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Telecomunicación del pasado

La comunicación de información entre dos personas distantes, ya sea oral, escrita o


gestual precisa que al menos una de ellas se desplace a un punto de encuentro con la
otra. Dependiendo de la distancia puede ser preciso contar con unas vías adecuadas y
un sistema de desplazamiento lo bastante eficiente para que se cumpla una de las
premisas básicas de la comunicación: que sea rápida y eficaz. No tiene sentido que un
mensajero nos informe de que un ciclón está avanzando sobre nuestra ciudad tres
días después de que el ciclón haga estragos en ella. Podríamos considerar el origen
de las telecomunicaciones en tiempos muy remotos, cuando la información a transmitir
se enviaba a través de mensajeros, que a pie o a caballo recorrían grandes distancias.
El uso de mensajero es poco eficiente pues los mensajes pueden perderse, ser
interceptados, y, en cualquier caso, el retraso que sufren los hace poco válidos en
ciertas situaciones. Las redes de telecomunicación tratan de crear medios dedicados
que ahorren tiempo evitando el desplazamiento físico del mensajero a lo largo de todo
el recorrido, proporcionando así una comunicación eficiente. Cualquier sistema de
telecomunicación estable necesita de una infraestructura y unos gastos que sólo
pueden ser sufragados por una entidad poderosa. Por ello los primeros sistemas de
telecomunicación eran siempre por y para el servicio del estado. En el pasado los
primeros sistemas de telecomunicación aparecen pronto en aquellos pueblos que por
su expansión guerrera se vieron obligados a contar con algún medio de envío rápido
de noticias: señales luminosas, de humo, sonidos de tambor. Estas redes primitivas
permitían la rápida transmisión de un conjunto muy limitado de signos, pero no una
comunicación completa con un vocabulario relativamente amplio. Las primeras redes
de telecomunicación propiamente dichas surgen con la aparición de la telegrafía
óptica, que permite sustituir a la mensajería, por cuanto facilitan la transmisión de
cualquier tipo de mensaje (vocabulario amplio). Datan de la revolución francesa,
cuando Claude Chappe, ideó una red óptica-mecánica cuyos nodos consistían en una
columna con una barra perpendicular en su extremo y dos brazos móviles fijados en
dicha barra. Combinando las distintas posiciones de la barra y los brazos era posible
fijar hasta 196 figuras distintas. En principio cada una de estas combinaciones
correspondía a una sílaba, adoptando un código similar al de la taquigrafía, aunque
posteriormente se sustituyó por otro basado en un diccionario o vocabulario de 92
páginas con 92 palabras en cada página, siendo necesario sólo dos símbolos por
palabra.
La telegrafía eléctrica
El telégrafo eléctrico fue uno de los primeros inventos que surgieron como aplicación
de los descubrimientos de Ampere y Faraday. Consiste en un aparato que transmite
mensajes codificados a larga distancia mediante impulsos eléctricos que circulan a
través de un cable conductor. Fue Joseph Henry quién, en 1829, construyó el primer
telégrafo eléctrico. Sin embargo, la persona que le dio el gran impulso fue el
estadounidense Samuel Morse, quién el 1844 llevó a cabo la primera transmisión
telegráfica entre Washinton y Baltimore.

El telégrafo consiste básicamente en una batería con un extremo conectado a un


manipulador o conmutador. Cuando éste es accionado se cierra el circuito eléctrico
que tiene conectado un electroimán en la estación receptora. Al cerrar el circuito, el
electroimán atrae a un estilete que puede imprimir una marca en una hoja de papel
que gira. En lugar del estilete se puede colocar algún dispositivo que produzca sonido.
De esta forma se logra transmitir la señal de un extremo a otro. Morse completó su
invento con un alfabeto que permitía representar las letras y números basándose en
tres símbolos: el punto, una pulsación corta de manipulador, la raya o una pulsación
larga y el silencio, para diferenciar las letras y las palabras. En 1866 se instaló el
primer cable trasatlántico que unía América con Europa, permitiendo así la
interconexión de ambas redes telegráficas. La telegrafía eléctrica se había impuesto
ya por esta época en otros países de Europa desarrollada al amparo del ferrocarril,
donde las compañías tenían su propia red que coincidía con el trazado de la línea. En
España la primera línea ferroviaria en funcionamiento, de Mataró a Barcelona, contó
sorprendentemente con un servicio de telegrafía óptica, lo que constituyó una
excepción pues las posteriores líneas se sirvieron de la telegrafía eléctrica para sus
comunicaciones.

