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PUEBLO HERIDO
Osvaldo TOLOZA
CRONICAS DE UN
PUEBLO HERIDO
Osvaldo TOLOZA
BIENVENIDO A LA SUPERACIÓN
La palabra profética está desatada sobre la Iglesia de América
latina. El Espíritu Santo, está dando inicio a un avivamiento gi-
gantesco sobre todos nuestros países, ciudades, pueblos y al-
deas, jamás imaginado por los historiadores de la Iglesia.
¿Es posible que estas cosas sucedan en nuestra querida Iglesia Evan-
gélica?, me preguntaba mientras escuchaba el relato de mi querido
amigo.
Sin duda ocurren muchas cosas dentro de la Iglesia, que deben ser
juzgadas con el peso de la Palabra escrita y otras que no pueden ser
juzgadas ni siquiera con los principios de ética moral humana.
CRÓNICAS DE UN
PUEBLO HERIDO
Quizás la introducción te haya sorprendido y te preguntes cuál
es mi intención al soslayar estas historias avergonzantes que la
lógica aconsejaría callar.
GRUPO
DE CHOQUE
Grupos de choque son soldados especializados en todos los
ejércitos para comandar la avanzada en los enfrentamientos. Son
soldados adiestrados y preparados para luchar en las etapas de
infiltración y forman parte del método de ataque en vanguardia.
EL MISTERIO DE
LAS SIETE
IGLESIAS
Apocalipsis 1:20 (RVR1960)
El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y
de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles
de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las
siete iglesias.
Hermano mío... ! Tú que has sido ungido por Dios como columna
de su Iglesia...! Tú que eres alto entre el pueblo...!
Este escrito será un pregón que luche por el ministro, que re-
clame que sea tenido en estima el hombre a quien Dios separa.
CON AMOR,
NICKY
Crónicas de un Pueblo Herido es un mensaje a la unidad
verdadera, un llamado a deponer principios propios y egoístas
para incentivar los principios del Reino de Dios.
Una voz que resuena en medio del fragor de la batalla para de-
cirnos: “no estás solo, el guerrero que está junto a ti, es de tu
mismo bando, es tu compañero de batalla, es parte de ti, es
miembro de tu cuerpo”. Cuídalo tú también.
Somos un pueblo llamado a ser una unidad, por ello Jesús oró
“Padre, que sean uno, como Tú y Yo somos uno”. Distintos
pero uno sólo, con metas distintas, pero dentro de la gran meta,
de raza distinta pero hijos de un mismo Padre, de color de piel
distinto, pero con un mismo sentimiento, de un lenguaje dife-
rente pero con la misma expresión.
ORACION
1
Nicky Cruz, “Despiértate Iglesia”, Miami, Editorial UNILIT, páginas 28 y 29.
2
Nicky Cruz, “Despiértate Iglesia”, Miami, Editorial UNILIT, páginas 28 y 29.
Señor, Te pido que estas noticias sean mentiras. Si fuesen ver-
dad Padre, te pido que los ofensores caigan sobre sus rodillas
ante Ti en genuino arrepentimiento. Tú has perdonado a cada
uno de nosotros terribles pecados sin forzarnos a pasar ver-
güenza delante de nuestros familiares, amigos y compañeros en
la fe y especialmente delante de todo el mundo que mira con cu-
riosidad. Que sea así otra vez, Señor. Guardaste a Nínive de tu
terrible juicio.
Que sea así también para tus siervos, Señor. Sabemos que Tú
eres un gran Dios de perdón.
3
Nicky Cruz, “Despiértate Iglesia”, Miami, Editorial UNILIT, Página 28
CAPITULO CINCO
RESTAURACION
DE LOS CAIDOS
La restauración de un ministro caído debe ser la meta principal
de toda doctrina correctiva de la Iglesia, por ser una meta bí-
blica.
Esta última actitud obliga a ese ministro a que salga de las filas
del cuerpo ministerial al que pertenece y deba comenzar a mirar
en otros grupos, donde no se lo conozca y no se preocupen por
averiguar el pasado del candidato. Esto en ninguna forma es la
solución, más bien agrava la enfermedad.
LIBERTAD
DE ESPIRITU
"Porque el Señor es el Espíritu
y donde está el Espíritu del Señor
hay libertad".
2º Corintios 3:17,
La libertad es la meta primaria de la restauración.
Cristo pagó un alto precio por nuestra libertad, para que noso-
tros la disfrutemos a pleno.
LA SOLEDAD
MINISTERIAL
Luego de examinar diferentes historias de las vidas de hombres
de Dios, me sorprendió mucho descubrir la gran soledad que em-
bargaba sus días. De hecho los Pastores viven en soledad fami-
liar, ministerial, social y cultural.
Ellos creen que por ser el ministro, él tiene todas las respuestas,
conoce todas las situaciones que vive el pueblo y sabe cómo en-
frentar cada una. Piensan que es un iluminado y que Dios trata
con él acerca de la vida de sus congregados. Prácticamente casi
se lo considera infalible.
