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Desarrollo social en Cuba: retos y alternativas.

Elena Díaz.
FLACSO Cuba

Resumen. La sociedad cubana actual se enfrenta a significativos desafíos para la


continuidad de su modelo de desarrollo social, los que se acentúan con la crisis. Son
relevantes las carencias de la vida cotidiana, la diferenciación social, el surgimiento de
valores contrapuestos a los hegemónicos, y el debilitamiento de la participación de los
jóvenes. Frente a esto, se definen políticas sociales para evitar la polarización y la
exclusión, se trazan programas de integración juvenil, se abren nuevos espacios para
garantizar la diversidad y se consolida la solidaridad como brújula de relaciones
sociales y de proyección internacional

Introducción: Socialismo y Desarrollo

El socialismo, a partir del marxismo como teoría integral, permanece como


referente cognitivo y y brújula política de los procesos de transformación social
.Se ha debatido que se trata de un nuevo enfoque, un socialismo acorde a los
tiempos, el Socialismo del Siglo XXI. El concepto se difunde y cobra
notoriedad en el año 2005, mencionado por Hugo Chávez, pero uno de los
graves problemas de su uso es su carácter ambiguo. Su importancia
trascendental es la idea de que el socialismo no puede ser un modelo rígido, un
molde único, que debe ser aplicado de modo semejante en cada experiencia
social. Según Mariátegui: «No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en
América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con
nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo
indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva»;
(Mariátegui, 1928). Según el destacado cientista social cubano Fernando
Martínez: La idea del socialismo ha regresado y se plantea y debate cómo
debe ser en este siglo XXI. Pero también alerta: El marxismo necesita una
recuperación profundamente crítica, que cierre el paso a la vuelta del
dogmatismo y a la del reformismo, y más que dar buenas respuestas ante los
nuevos problemas, necesidades y actores, debe hacer buenos análisis y
formular preguntas nuevas. ¨¨(Martínez, 2009)

Al tema se refirió el Comandante Fidel Castro en su discurso del 17 de


Noviembre del 2005 en la Universidad de La Habana conmemorando el
sesenta aniversario de su ingreso en esa universidad. "Una conclusión que he
sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos

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cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de
socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo. . ".
(Castro, 2005).

Al hablar de socialismo se vincula el concepto a las formas concretas en que


ha existido y existe en países y regiones que han emprendido transiciones
socialistas, de muy diferente carácter y alcance. Por ello, el concepto
«socialismo» se relaciona a estas prácticas, y se confunde su definición con
esas experiencias disímiles que se han desarrollado durante más de un siglo y
medio. Esto es un reto para la teoría, pero también es necesario reconocer que
la idea del socialismo y su experiencia práctica generó un proceso de
multiplicación de demandas y esperanzas para millones de personas en el
mundo, por lo que el triunfo de la revolución de 1917 desató acciones que
aspiraban a la transformación social y demandaban la justicia social. La
influencia de la Revolución rusa y la divulgación de sus logros e ideología de
justicia social elevó la convicción de que era posible modificar el mundo para
alcanzar una sociedad más equitativa. Pero también implicó nuevos retos sobre
cómo lograr estas metas y mantenerlas, sin que arrastrara consigo su propia
destrucción. El destacado sociólogo Franz Hickerlamment plantea la
necesidad de un cambio civilizatorio para acceder a un mundo mejor, regido
por principios y valores que se opongan al orden económico, social y político
actual. Ese proyecto se enfrenta a la imposibilidad de su realización, desde la
imposición de la dominación imperialista. Pero, según este autor, el realismo en
la política transforma imposibilidades en posibilidades. Por consiguiente, es
realista querer un mundo en el que todos puedan vivir. Para un realismo
político la utopía se transforma en fuente de inspiración, en referencia de juicio,
en reflexión del sentido. (Hinkelamment,1999)
De acuerdo al sociólogo belga Francois Houtart, cuatro son las dimensiones
que deben ser consideradas para una aproximación al socialismo del siglo XXI,
la primera es ecológica, porque debe priorizarse la naturaleza y su
trascendencia en la sobrevivencia de la humanidad, La segunda es la
económica, donde se enfatiza el valor de uso sobre el valor de cambio. " Esta
distinción, hecha por Carlos Marx, es útil para pensar el futuro. El valor de uso
es lo que contribuye a la calidad de la vida humana en todas sus dimensiones.

