insensibilidad que parece inocencia de tan perversa; el ojo de los
torturadores y de los tiranos. El ojo con que nos mira, con demasiada
frecuencia, la historia. El tiburón, por eso, asume en mi poema de
“Ronda del año”, el papel mítico del mal en nuestra historia: es el
Moby Dick de nuestras aguas dulces.

Has dicho que la gran lucha del poeta, la palabra del poeta, es
contra el tiempo. Aquello que Borges siempre refutó, el tiempo,
afirmando que los poemas resistirían más que las ciudades.
¿Acaso le preocupa el futuro de lo que escribe?

Me preocupa salir victorioso de todas las muertes que me asedian


como ser mortal. No tanto el futuro de aquello que escribo sino el
futuro de lo que viví o soñé cuando escribía. Ser poeta da derecho a
tener la nacionalidad del mundo futuro, cuando cese mi imaginación y
comience la de Dios. La poesía es la palabra que quiere alcanzar ese
estado de resurrección: no es el lenguaje original, como otros creen,
sino el final. Es el ensayo de lo inefable.
¿Podríamos hablar un poco de tus experiencias editoriales junto
a Cuaderno del taller San Lucas y El pez y la serpiente?

Son dos tipos de revistas completamente distintos. El Cuaderno del


taller San Lucas se hizo con un sentido de comunidad y colaboración,
de taller, de “cofradía” cuando estábamos jóvenes y todavía
agrupados y movidos por el impulso del movimiento de vanguardia.
Fue una publicación hecha, se puede decir, a mano, con humilde
sentido artesanal. (Ernesto Cardenal se inspiró en esta obra o labor
para sus talleres del Ministerio de Cultura, pero no es lo mismo la
espontaneidad de un grupo amigo, a lo promovido burocráticamente
por un Estado). La revista El pez y la serpiente la fundé mucho tiempo
después para que fuera el órgano de una pujante producción literaria
—como la nicaragüense— pero que sufrió y sufre de grandes
problemas editoriales. Pretendía que fuera una publicación que
alentara esa producción y la diera a conocer en el mundo. Ha sido
como una antología periódica del quehacer artístico y literario de mi
país.

¿Cuál es la situación actual del periódico La Prensa y de su


suplemento La Prensa Literaria?

La espada de Damocles.

¿Tendrías algo que agregar como remate de nuestra


conversación?

En un artículo reciente en homenaje a Drummond de Andrade, gran


poeta, gran amigo, escribí: A mis amigos poetas jóvenes llevo años
aconsejándolos: ¡ojo con Brasil! Nos andamos tal vez consumiendo la
curiosidad en lo francés, o inglés, o ruso, mientras ignoramos la
maestría cercana de una gran literatura paralela a la nuestra y llena de
invenciones. Se nos cansarán los ojos y no encontraríamos fácilmente
un par en el mundo para Drummond. (Pero ¿cuántas ediciones de su
obra hay en español?) No perder a Europa es todavía importante, pero
cuando en el vecindario nos dan su obra un Machado de Asís, un
Guimaraes Rosa, un Drummond de Andrade, vale la pena adquirir el
pasaje de la lengua portuguesa, ¡¡no es poco el mundo que pone a
nuestro alcance!!

Fuente:

http://www.cronica.com.mx/notas/2002/3505.html
El poeta latinoamericano ya no hace la
revolución
La nueva lírica de la región se ha vuelto nihilista e individualista,
a contrapelo de la poesía comprometida con los grandes cambios
políticos registrados en Latinoamérica

Carlos Salinas Managua 26 FEB 2013

Un hombre disfrazado participa en el IX Festival Internacional de Poesía de Granada, en


Nicaragua. / Mario López (EFE)

