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Nanomecánica

de proteínas
La célula posee numerosos complejos proteínicos que operan como verdaderos dispositivos
mecánicos, con auténticos motores y muelles que trabajan en un entorno que nos es poco
familiar. Con el microscopio de fuerza atómica nos adentramos en sus entresijos

Mariano Carrión Vázquez

A
la célula, unidad elemental de la vida, se lógicas, en condiciones fisiológicas, con una resolución
la considera hoy en día una compleja fac- sin precedentes y en tiempo real.
toría, llena de máquinas proteínicas que se
encargan de la mayoría de las funciones Liliput convulso
biológicas. El desarrollo de nuevas técni- En esas máquinas proteínicas encontramos componen-
cas suele preceder a grandes avances en el tes (motores, muelles, palancas, ejes, rotores, pestillos,
conocimiento. Gracias a la aplicación de las técnicas bisagras e interruptores) muy similares a los fabricados
de la biología molecular y estructural estamos descu- por el hombre. Una diferencia palmaria entre las má-
briendo, cada vez a mayor velocidad, las secuencias quinas naturales y los artefactos reside en el tamaño.
y estructuras de las proteínas que componen esa ma- Las máquinas moleculares son tan diminutas (miden
quinaria. El análisis de su funcionamiento se limitaba escasos nanómetros, millonésimas de milímetro), que
hasta no hace mucho al estudio macroscópico, propio las fuerzas térmicas dominan su funcionamiento a través
de la bioquímica clásica, de las propiedades medias de de las constantes colisiones con las moléculas de agua,
vastas poblaciones moleculares en el rango submolar: aún más pequeñas. Contrasta con las reglas de juego
se observaban a la vez miles de trillones de moléculas. que rigen nuestro mundo macroscópico, donde el peso
Una técnica de registro eléctrico, el “pinzamiento de y la inercia de los cuerpos son dominantes.
membrana”, constituyó la avanzadilla que permitió a la Las fuerzas térmicas convierten la célula en un mundo
neurobiología estudiar por primera vez las propiedades que, a escala nanoscópica, parece caprichoso y extra-
—eléctricas— de moléculas y complejos proteicos indi- vagante. Las moléculas de proteína en solución acuosa
viduales; en concreto, de los canales iónicos, proteínas se encuentran bombardeadas sin cesar por un vendaval
de la membrana celular que, a modo de compuertas, de moléculas de agua que las someten a un “baile”
se abren o cierran para controlar el paso de iones continuo y frenético: el “movimiento browniano”, que
[véase “La técnica del pinzamiento de membrana”, Albert Einstein logró explicar en términos puramente
de Erwin Neher y Bert Sakmann; INVESTIGACIÓN Y fisicoquímicos.
CIENCIA , mayo de 1992]. La magnitud de estas fuerzas depende de la tempe-
La exploración de las propiedades mecánicas de las ratura del fluido; es proporcional a kT (la temperatura,
proteínas ha tenido que esperar más tiempo. Sin embargo, medida en kelvin, por la constante k de Boltzmann).
en la actualidad, tras la aparición de la nanotecnología, A temperatura ambiente, la energía térmica equivale a
disponemos de una primera generación de instrumentos unos cuatro piconewton · nanómetro (4pN·nm), esto es,
para la manipulación y análisis mecanoquímico de las 0,6 kilocalorías por mol en las unidades “macroscópicas”
moléculas de proteína una a una. De los más utilizados habituales de la bioquímica. (Un piconewton, o pN, es
es el microscopio de fuerza atómica (MFA). Se trata la diezbillonésima parte del peso de un objeto de un
de una técnica dinámica que nos posibilita el estudio kilogramo de masa.) Ahora bien, por lo que se refiere a
directo del funcionamiento interno de las máquinas bio- la energía concreta que cada proteína recibe en cada mo-

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durante su funcionamiento, sufren
estrés mecánico.
En la célula, la principal fuente de
energía de que se valen las proteínas
para superar todas estas barreras en
los cambios de conformación nece-
sarios para su función es la hidró-
lisis del adenosín trifosfato (ATP),
combustible celular que proporciona
unos 25 kT a temperatura ambiente
por molécula. La propia máquina
encargada de la síntesis de ATP, la
enzima ATP-sintasa, es un motor gi-
ratorio muy eficiente, cuyo funcio-
namiento interno se ha determinado
recientemente mediante el estudio de
moléculas de proteína individuales
con el microscopio de fluorescencia.
Se ha caracterizado a otros motores
proteicos mediante las pinzas ópticas,
otra técnica de nanomanipulación;
entre ellos podemos citar la ARN
polimerasa, la miosina, la quinesina
y la proteína portal del virus bacte-
riano Φ29. Este último es uno de
los motores biológicos más potentes
conocidos, capaz de generar fuerzas
de hasta 57 pN durante el empaque-
tamiento del ADN viral.

