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CAMINO A LA CRUZ

2024
Compañía de Teatro David Granadino de Santa Ana
Adaptación: Maestro Mario Sas Ferman

REPARTO:
Jesús: Mauricio Zometa
Simón(PEDRO): Dubán Mazariego
Juan: Ernesto Mejia
Mujer Adultera: Karla Viana
Samaritana: Ashley Morales
Judas: Julio González Erazo
Caifas: Icha Escobar
Sanedrín I: Allan Sayes
Pilato: Marlon Pacheco
Herodes: Luis Mancía
Simón de Cirene:
María Madre de Jesús: Claudia Rivera
Verónica: Jeansy Portillo
Mujer de Pueblo1: Melanie Herrera
Mujer de Pueblo2: Stephanie Chavarria
Mujer de Pueblo3: Fátima Catota
BlasfemoI:
BlasfemoII:
BlasfemoIII:
José de Arimatea: Edwin Linares
Nicodemo: Henry Ruperto
Mujer1: Lourdes Orantes
Mujer2: Jerusalén Chávez
Hombre:
Ángel: Febe Lima
Niña: Crystal Galdámez
Soldados:
Niñas:
Muchedumbre:
Discípulos:

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(Se abre el telón)

Danza

(Se CIERRA el telón)

Mujer adúltera (en Proscenio): Hola buenas noches, que gusto poder saludarlos y poder
compartir con ustedes la historia que están a punto de presenciar cómo pueden ver soy
una mujer común y corriente como usted señora (le da una rosa) o como usted señorita(le
da otra rosa), al igual que ustedes yo también tuve mis propias ilusiones deseos problemas,
ahhhhh pero hoy puedo decir que todo eso quedo atrás no me puedo sentir orgullosa de
mi pasado pero puedo afirmar que mi vida ha cambiado desde el momento que conocí a
una persona que cambió radicalmente mi vida y me regalo la felicidad completa y el tesoro
más preciado que un ser humano pueda tener la salvación de mi alma y la esperanza de
una vida eterna (camina y regresa al escenario) que como lo logre de eso se trata la historia
no se trata de hablar de mi sino de mi amigo quien me transformo y a quien conocí en las
circunstancias más difíciles que un ser humano pueda tener cuando estaba al borde de la
muerte a punto de morir sin esperanza alguna… de pronto el pareció y me transformo…
ponga atención y al final evalué usted si tengo o no razones de sentirme tan
agradecida…veamos pues la historia de mi amigo Jesús…

BLACK OUT

(Se abre el telón)

(Personas caminando, algunas comprando, otras de un lugar a otro, Jesús se acerca a


unos pescadores)

ESCENA I: ENTRADA DE JESÚS

JESÚS: Amigos, arrepiéntanse porque el reino de los cielos se ha acercado. (A PEDRO Y ANDRES)
Vengan conmigo, yo los haré pescadores de hombres. (AL RESTO DE DISCIPULOS) Ustedes también
vengan conmigo. Acérquense todos, siéntense. Tengo algo que decirles.

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los humildes,
porque recibirán la tierra como herencia. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados. Bienaventurados los compasivos, porque serán tratados con compasión.
Bienaventurados los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la
justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. Bienaventurados serán ustedes cuando por
mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias.

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Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también
persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes. Ustedes son la sal de la tierra, pero si la
sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la
deseche y la pisotee. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede
esconderse, ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón; por el contrario, se pone en la
repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para
que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.

ALABANZA (Katherine Hernández )

(Canción de milagros. Luz general de día. (durante la canción milagros). 1. Hombre mano seca (lado
derecho), 2. ciega (lado izquierdo), 3. coja (lado derecho), 4. epiléptico ( lado izquierdo) , 5. Jovencita
endemoniada (lado derecho), 6. paralitico arrastra en el piso (izquierdo)…

(ENTRAN VARIOS NIÑOS Y NIÑAS CORRIENDO QUE SE QUIEREN ACERCAR A JESUS, PERO LOS
DISCIPULOS NO LO PERMITEN).

JESÚS: Dejen a los niños venir a mí y no se los impidan; porque de ellos es el reino de Dios. Hola
amiguitos, cómo están?

NIÑOS/AS: Bien!!!

JESÚS: Vengan vamos a sentarnos. Les voy a hacer unas preguntas, a ver, quieren ser fuertes
como Sansón?

NIÑOS/AS: siiii!!!

JESÚS: Quieren ser tan valientes como el rey David?

NIÑOS/AS: siii!!!

JESÚS: Quieren ser tan sabios como el rey Salomón?

NIÑOS/AS: siiii!!!

JESÚS: Muy bien, pues yo les voy a dar el secreto. Sean obedientes con sus papás y lograran ser
como los varones que les he mencionado.

NIÑA: Jesús, te gustaría jugar con nosotros?