Ernesto Cardenal apretó el puño y sacudiendo el brazo en el aire gritó


al público que lo escuchaba: "¡Viva Sandino!" La noche era fresca en
la colonial ciudad nicaragüense de Granada, sede anual del Festival
Internacional de Poesía más grande América Latina. Corrientes de aire
provenientes del Gran Lago de Nicaragua zigzagueaban entre la
gente, levantando sombreros, erizando los pelos de la piel. Decenas
de personas se congregaron para homenajear al poeta revolucionario,
posiblemente el último de una casta de creadores latinoamericanos
comprometidos con el cambio político en la región. “Soy poeta,
sacerdote y revolucionario”, se definió el hombre que en Nicaragua
usó la cultura para enfrentarse a la dictadura de Somoza. Cardenal
obtuvo el año pasado el Premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana.
La poesía de Cardenal sigue inspirando a la nueva generación de
poetas latinoamericanos, pero la lírica de la región ha experimentado
una transformación radical. A decir de escritores y editores, la poesía
latinoamericana se ha vuelto individualista, minimalista, nihilista. Los
poetas jóvenes han dejado atrás el compromiso político, que
caracterizaba a vates como Mario Benedetti o Pablo Neruda, para
cantar historias más personales. “La poesía ya no es un instrumento
del cambio político como hace 30 años, al menos no de la misma
manera”, explicó la escritora Gioconda Belli, también poeta, y quien en
abril presentará en España su nuevo libro de poesía, En la avanzada
juventud. “Ahora los cambios políticos van a ser mucho más lentos, ya
no son procesos románticos, porque las revoluciones eran procesos
románticos, heroicos, épicos”, dijo Belli.

Los jóvenes han dejado atrás el compromiso que caracterizaba a


vates como Benedetti y Neruda

En América Latina los poetas alzaron su voz para ayudar a los


movimientos revolucionarios que hace treinta, cincuenta años,
germinaron en la región. La revolución cubana inspiró a decenas de
poetas, que con sus versos apoyaron la caída de Fulgencio Batista.
Luego vino la revolución nicaragüense, quedó la épica del Che
Guevara, la lucha guerrillera en El Salvador. Ahí estaban los poetas
para mover a la gente, para hinchar, sobre todo en los más jóvenes, la
idea del compromiso con el cambio político armado. Pero el deterioro
de los regímenes revolucionarios, su involución y la llegada de la
democracia a Latinoamérica cambiaron la forma de hacer poesía en la
región.

“La poesía comprometida coincidió con el auge de las revoluciones de


los setenta, ochenta; esa poesía tuvo un eco enorme porque estaba
identificada con lo que la gente estaba viviendo. Ahora la poesía es
más nihilista, es más preciosista, cultiva más la creatura verbal, que es
más de consumo entre poetas. Ha habido una desconexión entre la
poesía y la gente, lo que tiene que ver con una poesía más individual,
más hermética, más cerrada”, dijo Belli.
El poeta Ernesto Cardenal. / Claudio Álvarez

Carla Pravisani es una joven poeta argentina, radicada en Costa Rica.


Ella participó como invitada en el Festival de Granada, dentro de una
nueva generación de poetas de la región. Coincide con Belli en
relación a la nueva lírica de la región, principalmente de
Centroamérica. “Hay una nueva mirada que no es tan social, sino
basada en los pequeños acontecimientos personales que nos
definen”, dijo. “Ya no estamos en ese momento político que
caracterizó a la poesía”, agregó Pravisani, aunque reconoció el peso y
la influencia que poetas como Cardenal tienen en esta nueva
generación.

“Ernesto Cardenal es una estrella a seguir, como poeta, como ser


humano, como persona que se ha dedicado a ser consecuente. Cada
proyecto que hace sigue produciendo fenómenos de cambios
culturales. Y es ahí como persona donde yo mejor me nutro, en cómo
Cardenal ha utilizado el arte como herramienta para mejorar el
mundo”, dijo la poeta.

