Está en la página 1de 308

Hedwig Lewis, S J .

En camino con Dios


Oraciones para discernir
tu rumbo en la vida

376221
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción,
distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la a u -
torización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos men-
cionada puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (art.270 y ss.del
Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el
respeto de los citados derechos.

Título original: Happiness manufacturéis


Traducción del inglés: Antonio Falces Remírez
Portada y diseño: Alvaro Sánchez

© Hedwig Lewis
© 2003 Ediciones Mensajero, S.A.U.; Sancho de Azpeitia 2, Bajo;48014 Bilbao.
E-mail: mensajero@mensajero.com
Web: http://www.mensajero.com
ISBN: 84-271-2550-x
Depósito Legal: BI-2388-03
Impreso en Gestingraf, SAL - Camino de Ibarsusi, 3 - 48004 Bilbao
Printed in Spain
Prólogo

La felicidad ha sido siempre el deseo y objeto de la vida.Todos,


negros, blancos o amarillos, la buscamos siempre. Se hace de todo
por conseguirla: trabajar, luchar, practicar la religión, tomar drogas
y alcohol,aguantar, negar los deseos,emprender viajes imposibles
y aventuras esforzadas... También se han escrito muchos, muchos
libros sobre su naturaleza y cómo alcanzarla.
La vida es un camino largo, muy largo,y nos gustaría encontrar-
la a cada paso. Los gue se ponen en marcha en pos de la felicidad
no saben gue la llevan a su lado desde gue dan el primer paso.
Pather Panchali (El canto del camino) es guizá la película más be-
lla del cine indio.Con su inspiración comenzamos:

Caminando por el camino


contigo va un cantar:
que no caminas tú solo
en tu largo caminar.

Tu camino va a la fuente
y la fuente es tu camino,
que tu Dios, camino y fuente,
a la vera contigo va.

El camino nos conduce al tesoro tan perseguido de la felicidad:


siempre soñado e imaginado, siempre fallido. Aungue está a la ma-
no y no oculto, es el gran desconocido.
EN CAMINO CON DIOS

S.T.Coleridge lo ha plasmado en un poema admirable:

¿Y si te quedases dormido?
¿Y si, dormido, soñases?
¿Y si, en tus sueños,fueses al cielo
y allí encontrases una flor bella y extraña?
¿Y si,al despertar,tuvieses
la flor en tu mano?
¿Entonces, qué? ¡Ah, entonces!

En su éxito editorial El poder del pensamiento tenaz, el popular


escritor Norman Vincent Peale narra una experiencia tragicómica
que le ocurrió en el restaurante de un tren.
Peale estaba sentado enfrente de un matrimonio,al que no c o -
nocía. Era claro que la señora, envuelta en pieles, diamantes y m o -
da de alta costura, estaba disgustada. Criticaba todo: el vagón le
parecía sucio, le molestaba una corriente de aire,el servicio era ho-
rrible^ la comida, insípida.Su marido, por el contrario,era una per-
sona cordial,afable,sencilla y complaciente.Se le veía embarazado
por la actitud despectiva de su esposa, y también contrariado, ya
que estaban en un viaje de recreo. Para cambiar la conversación,se
volvió a Peale, le preguntó por su profesión y le dijo que él era abo-
gado. Y, con una sonrisa un poco picara,añadió:

— M i mujeres «fabricante», está en el negocio de la producción


y manufactura.
Peale se sorprendió, porque la señora no daba la menor impre-
sión de serlo,y así preguntó:
— ¿ Y qué es lo que fabrica?
—Desdicha —contestó el buen hombre con un suspiro—. Fa-
brica su propia infelicidad.
Aunque suene extraño, hay una clase de gente que, según pa-
rece, tiene por «profesión» el vivir disgustada y triste y, de paso, ha-
cer desgraciada la vida de cuantos viven a su alrededor. Vivir con
tales personas y no dejar gue su actitud negativa se nos pegue re-
quiere cierto talento... y ¡sentido del humor!

8
PRÓLOGO

Afortunadamente también nos encontramos con gente cuyo


«negocio» es «fabricar alegría»,«producir felicidad». ¡Qué necesaria
es para todos esa gente en el camino de la vida!
Este libro contiene meditaciones sencillas, en forma de histo-
rietas, poemas y reflexiones, para ayudarte a asentar la base sólida
que le es necesaria a un «fabricante de alegría», a un «caminante
en pos de la felicidad» de la mano de Dios.Tiene tres partes:

- La primera trata de tu relación con Dios, «el manantial de t o -


da alegría y felicidad», y el fiel compañero de camino.
- La segunda se centra en f/, «el fabricante de alegría», colabo-
rador de Dios (1 Corintios 3,9), que has de mezclar y aunar
«los ingredientes» para su producción.
- La tercera parte baja a los pormenores de nuestra industria
de la felicidad, nuestro «negocio de la alegría». El caminar de
cada día.

En camino con Dios se dirige, en primer lugar, a los jóvenes. A


muchos os gustaría seguir ese deseo interior g u e sentís de ser-
vir de alguna manera a los demás, especialmente a los oprimi-
dos.Otros estáis «pensando q u é hacer», tratando de discernir el
camino para el futuro. Este libro os ayudará a profundizar, en un
contexto de oración, sobre los factores necesarios para vuestra
elección, y os servirá de guía para la decisión final.
Pero también, pienso, ha de ser utilidad para los que buscan de
continuo la voluntad de Dios, movidos por el deseo de corresponder
a su amor, que se les da y se les muestra de mil maneras en el que-
hacer diario.También a ellos esta's sugerencias les pueden ser útiles.
Así que ¡bienvenidos al camino diario de la fabricación y manu-
factura de alegría, la producción de felicidad! Como en cualquier
otra industria, encontraréis altibajos, éxitos y fracasos, triunfos y tra-
gedias... Pero, si lo tomáis con determinación y empeño, vuestra
«satisfacción en el trabajo» y vuestro enriquecimiento personal es-
tán garantizados.
No estarás nunca solo en esta empresa. Siempre tendrás a tu
disposición un «socio», buen conocedor del negocio... Dios.
Aprende a consultarle y a colaborar con Él a cada paso gue des.

9
EN CAMINO CON DIOS

Infinito dador de estrellas,


pido sabiduría y coraje
para seguir tus destellos
que parpadean llamándome,
pues mi corazón siente miedo...

Brillan cuando yo camino.


Sus nombres son numerosos:
la estrella de la Esperanza,
el lucero de la Misericordia,
la luminaria de la Compasión,
el cometa de la Justicia y la Paz,
el astro luciente de la Ternura y el Amor,
la estrella del Sufrimiento,
la galaxia de la Alegría.
Y cada vez que veo tu brillo
me siento siempre llamado
a seguirlo,a cantarlo,
a vivirlo...
Morana Wiederkkehr

10
PRÓLOGO

ORACIÓN PARA ENCONTRAR


MI CAMINO

Desde toda la eternidad, Señor,


conoces los pormenores de mi existencia y destino,
en el bautismo me confirmaste en tu amor
y me diste esta fe que me guía
por un camino de felicidad.

Has derramado sobre mí tus dones


como abundante lluvia fecunda.
Tus dos brazos -misericordia y perdón-
han estado siempre abiertos
cuando he caído o me he extraviado.

Ahora te pido luz,


la luz gue tanto necesito
para saber lo que quieres de mí
y para poder así cumplirlo.
Sea cual sea el sendero
dame tu gracia y ayuda
para seguirlo hasta el final
sin desfallecer ni abandonar
con total entrega, como tu Madre.

Aquí me tienes, Señor, ante ti:


que tu sabiduría y amor
me acompañen en el camino
para que ayude a otros a conocerte
y así yo mismo me acerque más a ti,
hasta que un día,definitivamente,
permanezca contigo para siempre. Amén.
EN CAMINO CON DIOS

Te agradezco, Señor,
tus palabras que me animan:
«No eres perfecto,
pero tampoco quiero que lo seas,
te basta con mi gracia,
y eso es cosa mía.
Yo seré el camino,
la fuerza, la brújula».

Señor,yo sólo puedo decir


«amén» a tus planes sobre mí.
Un amén no resignado,
sino alegre, eufórico y feliz.
Un amén jubiloso y humilde,
eco lejano del «sí» de María.
Un amén que me haga
más semejante a tu corazón,
por el amor y el servicio a los demás.
Un amén como repites siempre
desde el día en que dijiste:
«Esto es mi cuerpo
entregado por vosotros».

J.M. Casasnovas

12
Introducción

Pero ¿puede fabricarse la alegría o la felicidad?


Los ingredientes para su «producción» son abundantes: una vi-
sión positiva, una perspectiva optimista en cualguier circunstancia,
comprensión y compasión genuinas por los demás, amistad, ayu-
da, generosidad... y, no debería hacer falta decirlo, una «vida inte-
rior», gue supone una relación honda con Dios.
Integrando esos elementos en tu vida podrás, si no «fabricar», sí
proveer para consumo público ese producto tan solicitado: la ale-
gría, la felicidad.Como todo buen producto en el mercado,todo de-
pende de las materias primas gue elijas, de su mejor calidad, de la
proporción adecuada,y de la tecnología empleada para elaborarlas.
Pero, cuidado, por muy sinceros y tenaces que sean tus esfuer-
zos, la felicidad, la alegría no la «fabricas» tú, ¡es la Vida guien la da!
Es un regalo. No se trata de perseguir la felicidad sino de descu-
brirla. Descubrirla en el camino y caminar para descubrirla.

Le dijo un cachorrillo al perro viejo:


—Aprendí en un curso de filosofía que la felicidad es el colmo
de la vida y que se encuentra en mi rabo. Desde entonces me
dedico a perseguir a mi cola;cuando consiga atraparla,tendré la
felicidad y habré colmado mi vida.
El perro viejo contestó:
—Sí,yo también he reflexionado sobre eso mismo. Pero he no-
tado que, cuando persigo mi rabo, doy vueltas y más vueltas y el

13
EN CAMINO CON DIOS

rabo siempre se me escapa; pero en cambio, cuando continúo


tranquilamente mi camino, el rabo me sigue.

S o b r e la felicidad

— La felicidad no se persigue; hay que crearla.


— Perseguir la felicidad es a menudo la mayor fuente de des-
dicha.
— Un gran obstáculo para la felicidad es soñar con demasiada
felicidad.
— La felicidad es de más precio que el oro o la plata. Si la felici-
dad pudiera comprarse con dinero, muy pocos, si es que alguno,
serían capaces de pagar su precio.
— El lugar para ser feliz es aquí; el tiempo para serlo es ahora; la
manera de ser feliz es el hacer felices a los demás.
— La felicidad se multiplica en la misma proporción que la di-
vidimos con otros.

Características

La felicidad no es un «producto». No es un artilugio mecánico o


electrónico que puedes tomar en la mano o darle a otro como
quien regala una cosa. No es como una televisión o un videojuego
que puedes disfrutar contemplándolo sentado en una butaca o
que puedes entregar a alguien para que lo goce. Más bien sería
como un perfume o aroma, gue llega a los que están cerca. Y aun-
que lo esparzas sobre los demás, siempre queda algo en el frasco,
siempre queda algo en ti.
Aungue no puedas manufacturarla o comprarla, puedes «pro-
vocarla», crearla. Que tu «negocio» sea el vivir feliz y gue los que vi-
ven a tu alrededor sean felices.Tus actitudes y tu conducta serán
«productoras» de felicidad.Y cuanto más conectadas estén tus ac-
Es lo que me hace
titudes y tu conducta al manantial de la alegría, tanto mayor será la dudar!!!
calidad de la alegría y la felicidad que produzcas.

14
INTRODUCCIÓN

No es tampoco algo que ocurre una vez y permanece ya para


siempre. No es una estación a la que llegas, sino un modo de viajar.
Ese tren que llamamos «Vida» no tiene estaclones:está siempre en
movimiento. Amy Lowel lo dice así en su poema Felicidad:

Para unos,encantamiento;
para otros,estancamiento.

A los que os guste la jardinería lo entenderéis mejor. Por fin se


asoma un diminuto brote de la tierra. Es inútil sentarse a verlo cre-
cer: no notarás ningún cambio. Pero,a los pocos días,te das cuen-
ta de que algo ha crecido;y luego será tallo,yemas, hojas,flores...
Y tendrás que regarlo regularmente. Si lo dejas, tampoco notarás
su deterioro inmediatamente; pero te levantarás un día y verás
que se ha secado.
En el camino que es nuestra vida no puedes evitar, a cada m o -
mento, aumentar o disminuir la felicidad de alguien, y la tuya pro-
pia. ¿No crees que este aspecto de la felicidad te pide una reflexión
seria?
La felicidad está en el corazón, no en las circunstancias. La g e n -
te más dichosa no es precisamente la que tiene lo mejor de todo,
sino aquella que sabe sacar lo mejor de todo, de cada cosa y m o -
mento. No es tu «posición» lo que te hace feliz o desdichado, sino
tu «disposición-».

La f u e n t e d e la felicidad

La fuente -el principio y el fin- de la felicidad humana es Dios.


Es el regalo de Dios a sus hijos.Y nunca será tuya si no reconoces
que los obsequios que Dios te hace son, en gran medida, para to-
dos. Por tanto has de procurar que tu felicidad no se estanque sino
que se difunda.Y el mejor modo de no olvidar cosa tan importan-
te es permanecer en contacto con Dios.
Ya ves que se repite una y otra vez: la alegría no es sólo para ti,
siempre incluye a los otros, ¡y al Otro! No puedes «fabricar» alegría
tú solo, ni la puedes fabricar para ti sólo. Es un producto que re-

15
EN CAMINO CON DIOS

quiere trabajo en equipo y cuyo resultado se disfruta personal-


mente cuando se comparte. «Sólo tenemos la felicidad que hemos
dado» (Edouard Pailleron).
Harold S. Kushner lo ilustra en su libro Cuando a la gente buena
le pasan cosas malas con la siguiente historia.
Era un pueblecito pobre y pequeño en Polonia. Y era feo. Y lo
que lo hacía pobre y feo eran sus habitantes, no porque fueran
gentes sin dinero y sin letras, sino porque eran personas con envi-
dia y con rencor. No eran infelices por lo que les faltaba,sino por lo
que tenían en exceso. El resentimiento y el odio podían palparse
en el aire.
A las afueras del pueblo vivía una persona a quien todos respe-
taban por su cultura, su riqueza y su piedad.
Un día una decena de los hombres más representativos del
pueblo se quedaron boquiabiertos al recibir una invitación ines-
perada: «El señor Reb Isaac agradecería la presencia del señor (nom-
bre de cada uno) en su mansión a las seis de la tarde del próximo
martes, donde habrá una cena digna del paraíso».
La expectación crecía según se iba acercando el martes, y no
sólo entre los invitados sino entre todos los demás habitantes,que
no podían disimular su envidia.
¡Ser invitado a la casa del señor Isaac! ¡Y para una cena digna
del paraíso!
Cuando el reloj de la torre daba las seis, todos estaban ya a la
puerta de la mansión con sus mejores atuendos. Sus ojos se dete-
nían codiciosamente en cuanto veían: cuadros, muebles, el servi-
cio, los detalles, y por fin reposaron en la mesa ya preparada. La
porcelana, la vajilla de plata, los vasos y copas de cristal labrado.
Reb Isaac entró y les invitó a sentarse. Uno de los criados puso
delante de él un pan sobre el gue echó la bendición judía. Al señor
Reb le sirvieron un tazón humeante lleno de sopa... pero no tra-
jeron nada a los invitados.
El señor Reb comenzó a tomar la sopa saboreándola con evi-
dente fruición.
— N o recuerdo haber tomado nunca una sopa tan sabrosa.

16
INTRODUCCIÓN

Los invitados estaban perplejos. ¿Por qué nadie les servía a


ellos? Su perplejidad se convirtió en enojo cuando un plato de j u -
goso cocido fue servido solamente al amo de la casa, que no po-
día ocultar su placer y continuaba ponderando el sabor de la c o -
mida. La irritación se hizo palpable. Finalmente, uno de los
huéspedes no pudo contenerse más y le espetó:
— P e r d ó n e m e usted, señor Reb, pero no puedo comprender lo
que pasa aquí. ¿Nos ha invitado para reírse de nosotros? Recibimos
una invitación a una cena digna del paraíso, pero aquí usted es el
único que la disfruta.
Reb Isaac hizo su plato a un lado y, sonriendo,comenzó a expli-
carles:
—¿Creéis que el paraíso es algún famoso restaurante donde
uno va a comer y beber humillando a sus vecinos? No, el paraíso
es un lugar donde cada uno se complace en la felicidad de los d e -
más. Paraíso es el lugar donde todos comprenden gue lo que real-
mente tiene valor en la vida es tan abundante que hay suficiente
para todos,y no hay ninguna necesidad de pelearse para arreba-
tarlo a los demás.

La felicidad y el paraíso

Poco hablamos hoy en día del cielo. Pero si preguntásemos a


cualquiera, así de sopetón, qué es lo que significa paraíso, en todas
las respuestas habría algo sobre «un sitio, allá arriba, lejos de la tie-
rra, felicidad, gozo, alegría...».
Jesucristo repetía gue había sido enviado con la misión de es-
tablecer el «Reino de los cielos», el «paraíso en la tierra» podíamos
decir nosotros. Pero, contra lo que cree la gente sobre el «cielo», no
sería un sitio especial, sino un entorno, un ambiente, aquí en la tie-
rra, donde floreciesen virtudes humanas conducentes al fomento
de la alegría.
Y, al ser un entorno, una atmósfera,y no algo físico y concreto, el
«Reino de Dios» es un proceso en marcha, es un camino que hay
que andar.Y,aunque Jesucristo fue abriendo ese camino del «rei-

17
EN CAMINO CON DIOS

no» con cada uno de sus pasos e invitó una y otra vez a que se le
siguiese, todavía continúa siendo verdadero lo de «caminante, no
hay camino, se hace camino al andar». Pero siempre será con Él:
«Ven,sigúeme».Y esto,«hasta el fin de los tiempos»... pasando por
nuestros días.
Crear ese entorno de alegría, como ya te habrás apercibido,
comporta una dinámica por la cual haces felices a los demás. Una
atmósfera no puede encerrarse en un sitio concreto; no puedes
guardar y acumular la felicidad para ti solo, como la riqueza mate-
rial. Su frescura y su vitalidad tienen que estar al descubierto y
compartirse. Cuanto más das, más te enriqueces. Lo dijo ya Blas
Pascal: «La felicidad es un artículo maravilloso:cuanto más das, más
tienes».

18
La estructura de este libro

Este libro no es un tratado sobre la felicidad, ni un poema más so-


bre el camino. Tampoco es un libro de «lectura». Sólo estas primeras
páginas (el prólogo y la introducción) son para ser «leídas». El resto
son actividades, ejercicios para ser «puestos por obra», practicados.Y
de un modo muy libre: no es un manual o reglamento rígido cuyas
instrucciones haya que seguirá rajatabla.Son guías,sugerencias,pun-
tos de arranque para que te sea más fácil rezar a tu modo.

U n poco d e m a t e m á t i c a s

El libro tiene trece temas distribuidos en tres grandes partes:

— La primera la he titulado «La fuente de la felicidad» y contie-


ne cuatro temas.
— La segunda: «Ingredientes para la felicidad», también con
otros tantos temas.
— La tercera parte: «Nuestro negocio de la felicidad», con cinco
temas.
— En total, trece.
— Cada tema a su vez presenta cuatro ¡deas o «puntos». Lo que
hace un total de cincuenta y dos.
Y ¿por qué cincuenta y dos? Porque el año tiene ese número
de semanas, o sea q u e tienes una idea, un punto de arranque,

19
EN CAMINO CON DIOS

que rumiar y rezar cada semana. ¿Sólo una idea para toda una
semana?
Es que esa idea se repite desde varios ángulos,y acabarías des-
bordado si quisieses asimilarlo todo en un solo día. O sea que dis-
tribuye la materia: hoy esto, mañana aquello.O, al contrario, a veces
querrás repetir el mismo punto, pues tuviste materia de sobra.Y, si
algún día deseas cambiar este plan y quieres reflexionar y hablar
con Dios sobre algo especial, podrás encontrar con facilidad diver-
sas ideas en los índices.
Y, sea lo que fuere, el objetivólo que importa es que reces, no que
leas y leas para enterarte de cosas nuevas. Se trata de enriquecer tu
vida, no tus conocimientos. Enriquecerla y llenarla d e . . . pues eso,de
alegría y felicidad.Todo un camino que andar,cada día... con Él.
No hay prisas, no hay obligaciones, no hay «deberes» que c o m -
pletar. Deja que sea Dios el que te guíe, según te sientas inspirado y
según lo necesites para rezar a gusto y con fruto.Tú,anda paso a pa-
so, día a día,con Él.

M o d o d e proceder

No hay ningún método universal para rezar. Cada uno tiene su


estilo.Aguíte presento uno de los posibles modos de proceder.SÍ-
guelo en tanto en cuanto te ayude.

7. Ponte en presencia de Dios

Haz un «acto de presencia».Muchas veces estamos en un lugar


muy concreto, pero nuestros pensamientos, preocupaciones, sen-
timientos, están «dispersos», muy lejos de nosotros. Estamos dis-
traídos. La transición de la actividad a la quietud de la oración no
es fácil. Hay que empezar sosegando el ánimo y aunando todo lo
que está desparramado y disperso. Suelen llamarlo «recogimien-
to». Durante unos momentos toma una posición serena, recapaci-
ta adonde vas y a qué. Adondequiera que vayas, Dios está contigo.
No vas a pasar un rato tú solo pensando; vas a conversar e intimar
con un amigo, un padre o madre, un ser guerido...

20
LA ESTRUCTURA DE ESTE LIBRO

Siéntelo presente y hazte presente a Él. Son éstos unos mo-


mentos muy decisivos para una buena oración. No sólo eso, ese
mismo acto de «presencia» es ya oración y, si alguna vez se te pa-
sa todo el tiempo en su «presencia», no has podido hacer mejor
oración.
Puede ayudarte a ello el usar algunas expresiones elegidas de
antemano; por ejemplo:

Salmo 16,11: «Tu presencia me colma de gozo y me hace rebo-


sar de dicha».
/ Samuel3,10: «Habla, Señor, tu siervo escucha».
Rablndranath Tagore: «He venido a sentirte cerca, Señor. Deja
que tus ojos descansen en mis ojos por un momento. Quiero ir
a mi trabajo después de haber experimentado tu compañía de
amigo».

Otras expresiones similares expresan tu deseo de pasar este rato


con Él:

Salmo 63 (62), 1: «Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti suspiro; mi alma


tiene sed de ti, todo mi ser te desea, como un páramo seco, sin
agua».
Salmo 42 (41),2-3: «Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo;
como ansia la cierva corrientes de agua, así mi alma te ansia, oh
Dios».
Salmo 73 (72),23.25: «Siempre quiero estar contigo,tu mano aga-
rra mi mano (...) ¿A quién tengo yo en el cielo, sino a ti? Conti-
go, ¿qué más puedo desear en la tierra?».
Salmo 17(16),6: «Te llamo porque me respondes;inclina tu oído
y escucha mi palabra».

O escucha en silencio cómo Dios te dice:

Isaías 43,4: «No temas, que estoy contigo; te aprecio y eres valio-
so a mis ojos.Te quiero».
Isaías 49,15: «¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar
de querer al hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvide,yo no
te olvido. Mira, llevo tu nombre tatuado en la palma de mis
manos».

21
EN CAMINO CON DIOS

Isaías41,73: «Yo,el Señor,tu Dios,te agarro de la diestra,y te digo:


No temas, yo te ayudaré».

O, simplemente, reposa durante un rato en la presencia cariño-


sa del que te ama de verdad. La Biblia habla de «la tierna mirada de
Dios» sobre nosotros.

2. Reza la plegaria inicial

Puedes repetir despacio la oración que hayal comienzo de cada


sección, que aparece como si fuese parte del título de cada tema.

3. Lee y reflexiona

Ahora que te sientes dentro de un ambiente de oración y se-


guro de la presencia de Dios y de tu deseo de orar, puedes tomar
la idea del día, el punto de arranque. Cada punto sigue la misma
pauta:
— Lee la historia que a veces a m o d o de cuento o parábola
transcribo. Después de leerla, cierra los ojos y deja que tus p e n -
samientos y sentimientos afloren. Habla a Dios de lo que te v e n -
ga a la cabeza y de lo gue te ha tocado el corazón. A veces esto
te será suficiente para pasar todo el tiempo de la oración. Si no,
continúa.
— Explora tu mente: pregúntate y cuestiónate a ti mismo... y
respóndele a Dios, que te está escuchando.
— Despierta tu corazón: recapacita no sólo con la cabeza sino avi-
vando tus sentimientos;y habla de ello con Dios... así,de corazón a
corazón.
— Eleva tu espíritu: sintoniza con la Biblia, Palabra de Dios, que,
no hay duda, elevará tu espíritu: «¿No ardían nuestros corazones
en el camino cuando nos explicaba las Escrituras?» (Lucas 24,32).
— Afina tus sentidos: déjate tocar por el modo como han orado
otros, usando la belleza de la poesía, o un poco de humor, plega-
rias gue expresan sus ideales y anhelos.

22
LA ESTRUCTURA DE ESTE LIBRO

4. Da gracias

No te escapes de la oración cuando se te acaban las ideas y re-


flexiones. Da gracias a Dios por haber estado contigo.Y pídele gue
te ayude para gue pongas en práctica lo que has orado.

5. Despídete

Reza un padrenuestro, una breve oración o una frase que te


guste.También puedes decir ésta:«Concédeme la verdadera liber-
tad para que en todo y en todos pueda amarte y servirte».
Otras veces puedes rezar un avemaria. La Virgen es nuestro mo-
delo a la hora de «escuchar» a Dios y poner en práctica lo que Él
nos dice. Es, además, nuestra madre.También, si te da devoción,
puedes terminar con un «Gloria al Padre».

6. Revisa

Antes de acostarte, o incluso mientras vas a tu trabajo o sales


a pasear, dedica unos minutos a ver cómo te ha ido en la oración
y por qué; quizás se te ocurra algún cambio en el horario, lugar o
método que pueda mejorar tu oración.
Por supuesto, puedes también hacer una revisión más general,
no sólo de la oración sino de todo el día y de tus acciones.

U n a sugerencia

Al final del libro encontrarás unas oraciones para aceptar tu vo-


cación cristiana o la llamada concreta a la que Dios te invita. Desde
luego, la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada, pero t a m -
bién a otros estilos de vida en la Iglesia. En todos ellos puedes d e -
jar, a tu paso, a medida que vas caminando, un aroma de alegría.
Este mundo nuestro, tan materialista y tan sediento de dicha,
necesita mucha gente que demuestre con su vida dónde y cómo
se encuentra la verdadera felicidad y muestre el camino que lleva
a ella.

23
EN CAMINO CON DIOS

Dios mío,
aquí estoy yo
tal como soy.
Dios mío,
aquí estás tú
tal como eres.
Entonces,
¿qué puede
impedirme orar?

Andrew Costello

¡Señor, gracias!
Has mirado mi corazón,
has puesto en mí tu mano,
y me has mostrado el camino.
Entonces me has llamado:
«Ven aparte, ven conmigo».

Por eso, Señor, te pido


verlo todo con tus ojos
y oírlo con tus oídos.
Y de nuevo te suplico
gue me lleves a tu lado
por el camino que andamos
juntos los dos de la mano.

John HalberiM.M.
LA ESTRUCTURA DE ESTE LIBRO

Señor, me asombra tu deseo


de tenerme como compañero,
de tomarme como interlocutor,
de que quieras estar conmigo.
M e asombra ser objeto de tu amor,
pero tú me eliges y me dices
que no te soy indiferente.

Piet Bremen
PRIMERA PARTE

La fuente de la felicidad
LA FUENTE DE LA FELICIDAD
Esquema

1. La presencia amorosa de Dios


1. Manantial
2. Aliento de vida
3.Consolador
4. Amigo
2. Descubrirle
5. Más consciente
6. Más atento
7. Más cerca
8. Más unidos
3. Dios cuida de mí
9. Interviene
10. Me protege
11.Me sostiene
12. Sueña conmigo
4. Respuesta
13. Personal
14.Testimonio
15. Mi vida
16. Los demás
EN UNA PARROQUIA había clase de catecismo cada domingo
después de la misa de los niños. Unos cuantos chicos un poco ma-
yores se propusieron reírse de los pegúenos. Según iban saliendo
de la clase, eligieron a uno gue tenía fama de listo.
Uno de los matones detiene al pequeño y le pregunta,como si
fuera su profesor:

— A ver, ¿gué habéis aprendido hoy en la clase de catecismo?


— P u e s cosas... -dice el pequeño tratando de zafarse.
— ¿ Q u é cosas? -le apremia el mayor.
—Cosas sobre Dios.
— C o n q u e cosas sobre Dios, ¿eh? Mira -el matón saca 50
céntimos del bolsillo-,tedaré esto si me dices dónde se p u e d e
encontrar a ese señor.
El pequeño, que era listo y no sólo de fama, se queda miran-
do los 50 céntimos y,como si se le ocurriese algo de repente,sa-
ca un euro y le dice:

— Y yo te doy esto si me dices donde no se p u e d e encontrar a


Dios.
Se quedaron los bravucones sin saber qué decir. Aprovechando
su aturdimiento, el peque agarró la moneda del burlón y salió co-
rriendo con una gran sonrisa en su cara.

1
31
EN CAMINO CON DIOS

1. LA P R E S E N C I A A M O R O S A DE D I O S

Señor, Dios mío, te anhelo:


tú me hiciste y me creaste
porque tú a mí me querías
y tu amor era muy grande.
Cada vez que yo he sentido
y respondido a tu amor
he notado que tu Vida
me llenaba a rebosar
el corazón y la mente.
Que aprenda a darme más cuenta
y sienta cómo tu Amor,
sin «peros» ni condiciones,
me ha venido sosteniendo
desde mi primer aliento
hasta este mismo momento
queTú mismo me estás dando.

Padre, las cosas que has hecho


me las has proporcionado
para que te viera yo en ellas,
en todas siempre presente,
y así aprendiese a dar gracias
y alabarte para siempre.

Enséñame a usar y emplear


tus incontables regalos
de modo gue ellos me ayuden
a encontrarte y conocerte
y a más y mejor quererte.

32
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

¡Tan atractivos y bellos!


Que su encanto no me engañe
ni los convierta en el foco
de todo mi empeño y afán.
Lo único, Señor, que ansio
y lo único que anhelo
es que seas y te hagas
de mi deseo tú el centro
y el objeto de mi vida:
estar contigo contento.

Que con tu amor y tu gracia


forme mi corazón y mente
tan libres que sepan ver
con mirada indiferente
la realidad y las cosas,
la creación y la gente.

Que no me preocupe tanto


ni me acongoje en exceso
por salud o enfermedad,
por riqueza o por pobreza,
vida corta o vida larga:
que viva yo convencido
de estar seguro en tus manos,
y gue sea más consciente
gue todo cuanto creaste.
Lo que a mí me acontece
y encuentro en mi travesía
es para mí cita tuya,
revelación de tu amor,

33
EN CAMINO CON DIOS

si estoy a tu Presencia atento


en el lugar y el momento.
Ayúdame a elegir y amar
lo que sea mejor siempre:
los seres y las personas
que de ti, Dios, no me alejen,
que hacia ti, Señor, me empujen.

Y que tu Espíritu bueno


esculpa y cincele en mi ser
la imagen de tu Hijo amado
para que lo puedan ver.
Hedwig Lewis

34
1
Manantial

I IACE MUCHO TIEMPO vivía un montañés en uno de los tupidos


bosques del norte de la India. Muy pocos lo habían visto, pero era
conocido por todos como «el guardián de la fuente». Nadie recor-
daba quién lo había contratado ni desde cuándo, pero el Ayunta-
miento seguía dedicándole un pequeño salario para que conserva-
se limpios todos los conductos del agua.
Siempre discreto y casi nunca visto, pero con fidelidad y regula-
ridad asidua, patrullaba las colinas, recogía las hojas y ramas caídas,
limpiaba todo lo que hubiera taponado o contaminado la corrien-
te límpida de agua.
El pueblo fue transformándose en una atracción turística. Gra-
cias al agua. Los lugareños hicieron un pequeño estanque; pececi-
Ilos y patos lo alegraban.Con el agua comenzaron a regar huertos
y jardines. Se abrió un balneario. Algunos más emprendedores
construyeron unos molinos,a cuyas ruedas daba movimiento y vi-
da el agua.
Pasaron los años. Un día en el pleno del Ayuntamiento un con-
cejal descubrió en los presupuestos la partida del salario de un
«guardián de la fuente».
— ¿ Y quién es ése?
— L a s personas mayores hablan de él.

35
i
EN CAMINO CON DIOS

— P e r o ¿alguien le ha visto últimamente?


— S e habrá muerto ya el buen viejo.
Y, sin pensarlo más, se decidió por unanimidad borrarlo de los
presupuestos. Nada ocurrió o se notó durante algunas semanas. Pe-
ro las ruedas de los molinos se atascaban y giraban torpemente: no
caía suficiente agua. Una tarde un turista vino al Ayuntamiento que-
jándose de que el agua tenía un sabor muy raro. Pocos días después
la corriente aparecía turbia. Más tarde, una fina película de color po-
co atrayente cubría la superficie.Y llegó el día en que todos se tapa-
ban las narices al pasar cerca del curso del agua. Los pájaros fueron
desapareciendo... y también los turistas.Y por todo el pueblo fue
extendiéndose una atmósfera pesada y nociva.
El abochornado concejo municipal se reunió en sesión espe-
cial. Se habían dado cuenta de su error. Volvieron a emplear al vie-
jo guardián de la fuente. Y en pocos días el agua empezó a acla-
rarse, las ruedas volvieron a rodar, y de nuevo la vida alegre y
próspera retornó al pequeño pueblo de la colina.

Explora t u m e n t e

— ¿Te ha hecho esta historia pensar en la presencia casi oculta


de Dios en el mundo?
— ¿Reconoces a Dios como el manantial, la fuente de la vida y,
a la vez, como su guardián?
— ¿Has pensado gue,aungue no vemos su mano,Él cuida con
cariño de sus «criaturas», especialmente de su «obra maestra»: la
persona, reflejo de su imagen?
— ¿Has experimentado de alguna manera que Dios está real-
mente comprometido y «metido» en tu vida?
— ¿Has reflexionado que, sin ese cuidado oculto de Dios, tu
fuente de vida interior se iría poco a poco c e g a n d o y acabaría
secándose?

36
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

— Dios es el manantial, el origen de toda vida, de la Vida: «Me


mostró un río de aguo viva, brillante como cristal, que brotaba del tro-
no de Dios y del cordero y fluía por medio de las calles de la ciudad»
(Apocalipsis 22,1-2).
La vida que Dios nos da brota de su propio manantial: Él es la
única fuente de la que todo fIuye;y sin su presencia y actividad na-
da podría florecer y aun subsistir. «Se nutren de la abundancia de tu
casa, les das a beber del torrente de tus delicias, porque en ti está la
fuente viva...» (Salmo 36,9-10).

De ti, Dios, vengo,


a ti, mi Señor, voy:
Me gusta la fuente
que me hace ser lo que soy.
G.M. Hopkins

— Haz aquí una pausa, entra en tu corazón.


— Imagina el curso de esa fuente de la vida y el amor.
— Visualiza arroyos de amor que brotan de tu corazón, que
llenan tus venas y arterias, que recorren todo tu cuerpo.
— Visualiza ese río que se desborda y sale de ti hacia el m u n -
do entero.
— Mira c ó m o lleva frescor y paz a tantos que están cansados
y agobiados.
— Mira cómo alimenta y nutre a tantos sedientos de amor y
cariño.
— C o n t e m p l a cómo anega aflicciones y pesares.
— C o n t e m p l a cómo llenan sus recipientes y se llevan a casa
esa agua tan preciada para dársela a otros gue la necesitan.
— Escucha a Jesús, gue hoy te dice lo gue aquel día a la m u -
jer junto al pozo: «Quien beba del agua queyo le daré no tendrá sed
y el agua queyo le daré se convertirá dentro de él en manantial que
brota dando vida eterna» (Juan 4,14). O aquello que afirmó el día

37
EN CAMINO CON DIOS

más solemne de la fiesta: «Quien crea en mí, que beba,y de sus en-
trañas manarán ríos de agua viva» (Juan 7,38).
— S i e n t e cómo la vida y el cariño de Dios te invaden, llenán-
dote con la simple alegría de estar vivo.

Eleva t u espíritu

— Reflexiona en Dios siempre presente y activo,día y noche:«El


Señor ha hecho el sol para iluminar el día, la luna y las estrellas para
iluminar la noche» (Jeremías 31,35).
— Lee en el libro del Eclesiástico:43,2 y siguientes.
— Reza el salmo 104 (103), que tan poéticamente alaba a Dios
por la creación.
— Repite durante el día, como un «mantra» o estribillo, la frase
del libro de los Hechos 17,8: «En Él vivimos, nos movemos y existi-
mos».
— Lee despacio Isaías 40,26-31: «Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿quién creó todo eso? El que a cada uno llama por su nombre. ¿Acaso
no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno y creó los
confines del orbe. No se cansa, no se fatiga. Él da fuerza al cansado y
vigor al inválido».
— Salmo 42 (41): «Como ansia la cierva corrientes de agua, así mi
alma te ansia, oh Dios. Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo podré ver el rostro de Dios?».

Afina tus sentidos

Menos mal que el Dios potente,


el buen Guardián de la Fuente,
de huelga no se ha marchado
por lo mal que lo han tratado:
las «gracias» gue nadie ha dado
y el salario que han olvidado.

38
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

¿Y si un día se cansara,
y nos dijera: ¡ya basta!,
porque ha tenido bastante
y su paciencia se gasta?

«Le daré órdenes al sol


para que no dé salud,
y a la luna y las estrellas:
No brilléis ni deis más luz;
los océanos, vacíos
y el mar inmenso, reseco.

«Y para hacerlo más duro


quitaré oxígeno y viento
y no exhalaré aire puro
hasta matar todo aliento.»

Seamos justos y claros:


tendría Dios la razón.
De nadie hemos abusado
como hemos hecho con Dios.

Y sin embargo, Él prosigue


derramando sus favores,
sin fin y gratis trabaja
dando vida y dando flores.

Exigimos mejor trato


o a la huelga nos echamos.
Pero con todo lo que ha hecho
¿al buen Dios cómo tratamos?

39
EN CAMINO CON DIOS

Con todo lo que Él ha dado


y nosotros le debemos
¿cómo lo hemos tratado
si es suyo cuanto tenemos?

No nos Importa quién caiga


si de todo siempre hubiera,
y a mí me trae sin penas
si lo que quiero tuviera,
pero... ¡menudo revuelo
si en huelga Dios se pusiera!

«En Él, por Él y para Él existe todo.


A Él la gloria por los siglos. Amén»
(Romanos 11,36)
2
Aliento de vida

I IABÍA UNA PEQUEÑA iglesia, famosa por sus conciertos


anuales de órgano. Éste era un modelo muy antiguo, con unos
grandes fuelles escondidos detrás del coro, que tenían que ser
accionados a mano.
Un año un famoso organista aceptó venir al concierto. La pri-
mera parte de su actuación fue impresionante.
En el intermedio, el organista se retiró detrás del coro para des-
cansar. El operador de los fuelles estaba fumando su pipa reclina-
do en la ventana abierta. Cuando vio al músico le saludó efusiva-
mente y añadió:

— ¡ Q u é concierto tan estupendo les estamos dando este año!


El afamado organista, importunado por la actitud presuntuosa
del operador, contestó en un tono seco:
— ¿ Q u é quiere usted decir con «estamos»? Aquí el que da el
concierto soy yo -y salió a continuar con el programa.
Iba a interpretar una composición del propio organista,que ha-
bía preparado precisamente para esta ocasión. Una vez se hubo
sentado el público, con un gesto y dramatismo solemnes golpeó
con fuerza el teclado. No pasó nada. Desconcertado, volvió a apre-
tar las teclas. De nuevo, ni el más leve sonido. Después de una pau-

41
EN CAMINO CON DIOS

sa embarazosa, entendió por fin la causa. Se levantó, hizo señas de


que continuaran sentados y corrió a la parte posterior. El operador
estaba todavía reclinado en la ventana fumando plácidamente su
pipa.
— ¿ C ó m o se llama usted? -preguntó en tono conciliador el or-
ganista.
— D a n n y -respondió el operador del fuelle.
—Tenía usted razón, Danny. Estábamos dándoles un buen c o n -
cierto.
Danny le guiñó el ojo con una sonrisa.
Cuando el organista volvió a sentarse y acarició las teclas, sonó
vibrante el órgano.
Al acabar, tras un aplauso atronador y una ovación prolongada,
el organista se acercó al micrófono y anunció:
—Dedico esta composición a Danny, la persona que acciona los
fuelles y sin la cual no hubiera podido interpretarla para ustedes.

Explora t u m e n t e

— ¿Eres consciente de que es Dios quien sopla en ti «el aliento


de la vida» (Génesis 2,7)1
— ¿Crees -e incluso lo has experimentado- que es Dios el que
inspira todos tus esfuerzos?
— ¿Has pensado que solamente con Dios es posible alcanzar tu
plenitud?
— ¿Te has parado a reflexionar en las decenas de manos que
cada día se ponen en movimiento para hacer tu vida más fácil y
más agradable? ¿Has pensado que todos ellas son, aun sin saber-
lo a veces, colaboradoras de Dios?
— ¿Aceptas de corazón que,en el camino de la vida,todos,como
cooperadores de Dios, tenemos que ocuparnos y preocuparnos de
los demás?
— ¿Ayudas y contribuyes tú,escondidamente tal vez,al bien de
los demás?

42
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

Vivimos gracias a la vida que Dios nos ha dado. Pensamos y sen-


timos gracias a la mente y al corazón que Él nos ha proporcionado.
Somos capaces de «crear» e «inventar» gracias al cerebro de que nos
ha dotado. La humanidad ha recorrido un largo camino de progreso
y de conquistas porque Él ha estado detrás de lo mejor de la historia.
Pero a Él no le gusta el protagonismo,el figurar,el ocupar la pri-
mera plana. Prefiere la discreción y el incógnito. Busca la colabora-
ción de todos los miembros de la familia humana para hacer avan-
zar este mundo.Trabaja en la oscuridad, como aquel operador del
fuelle, insuflando en cada uno de nosotros la energía vital que ne-
cesitamos para actuar y progresar. Le gusta que participemos con
él en esa tarea,que seamos «co-creadores» y artífices de la historia.
Samuel Morse, respondiendo a un amigo, le confesó: «Cuando
me adulan y lisonjean, o me halagan con honores por la invención
que lleva mi nombre, nunca he pensado gue los merecía.Si he e n -
contrado una aplicación valiosa de la electricidad, no ha sido por
ser superior a otros sino,simplemente, porque Dios,que quería es-
to para la humanidad, lo tenía que manifestar a alguien, y tuvo a
bien revelármelo a mí».
A lo largo de todas las edades ha habido gente que ha usado
los talentos que Dios le ha dado para ayudar al desarrollo de la ci-
vilización, para explorar las profundidades de los mares o los espa-
cios siderales, para sondear incluso el subconsciente.Y así ha sido
posible que la humanidad caminase hacia esa felicidad que todos
buscamos.

Coloca la mano sobre tu corazón


Siente sus latidos. Es como si un fuelle insuflase «vida» en ca-
da fibra de tu ser. Recibe y, luego, ofrece tu corazón y tu vida a
Dios,fuente y «fuelle» de tu ser. Promete usar tus talentos para el
servicio de su reino.
Párate de vez en cuando a experimentar el aliento de Dios que
llena tu corazón. Su contacto y proximidad no te dejan igual. Co-

43
EN CAMINO CON DIOS

munica vitalidad y vigor. El poder de esa vida que bulle dentro de


ti te trae una alegría indescriptible y te empuja a hacer felices t a m -
bién a los demás.

Eleva t u espíritu

— «Toda dádiva buena y todo don perfecto procede de Dios, del


Padre de todo (Santiago 1,17).»
— Medita el salmo 16 (15): «Protégeme, Dios mío, que me refugio
en ti. Tú eres mi dueño, no tengo bien fuera de ti».
— Lee el salmo 8 o Romanos 12,1 -8.
— Reza con las palabras del salmo 139 (138), 13-18: «Tú me has
creado, me has tejido en el seno materno».
— «Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los que la
construyen. SI el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centi-
nelas. En vano os levantáis temprano y os acostáis tarde los que co-
méis el pan con fatiga. ¡Se lo da a sus amigos mientras duermen!»
(Salmo 127).
—«Ya que sois hijos queridos de Dios, imitadlo en lo posible;proce-
ded con amor» (Efesios 5,1).
— «Cada uno, como buen administrador de las muchas dádivas
de Dios, debe usar para el bien de los demás los dones de Él recibidos»
(1 Pedro 4,10).

Afina tus sentidos

Tan sucio y destartalado,


tan viejo y raspado estaba,
gue nadie se imaginaba
de dónde habría salido
aquel violín olvidado,
y cómo habría llegado
a ser puesto en tal subasta.

44
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

¿Cuál es la puesta primera?,


preguntó el subastador.
¿Quién comenzará la puja?
¿Un solo dólar ofrecen?
¿Quién da más? ¿Aquel señor?
¿Tres dólares y adjudicado?
¿No habrá propuesta mejor?

«Un momento», desde atrás


se oyó al anciano gritar,
y, ante todas las miradas,
el violín pide tocar.

El polvo limpia con mimo,


las cuerdas tensa con tiento,
el arco pulsa vibrante,
con el dedo,pizzicato,
y con cariño y esmero
rasga un sonido sonoro
-de los ángeles, un coro-
penetrante, dulce, bello.

