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Comentarios al X Pleno Casatorio

1.- Introducción. 2:- Exposición de los hechos. 3.- Análisis de las partes considerativa y resolutiva del
fallo. 4.- Comentarios de las reglas fijadas como precedentes vinculantes. 5.- Conclusiones.

Karla Vilela Carbajal.


1.- Introducción.-

En las últimas semanas se han publicado dos nuevos Plenos Casatorios Civiles, lo
cual es una novedad, porque hasta ahora no se habían publicado Plenos Casatorios de
manera consecutiva. De hecho, teniendo en cuenta que los Plenos Casatorios empezaron
a regularse en el CPC de 1993, en los 27 años de vigencia de dicho cuerpo normativo, se
han publicado sólo 10 plenos casatorios; es decir en una media de cada dos años y medio
se ha publicado uno; siendo muy llamativo que en un solo año se publiquen dos y con
muy poco tiempo de distancia.

Otra cuestión es la denominación que se le da a esta figura regulada en el art. 400


CPC, ya que inicialmente en esta norma tenía como sumilla “Doctrina jurisprudencial”,
también es cierto que en el año 2005 se modifica esta norma y, entre los cambios está la
denominación que a partir de ese momento adquiere la sumilla de “Precedente judicial” 1.
Sin embargo, en ambos casos, pese a la sumilla de la norma su contenido hace referencia
a la figura de los plenos casatorios, y es esa la denominación que han venido recibiendo
las diez sentencias que se han dictado en aplicación del art. 400 CPC.

2:- Exposición de los hechos que dan lugar al X Pleno Casatorio.-

2.1.- Demanda: La Sra. Jerónima Rojas Villanueva el 8.03.2013, presenta demanda de


reivindicación solicitando que el demandado Luis Fernando Cuno Quicaña le reivindique
o restituya el predio ubicado en la mz. D E, lotes 11, 12, 27 y 28 del sector Valle Quebrada
Canto Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y Canto Grande (ex Jicamarca), distrito
de San Juan de Lurigancho, antes denominado mz. C O-lote 06, sector el Valle del anexo
22 de la Comunidad Campesina de Jicamarca, con un área de 2500 m2.
Alega ser propietaria del terreno sub litis, mediante escritura pública de compra y venta
de rectificación, aclaración e independización de fecha 18.05.2006, mediante la cual sus
inmediatos transferentes: Jorge Velazco Murillo, Dora Flores Ríos, Carlos Gora
Oscategui y Custodia Ortiz de Velazco, le transfieren el inmueble de 2500 m2,
constituidos por los lotes 11, 12, 27 y 28 de la mz. D E, Valle Quebrada Canto Grande
(sector 2), Quebrada Media Luna y Canto Grande, Distrito de San Juan de Lurigancho,
derivado de la partida 11439305, del Registro de Propiedad Inmueble de Lima,
equivalente al 0.08962 %, parte de un área de mayor extensión de 278.95 ha. Expone
que el demandado viene ocupando el bien materia de Litis.


Doctora en Derecho por la Universidad de Navarra (España). Profesora Asociada a tiempo completo en
la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura (UDEP) en Campus Piura y Lima en cursos de Derecho
procesal en Pre y Post Grado (Maestría y Doctorado). Ex Profesora asociada de la AMAG, ponente en
diversos eventos académicos de Derecho Procesal, autora de los libros “Las nulidades procesales en el
código procesal civil” y “Las nulidades procesales y la sentencia firme” y de diversos artículos académicos.
1
El cambio de la sumilla de la norma fue acertado ya que el término “doctrina jurisprudencial” es sinónimo
de jurisprudencia, y como se sabe, no toda la jurisprudencia es vinculante; en cambio la denominación de
“precedente judicial” sí se refiere a una vinculación a la que se someten todos los órganos jurisdiccionales
y por ello se convierte en una fuente formal del Derecho.

1
En el escrito de subsanación de la demanda la actora manifiesta que el predio sub litis aún
no se encuentra subdividido, ni independizado, por cuanto dicha zona aún se encuentra
pendiente de aprobarse la zonificación de los usos del suelo, y consecuentemente la
habilitación urbana, conforme a la Ordenanza Nº 1081 del 7.10.2007 y Modificatoria Nº
1552 del 5.09.2011 de la Municipalidad de Lima.

2.2.- Contestación de demanda.- Se contesta la demanda presentando como principal


argumento que es falso que el bien inmueble ubicado en la mz. D E, lotes 11, 12, 27 y 28
del sector Valle Quebrada Canto Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y Canto
Grande (ex Jicamarca), Distrito de San Juan de Lurigancho, sea el mismo que el bien
inmueble ubicado en la mz. C O-lote 06, sector el Valle del anexo 22 de la Comunidad
Campesina de Jicamarca, con un área de 2500 m2. Señala que no existe documento que
indique que ambas ubicaciones pertenezcan a un mismo bien físico. Sostiene que es falso
que la demandante haya adquirido el bien inmueble que por derecho le pertenece y que
lo haya adquirido el 18.05.2006, en razón de que la demandante realizó con sus
otorgantes, Jorge Velasco Murillo y otros, anteriormente otro acto jurídico de
compraventa sobre el mismo bien inmueble, de fecha 20.08.2002, en su condición de
dirigente de la Junta de Propietarios Valle Hermoso, secretaria de Organización Prensa y
Propaganda y la Junta de Propietarios Valle Hermoso, a sabiendas de que la Junta de
Propietarios Valle Hermoso no tiene propiedad alguna. También señala que es cierto que
el terreno no se encuentra ni subdividido ni independizado, como lo precisa la propia
demandante en su demanda, así como en el séptimo considerando de la sentencia del
proceso de desalojo, tramitado anteriormente (Exp. No 111-2010). Agrega que la
demandante lo denunció previamente por usurpación y desalojo y en ambos casos no se
le ha dado la razón pues el terreno no se encuentra subdividido ni independizado.
El emplazado afirma que el 23.09.1996 solicita la adjudicación del lote de terreno que
posee ante la Junta Directiva de Jicamarca anexo 22, solicitud que es admitida el
25.09.1996, a mérito de los pagos que realiza por el lote de terreno que posee. El
24.11.1999 se realiza la compraventa entre la Comunidad Campesina de Jicamarca y
Jorge Velasco Murillo y otros, comprometiéndose los compradores a realizar la
subdivisión y partición de las 205.13 ha a favor de los posesionarios. Sin embargo, nunca
se ha realizado ni la subdivisión ni la partición a favor de los posesionarios que venían
ocupando los terrenos desde antes que se realizara tal acto jurídico.

