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Repercusión del principio de legalidad y del non bis in ídem en un

Estado democratico.

Cátedra: Teoría del Delito.


Integrantes: Paula Novoa 21.097.233-1
Camila Perez 17.084.928-0
Docente: Felipe Gonzalez.
Introducción.

En el presente trabajo desarrollaremos en qué consisten dos de los principios rectores del derecho
penal general, esto por medio del reconocimiento de sus raíces históricas y el desenvolvimiento
como elemento jurídicos en los sistemas normativos, con relación a su relevancia de constituirse
como componentes jurídicos vitales de un Estado alineado con el orden y valores democráticos,
por lo que a través de un análisis particular de cada principio en función de su origen histórico,
evolución y aplicación en nuestra jurisprudencia nacional para finalmente determinar su
interrelación dentro de nuestro ordenamiento jurídico.

Principio de legalidad.

En primer lugar, para comprender en qué consiste el principio de legalidad es necesario


reconocer el marco histórico del cual emergen, con la intención de lograr delimitar el núcleo o
fundamento de estos mismos.

Respecto al principio de legalidad, sus orígenes formales se tienden a establecer en el contexto


del Iluminismo, lo cual no es del todo errado ya que es durante esta época en la que se desarrolla
de manera fundamental y persisten las bases que lo fundaron hasta nuestra actualidad, aun así, es
preciso destacar que una importante parte de las raíces del derecho romano abarcan las ideas
centrales de este principio, ideas que gestaron la claridad de las leyes, claridad que tendría como
fondo el que estas fuesen escritas, accesibles y conocidas por los ciudadanos, sembrando la
semilla que desarrollaba, al menos de manera superficial, el principio que daría sus frutos varios
siglos posteriores en manifestaciones de este mismo, pues “No se encontraba reconocido en el
Derecho Romano (Ulpiano), en el que se admitía la analogía, pero sí puede reconocerse este
principio en el Derecho Canónico, en textos de los siglos XII, XIII y XIV, al igual que en la Carta
Magna Leonesa (1188) y en la Carta Magna Inglesa (1215).” 1 textos de los cuales destaca la
Carta Magna Inglesa al consagrar el habeas corpus que establece la concesión escrita como
limitante al poder del rey, encaminando la garantía de ser un medio limitador del ius puniendi.

De todas formas, el mayor desarrollo del principio se logró dar en el escenario histórico del siglo
de las luces, durante finales del siglo XVII y durante el siglo XVIII, marcando un hito
fundamental en el Derecho, sobre todo en la rama que nos compete, en el derecho penal. Los
pensadores ilustrados como Locke, quien si bien es un autor previo a la Ilustración, influyó en el
pensamiento ilustrado por medio de su enfoque en los derechos naturales y el consentimiento del
gobierno, influencia que logró fundar las ideas de un gobierno limitado a través de la legalidad.
Montesquieu, en su obra “El Espíritu de las Leyes” (1748), quien contribuyó a la separación de

1
Vivian Bullemore, John Mackinnon, Curso de Derecho Penal Parte General, 2005, 1°ed., t.1, p.63.
poderes y la claridad y previsibilidad de las leyes como protección de la libertad individual.
Rousseau con su obra “El Contrato Social” (1762) influyó en la idea de que la legislación debía
provenir de la voluntad general, estableciendo los cimientos de la legalidad democrática. Voltaire
en su obra “Diccionario Filosófico” (1764) en el que protesta contra las injusticias legales de su
época y aboga por la tolerancia, contribuyendo a la promoción de una justicia más proporcional.
Y uno de los más relevantes en nuestra materia, Cesare Beccaria, quien en su obra “De Los
Delitos y Las Penas” (1764), propio de la contingencia de su tiempo, es que por medio de su obra
abogo por la necesidad de abolir el tomento y la pena de muerte como componentes de las
prácticas judiciales, también por la relevancia de leyes claras y proporcionales, establecidas por
la vía de la legalidad penal.

Estos pensadores ilustrados fundamentaron las bases para la conceptualización moderna del
principio de legalidad, teniendo como consecuencia la elaboración de declaraciones de derechos
y sistemas jurídicos respaldados por la previsibilidad y la protección de los derechos individuales
frente al Estado, lo cual se puede distinguir posterior a la Revolución Francesa, donde este
principio se enalteció como un derecho fundamental, estipulado en la Declaración de Derechos
del Hombre y del Ciudadano (1789) y servir de precedente para el desarrollo de los sistemas
jurídicos posteriores.

