Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Cuadro Primero del Acto II nos traslada a Lisboa, al Palacio Real. Atayde
también quiere ir a la India, lo que sirve para plasmar la oposición entre los
motivos que guían a los misioneros y a los mercaderes. Se da la noticia de que
Javier ha sido nombrado Nuncio Apostólico de Su Santidad y se introduce la
trama amorosa relacionada con Leonor, la prometida de Atayde (Javier lo
obliga a que se case con ella antes de partir). El Cuadro Segundo nos sitúa en
Malaca y en él apuntará el carácter seductor del Oriente. Por el diálogo inicial
se nos informa de la llegada del santo a la India y de sus primeras misiones,
en las que se ayuda de los niños para extender su predicación; más tarde se
nos refiere el milagro consistente en la resurrección de un niño. Sigue, por
otra parte, su enfrentamiento con Atayde (de nuevo la oposición
misioneros/mercaderes, que recorre la obra a modo de «leitmotiv»), quien
planifica una trampa para acabar con el jesuita.
El Cuadro Primero del Acto III ocurre en Macassar: Javier dialoga con el jefe
indio encargado de asesinarlo, según el plan ideado por Atayde, y debate
también con un brahmán: según enseña, todos los indios, sean parias o
brahmanes, son iguales. Tras lograr desenmascarar a Atayde, predica su
mensaje evangélico entre los indios. El Cuadro Segundo (que se suprime en la
representación) se ambienta en el muelle de Malaca y nos muestra a Javier a
punto de marchar hacia Japón, mientras que en el Cuadro Tercero el autor
nos lo presenta ya en Funay: los jesuitas se enfrentan a los bonzos japoneses
y aparecen dispuestos al martirio.
El divino impaciente
ePub r1.0
lgonzalezp 03.01.18
Título original: El divino impaciente
Diseño: lgonzalezp
FABRO.
roja…?
OLIVA.
Es el puerto de Palos,
FABRO.
del genovés?
OLIVA.
Justamente.
FABRO.
OLIVA.
Pinta, Niña,
BRITO.
FABRO.
providentes y divinas
De un portal y de un pesebre,
la redención y la vida.
de su grandeza divina,
OLIVA.
BRITO.
¡Y qué dicha
FABRO.
MareTenebrosum; Finis
disimulaba y cubría,
su pequeñez infinita!
BRITO.
(Señalando la esfera.)
aventurarse y no hubiera
sino el caos.
OLIVA.
Pero Castilla
oscuros de fantasías,
BRITO.
tardaron en arribar,
Afortunadas, y poco
FABRO.
¿Y llegaron?
BRITO.
Hasta el reino
su amistad y compañía
OLIVA.
A mí se me va, pensando
embarcado en la flotilla.
BRITO.
No caben en la cabeza
a mí me suenan lo mismo
JAVIER.
¡Y a mí me da pena el ver
OLIVA.
¡Señores
despertó el seminarista!
BRITO.
JAVIER.
BRITO.
el ruiseñor!
OLIVA.
¿Es que el santo
no sufre asombros?
JAVIER.
¡Por Cristo;
FABRO.
JAVIER.
engualdrapada de raso
de bobos la fantasía.
No se asombra mi osadía
asombro de ganapanes
OLIVA.
JAVIER.
BRITO.
¡Acabara!
JAVIER.
temblor de la voluntad.
No debe sobrecoger
nuestro temple, este nacer
No es milagro: es la conquista
en la redondez mundial
OLIVA.
BRITO.
JAVIER.
el de casa y el hermano.
(Sobre la esfera.)
de España crucificada.
se buscan, y al coincidir,
de la idéntica ambición
de Castilla y Portugal.
ATAYDE.
«vida primaveral»!
consulta de licenciados.
JAVIER.
¡Atayde!
ATAYDE.
¿Cómo seguís
espumas de catarata
OLIVA.
ATAYDE.
la gallarda y el rugero!
BRITO.
(Cogiendo su sombrero.)
a tal pregón.
ATAYDE.
a traducir a Lucrecio
y destrozar a Nepote?
JAVIER.
ATAYDE.
¡Basta de baladronadas!
(Palmoteo de aprobación.)
BRITO.
Deje la melancolía,
OLIVA.
JAVIER.
BRITO.
¿Es que hoy
tampoco vienes?
JAVIER.
¡No voy!
BRITO.
JAVIER.
Porque no quiero.
ir al baile, me quedara
en el Colegio y no fuera.
No torceréis mi opinión.
OLIVA.
¡Cuestión de gusto!
JAVIER.
¡Y cuestión
de sangre y de nacimiento!
ATAYDE.
OLIVA.
(Burlón.)
no se dobla y tú te hieres.
ATAYDE.
JAVIER.
y plumilla en el sombrero;
sé en mi voluntad poner
mi castillo de Javier.
OLIVA.
¿Dónde vas?
JAVIER.
A demostrar
Vosotros, id a bailar;
yo me voy a repasar
mi lección de Humanidades.
(Sale, decidido.)
ATAYDE.
BRITO.
FABRO.
Es bueno…
ATAYDE.
Pero confía
en que lo es demasiado.
que se ve demasiado.
BRITO.
a estudiar Teología.
OLIVA.
BRITO.
ATAYDE.
¿Y cómo se llama?
FABRO.
Ignacio
de Loyola.
ATAYDE.
Y ¿cómo es?
FABRO.
la presencia y la estatura;
En el cerco de Pamplona,
y aunque le desjarretó
y en leyéndolo, le hervía
secreta de conseguir
licencia de fundación,
Y triunfará, de seguro;
cojeando, cojeando,
BRITO.
como al de Navarra?
FABRO.
He dado
ATAYDE.
¿Sabéis que me está ocurriendo
y a Javier?
BRITO.
Dinos la idea.
ATAYDE.
Esperándome en la esquina
OLIVA.
de gacelas y de corzas!
ATAYDE.
y de espaldas, a la sombra
un compañero. La broma
consiste en tocar tres veces
de llamar a locutorio
escondidos a la sombra
BRITO.
¡Famosa burla!
OLIVA.
El proverbio
de la llama y de la estopa
puesto en acción.
ATAYDE.
En un vuelo
FABRO.
Me enojan
OLIVA.
cojitranco de Loyola
FABRO.
Me voy adentro.
BRITO.
Tan solo
no prevengas a Javier
de la burla.
FABRO.
Voy ahora
a pasear al jardín;
BRITO.
Eso basta.
