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EL ROL DEL TUTOR EN LAS FASES PREACTIVA, INTERACTIVA Y POSTACTIVA

MCs. Ing. Margarita María Álvarez

RESUMEN
En la educación a distancia, el aprendizaje exige la participación ineludible del
alumno y está sustentado en los materiales impresos, el uso de nuevas tecnologías de
la información y la comunicación, y con la mediación del tutor. La educación a
distancia comprende tres grandes fases: preactivas, interactivas y postactivas.
Ya que el tutor es uno de los pilares de la EAD, en este trabajo se aborda el rol que
cumple en las tres fases; con el propósito de conocer cuáles son sus funciones
remarcando la importancia de la figura del tutor en la educación a distancia.

PALABRAS CLAVES: Educación a Distancia, Tutor, Fase Preactiva, Fase


Interactiva, Fase Postactiva.

INTRODUCCIÓN
En los últimos años las instituciones de educación a distancia han incrementado
considerablemente sus alumnos. Esto se debe a varios factores, entre ellos, el
creciente número de alumnos que por razones familiares, laborales, o de distancia no
pueden acceder a una educación presencial. Otra causa, es que estas instituciones de
educación a distancia han crecido cualitativamente, han mejorado su equipamiento y
han incorporado tecnología de punta. La necesidad creciente de una educación
permanente también ha favorecido su crecimiento.
En la educación a distancia (EAD), el aprendizaje está sustentado en métodos en
los que, debido a la separación física de los estudiantes y los docentes, la fase
interactiva, la preactiva y la postactiva se realiza mediante materiales impresos,
elementos mecánicos o electrónicos, el uso de las nuevas tecnologías de la
información y de la comunicación, y la mediación del tutor.
Ya que el tutor es uno de los pilares de la EAD, en este trabajo se aborda el rol que
cumple en las tres fases de la EAD: preactiva, interactiva y postactiva; con el
propósito de conocer cuáles son sus funciones remarcando la importancia de la figura
del tutor en la EAD.

1- TUTORÍAS
El tutor posibilita el diálogo didáctico mediatizado. La tutoría es el nexo
interactuante entre la organización general y los alumnos, capaz de captar las
expectativas, necesidades, intereses y reacciones, y de intervenir en el proceso de
retroalimentación académico y pedagógico (Mena, 2005).
La tutoría se encuadra en una concepción de “relación de ayuda”. Ayudar es el acto
de promover en una persona un cambio constructivo en el comportamiento, ayudar a
descubrir nuevos aspectos y nuevas posibilidades en sí mismo, estimular el uso de sus
propios recursos y hacer posible un mayor grado de control personal en la actividad a
desarrollar (Litwin, 1995).
Las tutorías pueden clasificarse de acuerdo a diversos parámetros en:
• Tutorías presenciales: permiten une encuentro directo entre el tutor y los
alumnos.
• Tutorías a distancia: se dan cuando la presencialidad no es posible. Ofrece un
canal de comunicación para aclarar dudas, promover, facilitar el aprendizaje y
motivar al alumno. Puede llevarse a cabo usando desde e-mail hasta por medio
de entornos virtuales.
Estas dos clases de tutorías pueden asumir distintas formas:
• Individuales: el alumno se encuentra o se comunica con el tutor en forma
individual, fomentando una relación personal entre ambos.
• Grupal: ofrece la posibilidad de que los alumnos se comuniquen entre sí.
Permiten abrir un espacio de reflexión crítica, opinión y el trabajo colaborativo.
• Obligatorias: los participantes deben cumplir con ciertos requisitos de
participación en las tutorías estipuladas en el programa.
• Optativas: es el participante el que decide si necesita o no la ayuda del tutor.
También las tutorías pueden establecer de antemano días y horas, con frecuencia
fija, o bien libres o abiertas.
Todas estos tipos de tutorías se pueden combinar según la modalidad que se elija.
(Mena,2005).