Hubo un tiempo en la que la poesía latinoamericana era muy seguida


en Europa, aseguró Lutz Kliche, director de Verlagsdienstleistugen, de
Alemania, y editor de Cardenal al alemán. “Todos los de mi generación
leíamos a Mario Benedetti, pero la poesía en Alemania, y me atrevo a
decir que casi en toda Europa, ya no es un género de acogida entre el
público. La gente prefiere leer grandes novelas o autores que se leen
fácil y rápido. Lo que más se vende es una buena mezcla de tensión,
de suspenso, de crimen. La poesía es un género muy difícil”, explicó.
En América Latina los poetas alzaron su voz para ayudar a los
movimientos revolucionarios

Kliche cree que ya termino la época en la que la literatura, y


principalmente la poesía, era un instrumento al servicio de los grandes
cambios políticos. “En Europa algunos autores se han editado por
situaciones circunstanciales, pero creo que van a surgir nuevos
escritores y nuevos poetas alrededor de nuevos temas, porque los
temas cambian, ahora es la violencia, la pobreza. La literatura no debe
ser panfletaria, comprometida, debe dedicarse a los temas de los
seres humanos, los grandes temas de la condición humana, que
afectan a la vida de cada uno de nosotros”, dijo el editor.

Kliche cree que la poesía debe aprovechar nuevas formas de difusión,


basadas en la música y las nuevas tecnologías. “Las nuevas
generaciones, en Europa por lo menos, ya no son tan afines a la
poesía, son más afines a la música. Todos los estilos de música abren
nuevas formas, incluso literarias, porque creo que la frontera de las
distintas expresiones artísticas tienden a desvanecerse y hacerse más
permeables, y creo que ahí radica la esperanza de los poetas, de no
solo pensar en un libro, sino publicar su poesía en blogs, hacerla más
accesibles para un público que no está tan acostumbrado a leer”, dijo
Kliche.

La escritora Gioconda Belli piensa igual que el editor alemán. Belli


aseguró que ve con fascinación cómo una nueva generación de
músicos nicaragüenses utiliza el bagaje literario creado por la poesía
para hacer arte. “He visto en Nicaragua varias voces importantes,
gente que está haciendo cosas nuevas, aunque todavía no se puede
decir que exista ya el relevo a nivel tan conocido. Quizá va a tomar
más tiempo conocerlos, que en los tiempos en los que el cultivo de la
poesía y los libros circulaban a un nivel más amplio, pero la poesía
latinoamericana siempre ha tenido un vigor muy especial, aun ahora
que la poesía está más concentrada en la interioridad, todavía hay una
característica peculiar de la poesía latinoamericana, que tiene que ver
con la capacidad que hemos tenido de reflejar eso que llaman la
realidad mágica de América Latina, no mágica por bella, sino por
exagerada, por loca, por casi imposible, porque viola todas las reglas
de la realidad”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/02/26/actualidad/1361898152_693903.html
Pablo Antonio Cuadra
Pablo Antonio Cuadra
Nombre Pablo Antonio
completo Cuadra Cardenal
4 de noviembre de 1912
Nacimiento
Managua
2 de enero de 2002, 89 años
Defunción
Managua
Seudónimo PAC
Poeta, ensayista, crítico de
arte y de literatura,
Ocupación
dramaturgo, artista gráfico e
ideólogo
Nacionalidad Nicaragua
Movimiento de Vanguardia
Movimientos
nicaragüense
Adilia del Socorro Bendaña
Cónyuge
Ramírez

Pablo Antonio Cuadra Cardenal (Managua, Nicaragua; 4 de noviembre de 1912


- 2 de enero de 2002) fue un poeta, ensayista, crítico de arte y de literatura,
dramaturgo, artista gráfico e ideólogo nicaragüense.

Índice
• 1 Biografía
• 2 Obra
• 3 Enlaces
• 4 Referencias
Biografía
Pablo Antonio Cuadra Cardenal, más conocido como Pablo Antonio Cuadra, por lo
cual se le solía llamar "PAC". Fue hijo del jurista, estadista, canciller y diplomático
nicaragüense Carlos Cuadra Pasos (1879-1964) y de la señora Merceditas
Cardenal. Se casó con Adilia Mercedes Bendaña Ramírez, con quien compartió su
vida hasta fallecer.