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El valor de cambio es el mercado, que tiene una función subordinada al valor
de uso. Sin embargo, dentro de la lógica del capitalismo, el mercado domina
hoy no solamente la actividad económica, sino toda la organización colectiva
de la vida humana. Para el capitalismo no existe valor económico si el trabajo,
los bienes y los servicios no se transforman en mercancías. Es lo que se llama
la imposición de la ley del valor, que según Franz Hinkelammert, significa el fin
del sujeto. Los seres humanos están sometidos a esta ley que invadió la
realidad social sometiendo a la humanidad en su totalidad a la lógica del
capitalismo. " (Houtart, 2008)
La tercera dimensión es política, centrada en la participación democrática, y la
cuarta es la interculturalidad, pues todas las culturas participan en la vida
cultural y espiritual de la humanidad. Ninguna de ellas puede ser eliminada o
marginalizada. Eso incluye todas las expresiones culturales, el derecho, la
ciencia, las religiones y las espiritualidades. Las transformaciones que derivan
de intercambios, de enriquecimiento mutuo, son bienvenidas porque la cultura
no es estática.
El sociólogo Atilio Borón realiza un análisis sobre la imposibilidad de alcanzar el
desarrollo en las regiones subdesarrolladas bajo el sistema capitalista, y
presenta una valoración del socialismo del siglo XXI basada en tres esferas de
particular importancia, los valores, la concepción del proyecto en relación a la
estatización de la economía, y los sujetos del proceso revolucionario.
El tema de los valores alcanza una importancia decisiva en el socialismo.
Sobre esto planteó el Che: «No puede existir el socialismo si en las
conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraterna
frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad en que se
construye o está construido el socialismo, como de índole mundial en relación a
todos los pueblos que sufren la opresión imperialista […]. El desarrollo de los
subdesarrollados debe costar a los países socialistas; de acuerdo, pero
también deben ponerse en tensión las fuerzas de los países subdesarrollados
y tomar firmemente la ruta de la construcción de una sociedad nueva»;
(Guevara, 1970 ). También había dicho el Che: »El socialismo económico sin la
moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria, pero al mismo
tiempo luchamos contra la alienación. Uno de los objetivos fundamentales del
marxismo es hacer desaparecer el interés individual y el provecho de las

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motivaciones psicológicas. Marx se preocupaba tanto de los hechos
económicos como de su traducción en la mente. El llamaba eso un hecho de
conciencia. Si el comunismo descuida los hechos de conciencia puede ser un
método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria» (Guevara,
1963)
Esta profunda transformación de las estructuras mentales y espirituales de la
población requerían previamente que “.... la sociedad en su conjunto debe
convertirse en una gran escuela”, pero además que ¨.... en la marcha hacia el
comunismo es preciso que el pueblo se eduque a sí mismo.”
El hombre nuevo, afirma Che en “El socialismo y el hombre en Cuba”, es un
producto no acabado, y no podría nunca estarlo, pues “su formación marcha
paralela al desarrollo de formas económicas nuevas”. Es importante
comprender al hombre nuevo como producto inacabado, por los
condicionamientos a los que está sometido el individuo en la transición, no
todos de naturaleza socialista. Forma parte además, de la convicción de la
Revolución como un proceso permanente, en que el logro de determinadas
metas implica el avance hacia otras más elevadas. De lo que se trata es de
lograr la transformación de los objetivos de lucha individualistas en
colectivistas, en otras palabras: la integración progresiva – y cada vez más
plena – del individuo a la sociedad. (Díaz y López (1989). Porque, “resta un
gran tramo a recorrer en la construcción de la base económica” y...
“persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas
melladas que nos legara el capitalismo... se puede llegar a un callejón sin
salida” .
Lo que Atilio Borón llama en su ensayo el proyecto, en realidad es el debate
sobre la estatización de la economía. Por ejemplo, “si el modelo de la
estatización total de la economía fue una necesidad impuesta por determinadas
circunstancias, esto no significa que deba ser la única alternativa de un
proyecto socialista. Y esta conclusión es válida aún si se tiene en cuenta que
en su tiempo ese modelo fue altamente exitoso porque hizo posible un
formidable desarrollo de las fuerzas productivas y convirtió al país más
atrasado de Europa de comienzos del siglo veinte en una gran potencia
industrial y militar. Sin embargo, sus logros en una fase de industrialización
extensiva no fueron suficientes para responder eficazmente los nuevos