2- LAS TUTORÍAS EN LAS FASES PRECTIVA, INTERACTIVA Y POSTACTIVA


3.1- Fases de la EAD
En la EAD se pueden distinguir tres fases:
• Fase preactiva: hace referencia a la preparación del curso a impartir a través
de la EAD, o sea, corresponde a la planificación. Esta modalidad se caracteriza
por requerir un tiempo previo para el diseño de las estrategias y del desarrollo
de los materiales que permitirán la mediatización del proceso de enseñanza.
Requiere de meses de tarea ya que en ella se diseña el curso.
• Fase interactiva: en esta fase es donde se realiza una interacción e
interactividad entre alumnos y tutor y entre alumnos y los materiales. Se
desarrolla el diseño de enseñanza prevista. (Watson,1997)
• Fase postactiva: esta fase se ocupa de evaluar tanto los aprendizajes como la
totalidad de la propuesta pedagógica diseñada e implementada (Watson, 1997).
En las tres fases interviene, en mayor o menor medida, el tutor. En los apartados
siguientes se explica qué tareas realiza el tutor y cómo interviene.

3.2- Las tutorías en la fase preactiva


La propuesta de enseñanza se decide y cristaliza en materiales (Watson,1997). En
la EAD los materiales cobran vital importancia. Generalmente, los materiales en esta
modalidad educativa suelen ser multimedia, es decir combinan diferentes tecnologías
(textos, videos, gráficos, etc.).
Los materiales didácticos deben ser facilitadotes de aprendizaje. Al respecto,
Prieto Castillo y Gutiérrez Pérez (1991) expresan que en este sistema la mediación
pedagógica se da a través de los textos y otros materiales puestos a disposición del
estudiante. Esto supone que los mismos son pedagógicamente diferentes de los
materiales usados en la educación presencial y por supuesto, mucho más con respecto
a los documentos científicos.
La elaboración del texto en la EAD debería cubrir tres fases:
1) Tratamiento desde el tema: el autor debe lograr que el texto contenga
información accesible, clara y bien organizada. Para ello:
a. El estudiante debe tener una visión global del contenido (Prieto Castillo,
Gutiérrez Pérez, 1991). Esto le permite ubicarse y tener una clara noción
de los subtemas que aparecerán. Es importante identificar claramente los
nudos temáticos.
b. Tratamiento del contenido: El tratamiento de contenidos se lleva a cabo
mediante tres estrategias: de entrada, de desarrollo y de cierre. La
entrada se refieren al inicio de un texto. Usar alguna estrategia de
entrada permite incentivar el interés del alumno para asegurar la
participación del mismo o la continuidad de la lectura del texto. El
empleo de estrategias de desarrollo permite abordar el tema desde
distintos puntos de vista, volver a los conceptos no entendidos, retomar
los temas cada vez con mayor profundidad, ejemplificar y realizar
preguntas en el momento adecuado. Para finalizar el tema, es necesario
emplear estrategias de cierre de manera de que lo visto concluya, y
pueda abrir caminos para continuar con las prácticas o con los temas
siguientes.
c. Estrategias del lenguaje: el lenguaje que se utiliza en los textos debe
permitir develar, indicar, demostrar, explicar, significar, relacionar y
enriquecer el tema a través del juego y la belleza, tendiendo presente
siempre el interlocutor (Prieto Castillo, Gutiérrez Pérez, 1991).
2) Tratamiento desde el aprendizaje: en la EAD lo más importante es la
participación del interlocutor y la misma se logra a partir de sugerencias de
actividades, prácticas, ejercicios, relaciones, entre otras. Existen muchos
tipos de ejercicios que están destinados al logro de distintas capacidades y
habilidades, como por ejemplo, ejercicios de significación, de expresión, de
resignificación y recreación, de prospección, etc. (Prieto Castillo, Gutiérrez
Pérez, 1991).
3) Tratamiento desde la forma: se refiere a los recursos expresivos puestos
en juego en el material: diagramación, tipos de letras, ilustraciones, entre
otros.
En la fase preactiva interviene un grupo de especialistas para la confección de los
materiales. El equipo de trabajo está formado, principalmente, por expertos en el área
disciplinar, especialistas en informática, diseñador didáctico, tutor y diseñador gráfico
(Mena, 2005). En la figura 1 se puede observar las funciones principales de los
actores que intervienen en esta fase.
La EAD tiene como rasgo más peculiar el tener distribuido el rol docente. En
general, los especialistas que diseñan y reproducen los materiales rara vez son los
tutores que orientan al alumno en la fase interactiva, es por esto que son comunes las
pujas entre especialistas y tutores. Las perspectivas profesionales de estos actores
son heterogéneas, pero con la conformación real de equipos de intercambio que
operen concretamente, ayudaría a una transposición didáctica consistente y coherente
con los propósitos de la enseñanza.
Al respecto D. Prieto Castillo y F. Gutiérrez (1991) lo plantean claramente:
"Nuestra propuesta, se apoya en el trabajo en equipo jugados hasta su última
consecuencia. Nos referimos a formas de organización alternativa para producir. Y nos
oponemos, por consiguiente, al productor aislado, dueño de alguna pequeña cuota de
poder (los que saben escribir, los que saben dibujar, los que saben de estilos...), o
condenado a esa situación por la institución. El aislamiento significa, en EAD, un autor
del texto científico, un especialista de pedagogía y un diseñador que conforman un
equipo. Así, cada uno ve una parte del proceso y no se puede meter en la otra. Los
resultados están luego a la vista: imágenes de contradicción abierta con el texto,
enormes cantidades de información sin ninguna concesión al destinatario, por
mencionar solo dos. No se trata, por supuesto, que todos hagan todo. Una división de
tareas no significa la imposibilidad de trabajar en equipo".
A pesar de que varios autores, como Prieto Castillo y Gutiérrez no mencionan la
presencia del tutor en esta fase, ellos deben incorporarse a la tarea ya que poseen
una gran experiencia en contextualizar la propuesta didáctica de los materiales.
Si bien, no siempre es posible que el tutor intervenga o forme parte del equipo que
confecciona el material, debe estar profundamente imbuido de la propuesta que se
realiza en el mismo. En primer lugar debe conocerla a fondo; en segundo lugar, debe
acordar con el enfoque establecido en el mismo. Es imposible el desarrollo del rol, que
consiste en ayudar a los alumnos a aprender mejor el contenido del curso, si no se
acuerda con los aspectos básicos del material.
Por último, el tutor debe conocer profundamente el material pues debe acercar a
los alumnos explicaciones ampliatorias o ejemplos adicionales que les ayuda a
mejorar la comprensión de los contenidos (Mena, 2005).
Diseñador
gráfico • Generar interfaces
Tutor amigables
• Participar en la
elaboración del guión
Aportar la experiencia en gráfico
contextualizar la propuesta • Vigilar la coherencia
didáctica interna del material
• Observar que se logre
una adecuada
estructuración y
organización del material
Diseñador
pedagógico