JESÚS: Claro que sí, pero a qué vamos a jugar?

NIÑA: hagamos una ronda!!!

JESÚS: Está bien, pero tienen que enseñarme como se hace la ronda.

NIÑA: Ven! Nosotros te enseñamos, verdad que sí?

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NIÑAS(todas): siiii!!!

DANZA DE NIÑAS (ES UNA RONDA)

JESÚS: Gracias niños, ahora vayan a jugar, pero no se alejen de sus mamás, pronto volveremos a
vernos, adiós. Amigos en verdad les digo que ninguno entrara a reino de los cielos, al menos que
se vuelva como uno de estos niños, el que se humilla como uno de estos niños será llamado el más
grande en el reino de los cielos, el que recibe en mi nombre a un niño como este que acaba de irse
a mí me recibe,… más ha de aquel que haya pecar a tan solo uno de estos niños, más le valdría que
se atara una piedra de molino al cuello y se arrojaran a lo profundo del mar.

(Se CIERRA el telón)

ESCENA II: JESÚS Y LA MUJER ADULTERA (EN PROSCENIO)

(seguidora sobre personaje entra corriendo por butacas):

MUJER ADÚLTERA: (entra una mujer corriendo y gritando) no por favor déjenme… déjenme por
favor… piedad….noooo… piedad, piedad..

CAIFAS: Maestro…traemos a esa mujer que ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio… y
según la ley toda mujer adúltera debe de ser apedreada… tu qué opinas al respecto… vamos
estamos esperando tu respuesta que debemos hacer con esa mujer adultera

JESÚS: Está bien… yo les voy a decir cómo proceder… aquel de ustedes que esté libre de pecado que
sea el primero el tirar la primera piedra (la mujer grita, y uno por uno empezando desde el más
joven a más viejo se van retirando.)

MUJER ADÚLTERA: no por favor… piedad!!! Piedad!!!

JESÚS: Mujer…Donde están los que te acusaban… ya nadie te condena

MUJER ADÚLTERA: (llorando): Todos se han ido señor ya nadie me condena

JESÚS: Yo tampoco te condeno a ti…Todos tus pecados te son perdonados…vete u nos vulvas a pecas
más.

(LUZ SEGUIDORA SOBRE LA MUJER ADULTERA Y ELLA VA SALIENDO POR BUTACAS)

JESÚS: Cualquiera que quiera venir conmigo, niéguese á sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque
el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la
salvará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y pierde su alma? De nuevo
les digo, subiremos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre será entregado á los príncipes de los
sacerdotes, y á los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán á los gentiles, le escarnecerán,
le azotarán, lo escupirán y le matarán; mas al tercer día resucitará. Vayan a la aldea vecina, allí van

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a encontrar un asno amarrado, tráiganlo y si alguien les pregunta díganle que pronto lo
devolveremos.

BLACK OUT

ESCENA III: ENTRADA TRIUNFAL

(Se abre el telón)

(INMEDIATAMENTE SE ILUMINA EL AREA DEL MERCADO Y ENTRA LAS PERSONAS)

DANZA

JESÚS: OH Jerusalén, sino tuvieras cubiertos tus ojos, verías que llegará el día en que tus enemigos
te cercarán y te destruirán y no quedará de ti, piedra sobre piedra, por cuanto no recibiste al Hijo
del Hombre(se queda en silencio y mira al mercado, toma un látigo y los saca de ahí). Y a ustedes
les digo que Escrito está: “Mi casa, casa de oración es”; mas vosotros la habéis hecho cueva de
ladrones, fuera, fuera, salgan de aquí.

BLACK OUT

(Se CIERRA el telón)

ESCENA IV: JUDAS Y LOS DEL SANEDRIN (EN PROSCENIO)

JUDAS: Heme aquí entre las sombras buscando al Sanedrín, que la gente no me vea, que no sepan
que soy ruín.

CAIFAS: El amigo de Jesús, es ese que viene allí, seguramente quiere pasar inadvertido; a los tipos
de su especie les gusta la discreción, atendámosle al instante, que nos de la información.

SANEDRIN, CAIFAS: (EN CORO) Adelante buen amigo, la paz sea contigo, nos andabas buscando,
de qué quieres hablar? Puedes hablar con libertad, el sanedrín es todo oídos, si es algo importante
llenaremos tus bolsillos.

JUDAS: (NERVIOSO) En la calle y en las plazas hay gente comentando, me han dicho que ustedes a
Jesús andan buscando.

SANEDRIN, CAIFAS: (EN CORO) Eres amigo de Jesús y también su tesorero, lo que queremos que
nos digas, es su paradero, si tus informes son ciertos, ganarás muy buen dinero, tu te iras a
descansar y a disfrutar un buen carnero.

JUDAS: La información que yo manejo es muy valiosa y conozco la casa donde el Maestro se aloja,
ustedes se equivocan, no soy un traidor, lo único que busco es un mundo mejor.

