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Liderazgo Competente
Liderazgo Competente
Por lo tanto, para alcanzar sus metas deberá conducir sabia y cuidadosamente a
sus seguidores a través de senderos nunca recorridos anteriormente. Tales
transiciones pueden significar el triunfo absoluto o la derrota más aplastante
para cualquier dirigente.
Son estos tiempos decisivos y tumultuosos, que presentan grandes desafios del
siglo XXI, que demandan grandes líderes. Hombres y mujeres poseídos de un
valor y determinación inquebrantables, marquen a fuego toda una generación y
su influencia transcienda los límites del tiempo.
Fue cierto en los tiempos bíblicos, ha sido cierto a lo largo de toda la historia, es
cierto también hoy.
1.3. La tercera razón por la cual debemos estudiar este tema, es que el
liderazgo encuentra todo su fundamento sobre la virtud humana más
delicada: la credibilidad.
Nadie tendrá seguidores a menos que su conducta refleje una escala de valores
eternos que lo hagan absolutamente transparente e irreprensible delante de sus
dirigidos.
Liderazgo incluye poder; sin embargo, un individuo puede tener la suma del
poder sin que eso signifique que sea un lider poderoso. Puede ser autoritario,
pero esto no quiere decir que tiene autoridad.
Todo líder cuenta con cierta medida de poder ejecutivo, derivado de su posición,
del dinero que administra, del conocimiento que ha acumulado, o una
combinación de todo esto.
Liderazgo va más allá de un título que alguien ostenta por ocupar una posición.
Liderazgo siempre es una función, una tarea que se debe cumplir.
Por esta razón el apóstol Pablo, cuando trata el tema del liderazgo dentro de la
iglesia de Dios, afirma: “Si alguno aspira a ser supervisor, a buena función
aspira”(1 Timoteo 3:1 NVI). Numerosos individuos aspiran a una posición y
cuando finalmente la logran, pasan a ser el freno de la organización, porque les
interesa la posición más grande, pero no la grandeza de la función.
Todo líder tiene una función, pero no todos los que ocupan una posición son
necesariamente líderes.
Lo mismo puede afirmarse aún con mayor claridad al observar a los apóstoles
que Jesucristo escogió. Cada uno de ellos tenía caracteres diametralmente
opuestos y, sin embargo, cumplieron en forma cabal la misión que les fue
encomendada.
Pedro entre los judíos, Pablo entre los gentiles, Juan cruzando los límites
culturales y alcanzando probablemente a todos. ¿Fue esto el resultado de
personalidades carismáticas, de modos de actuar adquiridos en alguna
academia? De ninguna manera.
Hay una verdad que surge del estudio de la historia bíblica y secular, y es esta:
que los verdaderos líderes no se fabrican en serie.
Nadie puede forjar un líder competente, y para llegar a serlo, Dios y el individuo
deben trabajar unidos en un proceso de desarrollo personal que dura toda la
vida.
Cada líder comenzó su carrera con una personalidad básica distintiva. Algunos
eran extrovertidos, audaces y seguros de sí mismos; otros introvertidos,
inseguros y tímidos. Sin embargo, cada persona que impactó a su organización
o a su generación, debió aprender a ser eficaz en el contexto en que fue llamado
a servir.
“Liderazgo es la influencia que guia a otros para lograr que hagan, lo que creían
que no podían hacer”. (Fred Smith)
Bien podríamos ofrecer otras muchas definiciones, pero, después que uno ha
analizado cada una de ellas, todos los autores que han estudiado el tema
coinciden en afirmar lo siguiente: el liderazgo está íntimamente ligado con
capacidad, actividad, metas e influencia. Y todo esto está sustentado por ciertas
cualidades morales que proveen el fundamento para que el liderazgo sea
posible.
Un líder cristiano aspira a que sus seguidores alcancen las metas establecidas
por Dios; un líder secular, a que alcancen las metas establecidas por la
organización.