Es por ello que su origen resultó en que, en 1871“El creador intelectual de este principio
fundamental para el derecho fue Fuerbach, que a su vez lo recogió de la Revolución Francesa,
que lo consagró en el art. 8° de la Declaración de Derechos del Hombre (1789).”2 logrando
determinar de una manera más exacta la conceptualización que permanece como una máxima
que consagra el principio de legalidad a través de la fórmula del latin, nullum crimen, nulla
poena sine lege praevia, lo cual quiere decir que ningún delito se castigará con otra pena que la
que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración, concepción que persiste en el
derecho penal contemporáneo.

De esta manera es que se ha ido delineando la transformación de la concepción de la ley y la


justicia en la historia del derecho. Desde sus raíces del derecho romano hasta su consagración en
tratados internacionales, otorgando cambios significativos en su noción y aplicación. Por lo que,
a continuación explicaremos la evolución del principio en la legislación nacional.

El principio de legalidad ha sido un componente esencial en la búsqueda de un sistema penal que


afiance la seguridad o certeza jurídica y asegure el respeto por los derechos de los ciudadanos.

Por ello es que el Código Penal de 1874, promulgado en el gobierno de Federico Errazuriz,
representa un hito en la historia de nuestra legislación al introducir la idea fundamental, en su
artículo 1°, al establecer que “ Es delito toda acción u omisión voluntaria penada por la ley.

2
Mario Garrido, Derecho Penal Parte General, 1997, 1°ed., t.1, p.31.
Las acciones u omisiones penadas por la ley se reputan siempre voluntarias, a no ser que conste
lo contrario.”, es decir, no hay pena sin una ley preexistente que la establezca, de este modo es
que representó una transformación en la manera de entender el sistema penal pues fortaleció los
elementos que mencionamos anteriormente, avanzando hacia un sistema legal más acorde con
los valores democráticos emergentes de la época. A pesar de ello, surgieron ciertas problemáticas
como la redacción ambigua o la aplicación desigual, problemáticas propias de la época, pero aun
así, no se puede negar que la incorporación de este principio sirvió como catalizador para futuros
desarrollos legales, como veremos a continuación.

En nuestro Código Penal vigente, las manifestaciones del principio de legalidad se encuentran
enmarcadas y revestidas de formalidad y garantías de esta misma como en el artículo 18° al
establecer que “Ninguna delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada
con anterioridad a su perpetración.”, o en su artículo 80° “Tampoco puede ser ejecutada pena
alguna en otra forma prescrita por la ley, ni con otras circunstancias o accidentes que los
expresados en su texto.” garantizando que no podrá ejecutarse una pena de otra forma que la
prescrita por la ley.

También es importante reconocer que este principio ha sido protegido constitucionalmente, en


primer lugar por la Constitución de 1925, que en el artículo 11° establece que “Nadie puede ser
condenado si no es juzgado legalmente y en virtud de una ley promulgada antes del hecho sobre
el que recae el juicio” consagrando el principio de legalidad y varios aspectos que habían sido
aislados como la garantía criminal, penal y jurisdiccional, abarcando de manera más amplia el
mismo principio.

De la misma manera, e incluso más detallada aún, la Constitución de 1980 señala en su artículo
19° N° 3 inc 7° “Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada
con anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado”
reconociendo no solo las garantías previamente señaladas, sino que incorporando el principio pro
reo, además de incorporar constitucionalmente el triple sentido del principio de legalidad, es
decir, que sea escrita, lege scripta, estricta, lege stricta, y previa, lege previa.

Por consiguiente, debemos determinar que la ley es “la única fuente de derecho penal se conoce
generalmente con el nombre de "principio de la reserva o legalidad", y constituye la piedra
angular de todo el sistema jurídico-penal” 3 por lo que, su evolución no solo implica que la ley
es la que determina qué hechos son punibles y que pena se les asigna, sino que es un componente
central para configurar un sistema penal justo, transparente y respetuoso con los derechos
fundamentales de los ciudadanos frente al ius puniendi que ostenta el Estado, en un proceso
continuo de la sociedad con la justicia en la búsqueda de la aplicación de este principio, con la

3
Alfredo Etcheberry, Derecho Penal, 1998, 3°ed. t.1., p.75.
convicción de que no solo es un elemento o característica jurídica sino un soporte para la
permanencia de un Estado democratico de derecho.

