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Matrícula:
2012-13067
Asignatura:
Literatura Dominicana
Facilitador /a:
Bartola García
Tema:
Movimientos Literarios Dominicanos
Fecha de Entrega:
14/11/2020
El Vedrinismo introdujo a la poesía de verso libre a República Dominicana. Vigil Díaz tenía "la
ambición soñar con una prosa poética, musical, sin ritmo ni rima, bastante flexible y bastante trunca
para adaptarse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones del sueño y a los sobresaltos
de la conciencia." La palabra Vedrinismo vino del apellido del aviador francés Jules Vedrin, que
había adquirido fama en Francia por sus piruetas espectaculares. Díaz decía que su estilo de escribir
tenía semejanzas con los actos de Vedrin, para ganar seguidores. Aunque esa explicación del
nombre no tenía mucho que ver con lo que era el movimiento, fue común en los nombres de varios
movimientos artísticos de la época. Díaz no tenía la aspiración de expandir el movimiento, pero
sentía que tenía una "música íntima" que debía expresar. A finales de 1917, Díaz publicó la primera
obra de verso libre en República Dominicana, Arabesco.
Características:
2. El Postumismo
Éste nació en 1921 con el propósito de eliminar a los movimientos literarios de su época. Fue un
movimiento contra el desarrollo vanguardista que había tomado lugar pocos años antes. Los
postumistas buscaban mantener la métrica de la poesía dominicana, y la mayoría de su obra trataba
del paisaje y de la actitud hacia la vida. Querían que predominaran temas nativos sin influencia
extranjera, para apreciar la belleza y la cultura dominicana. Sus figuras principales fueron Domingo
Moreno Jimenes y Andrés Avelino. Uno de las obras más destacados del Postumismo fue Poema de
la hija reintegrada, escrita por Domingo Moreno Jimenes.
Características:
El Postumismo ha sido definido por los mismos postumistas y por sus detractores como
"una actitud del espíritu expresada por medio de un acento emocional, en oposición al
acento periódico".
Se escriben versos de acuerdo con el sentir del escritor y de un modo más natural.
3. La Poesía Sorprendida
La poesía sorprendida surge en octubre de 1943, con la publicación de la revista literaria “La Poesía
Sorprendida “la revista aparece en plena tiranía de Trujillo el cual no permitía la libertad de
expresión, la filosofía de este movimiento era:” estamos por una poesía nacional nutrida en lo
universal, única forma de ser propia; con lo clásico de ayer, de hoy, de mañana.
Los poetas que se destacan en la poesía sorprendida son Franklin Mieses Burgos, Aída Cartagena
Portalatín, Antonio Fernández Spencer, Mariano Lebrón Saviñón, su origen está ligado a los
Triálogos que iniciaron los poetas Alberto Baeza Flores, Domingo Moreno Jiménes y Mariano
Lebrón Saviñón entre 1942 y 1943.
Afirmación de lo dominicano.
Preocupación social.
Crítica a la situación del momento.
Vida en el exilio.
Expresión sencilla.
Uso de dominicanismo (arrimao).
Utilización de versos libres.
Extensión en sus poemas.
Obras y autores
Pedro Mir:
Su poema mas conocido y representativo de los independientes del 40 es: Hay un país en el mundo.
Entre sus poemas más notables y representativos está: Canto triste a la patria bien amada.
5. Los Nuevos
Grupo literario fundado el 5 de marzo de 1935, en La Vega. Sus principales integrantes fueron:
Rubén Suro, Mario A. Concepción, Luis Manuel Despradel, Van Elder Espinal (asesina-do durante
la tiranía de Trujillo), Manuel Batista Clisante, Darío Suro, Arturo Caventi hijo, Julio Cesar
Martínez, Oscar Moya, Manuel Sánchez Acosta, José A. Rodríguez, Mario Bobea Billini y Ramón
A. Espinal. Pero la figura principal, y por quien Los Nuevos pasaron a ocupar un lugar importante
en la historia de la poesía dominicana del siglo XX, fue Rubén Suro.