Históricamente, su familia ha estado ligada a la política y a la poesía de


Nicaragua, evidencia de esto son sus primos: José Coronel Urtecho, poeta,
ensayista y dramaturgo, y el presbítero Ernesto Cardenal, poeta, escritor, escultor,
religioso y político, quien incluso fue Ministro de Cultura durante el gobierno
sandinista (1984-1990).

En 1931 PAC, junto con José Coronel Urtecho, Joaquín Pasos y otros escritores
como Manolo Cuadra y Luis Alberto Cabrales, funda en Granada el movimiento
literario denominado "Vanguardia", que procuraba innovar o liberar la cantidad de
reglas y estamentos que ya estaban establecidos por los movimientos anteriores,
por lo que su única regla era no respetar ninguna regla.

PAC se opuso a la intervención de los Estados Unidos en Nicaragua contra


Augusto César Sandino a inicio de la década de los 1930's y rompió con la
dinastía de los Somoza en los años 1940's. Este compromiso político y social con
su pueblo, lo llevó más tarde a abogar de manera franca y directa por los pobres
de Nicaragua, abrazando la teología de liberación y otras corrientes intelectuales
que el gobierno de Somoza consideraba subversivas,1 razón por la cual fue
brevemente encarcelado por el régimen de Somoza en 19562 y por muchos años
se autoimpuso un exilio en Costa Rica y Texas.

Muchos años más tarde, también criticó al gobierno del Frente Sandinista de
Liberación Nacional por comprometer la independencia cultural de Nicaragua.3

En 1936 se licencia en Leyes en la Universidad de Oriente y Mediodía de


Granada, Nicaragua. En 1939 pudo viajar por primera vez a España, visitó Cádiz,
Sevilla, Santander y estuvo varias semanas en Madrid, a finales de ese año
regresa a Nicaragua.

El 26 de junio de 1945, Pablo Antonio Cuadra ingresa en la Academia


Nicaragüense de la Lengua (que precisamente había fundado su padre en 1928,
siendo Canciller de Nicaragua), con un discurso titulado "Introducción del
pensamiento vivo de Rubén Darío". Fue director de esta Academia desde 1964
hasta su muerte.

Vuelve a España en 1946, como parte de la delegación oficial de Nicaragua al XIX


Congreso Mundial de Pax Romana. En esa asamblea, se constituye el Instituto
Cultural Iberoamericano (presidido por el propio Pablo Antonio Cuadra), que sería
la base para la creación del Instituto de Cultura Hispánica unos meses más tarde;
en la actualidad Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo. Nuevamente viaja a España en 1948.

A partir de 1964 comenzó a publicar en el diario "La Prensa" de Nicaragua sus


"Escritos A Máquina", en los que desde una perspectiva política y filosófica,
comentó sobre la agitada historia de su natal Nicaragua. Llega a ser codirector de
este diario en 1954 junto con su sobrino Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, quien
fuera asesinado por la dictadura somocista el 10 de enero de 1978.

En 1960 funda la revista centroamericana de cultura "El pez y la serpiente" y funge


como director ésta durante más de cuarenta años.

En 1988 formó parte del jurado que concedió en España el Premio Cervantes a
María Zambrano. En octubre del mismo año, se presentó en el Palacio Nacional
de la Cultura de Caracas, Venezuela una recopilación de la poesía religiosa de
PAC: "El Libro De Las Horas", ocasión en la que él declaró a la prensa: "América
sólo puede encontrar y realizar a plenitud su propia identidad si logra, con los
elementos de su propia historia, realizar la síntesis entre cultura y fe".4

En 1991 fue galardonado con el "Premio Interamericano de Cultura Gabriela


Mistral", concedido por la Organización de los Estados Americanos (OEA).1

En 1993 es nombrado Rector de la Universidad Católica (ÚNICA), conservando


simultáneamente el cargo de Director del Diario "La Prensa", dirección ésta, que
abandona en 1999.