Fase Preactiva

• Seleccionar contenidos
• Estructurar, organizar y • Seleccionar y proponer
secuenciar los contenidos recursos tecnológicos
• Realizar prácticas y • Asegurar la funcionalidad
actividades. de los medios.
• Seleccionar materiales,
recursos a ser incluidos
en el material
Especialista
Experto Informática

Figura 1: Actores que intervienen en la fase preactiva

3.3- Las tutorías en la fase interactiva


El tutor cumple en la fase interactiva, fundamentalmente, la función de orientador,
de docente y motivador.
• La función orientadora del tutor: esta función del tutor está encaminada a
situar a los alumnos en la modalidad de EAD, donde se introducen métodos
activos en la enseñanza con actividades de aprendizaje, con la finalidad de que
el alumno sea el protagonista de su propio aprendizaje y desarrolle un
autoaprendizaje significativo. El tutor debe orientarle para que aprenda a
examinar, analizar y sintetizar; así como a formularse preguntas a medida que
avanza en las lecturas o al escuchar un audio, ver un video o algún otro medio.
Las tradicionales preguntas: quién, qué, dónde, cuándo, cómo y por qué, son
válidas para hacer una lectura más activa y significativa.
• La función docente del tutor: orienta el autoaprendizaje del alumno, a
detectar el contenido significativo para determinados objetivos. Las guías de
estudio sirven para centrar estos intereses y darles sentido a las lecturas,
creando un ambiente propicio para el aprendizaje individual y colectivo.
• La función motivadora del tutor: el tutor debe incentivar al alumno a
descubrir los diversos motivos que lo animen para ser constantes, persistentes
y responsables en sus estudios y trabajos, hasta concluir el proceso del
currículum que haya elegido (Sánchez Peralta, 2001).