En este sentido, es importante destacar la jurisprudencia chilena, particularmente la Corte


Suprema, respecto a esta misma evolución, a través de las decisiones judiciales ha reafirmado la
relevancia de que las leyes penales sean claras y precisas para aislar las interpretaciones
extensivas que desprotegen los derechos fundamentales a través de la vulneración del principio
de legalidad.

En relación con eso es que la Corte Suprema, en Juan Silva Ross con el Ministerio de Defensa
Nacional4, pone de manifiesto la rigurosa aplicación del principio ante los siguientes elementos.

El contexto de la sentencia se origina en un funcionario, quien es la parte activa del caso, al cual
se ha visto en una situación de vulneración frente a la sanción administrativa de destitución,
sanción por la cual deduce la acción constitucional de recurso de protección ya que alega una
aplicación arbitraria por parte del Estado, por lo cual, se centra la atención en la facultad
sancionadora del Estado y la tensión inherente entre la protección del individuo. De esta forma es
que se exponen los hechos principales:

“el actor sostuvo que la actuación de la Administración vulneró de manera ilegal y arbitraria
sus derechos fundamentales consagrados en los numerales 2 y 24 del artículo 19 de la
Constitución Política de la República, a través de diversas actuaciones, omisiones y valoración
de los antecedentes, realizadas por la autoridad administrativa en el contexto de la tramitación y
resolución del sumario llevado en su contra…” 5

A raíz de esto es que la Corte Suprema establece que la sanción impuesta se funda en el siguiente
enunciado normativo:

“...el artículo 125 de la Ley N° 18.834, Estatuto Administrativo, dispones que la medida
disciplinaria de destitución procederá sólo cuando los hechos constitutivos de la infracción
vulneren gravemente el principio de probidad administrativa y en los casos que reseña en la
letra a) a e)...”6

Por lo que, como hemos señalado anteriormente, respecto a las penas que pudiesen imponerse,
cualquiera sea su naturaleza, estas deberán tener concordancia con el presupuesto fáctico que
regulan y del cual, en el presente caso, la Corte Suprema determinó:

4
Juan Silva Ross c/ Ministerio de Defensa Nacional, 2023, Corte Suprema, 01 de enero de 2023, (recurso
de protección), en westlawchile.cl, Rol N° 40371-2022.
5
Considerando primero.
6
Considerando quinto.
“Así, la luz de las consideraciones juridicas y facticas ya pormenorizadas, aparece que la
conducta en que aquél incurrió, no admite desde una perspectiva racional y proporcional la
calificación de maxima gravedad asignada por el servicio recurrido y en consecuencia, se
encuentra vedado a la Administración la posibilidad de imponer la medida disciplinaria de
destitución, pues ello importaria una violación al principio de legalidad según lo dispuesto por
el inciso segundo articulo 125 del Estatuto Administrativo, como se estimo en el caso, y, por
lomismo una vulneración de la garantia de igualdad ante la ley. En consecuencia, la sanción
impuesta es desproporcionada y por ello desprovista de la racionalidad que debe orientar a los
actos sancionadores de la Administración. Es irracional pues no ha tenido en cuenta las
circunstancias que merman la calificación de gravedad atribuida, y aquellas atenuantes de
responsabilidad que favorecían al actor (considerandos 7° y 8° de la sentencia de la Corte
Suprema.” 7