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desafíos planteados por la tercera revolución industrial, con el desarrollo de la
microelectrónica, las telecomunicaciones, la informática y todas las
aplicaciones industriales derivadas de estos adelantos científicos y,
gradualmente fue perdiendo terreno ante sus rivales capitalistas hasta llegar a
su inglorioso derrumbe final, cuando todo el edificio político construido por la
primera revolución proletaria de la historia, un acontecimiento extraordinario en
la vida de las naciones, se desplomó sin un solo disparo, y ante la increíble
indiferencia de la población“. (Borón, 2009)
Al la magnitud e implicaciones de los grandes cambios económicos se refirió el
Comandante Fidel Castro en el mencionado discurso del 17 de Noviembre del
2005 en la Universidad de La Habana, focalizando un tema candente en la
teoría y la práctica revolucionaria socialista, le irreversibilidad de la experiencia.
"Pienso que la experiencia del primer Estado socialista, Estado que debió
arreglarse y nunca destruirse, ha sido muy amarga. No crean que no hemos
pensado muchas veces en ese fenómeno increíble mediante el cual una de las
más poderosas potencias del mundo, que había logrado equiparar su fuerza
con la otra superpotencia, un país que pagó con la vida de más de 20 millones
de ciudadanos la lucha contra el fascismo, un país que aplastó al fascismo, se
derrumbara como se derrumbó. ….¿Es que las revoluciones están llamadas a
derrumbarse, o es que los hombres pueden hacer que las revoluciones se
derrumben? ¿Pueden o no impedir los hombres, puede o no impedir la
sociedad que las revoluciones se derrumben? Podía añadirles una pregunta
de inmediato. ¿Creen ustedes que este proceso revolucionario, socialista,
puede o no derrumbarse? …¿Puede ser o no irreversible un proceso
revolucionario?, ¿cuáles serían las ideas o el grado de conciencia que harían
imposible la reversión de un proceso revolucionario? Cuando los que fueron de
los primeros, los veteranos, vayan desapareciendo y dando lugar a nuevas
generaciones de líderes, ¿qué hacer y cómo hacerlo? Si nosotros, al fin y al
cabo, hemos sido testigos de muchos errores, y ni cuenta nos dimos. " (Castro,
2005). Y añade una idea medular: los enemigos no podrán destruir a la
Revolución, aunque existen peligros de auto destrucción. Y en esta dirección
preventiva, convoca a fuertes campañas contra la corrupción y otras
deformaciones del proyecto social.

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Desarrollo social cubano.
El desarrollo humano, según el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) es un proceso mediante el cual se amplían las
oportunidades del ser humano (PNUD, 1990). Esta acepción permite
comprender el desarrollo no solamente como un proceso para acceder a metas
de ingreso o producción, ni tampoco considerar a las personas como simples
beneficiarios del bienestar social. El ser humano es considerado objeto del
desarrollo, pero también, su generador. Por tanto, se le atribuye la posibilidad
de participar activamente en los procesos de ampliación de sus propias
oportunidades en diferentes esferas como el ingreso, los conocimientos, una
vida prolongada, la libertad, la seguridad individual, la participación comunitaria
y el disfrute de los derechos fundamentales (Martínez, 1996).
Este concepto de «desarrollo humano» había sido considerado por diferentes
instancias con anterioridad, pero en 1990, con la aparición del primer Informe
sobre Desarrollo Humano elaborado por el PNUD, se consolida su acepción y
se extiende su utilización como referencia al desarrollo social. En este enfoque
Amartya Sen transcendió la idea de que el desarrollo debía asociarse
solamente al crecimiento económico, enfatizando el concepto de las
capacidades, para transformar los horizontes de las personas, englobándolo
como un proceso multidimensional.
Asumo el concepto de desarrollo social como el proceso de transformación
cualitativa de la sociedad, objetivo utópico que abarca integralmente las esferas
económica, social, política, ideológica, ecológica, ética y humana, en función
del bienestar humano.. Implica una dirección estratégica, que se lograría
mediante la aproximación progresiva a la meta, accediendo a logros parciales,
de acuerdo a los principios que guían el proceso integral. El ser humano es
protagonista del desarrollo, y generador de su propia transformación,
asimilando nuevos valores éticos en el proceso de contribuir a transformar su
sociedad.
Uno de los retos vinculados al desarrollo social es la forma de medir su
evolución. Existen diversos modos de medición, uno de los básicos es el índice
de Calidad de Vida Física, que combina los indicadores de mortalidad infantil,
esperanza de vida y alfabetización. Incluye por tanto, los aspectos de la