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SANEDRIN, CAIFAS: (EN CORO) Gracias por tu franqueza, eso no es traición, lo que tu estás
haciendo, es defender a la nación. Tu eres patriota, tu valor conocemos, dinos lo que sabes, te lo
pagaremos.

JUDAS: No estoy muy seguro, la situación es peligrosa, si alguien se entera voy a parar en una fosa,
yo lo arriesgo todo, en esta jugada, ustedes me presionan pero no me ofrecen nada.

SANEDRIN, CAIFAS: (EN CORO) A salvo estarás, es nuestro secreto, no corres peligro, aquí no hay
testigos. Si la duda te ataca, tu no le hagas caso, son treinta denarios, tendrás mucha plata.

JUDAS: Yo no tengo dudas soy un convencido, lo que sí me preocupa es el dinero ofrecido, solo
treinta monedas, no era lo esperado, si quieren al Maestro, paguen por adelantado.

SANEDRIN, CAIFAS: (EN CORO) Para poder encontrarlo, tu ayuda es valiosa, no perdamos mas
tiempo y actuemos de prisa. Aquí está el dinero, puedes contarlo, llévanos al lugar para capturarlo.

JUDAS: No puede ser ahora, tendremos que esperar, la noche de la pascua lo podrán encontrar,
lleven a sus soldados al Getsemaní, allí lo atraparán gracias a mí.

SANEDRIN, CAIFAS: (EN CORO) No lo conocemos, no sabemos quién es, llegaremos al huerto a
esperar tu señal, a quien tu nos indiques vamos a atrapar y ten por seguro no escapará.

JUDAS: A Jesús me acercaré con un beso de saludo, no diré palabra alguna seré casi un mudo, allí lo
atraparán no habrá lugar a dudas, no puede fallar, como que me llamo Judas.

SANEDRIN, CAIFAS: (EN CORO) Allí estaremos muy puntuales, con guardias y soldados, esperando
tu llegada para capturarlo. Apresúrate Judas, esa es tu misión, no tengas más dudas, Jesús ira a
prisión. Yeea

BLACK OUT

ESCENA V: LA SANTA CENA, ENTREGA POR JUDAS, NEGACION DE PEDRO

(Se abre el telón)

JESÚS: He deseado mucho comer con ustedes esta pascua antes de que padezca, porque os digo
que no comeré más de ella, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

PEDRO: Maestro, cuando hablas así nos parece que te estuvieras despidiendo y nosotros no
queremos que te vayas nunca queremos que te quedes con nosotros para siempre.

JESÚS: Gracias amigos, yo también los amo profundamente, pero esta noche les anuncio que uno
de ustedes me va a entregar.

PEDRO: Seré yo Maestro?

JESÚS: Aquel que mete su mano al plato conmigo, ese es.

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JUDAS: Soy yo Maestro?

JESÚS: Tú lo has dicho. (PARTIENDO EL PAN) Tomad y comed: esto es mi cuerpo que por vosotros
es partido: haced esto en memoria de mí. (TOMANDO LA COPA) Bebed todos de él, porque esto es
mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados.

BLACK OUT

ESCENA VI

(EN PROSCENIO)

JESÚS: Vamos al huerto a orar. Esta noche serán escandalizados por mi causa; porque escrito está:
Heriré al Pastor, y las ovejas de la manada se dispersarán, pero después que haya resucitado, iré a
Galilea delante ustedes.

PEDRO: Aunque todos se escandalicen, yo nunca lo haré.

JESÚS: Pedro, esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

PEDRO: No Señor, aunque tenga que morir contigo, no te negaré.

BLACK OUT

ESCENA VII

JESÚS: Siéntense aquí mientras yo oro, porque esta noche mi alma está muy triste hasta la muerte;
quédense aquí, y velen conmigo....

Soundtrack

JESÚS: (ALEJANDOSE) Padre mío, si es posible, haz que pase de mí este vaso; pero hágase tu
voluntad y no la mía......

JESÚS: No han podido velar conmigo una hora, despierten, he aquí ha llegado la hora en que el Hijo
del hombre es entregado en manos de pecadores. Vamos, levántense que aquí llega el que me ha
de entregar.

soundtrack

BLACK OUT

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ESCENA VIII

JUDAS: Salve Maestro (LO BESA EN LA MEJILLA)

CENTURIÓN: Arréstenlo!!! (LO APRESAN Y LOS DISCIPULOS TRATAN DE DEFENDERLO).

JESÚS: Vuelve tu espada á su lugar; porque todos los que espada maten, a espada morirán. ¿Acaso
piensas que no puedo ahora orar á mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles? Pero
conviene que así suceda para que se cumplan las escrituras. (LOS DISCIPULOS HUYEN Y PEDRO LO
SIGUE A DISTANCIA)

SANEDRIN 1: Este era el que decía: Yo puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
Qué respondes a eso?.... vamos no te quedes callado!