Los Nuevos, en el que se reunían y participaban en sus actividades, músicos, pintores, periodistas,
escritores e intelectuales veganos. Sin embargo, el provincialismo impidió una mayor proyección
nacional e internacional del grupo debido a que en la República Dominicana la literatura escrita por
los escrito-res provincianos ha sido siempre vista con menosprecio y recelo por los escritores
capitalinos. Directa o indirectamente, Los Nuevos fueron víctimas de ese menosprecio, sobre todo
cuando intentaron su expansión a otras áreas de la geografía nacional. Eso hizo forzó a muchos de
ellos a abandonar el quehacer artístico y, en consecuencia, el grupo se debilitó rápidamente hasta
desaparecer.
Tuvieron su propio medio de difusión llamado, también, Los Nuevos. Primero en forma de
periódico; luego, en formato de revista. Usaron como distintivo un mapa de América que
proyectaba rayos luminosos hacia diferentes lugares. Además, escribieron un conjunto de diez
normas disciplinarias que denominaron Decálogo. El decálogo no fue concebido como la
declaración estética de Los Nuevos. Más bien se trataba de reglamentaciones internas que trazaban
pautas de comportamiento al grupo. Más que un manifiesto, era un documento estatutario. A
diferencia de los postumistas y vedrinista, Los Nuevos revistieron su poesía de una incuestionable
preocupación político-social. Sobre todo, Rubén Suro quien, aun manteniendo en muchos casos la
métrica y la rima tradicionales combatidas por Moreno Jimenes a través de las innovaciones
postumistas, introdujo nuevos matices en la poesía dominicana, particular-mente a la de tema
negro. A pesar de que Los nuevos no llegaron, como los postumistas, a influenciar en las
generaciones que les sucedieron, el matiz social de su poesía marcó el fin del conservadurismo
ideológico de la poesía dominicana de las primeras décadas del siglo XX.
6. La Generación del 48
Se conoce como Generación del 48 en la literatura dominicana al grupo de poetas compuesto por
Máximo Avilés Blonda, Ramón Cifré Navarro, Abel Fernández Mejía, Lupo Hernández Rueda,
Juan Carlos Jiménez, Rafael Lara Cintrón, Alberto Peña Lebrón, Luis Alfredo Torres, Rafael Valera
Benítez, Abelardo Vicioso y Víctor Villegas, que dio a conocer sus primeros escritos en la Sección
Escolar del periódico El Caribe, dirigida por María Ugarte en mayo de 1948. El primero en publicar
fue Máximo Avilés Blonda; luego, Rafael Lara Cintrón, Alberto Peña Lebrón, Abel Fernández
Mejía, Abelardo Vicioso y Lupo Hernández Rueda.
No todos los cuarentiochistas aceptaron el nombre de Generación del 48. Víctor Villegas, por
ejemplo, prefirió el calificativo de Generación Integradora, debido a que el objetivo de éste era
integrar lo dominicano a lo universal. Valera Benítez, entre tanto, sugirió el nombre de Generación
de postguerra, en referencia directa a la Segunda Guerra Mundial que había concluido poco años
antes. El nombre de Generación del 48 fue controversial desde su origen.
7. La Generación del 60
La República Dominicana vivió una situación política muy difícil entre 1961 y 1978. Durante ese
período ocurrieron varios hechos históricos que cambiaron abruptamente el pensamiento político-
social y el curso del quehacer cultural y literario del país. Entre ellos se destacan:
a) la muerte física de Trujillo, que de ningún modo significó la desaparición de la sombra del
tirano,
b) el ascenso de Juan Bosch al poder, en febrero de 1963, y el inesperado golpe militar que lo
derrocó siete meses después,
c) la Guerra de abril de 1965, que dejó como resultado nefasto la segunda ocupación militar
norteamericana en la República Dominicana y,
d) la elección de Joaquín Balaguer como presidente del país, quien fue intolerable con los que
continuaron luchando por los principios libertarios enarbolados por los forjadores de la
Revolución de abril de 1965.
Los acontecimientos políticos ocurridos entre 1961 y 1965 sirvieron para que la juventud de
entonces expresara libremente todo lo que la tiranía trujillista le había impedido decir. La poesía fue
uno de los principales recursos utilizados por esos jóvenes para exteriorizar sus inquietudes
políticas y sociales y para combatir la corrupción que irrumpió en casi todos los rincones de la
sociedad dominicana. El siguiente epigrama del poeta Luis Manuel Ledesma ofrece una idea del
malestar general que sentía el pueblo.
c) El acercamiento a otras líneas poéticas, como los haikus escritos por Alexis Gómez Rosa, José
Molinaza y Rafael Abreu Mejía y,