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LIDERAZGO COMPETENTE

1. Todo comienza y termina con la calidad del liderazgo.

Cuál ha sido el secreto de los hombres y mujeres que movieron poderosamente


a sus seguidores? ¿Cuáles fueron los factores que les impulsaron a alcanzar
una visión específica y, en el proceso, ellos mismos y sus dirigidos fueron
transformados de manera poderosa?

El peligro que enfrentamos hoy es el deterioro sistemático y la destrucción de


nuestras instituciones por falta de un liderazgo competente.

El lider mediocre dice, el lider bueno explica, el lider superior demuestra, y el


lider excelente inspira. Hay una gran distancia entre enseñar e inspirar. Lo
mismo ocurre con el liderazgo.

Si esta razón de índole general es suficientemente seria, a quienes estamos


interesados en la extensión y el establecimiento del reino de Dios, debemos
evaluar seriamente el tema del liderazgo competente.

1.1. La primera razón por la cual es necesario examinar este tema es la


importancia que el crecimiento tiene para cualquier organización,
especialmente para la iglesia de Jesucristo.

A ustedes y a mí nos toca vivir en un mundo tremendamente pragmático. ¿Da


resultados? es la pregunta que oímos repetida hasta el cansancio. Las
multitudes están hastiadas de las ideologías políticas y filosofías humanistas
porque, habiéndolas pesado en balanza, las hallaron faltas. Este vacío de
confianza en las ideologías y esta búsqueda de satisfacción personal, conllevan
un desafío formidable para todo cristiano, especialmente para quienes sirven a
Dios.

Esta es la hora de la gran oportunidad, de hacer un impacto significativo para la


extensión del evangelio. Nunca antes en la historia del cristianismo
latinoamericano ha existido una hora tan propicia.

El rol y las responsabilidades del liderazgo son cruciales para el crecimiento de


una institución, ya sea dentro del ámbito religioso o secular. Remuevan al líder, y
muy pronto la visión será reemplazada por la confusión, la dirección por el caos,
la armonía por el desorden.

De la misma manera que el organismo humano no puede funcionar y


desarrollarse sin la mente, una organización no puede avanzar y crecer sin
líderes competentes.

1.2. La segunda razón por la cual debemos considerar el tema de liderazgo, es


la realidad y naturaleza de los cambios.
Cuando un líder es llamado a guiar una organización en crecimiento o a revertir
el curso de una empresa en crisis, le será necesario introducir cambios
significativos. Que altere el status quo, el modo rutinario de operar. Su sola
presencia ya es un cambio de por sí, y cuando presente una nueva visión, es
inevitable que halle resistencias considerables.

Por lo tanto, para alcanzar sus metas deberá conducir sabia y cuidadosamente a
sus seguidores a través de senderos nunca recorridos anteriormente. Tales
transiciones pueden significar el triunfo absoluto o la derrota más aplastante
para cualquier dirigente.

Como si introducir cambios no fuera suficientemente riesgoso de por si, el


mundo alrededor de la organización continúa cambiando, lo cual obliga a todo
líder genuino a hacer adaptaciones e innovaciones en forma permanente. Estos
tiempos de cambios vertiginosos y crisis continua proveen a todo líder calificado
la gran oportunidad de hacer un impacto significativo a largo plazo.

Son estos tiempos decisivos y tumultuosos, que presentan grandes desafios del
siglo XXI, que demandan grandes líderes. Hombres y mujeres poseídos de un
valor y determinación inquebrantables, marquen a fuego toda una generación y
su influencia transcienda los límites del tiempo.

Ser competentes es tener flexibilidad para adaptarnos al cambio y para


provocarlo con nuevas ideas y nuevos enfoques. Liderazgo, crecimiento y
cambio siempre irán unidos de la mano.

Fue cierto en los tiempos bíblicos, ha sido cierto a lo largo de toda la historia, es
cierto también hoy.

1.3. La tercera razón por la cual debemos estudiar este tema, es que el
liderazgo encuentra todo su fundamento sobre la virtud humana más
delicada: la credibilidad.

La falta de credibilidad en los “líderes” públicos es una de la crisis sociales más


agudas de nuestra era.

Sean líderes en la política, economía, educación y aun religiosos muchas veces


son percibidos de la misma manera por la comunidad secular.

Nadie tendrá seguidores a menos que su conducta refleje una escala de valores
eternos que lo hagan absolutamente transparente e irreprensible delante de sus
dirigidos.

La credibilidad es el corazón del liderazgo y es lo que más influencia causa


sobre los dirigidos y de esto fluyen el crecimiento y el cambio.

Tenga siempre en cuenta que liderazgo es un proceso de crecimiento personal


continuo destinado a hacerle un individuo de valor intrínseco y altamente
calificado para una tarea específica.

Por lo tanto, demanda una actitud de apertura y receptividad a nuevas ideas, al


mismo tiempo que discernimiento crítico. Por sobre todo, exige que cada uno
haga algo definido con la información que recibe, y es que la aplique
creativamente a su situación específica.

Si bien nuestra atención está centrada en el liderazgo cristiano, nuestro énfasis,


a lo largo de todo el seminario, es que los principios y prácticas enseñados aquí
rigen universalmente y pueden ser transferidos exitosamente más allá del ámbito
de la iglesia.

Nuestra convicción es que el liderazgo está basado sobre principios eternos


dictados por nuestro Creador y que incluso nuestro Señor Jesucristo se sujetó a
ellos. La dicotomía entre “liderazgo religioso” y “secular” es una de las raíces de
tantas distorsiones sociales que nos aquejan.

En razón de que el liderazgo opera sobre principios y valores universales, vamos


a utilizar las palabras “organización”, “institución” e “iglesia”, de manera
intercambiable.

Es mi anhelo que este seminario sea el comienzo de una nueva etapa en su


vida, de modo que sus capacidades y actividades como líder competente del
pueblo de Dios se traduzcan en vidas transformadas a la imagen de Cristo y en
la extensión del reino de Dios.

2. Liderazgo: ¿Qué NO es?

Un elevadísimo porcentaje de personas, dependiendo de su trasfondos y


experiencias personales, tienden a asociar liderazgo con modelos erróneos que
han conocido a lo largo de los años. En la mayoría de los casos dirigen sus
mentes al campo político, y el perfil que delinean es el de un tirano, de un
demagogo o de un déspota. Y, seguramente, les sobran razones para justificar
su modo de pensar.

Liderazgo competente, por lo tanto, si ha de ser comprendido cabalmente, no


debe ser confundido con las cuatro distorsiones que mencionamos a
continuación:

2.1. Liderazgo no es poder impositivo: La primera noción errónea que uno


encuentra al hablar de este tema es aquella de que el jefe de la compañía, el
capataz de la sección, es su líder. Que los mandatarios de turno de un país son
sus “líderes políticos”. Que los pastores son los “líderes espirituales” del rebaño
de Dios.

Liderazgo incluye poder; sin embargo, un individuo puede tener la suma del
poder sin que eso signifique que sea un lider poderoso. Puede ser autoritario,
pero esto no quiere decir que tiene autoridad.
Todo líder cuenta con cierta medida de poder ejecutivo, derivado de su posición,
del dinero que administra, del conocimiento que ha acumulado, o una
combinación de todo esto.

2.2. Liderazgo no es posición jerárquica: Un individuo puede ser llamado a


ocupar una posición jerárquica dentro de una empresa, de una institución
educativa o de cualquier otra índole, ser del todo muy honorable y digno de
respeto pero, “la etiqueta no hace el producto”.

Liderazgo va más allá de un título que alguien ostenta por ocupar una posición.
Liderazgo siempre es una función, una tarea que se debe cumplir.

Por esta razón el apóstol Pablo, cuando trata el tema del liderazgo dentro de la
iglesia de Dios, afirma: “Si alguno aspira a ser supervisor, a buena función
aspira”(1 Timoteo 3:1 NVI). Numerosos individuos aspiran a una posición y
cuando finalmente la logran, pasan a ser el freno de la organización, porque les
interesa la posición más grande, pero no la grandeza de la función.

Todo líder tiene una función, pero no todos los que ocupan una posición son
necesariamente líderes.

2.3. Liderazgo no es personalidad carismática: Los seres humanos somos


proclives a crear estereotipos, pero debemos entender que los líderes vienen de
muchas formas, con diferentes estilos y diversas cualidades. Hay líderes quietos
y otros tan ruidosos. Algunos hallan su fortaleza en la elocuencia, otros en la
capacidad de emitir juicios acertados, otros en el valor.

Esta verdad puede ser profusamente ilustrada con ejemplos provenientes de la


Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. ¿Eran idénticos en
personalidad el uno al otro? Los resultados positivos de sus respectivas
gestiones, ¿fueron fruto de sus personalidades carismáticas?

Si se analizaran los jueces y los profetas se vería emerger el mismo principio:


que cada uno de ellos sirvió efectivamente a su generación no obstante tener
personalidades básicas totalmente diferentes.

Lo mismo puede afirmarse aún con mayor claridad al observar a los apóstoles
que Jesucristo escogió. Cada uno de ellos tenía caracteres diametralmente
opuestos y, sin embargo, cumplieron en forma cabal la misión que les fue
encomendada.

Pedro entre los judíos, Pablo entre los gentiles, Juan cruzando los límites
culturales y alcanzando probablemente a todos. ¿Fue esto el resultado de
personalidades carismáticas, de modos de actuar adquiridos en alguna
academia? De ninguna manera.

Hay una verdad que surge del estudio de la historia bíblica y secular, y es esta:
que los verdaderos líderes no se fabrican en serie.
Nadie puede forjar un líder competente, y para llegar a serlo, Dios y el individuo
deben trabajar unidos en un proceso de desarrollo personal que dura toda la
vida.

Cada líder comenzó su carrera con una personalidad básica distintiva. Algunos
eran extrovertidos, audaces y seguros de sí mismos; otros introvertidos,
inseguros y tímidos. Sin embargo, cada persona que impactó a su organización
o a su generación, debió aprender a ser eficaz en el contexto en que fue llamado
a servir.

Liderazgo competente no es, pues, cuestión de cierta personalidad


estereotipada. Después de todo, si es asunto de desarrollar una personalidad
plus ¿qué cursos se deberían tomar para llegar a adquirirla? ¿Usted conoce
alguna universidad que los ofrezca?