FABRO.
¡Que os divierta
y termine en bien la cosa!
BRITO.
Y ahora, la escena.
OLIVA.
Deprisa.
BRITO.
a destiempo, os descubrís.
ATAYDE.
OLIVA.
ni de presencia mejor!
ATAYDE.
OLIVA.
¡Reina de Amor!
VIOLETA.
De alegría,
BRITO.
VIOLETA.
el disfraz…
ATAYDE.
Es bien sencillo:
mi capa y mi bonetillo.
OLIVA.
¡Perfecto!
BRITO.
OLIVA.
Si yo fuera profesor…
ATAYDE.
Y ahora al sillón.
BRITO.
Y calladas
las bocas.
VIOLETA.
si os tardáis.
ATAYDE.
¿Las campanadas?
FABRO.
ATAYDE.
Da comienzo el entremés
de la dama y el galán.
JAVIER.
sin querer!
ATAYDE.
JAVIER.
(Despreciativo.)
BRITO.
la cosa.
JAVIER.
Verdad; le he dado
un exceso de importancia
a un lance tan desdichado.
la forma… y la compañía.
ATAYDE.
JAVIER.
de esta laya!
ATAYDE.
Una altanera
JAVIER.
ATAYDE.
¿Así?
JAVIER.
ATAYDE.
JAVIER.
y me tarda la ocasión
IGNACIO.
JAVIER.
¡Tú también!
IGNACIO.
… Y si les hieren
JAVIER.
Yo
no he movido la rencilla.
IGNACIO.
ATAYDE.
JAVIER.
Me invitaron al figón
y yo me he negado.
IGNACIO.
En esto
no repruebo la intención,
demostrarles tu entereza
VIOLETA.
¿Nos vamos?
ATAYDE.
Voy al figón
y vuelvo enseguida.
(A BRITO.)
¿Vienes?
JAVIER.
agravio.
IGNACIO.
Ni es mi intención.
JAVIER.
IGNACIO.
JAVIER.
mi guardador?
IGNACIO.
El dolor
va desatado y bravío.
JAVIER.
IGNACIO.
¡Qué abismo
disimulado y profundo!
si te pierdes a ti mismo?
JAVIER.
IGNACIO.
No te lo vengo a quitar,
Yo no te vengo a tañer
en ti mismo tu medida,
el sentimiento y la idea,
y, bruñéndola a dolores,
en el que no se adivina
Me pides demasiado…
IGNACIO.
(Insinuante.)
en blasones y coronas;
a mitad de tu camino!
JAVIER.
Quizá.
en el mundo se concentra,
confesármelo no quiera,
y chafada la cimera.
No me abandones, Ignacio,
IGNACIO.
JAVIER.
IGNACIO.
con la Generosidad?
JAVIER.
¡pero tú no me lo creas
oblígame de manera
IGNACIO.
si tu voluntad cediera;
JAVIER.
Pactado.
IGNACIO.
¿Y no volverás
ya de tus pasos atrás?
JAVIER.
Dios querrá…
IGNACIO.
El mundo es un vuelo
Recordarlo es detener
el paso en el precipicio.
JAVIER.
Nada, Ignacio.
IGNACIO.
Adiós. Javier.
(Sale.)
JAVIER.
ATAYDE.
JAVIER.
ATAYDE.
Sin finezas: ¿me quería?
JAVIER.
ATAYDE.
¿Perdón?
JAVIER.
humildemente te pido
perdón.
ATAYDE.
JAVIER.
¡Despréciame!
ATAYDE.
borrar la baladronada
de tu reto?… ¡Perdonada!:
no desenvaino la espada.
JAVIER.
¡Atayde!
ATAYDE.
¡Cobarde!
JAVIER.
(Reprimiéndose)
¡Di
cuanto quieras!
ATAYDE.
¡Bobo!
JAVIER.
Así:
IGNACIO.
¿Qué pasa?
ATAYDE.
que se me entrega!
IGNACIO.
ATAYDE.
IGNACIO.
Hiciste mal.
JAVIER.
¿Fue delito
el humillarse?
IGNACIO.
No quito
No exaltes tu nadería;
Y el ufanarse de humilde
derramamiento de llanto
y engolamiento de voz.
JAVIER.
(Triste.)
IGNACIO.
Lo has de ser con menos brío:
JAVIER.
Tienes razón.
IGNACIO.
La salud
no se siente: se recrea,
apenas si es ya virtud.
JAVIER.
¡Enséñame a conocer
la virtud cierta!
IGNACIO.
Javier,
ni en su mayor perfección.
JAVIER.
El toque de recreación…
Pensaba ir a estudiar,
IGNACIO.
JAVIER.
Bajar
IGNACIO.
despacio… y sencillamente.
FABRO.
IGNACIO.
mi ilusión y mi placer;
FABRO.
Y de su alma arrebatada,
Vencida su inexperiencia,
domada su vanidad,
de él espero, si me es fiel,
milagros de santidad…
no se lo digas a él!
TELÓN
ACTO I
P. BROET.
esos pies?
P. FABRO.
Mucho mejor
P. BROET.
¿Llegó al hospital?
P. FABRO.
Llegué.
P. BROET.
¿Mucho quehacer?
P. FABRO.
No faltó
ni gavilla a la guadaña,
ni guadaña al segador.
P. SALMERÓN.
antes de subir?
P. FABRO.
Yo, no.
P. SALMERÓN.
Porque
me ha trascendido un olor
P. FABRO.
No me digas boberías…
los leprosos!
Aunque… no;
no puede ser.
P. BROET.
¿Qué pensaba?
P. FABRO.
P. LAÍNEZ.
P. FABRO.
Digo yo
moribundo, en confesión,
de su mala condición
de rosas la habitación!
P. LAÍNEZ.
os llamara soñador.
Ya se va marzo, y abril
P. IGNACIO.
¿Qué mirabais?
P. SALMERÓN.
Los colores
P. BROET.
¿Anduvo en la curia?
P. IGNACIO.
Con
de las Indias.
P. SALMERÓN.
Portugal
seis misioneros.
P. IGNACIO.
¡Y cuál
si hubiera en la Compañía
anoche al embajador
MAascareñas.
P. SALMERÓN.
Que el Señor
a la larga o a la corta
P. IGNACIO.
Voz
El Señor se satisface
Rodríguez y a Bobadilla.
P. LAÍNEZ.
Bobadilla ha de tardar
mis designios.