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supervivencia infantil, la longevidad y la educación, indicadores capaces de
conformar en su conjunto una aproximación al grado de desarrollo de una
sociedad.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) mide el
desarrollo humano en forma integral, incluyendo las dimensiones de desarrollo
económico, nivel de educación, estado de salud, acceso a servicios básicos,
acceso a la cultura y a la comunicación, recursos para educación y salud,
conservación del medio ambiente, equidad de género, entre otras. De acuerdo
a la combinación de indicadores del desarrollo elaborados, se construye la
escala en la que se inserta y clasifica a los diferentes países.El PNUD logra de
este modo ofrecer una valoración aproximada sobre las desigualdades entre
países, al presentar de forma integral, con la utilización de múltiples técnicas,
diversas dimensiones del desarrollo. Al margen de coincidir o no con algunos
de estos parámetros, y sus resultados de evaluación, resulta de particular
utilidad para el análisis de la situación social del mundo.
A lo largo de su evolución, bajo diferentes modelos sociales, en América Latina
se lograron importantes hitos que ratificaron derechos humanos
imprescindibles para la vida. Esa historia, llena de avances y retrocesos, se
enmarca en los procesos de auges y crisis económicas, consolidaciones
democráticas y golpes de Estado, accesos sociales y restricciones.
La concepción que prevaleció durante años sobre el desarrollo, como proceso
fundamentalmente económico, capaz de arrastrar consigo a la totalidad de la
sociedad, en una integración de políticas sociales dirigidas a todos, resultó un
fracaso, incluyendo proyectos como el desarrollismo latinoamericano, el
socialismo soviético, y el capitalismo de reformas. Estas frustraciones
conducen a la acentuación del desarrollo desigual, del que no hay escape.
(Hinkerlammnert, 1999).
Parecería que en este nuevo milenio podrían abrirse nuevas perspectivas más
favorables hacia el desarrollo social, con la profundización del conocimiento, su
aplicación a la esfera productiva, y la era de la información. Sin embargo, el
panorama no resulta alentador, uno sólo de sus componentes, el ecológico,
deviene en alarma mundial ante su progresivo deterioro. La tecnología y su uso
mercantil, y un estilo de vida consumista irracional, son desafíos para la
sostenibilidad del medio natural y para la sobrevivencia humana.

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Durante los 30 años entre 1959 y 1989, el proyecto revolucionario implementó
políticas que obtuvieron impactantes logros sociales: se redujo la mortalidad
infantil desde 46,7 a 10,7 por mil nacidos vivos, (más de cuatro veces), se
erradicó el analfabetismo y la escolaridad promedio alcanzó el 9 grado, la
expectativa de vida se incrementó en 12 años, hasta alcanzar los 74 años de
edad. La política social de mayor impacto fue el acceso igualitario de
oportunidades, que provocó una movilidad social ascendente sin precedentes
Carmelo Mesa Lago plantea ¨¨No obstante los problemas y cambios frecuentes
en la política económica cubana, en 1989 Cuba estaba a la cabeza de América
Latina en casi todos sus indicadores sociales, salvo la vivienda, y también
aventajaba a la mayoría de los países socialistas. El carácter universal y
gratuito de esos servicios, unido a la sensible disminución de las desigualdades
en su acceso y calidad entre la ciudad y el campo también tuvo un impacto
progresivo en la distribución del ingreso.¨(Mesa Lago, 2010).
Pero esta sociedad también instaló fuertes retos, uno de ellos ha sido
planteado por la socióloga Mayra Espina, cuando advierte que si bien el
proceso homogenizador de ese primer período logró un tránsito efectivo desde
un estadío de desamparo y exclusión hacia otro de vivir en dignidad ciudadana,
el hecho de haber prolongado indefinidamente el uso de esos mecanismos
homogenizadores si bien construye y renueva el consenso, a partir de cierto
momento comienza a volverse contra sí misma¨¨. (Espina, 2009)
A partir de los años 90, el proyecto socialista cubano sufre los impactos de la
globalización neoliberal, particularmente desde el derrumbe del bloque
socialista europeo, socio comercial prioritario de Cuba desde los años 70. Pero
si en las décadas precedentes, el mercado capitalista era el contexto de ese
proyecto, a partir de los años 90 el mercado se convierte en un actor social
importante, por su presencia interna en la sociedad cubana, y no solo como
obligada esfera de inserción internacional.
En su evolución se tiene presente el marco condicionante de la agresiva
política del gobierno de los EU, que se agudizó en los años 90, con la
aprobación de las leyes Torricelly primero (1992), y Helms Burton después
(1995). Estas leyes, actuantes sobre terceros países, agravaron las
características del bloqueo económico que ese país mantiene contra Cuba,
(Zaldívar, 2004) y se acentuaron con nuevas disposiciones asfixiantes en el