2.4. Liderazgo no es una profesión ambiciosa: Ser líder competente es ser


siervo de una misión, de una causa poderosa. El liderazgo no está diseñado
para satisfacer la ambición personal de ningún individuo. Muchos aspiran a ser
líderes pero, en realidad, su motivación apunta a las recompensas y privilegios
que conlleva el cargo o posición. Les gustaría alcanzar el estilo de vida o “status”
de los triunfadores, pero no la actitud de los servidores.

A diferencia de una carrera vocacional, en la que el individuo hace un esfuerzo


por satisfacer su sed de logros y realizaciones, el liderazgo competente es una
misión que lleva por fin ayudar que los seguidores desarrollen su propio
potencial. Y, al lograrlo, ayudarán a alcanzar los resultados que la misión
requiere, cualquiera sea ella.

3. Liderazgo: ¿Qué SI es?

“Liderazgo es el proceso de influenciar las actividades de un individuo o grupo,


en un esfuerzo destinado a alcanzar metas en una situación dada” (Paul Hersey)

“Liderazgo es el proceso de persuasión mediante el ejemplo, por el cual un


individuo induce a un grupo a alcanzar los objetivos del líder o aquellos que
comparte con sus seguidores”. (John W. Gardner)

“Liderazgo es la capacidad y la voluntad de reunir a hombres y mujeres para un


propósito común y poseer un carácter que inspire confianza”. (General Bernard
Montgomery)

“Liderazgo es la influencia que guia a otros para lograr que hagan, lo que creían
que no podían hacer”. (Fred Smith)

Bien podríamos ofrecer otras muchas definiciones, pero, después que uno ha
analizado cada una de ellas, todos los autores que han estudiado el tema
coinciden en afirmar lo siguiente: el liderazgo está íntimamente ligado con
capacidad, actividad, metas e influencia. Y todo esto está sustentado por ciertas
cualidades morales que proveen el fundamento para que el liderazgo sea
posible.

Por lo tanto, una definición básica de liderazgo sea en el ámbito de lo secular o


lo espiritual, sería: la capacidad y actividad de influenciar a individuos para que
alcancen metas prefijadas.

A nosotros, en particular, nos interesa explorar las dimensiones del liderazgo


cristiano competente. Por lo cual, la próxima pregunta que se debe considerar
es: ¿Existe alguna diferencia entre liderazgo secular y cristiano? Teóricamente,
tanto el uno como el otro operan sobre los mismos principios universales, y
comparten el elemento más significativo: el individuo.

La gran diferencia entre ambos, sin embargo, radica en la misión, las


motivaciones y las prioridades.

Un líder cristiano aspira a que sus seguidores alcancen las metas establecidas
por Dios; un líder secular, a que alcancen las metas establecidas por la
organización.

Un líder cristiano motiva a sus seguidores apelando a su amor a Dios; un líder


secular establece una relación con sus seguidores basada en un contrato por
ganancias materiales.

La prioridad del líder cristiano es ayudar a los individuos personalmente a fin de


que desarrollen su potencial, para que éstos a su vez lo ayuden a cumplir la
tarea que Dios le ha encomendado. Un líder secular tiene una tarea que
cumplir, y el individuo vale en tanto ayude a lograrla; si no lo hiciera, el líder
incluso tiene el derecho de despedirlo.

Liderazgo cristiano competente es la capacidad y actividad de motivar a otros


para que alcancen las metas establecidas por Dios para sus vidas.

Esto demandará del líder lo mejor de sí, es un esfuerzo arduo por conquistarse
primero a si mismo y luego luchar para prevalecer sobre circunstancias y
poderosos enemigos externos. Demandará cargar la cruz, humildad, y
abnegación en dosis enormes; pero al mismo tiempo, será el proceso más noble
e inspirador en el que se involucre, ya que ¡no hay actividad más gozosa en esta
vida que ayudar a otros a triunfar en los planes que Dios tiene para ellos.

Habrá recompensas y satisfacciones que sólo gustarán aquellos que están


dispuestos a hacer el sacrificio supremo buscando servir a los demás. Todo líder
competente tarde o temprano descubrirá que cuando alguien motiva a otros a
captar la visión y el plan de Dios para sus vidas, estará añadiendo valor
incalculable a la existencia de sus seguidores; pero el beneficio mayor lo
recogerá primeramente el líder mismo, puesto que, ayudando a otros a crecer,
crecemos nosotros también.
Liderazgo competente es el resultado de vivir correctamente, de acuerdo a
convicciones firmes, a prioridades claras, a un sentido de misión, a un amor
genuino hacia los que servimos, y a una determinación disciplinada para
alcanzar la visión que nos impulsa.

4. Ser competentes antes que competitivos

Creemos firmemente que un principio de servicio en el Reino que nos enseña


Jesús es que es más importante ser competentes antes que competitivos, y esto
en allusión a la rivalidad y enojo que surgió entre los discipulos cuando la madre
de Jacobo y Juan, le pidió un puesto preferencial para sus hijos (Mateo 20:20-
28).

Ser lideres competentes nos permite ser efectivos y nos enseña abandonar
legítimamente la competición. La competitividad por motivos de envidia termina
devorando a los competidores. Por tanto, es mejor ser competente antes que
competitivo.

Ser lider competente consiste fundamentalmente en ser, en saber y en hacer. En


ser, por la formación y desarrollo del carácter de Cristo en nuestras vidas, siendo
gobernados por los principios y valores que el Reno de Dios establece. En
saber, por la capacidad de entender y conocer la verdad presente que Dios
revela bajo el nuevo pacto que nos gobierna. En hacer, por la habilidad de
conjuntar la experiencia en los conocimientos y en la ejecución de estos para el
cumplimiento del propósito eterno.

Ser lider competente es saber relacionarte con los demás, pero también contigo
mismo, es tener control sobre nosotros mismos. Autocontrol con integridad y
responsabilidad, es esforzarse por mejorar y comprometerse con otros en aras
de logro.

Ser lider competente es tener conciencia de las necesidades, preocupaciones,


sentimientos y condiciones de los demás, mostrando preocupación y
comprensión hacia ellos, comunicarse con mensajes convincentes, claros y
transparentes, a fin de capacitarles apra que sean efectivos en el propósito y
planes que Dios determinó con sus vidas.

La sociedad actual necesita más que nunca organizaciones e instituciones


competentes, empresas competentes, profesionales competentes, políticos
competentes y, sobre todo, creyentes competentes. Si partimos de creyentes
competentes en todos los ámbitos de la vida, obtendremos profesionales
competentes, conseguiremos organizaciones, instituciones y empresas
competentes, alcanzaremos una sociedad competente.

Y ante tal demanda y desafio, es que le corresponde a la iglesia de Cristo como


columna y baluarte de la verdad ser la cantera donde se forman este tipo de
lideres y donde se promocionan y practican estos principios.
5. ¿Qué es un líder competente?

Ya afirmamos que Dios nos llama a ser ministros competentes y no vivir


compitiendo con otros, sino complementando a otros, pues lo importante en
nuestro servicio en el reino, no es tanto lo que hacemos sino lo que somos.

Por posición y función Dios nos declara y hace ministros competentes del Nuevo
Pacto, aceptando que tal capacidad no proviene de nosotros mismos, sino de la
gracia de Dios que actua poderosamente en nuestras vidas (2a Corintios 3:4-6).

Para entender que significa “competente” vamos a basarnos en lo que el


Diccionario de sinónimos y antónimos registra de competente: capacitado,
cualificado, idóneo, apto, entendido, experto, diestro, eficaz, perito, capaz,
especialista, eficiente, hábil, preparado.

Por ende, todo lo opuesto a competente, sería: incompetente, incapaz, inepto,


insuficiente, ignorante, torpe, inútil, ineficaz, negligente, nulo.

Es imposible definir al ministro competente de manera amplia, pero


remitiendome a algunos elementos que Pablo nos dice en sus epistolas quiero
de manera concisa presentar algunos rasgos del perfil de un lider competente:

5.1. Es un receptor de la gracia de Dios


Un lider competente siempre vive dependiendo de la gracia de Dios y no de sus
hablidades para el ejercicio de su llamado, pues reconoce sus debilidades y
limitaciones, pero tambien conoce la poderosa gracia de Dios, que lo afirma,
perfecciona, fortalece y establece (1 Corintios 15:9-10; 1 Timoteo 1:12-13 y 1
Pedro 5:10).

Cada uno de nosotros ha recibido por gracia de parte de Dios un don especial, y
Él mismo nos ordena usarlo, sirviendo a los demás en la actitud correcta y en el
propósito correcto. Esto con el objetivo de que seamos honrados como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios. (1 Pedro 4:10)

La gracia de Dios no es una doctrina ni una dispensación, sino un regalo


entregado a la humanidad en tres grandes periodos que podrían dividirse como
sigue:

a. Pasado: Dada por el Padre


“quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras,
sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes
de los tiempos de los siglos”. 2 Timoteo 1:9

b. Presente: Dada por el Padre a través del Hijo.


“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.” (2 Timoteo
2:1)
c. Futuro: Dada por el Padre a través del Espíritu.
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por
completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”. (1
Pedro 1:13)

Sin la recepción adecuada de la gracia, la Iglesia puede correr hacia dos


extremos peligrosos:
1. El libertinaje inmoral: Tal como lo denuncia Judas en su epístola: “Pues
algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho
antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia
de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor,
Jesucristo” (Judas 1:4).

2. El legalismo doctrinal: Tal como lo expone Pablo en Gálatas 5:4 “De Cristo os
habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por la ley; de la gracia
habéis caído.”

Sin la gracia un lider no puede ser competente para edificar conforme al diseño
de Dios, puesto que lo primero que el Señor imparte para ejercer efectivamente
el oficio apostólico es la gracia para desarrollarlo. (Romanos 1:5).

5.2. Es un administrador de los misterios de Dios. 1 Corintios 4:1


Una de las funciones que definen al lider competente es la administración.
“Administrar” significa gobernar, ejercer autoridad o el mando sobre un territorio
y sobre las personas que lo habitan. Es dirigir una institución, ordenar, disponer,
organizar los bienes, distribuir algo, proporcionar.

Pablo reiteró nuestra asignación al declarar en 1 Corintios 4:1 que todo hombre
nos considere “como servidores de Cristo y administradores de los misterios de
Dios”.

La creación entera está llena de misterios incomprensibles a la mente humana;


tesoros que han quedado bajo la administración apostólica desde que dicho
ministerio fue establecido por el Señor Jesús.