Tecnologías de soporte
A lo largo del siglo XX la EAD ha utilizado las más variadas tecnologías:
¾ En los años 60 y 70 se usaba principalmente libros, guías, cartillas de
instrucción, radio y TV.
¾ En los años 80 se incorporó el uso de vídeos.
¾ A partir de la década del 90 se observa un impacto en este tipo de educación
con la aparición de Internet y sus aplicaciones como el correo y foros
electrónico, chat, listas de discusión y wikis. La informática en conjunción con
la educación explotan estas tecnologías que se aplican, en mayor o menor
medida, en una Educación presencial pero que cobran relevancia y se vuelven
indispensable cuando se trata de una EAD.
La función del tutor se ve facilitada gracias a las nuevas tecnologías de
comunicación. Las nuevas tecnologías han dado a la EAD herramientas innovadoras,
capaces de producir fuertes modificaciones prácticas y operacionales en la
capacitación a distancia.
En los últimos años, con el uso de la tecnología, ha empezado a surgir nuevos
ambientes de aprendizaje, que son una forma diferente de organizar la enseñanza y el
aprendizaje presencial y a distancia. Estos ambientes consisten en la creación de una
situación educativa centrada en el alumno, que fomenta el autoaprendizaje, el
pensamiento crítico y creativo y el desarrollo como individuo mediante el trabajo en
grupo cooperativo y el empleo de tecnología de punto e incluso no de punta.
El diseño de los nuevos ambientes de aprendizaje se impone por las características
de la posmodernidad y propician una formación de más calidad, ya que pretenden
desarrollar habilidades cognitivas, psicomotoras, afectivas y sociales. Se hace hincapié
no sólo en el aprendizaje sino también en el desarrollo del individuo.
Las nuevas tecnologías deben ponerse al servicio del estudiante y del proceso de
aprendizaje. Así, la tecnología se convierte en un medio, un valor añadido, y no una
finalidad en sí mismo (Sangrà y Duart, 2001).
Los ambientes de aprendizaje se construyen, dado que son un conjunto de
condiciones y recursos sociales cuyo propósito, en la educación presencial como en la
EAD es la de promover y desarrollar el crecimiento de las personas de manera integral
y donde el tutor debe cumplir con las funciones de orientación, de docencia y de
motivación, pues, en su relación con el alumno participa de diversas experiencias
interactivas directas, o a través de diversos medios, generando condiciones de
aprendizaje que pueden convertir al alumno en sujeto de aprendizaje (Sánchez
Peralta, 2001).
Entre los medios de comunicación se pueden mencionar los siguientes:
• Videoconferencias: es uno de los medios menos usados porque para
implementarlo se requieren de varios recursos tecnológicos de alto costo.
Propicia la comunicación en tiempo real. El docente a través de este medio
puede dictar una conferencia la cual es vista por todos los usuarios
conectados al sistema.
• Correo electrónico: puede ser utilizado para enviar y recibir mensajes con
rapidez, comodidad y seguridad. Los tutores y alumnos lo emplean,
generalmente, como medio para dirigir las consultas, las respuestas de las
actividades solicitadas, el envío de trabajos, etc.
• Listas y foros de discusión: estos medios favorecen la participación y
discusión grupal y también la coordinación grupal.
• Chat: se puede acceder a la comunicación on-line en tiempo real.
• Wikis: representan un enfoque orientado a la construcción colectiva de
conocimientos en comunidades virtuales permitiendo de esta manera el
trabajo colaborativo.

