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“Pero no todos los actos del proceso son indispensables para la defensa. Algunos de ellos
pueden suprimirse sin desmedro de la garantía constitucional” (Eduardo J. Couture.
Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el proceso Civil. Páginas
58 y 59. Ediciones Depalma. Buenos Aires. 1989).
“Su formulación es, entonces, la siguiente: “Nullus liber homo capiatur, vel
imprisonetur aut disseisiatur, aut utlagetur, aut exuleter, aut aliquo modo
destrautur, nec super eum ibimus, nec super eum mittemus, nisi per legale
iudicium parium suorum vel per legenm terre”.
“El “legale iudicium suorum” configura la garantía procesal del juez competente.
Nuestros textos actuales que obligan al actor a acudir, en las acciones personales,
al juez del fuero del demandado, tienen que inclinarse, como un remoto
predecesor histórico, ante ese derecho configurado políticamente, de ser juzgado
solamente por el juez natural, el de la misma condición”.
“El iudicium per legem terre” constituye en el dercho moderno, la garantía de la ley
preexistente. La ley de la tierra es la ley preestablecida, aquella a la cual el
individuo ajusta su conducta en la vida. Solo por infringir esa ley se puede sufrir
castigo. Cuando nuestros textos procesales dicen hoy que el juez en su sentencia
aplicará las disposiciones legales vigentes, lo único que hacen es reglamentar la
garantía política de ser juzgado tan sólo a la luz de ese derecho.””Eduardo J
Couture. Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso
Civil. Páginas 47 y 48. Ediciones Depalma. Buenos Aires. 1989)
“Cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos tuvo que establecer en que
consistían estas garantías del proceso debido y de la ley de la tierra, dijo:
“Determinado lo que es el “due process of law” en las Enmiendas V y XIV la Corte
debe referirse a los usos establecidos, a los modos de procedimiento consagrados
antes de la inmigración de nuestros antepasados que, no siendo inadaptables a
su condición civil y política, han continuado aplicándose por ellos después de su
establecimiento en este País”.
“Si existe sin embargo entre los autores un sustrato básico de común aceptación
que atribuye al DPL unos determinados contenidos, que como mínimo, deben
concurrir para que efectivamente se dé. En este sentido se concibe el DPL como
una válvula reguladora entre la libertad individual y las previsibles imposiciones de
la autoridad, asumiendo la existencia de conflictos entre los ciudadanos y aquella
encauzando la resolución de los mismos por medio de procedimientos legales. Es
el concreto alcance de esa legalidad el que, y en la practica, ha ofrecido sucesivas
versiones del DPL, dependiendo de las oscilaciones de conceptos indeterminados
tales como interés general, arbitrariedad, injusto o desleal.
“1º.- El DPL dispone lo que es conocido como “Due Process Procesal”, lo que
significa que ningún órgano jurisdiccional puede privar de la vida, libertad o
propiedad, a ningún sujeto de derecho, excepto a través de procesos ajustados a
la United States Code. Así, una persona no podrá ser expropiada sin ser notificada
de ello y oídas sus alegaciones, ni puede ser privado nadie de su libertad sin un
juicio limpio (“Fair Trial”).
“En otras palabras, en los estados USA la garantía del juicio limpio es parte, parte
nuclear pero no la totalidad, del alcance de la cláusula DPL que contiene
superpuestas y desarrolladas otras especificas garantías destinadas a asegurar la
realización de la justicia en los procesos principalmente penales.
“Varias de las garantías a las que hacemos referencia, las más básicas, que
constituyen los elementos irrenunciables del “Flair trial” y por lo tanto
manifestaciones propias del DPL procesal, están recogidas a modo de catalogo en
la Sexta Enmienda de la United States Code y son:
Podemos provisionalmente concluir que en los EEUU la garantía del juicio limpio
no es un concepto simple, sino una combinación de elementos que aseguran una
determinada forma de proceso en torno a los valores equidad, imparcialidad,
igualdad, publicidad, racionalidad, certeza y universabilidad, estando todos ellos
incluidos y presentes en la cláusula DPL que además incorpora otros requisitos
específicos contenidos en otras partes de la United States Code. (Iñaki Esparza
Leibar. El principio del proceso debido. Págs 71 a 77 Bochs Editor SA Barcelona
1995).
-Artículo 8
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la ley.
-Artículo 10
-Artículo 14.1
Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda
persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por
un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la
substanciación de cualquier acusación carácter penal formulada contra ella o para
la determinación de sus derechos y obligaciones de carácter civil. La prensa y el
público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios por
consideraciones de orden moral, orden público o seguridad nacional en una
sociedad democrática, o cuando le exija el interés de la vida privada de las partes
o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal, cuando por
circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar los intereses
de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública,
excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en
las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o la tutela de menores.