Tenemos que distinguir que existen dos clases de cosas ocultas a los hombres:
una es “misterio”, la otra es “secreta”

Los secretos son cosas ocultas y clasificadas a las que la creación no tiene
acceso, y ahondar en ellas es caer en el ocultismo, es por eso que Dios se ha
reservado el derecho de guardarlas, pero los misterios son cosas ocultas
desclasificadas dado que en otro tiempo fueron también secretos, pero que en la
actualidad Dios se las ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por el
Espíritu.

En cuanto a los secretos la Biblia es muy clara cuando dice: “Las cosas secretas
pertenecen a Jehová nuestro Dios; ...” Deuteronomio 29:29a. Y en cuanto a los
misterios, nos dice “mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.”
Deuteronomio 29:29b.

Un lider competente debe entender y conocer los misterios de Cristo, del Reino,
de la Iglesia y del evangelio de la Gracia, pues son uno de los valiosos tesoros
que nos toca administrar y para ello, debemos conocerlos primeramente.

Estos misterios se dividen en dos partes:


a. Los que están escritos claramente como tales en la Palabra de Dios, de los
cuales cito algunos ejemplos a continuación:
+ El misterio del trato de Dios con Israel. (Romanos 11:25 )
+ El misterio de la transformación de nuestro cuerpo. (1 Corintios 15:51)
+ El misterio de la voluntad de Dios. (Efesios 1:9)
+ El misterio de Cristo. (Efesios 3:4, Colosenses 4:3)
+ El misterio de la unión de Cristo y la Iglesia. (Efesios 5:32)
+ El misterio de Cristo entre los gentiles. (Colosenses 1:27)
+ El misterio de Dios el Padre y de Cristo. (Colosenses 2:2)
+ El misterio de la iniquidad. (2 Tesalonicenses 2:7)
+ El misterio de la fe. (1 Timoteo 3:9)
+ El misterio de la piedad. (1 Timoteo 3:16)
+ El misterio de las siete estrellas. (Apocalipsis 1:20)
+ El misterio de Babilonia la gran ramera. (Apocalipsis 17:5)

b. La segunda clase de misterios son los que están escritos, pero por revelación
pueden ser aclarados, de los cuales Pablo en 1 Corintios 2:9-10 dice:
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido
en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las reveló a noso- tros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.”

Estos son misterios que de ninguna manera deben salirse del parámetro de la
Palabra escrita, pues de otra manera no sería revelación divina sino
especulación humana y finalmente se convertirían en una herejía.

Estos misterios espirituales deben ser predicados y enseñados con valor y


sabiduría. Algunos misterios no serán comprendidos sobre todo por los
ignorantes e inestables y los torcerán como hacen con el resto de las Escrituras.
(2 Pedro 3:16)

El no reconocer administradores apostólicos en esta área llevaría a las


congregaciones a una mezcla doctrinal que luego puede conducir a herejías
destructoras, para luego convertirse en blasfemias, y que por último llevan a la
apostasía.
5.3. Es un embajador del reino de Dios. 2 Corintios 5:20.
Embajador es una persona con autoridad plenipotenciaria y nombrada por el
presidente para que actúe como representante de de su pais en otro territorio.

El embajador tiene la responsabilidad y obligación de representar fielmente al


gobierno que lo envía, pues va en su nombre. Por lo tanto, no solamente debe
ser fidedigno (fiable) y exacto con la información que se le confía, además, su
conducta debe honrar en todo tiempo las leyes, politicas, costumbres y cultura
del pais que representa.

Mientras el embajador funge como tal y cumple con la responsabilidad que le ha


sido delegada, su gobierno cumple con la responsabilidad de respaldarle con
todo el poder y la autoridad de su nombre y posición.

Nuestro llamado como lideres competentes es precisamente a proyectar los


valores integrales del mensaje del Reino por medio de la fuerza moral y
espiritual en todos los asuntos de nuestra vida como un testimonio poderoso del
gobierno de Dios.

5.4. Es un edificador de la iglesia de Dios. Efesios 4:11-13


En Efesios 4, encontramos cómo la Iglesia se edifica, cómo puede alcanzar la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, cómo puede alcanzar la
estatura de un varón perfecto y convertirse en ese hombre corporativo que
manifiesta la plenitud de Cristo en la tierra.

Los ministerios tienen un objetivo específicamente señalado en este pasaje.


Estos ministros mencionados en el versículo 11 no son un fin en si mismos. Ellos
están puestos en la Iglesia para que ésta pueda desarrollar una serie de
operaciones o actividades, y de esa manera, pueda alcanzar la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo.

Un lider competente debe saber cuál es el diseño, propósito, orden y función en


calidad de edificador de la Iglesia, para que pueda enseñar a todos los santos
como operar de acuerdo a la medida de fe que han recibido.

Existe un trabajo compartido para la edificación del cuerpo que comienza con la
colocación del fundamento (Jesucristo), a cargo de apóstoles y profetas (Efesios
2:20, 1ª Corintios 3:10-11). Los evangelistas, pastores y maestros tienen su
lugar en complementar la labor de fundamento, capacitando a los santos desde
el perfil de su asignación y la unción recibida, colaborando en la edificación.
Luego, cada miembro del cuerpo hace su trabajo colocando piedra sobre piedra
(cada uno es piedra viva), sobreedificando responsablemente.

Lo que se edifica es el edificio, la casa espiritual, “para morada de Dios en el


Espíritu” (Efesios 2:22).
Es importante reconocer que la tarea de edificación se trata de un proceso
práctico y no un suceso mágico, y para lo cual se debe respetar las siguientes
implicaciones.

a. Todo lo que se edifica nace de un propósito del Creador.


La Iglesia no es un fenómeno sociológico que surge por la necesidad de los
creyentes de reunirse, sino que nace por un propósito divino, con un diseño
divino, bajo un gobierno divino y para una misión divina.

b. Todo lo que se edifica debe guardar un diseño.


Dios como Arquitecto y Constructor de su Iglesia ha definido el diseño que ella
debe guardar (Hebreos 3:1-6 y 11:10)

c. Todo lo que se edifica se hace basado en unos planos.


Cristo como Arquitecto definió los planos en que se debe edificar Su Iglesia y los
reveló a los apóstoles (particularmente a Pablo) para que esto se guardara en
todas las iglesias y para todos los tiempos. (2ª Corintios 4:17, Filipenses 3:15-
17)

Los códigos de construcción son universales y guardan dos principios


inviolables, son unívocos y son inequívocos.

d. Todo lo que se edifica se hace desde un fundamento firme.


El fundamento para la edificación de la Iglesia es Cristo y no puede ser
cambiado. (1ª Corintios 3:10-11, Efesios 2:20)

e. Todo lo que se edifica debe conservar una estructura solida.


Son los pilares en que se amarra el resto de la construcción, no pueden ser
modificado, ni cambiados sus medidas, consistencia y resistencia. Los
elementos adicionales pueden ser negociables pero el fundamento y la
estructura jamás.

f. Todo lo que se edifica debe guardar un orden de ejecución.


En una obra de construcción lo primero que se contrata y opera es un arquitecto,
no el ingeniero eléctrico. De igual forma, Dios para edificar Su Iglesia, estableció
un orden de función no de jerarquía, y debe ser respetado (1ª Corintios 12:28)

Sino operamos de acuerdo al diseño y orden divino dejamos a la iglesia sin el


fundamento apostólico y profético correcto, y ella no tendrá una base sólida
desde donde pueda levantarse y resplandecer con la luz de la gloria de Dios que
ha sido depositada en su interior.

Es necesario entender dos cosas importantes, primero, que la edificación de la


Iglesia no se hace basado en un don espiritual, en una manifestación de poder ni
en una experiencia espiritual, y segundo, que la fundamentación apostólica y
profética de la Iglesia no es el techo hasta donde debe llegar, sino el piso donde
se debe iniciar para alcanzar su pleno desarrollo.

Si esto no se da, no tendremos un fundamento firme donde se levante la Casa


de Dios (edificación divina), sino una torre de Babel (confusión diabólica); o la
torre de Pisa (desviación humana).

5.5. Es un instructor de la revelación de Dios. Efesios 3:1-10


Pablo entendió por revelación de Dios cómo los pactos anteriores tuvieron su
complimiento en Cristo, de esta forma, fue inaugurando el Nuevo Pacto basado
en Su muerte y resurrección, la esencia del Evangelio de Dios. La cruz puso fin
a la Ley y estableció un Nuevo Pacto, una nueva Ley y un nuevo Gobierno,
cambiando el orden Aarón por el orden de Melquisedec.

La escritura dice que somos ministros competentes del Nuevo Pacto que
conocemos y anunciamos no a Jesús, según la carne, sino al Señor Jesucristo
Resucitado. (2 Corintios 5:16)

Para que una persona pueda ser competente en un oficio debe desarrollar sus
capacidades y conocimientos sobre la tarea a desempeñar.

Que tragedia vive la Iglesia ante la ausencia de lideres competentes en las


verdades presentes del Nuevo Pacto y la presencia de muchos profesionales del
ministerio, lo cual ha derivado en un dualismo de fe y culto. Vemos como
muchos ministros mezclan la sombra del Pacto Viejo con la sustancia del Nuevo
Pacto.

Este mal lo vemos reflejado en la terminología que hablamos, en la doxología


que expresamos y en la teología que enseñamos. Existe una mezcla entre la ley
y la gracia.

Se puede notar que Pablo equipó a Timoteo durante su entrenamiento


ministerial con destrezas para interpretar las Escrituras a la luz de cómo
diferenciar entre el Antiguo Pacto (Ley) y el Nuevo Pacto (Gracia), y que por lo
tanto, todo lider competente debe trazar bien la palabra de verdad para que sea
aprobado y confirmado en la verdad presente. (2a Timoteo 2:15, 2a Pedro 1:12)

5.6. Es un servidor fiel en la obra de Dios. 1 Corintios 4:1-2


La palabra fidelidad deriva del latín fidelitas que significa “servir a un dios”. Claro
que cada quien escoge a quien servir, pero nosotros, como lideres competentes,
le servimos a Dios y en su reino eterno.

