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Cuando la demencia es una bendición: el mensaje del

Chamanismo.

El concepto de emergencia espiritual que distingue las crisis de


transformación de las perturbaciones psíquicas, está apoyado en las pruebas
procedentes de diferentes disciplinas. El Chamanismo es la religión más antigua y
el arte de curación más remoto de la humanidad.

Chamán es un término utilizado por los antropólogos para designar una


clase especial de hombre o mujer “medicina”, o brujo curandero, que entra
regularmente en estado no ordinario de conciencia para curar, obtener información
por medios extrasensoriales o dirigir rituales para cambiar el tiempo o para cazar
animales. El chamanismo es casi universal.

La carrera de muchos chamanes comienza con la vivencia intensa de un


estado alterado de conciencia. Este incluye vivencias de descenso al mundo
subterráneo, ataques de demonios, y torturas y ordalías inhumanas, seguida por
una serie de experiencias de muerte y renacimiento y su consiguiente ascenso a
los reinos celestiales.

Ser chaman exige llegar con éxito al final de la vivencia y volver a un pleno
funcionamiento en la vida diaria. Un chamán es capaz de entrar en estados no
ordinarios de conciencia de la manera que quiere y salir de ellos a voluntad.

La cultura y la medicina occidentales han declarado la guerra total a la


enfermedad y a la muerte: a la muerte, porque significa el fin de nuestra existencia
en la tierra, y a la enfermedad, porque perjudica nuestro disfrute de la vida. El
sufrimiento y la enfermedad se ven en nuestra cultura como algo que emerge de
una fuente hostil al cuerpo. En cambio los chamanes ven la enfermedad como un
proceso que nos limpia de los malos hábitos que hemos acumulado con nuestra
falsa actitud ante la vida. La enfermedad es una llamada a la autorrealización, al
autodesarrollo, la mayoría de los que se van a convertirse en chamanes se ponen
enfermos: las niñas entre los diez y los doce años, y los jóvenes, entre los veinte y
los veinticinco. Llaman albos a este periodo durante el que un espíritu atormenta al
futuro chaman, este lapso de tiempo suele convertirse en un agujero en la vida del
chamán.

La experiencia de resucitar tras terribles tormentos, enfermedad y haber


estado cerca de la muerte, va acompañada de un sentimiento de euforia, porque
el sufrimiento ha anulado las características previas de la enfermedad. La
enfermedad es un proceso purificador que limpia todo lo malo, lastimoso y débil.

La persona destinada a convertirse en chaman sueña que asciende al cielo


o va al bosque a buscar monos. Si los espíritus conducen a alguien escogido para
el chamanismo al cielo, se le da un nuevo cuerpo hermoso parecido al de los
seres-espíritus. Después de su vuelta a la tierra, estos le ayudan en sus
curaciones.

El chamán recibe su llamada y su apoyo espiritual de Dios, se da por


supuesto que tiene una predisposición innata para curar. El estímulo para la
iniciación como Mundo mugu surge de una enfermedad caracterizada por intensos
sueños, alucinaciones, incapacidad para concentrarse, vista debilitada, y formas
extrañas de comportamiento. Después viene la ceremonia de iniciación, si el
novicio es pobre y no puedo pagar los festejos, se hace de todas maneras un ritual
para aliviar su dolor y otorgarle el estatus de Mundo mugu “no confirmado”. Si es
rico y puede pagar los festejos propias de la ocasión, se convierte en Mundo mugu
plenamente reconocido. La llamada de mujeres chamanes se manifiestan
mediante diversos trastornos fisiológicos.

La llamada del chamanismo sucede de 3 maneras:

1. Por nacimiento en una familia Mu dang.


2. Por aprendizaje
3. Por sentimiento espontaneo o vocación.

El choque traumático puede causar el colapso de las estructuras psíquicas,


de donde se sigue la posibilidad de que empiece a desarrollarse a partir de las
ruinas de la conciencia normal una sensibilidad más sutil y paranormal.
A partir de una descripción podemos hacernos una idea de las cualidades
liberadoras y curativas de las sesiones chamanicas, en las que el mismo chamán
se siente afectado y debilitado por la enfermedad. El iniciado lucha contra el dolor
y el sufrimiento, así como contra las futuras funciones sociales que tendrá que
cumplir como chamán, que frecuentemente le privarán de la posibilidad de llevar
una vida diaria normal.

La purificación juega un papel prominente en la vida de las comunidades


que viven cerca de la naturaleza. Las fases importantes de la vida de una persona
están conectadas a periodos de purificación interna, de manera que el individuo,
habiendo sido adecuadamente preparado y en un claro estado de mente, y sin ser
distraído por los procesos y recuerdos habituales, puede progresar hacia una
existencia nueva y liberada.

El chamán entra tan a fondo en el estado del paciente que sufre los
síntomas y los dolores de la enfermedad, adquiriendo de esta manera su
conocimiento especial sobre su origen.

En la misma naturaleza del chamán se halla la capacidad de percibir el


pulso del universo, en sí mismo y en los demás, y, actuando a su rimo, la de poder
influir en él y cambiarlo. Una enfermedad que es considerada como un proceso de
purificación permite el acceso a los potenciales ocultos y más elevados de la
existencia humana. Los síntomas de la enfermedad chamánica son, en la mayoría
de los casos, confusos, indefinibles y no siguen ninguna pauta conocida.

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