Esto demandará del líder lo mejor de sí, es un esfuerzo arduo por conquistarse
primero a si mismo y luego luchar para prevalecer sobre circunstancias y
poderosos enemigos externos. Demandará cargar la cruz, humildad, y
abnegación en dosis enormes; pero al mismo tiempo, será el proceso más noble
e inspirador en el que se involucre, ya que ¡no hay actividad más gozosa en esta
vida que ayudar a otros a triunfar en los planes que Dios tiene para ellos.
Ser lideres competentes nos permite ser efectivos y nos enseña abandonar
legítimamente la competición. La competitividad por motivos de envidia termina
devorando a los competidores. Por tanto, es mejor ser competente antes que
competitivo.
Ser lider competente es saber relacionarte con los demás, pero también contigo
mismo, es tener control sobre nosotros mismos. Autocontrol con integridad y
responsabilidad, es esforzarse por mejorar y comprometerse con otros en aras
de logro.
Por posición y función Dios nos declara y hace ministros competentes del Nuevo
Pacto, aceptando que tal capacidad no proviene de nosotros mismos, sino de la
gracia de Dios que actua poderosamente en nuestras vidas (2a Corintios 3:4-6).
Cada uno de nosotros ha recibido por gracia de parte de Dios un don especial, y
Él mismo nos ordena usarlo, sirviendo a los demás en la actitud correcta y en el
propósito correcto. Esto con el objetivo de que seamos honrados como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios. (1 Pedro 4:10)
2. El legalismo doctrinal: Tal como lo expone Pablo en Gálatas 5:4 “De Cristo os
habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por la ley; de la gracia
habéis caído.”
Sin la gracia un lider no puede ser competente para edificar conforme al diseño
de Dios, puesto que lo primero que el Señor imparte para ejercer efectivamente
el oficio apostólico es la gracia para desarrollarlo. (Romanos 1:5).
Pablo reiteró nuestra asignación al declarar en 1 Corintios 4:1 que todo hombre
nos considere “como servidores de Cristo y administradores de los misterios de
Dios”.
Tenemos que distinguir que existen dos clases de cosas ocultas a los hombres:
una es “misterio”, la otra es “secreta”
Los secretos son cosas ocultas y clasificadas a las que la creación no tiene
acceso, y ahondar en ellas es caer en el ocultismo, es por eso que Dios se ha
reservado el derecho de guardarlas, pero los misterios son cosas ocultas
desclasificadas dado que en otro tiempo fueron también secretos, pero que en la
actualidad Dios se las ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por el
Espíritu.
En cuanto a los secretos la Biblia es muy clara cuando dice: “Las cosas secretas
pertenecen a Jehová nuestro Dios; ...” Deuteronomio 29:29a. Y en cuanto a los
misterios, nos dice “mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.”
Deuteronomio 29:29b.
Un lider competente debe entender y conocer los misterios de Cristo, del Reino,
de la Iglesia y del evangelio de la Gracia, pues son uno de los valiosos tesoros
que nos toca administrar y para ello, debemos conocerlos primeramente.
b. La segunda clase de misterios son los que están escritos, pero por revelación
pueden ser aclarados, de los cuales Pablo en 1 Corintios 2:9-10 dice:
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido
en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a noso- tros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.”
Estos son misterios que de ninguna manera deben salirse del parámetro de la
Palabra escrita, pues de otra manera no sería revelación divina sino
especulación humana y finalmente se convertirían en una herejía.
Existe un trabajo compartido para la edificación del cuerpo que comienza con la
colocación del fundamento (Jesucristo), a cargo de apóstoles y profetas (Efesios
2:20, 1ª Corintios 3:10-11). Los evangelistas, pastores y maestros tienen su
lugar en complementar la labor de fundamento, capacitando a los santos desde
el perfil de su asignación y la unción recibida, colaborando en la edificación.
Luego, cada miembro del cuerpo hace su trabajo colocando piedra sobre piedra
(cada uno es piedra viva), sobreedificando responsablemente.
La escritura dice que somos ministros competentes del Nuevo Pacto que
conocemos y anunciamos no a Jesús, según la carne, sino al Señor Jesucristo
Resucitado. (2 Corintios 5:16)
Para que una persona pueda ser competente en un oficio debe desarrollar sus
capacidades y conocimientos sobre la tarea a desempeñar.