La robustez de las proteínas


Las proteínas son cadenas de aminoá-
cidos engarzadas por enlaces peptí-
dicos. Por eso se las llama también
1. ESTE MICROSCOPIO DE FUERZA ATOMICA no comercial, especializado en la espectros- cadenas polipeptídicas. Su estructura
copía de fuerza, se utiliza en el laboratorio del autor. De arriba abajo se pueden distinguir primaria consiste en la mera suce-
el sistema láser (el cilindro vertical), la cabeza transductora (la pieza horizontal que incluye sión de aminoácidos y enlaces. Los
la celda de fluidos, que a su vez lleva el sensor de fuerzas) y el posicionador piezoeléctrico plegamientos regulares de la cade-
(pieza vertical) sobre el que se monta la muestra. No se ven aquí las controladoras de na forman su estructura secundaria.
espectroscopía e imagen ni el ordenador asociado, que permiten la adquisición de los datos Hay dos tipos básicos de estructura
secundaria. Uno de ellos presenta
y su análisis.
una disposición helicoidal cilíndri-
ca; recibe el nombre de hélices α.
mento, no podemos predecir su valor deben gozar de cierta probabilidad El otro, las hebras β, son cadenas
exacto; éste fluctúa sin cesar y de de ocurrir, sin que ello suponga un extendidas que tienden a asociarse
manera estocástica. Hemos, pues, de gasto energético excesivo para la formando planos zigzagueantes que
limitarnos a su valor probabilístico. célula. se denominan láminas β. En estos
Para poder funcionar en su nano- Las barreras térmicas que las pro- dos tipos, las secciones del esqueleto
cosmos aparentemente caótico, las teínas oponen al cambio de forma peptídico se enlazan mediante puen-
máquinas proteicas han evolucionado se sitúan de ordinario entre 1 kT y tes de hidrógeno, enlace mucho más
en este sentido: el mantenimiento de 25 kT. Tales barreras, esenciales para débil y muy común en biología. La
su estructura y los cambios de con- la vida, garantizan la estabilidad tér- estructura terciaria consiste en los
formación experimentados durante mica de las proteínas en lo que se plegamientos adicionales que sufren
su funcionamiento normal han de refiere a su integridad, los cambios las estructuras secundarias.
requerir energías superiores a esas de conformación y las interacciones. Una fuerza mecánica aplicada con-
MARIANO CARRION VAZQUEZ

fluctuaciones. De esta manera, las Ese trío de estabilidades resulta im- venientemente a una molécula de pro-
proteínas evitan quedar a merced de prescindible para el funcionamiento teína tenderá a desplegarla. Podemos
las fluctuaciones. Pero la resistencia de muchas proteínas. Como vere- llevar esto a cabo mediante el MFA
al cambio de forma tampoco debe mos en la siguiente sección, algunas si, una vez anclada la proteína por
exceder demasiado los valores de la máquinas proteicas poseen, además, dos puntos, tiramos de uno de ellos
energía térmica, dado que los cam- barreras mecánicas que les permi- para desplegarla (véase el recuadro
bios de conformación funcionales ten mantener su estructura cuando, “El microscopio de fuerza atómica

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y la rotura del plegamiento de pro- las proteínas desestructuradas como En estas últimas se han identifica-
teínas”). Gracias a un brazo flexible, las ricas en espirales β (estructura do barreras mecánicas formadas por
con sensibilidad en el rango de los secundaria característica de proteínas puentes de hidrógeno estratégicamen-
pN, y a un posicionador piezoeléc- elásticas como la elastina y la región te situados: actúan a modo de un
trico, capaz de producir desplaza- PEVK de la titina) son las que menor “velcro molecular” que preserva la
mientos con precisión por debajo estabilidad mecánica presentan. Les integridad de la proteína mientras no
del nanómetro, esta técnica permite siguen en orden creciente de esta- se sobrepase su estabilidad mecánica
detectar y medir la estabilidad mecá- bilidad mecánica las proteínas ricas (en una población de moléculas, el
nica de las barreras de resistencia que en hélices-α simples (calmodulina y valor promedio de la fuerza necesaria
presenta una proteína al estiramiento, lisozima del virus T4), las hélices-α para su rotura).
así como su localización. trenzadas (espectrina y brazo de la Y pasemos ahora a la relación de la
Aunque el número de proteínas miosina II), las proteínas ricas en estabilidad mecánica con la función
analizadas mediante el MFA es to- láminas β con puentes de hidrógeno de las proteínas. El MFA se ha apli-
davía demasiado escaso para extraer paralelos a la dirección de la fuer- cado al análisis de las propiedades
conclusiones generales sólidas, se za (dominio C2A de sinaptotagmi- mecánicas de proteínas que se piensa
han observado ya ciertas tendencias, na) y, finalmente, las láminas β que están sometidas a estrés mecánico,
tanto estructurales como funcionales. presentan puentes de hidrógeno en tanto de los citoesqueletos sarcomé-
Empecemos por la relación entre la disposición perpendicular a la fuer- rico (titina, brazo de la miosina II) y
estabilidad mecánica y la estructura za (dominios de inmunoglobulina de cortical (espectrina, filamina A) como
de las proteínas. Según parece, tanto la titina, fibronectina y tenascina). de la interfase célula-célula (tenas-

El microscopio de fuerza atómica


y la rotura del plegamiento de proteínas
FOTODIODO
LASER
1 2 3
BRAZO SENSOR
FLEXIBLE ∆zb