Por lo que podemos concluir, a raíz de la resolución dictada que efectivamente hubo una
violación al principio de legalidad, la cual se dio a traves de una circunstancia que, tal como
afirman los juristas “No se trata, pues, sólo de la exigencia de una ley previa que castigue un
hecho como delito {nullum delictum nulla poena sinepraevia legepoenali), sino de una ley que
fije con precisión los contornos de la figura punible (nullum crimen sine lege stricta)...”8
enfatizando en que el presupuesto fáctico debe estar determinado con la mayor precisión
justamente para aislar la interpretación que constituya una situación malam parte puesto que “...
la prohibición de la aplicación analógica de las leyes, y de la interpretación extensiva de las
mismas, prohibición que, como la anterior, se dirige frente a los Tribunales, en tanto que
representan la imposición de una pena a una conducta no prevista expresamente como delito por
la ley…”9 actuando en favor del ciudadano ante la arbitrariedad que puede ejercer el Estado,
prohibición que por lo demás es transgredida al momento de imponerse una pena que no
respondía a lo tipificado en la legislación en la cual se funda la misma sanción, legislación que
por lo demás se encuentra precisada volviendo aún más grave la vulneración del principio de
legalidad en el caso concreto.

Esta jurisprudencia judicial resalta, particularmente, la necesidad de respetar el principio de


legalidad ya que tal como se señaló en las consideraciones de la sentencia, el transgredir el
principio de legalidad constituye no sólo una afectación al sistema jurídico que requiere ser
reparado sino que además se expande a una secuencia de principios y garantías,en el presente
caso fueron el principio de proporcionalidad, tipicidad y la garantía de igualdad ante la ley,
principalmente, principios y garantías que dependiendo del caso, serán por consiguiente
transgredidos alterando la posición del individuo en la sociedad de diversas maneras que como

7
Considerando séptimo.
8
Sergio Politoff, Jean Pierre Matus, Maria Cecilia Ramirez, Lecciones de Derecho Penal Chileno, 2003,
2°ed., p.66.
9
Luis Arroyo, Principio de legalidad y reserva de ley en materia penal, 1983, Revista Española de
Derecho Constitucional, N°8, p.13.
señala Arroyo que:“El principio de legalidad aparece y se desarrolla como una garantía del
ciudadano y de sus derechos fundamentales, frente a la privación o restricción de sus derechos
por el Estado. Es decir, se trata de una garantía frente a la imposición estatal de condiciones
desfavorables y no frente a condiciones favorables.”
10

Non Bis In Ídem.

Respecto a este principio, al igual que el principio de legalidad, podemos encontrar sus raíces en
el derecho romano ya que el término non bis in idem es una escritura latin, la cual significa no
dos veces por lo mismo, y su abreviatura ha resultado con una distinta nomenclatura en otros
países como Italia;bona fides non patitur(la buena fe no se tolera que se exija dos veces la misma
cosa) o Francia; Autrefois acquitte (ya absuelto).

Su nacimiento proviene de la institución del derecho romano conocida como Res iudicata pro
veritate habetur, que quiere decir, la cosa juzgada se considera como verdad, y con el progreso
activo en la época del emperador Justiniano I (527-565 D.C.) “Con el objetivo de aclarar y
actualizar las antiguas leyes romanas, erradicar las incoherencias y agilizar los procesos
legales” 11 de la época, ya que un importante número de leyes se encontraban en un estado
obsoleto, al no lograr cumplir ciertos requisitos para la ciudadanía por la antigüedad de estas
mismas y las contradicciones con el contexto de la ciudadanía. Es entonces que el emperador
Justiniano, en apoyo de un grupo de juristas, componen un cuerpo de leyes consagrado con el
nombre “Corpus Iuris Civilis De Justiniano” un cuerpo más completo y actualizado.

En esta obra Justiniano aborda distintos temas, necesarios para proporcionar cierta uniformidad
jurídica a su reino, pero relacionado al derecho penal, en este sentido trata expresamente de
quien ha sido objeto de acusación por un crimen público, no podría volver a serlo por el mismo
hecho, con penas y castigos para delitos dependiendo del caso, por consiguiente, se desarrollaron
cambios significativos en la ciudadanía y con el pasar de los siglos se recuperó esta concepción,
convirtiéndolo en un elemento fundamental en muchos sistemas jurídicos de Europa.

El non bis in idem con el tiempo se fue adentrando en los distintos sistemas como por ejemplo en
el derecho español, específicamente en las leyes históricas de España de las siete partidas del
reinado de Alonso X. En el derecho inglés, los anglosajones con double jeopardy, que fue
instaurado post revolución francesa, en la quinta enmienda de la Constitución estadounidense.