Entre el silencio y arrobo,


el hechizo y el encanto,
hay que seguir la subasta:
¿Cuánto se puja y estima
el viejo violín de pasta?
¿Mil dólares han dicho arriba?
¿Dos mil... cinco mil arrastra?

Aplauden, lloran algunos,


asombrados otros callan.
¿Por g u é ha cambiado su precio
en tan sólo unos momentos?

45
EN CAMINO CON DIOS

Lo que ha cambiado su suerte


es el «toque» de un maestro.

Y vidas desafinadas,
olvidadas y empolvadas,
rotas por culpa o pecado
se dejan en el mercado
como indignas,despreciadas.

Pero viene el gran maestro,


el Dios bueno,y amor grande,
y con cariño y con mimo
descubre allí la belleza,
el fiel precio y la grandeza
de cada hombre perdido,
-su hijo tan bien guerido-,
de cada alma que ha hecho
obra suya de maestro.

Myra B. Welch

«Somos colaboradores de Dios»


(1 Corintios 3,9)

46
3
Consolador

c
OÑE QUE IBA yo andando por la playa acompañado de Dios.
Y, como por ensalmo, las nubes claras del cielo comenzaron a re-
presentar mi vida,y cada escena se reflejaba en la arena como dos
pares de huellas; unas eran de mis pies, las otras del Señor.
Cuando la última escena se desvanecía en las nubes, miré las hue-
llas en la playa. No lo había notado en mi ensoñación: no siempre ha-
bía dos pares de pies. Precisamente en los momentos más difíciles de
mi vida, cuando yo me había sentido desalentado y solo, había un
par de huellas únicamente.
M e quejé al Señor:

—Señor, tú me habías prometido que, si te seguía, siempre es-


tarías a mi lado en el camino. Pero ¿lo has visto? En los tiempos d u -
ros de mi vida, sólo hay un par de huellas. No puedo creer que me
hayas abandonado cuando yo más te necesitaba.
El Señor me respondió:
—¿Te has fijado bien en las huellas? Yo nunca te abandono. En
aquellos momentos de prueba y de sufrimiento, te llevaba yo so-
bre mis hombros: son mías las huellas de la arena. Por eso son más
hondas.

47
EN CAMINO CON DIOS

Explora t u m e n t e

— ¿Has experimentado la presencia de Dios consolándote y dán-


dote fuerzas en las horas «malas»,en los momentos de sufrimiento y
de prueba?
— ¿Recuerdas alguna vez en la que sentiste una fuerza interior
superior a tu propia capacidad?
— ¿Reconociste y agradeciste el apoyo del Señor que te auxi-
liaba?
— ¿Deseas la mano consoladora de Dios;o te resistes e incluso
te rebelas?
— Como cooperador de Dios, ¿echas una mano a los demás:
un gesto amable, un abrazo cariñoso, un consuelo sincero, una
simple presencia que alegra y sana?

Despierta t u corazón

Cada vez gue leas el cuento de las huellas en la arena, te sentirás


animado. Es reconfortante saber que el cariño de Dios es todavía
más real y fuerte cuando nos sentimos débiles y desolados,cuando
estamos cansados en el camino. Es lo que el poeta llama «el viento
bajo las alas», que nos anima y nos hace remontar cuando nos sen-
timos abatidos.
El profeta Isaías plasma el mensaje de Dios en expresiones muy
bellas: «No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú
eres mío. Cuando cruces las aguas caudalosas, yo estaré contigo, la co-
rriente no te anegará; cuando pases por el fuego, la llama no te abrasa-
rá. .. porque te aprecio y eres valioso para mí y yo te quiero... no temas,
que contigo estoy (...) Como un niño a quien su madre consuela, asios
consolaré yo» (Isaías 43,1 -5 y 66,13).
El profeta Oseas insiste en lo mismo con palabras semejan-
tes: «Yo te enseñé a andar, te cargaba en mis brazos. Y tú no te da-
bas cuenta, ni reparabas en ello. Te ataba a mí con lazos de amor,
con amarras de cariño, te alzaba hasta mi rostro y te daba besos en
tu mejilla» (Oseas 11,3-4).

48
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Los salmos lo repiten una y otra vez: el Señor consuela y da


fuerza a los que confían en Él: «La mirada del Señor no se aparta de
sus fieles, que esperan en su misericordia, para librar su vida de la
muerte y mantenerlos en tiempo de hambre (...) Este pobre clamó al
Señor y Él lo salvó de todos sus peligros. Gustad y ved qué bueno es el
Señor, dichosos los que se acogen a Él (...) El Señor está cerca de los
atribulados y salva a los abatidos» (Salmos 33 (32) y 34 (33) y otros
muchos).
Detente y escucha los «ecos» de esos mensajes en tu vida y
en tu relación con Dios.Siente su calory su consuelo,que hacen
tu vida más segura y más feliz.
Pero, aun en aflicción, no debemos olvidar lo que nos recuerda
la segunda carta a los Corintios (1,3-4): «El Dios de todo consuelo
nos conforta en cualquier tribulación, para que nosotros, en virtud del
alivio que recibimos de Dios, consolemos a los que pasan cualquier tri-
bulación»: la alegría y apoyo que recibimos de Dios hay que darlos
también a los demás.

Eleva t u espíritu

— Ora con el salmo 145 (144): «Te ensalzaré, Dios mío, bendeci-
ré tu nombre por siempre jamás (...) El Señor es tierno y compasivo,
paciente y misericordioso. El Señor es bueno con todos, se compade-
ce de todas sus criaturas».
— Saborea estas palabras de la carta a los Romanos (8,31-39):
«Ni muerte ni vida, ni presente ni futuro, ni criatura alguna nos podrá
separar del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús».
— Con el corazón roto por la tristeza Jesús llora sobre Jerusa-
lén: «¡Cuántas veces intenté reunir a tus hijos, como la gallina reúne a
sus polluelos bajo las alas,yos resististeis!» (Lucas 13,4).
— «Cuando se multiplican mis preocupaciones, tus consuelos cal-
man mi ánimo; cuando tropieza mi pie, tú, Señor, me sostienes» (Sa I mo
94 (93), 18-19).

49
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

Vals del camino

Déjame, Señor, poner


sobre tus huellas mis pies
porque en el camino
ya me voy cansando
y hacerlo cantando
alivia mi afán.
A tu mismo paso
con el mismo vaso
de tu mismo vino
con el mismo pan.

Y si al fin
yo me canso, Señor, y te nombro,
me acercas el hombro,
me llevas sobre él.
Tú soportas mi carga ligera,
mi cruz de madera,
mi vaso de hiél.
Déjame, Señor, poner
sobre tus huellas mis pies.

José Luis Blanco Vega, S.J.

«Descargad en Dios
vuestros afanes y agobios,
que él se preocupa por vosotros»
(1 Pedro 5,7)

Revisión: dedica unos minutos a ver cómo te ha ido en la oración y por


qué. Puedes también hacer una revisión más general, no sólo de la ora-
ción sino de todo tu día y tus obras.

50
Amigo

EN EL PERIÓDICO de la archidlócesls de Bombay, The Examiner,


el 23 de enero de 1999,el padre R.FIalho presentó la «historia de la
vocación» d e los que iban a ser ordenados sacerdotes. Éste es un
extracto de lo que contaba Eric Fernandes.
«Podéis calificarme como un rebelde, un Acuario. Cuestionaba
todo lo que fuese tradicional y ordinario. M e resistía a cualquier
molde que me hiciese uno más de esta sociedad. Llegué a creer-
me que tenía respuesta para todo y que el hombre podía codear-
se con Dios. No me hacía falta éste, dejé la Iglesia, me metí en sec-
tas, probé otras religiones y, como se dice, cené a menudo con el
diablo. M e encontraba pletórico,todo me iba bien.
»Pero, c o m o ocurre con las drogas y estimulantes, cuando la
euforia se esfuma, la depresión se apodera de uno. Procuré rode-
arme de amigos, pero me sentía solo... Una a una fueron apa-
gándose todas las luces y me vi, de pronto, sumergido en la os-
curidad... y solo, muy solo y asustado.
»Comencé a rezar. Me uní a un grupo de oración.Y para enton-
ces ya sabía exactamente lo que quería hacer en la vida: ser un
amigo, un compañero para los que se sienten solos,amar a los que
no han encontrado cariño, tender mi mano a los que no habían si-
do tocados todavía por la gracia de descubrir un Dios maravilloso,

51
EN CAMINO CON DIOS

un Dios que te quiere, que es tu amigo pase io que pase, que te


acompaña siempre.»

Explora t u m e n t e

— Sin duda haces el bien muchas veces, pero ¿sientes que lo


practicas en la compañía y con la ayuda de Dios?
— ¿Dejas algún hueco,abres una puerta o un resquicio,acoges
la «iniciativa divina» en tu vida?
— ¿Cuáles son tus intenciones y motivos al obrar el bien? ¿Lo
haces por motivos interesados? ¿Para ganarte el cielo o apuntarte
un tanto ante Dios? ¿O para que haya un poco más de cielo en la
tierra?

Despierta t u corazón

Quizás hayas oído la frase «La grada se apoya en la naturaleza».


Dios te ha dado unos talentos naturales, una personalidad, un t e m -
peramento, un carácter. Su «gracia» añade por así decir el poder de
Dios a tus esfuerzos, hace que tu potencial humano se desarrolle
más plenamente y en la dirección debida. Aunque, como persona
libre, también puedes negarte a colaborar con ella.
— Una antigua obra sobre El arte de orar, de la tradición orto-
doxa, explica así eso de que «la gracia no cambia la naturaleza»:

El Señor conoce nuestra necesidad y nuestro empeño, y se ade-


lanta a socorrernos. Nos ayuda y nos fortalece como quien sumi-
nistra a un soldado armas y pertrechos para el combate. Pero el
peligro reside en creer que uno puede conseguir la victoria por sí
solo. En ese caso, nos sobreviene la derrota más completa.
Debe uno caer en la cuenta de cuan impotente es dejado a sí
mismo. El que se pone con humildad en sus manos, atrae a Dios
y se hace fuerte con su poder. Entonces la gracia transforma esa
nada en la plenitud más colmada.
Sin embargo, aunque esperemos todo de Dios y nada de noso-
tros mismos, debemos poner de nuestra parte toda la carne en

52
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

el asador. Su gracia está siempre en nosotros, pero actúa sola-


mente si damos el primer paso, dejando que su poder fortalez-
ca nuestra impotencia.

Cooperar con la acción de Dios es otro requisito fundamental


para alcanzar felicidad en la vida, y más todavía para ser capaces
de esparcirla entre tantos como la necesitan.

Eleva tu espíritu

— Dios es muy generoso cuando te muestras, a tu vez, des-


prendido: «Cuando deis, recibiréis una medida generosa, apretada,
colmada, rebosante» (Lucas 6,38).
— Lee la parábola de los talentos en Mateo 25,14-30: «Al que
tiene, se le dará...».
— Cuando San Pablo imploró tres veces gue Dios le librase de
aquella congoja que le agobiaba, la respuesta fue: «Te basta mi gra-
cia; en la debilidad se muestra más mi poder» (2 Corintios 12,9).
— «Soy lo que soy gracias a Dios. Su gracia en mino ha resultado
vana. He trabajado más gue nadie, pero no he sido realmente yo, sino
la gracia de Dios conmigo» (1 Corintios 15,10).
— «Dios resiste al soberbio pero da su gracia al humilde» (Carta de
Santiago 4,10).
— «No digas en tu corazón: "Mi propia fuerza y el poder de mi ma-
no me han granjeado esta prosperidad", sino acuérdate de tu Dios, que
es quien te ha concedido vivir en la abundancia y el bienestar» (Deu-
teronomio 8,17).

Afina tus sentidos

«Yo sólo sé que era ciego y ahora veo»


(Juan 9,25).

53
EN CAMINO CON DIOS

¡Sublime gracia de Dios


que a un pecador salvó!
¡Dulce la voz que sanó
a un cuitado como yo!
Ciego era, mas veo hoy,
perdido estaba y Él me encontró.

Su gracia me enseñó a temer


y del temor me sacó su gracia.
¡Qué preciosa se me hacía:
que, de no creer, creía!

En peligros y aflicciones
su gracia sublime me libró;
en trabajos, trampas y engaños
mis dudas siempre ahuyentó.
Seguro hasta aguí me ha guiado
y me llevará a casa su amor.
Y cuando allí por mil siglos,
brillando cual brilla el sol,
sus glorias esté aclamando
cantaré a su gran amor
gue de balde me salvó.

(Amazing Grace de John Newton)

Dios tiene más deseos


de regalarnos sus bendiciones
que nosotros de recibirlas
(San Agustín).

S4
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

2. D E S C U B R I R L E

Señor, mi compañero y amigo,


tu presencia me llena de alegría.
Mi único y ardiente deseo
durante este rato de oración
es dirigir todos mis esfuerzos
-sean físicos o mentales-
a tu mayor gloria.

Padre bueno,
guiero que tú seas
el centro de mi ser.
Acrecienta en míese deseo
para que esté totalmente unido
a ti, mi Creador y Señor,
en todo tiempo y lugar.

Quiero alabarte y cantarte,


darte honor y darte gloria
todos los días gue viva.
Aumenta mi espíritu de generosidad:
dame un corazón muy grande
para ofrecerte con gusto
todo lo gue soy y tengo;
y que puedas hacer de mí uso
como a ti mejor te parezca.
EN CAMINO CON DIOS

Y hazme capaz y hazme libre


para que dispongas
de mí como quisieres
en todas las cosas y sitios,
y así en todo pueda servir y amar
a tu divina majestad.

Hedwig Lewis, S.J.

56
5
Más consciente

A
í\ PESAR DE sus preciosos 18 años, Amanda tenía una disca-
pacidad mental no muy grande, pero lo suficiente como para que
ella fuera muy simple e inocente... y sin complejos.
Un día se le ocurrió escribir una carta a Dios. Eligió el papel y el
sobre que más le gustaron, y escribió simplemente: «Te quiero».
Dobló el papel, lo metió en el sobre y puso las señas: Sr. D. Dios To-
dopoderoso, Calle del Paraíso, 00000 Cielo.
No puso remite porque, a pesar de su candor, sospechaba que,
si alguien lo leía, se reiría de ella. Pero de una cosa estaba segura:
con remite o sin él, recibiría respuesta.
Pasaron días y semanas y, al pasar todo un mes, Amanda deci-
dió consultar a un anciano sacerdote de la parroquia.
— H a s de tener paciencia. No es que Dios esté muy ocupado...
Es que es un amante muy tímido, ¿sabes?, un poco vergonzoso.
Amanda decidió esperar cuanto hiciera falta; pero, a pesar de
sus mejores propósitos, empezaba a impacientarse.
Un día habían ido de paseo. Amanda se sentó en una piedra a
la orilla del riachuelo y, con un palo, pegaba distraídamente en el
agua. De repente un pez asomó la cabeza y, al volver a meterse
en el agua, hizo cuatro burbujas,exactamente cuatro,y de distin-
to tamaño. Pero lo extraordinario fue gue a Amanda le pareció

57
EN CAMINO CON DIOS

oír claramente cómo una palabra salía de cada burbuja: «yo-tam-


b¡én-te-quiero». ¡Dios le estaba contestando su carta!
Después de este Incidente Amanda amaestró su oído para es-
cuchar a la naturaleza, y oía las cuatro palabras, «yo también te quie-
ro», en el susurro de la brisa, el cuchicheo de los árboles y, por su-
puesto, los trinos de los pajarillos. Luego comenzó a ver cómo
incluso el cielo escribía la respuesta en nubes, «yo también te quie-
ro». Y pronto era todo, todo a su alrededor, lo que le traía las cartas
del Amante tímido.

(Resumen deTheShy Loverde Nil Guillemette,SJ.)

Explora t u m e n t e

— ¿Cómo y con qué frecuencia te pones en contacto con


Dios?
— ¿Te contesta Dios? ¿Dónde encuentras sus respuestas?
— ¿Hay algo que ves cada día -cosas, lugares, gente- gue te
«habla» del amor que Dios te tiene?
— ¿Tratas de hacerte cada vez más y más consciente de la pre-
sencia de Dios y de su preocupación constante por lo que pasa en
tu vida?

Despierta t u corazón

El descubrir la presencia de Dios en ti y en tu entorno es n e -


cesario para desarrollar esa especial sensibilidad que nos permi-
te percibir «el paso» de Dios, es decir, las innumerables formas
de las que Dios se vale para entrar en tu vida y consciencia. Si te
limitas a lo q u e suele decirse, a lo que estamos acostumbrados
a pensar sobre d ó n d e está Dios (en las iglesias, la oración, etc.),
dejarás de reconocerlo muchas veces.
Procura permanecer atento, abierto y expectante, porque Dios
nos sorprende con su presencia en los lugares y momentos más
inesperados. Así se acrecienta tu sensibilidad para captar su «paso».

58
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

«Todas las cosas están repletas de Dios, y si sabemos usarlas, se


iluminan, se encienden, cantan y nos hablan de Él» (G.M. Hopkins
en uno de sus sermones).
— El papa Pablo VI comentaba: «Un mecánico al desarrollar un
nuevo Invento exclama con satisfacción: "Lo he conseguido, es mío"
Pero debería añadir todavía con más satisfacción: "He descubierto
más de lo gue he inventado; el hacer esto ha sido para mí un encuen-
tro inesperado con Dios"Eu el pasado la Naturaleza era la interme-
diarla entre Dios y la persona. ¿Por qué no hablar de la ciencia y la
tecnología como nuevas formas de encontrar a Dios?».
A medida que nos hacemos más conscientes de la presencia
de Dios en todo, nos parece también más claro para qué ha sido
todo creado: para que seamos felices con Dios siempre.

Eleva t u espíritu

— Lee despacio todo el salmo 139 (138), 7-9: «¿Adonde huiré de


tu presencia? Si escalo al cielo, allí estás tú; si bajo al abismo, ahí estás.
Si vuelo con alas hasta donde nace la aurora, allí tu mano se posa en
mi hombro...».
— «Desde la creación del mundo, el poder de Dios y su divinidad
eterna, a pesar de su condición invisible, se hacen asequibles por me-
dio de las criaturas» (Romanos 1,20).
— También Sabiduría 13,1 -9. Pablo emplea la misma argumen-
tación en Hechos 17,22-28.

Afina tus sentidos

Mil gracias derramando


pasó por estos sotos con presura
y yéndolos mirando,
con sólo su figura,
vestidos los dejó de su hermosura.

San Juan de la Cruz

59
EN CAMINO CON DIOS

Estaba barriendo mi cuarto


cuando descubrí a Dios.
Lo había buscado antes muchas veces,
arriba, abajo, en la entrada,
en la alcoba de mi ama,
pero nunca donde por fin lo encontré
-¡el último lugar donde buscarlo!-.

No creáis que así, sin más,


voy a contaros dónde lo hallé:
a mí me costó más de cuarenta años,
¿por qué os lo iba a poner fácil?
Un poco de paciencia,
al menos,dos líneas más.

A ver, que me he perdido.


¿Por dónde andábamos?
Ah, sí,en mi aposento
descubriendo a Dios.
Pues bien, ¿dónde creéis que estaba?
Estoy segura: nunca lo acertaríais.
Estaba siempre en el mismo sitio:
¡en mí! Parece de chiste, ¿no?
No creería que las faenas de casa
fueran el sitio o tiempo apropiado.
¿Podéis imaginarlo?
Yo yendo de aquí para allá,
con Dios dentro de mí todo el rato.

Luego fui al supermercado


y me encontré con varias amigas,
pero no lo notaron. Ni palabra.
Bueno, creo que así fue mejor.

60
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

I Al fin y al cabo tampoco ellas


se lo Iban a creer.

Brenda Rogers

«Si me digo:"me esconderé bajo tierra,


cerraré todas las puertas,
apagaré todas las luces"
en lo más recóndito no me abandonas,
no necesitas luz para verme,
ningún cerrojo te cierra el paso».
(Salmo 139 (138), 11-12)

61
6
Más atento

F
I N LA INDIA los «sadhus» son gente que lo ha dejado todo
para dedicarse a la meditación y al ascetismo. Por comodidad al
protagonista de la siguiente historia lo llamamos «monje».
Había un monje hindú llamado Corda, gran devoto del dios
Krisna. Era tal su fervor que llegó a convencerse de que en el a n -
cho mundo no existía nadie tan devoto como él.
Como no lo hacía por soberbia sino con toda ingenuidad, el
bondadosísimo Krisna quiso poner los puntos sobre las íes y darle
una buena lección al presunto santo.
Una mañana, mientras su devoto estaba enfrascado en una
meditación piadosa, Krisna le habló con dulzura:

—Corda, mi fiel siervo, voy a premiar tu celo.Quiero que vayas a


tal poblado en la orilla izquierda del sagrado río Ganges. Allí e n -
contrarás a u n labrador, que es también mi devoto. Pídele que te
acoja en su cabana por un tiempo. Será para ti una grata expe-
riencia y un don inmenso.
Como era de esperar, Corda no perdió un solo minuto, cruzó el
río y buscó al labrador en el pueblo.Que un monje se hospede en
tu casa es la bendición más soñada por la gente sencilla y devota.
Todo cuanto había en el chamizo fue puesto a su disposición.

63
EN CAMINO CON DIOS

Él, por su parte, no quería perderse el mínimo detalle de la expe-


riencia que Krisna le había prometido. Se dedicó a observar atenta-
mente al labrador y sus devociones. Pero cada día se quedaba más
confuso: al levantarse por la mañana, el campesino se detenía un
momento delante del cuadro ya viejo y sucio de Krisna y, uniendo
sus dos manos delante de su cabeza, decía: «Alabado sea Krisna».
Tomaba entonces el arado o el azadón, y no volvía hasta la tar-
de. Al ir a acostarse, volvía a pararse frente al cuadro y repetía de
nuevo: «Alabado sea Krisna». Y se dormía.
Pasaron varios días y no variaba el ritual. Corda comenzó a d u -
dar si sería aquél el labrador señalado.
—Señor -preguntó Corda después de bendecir el pequeño cua-
dro de Krisna con las barritas de incienso-,este labrador está inmer-
so todo el día en ocupaciones mundanas. ¿Dónde está su devoción
tan probada?
Krisna le Instruyó de nuevo:
—Llena un tazón hasta los bordes con leche fresca y llévalo
hasta mi templo a las afueras del pueblo.
Corda respondió con la prontitud y entusiasmo de siempre. Al
llegar al templo, y antes de gue comenzara a ungir la estatua con
leche, oyó de nuevo la voz de su Señor:
—Mientras traías la taza por medio del pueblo, ¿cuántas veces
pensaste en mí y me adoraste?
—Señor, estaba tan preocupado con tu mandato, procurando
que no se cayese una gota, gue no pensé en otra cosa.
—Corda, siervo mío, estabas tan concentrado en tu tarea que
me olvidaste por completo. Aprende de ese campesino. Está tan
preocupado con mantener a su familia y trabajar en sus campos y,
sin embargo, me recuerda dos veces al día.

Explora t u m e n t e

— Tu vida, relaciones, ideas, ocupaciones y descanso ¿tienen al-


guna referencia a Dios? ¿Estás atento a su presencia?

64
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

— Las decisiones que tomas a diario, los compromisos que asu-


mes ¿se basan en valores llamémoslos espirituales?
— ¿Has pensado alguna vez cuáles son las causas de tus dis-
tracciones en la oración? ¿Has hecho algo por solucionarlo?
— ¿Crees que podrías encontrar alguna manera de «orar», de
estar con Dios durante todo el día, sin descuidar tus tareas pero
más alerta a su presencia?
— ¿Recuerdas alguna experiencia de presencia de Dios en tu
quehacer diario? ¿Ha sido algo excepcional o la has tenido más
veces?

Despierta t u corazón

Aunque lo desees mucho,e incluso hagas esfuerzos por c o n -


seguirlo, es difícil al comienzo sentir cerca a Dios en lo cotidiano.
Es un ideal que las personas logran de diferentes maneras y en
plazos diversos. Su presencia no es tan clara y manifiesta c o m o
para gue podamos percibirlo sin lugar a dudas, por eso hay que
discernirlo.
No hay que desanimarse, ni mucho menos avergonzarse, por
estar todavía lejos de ese ideal. Es un proceso que puede llevarnos
toda la vida. Lo importante es no dejarlo por desánimo sino tratar
de hallar trucos personales para estar en sintonía con Dios aun en
medio de nuestras actividades. A los que lo alcanzan se les llama
«contemplativos en la acción», según una expresión de San Igna-
cio de Loyola.
Olu Abiola, un nigeriano de la etnia yoruba, es el copresldente
del Council of Churches for Britain and Ireland. Repite muchas v e -
ces sin reparos: «Megusta estar con Dios y hablar con Él. Lo llevo a to-
dos los sitios, como si estuviese en el trasfondo de mi consciencla. Así
puedo acudir a Él en mis necesidades. Le hablo de todo, porque creo
que Él es mi padre y también mi amigo,yque su amor nunca falla».
«Sois templos del Dios vivo», nos recuerda la segunda carta a los
Corintios 6,16. San Agustín lo expresa así: «Te buscaba fuera de mí y
estabas dentro, Señor».

65
EN CAMINO CON DIOS

Si llevas a Dios dentro de ti, puedes por tanto hablar con Él en


cualquier sitio y a cualquier hora. Si se convierte en un hábito, tu
oración ganará en profundidad, tu vida será agradable al sentirte
siempre acompañado,y serás mucho más capaz de disfrutar y ha-
cer disfrutar a los demás de la verdadera felicidad.

Eleva t u espíritu

— Lee con detención, saboreándolo, el pasaje de Marta y María


en Lucas 10,38-41: «Sólo una cosa es necesaria».
— «Estad siempre alegres, orad sin cesar, dad gracias por todo» (1
Tesalonlcenses 5,16-18).
— «No apaguéis el Espíritu, no desdeñéis las palabras inspiradas, exa-
minadlo todoy quedaos con lo bueno» (1 Tesalonicenses 5,19-21).

Afina tus sentidos

En paz, sosiego y a solas


para ver cierro mis ojos,
porque sé que tu presencia
se trasparenta en mí y en todo.

Del pozo del corazón


saco alabanzas y gracias.
Lo escucha todo tu amor
aun al rezar sin palabras.

Ven, Espíritu divino,


orienta tú mi oración.
Si la puerta abierta guardo
entras presto al interior.

66
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Te veo yo sin mis ojos,


te siento a mi alrededor,
nos comunicamos mudos
sin sonidos ni la voz.

Cuando no encuentro palabras


para explicarte mi amor,
mi ser habla sin la lengua,
vuela paloma y pasión.

Mi espíritu y el tuyo juntos


comulgan dos en unión,
ardo yo en tu misma llama,
respiro tu aliento, Dios.

¡El mundo desaparece:


Tú eres la realidad!
¡Qué momento tan sublime:
se para la eternidad!

Carol Wood

¿No oyes sus pasos silenciosos?


Viene, él viene, siempre viene.
(Rabindranath Tagore)

67
7
Más cerca

I IABÍA UN SOLO colegio para varios pueblos de aquellas sel-


vas.Y no había carreteras.Tanto los alumnos como los profesores
venían andando por los cuatro puntos cardinales. Uno de los ma-
estros notó que su nuevo compañero, en lugar de ir directamen-
te a casa al acabar las clases, se adentraba en el bosque procuran-
do no llamar la atención. Intrigado,decidió seguirlo de lejos un día.
Había una piedra plana en un claro del bosque.Sobre ella esta-
ba sentado, con las manos sobre sus rodillas, los ojos cerrados y la
cabeza un poco inclinada. Era obvio que estaba rezando.
Al día siguiente, en un descanso, lo llamó aparte y le dijo:
—Tengo que confesar que sentí curiosidad por tus «escapadas»
al bosque,y ayer te seguí al acabar el colegio,y vi lo gue hacías.
— A h , bueno -respondió el otro-. Sí, me gusta pasar un poco
de tiempo tranguilo y en paz con Dios.
— ¿ Y hace falta esconderse en un bosgue para eso?
— B u e n o , allí puedo encontrar a Dios.
— P e r o ¿es que Dios no puede encontrarse en cualquier sitio?
Donde quiera que vayamos, Dios es el mismo.
— D i o s es el mismo, claro, pero y o no.

69
EN CAMINO CON DIOS

Explora t u m e n t e

— A pesar de lo muy ocupado que puedas estar, ¿sabes e n -


contrar el tiempo y el lugar apropiados para hablar con Dios?
— ¿Estás convencido de la importancia de la oración?
— No sólo convencido: ¿sientes necesidad de orar cada día?
¿Por qué? O ¿por qué no?
— ¿Te parece que la oración va influyendo, transformando un
poco tu vida?

Despierta t u corazón

Aunque hayas leído mucho sobre la importancia, la necesidad


y los beneficios de la oración, si no estás convencido por propia
experiencia, no notarás su falta. Sólo quien ha experimentado c ó -
mo la oración enriquece su vida le dará prioridad y sabrá e n c o n -
trar el tiempo necesario.
Fija una hora, un tiempo, para tu rato diario de oración, no c o -
mo obligación rutinaria, sino como algo que necesitas y quieres
porque te enriquece y te llena.
No es fácil. John Bunyan confiesa:«Compruebo a menudo que mi
corazón se muestra perezoso para acudir a Dios;y cuando está con Él,
no pocas veces parece no gustarle quedarse largo tiempo en su com-
pañía. Por eso me veo obligado muchas veces, primero, a pedirle que Él
mismo atraiga mi corazón y, luego, que lo retenga allí con Él».
Muchas personas buenas «hacen» el ofrecimiento de la maña-
na y «dicen» las oraciones de la noche. Pero también hay quien re-
cuerda la presencia de Dios y le pide su gracia al comienzo de
cualquiera de sus actividades.Y quien «levanta» su mente y cora-
zón en alabanza y agradecimiento a menudo durante su jornada
de trabajo.
Estar cerca de Dios mantiene nuestro corazón junto al caño del
que brota la fuente de felicidad.

/()
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Eleva t u espíritu

— Lee Mateo 6,5-13 y fíjate en cómo Jesús recomienda la sim-


plicidad en la oración y la cercanía de Dios. «Cuando recéis no seáis
charlatanes hablando y hablando sin parar.»
— En el evangelio Jesús se retira a sitios solitarios para orar:
Marcos 1,35-37; Lucas 22,39; Mateo 14,23.
— Cierra los ojos y contempla a Jesucristo rezando: Lucas 9,28-
29; 11,1-4.
— «Rezad según os guíe el Espíritu» (Efesios 6,18).
— Pide la gracia de aprender a «escuchar» a Dios. Como Sa-
muel (1 Samuel 3), como el profeta Elias (1 Reyes 19,3-13).
— «Estoy a la puerta llamando. Si alguien escucha mi voz y me
abre la puerta, entraré y cenaremos juntos» (Apocalipsis 3,20).
— «Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros» (Santiago 4,8).

Afina tus sentidos

Estar aguí contigo, Señor;


eso es todo.
Cerrar los ojos del cuerpo,
cerrar los ojos del alma,
y permanecer quieto y silencioso.
Abrirme a Ti, que estás abierto a mí,
hacerme presente a Ti,
que estás siempre presente.

No pretendo sentir nada, Señor,


contemplar algo maravilloso,
escuchar gue me hablas.

Me basta quedarme ante ti


vacío de toda idea,
en la oscuridad.

71
EN CAMINO CON DIOS

Simplemente, estar aquí


para estar contigo
sin obstáculos,
en el silencio de la fe,
ante Ti, Señor.

Michel Quoist

Dios de la paz,
dame la gracia del silencio
y de la soledad de corazón
en medio de los torbellinos
y los ruidos gue llenan mis días.
Concédeme reposar
en el corazón de tu Corazón
sin cesar de darme por ti.

Catalina deHueck

Ora como puedas, no como no puedes


(John Chapman,abad)

77

1
8
Más unidos

— ROSA, SERÁS SANTA O el mismísimo demonio —solía re-


prenderle su maestra.
—¿Quién? ¿Yo? Yo, no. ¡Yo seré monja! —respondía siempre
con desparpajo la pequeña Rosa,considerando que hacerse m o n -
ja excluía lo de ser santa o diablesa.
Rosa Pelletier había nacido en 1796 en una isla pequeña del li-
toral de Francia. Y desde su nacimiento, fue una persona de m u -
chos talentos y prendas naturales,y de una imaginación muy viva.
Su padre era médico,y la familia,muy acogedora y caritativa:siem-
pre podía verse en la casa algún pobre, enfermo, niño hambriento
e, incluso,algunos refugiados.
Pero Rosa tuvo que experimentar muy pronto la desgracia y
el dolor. Primero, murió su padre;y,a cortos intervalos, le siguie-
ron sus tres hermanas. A los catorce años fue enviada a un inter-
nado en Tours, d o n d e tuvo que soportar un régimen muy es-
tricto.Y por entonces falleció inesperadamente su madre. A Rosa
le comunicaron la noticia cuando ya se había celebrado el fune-
ral. Y el gue había sido nombrado su tutor, un cuñado, no la
aceptó en su casa.
Así que, a los diecisiete años, su joven corazón se sentía opri-
mido bajo el peso del desamparo y el dolor. Sus estudios, los

73
EN CAMINO CON DIOS

muchos premios que había ganado, las Ilusiones que había so-
ñado, todo perdió sentido.
Rosa comenzó a preguntarse por el sentido mismo de la vida.
Un día encontró la respuesta, mientras estaba arrodillada delan-
te del sagrarlo. De repente le vino a la memoria la petulante res-
puesta de su niñez («yo seré monja»)... y entró en un convento
cuando cumplió sus dieciocho años.
Al hacer su profesión religiosa en 1817, siguiendo la costumbre
de aquel tiempo, tomó el nombre de Hermana María Eufrasia. La
destinaron a trabajar con niñas que necesitaban protección del
ambiente infeliz y malsano en que vivían.
Ese trabajo le vino a ella como el proverbial «anillo al dedo». Si
alguien sabía de desgracias y soledad era ella, que lo había vivido
en su propia carne. Pronto empezó a pensar: Este trabajo debería
extenderse al mundo entero. ¿Dónde no hay niñas desgraciadas?
Así que fundó la congregación de las Contemplativas del Buen
Pastor. En menos de cuarenta años había abierto 110 casas en 17
países. Las monjas hacían de maestras, enfermeras, asistentes socia-
les, consejeras y... «madres» para miles de niñas desafortunadas.
La Madre Eufrasia murió en marzo de 1868 y fue canonizada
por el papa Pío XII en 1940. Hoy hay más de siete mil hermanas del
Buen Pastor trabajando en 67 países.

Explora t u m e n t e

— ¿Te das cuenta de que Dios hace uso de tus talentos, o de las
circunstancias de tu vida, para extender su «Reino», para propor-
cionar alegría y felicidad?
— ¿Has pensado que con la «gracia» de Dios puedes hacer m u -
cho bien y gue eso te hará también a ti más feliz?
— En tus planes para el futuro... ¿hay un hueco para la misión
que Cristo encomendó a sus seguidores: extender la felicidad y la
verdadera libertad a todos?
— ¿Te causa un conflicto o un problema poner tus cualidades
naturales al servicio de Dios?

74
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

Ya meditamos (en el primer tema) cómo «la gracia se apoya en


la naturaleza». Dios necesita de tus dotes naturales, tus talentos y
cualidades.
También las circunstancias en que vivimos y crecemos, que, a
veces, nos parecen duras y aun trágicas, pueden ser una inmensa
ayuda para el futuro.
Trata de cultivar tus aptitudes naturales lo mejor posible, de
«sacar partido» a lo que has recibido, para que Dios tenga en ti un
instrumento cada vez mejor.
Recuerda que lo que eres ha sido un regalo que se te dio al na-
cer. Lo que seas en adelante es el obsequio que puedes devolver a
Dios y a los demás.
Habrás leído u oído hablar del Diario de Ana Frank, una adoles-
cente judía que murió en un campo de concentración nazi.Trans-
cribo un párrafo: «Todo el mundo tiene dentro de sí algo bueno, muy
bueno. Nadie sabe cuan grande puede uno llegar a ser, cuánto puede
llegara amar, qué lograr...». Has de tratar de descubrir eso «bueno»
que hay en ti y aprovechar todo su potencial. Siempre con la ayu-
da de Dios.

Eleva t u espíritu

— «Cada uno, como buen administrador de la multiforme gracia de


Dios, ponga al servicio de los demás los dones que ha recibido» (1 Ped ro
4,10).
— «Yo pensaba: en vano me he cansado, en viento y en nada he
gastado mis fuerzas. Pero el Señor se cuidaba de mí, era la fuente de
mi fuerza» (Isaías 49,4-5).
— «Te basta mi gracia. Mi poder se muestra en tu debilidad» (2 Co-
rintios 12,9).
— «Os exhorto a vivir a la altura de la vocación a la que habéis si-
do llamados» (Efesios 4,1).

75
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

Lo que Él me dijo sonriendo


no lo podía creer.
¿Estará Dios bromeando?
Es lo que queda por ver.
Porque, adivina adivinanza,
lo que le oí que decía
era más que una alabanza:
—Gracias, mi pequeña,gracias.
—¿Gracias? Pero ¿por qué, mi Señor?
—asombrada pregunté—.

—Gracias por lo gue para mí eres


llueva mucho o haya sol,
gracias por aceptar mi amor,
gracias por de mí fiarte,
por dejar que yo te cuide
y que venga yo a ayudarte.

Gracias por dejarme tu carga,


tus fallos y todo eso.
Por dar lo pasado por ido,
y olvidar todo su peso,
creyendo que yo perdono
y nunca más lo recuerdo.

Gracias por darme las gracias,


gracias por dormir tranquila,
y vivir con ilusión
lo ordinario de tus días.

76
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Gracias por volver tu cara


y compartir tu sonrisa,
por entregar en mis manos
el futuro de tu vida.

Hna. Juana Metzner, M.M.

No tienes manos, Señor,


tienes sólo nuestras manos
para construir un mundo
donde habite la justicia.
No tienes pies, Señor,
tienes sólo nuestros pies
para poner en marcha
la libertad y el amor.
No tienes labios, Señor,
tienes sólo nuestros labios
para anunciar al mundo
la buena noticia de los pobres.
No tienes medios, Señor,
tienes sólo nuestra acción
para lograr que todos seamos hermanos.

H.S.F.

Dios cuida de la gente


por medio de la gente.
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

3. D I O S C U I D A DE M í

Llévame, luz bondadosa,


a través de la oscuridad:
sé tú mi guía, Señor.

Oscura es la noche y fresca


y estoy muy lejos de casa:
sé tú mi guía, Señor.
Encamina a ti mis pasos,
no pido ver el futuro,
lo gue aún queda lejano:
sé tú mi guía, Señor.

No fue siempre así, Señor,


no pedía que me guiases;
me gustaba a mí elegir,
y escoger yo mi camino,
pero ahora te lo pido:
sé tú mi guía, Señor.

Amaba yo resplandores
y buscaba yo grandezas,
un orgullo temerario
gobernaba mi querer:
no recuerdes esos años
pasados lejos de Ti:
sé tú mi guía, Señor.

Hasta ahora tu poder


con fuerza me ha defendido,
y tu gracia con amor

79
EN CAMINO CON DIOS

hasta aquí me ha conducido:


sé tú mi guía, Señor.

Estoy cierto y convencido


que ese poder y esa gracia
me guiarán hasta el fin
por breñal y por pantano,
por arenal y torrente,
hasta que la noche pase
y, con la aurora,yo vea
Señor, tu rostro sonriente
que me acoge para siempre.

Cardenal Newman (1933)

80
Interviene

"TONY SOLÍA ASISTIR a un grupo de oración en su parroquia. Un


día uno de los participantes rezó por un amigo diciendo:
— Señor, tú conoces a Andrew Logan.Vive en Union Quarters,
n.° 3, al otro lado de la estación. Va a abandonar a su mujer y a sus
hijos. Por favor, Señor, haz algo para que esa familia no se rompa.
Y, al final, repitió de nuevo:

— Vive en Union Quarters, n.° 3, al otro lado de la estación.


A Tony le molestó y le pareció importuno, como si a Dios le hi-
ciese falta que le diesen la dirección, y se repitieran para que no se
le olvidase.
Al acabar la reunión,Tony montó en su motocicleta para volver
a casa. Vivía un poco lejos, y le extrañó ver a un hombre andando
por la carretera a esas horas. Siguiendo una determinación que ha-
bía tomado un día durante la oración, se paró y se ofreció a llevar-
lo. El hombre pareció dudar pero, por fin, se sentó detrás.
Por darle conversación,Tony se presentó a sí mismo y le pre-
guntó al otro por su nombre.
— A n d r e w Logan -fue la inesperada respuesta.Tony se guedó
de piedra. Sin decir una palabra, torció hacia la izquierda.
— E h . q u e estás volviendo para atrás. ¿Adonde me llevas?

81
EN CAMINO CON DIOS

— A casa.Te están esperando tu mujer y tus hijos.


Andrew levantó las cejas asombrado cuando la moto se detu-
vo justamente frente al n.° 3 de Union Quarters. Pero antes de que
pudiera decir palabra,Tony había desaparecido a toda velocidad.
Por un rato Andrew permaneció aturdido. Luego con decisión su-
bió los escalones y abrió la puerta de su casa.

Explora t u m e n t e

— ¿Estas dispuesto a colaborar con Dios cuando necesita de


tus servicios?
— ¿Sabes captar los «mensajes» de Dios que reclaman que te
ocupes de quien se encuentra en dificultades? A veces, la irritación
y el disgusto que sientes ante un problema ajeno pueden ser sig-
no de que Dios desea que te involucres en el asunto. Incluso tus
«distracciones» durante la oración pueden ser una señal de lo que
Él quiere...
— ¿Has experimentado que Dios ha intervenido en tu vida por
medio de otras personas, especialmente cuando estabas bajo de
ánimo o precisabas ayuda?
— ¿Sueles relacionar ciertas «coincidencias» con la acción de
Dios?
— Aunque no sea la palabra más adecuada y sin saber bien có-
mo llamarlo, ¿crees que Dios hace «milagros» a diario por ti?

Despierta tu corazón

Tony se impacientaba al escuchar que quien formulaba la pe-


tición daba datos e insistía como si Dios no lo conociese. Pero eso
fue precisamente lo que le hizo saber quién era aquel «fugitivo»
de la carretera, qué le pasaba y adonde debía devolverlo. Dios e n -
contró en Tony el medio para volver a unir a aquella familia, por la
que se le había rezado.
A veces ocurren cosas para las que no encontramos ninguna
explicación: ¿casualidades? ¿El azar? ¿El destino? ¿No te ha sor-

8?
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

prendido a veces que ha pasado algo inesperado «en el m o m e n -


to oportuno y en el lugar adecuado», o el haberte encontrado con
«la persona precisa en aquella ocasión»? Unos lo llaman «suerte»;
otros, «coincidencia»;algunos creemos que en ello anda la mano
de Dios.
Seguro gue en tu vida ha habido casos en que alguien ha acer-
tado contigo:te ha dicho una palabra de aliento,te ha ayudado a
salir de un bache,te ha echado una mano cuando no te lo espera-
bas. ¿Casualidad? ¿Coincidencia?
Si tienes fe, puedes descubrir la huella, el rastro de un Dios que
se involucra en este mundo, en nuestra historia, en tu biografía.
Respetando,eso sí,tu soberana libertad. Sin «meterte presión», pe-
ro mostrándote claramente lo gue le gustaría que hicieras.
Y en esto son inútiles las disquisiciones o las discusiones, porque
no hay pruebas ni solución. Algunos dicen gue esto de la «providen-
cia» de Dios es demasiado simplista. Quizás estén en lo cierto, pero
para ti puede ser una fuente de alegría y de mucha paz.

Eleva t u espíritu

— Lucas 19,1-10: Zaqueo encuentra a Jesús ¿o es Jesús el que


encuentra a Zaqueo?
— Juan 4,7-26: La mujer samaritana viene al pozo precisamen-
te cuando Jesús está allí sentado.
— Lucas 7,11-16: Un funeral sale del pueblo de Naín en el m o -
mento en que Jesús llega a él.
— Salmo 34: «Bendigo al Señor en todo momento; ensalcemos
juntos su nombre: Él me libró de todas mis angustias (."..) El Señor es-
tá cerca de los atribulados y salva a los abatidos. Por muchos males
que sufra el justo, de todos lo libra el Señor».
— Salmo 116: «Él inclina su oído hacia mí cuando lo llamo (...) Es-
tando yo sin fuerzas me salvó... ¿Cómo pagaré al Señor todo lo que ha
hecho por mí?».
— Da las gracias a Dios por todas las personas que te han so-
corrido en algún peligro o apuro.

83
EN CAMINO CON DIOS

— Pide oídos abiertos para escuchar los «mensajes» que Dios te


envía,y valor para ponerlos en práctica ayudando a la gente que lo
necesita.

Afina tus sentidos

Mateo era recaudador


de impuestos romanos,
rico por cobros y tasas,
y odiado por sus paisanos.
Pero el Señor lo ha elegido
oveja de su rebaño.

Zaqueo se enriquecía
con robos y engaños.
Más de siete veces siete
a muchos ha defraudado.
Pero el Señor de los pobres
en su casa se ha hospedado.

Despreciaban a las mujeres:


«Son de un orden inferior»;
pero en un vientre de madre
su vida comienza Dios.

A ella, por samaritana,


doble desprecio judío:
Jesús a esta mujer
le da de agua viva un río.

Pecadores, pecadoras,
enfermos y gente impura,
los más desfavorecidos...
de Jesús obtienen cura.