CAIFAS: Dinos entonces, si eres tú el Cristo, Hijo de Dios.

JESÚS: Tú lo has dicho: y además te digo, que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la
diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo.

SANEDRIN 1: Ha blasfemado, no necesitamos más testigos, es culpable hay que matarlo.

CAIFAS: Vamos a llevar a este hombre ante Pilato para que lo condene a muerte.

MUJER1: (A PEDRO) Y tú qué haces aquí, tú estabas con el Galileo

PEDRO: Calla mujer no sabes lo que dices, yo no lo conozco.

MUJER2: Hey, este hombre estaba con Jesús el Nazareno.

PEDRO: Yo no conozco a ese hombre.

UN HOMBRE: Es cierto, yo lo vi, tú estabas con él

PEDRO: No es cierto, les juro que no conozco a ese hombre (CANTA EL GALLO Y PEDRO LLORA)

CAIFAS: Vamos a llevar a este hombre ante Pilato para que lo condene a muerte.

(SALEN TODOS POR BUTACAS)

(Se CIERRA el telón)

ESCENA IX: Primera Estación


JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Nicodemo: «Reo es de muerte», dijeron de Jesús los miembros del Sanedrín, y, como no podían
ejecutar a nadie, lo llevaron de la casa de Caifás al Pretorio. Pilato no encontraba razones para
condenar a Jesús, e incluso trató de liberarlo, pero, ante la presión amenazante del pueblo instigado
por sus jefes: «¡Crucifícalo, crucifícalo!», «Si sueltas a ése, no eres amigo del César», pronunció la

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sentencia que le reclamaban y les entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuera crucificado.
San Juan el evangelista nos dice que, pocas horas después, junto a la cruz de Jesús estaba María su
madre. Y hemos de suponer que también estuvo muy cerca de su Hijo a lo largo de todo el Vía crucis.
Cuántos temas para la reflexión nos ofrecen los padecimientos soportados por Jesús desde el Huerto
de los Olivos hasta su condena a muerte: abandono de los suyos, negación de Pedro, flagelación,
corona de espinas, vejaciones y desprecios sin medida. Y todo por amor a nosotros, por nuestra
conversión y salvación.

BLACKOUT

(Se abre el telón)

PILATO: Vamos a ver de que se acusa a este pobre infeliz. Es cierto que tú eres el rey de los judíos?

JESUS: Tú lo dices.

PILATO: Así que eres rey?

JESUS: Mi reino no es de este mundo: Sí fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que
yo no fuera entregado a los Judíos.

PILATO: No encuentro ninguna culpa en este hombre, no puedo condenarlo.

CAIFAS: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.

PILATO: Si este hombre es Galileo entonces le corresponde a Herodes juzgarlo.

BLACKOUT

(ENTRA LUZ SOBRE EL AREA DE HERODES Y MÚSICA DE DANZA)

HERODES: Vamos a ver, ¿qué puede ser tan importante, como para que se atrevan a interrumpir mi
descanso? (un soldado le habla al oi ́do). Miren que interesante, a quién creen que tenemos aqui ́,
nada menos y nada más que al que dice que es rey de los judi ́os, (la muchedumbre grita),
¡¡silencio!!!! Veamos si es cierto todo lo que dicen acerca de ti, vamos dame una señ al de tu poder.
Dicen que conviertes agua en vino, que tal si me lo demuestras a cambio de tu libertad (la
muchedumbre grita). ¡¡Silencio!!! Vamos no te quedes mudo o qué , ¿acaso te comieron la lengua
los ratones? Jajaja, vamos habla de una vez por todas, ¿eres el Hijo de Dios? o solamente eres rey
(la muchedumbre grita). ¡¡Silencio he dicho!!!! Soldados, ri ́ndanle honores a este rey que no quiere
hablar y llévenlo de nuevo ante Pilato para que decida su suerte. La música…

(MÚSICA DE DANZA, las danzarinas bailan alrededor de Jesús)

BLACKOUT

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PILATO: De nuevo me traen a este hombre, ya lo interrogué delante de vosotros, pero no lo
encuentro culpable de nada de lo que lo acusan. Es más, Herodes tampoco lo encontró culpable
para castigarlo con la muerte, de manera que voy a mandar que lo azoten y luego lo voy a soltar.

MULTITUD: NO! CRUCIFICALE! CRUCIFICALE! CRUCIFICALE!

PILATO: Ninguna culpa tiene este hombre y como en la fiesta de Pascua se acostumbra soltar un
preso, voy a soltar a este Jesús de Nazaret.

PILATO: Que quieren que haga entonces con el rey de los judíos.