Por lo que el significado de non bis in idem es algo introducido en las distintos cuerpos
legislativos, tanto europeos como americanos, y que es una manera de que el ciudadano no sea

10
Luis Arroyo, Principio de legalidad y reserva de ley en materia penal, 1983, Revista Española de
Derecho Constitucional, N°8, p.18.
11
Mark Cartwright, Corpus Iuris Civilis, 2018.
vulnerado en sus derechos a ser juzgado dos veces por un mismo delito garantizando la
aplicación de este instrumento como medida de protección frente a la persecución arbitraria
estatal.

Ya planteado el origen del non bis in idem, debemos dar paso a responder su evolución en el
tiempo, como sus primeras raíces en el derecho romano y cómo se expandió en Europa y en el
resto del mundo, en general. Uno de los documentos importantes en la evolución del non bis in
idem es la Convención Americana de los Derechos Humanos (Pacto de San José) que en su
artículo 8° inciso 4° estipula que “El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser
sometido a nuevo juicio por los mismos hechos”12 enunciado que compone un aspecto del
principio al consagrarlo como una garantía judicial.

Por otro lado, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, a raíz de la Segunda Guerra Mundial,
es que nace para garantizar el respeto de los derechos, consagrando enunciados como que
“Nadie podrá ser inculpado o sancionado penalmente por un órgano jurisdiccional del mismo
Estado, por una infracción de la que ya hubiere sido anteriormente absuelto o condenado en
virtud de sentencia definitiva conforme a la ley y al procedimiento penal de ese Estado.” 13
elevando este principio como un derecho fundamental del ciudadano. En el tribunal europeo de
derechos humanos, que opera desde 1959, implementan el non bis in idem en los casos penales
pero acorde al tratado internacional anteriormente nombrado.

Como vemos el non bis in idem se ha implementado en los principios generales del derecho y en
los tribunales como una manera efectiva de proteger al ciudadano de no ser penalizados más de
una vez por un hecho punible, y donde tienen que existir 3 identidades subjetiva,fáctica y causal.
”El principio nos bis in idem impide que una misma acción pueda ser tomada en consideración
con plurales efectos fundamentadores de la responsabilidad criminal, esto es, que por un mismo
contenido de injusto puede imponerse varias penas”14

Aún así, este principio ha evolucionado de tal manera que podemos encontrar dos faz del mismo;
un faz material y uno procesal.

El non bis in ídem material responde a que no se puede recaer en una multiplicidad de sanciones,
puesto que el núcleo del principio es justamente no ser juzgado dos veces por un mismo hecho,
como tampoco ser sancionado por dos hechos de distinta naturaleza, como lo es la administrativa
y es aquí donde se interrelaciona con el principio de legalidad y de proporcionalidad ya que tiene
que ser justo en sus proporciones. “Este principio ha venido siendo aplicado fundamentalmente

12
Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por Chile el 08 de Octubre de 1990, p. 5.
13
Protocolo N°7 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, art. 4, N°1.
14
José Miguel, Zugaldía, Fundamento Derecho Penal, Parte General, 1993, p.304.
para determinar una interdicción de duplicidad de sanciones administrativas y penales respecto
a un mismo hecho.” 15

Mientras que el non bis in idem procesal abarca los procesos judiciales ya que no se puede juzgar
por dos procedimientos (administrativo y por el orden jurisdiccional) donde se resolverá la
primera y donde hay ciertas premisas como la de respetar la cosa juzgada o que los órganos
administrativos no puedan llevar a cabo procedimiento sancionador en los casos que puedan ser
constitutivos de delito o falta.

En conclusión la administración frente a los tribunales de justicia condujo que esta debe actuar
después de los órganos judiciales y ha respetar la determinación fáctica de los tribunales. Por lo
que en esta evolución del non bis in idem se diferencia la pena y la sanción administrativa puesto
que la segunda puede sancionar a los que prestan servicios, es decir, solo a funcionarios públicos,
con sanciones que van desde el término de su persona juridica, multas, hasta el fin de las
prestaciones (contrato) y esto corresponde al nombre de derecho administrativo, es aquí una de
las diferenciaciones puesto que el derecho administrativo procede a sancionar con multas y/o
sanciones que otorgue el encargado superior, ya que cuenta con las facultades gubernativas y
jurisdicción disciplinaria, es así “se argumenta que del art. 20 del C.P. nacional se puede
corregir que las penas administrativas y las penales son de la misma naturaleza y que sólo se
diferencian por la cantidad del injusto: el de los delitos es mayor.”16 y el derecho penal se
sanciona con penas que pueden ir de una pena en su grado menor como en su grado mayor,
además de que la finalidad del derecho penal es hacer posible la vida social mientras que cuando
hablamos de derecho penal administrativo se preocupa de regular tanto la organización como el
funcionamiento de las entidades públicas.