2.3.- Fijación de puntos controvertidos.- Por Resolución Nº 11 del 28.01.2014 se fija


como punto controvertido: “Determinar si procede amparar la demanda de reivindicación
de propiedad a fin de que el demandado cumpla con restituir la propiedad ubicada en la
mz. D E lotes 11, 12, 27 y 28 del Sector Valle Quebrada Canto Grande (sector 2),
Quebrada Media Luna y Canto Grande (ex Jicamarca), distrito de San Juan de
Lurigancho, antes denominado mz. C O-lote 06, sector el Valle del Anexo 22 de la
Comunidad Campesina de Jicamarca, que el demandado viene ocupando”.

2.4.- Sentencia de primera instancia.- Declara infundada la demanda, señalando en su


decimoprimer considerado que la actora no ha cumplido con acreditar con medio
probatorio alguno que la propiedad materia de litis, mz. C O-lote 06, sector el Valle del
anexo 22 de la Comunidad Campesina de Jicamarca, sea la misma que aparece en la
escritura pública de compra y venta de rectificación, aclaración e independización del
18.05.2006 y que posteriormente se le haya dado la nueva denominación mz. D E lote 11,
12, 27 y 28 del sector Valle Quebrada Canto Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y
Canto Grande (ex Jicamarca), Distrito de San Juan de Lurigancho.

2
Además en su considerando decimosegundo expresa, que si bien la demandante pretende
acreditar la dualidad de nomenclatura de los lotes objeto de Litis adjuntando copia del
plano y Resolución subgerencial N.o 009-2013-SGHU-GDU/MDSJL del 18.01.2013, y
con la memoria descriptiva; el A quo concluye que los primeros no hacen referencia
alguna sobre la dualidad de denominación del lote materia de litis, por lo que no aportan
nada para el esclarecimiento en cuestión, y respecto a la memoria alegada, concluye que
este constituye un documento privado al no encontrarse visado por la autoridad
competente, por lo que carece de fuerza probatoria para desvirtuar el mérito de la escritura
que adjunta como prueba la actora, así como los demás instrumentos públicos analizados.

2.5.- Sentencia de segunda instancia.- Resuelve revocar la sentencia del A quo y


reformándola la declara improcedente señalando en el decimoséptimo considerando que
tras la evaluación de los planos perimétricos y de ubicación, así como de la Resolución
subgerencial de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho no se advierte de tales
documentos que ambas direcciones se traten de un mismo predio, ello en tanto no se
sustenta con pruebas adicionales, como una pericia técnica, que, evaluando los
antecedentes registrales, haya podido establecer la indicada identidad. Y en el vigésimo
considerando el Ad quem manifiesta que no se ha acreditado la identificación concreta
del bien ocupado por el demandado, y que ello debería efectuarse previamente a la
interposición de una demanda de reinvindicación, por lo que el caso de autos se advierte
una causal de improcedencia por falta de interés para obrar.

2.6.- Recurso de casación.- La demandante interpone este recurso por las causales de:
- Infracción normativa del Art. 139, inc. 3 y 5 de la Constitución Política (CP), alega
que en el presente caso el demandado en los fundamentos de hecho de su contestación de
demanda reconoce la existencia del predio materia de litis e incluso en su fundamento
fáctico vigésimo argumenta que el «[...] bien inmueble le pertenece por haberlo adquirido
el 18.05.2006 [...]», hechos que han sido recogidos en la sentencia de primera instancia
(décimo considerando), de lo que se verifica la existencia definida del inmueble materia
de litis, por reconocimiento de la existencia física del bien, con la descripción física del
mismo. Y que siendo así, el argumento de los considerandos decimoquinto y vigésimo de
la sentencia de vista tienen una deficiente motivación externa, vulnerando así el inc. 5 del
Art.139 CP, que es una garantía al debido proceso”. Concluye argumentando que, si bien
es cierto que aparentemente se haya motivado la sentencia de vista esta, es incongruente
a la naturaleza del proceso en clara transgresión de las normas vigentes.
- Infracción normativa de los Arts. 949 y 2022 del Código Civil (CC), señala que el
solicitarse los antecedentes registrales para demostrar el tracto sucesivo, es contrario a los
considerandos decimotercero, decimonoveno y principalmente a lo dispuesto por el
artículo 949 del CC que establece que no es obligatoria la inscripción en el Registro de
Propiedad Inmueble y que esa inscripción no tiene carácter constitutiva sino meramente
declarativa. Solo tratándose de predios inscritos se hace necesario que el adquiriente
inscriba su titularidad, pues de no hacerlo el anterior titular que aún tiene derecho inscrito
podría realizar actos de disposición y si el nuevo adquiriente inscribe su derecho el primer
adquiriente no podrá oponer su derecho según el Art. 2022 CC.
- Infracción normativa del Art. VII del TP del CPC, porque el demandado
controvierte la demanda alegando tener derecho a la propiedad; surgiendo así la un
concurso de derechos reales, que fue advertido por la Sala Superior en vía de apelación
de sentencia, pero lejos de analizar y compulsar los títulos para establecer y decidir en el
mismo proceso cuál de ellos prevalece, el colegiado emite una sentencia inhibitoria, alega
que «el juez pudo resolver la controversia de fondo, fundándose en hechos que han sido