Tal como lo dice Jesús: “Tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo, el
Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar mi vida” Mateo 20:27-28
(BAD)
Recordemos que en Mateo 25, Dios nos habla de los talentos que ha dado a
cada uno y que debemos poner al servicio de los demás para multiplicarlos. En
la parábola leemos que se le dio a cada uno conforme a su capacidad, uno
recibió cinco, otro dos y otro recibió uno. Dos de los siervos, fieles y útiles,
produjeron el doble. Así que fueron puestos sobre mucho porque demostraron
ser fieles en lo poco.
Lo mismo deben hacer los lideres competentes que saben aprovechar sus
talentos, demostrar fidelidad y ser útiles, por lo cual serán promovidos.
Dios delega tareas en nuestra vida, por pequeñas que parezcan, Él confía en
nosotros. Todas las tareas que el Señor nos asigna son importantes y valiosas.
En la parábola, uno de los siervos no produjo nada con el talento que recibió
porque dijo que tuvo miedo. No permitas que el temor y tu mala percepción de
los demás te aleje de las oportunidades de mostrar un servicio fiel y útil.
Pablo llevó el mensaje del Señor por toda Asia, pero no lo hizo solo, se apoyó en
hombres de confianza a quienes enviaba en su representación, delegándoles
autoridad.
Pablo como lider competente nos demostró como ser fiel a su llamado, no
obstante cualquiera que fuese la situación que tuvo que afrontar, tal como lo
testifica en 2a Corintios 6:3-10 y 11:23-33.
Dios espera de nosotros que hagamos lo máximo con lo que él nos da.
Debemos cultivar nuestros dones y habilidades, manteniendo nuestros
corazones ardientes, creciendo en nuestro carácter y personalidad, ampliando
nuestras experiencias de manera que cada vez seamos más eficaces en nuestro
servicio.
Pablo sugiere que el progreso espiritual de Timoteo sería evidente a todos. Esto
implica que todavía no era perfecto. Un lider competente no debe tratar de
convencer al pueblo de que no tiene fallas. Por el contrario, debe permitirles ver
al pueblo su crecimiento.
Pablo exhortó a Timoteo para que transfiriera a otros lo que había aprendido con
el propósito de que ellos hicieran lo mismo. Esto tenía un objetivo claro: dejar
algo significativo en la vida de otros.
Un lider competente sabe que su vida es un ejemplo y referente que los demás
están desafiados a seguir y lo puede demostrar con el fruto de su vida y sus
acciones.
Como él no estaba capacitado para manejar los recursos que el padre le confió,
los despilfarró neciamente. Cuando estaba fracasado y no tenía nada,
recapacitó para regresar y decirle ahora al padre: ¡HAZME! (Lucas 15:19).
Si no estamos formados para SER un lider competente, no estamos preparados
para HACER un liderazgo excelente y eficiente.
6.1.Comportamiento intachable. Vr 18
Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre
vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia.
Pablo como un lider competente enseñó y dirigió la grey con su propio ejemplo,
en todo momento y en toda circunstancia, asi tambien lo afirmó ante los
creyentes de Tesalónica (1 Tesalonicenses 2:10-12).
El lider reconoce que solo puede alcanzar ese nivel de conducta como resultado
del poder del Espíritu Santo obrando en su vida.
El lider cristiano debe ser un ejemplo de vida para el mundo sin Cristo, tanto en
su conducta personal como en su relación con la familia, la sociedad y las
autoridades (Efesios 5:21, 6:9).
Una actitud sacrificial ante el llamado es imprescindible para todos aquellos que
quieran ser lideres competentes; pero entendiendo, que el esfuerzo no es en
nuestras fuerzas, sino el poder de Dios, tal como Pablo lo testificó en
Colosenses 1:29, “para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de
él, la cual actúa poderosamente en mí”.
Pablo trabajaba duro porque sabía que su esfuerzo tenía recompensas eternas
para el y para otros; pues creía que la Palabra de Dios tiene la capacidad de
cambiar el destino de todos los oyentes. Esa es la perspectiva que debe motivar
al lider competente para entregarse a su labor sin escatimar ningún esfuerzo.