Ser fieles y leales implica servicio. Si fidelidad es sinónimo de servicio y si Dios


es fiel, significa que el primero en enseñarnos a servir fielmente fue el mismo
Cristo con su ejemplo. (Juan 13:14-15)

Tal como lo dice Jesús: “Tu actitud debe ser igual a la mía, porque yo, el
Mesías, no vine a ser servido sino a servir y a dar mi vida” Mateo 20:27-28
(BAD)

Existen momentos, escenarios y medidas en los que debemos demostrar lealtad


y fidelidad en el servicio.
a. El primero es cuando alguien nos confía una tarea que podemos hacer
utilizando nuestros talentos.

Recordemos que en Mateo 25, Dios nos habla de los talentos que ha dado a
cada uno y que debemos poner al servicio de los demás para multiplicarlos. En
la parábola leemos que se le dio a cada uno conforme a su capacidad, uno
recibió cinco, otro dos y otro recibió uno. Dos de los siervos, fieles y útiles,
produjeron el doble. Así que fueron puestos sobre mucho porque demostraron
ser fieles en lo poco.

Lo mismo deben hacer los lideres competentes que saben aprovechar sus
talentos, demostrar fidelidad y ser útiles, por lo cual serán promovidos.

Dios delega tareas en nuestra vida, por pequeñas que parezcan, Él confía en
nosotros. Todas las tareas que el Señor nos asigna son importantes y valiosas.

En la parábola, uno de los siervos no produjo nada con el talento que recibió
porque dijo que tuvo miedo. No permitas que el temor y tu mala percepción de
los demás te aleje de las oportunidades de mostrar un servicio fiel y útil.

Él ya te ha dado los talentos y espera que sean multiplicados, debes poner


manos a la obra. Si realmente quieres alcanzar nuevas alturas, debes hacer lo
que te piden y algo más. Los lideres extraordinarios son los que hacen algo extra
con lo ordinario y normal.

b. El segundo momento para demostrar fidelidad, lealtad y servicio es cuando


alguien nos envía en su nombre, para representarlo. En ese momento debes
lucirte como la persona más confiable que existe.

Pablo llevó el mensaje del Señor por toda Asia, pero no lo hizo solo, se apoyó en
hombres de confianza a quienes enviaba en su representación, delegándoles
autoridad.

Un lider competente reconoce la medida de su servicio y la gracia del don que


ha recibido en su llamado. Medida del griego “metron” indica jurisdicción,
alcance.

Los lideres competentes son fieles a su asignación, no abandonan sus tareas,


cumplen con sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan sus
compromisos. Son dignos de confianza y responsables, pues hacen lo mejor con
lo que tienen. No tienen excusas, ni postergan ni esperan mejores
circunstancias. Solo hacen lo que se requiere. Dios espera que hagas lo que
puedas, uses lo que tienes, y sirvas donde estés.

c. El tercer momento para ser fieles y útiles es en medio de la crisis. Un lider


competente demuestra su fidelidad cuando hace lo que se le ha encomendado,
a pesar de las circunstancias que está viviendo. Muchos al pasar por dificultades
se confunden y desaniman, abortando de esta manera su sercicio fiel a Dios.

Pablo como lider competente nos demostró como ser fiel a su llamado, no
obstante cualquiera que fuese la situación que tuvo que afrontar, tal como lo
testifica en 2a Corintios 6:3-10 y 11:23-33.

Esa es la única forma de superar cualquier circunstancia, porque Dios tiene


cuidado de nosotros, es fiel al cumplir Sus promesas, pero debemos demostrarle
que nada nos aleja de Su presencia, no nos concentramos en los problemas
sino en lo que nos ha pedido que hagamos.

Tus planes no deben truncarse por los problemas, al contrario, ¡es la


oportunidad para aprovecharlos!

Dios espera de nosotros que hagamos lo máximo con lo que él nos da.
Debemos cultivar nuestros dones y habilidades, manteniendo nuestros
corazones ardientes, creciendo en nuestro carácter y personalidad, ampliando
nuestras experiencias de manera que cada vez seamos más eficaces en nuestro
servicio.

Recuerda, que estamos preparándonos para las responsabilidades y


recompensas eternas. Por ello, al igual que los atletas que se preparan para las
olimpiadas, nos entrenaremos y desarrollaremos para ese gran día.

5.7. Es un multiplicador de la vida de Dios. 2 Timoteo 2:1-2


Nuestra enorme tarea como lideres competentes es velar para que aquellos a
quienes dirigimos crezcan en su espiritualidad, en la palabra, en el conocimiento,
en el carácter y en las actitudes sanas y habilidades correctas.

El discípulo aprende básicamente viendo a otros realizar la obra, no sólo


estudiando acerca de la obra, por eso como reproductores espirituales, nos
interesamos por el desarrollo integral de la vida de quienes nos siguen.

Un lider competente sin celos ni envidia abre espacio y promueve oportunidades


para que los hijos espirituales desarrollen los dones, perfeccionen las
habilidades y puedan alcanzar su destino profético y procura de todas formas
evitar el estancamiento y estimular el aprendizaje.

Pablo sugiere que el progreso espiritual de Timoteo sería evidente a todos. Esto
implica que todavía no era perfecto. Un lider competente no debe tratar de
convencer al pueblo de que no tiene fallas. Por el contrario, debe permitirles ver
al pueblo su crecimiento.

Pablo exhortó a Timoteo para que transfiriera a otros lo que había aprendido con
el propósito de que ellos hicieran lo mismo. Esto tenía un objetivo claro: dejar
algo significativo en la vida de otros.

La clave de la transferencia correcta es una transparencia completa. No


olvidemos que enseñamos lo que sabemos, pero reproducimos lo que somos.

Un lider competente entiende que la trascendencia de su labor no se mide por la


cantidad de seguidores que tuvo sino en la calidad de sucesores que formó,
pues entiende que su vida y ministerio es un factor multiplicador para las
generaciones que vendrán.

5.8. Es un formador del carácter de Dios. 1 Tesalonicenses 2:10-11


Generalmente, el carácter puede ser el patrón de conducta que persiste en el
tiempo y ‘caracteriza’ o ‘define’ a una persona. Indica los rasgos y hábitos
persistentes de un individuo. Comúnmente se refiere al comportamiento moral
de una persona con relación a su patrón de conducta que intenta hacer el bien o
el mal a otras personas.

El gran desacierto que tienen muchos lideres es su preocupación por HACER


los planes correctos, y no por SER las personas correctas. Muchos lideres
confunden CARISMA con CARÁCTER. El ser un lider usado por Dios no quiere
decir que sea un lider aprobado por
Dios.

Algunos se enfocan en desarrollar únicamente un liderazgo exitoso según el


criterio de los hombres, y se olvidan de desarrollar un carácter formado según el
diseño de Dios. El error está en edificar más nuestra personalidad que nuestro
carácter. Es decir, ocuparse de la apariencia exterior más que nuestra realidad
interior.

Un lider competente sabe que su vida es un ejemplo y referente que los demás
están desafiados a seguir y lo puede demostrar con el fruto de su vida y sus
acciones.

Otros lideres tienen su prioridad únicamente en TENER algo. Se descuidan en lo


fundamental que es el SER. A ellos les acontece lo del hijo pródigo, quien la
primera vez que se acercó al padre fue para decir: ¡DAME! (Lucas 15:12)

Como él no estaba capacitado para manejar los recursos que el padre le confió,
los despilfarró neciamente. Cuando estaba fracasado y no tenía nada,
recapacitó para regresar y decirle ahora al padre: ¡HAZME! (Lucas 15:19).
Si no estamos formados para SER un lider competente, no estamos preparados
para HACER un liderazgo excelente y eficiente.

El carácter es fundamental en el ser de un lider competente, ya que ello define la


sinceridad de nuestras motivaciones, la solidez de nuestro liderazgo, la
sobriedad de nuestro vivir y la seguridad de nuestro destino.

6. Características de un lider competente


Para ampliar los elementos señalados en el punto anterior, quiero tomar algunos
aspectos que Pablo nos presenta de su servicio fiel y productiva en la obra del
Señor. Voy a limitarme a lo registrado en Hechos 20:17-36.

6.1.Comportamiento intachable. Vr 18
Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre
vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia.

Pablo como un lider competente enseñó y dirigió la grey con su propio ejemplo,
en todo momento y en toda circunstancia, asi tambien lo afirmó ante los
creyentes de Tesalónica (1 Tesalonicenses 2:10-12).

La tarea de nuestro liderazgo nos desafía a mejorar nuestra manera de vivir


porque demanda que vivamos según las normas de santidad que Cristo vivió. El
apóstol Juan escribe: "El que dice que permanece en él debe andar como él
anduvo" (1 Juan 2:6).

El lider reconoce que solo puede alcanzar ese nivel de conducta como resultado
del poder del Espíritu Santo obrando en su vida.

El lider cristiano debe ser un ejemplo de vida para el mundo sin Cristo, tanto en
su conducta personal como en su relación con la familia, la sociedad y las
autoridades (Efesios 5:21, 6:9).

Al analizar la conducta de muchos líderes y congregaciones evangélicas, nos


asombra encontrar un relativismo moral similar al que rige a nuestra sociedad
sin Dios. Pero peor aun es descubrir en práctica los mismos pecados, las
mismas situaciones censurables que encontramos en nuestra sociedad
contemporánea.

En esos lideres y congregaciones no se viven la santidad, la pureza, el amor, la


verdad, la humildad y el respeto o temor a Dios. Algunos líderes obran como si
fueran dueños de las congregaciones, de los ministerios y de los recursos,
cayendo en los mismos excesos y pecados que condenan en los líderes que no
son cristianos.

Es fundamental que los líderes cristianos vivan éticamente, como modelos de


conducta cristiana. Esta responsabilidad tiene dos dimensiones, una hacia la
iglesia, que necesita ver en sus ministros modelos de vida cristiana, y la otra,
hacia la sociedad sin Dios, que necesita desesperadamente ver la posibilidad de
cambiar y de alcanzar un estilo de vida que sea mejor.

La gente en nuestros días necesita con urgencia encontrar una posibilidad de


comenzar de nuevo, de vivir mejor y de vencer la presión de una sociedad
enajenante. Nosotros sabemos que el evangelio es esa alternativa porque es
"poder de Dios para salvar" (Ro 1.16). Pero la iglesia no será ejemplo a menos
que sus líderes sean modelos que los miembros de las congregaciones puedan
seguir.

Como el apóstol Pablo, debemos estar en condiciones de decir "Sed imitadores


de mí, así como yo de Cristo." (1 Corintios 11:1, 4:16; Filipenses 3:17).