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año 2004, limitando los viajes de la comunidad cubana residente en E.U. y la
capacidad de enviar remesas a la isla.
Los principales efectos de la crisis que se creó en el país fueron el deterioro
acelerado del nivel de vida de la población, y el surgimiento de una tendencia a
la diferenciación social, que estableció una brusca ruptura con la ideología y la
práctica igualitaria prevaleciente en la sociedad. En estos efectos desempeña
un papel significativo la decisión, a partir de la crisis económica sufrida en los
90, de aprobar la apertura a la inversión extranjera (en carácter de socio
selectivo con el Estado cubano), la apertura al turismo internacional, y la
legalización de la circulación del dólar de E.U. Otros desafíos se inscriben en la
presencia de nuevos actores sociales, como empresarios, nuevos
cooperativistas agrícolas, trabajadores privados, desempleados; haciendo más
complejo el escenario social en su dinámica de interrelaciones. El sentimiento
de igualdad generalizado progresivamente desde el inicio del proceso social
alcanzó un alto significado de orgullo e identidad, su ruptura crea severas
contradicciones, que se expresan socialmente y en los individuos.
Las medidas tomadas para enfrentar la crisis económica lograron revertir
relativamente las afectaciones, y avanzar en la permanencia de muchos de los
indicadores sociales. Actualmente, a pesar de una relativa recuperación
económica, las carencias que vive la población son severas, y se mantiene
vigente el sentimiento de insatisfacción por una cotidianidad mucho más
austera y dura que la vivida en los 80, un pasado suficientemente reciente y
comparativamente favorable para ser olvidado. Destacan en particular como
situaciones adversas la ruptura del patrón de correspondencia entre resultados
del trabajo e ingresos.(remesas, remuneración en divisas), los desplazamientos
laborales que conducen a que un trabajador de limpieza en un hotel reciba más
ingresos, por las propinas, que un cirujano de alta calificación, y los efectos de
la circulación de la doble moneda.
La diferenciación social es una realidad, que afecta duramente a la población,
en particular por el acceso o la imposibilidad del mismo a la tenencia de
divisas. Aunque se estima que más de la mitad de la población posee esa
disponibilidad monetaria, el monto máximo generalizado es reducido, no
satisface de modo significativo las necesidades y no modifica de forma
sustancial las diferencias.

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El mayor desafío para la continuidad del proyecto social es la presencia de
jóvenes que demandan nuevas respuestas en el escenario social presente y
futuro, muchos de ellos nacieron en los años de crisis, y no conocieron la
sociedad anterior estas generaciones se enfrentan a contradicciones e
incertidumbres difíciles de solucionar, en particular la no proporción entre la alta
calificación promedio y las remuneraciones.
Además, los medios masivos que proceden del exterior ocultan la realidad de la
vida en los países industrializados, propagando su estilo de vida consumista
como un éxito. Se tienden a subestimar los logros de la sociedad cubana, que
se perciben como derechos adquiridos y naturalmente permanentes.
En el escenario social se evidencia la continuidad de una política social que
expresa la intención de evitar la extrema pobreza y el incremento de la
polarización. El principal aspecto que confiere a esta esfera una especificidad
favorable es la continuidad de las políticas sociales dirigidas a la población, que
incluye la permanencia del acceso masivo, gratuito, y de alta calidad a la
educación, la salud, y la seguridad social. De este modo, la pobreza extrema
no es un rasgo que evoluciona de forma creciente en la sociedad cubana,
pero más importante aún, la desigualdad que se instaló en las relaciones
sociales a partir de la crisis, y que permanece como carácter, tampoco se ha
incrementado significativamente.
Para ello se han trazado políticas que tienden a impedir la polarización, como
el funcionamiento de los sistemas de impuestos, no existentes en el país antes
de la crisis, diseñados para aplicar a los trabajadores privados que obtienen
altos ingresos rentando sus casas, como taxistas o artesanos. Estas medidas
tienden a establecer un relativo margen superior al incremento de las
ganancias, impidiendo el enriquecimiento de sectores de la población, como
tampoco la formación de clases sociales diferenciadas.
En la sociedad cubana actual, la salud se garantiza para todos mediante un
sistema integral de atención primaria que abarca a la mayoría de la población y
que posee carácter preventivo, sobre un radio de acción comunitario (120
familias por médico). Su diseño creativo y eficiente contribuye de modo
decisivo a los éxitos de la salud de la población. (Pérez, 2004). En la actualidad
se ha modificado el programa del médico de la familia en su extensión
abarcadora, por la disminución de disponibilidad de médicos debido a la