Ciertos predicadores hoy en día están más preocupados en decir lo que la gente
quiere oir y no lo que necesitan recibir, pues temen que si los confrontan con la
verdad completa se vayan de sus congregaciones.
Pablo nos modela que para ser un lider competente debemos ser responsables
del cuidado y protección de quienes se nos ha confiado para edificarles en la fe,
por eso, debemos estar alertas para percibir los peligros que los acechan, cuidar
que no sean engañados por falsas doctrinas e identificar a los falsos maestros
para reprenderlos.
Es muy importante, reconocer que la iglesia del Señor representa un alto valor,
pues a El le costó su sangre y por ello el trato tiene que ser esmerado, la iglesia
no es cualquier cosa, por lo tanto, no podemos ser negligentes, superficiales ni
descuidados con el trabajo en los santos.
No debemos dejarnos impresionar por los falsos estándares de éxito que se nos
venden a través de los medios; pues Dios no nos demanda ser predicadores
exitosos, sino administradores fieles. La gloria del ministerio no es ser pastores
de una congregación grande, sino formadores de una gran Iglesia. Nuestra
mayor motivación es ser hallados fieles según el propósito de Dios; y no
famosos según el programa del hombre.
Todo lider competente reconoce que la vida cristiana solo se da por medio de la
gracia, se sostiene por gracia y se culmina por gracia; por ello es que este
atributo esencial de la naturaleza y carácter de Dios debe ser entendido y
conocido para ser realmente valorado, disfrutado y reconocido.
El dar debe ser voluntaria, de corazón. Ninguna dádiva es recibida con agrado
por Dios, si se da de mala gana o con tristeza, sin alegría o si se da por
compulsión o por necesidad. “Por necesidad” significa porque tienes que
hacerlo.
La disposición para dar con agrado es más importante que la cantidad que se
dé, pues entendemos que lo hacemos para agradar a Dios y ese es nuestro
placer.
Hay algo más profundo que nuestra mente; algo más allá del afecto y la
emoción; algo más poderoso que la voluntad y es la existencia del espíritu en
nuestro interior. Tú debes saber que posees un espíritu que tiene su propia
mente y sus leyes. La mente es la parte dirigente del espíritu, la cual revela la
personalidad de los espirituales.
El profeta Oseas dice que el pueblo de Dios fue destruido, no porque le faltó
orar, cantar o congregarse (aunque esto es importante) sino porque le faltó
conocimiento o inteligencia espíritual. Nadie puede ser competente en lo que
ignora, es la razón por la cual Dios desechó de ellos el sacerdocio (Oseas 4:6).
José se destaca por esta capacidad y gracia divina, y podemos observar como
con sabiduría pudo hacer con productividad y prosperidad todo el trabajo que se
le encargó en la casa de Potifar, tambien lo demostró durante su estadía en la
cárcel y luego se manifestó en el palacio de Faraón (Génesis 39:2-6 y 41:38-40).
Asi lo resume el siguiente texto: “Y tú, Esdras, usa la sabiduría que tu Dios te ha
dado a fin de nombrar magistrados y jueces que conozcan las leyes de tu Dios,
para que gobiernen a toda la gente de la provincia situada al occidente del río
Éufrates. Enseña la ley a todo el que no la conozca” (Esdras 7:25).
Esteban, fue escogido por los apóstoles para ser un servidor en la iglesia, y
ellos reconocieron la fe y sabiduría con que el Espíritu Santo le había llenado, la
cual demostró en los distintos escenarios y oportunidades que se le menciona
(Hechos 6:3-10), siendo la más significativa cuando hizo una exposición
magistral en la que hace un recuento histórico del plan de Dios con Israel y
confrontó el sistema religioso de su época (Hechos 7:1-60).
¿Es inteligente el Dios, Creador de todo lo visible e invisible? ¿Nos creó él a “su
imagen y semejanza”? Pues si es asi, El quiere que cada ser humano sea
inteligente, sabio y lleno del conocimiento de su voluntad, y no bruto, torpe,
tosco o ignorante.