6.2. Consagración incondicional. Vr 19


...sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que
me han venido por las asechanzas de los judíos;

Pablo como un lider competente no demostró un afán de protagonismo, sino de


servicio humilde y abnegado. En 2ª Corintios 11:24-27, nos habla de las muchas
veces que fue castigado con varas y con látigo, cuando sufrió cansancio, dolor,
agonía, y naufragios. Sufrió todos esos peligros porque estaba totalmente
comprometido con el ministerio recibido, porque tomaba muy en serio la
dimensión eterna del llamado.

Hoy cuando se promueve un ministerio de farándula y comodidades de lujo, es


necesario releer las experiencias apostólicas, para ser conscientes de que es el
destino de las almas lo que está en juego y por lo tanto no podemos seguir
jugando con el ministerio.

Una actitud sacrificial ante el llamado es imprescindible para todos aquellos que
quieran ser lideres competentes; pero entendiendo, que el esfuerzo no es en
nuestras fuerzas, sino el poder de Dios, tal como Pablo lo testificó en
Colosenses 1:29, “para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de
él, la cual actúa poderosamente en mí”.

Lo que Pablo está afirmando es que, el ministerio no es una tarea fácil, ni es


para gente floja; esta noble causa requiere esfuerzo y es para gente fuerte;
quienes saben que la gracia de Dios es la fuente de donde alimentan su energía.
Recordemos siempre que el Señor es quien llena de nuevas fuerzas a sus
obreros que no dependen de las suyas, sino que confían en El. (Isaías 40:29-
30).

Pablo trabajaba duro porque sabía que su esfuerzo tenía recompensas eternas
para el y para otros; pues creía que la Palabra de Dios tiene la capacidad de
cambiar el destino de todos los oyentes. Esa es la perspectiva que debe motivar
al lider competente para entregarse a su labor sin escatimar ningún esfuerzo.

«Trabajar» (del griego kopiao) significa «trabajar hasta el punto de estar


agotado». «Sufrir oprobio» (gr. agonizomai) significa «agonizar en una lucha».
Luchamos hasta el punto del agotamiento, estando exhaustos, muchas veces
doloridos, porque comprendemos nuestros objetivos eternos.

Trabajar duro no quiere decir, que debemos enredarnos en un activismo cruel,


haciendo muchas veces tareas infructuosas, aunque aparentemente sean
buenas. No todo lo bueno que hacemos siempre es correcto; pero siempre lo
correcto es bueno. Trabajar con eficiencia y efectividad requiere hacer las cosas
correctas de manera buena y de esta manera alcanzaremos la excelencia
ministerial.

Si queremos ver la transformación real de nuestras naciones, debemos


apasionadamente trabajar con y para Dios, a fin de alcanzar los resultados
correctos.

6.3. Constancia infatigable. Vrs 20-21


“y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros,
públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del
arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”.

De estos dos textos encuentro varios principios en la dinámica del trabajo


apostólico de Pablo:
a. Transmitió todo lo que fuese útil, no se entretuvo con cosas sin importancia.
b. Lo hizo en público y privado.
c. Lo hizo imparcialmente, sin prejuicios raciales, a judíos y griegos.
d. Confrontó el pecado y presentó al Salvador.

El lider competente es valiente, pero no irrespetuoso. Desafía al pecado de


frente, confronta la falta de fe, la desobediencia, y la falta de compromiso; para
liberar en el pueblo el potencial que Dios les ha dado a fin de cumplir con su
propósito y librar a los rebeldes de la cautividad demoníaca. Todo lider
competente debe ser combativo por lo que cree, pero no contencioso por sus
creencias (2ª Tim 2:24-26).

El lider competente está revestido de la autoridad que lo cubre, pues parte de un


fundamento teocrático y sus mensajes son sentencias divinas que liberan un
poder sobrenatural para afectar positivamente la vida de la gente.

La autoridad de su enseñanza no es respaldada por el tono de su voz, el talento


para hacerlo, ni la imposición de lo que dice, sino la impartición de lo que es;
pues lo ha recibido de Dios.

La palabra griega traducida como “enseñar” se refiere a comunicar para


formación, en este caso instrucción o doctrina. No es simple información que
debe ser transmitida en forma de mandato; sino impartición que debe ser
transferida en forma de ejemplo.

La enseñanza apostólica debe ser correcta en su presentación y recta en el


espíritu de quien la presenta, a fin de que sus logros sean contundentes en la
vida de quienes la reciben. Deben salir como mandatos divinos que no están
dados para ser cuestionados, sino obedecidos. El carácter imperativo de la
verdad enseñada erradica cualquier postura opcional entre la gente.

Hay mucha predicación popular entretenida, pero no mucha poderosa y


transformadora por naturaleza. Un lider competente enseña no para entretener a
la gente, sino para entrenar a un ejército combativo y decidido a transformar al
mundo para Cristo.

6.4. Convicción inquebrantable. vrs 22-24


“Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me
ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da
testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna
cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi
carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio
del evangelio de la gracia de Dios”.

En esta hora donde se proclama un relativismo moral y ninguna verdad absoluta,


se hace imprescindible que surjan lideres competentes con creencias firmes y un
fundamento escritural sólido, para anunciar la verdad y denunciar el error.

Enfrentamos una era donde se negocian las convicciones, por asunto de


conveniencia, y tristemente muchos lideres han caído en la seducción del
sistema; pues prefieren ser aceptados por la gente, aunque sean rechazados
por Dios.

Pablo fiel a su vocación apostólica, pudo decir confiadamente al final de sus


días: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por
lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor… (2ª
Timoteo 4:7-8).

Este valiente hombre de Dios, estaba plenamente convencido que la premiación


la reciben los fieles y no los famosos, y nos demostró que a pesar de las
circunstancias adversas y la oposición que enfrentó pudo mantener firme sus
convicciones, pues entendía la vocación y elección recibida de Dios .

La firmeza de nuestras creencias parte de la doctrina apostólica y son la


plataforma desde donde somos lanzados a mayores dimensiones de fe y
conquista. Estas verdades fundamentales vienen impregnadas de un espíritu de
revelación que marca nuestras vidas con una convicción inclaudicable.
El apóstol Pablo vivía conectado a una firme determinación de llegar al final de
la meta trazada, pues sabía que lo designado por Dios para su vida, era un
supremo llamamiento. Por eso, decidió renunciar a las deficiencias del pasado,
realizar las exigencias del presente y reafirmar las excelencias del porvenir, a fin
de lograr alcanzar la meta, pues entendía que lo importante del ministerio no es
comenzar bien, sino terminar bien.

6.5. Conciencia irreprochable vrs 25-27


“Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he
pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. Por tanto, yo os
protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he
rehuido anunciaros todo el consejo de Dios”.

Pablo como un lider competente cumplió la misión de predicar el reino de Dios y


lo hizo con una tranquilidad en su conciencia, porque les anunció todo el consejo
de Dios.

El Salmos 119:160 os dice: la suma de tu Palabra es verdad.... Es interesante


advertir como el salmista está haciendo notar con la palabra “la SUMA”, que la
totalidad de la Palabra de Dios es la verdad. El salmista no está diciendo: parte
de la suma de tu Palabra es verdad, sino la suma, la totalidad de tu palabra es
verdad, entendemos con esto que si no predicamos la suma completa entonces
no es la verdad lo que predicamos, sino la mentira, el error; porque verdades a
medias son mentiras completas.

Ciertos predicadores hoy en día están más preocupados en decir lo que la gente
quiere oir y no lo que necesitan recibir, pues temen que si los confrontan con la
verdad completa se vayan de sus congregaciones.

Predicar un evangelio mutilado es nutrir a los creyentes con un alimento


desbalanceado, y esa es la razón por la que tenemos muchos creyentes con
anemia espiritual. Lamentablemente tenemos una cristiandad que tiene una
memoria selectiva y solo recibe lo que le gusta o conviene, pero no están
dispuestos para obedecer todo el consejo de Dios.

El apóstol Pablo lo sabía, sabía lo terrible de las consecuencias para el que no


predica todo el consejo de Dios, de manera que exclamó: ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio! (1a. Corintios 9:16). Y por esto no le importó que al
predicar todo el consejo de Dios, los creyentes influenciados por el judaismo lo
viera como su enemigo (Gálatas 4:16).

6.6. Cuidado incesante. vrs 28-31


“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os
ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por
su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de
vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los
discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día,
no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno”.

Pablo nos modela que para ser un lider competente debemos ser responsables
del cuidado y protección de quienes se nos ha confiado para edificarles en la fe,
por eso, debemos estar alertas para percibir los peligros que los acechan, cuidar
que no sean engañados por falsas doctrinas e identificar a los falsos maestros
para reprenderlos.

Es muy importante, reconocer que la iglesia del Señor representa un alto valor,
pues a El le costó su sangre y por ello el trato tiene que ser esmerado, la iglesia
no es cualquier cosa, por lo tanto, no podemos ser negligentes, superficiales ni
descuidados con el trabajo en los santos.

No debemos dejarnos impresionar por los falsos estándares de éxito que se nos
venden a través de los medios; pues Dios no nos demanda ser predicadores
exitosos, sino administradores fieles. La gloria del ministerio no es ser pastores
de una congregación grande, sino formadores de una gran Iglesia. Nuestra
mayor motivación es ser hallados fieles según el propósito de Dios; y no
famosos según el programa del hombre.

6.7. Confianza ilimitada vr 32


“Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que
tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados”.

Todo lider competente reconoce que la vida cristiana solo se da por medio de la
gracia, se sostiene por gracia y se culmina por gracia; por ello es que este
atributo esencial de la naturaleza y carácter de Dios debe ser entendido y
conocido para ser realmente valorado, disfrutado y reconocido.

Hoy en día el concepto de la gracia es para algunos difícil de entender porque


también piensan que tienen que hacer algo además de creer para poder
salvarse. Cuando no se entiende el verdadero concepto de la gracia, el hombre
en su mente humana siempre tratará de ayudarse en su salvación por medio de
obras. Algunos todavía creen y enseñan que aunque la Ley pasó, todavía
existen aspectos de la ley que se deben de guardar y hasta piensan que
ofenden a Dios y pierden su salvación si no lo hacen.