Se presume que todo acusado es inocente, hasta que se pruebe que es culpable.
Toda persona acusada de un delito tiene derecho a ser oída en forma imparcial y
pública, a ser juzgada por tribunales anteriormente establecidos de acuerdo con
leyes preexistentes y a que no se le imponga penas crueles, infamantes o
inusitadas.
1.-Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la substanciación de cualquier actuación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal, o de cualquier otro carácter.
Para que esa resolución de autoridad sea válida debe reunir los siguientes
requisitos:
Con las ideas de que el proceso debe ser previo y legalmente tramitado, el
Contribuyente “se refiere al acto jurisdiccional máximo que resuelve el conflicto,
con efecto de cosa juzgada, que es la sentencia definitiva. Si este inciso 5º Nº3
del atr 19 lo concordamos con el primer inciso del mismo Nº3, relativo a la igual
protección de la ley en el ejercicio de los derechos de las personas, podemos
concluir que , tanto en el artículo 19 Nº3, como en artículo 73- a propósito de las
facultades de conocer, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado y de la organización de
los tribunales, la Carta Fundamental ha dado un amplio reconocimiento al proceso
como forma de solucionar el conflicto de relevancia jurídica.
“En relación con esta misma materia, hay un grupo de disposiciones que, por ser
ultraconocidas, y que se refieren al proceso penal, me voy a permitir reseñarlas
solamente son: el artículo 19 Nº7 letra b,), que se trata de la detención; el 21, que
se refiere al amparo; el 19 Nº7 letra c), atinente al derecho que se toda persona a
ser procesada por el juez competente; y otras disposiciones del mismo artículo 19
Nº7, que se refiere a la incomunicación, la declaración del inculpado, la libertad
provisional y la indemnización del daño causado por un proceso injusto. Estas son
disposiciones constitucionales referidas al proceso penal. (Juan Colombo C. El
Derecho Procesal funcional y sus bases constitucionales. Páginas 77 y 78, revista
de Derecho Procesal. Facultad de Derecho Universidad de Chile. Nº 19 1997,
Santiago, Chile).
2).-El Proceso debe desarrollarse para los efectos de permitir la dictación de
la sentencia dirigida a resolver el conflicto siempre a través de un
procedimiento racional y justo, correspondiendo al legislador su
establecimiento.
“El señor DIEZ manifiesta que ambos conceptos son distintos: racional y justo.
Racional, referido al procedimiento, y justo, a lo sustantivo.
“En cambio, cree que nadie puede dejar de entender o de sostener con un
mínimo de valor, en el sentido de eficacia, que hay ciertas garantías mínimas
racionales de un proceso ya se desprenderá de la naturaleza del proceso si es
garantía mínima racional, el que, por ejemplo, deba ser la sentencia objeto de
apelación o de consulta, o no; dependerá de la naturaleza del asunto el que
racionalmente pueda concluirse que no es necesario otorgar un recurso. Por eso,
consulta si sería conveniente emplear la expresión “racional” agregada a “justo”,
como se ha sugerido, en lugar de “debido proceso”.
“Si se pone solo la expresión “debido proceso”, podría interpretarse que lo que es
debido es lo que esta en la ley, y lo que se debe hacer es lo que ha dicho la ley.
Entonces resulta que es un poco restringido y puede interpretarse asimismo en
forma limitada. Por eso, considera adecuado agregar las expresiones
“racionalidad y justicia”. (Enrique Evans de la Cuadra. Los Derechos
Constitucionales. Tomo II, página 28 Editorial Jurídica de Chile).
“Según nuestro Diccionario de la Lengua Española, el vocablo “racional” significa
“arreglada a la razón” y “razón” equivalente a “justicia”; a su vez “justo” significa
“que obra según justicia y razón” y justicia “es derecho, razón o equidad”.
“En relación con el tema, cabe destacar algo bastante importante, que es el
principio de la bilateralidad y la prueba. El primero consiste en que nadie puede
ser condenado si no ha sido debidamente emplazado. Y eso, obviamente está
comprometido en un proceso racional, ya que si éste se pudiera seguir sin notificar
o emplazar ala sujeto pasivo, seria evidentemente irracional, sin perjuicio de que,
además, pudiese ser injusto.