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solidaridad internacional, pero se brindan servicios comunitarios accesibles a
la población mediante el fortalecimiento del nivel de policlínicos.
(Rojas,2006).Pero progresivamente se tiende a recuperar el servicio de
prevención comunitaria, con atención a la población. Mientras se trazan
políticas para recuperar el programa en su concepción, fueron reparados la
mayoría de los 444 policlínicos, se remodelaron y ampliaron 454 salas de
rehabilitación integral, se han instalado más de 24 nuevos equipos de alta
tecnología y se brindan nuevos servicios a la población: ultrasonido,
laboratorios integrales, 217 salas de fisioterapia, 24 salas de hemodiálisis y
118 centros de terapia intensiva en las municipalidades.
Además de los niveles de la estructura de salud, se identifican cuatro
programas priorizados: la Atención Materno Infantil que incluye el diagnóstico
preventivo del cáncer uterino y de mamas, el diagnóstico previo de
enfermedades congénitas, la atención priorizada a la infancia, el control de
enfermedades trasmisibles que incluye la atención al SIDA, el control de
enfermedades no trasmisibles y la atención al adulto mayor.
Existen 1 700 000 personas que tienen 60 años y más. (15 % de la
población). Y para ellos están preparados 471 equipos de atención al adulto
mayor, y más de 14 500 círculos de abuelos en todo el país.
Este sistema garantiza la coherencia de la atención de la salud de la población,
lo que se refuerza con una de las características de la investigación científica
en este terreno, ya que todos los nuevos medicamentos que son obtenidos de
forma exitosa, son distribuidos a la población simultáneamente a su
comercialización (Majoli, 2000). Ejemplo de ello es el programa de vacunación
contra 13 enfermedades infantiles, con una cobertura total de los niños, como
expresión de la política que mantiene la lucha contra la exclusión. El
pesquisaje masivo para la prevención de nacimientos con enfermedades
congénitas (decisión voluntaria de los padres sobre la interrupción o no del
embarazo), campañas para detección precoz del cáncer de mamas y uterino,
sistema de detección y prevención del VIH, además de su atención priorizada y
humana, otorgan a esta esfera un carácter integrador.
Algunos indicadores sociales pueden ilustrar esta situación, como la mortalidad
infantil, 4,5 por mil nacidos vivos de mortalidad infantil (20010) (la más baja de
las Americas y a nivel de países industrializados) , 99,9% de partos

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institucionales hechos por personal especializado, 99,9 % de los niños
protegidos a los dos años de edad contra 13 enfermedades inmunoprevenibles,
perspectiva de vida de 77, 97 años, las primeras causas de muerte en Cuba
son el infarto, el cáncer, el accidente cerebral y otras de países
industrializados.
Acorde con los impactos de la crisis se crearon cursos de superación para 150
000 estudiantes que no habían completado el noveno grado y se inició un
proceso de descentralización de la enseñanza universitaria a la comunidad,
brindando el acceso a 938 centros municipales que ofrecen la continuidad de
los estudios universitarios, asistiendo en el 2004 380 000 estudiantes.
Mesa Lago reconoce la recuperación de los indicadores educacionales, a pesar
de su comportamiento desigual, señalando entre las más importantes el
insuficiente número de estudiantes universitarios en las carreras técnicas y de
ciencias exactas, y los efectos indeseables de la masividad de los programas,
al afectar su calidad, (Mesa Lago, 2010). Sin embargo, estas soluciones
garantizan aún el acceso de toda la población al conocimiento, y permiten una
transición hacia formas más rigurosas y estrictas de la extensión educativa a
toda la sociedad, sin brechas para la discriminación. La educación se imparte a
todas las personas, en forma gratuita, existen 444 escuelas destinadas a la
educación especial, una de las mas recientes fue inaugurada para niños
autistas. En el año 2005 finalizó una investigación nacional para dar cobertura
integral social a todos los discapacitados del país, existen 444 escuelas
destinadas a la educación especial, una para niños autistas, un total de 113
niños sordos o hipoacúsicos han recibido un implante clocear, de ellos 101
escuchan y hablan.
El gobierno cubano protege a la población mediante los regímenes de
seguridad y asistencia social, que concede prestaciones gratuitas a la
población, en forma de servicios sociales, en especie (materiales escolares,
medicamentos, prótesis) y monetarios. Los gastos en seguridad social se han
incrementado en los últimos años, en 1998 representaban el 6,5% del PIB
(CEPAL. 2000). En abril de 2005 se realizó una importante reforma salarial: el
salario promedio más bajo fue incrementado desde 282 a 334 pesos, con un
salario más alto para los trabajadores de la salud y la educación. En abril de
2008 fueron incrementados los ingresos para la seguridad social y la