3
alegados por las partes», vulnerando la aplicación del Iura novit curia.
- Infracción normativa del Art. 194 del CPC, porque las instancias de mérito han
sostenido que la existencia de las denominaciones del predio no les ha generado certeza
ni convicción respecto a la identificación del predio a efectos de determinar el área
materia de reivindicación, por lo que era de vital importancia que el juez, siendo director
del proceso, debió hacer uso de la facultad discrecional conferida en el Art. 194 CPC y
disponga la realización de inspección judicial y el peritaje correspondiente con la
finalidad de establecer la verdad jurídica objetiva, y evitar una sentencia inhibitoria. Esa
inaplicación es una causal de omisión contraria al inc. 3 del Art. 139 CP, que determina
la nulidad insubsanable a tenor de lo previsto del Art. 171 CPC.
- Infracción normativa del Art. 197 del CPC, ya que es obligación del juez valorar en
forma conjunta y razonada todos los medios de prueba. Así, ninguna prueba podrá ser
valorada en forma aislada ni en forma exclusiva sino en su conjunto, ya que solo teniendo
una visión integral de los medios probatorios se puede obtener la verdad, que es el fin del
proceso. Cuestiona que tanto las sentencias de primera y segunda instancia, ha sido
rechazado el medio probatorio (documento privado) por no estar visado por la autoridad
competente, pese a que el demandado nunca cuestionó su valor probatorio.

3.- Análisis de las partes considerativa y resolutiva del X Pleno Casatorio.-

Antes de analizar las partes considerativa y expositiva del Pleno, se debe


mencionar que este Pleno tiene un sesgo dogmático al punto tal que el 90% del texto del
mismo corresponde a un estudio doctrinal de la prueba de oficio. Ello no es propio de un
Pleno Casatorio porque a los órganos jurisdiccionales les corresponde fijar jurisprudencia
y no doctrina. Lo que justificaría el uso de la doctrina es su utilización como fundamentos
de los considerandos, sin embargo ello no ha sucedido en este Pleno porque, como se
observará, en ninguno de los considerandos se ha utilizado fuente doctrinal.

3.1.- Parte considerativa.-


Primer considerando: En él se define al derecho a la propiedad y su reconocimiento y
protección en los arts. 923 y 927 CC; así como en los arts. 2, incisos 8 y 16, y 70 CP, lo
cual es un acierto. Afirma que la reivindicación implica la restitución del bien a su
legítimo propietario y para su procedencia debe existir siempre un examen sobre el
derecho de propiedad de la parte accionante, dado que la acción reivindicatoria persigue
que sea declarado el derecho y que, en consecuencia, le sea restituida la cosa sobre la cual
recae. Concluye, por lo tanto, que la reivindicación implica, de manera inseparable, el
reconocimiento del dominio y la restitución de la cosa a su propietario.
Esto se considera correcto puesto que la restitución opera a favor del propietario, con lo
cual el demandante debe ser el legítimo propietario y lo ha debido de acreditar de manera
plena, por lo que no sería necesario, por ejemplo, acumular la pretensión de desalojo.

Segundo considerado: Se hace referencia a una serie de sentencias de la Corte Suprema,


en donde de manera reiterada y uniforme se han señalado los elementos que deben
concurrir para el ejercicio de la acción reivindicatoria, los cuales son: a) que se acredite
la propiedad del inmueble que se reclama; b) que el demandado posea la cosa de manera
ilegítima o sin derecho a poseer; y, c) que se identifique el bien materia de restitución.
Al respecto, el criterio jurisprudencial recogido es correcto ya que incluye los tres
aspectos básicos en torno a la acción reivindicatoria: 1) que haya un propietario 2) que
quiera recuperar la posesión de 3) un bien plenamente identificado.

4
Tercer considerando: La Sala Suprema sólo resume los principales argumentos que
expusieron las instancias anteriores y así recopila que “para el Ad quem «evaluados los
planos perimétricos no se advierten que acrediten que ambas direcciones se trate del
mismo predio, ello en tanto que no se sustenta con pruebas adicionales como una
pericia técnica que, evaluando los antecedentes registrales, haya podido establecer la
indicada identidad», señalando también que «si bien el A quo tiene una facultad como es
la establecida en el artículo 194 del Código Procesal Civil, tal situación no puede llevar
a que sustituya a una de las partes en su actividad probatoria»2, así como también
advirtió que la actora no adjuntó la partida electrónica 11439305, empero, de la copia del
asiento C00296 que corre en autos, se advierte que los vendedores en la escritura pública
que sustenta el derecho de la actora, adquirieron un porcentaje (27.895 %) de los derechos
y acciones sobre la totalidad el inmueble sin que se precise o se encuentre delimitado
dicho porcentaje de la totalidad del bien así como si en dicho porcentaje se encuentre el
predio materia de autos; y, por último, concluye el Ad quem que en el proceso no se ha
acreditado uno de los elementos que se requieren para la reivindicación (identificación
concreta del bien ocupado por el demandado)”.
El análisis de estos argumentos los Supremos lo realizan en el considerando siguiente,
por lo que aquí no corresponde comentar nada pues sólo es un considerando recopilatorio
de argumentos de las instancias anteriores.