“El otro punto de gran interés es la prueba. Tanto el actor, en si caso, como el
sujeto pasivo, tienen derecho a la prueba porque el proceso en el fondo, es un
expediente para reconstruir hechos pasados; el conflicto se va reconstruir,
favorable o desfavorablemente para una y otra parte, según la convicción que el
juez se forme de los hechos que antes ocurrieron. La forma de trasladarlos al
proceso es justamente la prueba,” (Juan Colombo C, El Derecho Procesal
funcional y sus bases constitucionales. Páginas 77 y 78. Revista de Derecho
Procesal. Facultad de Derecho Universidad de Chile Nº 19, 1997 Santiago Chile).
D.- LAS GARNTÍAS QUE DEBEN CONTEMPLARSE POR EL LEGISLADOR PARA
QUE LA SENTENCIA EMANE DE UN PROCESO PREVIO, DESARROLLADO SEGÚN
UN RACIONAL Y JUSTO PROCEDIMIENTO.
En primer lugar, debemos recordar que el Derecho Procesal, así como sus
principales instituciones como la acción, la jurisdicción y el proceso, conforman
una unidad, reconociendo la diversidad que puede existir entre los procedimientos
civiles y penales para el desarrollo de un proceso de atención al conflicto que debe
resolverse mediante él.
Sin embargo, ello no obsta a que en atención a la diversa naturaleza del conflicto
que se debe resolver luego del desarrollo del proceso, se contemplen respecto al
procedimiento penal garantías adicionales tanto por parte del Contribuyente como
del legislador, las que serán estudiadas en el ramo del Derecho Penal, en el que
una reforma de nuestro procedimiento penal ha aumentado dichas garantías al
establecer un nuevo sistema procesal penal predominante acusatorio.
Las garantías mínimas para que nos encontremos ante un procedimiento racional
y justo para el desarrollo de un debido proceso son las siguientes:
En primer lugar, debemos dejar establecido que la independencia del juez dice
relación con los órganos legislativos y ejecutivos del Estado, base orgánica para el
ejercicio de la función jurisdiccional que se encuentra contemplada en el artículo
73 de la Carta Fundamental y a la cual ya nos hemos referido en cuanto a sus
diversos alcances.
En segundo lugar, a través de la imparcialidad o competencia subjetiva, básicamente
nos estamos refiriendo a la necesidad de que el juez no se encuentre en una
especial relación con una de las partes o con la materia del conflicto de manera
que sea de temer la existencia de influencias y perturbaciones, respecto de la
objetividad y serenidad de juicio.
Para que nos encontremos ante un debido proceso de ley, que permita el
pronunciamiento de una sentencia para dar cumplimiento a la garantía de igual
protección de la ley en el ejercicio en los derechos contemplada en el art. 19 N° 3
de la Carta Fundamental, es menester como requisito sine qua non que el órgano
jurisdiccional encargado de ejercer esa función sea imparcial.
Es de la esencia del ejercicio de la jurisdicción, que el órgano encargado de
ejercer la función sea imparcial, puesto que éste se sitúa supra partes para los
efectos de imponerles la solución del conflicto.
De allí, que el juez que ejerce la jurisdicción debe ser imparcial, es decir, debe ser
una persona distinta a las partes del conflicto, e imparcial, es decir, no debe poseer
ninguna vinculación con las partes que le motive un designio en favor o en contra de
alguna de las partes.
En las Actas de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, el profesor
José Bernales dejó expresa constancia que uno de los presupuestos para que nos
encontremos ante un racional y justo procedimiento, consiste en la existencia de
"un tribunal constituido de tal manera que dé una seguridad razonable de
honestidad e imparcialidad (Enrique Evans de la Cuadra. Los Derechos
Constitucionales Tomo II. Página 31 .Editorial Jurídica de Chile).
Por otra parte, es menester tener presente que en los tratados internacionales
suscritos en Chile sobre los derechos humanos se diferencia claramente la
independencia de la imparcialidad.
Al efecto, se ha señalado que "el derecho supranacional contemporáneo
diferencia claramente ambos atributos y, así, el Pacto internacional de Derechos
Civiles y Políticos demanda un juez independiente e imparcial, formula que el
Pacto de San José de costa Rica reproducirá años más tarde. Es que, con esfuerzo
y singulares condiciones propias, se puede llegar a ser dependiente e imparcial y
se podrá ejercer jurisdicción. Quien, en cambio, sea independiente (no dependa de
nadie: ni se subordine a potestad alguna), pero sea parcial, jamás ejercerá la
jurisdicción."(Raúl Tavolari Oliveros. Tribunales, Jurisdicción y Proceso. Página 55.
Editorial Jurídica de Chile.)