Esto es lo que quiere Dios para todo lider competente. Ahora bien, “nuestro
querer”, ¿armoniza con el del Ser que nos creó? La pregunta desafiante es:
¿Quiero ser lleno del conocimiento correcto de la voluntad divina, o prefiero
ignorar voluntariamente sus verdades (2ª Pedro 3:5)?
Al leer su Palabra en la Biblia, entiendo que entre las cosas que más deleite le
traen a Dios es que le conozcan (Jeremias 9:24) pues en ello se encierran las
grandezas de la vida eterna (Juan 17:3) donde podemos disfrutar “todas las
riquezas de pleno entendimiento”, como además “todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento”, (Colosenses 2:2).
Asi lo afirma el sabio Salomón en Proverbios 24:3-4 (Dios Habla Hoy) que dice:
“Con sabiduría se construye la casa, y con inteligencia se ponen sus cimientos;
con conocimientos se llenan sus cuartos de objetos valiosos y de buen gusto”.
Salomón fue el tercer rey de Israel, hijo y sucesor del rey David, gobernó por
cuatro décadas trayendo uno de los períodos de paz y prosperidad mas notorios
en la trayectoria de esta nación, su gobierno fue inolvidable en la historia de
Israel por los importantes proyectos de construcción que desarrolló, tal es el
caso del templo de Jerusalén, asimismo por su enorme riqueza y la sabiduría
que disponía, entre otras cuestiones.
Razón tuvo el sabio predicador cuando dijo: “…la sabiduría es provechosa para
dirigir.” (Eclesiastés 10:10)
Salomón nunca hizo uso del poder para tomar venganza, fue un hombre pacífico
y pacificador como su nombre lo identifica, y para llevar a cabo los grandes
proyectos que emprendió supo sabiamente rodearse de la gente correcta (2
Crónicas 2:1-18).
Fue por la gestión sabia de los planes y proyectos de Dios con su vida que
Salomón fue engrandecido y Dios lo honró con fama y reconocimiento por parte
de los poderosos de la tierra, como ningún otro rey en la historia (2 Crónicas
9:1, 22-26).
Santiago se dirige a los cristianos que sufren por causa de la fe en Cristo, todos
aquellos que necesitan sabiduría cuando estén confundidos y no sepan qué
hacer frente a circunstancias que están más allá de su capacidad o su dominio,
pueden pedirla a Dios con fe, y se les proporcionará (Santiago 1:5-6).
No existe ninguna fórmula mágica que nos pueda suministrar el acceso a esta
riqueza, pero si algunos pasos prácticos y concretos que debemos cultivar para
desarrollarla, me permito proponer algunos de ellos a continuación:
Los frutos de un liderazgo efectivo se leen en la vida de los seguidores. Por sus
frutos los conocerán, es un principio de vida que tiene vigencia en todas las
áreas del quehacer humano, incluyendo el liderazgo cristiano.
Después que todo se ha hecho y dicho, aquellos que le han dado su confianza al
líder y recibieron su influencia serán una copia fiel de su mentor. “Vivió Adán
ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su
imagen...”(Gn 5:3), siempre tiene validez.
Nadie puede llevar a sus dirigidos más alto que lo que él mismo personalmente
ha alcanzado.
¿Cuáles son los objetivos que Cristo anhela para sus hijos?
+ Cristo está interesado en que vivamos para glorificar a Dios (Juan 15:8, 17:4).
Cuanto más refleje el líder la vida y los frutos de Jesucristo, tanto más se
acercarán sus discípulos a los objetivos de Dios para sus vidas. En
consecuencia, todo líder competente toma muy en serio el consejo de Pablo a
Timoteo: “Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que
todos puedan ver que estás progresando. Ten cuidado de tu conducta y de tu
enseñanza. Persevera en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que
te escuchen” (1 Timoteo 4:15–16).