MUESTRA BRAZO SENSOR

POSICIONADOR
∆zc

CUBREOBJETOS MOVIL

El microscopio de fuerza atómica (MFA) es uno de los instrumentos más utilizados


para la manipulación y análisis mecánico de moléculas individuales de proteína. Se
trata de un transductor mecanoeléctrico; es decir, un dispositivo que mide fuerzas
mediante la conversión de energía mecánica en eléctrica. Su principio físico es similar
al de un tocadiscos. En el modo de imagen, el más conocido, la punta de un brazo
FUERZA

2
sensor flexible rastrea una superficie para describir la topografía mecánica de la misma,
MARIANO CARRION, MODIFICADA CON PERMISO DE ELSEVIER SCIENCE LTD.

como un ciego explora el mundo con el bastón. En el modo de medición de fuerzas


(o “espectroscopía de fuerzas”), un segmento de la proteína a analizar (de ordinario una
poliproteína, constituida por repeticiones de la proteína que generan señales periódicas 3
1
que permiten identificar inequívocamente moléculas individuales) se ancla, mediante
procedimientos físicos o químicos, por dos puntos: a un cubreobjetos móvil y a un bra-
EXTENSION
zo sensor flexible. En este “circuito mecánico”, el desplazamiento ∆zc del cubreobjetos,
efectuado mediante un posicionador piezoeléctrico que posee una resolución en el ran-
go del angstrom (décima de nanómetro), estira la proteína, mientras el brazo sensor indica, con su propio desplazamiento ∆zb
la fuerza de resistencia que ésta ofrece (2). Las proteínas suelen presentar una sola estructura estable y bastante compacta.
Se trata de la estructura nativa o plegamiento terciario. Al ir estirando una molécula de poliproteína, se genera una fuerza
de resistencia (1) que culmina (2) con una relajación súbita al romperse ese plegamiento terciario (3). Cuando se representa
gráficamente la fuerza en función del desplazamiento resulta un diente de sierra.
Este mecanotransductor actúa como sigue: un fotodiodo de dos canales, que detecta las variaciones en el ángulo de re-
flexión de un rayo láser que se dispara sobre la superficie del brazo sensor, convierte las oscilaciones mecánicas de éste en
señales eléctricas. A su vez, previo calibrado del sensor flexible (conforme a su elasticidad lineal, que se atiene a la ley de
Hooke, y a su respuesta térmica), las señales eléctricas se transducen a fuerzas. En el modo de medida de fuerzas, el MFA
permite describir a escala nanométrica el despliegue mecánico de una proteína, gracias a la medición directa de las fuerzas
(en piconewton, billonésimas del newton) y las distancias implicadas (en nanómetros).

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cina, fibronectina, elastina). Aunque, proteínas sin una función mecánica un mero epifenómeno, resultado de
como ya se ha dicho, el número de conocida (la calmodulina, el domi- someterlas a una fuerza mecánica
proteínas analizadas mediante este nio C2A de la sinaptotagmina I, la (o, en el caso de algunas proteínas
método es todavía escaso, obser- lisozima del virus bacteriófago T4, mecánicas, en una dirección no fi-
vamos que las proteínas puramente la barnasa, la proteína verde fluo- siológica) para la que no han sido
elásticas (elastina, regiones PEVK rescente) tienden a presentar esta- seleccionadas evolutivamente.
y N2B de la titina, y brazo de la bilidades mecánicas más bajas. Hay
miosina II) presentan una resistencia que puntualizar que se trata sólo de Cizallas, cremalleras
mecánica muy baja y se comportan tendencias generales, pues entre estos y talones de Aquiles
como muelles reversibles ante los grupos hay amplios solapamientos. Estudiemos ahora en detalle la esta-
cambios mecánicos. En cambio, las Teniendo en cuenta que no se estira- bilidad mecánica de las estructuras β.
proteínas a las que se les supone una rá en la célula a todas las proteínas La fuerza es una magnitud vectorial.
función relacionada con la resisten- mecánicas necesariamente de la mis- En cuanto tal, no sólo su intensidad,
cia mecánica (espectrina, filamina A, ma forma en que lo hace el MFA y sino también su dirección, sentido y
región tipo inmunoglobulina de la que las proteínas “no mecánicas” no punto de aplicación influyen en la
titina, tenascina, fibronectina) tienden estarían sometidas, en principio, a la resistencia mecánica que ofrecen las
a presentar una estabilidad mecánica acción de fuerzas, bien pudiera ser proteínas. Así, las láminas β presen-
mayor que la de las proteínas pu- que la estabilidad mecánica de algu- tan estabilidades mecánicas distintas
ramente elásticas. Como grupo, las nas de las proteínas estudiadas fuese en función de la geometría del es-
tiramiento.
a b En cuanto a la topología del pun-
to de rotura, podemos distinguir dos
modelos básicos: cizalla y crema-
llera. En el modelo de cizalla, la
fuerza actúa perpendicularmente a
los enlaces por puentes de hidróge-
→ →
no que mantienen la estructura de la
F F barrera mecánica principal (el punto
de rotura) de la proteína; se observa
una elevada estabilidad mecánica de

la barrera mecánica, pues todos los
F enlaces resisten en paralelo la acción
→ de la fuerza. Un ejemplo es el mó-
F dulo I27 de la titina, el muelle bio-
lógico del sarcómero muscular (véase
G el recuadro “Un complejo muelle

F G A biológico: la titina”) que mantiene

A' → su estabilidad hasta con fuerzas de
F F 204 pN, a las velocidades experimen-

