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Jesús tiene todo el poder para sanar y él desea traer sanidad a la vida de
todos. Cuando recibimos a Jesús como Señor y Salvador, él sana primero el
espíritu al quitar el pecado de nuestro corazón. Él también tiene poder
para sanar el cuerpo quitando el dolor y la enfermedad. Todavía más,
Jesús puede sanar el alma, los sentimientos heridos y los pesares que
están en lo más profundo del alma. ¡Jesús es el gran Médico! Sobro todo
para esas enfermedades que no tienen explicación y origen ojo al dato.
😉
PRIMER PASO:
SEGUNDO PASO:
NOS ARRODILLAMOS y hacemos esta oración que en realidad es una
conversación de nuestra relación con nuestro Padre a través de Jesucristo y
el espíritu santo. Esta es una relación de 2 vías, con sentido de pertenencia y
Fé.
Padre Santo que estas en los cielos,
Al despertar cada mañana, pídele al Señor que te ayude a ser una mejor
persona de la que fuiste el día anterior. Comprométete a tomar un paso hacia
adelante cada día. Toma tiempo para leer la Biblia y para orar. Recibirás
mucho apoyo congregándote semanalmente a recibir palabra con tus
hermanos en cristo.
• Mateo 4:23-24
Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas
nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente. Su fama se
extendió por toda Siria, y le llevaban todos los que padecían de diversas
enfermedades, los que sufrían de dolores graves, los endemoniados, los epilépticos
y los paralíticos, y él los sanaba.
• Génesis 49:18
¡Señor, espero tu salvación!
• Lucas 4:18-19
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas
nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a
los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del
Señor.
• 1 Pedro 2:24-25
Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al
pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados. Antes
eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida
de sus vidas.
• Lucas 13:10-13
Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer
que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y
de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer,
quedas libre de tu enfermedad.
Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y
empezó a alabar a Dios.
• Mateo 9:1-7
Subió Jesús a una barca, cruzó al otro lado y llegó a su propio pueblo. Unos
hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de
ellos, le dijo al paralítico: —¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados!
Algunos de los maestros de la ley murmuraron entre ellos: «¡Este hombre
blasfema!»
Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: —¿Por qué dan lugar a tan malos
pensamientos? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir:
“Levántate y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en
la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate,
toma tu camilla y vete a tu casa.
Y el hombre se levantó y se fue a su casa.
• Mateo 8:28-34
Cuando Jesús llegó al otro lado, a la región de los gadarenos, dos endemoniados le
salieron al encuentro de entre los sepulcros. Eran tan violentos que nadie se atrevía
a pasar por aquel camino. De pronto le gritaron: —¿Por qué te entrometes, Hijo de
Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes del tiempo señalado?
A cierta distancia de ellos estaba paciendo una gran manada de cerdos. Los
demonios le rogaron a Jesús: —Si nos expulsas, mándanos a la manada de cerdos.
—Vayan —les dijo. Así que salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y toda
la manada se precipitó al lago por el despeñadero y murió en el agua. Los que
cuidaban los cerdos salieron corriendo al pueblo y dieron aviso de todo, incluso de
lo que les había sucedido a los endemoniados. Entonces todos los del pueblo fueron
al encuentro de Jesús. Y, cuando lo vieron, le suplicaron que se alejara de esa
región.
• Mateo 11:5
Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen,
los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas.
• Marcos 6:7
Reunió a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre
los espíritus malignos.
• Marcos 6:12-13
Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. También
expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con
aceite.
• Isaías 53:4-5
Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero
nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado
por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el
castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
• 2 Corintios 3:15-17
Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. Pero,
cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es
el Espíritu; y, donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
• Mateo 10:1
Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus
malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia.
• Mateo 10:7-8
Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”.
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que
tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo
gratuitamente.
• Santiago 5:14-16
¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que
oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al
enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará. Por eso,
confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean
sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
• Hechos 8:5-8
Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les anunciaba al Mesías. Al oír a Felipe y ver
las señales milagrosas que realizaba, mucha gente se reunía y todos prestaban
atención a su mensaje. De muchos endemoniados los espíritus malignos salían
dando alaridos, y un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos. Y aquella
ciudad se llenó de alegría.
• Éxodo 23:25
Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ustedes toda
enfermedad.
• Éxodo 15:26
Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero
justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de
las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la
salud».
• Jeremías 17:14
Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvado, porque tú eres mi alabanza.
(Jeremías 17:14)
• Juan 8:31-32
Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: —Si se
mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la
verdad, y la verdad los hará libres.
• Juan 8:36
Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.
• 2 Samuel 22:1-2
David dedicó al Señor la letra de esta canción cuando el Señor lo libró de Saúl y de
todos sus enemigos. Dijo así: «El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi
Dios, el peñasco en que me refugio
Alabanza por haber sido librado del enemigo
Salmos 143
Reina-Valera 1995
Salmo de David
Salmos 34
Reina-Valera 1995
La protección divina
Salmos 103
Reina-Valera 1995
Salmo de David
ABBA PADRE.