84
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Pablo, que cristianos caza,


al buscarlos fue cazado:
perseguidor convertido
y apóstol de los paganos.

Y dime,tú que me lees,


¿tienes algo gue contarme?
Porque tan segura estoy
que de esta historia eres parte,
gue también a ti el Señor,
salió al camino a buscarte.

Cathy Henrie

Una coincidencia es un pequeño milagro


donde Dios quiere quedar en el anonimato.

85
10
Me protege

LJN MISIONERO DE África visitaba a su familia en Michigan,


EEUU. El párroco le pidió que presidiera la misa del domingo. El
evangelio trataba de la providencia de Dios, que protege a sus hi-
jos. Para corroborarlo con su propia experiencia, contó lo que él
decía era un suceso que nunca llegó a comprender él mismo.
— C o m o ya sabéis, trabajo en un pequeño hospital adonde
acude la gente de varios pueblos perdidos en esas selvas africanas.
Cada dos semanas voy en bicicleta a la ciudad a por provisiones y
medicinas. Es un viaje de dos días y suelo dormir en el sitio que me
viene más a mano.
»Como de costumbre, fui al banco a sacar dinero, compré lo
que necesitaba y, cuando me disponía a emprender el viaje de
vuelta, vi c ó m o dos hombres trataban de acuchillarse gritando.
Uno estaba herido y le curé allí mismo, después de haberlos se-
parado. Luego, dos días en bicicleta, de vuelta al hospital de la
selva.
»A las dos semanas, la misma rutina. Pero esta vez, al llegar a la
ciudad se me acercó el joven al gue yo había curado y me dijo gue
quería hablar conmigo a solas.
»No, no era para darme las gracias. Nervioso y embarazado c o -
menzó su confesión: habían visto gue yo sacaba dinero del banco

87
EN CAMINO CON DIOS

y decidieron seguirme hasta encontrar la ocasión propicia para ro-


bármelo todo.
— P e r o cuando intentamos acercarnos a usted, escondiéndo-
nos entre los matorrales, vimos a sus veintiséis guardaespaldas
que vigilaban.
»No pude evitar una carcajada:
— P e r o si no tengo guardaespaldas. Aquel día estaba yo solo, lo
recuerdo muy bien.
»EI joven insistió:
— L o s contamos varias veces, eran veintiséis y, claro, no nos atre-
vimos a atacarle; nosotros éramos sólo cinco.
»Nunca logré entender lo que aquel joven me decía, pero era
evidente que Dios había velado por mí.
En la pausa que siguió, uno de los presentes se puso de pie y
le preguntó si se acordaba de qué día había pasado todo eso. Sí,
el misionero se acordaba de la fecha. El hombre asintió con la
cabeza:
— P u e s aquel mismo día, lo recuerdo muy bien, a mí me pasó
algo raro. Era domingo y estaba yo preparándome para ir a jugar al
golf, cuando de repente sentí un impulso muy fuerte de venir a la
iglesia y rezar por usted,ya gue en la misa de la mañana el párroco
nos había leído una carta suya.Y no sólo eso; no sé por gué pero,
según iba hacia la iglesia,fui invitando a cuantos veía... ¿Estáis
aquí los que nos reunimos aquel día para rezar por el misionero?
Unas cuantas personas se pusieron de pie. El misionero los con-
tó una y otra vez: ¡veintiséis, exactamente veintiséis!

Explora t u m e n t e

— ¿Has oído casos parecidos de gente que ha sentido la Inter-


vención de Dios para «salvarle» cuando creía que todo estaba per-
dido?
— ¿No recuerdas alguna vez en gue tú mismo no sabrías expli-
carte cómo has salido de situaciones difíciles y aun peligrosas?

88
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

— ¿No crees que Dios se preocupa realmente de ti y que no


era del todo descabellado hablar del «ángel de la guarda», es decir,
de que Dios está siempre a nuestro lado protegiéndonos?
— ¿Cuántas veces durante el día sientes a Dios cerca y le das
gracias?

Despierta t u corazón

Como en el caso anterior, el de Tony y Andrew, pasan a veces


cosas que uno no sabe explicarse. ¿Qué pasó verdaderamente en
el caso de ese misionero? Que no lo mataron, se salvó. Eso es un
hecho y no puede discutirse. ¿Cómo se salvó? ¿Por qué? En esto
habrá diferentes respuestas e ideas, pero siempre nos quedaremos
sin explicaciones totalmente plausibles.Se puede dejar en «casua-
lidad», «coincidencia», «suerte». Pero hay muchos que podrán con-
tarte sucesos en sus propias vidas que ellos atribuyen a la inter-
vención de Dios.
Hay muchos que no tienen nunca en cuenta que Dios existe,
que está ahí, que nos acompaña o que, como dice la Biblia, nos
«cubre con su sombra». Uno no repara en el aire que nos rodea
hasta que no puede respirar. A pesar de brillarían fuerte, casi nun-
ca prestamos atención al sol, y a nadie se le ocurre afirmar que se
evitó determinado accidente porque era de día y el sol alumbraba.
Pero también hay muchos otros que ven la mano de Dios en
los avatares y vicisitudes de su vida. La capacidad para detectar
la presencia de Dios requiere fe, no sólo «creer» en la existencia
de Dios, sino una «vivencia», algo de lo gue no puede tenerse
«idea» si no se ha «vivido», experimentado previamente. Por eso
nadie podrá nunca «demostrarte», «convencerte» de lo uno o
de lo otro. A lo más, encontrarás gente que te hablará de que ha
tenido o no dicha experiencia y cuántas veces.
No faltarán ocasiones en las que te encuentres hasta descon-
certado por la sensación de que Dios está presente cuando m e -
nos podía esperarse y en los sitios menos «religiosos» o espiritua-
les.Podría decirse que Dios juega un poco al escondite,y lo mismo

89
EN CAMINO CON DIOS

se manifiesta como una voz en la conciencia que como un tibio


rayo de luz en la oscuridad,cuando no como una brisa fresca en el
agobio.

Eleva t u espíritu

— Haz plegaria propia el salmo 121 (120): «El Señor te guarda de


todo mal, él cuida de tu vida. El Señor te protege fuera y dentro de tu
casa».
— Interioriza el salmo 23 (22): «El Señor es mi pastor».
— Salmo 5,12-13: «Que se alegren con júbilo los que se acogen a ti,
los que aman tu nombre; tú los bendices, los rodeas con el escudo de tu
bondad».
— También el salmo 18 (17) o el 62 (61).
— En Hechos de los Apóstoles 12,6-11 puedes leer cómo San
Pedro es salvado de un modo providencial y «milagroso». El relato
usa el estilo narrativo de la época.
— «No te dejaré ni te abandonaré, dice el Señor. Así podemos decir
confiados: El Señor me auxilia y no temo, ¿qué mal pueden hacerme?»
(Hebreos 13,5-6).

Afina tus sentidos

No temas, yo voy delante,


sigúeme por la cañada.
No temas romper a hablar,
que te diré las palabras.
No temas: los que asesinan
no pueden matarte el alma.
No temas al mar inmenso,
que abarco todas sus aguas.
No temas la voz de Dios,
que soy yo quien, tierno, te habla.

90
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Tampoco temas la muerte,


que va ya de retirada:
desde que la vencí en cruz
contra ti no puede nada.

John Halbert, M.M.

Mis ojos, mis pobres ojos


que acaban de despertar
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.

Haz que sepa adivinar


entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes tú.

Que,cuando llegue el dolor,


que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor
ni se me nuble la paz.
Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré,
y mi llanto cesará.

Himno de Laudes

Estoy en los brazos de Dios


(Hildegarde de Bringen)

91
11
Me sostiene

LJ N MULTIMILLONARIO TENÍA que rematar una transacción de


gran envergadura, que había estado preparando con mucho cui-
dado. Como el lugar no estaba lejos y quería hacer ejercicio, deci-
dió ir a pie. De camino, pasó por delante de una Iglesia y algo le
movió a entrar. Como no guería gue lo viesen, se escondió detrás
de una de las columnas.
Mientras pedía a Dios por el éxito de la negociación, otro h o m -
bre entró en la iglesia y se arrodilló en un banco cercano a la c o -
lumna, y comenzó a rezar a media voz. El millonario se distrajo de
su oración: el hombre era pobre... e iba vestido con desaliño. Su
aspecto no le agradó. Además le molestaba que mascullase su
oración: le pedía a Dios que alguien le «prestara» urgentemente
trescientos euros para pagar una deuda, pues, si no, le darían una
paliza.
El millonario comenzó a ponerse nervioso y se le ocurrió:
¿por q u é no le doy yo los trescientos euros y, así, me deja en
paz? Ni corto ni perezoso, sacó de su cartera seis billetes nuevos
de cincuenta euros y los dejó en el banco en el que el pobre es-
taba arrodillado.
El indigente no salía de su asombro por la rapidez con que Dios
había contestado a su petición. Hizo una reverencia al altar y salió

93
EN CAMINO CON DIOS

corriendo a saldar su deuda. El millonario, más tranquilo ahora, c e -


rró los ojos y continuó su oración:
— B i e n , Señor, ahora que tengo ya toda tu atención...
NI siguiera se percató de que Dios le había convertido en ins-
trumento suyo para atender la súplica del mendigo.

Explora t u m e n t e

— ¿Crees que Dios no te deja de su mano y te sostiene en to-


das tus vicisitudes?
— ¿Tienes alguna experiencia personal de ello o te han habla-
do otros de la suya?
— ¿Has pensado que en nuestros días el «maná» no cae del
cielo sino que nos llega a través de personas a las gue Dios emplea
como «agentes» suyos? En la «multiplicación de los panes» del
evangelio Jesús utilizó los cinco panes que aquel muchacho tenía.
— ¿Has sido alguna vez «agente» de Dios para que su provi-
dencia llegase a otros? ¿Te acuerdas de cómo y cuántas veces?

Despierta t u corazón

Un famoso periodista entrevistaba a la Madre Teresa. «El dinero


nunca ha sido un problema. Dios nos lo da por medio de la gente»
fue su respuesta a la pregunta de si le costaba encontrar financia-
ción para sus proyectos. Y recordaba cómo ella, cuando comenzó
su primera escuela en una barriada de Calcuta, no tenía más gue
cinco rupias (unos quince céntimos de euro). Pero en cuanto la
gente se dio cuenta de lo que ella pretendía, comenzaron a llegar
dinero y materiales de todos los sitios.Y concluía:«Es la divina pro-
videncia».
Luego recordó también otra de las muchas ocasiones en las
que había experimentado la ayuda de Dios. Iban a preparar la c o -
mida para un gran grupo de desamparados cuando vieron gue no
llegaría para todos. Entró una señora a la gue nunca habían visto

9A
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

antes y les dio un saco de arroz. La Madre Teresa continuó contán-


dole al periodista: «Era exactamente la cantidad que necesitába-
mos aquel día. Medíamos las raciones de arroz con una taza: llegó
para todos y no sobró. Cuando se lo comenté a aquella señora se
negaba a creer que ella fuera un instrumento de Dios. Decía:«¿Yo?
¿Instrumento de Dios? Imposible, no sabe usted quién soy». Nun-
ca lo supe, ni me interesó averiguar qué habría hecho para consi-
derarse indigna de ser la mano de Dios con nosotras. Pero le ase-
guro que así fue realmente».
Tú también podrás ser muchas veces «agente» de Dios, si estás
abierto y alerta a sus «mensajes» e inspiraciones.

Eleva t u espíritu

— Recuerda la experiencia del profeta Elias cuando era perse-


guido por la reina Jezabel (1 Reyes 17).
— Jesús insiste en gue sus discípulos han de confiar en la pro-
videncia (Lucas 9,1 -7 y Mateo 6,25-34).
— Medita 2 Corintios 9,6-11: «Dios ama al que da con alegría.
Dios puede colmaros de dones, de modo que, teniendo suficiente, os
sobre para toda clase de obras buenas».
— Abrahán contestó «Dios proveerá» cuando el pequeño Isaac
le preguntaba de dónde sacarían la víctima para el sacrificio (Gé-
nesis 22).
— «El Señor ordena todas las cosas para bien de los gue ama»
(Romanos 8,26-28).

Afina tus sentidos

Rey amable que tienes en tu mano


el poder sobre el mar, el cielo y la tierra,
tu gracia abunda y fluye de tal forma
gue nadie de ella relegado queda.

95
EN CAMINO CON DIOS

Tu providencia envía el alimento


y tu bondad y amor lo santifican,
a mi alma la sustenta tu palabra,
cuerpo y espíritu a Ti te glorifican.

Del daño tu amor me aleja y guarda,


si tuviera dolor, me aliviarías,
raudales de consuelo me dispensas
y en cualquier aflicción me haces compañía.

Perdóname, Señor, tan pobre verso


para la gratitud que yo te debo.
Para tu amor, cuidado y providencia
un simple «gracias» no es reconocimiento.

William Cooper

Estoy tan convencido de que velas


sobre todos los que esperan en Ti
que he determinado vivir en adelante
sin ningún cuidado,
descargando en ti
toda mi preocupación...
Mientras espere en ti,
libre estoy de toda desgracia.
Y estoy cierto de que siempre esperaré,
porque espero también de ti
esta esperanza inquebrantable.

San Claudio de la Colombiére

El pozo de la providencia
es hondo y está lleno.
Es nuestro cubo
el que es pequeño.

96
12
Sueña conmigo

I I ABRÁS LEÍDO MUCHAS anécdotas relacionadas con el famo-


so Titanic. Ésta es una más.
La familia Clark vivía en Escocia. Durante los últimos años todos
sus miembros habían ahorrado y ahorrado hasta el último cénti-
mo: el matrimonio con sus nueve hijos iría a vivir a los Estados Uni-
dos de América. Había planeado hasta el último detalle.
Ya tenían sus pasaportes, el pasaje y las reservas en el nuevo
transatlántico.Todos estaban excitados y no podían ocultar su
expectación.
Sin embargo, unos días antes de embarcarse, el médico colgó
una banderlta amarilla en la puerta de su casa:toda la familia tenía
que permanecer en cuarentena durante catorce días: un perro ha-
bía mordido al más joven de los hijos y había posibilidad de la t e -
mible rabia. Los sueños de la familia se vinieron abajo como si se
rompiese en añicos el jarrón más preciado.
El día de la salida no se cabía en el muelle. La multitud saludaba
y aplaudía. Pero el padre se mordía los labios amargamente y mal-
decía a su propio hijo y a Dios.
A los cinco días la trágica noticia se esparció por Escocia y el mun-
do entero:el poderoso Titanic,el bugue que nadie podía hundir, ha-
bía naufragado y desaparecido en las aguas del Atlántico Norte.

97
EN CAMINO CON DIOS

Cuando el señor Clark oyó la noticia, abrazó a su hijo y dio gracias


a Dios por salvar a toda su familia, convirtiendo en bendición lo que
había parecido una suerte funesta y él había creído una maldición.

Explora t u m e n t e

— ¿Has aprendido que los acontecimientos aparentemente po-


sitivos y negativos de tu vida sólo a largo plazo se revelan real-
mente provechosos o perjudiciales? El tiempo -y Dios- pone a to-
dos en su sitio.
— ¿Has llegado a aceptar gue tu vida toda -con sus triunfos y fra-
casos- es el oscuro camino por donde Dios te lleva a tu felicidad y
plenitud?
— En momentos de crisis, ¿te hundes en la desesperación o te
sostiene la confianza en Dios?
— ¿Estás dispuesto, abierto, a todo lo que pueda ocurrirte?

Despierta t u corazón

Has estado meditando estos días sobre las mil maneras como se
trasluce la mano de Dios en los sucesos y avatares de la existencia. Es
importante que reflexiones también sobre las bendiciones «negati-
vas»,sobre cómo reaccionar ante ellas.Suelen presentarse entremez-
cladas con las positivas (que son las más numerosas).
Lo sabemos, hay momentos en la vida en que las rosas se toman
espinas, las nubes blancas se vuelven negros nubarrones y lo último
que uno pensaría es que eso es un «designio» amoroso de Dios.
Recuerda, sin embargo, que también Jesús se sintió abandonado
del Padre en la cruz. Hay muchos -quizás conozcas a algunos- gue
han sentido a Dios más cercano precisamente en momentos de
aflicción e infortunio.Y,ciertamente,es cuando más se le necesita.
La montaña no desaparece cuando la niebla no deja divisarla. El
sol no deja de ser vivificante cuando el humo sucio lo oscurece.
Dios sigue tan presente como cuando todo era alegría.

98
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Todo d e p e n d e de tu actitud,de tu fe y confianza en Dios. San


Pablo lo tenía claro: «Estoy persuadido de que ni muerte ni vida, ni
presente ni futuro, ni criatura alguna podrá separarnos del amor de
Dios» (Romanos 8,38).
Y un pastor protestante escribió antes de su muerte: «He descu-
bierto que el dolor puede ser una cosa maravillosa en las manos de
Dios. Es uno de los modos que Dios tiene de desenganchar los dedos
que se aferran demasiado a las cosas de este mundo».
Debes aceptar cuanto te ocurre con este espíritu, reconociendo
en todo su bendición y, por tanto, como exhorta la carta a los Te-
salonicenses (5,18): «Dad gracias por todo»
Si adoptas esta actitud, conseguirás andar con paso más firme
el camino, y encontrar una alegría y una felicidad muy sólidas y
duraderas.

Eleva tu espíritu

— Salmo 92 (91), 5-6: «¡Qué profundos tus designios, Señor! El Ig-


norante no los entiende, el necio no los comprende».
— Mateo 5 ,AS: «Vuestro Padre del cielo (...) hace salir su sol sobre
malos y buenos y hace llover sobre justos e Injustos».
— Salmo 104 (103), 33-34: «Cantaré al Señor mientras viva, tañe-
ré para mi Dios mientras exista. Que le sea agradable mi canto, y yo
me alegraré en el Señor».
— 1 Pedro 1,6-7: «Por eso estáis alegres aunque tengáis que so-
portar por poco tiempo pruebas diversas: como el oro se aquilata al
fuego, vuestra fe será así refinada».

Afina tus sentidos

La vida es un tapiz que tejemos.


Mi Dios y yo, a cuatro manos,
manejamos el telar
y en él tejemos la vida,
no elijo yo los colores,

99
EN CAMINO CON DIOS

Él sabe bien cómo son;


pues es capaz de ver
la trama y el anverso,
mientras que yo desde abajo
sólo puedo ver el revés.

Hay veces que Él teje penas


que no me gustan a mí,
yo confío en su mirada
que ve todo desde el fin.
Él mueve la lanzadera,
ve el diseño que ha de ser,
yo la recojo sin verlo
y la manejo con fe.

Cuando mi vida termine


y el tapiz esté acabado,
ya podré ver satisfecho
el dibujo allá bordado
con hebras negras y blancas,
sombra y luz, dolor y paz,
ambos bien entrelazados
desde el comienzo en su plan.
Entonces sabré la razón
de mezclar gracia y dolor,
pues así es siempre la vida
que Dios con amor plasmó.

Las únicas palabras necesarias:


«Padre, hágase tu voluntad».
Nada más, ni nada menos.
Amén.

100
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

4. R E S P U E S T A

Señor, ayúdame a crecer cada día,


sin prisa pero sin pausa,
de modo constante y armónico,
para que pueda darte gloria
con cada don de mis manos,
con cada palabra de mi boca.
Concédeme que ame al prójimo
sin distingos de raza ni colores.
Dame mucha paciencia,a raudales,
para gastarla sin tasa con todos.

Ayúdame a ser comprensivo


y a abrir siempre mi mano
con respeto y cariño
a guien me pide auxilio.
Que lime esas asperezas
que a otros tanto hieren.
Para eso necesitaré
tu poda y tus atenciones,
que cortes mis ramas secas,
las que ya no llevan fruto.

Cuando me quede vacío


lléname de vino nuevo,
y cuando me extravíe
y vaya descaminado,
corrígeme pronto y ponme
a tu lado y protegido.

101
EN CAMINO CON DIOS

Consuela por mi medio


a quien tiene angustias y miedo.
Con mis manos alimenta
almas y cuerpos hambrientos.
Usa mis labios, mis pies,
mi cerebro y mi mente.
Úsame para tu gloria
y para hacerte presente.

Úsame, Padre,te pido,


como canal de tu gracia.
Y ahora ya me despido:
«hasta luego» sin falta.

Ivie Bozeman

102
13
Personal

E R A UNA REUNIÓN de antiguos alumnos. Entre ellos había


un actor famoso por su dicción y elocuencia. Todos pidieron
que recitara algo.
El actor se volvió a su vecino, gue era un clérigo, y le pidió
que sugiriese algún pasaje para recitar.Casi sin pensarlo,al ecle-
siástico le salió espontáneamente: «El Señor es mi pastor». Al a c -
tor le gustó la idea, pero puso c o m o condición que el sacerdo-
te habría de recitarlo después de él.
— P e r o si yo no soy orador -respondió el sacerdote ruborizán-
dose.
Sin embargo todos insistieron y tuvo gue acceder.
El actor declamó el salmo con voz vibrante y dicción perfec-
ta.Cuando acabó su actuación,estalló una tempestad de aplau-
sos y vítores. Luego todos se volvieron hacia el sacerdote. Ca-
rraspeó primero, y comenzó con voz vacilante. Poco a poco la
atmósfera pareció enmudecer con un halo reverente. Cuando
concluyó, había algunas lágrimas en los ojos.
El actor se levantó y confesó emocionado:

— Y o llegué a vuestros ojos y oídos, pero él ha llegado a nues-


tros corazones. Y la razón es muy sencilla: yo conozco el poema,
pero él conoce al pastor.

103
EN CAMINO CON DIOS

Explora t u m e n t e

— ¿Qué imagen tienes de Dios? ¿Qué apariencia le pones? ¿Lo


ves más como algo sublime, numinoso, intangible o como una
«persona»,como padre,o madre,o amigo...?
— ¿Has pensado que la relación que mantienes con Dios depen-
de en gran manera de la ¡dea, de la «imagen» que te haces de Él?
— ¿Cuántas veces has hablado con Dios no con «oraciones
hechas», recitadas de memoria o leídas, sino directamente, de tú
a tú?
— ¿Se te hace fácil orar? ¿Pones el corazón en lo que rezas?
— Cuando tomas la Biblia en tus manos ¿esperas algo «perso-
nal» de su lectura? ¿Crees que Dios se vale de la Escritura para de-
cirte algo en concreto?

Despierta tu corazón

Con Dios nos ocurre lo que en nuestras relaciones con los d e -


más: cuando las personas nos son desconocidas, no «intimamos»
con ellas.Si hablas con autoridades o gente de importancia, tu tra-
to también es diferente. En cambio, con los que consideramos
amigos,familiares y allegados tenemos un trato «personal».
En nuestra relación con Dios, la oración se hace más profunda
y verdadera a medida gue vamos descubriendo a Dios cada más
c o m o persona, c o m o cercano y conocido, c o m o compañero de
camino.
La oración es esencialmente un trato «de corazón a corazón» con
Dios. Por eso poco a poco las «oraciones de memoria» van dando pa-
so a «oraciones del corazón». La cuestión no consiste en «hacer» ora-
ción: no es un programa, ni una obligación, sino una relación.
Cuando la oración se hace c o n n a t u r a l e s c o m o la conversa-
ción íntima que tenemos con un amigo o una persona a la que
amamos: olvidamos todo lo demás porque estamos absortos y
relajados. Cuando la oración se considera un ejercicio que hay
que hacer, tiende a ser «forzada», y los pensamientos y senti-

104
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

mientos no se centran en ello, sino que se desparraman en mil


distracciones de cosas y problemas que te importan más.
Sólo la oración «personal» acaba por acrecentar tu alegría y
felicidad.

Eleva t u espíritu

— Éxodo 33,11: «El Señor solía hablar con Moisés cara a cara, co-
mo uno habla con su amigo».
— 1 Samuel 3,1-10: Dios llama a Samuel por su nombre.Según
vas leyendo, cambia su nombre por el tuyo.
— Salmo 139 (138), 1 -18: Dios te conoce mejor que tú mismo.
— Juan 17: relee la oración de Jesús,el hijo que se dirige a Dios
como padre.«Abba» le llamaba él.
— Mateo 15,8: «Esta gente me honra con sus labios -dice el Se-
ñor- pero su corazón está lejos de mí».

Afina tus sentidos

No qué creo, sino en quién creo.


En la noche negra y oscura
no me confortan ni consuelan
¡deas, pensamientos, palabras,
consideraciones o creencias humanas,
sólo me calma y me conforta
mi fe en esa persona que tanto me quiere.

No qué amo, sino a quién.


Cristo es mucho más que su doctrina,
más que la multitud de sus obras buenas,
más que mandamientos y credos,
es, ante todo y sobre todo, la persona que me ama.

105
EN CAMINO CON DIOS

No qué creo, sino en quién.


¿Quién camina junto a mí en las tinieblas?
¿Quién comparte conmigo la carga?
¿Quién es luz en la más espesa niebla?
¿Quién más allá de la muerte
me promete una vida verdadera?

No qué creo, sino en quién.


No qué, mas quién.

John Oxenham

No me mueve, Señor, para quererte


el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera
pues aunque lo que espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

Anónimo

Señor, creo en ti, confirma mi fe;


espero en ti,fortalece mi esperanza;
te amo, Señor, haz que te ame de todo corazón.

Clemente XI

La oración ensancha el corazón


hasta que lo hace capaz de contener
el don que Dios nos hace de sí.

106
14
Testimonio

E L FAMOSO LIBRO del siglo XIX Tom Brown's SchoolDays {Tom


Brown en la escuela, Madrid, Calpe, 1923), cuenta las experiencias
del joven Tom Brown en un colegio privado, muy caro, de la Ingla-
terra aristocrática.Tom, que al principio tuvo que sufrir infinidad de
novatadas y bromas, pronto se hace un héroe popular por sus pro-
ezas en el juego del cricket.
Un chico nuevo viene al colegio. Cuando la primera noche se
están preparando para acostarse, el muchacho se arrodilla para
decir sus oraciones. El resto de los internos se miran unos a otros,
primero sorprendidos y luego con risitas mal disimuladas.Tom e n -
tra en la habitación precisamente en el momento en que una bo-
ta volando por el aire va a aterrizar en la cabeza del incauto devo-
to. Abucheo y pitorreo general.
Tom no puede conciliar el sueño en un buen rato. Se acuerda
de su madre y las oraciones que le había enseñado con tanta ter-
nura y mimo cada noche.
Al día siguiente, los guasones habían preparado toda clase
de proyectiles e incluso un vaso de agua para el inocente a n g e -
lote. Pero ¡cuál no fue su sorpresa cuando el héroe del cricket se
arrodilla al lado del nuevo chico y agacha la cabeza cerrando los
ojos!

107
EN CAMINO CON DIOS

La devoción ingenua del recién llegado y el valor deTom no só-


lo ganaron el respeto y la admiración de todo el colegio, sino que
sirvieron de inspiración a muchos otros chicos que hubieran que-
rido rezar pero se sentían cohibidos delante de sus compañeros.

Explora t u m e n t e

— ¿Se te hace fácil tratar con Dios? ¿Te sientes cómodo con Él?
— ¿Tienes miedo a lo que otros dirán si ven tus actitudes «reli-
giosas»? ¿Tratas de ocultarlas?
— ¿Das testimonio de tus convicciones espirituales y de tu in-
timidad con Dios con sencillez, pero sin reparos?¿También en p ú -
blico?
— ¿Cómo reaccionas cuando ridiculizan los sentimientos reli-
giosos de otros?
— ¿Es tu vida tal gue Dios puede hacer uso de ti para inspirar a
otros y acercarlos a Él ?
— ¿Has pensado que Dios ha puesto en tu camino a personas
que te han impactado y ayudado a vivir tu fe?

Despierta t u corazón

No es descabellado el pensar que, a veces, tendrás que «dar tes-


timonio» de tus convicciones en circunstancias poco favorables,
arrostrando incomprensiones o malentendidos.
Puedes pensar también que las palabras que Dios dirigió al pro-
feta Isaías (42,6-7) te las dice también a ti: «Yo, el Señor, te he elegido
para que implantes la justicia; te he tomado de la mano, te he formado,
te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los
ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a
los que habitan en tinieblas». Tu vida, tus actitudes y comportamien-
to pueden ser una fuente de inspiración para los demás, un instru-
mento de liberación para «los gue andan a oscuras». Si vives confor-
me al Evangelio, eres luz gue brilla, como dice Jesús en el sermón

108
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

del monte y también Pablo a los Efesios (5,8): «Por un tiempo fuisteis
tinieblas, ahora gracias al Señor sois luz. Proceded, pues, como hijos de la
luz. Sus frutos son toda bondad, justicia y verdad».
No se trata de que hagas una exhibición de santidad o miseri-
cordia a cada paso. Se trata, simplemente, de vivir como hijo de
Dios.Tu estilo de vida,tus convicciones,tus valores... han de estar
Influidos por tu fe.
Se experimenta una satisfacción y una alegría especiales cuando
uno trata de ser fiel a sí mismo y coherente con sus principios...
cuando no se deja el camino emprendido simplemente porque, mi-
rando desde la cuneta, se ríen unos ociosos desocupados.

Eleva t u espíritu

— Deja que tu luz ilumine a los demás. No la ocultes por falsa


modestia. Mateo 5,14-16: «Vosotros sois la luz del mundo. No se en-
ciende una lámpara para guardarla en el armarlo, sino que se pone
donde pueda alumbrar a todos en la casa. Brille vuestra luz ante los
hombres de modo que, al ver vuestras buenas obras, den gloria a vues-
tro Padre del cielo».
— Lee despacio y reflexivamente Efesios 5,1 -20.
— Lucas 10,1 -12: considera dirigidos a ti estos consejos que J e -
sús da a sus setenta y dos discípulos.
— Juan 15,18-25: «Si el mundo os odia, sabed que primero me
odió a mi».

Afina tus sentidos

El amor empieza en ti
como chispita fugaz,
mas resguardada del aire
y a soplos de humanidad,
poco a poco crece y enciende
una hoguera de verdad.

109
EN CAMINO CON DIOS

Pronto, muy pronto esa llama


una gran pasión será,
que no quema a quien la alienta
sino que vida le da
y regala a guien quiera
su calor y claridad.

Si el amor en ti prende
y arraiga en profundidad
ya nunca serás el mismo
y hasta el mundo cambiará.

Dolores Dahl

I Nosotros somos tu evangelio, Señor,


el único gue la gente puede leer.

H.S.F.

«Cantaré al Señor mientras viva,


que le sea agradable mi letrilla»
(Salmo 104 (103), 33-34)

110
15
Mi vida

LJ N LIBRO DE Lawrence LeShan, Cómo meditar: guía para el


descubrimiento de sí mismo (Barcelona, Kalrós, 1986), explica a veces
con cuentos lo que es difícil explicar de otro modo.
Un monje,ya muy anciano,se había pasado los últimos años de
su vida religiosa pidiendo a Dios que le concediese un éxtasis, so-
lamente uno. Día tras día repetía con confianza su plegaria.
Por fin un día sucedió. El buen monje parecía no tocar el suelo,
se sentía fuera de este mundo. Pero,en medio de su arrobamiento,
se despertó sobresaltado: la campana del monasterio invitaba a
los pobres y hambrientos a la comida. El anciano monje quedó
desconcertado, no sabía qué hacer en tal dilema: ¿cómo menos-
preciar el don de Dios y abandonar la adoración en medio de
aquella visión? Por otra parte, debía ir a cumplir con su cometido.
La duda duró sólo un momento. Antes de que la campana deja-
ra de tañer, sus viejas piernas reumáticas se apresuraban por el anti-
guo claustro.
Habría pasado una hora. Volvió a su celda triste y cabizbajo. Al
abrir la puerta... la radiante visión le estaba esperando. Le brota-
ron lágrimas de agradecimiento y cayó de rodillas emocionado.
Cuando se hubo calmado, oyó una voz poderosa y dulce:
— S i no hubieses atendido a los pobres, nunca me habrías visto
de nuevo.

111
EN CAMINO CON DIOS

Explora t u m e n t e

— ¿Es tu oración solamente una devoción privada o te lleva a


ser más compasivo, más atento a las necesidades de los demás?
— ¿Haces tuyos la angustia, el sufrimiento y las carencias aje-
nos y rezas por ellos de corazón?
— ¿Te ofreces a Dios para ser un instrumento en sus manos a la
hora de socorrer a los necesitados?

Despierta t u corazón

Es verdad que tu oración demuestra que amas a Dios. Pero d e -


be extenderse a la vida y expresarse en acciones. La piedra de t o -
que de la oración es su traducción al quehacer diario. Si te e m p u -
ja o no a agrandar tu corazón, a amar a Dios con toda el alma y al
prójimo como a ti mismo. La oración genuina hace gue tu c o m -
pasión aumente. El afecto que sientes por Dios en la oración se tra-
ducirá en amor a los demás.
Y al rezar a menudo por la gente te sentirás motivado a ponerte
en las manos de Dios como instrumento que Él pueda usar para lle-
gar a muchos.
Michael Campbell-Johnston,SJ.cita a un «distinguido jesuíta» en
su libro How I Pray (Cómo rezo): «Oración es un encuentro contemplati-
vo con la realidad. Oración es dejar que al corazón, a la mente y a nuestra
sensibilidad les afecte lo que veamos. Oración es obrar el bien que uno
puede hacer con sus talentos, tiempo y oportunidades. La oración nos
convierte en contemplativos y compasivos ante el mundo tal como es,
para que hagamos del mundo lo que Dios quiere que sea».

Eleva t u espíritu

— Lee y medita 1 Juan 4,7-21 y Santiago 2,14-24.


— «Cuando levantéis las manos en oración, cerraré mis ojos; vues-
tras manos están cubiertas de sangre: no os escucharé aunque multi-
pliquéis vuestras plegarias» (Isaías 1,15).

112
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

— Recuerda lo que el Señor dice en Mateo 5,23-24: «Si mientras


llevas tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene queja
de ti, deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu
hermano y después entrega tu ofrenda».
— Y también Mateo 25,31-46: lo que el Señor dirá en el Juicio
Final,su última palabra.

Afina tus sentidos

Arrodillado recé
cuando iba ya a acostarme,
-rutina mañana y tarde-:
«Bendice a todos, te pido
-dije con devoción sentida-,
al corazón desolado
dele aliento tu venida;
del enfermo abandonado,
cura y sana Tú la herida
y permanece a su lado
dando esperanza a su vida».

Al clarear la mañana,
¡oración al levantarme!
Luego me marché a lo mío
sin de los otros cuidarme,
el corazón seco y frío,
durante toda la tarde.

Todo el día en mis faenas


no traté de oír los llantos,
secar lágrimas ni penas,
ni aliviar los desencantos.

113
EN CAMINO CON DIOS

No arrimé el hombro en ayuda,


no eché una mano al amigo,
ni pregunté por la enferma
que vive en este edificio.

Y al acabarse ya el día
otra vez me arrodillé:
«Bendice a todos», te dije
con gran devoción y fe.
Pero al marcharme a la cama
oí un murmullo en mi oído:
«¿Por qué repites de nuevo
tanto rezo sin sentido?
Hipócrita, deja tus preces,
¿a quién hoy has ayudado?
Las bendiciones se otorgan
a los servicios prestados».
Bajé mi cara dolido
y oré con todo recato:
«Perdóname, que he mentido,
en mi plegaria te engaño:
hazme vivir con sentido
y practicar lo que he orado».

La oración no cambia las cosas,


cambia a los que rezan,
y ellos cambian las cosas.

114
16
Los demás

E L CRUCERO SE había estrellado durante la tormenta contra los


acantilados de la isla.Y sólo dos personas se habían salvado. La isla
era un desolador desierto.Tom y Dick pudieron pronto comprobar
que en ella no había nada. Imposible sobrevivir. Ambos se pusieron
de acuerdo en una cosa: no les quedaba otro recurso que rezar. De-
cidieron separarse e irse cada uno a un extremo de la isla.
Naturalmente, la primera oración consistió en pedir comida.
A la mañana siguiente Tom se despertó debajo de un árbol lleno
de fruta,que no estaba allí el día anterior. Antes de que pudiera salir
de su asombro una fruta madura y apetitosa cayó exactamente en
sus manos.
Nada sucedió al otro lado de la isla.
Tom pidió a Dios una choza, luego ropa y vestidos, más comi-
da... Como por arte de magia, al día siguiente cada cosa aparecía
en su lado de la isla.Incluso,al sentirse solo,solicitó una mujer.Pues
bien, otro barco zozobró en las cercanías y a nado llegó la única
superviviente.
Mientras tanto, nada sucedía en el lado de Dick.
Cuando ya había pasado la novedad de pedir y obtener,Tom
pensó en que era hora de volver a casa y pidió un barco. Allí esta-
ba esperándole a la mañana.Todo preparado para que subiera a

115
EN CAMINO CON DIOS

bordo. Pero, primero, había que avisar al pobre Dick. ¿Sí? ¿Y por
qué? Estaba claro que Dick no era un persona buena,ya que ni un
solo día Dios había escuchado sus oraciones.
Pero cuando iban a levar anclas,Tom oyó una voz imperiosa:
— P e r o ¿es que vas a dejar abandonado a Dick?
— T ú eres el que pareces haberle abandonado, Señor. No has
satisfecho ni una de sus oraciones.
— S i no hubiera sido por Dick, tú no habrías recibido nada.
Tom trató de ver quién era realmente el que le hablaba. Al no
ver a nadie, prosiguió:
— P e r o ¿qué le debo yo a él?
— D i c k sólo pedía una cosa: que te concediese a ti todo lo
que me pidieras.

Explora t u m e n t e

— ¿Tienes la costumbre de rezar por los demás, especialmente


por quienes se cuidan de tus necesidades y, sobre todo, por tu propia
familia?
— ¿Crees que tus oraciones tienen el poder de conseguir «mi-
lagros» para los demás?
— ¿Cómo entiendes la oración «de petición»?
— En tu oración ¿pides habitualmente a Dios salud, riquezas,
seguridad,éxito... para ti mismo y para los demás? ¿Pides también
dones «espirituales»: intimidad con Dios, generosidad, espíritu de
sacrificio,compasión, saber perdonar.. ?

Despierta t u corazón

Todos somos hermanos y hermanas, hijos de Dios. Debes culti-


var ese espíritu de «familia global».Tienes gue rezar no solamente
por ti mismo y tus parientes, sino también por los demás. Al tener-
los presentes en tu oración, te sientes más cercano a ellos y poco a
poco los prójimos se van convirtiendo realmente en próximos.

116
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Aunque no tengas una prueba tangible de que así es, has de


creer que tus oraciones tienen un efecto saludable en la vida de
aquéllos por los que has rezado, ya que confías en la bondad de
Dios.
Encomendarles a Dios, desde otro punto de vista, resulta casi
imprescindible, pues nuestra propia subsistencia y crecimiento d e -
pende en buena medida de la gente. Hasta por tu propio interés
te conviene que tus peticiones sean universales.
Juan de Cronstadt escribe:«¿Por qué tiene tanto poder nuestra
oración cuando la hacemos a favor de los demás? Porque, al ha-
cerme uno con Dios en la oración, no me junto con Él yo solo, si-
no que conmigo se unen a nuestro Señor todos aquéllos por los
que rezo. El Espíritu Santo que obra en mí, obra al mismo tiempo
en ellos. Él lleva a cabo todas las cosas».
Así como el amor de Dios hacia ti es un amor que sale de sí
mismo, así tu contacto con Dios en la oración ha de empujarte a
salir de ti.

Eleva t u espíritu

— «Rezad unos por otros: mucho puede la oración solícita del jus-
to» (Santiago 5,16).
— «Rezad en toda ocasión por todos» (Efesios 6,18).
— Jesús nos encomienda a Dios: «Te ruego, Padre,por los que me
has confiado. ..y no sólo por ellos, te pido también por los que han de
creer en mí por medio de sus palabras...». Puedes leer todo el pasaje
en Juan 17,9 y 20-21.
— San Pablo pide que recen por él: «Rezad también por mípara
que, cuando abra la boca, se me conceda el don de la palabra y pueda
exponer el secreto de la buena noticia» (Efesios 6,19).
— Reza despacio y meditando las palabras del «Padre Nuestro»
(no es el «Padre Mío»).
— «Doy gracias sin cesar a Dios por vosotros {...) Él os confirmará
hasta el final para que el día de Nuestro Señor Jesucristo seáis irrepro-
chables» (1 Corintios 1,4-8).

117
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

Señor Jesús, que unes en tu Cuerpo


a todas las familias y naciones de la tierra,
que has hecho de todos nosotros
hijos e hijas de un mismo Padre,
danos un alma fraternal
a todos los que amas,
a todos mis hermanos y hermanas.
Perdónanos nuestros odios,
rencores y resentimientos,
I y enséñanos a perdonarnos.
Perdona que limitemos el horizonte
a las montañas de nuestro pueblo,
a los ríos de nuestra nación.
Perdona que no sintamos las heridas
que desgarran el mundo entero.

Enséñanos a estremecernos
con las páginas de los periódicos,
los libros de historia o geografía,
las películas y los documentales.

Enséñanos, tú que estás


en las autopistas y carreteras,
que eres compañero de ruta
de todos los hombres y mujeres,
enséñanos a reconocerte
en las encrucijadas del mundo.

H. Perrin

118
LA FUENTE DE LA FELICIDAD

Recé yo por ti hoy mismo


y sé que Dios me ha escuchado.
Sentí clara su respuesta
aunque no me la haya dado.

No pedí riqueza o fama


-sabía que no querrías-,
le pedí te diera gracias
que tú mismo pedirías.

Que él junto a ti estuviera


al comenzar la mañana,
que te colmara de amor
al mediar la jornada,
y, ya cansado y feliz,
a la noche te velara.

El amor desinteresado
es la llave de oro
que abre los corazones.
EN CAMINO CON DIOS

1
i 1
1
^¿aceite

Jbey/umac¿& de mi viday

cmüe a¿óerwfia

c¿e¿0et

I
Elige amar-y no odiar
Elige reír-y no gruñir
Elige edificar - y no derruir
Elige perseverar - y no desistir
£2 Elige alabar - y no criticar
Elige curar - y no herir
Elige dar - y no acaparar
Elige actuar - y no diferir
Elige rezar - y no desesperar

1 ,,,,,, •
|| Elige perdonar - y no maldecir
PNoberi Webber

120
SEGUNDA PARTE

Ingredientes para la felicidad


INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD
Esquemo

5. Una personalidad equilibrada


17. Conocerte
18. Estimarte
19. Sentirte seguro
20. Aceptarte
6. Actitudes positivas
21. Vivir el presente
22. Los problemas en su contexto
23. Constancia
24. Las emociones
7. Un espíritu indomable
25. Aceptar retos
26. Hacer reales los sueños
27. No cansarse de explorar
28. Siempre más alto
8. Magnanimidad
29. Perdón
30. Respeto
31. Compasión
32. Sanar
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Hace muchos, muchos años


me topé con una tienda
que me llamó la atención
por su insólita apariencia:
«Almacenes La Alegría»
era su extraña leyenda.
«Entre sin pensar», rezaba
un gran rótulo en la puerta.

Con una sonrisa franca


acudió y con gran presteza
un amable dependiente
que me adjudicó una cesta.
«Se la doy bien grande y hermosa,
llénela con lo que vea:
toda clase de ingredientes
para causar Complacencia,
producir Felicidad
y esparcir a manos llenas
Alegría, Gozo y Dicha,
Júbilo, Paz, Risa y Fiesta
no sólo para usted,
para todos los que quiera.»

Paquetes de Atrevimiento,
botes de Amor e Indulgencia,
el Cariño y la Ternura
estaban allí de oferta,
en cajas, la Tolerancia,
envasada, la Paciencia,

125
EN CAMINO CON DIOS

había Fe en cantidad,
y no faltaban las esencias:
Caridad, Bondad, Confianza
y Misericordia inmensas.
Sacos grandes de Humildad
se amontonaban por tierra.

«No se olvide de los frascos


de la gracia y la oración
que sazonan el producto
y le dan gran duración.»

Al fin me acerqué a la caja


de mercancías cargado:
«¿Cuánto le debo en total?»
«Pagó Dios hace ya un rato.»

Hedwig Lewis, S J .
(inspirado en Heaven's Grocery
Store, de autor anónimo)

126
J
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

5. U N A P E R S O N A L I D A D E Q U I L I B R A D A

Te pido,Virgen María,
un corazón abierto y nuevo
como el corazón de un niño,
como las aguas limpias,
transparente, claro y sencillo.

Dame un corazón generoso


gue no recuerde ni guarde
enconos viejos ni rencores,
un corazón magnánimo
para darme alegremente.
Un corazón agradecido y grande
que no olvide las cosas pequeñas.
Un corazón que, por su flaqueza,
entienda y acepte con simpatía
la debilidad ajena.

Dame un corazón bondadoso y humilde,


que quiera y ame sin ser correspondido,
sin imponerse al corazón de los demás.
Un corazón noble y jovial,
que no se amargue por disgustos,
ni se enfríe por contratiempos y reveses,
gue no se irrite por olvidos y descuidos,
ni se desanime por desaires o desprecios.

En fin, dame, Madre, un corazón tal


que se enamore locamente de tu Hijo,
y que me arrastre, como torrente impetuoso,
a trabajar por su honor y gloria
hasta gue tú me acojas en tus brazos.

