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ILUSIONES – Richard Bach

Publicado por Nes | Visto 20422 veces

¿El libro sacude conciencias?

«Vino al mundo un maestro nacido en la Tierra santa de


Indiana, criado en las colinas místicas situadas al este de
Fort Wayne.

»El maestro aprendió lo que concernía a este mundo en las


escuelas públicas de Indiana y luego, cuando creció, en su
oficio de mecánico de automóviles…»

Llevo aproximadamente unos 15 años de mi vida esperando


encontrar, cuando doy vuelta a una página más de uno de
los libros que voy leyendo, o una página más de mi vida,
una pluma de color azul…

Ya estamos, pensaréis, ya se le vuelve a ir la «olla» a este


tío, pero ¿es que nunca se cansa?, ¿se medicará? ¿beberá
en demasía? Bueno, la verdad es que tenéis razón en casi
todo, pero no va por ahí el tema… Simplemente os quiero
invitar a hacer un pequeño viaje conmigo esta tarde de
martes, os pido que subáis a la carlinga de este biplano que
es la tarde de hoy, de este dejarme llevar por la corriente
del viento que es mi semana, mi día, mi tarde y la pantalla
de mi ordenador; concretamente un Air Travel 4000, un
viejo modelo de 1929 aproximadamente. De primeras
entiendo que puede asustar, pero os aseguro que está muy
bien conservado y no se va a desplomar en mitad del
vuelo…

Bien, vamos allá, para empezar y antes de despegar, dos


cosas, una, no, no me he olvidado de la pluma, pero ya
volveré a ella más adelante, cuando podáis entender… La
segunda, los hechos que os voy a resumir, comentaros que
ocurrieron, son reales, hace ya unas cuantas décadas, eso
sí, concretamente en la sagrada tierra de Illinois.
Despegamos:

Se me hace difícil una vez más reseñar uno de los libros


que más me ha gustado, bueno, más que gustar, que
recuerdo con más cariño de los que leí hace unos años,
¿cómo convenceros a vosotros, ¡¡oh!! ávidos lectores,
de que lo que a un humilde servidor le pareció maravilloso,
a vosotros os tendría que interesar? Es una pregunta
recurrente que me asalta cada vez que quiero compartir
con esta página uno de mis Libros… Volvemos a lo mismo,
no es un libro al uso de los que se reseñan aquí, aunque
por esta vez, sí que puedo vender algo de historia en su
contenido, por lo menos el contexto, situado en EEUU hace
ya unas décadas (no me preguntéis más… no lo recuerdo),
sumergida la trama en la sencillez de la población rural
americana de hace unos años, cuando todo parecía más
sencillo, cuando se podía aterrizar con un avión en medio
de los campos segados y cobrar a los lugareños, por un
paseo de diez minutos, tres dólares, lo que equivalía a
poder comer ese día… Época de libertad para soñadores, de
pocos peligros, de confianza y de esperanza, una época
pasada, claro, que de eso se trata.

Una vez en situación, y con la esperanza de haber


convencido a la concurrencia de que éste no es un libro de
historia (espero que esta parte Javi se la salte, que si no,
no la publica) vamos con su actor secundario: Dios, o el
Mesías o como queráis llamarlo, de nombre Donald
Shimona, maestro agotado de la gente, uno más, cansado
de que no se le escuche, de que la gente se contente con
que él les solucione los problemas sin hacer nada ellos
mismos para solucionarlos, hastiado del ser humano y sus
carencias, en definitiva, un mesías dimitido que sólo quiere
vivir en paz, volando con su biplano a tres dólares el paseo,
lo justo para poder sobrevivir, aunque no le haga falta ni
eso… Y como actor principal, alguien, quizás uno de
nosotros, ¿por qué no? Llamado Richard, piloto también,
solitario y soñador, inconformista derrotado y que se
deja llevar por el viento cambiante para hacer aterrizar su
biplano, en un campo u otro, con más o menos fortuna a
veces, tranquilo, libre en definitiva.

La interacción entre estos dos personajes, y cómo


ven el mundo uno y otro, es donde radica la importancia
del libro, la contraposición entre la visión del humano y la
del mesías, su aprendizaje recíproco de la humanidad y del
poder…

Bufff, entre explicaciones, excusas y sentimentalismos mal


enfocados ya se me ha ido la mitad de la reseña y aún no
os he dicho de qué va realmente el libro, bueno, perdonad
y sigamos con el vuelo… En un momento de la lectura,
mientras nuestro protagonista escucha a su mesías, a su
maestro, éste le dice que nada es imposible si se desea
realmente; la respuesta es obvia. Así que, si imagino que
quiero algo, y lo quiero de verdad, ¿aparecerá? Prueba…
¿Qué es lo que quieres?, le dice Shimona. Richard le
contesta, pues… una pluma azul.
¿Una pluma?, le dice sorprendido el maestro.
Claro, qué más da, si aparece ya sabré que lo que quiera se
puede cumplir…
Está bien, pues imagínatela cómo tiene que ser…

En ese momento de la lectura, sumergido en la inocencia


de mi edad temprana, pasé una noche entera
imaginándome una pluma azul. ¿Por qué no me iba a
aparecer a mí? Si la deseaba como decía Shimona, también
me aparecería, si no, qué sentido tendría este libro. Al día
siguiente, cuando llegué a casa por la tarde del colegio, fui
a coger el libro para leer un rato y, al abrirlo, cayó sobre mi
regazo una pluma de color azul. El impacto al verla fue
tremendo, me duró unos segundos si cabe, y luego me
puse rojo como un tomate mirando a mi alrededor y
esperando que nadie hubiese visto la expresión de mi cara
al caer la pluma, por suerte estaba solo y pude reflexionar,
tranquilamente… La conclusión se hizo fácil mientras
buscaba un razonamiento a la broma de la pluma…
En estos tiempos en los que andamos, en los que tan de
moda están los libros de autoayuda, el Dónde esta mi
queso o Es fácil dejar de fumar…, os propongo una lectura
de los años setenta, rodeada de un halo mágico, donde
para alcanzar ese grado de autoayuda que se nos propone
actualmente con estos libros, tienes que utilizar la
imaginación, bonito ejercicio por otro lado, algo menos
directo, un fin, donde lo que realmente importa es el
camino recorrido para alcanzarlo…

La pluma, claro está, la encontré, porque alguien la puso


entre las páginas, pero ¿fue por eso, o por que realmente
deseé encontrarla? ¿Es verdad que si se desea algo de
verdad, se consigue, ya sea con tu esfuerzo o con la ayuda
de alguien que te quiere?

Termino, aún guardo la pluma entre las páginas del libro, a


veces se lo dejo a alguien para que lo lea y pueda
encontrar también su pluma azul, es un pequeño acto de
fe, lo sé, por eso le dejo el libro sólo a quien sé que
realmente deseará encontrar esa pluma…
Ahora sí, aterrizamos con una frase sacada del libro:

«¿Y qué haríais -preguntó el maestro a la concurrencia– si


Dios os hablara directamente a la cara y os dijera: OS
ORDENO QUE SEÁIS FELICES EN EL MUNDO
MIENTRAS VIVÁIS? ¿Qué haríais entonces?»

Un Saludo

Reseñado por Nes.

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