MULTITUD: CRUCIFICALE, CRUCIFICALE, CRUCIFICALE

PILATO: (LAVÁNDOSE LAS MANOS) Me declaro inocente de la sangre de este justo.

BLACK OUT

(Se CIERRA el telón)

ESCENA X
SANEDRIN Y EL ARREPENTIMIENDO DE JUDAS (PROSCENIO)

JUDAS: (DESESPERADO) ¿Qué he hecho? He pecado entregando sangre inocente a cambio de


treinta piezas de plata!!!!

JUDAS: Lo van a matar y no era esa mi intención, devolveré el dinero para su liberación.

CAIFAS, SANEDRIN: (EN CORO) ¿Estás arrepentido de haberlo traicionado?, el precio hemos
pagado, hasta el cuello estás metido.

JUDAS: Sus intenciones me ocultaron, nunca hablaron de tortura.

CAIFAS, SANEDRIN: (EN CORO) Los demonios te persiguen, no es nuestro problema, cumplimos
nuestro trato, caiga en ti el anatema.

JUDAS: Entregué sangre inocente me he convertido en un traidor Tomen su dinero, tengo que
morir, tengo que morir, tengo que morir!!!!!!!

SANEDRIN: Tienes que morir, tienes que morir, tienes que morir

BLACK OUT

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(Se abre el telón)

ESCENA XI: Segunda Estación


JESÚS CARGA CON LA CRUZ

Samaritana: Condenado muerte, Jesús quedó en manos de los soldados del procurador, que lo
llevaron consigo al pretorio y, reunida la tropa, hicieron mofa de él. Llegada la hora, le quitaron el
manto de púrpura con que lo habían vestido para la burla, le pusieron de nuevo sus ropas, le
cargaron la cruz en que había de morir y salieron camino del Calvario para allí crucificarlo. El peso
de la cruz es excesivo para las mermadas fuerzas de Jesús, convertido en espectáculo de la chusma
y de sus enemigos. No obstante, se abraza a su patíbulo deseoso de cumplir hasta el final la voluntad
del Padre: que cargando sobre sí el pecado, las debilidades y flaquezas de todos, los redima.
Nosotros, a la vez que contemplamos a Cristo cargado con la cruz, oigamos su voz que nos dice: «Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame».

ESCENA XII: Tercera Estación


JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Mujer Adultera: Nuestro Salvador, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la flagelación,
debilitado por la acerbidad de los sufrimientos físicos y morales que le infligieron aquella noche, en
ayunas y sin haber dormido, apenas pudo dar algunos pasos y pronto cayó bajo el peso de la cruz.
Se sucedieron los golpes e imprecaciones de los soldados, las risas y expectación del público. Jesús,
con toda la fuerza de su voluntad y a empellones, logró levantarse para seguir su camino. Isaías
había profetizado de Jesús: «Eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que
soportaba. Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros». El peso de la cruz nos hace tomar
conciencia del peso de nuestros pecados, infidelidades, ingratitudes..., de cuanto está figurado en
ese madero. Por otra parte, Jesús, que nos invita a cargar con nuestra cruz y seguirle, nos enseña
aquí que también nosotros podemos caer, y que hemos de comprender a los que caen; ninguno
debe quedar postrado; todos hemos de levantarnos con humildad y confianza buscando su ayuda y
perdón.

ESCENA XIII: Cuarta Estación


JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

Juan: En su camino hacia el Calvario, Jesús va envuelto por una multitud de soldados, jefes judíos,
pueblo, gentes de buenos sentimientos... También se encuentra allí María, que no aparta la vista de
su Hijo, quien, a su vez, la ha entrevisto en la muchedumbre. Pero llega un momento en que sus
miradas se encuentran, la de la Madre que ve al Hijo destrozado, la de Jesús que ve a María triste y
afligida, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor del otro, a la vez que
ambos se sienten consolados y confortados por el amor y la compasión que se transmiten.(Nos es
fácil adivinar lo que padecerían Jesús y María pensando en lo que toda buena madre y todo buen
hijo sufrirían en semejantes circunstancias. Esta es sin duda una de las escenas más patéticas del

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Vía crucis, porque aquí se añaden, al cúmulo de motivos de dolor ya presentes, la aflicción de los
afectos compartidos de una madre y un hijo. María acompaña a Jesús en su sacrificio y va asumiendo
su misión de corredentora.