Cuarto considerando: Aquí los Supremos cuestionan que el Ad quem, pese a advertir la
deficiencia probatoria respecto de la identificación plena del bien materia de litis no usó
la facultad excepcional prevista en el art. 194 CPC, sobre la prueba de oficio, y con ello
dejó de tener la oportunidad de determinar con certeza la verdad de los hechos
controvertidos y tener mayores elementos probatorios que le permitan decidir la
controversia con mayor solvencia y objetividad resolver el conflicto con una mejor
cercanía a la verdad de los hechos. Sobre este argumento de los Supremos se volverá más
adelante ya que ha sido fijado como una de las reglas vinculantes de la aplicación de la
prueba de oficio. Pero como se podrá ve, si bien los Supremos reconocen que el uso de la
prueba de oficio es una facultad excepcional, cuestionan que los jueces superiores no la
hayan aplicado al advertir una deficiencia en los medios probatorios que aportaron las
partes durante el proceso. Entonces pareciera que para los Supremos, aunque afirman que
la aplicación de la prueba de oficio es una facultad excepcional, más bien la conciben
como una obligación de los jueces el aplicar la prueba de oficio cuando los medios
probatorios que aportan las partes sean insuficientes para causar convicción en el juez.
Asimismo, en este punto los Supremos critican que la Sala Superior emita una sentencia
inhibitoria por una causal no prevista en el art. 427 CPC, ya que el hecho de no haber
identificado el bien materia de reivindicación, no es una causal para declarar
improcedente la demanda. Aunque inicialmente se coincide con lo expresado por los
Supremos, tras un análisis más detenido de lo argumentado por el Ad quem, la falta de
identificación del bien impide determinar lógicamente al propietario del mismo, porque
si no hay bien, no hay propietario. Por lo tanto, aunque la redacción del argumento de la
Sala Superior es infortunada, sí contiene en realidad una causal de improcedencia de la
demanda ya que el inc. 1 del Art. 427 CPC sanciona con improcedencia de la demanda
cuando el demandante carezca evidentemente de legitimidad para obrar.

Quinto considerando: Los Supremos recuerdan que la facultad de la prueba de oficio


también puede ser empleada por la Sala Superior en apelación, de tal manera que no se
necesita anular la sentencia y disponer que sea el a quo quien realice la actividad
2
Negrita, subrayado y cursiva originales.

5
probatoria complementaria, que consistiría en identificar correctamente el inmueble sub
litis, siendo la Sala Superior la que debe realizar esta tarea, con la participación del juez
superior menos antiguo, si se trata de una prueba que no es de actuación inmediata.
Al respecto se está de acuerdo y es que además de que el Superior tiene la misma
responsabilidad de brindar tutela judicial efectiva a todos los justiciables, y para ello es
necesario dar solución efectiva al conflicto, por lo que una sentencia inhibitoria o con
efectos de reenvío por anulación no da una respuesta sobre la solución del conflicto en
concreto. Es de público conocimiento el abuso de los jueces de segunda instancia en el
empleo de las facultades anulatorias y con ello evaden su obligación de pronunciarse
sobre el fondo. Incluso a nivel interno el propio Consejo Ejecutivo del Poder Judicial
expidió la Resolución Administrativa Nº 347-205-CE-PJ del 24.11.20143 en donde
prohíbe a los superiores el abuso del poder anulatorio, y ello porque la nulidad de los
actos procesales debe ser la última ratio, es decir sólo hay que anular si es que se ha
causado indefensión4, pero el solicitar una prueba de oficio no afecta el derecho de
defensa de las partes pues en toda la actividad probatoria, incluida, la prueba de oficio,
está regulada por el principio del contradictorio.

Sexto considerando: Los Supremos mencionan los medios probatorios que el Ad quem
hubiera podido solicitar en virtud de los arts. 194 y 51.2 CPC, tales como: a) inspección
judicial y dictamen pericial a fin de determinar cuál es el área que ocupa el demandado;
b) informe a la Municipalidad sobre si el bien ubicado en la mz. D E lote 11, 12, 27 y 28
del Sector Valle Quebrada Canto Grande (sector 2), Quebrada Media Luna y Canto
Grande (ex Jicamarca), Distrito de San Juan de Lurigancho, es el mismo que el bien
inmueble ubicado en mz. C O- Lote 06, Sector el Valle del Anexo 22 de la Comunidad
Campesina de Jicamarca, de 2,500 m2, ello porque ambas partes pagan el HR y PU de
los referidos lotes; c) copia literal completa y actualizada de la partida 11439305 de los
Registro Públicos de Lima donde está inscrita el bien materia de litis; d) informe a los
Registros Públicos para determinar la existencia de superposición de inmuebles.
Aquí se considera que estos medios probatorios son a título enunciativos porque en virtud
del principio de independencia judicial5 nadie puede ordenarle al juez cómo debe realizar
una actuación judicial ni mucho menos indicarle los medios probatorios que se requieren
actuar en un proceso. No se puede olvidar que las instancias en el Poder Judicial se
establecen en razón a las distintas funciones que cumplen en la administración de justicia
y no en razones de jerarquía o subordinación de unos órganos jurisdiccionales sobre otros.

Séptimo considerando: Los Supremos consideran que en el caso se configura una


vulneración al derecho al debido proceso, tutela judicial efectiva y motivación, previstos
en el artículo 139.3 y 5 CP, ya que, por un lado, la decisión se ha sustentado en una causal

3
Consultar esa resolución en el siguiente enlace:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/de3f6d004ad25983a8d8ef9fbee0220e/RA_347_2015_CE_PJ+-
24_11_2015.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=de3f6d004ad25983a8d8ef9fbee0220e
4
Vilela Carbajal, Karla. Las nulidades procesales en el Derecho procesal civil, Instituto Pacífico, Lima,
2015, p. 106 y Nulidades procesales civiles y Sentencia firme, Palestra editores, Lima, 2007, p. 48 y ss.
5 MORENO CCANCCE, Ricardo. Independencia funcional: requisito esencial del perfil del juez. En
https://www.derechoycambiosocial.com/revista009/independencia%20del%20juez.htm. El autor para
fines didácticos, visualiza a la Independencia del poder judicial en:
1.- INDEPENDENCIA INTERNA o FUNCIONAL: a.- frente a sus superiores. b.- frente a los órganos
disciplinarios. c.- frente a la legislación. d.- frente a las partes
2.- EXTERNAMENTE u ORGANICA: a.- frente a los otros Poderes del Estado. b.- frente a los medios
de información colectiva. c.- frente al conglomerado social. d.- frente a ideologías antidemocráticas