127
17
Conocerte

L J N ANTIGUO ASHRAM (algo así como un monasterio) acepta-


ba solamente un novicio cada año. Eran muchos los aspirantes
que esperaban con ansiedad la crucial entrevista. Todos sabían
que sería muy corta: el gurú sólo hacía una pregunta. Nadie sabía
cuál ni sobre gué materia.
Hubo años que ninguno de los pretendientes consiguió el d e -
seado ingreso.
Uno de los candidatos, Vijay, se había empeñado en ser el ele-
gido y, para ello, se dedicó a prepararse concienzudamente. Se e n -
trenó para contestar «cualquier» pregunta. Devoró volúmenes de
espiritualidad, historia, ciencias, literatura. Memorizó la sabiduría de
los antiguos y los modernos. El día de la entrevista se le veía rela-
jado mientras esperaba su turno en medio de sus nerviosos c o m -
pañeros.
Cuando se anunció su nombre, se adelantó con calma y entró
confiadamente a la presencia del gurú.
—Vijay -le sonrió éste—, pregúntate a ti mismo «¿Quién soy
yo?»,y luego me cuentas lo que te has contestado.
Se quedó atónito. Se sintió perdido. No sabía qué decir ni por
dónde empezar. Después de una larga lucha Interior,acabó confe-
sando que no estaba seguro de la respuesta.

129
EN CAMINO CON DIOS

Así que le señalaron la puerta y le invitaron a que siguiera otro


camino.

Explora t u m e n t e

— Pregúntate a ti mismo: ¿Quién soy yo?


— A esa pregunta ¿qué respuestas te parecen más atinadas?
¿Son las mismas que Dios daría acerca de ti?
— ¿Experimentas que tienes algo de «único»? ¿En qué sentido?
— ¿Notas que hay en ti diversas «identidades» o «personalida-
des» que han de ser concilladas e integradas?
— ¿Buscas honestamente la verdad completa sobre ti mismo?
— ¿Estás dispuesto a aceptar la opinión ajena sobre ti?
— ¿Te das cuenta de gue el conocimiento propio es clave a la
hora de tomar decisiones?

Despierta t u corazón

El primer requisito para «fabricar felicidad» es, sin duda, conocer


bien las propias fuerzas y debilidades. «Conócete a ti mismo», in-
sistía Sócrates. Esa autoconciencia es indispensable si quieres es-
tablecer con la gente unas relaciones armoniosas y pretendes ser
señor de tu vida.
Esa comprensión de ti mismo no se consigue estudiando libros.
Se consigue en soledad y silencio,dejando que tu corazón hable por
sí mismo y prestando atención a lo que te dice. No te pongas a la de-
fensiva si guieres llegar a tu verdad más última. Este conocimiento de
sí no hay necesariamente que compartirlo a no ser que seas tú mis-
mo el que desee hacerlo. Naturalmente, siempre es bueno buscar
ayuda y contraste en un guía o acompañante.
Cuando Jesucristo se preguntó ¿Quién soy yo?», oyó la voz del
Padre en el secreto de su corazón, gue le decía: «Tú eres mi hijo
amado, mi predilecto» (Lucas 3,22). Más tarde hizo a sus discípulos
y amigos una pregunta parecida pero bien diferente: lo que p e n -
saban los demás de él.

130
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

La respuesta más básica y válida para todos a la cuestión «quién


soy yo» es siempre la misma, aquí,ahora,en todo lugar y siempre: soy
hijo de Dios y Él me quiere.Soy único. Soy un cofre lleno de talentos,
posibilidades, ilusiones.Soy un «regalo» que Dios envía a los demás.
Cuando uno busca respuestas, es bueno que no sólo mire a su
interior, sino también hacia fuera. Aprendemos mucho sobre nues-
tra personalidad atendiendo a lo que los demás nos dicen -verbal
o no verbalmente- sobre nosotros. A veces hay una gran diferen-
cia entre cómo nos vemos y cómo nos ven. Y no siempre la ima-
gen que tenemos es la verdadera.Y viceversa.
Si a esto añadimos que estamos en cambio permanente, la
búsqueda de esa respuesta es un proceso para toda la vida. Siem-
pre tenemos algo nuevo gue aprender sobre nosotros mismos.
Una vez más debemos reconocer que se hace camino al andar y
que el camino termina por configurarnos.
Por otra parte, el «yo» es una realidad compleja. En una ocasión
sólo cinco personas habían acudido a un espectáculo de Orson
Welles a base de monólogos de obras de Shakespeare. Al abrirse el
telón y darse cuenta del escaso público que había en la sala e m -
pezó su actuación diciendo: «Permítanme que yo mismo me pre-
sente. Soy actor, escritor, director de cine y teatro,arquitecto, pintor,
cocinero, mago,aficionado a los toros,enfant terrible, una autoridad
en arte... ¿Qué ha pasado para gue «nosotros» seamos tantos y
ustedes tan sólo cinco?
No es fácil descubrir todos esos «yoes», los diferentes «papeles»
que hacemos, las fuerzas, Impulsos, motivaciones que nos mue-
ven, y las remoras que nos frenan.
Más difícil todavía es integrar todos ellos de manera gue no nos
causen tensiones, uno tirando para cada lado. Pero esa madura-
ción, ese equilibrio es esencial para la «fabricación de alegría», el
primer Ingrediente en su elaboración.

Eleva t u espíritu

— Isaías 43,4 y 49,16: «Eres valioso a mis ojos,yo te aprecio (...)


Mira, llevo tatuado tu nombre en la palma de mis manos».

131
EN CAMINO CON DIOS

— Salmo 139 (138), 13-16. Agradece a Dios con este salmo el


haberte hecho como eres.
— Mateo 16,13-16. Medita cómo Jesús quiere saber gué pien-
san de él la gente y sus amigos. Dile tú también quién crees que
es.

Afina tus sentidos

Tengo que vivir conmigo,


conmigo mismo yo solo:
he de conocerme bien,
he de aceptarme sin dolo.
Lo que yo quiero y procuro
es mirarme agudo a los ojos
y verme -en espejo claro-
auténtico y sin adornos.

No quiero, al caer la noche,


refugiarme en el cinismo,
o avergonzarme y odiarme
porque no he sido «yo mismo».

No quiero guardar ocultas


mentiras y ambigüedades,
sobre mí mismo secretos,
fingimiento y falsedades.

Quiero elevar mi cabeza


con fama bien merecida,
con respeto y sin jactancia,
ni vanidad mal herida.

132
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Quiero gustarme a mí mismo


mas no puedo a mí ocultarme,
porque en lo que a mí respecta
sé lo que no sabe nadie.

Pase y pese a lo que sea,


libre de artificio y trampa,
quiero ser verdadero y justo,
aunque sólo a Ti te plazca.

Edgar Guest

Yo mismo soy el mejor regalo


que he recibido en la vida.

133
18
Estimarte

EL PÁRROCO ERA un hombre alto y fornido, de aspecto atlétlco.


Como todos los domingos, saludaba a los feligreses después de la
Misa. Llegó la pizpireta Maguí,tan pequeña como bonita. Miró hacia
arriba, muy arriba para ella,y dijo algo que él no pudo entender bien.
Se agachó, casi como si tuviese que atarse los cordones de los zapa-
t o s ^ le pidió que repitiera su pregunta.Con su vocecita blanca, Ma-
guí volvió a preguntar:
— ¿ D e gué color son los ojos de Dios?
El párroco se fijó en los de Magui.
—Azules, como los tuyos.
Tan pequeña pero, al fin, mujer, Magui se sintió halagada y fue
corriendo alegre a contárselo a su madre.

Explora t u m e n t e

— ¿Qué significa para ti la expresión: «hechos a imagen y se-


mejanza de Dios»?
— ¿Te estimas y aprecias a ti mismo, te quieres?
— ¿En qué o cómo expresas esa estima de ti?

135
EN CAMINO CON DIOS

— ¿Te fijas más en tus debilidades y fallos que en lo que hay de


bueno en ti o en los demás?

Despierta t u corazón

La semana pasada meditamos cómo la respuesta a la pregunta


sobre «quién soy yo» era el conocimiento propio. Si éste es genuino
y verdadero desemboca, necesariamente, en la estima propia por-
que has descubierto que, en la raíz más honda y verdadera, estás
«hecho a imagen y semejanza de Dios» (libro del Génesis 1,26),
con todos los dones y la belleza interna que recibiste al nacer (la
belleza externa es,en última instancia,superficial,tan profunda c o -
mo la piel).
Se te ha regalado también una mente y un corazón gue te ha-
cen «completamente humano y plenamente vivo».Y, resumiendo,
puedes aplicarte la bella frase del Génesis (1,31):«l//o Dios loque
había hecho y era muy bueno».
Todo eso lo tienes, es tuyo; lo importante es gue aprendas a
descubrir y reconocer todos esos dones de Dios y a usarlos debi-
damente. Si no lo haces, existe el peligro de gue sufras «complejo
de inferioridad», que te vuelvas envidioso y rencoroso, que acabes
teniendo momentos de depresión y que, desanimado, te des a la
mediocridad y abandones toda Ilusión y esfuerzo por hacer algo
grande en la vida.
Mientras que si tienes esa autoestima, sentirás un entusiasmo y
un brío capaces de enfrentarse a la vida tal y como venga, te sen-
tirás capaz de luchar y alcanzar metas más altas y más difíciles.
EL GRAN DESAFIO
Piet Bremen rezaba así: «Cuando me veo con tus ojos, Señor, e m -
piezo a apreciar mi innegable valor,aprendo a estimarme de nuevo».
Por otra parte, no des crédito a la lisonja ajena: «Del mérito propio sale
el resplandor y no de la tinta del adulador», decía Quevedo. No hay que
confundir tampoco autoestima con autocomplacencia.
Un conocido astrónomo le dijo a Albert Einstein un día:
— A los ojos de un astrónomo, el hombre es sólo un insignifi-
cante punto en el universo infinito.

136
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Einstein, que acababa de ser elegido «Personalidad del siglo»,


replicó:
—Sí, a mí también se me han pasado esas ¡deas por la cabeza.
Pero me he dado cuenta de que ese punto insignificante es un
hombre que, a su vez, es también un astrónomo.
Y Edward E. Hale solía decir:«Soy solamente uno, pero soy uno. No
puedo hacerlo todo, pero puedo hacer algo.Y lo que puedo hacer,
debo hacerlo.Y lo que debo hacer lo haré con la gracia de Dios».
Distribuirás a tu alrededor alegría y felicidad si estás contento
contigo mismo, si aprecias y estimas ese núcleo básico que eres tú.
«El secreto de la felicidad es estar a gusto contigo mismo» (B.B.
Fontenelle).

Eleva t u espíritu

— «Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a su propia imagen,


varón y mujer los creó,ylos bendijo al crearlos» (Génesis 5,1 -2).
— «¿A/o sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que
recibís de Dios y reside en vosotros?» (1 Corintios 6,19).
— «A/o te fijes en las apariencias ni en la estatura... Dios no juzga
como los hombres, que ven sólo la apariencia: Dios ve el corazón» (1
Samuel 16,7).
— «Tú eres mi dueño, Señor, todo lo bueno que tengo me viene de
ti» (Salmo 16,2).
— «Debemos usar los dones diversos que poseemos según la gra-
cia que nos han concedido» (Romanos 12,6).

Afina tus sentidos

I Una flor puede despertar un sueño,


un pájaro puede anunciar la primavera,
I un canto puede alegrar un momento triste,
un árbol puede ser el origen de un bosgue.

137
EN CAMINO CON DIOS

Una sonrisa nos habla de amistad y júbilo,


un apretón de manos conforta a veces,
una risa franca acaba con la melancolía,
una mano en el hombro te reanima.

Un voto puede cambiar una nación,


un solo rayo hace lucir una estancia,
una lámpara ahuyenta la oscuridad,
una estrella en el mar guía al barco.

Un paso es el inicio de una larga ruta,


una palabra da comienzo a una oración,
un esperanza levanta el espíritu,
una sonrisa prende la chispa del amor.

Una voz puede hablar sabiamente,


un corazón conocer bien la verdad:
una vida no merece ser derrochada.
¿Lo ves? De ti depende; en ti está.

Sólo conozco una fórmula de la felicidad:


sé buen amigo de ti mismo
(P.Solignac)
19
Sentirte seguro

EL MÚSICO POLACO Ignace Jan Paderewski (1860-1941) fue pia-


nista, compositor y también político.Su modo brillante y a la vez,de-
licado de tocar le granjeó premios abundantes y una popularidad
que no se había conocido desde los tiempos de Franz Liszt.
Y todo eso se debió a la confianza que siempre mostró en sí
mismo. Si no hubiese sido por ella, nadie se acordaría de aquel ar-
tista polaco.
Comenzó a estudiar en el conservatorio de Varsovia. Sus profe-
sores trataron de disuadirle,ya que -según afirmaban- sus manos
no eran adecuadas para tocar el piano. Le animaban a que se d e -
dicase a componer. Incluso el gran músico Theodor Leschetzky,
con el que estudió más tarde, le dijo:
—Podrías haber llegado a ser un buen pianista si hubieras c o -
menzado antes;ahora ya es tarde.
Pero nada le desmoralizaba ni acobardaba. Paderewski estaba
convencido de que su vocación era la de pianista.Tenía tal c o n -
fianza en ello que se dedicó a practicar y practicar horas y horas
con la certeza de que triunfaría.
Hizo su debut en Viena en 1887 y en París en 1888. En 1891 dio
el primero de sus muchos conciertos en los Estados Unidos. Ade-
más de fama, consiguió una gran fortuna. Siempre se mostró su-

139
EN CAMINO CON DIOS

mámente generoso con su patria, con los músicos pobres y los re-
fugiados judíos.

Explora t u m e n t e

— ¿Tienes confianza en ti mismo? ¿Es firme?


— ¿Estás convencido de que tienes potencial y capacidad su-
ficientes para superar toda oposición y dificultad? ¿Estás seguro de
conseguir lo que te propones?
— ¿Crees que a la hora de desarrollar plenamente tus faculta-
des tienes la ayuda y el empeño de Dios de tu parte?
— ¿Hay algo que te asuste, que mine la seguridad y confianza
que tienes en ti?

Despierta t u corazón

La confianza en ti mismo se funda en el convencimiento de


que tienes una identidad y un valor propios, que c o m o persona
posees unas riquezas humanas indudables. Esa seguridad abre y
ensancha los horizontes y añade una nueva dimensión a la vida.
Te da intrepidez y audacia para emprender proyectos y asumir
riesgos.
Si esa certidumbre se basa, en último término, en Dios, irradia-
rás confianza a tu alrededor y te ayudará a tratar con los demás
con más convicción y también con más suavidad.
La genuina seguridad en ti mismo no te volverá altivo ni pre-
suntuoso, pero te hará sentirte orgulloso de tus talentos, cualida-
des y poderes.Te ayudará a ser valiente e intrépido, pero no des-
carado ni indiscreto. Te hará realmente humilde, cuando te des
cuenta de que Dios te ha bendecido con mucho más de lo que tú
mereces.
Por otra parte, la enfermedad y la muerte son cosas que pue-
den socavar esa seguridad fundamental al poner en peligro tu vi-
da. Por eso es tan importante saberte en las manos de Dios, quien

140
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

es el que te mantiene en la existencia y te ha hecho partícipe de


una vida que no se acaba.
Connie Whiting lo explica así: «Una montaña es tan alta como el
ánimo que tú tengas para subirla; una montaña es tan ancha y tan
extensa como el camino que elijas... Puedes quedarte al pie de los
montes, no tienes por qué esforzarte... pero ¿dónde se quedaría la
alegría y la aventura? ¿Te gustaría vivir una vida en la que tus sueños
murieran a tus pies sin tan siquiera nacer? Haz acopio de coraje, re-
úne tus fuerzas: ¿quién sabe lo alto que puedes volar?».
Por supuesto, sin confianza en sí mismo no hay felicidad dura-
dera.

Eleva t u espíritu

— Aplícate lo que el Señor dice en el evangelio de Mateo 17,


20: «S/ tuvierais fe como un pequeño grano de mostaza, diríais a aquel
monte que se trasladara allá,y se transportaría. Nada os resultaría im-
posible».
— Lee y medita el salmo 36 (35).
— Salmo 31 (30), 15: «Yo confío en ti, Señor; tú eres mi Dios».
— Reflexiona sobre lo que dice San Pablo (1 Corintios 1,27-29):
«Dios ha elegido a los locos del mundo para humillar a los sabios, Dios
ha elegido a los débiles del mundo para confundir a los fuertes. A los
plebeyos y despreciados ha elegido Dios, a los que nada son, para
anular a los que son algo.Y así nadie puede engreírse ante Dios».
— Contempla la falta de confianza de Pedro cuando Jesús le
hace andar sobre las aguas (Mateo 14,25-33).

Afina tus sentidos

flj Con cada tropiezo aprendo


a caminar por las peñas
y sé gue a base de risas
se acaba con la tristeza.

141
EN CAMINO CON DIOS

Noto muy dentro una fuerza


como nunca antes sentía,
y una paz que me desborda
como un torrente en crecida.

Realidad y apariencia
ahora bien las distingo:
y sé que es tonto fingir
el valor que no he tenido.

Mis días volando van


pero los disfruto uno a uno,
muy rico me considero
por vivirlos tan a gusto.

Con los demás y conmigo


trato de ser más paciente;
nadie da algo de verdad
si antes no se da a la gente.

Mi vocación he encontrado,
lo que yo tengo que ser,
y si los demás se mofan,
pues... ¡qué le vamos a hacer!

Grace E. Easley

No debemos rebajamos a ser copias:


Dios hizo un «original» de cada uno.

142
20
Aceptarte

ScOTT PECK, bien conocido como escritor, era también psicó-


logo del ejército americano en Oklnawa. En su libro Un camino sin
huellas (Barcelona, Emecé, 1996) narra la entrevista gue mantuvo
con un sargento que tenía problemas serios, debido a la bebida.
— ¿ T e gusta leer?
— D e s d e luego, claro que me gusta.
—Entonces, ¿por gué no te dedicas a leer por las tardes en lu-
gar de beber?
—Imposible, con el ruido gue hay en los barracones...
— ¿ Y por qué no vas a la biblioteca?
— C a e muy lejos.
— ¿ M á s lejos que el bar al que vas a beber?
— B u e n o , para decirle la verdad, no me gusta mucho leer.
—¿Te gusta pescar?
—Naturalmente. ¿A quién no le gusta pescar?
— ¿ P o r qué no vas a pescar en vez de a beber?
— N o me gusta ir solo.
—Conozco varios grupos que van de pesca casi todos los días.
— E s que, realmente, eso de pescar no me gusta mucho.

143
EN CAMINO CON DIOS

— B u e n o , creo que lo que quieres decirme es que sí que hay


otras maneras de pasar el rato, pero lo que a ti te gusta es beber.
—Sí, así es.
— P e r o la bebida te está causando todos estos problemas.
— E s que esta maldita isla te empuja a la bebida.

Explora t u m e n t e

— ¿Te aceptas tal cual eres, con tus valores y limitaciones?


— ¿O te has acostumbrado a «racionalizar», buscar excusas, ra-
zones aparentes, para no tener que reconocer tus debilidades?
— ¿Tratas de echar la culpa de tus negligencias y faltas a otros
o a las circunstancias?
— ¿Sueles posponer trabajos y tareas que son difíciles o desa-
gradables en lugar de darles prioridad?¿Qué razones te das?
— ¿Crees que tus limitaciones y deficiencias son un inconve-
niente para vivir plenamente tu compromiso cristiano?

Despierta t u corazón

Has reflexionado y orado sobre tus riquezas y valores como


criatura hecha a «imagen y semejanza de Dios». Sin embargo, c o -
mo todo ser humano, también tienes limitaciones, debilidades e
inclinación al mal. Son parte tan integral de tu proceso de realiza-
ción en la vida como los aspectos positivos que hay en ti.Saber es-
to y aceptarlo te ayudará a estar en guardia,y no volverte presun-
tuoso ni arrogante.
Quizás te has dado cuenta de que, a veces,tratas de justificartu
conducta buscando argumentos que tú mismo ves que son poco
convincentes. O incluso echas la culpa a algo o alguien. Solemos
caer en esa trampa cuando queremos escabullimos de algo desa-
gradable. Siempre sabemos encontrar razones para evitar lo que
no nos gusta o para excusarnos de lo que hemos hecho o dejado

144
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

de hacer.«Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendrás», nos


recuerda el viejo dicho.
«Hay una gran diferencia entre interesarse en algo o comprome-
terse a ello.Cuando uno está comprometido, no busca excusas» (Ken
Blanchard).
Deberías preguntarte si buscas con frecuencia excusas o jus-
tificaciones para no dar tiempo a la oración, librarte de obliga-
ciones sociales, no prestar ciertos servicios a la comunidad u
otras responsabilidades.
Y, todavía más importante, examina cómo actúas cuando has
de tomar decisiones:qué razones, verdaderas o falsas,te mueven a
decidir los temas cotidianos y las elecciones más serias, como tu
carrera o vocación.

Eleva t u espíritu

— Ya el Señor avisaba a aquéllos que anteponían su conve-


niencia al compromiso: Lucas 9,57-62.
— Lee, con ese trasfondo, la parábola de las diez vírgenes y la
de los talentos: Mateo 25,1 -30.
— También la pereza tiene relación con este tema: Prover-
bios 26,13-16.
— Y, para que no creas que se trata sólo de ti, lee y medita Ro-
manos 7,14-25.

Afina tus sentidos

Cegada por el temor


no puede ver ni creer
las cualidades que el cielo
le regaló al nacer.

145
EN CAMINO CON DIOS

Bien sabe que hay esperanza,


lo sabe más que de sobra,
pero,cerrada en su infierno,
ha elegido vivir sola.
Allí se siente tranquila,
echada la cerradura,
es su zona reservada,
no le hables de aventura.

Salir supone enfrentarse


a lo desconocido y nuevo,
respirar aires distintos,
tantear otros senderos.
Prefiere estar a cubierto,
pues fuera de su morada
hay riesgo de ser herida,
quizá de ser rechazada.

Escapa y corre a esconderse,


reprime sus sentimientos,
rechaza cualquier pasión,
arruina así sus talentos.

Condenada de por vida,


amargada por la pena,
¿no es hora ya de que rompa
de una vez su cruel cadena?

Ramona LAnderson

146
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

«Haz que ya el viejo pecado


no lleve al hombre engañado,
y hágale tu claridad
salir de sus vanidades;
dale, Verdad de verdades,
el amor a tu verdad. Amén»
Himno de Laudes

Es fácil evadirse de las responsabilidades,


pero no es tan fácil evadirse de la responsabilidad
de haberse evadido de las responsabilidades.

147
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

6. A C T I T U D E S P O S I T I V A S

No te pido en mi oración
ser rico, sabio, importante,
poderoso o incluso bueno,
simplemente, ser brillante:
irradiar salud y alegría,
valor, calma y buen talante.

Quiero vivir sin envidias,


odios, caprichos o miedos.
Quiero ser sincero y honrado,
honesto de mente y cuerpo.

Decir «no sé» sin vergüenza,


siendo franco y sin complejos.
Quiero tratar yo con todos
como iguales, con acierto.

Pido también que sus vidas


los demás vivan a tope:
lo más alto, lo más bello,
que lo mejor todos logren.

Que no sea censor,


chismoso,fisgón o intruso,
dé consejos o imponga
mi parecer a ninguno.

Si he de ayudar a la gente,
sea de modo discreto,
sin órdenes ni lecciones,
sin que se pierda el respeto.

149
EN CAMINO CON DIOS

Mejor que hagan ellos mismos


todo lo que está en su mano
y yo les sea de ayuda
con mi cariño y trabajo.

Todo queda ya expresado:


mi oración es ser radiante,
irradiar alrededor
vida y alegría abundantes.
ElbertHubbard

150
21
Vivir el presente

I E O B L J S C A G L I A , un popular «consejero amoroso» norteame-


ricano, contó una vez una Interesante experiencia que vivió en su
familia.
Aquella tarde el padre de Leo había vuelto del trabajo con una ca-
ra que dejaba adivinar lo peor. Reunió a toda la familia. Luego les hizo
sentarse y les informó afligido que su socio se había llevado todo lo
que tenían y nadie sabía dónde estaba.Se habían quedado sin nada.
Al día siguiente,cuando todos se habían ido a sus tareas, la ma-
dre sacó sus joyas y eligió las gue creyó que podrían venderse.
Cuando volvieron a la tarde, todos esperaban más desgracias y
malas noticias. El padre estaba todavía más deprimido y desespe-
rado. Pero cuál no sería la sorpresa de todos cuando, al entrar al co-
medor, vieron que la mesa estaba preparada como si fuese la no-
che de Navidad.
El padre se sintió contrariado y se enfadó de verdad. Miró a la
madre y,en italiano, le preguntó ásperamente si se había vuelto lo-
ca. La madre respondió con calma:
—Cuando necesitamos alegría y felicidad es hoy, cuando esta-
mos afligidos, no la semana gue viene,que no sabemos qué pasará.
La familia se miró en silencio, algunos respiraron hondo, otros
comenzaron a sonreír, y cada uno comenzó a sugerir modos de

151
EN CAMINO CON DIOS

ganar dinero y mejorar la situación. Incluso Leo, el más pequeño, se


ofreció a vender periódicos antes de ir al colegio. Su hermana pro-
metió trabajar horas extras. Cada uno haría algo.
La atmósfera cambió totalmente, la tristeza y abatimiento die-
ron paso a una determinación por salir a flote.Y todo gracias a la
gran sabiduría de la señora Buscaglia.

Explora t u m e n t e

— ¿Podrías decir de ti que eres una persona que vive a fondo el


momento presente?
— ¿Te preocupan demasiado tal vez los fracasos de ayer o los
miedos del mañana?
— ¿Te afecta el pesimismo o el optimismo de otras personas?
¿Contagias desilusión o esperanza a los demás?
— ¿Sabes animarte -y animar a otros- a tomar los avatares de
la vida con realismo, a afrontarlos con calma?

Despierta t u corazón

Una de las frases más conocidas de la antigüedad es de Horacio:


«Carpe diem». Es decir, disfruta del momento presente, aprovecha,
goza cada día de tu vida. Para que así sea has de tener un comple-
to control de ti mismo y un juicio claro para poner cada cosa en su
sitio, discerniendo todo cuanto ocurre en tu vida entera.
Nuestra existencia, lo sabemos, tiene sus altibajos, sus luces y
sombras. La experiencia nos dice a todos que cosas que parecían
verdaderas tragedias o desgracias no han sido ni tan horribles ni
tan desdichadas y, al final, han resultado ser una bendición.
Vivir el momento presente presupone mucha confianza en
Dios:dejaren sus manos el pasado,el presente y el futuro,fiarse de
su solicitud y cuidado, sabiendo que él se cuidará de todo. Esto ha-
ce que, en la práctica, una tragedia pasajera no arruine el ritmo de
tu corazón ni perturbe tu armonía con los que viven alrededor.

152
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

No quiero decir con esto que no has de planear, pensar en el f u -


turo e, Incluso, soñar.
De lo que se trata es de que sepas lidiar las situaciones por las
que pasa tu vida, sin hacerte añicos cada vez que algo se cae a tus
pies.Que n o t e mantengas Infeliz y angustiado por mucho tiempo,
sino que aprendas a enhebrar los hilos rotos lo antes posible y
continúes tejiendo el tapiz de tu vida. Recordando siempre que
debes seguir tu camino y, además, ser un «fabricante de alegría».
Cuando preguntaron a una mujer famosa cuál era el secreto de
su éxito en la vida, respondió:
—Cada mañana al despertarme me digo a mí misma en voz al-
ta:«Hoy me va a pasar algo emocionante».Salto entonces de la ca-
ma y comienzo a esperar con expectación lo que va a ocurrir. Nun-
ca he quedado decepcionada.
Ésta es la actitud que debe tener un seguidor de Jesús, un «fa-
bricante» de felicidad.
«Nada tan nuevo como el amanecer de cada día» (Jorge Santayana).

Eleva t u espíritu

— Salmo 118 (117), 24:«£ste es el día que hizo el Señor; alegrémo-


nos y gocémonos en él».
— «No os preocupéis del mañana; a cada día le basta su problema»
(Mateo 6,34). Puedes leer todo el pasaje comenzando en 6,25.
— El futuro no está en nuestras manos. Medita la parábola del
rico necio: Lucas 12,13-21.
— «Nada os inquiete; antes bien, presentad a Dios vuestras súpli-
cas con acción de gracias» (Efesios 4,6).

Afina tus sentidos

No me guía de año en año,


ni siquiera día a día,
paso a paso y poco a poco
el Señor mi vida guía.

153
EN CAMINO CON DIOS

No conozco yo el futuro
ni me atormenta saberlo.
Él me dice:«No receles,
ve alegre por el sendero».
Su voz me calma y apacigua:
«¡El hoy es ya suficiente!».
Cuando aparezca el mañana,
Él no me dejará inerme.

¿Apurarse y angustiarse
cuando Dios nos da a su Hijo?
Ningún mal puede ocurrirme
con lo que nos ha querido.

El pasado está en sus manos,


el presente y hasta el futuro.
¿Viviré yo atemorizado
por lo que traiga de duro?

Buenos días, Señor,


contigo quiero andar por la vereda,
Tú, mi camino, mi verdad, mi vida;
Tú, la esperanza firme que me queda.
Mis ojos los hiciste para ver,
no sólo para llorar.
Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
y no olvide que eres tú.

La vida no es cuestión de metas alcanzadas


sino de momentos vividos.

154
22
Los problemas en su contexto

F
I L SEÑOR CRASTA estaba amueblando su nueva casa y había
encargado la tarea a un joven carpintero. Una mañana el mozo lle-
gó tarde. Había tenido problemas en un paso a nivel y le pilló una
congestión de tráfico.
En pleno trabajo el taladro le falló y, por mucho que trató de
arreglarlo, tuvo que llevarlo al servicio técnico.Otro rato que es-
tuvo ausente y nueva pérdida de t i e m p o . . . y de dinero,ya que
se le pagaba por horas. Más tarde, tuvo que arrostrar otros pro-
blemas. Los paneles no estaban cortados correctamente y no
encajaban entre sí. El joven carpintero acabó el día agotado y
descorazonado. Y ya, para colmo de males, cuando se montó en
su coche descubrió que tenía una rueda pinchada.
El señor Crasta, que había sido testigo de las frustraciones repe-
tidas del pobre hombre, se ofreció a llevarlo a su casa. Al llegar,el
carpintero le invitó a que entrara a conocer a su familia.
Había un pequeño árbol a la entrada. El carpintero se paró a n -
te él y, con ambas manos, tocó las ramas. En cuanto se abrió la
puerta todo su ser pareció transformarse.Su rostro se iluminó con
una sonrisa alegre, besó a su mujer y sus hijos. Nadie hubiera sos-
pechado el día que dejaba atrás.

155
EN CAMINO CON DIOS

Al volver al coche,el señor Crasta le preguntó sobre el significa-


do del gesto que había tenido con el árbol.
—Éste es mi «árbol de las preocupaciones». Doy por desconta-
do que siempre hay problemas pero -me dije un día- no tengo
derecho a abrumarles con ellos a mi mujer y a mis hijos. Por eso, al
volver a casa, primero cuelgo todos los disgustos y preocupacio-
nes en el árbol. A la mañana siguiente los vuelvo a recoger.
Luego añadió con una sonrisa picara:
— L o sorprendente es que cuando vengo a recogerlos a la ma-
ñana, no quedan ni la mitad de los que dejé colgados. Por lo visto,
la noche se encarga de ellos.

Explora t u m e n t e

— ¿Estás de acuerdo en que los problemas son parte de la vida?


— ¿Cómo los sobrellevas cuando te ocurren?
— ¿Te quitan la tranquilidad y la paz, y te sientes turbado por
ellos?
— ¿Se los encajas y endosas a otros, arruinándoles la tarde?
— ¿Tienes tu «árbol» donde dejar colgados tus problemas y tus
preocupaciones, mientras tú sigues con tu vida normal?

Despierta t u corazón

Nadie puede vivir sin problemas, y hay días en que parece que
vienen en cadena, uno tras otro, sin darnos respiro. Es, por tanto, muy
importante que aprendas a ponerlos «en su sitio», es decir, a tratar de
resolverlos o capearlos en su terreno sin mezclarlos en una única bo-
la de nieve cuyo grosor y espesor crece y crece pesando sobre el
conjunto de tu vida.
Otra cosa que debes aprender es a tener imparcialidad y ser
justo: primero, has de discernir cuáles son las causas o quiénes son
los responsables de tus problemas; y, por consiguiente, no hagas
«pagar a justos por pecadores», no seas como aguel gue pegaba

156
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

patadas a la banqueta porque no podía clavar el clavo en la pared.


Es Injusto arruinar la paz y alegría de los demás haciéndoles vícti-
mas de tus tensiones o problemas.
Quizás a ti también podría ayudarte tener tu «árbol» donde col-
gar preocupaciones y dificultades. Ese árbol puede ser una persona,
una cita que has encontrado en un libro, una oración, el crucifijo...
Lo importante es desarrollar una actitud que te ayude a mantener el
control de tus emociones y afrontar los conflictos constructivamen-
te evitando involucrar en ellos a los demás cuando no tienen la cul-
pa de que se produzcan.
Uno de los famosos poemas de Charles Péguy comienza así:
«A/o me gusta el hombre que no duerme, dice el Señor». Y, luego, va ex-
plicando cómo Dios nos ha dado todo el día para trabajar y preo-
cuparnos, pero espera que,al acostarnos,dejemos todo lo que nos
preocupa a su cuidado.
Una oración de la noche nos recuerda: «Como el niño no sabe
dormirse sin agarrar la mano de su madre, así descansa mi alma se-
gura sabiendo que eres tú quien nos guarda. Tú, Señor, cuidas los sue-
ños de la noche, tú alivias el último cansancio, tú borras las huellas de
mi llanto».

Eleva t u espíritu

— «¿A/o ardían nuestros corazones en el camino cuando nos ex-


plicaba las Escrituras?» (Lucas 24,32).
— Salmo 55 (54), 22: «Pasa tus cargas y cuidados al Señor».
— «YJesús salió cargado él mismo con su cruz» (Juan 19,17).
— «Acudid a mí los que andáis agobiados y cansados y yo os alivia-
ré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy tolerante y humilde,y
os sentiréis aliviados. Pues mi yugo es blando y mi carga, liviana» (Mateo
11,28-30).
Cuantas veces se lo he dicho
a los enfermos, hoy el Señor me dice
ESTO TAMBIEN ES PARA VOS!!!
PONELO EN PRÁCTICA

157
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

¿Cómo te encontraremos
al declinar el día
si tu camino no es nuestro camino?
Detente con nosotros,
la mesa está servida,
caliente el pan y envejecido el vino.

¿Cómo sabremos que eres


un hombre entre los hombres
si no compartes nuestra mesa humilde?
Repártenos tu cuerpo
y el gozo irá alejando
la oscuridad que pesa sobre el hombre.
Himno de Vísperas

Hoy sonreí y, al hacerlo,


desapareció el dolor,
retornó a mí la esperanza,
se atemperó la aflicción.

Hasta me animé a cantar


y se me quitó un gran peso.
Al llenarme la alegría
corrí mucho más ligero.

Olvidé tedio y disgusto,


he recuperado la calma,
pasé el día sin cansancio
y suave como una malva.

158
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

No alimenté fantasías,
ni alenté huecas ambiciones,
y en vez de sembrar cizaña,
recogí unas cuantas flores.

Hoy amé un poco más,


me quejé un poco menos,
al olvidarme de mí
a mis males puse freno.

Haz lo que puedas


con lo que tengas
allí donde estés.
23
Constancia

TODO CONDUCTOR CONOCE los neumáticos Goodyear. Seguro


gue te resulta curiosa la historia de cómo Charles Goodyear llegó
a ser lo gue fue.
La goma india acababa derritiéndose con el calor del verano.
Charles Goodyear empezó a pensar gue quien fuera capaz de pro-
ducir una goma más fuerte, a prueba del calor y, por tanto, más d u -
radera, haría una fortuna. Desde entonces se puso como objetivo
de su vida el conseguirlo, costara lo gue costase. Por naturaleza
Charles estaba dotado de gran entusiasmo y determinación, los
dos ingredientes que más contribuyeron a su éxito.
A pesar de sus muchos esfuerzos, sus experimentos fracasa-
ban año tras año. Debía dinero a amigos, vecinos y familiares. Se
vio obligado a vender todos sus muebles, a empeñar el reloj
gue tanto quería, ya que era regalo de su padre, sacrificar sus afi-
ciones y su descanso. Acabó en la cárcel debido a sus deudas.
Pero Charles no se dejaba amedrentar ni se daba por vencido
fácilmente.
Fueron diez años de trabajo abrumador, de enfrentarse a fraca-
sos y reveses, de tener que escuchar recriminaciones y afrentas...
y acabar completamente arruinado. Era el año 1838 cuando, por
fin, descubrió el método de vulcanizar la goma.

161
EN CAMINO CON DIOS

Pero no cesaron, por ello, sus fatigas: su invención necesitaba


perfeccionarse todavía, y sus acreedores continuaban persiguién-
dolo. Procuró buscar protección frente a las leyes contra la insol-
vencia, pero acabó otra vez en la cárcel por contumacia. Pero eso
mismo resultó,a la postre,una bendiciómcon la pazy tranquilidad
que le proporcionaban las rejas, pudo dar con la solución y per-
feccionar el proceso de vulcanización. Acabó pagando a todos los
acreedores y llegó a ser uno de los diez mayores inventores indus-
triales de América. Además de ganar para sí mismo fama y dinero,
había prestado un gran servicio a la humanidad.

Explora t u m e n t e

— ¿Qué nota te pondrías a ti mismo en perseverancia y tesón?


— ¿Abandonas sin más tus planes o tareas cuando te topas
con fracasos, obstáculos, oposición?
— ¿Recuerdas alguna situación en que supiste insistir y prose-
guir aun partiendo en desventaja?
— ¿Eres capaz de no desanimarte cuando las cosas no van co-
mo pensabas e incluso cuando fracasas?
— ¿En tus planes buscas solamente tu propia realización o das
también cabida al bien de los demás?

Despierta tu corazón

La vida tiene sus altibajos. Las cosas muchas veces no salen co-
mo nos gustaría. Hay obstáculos que saltar,fracasos que arrostrar.Y
nuestra naturaleza tiende a acobardarse a la primera de cambio
cuando ha de lidiar con todo eso.
Pero si cultivas en ti un espíritu fuerte y comprometido, no hui-
rás de la batalla sin luchar.Y si te ves débil o con pocos recursos, no
sentirás vergüenza de buscar ayuda.
La constancia y la perseverancia requieren una perspectiva positi-
va sobre el fracaso. Como repiten muchos de los que han triunfado

162
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

en la vida, el logro y éxito dependen, en gran manera, de saber per-


der y fracasar. Gracias a sus fracasos, los triunfadores y los optimistas
han sabido buscar y hallar soluciones gue, de lo contrario, no se les
habrían ocurrido ni en las que siquiera hubieran pensado.
Tú también puedes usar tus fracasos para descubrir las áreas o
las facetas en las que sueles fallar. Y no olvides que, cuando se
triunfa con demasiada facilidad, uno tiende a hacerse ciego a sus
propias limitaciones y creerse con demasiadas cualidades.
Yfinalmente, los fracasos te empujarán a volverte a Dios y pe-
dirle ayuda.
Una de las cualidades claves de un triunfador -y fabricante de
felicidad- es la constancia. Y el conseguir una felicidad cada vez
mayor y más extendida es un largo proceso de perseverancia, in-
sistencia... y dependencia de Dios.

Eleva tu espíritu

— Medita el pasaje de 2 Corintios 4,7-12.


— Inspírate en la experiencia de San Pablo,2 Corintios 12,10:«Por
mi parte, yo estoy con ten to con las debilidades, necesidades, persecucio-
nes y angustias (...) pues cuando soy débil, en tonces soy fuerte».
— S a l m o 3 1 (30), 1 y 15-16: «/\ ti me acojo, Señor; no quede yo
defraudado». «Yo confío en ti, Señor. Digo: Tú eres mi Dios, en tus
manos están mis azares».
— Reza con el salmo 40.
— «¡Ánimo, sé valiente! No te asustes ni te acobardes, que contigo
está el Señor, tu Dios, en todas tus empresas» (Josué 1,9).

Afina tus sentidos

Cuando las cosas van mal


-como sucede a menudo-,
cuando el sendero empinado
te hace marchar a disgusto,

163
EN CAMINO CON DIOS

cuando el dinero no llega


y nadie te presta un duro,
cuando quieres sonreír
y todo te causa susto,
cuando demandas ayuda
y te topas con un muro,
no desistas ni lo dejes
aunque lo veas oscuro,
descansa pero no cedas
a desfallecimiento alguno.

De virajes y revueltas
llena está la vida toda,
si pendiente es la subida,
la bajada, más dañosa.
Más de un fracaso ocurre
cuando ya cantas victoria,
pero nunca alcanza el triunfo
el cobarde que abandona.
Sólo el constante se lleva
la medalla más gloriosa.

El fracaso es crítica positiva.

164
24
Las emociones

LJ NA JOVEN ESTABA en una estación de Madrid esperando a


su novio, que venía en tren. Allí tuvo lo que ella afirma que fue
«una experiencia de las que cambian la vida». Ésta es su historia.
«Trataba de localizar a mi novio en medio de tanta gente. Me fi-
jé en un hombre sonriente que parecía dirigirse a mí. Se detuvo
exactamente a mi lado y entonces me di cuenta de gue su familia
estaba en el andén a mi misma altura.
Dejó las maletas en el suelo. El primero en saltar a su cuello fue
un niño de unos seis años. Se abrazaron con besos y efusiones de
gran cariño. Cuando por fin se separaron para mirarse a la cara, oí có-
mo decía el padre:
— ¡ Q u é alegría verte de nuevo! ¡Te he echado tanto de menos!
El niño, apartando sus ojos y un poco tímidamente, contestó:
— Y o también a ti, papá.
Después de dejar al pequeño en el suelo,el padre se volvió ha-
cia el mayor, de unos doce años,y, atrayendo su rostro hacia el su-
yo, le dijo:
—¡Estás hecho todo un hombre, Paco! ¡No sabes cuánto te
quiero!
Los dos se fundieron en un fuerte abrazo.

165
EN CAMINO CON DIOS

La pequeña, en brazos de su madre, no podía contener su impa-


ciencia y alargaba sus bracitos para exigir la atención de su padre.
— E h , ¡que no me he olvidado de ti, pequeña!
La tomó de brazos de su madre y comenzó a besarla por to-
da la cara y, luego, abrazarla contra su pecho, mientras la p e q u e -
ña posaba su cabeza en el hombro de su padre y se quedaba re-
pentinamente calmada.
Después de un rato,el padre pasó la pequeña a los brazos de su
hijo mayor y besó y abrazó a su esposa con un cariño que yo no
recordaba haber visto antes. Por la alegría de sus rostros y las
muestras de afecto yo hubiera pensado que era una pareja de re-
cién casados, pero su edad y sus tres hijos me decían lo contrario.
Estaba yo tan absorta en la escena que no me di cuenta de que
podría parecer descarada y molestarles con mi mirada. Por eso, y
porque sentía verdadera curiosidad, pregunté:
—Perdonen, me he emocionado. ¿Cuánto tiempo llevaban sepa-
rados?
— D o s días enteros -fue la inesperada respuesta.
Me quedé pasmada. ¿Solamente dos días? Yo había imaginado
que el padre volvía de un largo viaje, de meses pensaba yo. Mi ex-
presión debía ser tal que sentí que debía decir algo:
—Espero que mi matrimonio sea tan apasionante y feliz como
el de ustedes.
— N o espere, señorita... Decida que así sea.
Y me sonrió con aquella sonrisa tan cariñosa que yo había ob-
servado.
Luego me chocó la mano y se despidió diciendo:
— Q u e el Señor le bendiga.
Me quedé mirándoles mientras salían de la estación todos tan
unidos y alegres.
No me había dado cuenta de que mi novio me había e n c o n -
trado y se acercaba a mí.
— ¿ Q u é miras?
—Nuestro futuro -le respondí sin dudarlo.

166
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Explora t u m e n t e

— ¿Te sientes emocionalmente maduro? ¿Sabes manejar tus


diversas emociones o te sientes manejado por ellas?
— Tus relaciones ¿son afectuosas, cálidas aunque, naturalmen-
te, en diferente grado según los casos?
— ¿Correspondes al afecto de los demás? ¿Eres capaz, incluso,
de reavivar los rescoldos de viejas amistades?
— ¿Es hondo tu amor por los demás, sobre todo por tus fami-
liares y amigos?
— ¿Cómo te llevas con tus «enemigos»?
— ¿Cómo expresas tu cariño:con palabras, gestos, regalos...?

Despierta t u corazón

La madurez emocional es otro de los ingredientes esenciales


para la felicidad y la alegría. Como todo ser humano, eres un ma-
nojo de emociones y cada una de ellas desempeña un papel muy
importante en tus relaciones con los demás.
Puede ser que «sientas» de una manera pero «actúes» de
otra, d e p e n d i e n d o de tu discreción, de tu sistema de valores y
de tu interés por la dignidad ajena o los derechos humanos.
Que seas una persona feliz y q u e transmitas esa dicha a los d e -
más d e p e n d e en buena medida del modo en que controles tus
emociones.
Piensa, por ejemplo, en el amor. Suele decirse «obras son amores
y no buenas razones». Para que sea una experiencia satisfactoria, el
amor debe expresarse externamente y ser correspondido del mis-
mo modo.
El más joven de los doce apóstoles de Jesús, Juan, gozaba de
una especial «predilección» por parte del Maestro. Recordarás,
sin duda, aquella escena de la última cena cuando el discípulo
reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús (Juan 13,25). Los res-
tantes apóstoles no le tenían envidia ni se sentían molestos por
esta predilección, ya que era una relación madura, natural y no

167
EN CAMINO CON DIOS

exclusivista. Se referían a J u a n c o m o el «discípulo al que Jesús


amaba» (Juan 20,2).
Los evangelios también nos cuentan que Jesús manifestaba
sus emociones humanas de una manera normal y espontánea. Lá-
zaro era amigo de Jesús.Y Jesús lloró tristemente al informarle sus
hermanas de que había muerto.La gente comentó:«Mira cómo lo
quería» (Juan 11,3 y 36).
En otro pasaje del mismo evangelio, Jesús le pregunta a Pedro
tres veces: «¿Me quieres más que éstos?» Y Pedro, lleno de emoción,
confiesa su amor por Jesús.
Puedes encontrar inspiración en los ejemplos que han conser-
vado los evangelios de cómo Jesús expresaba sus emociones de
alegría, tristeza, amor e incluso enfado.