F tales de despliegue habituales con un
MFA. En el modelo de la cremallera,
c d la fuerza es paralela a la dirección de
los puentes de hidrógeno que mantie-
nen la barrera mecánica, con lo que
→ los enlaces resisten en serie el efecto
F de la fuerza; los puentes van saltan-
do uno a uno. Acontece así con el
módulo C2A de la sinaptotagmina I,

F → que presenta una fuerza de rotura de
F 70 pN, a las velocidades experimen-
tales habituales con un MFA.
→ Por otra parte, una misma proteína
F puede presentar estabilidades mecáni-
2. LA FUERZA NECESARIA para desplegar una molécula de proteína depende de la geo- cas distintas en función de los puntos
de aplicación de la fuerza. La ubicui-
metría del estiramiento: por una parte influye la topología del punto de rotura (la relación
MARIANO CARRION VAZQUEZ

tina, una proteína muy versátil en sus


entre la dirección del vector de la fuerza y la orientación de los puentes de hidrógeno),
funciones, presenta una estabilidad
que puede ser en cizalla, como es el caso del módulo I27 de la titina (a), o en cremallera, mecánica diferente según el punto
como es el caso del módulo C2A de la sinaptotagmina I (b). Por otra parte influye también donde apliquemos la fuerza. Cuando
el punto de aplicación de la fuerza, como ocurre en la molécula de ubicuitina: cuando se la se la estira, como veníamos haciendo
estira desde sus extremos terminales (c) resiste mucho más que cuando se tira (d) desde el hasta ahora, desde sus extremos su
extremo carboxilo terminal y la cadena lateral del aminoácido 48 (en verde). resistencia mecánica es de 203 pN,

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mientras que lo es de 85 pN si se la que programas informáticos repro- diferencia de otras técnicas estructu-
la estira desde el extremo carboxi- ducen las interacciones de átomos y rales, como la difracción de rayos X
lo terminal y la cadena lateral del moléculas según las leyes conocidas o la espectroscopía por resonancia
aminoácido 48. de la física. magnética nuclear, la microscopía
Como veremos en el próximo apar- En el caso de una proteína o módu- de fuerza atómica permite analizar
tado, en el análisis nanomecánico de lo proteico con estructura terciaria y no sólo proteínas con estructura ter-
proteínas suelen emplearse polipro- que desempeñe un papel mecánico, el ciaria, sino también proteínas deses-
teínas (repeticiones artificiales, una diagrama que representa la extensión tructuradas.
tras otra, de la proteína a estudiar), de su correspondiente poliproteína en El desplegado proteico es un proce-
truco que permite la identificación función de la fuerza de resistencia so estocástico: no ocurre a un deter-
sin ambigüedades de moléculas in- suele tomar la forma de una suce- minado valor umbral, ya que el tra-
dividuales, gracias a que las poli- sión de “dientes de sierra”, donde bajo mecánico realizado por la fuerza
proteínas generan señales periódicas cada pico corresponde al desplegado se limita en esencia a rebajar la altura
que se identifican con facilidad. Sin de cada repetición de que consta la de la barrera energética que se opone
embargo, el estiramiento diferencial poliproteína. Al igual que cualquier al proceso, con lo que aumenta la
de la ubicuitina ha podido llevarse a otro polímero, y como consecuencia probabilidad de que éste se produzca
cabo gracias a la existencia de dos de la segunda ley de la termodinámi- durante el tiempo que dura el expe-
tipos de poliproteínas naturales en ca, las poliproteínas y las proteínas rimento. Es decir, la fuerza mecánica
las que el extremo carboxilo de cada sin estructura superior (formadas a se limita a acelerar una reacción que
monómero se une al siguiente por el su vez por aminoácidos) responden ocurriría espontáneamente, pero con
extremo amino terminal (una unión al estiramiento como muelles entró- mucha menor probabilidad.
N-C) o el amino libre de la lisina picos: la energía térmica obliga a Observamos, pues, que el MFA
48 (C-48K). Cuando se simula por cada monómero —cada unidad que, (como muchas nanomáquinas bio-
computador el estiramiento con el repetida, constituye el polímero— a lógicas) utiliza un agente (la fuer-
fin de seguir el proceso con reso- disponerse con el máximo desorden za) más fisiológico que los agentes
lución atómica, se observa que la posible (de ahí el calificativo de en- desnaturalizantes ordinarios que se
región crítica que ofrece la mayor trópico). Como resultado global, el usan en bioquímica (urea, cloruro
resistencia a la fuerza (la barrera polímero se cierra formando un ovi- de guanidinio o altas temperaturas)
mecánica) es distinta para cada una llo estadístico, fluctuante. Sin embar- y una coordenada de reacción natural
de estas geometrías de estiramiento go, la fuerza aplicada tiende a alinear bien definida (la longitud de la mo-
y su estabilidad se correlaciona con la proteína en la dirección en la que lécula, frente a la clásica coordenada
la medida experimentalmente. se ejerce, con lo que disminuye su de reacción, que vagamente refleja la
Las poliubicuitinas C-48K sirven entropía; este comportamiento, típico exposición al solvente).
para marcar las proteínas que van a del caucho de las gomas elásticas, se Entre las propiedades que este
ser degradas por la ruta del protea- describe matemáticamente mediante método permite analizar destacan,
soma (una nanomáquina encargada la ecuación WLC (del inglés Worm- además de la estabilidad mecánica
de la “trituración “ de proteínas, que Like Chain, o cadena con forma de —que no guarda correlación con la
incluye un primer paso de desplegado gusano). Este tipo de elasticidad con- estabilidad termodinámica, térmica
del que se piensa que es mecánico), trasta con la dependencia típicamente o química medida por las técnicas
de ordinario en alguna de sus lisinas lineal (conforme a la ley de Hooke) bioquímicas clásicas—, la topología
—la lisina es uno de los veinte ami- que experimentan nuestros muelles mecánica (los puntos de resistencia al
noácidos estándar— internas. Cabe macroscópicos artificiales. estiramiento) y los parámetros cinéti-
entonces la posibilidad de que esas Si continuamos estirando, las pro- cos del proceso, incluida la velocidad
lisinas pudieran representar “talones teínas con estructura terciaria podrán con que se produciría la rotura espon-
de Aquiles” de la proteína sustrato; desplegarse y ceder todavía mucho tánea del plegamiento de la proteína,
la evolución de esta bionanomáquina más. Las simulaciones permiten pre- en ausencia de la fuerza externa.
habría favorecido mecanismos que decir con resolución atómica los de-
permiten aplicar la fuerza directa- talles de este proceso e identificar la El muelle del sarcómero
mente sobre los puntos más débi- existencia de parches construidos con Una de las máquinas biológicas de
les de la estructura de las proteínas puentes de hidrógeno que, a modo mayor tamaño y que mejor conoce-
sustrato, lo que minimizaría el gasto de velcro o de una grapa molecular, mos es el sarcómero, la unidad con-
energético en ATP del proceso. mantienen unida la estructura. tráctil del músculo. Se trata de una
Para las proteínas que carecen de especialización del esqueleto celular
¿Qué más información estructura terciaria (elastina, regiones formada por tres tipos de proteínas,
extraemos? PEVK y N2B de la titina), la cons- que se organizan en tres filamentos
Para desentrañar los pormenores mo- trucción de poliproteínas híbridas, ensamblados a modo de pistón.
leculares del desplegado mecánico de en las que se incorpora, a modo de El filamento grueso (miosina) es el
proteínas, los estudios de espectros- marcador interno o “huella digital”, motor que genera, gracias a la hidró-
copía de fuerza combinan el MFA repeticiones de un módulo conocido lisis del ATP, el trabajo mecánico de
con la ingeniería de proteínas y la que presente picos de fuerza, posi- la contracción al desplazarse sobre
simulación mediante ordenador de la bilita la identificación inequívoca de el filamento fino (actina), que actúa
dinámica molecular del proceso, en moléculas individuales. Así pues, a como un raíl rígido. Cada molécula