P. LAÍNEZ.
¿No parece,
P. IGNACIO.
No se puede fabricar
la aceituna en el molino,
yo no le pido favores
ni senda llana entre flores;
le pido persecución…
P. BROET.
P. IGNACIO.
(Rezan en silencio.)
para escribir.
P. SALMERÓN.
Padre Ignacio,
P. IGNACIO.
en oraciones y rezos,
en visitar hospitales
de sutiles, en el cielo,
P. LAÍNEZ.
Bendíganos.
P. IGNACIO.
JAVIER.
no se vaya a su aposento
P. IGNACIO.
El postrero
en exigir el primero…
(Bendiciéndole.)
le bendiga y le dé el cielo.
(Sale.)
P. SALMERÓN.
padre?
JAVIER.
P. FABRO.
JAVIER.
P. SALMERÓN.
de cumplirla, va despacio.
de gritarles: «Escuchad…»,
la virginidad de un viento
P. LAÍNEZ.
Libre su imaginación
de sueños.
JAVIER.
de Oriente?
P. LAÍNEZ.
El padre Simón
Rodríguez y Bobadilla.
Esta es la candidatura
del padre.
JAVIER.
Se me figura
que de entre sus sembradores,
P. LAÍNEZ.
¿No os agrada
JAVIER.
P. LAÍNEZ.
donde, en la cartografía,
JAVIER.
P. LAÍNEZ.
(Interrumpiéndole.)
Rodríguez y Bobadilla?
JAVIER.
Hablaba en suposición,
la pobre imaginación!
P. BROET.
P. LAÍNEZ.
P. FABRO.
Que Él os guarde.
P. BROET.
Igual digo…
JAVIER.
Se ha secado
la lamparilla, y no arde.
ya me veía llegar
aceite en tu lamparilla!
Si la Señora quisiera…
Yo no sé si acertaría…
¡Yo solo sé que lo haría
(Entra, por la izquierda, el LEGO con una luz. JAVIER se levanta: quiere fingir
un tono natural.)
¿Qué buscabais?
LEGO.
La aceitera.
JAVIER.
(Dándosela.)
LEGO.
JAVIER.
P. IGNACIO.
El señor embajador
Mascareñas, mi señor,
a comunicarme viene
de mi hijo y su servidor
Bobadilla, le ha arreciado
MASCAREÑAS.
No es posible.
JAVIER.
¿Y no podría
demorarse?
MASCAREÑAS.
No sería
al volver a Portugal,
llevar en mi expedición
y séquito, al misionero
que vaya a ser compañero
Rodríguez.
JAVIER.
Es un dolor
P. IGNACIO.
no es esa su voluntad.
JAVIER.
P. IGNACIO.
A mi entender,
la noticia?
JAVIER.
La esperaba.
P. IGNACIO.
JAVIER.
MASCAREÑAS.
P. IGNACIO.
MASCAREÑAS.
P. IGNACIO.
no tardará en su equipaje.
JAVIER.
gracias a la Soberana,
y el otro para guardar
un poquito la sotana.
MASCAREÑAS.
JAVIER.
P. IGNACIO.
JAVIER.
unas alforjas, y yo
P. IGNACIO.
se despeña en el barranco:
ya va a su objeto derecha
MASCAREÑAS.
¿Entonces?
JAVIER.
mi voluntad.
P. IGNACIO.
Llame el lego
la tristeza y el contento.
Javier, si no os es molesto,
del viaje.
JAVIER.
Si el padre Ignacio
P. IGNACIO.
participar un suceso.
P. SALMERÓN.
¡Padre Javier!
P. BROET.
Dios bendiga
su empresa.
P. LAÍNEZ.
JAVIER.
P. FABRO.
aquellas divagaciones
JAVIER.
P. FABRO.
P. LAÍNEZ.
al padre Javier.
P. FABRO.
¿Tan pronto?
P. SALMERÓN.
P. IGNACIO.
MASCAREÑAS.
Entonces, si no me mandan
otra cosa…
JAVIER.
Solo quiero
la bendición y el consejo.
P. IGNACIO.
Yo te bendigo, Javier:
que Dios bendiga tus hechos.
oprobios y menosprecios,
meditación de la muerte
en el trabajo requiebros
y jaculatorias breves,
llévame en tu corazón,
JAVIER.
MASCAREÑAS.
a un embajador haciendo
JAVIER.
Vos mandáis
MASCAREÑAS.
la grave incomodidad
JAVIER.
¡Nadie
me dispute a mí el derecho
MASCAREÑAS.
de Navarra!
JAVIER.
Y no la cedo.
de mi impaciencia, y así
la cojera de mi mula
TELÓN
ACTO II
CUADRO PRIMERO
DON MARTÍN.
la galera y prevenida;
CASTAÑEDA.
de la nueva Compañía
DON MARTÍN.
Eso dicen.
MASCAREÑAS.
Pero dicen que el infante
la verdad.
DAMA.
Pues yo querría
en la Corte.
ATAYDE.
Igual afirman
y pláticas de convento
y devociones de almíbar!
CASTAÑEDA.
seminarios de truhanes
y lonjas de picardía.
Ya se conciertan en paz
ATAYDE.
de nosotros cenobitas.
DAMA.
ATAYDE.
Yo he conocido en París
a Ignacio y su Compañía,
MASCAREÑAS.
detener la comitiva
Como yo le preguntaba
ATAYDE.
con él de continuo.
ATAYDE.
Hija,
y a mí me lo negaría.
DAMA.
¿Y qué es ello?
ATAYDE.
Una licencia
DON MARTÍN.
ATAYDE.
la esperanza y la fortuna
MASCAREÑAS.
al padre Javier?
ATAYDE.
Querría,
valido de la amistad
y la camaradería
PAJE.
los padres.
CASTAÑEDA.
Pasen aquí
sus reverencias.
DAMA.
¡Qué dicha!
MASCAREÑAS.
y el padre Javier.
JAVIER.
No tarde
en anunciarnos.
CASTAÑEDA.
Ya le arde
a Su Alteza el corazón
cuando lleguen.
DAMA.
Ante el padre
JAVIER.
¡Ni perro que no me ladre!
DAMA.
un trocito de sotana
me daréis.
JAVIER.
Es cosa vana
DAMA.
JAVIER.
y en la misa y el rosario
Señora: en la catedral
tengo mi confesonario.
DAMA.
Mil gracias.
JAVIER.
A vuestros pies.
ATAYDE.
JAVIER.
¿Y tú?