Los que sirven bajo la guía de un líder competente y genuino pronto toman
conciencia de que son personas significativas; primero por ser creación de Dios;
segundo, por haber sido redimidos por Jesucristo, y tercero, porque el Espíritu
Santo mora en ellos. Por ende, sea que hayan recibido uno o cinco talentos no
hace ninguna diferencia, más bien, aceptan el desafío de que deben desarrollar
esos dones al máximo para que toda la congregación reciba el beneficio de su
contribución.
Si uno de los gozos más grandes en la vida para un padre es ver crecer a sus
hijos, de la misma manera, para un mentor espiritual no hay mayor gozo que ver
que aquellos en quienes vuelca sus esfuerzos, no sólo crecen sino que aun lo
rebasan a él mismo.
Y no sólo sus seguidores desarrollan su potencial, sino que además otros líderes
comienzan a emerger. El legado más valioso que todo líder puede dejar como
resultado de su servicio son otros líderes mas jóvenes completamente
desarrollados, hombres y mujeres que no sean una fotocopia de sí mismo pero
que, dentro de sus diferencias individuales, posean el mismo espíritu, se aferren
a los mismos valores y lleven la antorcha durante el próximo tramo del camino.
Una característica infalible que siempre se halla presente en todo grupo humano
que crece, sea una fábrica, una empresa, o una institución educativa, es que hay
un ambiente de alegría. Si este principio es cierto en el mundo secular, cuánto
más debería serlo cuando hacemos el trabajo para Dios y los resultados de
nuestra labor adquieren dimensión eterna.
No creo que haya señal más cierta de la bancarrota espiritual de un lider, que
cuando los seguidores dicen que vienen a la iglesia por obligación, porque
“tienen que cumplir”.
Una verdad empírica es que un líder competente nunca “empuja” a sus dirigidos
hacia una meta, sino que los “atrae” hacia ella. Al igual que una locomotora que
inicia la marcha y los vagones se alinean automáticamente detrás de ella, así
también sucede en el caso de un líder de reino.
Cuando esto ocurre, los seguidores también querrán aprender, llegar a ser
expertos dentro de sus respectivos campos de labor, imitando de esa manera a
quien les inspiró. El apóstol Pablo exhortaba a sus convertidos: “Sed imitadores
de mí, como yo de Cristo”.
Pablo estaba seguro de a quién seguía, de quién era su modelo y su inspiración,
y por lo tanto, con confianza podía alentar a los discípulos a que hicieran lo
mismo que él hacía. Lo sorprendente es que muchas veces las personas
seguirán al líder, e inclusive lo copiarán y hasta lo imitarán.
Frente a esta realidad la pregunta que todo líder debe hacerse en consecuencia
es: “ellos me seguirán, de modo que ¿cómo estoy yo siguiendo a Cristo?”
Una de las tareas más importantes que un líder competente debe emprender es
la de trascender, no fosilizar su liderazgo. A lo largo de la historia humana, toda
empresa o institución ha comenzado como resultado de una visión personal. Y
mientras el líder vive, su misión se cumple adecuadamente. Sin embargo, ¿qué
ocurre una vez que el líder ya no está presente? ¿Quiénes deben continuar su
gestión? ¿Cómo deberán desempeñar la tarea?
Sea una iglesia, una agencia misionera o una organización para evangelizar
estudiantes universitarios, o cualquiera sea la institución a la que Dios llame a un
líder a servir, debe dejar detrás de sí sucesores competentes que puedan
mejorar las estructuras y sistemas y aseguren la continuidad de su labor.
Por esta razón es fundamental que todo líder delinee con precisión los valores
que su institución proclama, que deje claramente establecido cuáles son sus
distintivos doctrinales.
Pero asimismo, los mecanismos adecuados para que cuando llegue la hora de
hacer la transición y elegir a un sucesor, el proceso continúe natural y
exitosamente.
Debemos recordar una vez más, que muchas veces un líder que sirve
sinceramente a Dios, durante sus años de actuación ve resultados muy pobres,
a pesar de los grandes sacrificios que ha hecho. Algunos como Pablo siembran
y otros como Apolos riegan, pero el crecimiento Dios lo trae, asi que la tarea del
líder muy bien puede ser preparar el terreno para la cosecha abundante que
vendrá después de él.