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Un complejo muelle biológico: la titina
La titina es el amortiguador mecánico de la unidad contráctil titina (es decir, se divide la fuerza por el número de moléculas
del músculo, el sarcómero. Dicha unidad se halla estructurada de titina que se estima contiene esta estructura). La curva ex-
en bandas de anchura diversa. La titina (la línea roja ondulada, tensión-fuerza de una molécula de titina (en rojo), calculada a
que representa una sola molécula) es el polipéptido más largo partir de la suma de las propiedades mecánicas de cada uno
que se conoce: abarca medio sarcómero, desde el disco Z a de sus componentes (las gráficas de fuerza-extensión), que
la línea M, situados respectivamente en las zonas centrales de se miden gracias a la microscopía de fuerza atómica mono-
las bandas denominadas I y A. Su porción elástica (la banda I) molecular, reproduce bastante bien las propiedades mecánicas
posee dos tipos básicos de componentes mecánicos: unos con del sarcómero. En el rango fisiológico de funcionamiento del
estructura terciaria (las regiones proximal y distal de módulos sarcómero (rectángulo rosa), se estiran los muelles entrópicos
tipo inmunoglobulina, Ig, en azul) y otros carentes de estruc- reversibles (alimentados por fuerzas térmicas): las regiones
tura definida (las regiones N2B y PEVK). La banda A corres- de módulos de inmunoglobulina (su estructura global funciona
ponde a la porción anclada al filamento grueso del sarcómero. como un muelle entrópico, ya que los módulos se encuentran
Ambos componentes se han analizado con resolución monomo- desorganizadas por las fuerzas térmicas) y las regiones deses-
lecular mediante el microscopio de fuerza atómica y el método tructuradas (PEVK y N2B, cuyos aminoácidos constituyentes
de las poliproteínas, construcciones artificiales de encadena- resultan desorganizados también por las fuerzas térmicas). Por
mientos repetitivos de una misma proteína. La elasticidad del encima del rango fisiológico, tendría lugar el desplegado de
sarcómero se había analizado anteriormente in situ marcando algunos módulos de titina “sacrificatorios”, con la consiguien-
la titina con anticuerpos en diversos puntos y midiendo la te absorción de una gran parte de la energía mecánica del
variación de la distancia entre ellos tras la extensión del sarcó- proceso, a fin de proteger el sarcómero de daños irreversibles
mero. En la gráfica, los puntos negros representan la extensión gracias a que generan a su vez nuevos muelles entrópicos que
(eje vertical) en función de la fuerza aplicada por molécula de alargan la longitud efectiva de la molécula.

