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El Abrazo de Acatempan[editar]

Las intenciones de Iturbide, antes de tomar el mando de lo que


después se convertiría en el Ejército Trigarante, han sido tema de gran
debate entre los historiadores de diferentes vertientes históricas.
Mucha de la historia oficial ha afirmado siempre que Iturbide salió
buscando cumplir las órdenes del Virrey Apodaca de destruir el
remanente insurgente al mando de Guerrero. Sin embargo, evidencia
epistolar recientemente descubierta por el historiador Jaime del Arenal
Fenochio, en 2006, demuestra que Iturbide estaba en correspondencia
con Guerrero desde el 26 de noviembre de 1820, y dicha carta hace
referencia todavía a una anterior de Guerrero a Iturbide, donde Iturbide
intenta persuadir a Guerrero de abandonar su causa en términos
civilizados. Esto demuestra que Iturbide, incluso antes de ser puesto al
mando de sus fuerzas militares, buscaba una conciliación con
Guerrero para llevar a cabo su plan para la independencia de la Nueva
España, desmintiendo la creencia de que solo buscó esta alianza una
vez que fue derrotado.

Abrazo de Acatempan, pintado por Hesiquio Iriarte


Iturbide inició su marcha hacia tierra caliente, donde militaban los
restos de la insurgencia. Anteriormente había puesto sobre aviso a los
hombres a su mando de sus verdaderas intenciones de hacer la
Independencia en su país, causa que los militares secretamente
también deseaban. Así comenzó a formarse el Ejército Trigarante. En
su búsqueda de Guerrero, la retaguardia de las fuerzas de Iturbide
sufrió ataques por el jefe insurgente Pedro Ascencio, las cuales fueron
desfavorables para las fuerzas de Iturbide. En las cartas de este
tiempo entre Iturbide y Guerrero, Iturbide le pide al insurgente que deje
su lucha y rinda sus armas, a lo cual se niega Guerrero, aclarando que
solo en caso de que Iturbide jure luchar por la independencia él se
convertiría en su subalterno y militaría a sus órdenes.
Tras nuevos encuentros militares desfavorables a Iturbide quien
buscaba la conciliación, frutos de la lenta comunicación epistolar,
Iturbide y Guerrero entran en acuerdo tras exponerle el primero su
plan para la independencia del país. Ambos mandos deciden
encontrarse, lo que siguió después es materia de debate histórico.
El supuesto encuentro se realizó en la población de Acatempan, el 10
de febrero de 1821, ante las tropas de Iturbide y de Guerrero. Según el
relato de Lorenzo de Zavala, se entabló un breve diálogo entre ambos
caudillos, tras el cual se produjo el abrazo.6Guerrero explicó a sus
soldados la presencia de Iturbide en los siguientes términos:
«"¡Soldados! Este mexicano que tenéis presente es el señor don
Agustín de Iturbide, cuya espada ha sido por nueve años funesta a la
causa que defendemos. Hoy jura defender los intereses nacionales; y
yo que os he conducido en los combates, y de quien no podéis dudar
que moriré sosteniendo la independencia, soy el primero que reconoce
al señor Iturbide como el Primer Jefe de los Ejércitos Nacionales: ¡Viva
la independencia! ¡Viva la libertad!"».7Lucas Alamán desmiente esta
versión. Según él, Iturbide no logró inspirar suficiente confianza en
Guerrero, y este envió en su lugar al teniente José Figueroa, quien
estaba facultado por Guerrero para arreglar todas las condiciones. 8
Los historiadores modernos cuestionan la veracidad del evento
llamado El Abrazo de Acatempan, sugiriendo otros lugares donde
pudo haberse dado el encuentro, que hubiesen sido más favorables
para ambos mandos. Se disputa también si hubo un encuentro
personal entre Guerrero e Iturbide, y en caso de que lo haya habido,
de que el mencionado abrazo haya existido realmente.

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