ATAYDE.
Solo de tu mano
mi ida a Oriente.
JAVIER.
Bien, hermano;
la licencia, me resisto
para desacreditar
ante los negros, a Cristo.
DON MARTÍN.
de galeras y bajeles.
en ellos.
JAVIER.
de egoísmos altaneros,
DON MARTÍN.
sin religión.
JAVIER.
Son hermanos;
os bautizara lo mismo
DON MARTÍN.
JAVIER.
ATAYDE.
Y su poco de arrogancia.
JAVIER.
DAMA.
DON MARTÍN.
CASTAÑEDA.
Y yo voy a prevenir
de la visita a Su Altaza.
(Salen todos, menos los padres, por derecha. Por izquierda, CASTAÑEDA.)
P. SIMÓN.
JAVIER.
(ATAYDE, que ha salido con los demás por derecha, vuelve a entrar al
encuentro de JAVIER.)
ATAYDE.
JAVIER.
Porque, si no os corregís,
enemigos y rivales.
ATAYDE.
JAVIER.
DOÑA LEONOR.
¡Atayde!
ATAYDE.
DOÑA LEONOR.
ATAYDE.
JAVIER.
¿Quién sois?
DOÑA LEONOR.
Una camarista
de la Reina, mi señora,
de su honor de caballero,
ATAYDE.
DOÑA LEONOR.
¿En qué he mentido?
ATAYDE.
y no me verás cogido
como un pájaro.
DOÑA LEONOR.
No pido
ATAYDE.
y, derribando el tapial,
Al quererte defender,
En París ya prometía
ATAYDE.
¿Qué dices?
JAVIER.
Que no saldrás
a tu mal reparación.
Si yo se lo digo todo,
ATAYDE.
de Oriente…
JAVIER.
¡Antes de embarcar
ha de ser la boda!
UN PAJE.
¡El Rey!
JAVIER.
ATAYDE.
la licencia!
JAVIER.
La tendrás.
(Todo esto ha sido dicho muy rápido, mientras salían ATAYDE y LEONOR.
Entra el Rey por izquierda, seguido del CONDE DE CASTAÑEDA.)
El Señor os dé la paz.
REY.
Y Él te bendiga, Javier.
P. SIMÓN.
Ya sé que no necesitan
JAVIER.
Acaso el no padecer,
REY.
JAVIER.
murmullo, y cabeceando,
contemplaba el galeón
la luz, la marinería,
la gloria de la mañana
REY.
la vocación y la obra
de tal modo.
JAVIER.
Dios decide
REY.
Y yo a tu lado estaré,
en puntos de Religión;
el número y proporción
de gentiles y creyentes;
o su fe se desmorona…
JAVIER.
REY.
la precisa provisión.
JAVIER.
Mi persona y mi ilusión;
CASTAÑEDA.
de Corte.
JAVIER.
No es necesario
y al cuello mi escapulario,
que me defiende.
CASTAÑEDA.
No añada
si es ya tan comprometida
la empresa, nuevos martirios.
tan necesaria?
JAVIER.
el lego.
REY.
No olvidarás,
CASTAÑEDA.
JAVIER.
REY.
CASTAÑEDA.
Quiero servirle…
REY.
Son vanas
(A JAVIER.)
el ansia de Portugal.
de mi reino y de mi Corte,
JAVIER.
una gracia.
REY.
¿Qué ha de ser?
JAVIER.
REY.
CASTAÑEDA.
Pasad juntos.
ATAYDE.
Gracias, conde.
JAVIER.
Si tuvimos discusiones,
él se quisiera venir,
la licencia conveniente
mañana.
REY.
¿Piensa poner
negocio de especiería?
ATAYDE.
REY.
(A CASTAÑEDA.)
Dígale a mi secretario
para su objeto.
ATAYDE.
Señor:
REY.
¿Y esa mujer?
JAVIER.
Vos ahora
de la Reina, mi señora,
trámites y celebrar
mañana la velación.
REY.
Y aun le podrá acompañar
si gusta en su expedición,
JAVIER.
Él lo pensaba pedir…
Un poco de cortedad,
¿verdad, Atayde?
ATAYDE.
Verdad…
JAVIER.
DOÑA LEONOR.
REY.
(Levantándose.)
¿Falta algo?
JAVIER.
Falta besar
DOÑA LEONOR.
Y nosotros.
REY.
(A JAVIER.)
Y ahora ¡a dar
JAVIER.
¡Y Él acreciente la vida
ATAYDE.
No anduviste tú remiso
JAVIER.
Dios quiso
continuamente en la Cruz!
¿Te resuelves?
ATAYDE.
Sí, Javier…
JAVIER.
DOÑA LEONOR.
Yo seguiré, enamorada,
ATAYDE.
¡Todas lo dicen!
JAVIER.
¡Qué negro
ATAYDE.
como a un infiel.
JAVIER.
Es muy triste
decírtelo, y no quisiera
agraviarte…
ATAYDE.
¡Si no fuera
JAVIER.
llevarte de compañero,
MASCAREÑAS.
JAVIER.
¿Qué pasa?
MASCAREÑAS.
Empieza a correr
JAVIER.
¡Las manos!
DAMA PRIMERA.
¡Cómo se va
JAVIER.
Si es que quieren mis consejos
DAMA SEGUNDA.
JAVIER.
ATAYDE.
JAVIER.
Y su mujer
también viene…
DAMA PRIMERA.
¿Puede ser?
DAMA SEGUNDA.
JAVIER.
será la boda…
MASCAREÑAS.
¡Pasmado
de la noticia!
Atestado,
el pueblo se ha congregado
pidiendo su bendición.
JAVIER.
Vamos, pues.
DAMA PRIMERA.
(Besándole la mano.)
No me neguéis
la mano…
DAMA SEGUNDA.
Saldrá la aurora
JAVIER.
Señora…,
DAMA SEGUNDA.
¿Las queréis?
JAVIER.
No; lo decía
ayer en la judería.
DAMA SEGUNDA.
limosna.
JAVIER.
Vive detrás
DAMA SEGUNDA.
Yo iré.
JAVIER.
Le dará contento
señora, mi testamento.
MASCAREÑAS.
JAVIER.
Y perdóneme, señora,
si en el apresuramiento
y no endulcé la sonrisa.
(Pasa al salón. Los cortesanos se agolpan para besarle las manos y la sotana.)
TELÓN
CUADRO SEGUNDO
P. COSME.
MANSILLA.