El espíritu legalista sigue vivo aún en muchas formas distintas en algunos


grupos de cristianos en este tiempo. La religiosidad les atrae, se piensa que si
no hay tradiciones religiosas, ritos y obras humanas, no es posible que haya
salvación en Dios. El apóstol Pablo nos habla en contra de dejar la gracia y
volvernos a los débiles y pobres rudimentos que esclavizan, guardando días,
fiestas, comidas y ritos. (Gálatas 4:8-11)
Cuando no se tiene un conocimiento pleno acerca de lo que la gracia representa
y lo que en realidad es en verdad para el creyente que esta en Cristo, se tratará
de añadir otras formas de tradiciones para hacer su religión más completa. Sin
embargo la gracia de Dios es completa, y tiene grandes bendiciones que se
basan en la obra de Cristo y no la del hombre.

Todo lo que procede de Cristo es gracia sobre gracia. La economía de la gracia


es un reinado en vida que como herederos nos pone a disfrutar por derecho
legal de todos los actos consumados de la gracia de Cristo en la cruz, y por
medio de la fe en El, es que recibimos el efecto real.

Es a esta palabra de gracia que Pablo podía encomendar la fe de los creyentes,


pues reconocía que ella produce cambios radicales en nuestra teología
tradicional, en nuestro mensaje, en nuestras vidas y en nuestras
congregaciones. Estos son cambios positivos de fe. Una gracia que produce
reposo y en la que se camina exclusivamente por fe y para fe.

La gracia es una economía, un mensaje, un estilo de vida, y un evangelio que


actúa en aquel que es sincero para con Dios. La gracia nos hace lideres
competentes y transforma nuestra vida para que seamos instrumentos de
transfomación al mundo.

6.8. Compasión generosa. vr 35


“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados,
y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar
que recibir”.

Un líder competente es trabajador pero también generoso, y no es generoso


porque tenga riquezas, sino porque es rico en generosidad. La generosidad es
parte de la naturaleza divina que obra en nosotros, y no se requiere de ningún
esfuerzo para manifestarla, ya que el generoso piensa en generosidades, y por
sus generosidades será exaltado (Isaías 32:8).

Las personas pueden dudar en dar generosamente a Dios si temen no tener lo


necesario para satisfacer sus propias necesidades. Pablo les asegura que Dios
es capaz de suplir sus necesidades. La persona que da poco recibirá poco en
recompensa. No permita que la falta de fe le impida que dé libre y
generosamente.

Nuestra actitud al dar es más importante que la cantidad que damos.

Para todo dador alegre, el dar no debe provocar ninguna incomodidad ni


molestia, sino al contrario un sentido de gratificación y contentamiento que
surge de un corazón agradecido, pues reconoce que todo lo que quiere y puede
dar, lo ha recibido por la gracia de Dios, y ahora lo puede dar de gracia. El
Nuevo Pacto nos enseña la gracia del dar y el dar con gracia.

Pablo demuestra cuán importante es no solo el dar sino desearlo también,


porque sino es la gracia de Dios la que nos convence para participar de esta
gracia no lo va a hacer nadie, por eso damos movidos por el deseo de agradar a
Dios antes que a los hombres.

Muchas podemos dar sin disfrutar el hacerlo, solo lo hacemos por el


compromiso, pero debemos anhelar dar no solamente porque es necesario sino
porque también debe de ser nuestro deseo.

El dar debe ser voluntaria, de corazón. Ninguna dádiva es recibida con agrado
por Dios, si se da de mala gana o con tristeza, sin alegría o si se da por
compulsión o por necesidad. “Por necesidad” significa porque tienes que
hacerlo.

La disposición para dar con agrado es más importante que la cantidad que se
dé, pues entendemos que lo hacemos para agradar a Dios y ese es nuestro
placer.

Los creyentes macedonios son un ejemplo vivo de una compasión generosa,


pues pidieron con muchos ruegos que los apóstoles les hicieran el favor de
permitirles participar, tener comunión, en la ministración a los santos
necesitados. En lugar de que los apóstoles pidieran a los santos que participaran
en este asunto, fueron los creyentes macedonios los que rogaron a los apóstoles
que les permitiesen participar. Consideraban como un favor, una gracia, el que
los apóstoles les concedieran tal privilegio, pues el dar no lo veian como una
carga, obligación o exigencia.

Esto es totalmente distinto de la recaudación de fondos que se practica hoy en


día, la cual carece de vida, de espíritu y no edifica el Cuerpo de Cristo. Si
queremos que nuestra dádiva material se convierta en un ministerio espiritual de
vida y de edificación, necesitamos la gracia que viene de Dios y también de los
apóstoles.

7. La sabiduría del lider competente


Cuando se hace referencia a elementos esenciales para desarrollar un liderazgo
competente pensamos en: equipo, relaciones, actitud, compromiso, integridad,
responsabilidad, entre muchas otras cualidades, pero poco mencionamos la
sabiduría que también debería ser incluida dentro de este “gran paquete” para
ser competentes en el ministerio.

Como líderes competentes necesitamos esa capacidad de considerar para


distinguir lo positivo de lo negativo de las circunstancias que giran alrededor de
nuestro ministerio, de nuestra vida; ese buen juicio que se desarrolla a partir de
la experiencia, observación y reflexión. Debemos admitir que, si en esos
momentos difíciles, de debilidad, de decisiones cruciales, de tentación, de
adversidad, de prueba, hubiéramos tenido tan sólo un poco más de sabiduría,
probablemente, hoy las cosas serían muy diferentes, esa relación, ese hábito,
ese trabajo, ese ministerio… tendría otro rumbo!

Siempre habrá acontecimientos, momentos precisos y complejos en nuestra vida


cotidiana, familiar, personal, económico, espiritual, que puede afectar nuestro
liderazgo al ser puestos a prueba; es por ello que la verdadera sabiduría
capacita al hombre para enfrentar con integridad las vicisitudes de la vida; al
confiar en Dios podemos relacionarnos sabiamente con las frustraciones, y los
apuros de la existencia. Sólo podremos comprender lo que sucede cuando
contemplemos la situación desde el punto de vista de Dios. En esto radica la
verdadera sabiduría.

El líder competente debe querer actuar bien siempre, aunque suponga en el


camino sacrificar muchas cosas, buscando y tratando de orientar su conducta
hacia la excelencia. El líder sabio atrae porque busca con sinceridad actuar
correctamente, pensando en buscar el bien para sí mismo, para el ministerio y
para los demás. La sabiduría nos llena de principios de éxito, por eso si la
buscamos de forma constante y regular se termina manifestando
automáticamente.

7.1. ¿Qué es la sabiduría e inteligencia espiritual?

Es la facultad de conocer las cosas espirituales, de captarlas, de formarlas, de


acomodarlas y de comprenderlas. Un cristiano inteligente es una persona sabia,
dotada e instruida.

Hay algo más profundo que nuestra mente; algo más allá del afecto y la
emoción; algo más poderoso que la voluntad y es la existencia del espíritu en
nuestro interior. Tú debes saber que posees un espíritu que tiene su propia
mente y sus leyes. La mente es la parte dirigente del espíritu, la cual revela la
personalidad de los espirituales.

Observa que la inteligencia espiritual tiene que ver con la sabiduría y el


conocimiento de Dios y esto es un asunto de la mente espiritual. Efesios 1:17-18
nos dice que la sabiduría y el conocimiento alumbran los ojos de nuestro
entendimiento. Note que el entendimiento tiene ojos y el espíritu tiene
inteligencia.

La inteligencia espiritual es la facultad que nos da el Espíritu Santo para que


nuestra mente espiritual comprenda a Dios y las cosas de Dios. Cuando dice
que seamos llenos de sabiduría e inteligencia espiritual, no se refiere a la
inteligencia natural, sino a un tipo de inteligencia espiritual llamada “Súnesis” y
es una palabra griega que significa, poner juntos mentalmente la inteligencia y el
conocimiento, o poner el intelecto y el entendimiento, para ejecutar la voluntad
de Dios.
Esta sabiduría es la que me permite comprender y percibir plenamente el
conocimiento de las cosas de Dios, y es una obra del Espíritu a mi espíritu.
Pablo dice en 1a Corintios 2:12 que “…nosotros hemos recibido el Espíritu que
proviene de Dios; para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. Si tú no
sabes lo que Dios te ha concedido; no eres un inteligente espiritual.

El profeta Oseas dice que el pueblo de Dios fue destruido, no porque le faltó
orar, cantar o congregarse (aunque esto es importante) sino porque le faltó
conocimiento o inteligencia espíritual. Nadie puede ser competente en lo que
ignora, es la razón por la cual Dios desechó de ellos el sacerdocio (Oseas 4:6).

El conocimiento me lleva a saber lo que tengo en Cristo y lo que El me ha dado.


El lider competente que posee la inteligencia espiritual jamás vive vacíos
espirituales; porque está lleno del pleno conocimiento de la palabra de Dios.

Un lider competente con inteligencia espiritual no es un niño fluctuante en la


doctrina de la palabra de gracia. Un inteligente espiritual no es como la ola del
mar que va y viene y nunca se detiene, al contrario es productivo, firme, objetivo
y estable (Efesios 4:13-15).

La sabiduría humana y terrenal viene por el estudio, esfuerzo y mérito humano.


Pero tener sabiduría e inteligencia espiritual en muy diferente. La sabiduría e
inteligencia espiritual viene por revelación de Dios.

El conocimiento sin revelación es solo información, pero el conocimiento provisto


por la revelación de Dios es el que habilita y capacita para alcanzar la
renovación del entendimiento y la transformación del entendido de tal forma que
pueda “andar como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto de
toda buena obra, creciendo en el conocimiento de Dios” (Romanos 12:1,
Colosenses 1:10).

7.2. La sabiduría es necesaria para liderar.

La sabiduría e inteligencia espiritual son para entender y conocer la voluntad de


Dios y poder cumplirla, lo cual demanda discernimiento y acción, así como
información y transformación. En este orden de ideas, el conocimiento no es un
fin per se, sino un medio para alcanzar un propósito.

Esto queda confirmado en la razón por la cual el lider competente necesita


recibir y crecer en sabiduría e inteligencia espiritual:”Para que andéis como es
digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y
creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:10).

En este pasaje queda claramente expresado que la sabiduría e inteligencia


espiritual están asociadas al conocimiento de la voluntad de Dios, donde
entendemos su propósito eterno y conocemos los planes derivados de éste.