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asistencia, que beneficiaron a 2 millones de personas. Los aumentos favorecen
las pensiones menores de 400 pesos mensuales, 99 por ciento del total, y
hacen crecer la jubilación mínima de 164 a 200 pesos, que representa un alza
de 20 por ciento. Los beneficiados por la asistencia social, recibieron un
incremento de 25 pesos en sus pensiones, mientras que la cuota mínima de la
asistencia social pasó de 122 a 147 pesos, 20 por ciento. A pesar de esto, esos
ingresos son notablemente insuficientes, por la permanencia de la doble
moneda y los precios del mercado interno.
Debido al peso progresivo de la población de tercera edad, se reformuló la ley
de la jubilación, posponiendo la edad del retiro laboral, de 55 a 60 años para
las mujeres, y de 50 a 65 para los hombres, simultáneamente se elevaron los
ingresos provenientes de la jubilación, y se trazaron medidas que permitían una
decisión resbalante a quienes estaban próximos a jubilarse. Este proceso fue
debatido en todos los centros de trabajo del país.
Por otra parte, aumentan los programas sociales de ayuda a sectores en
desventaja social, entre ellos se destaca a partir de 1999 la creación de las
Escuelas de Trabajadores Sociales, integradas por jóvenes que no trabajaban
ni estudiaban, con la función de detectar a nivel de base social los problemas
más acuciantes de la comunidad y contribuir a la canalización de sus
soluciones, mediante un fuerte vínculo a los Consejos Populares. Se habían
graduado ya el 2007 40 000 trabajadores sociales, asumiendo tareas de
prevención comunitaria como el diagnóstico social en la población y la
contribución a la solución de situaciones: niños con peso y talla por debajo de
sus edades, ancianos sin apoyo familiar. (Martínez, 2004),
Dentro de los avances frente a la escasez, se destaca el programa energético
que logró la disminución sensible de apagones, con la inversión en equipos
electrógenos mas modernos y operacionales, quizás la mejoría más
significativa en la calidad de vida. Se registraron importantes avances en el
transporte, con la compra de ómnibus a China, pero aún no son suficientes,
particularmente al interior de las provincias.
Todo esto garantiza que no existan personas abandonadas, en particular se
refuerza la atención a los ancianos que viven solos, para ellos se ha trazado
una campaña que les identifica y garantiza su atención priorizada.

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De igual modo se estimula la participación femenina que alcanza el 66% de la
fuerza técnica laboral. Las mujeres son el 30 % de los científicos, y el 60% de
la matrícula del tercer nivel (Díaz, 2000). Así, aunque persisten profundas
diferencias en la igualdad de género, que afectan al género femenino, en
particular por su insuficiente acceso a los niveles directivos más altos, y por la
permanencia sobre la mujer de la mayor parte de la carga familiar y doméstica,
la mujer cubana no es discriminada socialmente, y así lo perciben en su
mayoría (Díaz, 1995). Cuba ocupa el lugar 29 entre 109 países según el Índice
de Potenciación de Género reporta el PNUD en el 2009; las mujeres cubanas
son el 43,2% de los parlamentarios. (cuarto lugar en el mundo),el 71, 3 de los
jueces y 73,7 de los fiscales. (FMC 2009, informe)
En un sentido integral, la exclusión social no es un fenómeno estructural de la
sociedad cubana. Sectores de la población en desventaja social (con menores
salarios promedios, en viviendas precarias y con cierto grado de hacinamiento),
disfrutan sin embargo del acceso a los servicios básicos de salud y educación.
El sentido de participación en la sociedad cubana se hizo presente en
diferentes formas de integración social, el sociólogo Rafael Hernández
denomina a los procesos eleccionarios de los años 93 y 98 una forma de
plebiscito popular (Hernández, 1999). Todo el proceso de modificación de la
constitución, la flexibilización y descentralización del ejercicio del voto,
ampliaron las posibilidades de participación, otorgando nuevas aristas a la
sociedad civil cubana. Este proceso implica la profundización de la democracia,
la generación de polémicas, lo que aún son expectativas no totalmente
satisfechas, condicionadas por el papel de “fortaleza sitiada” que el proceso
revolucionario ha desempeñado en el contexto del bloqueo desde los E.U.
Se desarrolló en septiembre del 2007 un profundo proceso de consulta a la
población inquiriendo sobre las opiniones en la sociedad cubana, muchos de
los ajustes recientes responden a estas opiniones. También en ese año se
desarrolló una importante polémica acerca de los “los años grises” que se
refieren a los años 70, expresándose un fuerte sentimiento de crítica acerca de
los errores cometidos en esos años, contra las personas que tenían diferentes
formas de pensar, y particularmente, los homosexuales. En Febrero de 2008
se desarrolló un fuerte polémica en el Congreso de la Unión de Escritores y
Artistas, quienes expresaron diversas críticas a la realidad socio económica del