En Goa,
de animada y floreciente.
de un incesante quehacer
por Cristo.
P. COSME.
¿Y piensa volver
a Goa?
MANSILLA.
Seguramente;
el padre a evangelizar
en Malaca. No es prudente
es ladino. No presenta
de jengibre y de pimienta;
se deslice suavemente,
se le amodorra la mente
y se le muere el deseo.
P. COSME.
MANSILLA.
la fuerza de la cizaña
menos agobiante.
P. COSME.
¿Pues
cuál es la cizaña?
MANSILLA.
El mal
ya presume de marqués.
P. COSME.
de Dios…
MANSILLA.
poder de contradicción,
de su puerta al palanquín.
(Cantando.)
P. COSME.
MANSILLA.
El mismo.
VOCES DE NIÑOS.
P. COSME.
MANSILLA.
P. COSME.
Y ya se ve la sotana.
MATEO.
de pájaros la mañana!
(Entra el PADRE JAVIER por derecha. Trae la sotana sucia y desgarrada. Una
campanilla en una mano. Le rodea un grupo de niños, algunos negros y otros
de tipo malayo.)
JAVIER.
a aquella anciana?
MANSILLA.
El camino
JAVIER.
¿Y fuiste
de Juan de Araújo?
MATEO.
Previno
el roñoso tu deseo,
JAVIER.
Mateo,
lo llevarán a enterrar…
Pues no se lo ha de llevar!
P. COSME.
MANSILLA.
¿Algo le duele?
JAVIER.
Los brazos…
MANSILLA.
¿Los brazos?
JAVIER.
De bautizar.
P. COSME.
¿Bautizó muchos?
JAVIER.
Por cientos
P. COSME.
¿Predicó?
JAVIER.
Los mandamientos,
MANSILLA.
¿Está alegre?
JAVIER.
Regular.
en Meliapur y Malaca,
Islas de la Morería;
MANSILLA.
de molestarnos, Mateo?
MATEO.
MANSILLA.
¡Faltara
JAVIER.
MATEO.
JAVIER.
aprovechando tu entrada!
MANSILLA.
sus palabras?
MATEO.
El placer
va murmurando, se siente,
yo no podré ir explicando
P. COSME.
JAVIER.
Y no yerra…;
P. COSME.
bautizados de deseo.
MANSILLA.
se la reverencia aquí!
¿Verdad, padre?
JAVIER.
¡Y para mí
qué responsabilidad!
P. COSME.
¿Cómo así?
JAVIER.
En tiempos lejanos,
no bastándole lo visto
en el costado de Cristo
se disciplinaba a solas,
ellos, abriendo las colas,
y la flecha atravesó
el costado de Tomás,
y consuelo celestial
MANSILLA.
para la semilla.
JAVIER.
Y basta
nunca más.
(A MATEO.)
Has de llamar
al rosario.
ATAYDE.
Dios le guarde.
JAVIER.
ATAYDE.
en acciones y palabras,
JAVIER.
Entonces, ¿cómo…? ¿con trampa?
ATAYDE.
JAVIER.
ATAYDE.
Dios…
JAVIER.
ATAYDE.
¿Cuál?
¿Ese empeño que te embarga
la voluntad de alargarte
de Macassar?
JAVIER.
Mire, padre,
si no es justa mi demanda.
El reino de Macassar,
misionero de Malaca,
en tradición y recuerdo
su labor, y su cosecha,
si no espléndida, no mala.
la proporción necesaria
para ir allá?
ATAYDE.
Me resisto,
de Macassar, es terreno
JAVIER.
(Con retintín.)
ni me mueva, ni predique…
ATAYDE.
tempestades, y no quiero
JAVIER.
¡Buen modo
el misionero no vaya;
ATAYDE.
No es eso, padre…
JAVIER.
No es eso,
ATAYDE.
la previsión necesaria
a Macassar tu palabra.
JAVIER.
de sequedades mi alma,
ATAYDE.
JAVIER.
El rosario…
(A ATAYDE),
¿No le alcanza
predicaré la parábola
ATAYDE.
¿Va
JAVIER.
ATAYDE.
JAVIER.
Y no se vaya
ATAYDE.
JAVIER.
Pues por
de la eternidad, no te hacen
MATEO.
JAVIER.
¿Qué le ocurre?
MATEO.
Se le muere
un niño…
JAVIER.
MATEO.
los evangelios…
JAVIER.
Anda, anda;
(Sale con MATEO. ATAYDE va a irse también cuando entra DOÑA LEONOR,
seguida de una negrita, que le lleva un quitasol.)
ATAYDE.
¿A dónde va mi señora
doña Leonor?
DOÑA LEONOR.
Al rosario
ATAYDE.
DOÑA LEONOR.
ATAYDE.
con mi trabajo.
DOÑA LEONOR.
Y yo creo
es para mí.
ATAYDE.
Las mujeres
DOÑA LEONOR.
Y me recuerdas al paso
un corazón maltratado
ATAYDE.
¿Llorar, de qué?
DOÑA LEONOR.
Del desvío
de lágrimas contenidas.
ATAYDE.
Déjate de seductoras
palabras; no necesitas
DOÑA LEONOR.
ATAYDE.
¡Déjame en paz!
DOÑA LEONOR.
¿Qué serpiente
ATAYDE.
¡Fantasía de mujer!
DOÑA LEONOR.
Ya descubres tu rencor…
ATAYDE.
DOÑA LEONOR.
abandonada y herida,
es el único consuelo
ATAYDE.
DOÑA LEONOR.
¿Por qué?
ATAYDE.
Porque a misionar
DOÑA LEONOR.
ATAYDE.
DOÑA LEONOR.
ATAYDE.
¿Qué dices?
DOÑA LEONOR.
contra el padre!
ATAYDE.
¡Boberías
de mujer!
DOÑA LEONOR.
En cuanto salgo
en secreto recibías
un indio…
ATAYDE.
DOÑA LEONOR.
tu voluntad escondida…
ATAYDE.
«a soldado y mercader
DOÑA LEONOR.
La mujer… ¡y la conciencia!
JAVIER.
Por aquí…
MATEO.
¡Padre Francisco!
JAVIER.
MATEO.
JAVIER.
¿Qué bien?
MATEO.
Padre: yo lo vi
JAVIER.
No digas bobadas.
MATEO.
Padre…
JAVIER.
MATEO.
cuando le tocaste.
JAVIER.
Mira
MATEO.
JAVIER.
MATEO.