Existen prominentes líderes de la Biblia que nos sirven de ejemplo, quienes


usaron la sabiduría otorgada por el conocimiento y la inteligencia espíritual que
Dios les dio para llevar adelante su perfecto plan, ellos ejercieron un liderazgo
competente y de impacto, trayendo la influencia del Reino de Dios sobre el
sistema de gobierno de sus tiempos.

José se destaca por esta capacidad y gracia divina, y podemos observar como
con sabiduría pudo hacer con productividad y prosperidad todo el trabajo que se
le encargó en la casa de Potifar, tambien lo demostró durante su estadía en la
cárcel y luego se manifestó en el palacio de Faraón (Génesis 39:2-6 y 41:38-40).

Esdras, es otro ejemplo de un lider competente y lleno de sabiduria para cumplir


su asignación, él fue un sacerdote judío exiliado en Babilonia, escogido como
líder de los judíos en aquel país, y recibió el encargo de dirigir a su pueblo de
regreso a Jerusalén.

El propósito principal de Esdras fue restaurar la fe y el culto en una nación


indiferente, para lo cual hizo poner en vigencia la Ley de Dios y establecerla
como autoridad suprema en lo civil y lo religioso.

Asi lo resume el siguiente texto: “Y tú, Esdras, usa la sabiduría que tu Dios te ha
dado a fin de nombrar magistrados y jueces que conozcan las leyes de tu Dios,
para que gobiernen a toda la gente de la provincia situada al occidente del río
Éufrates. Enseña la ley a todo el que no la conozca” (Esdras 7:25).

Daniel tambien desarrolló esta clase de sabiduría para operar efectivamente en


Babilonia, durante tres reinados consecutivos, causando una gran influencia y
ganándose el respeto de todos. (Daniel 1:17-21, 2:23 y 30, 5:9-12, 9:22-23).

Esteban, fue escogido por los apóstoles para ser un servidor en la iglesia, y
ellos reconocieron la fe y sabiduría con que el Espíritu Santo le había llenado, la
cual demostró en los distintos escenarios y oportunidades que se le menciona
(Hechos 6:3-10), siendo la más significativa cuando hizo una exposición
magistral en la que hace un recuento histórico del plan de Dios con Israel y
confrontó el sistema religioso de su época (Hechos 7:1-60).

Pablo indiscutiblemente es el referente más destacado en el Nuevo Testamento


como un lider competente lleno de sabiduría, con la cual pudo conocer los
misterios de Dios revelados en Cristo, recibir el diseño y orden de edificación de
la iglesia y ser un perito arquitecto para edificarla (2 Corintios 2:116)

7.3. El principio de la sabiduria.

“Pero la verdadera sabiduría y el poder se encuentran en Dios; el consejo y el


entendimiento le pertenecen”. (Job 12:13)

¿Es inteligente el Dios, Creador de todo lo visible e invisible? ¿Nos creó él a “su
imagen y semejanza”? Pues si es asi, El quiere que cada ser humano sea
inteligente, sabio y lleno del conocimiento de su voluntad, y no bruto, torpe,
tosco o ignorante.

Esto es lo que quiere Dios para todo lider competente. Ahora bien, “nuestro
querer”, ¿armoniza con el del Ser que nos creó? La pregunta desafiante es:
¿Quiero ser lleno del conocimiento correcto de la voluntad divina, o prefiero
ignorar voluntariamente sus verdades (2ª Pedro 3:5)?

Al leer su Palabra en la Biblia, entiendo que entre las cosas que más deleite le
traen a Dios es que le conozcan (Jeremias 9:24) pues en ello se encierran las
grandezas de la vida eterna (Juan 17:3) donde podemos disfrutar “todas las
riquezas de pleno entendimiento”, como además “todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento”, (Colosenses 2:2).

Es gratificante explorar, y hacer suyos, “todos los tesoros de la sabiduría y del


conocimiento”, “todas las riquezas de pleno entendimiento”. Entender y conocer
estas gloriosas verdades satisface, deleita, llena como ninguna otra experiencia,
y son inigualables, invaluables y ricos en sumo grado los beneficios, dividendos
y bendiciones, tanto para esta vida como para la venidera.

Asi lo afirma el sabio Salomón en Proverbios 24:3-4 (Dios Habla Hoy) que dice:
“Con sabiduría se construye la casa, y con inteligencia se ponen sus cimientos;
con conocimientos se llenan sus cuartos de objetos valiosos y de buen gusto”.

Igualmente en Proverbios 3:13-15 (Nueva Versión Internacional) reitera esta


poderosa verdad: “Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia.
Porque ella es de más provecho que la plata y rinde más ganancias que el oro.
Es más valiosa que las piedras preciosas: ¡ni lo más deseable se le puede
comparar!

7.4. ¿Qué activa la sabiduría en el líder competente?

Salomón fue el tercer rey de Israel, hijo y sucesor del rey David, gobernó por
cuatro décadas trayendo uno de los períodos de paz y prosperidad mas notorios
en la trayectoria de esta nación, su gobierno fue inolvidable en la historia de
Israel por los importantes proyectos de construcción que desarrolló, tal es el
caso del templo de Jerusalén, asimismo por su enorme riqueza y la sabiduría
que disponía, entre otras cuestiones.

El balance de su gestión puede resumirse en un registro que el escritor sagrado


hace de su vida y se encuentra en 2 Crónicas 9:22-24 y que dice asi: “De modo
que Salomón llegó a ser más rico y más sabio que cualquier otro rey de la tierra.
Reyes de todas las naciones lo visitaban para consultarlo y escuchar la
sabiduría que Dios le había dado. Año tras año, cada visitante le llevaba regalos
de plata y oro, ropa, armas, especias, caballos y mulas” .

Antes de iniciar su reinado, Dios se le aparece para concederle lo que Salomón


quiera, pero lo loable de su actitud fue la petición por sabiduria y conocimiento
para guiar correctamente a su nación.
Miremos en 2 Crónicas 1:7-12, donde se encuentra registrada esta
transcendental experiencia y allí podemos destacar de este importante
acontecimiento, cinco aspectos que son accionados en el liderazgo competente
por medio de la sabiduría:

a. La capacidad de gobernar efectivamente. Vr 10.

Es innegable que el éxito de la gestión gubernamental de Salomón radicó en la


sabiduría con que Dios lo dotó para hacerlo.

Razón tuvo el sabio predicador cuando dijo: “…la sabiduría es provechosa para
dirigir.” (Eclesiastés 10:10)

b. La capacidad de resolver problemas. Vr 11a.

Dios reconoció que la motivación de Salomón para obtener esta clase de


sabiduría no era para su propio beneficio, sino para ayudar al pueblo, lo cual lo
demostró desde los asuntos más simples hasta los más complejos, causando la
admiración de propios y extraños (I Reyes 3:16-28, 4:29-34).

c. La capacidad de conectar gente estratégica. Vr 11b.

Salomón nunca hizo uso del poder para tomar venganza, fue un hombre pacífico
y pacificador como su nombre lo identifica, y para llevar a cabo los grandes
proyectos que emprendió supo sabiamente rodearse de la gente correcta (2
Crónicas 2:1-18).

d. La capacidad de administrar riquezas y bienes. Vr 12a.

Basado en la sabiduría que Dios le otorgó, Salomón pudo llevar a Israel a


disfrutar la época más próspera y pacífica que se haya visto, pues vivieron
cuarenta años libres de guerras y pobreza en toda la nación, y supo acumular
riquezas para él y sus generaciones (2 Crónicas 9:13-28).

f. La capacidad de dirigir a la promoción y grandeza. Vr 12b.

Fue por la gestión sabia de los planes y proyectos de Dios con su vida que
Salomón fue engrandecido y Dios lo honró con fama y reconocimiento por parte
de los poderosos de la tierra, como ningún otro rey en la historia (2 Crónicas
9:1, 22-26).

7.5. ¿Cómo obtiene sabiduría el líder competente?

Ciertamente un líder puede obtenerla a través de la experiencia, de los errores,


de los logros y éxitos, o bien de sus mentores, pero principalmente la sabiduría
proviene de Dios. Tenemos el temor de Dios cuando intimamos constantemente
en su presencia, escuchamos su voz y la seguimos, haciendo por lo tanto su
buena, agradable y perfecta voluntad, así como cuando la palabra de Dios es
revelada a nosotros convirtiéndose en nuestra fuente y guía, por lo que debemos
obedecerla sin cuestionamientos! (Deuteronomio 4:5,6. Salmo 119:98-100).

Santiago se dirige a los cristianos que sufren por causa de la fe en Cristo, todos
aquellos que necesitan sabiduría cuando estén confundidos y no sepan qué
hacer frente a circunstancias que están más allá de su capacidad o su dominio,
pueden pedirla a Dios con fe, y se les proporcionará (Santiago 1:5-6).

No existe ninguna fórmula mágica que nos pueda suministrar el acceso a esta
riqueza, pero si algunos pasos prácticos y concretos que debemos cultivar para
desarrollarla, me permito proponer algunos de ellos a continuación:

a. Escudriñando las Escrituras (Juan 5:39, Hechos 17:11)


b. Renovando nuestro entendimiento (Romanos 12:2)
c. Orando con entendimiento para recibir iluminación de la Palabra (Colosenses
1:3-6, Judas 1:20)
d. Obedeciendo a la verdad con la ayuda del Espiritu Santo (Deuteronomio 4:6,
1a Pedro 1:22)
d. Aprendiendo de maestros experimentados (Filipenses 4:9, 2a Timoteo 2:14-
17)

8. Los frutos de un liderazgo competente

Los frutos de un liderazgo efectivo se leen en la vida de los seguidores. Por sus
frutos los conocerán, es un principio de vida que tiene vigencia en todas las
áreas del quehacer humano, incluyendo el liderazgo cristiano.

Después que todo se ha hecho y dicho, aquellos que le han dado su confianza al
líder y recibieron su influencia serán una copia fiel de su mentor. “Vivió Adán
ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su
imagen...”(Gn 5:3), siempre tiene validez.

Lo que se observa nítidamente en el campo biológico también se repite en el


campo espiritual. Aquello que el líder es como persona, y cuan competente es
en el cumplimiento de su mandato, se refleja con toda claridad en la vida de
quienes son el objeto de su labor.

Nadie puede llevar a sus dirigidos más alto que lo que él mismo personalmente
ha alcanzado.

Por lo tanto, ¿qué frutos concretos podríamos esperar en la vida de los


discípulos? ¿Cuáles serán algunas de las señales peculiares de un liderazgo
competente genuino, caracterizado por la madurez espiritual?