Eleva t u espíritu

— Lucas 18,15-17: Jesús abraza y bendice a los niños.


— Juan 7,36-47 y Lucas 10,38-41: Jesús acepta y agradece el
cariño que le muestran.
— «Te he amado con amor eterno» (Jeremías 31,3).
— Medita sobre la clase de amor que Jesús nos pide: Lucas 6,
27-36.

Afina tus sentidos

No quiero ser recordado


por hazañas de deporte,
ni por ciertas cualidades:
que si ágil o un poco torpe,
alto o bajo, guapo o feo,
con talento o de buen porte.
No son sino circunstancias
y no de peso razones.

168
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Prefiero ser recordado


como alguien que corresponde,
por el cariño y ternura
que con la gente derroche,
por los amigos que tengo,
por las personas gue apoye,
por no pedir nada a cambio,
por perdonar sin reproches,
por estar cerca de todos
sin buscar explicaciones,
por mi entrega generosa
gue rinde los corazones,
por mi fe, amor y esperanza,
que son luces en la noche.
Jerry H.

A donde vayas,
ve de todo corazón.

169
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

7. U N E S P Í R I T U I N D O M A B L E

Ocurra lo que ocurriere


sé tú mis ojos, Señor,
fuera de ti, todo es nada,
nada sino tú, mi amor.

Día y noche tú en mi mente:


dormido o despierto esté,
tú en mi recuerdo presente,
tu luz y gloria, mi fe.

Sé tú mi sabiduría,
es tuyo todo el saber.
Esté yo siempre contigo,
tú siempre a mi vera estés.
Tú eres mi padre y yo, tu hijo,
siendo uno y dos a la vez.

Sé tú mi espada y mi escudo
en el campo de batalla,
mi jardín y huerto apacibles
en los momentos de calma.

Tú, mi dignidad y encanto,


mi herencia, gozo y contento.
Ni riqueza, ni lisonjas,
ni fama, ni poder quiero.
Todo lo doy por basura
en este mundo y en el cielo.
EN CAMINO CON DIOS

Dentro de mi corazón,
tú serás siempre el primero.

Ocurra lo que ocurriere,


sé tú mis ojos, Señor,
fuera de ti, todo es nada,
nada sino tú, mi amor.
De la tradición monástica irlandesa

172
25
Aceptar retos

A
/ V L G O SE SUBLEVÓ dentro de Fréderic al oír aquellas palabras:
«Vosotros, los católicos, no servís para nada. Mucha oración, mucha
religión, pero no hacéis nada por las masas». La acusación se había
formulado en público, en el transcurso de un mitin. Corría el año
1833. Fréderic Ozanam tenía 20 años y estudiaba en la Facultad de
Derecho de París.Su primera reacción fue la de contestar allí mismo,
pero se dio cuenta de que el denunciante era un joven socialista, de
cara pálida, con gafas medio rotas, ropa raída y zapatos muy gasta-
dos. Se alejó con paso lento y con la cabeza llena de interrogantes.
Antes de dormirse aquella noche, había resuelto cambiar el mundo.
A diferencia de la mayoría de los sueños, éste no se desvaneció
al despuntar el alba. Reunió a sus seis mejores amigos y les contó
lo que había pasado la tarde anterior,y concluyó:
— Y la mitad de la población de París vive todavía peor que
aquel joven socialista. Algo tenemos gue hacer.
Como ninguno de ellos tenía experiencia en estas lides,fueron
a ver a la Hermana Rosalía, hija de la Caridad, que se encargaba de
un «comedor de los pobres». Comenzaron por ayudar allí mismo.
Luego, se reunían y cada uno contaba sus experiencias... Todos
coincidían en que, de sus contactos con los pobres, ellos eran
quienes salían más beneficiados.

173
EN CAMINO CON DIOS

El resto es historia. Fréderic fundó las Conferencias de San Vi-


cente de Paúl para visitar y ayudar a los pobres, económica y espi-
ritualmente, y también para profundizar así en su propia fe. Hoy
sus miembros están repartidos por más de 130 países. El papa
Juan Pablo II beatificó a Fréderic Ozanam en 1997.

Explora t u m e n t e

— ¿Te parece que también hoy podía acusársenos de que no


hacemos nada por los pobres? ¿Qué podrían decir de ti en c o n -
creto?
— ¿Te sientes responsable de la injusta situación de tanta gente?
— ¿Piensas que el «hacer algo» por los necesitados es un
«desafío» que hay que tomarse en serio? ¿Se te ocurren algunas
ideas sobre qué podrías hacer?
— Como seguidor de Jesús, ¿has sentido personalmente algún
otro «reto», llamada o invitación?
— ¿Has respondido, de una forma u otra, a esos desafíos y c o n -
vocatorias?

Despierta t u corazón

Algo se ha cambiado, pero todavía queda mucho. El Evange-


lio es muy exigente y radical en este tema. Jesús llamaba hipó-
critas a los que se las daban de observantes de la religión pero
no movían un dedo por ayudar a su prójimo. Repetidas veces di-
jo aquello de que «el sábado era para el hombre y no el hombre
para el sábado».
La invitación, al lavar los pies de sus discípulos, no puede ser
más clara: «Os he dado ejemplo,para que vosotros hagáis lo mismo»
(Juan 13,15).
La cuestión es que, como cristiano, has de descubrir los retos
que personalmente te plantean el Evangelio, la experiencia de
Dios y el seguimiento de Jesús. Él siempre te llama a algo más que

174
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

a cumplir unas cuantas prácticas religiosas. Y cada uno también


debe responder a ese llamamiento concreto con generosidad y li-
bertad. Ambas cosas son necesarias, pues no estamos aquí en el
plano de los deberes y obligaciones, sino en el del amor y la pa-
sión. La mayoría de las veces Dios nos invita a servir a los más ne-
cesitados y a trabajar por la felicidad de los demás {lavarles los pies).
Es lo que vienes orando todos estos días: la verdadera felicidad se
alcanza haciendo dichosos a los prójimos.

Eleva t u espíritu

— Consejos que Jesús da a sus discípulos al enviarlos en mi-


sión: Lucas 10,1-12.
— Inspírate en Jesús.Tampoco a él le es sencillo o agradable te-
ner que enfrentarse a sus retos: Lucas 22,39-44.
— También Jeremías, el mismo Moisés y muchos otros se sen-
tían pequeños ante los retos, pero Dios les anima y da confianza:
Jeremías 1,4-10, Éxodo 4,10-17.

Afina tus sentidos

Era algo que había gue hacer a toda costa.


Alguien dijo que algo habría que hacer.
• Todos dijeron que no había ninguna duda.
jjj Pero nadie hizo nada.

Alguien sentenció rotundo:


«No puede ser, nunca se ha hecho».
Al oírlo él contestó
sin petulancia,sincero:
«No seré yo quien lo afirme
sin haber corrido un trecho».

175
EN CAMINO CON DIOS

Se atusó tranquilo el pelo


y sonrió con aplomo;
y si sentía algún miedo
supo esconderlo a su modo.

Un canto comenzó a silbar


al emprender la tarea,
tarea que era Imposible,
y él acabó a la primera.

Alguien le espetó de nuevo:


«Nunca lo conseguirás,
pues nadie lo ha conseguido
y tú solo no podrás».

Se quitó, pues, la chaqueta


y se levantó las mangas,
y antes que nadie lo viera
ya se había puesto en marcha,
eso sí,sin disquisiciones,
ostentación ni jactancia.

Un canto comenzó a silbar


al comenzar esta hombrada,
empresa que era Imposible
y acabó como si nada.

Cientos te dirán: ¡No puedes!,


miles te anunciarán fiascos,
millones dirán: ¡Peligro!
Todos gritarán: ¡Cuidado!

176
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Tú saca el pecho y sonríe,


alegre silba tu canto,
y lo que «no puede hacerse»
lo acabarás por ensalmo.

Un canto empieza a silbar


al emprender el trabajo,
trabajo que era Imposible
y concluirás de un plumazo.
Edgar Guest

Hazte «posibilitario»,
descubre posibilidades:
¡siempre las hay!

177
26
Hacer reales los sueños

ESTANISLAO DE KOSTKA era hijo de una de las familias nobles de


Polonia. Nacido en 1550, cuando tenía 14 años sus padres lo envia-
ron a proseguir estudios en el colegio de los jesuítas de Viena. Dos
años después, en 1567, en el informe que los superiores jesuítas de-
ben remitir cada año a su Padre General, había toda una página de-
dicada a Estanislao,que llevaba poco más de dos años en el colegio:
«Teníamos en el colegio a un joven polaco de noble familia y
todavía más noble virtud, joven en edad pero maduro en discre-
ción, pequeño de estatura pero con un alma muy grande. Su per-
severancia y piedad eran ejemplares. Expresó muchas veces el d e -
seo de entrar en nuestra Compañía de Jesús, pero rechazamos su
petición otras tantas veces,ya que sus padres se oponían a ello.
Día y noche no pensaba en otra persona sino en Jesús y su Com-
pañía y, una y otra vez, pedía con lágrimas que le admitiésemos. Re-
currió incluso al nuncio del Papa para que usase su influencia con
nosotros.Cuando todo fue en vano, Estanislao,ése es su nombre,de-
cidió marcharse a otra casa de la Compañía y, si no era recibido en
ningún lugar, había determinado hacerse peregrino de por vida, hu-
milde y pobre por amor a Cristo.
Una mañana emprendió su viaje, dejando atrás una herencia
muy rica y vistiendo no la ropa que había traído de casa, ni la del

179
EN CAMINO CON DIOS

colegio, sino una barata y pobre que había conseguido. Llevaba un


palo en la mano.Cualquiera que lo hubiese visto salir de Viena h u -
biera pensado que se trataba de algún zagal pobre».
Estanislao anduvo ¡¡¡720 kilómetros!!! hasta llegar a Dllllngen,
Alemania. Allí fue a ver al provincial de los jesuítas, el futuro santo
Pedro Canisio, que comprendió en seguida que el valiente joven
era un soñador con un gran amor a su vocación. Arregló las cosas
de manera que Estanislao pudiese ir a Roma, donde fue admitido
en el noviciado jesuíta. Allí vivió solamente diez meses, ya que una
enfermedad mortal acabó con su vida el día de la Asunción, 15 de
agosto de 1568 (como él mismo lo había ya dicho).
Su maestro de novicios resumía así la opinión de los jesuítas de
Roma:

«No puede alabarse suficientemente su conducta (...) Siempre


dio un ejemplo inmejorable (...) A pesar de ser tan joven y llevar
tan poco tiempo en la Compañía, pronto fue modelo para los que
éramos mayores que él en edad y en vida religiosa».

Explora tu m e n t e

— ¿Tienes sueños e ilusiones grandes en la vida?


— ¿Crees que pueden hacerse realidad, si te pones a ello?
— ¿Cómo te sueñas tú? ¿Cómo te sueña Dios? ¿Cómo te sue-
ñan los demás? ¿A quién das prioridad?
— ¿Sabes aprovechar las oportunidades y encontrar los m e -
dios que te ayuden a cumplir esos sueños?
— ¿Cómo te animas y motivas cuando encuentras obstáculos,
incluyendo tus limitaciones personales?

Despierta t u corazón

Todo el mundo necesita sueños, ideales, ilusiones por los que


luchar y vivir. Para la mayoría sólo son fantasías que no suelen te-
ner nada que ver con la realidad. Por ejemplo, esperar que aparez-

180
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

ca un príncipe azul, cuyo amor solucione mi existencia en todos


los aspectos. O creer que una pirueta de la fortuna resolverá mis
problemas de un solo golpe.
Otras veces los demás sueñan por nosotros y tratan de impo-
nernos sus ideas sobre el porvenir. Los padres suelen desear que
sus hijos acaben brillantemente una carrera universitaria (cuanto
más difícil, mejor),que sean personalidades de las ciencias o las ar-
tes, que alcancen fama y reconocimiento público, que ganen m u -
cho dinero, que tengan poder, etc.También, a veces, los profesores,
los amigos, los conocidos tienen planes sobre nosotros y nos pre-
sionan para que no quebremos sus expectativas: «¡Hemos puesto
tantas esperanzas en ti!».
Si alientas este tipo de sueños, rara vez serás feliz, porque casi
nunca se convierten en realidad. Más aún, es muy posible que te
sientas un frustrado por no haber llegado al listón que tú, con una
gran ingenuidad,o los demás,con un desconocimiento real de tus
capacidades, os habéis fijado. Este tipo de sueños, a la larga, son
peligrosos: culpabilizan y te engañan sobre tu verdadero valor.
Los sueños de Dios sobre ti, en cambio,te empujan hacia arriba,
hacia lo mejor. Más que sueños son propuestas, empapadas en
afecto y cariño, que te marcan la ruta, que te animan a empren-
derla, que te conducen a ese estado de felicidad que es la meta y
la realización más plena de tu existencia. Dios no sueña para ti
«fantasmadas» ni heroicidades imposibles de alcanzar. Es lo que
realmente te conviene, lo que se ajusta a ti como anillo al dedo.
Tampoco trata de imponerte sus sueños. Respeta tanto tu liber-
tad que te deja elegir sin presionarte. No te quiere llevar a rastras a
ninguna parte. Él no quiere esclavos, sino hijos. Busca amantes que
se sientan fascinados, seducidos, deslumhrados por su cariño y
afecto y que, en respuesta de amor, estén dispuestos a dar su vida
por el tesoro que la vale, por la perla que da la auténtica felicidad.
Bueno,a veces, cuando Dios quiere algo y por nada del mundo
desea que te hagas el despistado, Él insiste e insiste, de una forma
u otra, hasta que te das por aludido. No tendrás más remedio que
darle una respuesta, porque la pregunta la tienes ante tus ojos con
total claridad.

181
EN CAMINO CON DIOS

Pues bien, aunque tu contestación no sea la que él quiere, no te


guardará rencor por ello, ni te castigará con la culpabilidad o la frus-
tración. Dios no se venga. Dios no la guarda. SI después de haberte
negado a Dios, sientes angustia y pesadillas, ten por seguro que no
proceden del Padre que te dio la vida, ni del Hijo que entregó la su-
ya por ti. Serán fruto de tu mala conciencia, pero no recriminaciones
de amante despechado.
El amor de Dios es, ante todo y sobre todo, perdón. Por eso,
nunca te equivoques con Él. Puede que no le hagas caso,que sigas
tu camino al margen del suyo -y no serás feliz, ya lo verás-, pero Él
nunca te hará daño, te humillará ni, mucho menos, te destruirá. Su
amor por ti es eterno. Ésa es la diferencia.

Eleva t u espíritu

— Medita en el «sueño» y misión de San Pablo: Filipenses 1,20-25.

— Lee cómo Simeón y Ana sienten que sus sueños se han


cumplido: Lucas 2,22-38.
— José acoge a María como su esposa después de hacer suyo
el sueño de Dios sobre él (Mateo 1,18-25).
— San Pedro deja a un lado sus escrúpulos de judío ortodoxo y
acepta a los paganos después de conocer la voluntad de Dios (He-
chos, 10,1-48).

I
Afina tus sentidos

Soñar con lo imposible,


pelear con lo invencible,
soportar lo insufrible,
penetrar lo inaccesible,
conocer lo incomprensible.

182
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Enderezar lo Incorregible,
amar lo aborrecible,
aceptar lo Inadmisible,
perdonar lo inconcebible,
alcanzar lo inasequible...

Sé lo que todos dirán:


¡Un proyecto insostenible!
Y no les falta razón.
Cuando reclamas la luna,
tu madre insiste e insiste
en que no la pidas.
Pero si por una buena causa
has decido alcanzar una estrella,
que no te Importe cuan lejos esté.
Lucha por el bien sin dudas ni temores,
dispuesto a arrostrar el infierno
si hay que pasar a través.

Y sé que, siendo fiel a ese Ideal,


por mucha guerra gue sufra
estará mi alma en paz
al llegar al cabo de la vida.

Dejaré atrás un mundo mejor


del que encontré al llegar,
porque no me desanimé
ni renuncié a mi sueño.
No hay estrella en el firmamento
que el hombre no pueda alcanzar.
Lamento no estar aquí
cuando se haga realidad,

183
EN CAMINO CON DIOS

no para que me den la razón,


sino para que nadie flaquee
pensando que es vana ilusión.
Joe Daprion y Mitch Leigh

Sólo esperando se alcanza lo inesperado


(Heráclito)

Los ojos tienen una visión muy pobre


y una pobre visión no deja ver los dones.
Sólo los capaces de ver lo invisible
pueden alcanzar lo imposible

184
27
No cansarse de explorar

LJ N POBRE LEÑADOR trabajaba y trabajaba en el bosque, pero


nunca conseguía cortar la leña necesaria antes de que se pusiera el
sol. No le dolía que no pudiera encender muchas noches el viejo
candil por falta de aceite, ni tener que irse a la cama sin cenar, pero
no podía soportar que sus hijos pasaran hambre y no tuvieran una
ropa decente para ir al colegio.
Un día pasaba por el bosque un sadhu (santón) itinerante que
le pidió albergue para la noche. El leñador trató de explicarle que
no serían capaces de tratarle como se lo merecía, pero el monje in-
sistió. A la mañana siguiente, cuando ya se despedía, el sadhu se
volvió como si hubiese recordado algo y le dijo:
—Encontrarás más adentro.
El leñador se quedó pensativo.¿Le había querido decir el sadhu
que debía adentrarse más en el bosque? Por si acaso, así lo hizo
ese día,y cuál no sería su sorpresa cuando encontró una arboleda
de sándalo. Aquel día pudo volver mucho antes que cualquier otro
día y, sobre todo, con la bolsa llena de monedas, que hizo sonar
alegre al llegar a casa. La mujer y los hijos lanzaban al aire las m o -
nedas, que despedían destellos a la luz del brillante candil.
Cuando el soto de sándalo se fue acabando, las palabras del sad-
hu volvieron a sonarle en los oídos:«Encontrarás más adentro».Y más

185
EN CAMINO CON DIOS

se adentró de nuevo. Una sorpresa todavía mayor le esperaba: ¡una


mina de cobre!
Con el dinero que había ahorrado compró el terreno, contrató
trabajadores y comenzó las excavaciones. Pronto su mansión era la
más vistosa del pueblo, y siempre estaba llena de amigos de sus
hijos, gue venían a jugar con los innumerables juguetes que les
traía cada vez que tenía que Ir a la ciudad para sus negocios.
Al cabo de un tiempo, recordó otra vez las misteriosas palabras
y se internó en las profundidades del bosque. Sí, lo has adivinado:
esta vez era una mina de oro.Y la moraleja,también la has adivina-
do: nunca se sabe qué nos espera si sabemos arriesgarnos y traba-
jamos con tesón.

Explora t u m e n t e

— ¿Tienes «espíritu de aventura»?


— ¿Sientes la sana curiosidad de aprender más, progresar más,
descubrir más? ¿O te contentas con lo que ya tienes y piensas que
no hay que «matarse»?
— ¿Estás dispuesto a arriesgarte en la vida?
— ¿Cuántas veces te has salido de lo normal y has probado al-
go nuevo en los últimos seis meses?

Despierta t u corazón

Los psicólogos hablan no solamente de periodos «bajos» en los


que nos sentimos deprimidos, sino también de periodos de «mese-
ta», cuando nos sentimos satisfechos de nosotros mismos y no que-
remos complicarnos las cosas. No serían malos si se tratase de la cal-
ma después de la tempestad,el descanso y relajación después de un
mal trago. Pero el peligro está en que nos quedemos estancados ahí
y no veamos que quedan muchas cumbres y cimas por escalar.
Rebosar vida es algo más gue disfrutarla tranquilamente, requie-
re cambios, crecimiento. La gente con visión y, más todavía, la gente

186
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

con ideales se esfuerza por pasar de lo bueno a lo mejor,y de lo m e -


jor a lo óptimo. Se sienten tranquilos solamente cuando consiguen
sobrepasar lo ya conseguido. Naturalmente, saben sacar tiempo pa-
ra descansar y disfrutar de las satisfacciones que la vida ofrece. Pero
no se quedan ahí. Si te sientes plenamente satisfecho con tu modo
de vida, es hora de empezar a cambiar tus ideas.

Eleva t u espíritu

— Medita en la reacción del joven rico al reto de Jesús: Lucas 18,


18-23.
— Trata de encontrarle nuevos significados para ti a la parábo-
la del rico necio: Lucas 12,13-21.
— Fíjate en el constante afanarse de San Pablo:Flllpenses 3,12-14.

Afina tus sentidos

A mis pies vi dos caminos


cuando todo era verano,
estaba yo en plenitud,
y al mundo sentía hermano.

Mi juventud era eterna,


no sabía yo de engaños,
zancadillas y tropiezos,
pensaba que eran todo llanos.

Delante, los dos caminos.


M e negaba a descartarlos,
pretendía los dos gustar
y beneficiarme de ambos.

187
EN CAMINO CON DIOS

Pero la vida permiso


negó a semejante amaño
y tuve que resignarme
a ver mi plan desechado.

Nos permiten recorrer


tan sólo un Itinerario,
no recomiendan las vueltas
ni tampoco los atajos.

De lo gue elijas depende


la victoria o el fracaso,
y si te niegas a andar
ten por seguro el naufragio.
Grace E. Easely

Caminante,son tus huellas


el camino,y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sólo estelas en la mar.
Antonio Machado
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Día tras día, Señor,


tres cosas te pido:
verte más claramente,
quererte con más amor,
seguirte más de cerca
día tras día, día tras día, Señor.
Stephen Schwartz
28
Siempre más alto

A
i \ MITAD DE la centuria pasada, en 1950, un comité con re-
presentación de diecisiete países eligió a Albert Schweitzer «hom-
bre del siglo». Dos años más tarde, 1952, se le concedía el premio
Nobel de la Paz.
Antes y después de tales espaldarazos, las alabanzas y honores llo-
vieron en abundancia sobre él.Genio polifacético, respetado como fi-
lósofo, teólogo, historiador, músico y, muy especialmente, como mé-
dico misionero. La fuente y la causa de todas esas excelencias era su
fe profunda, una fe que influía en los menores detalles de su activi-
dad. Esa fe era también la que lo motivó a volver las espaldas al bie-
nestar y a la fama mundial para irse a trabajar con los más pobres en-
tre los pobres de África.
Él mismo explicaba cómo había sentido una inspiración espe-
cial cuando estaba meditando la parábola del rico y el pobre Lá-
zaro: «Fue como un golpe seco que me hizo recuperar la lucidez y
empezó a hacérseme incomprensible e inadmisible el que yo pu-
diera vivir una vida tan feliz y despreocupada mientras tanta g e n -
te se debatía en medio de tantos padecimientos».
A los 21 años prometió que acabaría sus estudios primero, pero
que el resto de su vida lo dedicaría a trabajar con los más necesi-
tados en la forma de servicio que se presentase. El 13 de octubre

191
EN CAMINO CON DIOS

de 1905, día en que cumplía 30 años, echó varias cartas en un b u -


zón de París. Estaban dirigidas a sus padres y a sus amigos más ín-
timos comunicándoles que continuaría en la universidad hasta
conseguir el doctorado en medicina y que, luego, iría a África a tra-
bajar como médico misionero.
Las cartas produjeron una reacción inmediata. En su libro De mi
viaje y pensamiento (Barcelona, Aymá, 1966), dice: «Mis familiares y
amigos me reprocharon mi locura y sinrazón. Citando incluso los
evangelios me acusaban de ser como aquél que enterró el talento
que se le había encomendado... Una señora, conocida por su ta-
lante moderno, trató de convencerme de que podría hacer m u -
cho más por los pobres dando conferencias aquí que yendo a
aquellas tierras.
No cedió a ninguna presión, ni hizo caso a nadie: se lanzó a lo
que él sabía que era su misión.

Explora t u m e n t e

— ¿Te sientes llamado a algo más alto en la vida?


— Cuando piensas en lo que tu corazón te pide, ¿te notas e n -
tusiasta o receloso, alegre o inquieto? La oposición y las resisten-
cias, si las hay, ¿son interiores o exteriores? ¿Eres tú mismo el que
ve las dificultades o son tus familiares y amigos?
— ¿Eres capaz de anteponer a los valores o Ideales «dominan-
tes» otros «más altos»?
— ¿Tienes claro cuál va a ser tu futuro?

Despierta t u corazón

Seguro que ya has comprobado q u e las ambiciones más n o -


bles y los ideales más elevados que animan tu espíritu son con
frecuencia objeto de crítica o rechazo por la gente «razonable»,
«normal», por esa q u e «no se complica la vida». A veces, no por
una cuestión d e principios, sino porque no están dispuestos a

192
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

correr riesgos. A m e n u d o notarás q u e tratan d e «abrirte los


ojos», que intentan apartarte del camino q u e te has trazado, q u e
hacen todo lo posible por minar, tergiversar o malinterpretar tus
sueños e ideales, que te llaman iluso, redentor o loco.
La ofensiva contra tus valores cristianos puede ser muy dura,
larga e insistente.Tanto que te obligue en un momento dado a to-
mar decisiones un poco drásticas y radicales. No puedes ceder a
presiones ni aguantar de continuo una erosión prolongada de tus
principios. Afectaría a tu conducta, a tu estilo de vida.
Para mantenerte en el camino que has elegido, no valen paños
calientes, buscar componendas o alternativas más suaves. Si no
quieres pararte, dar marcha atrás o incluso dejar la senda para
siempre, has de centrarte por completo en tu objetivo y alimentar
la pasión que sentías y sientes por la tarea que quieres llevar a ca-
bo. Ser coherente, ser consecuente requiere valentía, audacia, un
poco de rabia y mucha tenacidad.«Tu decisión es un regalo para
los demás. Es una bendita fuente a la gue has de acudir a menudo
y cuya agua debes repartir por doquier porque da vida y fuerza a
la gente» (Robert Knowlton).

Eleva t u espíritu

— Mateo 4,1 -11: Las tentaciones de Jesús son prototipo de las


que sufren sus seguidores: tratan de rebajar y cambiar las exigen-
cias de su misión.
— Efesios 6,10-18: Hay que dar batalla a los poderes del mal en
el mundo.
— Romanos 8,28-38: Nada ni nadie podrá apartarnos de Dios.
— Juan 17,9-16: «No sois del mundo».

193
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

Excelsior (Más alto) ]

Las sombras de la noche ya envolvían


las cumbres de los Alpes con su manto
mas aquel joven proseguía su marcha
dejando atrás las luces del poblado.
Avanzaba resuelto por la nieve
llevando un estandarte en la mano.
Se leía en aquella banderola
un lema singular:,'Siempre mas alto!

Estaba fija su mirada clara


en el altivo pico del collado.
Hace ya tiempo hizo suya la enseña
y no la cambiará:¡Siempre más alto!

Las cálidas luces de las casas


por un momento le atrajeron tanto
que estuvo a punto de dejar la marcha,
de descansar un poco y parar un rato.
Pero escuchó la voz de los glaciares
decir una y otra vez:¡Siempre más alto!

No quiso contentar a la doncella


que le ofrecía ingenua su regazo,
tampoco consintió que la señora
preparara para él su mejor cuarto.
«Ojo, amigo, con riscos y neveros
donde sopla con fuerza un viento helado,
atención a los aludes,joven»,
le avisa con afecto un buen anciano.

1
Una traducción más amplia de este poema: En casa con Dios. Bilbao, Mensajero,
l0
20 03,p.351-52.

194
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

A tanta exhortación, halago y juicio


el montañero no hace ningún caso.
Con la mente en la meta deseada
repite sin cesar.¡Siempre más alto!

La aurora trajo luz, pero no luce,


apenas se distingue aquella mano:
Bajo montañas de granizo y nieve
al alpinista muerto lo encontraron
los perros del convento cisterciense.
Antes de fallecer clavó el palo,
que sostenía el lábaro,en el hielo.
Allí arriba quedó:¡Siempre más alto!

H. W. Longfellow (adaptado)

Tus logros serán tan altos y elevados


como profundas y hondas sean tus convicciones.

195
EN CAMINO CON DIOS

8. M A G N A N I M I D A D

Enséñame,Señor,a escuchar
a los que cerca de mí viven,
mi familia, mis amigos,
mis compañeros de trabajo.
Hazme caer en la cuenta
de que,digan lo que digan,
usen las palabras que usen,
su mensaje siempre es el mismo:
«Acéptame como soy,
escúchame cuando te hablo».

Enséñame, Señor, a escuchar


a los que lejos de mí viven,
los suspiros de aquéllos
que han perdido toda esperanza,
el susurro de los afligidos,
la súplica de los angustiados.

Enséñame, Dios mío,


a escucharme a mí también.
Ayúdame a no tener miedo
de escuchar esa voz
que habla dentro de mí,
en lo profundo de mi ser.

Enséñame, Espíritu Santo,


a escuchar tu voz
cuando estoy ocupado o aburrido,
cuando me siento seguro o en duda,
en el ruido y en el silencio.

Enséñame, Señor, a escuchar. Amén.


(Adaptado por John Veltrl, SJ.)

196
Perdón

J UDITH THOMPSON, en StoneSoup for the World, recuerda la te-


rrible experiencia de una víctima de los jemeres rojos, su proceso
para «aprender a amar de nuevo».
Arn Chorn tuvo una infancia feliz y llena de cariño en una zona
rural de Camboya. Pero esa situación cambió radicalmente a los
nueve años. Los jemeres rojos, bajo el brutal Pol Pot, se apoderaron
del país,y comenzó allí uno de los más sangrientos episodios de la
historia. Los camboyanos tuvieron que ver cómo su país se c o n -
vertía en un inmenso «campo de exterminio».
El pequeño Arn Chorn fue separado de su familia y llevado a un
campo de concentración para niños. Durante cuatro años, Arn fue
educado en el odio y forzado a presenciar miles de torturas y eje-
cuciones. «Tuve que cerrar mi corazón para poder sobrevivir».
En 1979 Arn logró escapar a la jungla, donde vivió durante m u -
chos meses. Sus únicos compañeros fueron los monos, de los que
aprendió a subsistir, observando cómo comían. Llegó a sentirse
querido por ellos con un cariño que hacía ya mucho tiempo no
experimentaba. En realidad, su corazón endurecido comenzó a sa-
nar gracias a los monos.
Casi sin darse cuenta, Arn se encontró un día en la frontera
con Tailandia. Un equipo de rescate lo encontró desnutrido y a

197
EN CAMINO CON DIOS

punto de morir de hambre. Fue internado en el campo de refu-


giados de Sakeo. En octubre de 1980, Arn se convirtió en el pri-
mer huérfano camboyano admitido en los Estados Unidos. Al
poco tiempo, hubo allí unos cuantos jóvenes camboyanos más
con los que Intercambiar experiencias.«El compartir penas y re-
cuerdos con los que habían sufrido horrores similares a los míos
me ayudó a volver a sentir el corazón. A mí mismo me parece
imposible que haya sido capaz de perdonar y olvidar lo que hi-
cieron con la gente de mi país. Si lo logré es porque volví a amar
de nuevo.»
En 1990 Arn volvió a Camboya y fundó los «Cambodian Volun-
teers for Community Development» (voluntarios camboyanos para
el desarrollo comunitario), cuyo objetivo es la reconstrucción de su
patria. Dicha organización agrupa hoy día a cincuenta mil jóvenes.

Explora t u m e n t e

— ¿Tienes un corazón que sabe perdonar y olvidar las ofensas?


— Como todo el mundo, tú también habrás tenido que sufrir
por culpa de otras personas,¿te ha hecho compasivo para con los
demás o te ha vuelto rencoroso y amargado?
— ¿Sueles buscar venganza cuando te han herido? O, al m e -
nos, perdonas aunque... no olvides?
— Después de sufrir por culpa ajena ¿tienes el coraje y la fe sufi-
cientes para tratar de cicatrizar la herida de tu corazón y volver a
amar de nuevo?
— ¿Te encierras ofendido, quejándote siempre del mal que
te han causado, o lo olvidas con facilidad y no lo tienes en c u e n -
ta más adelante?

Despierta t u corazón

Perdonar es un acto de elección personal, una determinación


de tu voluntad,fruto de tu libre albedrío.Tú eres el que decides,en
libertad, sin depender de lo que el otro te ha hecho.

198
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

El amor es como la corriente de un río. A veces ponemos c o m -


puertas a su flujo, fijamos condiciones que filtran el caudal de ca-
riño y amor hacia los demasíes un amor condicional. Cuando al-
guien o algo nos causa dolor o pena, casi instintivamente
tendemos a cerrar del todo las esclusas. Perdonar es quitar cons-
cientemente esas represas y dejar que pase libremente todo el
caudal. El perdón no depende de la conducta de los demás, es una
decisión de tu libre albedrío,que opta por borrar de tu corazón la
ofensa y actuar como si nada hubiera ocurrido.
El ideal sería poder hacerlo casi sin esfuerzo, movido por una ge-
nulna compasión, incluso con alegría y de la manera más completa
posible. Es decir, sin reservarse nada ni guardar en la memoria el re-
cuerdo del agravio.
El perdón cristiano se inspira en el de Dios y, por lo tanto,es am-
nistía, o sea, olvido definitivo de la ofensa y liberación de las c o n -
secuencias negativas gue conllevaba. Más aún, el Padre no sólo
acoge al hijo pródigo en su casa, sino que le confiere una dignidad
superior a la que antes tenía en la familia. En este sentido, deberí-
amos amar más a los que nos han ofendido y hemos perdonado
que a los que consideramos amigos o cercanos a nosotros.
H a y q u e gente que dice: «Yo perdono, pero no olvido». Es cierto
que el olvido definitivo del agravio no está, muchas veces, en nues-
tra mano. Es un sentimiento y éstos, en su espontaneidad y natura-
leza, tienen que ver más con el mundo de los instintos. Uno no pue-
de violentar su condición humana. Pero sí es posible esforzarse por
actuar sin dejarse influir por ninguna clase de rencor o encono.
El perdón es gratuito, es un regalo gue no tiene precio ni bus-
ca recompensa. No tiene justificación lógica. Nuestro sentido de la
justicia nos inclina, normalmente,a demandar una compensación
a quien nos ha perjudicado de una forma u otra. Pues bien, el per-
dón cristiano no se coloca en el plano de la equidad. Por eso, no
exige, como condición previa, que el ofensor repare su desaguisa-
do. El amor cristiano es gratuito e incondicional y también lo es el
perdón que nace de él.
Recuérdalo, el perdón afecta, ante todo, al que perdona, no al
que va a ser perdonado. Negarse a perdonar es retener dentro de

199
EN CAMINO CON DIOS

ti el odio, la cólera y la irritación por algo que ya ha pasado.Cuan-


do perdonante liberas de todos esos sentimientos negativos y tu
corazón se siente aliviado... y esponjado.
Sólo te sentirás interior y exteriormente libre cuando puedas
mirar a todos de frente, con los ojos limpios de toda intención de
venganza o revancha, y muy en especial a aquéllos que por un
motivo u otro te han tratado mal o injustamente. Sólo así podrás
amar, servir y ayudar a los demás, a ser para ellos una fuente de fe-
licidad y dicha.
Como escribía A. Bel lo: «Corazones dispuestos al perdón son la mi-
na de la que se extrae la materia prima de la paz». Y de la verdadera
alegría,añadimos nosotros.

Eleva t u espíritu

— Aplícate la parábola de los dos deudores: Mateo 18,21-35.


— «Amada vuestros enemigos y hacedles el bien»: Lucas 6,35.
— Medita Mateo 6,9-15.
— «Nosotros amamos porque Dios nos amó primero»: 1 Juan 4,
19-21.
— «Bendecid a los que os persiguen, bendecidlos, no los maldi-
gáis»: Romanos 12,14.
— Inspírate en el perdón de Dios. Contempla cómo acoge al
hijo pródigo: Lucas 15,11-31.
— Desentraña,en el padrenuestro, la expresión «perdona nues-
tras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden».

Afina tus sentidos

• Perdonar es, no lo dudes,


dejar que se apague el dolor,
aceptar lo que ha pasado
pues no lo puedes cambiar.

200
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Perdonar es, no lo dudes,


olvidar culpa y reproche.
Elegimos lastimarnos
pudiendo obrar de otro modo.

Perdonar es, no lo dudes,


constatar el resultado,
aprender bien la lección
y recordar lo aprendido.

Perdonar es, no lo dudes,


caminar hacia el futuro
teniendo por evidente
que el amor es lo importante.

Perdonar es, no lo dudes,


prodigar ternura y afecto
a quien no nos quiere bien:
sólo así se vence al mal.

Perdonar es, no lo dudes,


comenzar por uno mismo.
Te perdono, me perdono
y espero de ti otro tanto.

Judith Mammay

Si eres incapaz de perdonar,


tú mismo hundes el puente
sobre el que has de pasar.
30
Respeto

EN EL V U E L O BA732 de Johannesburgo, Sudáfrica, a Inglaterra


una señora de raza blanca y obviamente rica había pulsado ya varias
veces con impaciencia y enfado el botón de llamada. A pesar del
ajetreo de despegue, una de las azafatas se personó complaciente:

—Dígame,señora, ¿en gué puedo servirle?


— ¿ E s que está ciega? ¿No se da cuenta de la falta de respeto
que han cometido conmigo? Me han dado un asiento junto a es-
te kafir (cafre, usado despectivamente para referirse a personas de
piel negra). Encuéntreme inmediatamente otro sitio.
— P o r favor, señora, cálmese. El vuelo está prácticamente c o m -
pleto, pero miraré si hay alguna plaza libre en club o primera clase.
A los pocos minutos la azafata volvía sonriente con buenas
noticias:
— N o hay sitio ni en la clase turista ni en club pero, por fortuna,
tenemos un asiento libre en primera clase.
La señora no pudo reprimir una sonrisa de triunfo y satisfacción
y, a la vez, miró al hombre negro con desprecio. Cuando ya co-
menzaba a recoger su bolso, la azafata continuó:
— E s algo muy extraordinario el que se hagan estos cambios
en el último m o m e n t o y he tenido que pedir un permiso espe-

203
EN CAMINO CON DIOS

cial. Pero,dadas las c i r c u n s t a n c i a s e comandante está de acuer-


do en que sería vergonzoso y ultrajante que uno de nuestros
pasajeros tuviera que sentarse junto a una persona tan grosera
e Impertinente.
La señora no cabía en sí de orgullo y placer. Pero, en ese m o -
mento, la azafata se dirigió al caballero de tez negra y le dijo:
— P o r favor, señor, tome su equipaje de mano y le enseñaré su
asiento en primera clase.
Los pasajeros que habían estado siguiendo el incidente, unos
con risas disimuladas y otros enfadados, rompieron en un aplauso
espontáneo mientras el caballero seguía a la azafata por el pasillo
hasta la parte delantera del avión.

Explora t u m e n t e

— ¿Respetas a cualguier persona, sea cual sea su apariencia,


condición o situación?
— ¿Te has sorprendido alguna vez discriminando inconscien-
temente a la gente por su posición social,el atuendo,el color de la
piel, etc.?
— ¿Crees gue todos los seres humanos tienen iguales dere-
chos y dignidad?
— ¿Te consideras parte de la humanidad y luchas para gue to-
dos podamos vivir en armonía y justicia?
— ¿Cómo se refleja en tu conducta?
— ¿Te atreves a expresar tus convicciones en situaciones en las
que se discrimina a las personas?

Despierta t u corazón

Se ha avanzado mucho en la igualdad de derechos pero toda-


vía perduran muchas formas de segregación. Con facilidad se dis-
crimina a la gente en las oficinas, las fábricas, las organizaciones, la
política e incluso en los viajes, como hemos visto. Durante los si-

204
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

glos pasados fueron tales los prejuicios que no es fácil sacudirse la


reacción primera ante el extraño y el diferente.
Ahora, más que en tiempos pasados, tendrás que rozarte con
gente de toda clase y condición. Son tus hermanos y hermanas, hi-
jos e hijas del mismo Padre.Les debes respeto y,como cristiano,al-
go más: aprecio.
En la viñeta satírica de un periódico se veían manifestantes de
todo tipo con grandes pancartas: «Poder negro», «Poder blanco»,
«Poder rojo». La siguiente viñeta presentaba a todos ellos juntos al-
zando una pancarta por encima de las demás: «Poder arco iris».
Cuando se rompen las barreras que separan a los seres huma-
nos, vamos construyendo un mundo más amplio en el que tiene
cabida un mayor número de personas. La alegría y la felicidad e n -
sanchan no sólo el corazón sino también nuestra sociedad, pues la
humanizan y la hacen más habitable. Un cristiano es, por sus cre-
encias, ciudadano del mundo, pero un ciudadano que no hace dis-
tinciones por razón de género, etnia, clase, condición, nación, reli-
gión o cultura.

Eleva t u espíritu

— «¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó a todos un


mismo Dios? (Malaquías 2,10).
— Medita en el estilo de vida de los primeros cristianos: Hechos
2,42-47 y 4,32-37.
— Las discriminaciones dentro de la comunidad son condena-
das con dureza:Santiago 2,1-9.
— Jesucristo mismo tuvo que sufrir este trato: Lucas 4,23-30 y 9,
51-56.

— Lee lo que San Pablo dice a los griegos en Hechos 17,22-28.


— Pablo reprende a los Corintios por las diferencias en la cele-
bración de la Eucaristía: 1 Corintios 11,17-34.

205
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

Reza así la moraleja:


Seis fueron los atrapados,
los seis egoístas fueron
y ninguno se ha salvado.

Cada uno con su leña


en oscuro y frío prado,
se temían lo peor
al verse desamparados.

La fogata se apagaba
mas nadie echaba ni palo:
no querían malgastarlo
con unos simples extraños.

La mujer que se negaba


miraba con miedo y espanto
al hombre de negra cara
como a un degenerado.

El cura no se animaba,
pues era un poco tacaño.
Esperaba gue lo hiciera
uno de sus parroquianos.

El pobre, que tiritaba


en sus míseros harapos
se decía para sí:
¿Calentar yo a estos avaros?

206
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Mira el rico desdeñoso


al resto de los sitiados,
espera con su dinero
uno por uno comprarlos.

El negro se siente herido:


nadie lo quiere a su lado.
Maquina frías venganzas
que lo dejan más helado.

El último de la fila
lo tiene todo muy claro:
Si nadie me ayuda a mí
¿por qué dar el primer paso?

A la mañana siguiente
el fuego estaba apagado,
quedaron muertos los seis
con la leña en sus manos.

Algunos dijeron luego


que no murieron helados,
que el frío de sus entrañas
los había congelado.

Date a ti mismo el gustazo


de gastar un día entero
en aceptarnos a todos y a cada uno,
sin juzgarnos a nadie...
¡Que sea todo el día!
31
Compasión

F
I L FAMOSO CANTANTE Cliff Richards,el «Peter Pan del Pop», na-
ció en la India pero fue educado en Inglaterra.Sus repetidos triun-
fos le hicieron un habitual de las listas de éxitos, copando en ca-
torce ocasiones el primer puesto durante muchas semanas y
logrando un montón de discos de oro.Y todo ello desde la década
de los 5 0 del siglo pasado.
Pero su vida profesional no lo era todo para él.Su preocupación
e interés en ayudar a la gente desgraciada le llevó a visitar uno de
los campos de refugiados en Bangladesh. Luego confesó que, el
primer día, se lavó las manos cientos de veces. No quería tocar na-
da ni a nadie por miedo a una infección: todos, aun los niños en
brazos, estaban cubiertos de llagas malolientes.
Un fotógrafo le pidió que se inclinase hacia un niño. Cliff lo hi-
zo con mucho cuidado para no llegar a tocarlo. Pero alguien pisó
por descuido al pequeño y el grito de dolor del chico desarmó a
Cliff. Llevado por un Impulso, tomó al niño en sus brazos, olvidán-
dose de su suciedad y sus llagas.
«Recuerdo aquel cuerpecito callente agarrándose a mí confia-
do. Sus lloros pararon c o m o por ensalmo. Me di cuenta en aquel
momento de cuánto me quedaba por aprender sobre el verdade-
ro amor cristiano. Pero, por lo menos, aquello fue el principio.»

209
EN CAMINO CON DIOS

Luego ha seguido ayudando a los más desfavorecidos. La reina


Isabel II, en atención a sus numerosos y generosos gestos de soli-
daridad, le otorgó el título de «Sir» y pasó a formar parte de la no-
bleza inglesa.
La fotografía de Bangladesh en la que se le ve con el susto en el
rostro y el pequeño desnutrido cobijándose en su regazo es una
de las cosas que Cliff más aprecia:«Está colgada la pared que hay
entre mi dormitorio y el baño. Así no puedo dejar de verla todos
los días».

Explora t u m e n t e

— ¿Distingues claramente entre interés y compasión?


— ¿Haces tuyos las necesidades y sufrimientos ajenos?
— ¿Se queda tu interés, tu preocupación, en ideas y buenos
sentimientos o te impulsa a la acción?
— ¿Estás dispuesto a «mancharte las manos» por ayudar a emi-
grantes, enfermos, pobres, miserables?

