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Casullo describe la escena presente como un entramado en el que confluyen algunos elementos

que se condicionan entre sí, a partir de una crisis de reformulación del sistema capitalista. Se
producen transformaciones en la lógica económica, en el marco de la reconversión tecnológica. Se
producen cambios en las lógicas sociales, culturales, en el marco de la cultura del consumo. Una
crisis de lo político, de las narrativas y proyectos alternativos al sistema. Estos elementos dan pie a
un momento de debate teórico, político, cultural, de revisión de la Modernidad, sus medios y sus
fines, es decir el proyecto de la Razón Ilustrada del s XVIII , su utopía del Progreso y a la noción de
Posmodernidad. Esta implica un tiempo cronológico posterior a la Modernidad y el agotamiento
de sus razones históricas. esto es,. Hacia 1973 finaliza el proceso de expansión sostenida del
capitalismo que se venía dando desde mediados de los 50, y se hace visible en lo que se conoce
como la crisis del petróleo. A partir de la crisis empieza un viraje global de las inversiones de
capital industrial hacia el capital financiero. Como resultado se produce una crisis de los modelos
de Estado de Bienestar en torno al pleno empleo, del modelo sociocultural del trabajo donde la
clase obrera que ha perdido numéricamente, pierde poder de organización como sujeto social
histórico y político. Aparecen nuevos actores sociales colectivos, como el fenómeno global de las
migraciones masivas. Esta crisis del sujeto social se ve intensificada por la industria cultural, la
mass media, instrumentada para generar nuevas formas de construcción cultural de la identidad
en torno al consumo. Hay una crisis de los proyectos alternativos al capitalismo: el comunismo, el
socialismo, los nacionalismos. La administración de las transformaciones que acarrea la crisis hace
que las posiciones políticas históricamente opuestas no tengan margen para generar programas
diferenciados y esto conlleva a una crisis de los partidos políticos y las formas tradicionales de
representación de la democracia burguesa. Casullo habla desde un contexto neoliberal, que se
afirma en esa crisis del Estado de Bienestar como la opción ‘’pragmática y realista’’, representante
del capital internacional concentrado. Esto conjuga un escenario muy diferente al que concebía el
marxismo respecto a la sociedad del trabajo y el rol de la clase obrera como clase explotada y
sujeto histórico, y según Casullo, el marxismo tampoco había sido claro respecto a su destino
histórico ni planteó una ruptura con las condiciones de existencia del capitalismo industrial. Los
límites del proyecto Moderno se evidencian en las propias contradicciones del progreso en torno a
las tecnologías, la productividad, la explotación de recursos y sus resultados: crisis humanitarias,
agotamiento de las formas de representación política tradicionales. Algunos teóricos hablan de un
desfasaje entre este proceso de modernización estructural y la modernización cultural que
planteaba un horizonte de progreso e igualdad. Pero, dice Casullo, no se pone en cuestión la trama
cultural que impera en torno a la lógica del progreso, sino que se pone en cuestión a la razón
crítica, desde donde la Modernidad se piensa a sí misma, desde donde se generaron utopías
alternativas al sistema. Habermas ve un componente reaccionario en estas variables
conservadoras, irracionales, nihilistas, de la Posmodernidad, y concibe al proyecto de la Ilustración
como incompleto. El teórico marxista Raymond Williams ve una incapacidad de proyectar el
futuro, lo que era característico del pensamiento Moderno. La crisis del relato Moderna conlleva
una crisis del sujeto de la razón, que ordena el mundo a partir de ella, de su autodeterminación.
Marshall Berman sitúa el momento más alto de la Modernidad en el s XIX con la crítica de Marx y
Nietzsche en quienes se expresa la contradicción propia de la conciencia moderna. Concibe una
Modernidad que desde el s XIX está en proceso de quedar atrás pero también ve una continuidad
de utopías. Perry Anderson plantea que hay tres cuestiones de la subjetividad moderna que son la
crítica a la tradición cultural, la utopía del progreso indefinido de la técnica, en el marco del
proyecto socialista-comunista y que se agotaron después de la Segunda Guerra. Lyotard habla del
fin de la época moderna, por la crisis de sus metarrelatos, y su capacidad de convencimiento y la
aparición en su lugar, de una pluralidad de relatos parciales y circunstanciales, a partir de la
fragmentación propia el lenguaje massmediático. Subirats lo ve a partir de la crisis de la filosofía
crítica en su dificultad para asentarse desde una posición alternativa definida, por las propias
condiciones que tiene el sistema de reconfigurarse. Esto se refleja en una anacronía de las teorías
de izquierda. Buci –Gluksmann ve un horizonte de irracionalismo de tendencia neoconservadora,
frente a las transformaciones propias del ingreso a un nuevo paradigma histórico, y también
plantea una pérdida del sentido de la realidad, atravesada por el fenómeno de lo massmediático.
Jamesson habla de una igualación de los discursos mediático y teórico que se constituyen en
simulacro de gran relato. Hay una pérdida de autoría,ema de la subjetividad moderna, en la
estética massmediática.

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