3.4- Las tutorías en la fase postactiva


Como se mencionó anteriormente, en esta fase se lleva a cabo la evaluación tanto
de los aprendizajes como la totalidad de la propuesta pedagógica diseñada e
implementada. Es importante remarcar que aunque la evaluación figure al final del
proceso, ésta se debe realizar desde el principio y se debe prever cómo se procesará
la información recogida y cómo se difundirán los resultados.
La evaluación forma parte de las tareas que llevan a diario los docentes y los
alumnos. La evaluación es un proceso de reconocer valor a algo. Es consecuencia del
proyecto educativo (Prieto Castillo, 1995).
En EAD la evaluación se centra en tres ejes: el aprendizaje, los materiales
(validación) y las tutorías.
a) Evaluación del aprendizaje
En la evaluación no se trata de ser jueces o de asumir poderes juzgando al alumno
de manera arbitraria. Por el contrario, se trata de considerar al alumno como sujeto
que aprende y de evaluar distintas capacidades y actitudes frente al estudio y a sus
relaciones con los demás. Por todo esto, es necesario plantear una evaluación
diferente, que valorice el acto educativo que considere los siguientes aspectos:
• Saber: en esta evaluación no se deje de lado la evaluación de contenidos, se
le da importancia a cómo el alumno se apropia de los mismos, a cómo el alumno
utiliza la información para la reflexión, la crítica, la expresión, etc. (Prieto Castillo,
1995).
• Saber hacer: en este aspecto se trata de evaluar la capacidad del alumno
para recrear los contenidos estudiados (Prieto Castillo, 1995).
• Saber hacer en el logro de productos: se evalúa el producto haciendo
hincapié en el valor del mismo para el grupo, para la comunidad, por las experiencias
recogidas en el mismo, por su riqueza expresiva, por su aporte a procesos sociales,
por su relación con otros productos, por su capacidad de comunicación, por su
manifestación como manifestación de su actor y como reflejo de alguna de las
modalidades de autoaprendizajes (Prieto Castillo, 1995).
• Saber ser: se da prioridad al cambio de actitud del alumno frente al estudio.
• Saber ser en las relaciones: en todo proceso educativo se debe enriquecer
la capacidad de relacionarse, de ser entre y con los otros.
Instancias de evaluación en la EAD
1. Evaluación diagnóstica: permite recabar información acerca de los aprendizajes
previos de los alumnos.
2. Autoevaluación: son preguntas que pueden estar intercaladas en el texto,
generalmente aparecen al final de cada unidad de aprendizaje. Las soluciones
correctas aparecen también en el texto, de forma tal que el alumno pueda
comprobar su grado de progreso en el aprendizaje.
3. Evaluación con retorno: las pruebas pueden estructurase de distinta manera
que van desde trabajos amplios hasta pruebas objetivas, pasando por pruebas
de ensayo o trabajos de elaboración, sean estos técnicos o prácticos. La
característica principal es la entrega de los trabajos al tutor, el cual establece
una interlocución al retornar los trabajos.
El tutor tiene un rol fundamental en el proceso de evaluación de los aprendizajes.
Observa, orienta, acompaña a los alumnos durante el desarrollo de las actividades de
aprendizaje y verifica los resultados de la autoevaluación y las evaluaciones con
retorno realizada por los alumnos, lo que le permitirá, por ejemplo, tomar decisiones
en torno a la necesidad de repetir algunas sesiones de aprendizaje o desarrollar otras
actividades, utilizando otros materiales que existan en el centro piloto de EAD. En
base a la información recogida acerca de la situación de los estudiantes, el tutor les
brinda la orientación y apoyo que necesitan para mejorar su aprendizaje. Asimismo,
evalua los aprendizajes en cada unidad didáctica, verificando logros e identificando los
aspectos débiles que deben ser reforzados.

b) Validación de los materiales


La elaboración de los materiales llevan mucho tiempo de preparación, revisiones
técnicas, edición, etc. Todo ese esfuerzo tendrá sentido si el material cumple con el
propósito para el cual fue elaborado.
A veces los materiales no se comprenden por distintas razones: se requieren
introducir conceptos que son obvios para el docente pero no para los alumnos; se
usan términos poco frecuentes. Otras veces, los materiales son poco atractivos y
aburridos.
Todos estos defectos pueden ser detectados en la validación y corregidos, de
forma tal de contar con un material más valioso y útil para los destinatarios.
Hay tres aspectos a considerar en la validación que son: qué, cómo y con quiénes
validar (Cortés, 1993).
¿Qué validar?
Se considera:
1. El material en sí mismo: los criterios más utilizados son:
Para los materiales:
• Claridad de los contenidos: ¿es comprensible el material para los
destinatarios?
• Utilidad del material: ¿es útil para la vida del destinatario o para su
trabajo?
• Atractivo: el material puede ser claro y útil pero feo y aburrido.
Para las figuras e ilustraciones:
• Posibilidad de identificación.
• Precisión de los detalles.
• Rasgos de los personajes.
• Tamaño de los objetos.
• Exceso de adornos.
• Uso de perspectivas.
2. El uso previsto para el material: es común producir materiales destinados a
apoyar, fortalecer o incluso generar procesos concretos de aprendizaje. O sea,
procesos en donde los materiales cumplen una función específica dentro de una
estructura pedagógica. Desde este punto de vista, también se validan los
materiales.
¿Con quién validar?
Existen dos validaciones:
1. Validación técnica: permite detectar errores técnicos. Se lleva a cabo con
colegas y especialistas en el tema, de tal forma que avalen el material tanto
desde el punto de vista de la forma como del contenido.
2. Validación de campo: se lleva a cabo con los destinatarios, con una población
de alumnos con características similares a la de los destinatarios, y con los
tutores.
¿Cómo validar?
Para validar se llevan a cabo sesiones de trabajo presenciales, entrevistas a los
alumnos y tutores, y también se puede hacer que un grupo de alumnos con
características similares trabaje con el material en situación controlada.
El proceso de validación conlleva trabajo adicional y una actitud de apertura ante
las criticas y observaciones que realizan los alumnos, pero todo esto se verá reflejado
al poder realizar materiales más comprensibles y de utilidad.