BANDA I BANDA A BANDA I

DATOS MACROSCOPICOS
SARCOMERO

DISCO Z LINEA M

BANDA I BANDA A
1400
DESPLEGADO
1200 DE Ig DISTAL

1000 DESPLEGADO
EXTENSION (nm)

DE Ig PROXIMAL
ENDEREZADO
IG PROXIMAL N2-B PEVK IG DISTAL 800 DE REGIONES Ig
EXTENSION
600 DE PEVK
“VELCRO” Y N2-B
“VELCRO” DE PUENTES 400
DE PUENTES DE HIDROGENO
MIOFIBRILLA
DE HIDROGENO 200 RANGO TITINA: MOLECULAS
FISIOLOGICO INDIVIDUALES

MODULO
? ? 0
0 10 20 30 40
MODULO
DE INMUNOGLOBULINA DE INMUNOGLOBULINA FUERZA (pN)

MICROSCOPIO
DE FUERZA ATOMICA
200 pN

DATOS MONOMOLECULARES

100 nm

de miosina genera fuerzas de unos por una región de módulos tipo in- ha permitido la reconstrucción de la
5 pN. El “tercer filamento” (la titi- munoglobulina con un plegamiento elasticidad global de esta región de
na) constituye un verdadero muelle característico y dos regiones (PEVK, la proteína mediante un modelo pura-
biológico que mantiene centrado el N2B) sin estructura terciaria definida, mente aditivo, es decir, sin más que
MARIANO CARRION VAZQUEZ

sarcómero y le proporciona la elasti- que se intercalan entre los módulos sumar la elasticidad de cada uno de
cidad necesaria para que recupere la (véase el recuadro “Un complejo los componentes. La elasticidad re-
estructura de reposo tras su actividad muelle biológico: la titina”). sultante reproduce bastante fielmente
(“elasticidad pasiva”). El estudio de la elasticidad de la la elasticidad del sarcómero medida
Gran parte de la titina se encuentra región extensible de la titina a partir en las miofibrillas (los paquetes in-
anclada al filamento grueso, mientras de la elasticidad de sus distintos com- dividuales de que constan las fibras
que su porción elástica está formada ponentes, analizados con el MFA, musculares), una vez que dividimos