JAVIER.
MATEO.
¿Qué es esto?
PATAMAR.
JAVIER.
¿Quién es?
MATEO.
Un patamar: un correo
sus caminos.
PATAMAR.
Extranjero,
no me hagas daño.
JAVIER.
Descuida,
que no te lo haré.
PATAMAR.
Lo creo:
JAVIER.
¿Qué te ha ocurrido?
PATAMAR.
A varazos
Si me salvas yo te ofrezco
bucear la madreperla
para ti.
JAVIER.
No me hace falta;
¿Quién es tu amo?
PATAMAR.
¿Tú vas
a denunciarme, extranjero?
MATEO.
PATAMAR.
y de chacal carnicero.
Yo he perdido su mandado
y me matará si vuelvo.
JAVIER.
¿Cuál es su nombre?
PATAMAR.
Don Álvaro…
JAVIER.
¿De Atayde?
PATAMAR.
¡Pero tú no le dirás
JAVIER.
¿Qué dinero?
PATAMAR.
Me mandó,
de Macassar, y me dio
de palma.
JAVIER.
Vas a decirme
PATAMAR.
Se resbaló la escarcela.
(Solloza.)
JAVIER.
No llores.
PATAMAR.
¿Cómo no quieres
como aquellas!
JAVIER.
¡A buen puerto
MATEO.
PATAMAR.
JAVIER.
No te matará.
PATAMAR.
No puedo
ir a Macassar; la carta
JAVIER.
¿Qué carta?
PATAMAR.
La que me dio
el blanco.
JAVIER.
¿Y esa?
PATAMAR.
La tengo
de la escarcela… No puedo
JAVIER.
A ver la carta.
PATAMAR.
Extranjero,
JAVIER.
Negro,
a ver la carta.
PATAMAR.
Esta es.
JAVIER.
léela tú.
MATEO.
«Señor: la gracia
en testimonio y fianza
de mi cariño y afecto.»
JAVIER.
¿Qué más?
MATEO.
y despejado el invierno,
¡Padre Francisco!
JAVIER.
¿Qué pasa?
JAVIER.
MATEO.
estuve. Yo llegaré
(Casi llorando.)
¡Padre Javier!
JAVIER.
¡Qué mirada
PATAMAR.
No puedo
Pero, padre…
JAVIER.
Sí, Mateo;
es el único de que
MATEO.
JAVIER.
mi vida y el Evangelio.
PATAMAR.
Blanco: yo no puedo ir
MATEO.
Eso te salva.
JAVIER.
No quieras,
(Casi en éxtasis.)
Tú pusiste la mejilla
MATEO.
¡Padre Javier!…
JAVIER.
¿Sabes tú
poner a tu desventura?
PATAMAR.
MATEO.
¡Padre!
JAVIER.
Tú calla, Mateo.
PATAMAR.
¡Bendigan
JAVIER.
MATEO.
JAVIER.
¡Y tú, menos!
PATAMAR.
No lo entiendo.
JAVIER.
Ni hace falta.
PATAMAR.
JAVIER.
llevar especias…
PATAMAR.
Un beso
de tu túnica.
JAVIER.
Anda, negro,
no te encuentren.
PATAMAR.
Voy.
(Sale.)
MATEO.
¡Jamás
podré yo consentir esto!
JAVIER.
No te hagas el valentón,
MATEO.
Pero Atayde.
JAVIER.
Mi contento
MATEO.
JAVIER.
VOCES, DENTRO.
—¡Milagro! ¡Milagro!
—¿Dónde
está el padre?
—Por aquí.
MATEO.
Vienen en tu busca.
JAVIER.
¡Esconde
la luz, Mateo!
VOCES.
—¡Responde,
padre!
—¿Dónde está?
—Le vi
de este lado.
JAVIER.
¡Corre! ¡Ven!
UN HOMBRE.
¡Aquí está!
MADRE.
(Arrojándose a los pies del PADRE.)
¡Bendito!
UNA MUJER.
¿Quién
MADRE.
¡Padre!
JAVIER.
¡No llores!
MADRE.
De amor
JAVIER.
MADRE.
ya poniéndose amarillo
le acerca… ¡y ha revivido!
JAVIER.
MADRE.
JAVIER.
Entre su Gracia y tu fe
UN HOMBRE.
¡Es un santo!
JAVIER.
¡Por favor,
que os calléis!
UNA MUJER.
¡Echadle flores!
JAVIER.
(Huyendo a viva fuerza, entre todos, que quieren besarle manos y sotana.)
No ha sido lo sucedido
TELÓN
ACTO III
CUADRO PRIMERO
INDIO PRIMERO.
¿Preparaste ya el cestillo
para el sacrificio?
INDIO SEGUNDO.
Todo
INDIO PRIMERO.
Vamos, entonces…
INDIO SEGUNDO.
Aguarda;
de estrellitas de cristal?
INDIO PRIMERO.
Ya veo.
INDIO SEGUNDO.
Seguramente,
los portugueses serán.
INDIO PRIMERO.
Avisa al jefe.
INDIO SEGUNDO.
Señor,
de lejos se ve llegar
una caravana.
(Ha salido el JEFE, seguido de un indio más, que hará todo el tiempo a su lado
oficios de chambelanía, y al que llamaremos CHAMBELÁN. Detrás ha salido
el GRAN BRAHMÁN.)
JEFE.
Son
BRAHMÁN.
CHAMBELÁN.
JEFE.
Ya parecen acampar.
las arenas.
INDIO PRIMERO.
¡Blanco, acá!
¡Blanco, acá!
CHAMBELÁN.
JEFE.
Ya se quiere destacar
CHAMBELÁN.
Ya llega.
JEFE.
El blanco será
desgarrada.
INDIO PRIMERO.
¡Por acá!
JEFE.
CHAMBELÁN.
La caminata es penosa.
JAVIER.
La paz
JEFE.
Pasa.
muchos días?
JAVIER.
Más de diez.
JEFE.
MATEO.
JEFE.
¿Los chacales?
JAVIER.
Este andaba
JEFE.
¿Y qué quieres?
JAVIER.
Predicar
la Verdad y el Bien.
JEFE.
Negar
JAVIER.
de poderla comparar.
seguramente creyera
alcanzara a comprender
que tiene más luz el sol.
JEFE.
¿Y vienes?
JAVIER.
Vengo de España,
el mundo, y al aventar
JEFE.
tu palabra; di mejor
JAVIER.
JEFE.