En caso que concurra una causa que le reste imparcialidad al juez para la
solución del conflicto se dice que éste no posee una competencia de carácter
subjetiva.
Al efecto, el artículo 194 del C.O.T. establece que "los jueces pueden perder su
competencia para conocer determinados negocios por implicancia o recusación
declaradas, en caso necesario, en virtud de causas legales."
;
Nuestro legislador celoso de resguardar la efectiva imparcialidad de los jueces ha
establecido una serie de casos que pueden generan o pueden generar la inhabilidad
de un juez para los efectos de conocer un determinado proceso, no obstante
poseer por el tribunal del cual forma parte competencia objetiva en virtud de las
reglas de la competencia absoluta y relativa.
Los medios a través de los cuales se pueden hacer valer las inhabilidades de un
juez por carecer de la imparcialidad necesaria para conocer de un determinado
proceso son implicancias y recusaciones.
Como lo ha dicho nuestro Tribunal Constitucional "todo juzgamiento debe emanar de
un órgano objetivamente independiente y subjetivamente imparcial, creado por la
ley. Es más, se ha reiterado que la independencia e imparcialidad del juez no solo
son componentes de todo proceso justo y racional, sino que además son
elementos consustanciales al concepto mismo de tribunal"(T. Constitucional.
5.4.1988. R. t. 85. Sec.6a.pág. 4) Mario Verdugo y Emilio Pfeffer Urquiaga. Sección
IV. Los Derechos y Deberes Constitucionales. Derecho constitucional Tomo I.
Página 214. Editorial Jurídica de Chile. 1994).
El artículo 2° del N.C.P.P., titulado ''''Juez natural dispone que "nadie podrá ser
juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se
hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho". De acuerdo
con este precepto, nuestro legislador ha establecido un criterio más restrictivo al
contemplado en las Comisión de Estudios de la Constitución de 1980 sobre la
anterioridad con la cual debe encontrarse establecido el tribunal encargado de juzgar
un hecho
Sin embargo, debemos tener presente que la garantía general del contradictorio
debe se respetada no sólo al inicio del procedimiento, sino que durante todo su
curso y respecto de todos los que son parte en el mismo.
"Cada momento esencial del proceso - desde la notificación de la demanda al
pronunciamiento de la sentencia- debe estructurarse de manera tal que ofrezca
una efectiva posibilidad de defensa.".(Mauro Capeletti. Proceso Ideología y
Sociedad. Las garantías constitucionales de las partes en el proceso civil italiano.
Pag. 526. Ediciones Jurídicas Europa America. 1974. Buenos Aires.)
"En tanto sea posible dentro de las necesidades técnicas del debate, la ley
procesal primero, y el juez luego, deben propender a que el actor y el demandado
actúen en el proceso en un plano de igualdad. En la etapa de conocimiento esa
igualdad debe consistir en dar a ambos contendientes análogas posibilidades de
expresión y de prueba. En la etapa de ejecución, en admitir dentro de términos
más reducidos, los medios de defensa necesarios para evitar la ruinosa realización
de los bienes del deudor. (Eduardo J. Couture. Estudios de Derecho Procesal
Civil. Tomo I. La Constitución y el proceso Civil. Páginas 66. Ediciones Depalma
Buenos Aires 1989).
Finalmente, se ha estimado "que el principio de igualdad en el debate, tiene un
aspecto que, dentro del sistema constitucional, ha adquirido extraordinario
significado:; el problema de la igualdad económica ante el litigio. ¿De qué vale una
declaración afirmando la igualdad ante el derecho, si la tal igualdad no existe ante
los hechos? ¡Qué mayor ironía que la de proclamar a todos iguales, si el costo de
la justicia es, por sí mismo, un instrumento de desigualdad? (Eduardo J. Couture.
Estudios de Derecho Procesal Civil. Tomo I. La Constitución y el Proceso Civil.
Páginas 66 y 67.Ediciones Depalma. Buenos Aires. 1 989)
En consecuencia, es menester para que exista una real igualdad que la parte de
escasos recursos cuente con una asesoría jurídica según ya hemos visto; que el
ejercicio de facultades del proceso no se vea entorpecido por tener que asumir
cargas económicas para ejercer sus derechos procesales antes de la dictación de
una sentencia, lo que se ha tratado de obtener con la eliminación de consignaciones
para deducir los recursos como criterio general y respecto de todos ellos; y
finalmente que la escasez relativa de recursos respecto de determinados procesos
no conduzca a la imposibilidad de rendición de prueba, lo que se pretende
remediar con la concesión del beneficio de privilegio de pobreza, ya sea legal o
judicial.