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por el número total de moléculas que A partir de las simulaciones, po- dia de rotura) y en otros la distancia
se estima contiene esta estructura. demos interpretar que la “joroba” de entre picos de fuerza.
Es notable que una propiedad ma- los primeros picos de fuerza de los
croscópica, la elasticidad de una es- espectros de fuerza medidos por el Otras bionanomáquinas
tructura tan compleja como el sarcó- MFA correspondería a la rotura de mecánicas
mero de una miofibrilla —integrada todos los parches AB disponibles de Como ya se ha mencionado, los
por millones de moléculas de varios la poliproteína; los picos de 204 pN amortiguadores mecánicos, además
tipos—, se pueda explicar por la sim- (diez veces menores, eso sí, que los de estar presentes en el sarcómero,
ple suma de las elasticidades indivi- obtenidos en la simulación) corres- parecen desempeñar también un pa-
duales de un solo tipo de molécula, ponderían, cada uno, a la rotura de pel importante en otras maquinarias
la titina, elasticidades individuales un parche A’G, principal responsa- en las que abundan las proteínas mo-
que derivan, a su vez, de la suma ble de la estabilidad mecánica del dulares: la maquinaria de adhesión
de las elasticidades de sus diversos módulo. Una vez desplegado uno celular (tenascina y fibronectina) y
componentes. Este resultado descarta de los módulos, lo que rompería un el citoesqueleto cortical (espectrina
por otra parte la posibilidad de que parche A’G generando un pico de y filamina A). Se ha propuesto que
pudieran tener relevancia mecánica 204 pN, se produciría una relajación una de las funciones de estos mó-
en la explicación de la elasticidad del de la fuerza, gracias a lo cual podría dulos bien pudiera ser la absorción
sarcómero interacciones entre molé- formarse de nuevo el parche AB de de las frecuentes tensiones mecánicas
culas de titina o con otras moléculas los módulos que no se hubieran des- presentes en la interfase célula-célula
del sarcómero. plegado; aparecería así de nuevo una (donde suele abundar el estrés mecá-
Uno de esos componentes de la “joroba” en el siguiente pico, pero nico), contribuyendo de esta forma
titina, el ya mencionado módulo I27, un poco menor. La distancia entre a alargar tanto el rango de acción
situado en la región distal, ha deveni- picos en el espectro de fuerzas del como la vida media de las uniones
do un sistema modelo en la nanome- MFA (28,1 nm de promedio, tras intercelulares.
cánica de proteínas. Se trata de una ajustar al WLC) corresponde a la En cuanto a los motores proteicos
proteína globular de la familia de las longitud de la cadena polipeptídica (proteínas que convierten energía quí-
inmunoglobulinas que presenta una “oculta” a la fuerza por la barrera mica en mecánica), además del motor
estructura en sándwich β, consisten- A’G y que resulta liberada tras su del sarcómero (una máquina de ex-
te en dos láminas β (que contienen rotura. tensión lineal, es decir, que actúa de
tres y cuatro hebras β) enfrentadas Los parches de puentes de hidró- manera similar al MFA) encontramos
(véase la figura 2). La combinación geno AB y A’G presentan una mayor muchos otros. Algunos de ellos, las
de los estudios mediante microscopía estabilidad mecánica porque se distri- “desplegasas”, despliegan otras proteí-
de fuerza atómica, ingeniería de pro- buyen perpendicularmente a la direc- nas como primera etapa de su proce-
teínas y simulaciones por computa- ción de la fuerza (una conformación samiento. Un primer sistema, también
dor ha permitido una caracterización en “cizalla”). Tal geometría contrasta de extensión lineal, está representado
completa de los determinantes mo- con la del resto de los parches de por la chaperonina bacteriana Gro-
leculares de su estabilidad mecánica puentes de hidrógeno del I27, que se EL, una compleja máquina compuesta
(véase la figura 3). distribuyen paralelos a la dirección por diversas proteínas y encargada de
Los espectros de fuerzas de una de la fuerza (una conformación en corregir las alteraciones estructurales
poliproteína de I27 obtenidos me- “cremallera”). La información que se de otras proteínas, que despliega me-
diante microscopía de fuerza atómica obtiene de las simulaciones es, por cánicamente los polipéptidos antes de
muestran una fuerza de rotura para lo tanto, sólo cualitativa, ya que da proceder a su reestructuración. Esta
cada módulo de 204 pN, en prome- unos valores de fuerza un orden de maquinaria ancla la proteína substra-
dio. Al ajustarlos a la ecuación WLC, magnitud mayores que los obtenidos to a un par de puntos de su propia
los primeros picos del espectro exhi- experimentalmente. estructura y, mediante un cambio de
ben una desviación (una especie de El modelo descrito concuerda, conformación alimentado por la hidró-
“joroba”). pues, bastante bien con los resultados lisis del ATP que aleja los puntos de
Las simulaciones ayudan a expli- experimentales obtenidos aplicando anclaje, la estira linealmente a modo
car estas variaciones y permiten la la microscopía de fuerza atómica de un potro de tortura.
cartografía precisa de las barreras a poliproteínas del I27 silvestre. Un segundo sistema está repre-
mecánicas de la proteína. El espec- Es notable que estas simulaciones sentado por las translocasas y las
tro de fuerza de la simulación pre- (que se realizaron con anterioridad en proteasas compartimentalizadas, má-
senta un primer pico de fuerza, que un laboratorio distinto al que obtuvo quinas proteicas responsables de los
corresponde a la rotura del parche de los resultados experimentales y sin procesos de translocación o tránsito
puentes de hidrógeno entre las he- contacto con éste) concuerden tan de sus proteínas sustrato a través de
bras denominadas A y B del módulo bien (eso sí, cualitativamente, pues la membrana celular (translocasas)
I27 y un segundo gran pico a unos los valores de fuerza son mucho ma- o entre dos compartimentos de su
2000 pN que corresponde al parche yores) con los resultados experimen- estructura (proteasas compartimenta-
entre otras dos hebras, las A’ y G, tales. Este modelo se ha verificado lizadas, como el proteasoma). Según
seguidos de una meseta de picos que mediante poliproteínas mutantes que el modelo más aceptado, comienzan
correspondería al desplegado del res- perturban en unos casos la estabilidad por desplegar las proteínas sobre las
to del módulo. mecánica (medida por la fuerza me- que actúan tirando de ellas por un

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2007 51


extremo. Sólo así logran introducirlas car alambres a partir de cables más medio de fuerzas mecánicas, como
a través del poro que las separa del gruesos. se ha propuesto, cabe esperar que
compartimento de destino, ya que Si estas máquinas biológicas —des- la mayoría de las proteínas de la
dicho poro es demasiado estrecho plegasas como las chaperonas, el célula acabe, tarde o temprano, so-
para que pase la proteína plegada. proteasoma, y las translocasas mi- metida a la acción mecánica de estos
Este mecanismo tendría cierta ana- tocondriales y cloroplásticas— que “potros de tortura” y “cabrestantes”
logía con el trefilado de los metales despliegan proteínas como paso pre- liliputienses. Si esto es así la estabi-
utilizado en metalurgia para fabri- vio a su procesamiento lo hacen por lidad mecánica, tanto de las proteínas
como de sus complejos y agregados,
a sería un parámetro crítico para la
MICROSCOPIO DE FUERZA ATOMICA
fisiología y patología celulares.
Se ha propuesto, no obstante, un
FUERZA (pN)

ECUACION 28,1 nm mecanismo alternativo al uso de la


WLC
fuerza mecánica, que aprovecharía
las omnipresentes fuerzas térmicas
(energía “gratuita” para la célula)
para desnaturalizar proteínas en la
200 célula. Hay que matizar, como tam-
bién se ha propuesto, que las dos
explicaciones pudieran ser perfec-
tamente compatibles: podría haber
un mecanismo mixto. El mecanis-
EXTENSION (nm) mo puramente térmico está basado
en la rectificación (filtrado) de las
fluctuaciones térmicas mediante los
denominados “trinquetes brownia-
nos”, dispositivos que convierten el
carácter aleatorio del movimiento
b browniano de las proteínas en pro-
G G G → cesos direccionales [véase “Motores
F

moleculares”, por R. Dean Astumian;
F A A’ A A’ A A’ Invest iga c ión y c ienc ia , septiem-
bre de 2001].
B B B Las maquinarias de empaquetado,
desenrollado, replicación, transcrip-

Cizalla
Cremallera 3. CUANDO SE VA ESTIRANDO UN
MODULO I27 —un componente proteínico
de la titina— con un microscopio de fuerza
atómica, la fuerza necesaria para ir desple-
gando una molécula de poliproteína adopta,
c SIMULACIONES en función de la extensión, una forma de
dientes de sierra (a). Los picos mayores y

FIGURA DEL AUTOR, MODIFICADA CON PERMISO DE SPRINGER-VERLAG LTD.