8.1. Los dirigidos alcanzan los objetivos establecidos por Dios.

Liderazgo cristiano es la capacidad y la actividad de motivar a otros para que


alcancen las metas establecidas por Dios para sus vidas, fue la definición de
liderazgo cristiano que ofrecimos anteriormente.

¿Cuáles son los objetivos que Cristo anhela para sus hijos?

+ Cristo está interesado en que vivamos para glorificar a Dios (Juan 15:8, 17:4).

+ Cristo está interesado en la edificación de su iglesia, una comunidad que


refleje su gloria, santidad y amor en todos los ámbitos de la vida, contribuyendo
a la restauración de todas las cosas y notificar a los sistemas existentes la
multiforme sabiduría y gracia de Dios(Juan 17:6–26, Efesios 3:10-11).

+ Sin embargo, el plan final de Jesucristo es conformar a cada uno de sus


discípulos a su propia imagen (Romanos 8:29). Por esta razón fundamental, un
líder competente siempre está creciendo personalmente en su comunión con
Dios; y al mismo tiempo siempre tiene un desafío creciente, ya que los
discípulos también deben recorrer la misma ruta que él ha recorrido.

Cuanto más refleje el líder la vida y los frutos de Jesucristo, tanto más se
acercarán sus discípulos a los objetivos de Dios para sus vidas. En
consecuencia, todo líder competente toma muy en serio el consejo de Pablo a
Timoteo: “Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que
todos puedan ver que estás progresando. Ten cuidado de tu conducta y de tu
enseñanza. Persevera en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que
te escuchen” (1 Timoteo 4:15–16).

Líderes competentes de trascendencia engendran discípulos que crecen, y cada


vez se acercan más a los objetivos establecidos por el propósito eterno de Dios
con sus vidas.

8.2. La unidad espiritual.

Cuando un líder competente actúa en consonancia con las prioridades y


principios del reino de Dios, y su vida se desarrolla en la llenura y el poder del
Espíritu Santo, en su servicio habrá reproducción espiritual. Sus dirigidos
también mostrarán los frutos y la vida del espíritu y, en consecuencia, habrá
unidad espiritual.

Cada uno de sus seguidores tendrá su propia personalidad básica, manifestará


distintos dones espirituales, pero juntos unirán esfuerzos en el logro de la visión
que Dios les ha dado. Todos comprenderán que son siervos de una misión
mayor que sus metas personales y ambiciones individuales, y por lo tanto, verán
con regocijo que son parte de un equipo, de una comunidad, de una familia.

Cuando Pablo aconsejó a la iglesia de Corinto acerca de cómo debían madurar


para cumplir su tarea en el Reino, les habló de su intergación y funcionalidad en
la vida del cuerpo (1a Corintios 1:9-11 y 12:12)

Los conflictos interpersonales serían reemplazados por la armonía, el espíritu de


competencia por la colaboración. Cuando un líder cumple su misión
acertadamente, los seguidores avanzan en unidad y cohesión hacia la meta
propuesta.

Un subproducto de lo que estamos proponiendo es que, donde se desenvuelve


un líder comepetente siempre habrá una atmósfera armonia y unidad, donde el
fracaso nunca sea el final del trabajo.

Los seguidores tendrán la oportunidad de experimentar y correr riesgos a fin de


crecer en lo personal, y además comprenderán que el peor error que puedan
cometer es no hacer nada. Por lo tanto, se esforzarán en dar lo que se espera
de ellos y aun más de lo que se espera de ellos, y como resultado levantarán un
equipo altamente cohesivo y eficiente, caracterizado por la unidad espiritual.

8.3. Los dirigidos desarrollan plenamente su potencial.

Los que sirven bajo la guía de un líder competente y genuino pronto toman
conciencia de que son personas significativas; primero por ser creación de Dios;
segundo, por haber sido redimidos por Jesucristo, y tercero, porque el Espíritu
Santo mora en ellos. Por ende, sea que hayan recibido uno o cinco talentos no
hace ninguna diferencia, más bien, aceptan el desafío de que deben desarrollar
esos dones al máximo para que toda la congregación reciba el beneficio de su
contribución.

Son plenamente conscientes de que aunque su colaboración sea mínima, o que


su papel sea uno de apoyo, de todas maneras al igual que la ofrenda de la viuda
hace una diferencia enorme en la calidad de la familia de la fe y con gusto
estarán dispuestos a añadir su esfuerzo.

Comprenden que la gracia de Dios los dotó de habilidades naturales y dones


espirituales que ni siquiera sabían que tenían; pero ahora están dispuestos a
sacarlos a la luz, a hacerlos crecer, y a ejercitarlos para la edificación del cuerpo
de Cristo.

Si uno de los gozos más grandes en la vida para un padre es ver crecer a sus
hijos, de la misma manera, para un mentor espiritual no hay mayor gozo que ver
que aquellos en quienes vuelca sus esfuerzos, no sólo crecen sino que aun lo
rebasan a él mismo.

Y no sólo sus seguidores desarrollan su potencial, sino que además otros líderes
comienzan a emerger. El legado más valioso que todo líder puede dejar como
resultado de su servicio son otros líderes mas jóvenes completamente
desarrollados, hombres y mujeres que no sean una fotocopia de sí mismo pero
que, dentro de sus diferencias individuales, posean el mismo espíritu, se aferren
a los mismos valores y lleven la antorcha durante el próximo tramo del camino.

Sólo un líder competente, que se ha remontado a las cimas más elevadas de la


madurez cristiana puede reconocer, capacitar, y dejar detrás de sí tan bendita
estela.

8.4. El servicio resulta gratificante.

Cuando hay un líder competente, el trabajo es estimulante, desafiante, y sobre


todo alegre. Los dirigidos no lo sienten como una carga, un deber o una
obligación, sino como algo que vale la pena hacer, ¡y gustosamente!

Una característica infalible que siempre se halla presente en todo grupo humano
que crece, sea una fábrica, una empresa, o una institución educativa, es que hay
un ambiente de alegría. Si este principio es cierto en el mundo secular, cuánto
más debería serlo cuando hacemos el trabajo para Dios y los resultados de
nuestra labor adquieren dimensión eterna.

No creo que haya señal más cierta de la bancarrota espiritual de un lider, que
cuando los seguidores dicen que vienen a la iglesia por obligación, porque
“tienen que cumplir”.

Un “líder ineficiente” (si es ineficiente no es un líder) al igual que un técnico


incompetente, solo hace que los jugadores jueguen y cumplan las reglas y
actividades pero no ganan ningun campeonato.

Una verdad empírica es que un líder competente nunca “empuja” a sus dirigidos
hacia una meta, sino que los “atrae” hacia ella. Al igual que una locomotora que
inicia la marcha y los vagones se alinean automáticamente detrás de ella, así
también sucede en el caso de un líder de reino.

8.5. El aprendizaje y la eficiencia se hacen vitales.

Un liderazgo iluminado engendrará discípulos iluminados. Cuando los individuos


son impactados, transformados, inspirados y desafiados, con el correr del tiempo
comienzan a preguntarse: ¿Cuál es el secreto que permite a nuestro líder ser
como es? ¿Cómo llegó a poseer las cualidades que lo distinguen por sobre el
resto?

Comprenden que un líder competente no es producto de la suerte, ni de la


herencia correcta, ni de talentos naturales, ni de estar en el lugar preciso en el
tiempo exacto; sino la resultante de un largo y disciplinado proceso de
crecimiento personal.

Cuando esto ocurre, los seguidores también querrán aprender, llegar a ser
expertos dentro de sus respectivos campos de labor, imitando de esa manera a
quien les inspiró. El apóstol Pablo exhortaba a sus convertidos: “Sed imitadores
de mí, como yo de Cristo”.
Pablo estaba seguro de a quién seguía, de quién era su modelo y su inspiración,
y por lo tanto, con confianza podía alentar a los discípulos a que hicieran lo
mismo que él hacía. Lo sorprendente es que muchas veces las personas
seguirán al líder, e inclusive lo copiarán y hasta lo imitarán.

Frente a esta realidad la pregunta que todo líder debe hacerse en consecuencia
es: “ellos me seguirán, de modo que ¿cómo estoy yo siguiendo a Cristo?”

8.6. Deja una herencia y legado que sobrevive a su actuación.

Una de las tareas más importantes que un líder competente debe emprender es
la de trascender, no fosilizar su liderazgo. A lo largo de la historia humana, toda
empresa o institución ha comenzado como resultado de una visión personal. Y
mientras el líder vive, su misión se cumple adecuadamente. Sin embargo, ¿qué
ocurre una vez que el líder ya no está presente? ¿Quiénes deben continuar su
gestión? ¿Cómo deberán desempeñar la tarea?

Las páginas de la historia cristiana y secular están repletas de ejemplos de


instituciones que luego de la salida o muerte del líder han cesado de existir. Peor
aún, muchas se han desviado en forma completa del propósito original por el
que fueron fundadas.

Sea una iglesia, una agencia misionera o una organización para evangelizar
estudiantes universitarios, o cualquiera sea la institución a la que Dios llame a un
líder a servir, debe dejar detrás de sí sucesores competentes que puedan
mejorar las estructuras y sistemas y aseguren la continuidad de su labor.

Por esta razón es fundamental que todo líder delinee con precisión los valores
que su institución proclama, que deje claramente establecido cuáles son sus
distintivos doctrinales.

Pero asimismo, los mecanismos adecuados para que cuando llegue la hora de
hacer la transición y elegir a un sucesor, el proceso continúe natural y
exitosamente.

Debemos recordar una vez más, que muchas veces un líder que sirve
sinceramente a Dios, durante sus años de actuación ve resultados muy pobres,
a pesar de los grandes sacrificios que ha hecho. Algunos como Pablo siembran
y otros como Apolos riegan, pero el crecimiento Dios lo trae, asi que la tarea del
líder muy bien puede ser preparar el terreno para la cosecha abundante que
vendrá después de él.

Por lo tanto, comience a desarrollar una forma bíblica de gobierno en la


institución a la que sirve, y desarrolle mecanismos que garanticen una transición
armoniosa de manera que permitan el avance de la Causa por varias
generaciones más.

Cuando un líder competente hace su trabajo correctamente, los mejores


resultados siempre se verán con claridad en la vida de aquellos a quienes tuvo
la oportunidad de servir.

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