6
de improcedencia no establecida en la norma y de otro lado, porque el juez definió la
controversia sin haber hecho uso del poder probatorio establecido en el art. 194 CPC que
le hubiera permitido incorporar nuevos elementos de prueba de forma complementaria a
la actividad probatoria de las partes y resolver el caso con mayor solvencia y objetividad.
Al respecto, varias cosas a comentar. Primero porque se considera que sí hubo una
indebida motivación ya que la decisión se habría sustentado en una causal de
improcedencia por falta de interés para obrar, pero como se dijo anteriormente el hecho
de que no se haya individualizado el bien determina que no se tendría legitimidad en este
proceso y el art. 427 inc. 1 CPC establece que la demanda será declarada improcedente
cuando el demandante carezca evidentemente de legitimidad para obrar.
Otra cuestión es que en este considerando se establece que se vulnera el art. 139 inc. 3,
porque al vulnerarse el Derecho a probar se vulnera una garantías del debido proceso. El
Colegiado Supremo habla de “un poder probatorio establecido en el art 194” concordante
con en el cuarto considerando de la misma sentencia donde se afirmó que lo regulado en
el art. 194 era “una facultad excepcional”. Pero ¿realmente se está considerando que sea
una facultad cuando están anulando la resolución del Ad quem?. Mas bien pareciera que
aunque los Supremos hablen de un poder o facultad, lo están considerando como un deber.
Porque si para los Supremos fuera una facultad, entonces se respetaría que el uso de dicha
“facultad” dependerá de la discrecionalidad del órgano quien decidirá si la utiliza o no;
sin embargo por no haber usado esa “facultad” los Supremos sancionan con nulidad la
resolución del ad quem y como se verá más adelante, ordenan que la Sala Superior expida
un nuevo fallo, lo que se verá es algo también inexacto.

3.2.- Parte resolutiva.- Declaró fundado el recurso de casación y nula la sentencia de


vista y ordenaron que la Sala Superior emita nuevo fallo, cumpliendo las consideraciones
expuestas en la sentencia casatoria.
Teniendo en cuenta la naturaleza anulatoria del Recurso de casación6 no llama la atención
que el efecto, tras ser declarado fundado el recurso, sea el anulatorio. Pero al respecto es
necesario precisar que el recurso de casación tuvo cinco causales por las que se interpuso,
todas ellas de infracción normativa, pero de distintas normas, sustantivas y procesales. Y
la sentencia de casación sólo se pronunció sobre una de las infracciones normativas de
norma procesal en su parte considerativa y no dijo nada en la parte resolutiva; y ello es
importante porque los efectos de la sentencia de casación varían según el tipo de causal
haya sido declarado fundado el recurso de casación según lo establece el art. 396 CPC.
No se estableció en la parte resolutiva de la sentencia de casación porqué causal(es) había
sido declarado fundado, lo cual es un error grave. Ahora bien, analizando la parte
considerativa se aprecia en el considerando sétimo que se considera que se ha vulnerado
el art. 139 inc. 3 y 5 CP; es decir que ampararían la primera causal del recurso de casación
planteado por la demandante, que al ser una causal de infracción de norma procesal que
produjo una afectación al debido proceso, tendrá como efecto el casar la sentencia
impugnada, y adicionalmente, tal como lo regula el art. 396 CPC se deben de fijar
alguno(s) de los siguientes efectos: 1) Ordena a la Sala Superior que expida una nueva
resolución; o 2) anula lo actuado hasta la foja que contiene la infracción inclusive o hasta
donde alcancen los efectos de la nulidad declarada, y ordena que se reinicie el proceso; o
3) anula la resolución apelada y ordena al juez de primer grado que expida otra; o 4) anula
la resolución apelada y declara nulo lo actuado e improcedente la demanda.

6
Etimológicamente "casación" proviene de la forma verbal latina cassare "que significa casar, abrogar,
derogar, anular o deshacer”. ESPINOSA SOLÍS DE OVANDO, Alejando. De los recursos procesales en
el Código de Procedimiento Civil, 6a ed., Ed. Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1985, p. 73

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De todos esos efectos el Pleno optó por el primero, es decir ordenó que la Sala Superior
expida una nueva resolución, pero ¿era ese efecto el correcto’?. Aquí se concluye que no
fue lo correcto puesto que si el vicio fue la no utilización de la facultad de la prueba de
oficio, esa actividad no se realiza en la propia sentencia de segunda instancia, sino que se
debe realizar antes de la emisión de la sentencia de segunda instancia, es decir, durante la
tramitación de la segunda instancia; incluso el propio Pleno en el considerando quinto ha
establecido que el Juez de segunda instancia también puede utilizar la facultad prevista
en el art. 194 CPC, por ello aquí se considera que lo correcto era establecer como un
efecto adicional a “casar” la sentencia de vista, lo previsto en el inc. 2 del art. 396 CPC,
es decir “anular lo actuado hasta la foja que contiene la infracción inclusive o hasta donde
alcancen los efectos de la nulidad declarada, y ordena que se reinicie el proceso;”. Ahora
bien, ¿cuál sería ese momento en el trámite de segunda instancia donde el Juez de segunda
instancia haría uso de la facultad de solicitar una prueba de oficio?. La respuesta sería
antes de la audiencia de la vista de la causa, para que las partes puedan tener la
oportunidad de plantear el contradictorio durante esa audiencia.