Puede disfrutar y
gozar de la unidad y
comunión en amor
de su familia, es-
posa e hijos, nietos, padres y abuelos, pero no puede disponer de
ellos en los momentos de toma de decisiones trascendentales,
por temor a dañarlos. Prefiere sufrir en silencio, para prote-
gerlos.
Creo que una muy buena medida sería disponer de ministros con-
fesores que puedan oír la confesión de sus compañeros, sin la
idea preconcebida de que todo aquel que ha sido víctima de una
tentación, o aún más, que ha sucumbido ante una tentación, me-
rece que se le corte la cabeza y sea expulsado del ministerio, con
la proclamación vergonzosa de su pecado.
4
M. David Grams, Director Internacional, por más de 25 años y profesor emérito del
ISUM, que funciona en sedes móviles a través de los países de América Latina y autor de
numerosa literatura cristiana.
positiva de ellos y también que tú les devuelvas influencia posi-
tiva.
LA AMISTAD
ES UN TONICO
INSUPERABLE
Con este pensamiento, leyendo el libro “Historia del Cristia-
nismo”, Tomo I, del autor Kenneth Scott, descubrí algo que me
ayudó mucho. El menciona que la obra de Pablo Apóstol se carac-
terizó por formar vidas en su hijos espirituales, pero también
por ser fuertemente influenciado y ayudado por amigos íntimos.
ORACION
EL CANSANCIO
PASTORAL
El cansancio es una realidad natural en la vida de un Pastor. Todo
lo creado está sujeto a la segunda ley de la termodinámica. Todo
decae. Pero también es cierto que el Señor nos ha dado una fa-
cultad renovadora y regeneradora que debemos aprovechar al
máximo.
Después de nuestra
partida, el Espíritu Santo
quedará ministrando donde
nosotros hayamos dejado
nuestras palabras, nues-
tras risas o lágrimas,
nuestra caricia o nuestro
silencio. Lo que nos
corresponde hacer a
nosotros es orar y confiar, dejando a las almas y las situaciones
en manos del Señor.
Estos son los endurecedores del corazón. Son los venenos que
vuelven los corazones fríos y pétreos.
Los vecinos decían que una de las cosas buenas que había reci-
bido esta comunidad en estos dos últimos años era la llegada de
éste querido ministro.
¿ Qué? , respondí. -
Fue en ese momento que el muchacho se dio cuenta del gran mal
que había causado. Llorando amargamente, se arrodilló a los pies
del cansado predicador y le pidió perdón, perdón, perdón... A
perdoname, perdoname, perdoname, suplicaba...
CRÓNICA DE UN PROFESOR
Era el director del Seminario Bíblico del país, al que había en-
vuelto en una nueva visión de la necesidad de predicar el evange-
lio, formando ministros que supieran responder a los problemas
de la gente y que no vinieran a ser cargas de una sociedad angus-
tiada y afligida.
Debí quedarme ese fin de semana, pues tenía que dar una confe-
rencia en la Asamblea anual de Ministros, precisamente acerca
de ALas Crónicas de un Pueblo herido@ , a la que el presidente
de la Asociación me había comprometido para hablar.
Después de la conferencia me quede para participar de las
reuniones de negocios, donde se entregarían los informes de la
marcha y vida de esta poderosa asociación.
Así que yo le encontré en una urgente visita que hice para verle y
estar con él, que estaba totalmente desamparado, prácticamente
en la calle, no tenia casa, no tenia sueldo y no tenía donde tra-
bajar.
Con lágrimas en los ojos me dijo: -me han quitado hasta el pan de
todos los días y han dejado a mi familia a la intemperie-
- (Dios mío, Dios Mío! Pueden suceder estas cosas en mi que-
rida iglesia evangélica.........
El se tomaba horas
enteras para hablarnos y
hacernos reflexionar de
temas muy espinudos en
lo que sería nuestra
futura labor pastoral. En
la forma como habríamos
de interpretar los
escritos sagrados con
relación a la misericordia
de la interpretación
rígida.
Dios mio, permite que así yo este dispuesto a levantar los brazos
de mi compañero de ministerio que esta junto a mi.
Asi que esa mañana, iba muy despierto, con todas las luces en-
cendidas, las decisiones del dia requerian de gran lucides mental.
Esto me inquieto mucho mas aun, asi que decidi detener el auto y
quedarme a escuchar, lo que estas personas tenian que decfir.
Ese mismo dia a la tarde ya tenia una copia del escrito y fui a la
casa del Ministro para decirle lo que estaba pasando y que pu-
diese iniciar la defensa de su testimonio.
Pues, si las noticias del día indican que uno de nuestros hombres
de Dios ha caído, se puede vislumbrar una extraña sonrisa en la-
bios de algunos y hasta se puede contemplar el perfil de algunos
pensamientos que indican que ahora que este santo varón ha
caído, yo podré quedarme con sus creyentes, lo que permitirá au-
mentar mi congregación y por consecuencia las entradas de mi
iglesia serán incrementadas.