Donde se transgrede el non bis in idem es si conjuntamente un hecho, tanto administrativo como
penal, se impusiera una misma pena y entraría el principio de tipicidad, donde el ciudadano tiene
el derecho a una seguridad jurídica, existe una discusión entre los legisladores de si transgrede el
derecho penal administrativo el non bis in idem respecto a la triple identidad.

En Chile la doble punición (principio de non bis in idem) no se encuentra expresa en la


constitución chilena vigente, pero si en la jurisprudencia que conforma los límites del actuar
punitivo, y para que exista el non bis in idem debe existir la triple identidad, previamente
señalada. También se habla de el derecho administrativo y el penal, sus responsabilidades cuando
se sanciona un sujeto por las dos actuaciones, se permite cuando el derecho penal no coincide
con el administrativo ya que hay un hecho de diversa naturaleza, es decir, la identidad de
fundamento es distinta.

15
Mercedes Perez, La Prohibición Constitucional de Incurrir En Bis In Ídem, 2002, p.25.
16
Mario Garrido, Derecho Penal, 1997, 1°ed., t.1, p.86.
En Chile el Tribunal Constitucional se refiere a que no existe una dificultad de que el legislador
aplique sanciones tanto en el ámbito administrativo sancionador como en el contexto penal,
lo que conlleva a que el non in bis idem debe ser respetado por el magistrado cuando se aplique.

En base a esto es que la siguiente sentencia otorga un razonamiento respecto al non bis in idem
en el caso de Ministerio Público con Allan Jeriz Martinez Valenzuela y otros17 se da en un
contexto en el cual cuatro sujetos, de los cuales son condenados por distintas penas de presidio
mayor en su grado mínimo a presidio mayor en su grado medio y el menor de edad a libertad
asistida especial por el robo con intimidación cometido el 23 de junio 2012. Por lo cual el
principal acusado del porte de arma blanca y quien deduce el recurso de nulidad por parte del
abogado defensor “un recurso de nulidad sustentado en la causal del artículo 373, letra b), del
Código Procesal Penal, denunciando errónea aplicación de los artículos 63 y 450 inciso 2º del
Código Penal” 18 ya que fue sentenciado a diez años y un día de presidio mayor en su grado
medio, “por la agravante especial del artículo 450 inciso 2° del mismo texto legal, lo que
finalmente produjo el aumento de la pena en un grado” 19 donde se alega que existe un error, que
ha influido en el fallo, pues si se hubiera aplicado correctamente se hubiera condenado una
sentencia de una pena inferior, es decir, presidio mayor en su grado mínimo.

Se solicita que se anule la sentencia y se aplique sin una nueva audiencia una sentencia de
reemplazo. “Los jueces de fondo sostienen que los delitos de robo con intimidación no solo se
cometen con armas de fuego, argumentación que eliminaría la inherencia de este mecanismo en
esos ilícitos.”20 Lo cual confirma el alcance parcial al artículo 63 del Código Penal, el cual
consagra el principio de inherencia. Por consiguiente,

“Que más adelante se precisa que la agravante del 450 inciso 2º del Código Penal, de ninguna
forma hace excepción al contenido del artículo 63 del mismo texto, por lo que sostener lo
contrario exige un pronunciamiento expreso del legislador, lo que no aconteció, y que en todo
caso por tratarse de principios, la interpretación que haya de efectuarse es de derecho
estricto.”21

Es por esto que el defensor reclama la nulidad ya que la sentencia que se le asigna constituye un
aumento de pena bajo un fundamento injusto y contrario a la norma, pues habría recibido una
pena mucho menor a la que se le asignó de 5 años y un día.