Despierta t u corazón

«Compasión es una palabra llena de contenido: significa «pa-


sión con», es decir, compartir el sufrimiento ajeno, compartir la
agonía de los demás, aceptar en mi corazón la aflicción que hay en
el tuyo, sufrir con tu desdicha.Tu dolor me llama, toca mi corazón,
despierta algo dentro de mí y acaba haciéndome uno contigo en
la pena. Quizás no sea capaz de aliviarlo, pero el que yo trate de
entenderlo y compartirlo te hace a ti capaz de soportarlo de un
modo más digno,y eso nos ayuda a los dos a madurar y crecer co-
mo personas» (Jean Vanier).
Compasión es más que simpatía, interés o preocupación. Jesu-
cristo sintió en su estómago el hambre de los que le seguían y, por
eso, pudo darles pan. Jesucristo sintió en sus huesos el rechazo
que sufrían los leprosos y, por eso, rechazó la «ley» y los tocó con

210
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

su propia mano antes de sanarlos. Jesucristo sintió la pena de la


madre viuda al llevar a enterrar a su hijo muerto y, por eso, lo resu-
citó para devolvérselo a ella.
Compasión es más que lástima. Muchas veces pensamos que
tenemos un corazón compasivo porque «sentimos pena» cuan-
do pasamos cerca de un pobre, vemos en la televisión niños
hambrientos o familias desgraciadas, pero nos mantenemos a
distancia sin entrar en contacto directo con las personas. Es una
cómoda «tele-piedad» que no compromete, aunque conmueva.
La verdadera compasión nos empuja a actuar.
Con voz muda, los desgraciados claman: «Mírame con ojos hu-
manos,gusta las lágrimas gue lloro,tócame con tu mano humana,
óyeme con tus propios oídos...» (Ric Masten). Pero muy a m e n u -
do sus gritos quedan enmudecidos por el ruido del tráfico y de la
vida.

Eleva t u espíritu

— Trata de vivir la escena de Marcos 8,22-26 ó 10,46-52. Iden-


tifícate con el ciego, siente cómo Jesús te toca y cura tu ceguera.
— Haz lo mismo con la curación del leproso: Marcos 1,40-45.
Percibe cómo la mano de Jesús te toca y escucha lo gue d¡ce:«í_o
quiero, queda curado».
— Lee y participa imaginariamente de alguna forma en la re-
surrección del hijo de la viuda de Naín: Lucas 7,11 -15.
— «El Señor es compasivo y misericordioso» (Éxodo 34,6; Salmo
86,15; Santiago 5,11;etc).

Afina tus sentidos

• A fuerza de amor humano


I me abraso en amor divino.
La compasión es camino
I gue va d e mí al hermano.

211
EN CAMINO CON DIOS

Me di sin tender la mano


para cobrar el favor.
M e di en salud y en dolor
a todos,y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte
sin nada más que el amor.
# * #

En la mesa de los hijos


hizo a los pobres un sitio.
Sirvió, consoló, dio fuerzas,
guardó para sí sus penas.
Guardó memoria a los muertos,
gastó en los vivos su tiempo.
Vistió el dolor de plegaria,
la soledad, de esperanza.
Y Dios la cubrió de gloria
como de un velo de bodas.
* -X- *

María de los marginados,


de los que parecen estar de más
en este mundo,en nuestra sociedad,
¡qué bien los comprendes!
¡Cómo se prolongó tu dolor en la historia!:
madre soltera postergada,
madre de un ajusticiado,
inmigrante en Egipto,
campesina y mujer de aldea,
marginada con tu hijo marginado,
Jesús el crucificado.

212
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

¡Qué bien comprendes, María,


a quienes no son alabados ni acogidos,
sino vituperados, condenados y rechazados!
Contagíanos tu compasión
para que seamos buenos samaritanos.

José C.R. García Paredes

La gente recobra su corazón


cuando tú le das el tuyo.
Sanar

l_A CLÍNICA M E N N I N G E R en Topeka, Kansas, hace uso de una


medicina especial.Creen que el cariño es la mejor medicina, sobre
todo para los enfermos mentales de la clínica. La primera prescrip-
ción médica de los doctores es «amor no solicitado», amor sin c o n -
diciones ni premisas, sin que haya sido pedido o, incluso, deseado.
El señor A (cuyo nombre ocultamos por respeto a su persona)
había ingresado en la clínica a la edad de 35 años. Después de los
exámenes y análisis habituales, le diagnosticaron una esguizofre-
nia.Se había evadido del mundo real a otro de Ilusión fabricado
por él mismo. Había llegado a tal extremo porque había sido un
«hijo no deseado» por sus padres y durante toda su infancia había
sido víctima de una total negligencia y falta de amor por parte de
su familia. Comenzó a amontonar complejos y se convirtió en un
«lobo solitario», incapaz de establecer contacto emocional y h u -
mano con nadie. Había nacido y vivido en un universo sin amor y
bien pronto acumuló trastornos de comportamiento,complejos y
toda clase de problemas mentales.
Incluso en la clínica, se encerraba en su cuarto y no dejaba gue
nadie entrara en él.Tampoco salía fuera. Cuando se le obligaba a
unirse a los demás para actividades comunes, no hacía el menor
esfuerzo por mezclarse y tratar con los demás.

215
EN CAMINO CON DIOS

Ante el cansancio y desaliento de las enfermeras, el doctor


aumentó la dosis:«Más amor no solicitado; doblen la dosis».To-
dos se pusieron de acuerdo en una verdadera «conspiración de
cariño» y extremaban sus cuidados y atenciones, pero hacién-
dolo parecer natural y normal. Y funcionó.
Poco a poco el señor A empezó a abrir muy discretamente las
ventanas de su espíritu. Una enfermera o el chico de la limpieza se
sentaban casualmente a jugar al ajedrez con él.
Todos le saludaban sonriendo, pero sin darle importancia. Uno
de los doctores, de paso, comentaba: «¡Qué buen aspecto tiene
hoy, señor A! Otro, dándole la mano, le decía: «Ha sido un placer
pasar este rato con usted». Y así todo el mundo.
Todos recuerdan aquella mañana en la que el señor A salió por
sí mismo al jardín. Las expresiones en todas las caras no dejaban
duda de que el tratamiento estaba dando resultados. Cada día se
le notaba con más confianza en sí mismo y, aceptando el mundo
real, comenzaba a hablar con los otros pacientes, salía de su ensi-
mismamiento y se abría al mundo exterior. Había comenzado su
«recuperación».

Explora tu m e n t e

— ¿Comprendes el significado de la expresión «amor no so-


licitado»?
— ¿Has experimentado alguna vez que tus heridas interiores se
iban curando gracias al amor gratuito que te mostró alguna per-
sona?
— ¿Has tomado tú la iniciativa de mostrar cariño al que lo ne-
cesita, sin que nadie te lo haya pedido?
— ¿Has sabido hacerlo con discreción, sin imponerte ni d e -
mostrar lo bueno que eres?

216
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

Vi un día una camiseta de verano en la que habían impreso la


frase siguiente: «Frágil, tratar con cuidado». Se refería al que la lle-
vaba, claro está.
Por mucha gimnasia y pesas gue hagamos, por mucho mús-
culo que saquemos, nuestra mente no se somete a la mera fuer-
za física. Gente muy robusta se derrumba por causa de daños si-
cológicos o presiones sociales.Todos los sufrimos de una u otra
manera.
Algunos se manejan bien en medio de la marejada, e incluso la
experiencia de conflictos les hace más sabios y prudentes. Pueden,
en ese caso, convertirse en expertos en «curar heridas». Son los
que conocen la eficacia de esa receta del «amor no pedido», del
amor gratuito.
Tomar la iniciativa de amar, sin ser invitado a ello, requiere una
mente abierta y alerta, llena de verdadera compasión. El primer pa-
so es acoger sin prejuicios ni disquisiciones a los que sufren,a esas
personas «heridas», necesitadas de curación. No importa si las lla-
gas son reales o Imaginarias. No importa si la culpa es suya o ajena.
El hecho es que sufren y necesitan curación.
En muchos casos,además, los beneficiarios de nuestro amor se
enfadarían si sospechasen que les estamos tratando de ayudar y
sanar. Por eso hay que ser muy delicados, aunque también persis-
tentes, sin desanimarse por los primeros fracasos. Si actúas movido
por una genuina compasión, las murallas acaban cayendo y las he-
ridas sanan al calor del sol del cariño, que terminan por dejar que
entre a raudales.
El resultado será felicidad para los sanados y profunda alegría,
sobre todo, para el médico.
«Ser personas,en cristiano,significa gue hemos de ayudarnos a
llevar los unos a los otros los fardos gue nos echa encima la vida.
Hemos de estar preparados para soportar juntos las penas y apo-
yarnos mutuamente en épocas de tinieblas y oscuridad. Aguantar
y desarmar, en la medida de lo posible, la violencia y el rencor aje-
nos, sin caer nunca en la tentación de la revancha. Solamente así

217
EN CAMINO CON DIOS

disfrutaremos del gozo del Evangelio, que es curar a otros y e n -


contrar cura en los otros» (Angela Tilby).

Eleva t u espíritu

—Jesús toma la iniciativa de curar al paralítico, que no parece


muy agradecido: Juan 5,1-18.
— Toma también la iniciativa para sanar al hombre de la mano
atrofiada: Marcos 3,1 -5.
— «¿Qué quieres que haga por ti?», pregunta al ciego: Lucas 18,
35-43.

Afina tus sentidos

Dijiste que no querías


cambiar de emplazamiento
hasta que tomé tu mano
e iluminé tu sendero.

Dijiste que no sabías


volar por el firmamento,
hasta que abrí yo tus alas
dándote valor y aliento.

Dijiste que no andarías


ni siquiera un corto trecho.
Te sentías muy cansado
hasta que tomé tu peso.

Dijiste no te atrevías
a embarcarte en algo nuevo,
mas aposté por tu triunfo,
y resultaste el primero.

218
INGREDIENTES PARA LA FELICIDAD

Dijiste que no podías


compartir tus sufrimientos,
pero te enseñé con calma
a sacar el pus de dentro.

Dijiste no te gustaba
en modo alguno tu aspecto,
pero logré demostrarte
que hay algo mucho más feo.

Dijiste que tu persona


no merecía respeto
y con sólo confesarlo
ya mejoraste en mi aprecio.

Todd Wielgos

Buenos días, Señor.


Hoy abrimos los ojos...
para mirar a los demás,
y tratar de repartir algo
de lo mucho que nos has dado.
Queremos amar
a aquéllos que nadie ama,
a los solos, a los tristes, a los abatidos,
a los que todo les sale mal.

Nos acordamos también


de los que sólo piensan en sí mismos.
Danos unos ojos grandes para ver
y descubrir a tantas personas como ésas.
Danos unas manos dispuestas
a ayudar a los necesitados.

219
EN CAMINO CON DIOS

Danos un corazón más grande


para gue todos quepan dentro.
Enséñanos esa lección de amor
queTú sólo nos das de manera magistral.

H.C.J.

Nada sino el corazón


puede cambiar un corazón.

220
TERCERA PARTE

Nuestro negocio de la felicidad


NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD
Esquema

9. Elegir bien no es fácil


33. El mayor
34. La mayor necesidad
35. El mayor servicio
36. Lo más costoso
10. Intereses globales
37. «Epidemia» de amor
38. Hacer el bien
39. Ejemplo
40. Los del techo
11. Obras desinteresadas
41. Nada a cambio
42. Entregarse de corazón
43. Echar una mano
44. Todo tu ser
12. Compromiso total
45. Soltar amarras
46. Con todo el corazón
47. Una mente abierta
48. Un espíritu valiente
13. Encuentro con el Señor
49. Reconocer su presencia
50. En el prójimo
51. Confiar en Él
52. Compromiso radical
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Señor, se me hace muy difícil


darme como tú me enseñas.
El sacrificio más pequeño
me resulta duro y costoso.
Concédeme, pues, Señor,
la gracia de entregarme como tú
y que, por amor a ti, Jesús,
no escatime sino que derroche,
que me pase antes de quedarme corto.

Señor, pon chispas de tu luz en mis ojos


para que vea las necesidades ajenas.
Haz que mis oídos estén atentos
a los gritos desesperados de los pobres.
Arranca de mí el egoísmo y la avaricia,
sácame del centro, donde me gusta estar.

Señor, que sepa quedarme sin nada


para que les toque mi parte a otros.
Mis manos están ociosas, Señor,
te las ofrezco para que las apliques a tu empresa,
para que las utilices a tu gusto,
pues es mucho lo que pueden hacer.

Guía mis pies, Señor, para que acompañe


a los que caminan solos.
Y que mis huellas en este mundo
conduzcan a todos hacia ti.

I 225
EN CAMINO CON DIOS

Si me comporto y actúo así, Señor,


mi vida habrá merecido la pena,
y estaré seguro de no haber guardado
el talento en tierra, estéril y solitario.
¡No conservaste por mí, Señor,
ni tu ropa aquel día en el Calvario!

Bernard Boon

226
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

9. E L E G I R N O ES FÁCIL

Me pediste las manos, Señor,


pues tenías para mí una tarea;
te las presté por un momento,
pero las retiré casi al instante
porque era muy duro el trabajo.

Me pediste la boca, Señor,


para clamar contra la injusticia;
te di sólo un susurro,
para que nadie me acusara de nada.

Me pediste mis ojos, Jesús,


para ver penas y pobreza que remediar;
los cerré muy pronto
para no pasar más vergüenza.

Me pediste la vida
para trabajar a través de mí;
te di sólo una parte pequeña
para no comprometerme demasiado.

Perdóname, Señor, mis esfuerzos calculados,


medidos hasta el último milímetro,
prestados donde no hay peligro,
y sólo con aquéllos que son agradecidos.

Perdóname, Padre,
y envíame de nuevo,
que ahora sí me tomaré en serio
tu cruz y la tarea.

J o e Saramane

227
33
El bien mayor

Q
S I E M P R E SON UNA atracción para los que no los han visto an-
tes:esos puentes colgantes que se abren como dos manos dando
la bienvenida a buques lentos y majestuosos.
El de nuestra historia era un puente para el ferrocarril,y el guar-
dagujas vivía con su familia a las orillas de un gran río.
Siguiendo su rutina, el empleado entró en la salita de control y
apretó el botón correspondiente. El puente comenzó a cerrarse len-
to, como si estuviese desperezándose. A lo lejos ya se veían las luces
del tren y pronto sonó su silbato agudo en la noche. Pero el guarda
casi ni lo oyó. ¡Otra vez había ocurrido! A pesar de haberse cerrado,el
puente no había quedado del todo fijo. Existía el peligro de que el
tren descarrilase y cayese al río.
Salió corriendo hacia el otro lado, donde había una palanca ma-
nual que fijaba definitivamente el puente: tendría que sostenerla
fuertemente hasta que pasase el tren. Para estar más seguro, se re-
costó con todo su peso sobre la palanca: muchas vidas estaban en
sus manos.
Al levantar la vista para ver si el tren se acercaba, un grito de horror
se le escapó desde lo más hondo de su ser: su hijo de cuatro años ve-
nía saltando y jugueteando sobre las traviesas para estar junto a su
papá. Y no había tiempo para ir y volver. Si abandonaba la palanca

229
EN CAMINO CON DIOS

una terrible tragedia podría ocurrir. Pero su corazón de padre latía


con insistencia y fuerza llamándole a salvar al niño. Cerró los ojos llo-
rando y apretó aun más la palanca.
Escuchó el ruido sordo del veloz tren y sintió las ráfagas de ca-
da vagón según pasaban martilleando las junturas de los raíles. Ni
maquinistas ni pasajeros se habían dado cuenta de aquel cuerpe-
cillo lanzado por los aires. El guardagujas se quedó largo rato apo-
yado en aquella palanca mientras sus ojos miraban incrédulos la
vía vacía.
Sólo tarde, mucho más tarde, volvió atrás por el puente hasta su
casa para explicar a su mujer que no tuvo más remedio que sacrificar
a su hijo.

Explora tu m e n t e

— ¿Qué razones acaban por pesar fundamentalmente a la ho-


ra de tomar decisiones:tu comodidad,tu interés, la ganancia eco-
nómica, el triunfo... o,más bien,el bien común,el interés general,
la justicia, la mejora de la sociedad y del mundo...?
— ¿Pones por delante los valores y principios del Evangelio
cuando tienes que decidir o elegir entre varias opciones?
— ¿Estarías dispuesto a sacrificar lo que más quieres, si fuera
necesario para salvar a otros, para que se imponga la justicia y la
solidaridad, para que se haga real el reino de Dios?
— ¿Ves en la figura del guardagujas un reflejo de la actitud de
Jesús respecto a su propia vida?

Despierta t u corazón

La elección del guardagujas había de hacerse en segundos y


era de verdadera trascendencia. Era «vital»: una vida o muchas.
Pero no una vida cualquiera. Se trataba de su hijo pequeño. Era,
además, una decisión entre razón o sentimiento, mente o cora-
zón. Era elegir entre deber y familia, el bien universal o los deseos
personales.

230
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Cuando han de tomarse instantáneamente, sin poder pararse


a ponderar la disyuntiva, decisiones de semejante calibre, vitales,
cada uno reacciona según sus convicciones más íntimas. Las d e -
cisiones «espontáneas» son fruto de actitudes y convicciones
arraigadas. Es necesario, por tanto, ir afianzando convicciones só-
lidas y profundas.
Qué y cómo decidimos en momentos críticos revela nuestra es-
cala de valores, los criterios que hemos interiorizado, lo que somos de
verdad, la obra de transformación que el amor de Dios ha hecho en
nosotros.
No te ves forzado a tomar decisiones tan graves cada día.Gene-
ralmente puedes tomarte un tiempo para sopesar las razones e in-
cluso para consultar con otras personas. Pero, a cada paso, tomas
decisiones y eliges,aun sin ser consciente de ello,y esas elecciones
afectan de una u otra manera tu vida y la de los demás.Van confi-
gurando tu forma de reaccionar ante las diversas circunstancias. Por
lo tanto, es necesario Insistir: debemos ir consolidando conviccio-
nes firmes y actitudes evangélicas para que nuestras decisiones se-
an las correctas.

Eleva t u espíritu

— «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su hijo único, para


que quien crea en él no perezca sino que tenga vida eterna» (Juan 3,
16;1 Juan 4,9; Romanos 8,32).
— Lee con asombro y devoción la decisión de Abrahán en G é -
nesis 22,1 -18 y Hebreos 11,17-19.
— «¿No veis que es mejor que muera uno solo por el pueblo y que
no perezca toda la nación?» (Juan 11,49).
— «Por un ¡nocente quizá muriera alguno (...) Siendo nosotros pe-
cadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5,6-11).

231
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

A todo hombre caminos


a cada paso se le abren.
Debe elegir entre varios:
al optar el hombre se hace.

Mentes altas,altos picos;


mentes bajas, hondos valles.
Hay quienes desisten pronto
y otros escalan audaces.

Rutas altas, altas miras;


sin metas, cortos andares;
Cada persona decide
-al escoger- su talante.

John Oxhenham

Como el sol es alegría


para quien busca la luz
así el Señor es mi dicha,
mi luminaria, mi estrella:
su aurora me despierta,
su fulgor la noche ahuyenta.
«Él me ha dado nuevos ojos,
Él me ha regalado sus oídos,
me ha dado la inteligencia,
su verdad he conocido,
del camino del error me ha sacado,
por su amor renuncio
a todo cuanto muere,
pues de su mano aspiro
a la vida que nunca acaba.

(Himno bautismal antiguo).

232
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

«Concédeme la verdadera libertad,


Para que nada ni nadie me aparte de ti,
Y en todo y en todos pueda amarte y servirte»

(inspirada en S. Ignacio de Loyola).

El poder más grande de la persona


es la libertad para elegir.

233
34
La mayor necesidad

I I ABÍA UNA LARGA cola ante la taquilla del circo. Estamos


en una pequeña ciudad india hace ya algunos años, antes de
que se generalizara la televisión. Los Braganza, padre, madre y
ocho hijos, esperaban pacientemente... pero impacientes, su
turno. Se veía que los más pequeños no habían estado nunca
en un circo,y los más mayorcitos se ufanaban explicándoles ma-
ravillas sobre los payasos y acróbatas... que ellos mismos habí-
an visto más en su imaginación que en la arena, ya que la fami-
lia no podía permitirse muchos lujos.
Por fin llegaron a la ventanilla. La taquillera preguntó cuántas
entradas querían. Respondió el padre con satisfacción y orgullo
mal disimulado:

— O c h o infantiles y dos de adulto.


Y añadió por su cuenta:

— N o puede imaginarse lo emocionados que están los chicos.


Es la primera vez para casi todos.
La taquillera sonrió oficialmente y anunció el precio de las diez
entradas. El padre palideció:
—¿Cuánto ha dicho?

235
EN CAMINO CON DIOS

La taquillera repetió la cantidad. Era demasiado dinero para el


presupuesto familiar, pero ¿cómo explicar a los niños que no po-
drían entrar a ver el circo?
El señor que estaba a continuación en la cola se dio cuenta al
Instante de la situación. No era rico precisamente pero, con mucho
disimulo, dejó caer un billete al suelo. Se agachó y, recogiendo el
dinero, extendió su mano:

—Perdone, señor, se le ha caído este billete.

El señor Braganza no era un mendigo, ni un aprovechado, pe-


ro la situación era no sólo embarazosa sino trágica para sus
ocho hijos. Así que agarró con fuerza el billete, acercó sus labios
a la oreja de su «bienhechor», mientras de sus ojos manaba una
lágrima,y le dijo con voz apenas audible:
—Gracias, muchas gracias. No puede imaginarse lo gue esto
significa para mi familia.
En el ajetreo siguiente, no vio gue su bienhechor abandonó la
cola sin sacar ninguna entrada, hizo un gesto a su mujer y a sus
dos hijos, y se alejaron discretamente. De la boca de sus dos m u -
chachos no salió ni una palabra de protesta. Habían seguido toda
la escena y captado perfectamente el significado del gesto de su
padre. Habían aprendido una lección para toda la vida.

Explora t u m e n t e

— ¿Eres perspicaz y te das cuenta de cuáles son las necesida-


des y apuros de los demás?
— ¿Eliges alguna vez satisfacer las necesidades ajenas antes
gue tus gustos? ¿Sin dar a entender que estás haciendo un gran
sacrificio? ¿Con espontaneidad?
— ¿Te mostrarías generoso si te convencieras de que tu pre-
sencia y ayuda supondrían un empujón importante para un pro-
yecto, una empresa, una organización?
— ¿En qué medida estás dispuesto a darte tú mismo?

236
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

No creas q u e son raros casos similares al del circo. Hay m u -


chas ocasiones en que queda en evidencia si estás o no atento
a los problemas y apuros ajenos. A veces te sentirás llamado a
sacrificar tu propia satisfacción y gusto por las necesidades más
imperiosas d e otras personas.
Nunca es fácil tomar tal decisión, sobre todo si has estado es-
perando y anhelando ese día o esa ocasión, o has estado ahorran-
do para conseguir algo, y te das cuenta de que otros lo necesitan
mucho más que tú.

Eleva t u espíritu

— Lucas 21,1 -4: Jesús se emociona ante la ofrenda de la viuda.


— «Al que da al pobre nunca le falta, el que se desentiende...»
(Proverbios 28,27).
— «Es más dichoso dar que recibir» (Hechos 20, 35): la frase se
atribuye a Jesús.

Afina tus sentidos

«Es tan poco lo que puedo,


es tan poco lo que tengo».
No importa cuánto ni cómo,
no importa si grande o chico,
escucha bien y medita:
la gente te necesita.

Basta con que la saludes,


le digas una frase atenta,
o la mires con afecto.
Nadie puede hacer tu parte.

237
EN CAMINO CON DIOS

Oye bien, pues,y medita:


la gente te necesita.

Pequeña acción te parece


esa palabra de aliento,
pero al que sufre y se duele
cualquier consuelo ya es mucho.
Escucha bien y medita:
la gente te necesita.

Tener tus manos llagadas


porgue la cuerda sostienes
de la que dependen vidas
no es trabajo desdeñable.
Oye bien, pues,y medita:
la gente te necesita.

Reparte tus posesiones,


libérate de impedimentos,
arranca a andar sin miedo,
vete tras el Nazareno.
Escucha bien y medita:
la gente te necesita.

Evelyn Whitell

Es imposible que andes por la vida


sin que aumente o disminuya
la felicidad de alguien.
35
El mayor servicio

ERA U N A TARDE de primavera. Estamos en 1873. El pequeño


vapor lleva el nombre en la proa: Kilauea. Había zarpado de Hono-
lulú, Hawai, y se dirigía a Molokai. Estaba repleto y todos los viaje-
ros llevaban al cuello las tradicionales guirnaldas de flores tropica-
les. ¿Eran turistas? Nada de eso. Se trataba de leprosos trasladados
a la fuerza.Solamente dos pasajeros iban voluntariamente. Los dos
llevaban sotana y no eran leprosos: monseñor Maigret, obispo de
Honululú,y el joven Damián deVeuster,que se había ofrecido a ser
párroco de la colonia de leprosos de Molokai.
Un antiguo compañero de seminario había informado a Damián
sobre la situación miserable en que se encontraba la colonia: los le-
prosos estaban abandonados y morían en medio de la suciedad, víc-
timas del hambre y la sed... y de la temida enfermedad que sufrían.
También había tratado de disuadirlo explicándole que cualquier
sacerdote que fuese a servir a los leprosos se vería forzado a perma-
necer allí de por vida, pues la sociedad no lo aceptaría de vuelta. Eso
Damián ya lo sabía.Como también sabía que era muy probable que
acabase contagiándose. Pero, con firme confianza en Dios, se había
resuelto a atenderlos.
Una vez en la isla, el padre Damián se dedicó en cuerpo y alma a
aquellos desgraciados. Lavaba y vendaba heridas,construía casas pa-
ra ellos, les aconsejaba, les animaba... y fabricaba hasta sus ataúdes.

239
EN CAMINO CON DIOS

Pasaron doce años. Estamos por tanto en 1885. La isla ya no es


un estercolero repugnante, hay jardines y viviendas, campos con
verduras y flores, caminos, escuela, Iglesia, caras más alegres y c o -
razones consolados. Es domingo. Al acabar el canto de entrada de
la misa,el Padre Damián les saluda:
—Queridos hermanos: nosotros, los leprosos...
Todos lo entendieron y los ojos se llenaron de lágrimas e m o -
cionadas. Su «padre» era ya uno más de ellos, y se lo anunciaba
con una voz alegre y triunfante.

Explora t u m e n t e

— ¿Estás de alguna manera vinculado a algún tipo de servicio


a los demás? ¿Te mueven a ello tus propias convicciones o cedes a
presiones externas de amigos, ambiente, moda?¿Lo entiendes co-
mo servir al Señor «en el más pegueño de sus hermanos»?
— ¿Has pensado con seriedad en dedicar más tiempo y ener-
gías a servir a los gue más lo necesitan: los pobres, los enfermos, los
que sufren?
— ¿Sueles colaborar en los trabajos y proyectos de tu barrio,
parroquia o diócesis?
— ¿Hay alguna clase de servicio que te repugna, gue despre-
cias y no te parece apropiado? ¿Otros gue te atraen?
— Entre tus planes para el futuro, ¿hay un hueco para el servi-
cio a los más necesitados o excluidos?

Despierta t u corazón

Los avances tecnológicos y científicos han hecho nuestra vida


más fácil y más plena. Pero sigue habiendo necesidades acucian-
tes a las que poner remedio. No es fácil encontrar voluntarios. Se
necesitan en esos lugares y situaciones sacerdotes, religiosos, reli-
giosas y cada vez más laicos y laicas, sobre todo jóvenes, que con-
tribuyan a paliar y solucionar estas carencias que afectan a u n gran
número de personas, la mayoría en nuestro mundo.

240
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Dios llama de modos inesperados y, a veces, desconcertantes. Pe-


ro no por eso debemos creer que se trata de casos extraordinarios,
propios de personas igualmente singulares, santos o poco menos.
Todo ser humano abierto y honrado se siente llamado a hacer el
bien y echar una mano. Luego ya depende de la generosidad y las
posibilidades de cada uno. Porque, después del encanto de toda ex-
periencia nueva, el servicio siempre es costoso y requiere sacrificar
tiempo y otras actividades que entran en conflicto.Y,en definitiva, su-
pone también un sacrificio personal. Un coste,en suma.

Eleva t u espíritu

— Contempla a Jesús, que lava los pies a sus discípulos: Juan 13.
— «Cuando Simón y sus compañeros encontraron a Jesús le dije-
ron: «Todos te buscan». Pero Jesús les respondió: «Vamonos de aquí
a las aldeas vecinas para predicar también allí, que a eso he veni-
do». Y fue predicando...» (Marcos 3,35-39).
— «El que se aferró a la vida la pierde, el que desprecia la vida en
este mundo la conserva para la vida eterna. Quien me sirva que me si-
ga y donde estoy yo estará también mi servidor» (Juan 12,25-26).
— La mayor grandeza a los ojos de Jesús es el servicio: Mateo 20,
20-28.
— ¿Quién es el primero?: Marcos 9,33-37.

Afina tus sentidos

Me preguntaban de niño:
— ¿ T ú qué serás de mayor?
Les hacía un leve guiño:
— Y o quiero ser remendón.

Siempre me había gustado


remendar todas las cosas
y todo lo hubiera dado
por hacerlas más hermosas:

241
EN CAMINO CON DIOS

Si yo fuera un remendón
primero recosería
todo herido corazón,
y zurcido quedaría.

Remendaría familias,
parejas y amistades,
donde hay fobias y no filias
cambiaría voluntades.

Cansancio, padecimiento,
fatiga, desilusiones
remendaría al momento
con sonrisas y canciones.

Abusos a las mujeres,


a los niños inocentes,
esclavitud y deberes
impuestos a tantas gentes.

Vejaciones y opresiones
remendaría valiente,
las llagas y las traiciones
curaría suavemente.

Remendar sueños no puedo,


la tela no admite aguja,
sin esfuerzo ni denuedo
Dios los inspira y dibuja.

La grandeza no se mide
por cuántos te sirven,
sino por... a cuántos sirves.

242
36
Lo más costoso

I OS MÁRTIRES NO son leyendas del pasado. El 24 de octubre


de 1997 fue asesinado el jesuíta IndloThomas Anchanikal, cuando
contaba solamente 46 años, los mismos que tenía Francisco de J a -
vier cuando murió cuatro siglos y medio antes.
Ya en 1991, el Padre Anchanikal escribía sobre su trabajo en Ji-
van, la revista de los jesuítas indios: «Los descastados de Hazari-
bagh están económica y socialmente privados de todo,empobre-
cidos culturalmente, atrasados en la educación, explotados y
marginados religiosamente. Su vida se caracteriza por la pobreza,
la ignorancia, la inseguridad, el miedo, la dependencia y todas sus
consecuencias».
En otra ocasión había dicho:«Los bhuiyas son considerados el
último peldaño del último tramo incluso dentro de la jerarquía
de los descastados; por tanto ellos han de ser nuestra prioridad
absoluta. Me admira su generosidad y cariño, y me hacen aver-
gonzarme de mi egoísmo y mi despreocupación. Nuestro trato
con ellos nos enriquece mutuamente, a ellos mucho, pero más
aún a nosotros».
Pero Thomas no se contentaba con escribir sobre ellos. Iba de
pueblo en pueblo a luchar hombro con hombro por su dignidad y
sus derechos.

243
EN CAMINO CON DIOS

Aquel día había ¡do al pueblo de Sirka. Un grupo de policías es-


taba apaleando a uno de los aldeanos. Eso parecía. Pero no eran
policías, aunque llevaban uniformes de ese cuerpo de seguridad.
Eran sicarios de los terratenientes que ya años atrás se habían
apropiado de las pocas tierras de esa gente Ignorante y desprote-
gida. Pero esta vez no lo habían realizado Impunemente como a n -
tes. El Padre Thomas había ayudado a los campesinos a recuperar
sus tierras y, de paso, se consiguió que los poderosos caciques de
la región fuesen encarcelados.
Reconocieron en seguida al jesuíta, dejaron de apalear al in-
feliz aldeano y se llevaron al Padre Thomas fuera del pueblo,
apuntándole con una pistola. A los tres días su cuerpo magulla-
do y decapitado aparecía en el río.
Murió joven, pero su muerte es una fuente de inspiración y co-
raje para todos los que le conocieron. Había entregado su vida por
mejorar la vida de los más pobres y necesitados. Se le ha c o m e n -
zado a conocer como «el mártir de la justicia».

Explora tu m e n t e

— ¿Has pensado que la lucha contra la Injusticia, el racismo, la


opresión, puede poner en peligro no sólo tu comodidad sino in-
cluso la vida?
— Si vieras en peligro tu vida ¿qué harías?
— ¿Estás dispuesto a arriesgar tu vida por los demás?
— Pero ¿cómo te tomas esos otros riesgos, los ordinarios, los
pequeños de cada día, gue te obligan a sacrificarte un poco de
una manera u otra?

Despierta t u corazón

Todos alabamos la valentía y arrojo de hombres como el Padre


Maximiliano Kolbe,que,en un campo de concentración nazi,ofre-
ció su vida por la de un padre de familia condenado.

244
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Sí, puede ocurrir que se den situaciones en que te veas llamado


a arriesgar la vida de un modo real (terremotos, incendios, trage-
dias y, sí, también el martirio entra en el mundo de las posibilida-
des). Pero ése no suele ser el caso. Hay sacrificios menos dramáti-
cos, pero quizás más costosos y necesarios y, ciertamente, más
habituales, cotidianos.
Hay mucha gente que «muere lentamente» por falta de amor y
de cariño, por desprecio y abandono, opresión e injusticia prolon-
gadas, por falta de nutrición y alimentos, por privación de las n e -
cesidades esenciales de la vida: tantas y tantas formas de «agonía
prolongada». No eres tú su directo responsable, pero tu despreo-
cupación,tu falta de interés, el volver la espalda cuando te toca de
cerca, contribuye a que todo eso continúe y se prolongue.
Y, de modo positivo, puedes mejorar la vida de muchas perso-
nas saliendo de ti mismo y de tus preocupaciones para mostrarles
respeto, cariño, aprecio, comprensión, devolverles la estima de sí
mismos o simplemente estando cerca de la gente necesitada y
apoyando a quienes luchan por su liberación.
Cualquier paso en esta dirección exige renuncia y tiene un cos-
te. Pero es imprescindible en la producción de alegría y felicidad.

Eleva t u espíritu

— «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los
amigos» (Juan 15,13).
— «Yo soy el buen pastor,queda la vida por sus ovejas» (Juan 10,11).
— Medita Filipenses 1,18-21: «Mi vida es Cristo y morir es ga-
nancia».

Afina tus sentidos

• ¿Así que murió por su fe?


¡No está mal, sea loado!
Mas ¿su nombre alabarían
si no lo hubieran matado?

245
EN CAMINO CON DIOS

Con su muerte y testimonio


mártir fue de la verdad,
¿pero fue verdad su vida
y genuina su bondad?

Morir es casi más fácil


que vivir como se debe.
Por orgullo y vanagloria
alguno va hasta la muerte.

Vivir a pie el Evangelio


en medio de adversidades,
injurias y humillaciones,
¡eso sí que son verdades!

¿Así fue como vivió?


¿Con sacrificio y constancia?
¿Incomprendido y olvidado?
¡Merece toda alabanza!

Edward Crossby

Sean loados
los que tienen el valor y la ocasión
de dar su vida por los demás.

246
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

10. I N T E R E S E S G L O B A L E S

Señor de la vida, nos llamas a dejar nuestros tiestos, di-


versos y separados, para florecer, todos juntos, en la gloria
multicolor de tu jardín. Bendito seas, te agradecemos el re-
galo de tanta diferencia y color.
Tíñenos de rojo, ardiente Dios, para gue nos inflame-
mos con la cólera de los oprimidos, para que prenda en
nosotros el fuego de los gue tienen hambre y sed de jus-
ticia, la llama de la paz, la lámpara de la vida, el resplandor
de quienes sufren por alumbrar el amor en el mundo.
Píntanos de verde, Dios resucitado, para conservar íntegra
tu creación, para festejar los logros de nuestro tiempo, para
revestir de hojas nuevas las plantas de nuestra vida, para gue
broten verdeantes las semillas de ilusión y esperanza.
Coloréanos de azul, Dios encarnado, para compartir las
lágrimas de los gue lloran, la fe de los andan sobre la mar,
los cielos abiertos y tu voz que nosdice:«Tú eres ni hijo, mi
hija, a los que amo».
Barnízanos de amarillo, Dios sabio, para atendamos a
aquéllos cuyas capacidades y talentos son ignorados,
despreciados, rechazados, para prestar nuestro grito a los
que no tienen voz ni voto, para llenarnos también de
imaginación y sapiencia.
Coloréanos de arco iris, amoroso Dios, como al pueblo
de la promesa, para que la comunidad que fundó tu Hijo
alcance a extenderse por el mundo entero y resplandezca,
plena de humanidad, en todos los hombres y mujeres.
Amén.

CatherineA. Hepburn

247
37
«Epidemia» de amor

r
v_UANDO SE CERRÓ la fábrica donde trabajaba, John encontró
empleo en un garaje. Una vez tuvo que ir,ya al atardecera probar
un coche en una carretera poco frecuentada. El cielo estaba enca-
potado y comenzaba a llover. Casi no pudo vera la mujer y su Mer-
cedes. Parecía ya anciana, indecisa y nerviosa en la cuneta de la ca-
rretera. A pesar de la poca visibilidad, J o h n se dio cuenta de que
necesitaba ayuda y salió del coche para ir a socorrerla.
Aunque trató de dibujar una sonrisa, se la veía preocupada. Na-
die había parado a ayudarla en más de una hora.Y el que ahora se
acercaba, ¿vendría a robarle y hacerle daño? Advirtió que vestía
pobremente y que sus vestidos estaban demasiado sucios para
poder fiarse de él. John se dio cuenta de la situación y, todavía a
cierta distancia, gritó preguntando si necesitaba ayuda, que él era
mecánico.
Se trataba sencillamente de una rueda pinchada y sin aire. La
cambió en un momento. Al ofrecerle la señora d i n e r o j o h n movió
la cabeza negativamente y, simplemente, le dijo:
— S i me quiere pagar, la próxima vez que encuentre a alguien
que necesite ayuda, échele una mano.
A los pocos kilómetros había un restaurante, bastante destarta-
lado y sucio, pero la señora necesitaba tomar un café caliente. La

249
EN CAMINO CON DIOS

camarera también iba pobremente vestida y estaba embarazada


de bastantes meses. Era muy amable y servicial.
Al terminar, la señora puso un billete grande en el platillo. La ca-
marera se extrañó al ver tanto dinero y fue a traerle las vueltas. Pero la
señora había desaparecido. Había escrito en la servilleta de papel:
«Alguien me ayudó cuando yo lo necesitaba. A usted le hará
falta dinero para afrontar el nacimiento de su hijo.Guarde las vuel-
tas, por favor. No me dé las gracias, pero continúe esta cadena de
amor y ayude a los que lo necesiten».

Explora t u m e n t e

— ¿Has pensado alguna vez en la cadena que pueden iniciar


tus palabras y obras buenas? Lo mismo puede ocurrir para el mal.
— ¿No te animarías a comenzar una «epidemia» de amabilidad:
una palabra de cariño, una sonrisa, una pequeña ayuda, perdonar,
servir...?
— ¿No crees que algunas profesiones se prestan más a influir y
contagiar el bien o el mal,y de ahí su mayor responsabilidad:do-
ce ntes, d i recto res, jefes... ?
— ¿No te parece que un seguidor de Jesucristo tiene también
mayor responsabilidad a la hora de extender el amor y el servicio?

Despierta t u corazón

Prácticamente cualquier cosa que hagas tiene consecuencias


más amplias de lo que podría esperarse.Todo en la vida, sean ide-
as, palabras u obras, van en una dirección u otra, e influyen para
bien o mal. No hay nada indiferente o «neutral» en lo que está «vi-
vo», todo tiene su efecto, bueno o malo.
A veces sucede de manera casi inadvertida, como las ondas
que levanta una piedra lanzada en medio de un estanque,o como
un vastago o renuevo que no para de crecer, aunque lentamente,
y que, al final, da buen o mal fruto.

250
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Una obra buena hecha por genuina compasión puede tener


un «efecto multiplicador». Puede ser gue para ti no haya significa-
do mucho, pero quizás ha sido muy importante para la persona
que lo recibió de ti. Y en no pocas ocasiones los beneficiados se
sienten inspirados a actuar de la misma manera con otros cuando
la ocasión se presenta.

Eleva t u espíritu

— La amabilidad de Jesús con la samarltana la convirtió a ella


en embajadora suya: Juan 4,1-42.
— Jesucristo cita el dicho:«Uno es el que siembra y otro el que co-
secha».
— La curación del enfermo de la piscina tiene consecuencias:
Juan 5,1-18.

Afina tus sentidos

El abuelo aconseja:
«Si quieres pasar un buen día,
empieza por dar algo».

Y predica con el ejemplo.


Al vagabundo de la esquina
le regala un pollo asado.
El pobre no sale de su asombro:
«¡Qué maravilla! ¡Qué manjar!».

Pero en vez de comérselo,


piensa en los hijos de Marga,
la viuda gue aquella mañana
le había preparado
un caliente tazón de leche.

251
EN CAMINO CON DIOS

Cuando la buena mujer


vio aquel pollo suculento
exclamó entusiasmada:
«¡Qué sorpresa tan hermosa!
¡Nunca lo hubiera imaginado!
Mandaré a Lola, la asistenta,
el bizcocho de pasas y chocolate.
M e gusta hacer feliz a alguien
cuando yo misma me siento dichosa».
«Mi pastel favorito», dijo Juana al verlo.
«Semejante obsequio me conmueve.
Pienso que ahora me toca a mí
mandar esta tarta de manzana
a los chiquillos de la vecina.»
Juan y Luisito no dan crédito a sus ojos.
«¡Qué tarta tan genial! ¡Mola cantidad!
¡Qué bien huele! ¡Mejor sabrá!
Vamos a darle un trozo
al buenazo deTotó.»

Totó, un cielo de muchacho,


es el discapacitado del barrio.
¡Cómo disfruta masticando
despacio, despacio la porción!
Pero guarda con sumo cuidado
las migas que le caen de la boca.
«Son para los pájaros, pobrecillos.»

Revolotean alrededor de Totó,


picotean aquí y allá
y luego se van volando
hasta la ventana del abuelo.

252
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

El viejo escucha sus gorjeos


y entiende sus trinos.
Dicen los pajarillos:
«Si quieres pasar un buen día,
empieza por dar algo».

H.S.Phillips

Sois la semilla que ha de crecer,


sois estrella que ha de brillar,
sois levadura, grano de sal,
antorcha que debe alumbrar.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz,
sois los amigos que quise escoger,
sois palabra que intento gritar.
Sois fuego y savia que vine a traer,
sois la ola que agita la mar,
la levadura pegueña de ayer
fermenta la masa del pan.

Cuando una mosca aletea


la brisa empieza a soplar.

253
38
Hacer el bien

I NDIRA GANDHI FUE durante mucho tiempo la primera ministra


de la India. Un día convocó a su despacho al almirante de la Arma-
da Ronald Lynsdale Perelra. Su ayudante, el capitán B.R. Sen, había
organizado todo de tal manera que el almirante pudiera estar en
la oficina de la primera ministra a la hora exacta,como ella siempre
exigía.
Pero cuando se dirigían a la cita, el almirante vio cómo un joven
se esforzaba por aupar a un anciano en sus espaldas. Mandó al
conductor gue parara, bajó del coche y preguntó qué ocurría. El
joven le explicó que su padre se encontraba mal y quería llevarlo
al hospital, pero no podía pagar un taxi.
Pereira insistió en llevarlos en su coche. Sen comenzó a pro-
testar, explicando que iban a llegar tarde. Pero el almirante no
cedió.
En el hospital hubo una gran conmoción cuando aquella figu-
ra alta y solemne, con un uniforme lleno de condecoraciones y
medallas,anuncló que aquel vlejecito era pariente suyo,y añadió:
—Pasaré a la vuelta. Asegúrense de gue, cuando venga, esté
bien atendido.
Sabía muy bien el almirante cómo son ignorados y descuida-
dos los indigentes en los grandes hospitales.

255
EN CAMINO CON DIOS

Llegaron quince minutos tarde al despacho con la primera mi-


nistra. El capitán Sen comentó más tarde:
— N o me lo acababa de creer.Todo el mundo tenía un miedo
tremendo a la señora Indira Gandhi. ¡Y hacerle esperar por causa
de un enfermo pobre! Fue para mí una lección de valentía y c o m -
pasión. Pero era típico de Ronnie Pereira. Siempre hizo lo que él
creía ser lo correcto y... ¡al diablo con las consecuencias!

Explora t u m e n t e

— ¿Te sale natural y espontáneamente ayudar a quienes ves


en dificultad?
— A la hora de prestar ayuda ¿haces distinción? ¿Eliges a quié-
nes síy a quiénes no?
— ¿Has tenido la oportunidad de ayudar a alguien realmente
pobre y necesitado? ¿Cuál fue tu respuesta?
— ¿Te has planteado realizar habitualmente una labor de v o -
luntariado o una tarea asistencial?

Despierta t u corazón

Demuestras quién eres de verdad cuando espontáneamente


respondes a una situación concreta.Sin embargóla «virtud» no es
algo instintivo, hay que cultivarla y desarrollarla:tienes que fomen-
tar en ti una actitud que pone los intereses de los demás por e n -
cima de los tuyos. No es fácil, no aparece espontáneamente.
En la misma línea, tienes que ir haciéndote un sistema de valores
basado en la igualdad de todos los hombres y mujeres. No hay ra-
zón alguna para discriminar a ninguna persona y negarle sus dere-
chos humanos básicos. La situación de la mujer es especialmente
penosa en la mayor parte del mundo. No te extrañe que,durante to-
davía muchos años, sea necesaria una discriminación «positiva» a fa-
vor del género femenino. La desigualdad es tan grande que es pre-
ciso compensarla de alguna manera.