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país. Esto significa una nueva aproximación a un mayor nivel de crítica en el
campo de la cultura y en las ciencias sociales
El documento que traza las perspectivas del reajuste económico, conocido
como Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social (noviembre
de 2010), ha sido discutido en todos los centros de trabajo y a nivel
comunitario en los Comités de Defensa de la Revolución, con amplia
participación y miles de sugerencias y críticas recogidas para su posterior
análisis y aprobación definitiva en el próximo VI Congreso del Partido
Comunista. Sus principales objetivos incluyen la dinamización de la economía,
la recuperación progresiva de la productividad y el incremento de la producción.
El documento otorga un peso importante al escenario del desarrollo local y
sugiere otros cambios relevantes. Aspectos que ilustran la flexibilización que
persigue son, entre otras, la aprobación de nuevas oportunidades de trabajo
por cuenta propia, el reconocimiento de derechos de venta y compra de
propiedades individuales (casas y carros sobre todo). En relación a este
proceso, el país se enfrentaba a un singular desafío, con la necesidad de la
reubicación de un millón de trabajadores estatales, que se anunció serían
declarados disponibles en el plazo de un año, al aprobarse nuevas formas de
empleo informal y otras formas de propiedad cooperativa y asociativa. El
objetivo es recuperar la eficiencia económica, y para ello, el punto de partida
tiene que ser el empleo, y la elevación de la productividad, la dinamización
económica sería un resultado que potenciaría los resultados productivos. Pero
el proceso que comenzó aceleradamente marca interrogantes profundas y
exige transparencia y garantías de equidad para llevarlo a cabo exitosamente.
Recientemente se analizó en el Consejo de Ministros que este proceso no
podía llevarse a cabo con la celeridad que fue programado, y que se requería
de una mayor gradualidad para su implementación.
El sistema de distribución de tierras ociosas es un elemento importante en la
recuperación de la sostenibilidad alimentaria, aunque aún está en sus inicios.
Se aprecia de este modo la continuidad de un proceso social que se propone la
potenciación del nivel de calidad de vida en sus objetivos de conocimiento,
salud y asistencia social.

15
En estos últimos años el sistema de valores en la sociedad cubana no se
mantiene con el carácter casi monolítico con que se implementó en las
décadas iniciales. Los efectos de la crisis económica, y los cambios sociales
que se produjeron para garantizar la supervivencia del modelo, han contribuido
al surgimiento de antivalores. De este modo, los valores originales y
prevalecientes se contraponen con los que se generan en la acción del
mercado, la competitividad, el consumismo, la corrupción, el individualismo, y el
egoísmo. Este tema adquiere importancia extraordinaria en el escenario
cubano, como piedra angular de su proyecto. Importantes experiencias tienden
a revitalizar los valores del proyecto socialista, se destaca el combate masivo
contra la injusta condena y prisión en E: U: de cinco patriotas cubanos, que
obtenían información contra el terrorismo en territorio de la Florida, sobre los
planes agresivos de la contrarrevolución de origen cubano, radicada en E.U. A
ellos, declarados héroes de la República, se les rinde honores permanentes y
se lucha sin descanso por su liberación. Una de las políticas de mayor
importancia en la revitalización de valores es la creación de la Escuela
Latinoamericana de Ciencias Médicas (ELAM), destinada a formar jóvenes
médicos procedentes de América Latina, becados en Cuba, con el compromiso
de regresar a sus respectivos países para ejercer la medicina en los lugares
más recónditos y bajo parámetros de ética solidaria. Cada año ingresan a la
Escuela mil quinientos alumnos, actualmente la ELAM tiene doce mil
estudiantes, que reciben clases gratuitas, ya se graduó el primer grupo de
médicos latinoamericano y un grupo de ellos ha participado en la colaboración
cubana en Haití después del terremoto, los médicos cubanos ya estaban en
ese país brindando su ayuda, y después del desastre, esa presencia se
potenció.
. Sin el ejercicio de la solidaridad, los valores se debilitan, es imprescindible
conservar viva la tradición solidaria, que se revierte en la formación y
asimilación de valores éticos profundos. La operación Milagro ha devuelto la
visión a miles de personas. Cuba recibió el premio de Alfabetización de la
UNESCO en Junio 19, 2006, por la Metodología Yo si puedo, que ha sido
implementada en 15 países.
Esta esfera se potencia con la articulación a la cultura cubana, la ratificación de
la identidad, y la composición múltiple a través de las diferentes expresiones

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artísticas, en particular, la música. En su proyección adquiere relevancia la
campaña cultural como uno de sus más sólidas dimensiones. También se
destaca la ubicación de equipos computacionales en las escuelas de todos los
niveles, incluyendo el primario, y el progresivo acceso a Internet en los centros
de investigación y docencia superior. En esta esfera tiene además lugar un
importante proceso de flexibilización de las ideas, que implica la acentuación
de la descentralización organizativa, y el incremento del pluralismo.
El país cuenta con la acumulación cultural, política y humana de su pueblo.
Según el sociólogo Aurelio Alonso, la fortaleza principal del proceso socialista
cubano radica en que se levanta “sobre una armazón nacionalista de raíz
popular” (Alonso, 2001). La trayectoria reciente de este proceso, su ideario y la
continuidad de sus principios están fuertemente imbricados en la historia del
país y la vigencia de sus principales directrices establece una plataforma
estructural en sus dimensiones materiales y subjetivas, que permiten fortalecer
la esperanza de una continuidad de su proyecto de justicia social.

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