ESCENA XIV: Quinta Estación


JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO

María Madre de Jesús: Jesús salió del pretorio llevando a cuestas su cruz, camino del Calvario; pero
su primera caída puso de manifiesto el agotamiento del reo. Temerosos los soldados de que la
víctima sucumbiese antes de hora, pensaron en buscarle un sustituto. Entonces el centurión obligó
a un tal Simón de Cirene, que venía del campo y pasaba por allí, a que tomara la cruz sobre sus
hombros y la llevara detrás de Jesús. Tal vez Simón tomó la cruz de mala gana y a la fuerza, pero
luego, movido por el ejemplo de Cristo y tocado por la gracia, la abrazó con resignación y amor y
fue para él y sus hijos el origen de su conversión. El Cireneo ha venido a ser como la imagen viviente
de los discípulos de Jesús, que toman su cruz y le siguen. Además, el ejemplo de Simón nos invita a
llevar los unos las cargas de los otros, como enseña San Pablo. En los que más sufren hemos de ver
a Cristo cargado con la cruz que requiere nuestra ayuda amorosa y desinteresada.

ESCENA XV: Sexta Estación


LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Mujer del Pueblo1: Dice el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía
aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor
de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta». Es
la descripción profética de la figura de Jesús camino del Calvario, con el rostro desfigurado por el
sufrimiento, la sangre, los salivazos, el polvo, el sudor... Entonces, una mujer del pueblo, Verónica
de nombre, se abrió paso entre la muchedumbre llevando un lienzo con el que limpió piadosamente
el rostro de Jesús. El Señor, como respuesta de gratitud, le dejó grabada en él su Santa Paz. Una
letrilla tradicional de esta sexta estación nos dice: «Imita la compasión / de Verónica y su manto / si
de Cristo el rostro santo / quieres en tu corazón». Nosotros podemos repetir hoy el gesto de la
Verónica en el rostro de Cristo que se nos hace presente en tantos hermanos nuestros que
comparten de diversas maneras la pasión del Señor, quien nos recuerda: «Lo que hagáis con uno de
estos, mis pequeños, conmigo lo hacéis»).

ESCENA XVI: Séptima Estación


JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Mujer del Pueblo2: Jesús había tomado de nuevo la cruz y con ella a cuestas llegó a la cima de la
empinada calle que daba a una de las puertas de la ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por
segunda vez bajo el peso de la cruz. Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser crucificado,
y Jesús, empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir fuerzas,
levantarse y proseguir su camino. Nada tiene de extraño que Jesús cayera si se tiene en cuenta cómo
había sido castigado desde la noche anterior, y cómo se encontraba en aquel momento. Pero, al
mismo tiempo, este paso nos muestra lo frágil que es la condición humana, aun cuando la aliente el

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mejor espíritu, y que no han de desmoralizarnos las flaquezas ni las caídas cuando seguimos a Cristo
cargados con nuestra cruz. Jesús, por los suelos una vez más, no se siente derrotado ni abandona su
cometido. Para Él no es tan grave el caer como el no levantarnos. Y pensemos cuántas son las
personas que se sienten derrotadas y sin ánimos para reemprender el seguimiento de Cristo, y que
la ayuda de una mano amiga podría sacarlas de su postración.

ESCENA XVII: Octava Estación


JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

Verónica: Dice el evangelista San Lucas que a Jesús, camino del Calvario, lo seguía una gran multitud
del pueblo; y unas mujeres se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas les dijo:

JESÚS: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos»;
(añadiéndoles, en figuras, que si la ira de Dios se ensañaba como veían con el Justo, ya podían pensar
cómo lo haría con los culpables.

Verónica: Mientras muchos espectadores se divierten y lanzan insultos contra Jesús, no faltan
algunas mujeres que, desafiando las leyes que lo prohibían, tienen el valor de llorar y lamentar la
suerte del divino Condenado. Jesús, sin duda, agradeció los buenos sentimientos de aquellas
mujeres, y movido del amor a las mismas quiso orientar la nobleza de sus corazones hacia lo más
necesario y urgente: la conversión suya y la de sus hijos. Jesús nos enseña a establecer la escala de
los valores divinos en nuestra vida y nos da una lección sobre el santo temor de Dios.

ESCENA XVIII: Novena Estación


JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Samaritana: Una vez llegado al Calvario, en la cercanía inmediata del punto en que iba a ser
crucificado, Jesús cayó por tercera vez, exhausto y sin arrestos ya para levantarse. Las condiciones
en que venía y la continua subida lo habían dejado sin aliento. Había mantenido su decisión de
secundar los planes de Dios, a los que servían los planes de los hombres, y así había alcanzado,
aunque con un total agotamiento, los pies del altar en que había de ser inmolado. Jesús agota sus
facultades físicas y psíquicas en el cumplimiento de la voluntad del Padre, hasta llegar a la meta y
desplomarse. Nos enseña que hemos de seguirle con la cruz a cuestas por más caídas que se
produzcan y hasta entregarnos en las manos del Padre vacíos de nosotros mismos y dispuestos a
beber el cáliz que también nosotros hemos de beber. Por otra parte, la escena nos invita a
recapacitar sobre el peso y la gravedad de los pecados, que hundieron a Cristo.