4.- Análisis de las reglas fijadas como precedentes vinculantes.-

En este Pleno se fijan doce reglas sobre la prueba de oficio en el proceso civil y ello se
justifica en la diversidad de criterios que sobre ese tema existían en la Corte Suprema.
Asimismo se establece que estas reglas se aplicarán de manera supletoria a los
ordenamientos procesales no penales (contencioso administrativo, proceso laboral,
proceso constitucional y en asuntos de familia), siempre que sean adecuadas a la búsqueda
de la verdad y no sean contrarias a las reglas especiales que las regulan.

4.1.- Primera regla: “El artículo 194 del Código Procesal Civil contiene un enunciado legal que confiere
al juez un poder probatorio con carácter de facultad excepcional y no una obligación; esta disposición legal
habilita al juez a realizar prueba de oficio, cuando el caso así lo amerite, respetando los límites impuestos por el
legislador”.

Esta regla el Pleno Supremo la ha sostenido en los considerandos cuarto y sétimo de la


sentencia. Pero como ya se dijo anteriormente aunque los Supremos consideren y afirmen
de manera expresa que la prueba de oficio es un poder o facultad, aquí se expresa que lo
están considerando como un deber. Porque si para los Supremos fuera una facultad,
entonces se respetaría que el uso de dicha “facultad” dependerá de la valoración y
discrecionalidad del órgano quien decidirá si la utiliza o no; sin embargo por no haber
usado esa “facultad” los Supremos sancionan con nulidad la resolución del ad quem. Es
decir, si se cumplen con las condiciones del uso de esta facultad, sí o sí se debe de aplicar
no habiendo posibilidad de que no se aplique.
Es más, de manera directa este Pleno está modificando una disposición expresa contenida
en el propio art. 194 CPC que establece en su tercer párrafo que “En ninguna instancia o
grado se declarará la nulidad de la sentencia por no haberse ordenado la actuación de las
pruebas de oficio”. Y eso es correcto pues “Si partimos por reconocer que las nulidades
se justifican en la medida que causen agravio, no se podría entender ¿dónde aparece
materializado el agravio, cuando el juez de primera instancia, convencido con las pruebas
aportadas al proceso, declara el derecho?. Si para el revisor el sustento probatorio es
insuficiente, para su propia convicción, que lo corrobore con su propia actuación en la
instancia de revisión, recién allí podrá verificar la certeza de lo declarado y confirmar lo
decidido, o caso contrario, revocar y reformar lo resuelto”.7

7
LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Comentarios al Código procesal civil, tomo I, Gaceta Jurídica, Lima

8
Otra cuestión que surge es ¿a través de un Pleno Casatorio se puede modificar una norma
expresa?. La respuesta es no, y es que TODOS los jueces se encuentran vinculados a la
ley, en virtud del principio de legalidad y no pueden resolver sin respetarla, más aún
cuando la norma tiene un texto expreso de fácil comprensión y aplicación.

Ahora bien, este uso necesario de la prueba de oficio del juez, tal y como lo establece el
Pleno, ¿cómo se concuerda con lo establecido en el art. 200 CPC que establece que “Si la
parte no acredita con medios probatorios los hechos que ha afirmado en su demanda o
reconvención, estos no se tendrán por verdaderos y su demanda será declarada
infundada”. Si bien es cierto el Juez no es un convidado de piedra, el art. 194 CPC ha
establecido unos parámetros para que se pueda aplicar la prueba de oficio, siendo uno de
ellos, que los medios probatorios que el Juez va a incorporar de oficio hayan sido citados
por las partes. Y ese requisito no ha sido cumplido en este Pleno Casatorio y tampoco hay
ningún considerando en donde se explique el por qué no sería exigible.

4.2.- Segunda regla: “El juez fijará los puntos controvertidos con precisión y exhaustividad. Los cuales no
deben ser una mera descripción de las pretensiones procesales postuladas en el proceso”.

Aquí hay acuerdo con la adopción de esta regla, ya que de manera equivocada la gran
mayoría de los jueces fijan como puntos controvertidos las pretensiones. Y los puntos
controvertidos no son las pretensiones, sino los hechos o circunstancias fácticas sobre los
cuales las partes no llegan a estar de acuerdo sobre su existencia o inexistencia. Las
pretensiones son la exigencia de subordinación del interés ajeno al propio y entre sus
elementos, está la causa petendi que está formada por los fundamentos de hecho y
derecho. Y es necesario fijar sobre qué hechos hay divergencia entre las partes porque
sobre esos hechos es que recaerá el material probatorio, de allí la importancia y necesidad
de determinar de manera correcta los puntos controvertidos.

4.3.- Tercera regla: “El juez de primera o segunda instancia, en el ejercicio y trámite de la prueba de oficio
deberá cumplir de manera obligatoria con los siguientes límites: a) excepcionalidad; b) pertinencia; c) fuentes de
prueba; d) motivación; e) contradictorio; f) no suplir a las partes; y, g) en una sola oportunidad”.

Es conveniente que se fijen límites a la actuación de la prueba de oficio. Sobre todo


cuando esos límites no constan de manera expresa en el texto normativo, como lo es que
se practique en una sola oportunidad. Pero llama la atención que esta regla no contenga
los límites que sobre esta facultad están recogidos de manera expresa, como por ejemplo
que la fuente de prueba haya sido citada por las partes. La regla solo establece como límite
la fuente de prueba, pero no dice más. Al respecto es necesario diferenciar entre fuente y
medio de prueba, las fuentes de prueba “son los elementos que existen en la realidad”,
mientras que los medios “están constituidos por la actividad para incorporarlos al
proceso”; la fuente es “un concepto metajurídico, extrajurídico o ajurídico, que
corresponde forzosamente a una realidad anterior y extraña al proceso”, en tanto que el
medio “es un concepto jurídico y absolutamente procesal”; la fuente “existirá con
independencia de que se siga o no el proceso”, en cambio el medio “nacerá y se formará
en el proceso”; en fin, la fuente es “lo sustancial y material”, y el medio es “lo adjetivo y
formal” 8. “Hay ciertas fuentes de prueba que a su vez son medios de prueba, como los
documentos públicos o privados reconocidos, por lo que no requieren otro elemento
complementario para su corroboración, pues ese registro puede advertirse de modo

2008, p. 699.
8
SENTIS MELENDO, Santiago. La prueba, Los grandes temas del Derecho probatorio, Ejea, Buenos
Aires, 1979, pp. 141, 142, 144, 150, 151, 156.