En 1995 la Universidad Francisco Marroquín le otorgó un doctorado *doctorado


honoris causa.5

El 15 de octubre de 1999 el Gobierno nicaragüense, le otorgó el "Premio Nacional


de Humanidades", consistente en 5,000 dólares, por sus aportes al rescate de la
"nicaraguanidad" y porque la literatura es parte sustantiva de las humanidades".6

En diciembre de 2001, el día 4, PAC, ya bastante desmejorado de su salud,


recibió un merecido homenaje dentro de las actividades conmemorativas del
aniversario número 32 del Teatro Nacional Rubén Darío de Managua, durante el
cual se contó con la participación de muchos jóvenes poetas que le rindieron
tributo, casi un mes después, el 2 de enero de 2002 , fallece PAC a causa de un
paro respiratorio tras una prolongada enfermedad. Fue sepultado en Granada,
ciudad donde vivió por muchos años, el 4 de enero de 2002.
Obra
• Poesía
o "Poemas Nicaragüenses", Editorial Nascimento, Santiago 1934
o "Canto Temporal", 1943
o "Poemas Con Un Crepúsculo A Cuestas", 1949
o "La Tierra Prometida", 1952
o "El Jaguar Y La Luna", Editorial Artes Gráficas, Managua 1959
o "Poesía (selección. 1929-1962)"Ediciones Cultura Hispánica, Madrid
1964
o "Poesía Escogida", Editorial Universitaria, León 1968
o "Tierra Que Habla", Editorial Universitaria Centroamericana, San
José 1974
o "Esos Rostros Que Asoman En La Multitud", Ediciones El Pez y la
Serpiente, Managua 1976
o "Cantos De Cifar Y Del Mar Dulce", Ediciones de la Academia
Nicaragüense de la Lengua, Managua 1979
o "Siete Árboles Contra El Atardecer", Ediciones de la Presidencia de
la República, Caracas 1980
o "Obra Poética Completa" (7 vols.), Libro Libre, San José 1983-1989

• Ensayo
o "Hacia La Cruz Del Sur", 1936
o "Promisión De México Y Otros Ensayos", 1945
o "Entre La Cruz Y La Espada", 1946
o "Torres de Dios", 1958, 1985
o "El Nicaragüense", 1967
o "Otro Rapto De Europa", 1976
o "Aventura Literaria Del Mestizaje", 1987

• Cuento
o "Agosto", 1970, 1972
o "Vuelva, Güegüense", 1970
o "Cuentos Escogidos", 1999

• Teatro
o "Por Los Caminos Van Los Campesinos", 1957
o "El coro y la máscara", 1991, que contiene tres piezas: "Death",
"Johana Mostega" y "Un Muerto Pregunta Por Julia"
Enlaces
• Obras Completas de Pablo Antonio Cuadra
• Doctorados Honoris Causa, Universidad Francisco Marroquín
• Pablo Antonio Cuadra Cardenal 1912-2002
• ¿Quién es Pablo Antonio Cuadra?
• Pablo Antonio Cuadra, Homenaje al Maestro (selección de poemas)
• Diccionario de Escritores Nicaragüenses

Referencias
1. ↑ a b "Pablo Antonio Cuadra, 89, Nicaraguan Poet" [1], New York Times, 15-
10-2007
2. ↑ "Nicaraguan nationalist poet Cuadra dies at 89" [2]
3. ↑ "Pablo Antonio Cuadra: Notes on Culture in the New Nicaragua,"
translated by Mark Falcoff, in Robert S. Leiken and Barry Rubin, The
Central American Crisis Reader
4. ↑ "Pablo Antonio Cuadra Cardenal 1912-2002" [3]
5. ↑ Doctorados Honoris Causa, Universidad Francisco Marroquín
6. ↑ "Pablo Antonio Cuadra Cardenal 1912-2002" [4]

Categorías:

• Nacidos en 1912
• Fallecidos en 2002
• Escritores de Nicaragua
• Poetas de Nicaragua
• Ensayistas de Nicaragua
• Críticos literarios de Nicaragua
• Dramaturgos de Nicaragua
• Escritores en español
• Managuas
• Miembros de la Academia Mexicana de la Lengua
• Movimiento de Vanguardia nicaragüense
• Miembros de la Academia Nicaragüense de la Lengua
• Doctores Honoris Causa de la Universidad Francisco Marroquín

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