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ESCENA XIX: Décima Estación
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Mujer Adultera: Ya en el Calvario y antes de crucificar a Jesús, le dieron a beber vino mezclado con
mirra; era una piadosa costumbre de los judíos para amortiguar la sensibilidad del que iba a ser
ajusticiado. Jesús lo probo, como gesto de cortesía, pero no quiso beberlo; prefería mantener la
plena lucidez y conciencia en los momentos supremos de su sacrificio. Por otra parte, los soldados
despojaron a Jesús, sin cuidado ni delicadeza alguna, de sus ropas, incluidas las que estaban pegadas
en la carne viva, y, después de la crucifixión, se las repartieron. Para Jesús fue sin duda muy doloroso
ser así despojado de sus propios vestidos y ver a qué manos iban a parar. Y especialmente para su
Madre, allí presente, hubo de ser en extremo triste verse privada de aquellas prendas, tal vez
labradas por sus manos con maternal solicitud, y que ella habría guardado como recuerdo del Hijo
querido.

ESCENA XX:Undécima Estación


JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

María Madre de Jesús: «Y lo crucificaron», dicen escuetamente los evangelistas. Había llegado el
momento terrible de la crucifixión, y Jesús fue fijado en la cruz con cuatro clavos de hierro que le
taladraban las manos y los pies. Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó entre cielo y
tierra, pendiente de los clavos y apoyado en un saliente que había a mitad del palo vertical. En la
parte superior de este palo, encima de la cabeza de Jesús, pusieron el título o causa de la
condenación: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos». El suplicio de la cruz, además de ser infame,
propio de esclavos criminales o de insignes facinerosos, era extremadamente doloroso, como
apenas podemos imaginar. El espectáculo mueve a compasión a cualquiera que lo contemple y sea
capaz de nobles sentimientos. Pero siempre ha sido difícil entender la locura de la cruz, necedad
para el mundo y salvación para el cristiano. La liturgia canta la paradoja: «¡Dulces clavos! ¡Dulce
árbol donde la Vida empieza / con un peso tan dulce en su corteza!».

(Se cierra el telón)

(Jesús aparece ya en la Cruz Crucificado)

(Se abre el telón)

ESCENA XXI:Duodécima Estación


JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Juan: Desde la crucifixión hasta la muerte transcurrieron tres largas horas que fueron de mortal
agonía para Jesús y de altísimas enseñanzas para nosotros. Desde el principio, muchos de los
presentes, incluidas las autoridades religiosas, se desataron en ultrajes y escarnios contra el
Crucificado.

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BLASFEMOI: Tu que destruyes el templo y lo reedificas en tres días, sálvate a ti mismo. Si ere hijo
de Dios desciende de esa cruz!!!

JESUS (dice a su Madre): «Mujer, ahí tienes a tu hijo»; (luego dice al discípulo): «Ahí tienes a tu
madre»;

Juan: y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. Después de esto, nos dice el mismo
evangelista, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido…

BLASFEMOII: A otros salvó y así mismo no se puede salvar. Si eres el rey Israel desciende ahora
mismo de esa cruz y creeremos en ti!!!

JESUS: «Tengo sed». (Tomó el vinagre que le acercaron)

BLASFEMOIII: Él dice que es el hijo de Dios, él dice que confía en Dios, pues que ahora lo libre!!!

JESUS: «Todo está cumplido». Padreeeee... en tus manos encomiendo mi espíritu… (E inclinando
la cabeza entregó el espíritu).

EFECTO DE LUZ Y SONIDO DE RAYO Y CAE EL VELO

CENTURIÓN: Verdaderamente este hombre era justo. Alabado sea Dios.

PISTA POR SIEMPRE

Juan: A los motivos de meditación que nos ofrece la contemplación de Cristo agonizante en la cruz,
lo que hizo y dijo, se añaden los que nos brinda la presencia de María, en la que tendrían un eco
muy particular los sufrimientos y la muerte del hijo de sus entrañas.

ESCENA XXII: Decimotercera Estación

JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ


Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE

Nicodemo: Para que los cadáveres no quedaran en la cruz al día siguiente, que era un sábado muy
solemne para los judíos, éstos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran; los
soldados sólo quebraron las piernas de los otros dos, y a Jesús, que ya había muerto, uno de los
soldados le atravesó el costado con una lanza. Después, José de Arimatea y Nicodemo, discípulos
de Jesús, obtenido el permiso de Pilato y ayudados por sus criados o por otros discípulos del
Maestro, se acercaron a la cruz, desclavaron cuidadosa y reverentemente los clavos de las manos y
los pies y con todo miramiento lo descolgaron. Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus
brazos y puso en su regazo maternal el cuerpo sin vida de su Hijo). Escena conmovedora, imagen de
amor y de dolor, expresión de la piedad y ternura de una Madre que contempla, siente y llora las
llagas de su Hijo martirizado. Una lanza había atravesado el costado de Cristo, y la espada que
anunciara Simeón acabó de atravesar el alma de la María.