JAVIER.
CHAMBELÁN.
(A grandes voces.)
va resultando arrogante…
celar tu superchería?
JAVIER.
¿Cuál es el sordo?
¿El santón?
CHAMBELÁN.
JAVIER.
Perdón;
robustecer la opinión?
JEFE.
BRAHMÁN.
no te dejes seducir.
JAVIER.
(Irónico, al BRAHMÁN.)
Muéstrale tú al extranjero
BRAHMÁN.
¡Basta!
de ociosos y charlatanes.
tu saber?
BRAHMÁN.
JAVIER.
(Insinuante.)
y en el lago, y en el mar…
JEFE.
(Al BRAHMÁN.)
¿Qué respondes?
BRAHMÁN.
Le diré
claridades de la fe.
JAVIER.
BRAHMÁN.
No blasfemes; yo he salido
de la cabeza de Brahma.
JAVIER.
de Dios!
BRAHMÁN.
Habla comedido,
tu Dios y tu catecismo…
JAVIER.
BRAHMÁN.
Según que
distinta naturaleza.
y el brahmán de la cabeza;
JAVIER.
dentro de su corazón!
JEFE.
JAVIER.
BRAHMÁN.
¡Y también la fantasía!
JEFE.
JAVIER.
BRAHMÁN.
¡Me injurias!
JEFE.
Tu indignación
JAVIER.
de tu ley.
BRAHMÁN.
Blanco: no son
JAVIER.
BRAHMÁN.
Beber
JAVIER.
consideración le dais
a lo interior… No digáis
de la apariencia exterior.
¡Y después el pecador
su justicia y su grandeza
JEFE.
BRAHMÁN.
BRAHMÁN.
Porque así
servirás al dios.
JEFE.
¡Y acaso
JAVIER.
BRAHMÁN.
JEFE.
(Se levanta, imperativo.)
¡Brahmán!
JAVIER.
Íbamos diciendo
JEFE.
así el insulto?
JAVIER.
Es honor
JEFE.
me arrebata y me conquista.
y te prometo creer.
JAVIER.
Sin prodigios ha de ser.
encantador de serpientes!
escándalo de la Cruz.
JEFE.
entonces, de un condenado.
JAVIER.
De un condenado de amor
y esperanza en su dolor;
de un generoso Señor
JEFE.
JAVIER.
ATAYDE.
JAVIER.
de la cueva de Daniel!
ATAYDE.
JAVIER.
¡Fiado
en mi perdición!
ATAYDE.
¡¡No!!
JEFE.
¡Quieto!,
JAVIER.
Desiste, Atayde. No es
a manos de un portugués.
ATAYDE.
JAVIER.
Creías
JEFE.
y sospecho, portugués,
tramabas su perdición
(A JAVIER.)
(A ATAYDE.)
Y si quieres tu dinero,
portugués…
ATAYDE.
JEFE.
Te lo repito, extranjero:
si lo quieres…
ATAYDE.
¡Nada quiero!
JAVIER.
(Suave, natural.)
Pero no te escandalices,
ATAYDE.
JAVIER.
cierta carta?
ATAYDE.
¡Habré de hacer
JEFE.
(A su séquito.)
¡Acercadle!
JAVIER.
¡Quietos todos!
¡Que ahora lo defiendo yo!
JEFE.
por su defensa?
JAVIER.
Es mi hermano,
además de mi enemigo;
JEFE.
¿Eres loco?
JAVIER.
¡Soy cristiano!
La venganza no complace
mi doctrina ni mi fe…,
(A ATAYDE.)
de tu vida pecadora…
ATAYDE.
JAVIER.
JEFE.
el momento deseado
de oír tu doctrina.
JAVIER.
Mateo:
si el jefe da su licencia,
JEFE.
MATEO.
de la Vida y la Salud…
JAVIER.
Y no tengan inquietud,
mi palabra ni mi voz.
TELÓN
CUADRO SEGUNDO[1]
MATEO.
DON DUARTE.
se acerca, y el navegar
MATEO.
el padre Francisco?
DON DUARTE.
Acaso…
MATEO.
¿Se va de Malaca?
DON DUARTE.
Acaso…
¡No puedo decirle más!
MATEO.
¡Por favor!
DON DUARTE.
MATEO.
JAVIER.
te quería dispensar
MATEO.
en Malaca, si se va!
JAVIER.
vuelen solas.
DON DUARTE.
¿Y tan mal,
padre, le quieren las Indias,
JAVIER.
La verdad:
es a medias misionar.
MANSILLA.
JAVIER.
no se acaba de cerrar!
DON DUARTE.
JAVIER.
Estos que conmigo van:
Y Yagiro el japonés,
estrella.
MANSILLA.
JAVIER.
Estaba ya entristecida
mi impaciencia de no hallar
el fuego de mi ansiedad,
ocasión de platicar.
de Cristo y de su doctrina,
y él me empezó a preguntar…
y un eco en la soledad.
El alma se me encendía
oyéndolo razonar;
llenos, en su oblicuidad,
de afanes de comprender
y afanes de preguntar,
y hallé la curiosidad!».
DOÑA LEONOR.
(Inquieta, llorosa.)
al Japón su reverencia?
ATAYDE.
JAVIER.
DON DUARTE.
Hoy zarpamos.
ATAYDE.
No me atrevo
JAVIER.
ATAYDE.
JAVIER.
P. VICARIO.
JAVIER.
P. VICARIO.
y dura de sentimientos
JAVIER.
DON DUARTE.
Padre, ya es tiempo.
MATEO.
Es muy dura
la separación.
JAVIER.
Señores…
DOÑA LEONOR.
JAVIER.
(Abrazando a MANSILLA.)
mi misión y mi alegría;
rosas de mi corazón
de mi descanso y mi paz…
Predicadles a diario;
de su gracia y su perdón.
Andad en conversaciones
en mercados y mesones
y si yo creyera un día
MATEO.
¡Se parte
el alma!
ATAYDE.
¡Siento dejarte!
JAVIER.
Adiós, todos.
MATEO.
¿Pero quién
MANSILLA.
JAVIER.
(Con arranque muy suyo.)
Si me seguís estorbando
(Logra soltarse. Corre hacia el barco, seguido del PADRE COSME, YAGIRO y
JUAN FERNÁNDEZ.)
MATEO.
¡Padre! ¡Padre!
JAVIER.
Basta, niño,
de blandura y sentimiento.
DON DUARTE.
MATEO.
¡Padre!