17
Ministerio Público con Allan Jeriz Martinez Valenzuela y otros, 2012, Corte Suprema, 02 de abril de
2012, (recurso de nulidad, procesal penal), en westlawchile.cl, Rol N° 1541-2012.
18
Vistos.
19
Considerando primero.
20
Considerando sexto.
21
Considerando octavo.
Teniendo como respaldo que la Corte Suprema determinó que efectivamente había una
vulneración al artículo 63 del Código Penal, ya que el elemento comisivo del hecho ilícito que es
el arma blanca, lo tipifica como robo con intimidación, lo cual se vuelve a valorar en el fallo
previo y que busca ser impugnado, resultando en un incremento de la pena por el uso de la
misma arma. Por lo que la Corte Suprema falla de la siguiente manera:

“SE ACOGE el recurso de nulidad deducido por el abogado de la Defensoría Penal Pública,
Renato Felipe Jiménez Ramírez, actuando en representación del imputado Allan Jeriz Martínez
Valenzuela, en contra de la sentencia de dieciocho de enero de dos mil doce, escrita de fojas 1 a
16 de estos antecedentes, la que se anula parcialmente, sólo en lo que concierne a este
imputado”22

Conclusión.

Para concluir, la interconexión entre el principio de legalidad y el non bis in ídem constituye una
parte esencial de las garantías de los ciudadanos, actuando como custodia de la protección de los
derechos individuales de cada persona, y la preservación del Estado de Derecho. Esto queda
evidenciado en cómo actúa el principio de legalidad al ser una base para todo el sistema legal, no
solo en el ámbito penal, posicionándose, a nuestro parecer, como uno de los más fundamentales
ya que su correcta aplicación asegura un régimen equitativo y transparente, por ende,
garantizando la certeza jurídica y la limitación del poder punitivo estatal al aislar lo más posible
las arbitrariedades y abusos.

Por su parte, el non bis in ídem, al prohibir la doble valoración por los mismos hechos logra
reforzar la protección de los derechos individuales y aporta a la equidad procesal. Este principio
no solo resguarda la integridad del individuo frente a una doble sanción sino que además
fortalece la seguridad jurídica puesto que garantiza un juicio penal justo y proporcional.

En síntesis, la coincidencia de ambos principios recae en el entorno legal que generan, puesto
que si no se respeta el principio de legalidad difícilmente se podría dar la circunstancia y los
instrumentos para alegar sobre la vulneración, no solo del non bis in idem, sino de cualquier otro
principio o garantía que añade una capa adicional de protección al afianzar la integridad del
sistema legal en todos sus niveles, puesto que la relevancia radica en que un ordenamiento
jurídico no solo se concentre en el punitivismo sino que debe tutelar de manera efectiva los
derechos y demás garantías fundamentales de cada individuo.

22
Considerando vigésimo quinto.
BIBLIOGRAFÍA.

Bullemore, V. Mackinnon, J. (2005), Curso de Derecho Penal, Chile, Editorial Lexis Nexis.

Etcheberry, A. (1998), Derecho Penal, Chile, Editorial Jurídica de Chile.

Garrido, M. (1997), Derecho Penal Tomo 1, Chile, Editorial Jurídica de Chile.

Cartwright, M.,24 de abril de 2018, Corpus Iuris Civiles, World History Encyclopedia.

Perez, M. (2002), La Prohibición Constitucional de Incurrir en Bis In Ídem, Valencia, Editorial


Tirant Lo Blanch.

Politoff, S. Matus, J. Ramirez, M. (2004), Lecciones de Derecho Penal Chileno, Chile, Editorial
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Zugaldia, J. (1993), Fundamentos de Derecho Penal, Valencia, Editorial Tirant Lo Blanch.

Arroyo, L. (1993), Principio de legalidad y reserva de ley en materia penal, Revista Española de
Derecho Constitucional.

JURISPRUDENCIA.

Ministerio Público con Allan Jeriz Martinez Valenzuela y otros, 2012, Corte Suprema, 02 de
abril de 2012, (recurso de nulidad, procesal penal), en westlawchile.cl, Rol N° 1541-2012.

Juan Silva Ross c/ Ministerio de Defensa Nacional, 2023, Corte Suprema, 01 de enero de 2023,
(recurso de protección), en westlawchile.cl, Rol N° 40371-2022.

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