9
inmediato por los conocimientos que se tienen regularmente”9. Entonces como se ve el
límite referido a la fuente de prueba resulta incompleto y por sí mismo no dice nada.

También merece comentario el último límite referido a que el Juez puede pedir en una
sola oportunidad la actuación de la prueba de oficio. Si bien ello va en línea con la
excepcionalidad de este mecanismo, no queda claro si esa única oportunidad es por Juez
o instancia o si es por proceso. Se es de la opinión que si el Aquo practicó la prueba de
oficio, el Juez revisor también podría ordenar la actuación de la prueba de oficio porque
el tema de la valoración de la prueba es independiente en cada instancia.

4.4.- Cuarta regla: “El contradictorio, en la prueba de oficio, puede ser previo o diferido y se ejerce por
las partes de forma oral o escrita, dependiendo de la naturaleza del proceso”.

Lo primero a decir sobre esta regla es que el contradictorio ya estaba fijado como límite
de la prueba de oficio en la tercera regla, porque es lo que garantiza el derecho de defensa
que es una garantía del debido proceso. Y para que funcione como garantía el
contradictorio debe ejercerse antes de que el medio probatorio se convierta en prueba. Por
eso es que no se entiende cuando el texto de esta regla dice que “el contradictorio puede
ser previo o diferido”, ¿previo o diferido a qué acto o momento procesal?, aquí se entiende
que ese momento es la audiencia de pruebas, y por lo tanto si es después de la audiencia
de pruebas o de la audiencia preliminar se tendrá que programar una audiencia
extraordinaria, pero siempre tendrá que ser antes de la emisión de la sentencia.
Se entiende que el contradictorio al que se refieren la tercera y cuarta regla está referido
al que se requiere para que las partes puedan debatir no sólo sobre el posible resultado
que el medio probatorio que ha sido admitido de oficio cause al interior del proceso, sino
que también incluye la posibilidad de que la(s) parte(s) puedan cuestionar la decisión del
juez de incluir un medio probatorio de oficio. Analizando esta posibilidad es que se
considera que esta cuarta regla plantea un problema porque el cuestionamiento que la(s)
parte(s) quieran hacer sobre la decisión del Juez de incluir una prueba de oficio, no puede
hacerse después de la incorporación de la misma, por eso no se entiende en ese supuesto
a qué espacio “diferido” estaría haciendo referencia la norma.

4.5.- Quinta regla: “En primera instancia, si el proceso es escrito, el juez podrá utilizar las pruebas de
oficio al terminar la práctica de las pruebas admitidas, excepcionalmente antes de la sentencia; en los procesos
sujetos a oralidad se hará en la audiencia preliminar, excepcionalmente en la audiencia de pruebas”.

Esta regla se considera complementaria a la anterior, ya que establece en qué momento


el Juez puede utilizar las pruebas de oficio, que era la cuestión que surgía en el análisis
de la regla anterior. Por lo tanto, perfectamente la cuarta y quinta regla se hubieran podido
condensar en una única regla. Rescatando que en esta regla se está recogiendo el aspecto
novísimo de la oralidad en los procesos civiles.

4.6.- Sexta regla: “Cuando el medio de prueba es extemporáneo o no fue admitido por declaración de
rebeldía, el juez de primera o segunda instancia deberá analizar su pertinencia y relevancia, y evaluar su admisión
oficiosa; el mismo tratamiento debe darse al medio de prueba declarado formalmente improcedente y no haya
mediado apelación”.

Lo regulado en esta sexta regla llama la atención ya que establece supuestos donde se
podría practicar la prueba de oficio pero la cuestión que surge aquí es ¿acaso en todos
esos supuestos el Juez no estaría suplantando a las partes que no actuaron diligentemente
en el proceso y por eso ofrecieron extemporáneamente sus medios probatorios, o que no

9
LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Op. cit. p. 697.

10
contestaron a tiempo la demanda y por eso fueron declarados rebeldes o que no apelaron
una resolución que no admitió un medio probatorios ofrecido por ellos?. Y no se puede
olvidar que la tercera regla estableció como límite de la prueba de oficio no suplir a las
partes; por lo que aquí se considera que los supuestos contenidos en esta regla no son
correctos y se estaría vulnerando el principio de preclusión y de seguridad jurídica.

4.7.- Séptima regla: “El juez podrá evaluar la necesidad de incorporar de oficio las copias certificadas,
físicas o virtuales de los procesos judiciales o procedimientos administrativos conexos vinculados con la
controversia y con incidencia directa en el resultado del proceso”.

No se entiende la inclusión de esta regla porque ya se encuentra regulada de manera


expresa la posibilidad de usar como medios probatorios expedientes administrativos y
judiciales concluidos y en trámite 10. Aquí se está diciendo que esos expedientes podrán
ser incorporados en copias certificadas físicas o virtuales, lo cual no es ninguna novedad.

4.8.- Octava regla: “La Sala Superior en la resolución que programa la vista de la causa indicará la
posibilidad de prueba de oficio, sometiéndola al contradictorio en la audiencia de vista de la causa y tomando la
decisión en ese acto. Si el medio de prueba es de actuación diferida, esta estará a cargo del juez superior de menor
antigüedad”.

Este tema ya se comentó cuando se analizó la cuarta regla, por lo que se considera que
ambas reglas se hubieran podido integrar en una sola. Esta regla absuelve parcialmente la
cuestión que surgía respecto a la posibilidad de que la(s) parte(s) pudiera cuestionar la
decisión del Juez de incluir una prueba de oficio. Y establece que si el medio probatorio
no se puede actuar en la misma audiencia de la vista de la causa, se hará en momento
posterior y estará a cargo del juez superior menos antiguo.