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ESCENA XXIII: Decimocuarta Estación
JESÚS ES SEPULTADO

Mujer de Pueblo2: José de Arimatea y Nicodemo tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de
María y lo envolvieron en una sábana limpia que José había comprado. Cerca de allí tenía José un
sepulcro nuevo que había cavado para sí mismo, y en él enterraron a Jesús. Mientras los varones
procedían a la sepultura de Cristo, las santas mujeres que solían acompañarlo, y sin duda su Madre,
estaban sentadas frente al sepulcro y observaban dónde y cómo quedaba colocado el cuerpo.
Después, hicieron rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro, y regresaron todos a
Jerusalén. Con la sepultura de Jesús el corazón de su Madre quedaba sumido en tinieblas de tristeza
y soledad. Pero en medio de esas tinieblas brillaba la esperanza cierta de que su Hijo resucitaría,
como Él mismo había dicho. En todas las situaciones humanas que se asemejen al paso que ahora
contemplamos, la fe en la resurrección es el consuelo más firme y profundo que podemos tener.
Cristo ha convertido en lugar de mera transición la muerte y el sepulcro, y cuanto simbolizan.

JOSE DE ARIMATEA: Poncio Pilato me ha concedido el permiso para que el cuerpo de Jesús sea
puesto en un sepulcro nuevo que tengo, por favor envuélvanlo en una sábana y démosle sepultura
a este justo.

NICODEMO: Traigo esta mezcla de mirra y aloe para tratar su cuerpo.

JOSE DE ARIMATEA: Por favor que lo envuelvan en este sudario y démosle sepultura a este justo.

CENTURIÓN: tengo que dejar a los soldados de guardia custodiando el sepulcro. El sanedrín teme
que alguien pueda robar el cuerpo para después decir que resucitó como Él ofreció.

JOSE DE ARIMATEA: Usted cumpla con sus órdenes, pero entrégueme el cuerpo.

CENTURIÓN: Bájenlo. (BAJAN A JESÚS E INTRODUCEN SU CUERPO EN LA TUMBA, PISTA DE


JEHOVA)

Mujer Adultera : Así fueron las cosas y como podrán imaginarse, me tocó vivir con mucho dolor la
amarga experiencia de ver a un inocente, a mi amigo Jesús, muriendo y cargando el pecado mío y
de la humanidad entera. Pero cuando el mundo pensó que todo había terminado ahí en la tumba,
el Señor cumpliendo su palabra, les tenía preparada una sorpresa.

ENTRA LUZ TENUE Y APARECEN LOS SOLDADOS CUSTODIANDO LA TUMBA.


DANZA DE ANGELES ALREDOR DE LA TUMBA, NIÑAS
DANZA DE ANGELES ALREDOR DE LA TUMBA, JOVENCITAS
(EFECTOS DE LUCES Y SONIDO, LA PIEDRA EMPIEZA A RODAR
Y APARECE JESÚS VESTIDO DE BLANCO).

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BLACK OUT

ESCENA XXIV: Decimoquinta Estación


JESÚS RESUCITA DE ENTRE LOS MUERTOS

Mujer de pueblo3: Pasado el sábado, María Magdalena y otras piadosas mujeres fueron muy de
madrugada al sepulcro. Llegadas allí observaron que la piedra había sido removida. Entraron en el
sepulcro y no hallaron el cuerpo del Señor, pero vieron a un ángel que les dijo:

Ángel: «Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí».

Mujer de pueblo3: Poco después llegaron Pedro y Juan, que comprobaron lo que les habían dicho
las mujeres. Pronto comenzaron las apariciones de Jesús resucitado: la primera, sin duda, a su
Madre; luego, a la Magdalena, a Simón Pedro, a los discípulos, al grupo de los apóstoles reunidos,
etc., y así durante cuarenta días. Nadie presenció el momento de la resurrección, pero fueron
muchos los que, siendo testigos presenciales de la muerte y sepultura del Señor, después lo vieron
y trataron resucitado. En los planes salvíficos de Dios, la pasión y muerte de Jesús no tenían como
meta y destino el sepulcro, sino la resurrección, en la que definitivamente la vida vence a la muerte,
la gracia al pecado, el amor al odio. Como enseña Pablo, la resurrección de Cristo es nuestra
resurrección, y si hemos resucitado con Cristo hemos de vivir según la nueva condición de hijos de
Dios que hemos recibido en el bautismo.

Sountrack

JESÚS: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VIENE AL PADRE SINO ES POR MI, POR
ESO HOY LES DIGO, VENGAN A MI TODOS LOS QUE ESTEN CANSADOS Y AGOBIADOS Y YO LES
HARE DESCANSAR, ESTE ES TU MOMENTO, VEN A MI AHORA MISMO.

BLACK OUT

(Se cierra el telón)


FIN

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