c) Evaluación de tutorías: Las tutorías, así como los materiales, son otro
aspecto importante de la EAD, ya que el tutor tiene la función clave de orientar y
realizar el seguimiento de los aprendizajes de los alumnos.
Existen distintos criterios para evaluar la función del tutor, entre las que se
pueden mencionar, cantidad y calidad de las consultas, el tipo de relación que
establece con los mismos, las opiniones que tienen tanto los alumnos como los tutores
sobre los materiales y el sistema evaluativo.
Algunos instrumentos posibles para evaluar el sistema de tutorías son (Mena,
2005):
• Reuniones evaluativas: reuniones entre los tutores y los coordinadores del
curso para evaluar su marcha y la necesidad o no de hacer correcciones. En
esta instancia también se puede solicitar informes específicos a los tutores
sobre el funcionamiento de las tutorías.
• Registro de consultas: se organiza un sistema de registro de las consultas que
realizaron los alumnos a lo largo del curso, considerando calidad y cantidad.
Esto permite contar con información para evaluar el grado de efectividad de los
tutores, y de las posibles modificaciones que se hayan introducido en el
proyecto educativo.
• Opiniones de alumnos y de tutor: se realizan encuestas o entrevistas para que
los actores involucrados opinen respecto de su funcionamiento. La opinión de
los tutores es fundamental para la evaluación del curso en general.
4- CONCLUSIONES
El tutor cumple una función primordial en la EAD. Esta presente en todas las fases
y sobre todo es el que dialoga con los alumnos.
En la fase preactiva la intervención del tutor es mínima o nula. Me preguntó ¿por
qué? Una de las respuestas podría ser porque los especialistas y los tutores trabajan
en lugares geográficamente distintos. En ese caso, si la EAD hace uso de medios de
comunicación con los alumnos, ¿por qué no usarlos para la elaboración de los
materiales?, ¿por qué no realizar un trabajo colaborativo usando entornos o
herramientas como Wikis?
Tal vez, los especialistas suponen que los tutores no pueden aportar nada o casi
nada a la propuesta. Al respecto, creo que cada docente es capaz de aportar
conocimientos, experiencias y vivencias distintas que son todas muy valiosas.
¿Se suscita, tal vez, el mismo conflicto entre profesores de teoría y de práctica en
la educación presencial?
En la fase interactiva, el tutor por las funciones que cumple es el principal docente,
el que interactúa con los alumnos. Tiene conocimiento de las experiencias, vivencias,
preferencias y de los conocimientos previos de los alumnos, lo que le permite crear
situaciones de aprendizaje significativas, que serían difíciles de lograr únicamente con
los materiales.
El tutor es el que despierta el interés por conocer y es el que brinda confianza
sobre los aprendizajes que los alumnos van adquiriendo.
El proceso de evaluación, que es la principal tarea que lleva a cabo el tutor en la
fase postactiva, es un proceso donde se valora el trabajo de seres humanos y, por lo
tanto, debe realizarse con el mayor de los respetos. Se trata de detectar y
comprender las modificaciones producidas por el proceso de aprendizaje. Además, la
información de la evaluación de aprendizaje, de los materiales y de las tutorías
permite una retroalimentación necesaria para lograr mejorar la calidad de los cursos
de EAD.

BIBLIOGRAFÍA
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