2000 las pequeñas jorobas antes de cada pico
mayor corresponden a la rotura de enlaces
internos de la molécula particularmente
resistentes al estiramiento, constituidos
por parches de puentes de hidrógeno y
marcados (b) con las letras AB (jorobas)
y A’G (picos). Los enlaces paralelos a la
fuerza aplicada, o de “cremallera”, resisten
FUERZA (pN)

menos que los perpendiculares a ella, o de


“cizalla”. Las simulaciones del estiramiento
de un solo módulo, que utilizan las coorde-
nadas espaciales de su estructura atómica,
reproducen bastante bien, cualitativamente,
cada uno de esos de picos, aunque no
cuantitativamente, pues decuplican, más
EXTENSION (Å) o menos, el valor de la fuerza (c).

52 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, julio, 2007


ción y traducción del ADN parecen elucidación de los principios fisico-
también funcionar de forma mecá- químicos que gobiernan el diseño
nica, así como las maquinarias en- de su mecánica de funcionamiento
cargadas del transporte de orgánulos interno y que han sido selecciona-
intracelulares (el sistema quinesina/ dos durante eones de evolución. Esta
tubulina) o la fusión de membranas metodología se encuentra aún en su
(el sistema SNARE). infancia, pero crece rápidamente y
Recientemente se han descubierto con grandes posibilidades de de-
también interruptores mecanosensi- sarrollo. Los principios que revela
bles de rutas bioquímicas de trans- están también empezando a ser ex-
ducción de señales, que responderían plotados para el diseño de materiales
a señales mecánicas que reciben las biomiméticos (inspirados en la bio-
células mediante la exposición de si- logía) con aplicaciones potenciales
tios crípticos de unión a ligandos en medicina y en industria. Desde
(por ejemplo sitios de fosforilación/ el punto de vista de nuestra salud,
defosforilación por quinasas y fosfa- hay muchas cosas por explorar, como
tasas) que permitirían activar de esta la posible existencia de “mutacio-
forma rutas bioquímicas específicas nes mecánicas” y conformaciones
(de crecimiento o morfogénesis, por o complejos proteicos aberrantes
ejemplo). cuya estabilidad mecánica anómala
La posibilidad de estudiar la me- pudiera resultar patológica para el
canoquímica de los componentes de ser humano.
las máquinas proteicas mediante téc- Parafraseando a Richard Feynman,
nicas monomoleculares como la aquí padre de la nanotecnología, podría-
descrita y de reconstruir su función mos concluir con una invitación a
mediante una “ingeniería inversa” los investigadores que pudieran sentir
(que infiere el diseño a partir del atracción por este campo emergente:
análisis de los componentes de la si les interesa la función, pasen, al
máquina) nos abre las puertas a la fondo hay mucho sitio...

El autor
Mariano Carrión Vázquez estudió bioquímica en la Universidad de Valencia y se doc-
toró por la Universidad Autónoma de Madrid. Posteriormente se incorporó al equipo del
profesor Julio M. Fernández, pionero en nanomecánica de proteínas, en la Clínica Mayo
primero y luego en la Universidad de Columbia. Allí introdujo la ingeniería de proteínas
en este campo, desarrollando la metodología de las poliproteínas como marcadores
monomoleculares. En la actualidad su grupo investiga en la nanomecánica de proteínas
del sistema nervioso, en el Instituto Cajal (CSIC).

Bibliografía complementaria
REVERSIBLE UNFOLDING OF INDIVIDUAL TITIN IMMUNOGLOBULIN DOMAINS BY AFM. M. Rief,
M. Gautel, F. Oesterhelt, J. M. Fernández y H. E. Gaub en Science, vol. 276, págs.
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Vázquez, A. F. Oberhauser, S. B. Fowler, P. E. Marszalek, S. E. Broedel, J. Clarke y
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hauser, M. Carrión Vázquez, J. G. Kerkvliet, H. Lu, P. E. Marszalek y J. M. Fernández
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THE MECHANICAL STABILITY OF UBIQUITIN IS LINKAGE DEPENDENT. M. Carrión Vázquez, H. Li,
H. Lu, P. E. Marszalek, A. F. Oberhauser y J. M. Fernández en Nature Structural &
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PROTEIN NANOMECHANICS AS STUDIED BY AFM SINGLE-MOLECULE FORCE SPECTROSCOPY. M. Carrión
Vázquez, A. F. Oberhauser, H. Díez, R. Hervás, J. Oroz, J. Fernández y D. Martínez
Martín en Advanced Techniques in Biophysics, dirigido por J. L. R. Arrondo y A. Alonso.
Springer-Verlag; Berlín, Heidelberg, págs. 163-245; 2006.

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