256
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

La compasión nace de un corazón lleno de ternura y empatia


con los demás, pero tampoco surge por «generación espontánea».
Has de cultivar tu sensibilidad si quieres que la situación ajena te
afecte cordialmente.
Así, poco a poco, casi sin intentarlo, te preocupará menos tu c o -
modidad, tu futuro, tu «nombre», pensarás menos en ti mismo y las
carencias y problemas de tus prójimos te parecerán más urgentes.
«Obras son amores.» Lo que hagas o dejes de hacer es el test defi-
nitivo de tu auténtica compasión.

Eleva t u espíritu

— Aplícate la parábola del buen samaritano: Lucas 10,25-37.


— Contempla cómo Jesús toca al leproso. Recuerda cuál era la
situación de aquella desdichada gente: Marcos 1,40-45.
— Pedro resume la vida de Jesús en esta lacónica frase: «Pasó
haciendo el bien» (Hechos 10,38).
— Lee y reza la escena de la madre de los Zebedeos: Mateo 20,
20-28.

Afina tus sentidos

A fuerza de amor humano


me abrasa el amor divino,
la santidad es camino
que pasa por el hermano.

J.L.BIancoVega,S.J.

A mí me admiran los faros


con sus luces en la noche,
que salvan vidas y naves
de gente que no conocen.

257
EN CAMINO CON DIOS

Así quiero hacer el bien


sin saber a quién le llega,
como Dios así también
el sol a nadie le niega.

Del monte la humilde fuente


mana y salta, canta y alegra.
Aunque regala sus aguas
ella queda satisfecha.

Así quiero hacer el bien


sin saber a quién le llega,
sabiendo que asítambién
el agua los campos riega.

Las flores de los jardines


perfuman con sus esencias,
¿cuándo serán los demás
nuestro principal problema?

Así quiero hacer el bien


sin saber a quién le llega,
como Dios que asítambién
para todos llueve y nieva.

Richard Wilton

La caridad por partida doble bendice:


al que da y al que recibe.

258
39
El ejemplo

ü ACKEI CHAN ES un conocido actor del cine de acción. Nació


y se crió en Hong Kong, pero su primer papel estelar fue en una
gran producción norteamericana, Hora punta (Rush Hour), en sep-
tiembre de 1998. Había actuado en películas estadounidenses
desde 1980, pero tuvo que esperar 18 años, hasta los 44 años, pa-
ra conseguir un éxito tan importante. Ningún actor asiático había
conseguido semejante celebridad en los Estados Unidos desde
hacía 80 años, cuando la japonesa Sessue Hayakawa robaba t o -
dos los corazones.
En una entrevista, durante el lanzamiento de Hora punta, le pre-
guntaron:
— E s de todos conocido que usted se ha negado a actuar en al-
gunas películas porque el lenguaje usado en el guión era a veces
indecente y contenía chistes sucios. ¿Por qué?
—Porque muchos niños ven mis películas. Los films que yo ha-
go están repletos de luchas y combates, pero nunca hay sangre ni
matanzas. Suelo también pedir a los directores que pongan en los
decorados algunos carteles que digan: NO FUMAR. En Hora punta
recojo un periódico del suelo y lo echo a una papelera. M e preo-
cupa la educación de los niños.

259
EN CAMINO CON DIOS

Explora tu m e n t e

— ¿Eres consciente de hasta qué punto ciertas personas influ-


yen y modelan tu vida,tu modo de pensar y actuar?
— ¿Te das cuenta de que tus actitudes y conducta ejercen in-
flujo en miembros de tu familia, vecinos, amigos, gente más joven?
— ¿Dirías que eres una persona responsable? ¿Que tratas de
ser honrado y cabal?
— ¿Te dejas influenciar por las «manzanas podridas del cesto»,
por personas poco recomendables?
— ¿Te inspira la vida de Jesús?

Despierta t u corazón

Las obras hablan más alto que las palabras. Aunque no lo ha-
gas conscientemente, tu conducta y tus actitudes influyen en
los que viven contigo o en tu mundo. Y, a su vez, también ellos
influyen en t i . . . para bien o para mal. Es, pues, importante el
comprender la importancia del «ejemplo».
Es cierto que las figuras públicas, los actores, deportistas y atle-
tas, políticos y gente famosa, etc., tienen una mayor influencia y,
por lo tanto, mayor responsabilidad, que han de estar atentos a lo
que dicen y hacen con más cuidado que los demás. Pero también
la «gente ordinaria» tiene la obligación de no escandalizar o c o -
rromper a otros. Y, al contrario, han de incitar al bien a todos los
que viven en su radio de acción.
No pocas veces una vida «virtuosa» aunque poco notoria, vivi-
da en paz y sin ruido, ejerce sobre los que viven a su alrededor una
influencia poderosa.

Eleva t u espíritu

— Mateo 18,1 -7: Jesús, tan amable y compasivo, es muy duro


con el escándalo.

260
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

— Medita en lo que Jesús llama «tu fuente de luz» o «la luz del
cuerpo», según las traducciones: Mateo 6,22-23.
— Lee y «saca provecho»: Mateo 5,13-16 y 7,15-21.

Afina tus sentidos

Cuatro son los evangelios:


Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Todos han leído al menos un trozo,
pero el evangelio más sabido
es el que tú les has mostrado:

tú escribes un evangelio
-que es noticia buena y patente-
con las obras y palabras,
con las manos y la cara.

Todos leen tu evangelio,


todos ven tu vida entera,
y eso aprenden del Dios bueno,
y en eso creen y esperan.

¿Pueden leer la bondad


en tu vida y evangelio?
¿O quizá ven en ellos
la contienda y la malicia,
el engaño y la soberbia?
Mala noticia es ésa,
que no evangelio.

261
EN CAMINO CON DIOS

Gracias, Señor, por la luz


que es tu Palabra.
Dame fuerzas, Señor,
para ser luz y ser sal,
para ser testigo de la luz,
sal y fermento de tu reino.

Señor, que mis actos


no traicionen tu verdad,
que mis obras no enturbien
mis palabras,
que mi vida no oculte
tu rostro ante la gente.

Que mi vida sea luz,


quiero ser sal
y dar sentido.

Ángel Calvo

Dudarán a veces de lo que dices


pero siempre creerán lo que haces.

262
40
Los del techo

LJ N HOMBRE SUFRÍA de esclerosis múltiple, esa enfermedad


insidiosa que va lentamente endureciendo los órganos y tejidos,y
dejando lisiados a sus víctimas.
El proceso iba causándole cada vez más trastornos sensoriales
y embotando su control muscular: al principio eran unos movi-
mientos torpes y desmañados, luego se caía con facilidad; el bas-
tón dio paso a la silla de ruedas, hasta que finalmente acabó en la
cama sin poder moverse.
Una cosa buena le quedaba, sin embargo: un grupo de a m i -
gos que nunca le abandonaron en su larga enfermedad. Los lla-
maba «los del techo», aludiendo al famoso pasaje del evangelio
en que unos camilleros descuelgan a un paralítico levantando el
tejado. Eran amigos desde los tiempos de colegio.Cuando la e n -
fermedad se agravó, decidieron asegurar que durante los últi-
mos días de su vida su amigo no tuviese que preocuparse para
nada del aspecto financiero, ya que su pensión y su seguro no
serían suficientes en una situación c o m o aquélla.
Podían permitirse la ayuda, eran abogados, médicos, arquitec-
tos, profesores,oficinistas, sacerdotes.Cada mes, los «camilleros del
techo» mandaban su contribución al designado y él se encargaba
de las transacciones bancarias.Todos se sentían orgullosos de su

263
EN CAMINO CON DIOS

ayuda y, más aún, de su interés por el amigo, las frecuentes visitas,


los cuidados. Pero procuraban mantener esto último en secreto
para imitar a aquellos camilleros anónimos del evangelio.
En el funeral fue, naturalmente, uno de los «camilleros» el que
presidió los oficios y predicó la homilía. Había elegido, ¡cómo no!, el
pasaje evangélico del paralítico. Aludiendo a su amigo, dijo:«Nun-
ca se quejó, la mayor parte del tiempo estaba de buen humor. So-
lía repetir:«Mi vocación,durante esta parte de mi vida,es llevara la
gente a Dios gracias a los cuidados que me prestan». Y así fue.
Nuestros corazones se fueron abriendo más y más. Él nos enseña-
ba a creer, a perdonar, a tener paciencia, a ser amables: nos guió
hacia Dios. Nuestro trabajo era fácil: todo lo que teníamos que ha-
cer era cargar con él». (RGary Smith,S.J.,NationalCatholic Repórter,
nov. 1998).

Explora t u m e n t e

— ¿Se te podría considerar un «camillero del techo» que trata


de ayudar al que está postrado o «enfermo»?
— ¿Serías capaz de ponerte a ello, si no lo haces todavía?
— ¿Hay cerca de ti gente «paralizada» de una u otra manera y
que necesita tu ayuda? ¿Crees que puedes reunir un grupo -o
unirte tú a uno que ya exista- para echar una mano entre todos?
— ¿Se te ha ocurrido ayudar a los necesitados no sólo ocasio-
nalmente sino de un modo más permanente?

Despierta t u corazón

Muchas veces, para que la ayuda y el servicio sean efectivos, es


necesario un equipo, poner las manos, la cabeza y el corazón j u n -
tos. Eso hará más fácil y llevadero cargar con el «peso», contribu-
yendo cada uno con sus energías y recursos.
Además, en el trabajo en equipo es más fácil pasar inadvertido.
Se disminuye el peligro de protagonismo,de apuntarte tantos por

264
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

las cosas que haces.Cada uno aporta más o menos según sus po-
sibilidades. Es menor el sentido individual de la tarea y disminuye
el embarazo ante la persona a la que se ayuda.Y,finalmente, el fo-
co de atención es más el trabajo que se hace que lo que yo pue-
da conseguir al realizarlo.
Una última reflexión. Las organizaciones de laicos y laicas, las
comunidades religiosas han de procurar que su trabajo en equipo
se convierta en un trabajo de cuerpo, el cuerpo de Cristo.

Eleva t u espíritu

— Hazte presente y toma parte en la escena de los camilleros


del techo: Marcos 2,1-12.
— La característica más llamativa de los primeros cristianos era
la unión de los ánimos y su vida en comunidad: Hechos 2,43-47 y
4,32-36.
— «Llevad unos las cargas de los otros»: Gálatas 6,2.

Afina tus sentidos

El amor que a Dios tenemos


no se queda en nuestras oraciones:
se ha de extender a la humanidad entera.

Amar es ser cariñoso con el vecino,


que necesita lo que tú puedas compartir.
Todo lo que le doy del mismo Dios viene.

«Lo que al hermano le hiciereis,


a mí me lo hicisteis», dijo Jesús.
¡Buen modo de amar al Dios invisible!

265
EN CAMINO CON DIOS

I Todo,aunque esté bien encubierto,


a Dios mismo se lo hacemos.
Nunca nos aparta de su lado.
H. Mary Gemma Brunke

Cuidar del otro


es poner el amor en marcha.

266
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

11. OBRAS DESINTERESADAS

Dios mío,enséñame
a ser amable y buena
en todo lo que diga y haga.

Enséñame a ser paciente


con aquellos que son falsos.
Enséñame a mostrar cariño
a los que ya no tienen remedio.

Dios mío, enséñame a cantar


cuando las cosas se tuercen.

Enséñame a irradiar,
como el sol, luz y calor
en los días tristones y fríos.

Enséñame a ser atenta


con aquéllos a los que quiero
y saludo cada día.

Enséñame a no detenerme
y continuar adelante
cuando la cruz se hace pesada.

Dios mío,enséñame
a compartir mis ojos
con aquéllos que no pueden ver.

267
EN CAMINO CON DIOS

Enséñame a guiar a los demás


de modo que confíen en mí.
Enséñame a apreciar y valorar
las dádivas que me prodigas.

Dios mío, enséñame


a recordar todo esto
cuando hablo contigo cada día.

Catheñne Ryan

268
41
Nada a cambio

/\.J. CRONN
I , ANTES de ser escritor, había sido médico en una
compañía minera de Gales. Dejó escritas sus memorias de este pe-
ríodo de su vida en su libro Aventuras en dos mundos:Apuntes de mi
vida.
Narra allí cómo había «una enfermera de mediana edad que,
durante más de veinte años, había servido a la gente de Tregenny
con gran fortaleza y paciencia, con calma y espíritu alegre... A u n -
que era muy querida de todos, su salario era el más injusto».
A Cronin le admiraba la actitud desinteresada que la sanitaria
mostraba con toda naturalidad en cualquier ocasión. A él también
le parecía que la enfermera merecía una mejor remuneración. Un
día sacó el asunto en una conversación con ella.
— ¿ P o r qué no exige un aumento de sueldo? Es ridículo que
trabaje tanto portan poco.
—Tengo suficiente para ir tirando -respondió ella sonriendo.
— N o , de verdad -insistió él-. Deberían darle por lo menos una
libra más cada semana. Bien sabe Dios que se lo merece.
Siguió una pausa. La sonrisa continuaba en el rostro de la e n -
fermera, pero su mirada se volvió pensativa y llena de intensidad.
Respondió por fin:
—Doctor, si Dios lo sabe, eso es lo que me importa.

269
EN CAMINO CON DIOS

Explora tu m e n t e

— ¿Te quedas contento y te sientes satisfecho cuando ayudas


gratuita y libremente a los demás, sin esperar ninguna ganancia ni
pedir alabanzas y honores?
— ¿O eres «calculador» en tu servicio y piensas en la recom-
pensa?
— ¿Eres consciente de que el «consumismo» te influye y te
vuelve, sin que te des cuenta, un «negociante» aun a la hora de
ayudar y prestar un servicio?
— C o m o a la enfermera de la novela de Cronin, lo que Dios
piensa de ti ¿es lo que realmente te importa cuando has de ac-
tuar o tomar una decisión?

Despierta t u corazón

El mundo ha adquirido una mentalidad tan «comercial» que


se da por descontado que la gente pone precio a todo cuanto
hace. Aun regalos y premios que se ofrecen «gratis» llevan su
etiqueta y su «letra pequeña».
Se requiere una virtud genuina para librarse de esa mentalidad
y actitud «mercantil», un espíritu de generosidad que «sepa dar sin
mirar el coste, trabajar sin esperar recompensa, combatir sin preo-
cuparse por las heridas», como dice aquella oración para pedir la
generosidad.
En nuestros días se dan y reciben muchos más regalos que a n -
tes. Los grandes almacenes y supermercados se han encargado de
multiplicar las celebraciones y los «día de...». Pero nada puede
sustituir a la dádiva personal: darse a sí mismo. Por muy limitada o
pobre que una persona sea, siempre será capaz de hacer ése que
es el mejor de los regalos.
Todo esto es hoy tan inusual que casi es imposible practicarlo
sin llevar una vida de oración, donde Dios mismo nos dé la fuerza,
la inspiración y la audacia, para imitarle en aquello que es más ca-
racterístico suyo:«dar sin condiciones».

270
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Eleva t u espíritu

— Mateo 6, 1-4: «Cuando hagas limosna, que no sepa la iz-


quierda lo que hace tu derecha». Así lo enseñaba y vivía Jesús.
— Lucas 10,25-37: no en vano se conoce como buen samarita-
no a quien hace el bien sin mirar a quién ni esperar recompensa.

Afina tus sentidos

Hermandad y humanidad

Personas del mundo entero,


estrechad hoy vuestras manos,
abrazad al compañero,
no olvidéis que sois hermanos.

Algunos tenemos tanto


para dar y repartir
que desconocemos cuánto
podríamos compartir.

Faltan amor y alegría,


sólo hay hambre en abundancia,
una corta minoría
todo lo vuelve ganancia.

Habitantes de la Tierra,
todos nacemos iguales,
desterremos, pues, la guerra,
el odio y los demás males.

Empieza cada alborada


con una sonrisa abierta
y júbilo en la mirada:
la victoria aguarda y es cierta.

271
EN CAMINO CON DIOS

Ciudadanas, ciudadanos,
combatamos todos juntos
por los derechos humanos,
por los restantes asuntos
que harán de la Tierra entera
fraternidad verdadera.

Hombres nuevos,
hombres muertos a sí mismos
que viven en justicia,
en magnanimidad y en bondad,
en el Espíritu Santo
y en caridad sincera,
con próspera o adversa fortuna:
marchan ya en avance incontenible,
y arrastran a otros muchos con ellos,
con la mira puesta todo el rato
en la mayor gloria de Dios.

P. Ribadeneira

Señor,danos la gracia
de no serían cicateros,
de salir de nosotros mismos,
y de vivir en cualquier parte,
con tal que sea
lejos de nosotros mismos
y muy cerca de ti.

J. K. Huysmans

Da hasta que lo notes


y luego sigue dando
hasta que ya no lo notes.

272
42
Entregarse de corazón

M
I V IARK LlNK, en una de sus homilías, cuenta la historia de una
estudiante de bachillerato que se apuntó a un grupo de su parroquia
para pasar un domingo con los ancianos e inválidos del hospital.
Al entrar allí, su primer impulso fue el de huir. Se quedó abru-
mada ante aquella gente en sillas de ruedas, al ver sus caras secas
y arrugadas. Ancianas encorvadas, viejos olvidados, parapléjicos, ni-
ños desnutridos que reclamaban mudamente atención y cariño.
No pudo soportarlo. Salió corriendo al jardín del hospital. Y allí,
sin saber por qué, empezó a descargar toda su rabia contra Dios,
por permitir tanto dolor y sufrimiento.
Pasó allí alrededor de una hora y, también sin saber cómo, su
actitud fue transformándose. Empezó a adivinar que, en realidad,
Dios quería a todas aquellas personas de una manera especial.
Volvió al hospital, donde sus compañeros de la parroquia esta-
ban ayudando a los discapacitados,dándoles de comer, empujan-
do las sillas de ruedas, arropando al que lo necesitaba. Se unió a
ellos con entusiasmo y comenzó a hablar con los pacientes.
Luego recordaba:

— Conseguí que muchas caras sonrieran y se brillaran muchos


ojos, pero hay una que sobresalía de alegría entre todas las demás:

273
EN CAMINO CON DIOS

la mía. Nunca me había sentido tan contenta conmigo misma,


nunca había sentido tal alegría.

Explora t u m e n t e

— ¿Alientas sentimientos de comprensión y ternura para con


los ancianos,los enfermos,los discapacitados...?
— ¿Te has olvidado de ti mismo (de tu repugnancia, tal vez de
tu miedo) para tratar de alegrarles un rato?
— ¿Qué piensas y sientes ante los mendigos, los pordioseros, la
gente considerada indeseable?
— ¿Has ido alguna vez a visitar centros de acogida, residencias
de ancianos, barriadas pobres?
— Si no has tenido todavía esa oportunidad, ¿no podrías inte-
resarte y preguntar cómo hacerlo?

Despierta tu corazón

Ayudar a los necesitados supone ante todo una sensibilidad es-


pecial. Al principio, suele sentirse un cierto apuro e incluso repug-
nancia o aversión. Otros quizás temen la repulsa de aquéllos a los
que quieren ayudar. Pero es algo que puede superarse enseguida,
ya que miedos y ascos desaparecen todos durante el primer e n -
cuentro.
Y aunque es cierto que, a veces, requiere una preparación es-
pecial, es también sencillo el desarrollar la habilidad suficiente pa-
ra poder ser de ayuda.
A la hora del balance definitivo, todos están de acuerdo en que
ha sido una experiencia «maravillosa». Los menos entusiastas ha-
blan de práctica muy positiva,fuente de mucha alegría no sólo pa-
ra quien la ha protagonizado, sino sobre todo para aquellos que
han recibido sus atenciones. Muchos acaban por entregarse de to-
do corazón y de por vida a semejante tarea.

274
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Eleva t u espíritu

— Medita lo que ha sido llamado el himno del amor. 1 Corin-


tios 13,1 -13. Se lee en muchas bodas. Procura sustraerte al «am-
biente nupcial» y leer y rezar el texto sin referencia directa al
amor conyugal.
— Una lectura parecida a la anterior: Romanos 12,4-21.
— «£/ Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar
su vida por muchos»: Mateo 20,28.
— El ejemplo de Jesús, q u e lava los pies de sus discípulos:
J u a n 13.

Afina t u s sentidos

A la noche en tu balanza
pesa paja y pesa grano:
¿mereces hoy alabanza
o pasaste el día en vano?

Las horas raudas volaron,


mil personas encontraste,
¿hubo algunos que notaron
que en su camino pasaste?

Son grandes las muchedumbres


que se cruzan en tu vida:
¿alguno en sus pesadumbres
notó tu mano tendida?

¿Es alguien hoy más dichoso


porque pasaste a su lado?
¿Es el mundo más hermoso?
¿A quién has reconfortado?

275
EN CAMINO CON DIOS

¿Afloró de ti un regato
de bondades y favores?
¿O dejaste con tu trato
heridas y resquemores?

¿Se sintió tal vez herido


por tu falta de paciencia?
¿Se duele porque ha sufrido
tu desdén e indiferencia?
Cuando ya te vence el sueño
en el alma escuchas neto
a tu buen amigo y dueño
plantearte un nuevo reto:
«Lo valioso que hoy hiciste
hazlo mañana mejor.
Gusta, pues lo mereciste,
del gozo de tu Señor».

Señor, no permitas
que vivamos felices y satisfechos
en nuestro pequeño rincón.
Que sintamos desazón
por la miseria universal.
Ésta es mi ardiente oración.

El corazón es más feliz


cuando palpita por los demás.

276
43
Echar una mano

ERAN AMIGOS y tenían el mismo ideal, la misma ilusión: llegar


a ser artistas. Estoy hablando de los alemanes Alberto Durero y
Franz Knigstein.
Pero tenían el mismo problema que muchos jóvenes: sus fami-
lias no podían permitirse pagarles los estudios en la universidad.
Decidieron que uno de ellos buscaría un empleo para mante-
ner al otro hasta que acabase la carrera. Entonces el segundo po-
dría vender cuadros y pagarle así la carrera al primero.
Lo echaron a suertes, y le tocó a Durero marchar a la universi-
dad primero. Knigstein tuvo que buscar trabajo. C om o ya es c o -
nocido, Durero era un verdadero genio y su talento fue recono-
cido enseguida. Pronto comenzó a ganar mucho dinero y,
naturalmente, no se olvidó de su amigo y quiso cumplir su parte
del trato. Pero entonces se dio cuenta del sacrificio que Knigstein
había hecho y del gran precio que había tenido que pagar para
que él pudiera estudiarla sensibilidad de sus delicados dedos se
había embotado por culpa de los años de duro trabajo manual.
Sin embargo, aunque tuvo que abandonar sus sueños de artis-
ta, nunca lamentó su desgracia. Siempre se alegró de los éxitos y
triunfos de su amigo. Y dio por buena su frustración a la vista de
qué gran pintor había ganado el arte.

277
EN CAMINO CON DIOS

Un día Alberto encontró a Franz arrodillado en oración y se fijó


sobre todo en aquellas manos callosas,entrelazadas con devoción.
Con rapidez delineó el boceto de Manos que rezan.
Los museos y galerías de arte exhiben muchas obras del famoso
Durero, pero su obra maestra sigue siendo, sin duda, Manos que re-
zan. El cuadro ha sido copiado miles de veces y usado en infinidad
de ilustraciones. No sólo su valor artístico merece el aprecio de la
gente, sino la historia que narra, una tierna historia de amistad,sacri-
ficio y agradecimiento.

Explora t u m e n t e

— ¿Has gozado o gozas de una amistad verdadera y honda?


— ¿Exigió esa amistad sacrificios de tu parte o a tu amigo?
— ¿Tienes a Jesús por tu mejor «amigo»? ¿Aprecias lo que hizo
por ti? ¿Estás decidido a demostrarle la calidad de tu amistad pa-
ra con Él? ¿De qué manera?
— ¿Has pensado en el coste que implica un compromiso radi-
cal y duradero con la persona de Jesús?

Despierta t u corazón

La mano es la extensión más expresiva del cuerpo. «Echar una


mano» es una frase usada en casi todas las lenguas para expresar
ayuda,apoyo, solidaridad,compañía... Y todos sabemos que ésa
es la única manera de vivir como ser humano: echar una mano a
todos los que necesitan ayuda, especialmente a las personas que
viven con nosotros.
Pero tus manos solamente se prestarán al servicio y a la ayuda si
hay en tu mente y en tu corazón el deseo de hacerlo. La amistad ver-
dadera se muestra en obras.Ysin regateos,sin esperar nada a cambio,
sin aguardar recompensa alguna... excepto la alegría secreta de dar.
Tenemos muchos ejemplos de hombres y mujeres de todos los
tiempos entregados a la tarea de servir a los más pobres y margi-
nados.Son un gran número los que -a lo largo de la historia- han

278
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

dejado de lado carreras lucrativas y futuros risueños y han mostra-


do su amor a Jesús acudiendo por Él a evangelizar países lejanos o
a sumergirse en situaciones de extrema indigencia.

Eleva t u espíritu

— No hay mayor amor que dar la vida por los amigos: Juan 15,13.
— El mejor ejemplo, por supuesto, es el de Jesucristo: 1 Pedro 2,
19-25.
— «Ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí. Mientras vivo en carne
mortal, vivo de fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí»:
Gálatas2,20.
— «Se entregó por nosotros» es uno de los estribillos más repeti-
dos en el Nuevo Testamento.

Afina tus sentidos

Ha habido y habrá millones de seres humanos


sobre la superficie de este planeta,
pero ¡sólo hay dos clases de personas!
No son hombre y mujer,
pues todos tenemos una parte masculina
y otra femenina, aunque predomine una.
Ni son buenos y malos,
santos y pecadores,
pues en todos hay mezclado
mucho de positivo y negativo.
Tampoco se trata de ricos y pobres,
¿qué es ser rico y qué ser pobre?
Hay muchos pobres muy ricos
y muchos ricos muy pobres.
Tampoco me refiero a alegres o tristes,
pues lágrimas y risas

279
EN CAMINO CON DIOS

a todos les tocan por Igual:


sol y sombra,flor y espinas.

Las dos clases de las que yo hablo son:


la de los que a otros levantan,
la de aquéllos que en otros se apoyan.
Encontrarás doquiera que vayas
quien levanta y quien se apoya,
pero verás con asombro
que, por uno que alza, eleva
y arrima siempre el hombro,
son más de ciento los otros,
los que se apoyan en los demás
y esperan que alguien los levante y ayude.

¿En qué clase te encuentras tú?


¿En la primera o la segunda?
¿Cargas con pesos ajenos
o esperas que te socorran?
¿A los agobiados consuelas
o les abrumas con tus fatigas?
¿Alegras al desolado
o le enojas con tus quejas?

Ella Wheeler Wilcox

La vida es largo camino


que juntos hemos de andar;
amigo, yo voy contigo,
amigo, conmigo vas.

La mejor recompensa por servir a los demás


es la que encuentras en tu propio corazón.

280
Todo tu ser

TlMES OF INDIA es uno de los periódicos de mayor tirada de


aquella nación. Publicó el 8 de marzo del 2000 un artículo titulado
«£/ regalo de dar», firmado por George Menezes. Lo resumimos a
continuación.
La esposa del Sr. Menezes no se encontraba bien. Fueron al
médico y, después d e un reconocimiento cuidadoso, se le infor-
mó de que padecía una enfermedad irreversible que afectaba a
los dos riñones.
George comenzó a quejarse amargamente y acusar a Dios del
mal de su mujer. Ésta, por el contrario, «se confió enteramente a la
voluntad de Dios y continuó con su vida como si nada hubiera pasa-
do». Para distraerse y no pensar en el problema a cada instante,
George decidió que realizaran el largo viaje que siempre habían
soñado y que nunca habían hecho. Pero no se puede engañar al
reloj de la vida.
«Cuando los daños irreversibles aumentaron, comenzamos a ex-
perimentar el «enclaustramiento» que comportaba la enfermedad».
A George se le ocurrió escribir a los hermanos de su esposa pi-
diéndoles la donación de un riñon. Su hermano Cyril contestó d e
inmediato:

—Podéis disponer de mi riñon cuando queráis. Si tuviese dos

281
EN CAMINO CON DIOS

corazones, también podríais contar con uno.


A los tres meses de la operación, que todos creían un verdadero
éxito,el riñon comenzó a generar un tumor,causado por la medica-
ción anti-rechazo.Como dijeron los doctorease trataba de «un caso
entre un millón». Después de indagar sin descanso,acudieron como
último recurso al hospital clínico de la facultad de Medicina de Har-
vard, en Estados Unidos. Allí se les aconsejó un tratamiento muy cos-
toso pero eficaz: para acabar con el cáncer asesino, había que lograr
que el riñon fuese rechazado y volver a la diálisis.
— N u n c a -fue la respuesta de la enferma-. Es el riñon de mi
hermano. M e lo dio movido por un cariño muy grande. Dios no
me permite que rechace semejante regalo de amor.

Los médicos tuvieron que acceder.Y acaba su narración George:

«Fuimos a bailar una noche desafiando a la muerte y a la diálisis.


Luego fuimos a Inglaterra a visitar por última vez a nuestra hija y, de
allí, a saludar a nuestros amigos en Alemania».

Explora tu m e n t e

— ¿Están tus pensamientos,actitudes,sentimientos pendientes


de los demás?
— ¿Procuras que tu corazón sea sensible al sufrimiento ajeno o
a las necesidades vitales de los otros?
— ¿Recuerdas algún caso que hiciera aflorar los verdaderos
sentimientos que guardas en tu corazón?
— ¿Conoces el sistema de donación de órganos? ¿Has pensa-
do en ofrecerlos incluso estando tú todavía vivo?

Despierta t u corazón

La respuesta del hermano a la petición de su cuñado es un


ejemplo más de generosidad espontánea. Pero,como siempre.ese
tipo de reacciones «espontáneas» surgen de un corazón que ha

282
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

¡do atesorando día a día una bondad de oro. No puede esperarse


una largueza heroica «de repente»,en momentos de crisis y nece-
sidad. La compasión es un fruto que hay cultivar con mucho mimo
a lo largo de toda la vida.Como dice Ray Loriga: «Hay que tener el
jardín cultivado y bello para poder ofrecérselo a alguien».
El cardenal Newman repetía en una de sus oraciones:«Yo creo,
pero quiero convencerme aún más con vuestra gracia, de que na-
da hay grande sin sufrimiento y sacrificio; pero también de que,
por este camino, todo es posible».
Si admiras tal disposición de prontitud, desinteresada, sacrifi-
cada, y quisieras tenerla tú también, has de empezar a cultivarla
con madurez y decisión.Y aun eso no suele ser suficiente. Es fru-
to, sobre todo, de la oración perseverante de cada día. Sólo Dios
puede concedernos que nuestro corazón palpite, latido a latido,
al ritmo del suyo, compasivo y misericordioso.

Eleva t u espíritu

— «He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia»:


Juan 10,10.
— «5/ el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda él solo; si
muere, da mucho fruto»:luán 12,24.
— «Quien no renuncie a lo suyo no puede ser mi discípulo»: Lucas
14,33.

I
Afina tus sentidos

Los soldados descansaban,


comían allí y reían.
El ruido de unas muletas,
cojeando en la escalera,
no atrajo las miradas,
ni turbó a los que bebían,
sólo yo oía aquel golpe,

283
EN CAMINO CON DIOS

seco y duro en la madera:


era un soldado, no hay duda,
por las trazas muy valiente,
pues ha perdido su pierna,
y ha quedado mutilado.
No tenía treinta años,
y más joven parecía,
su cabeza bien erguida,
la sonrisa en el semblante.
De heroísmo y de orgullo
ninguna señal tenía,
no parecía pesarle
su pérdida en el combate.
Cuando al fin se apercibieron
de su llegada a la sala,
todos tomaron las copas
para brindar en su honor:
¡Hurra!,gritaban los unos,
¡Bravo!, clamaban los otros.
Aplaudían su coraje
y él se sentía premiado.

En mi uniforme de gala,
atestado de medallas,
yo solo, en mi rincón sentado,
escuchaba el griterío.
Oficial y con el mando,
cómoda guerra he tenido,
por eso siento en mi frente
el ardor de la vergüenza:
por mi nación y mi pueblo
¡qué poco he sacrificado!
En la batalla y el combate,

284
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

poco ha sido mi valor.


Como ayer, también mañana
muchos soldados habrá
que viertan toda su sangre
al servicio de la causa.
Que nos inspiren a todos.
Su ejemplo no está de más.
Para hacer algo muy grande
la vida se ha de entregar.

Edgar Guest

Elígenos, Señor, para servirte:


aquí estamos en pie.
Haznos tan atrevidos y firmes
que no temamos a nada ni a nadie.
Como soldados, Cristo, tómanos:
ármanos -con la fe- de tesón,
ármanos -con el amor- de bondad,
ármanos de fortaleza y esperanza;
tómanos a tu servicio, Señor.

P. Doncoeur

La única felicidad verdadera


nace de sacrificarnos
por algo que lo merece.

285
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

12. C O M P R O M I S O TOTAL

Dios que siempre llamas,


¡que tu voz hoy escuchemos!
Tú invitaste al joven rico
a repartir su dinero,
al sabio a abrazar locura,
al soberbio, abajamiento.

Tú le diste al emigrante
un gran deseo de puerto,
ganas de levantar casa
en un país extranjero.

Un gran lucero encendiste


a los magos en el cielo.
Hasta el portal los llevó
con duda pero sin yerro.

A ti me vuelvo, Señor,
ojos y corazón abiertos,
esperando tu llamada:
haz de mí tu mensajero.

Enséñame a compartir
mi hogaza con el hambriento,
a darle al que tiene sed
de agua clara un jarro entero,
a cobijar en mi casa
a los que no tienen techo,

287
EN CAMINO CON DIOS

a arropar al desnudo,
a visitar al enfermo,
a acoger al emigrante,
a reconfortar al preso.

Guíame por el camino,


estrella del firmamento,
no permitas que te deje
por un amor pasajero,
ni que me engañe el afán
de ser siempre el primero,
ni que me aparte de ti
el resplandor del dinero.

Sedúceme con tu encanto,


excita en mí tal deseo
que no tenga otro reposo
que descansar en tu seno.

Un día no muy lejano


veré tu rostro sin velo
y gozaré para siempre
la dulzura de tus besos.

Kate Compston

288
45
Soltar amarras

LJ N JOVEN DECIDIÓ renunciar a todo y hacerse monje. Hubo


una gran fiesta en el lugar y todos salieron a despedirlo. Hasta la
ruidosa banda del pueblo se presentó para la ocasión. Los niños
corrían saltando y los ancianos sonreían orgullosos. Llegaron por
fin a la orilla del río que era el límite del pueblo.
El joven subió a la barca, que fue alejándose lentamente has-
ta la otra orilla. Aunque la banda seguía tocando alegres melo-
días y los pequeños chillaban y jugaban, se veían lágrimas en
muchos ojos, pues era de todos muy querido por su alegría y su
disponibilidad para ayudar y servir siempre en cualquier cosa. Lo
iban a echar de menos y, casi seguro, no volverían a verlo.
Le hicieron esperar a las puertas del monasterio hasta que el
padre maestro salió personalmente a recibirlo.
— M e alegra verte aquí, pero a este monasterio sólo puedes e n -
trar solo.
El joven miró a su alrededor extrañado y lleno de confusión:
— P e r o si he venido yo solo.
El maestro sonrió y le dijo cariñosamente:

289
EN CAMINO CON DIOS

— N o te he mirado por fuera, sino por dentro. En tu interior veo


allí una gran muchedumbre:tusfamiliares,amigos, vecinos... toda
la gente de tu pueblo; puedo escuchar la banda, las voces de áni-
mo y de halago, los gritos de jolgorio. Cuando dejes todo eso fue-
ra, podrás entrar en el monasterio. Aquí no tratamos con muche-
dumbres y no queremos ruidos. Somos individuos y nos gusta el
silencio del corazón.
El joven cerró sus ojos y dejó que las palabras del maestro pe-
netraran dentro de él. Pero, por mucho que se esforzó en dese-
charlo, todavía seguía allí dentro el tumulto de la despedida.Y e n -
tendió las palabras del monje. Sin decir una palabra, se inclinó con
reverencia y, con pie firme, fue a sentarse en el suelo, donde se
guardaba el calzado de los que venían a visitar el templo. Agachó
la cabeza y se quedó allí humildemente.
Se dedicó a quitar el polvo y tratar de sacar brillo a los zapa-
tos que dejaban los peregrinos. Cuando se cansaba, se sentaba
en el suelo a rezar. Poco a poco se fue olvidando de su pueblo,
de su familia, de la despedida.
Un día salió el maestro y, sin decir palabra, le tendió una mano y lo
introdujo en el monasterio, en una nueva familia, y en la intimidad
con Dios.

Explora t u m e n t e

— ¿Tienes una mente y un corazón «limpios», vacíos de toda


otra preocupación e interés bastardos?
— ¿Crees que tienes un juicio sereno y equilibrado sobre el va-
lor de las personas y las cosas?
— ¿Sientes clara tu vocación cristiana? ¿La has contrastado con
«personas de Dios» o con algún acompañante espiritual?
— ¿Estás convencido de que, para ser un cristiano verdadero,
Jesucristo debe ser el centro único de tu vida?

290
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

Todos están de acuerdo en que cuando uno desea dedicarse se-


riamente a una tarea, a una profesión, a algo importante, debe tomar
antes una decisión libre, clara y sin prejuicios sobre el particular.
Tus ideas han de estar muy claras, tus motivos deben ser sinceros
y convincentes, tu propósito ha de ser puro. Sólo así podrás vivir tu
ideal y trabajar por él en paz y con éxito. De lo contrario, te sentirás za-
randeado por corrientes contrarias y no saldrás adelante con tu plan.

Eleva t u espíritu

— Rumia la escena que narra Lucas 5,1-11:1a vocación de Pe-


dro y los primeros apóstoles.
— Muy semejante es la llamada de Jesús a Leví: Mateo 9,9.
— Juan cuenta cómo conoció a Jesús y se fue con él a donde
vivía:Juan 1,29-51.

Afina tus sentidos

El Señor me dirigió la palabra:


—Antes de formarte en el vientre te escogí,
antes de salir del seno materno,
te consagré y te nombré
profeta mío ante todos.
Yo repuse:
—¡Ay, Señor! Mira que no sé hablar,
que soy todavía un muchacho.
—No digas que eres un muchacho,
que a donde yo te envíe, irás,
lo que yo te mande, lo dirás.
No les tengas miedo,
que yo estoy contigo para librarte.

Jeremías 1,4-10

291
EN CAMINO CON DIOS

El Señor me dijo:-¡Ve!
Me quedé del todo frío.
Pregunté:-¿Qué dices? ¿Yo?
—Sí, tú mismo.Te he elegido.

Al instante respondí:
— N o estoy ni libre ni listo.
No soy la persona idónea.
Desconozco tus motivos.
Repitió su encargo:—¡Ve!
No me pongas pegas -dijo.
—Pero, Señor, que no quiero.
— L o sé, pero te necesito.
—Mira, Señor, no porfíes,
tengo asuntos, no es mi estilo,
me asusta hablar a la gente,
no me metas en más líos.

—Tonterías -Dios repuso-.


Por tercera vez insisto.
—Pero ¿es que tengo que hacerlo?
— ¿ N o me quieres? ¿No eres mi hijo?
— M e da miedo, mucho miedo.
Se reirán de lo lindo
y además solo no puedo.
— ¿ T ú solo? ¿Quién lo ha dicho?
No te dejaré un momento,
estaré siempre contigo.

292
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Me pidió de nuevo:—¡Ve!
— A q u í me tienes, Dios mío.
Iré a donde tú me mandes,
indícame tú el camino.

I
— N o temas nada de mí.
Sólo quiero ser tu amigo.
—¿Temerte, mi amor, mi dueño?
De ti del todo me fío.

Louis Hodrick

Desocupa tu corazón
y tendrá alas para volar.

293
46
Con todo el corazón

E N L A F R O N T E R A entre Venezuela y Colombia hay una capilla


pequeña. Un domingo, cuando ya estaba comenzada la misa, un
grupo de guerrilleros armados con ametralladoras irrumpieron vio-
lentamente en la iglesita. Nadie se movió en el templo, pues estaban
acostumbrados a esta clase de sorpresas.Solían ser unos momentos
tensos y desagradables, pero nadie había resultado herido hasta e n -
tonces. Sin embargo, tanto el sacerdote como los asistentes presin-
tieron que esta vez algo iba a ser distinto.
Sin decir una palabra, tres o cuatros guerrilleros subieron hasta
el altar y arrastraron al sacerdote fuera de la capilla. Mientras tanto
el más corpulento entre ellos, que era claramente el cabecilla, se
dirigió a la gente con voz retumbante:
— L o s que sean creyentes, ¡que se levanten!
Se hizo un tenso silencio. Nadie movió un músculo, estaban pa-
ralizados por el miedo. Por fin, un hombre se puso en pie, se enca-
ró con el cabecilla y dijo simplemente:
— Y o amo a Jesús y lo sigo.
Esta vez no hubo ninguna pausa. De inmediato cuatro guerri-
lleros cayeron sobre él y lo sacaron para ejecutarlo.
Uno a uno, despacio pero con determinación,fueron levantán-
dose los allí congregados y, cada uno a su modo, proclamaron su

295
EN CAMINO CON DIOS

fe en Jesucristo.Cada confesión era seguida por el traqueteo de las


ametralladoras afuera, rompiendo el silencio que reinaba en la pe-
queña capilla.
Solamente unos pocos permanecían sentados. El robusto ca-
becilla les increpó con menosprecio:
—¡Fuera! No tenéis ningún derecho a estar aquí.
Al salir afuera temblando de pánico no podían creer sus ojos: el
sacerdote y todos los que se habían levantado a proclamar su fe
estaban allí esperando. El comandante, en su voz ronca y fuerte, in-
dicó al sacerdote que volviera a continuar la misa con los «fieles».
Una vez hubieron entrado de vuelta, se dirigió a los que habían
permanecido sentados:
— N o os acerquéis a esta iglesia hasta que tengáis el coraje de
confesar en público vuestras creencias y convicciones.
Dio entonces media vuelta y todos los guerrilleros le siguieron
a esconderse de nuevo en la selva.

Explora t u m e n t e

— ¿Cómo reaccionas en un grupo donde se ríen y hacen chis-


tes de la religión? ¿Cuál sería tu reacción si alguien dijera de re-
pente: «Quien se profese cristiano, que se levante»?
— ¿Tratas de ocultar tu identidad cristiana en las ocasiones en
que se ataca o ridiculiza el cristianismo?
— ¿Sientes orgullo o vergüenza en decir que eres cristiano? No
sólo con palabras, sino también con obras.

Despierta tu corazón

Hoy mucho más que el pasado, es necesario tener valor para


mantenerse firme en las propias convicciones. En una sociedad
tan secularizada y con unos valores tan materialistas, es realmente
difícil confesarse católico en público, tratar de ser fiel a tu identi-
dad cristiana.

296
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Si lees con detención los evangelios, verás que Jesucristo advir-


tió bastantes veces a los que eran seguidores y amigos suyos que
eso iba a pasar: no será fácil, os perseguirán, se reirán de vosotros,
os tendrán por locos y estúpidos.
No solamente en la época del imperio romano, ni bajo regíme-
nes ateos o anticristianos, también ahora, en estos últimos años,
numerosos cristianos han sido asesinados en América Latina, Áfri-
ca y Asia por causa de su fe. Su ejemplo ha de inspirarnos y, t a m -
bién, hemos de rezar por aquellos hermanos y hermanas nuestros
que están siendo perseguidos por su adhesión a Cristo.
Recuerda que el significado de la palabra «mártir» es «el que
da testimonio».

Eleva tu espíritu

— Deuteronomio 6,5, recoge el mandamiento principal:«Ama-


rás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas
tus fuerzas».Tres evangelios lo ponen en labios de Jesús:Marcos 12,
30; Mateo 22,34; Lucas 10,25.
— Un bello ejemplo de fidelidad: Daniel 3.
— Lee detenidamente Lucas 9,57-62 y 14,25-33: los que quie-
ren ser discípulos suyos.
— Jesús exhorta a confesarlo sin temor: Mateo 10, 32, Lu-
cas12,8.
— Pedro, amedrentado ante una criada, lo niega: Mateo 26,69.
— Habla desde el corazón con Jesús sobre tu condición de
cristiano.

Afina tus sentidos

I
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.

297
EN CAMINO CON DIOS

Mirad cómo se derrama


mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y el molino
donde me arrancan la vida.

Himno de Laudes

Palabra del Señor ya rubricada


es la vida del mártir ofrecida
como prueba fiel de que la espada
no puede ya truncar la fe vivida.

Fuente de fe y de luz es su memoria,


coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria
que, en vida y en muerte, en Cristo halla.

Martirio es el dolor de cada día,


si en Cristo y con amor es aceptado,
fuego lento de amor que, en la alegría
de servir al S e ñ o r e s consumado.

Concédenos, oh Padre, sin medida,


y tú, Señor Jesús crucificado,
el fuego del Espíritu de vida
para vivir el don que nos has dado.