DOÑA LEONOR.
JAVIER.
DON DUARTE.
JAVIER.
TELÓN
CUADRO TERCERO
JAVIER.
(Se oye, afuera, un grito largo y gutural, como una señal convenida. YAGIRO
se levanta y observa por entre las junturas de la puerta.)
¿Ese grito…?
YAGIRO.
Es de la gente,
muy cerca.
JAVIER.
¿Estamos cercados?
YAGIRO.
vendría.
JAVIER.
No sé en qué parte
¿Y nieva?
YAGIRO.
JAVIER.
YAGIRO.
de mi pueblo y me engañé.
JAVIER.
No te engañaste. He encontrado
me mueven persecución,
no pierda su poderío.
P. COSME.
¡Los «bonzos»!
JUAN FERNÁNDEZ.
¡Qué horror!
JAVIER.
¡A dar,
YAGIRO.
(Se oye un ruido como si movieran los bambúes que forman la pared.)
¡Padre!
JAVIER.
¿Quién es?
La voz.
¡Gente amiga!
¡Padre Javier!
JAVIER.
Pero diga
su nombre.
(Se han visto quebrarse casi a ras del suelo algunas cañas. Aparece entre
ellas, casi arrastrándose DON DUARTE DE GAMA.)
DON DUARTE.
JAVIER.
Y más
por delante…
DON DUARTE.
¡Y lo decís
todo. Si a mí no me vieron,
no os verán…
JAVIER.
¡Y es lo que hicieron
en el atrio de Caifas!
Ni yo seré el labrador
DON DUARTE.
le pondrán en cruz.
JAVIER.
¿De verás?
DON DUARTE.
¿Qué decís?
JAVIER.
¡Oh! Perecer
DON DUARTE.
la madurez de la yema…?
a la ganancia suprema!
P. COSME.
JUAN FERNÁNDEZ.
¡Y a mí!
YAGIRO.
JAVIER.
(A DON DUARTE.)
DON DUARTE.
un pecador en la cuenta!
del padre.
JAVIER.
¡Hijo mío!
YAGIRO.
Está
amaneciendo y ya trata
de llegar la gente…
JAVIER.
¡Ingrata
YAGIRO.
Se va acercando la fiera.
si alguno sobrevivís,
de mi parte le escribís
que ha muerto, pensando en él,
impaciente de París.
YAGIRO.
JAVIER.
me acerca ya la victoria!
(Vuelven a moverse los bambúes por donde entró DON DUARTE. Aparece,
como antes, este, y tras él hombres con armas.)
DON DUARTE.
¡Padre!
JAVIER.
DON DUARTE.
Otro.
¡Todos contigo!
DON DUARTE.
¡Y así,
(Se oyen gritos fuera. Se empieza a transparentar por los bambúes, hacia el
lado de la puerta, un resplandor rojo de llamas.)
YAGIRO.
¡Fuego!
JUAN FERNÁNDEZ.
DON DUARTE.
No estamos ya desarmados.
la espada de Portugal!
(Los japoneses levantan las manos, con grandes gritos insistentes. DON
DUARTE pregunta a YAGIRO.)
¿Qué quieren?
YAGIRO.
Parlamentar.
DON DUARTE.
¿Qué habla?
YAGIRO.
DON DUARTE.
cortesías japonesas
me responde la ciudad.
YAGIRO.
de su alfanje y su puñal…,
la amistad de Portugal.
JAVIER.
de sedas y porcelanas!
¡Ninguno me ha de seguir!
TELON
EPÍLOGO
MIGUEL.
y me lo lleva en volandas
HERMANO.
su impaciencia!
HERMANA.
¡Siempre el mismo!
de ir a la vera, al jardín,
la cuadra o el corralillo.
VOZ, FUERA.
HERMANO.
¿Llamaron?
MIGUEL.
Abre el postigo.
MENDIGO.
de Javier.
HERMANA.
MENDIGO.
un poco de pan?
HERMANA.
Espere,
MIGUEL.
HERMANO.
la tormenta.
Tome, hermano.
MENDIGO.
Y Él bendiga a la familia,
de mar o tierra.
HERMANA.
(Cerrando la puerta.)
¡Jesús!
MIGUEL.
¿Qué pasa?
HERMANA.
Un escalofrío
MIGUEL.
Hermana,
de la capilla la lámpara?
HERMANA.
MIGUEL.
Ve a remudarle el aceite
y encender…
(Entra la HERMANA. Pausa corta. Se la oye gritar dentro.)
HERMANA.
MIGUEL.
¿Qué pasa?
HERMANO.
HERMANA.
a la lamparilla…, miro
¡Tocad!
MIGUEL.
HERMANO.
¡Sangre templada!
HERMANA.
¡Dios mío!
(DON MIGUEL ha cogido el hachón que iluminaba la escena. Han salido todos
por izquierda, hacia la capilla. Queda la escena a oscuras. Se oyen las voces
dentro.)
¡Tocadlo!
MIGUEL.
HERMANA.
(Sollozando.)
JAVIER.
se me niega a obedecer
el ánima…
PABLO.
¡Padre!
JAVIER.
Veo
que esta playa de Sanchón
PABLO.
JAVIER.
fracasos de su poder,
ya va a rendir su viaje
la barquilla de Javier…
Te he confesado hasta el fin
angustias y sufrimientos.
(Desfallecida la voz.)
en la balanza poner
(Se deja caer sobre sus piernas. Se acerca PABLO DE SANTA FE.)
PABLO.
¡Padre!
PABLO.
JAVIER.
Don Álvaro
¿Lo harás?
PABLO.
Lo haré.
JAVIER.
Se me nublan
PABLO.
¡Padre!
JAVIER.
Señor, en Ti espero.
(Sonrisa de gozo.)
Ya va a buscarte tu siervo…
(Va dejando caer la cabeza, mientras dice:)
TELÓN
JOSÉ MARÍA PEMÁN Y PEMARTÍN (Cádiz, 8 de mayo de 1897 - Cádiz, 19 de
julio de 1981.) Novelista, poeta, dramaturgo, orador, guionista y ensayista
español. Cultivador de todos los géneros literarios, destacó por su teatro
poético y sus comedias de ambiente andaluz. Su tradicionalismo religioso y
sus convicciones monárquicas lo convirtieron en representante de los
sectores conservadores, especialmente tras la publicación del Poema de la
Bestia y el Ángel (1938), donde cantó con triunfalismo épico la sublevación
franquista.