PABLO, el apóstol.
5
Basado en el capítulo XII: APABLO@ del libro AUN PUÑADO DE AUDACES@ de
William L. Coleman, Miami, Editorial VIDA, 1980, páginas 161 a 177.
BERNABÉ, el amigo.
Fue uno de los primeros cristianos, de
nombre José y su sobrenombre Bernabé,
que significa consolador, se debe a su ca-
rácter ayudador. Los Apóstoles de la
Iglesia lo apodaron hijo de consolación. En
el Libro de los Hechos, se lo presenta des-
tacándolo como ejemplo de la generosidad
cristiana de compartir sus bienes con los
demás.
Esta reunión entre los Apóstoles y Saulo fue decisiva. Nos aterro-
riza imaginar qué hubiese sucedido si los Apóstoles hubieran recha-
zado a Pablo aquel día. Esto no sucedió simplemente porque Bernabé
había aprendido a ver a los demás seres humanos a través de los ojos
misericordiosos de Jesús que sólo ven el futuro y nunca el pasado de
quienes lo buscan de corazón.
6
Basado en el capítulo I: ABERNABÉ@ del libro AUN PUÑADO DE AUDACES@ de
William L. Coleman, Miami, Editorial VIDA, 1980, páginas 7 a 20.
duró notablemente con muchos cambios y manifestaciones de ente-
reza.
Por todo ello, esta congregación necesitaba como pastor, más que al
joven e inexperto Timoteo, a un rudo centurión romano. Debían arre-
pentirse de sus malos caminos y renunciar al pecado.
7
Basado en el capítulo III: ATIMOTEO@ del libro AUN PUÑADO DE AUDACES@
de William L. Coleman, Miami, Editorial VIDA, 1980, páginas 37 a 50
Aunque no se lo menciona en Hechos, Tito era uno de los compañeros
de Pablo, en el cual depositaba mucha confianza. La primera vez que
oímos de él es en momentos de la controversia gentil, cuando acom-
pañó a Pablo y a Bernabé a Jerusalén (Gá. 2.1). Sirvió como caso de
prueba, puesto que era gentil, pero aparentemente no fue obligado a
circuncidarse (Gá. 2.3). Tito probablemente acompañó a Pablo en sus
restantes viajes, pero no se dispone de información concreta acerca
de sus trabajos hasta el momento de la crisis en Corinto. Evidente-
mente actuó como representante de Pablo en Corinto durante el año
que precedió a la confección de 2 Co. (8.16), con la misión especial de
organizar la recolección de la ofrenda allí. La tarea quedó inconclusa,
porque Pablo le pide a Tito que vuelva a Corinto a completarla (2 Co.
8.6).
Una tarea más delicada fue la de suavizar la tensa situación que había
surgido entre Pablo y los corintios, tarea que claramente requería un
hombre de mucho tacto y fortaleza de carácter. Parece haber tenido
una personalidad más fuerte que Timoteo (1 Co. 16.10; 2 Co. 7.15), y
poseía habilidades como administrador. La comparación entre 2 Co. 2
y 7 sugiere que Tito llevó una carta de Pablo a los corintios, que pos-
teriormente se ha perdido (la "carta severa"), carta en la que el após-
tol los reprendía con gran angustia de corazón por su actitud arbitra-
ria y altiva. Finalmente Tito volvió a unirse a Pablo en Macedonia (2
Co. 7.6) con buenas noticias, y como resultado se escribió 2 Co. que
posteriormente fue llevada por Tito con gran solicitud (2 Co. 8.16s)
por cuanto parece haber sentido un afecto particular y mucha preo-
cupación por los corintios. El apóstol lo describe como "compañero y
colaborador" (8.23), que jamás se hubiera atrevido a aprovecharse de
las personas confiadas a su cuidado (12.18).
Esa era la clase de sociedad en la que vivía la iglesia cristiana y con que
se enfrentaba Tito. Eran personas cuyas mentes y conciencias estaban
corrompidas, profesando conocer a Dios, pero realmente negándole por
medio de sus hechos.
Para que los cretenses aprendiesen del orden en la iglesia, Pablo le en-
cargó a Tito que nombrase ancianos, que llama "obispos indicándole cua-
les debían ser sus características: "... irreprensible, marido de una sola
mujer, que tenga hijos creyentes, que no sean acusados como libertinos
o rebeldes. No pendenciero, no ávido de ganancias deshonestas, hospi-
talario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo y dueño de sí
mismo..." Tito 1:6-8. Para eso ha sido enviada la iglesia.
Conservadores o no conservadores
Liberales o no liberales
Fundamentalistas o no fundamentalistas
Pentecostales o no pentecostales
Carismáticos o no carismáticos
Tradicionalistas o no tradicionalistas.