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Sobre la filosofía de Henri Bergson

Henri Bergson es un autor cuasi desconocido para nosotros a pesar del gran éxito que
tuvo dentro del ámbito intelectual de su época. Se desarrolló como profesor y conferencista en
París, a las cuales charlas asistía gente reconocida, como el poeta español Antonio Machado.
Bergson obtuvo el Premio Nobel de literatura por su obra filosófica, aún sin tener una sola obra
literaria. Hay anécdotas conocidas sobre Bergson que ponen de manifiesto la fama y la buena
reputación de que gozaba; en ocasiones, estando en una barbería popular en el centro de París,
aficionados y seguidores pedían mechones de su cabello para el recuerdo. A pesar de que está
casi en el olvido, Bergson representa un punto de partida importante para pensar los
problemas contemporáneos por su pensamiento enormemente atractivo.

Bergson hace una crítica brutal a la filosofía de su época. Para entonces, la filosofía tenía un
problema grande a finales del siglo 19 y principios del 20: El imparable crecimiento de la
ciencia. Es decir, ¿tenía sentido la filosofía si la ciencia era capaz de explicar el mundo? Bergson
resuelve el problema afirmando que la realidad no se puede comprender totalmente sin una
aproximación filosófica. Pero dicha aproximación debe contar con un método ajustado al
espíritu.

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- No se trata pues, de poner por encima de la ciencia a la filosofía, sino de aclarar que tienen
puntos de vista distintos.

- La ciencia tiene un punto de vista práctico.

- El instrumento de la ciencia es el intelecto.

- El intelecto realiza análisis de lo que observa: observaciones y mediciones del espacio.

- Su reino es la materia, situada en el espacio. La ciencia estudia claramente lo estático.

- El análisis del intelecto está condenado a girar siempre alrededor del objeto y nunca logrará
penetrarlo.

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- Cualquier análisis es reductivo y, por lo tanto, distorsionador.

- Bergson dice que esta realidad que nos presenta la ciencia, no es la realidad auténtica, sino
que es una realidad hecha, quieta.

- La duración es la esencia de la vida. La vida misma es duración. Por lo tanto, la duración es la


realidad misma, pero una realidad hecha, sino una realidad haciéndose.

- La vida es un devenir constante. Constituye un movimiento impredecible.

- La noción de tiempo de Bergson es novedosa. El tiempo real no es el tiempo que dura un carro
en moverse del punto A al punto B.

- El tiempo real no es el del reloj. Porque el reloj no marca la subjetividad del pasado, pero la
conciencia sí.

- Es decir, que no hay distinción entre pasado y presente, sino que hay un pasado que está
amalgamado al presente: son la misma cosa.

- No hay congelación de instantes. Es un eterno fluir.

- La intuición es la solución que encuentra Bergson al problema del método de la filosofía.

- La intuición sirve para acercarse a la realidad de la duración.

- El instrumento de la intuición es el espíritu.

- Por lo tanto, el ejercicio filosófico es necesariamente un ejercicio espiritual.

- Como la intuición es algo instantáneo, individual, personal, es difícilmente comunicable.

- Bergson propone, por lo tanto, que la filosofía no dé definiciones.

- El filósofo debe compartir con los demás lo que ha visto y sentido, por lo tanto, a través de
metáforas literarias.

- "Son tus huellas el camino": el camino no es una idea, sino una experiencia. No hay camino sin
los pasos recorridos.

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- "y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar": el pasado y el
presente coexisten; el pasado está debajo del presente.

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