Himno de Vísperas

La fe, como el amor,


no admite imposición.
47
Una mente abierta

P EDRO ARRUPE, misionero en el Japón durante años, fue tes-


tigo del horror de la bomba atómica. Elegido superior general de
la Compañía de Jesús,a la que dirigió durante el postconcilio,con-
tó en una ocasión cómo se decidió a seguir a Jesucristo de una
manera más radical.
Tenía 19 años en agosto de 1926 y, como estudiante de medi-
cina, acababa de conseguir la matrícula de honor en dos de las
asignaturas más difíciles de la carrera, superando incluso al que
luego sería premio Nobel de Medicina,el doctor Severo Ochoa.To-
dos le auguraban un brillante futuro como médico.
A las pocas semanas de la muerte de su padre, la familia decidió
pasar el verano en Lourdes, considerando el ambiente tranquilo,
pacífico y espiritual del conocido pueblo.Como estudiante de m e -
dicina, consiguió un pase para poder estudiar de cerca los casos de
enfermos que acudían con la esperanza de conseguir la curación
en la gruta.
Un día había ido con sus hermanas a la explanada donde los
miles de enfermos esperaban la procesión del Santísimo Sacra-
mento. Una mujer ya mayor llegó empujando una silla de ruedas
en la que, retorcido y pálido, iba un joven de unos veinte años. Pa-
saron justamente delante de ellos. Una de las hermanas susurró al
oído de Pedro:

299
EN CAMINO CON DIOS

—Mira a ese pobre chico en la silla de ruedas.


Pedro les siguió, pues se sintió movido por la devoción con la
que la madre recitaba el rosario y, de vez en cuando, suspiraba:
—Virgen santísima, ayúdanos.
El obispo pasaba de enfermo en enfermo, bendiciendo a cada
uno con la Custodia. Cuando se detuvo delante de la silla, el joven
miraba con tal fe e intensidad a la Sagrada Hostia que muchos se
le quedaron mirando emocionados. Y de repente... el joven saltó
de la silla completamente curado.Todos los que estaban alrededor
empezaron a gritar emocionados:
—¡Milagro! ¡Ha sido un milagro!
Pedro quedó atónito por lo que había presenciado con sus pro-
pios ojos. Gracias al pase que tenía, pudo asistir al examen médico
del joven y al estudio del caso. Cuando sus familiares le pregunta-
ron sobre su opinión, contestó lleno de emoción:
— E l Señor lo ha curado.
Así termina, textualmente, su narración:
«Volví a Madrid. Pero los libros se me caían de las manos. Mis
compañeros,extrañados, me preguntaban:"Pero ¿qué te pasa, Pe-
dro? Tú has cambiado'.'Sí, había cambiado y me encontraba como
en un sueño por culpa de lo que había presenciado».
Tres meses más tarde Pedro dejaba sus estudios para entrar en
el noviciado de los jesuítas en Loyola.Era el comienzo de una vida
verdaderamente admirable.

Explora t u m e n t e

— ¿Estás abierto a las llamadas y retos de Dios?


— ¿Has aprendido a «escuchar» la voz de Dios?
— ¿Reflexionas alguna vez, en serio y a fondo, sobre tu c o m -
promiso, tu fe, tu oración?
— ¿Responde tu estilo de vida al Evangelio?
— ¿Tratas de mantenerte verdaderamente «abierto» a Dios o
excluyes de tu apuesta por él ciertas opciones?

300
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

Cuando empiezas a tomarte a Dios más en serio, se suele expe-


rimentar un cierto vértigo, un temor ante los designios que Él pue-
da tener sobre ti, sobre tu vida. Uno desea mantener abiertos el
corazón y la mente a la voluntad amorosa de Dios, pero siente
miedo: ¿me pedirá algo imposible? ¿Algo que arruinará mis sue-
ños, mis proyectos?
El miedo es mal consejero, enturbia el juicio. Procura, en c o n -
secuencia, examinar a m e n u d o si el camino que llevas es el c o -
rrecto. No si te lleva a la virtud o al pecado, sino si es el camino
del reino de Dios y trae ese reino a tu entorno. Pero ese examen
ha de hacerse en un clima de equilibrio y serenidad, sin que los
sentimientos encontrados y las emociones nublen tu capacidad
de discernimiento.
Por eso, San Ignacio recomienda que no se t o m e n decisiones
importantes cuando el sujeto está turbado, inquieto y en un es-
tado de ánimo un tanto decaído. No todos los momentos son
oportunos.
Por m u c h o que avancemos en edad, nuestra vida no puede
cerrarse a algo nuevo que Dios pueda mostrarnos. Uno se va
dando cuenta de que, con Él, no valen las previsiones razona-
bles: hay que estar siempre preparado para los más inesperados
cambios e ideas.

Eleva t u espíritu

— La parábola de la perla fina puede inspirarte y animarte: Ma-


teo 13,44-46.
— También el salmo 40 (41).
— «Cristo os dejó un ejemplo para que sigáis sus pasos»: 1 Pedro
2,21.
— «Deja os guiar por el Espíritu, y no os dejéis llevar por los deseos
del instinto»: Gálatas 5,16.

301
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

Déjate tocar con la fina poesía de Gerardo Diego Creer y con la


entrega abierta de Teresa de Ávila:

• Creer

I Te vi, sí, cuando era niño


y en agua me bauticé
I y, limpio de culpa vieja,
sin velos te pude ver.
Quiero creer.
Devuélveme aquellas puras
transparencias de aire fiel,
devuélveme aquellas niñas
de aquellos ojos de ayer.
Quiero creer.

Ya todo es sombra y olvido


y abandono de mi ser.
Ponme la venda en los ojos.
Ponme tus manos también.
Quiero creer.

Tú que pusiste en las flores


rocío, y debajo miel,
filtra en mis secas pupilas
dos gotas frescas de fe.
Quiero creer.

Porque, Señor, yo te he visto


y quiero volverte a ver,
creo en Ti y quiero creer.

Gerardo Diego

302
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Vuestra soy, para Vos nací.


¿Qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad,
eterna Sabiduría,
Bondad buena al alma mía,
Dios, Alteza, un Ser, Bondad:
la gran vileza mirad
que hoy os canta amor así:
¿qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, pues me criaste;


vuestra, pues me redimiste;
vuestra, pues que me sufriste;
vuestra, pues que me llamaste.
Vuestra, porque me esperaste,
vuestra, pues no me perdí:
¿qué mandáis hacer de mí?

Teresa de Jesús

En el sitio que Dios te asigna


convergen tu alegría más profunda
y la necesidad más honda del mundo.

303
48
Un espíritu valiente

LJ NA DE LAS HISTORIAS de heroísmo y proezas más impresio-


nantes es la expedición al Polo Sur en 1915, bajo la dirección del
gran pionero Ernest Shackleton. Una empresa de tal envergadura,
incertidumbre y riesgo no podía llevarse a cabo sin contar con un
equipo de hombres duros y capaces de grandes sacrificios. Para re-
clutar a su tripulación, Shackleton hizo publicar un pequeño anun-
cio en el London Times:
«SE BUSCA: Gente para un viaje peligroso. Salario bajo, frío in-
tenso, largos meses de oscuridad total, peligro continuo, vuelta no
asegurada, honor y alabanzas si acaba con éxito».
La respuesta fue abrumadora. Ernest Shackleton tuvo que se-
leccionar veintiocho de entre cinco mil candidatos.Se embarcaron
en el Endurance (Aguante).
No se recordaban heladas como las que tuvieron que soportar.
Después de haber estado prisionero de toneladas de hielo flotan-
te durante diez meses,el Endurance se hundió el 21 de noviembre
de 1915.
Oficiales y marineros tuvieron que arrastrar sobre el hielo los
tres botes de salvamento, llenos de equipo pesado.Cuando el hie-
lo comenzó a romperse y derretirse, se pusieron a bogar en los bo-
tes. Después de siete días,entumecidos y ateridos,desembarcaron

305
EN CAMINO CON DIOS

en una isla rocosa llamada la Isla Elefante. Los hombres estaban


agotados, con los miembros congelados y ya casi insensibles.
Como no podía esperarse ningún salvamento, Shackleton y cinco
de los hombres más fuertes se embarcaron en uno de los pequeños
botes y emprendieron lo que se ha calificado como el viaje más he-
roico en bote. Consiguieron desembarcar después de dieciséis días
horribles. Entonces Shackleton con otros dos escaló durante tres dí-
as montañas cubiertas de nieve y hielo, y llegaron por fin a la estación
ballenera de la isla de Georgia del Sur.
La tripulación fue finalmente rescatada, sin una sola muerte. Co-
mo el anuncio había prometido, recibieron honores y alabanzas.Y Er-
nest Shackleton recibió también el reconocimiento al que se había
hecho acreedor.

Explora t u m e n t e

— ¿Has pensado alguna vez que el cristianismo, el seguimien-


to de Cristo es -más que una rutina de ritos y oraciones- una
aventura?
— ¿Entiendes ahora lo que significa, aparte de su simbolismo y
poesía, eso de «tomar la cruz» cada día y seguirle?
— ¿Sabes dejar de lado tu bienestar cuando se requiere tu ser-
vicio? ¿Sin refunfuñar, con prontitud e, incluso, con una sonrisa?
— ¿Estás persuadido de que nada está fuera de tu alcance en la
lucha por hacer realidad en el mundo la causa de Jesús, ya que el
Señor te acompaña con su ayuda?

Despierta t u corazón

La llamada al compromiso cristiano, e incluso a la vida religiosa o


el sacerdocio, es empezar un camino,abrir la puerta a una vida llena
de retos. No hay que engañarse: los evangelios piden mucho.Sus exi-
gencias siempre han supuesto ir contra corriente, pero hoy quizá
más que nunca, pues el mundo se ha ido alejando más y más en la

306
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

dirección contraria. Por eso no hay sitio para medias tintas, se requie-
re una entrega completa.
A lo largo de la historia se ha ridiculizado no poco a los cristia-
nos, diciendo que ponen cruces, sí, en sus cuellos y en sus casas.
Pero son cruces de brillantes,de oro,artísticas y bonitas. Lo que J e -
sús anunció a sus seguidores era el patíbulo, un instrumento de
tortura mortal, una cruz de madera mal cortada, pesada y dura.Co-
mo la suya.
Sin embargo, no quiere eso decir que la vida cristiana haya de
ser triste, desdichada y sin consuelo. Los que siguen los pasos de
Cristo lo hacen voluntariamente,dan con alegría y sin pensar en
alabanzas ni medallas.
Al comentar cómo aquel joven bullicioso de Asís se convirtió en
un dechado de pobreza y desprendimiento, Chesterton explica que
Francisco lo dejó todo y se complacía en sufrimientos y dificultades
como lo hacen todos los enamorados del mundo: es una forma de
decirle a la persona amada que la quieren pase lo que pase y pese a
quien pese. Lo hacen sin darle ninguna importancia, porque están
enamorados y quieren demostrarlo.

Eleva t u espíritu

— Lucas 9,22-27: en la intimidad de tu amistad con Jesús, es-


cucha su invitación a acompañarle con la cruz a cuestas. Pregún-
tale qué tiene que ver eso con tu felicidad.
— Mateo 5,38-48: La otra mejilla, el amor al enemigo.
— El ejemplo de Pablo: 2 Corintios 6,3-10.
— «La puerta que lleva a la vida es estrecha y el camino angosto:
pocos son los que dan con ella»: Mateo 7,14.
— «Dios ama al que da con alegría»: 2 Corintios 9,7.

307
EN CAMINO CON DIOS

Afina tus sentidos

En la cruz está la vida,


en ella está nuestra gloria,
ella sola es el camino
que conduce a la victoria.

¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!


Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor, en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

Dolido mi Señor por el fracaso


de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

Y así dijo el Señor: ¡Vuelva la Vida


y que el Amor redima la condena!
La gracia está en el fondo de la pena
y la salud naciendo de la herida.
¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor, en fruto.

En plenitud de vida y de sendero,


dio el paso hacia la muerte porque Él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.

308
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza


con un peso tan dulce en su corteza!

Vinagre y sed la boca, apenas gime;


y al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo y los redime.
¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor, en fruto.

«El prudente sube el empinado camino


que conduce a la vida»
(Proverbios 15,24)
EN CAMINO CON DIOS

13. E N C U E N T R O CON EL S E Ñ O R

Querido Jesús:
ayúdame a esparcir tu fragancia por donde vaya.
Inunda mi alma con tu espíritu y aliento.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente
que mi vida entera sea irradiarte a ti sólo.
Que pase tu luz a través de mí.
Habita tú en mí de tal manera
que todos aquéllos con los que me encuentre
puedan reconocerte en mí.
Que quien me mire te vea.

Quédate conmigo y comenzaré a brillar como tú,


brillar de tal modo que sea luz para los demás,
luz completamente tuya, Señor, que no mía,
tú que alumbras a todos a través de mí.
Permíteme que te alabe como a ti te gusta:
iluminando a los que viven a mi alrededor.

Permíteme hablar de ti sin predicar:


no con mis palabras, sino con mi ejemplo,
por la fuerza que cautiva,
por la influencia atrayente de lo que yo haga,
por la plenitud de amor que anida en mi ser. Amén.

Cardenal Newman

310
49
Reconocer su presencia

IVIARY AMOS ESCRB


IA
Í en el CatholicDigest:
«En noviembre de 1997 un pequeño milagro hizo posible el
que yo pudiera ir a Tierra Santa.Tuve la dicha de caminar por los
mismos lugares por los que Jesús había andado, por las aldeas, las
colinas y la orilla del lago.Tenía la ilusión de que quizás alguna vez
podría toparme con personas que se parecerían al Jesús que yo
me imaginaba en su aspecto humano.Todos los días trataba de
ver el rostro de Jesús entre la gente que encontraba. Pero ninguno
lograba satisfacer mis expectativas.
»Lo encontré, en cambio, en Tommy,que me abrazó con afecto
en el río Jordán,donde Jesús había sido bautizado,en Ann,que me
preguntaba cada día si estaba disfrutando el viaje,en Jean,que so-
lía compartir sus medicinas con otros que también las necesita-
ban, en el sacerdote que se preocupaba por cada uno del grupo.
Jesús se me hacía el encontradizo en cada uno de mis compañe-
ros de viaje.
»Cuando llegué de vuelta a casa, había un regimiento esperándo-
me: no faltaba ninguno de los diez miembros de mi familia.Todos es-
taban allí para darme la bienvenida. Abrazos, besos, y «te he echado
mucho de menos». Jesús estaba en aquellos rostros que mostraban
la alegría de volver a verme. Jesús estaba también presente en todos

311
EN CAMINO CON DIOS

los amigos que fueron llamándome a lo largo de la semana para pre-


guntarme cómo lo había pasado.
»Desde entonces he agradecido al Señor el haberme descu-
bierto su rostro tan cerca de mí y en tanta gente que me rodea. Ha
sido la mayor bendición que he tenido».

Explora t u m e n t e

— ¿Se te hace fácil el reconocer a Jesús en los demás?


— ¿De manera especial en los «más pequeños» de sus herma-
nos y hermanas, tal como él lo quería?
— ¿Entiendes que ver a Cristo en otras personas significa tener
una actitud y percepción «cristiana» de la gente, ver a cada perso-
na como Dios mismo la ve?
— ¿Has pensado que, cada vez que alguien te trata con cariño
o te ayuda, es el mismo Jesús quien se cuida de ti?

Despierta t u corazón

Si algo hay claro en los evangelios es la repetida promesa de J e -


sús de que podemos encontrarlo en todos y cada uno de los seres
humanos y, especialmente, en «los más pequeños», los más p o -
bres, necesitados, olvidados. Ésa es nuestra familia... global.
Cuando tratas a las personas como personas, con el respeto
que se merecen como hijos de Dios, sin mirar al color de su piel, su
religión, su cultura, su trabajo, su posición social, sus cualidades...
has encontrado al verdadero Jesús.
Como cristiano, estás llamado a mirar a los demás con ojos de fe,
desde una perspectiva espiritual, como imágenes de Dios, hijos de
Dios, hermanos y hermanas de Jesucristo.Como dice la segunda car-
ta a los Corintios (5,16): «En adelante no consideramos a nadie con cri-
terios humanos».

312
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Eleva t u espíritu

— Jesús se hace el encontradizo como viajero: Lucas 24,13-25.


— Jesús como jardinero: Juan 20,11-17.
— Jesús como pescador: Juan 21,1-14.
— Jesús caminando sobre el mar: Mateo 14,23-36.
— Tomás se niega a aceptar que Jesús vive: Juan 20,24-29.

Afina tus sentidos

Con vosotros está y no le conocéis,


con vosotros está, su nombre es «el Señor».

Su nombre es «el Señor» y pasa hambre,


y clama por la boca del hambriento,
y muchos que lo ven pasan de largo
acaso por llegar temprano al templo.

Su nombre es «el Señor», y sed soporta


y está en quien de justicia va sediento,
y muchos que lo ven pasan de largo,
a veces ocupados en sus rezos.

Andando por el camino


te tropezamos, Señor,
te hiciste el encontradizo,
nos diste conversación,
tenían tus palabras
fuerza de vida y amor,
ponían esperanza
y fuego en el corazón.

313
EN CAMINO CON DIOS

Te conocimos, Señor, al partir el pan,


tú nos conoces, Señor, al partir el pan.

Llegando a la encrucijada,
tú proseguías, Señor;
te dimos nuestra posada,
techo, comida y calor;
sentados como amigos
a compartir el cenar,
allí te conocimos
al repartirnos el pan.
Andando por el camino
te tropezamos, Señor,
en todos los peregrinos
que necesitan amor;
esclavos y oprimidos
que buscan la libertad,
hambrientos, desvalidos,
a quienes damos el pan.

«¿Por qué buscáis entre los muertos


al que está vivo?»
(Lucas 24,5)

314
50
En el prójimo

CZoMENZAMOS ESTE LIBRO con un relato de Norman Vincent


Peale. Cuando era todavía muy joven, aprendió de su padre una
lección que le duraría de por vida.
Era la víspera de Navidad y Norman había salido de compras
con su padre. Como suele ocurrir, lo habían dejado para el último
momento y estaban impacientes y un poco nerviosos. Cuando ya
volvían y en lo único que Norman pensaba era en llegar pronto a
casa, un mendigo le tocó la mano pidiendo algo de dinero. Nor-
man iba cargado de bultos y estaba cansado e irritado. Apartó su
mano violentamente como si temiese un contagio y despachó al
mendigo de malos modos.
— N o deberías tratar así a una persona, Norman -le dijo su padre
cuando se habían alejado un poco y el mendigo no podía oírlos.
—Pero, papá,era sólo un vagabundo holgazán.
—¿Vagabundo? Nadie es un vagabundo. Es un hijo de Dios c o -
mo tú y yo. Puede ser que no haya hecho lo que debería, pero es
un hijo de Dios de todas maneras. Siempre hemos de mirar a las
personas con respeto.Toma, vete otra vez y dale esto -Su padre
había sacado todo lo que quedaba en la cartera, un solo dólar-.Y
hazlo como te digo: acércate a él, salúdale y dale a la mano el d ó -
lar con todo respeto. Dile que se lo das en nombre de Jesucristo.

315
EN CAMINO CON DIOS

— E s o no lo digo yo -se quejó Norman.


— H a z lo que te digo -insistió su padre.
No tuvo más remedio que hacerlo. Corrió hasta el anciano
mendigo y le dijo:

—Perdone, señor, le quiero dar este dólar en nombre de J e s u -


cristo.
El anciano se quedó mirando con cara de asombro, pero muy
pronto una ancha sonrisa iluminó su rostro. El muchacho ya no
veía la mugre de una cara sucia y sin afeitar, sino un rostro noble
y lleno de bondad. Luego, con una leve inclinación, casi aristo-
crática, el mendigo le saludó:
— L e doy las gracias,joven,en nombre de Jesucristo -No había
en su voz ni pizca de ironía.
Norman resume así aquella experiencia:«Mi irritación y cansan-
cio desaparecieron como por encanto. M e sentí feliz, verdadera-
mente feliz. Las calles me parecieron tan hermosas entonces. En
aquel breve instante en que traté a aquella persona con respeto y
estima, me había sentido tan cerca de Jesucristo que no lo podría
expresar.Y eso es una de las experiencias más felices y profundas
que se pueden tener en la vida».

Explora t u m e n t e

— ¿Tratas a la gente con el respeto y estima con que tratarí-


as a Jesucristo?
— ¿Aceptas a las personas como son, lo mismo que Jesús en su
tiempo y Dios ahora contigo?
— ¿Procuras ver a Jesús en los que encuentras en tu camino?
— ¿Son tus relaciones con los demás dignas de un discípulo de
Cristo?

316
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Despierta t u corazón

No basta con «creer» que Cristo está presente en los demás.Tu


fe debe encontrar manifestaciones, expresiones concretas en la
práctica. Además de «reconocerlo», has de «tratarlo» en los demás.
Y quizás te sea más difícil hacerlo cuando se trata de pobres, de
marginados, de gente que viste suciamente, que presenta un as-
pecto desagradable. Pero eso no te ocurre todos los días.Casi más
importante es insistir en que lo hagas cuando se trata de tu fami-
lia,tus vecinos, tus amigos,ya que son los que te rodean a diario.
Pero eso no es suficiente para un cristiano. Has de procurar por-
tarte de ese modo incluso con aquéllos que se consideran tus
«enemigos» o a los que tú tienes por tales. Mostrar respeto e in-
cluso bondad a los que sabes que te odian. Bendecir a los que te
maldicen. Ya lo sabes de memoria, está en el corazón mismo del
Evangelio.

Eleva t u espíritu

— Gente a la que Jesús trató: discípulos y amigos (Mateo 4,18 y


Juan 1,35), Zaqueo (Lucas 19,1), la samaritana (Juan 4,1), Marta y
María (Lucas 10,38).Tú mismo puedes encontrar o recordar otros
casos.
— «Hacerjusticia a los pobres e indigentes ¿no es precisamente co-
nocerme a mí?»: Jeremías 22,16.
— La parábola del rico y el pobre Lázaro: Lucas 16,19.

Afina tus sentidos

¿Y que haría usted, señora,


si Jesús de huésped viniera
y en su casa se hospedase
durante unas cuantas fechas?
Lo imagino: el mejor cuarto,

317
EN CAMINO CON DIOS

las sábanas de la abuela,


en la cocina ¡qué guisos!,
¡qué aroma el de la cazuela!
Repitiéndole sin pausa
que usted está muy contenta
y muy honrada de tenerlo
en casa el tiempo que fuera.
Encantada, por supuesto,
de servirle sin agenda,
de estar a sus deseos
en todo momento atenta.
¿Hay delicia semejante,
felicidad más completa?
Mas la celestial visita
se presenta ya a la puerta.
¿Por qué corre, pone y quita
mientras impaciente espera?
«Esta falda tan ceñida
no sé si será correcta.»
«Pon la Biblia en el estante».
«¡La televisión no enciendas!»
«¡Deja de fumar!» «¡No grites!»
«¡Con vosotros no hay manera!»
«No te pegues con tu hermana,
no hagáis ahora una escena.»

Pues bien, si el Señor dos días


contigo en casa estuviera,
¿tu vida igual seguiría
o cambiarías de veras?
Con Jesucristo delante

318
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

en el salón y en la mesa
¿cómo harías? ¿Lo de siempre
o una conducta insincera?
Lo que en tu familia charlas,
lo que os decís y comentas,
cómo tratas al vecino,
tus disputas y peleas
con marido, hijos y gato,
¿dejarías que salieran?

Cambia en tu vida las cosas


que chocan con su presencia.
Deja que te diga claro
lo que de ti le avergüenza.
No le vayas con prejuicios,
engañarle no pretendas,
a su voz no te adelantes,
permite que Él te sorprenda.

«He venido a traeros vida


y vida en abundancia»
(Jesús)

319
51
Confiaren Él

r
v^UENTA Santa Margarita María Alacoque cómo en la octava
del Corpus Christi sintió grandes deseos de devolver al Señor todo
el amor del que fuera capaz para corresponder al que Él le había
dado. Entendió que el Señor quería explicarle que el mejor modo
de responder a su amor era propagando la devoción a su Corazón,
signo natural del amor.
La humilde religiosa no podía creer que el Señor confiase a
una monja c o m o ella tal misión. ¿ C ó m o podía ella llevar a cabo
una empresa que necesitaba teólogos, predicadores, artistas, es-
critores, organizadores... sin olvidar a los obispos y aun el mis-
mo papa?
Sumida en estas dudas, oyó la respuesta: Dios siempre elige a
los más humildes y débiles. Luego sintió que el Señor le daba un
compañero de tarea: el jesuíta Claudio de la Colombiére, hoy san-
to como ella. Pero le indicó que, para que este religioso fuera un
instrumento útil en las manos de Dios,debía confiar totalmente en
el Señor por más dificultades y oposición que encontrara.
Y sabemos que así fue y cómo la devoción se extendió con tan-
to fruto por todo el mundo.

321
EN CAMINO CON DIOS

Explora t u m e n t e

— ¿Has sentido alguna vez en tu interior el reto de hacer a l -


go por la extensión del reinado de Dios? ¿Tal vez al leer los
evangelios?
— ¿Crees que Jesús confía en ti y cuenta con tu generosidad?
— ¿Estás convencido de que cada llamada y exigencia del S e -
ñor viene acompañada a la vez de su gracia que te ayuda a realizar
lo que te encomienda?
— ¿Hay algo especial que crees que el Señor te está pidiendo
estos días?
— ¿Buscas dirección y consejo en personas con experiencia en
la «vida en el espíritu»?

Despierta t u corazón

Al leer la Biblia, mientras meditas o simplemente cuando estás


en silencio ante Dios, es normal que experimentes un impulso, un
deseo de «hacer» algo por Jesús, por la Iglesia, por el Reino de Dios.
También es posible que hayas incluso entendido qué, cómo,
cuándo y por qué. Suelen llamarse «inspiraciones». Dios «habla» de
mil maneras, sin palabras, sin revelaciones luminosas ni ángeles
mensajeros, pero revelándole a cada uno sus deseos, sus planes.Y
no siempre dentro de esos momentos que consideramos privile-
giados.También en nuestro quehacer diario, en los sucesos y acti-
vidades cotidianas, a través de las personas que trato pueden lle-
garme esas «inspiraciones».
Son siempre iniciativa suya, aunque muchas veces nos las
apropiamos c o m o si fuesen ¡deas propias. «No me elegisteis voso-
tros a mí,yo os elegía vosotros», nos recuerda el evangelio de Juan
(15,16).
Cuando aceptamos esas ideas como provenientes de Dios,
suelen surgir dudas e incluso temor al respecto. Nos parece q u e
la tarea solicitada está fuera de nuestro alcance o va a trastornar
nuestra vida entera. Pero el Señor nos asegura su presencia y

322
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

compañía.También es frecuente que nos sintamos empujados a


buscar ayuda y consejo en otras personas.
Confianza significa «tenerte en otro»,soltar amarras,quemar las
naves y entregarse en manos ajenas con la seguridad de que no
nos van a fallar. Confiar en Dios es dejar que Él tome la iniciativa y
estar dispuestos a caminar por los senderos antes no transitados
que abre ante nuestros pies que dudan. La confianza ha de ser to-
tal si uno desea convertirse en útil instrumento en sus manos: co-
mo arcilla en el torno del alfarero.

Eleva t u espíritu

— Es asombrosa la total confianza que en Dios tiene aquella jo-


venete de Nazaret: Lucas 1,26-38.
— Pablo, recién convertido, muestra una confianza «ciega» en
Jesús: Hechos 9,1-19.
— Lee y gusta interiormente, repitiendo vocalmente palabras
que te impresionen: Juan 15,11-17.

Afina tus sentidos

Lo que vos queráis, Señor,


sea lo que vos queráis.

Si queréis que entre las rosas


ría hacia los matinales
resplandores de la vida,
sea lo que vos queráis.

Si queréis que, entre los cardos,


sangre hacia las insondables
sombras de la noche eterna,

sea lo que vos queráis.

323
EN CAMINO CON DIOS

Gracias si queréis que mire,


gracias si queréis cegarme,
gracias por todo y por nada,
sea lo que vos queráis.

Lo que vos queráis, Señor,


sea lo que vos queráis.

Juan Ramón Jiménez

Comencé con paso alegre


a caminar por la senda
dejando atrás el albergue
en una mañana espléndida.

El plan estaba muy claro,


la ruta era llana y recta,
avanzaba sin esfuerzo
y el Señor iba a mi vera.

Envolvió el sol de repente


un montón de nubes negras.
Lejos de todo refugio
estalló una gran tormenta.

La trocha era puro barro,


abrojos y agudas piedras,
y lo que fue liso y llano
se tornó torcida cuesta.

Me volví y grité asustado:


«¿Por dónde va la vereda?
¿Por qué, Señor, me abandonas?

324
r

NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

¿Por qué tropiezo en tinieblas?»


«De tu lado no me aparto,
estoy aunque no me veas,
guiándote por el sendero,
Robusteciendo tus piernas.

Tranquilo, no tengas miedo,


agarra mi mano y aprieta.
El amigo que no falla
Nunca deja en la cuneta».

Dios no encarga nada


que no puedas hacer.

325
52
Compromiso radical

F
I N LA VENECIA de canales,góndolas románticas y encantos
medievales hay un gran edificio antiguo, muy cerca ya del mar.
En una de sus esquinas una placa explica que en ese viejo hos-
pital cuidó enfermos San Francisco de Javier. El edificio se c o n o -
cía entonces y ahora c o m o «Los incurables». Allí se hacinaban
enfermos desahuciados,a los que nadie quería tener en casa,es-
pecialmente las víctimas del llamado «mal francés», la sífilis, que
sembraba la piel de llagas que destilaban pus en abundancia y
un hedor insoportable.
Poco después de ser ordenado sacerdote, Javier con otros dos
de sus compañeros -antiguos universitarios parisinos como é l -
fueron enviados a echar una mano en aquel infierno en vida.
Un día uno de los pacientes pidió a Francisco que, por favor, le
rascase la espalda, que le picaba mucho. Al volverlo, Javier enten-
dió el por qué. Pero fue tal la repulsión y el miedo que su primer
impulso fue el de desentenderse de aquel paciente. Además, ¿no
se contagiaría? Pero pasó por su mente, como un rayo, el recuer-
do de Jesús y los deseos que le había expresado de servirle en
los más desgraciados. No solamente le rascó con cuidado y cari-
ño sino que,al acabar la tarea,Javier se metió en la boca la mano
entera para vencer la repugnancia y el miedo al contagio.

327
EN CAMINO CON DIOS

No acabó ahí la cosa. Aquella noche Javier no dejaba de toser y


escupir en sueños. Se veía contagiado y lleno de llagas en su pe-
sadilla. A la mañana siguiente se dio cuenta de que todo habían si-
do fantasías de su imaginación.Y, desde aquel día, confiesa él mis-
mo, perdió para siempre su miedo a infecciones y contagios.

Explora t u m e n t e

— ¿Has tenido que enfrentarte a situaciones en las que experi-


mentabas una repugnancia o un miedo casi invencibles a seguir
los valores del Evangelio? ¿Cómo las resolviste? ¿Te queda algún
escrúpulo o mala conciencia por la decisión que tomaste?
— ¿Te ha invitado alguna vez el Señor a un compromiso per-
sonal con Él más completo y exigente? En caso afirmativo, ¿cómo
le has respondido? En caso negativo, ¿cuál sería tu contestación si
te planteara una opción radical por Él?
— ¿Te sientes con fuerzas y ánimo para seguir a Jesús a donde
quiera llevarte? ¿Porqué?

Despierta t u corazón

Hay momentos en la vida en que todos sentimos que Dios nos


pide más,que nos plantea un reto, un desafío que supone una ma-
yor implicación en la causa del reino.
Muchos prefieren ignorarlo y silenciarlo. No darse por entera-
dos. Ni siquiera quieren pensarlo.Y acaban por olvidarlo.Otros, co-
mo en la parábola de la semilla, responden en distinta proporción,
con un sí condicional:de acuerdo en todo,excepto en esto. Es de-
cir,excluimos algo,que de antemano le decimos a Dios que no es
objeto de elección.
Por último, unos pocos aceptan el reto y se ponen por comple-
to en manos de Jesús con una disponibilidad total.Tienen la cer-
teza de que sólo Él sabe de lo que somos capaces y que no nos pi-
de sino lo que nos va a hacer más felices en la vida. Con esta

328
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

confianza absoluta, aceptan que el Señor les elija para ser de sus
amigos más cercanos y apuestan por Él de manera definitiva: sin
plazo ni condición.
En estos tiempos no es fácil asumir compromisos permanen-
tes. Hoy día todo es instantáneo, para usar y tirar. A lo más, recicla-
ble. El amor, en la pareja, sólo vale «mientras dure». Así nadie quie-
re adquirir obligaciones de por vida.
Pero el Espíritu de Jesús no deja de hacernos «indicaciones»,
nos interpela y llega a nosotros por medio de las personas y acon-
tecimientos de la vida. Hemos de acostumbrarnos a tomar en se-
rio,en la vida espiritual,estas «sugerencias»,impulsos y emociones
que el Espíritu suscita en nosotros. Es la manera en que Dios te
«habla» al corazón y te revela sus planes sobre ti. A lo mejor te ha
elegido para ser de los suyos, de aquéllos a los que «Él llamó para
estar con él y predicar el evangelio» (Marcos 3,14).Tú verás qué
respuesta le das.

Eleva t u espíritu

— «Vo soy el camino, la verdad y la vida»: Juan 14,6 y s.


— Busca en los evangelios momentos en que Jesús rompe con
las tradiciones y su educación por atender a leprosos, enfermos,
pecadores... Luego, lee el pasaje detenidamente y
— Mateo 8,1 -17:diversas curaciones.
— Mateo 18,3-20: radicalidad del discípulo.
— Mateo 10,34-42: el seguimiento rompe lazos sagrados.

Afina tus sentidos

Quiero ser tu juguete, Padre amado:


el aro fiel al golpe de tu mano,
la cometa que gira en vuelo vano,
el trompo que da vueltas dislocado.

329
EN CAMINO CON DIOS

La pieza de tu puzzle complicado,


el dedo saltarín y casquivano,
el peón de tu ajedrez sobre su plano,
el balón por tu pie, Señor, lanzado.

Quiero a tu diversión estar rendido,


que conmigo, Señor,juegues un rato
y me dejes cuando te hayas aburrido.

Quiero girar, volar, siempre sujeto.


Botar, rodar, moverme a tu mandato
y, al toque de tu voz, quedarme quieto.

José López Rubio

Señor, hazme eucaristía.


Pongo mi ser en tu altar
como bebida y alimento,
vida para los demás.

Que tu Palabra proclame


ante todos con mi obrar,
que les dé mi vino dicha,
fuerzas, mi pan candeal.

Ven, Espíritu de amor,


concédeme fuego y sal,
para encender mi existencia,
para enseñarme cómo amar.

Levanta mi ánimo laso,


cállame con tu bondad

330
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

y al Padre de Jesucristo
enséñame a llamar abbá.

Reparte en trozos mi cuerpo,


sírveme como maná,
para que esparza tu vida,
que no tenga yo otro afán.

Sacrificio de alabanza
quiero que sea mi actuar,
promover lo que da vida,
combatir a muerte el mal.
Embriágame con tu copa,
que sea a tu amor leal,
hasta que llegue el momento
del gran abrazo final.

Francis Gonsalves, SJ.

Sólo los que ven lo invisible


podrán alcanzar lo imposible.
EN CAMINO CON DIOS

POR LA VOCACIÓN

Señor Jesús, te elegiste apóstoles y discípulos


y los enviaste al mundo entero
a proclamar la Buena Noticia de salvación.

Desde entonces no has dejado de llamar


a personas generosas
para servirte a ti y a la gente.

Te pedimos, Señor, con insistencia,


que concedas a muchos jóvenes
la gracia de escuchar tu llamada
y responder con valor y generosidad.

Que tomen sobre sí la tarea del Reino,


como sacerdotes, religiosos y religiosas,
como laicos y laicas a ti consagrados,
y que su vida de servicio y entrega
lleve a muchos a la plenitud
de verdad, justicia, paz y amor,
a la felicidad completa.

Te lo pedimos con fe, por medio de ti, Jesús,


que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo,
Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Pedro Pibes, S.J.

332
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

ORACIONAL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu divino,


Manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre,


Don, en tus dones espléndido;
Luz que penetras las almas,
Fuente del mayor consuelo.

Ven,dulce huésped del alma,


Descanso de nuestro esfuerzo,
Tregua en el duro trabajo,
Brisa en las horas de fuego,
Gozo que enjuga las lágrimas
Y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,


Divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
Si tú le faltas por dentro;
Mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,


Sana el corazón enfermo,
Lava las manchas, infunde
Calor de vida en el hielo,
Doma el espíritu indómito,
Guía al que tuerce el sendero.

333
EN CAMINO CON DIOS

Reparte tus siete dones


Según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
Dale al esfuerzo su mérito;
Salva al que busca salvarse
Y danos tu gozo eterno. Amén.

(Secuencia de la misa de Pentecostés)


NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

JESÚS, NUESTRO MODELO

Señor, tú mismo nos dijiste:


«Os he dado ejemplo para que me imitéis» (Juan 13,15).
Quiero imitarte hasta el punto
de que pueda decir a los demás:
«Sed imitadores míos,
como yo lo he sido de Cristo» (1 Corintios 11,1).
Ya que no pueda decirlo físicamente como San Juan,
al menos quisiera proclamar
«lo que he oído, lo que he visto con mis ojos,
lo que he tocado con mis manos
acerca de la Palabra de Vida;
pues la Vida se manifestó
y yo lo he visto y doy testimonio» (1 Juan 1,3).

Dame, sobre todo, el sensus Christi (1 Corintios 2,16)


que Pablo poseía:
que yo pueda sentir con tus sentimientos,
los sentimientos de tu Corazón
con que amabas al Padre (Juan 14,31)
y a los hombres y mujeres (Juan 13,1).
Jamás nadie ha tenido mayor amor que tú,
que diste la vida por tus amigos (Juan 15,13),
culminando con tu muerte en cruz
el total abatimiento (Filipenses 2,7),
kenosis de tu encarnación.
Quiero imitarte en esa interna y suprema disposición
y también en tu vida de cada día,
en lo posible, como Tú procediste.

335
EN CAMINO CON DIOS

Enséñame tu modo de tratar con los discípulos,


con los pecadores,con los niños,
con los fariseos o con Pilatos y Herodes;
también con Juan Bautista aun antes de nacer
y después en el Jordán.
Como trataste con tus discípulos,
sobre todo los más íntimos:
con Pedro, con Juan y también con el traidor Judas.
Concédeme la delicadeza
con que les trataste en el lago deTiberíades
preparándoles de comer
o cuando les lavaste los pies.

Que aprenda deTi,como hizo San Ignacio,


tu modo de comer y beber,
cómo tomabas parte en los banquetes,
cómo te portabas cuando tenías hambre y sed,
cuando sentías cansancio tras las caminatas apostólicas,
cuando tenías que reposar y dar tiempo al sueño.
Enséñame a ser compasivo con los que sufren:
con los pobres, con los leprosos,
con los ciegos, con los paralíticos;
muéstrame cómo manifestabas
tus emociones profundísimas
hasta derramar lágrimas
o como cuando sentiste aquella mortal angustia
que te hizo sudar sangre
e hizo necesario el consuelo del ángel.
Y, sobre todo, quiero aprender el modo
como manifestaste aquel dolor máximo en la cruz,
sintiéndote abandonado del Padre.

336
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Ésa es la imagen tuya que contemplo en el Evangelio:


la de un ser noble, sublime,amable,ejemplar;
con perfecta armonía entre vida y doctrina;
que hizo exclamar a tus enemigos;
«Eres sincero, enseñas el camino de Dios con franqueza,
no te importa de nadie,
no tienes acepción de personas» (Mateo 22,16);
aquella manera varonil,
dura para contigo mismo,
con privaciones y trabajos;
pero para con los demás lleno de bondad y amor
y de deseo de servirles.

Eras duro, cierto, para quienes tenían malas intenciones;


pero también es cierto que con tu amabilidad
atraías a las multitudes hasta el punto
de que se olvidaban de comer;
que los enfermos estaban seguros
de tu piedad para con ellos;
que tu conocimiento de la vida humana
te permitía hablar en parábolas
al alcance de los humildes y sencillos;
que ibas sembrando amistad con todos,
especialmente con tus amigos predilectos,
como Juan, o aquella familia de Lázaro, Marta y María;
que sabías llenar de serena alegría
una fiesta familiar, como en Cana.

Tu constante contacto con tu Padre en la oración,


antes del alba o mientras los demás dormían,
era consuelo y aliento para predicar el Reino.
EN CAMINO CON DIOS

Enséñame tu modo de mirar,


como miraste a Pedro para llamarle (Mateo 16,18)
o para levantarle (Lucas 22,61);
o como miraste al joven rico
que no se decidió a seguirte (Marcos 10,21);
o como miraste bondadoso a las multitudes
agolpadas en torno a ti (Marcos 10,23);
o con ira cuando tus ojos
se fijaban en los insinceros (Marcos 3,5).

Quisiera conocerte como eres,


tu imagen sobre mí bastará para cambiarme.
El Bautista quedó subyugado
en su primer encuentro contigo (Mateo 3,14);
el centurión de Cafarnaún
se siente abrumado por la bondad (Mateo 8,8);
y un sentimiento de estupor y maravilla
invade a quienes son testigos
de la grandeza de tus prodigios (Lucas 4,36).
El mismo pasmo sobrecoge a tus discípulos (Lucas 5,26)
y los esbirros del Huerto caen atemorizados (Juan 18,6).
Pilatos se siente inseguro y su mujer se asusta.
El centurión que te ve morir
descubre la divinidad en tu muerte.
Desearía verte como Pedro,
cuando sobrecogido de asombro
tras la pesca milagrosa, tomó conciencia
de su condición de pecador en tu presencia (Lucas 5,8).

338
NUESTRO NEGOCIO DE LA FELICIDAD

Querría oír tu voz en la sinagoga de Cafarnaún


o en el Monte, o cuando te dirigías a la muchedumbre
«enseñando con autoridad» (Mateo 1,22),
con una autoridad que sólo del Padre te podía venir.

Haz que nosotros aprendamos deTi


en las cosas grandes y en las pequeñas,
siguiendo tu ejemplo de total entrega
de amor al Padre y a los hombres, hermanos nuestros,
sintiéndonos muy cerca de ti,
pues te abajaste hasta nosotros,
y al mismo tiempo tan distantes de ti, Dios infinito.
Danos esa gracia, danos el sensus Christi,
que vivifique nuestra vida toda y nos enseñe
-incluso en las cosas exteriores-
a proceder conforme a tu espíritu.
Enséñanos tu modo de proceder
para que sea nuestro modo en el día de hoy
y podamos realizar el ideal de Ignacio:
ser compañeros tuyos, otros Cristos,
colaboradores tuyos en la obra de la redención.

Pido a María, tu Madre Santísima,


de quien naciste, con quien conviviste 33 años
y que tanto contribuyó a plasmar y formar
tu modo de ser y de proceder,
que forme en mí y en todos
otros tantos Jesús como tú.

Pedro Arrupe
(con leves adaptaciones)

339
índice

Prólogo
Oración para encontrar mi camino 11

Introducción 13

Sobre la felicidad 14
Características 14
La fuente de la felicidad 15
La felicidad y el paraíso 17

La estructura de este libro 19

Un poco de matemáticas 19
Modo de proceder 20
1. Ponte en presencia de Dios 20
2. Reza la plegaria inicial 22
3. Lee y reflexiona 22
4. Da gracias 23
5. Despídete 23
6. Revisa 23
Una sugerencia 23

341
EN CAMINO CON DIOS

PRIMERA PARTE
La fuente de la felicidad 27

1. La presencia amorosa de Dios 32


1. Manantial 35
2. Aliento de vida 41
3. Consolador 47
4. Amigo 51

2. Descubrirle 55
5. Más consciente 57
6. Más atento 63
7. Más cerca 69
8. Más unidos 73

3. Dios cuida de mí 79
9. Interviene 81
10. Me protege 87
11. Me sostiene 93
12. Sueña conmigo 97

4. Respuesta 101
13. Personal 103
14. Testimonio 107
15. Mi vida 111
16. Los demás 115

SEGUNDA PARTE
Ingredientes para la felicidad 121

5. Una personalidad equilibrada 127


17. Conocerte 129
18. Estimarte 135
19. Sentirte seguro 139
20. Aceptarte 143

342
ÍNDICE

6. Actitudes positivas 149


21. Vivir el presente 151
22. Los problemas en su contexto 155
23. Constancia 161
24. Las emociones 165

7. Un espíritu indomable 171


25. Aceptar retos 173
26. Hacer reales los sueños 179
27. No cansarse de explorar 185
28. Siempre más alto 191

8. Magnanimidad 196
29. Perdón 197
30. Respeto 203
31. Compasión 209
32. Sanar 215

TERCERA PARTE
Nuestro negocio de la felicidad 221

9. Elegir no es fácil 227


33. El bien mayor 229
34. La mayor necesidad 235
35. El mayor servicio 239
36. Lo más costoso 243

10. Intereses globales 247


37. «Epidemia» de amor 249
38. Hacer el bien 255
39. El ejemplo 259
40. Los del techo 263
11. Obras desinteresadas 267
41. Nada a cambio 269
42. Entregarse de corazón 273

343
EN CAMINO CON DIOS

43. Echar una mano 277


44. Todo tu ser 281

12. Compromiso total 287


45. Soltar amarras 289
46. Con todo el corazón 295
47. Una mente abierta 299
48. Un espíritu valiente 305

13. Encuentro con el Señor 310


49. Reconocer su presencia 311
50. En el prójimo 315
51. Confiaren Él 321
52. Compromiso radical 327

Por la vocación 332


Oración al Espíritu Santo 333
Jesús, nuestro modelo 335

344

También podría gustarte