El invento del teléfono y las redes de telefonía


En febrero de 1876, Alexander Graham Bell registra la patente de su teléfono basado
en el principio de la resistencia variable. Este teléfono, en esencia, consta de un
transmisor y un receptor unidos por un hilo metálico a través del cual pasa la
electricidad. Las vibraciones en la membrana del transmisor originan variaciones
eléctricas en el circuito gracias a un electroimán (originalmente se conseguía con una
solución ácida líquida). Al actuar sobre el electroimán del equipo receptor, estas
variaciones eléctricas producen vibraciones mecánicas en una membrana que son
réplica de las vibraciones sufridas en la membrana del transmisor. En principio se
podía hablar y escuchar por un solo tubo, pero para mayor comodidad se separó en
dos piezas. El teléfono pasó a evolucionar rápidamente, lo que permitió incrementar la
calidad de la voz transmitida y la distancia de alcance.
En 1877, año en que se crea la empresa Bell, Thomas Edison patenta un transmisor
mejorado que se basa en un bloque con un granulado de carbón que varía su
densidad y conductividad en función de la presión de la onda sonora incidente. El
esquema básico del teléfono es el siguiente:

El cable por el que se transmite la corriente eléctrica variable que envía el emisor se
conecta a un electroimán, cuyo extremo se encuentra unido por medio de una
lengüeta metálica a un diafragma que produce el sonido.
Las primeras comunicaciones telefónicas se llevaban a cabo uniendo los teléfonos
directamente, por lo que dos personas que deseen hablar, tan sólo deben comprar un
+ - 48 v Evolución Histórica de las Telecomunicaciones. Diciembre de 2004 R. Estepa
Notas de ARSS 6 teléfono y unirlo con un cable hasta el otro. Esto implicaría que para
conversar con tres personas necesitaríamos, como se aprecia en la figura, seis cables
y doce aparatos telefónicos. Si consideramos N personas, el número de cables
necesarios será de N⋅(N1)/2, del orden de N2. Así mismo será necesario disponer de
N⋅(N-1) aparatos telefónicos, por lo que el coste de la instalación crece rápidamente a
medida que incrementamos el número de usuarios.

Para disminuir costes, y teniendo en cuenta que en un instante determinado sólo se


está hablando con una persona, es posible tener un dispositivo (conmutador) que
permita seleccionar la línea que se pretende utilizar, por lo que tan sólo hará falta un
teléfono y un conmutador por usuario, aunque continuamos necesitando
aproximadamente N2 líneas telefónicas.

No obstante el coste de la instalación sigue siendo elevado debido al precio de las


líneas, que es proporcional a la distancia entre usuarios. Además, resulta ineficiente
pues un usuario sólo puede utilizar una línea en un instante de tiempo, quedando el
resto ociosas. Pensemos que para 10.000 usuarios sería necesario instalar 50
millones de líneas, lo que dificulta la escalabilidad de la solución, que tan sólo será
válida para pocos usuarios y siempre que no se encuentren muy alejados.
Un paso adelante en la solución de este problema se puede llevar a cabo separando la
conmutación de los usuarios. De esta forma todos los usuarios llevan una línea hasta
el conmutador, disminuyendo en número de líneas necesarias hasta N (al igual que el
número de equipos telefónicos). En el conmutador terminarán todas las líneas en unos
conectores. Una persona, llamada operadora, se encargará de puentear los dos
conectores correspondientes a los usuarios que deseen mantener una comunicación.
En la figura se representa un ejemplo de comunicación para dos centrales con cuatro
abonados cada una.
Personajes que influyeron en el desarrollo de las
telecomunicaciones
Hay 4 personajes que gracias a sus inventos contribuyeron a la historia de las de las
Telecomunicaciones y de una forma u otra determinaron la evolución de los sistemas
hasta hoy.

Samuel Morse > Telégrafo > 1837


Samuel Finley Breese Morse fue junto con Alfred Vail, el inventor del telégrafo y del
sistema del código Morse.

Alexander Graham Bell > Teléfono > 1876


Alexander Graham Bell fue el inventor del teléfono, aunque en los últimos años ha
habido una gran controversia acerca de la autoría y patente del invento. En el año
2002, el Congreso de Estados Unidos reconoció a Antonio Meucci como el inventor del
teléfono.

Thomas Alva Edison > Fonógrafo > 1878


Thomas Alva Edison fue considerado como uno de los más importantes inventores del
siglo XIX y probablemente de toda la historia patentando más del 1.000 inventos.
Trabajo para compañía telegráfica Western Union y poco después en 1878 invento el
fonógrafo.

Guillermo Marconi > Telegrafía sin hilos > 1895


Guillermo Marconi, gracias al descubrimiento de la radio, permitió la transmisión de
mensajes sin necesidad de cables conductores usando el código Morse.

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