4.9.- Novena regla: “Cuando proceda la apelación contra la resolución que ordena prueba de oficio se
concederá sin efecto suspensivo y con la calidad diferida. En segunda instancia, el cuestionamiento a la prueba
de oficio podrá ser alegada como argumento en el recurso de casación, cuando sea viable postular este recurso”.

Sí era necesaria esta regla ya que el Art. 372, segundo párrafo establece que cuando el
CPC no haga referencia al efecto o a la calidad en que es apelable una resolución, esta es
sin efecto suspensivo y sin la calidad de diferida. Y como se ve la regla establece que la
apelación sea sin efecto suspensivo pero con la calidad de diferida, lo cual tiene sentido
puesto que habría que esperar el resultado de la sentencia y solo si ésta es desfavorable y
por ello apelable, el Superior recién verá la apelación de la resolución en la que el A quo
dispuso la actuación de la prueba de oficio.
Con respecto a que el cuestionamiento a la prueba de oficio puede ser alegado en el
recurso de casación, se considera que esta regla puede ocasionar problemas porque en
casación no se ven cuestiones relativas a los hechos, sino sólo cuestiones de derecho.

4.10.- Décima regla: “En los procesos relacionados con derechos reales, el juez puede utilizar
especialmente como prueba de oficio: i) inspección judicial en el bien materia de debate; ii) prueba pericial para
identificar correctamente el inmueble, su ubicación, sus dimensiones, numeración, colindancias, superposiciones,
entre otros; iii) documentos consistentes en a) partida registral y/o título archivado del bien emitido por Registros
Públicos o registro análogo; b) certificado catastral expedido por SUNARP donde precise que el predio no está
inscrito independientemente ni que pertenece a uno de mayor extensión; c) copia literal íntegra de la partida

10
Ver art 240 CPC.- Es improcedente el ofrecimiento de expedientes administrativos o judiciales en trámite.
En este caso la parte interesada puede presentar copias certificadas de éste.
Si se ofrece como medio probatorio un expediente fenecido, debe acreditarse su existencia con documento.

11
registral en caso de haber superposición registral; d) cualquier otra información registral, notarial o a cargo de
algún funcionario público, que resulte relevante para el caso”.

No se encuentra sentido al establecimiento de esta regla, porque como tal no vincula a


nada, ya que la misma expresamente dispone que el juez “puede utilizar especialmente
como prueba de oficio…”, es decir no obliga a que siempre se tengan que utilizar esos
medios probatorios de oficio y en ningún caso pueden entenderse de manera taxativa. Por
lo tanto, al carecer del efecto vinculante no se entiende su establecimiento como regla.

4.11.- Regla undécima: “En los procesos en los que se tramitan pretensiones de naturaleza personal, en
caso de insuficiencia probatoria el juez podrá utilizar como prueba de oficio aquellas que le permitan determinar
la verdad de los hechos materia de controversia, la misma regla aplica para supuestos en los que se aprecie una
nulidad manifiesta del negocio jurídico, conforme al artículo 220 del Código Civil”.

Los plenos casatorios son vinculantes para todos los órganos jurisdiccionales en los casos
similares que tengan que resolver en un futuro. Cuando se habla de casos similares se
podría entender diversas cosas, por eso es que esta norma ha establecido que por similar
no tiene que entenderse ni misma materia (acción reinvindicatoria), ni misma rama del
Derecho civil, ya que se podrá aplicar estas reglas tanto en procesos que versen sobre
Derechos reales, derechos de personas, acto jurídico, etc.

4.12.- Regla duodécima: “En los procesos que se discutan derechos de personas en condición de
vulnerabilidad por razones de edad, género, discapacidad, pertenencia a comunidades indígenas o minorías,
victimas, migrantes, personas en extrema pobreza, privados de la libertad u otros, el juez podrá disponer la
actuación de pruebas de oficio cuando advierta en el proceso limitaciones u obstáculos para el ejercicio pleno de
los derechos que el ordenamiento jurídico nacional, los tratados internacionales y el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos les reconoce”.

Esta regla no era necesaria porque por el principio de socialización, Art. VI TP CPC, el
Juez ya tenía la facultad de utilizar la prueba de oficio para evitar la desigualdad entre las
personas por razones de sexo, raza, religión, idioma, condición social, política.

5.- Conclusiones.-

Concluimos estos comentarios, porque se debe respetar la extensión máxima


permitida para realizar este trabajo. Las conclusiones son:
1) Aunque los supremos hayan expresado que la prueba de oficio es una facultad
excepcional le dan el tratamiento de un deber, al punto tal que anulan la sentencia porque
los jueces no hicieron uso de la prueba de oficio, actuando así en contra de lo que de
manera expresa regula el propio Art. 194 CPC.
2) La regla sobre el contradictorio no es correcta cuando regula que el contradictorio se
podría realizar de manera diferida a la decisión del juez de incluir la actuación de una
prueba de oficio.
3) Los supuestos planteados para la prueba de oficio lesionan el principio de preclusión,
de igualdad de las partes, de neutralidad del Juez y a la seguridad jurídica.
4) Muchas reglas establecidas en el Pleno son innecesarias pues o son repetitivas de
normas ya existentes o no son vinculantes porque han sido expuestas a título enunciativo.
5) Algunas de las reglas son necesarias y útiles como la que considera que la apelación
de la resolución en donde el Juez resuelva hacer uso de la prueba de oficio será apelada
sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida, o aquella en donde se establece que los
puntos controvertidos no pueden ser las pretensiones.
6) Finalmente se destaca la profusión dogmática de este Pleno, pero se lamenta que la
doctrina no esté integrada en la parte considerativa de la sentencia.

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